Explicar Las Maneras en Que Cristo Es Supremo Como Creador y Como Reconciliador

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Explicar las maneras en que Cristo es Supremo como

Creador y como Reconciliador

(Colosenses 1:15-20)

Pablo, junto a Timoteo, escribe esta carta a los cristianos de Colosas, una
pequeña ciudad en Asia Menor, actualmente en el territorio de Turquía.
Esta congregación fue fundada probablemente por Epafras, un servidor
de Pablo, quien escuchó el mensaje del evangelio en Éfeso y luego lo
proclamó en Colosas.

Epafras avisa a Pablo los problemas que esta comunidad estaba teniendo
en torno a falsas enseñanzas, por un lado, algunos judíos les decían que
no reunían las condiciones para formar parte del pueblo de Dios. Por otra
parte, los no creyentes que rodeaban la comunidad, creían que
los “principios elementales de este mundo” dominaban las vidas de los
humanos. Donde sus circunstancias eran gobernadas por estos poderes,
sean ángeles, estrellas o reglas religiosas que los querían cautivar.
Frente a estos problemas Pablo responde afirmando que Cristo es
absolutamente suficiente para su salvación y que Él tiene el primer lugar en todo
y es sobre todo.

CRISTO, LA IMAGEN DEL DIOS INVISIBLE


Dios habita en luz inaccesible y ningún hombre lo ha podido ver (cf. 1 Tim
6:16), aun cuando Moisés pidió ver el rostro de Dios, la respuesta fue
negativa (Ex 33:20). Y no es que Dios se esconda del hombre, sino que su
santidad es tan grande que cualquiera que lo viera moriría. Pero el Dios
eterno, que no tiene principio ni final, se ha dado a conocer en Cristo (Jn
14:9). En Jesús vemos la imagen exacta y visible de Dios, en Cristo, Dios
nos muestra su amor, sabiduría, justicia y bondad; todo el esplendor de su
ser.
CRISTO, EL PRIMOGÉNITO DE TODA
CREACIÓN
El salmo 89:27 dice: “Yo también le pondré por primogénito, el más
excelso de los reyes de la tierra”. La posición de Cristo no es de un ser
creado, como algunos grupos arrianistas1 sostienen,  sino de un ser
superior a todo lo creado, el primero, el soberano. El contexto nos lleva
a Genesis 1:1, Cristo como agente activo en la creación.

CRISTO, EL CREADOR DE TODO


Los judíos entendían que Dios es eterno y creador, eso diferenciaba a
YHWH de los otros dioses. Dios era el único que había creado todo el
cosmos, y ese Dios creador había elegido a Israel como su pueblo. Pablo
ahora identifica a YHWH con Jesús, no es un dios aparte. Lo mismo hace
mención el apóstol Juan en su evangelio: “Todas las cosas por él fueron
hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Jn 1:3)
Aunque muchos en la comunidad de Colosas fueron instados a rendir
culto a los ángeles, Pablo les recalca que al ser creador de todo, Cristo es
superior a todo y tiene poder sobre todo. El Señor dijo “Toda potestad me
es dada en el cielo y en la tierra.” (Mt 28:18) por lo cual no hay nada creado
que sea digno de adoración. Cristo es más importante que los ángeles,
más necesario que el pan que comemos, es más importante que el trabajo
que disfrutamos, es más relevante que los hijos que tenemos. Todo fue
creado por medio de él y para él.
Jesús es superior a todo poder terrenal, no hay rey ni presidente que sea
más alto que Él. Jesús es soberano sobre todo medio de comunicación,
sobre todo acontecimiento y sobre todo sistema político/económico.
Cristo es más alto que cualquier poder humano. Los imperios pasan y
caen, los reyes nacen y mueren, pero el Señor permanece para siempre y
su autoridad no ha cambiado, ni lo hará. No hay ángel más alto que Él, ni
demonio que pueda contra Él. Aún Satanás está bajo su dominio. Cristo es
superior a TODO lo creado y fuimos creados para Él.
CRISTO, ANTES DE TODO
Jesús nunca tuvo un inicio, Él es eterno. Nuestra mente no puede siquiera
imaginarlo pero Jesús es preexistente, existió antes de la encarnación y
antes de la creación de todo. “el cual, siendo en forma de Dios, no estimó
el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” (Fil 2:6).
No sólo es anterior a la creación y agente activo en esta, sino que continúa
sustentando el Universo. Dios no se apartó de su creación, Cristo sustenta
y gobierna todo. Ni un solo gorrión cae a tierra sin que Dios lo sepa y cada
uno de nuestros cabellos tiene Dios los tiene contado (cf. Mt 10:29-30).
Paciente es nuestro Señor que hace salir el sol sobre toda criatura, aun da
el aire para que respiren aquellos que blasfeman su nombre. Subsisten
gracias a Cristo.

CRISTO, LA CABEZA DE LA IGLESIA


En la primera parte del poema Pablo nos habla de Cristo como el Creador
de todo, el mediador que gobierna y preserva la creación. Pero ahora el
apóstol aterriza estas ideas para mostrarnos que este Señor no es alguien
intangible y lejano, sino que Cristo caminó entre los hombres y es quien
lidera a la Iglesia. La imagen de Dios entró a la historia humana para
reconciliar todas las cosas por medio de la cruz y es Señor sobre su
pueblo.

La Iglesia no está para satisfacer los deseos de sus miembros sino para
cumplir el propósito de su Salvador. Él es la cabeza y todos los miembros
de este cuerpo se mueven bajo el control y la dirección de Jesús. No se
trata de la Iglesia, sino de Cristo.

CRISTO, EL PRIMOGÉNITO DE ENTRE LOS


MUERTOS
Jesús dijo “porque yo vivo, vosotros también viviréis” (Jn 14:9). Él ha vencido
a la muerte. La muerte no es un conflicto para su pueblo, pues tenemos la
esperanza de que así como Cristo se levantó de entre los muertos, así
nosotros seremos levantados y podremos decir “¿Dónde está, oh muerte, tu
aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Cor 15:55).
Cristo tiene la preeminencia, él es el primero en todo: el primero en
servicio, humillación y sacrificio, el primero en ser vindicado. Todo rincón de
su creación será juzgado con justicia y aquellos que lo rechazaron
desearan que las montañas caigan sobre sus cabezas pero será demasiado
tarde, porque Él vendrá desde los cielos sus poderosos ángeles, en llama
de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen
al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de
eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su
poder. (2 Tes 1:7-9).
Pero su pueblo será vindicado, los que murieron en Cristo se levantarán y
junto a los que estén vivos se encontrarán en el aire con nuestro Señor.
Nuestros cuerpos serán transformados de esto corrupto a un cuerpo
incorruptible y viviremos eternamente con Él.

CRISTO, LA PLENITUD DE LA DEIDAD


En el antiguo testamento la presencia de Dios descendía sobre el
tabernáculo de moisés y posteriormente sobre el Templo, pero Dios no
habita en lugares hechos por manos de hombre (Hch 7:48): Cristo
sustituye al tabernáculo o cualquier casa hecha por los hombres y
representa a Dios en persona. Él es el Templo donde mora la presencia de
Dios y su cuerpo, la Iglesia, es ahora la casa de Dios.
Y ojo aquí, no hablamos de un “poquito” de Dios, de un dios pequeño, o
un ser creado. Hablamos de toda la plenitud, perfecto en
deidad, verdadero Dios y verdadero hombre2.

CRISTO, EL RECONCILIADOR DE TODO


Cristo no es ajeno a la historia humana, sino que se hizo parte de ella.
Murió en un rincón olvidado del Imperio, en una muerte vergonzosa para
cualquier hombre del primer siglo. Jesús no es sólo una idea en la mente
de sus seguidores, sino que fue alguien que vivió entre ellos. El
cristianismo es una fe histórica, con un redentor que fue asesinado bajo el
poder de Poncio Pilatos.
Pero en esa muerte en la cruz se hizo la paz. La enemistad que había entre
Dios y los hombres se ha convertido en reconciliación por medio de
Cristo. Eramos enemigos mas ahora hemos sido adoptados como hijos
por medio de Jesús. No es algo que pudiéramos haber logrado solos, Dios
mismo tuvo que encarnarse, caminar entre los hombres, humillarse en la
cruz y resucitar para lograr esto (Fil 2:6-11). Es por medio de la fe que
somos justificados, que somos reconciliados con Dios y tenemos paz (Rom
5:1).
Toda esta creación será renovada a su tiempo y nuestros cuerpos serán
transformados. El cielo y la tierra se unirán por la eternidad. Cristo ha
eliminado la mancha de culpabilidad de su pueblo, la cual nos impedía
acercarnos al trono de Dios. El acta con los cargos que había en nuestra
contra la eliminó clavándola en la cruz (2:14). Y ahora gozamos de eterna
paz EN CRISTO.
Así que podemos confiar en el Señor. Él es el supremo sobre todas las
cosas, por lo cual nuestra fe no debe tambalear cuando otros la cuestionen
o se burlen. Cristo que sostiene el universo con su poder, nos puede
sostener a cada uno y no debemos temer.
Mantengámonos firmes ante esta verdad, no enfoquemos nuestra mirada
en las cosas secundarias de este mundo. Miremos al que es más que
suficiente, al que tiene en todo el primer lugar, al que es más importante,
pongamos nuestros ojos en Cristo Jesús nuestro creador y dueño,
nuestro Señor y Salvador.

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