Vision Futurista de La Tecnociencia

FUTURO DE LA CIENCIA Y LA
TECNOLOGIA EN VENEZUELA
Marcelina Marin Alviarez

CIV. 6.849.696
22/01/2021
VISION DE FUTURO EN TECNOCIENCIA EN VENEZUELA. 2021
El nuevo paradigma científico tecnológico, está enmarcado en la nanotecnología, la

biotecnología, las tecnologías de la información y las ciencias cognitivas, el cual ha
potenciado notablemente la capacidad transformadora del desarrollo tecno científico en el
mundo. Estamos hablando de un grupo de tecnologías genéricas, transversales y versátiles,
susceptibles de ser aplicadas en varias áreas productivas, abriendo inmensas posibilidades
de cambio en todos los planos de la vida humana: político, económico, social, jurídico
religioso, y ético.
Nos encontramos hoy en día en los inicios de la denominada Cuarta Revolución Industrial,
producto de la integración de lo físico, lo biológico y lo digital, tanto en la economía como,
en la vida humana. Se trata de avances en los campos de la inteligencia artificial, la
impresión de objetos en tres dimensiones (3D), la robótica, las energías renovables, la
computación cuántica, el Internet de las Cosas, los bienes, edificios y plantas inteligentes,
los vehículos y aviones autónomos, como parte de una lista casi infinita de nuevas cosas.
Como se sabe, el elemento distintivo de esta revolución radica en que la ciencia y la
tecnología se ha vuelto una extensión de las capacidades humanas para interactuar y crear.
El sistema científico tecnológico Venezolano tiene un futuro incierto. El deterioro del
país hatraspasado a todos los niveles, incluso los espacios académicos. Cada día son más
los investigadores y profesores que emigran del país en busca de mejores oportunidades y
dejan a su paso un vacío con el cual es difícil afrontar y capacitar al futuro, lo que nos
condena a la involución en el desarrollo de la tecnociencia.
La revista Nature (Junio 2014), ya revelaba que nuestra ciencia caía vertiginosamente en
los índices científicos entre los años 2009-2013, y en la actualidad la caída no se detiene,
experimentando un retroceso del 79% entre 2009 y 2017. Los resultados son claros, somos
menos competitivos que el resto de los países de la región y hemos quedado no solo en el
último lugar en crecimiento, sino que hemos retrocedido a la década de los 80 del siglo
pasado. ¡Hemos perdido de 20 a30 años!
En Venezuela se invirtió el 0,12% del PIB en investigación y desarrollo en el año 2017;
este hecho demuestra no sólo el escaso o nulo interés gubernamental en apoyar a la ciencia
y tecnología sino un desconocimiento de su valor estratégico en el desarrollo de la nación.
Instituciones científicas como el IVIC, INIA, IDEA, así como, las universidades
nacionales y parques tecnológicos han estado exigiendo más inversión para mantenerse
abiertas. Los académicos en Venezuela enfrentamos muchos problemas, entre ellos los
bajos salarios, precario o nulo servicio de comedor, fallas en la seguridad social y
ausencia de financiamiento para la operatividad. En este sentido, se nos recalcan que
nuestro país no puede apoyar a la tecno ciencia en niveles acordes debido a las necesidades
prioritarias, que son satisfacer las necesidades básicas de la ciudadanía, lo cual deja al
gobierno con pocos recursos para gastar en inversiones a largo plazo en forma de
investigación científica y tecnológica. Por lo tanto ocurre en nuestros centros de
investigación, universidades y parques tecnológicos la carencia de personal calificado
laborando con equipos obsoletos e instalaciones deficientes.
Los países están sorteando con éxito las crisis pero ellos han invertido en ciencia.
Venezuela ha puesto su dinero en otras cosas.
Se puede alegar que los países ricos son los que pueden darse el lujo de hacer ciencia, y no
es así, se precisa riqueza para tener buenas universidades y se requieren buenas
universidades para que el país genere riqueza. Estamos en medio de una crisis y los
cambios en este año van a resultar decisivos a largo plazo. Que avancemos o nos quedemos
a la deriva dependerá de la pertinencia de las decisiones que tomen nuestros gobernantes.
Culturalmente, en nuestro país no sé comprenden las inversiones en investigación y
desarrollo. Los investigadores no están bien apreciados o pagados en universidades o
centros de investigación; y las empresas y empresarios, especialmente conservadores,
buscan más los beneficios fiscales o el acceso a fondos y financiación extraordinarios, que
innovar en procesos, en productos nuevos para el mercado o para la empresa.
A pesar de estos y otros obstáculos, los académicos venezolanos seguimos produciendo.
Aunque la productividad representa una pequeña porción del todo, dadas las adversidades
sociales, económicas y a veces políticas, que el impacto de nuestra investigación sea tan
relevante como actualmente lo es. El progreso es inevitable, pero no es lineal.
Cada nueva era trae consigo sus propias crisis y amenazas. Los cambios nunca no son
fáciles y ahora estamos en medio de uno; lo único cierto es que el futuro será el que
construyamos.
Un momento de incertidumbre puede verse o parecer un callejón sin salida, pero existen
opciones y con esas opciones viene la oportunidad de crecer y salir adelante.
La situación nacional es bastante precaria en lo que atañe al ámbito CTI. La gran montaña
tecno científica consigue al país mal ubicado y desprotegido, tal y como lo muestran casi
todos los diagnósticos, los cuales ponen de manifiesto una realidad estructuralmente débil
cuando se la mide desde el punto de vista de las exigencias que se desprenden de los
tiempos que corren.
Desde este difícil escenario a Venezuela le corresponde sentar las bases para, a su manera,
conforme a sus posibilidades y según sus propósitos, iniciar la transición hacia la Sociedad
del Conocimiento que es, a la par, la transición hacia el post rentismo, una tarea que
comienza tarde o aun no comienza.
Le toca hacerlo en un marco caracterizado por un grado importante de duda. Y no puede ser
de otra manera, sobre todo porque los cambios acontecen más rápido que las teorías y
conceptos que nos permitirían entenderlos y regularlos y, adicionalmente, sopesarlos desde
una perspectiva que inevitablemente debe ser múltiple.
Cambiar para alcanzar el presente que ya tiene rostro de futuro.
REFERENCIAS
AVALOS-GUTIÉRREZ, I.
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ECHEVERRÍA, J.
2009. Tecnociencia y sistemas de valores (63-104). En: López Cerezo, J.L y A. Sánchez
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Biblios. Sistema de base de datos bibliográficos y demográficos
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http://blog.ucsusa.org/dave-reichmuth/electric-car-leaders-
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