Morin, Dominique - para Decir Dios
Morin, Dominique - para Decir Dios
Morin, Dominique - para Decir Dios
Pam decir
DIOS
i^ómitiique Morin
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verbo divino
Para decir
DIOS
Dominique Morin
1. Dios, una cuestión que surge demás, del universo que nos rodea y en el que vivi-
mos. Nos situamos entonces en u n a perspectiva
de nuestra experiencia concreta «existencial», y de esos cuestionamientos puede
surgir (o no) la cuestión de Dios...
i
12 ft'ARA DI í IH DIOS
bre recibiendo la palabra de Dios y su revelación en pectiva, los creyentes tienen también su palabra
la fe. que decir.
Hablar de Dios hoy, y hablar de él en una pers-
pectiva filosófica, no es una tarea secundaria p a r a
el creyente. Es una tarea tan urgente como actual,
al menos por dos razones importantes. La primera,
b) Pero ¿puede hablarse de Dios?
p o r q u e no puede dispensarse de reflexionar, en Es ésta lógicamente la primera cuestión que uno
cuanto hombre y partiendo de su experiencia, sobre se ve obligado a plantearse cuando se aborda el
el significado de su vida y sobre el valor de la res- problema de Dios: ¿se puede efectivamente hablar
puesta que le brinda su fe en Dios. La segunda, de él?
porque es una tarea que responde muchas veces a
una espera muy viva, ya que, una vez más, a pesar Las posiciones son muy diversas en este tema.
de la indiferencia religiosa y del ateísmo ambiental, Entre los mismos creyentes, algunos piensan que lo
muchos de nuestros contemporáneos no dejan de único que se puede afirmar de él es que existe.
plantearse muchas preguntas..., esperando de los Según ellos, no es posible ir más allá de esta única
creyentes elementos de información. En esta pers- afirmación, porque Dios nos supera infinitamente y
EL CRISTIANO
Y EL PROBLEMA FILOSÓFICO DE DIOS
En la fe, el creyente se encuentra ..., pero esto no debe conducirle jamás al fideísmo
con un Dios vivo... El verdadero peligro aquí para el creyente sería el de
El creyente no puede olvidarse jamás de que, en la fe, se no tener una cultura religiosa equivalente a su cultura
encuentra con un Dios vivo y no con una simple idea o un profana. En efecto, correría entonces el peligro de caer en
simple concepto. Por muy importante que sea, el proceso el fideísmo, al no ser capaz, por falta de elementos de
filosófico es insuficiente para el que cree. «El Dios que se reflexión, de justificar esta fe que es la suya, lo cual podría
alcanza por este camino estrictamente racional... es una incluso al final llevarle al ateísmo, en la medida en que
idea muy diferente del Dios vivo de la fe religiosa... Dios no dejaría de ver la utilidad de esa fe en Dios totalmente
es una idea que podamos descubrir al término de un razo- desconectada de su vida real y concreta de cada día.
namiento bien llevado»'. El Dios al que llega el cristiano Por eso la Iglesia católica ha condenado siempre el
en su fe es una realidad viva, un Dios personal que se ha fideísmo, que es a sus ojos una actitud sumamente peligro-
revelado a los hombres, concretamente por medio de Jesu- sa, puesto que conduce muchas veces al subjetivismo, al
cristo 2. Un Dios al que el creyente puede dirigirse y con el sentimentalismo, al fanatismo3, a la superstición y al os-
que puede entrar en diálogo. curantismo, cuando el «creyente» tiene tendencia a ver un
Desde esta perspectiva, la fe no está ligada al hecho de misterio en donde en el fondo no hay más que ignorancia.
ser un «intelectual», ya que se puede ser un creyente au- «El fideísmo es la sumisión ciega a la divinidad, en un
téntico sin haber estudiado jamás filosofía o ciencias reli- proceso inhumano e irracional... El cristiano fideísta ha
giosas; el hecho de no conocer dichas ciencias no impide ni renunciado a todo discernimiento; espera de Dios, de la
mucho menos reflexionar sobre las propias convicciones. Iglesia, una explicación ya hecha; espera que se le diga qué
Incluso a veces con mayor profundidad que algunos «inte- tiene que hacer y qué debe pensar. Es el más completo
lectuales». infantilismo»4.
es tan i adicalmcnte distinto de nosotros por su per- Otros, c o m o K a n t y Wittgenstein, piensan igual-
loecion que no se puede decir de él nada más. mente que no s e puede decir nada de Dios, ya que
Dios es la mas densa de las palabras de los hombres una palabra que se le asemejara para designar lo supre-
Ninguna ha sido tan manchada y tan desgarrada Precisa- mo' Debemos respetar a los que la prohiben, porque se
mente por eso no puedo prescindir de ella Generaciones rebelan contra la injusticia y la sinvergüencería de aque-
de hombres han arrojado sobre esta palabra el peso de su llos que invocan a Dios para justificarse, pero no podemos
vida angustiada y la han pisoteado contra el suelo, yace en renunciar a ella
el polvo y lleva el peso de todos ellos Generaciones de
hombres han rasgado la palabra con sus partidos políti- M Buber Fragmentos autobiográficos
cos, han matado o muerto por ella, lleva las huellas dígita Munchen 1962 509s
les y la sangre de todos ellos ¿Donde podría yo encontrar citado por H Zahrnt Dios no puede morir DDB Bilbao 1971 23
16 i'\n \ ni i IR /(/os
b) Nombrar a Dios hoy a p a r t a r del verdadero Dios, el rigor y la claridad
necesariamente permiten acercarse mejor a él, y
Por tanto, es indispensable intentar «nombrar» hacerlo finalmente teniendo en cuenta nuestro uni-
a Dios lo mejor posible, hacerlo sin quedarse en la verso cultural contemporáneo.
vaguedad o en la indeterminación, ya que, lejos de
Nuestra designación de Dios no puede, en efecto,
ser independiente de nuestra cultura y de la génesis
conocía ya desde muy antiguo»; este olvido ha tenido graves misma de esta cultura. Por eso hemos de dar ahora
consecuencias, ya que, a su juicio, cuando se habla de Dios, «está una vuelta hacia atrás para ver de dónde nos viene
allí toda la clave del éxito de la aventura» (p. 66). (No podemos
menos de recomendar aquí la lectura de las páginas tan sugesti- la concepción de Dios que corrientemente tenemos
vas que Milet dedica a este tema en o. c , 65-69). hoy nosotros.
ll
LOS DIOSES DE LAS NO CRISTIANAS
ficas y la reflexión religiosa del judeo-cristianismo, vestigaciones, sus reflexiones, sus afirmaciones, sus
de las que hablaremos a continuación. negaciones y sus vacilaciones a que sea continua-
mente mejor definida esta noción de Dios.
A partir del siglo I, esta reflexión se encontró en la
confluencia de dos tradiciones: la tradición de la filo-
2. El Dios del teísmo moderno sofía griega y la tradición del judeo-cristianismo.
en la tradición de la filosofía griega
y del judeo-cristianismo
a) El Dios de los filósofos griegos
Son múltiples, unas veces convergentes y otras
divergentes y hasta francamente contradictorias, Aparte el hecho de que suele encontrarse entre
las imágenes de Dios que nos han propuesto los los filósofos de la antigüedad griega una mezcla
filósofos y los teólogos a través de la historia del singular de creencias populares politeístas y la afir-
pensamiento occidental. Por eso se dan al mismo mación de la existencia de un ser divino o de un
tiempo semejanzas y discrepancias notables - y a ve- Dios de tipo monoteísta, hay que observar que hay
ces verdaderas oposiciones— entre el (o los) dios(es) de entre ellos grandes divergencias en lo que atañe a
los primeros pensadores griegos, el Dios creador de la sus concepciones de Dios. Sin embargo, los detalles
filosofía medieval, el Dios que garantiza la ley moral de estas divergencias nos importan poco ahora. Lo
de Kant, el Dios opresor denunciado por los filósofos que nos conviene destacar son tres características
ateos modernos, o la imagen que se tiene de Dios en principales.
la teología cristiana contemporánea... La primera es que conciben a Dios como un
Sin embargo, todos, sean cuales fueren sus con- principio impersonal que no se interesa por el mun-
vicciones personales, han contribuido con sus in- do. No se le percibe como persona.
1
Notemos de paso tal como observábamos anteriormente, que
2
esta concepción es en realidad bastante fluida razón por la que P Poupard art Deísmo, en Diccionario de las religiones Her-
tendremos que precisarla mucho tn este libro der Barcelona 1987 414
1. El hombre toma posesión del mundo: coincidían casi con exactitud y se sobreponían bas-
tante bien Pero, a continuación, muy rápidamente,
el fenómeno de la secularización esos tres circuios se desarticularían, al tomar el
hombre conciencia de que podía perfectamente ha-
2
R Marle La Smgularite chretienne Casterman París 1970 P Hazard La crisis de la conciencia europea Pegaso Ma
69 70 d n d 3 1 9 7 5 XI
I
EL MUNDO DE ARRIBA Y EL MUNDO DE ABAJO...
El mundo divinizado se ha transformado en homimza- considerado como propiamente real y efectivo, ha resul-
do', del mundo de Dios se ha hecho el mundo del hombre tado irreal e ineficaz, ha perdido su fuerza y ya no da vi-
Si mira en derredor (el hombre), ya no reconoce en ningu- da
na parte las 'huellas de Dios', sino solo en todas las partes Cada vez hay mas hombres que no creen en el cielo, en
las 'huellas del hombre', las consecuencias de su propia el infierno y en la vida eterna y, sin embargo, realizan aquí
acción transformadora del mundo su tarea responsablemente Tras esta actitud esta el trasla-
(Una nueva visión del mundo ha nacido) de la síntesis do de la conciencia del mas alia a este lado por lo que la
helemstico-cnstiana que se había transmitido a través de orientación de la vida de los hombres ha dado un giro de
la Edad Media hasta la época moderna según la cual se 180 grados Por este cambio de dirección ha tenido lugar el
oponían dos mundos diferentes sustanciales el de arriba cambio de prioridades, de hecho una 'revaionzacion de los
y el de abajo, el celestial-divino y el terreno-humano valores
El mundo superior, sobrenatural, espiritual, divino, Hoy parece que se cumple entre nosotros lo que en otro
era considerado como el propiamente real y verdadero, tiempo escribió el joven Hegel «Fuera de las tentaciones
que constituía el horizonte del inferior, natural, físico, habituales, hay una que ha quedado perfectamente reser-
iluminando y determinando desde arriba toda la vida te- vada para nuestro tiempo, la de reivindicar como propie-
rreno-humana como la luz del sol la tierra Sin embargo, dad del hombre, al menos en teoría, los tesoros que en otro
al imponerse la Ilustración con su efecto de que el hombre tiempo se depositaban en el cielo» En todo caso, el hom-
explica y transforma el mundo, el mundo nos ha superado bre ha comenzado en nuestro tiempo a construir su casa
-y quiza se nos ha subido también a la cabeza- y se nos ha en este mundo desdivinizado y a crear su 'patria' en la
convertido en nuevo cielo tierra
Esto ha sucedido en el proceso descrito de la seculari-
zación, de la mundanizacion del mundo Por ella, el mun- H Zahrnt Dios no puede morir
do del mas alia sobrenatural, divino, que hasta ahora era DDB Bilbao 1971 36 38
vidual y colectivo En adelante se niega a contar tierra no era ya el centro del mundo, por otro lado
con un Dios omnipotente y mas o menos mágico los primeros grandes descubrimientos científicos y
Liberado de la tutela de la Iglesia y de la religión, técnicos les hicieron saber, en compensación, que
no acepta ya ser guiado por ellas Corre el nesgo de su planeta Tierra era sin duda su propio terreno y
pensar y de obrar por si mismo y desea aprovechar- no ante todo el de Dios
se plenamente de su libertad para darse sus propias
leyes y sus propios valores Se encarga totalmente Luego, poco a poco, del terreno de las ciencias
del m u n d o en que vive Los fantásticos progresos de y de las técnicas, esta emancipación se extendió a
las ciencias y de las técnicas le dan medios cada vez todos los demás terrenos de la vida h u m a n a la
mas eficaces y adecuados para dominar el mundo, política, la economía, el derecho, el Estado, la
con ellos pretende asumir personalmente el domi- cultura, la educación, la medicina, la asistencia,
nio de su universo etc
De hecho, si por un lado Copernico y Gahleo Las nuevas ideas circulan y los descubrimientos se
hicieron tomar conciencia a los hombres de que su multiplican el telégrafo (1684), la maquina de tejer
(Hoy) concebimos el mundo como una historia, es de- percibió efectivamente la función que ejercía ese Dios co-
cir, como un devenir, como el lugar sin límites del obrar mo garantía de un orden establecido, fuertemente conser-
humano transformador, y concebimos al hombre como vador, tanto en el mundo como en la Iglesia.
una libertad creadora y transformadora de sí misma y del No faltan los ejemplos del papel que jugó esta imagen
mundo. El hombre, y no Dios, es el productor y el respon- de Dios en la conservación del orden de las cosas en el que
sable de esta historia. Adquiriendo su autonomía, en su se privilegian las nociones de orden y de jerarquía, al
pensamiento y en su acción, el hombre se ha liberado al mismo tiempo que las disparidades sociales se ven nota-
mismo tiempo de un Dios todopoderoso, del que era servi- blemente ocultadas o justificadas.
dor y esclavo, de un Dios que venía a suplir las deficiencias
de su existencia -el consolador de la condición humana, Esta contestación de la función social ejercida por esta
del sufrimiento y de la muerte- y de los fallos de su conoci- imagen de Dios llevó a hacer increíble a ese Dios. Si hay un
miento. Dios, si Dios es Dios, ha de ser un Dios distinto: un Dios
inútil y gratuito, como decíamos. Y hay que añadir: un
Por eso el hombre de hoy ha comprendido que, si existe Dios que no pueda captar el pensamiento, un Dios no
un Dios, éste no puede ser el negador de su libertad, ni un manipulable por el hombre, un Dios que no sea el aval de
Dios disponible y adaptable a las necesidades de los hom- las dominaciones y de las opresiones del hombre por el
bres, ni un Dios útil que se usaría precisamente para col- hombre, sino un Dios libre para unos hombres libres que
mar nuestros fallos y justificar nuestros actos y nuestras construyen su historia.
empresas... No puede ser más que «otra cosa»: un Dios
libre, respetuoso de la libertad y del quehacer del hombre Estas son algunas de las exigencias para hablar de Dios
y del mundo, un Dios no útil, un Dios gratuito. en nuestra cultura. No podemos soslayarlas; son un punto
de partida obligado de la cuestión de Dios hoy.
Esta primera contestación se reforzó más aún por la
percepción de que ese Dios omnipotente estaba demasiado La question de Dieu, Cahiers de la Tourette,
ligado a un cierto estado del mundo y de la sociedad. Se serie verte n. 10, 6-7.
(1735), la máquina de vapor (1764), el gas de ilumina- E m b r i a g a d o por sus triunfos científicos y téc-
ción (1786), primera ascensión en globo... Los 35 volú- nicos, el h o m b r e acaba rechazando a Dios: ¡Dios ha
menes de la Enciclopedia que aparecen de 1751 a 1772 muerto! En adelante, el h o m b r e se siente perfecta-
se proponen precisamente hacer el inventario de los mente capaz de manejar su m u n d o . Por eso, en un
conocimientos del hombre: progresos científicos, ar- movimiento gigantesco, irá eliminando progresiva-
tes mecánicas, máquinas maravillosas que se inven- mente a Dios p a r a ocupar su sitio. Se convierte en
tan..., así como agrupar en un esfuerzo común a todos «dueño y poseedor de la naturaleza» (Descartes), y
aquellos que se empeñan en nombre de la razón en con ello Dios deja prácticamente de formar parte de
sacudir el yugo del prejuicio y de la autoridad 3 . sus preocupaciones habituales, a u n q u e a veces se le
ocurra referirse a él, como dice Sartre, «en los mo-
mentos-punta». Pero en lo esencial, ¡Dios está bien
muerto! En adelante, es el hombre el que crea su
3 propia historia.
E. Germain, En quel Dieu croyons-nous? DDB-Bellarmin,
París 1975, 15.
i
n
Un grave conflicto iba a contribuir de forma se había creído en el momento en que el positivismo
decisiva a la aparición del ateísmo moderno... y a triunfante atacaba violentamente a una Iglesia fija-
una revisión muy importante —y provechosa— de la da en su conservadurismo y en su desconfianza. En
concepción de Dios por parte de los filósofos creyen- efecto, se fue viendo progresivamente que no sólo la
tes y de los teólogos: el conflicto entre la teología y ciencia no está en contradicción con la afirmación
las ciencias de la naturaleza. del Dios de la revelación cristiana, sino que podía
Debido a la actitud mucho tiempo negativa y incluso conducir hasta él (capítulo 5).
estéril de la Iglesia frente a los descubrimientos F i n a l m e n t e , los prodigiosos d e s c u b r i m i e n t o s
científicos, se produjo una ruptura catastrófica en- científicos modernos, haciéndonos descubrir cada
tre ella y el mundo moderno. Una ruptura tal que, vez más la complejidad propiamente inimaginable
en este «combate» entre la ciencia y la religión, se de nuestro universo, no pueden menos de replante-
pudo creer por un momento que la primera iba a ar el problema de la creación del mundo: nuestro
aplastar definitivamente a la segunda y a eliminar universo ¿se basta a sí mismo o es el fruto del acto
totalmente a Dios de nuestra cultura contemporá- creador de Dios? De este modo nos llevan a replan-
nea (capítulo 4). No fue éste finalmente el caso, ya tear de nuevo la cuestión del significado y del «por-
que por ambos lados se llegó a tomar conciencia, qué» de la existencia misma de este universo y de
c o n c r e t a m e n t e como consecuencia del doloroso nuestra propia existencia, y por tanto a replantear
«caso Galileo» y del problema de la evolución, de en definitiva la cuestión de Dios (capítulo 6).
que las cosas eran mucho más complejas de lo que
AÍltQHQtniit*
Geometría*
püyUtQwt *
GfdftKitÍM»
{
«El hombre es la medida de todas las cosas» (Protágoras).
El big-bang sería la explosión que habría tenido existe al principio más que un conjunto de partículas sim-
lugar hace unos quince mil millones de años, del pri- ples y sin estructura. Como las bolas sobre el tapiz verde
mer núcleo de materia de una densidad inimaginable de un billar, se contentan con ir errantes y chocar entre sí.
del que provendría todo el universo, que, a partir de Luego, por etapas sucesivas, esas partículas se combinan y
entonces, está en constante expansión. se asocian. Las arquitecturas se elaboran. La materia se
Las galaxias que lo componen -unos quinientos mi- hace compleja y «performante», es decir, capaz de activi-
llones, que comprende cada una unos cien mil millones dades específicas...
de estrellas- se alejan efectivamente unas de otras a ¿Adonde lleva este camino? La física nuclear nos per-
velocidad vertiginosa. La mayor parte de los sabios, mite comprender la evolución nuclear: cómo, a partir de
sean cuales fueren sus opiniones filosóficas o religiosas, las partículas elementales salidas de la explosión inicial,
están ahora casi plenamente de acuerdo en reconocer se formaron los núcleos atómicos en el corazón de las
que esta teoría es hoy la más probable..., pero dejando estrellas... Los notables progresos de la radioastronomía y
la puerta abierta a otros descubrimientos que podrían de la biología molecular nos permiten trazar las grandes
confirmarla... o debilitarla. etapas de la evolución química entre las estrellas y en los
A comienzos de siglo, la observación del movimiento de planetas primitivos. Y finalmente, siguiendo los pasos de
las galaxias proyectó la dimensión histórica al conjunto Darvvin, veremos alzarse ante nosotros el gran árbol de los
del universo. Todas las galaxias se alejan unas de otras en seres vivos de nuestro planeta: la evolución biológica nos
un movimiento de expansión a escala cósmica. De ahí lleva desde las bacterias hasta la aparición de la inteligen-
nació la idea de un comienzo del universo. Salido de una cia humana. El camino de la complejidad ¿se detiene en el
fulgurante explosión, hace unos quince mil millones de ser humano? No tenemos razón alguna para afirmarlo. El
años, prosigue desde entonces su dilatación y su enfria- corazón del mundo sigue latiendo a su ritmo. El «sentido»
miento. La imagen de una materia histórica se impone está en marcha. Puede ser que ya se hayan franqueado
actualmente en todas partes. Lo mismo que los seres vivos, otras etapas en otros planetas. ¿Qué inauditas maravillas
las estrellas nacen, viven y mueren, aun cuando su vida se prepara en cada uno de nosotros la gestación cósmica? El
cifre en millones y millones de años. Las galaxias tienen nombre ha nacido del primate. ¿Quién nacerá del hom-
una juventud, una edad madura y una vejez. bre?
La historia del cosmos es la historia de la materia que H. Reeves, Patience dans t'azur. L'évolutton cosmique.
se despierta. El universo nace en una gran desnudez. No Seuil, Paris 1981,16-18.
ciencia y la técnica van tomando un lugar cada vez la Iglesia, si no siempre favoreció, al menos permi-
más importante. tió el progreso científico y el desarrollo de la técnica
eliminando a las divinidades que se consideraban
rectoras del universo, y esto en continuidad con la
Biblia que lo había «desacralizado».
1. Un conflicto relativamente reciente
Los relatos del Génesis desacralizan el universo.
En contra de lo que muchas veces se cree, la Los astros y los animales no reciben ya veneración.
Iglesia no siempre estuvo sistemáticamente en con- Desdivinizados, ¿por qué no iban a ser objetos de
tra del progreso científico. Durante mucho tiempo, estudio? Además, ¿acaso no asigna el Génesis al hom-
J . '<v
2 4
K Ricard Btologte et dtscous theologique en La creation El termino «metafisico» designa en filosofía el estudio de
Catechese 106 (enero 1987) 66 las realidades que superan el marco de la experiencia sensible
3
W Kasper El Dios de Jesucristo, Sigúeme, S a l a m a n c a concreta como es el problema de Dios
1985 36 ' Positivo» = evidente seguro demostrado cierto concreto
b) Jacques Monod
3. La objetividad científica
y el problema de Dios
A. Comte afirmaba esto en el siglo XIX. En el
siglo XX, estas posiciones volvió a asumirlas un Desde un punto de vista estrictamente científi-
brillante bioquímico francés, Jacques Monod. co, Comte y Monod tienen razón en exigir una ob-
jetividad total y en rechazar, en el terreno de la
En la misma perspectiva que Comte, Monod 6 investigación científica, todo parasitismo de cues-
rechaza de una forma absoluta toda idea de Dios. tiones metafísicas y/o religiosas. Igualmente tienen
Según él, la religión cristiana (como todas las de- razón en negarse a ver en Dios al eventual «tapaa-
más religiones) induce necesariamente al hombre gujeros» de nuestras ignorancias. No podemos me-
al error. Esos intentos arcaicos de explicación no nos de estar totalmente de acuerdo con ellos en este
son m á s que ilusiones p e l i g r o s a s , m o n s t r u o s a s punto. Se trata de una necesidad absoluta. El sabio
mentiras que felizmente van siendo poco a poco no debe jamás hacer que intervengan sus opciones
arrinconadas por la ciencia moderna, que debe ha- filosóficas, sean las que sean, en su trabajo específi-
camente científico. No tiene por qué ser entonces
6
Jacques Monod (1910-1976) era profesor en el College de creyente o ateo; debe ser exclusivamente... científi-
France En 1965 recibió el premio Nobel de bioquímica con co .
Andre Lwoff y Franc.ois Jacob Para el tema que aquí nos
interesa, en este capitulo y en lo que diremos mas adelante sobre Pero, a diferencia de ciertos positivistas contem-
su rechazo de la idea de creación, el libro mas interesante de p o r á n e o s como F r a n c o i s J a c o b o Claude Lévi-
Monod es El azar y la necesidad Ensayo sobre el fenómeno natural Strauss, que se niegan efectivamente a mezclar los
de la biología moderna Barral, Barcelona 1977 Este librito, muy problemas científicos con los problemas metafísi-
interesante, es bastante difícil de leer Para una reflexión sobre
los difíciles p r o b l e m a s s u s c i t a d o s p o r M o n o d , v é a s e M cos, se les puede reprochar a Comte y a Monod el no
Barthelemy-Madaule, L'ideologie du hasard et de la Necessite haber respetado totalmente ellos mismos este prin-
Seuil, París 1972 cipio al presentar como verdades científicas ciertas
En la misma perspectiva de Monod, no podemos olvidar a su afirmaciones de tipo metafísico.
discípulo J -P Changeux, neurobiologo y profesor en el College
de France, ha recogido mas o menos sus mismas tesis en una En efecto, cuando afirman, a partir de los resul-
obra difícil que no ha tenido mucho éxito, L'Homme neurona!
Fayard, París 1983 (puede consultarse sobre el el articulo de K 7
Ricard, Quand l'esprit se fait matiere Sur «L'homme neurona!» de J Monod, El azar y la necesidad, 184.
8
J -P Changeux Etudes 362/6 (jumo 1985) 791-800 Véase mas adelante, p 50
tados de sus trabajos científicos 9, que hay que re- científicos y toman posición en una cuestión filosó-
chazar la hipótesis Dios, o cuando Monod dice que fica Tienen perfectamente derecho a hacerlo asi,
el mundo es fruto solamente del azar, dan una inter- pero con la condición de que reconozcan que se
pretación metafísica a los resultados de sus trabajos trata de afirmaciones de tipo filosófico, y hasta mas
específicamente metafisico, y no de verdades cientí-
ficas
9
Es esencial para evitar toda ambigüedad observar bien
que no se trata ni mucho menos de poner aquí en discusión los Esta distinción entre los hechos establecidos
resultados estrictamente científicos de sus trabajos y de sus científicamente y las conclusiones filosóficas que se
investigaciones Si su validez queda establecida esos resultados pueden sacar de ellos es aquí capital Por las razo-
serán reconocidos por todos los sabios sean cuales fueren sus
c o n v i c c i o n e s filosóficas o r e l i g i o s a s La d i s c u s i ó n r e c a e
nes que veremos detalladamente en el siguiente ca-
exclusivamente sobre las conclusiones filosóficas que sacan de pitulo, parece ser efectivamente que la ciencia, aun-
ahí que aporta elementos esenciales para la reflexión,
1. El «caso» Galileo
En 1543, un astrónomo polaco, Copernico, publi-
có un libro titulado Revolución de las órbitas celes- ¿POR QUE NO FUE
tiales, en el que demostraba el doble movimiento de CONDENADO COPERNICO?
los planetas sobre ellos mismos y alrededor del sol.
Según él, no era por tanto la tierra la que estaba en
el centro del universo, como se creía hasta entonces Seguramente porque en aquel tiempo se dedicaba a las
(geocentrismo), sino el sol. Esta teoría heliocéntri- ciencias mucho menos ínteres que tres cuartos de siglo
ca ', establecida algo más tarde sobre bases científi- mas tarde, y sobre todo, al parecer, porque la Iglesia cató-
cas todavía más precisas por otro astrónomo ale- lica no estaba todavía muy preocupada por el protestan-
mán, Kepler, suscitó entonces pocas reacciones. tismo naciente ni obsesionada por los ataques y las des-
Al contrario, en 1600, un religioso italiano, Gior- viaciones doctrinales, como lo estaría en la época de Gior-
dano Bruno y de Galileo
1
Geocentrismo, geocéntrico que gira alrededor de la tierra
Heliocentrismo, heliocéntrico que gira alrededor del sol
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CREACIONISMO Y TRANSFORMISMO LOS GÉNEROS LITERARIOS
EN LA BIBLIA
(Tras la condenación de Gahleo), se produjo un segun-
do choque con la aparición de las teorías evolucionistas En la vida corriente distinguimos muy bien los diferen-
Hasta entonces habían reinado en paz las doctrinas crea- tes «géneros literarios» No confundimos una novela poli-
ciomstas Según ellas, las especies animales habían salido ciaca con una colección poética, ni una obra científica con
tal como eran de las manos del creador Linneo (1707- un comic, son géneros literarios distintos Pues bien, la
1778), por ejemplo, escribe «Hay tantas especies como las Biblia es una colección de 73 libros que pertenecen a
creadas en el origen por el ser divino» géneros literarios muy distintos En esta colección, el libro
El fundador indiscutible de las doctrinas transformis- del Génesis, en donde se encuentran concretamente los
tas es Lamarck (1809) Darwm (1859) recogió sus tesis relatos de la creación, no pertenece ni mucho menos al
sobre nuevas bases En 1900, De Vnes les dio un funda- genero «científico», tal como se le puede concebir en nues-
mento solido con la teoría de las mutaciones, que explican tra época
como son posibles y transmisibles las variaciones genéti-
cas, con lo que se puede explicar la filiación de las espe-
cies, animales o vegetales El progreso de la genética ha
confirmado estas ideas, la biología molecular, rama re- yuxtapuso, es que para el este aspecto «científico» no
ciente de la bioquímica, ha desmontado sus mecanismos era mas que accesorio, una manera de expresarse 8
Aunque en el momento actual no conocemos aun perfecta-
mente todos esos mecanismos, la evolución no es una sim- La Biblia no intenta explicar como funciona el
ple hipótesis, sino un hecho La escasez de fósiles bien universo - e s a es misión especifica de la investiga-
conservados no permite dibujar el árbol genealógico del ción científica—, sino responder a las siguientes
hombre con toda la precisión que sena de desear, pero es cuestiones ¿por que existe el universo' 3 , ¿por que
cierto que la rama humana se separo del tronco animal esta evolución?, ¿por que el h o m b r e 5 Los relatos
hace algunos millones de anos, fue evolucionando progre- bíblicos, sigue observando P Grelot,
sivamente y sin duda continua evolucionando todavía
no quieren darnos una enseñanza científica para sa-
tisfacer nuestra curiosidad Quieren hacernos refle
J F Catalán y J M Moretti
La Fot devant la saence 23 24
xionar sobre lo esencial nuestra condición de hom
bres, nuestra situación ante Dios, nuestras divisiones
trágicas, nuestro enfrentamiento con una naturaleza
Sobre este problema de la evolución se puede leer la excelente
hostil y finalmente el sentido de una historia de la que
obra de C Montenat L Plateaux y P Roux, Para leer la creación en somos a la vez espectadores y actores 9
la evolución Verbo Di\ ino Estella 1985
8
P Grelot Hombre ¿quien eres? Los once primeros capítulos
del Génesis (CB 5) Verbo Divino Estella 1976 32
No es inútil ademas recordar que hay en el Antiguo Testa
mentó otros pasajes que tratan del problema de los orígenes en
otro relato (Gn 2), todo viene de la tierra Al comien- los que se puede observar una real diversidad «En otras pala
zo solo estaba la tierra seca y estéril, y solamen- bras a lo largo de su historia y de los diez o doce siglos de la
te mas tarde Dios hizo que brotara agua Pierre redacción bíblica Israel fue evolucionando en sus r e p r e s e n t a d o
nes de la creación Mostraba asi que como para nosotros, el
Grelot, que recuerda estos hechos tan sencillos comienzo de todo era inaferrable» (P Gibert Creation originetle
añade et nouvelle creation en La creation Catechese 106 (enero 1987)
12)
El autor que ha reunido en un solo relato estos do; 9
P Grelot, a c 8-9 Se trata en realidad de textos de tipo
textos no ignoraba su aspecto contradictorio Si los mitológico (Sobre esta noción de «mito» cf mas adelante p 118
L
puede probar que el m u n d o haya o no haya sido
a idea de creación era ignorada por los filóso- creado. La ciencia ofrece algunos elementos tan nu-
fos griegos que pensaban en un universo que merosos como indispensables p a r a a b o r d a r este
existía desde toda la eternidad. Esta idea se intro- problema, pero no puede resolverlo en cuanto tal.
dujo en la reflexión teológica y filosófica por obra A esta cuestión (aparentemente) sencilla: el uni-
de la revelación judeo-cristiana: «Mira el cielo y la verso ¿es o no objeto de la creación divina?, nadie
tierra y ve cuanto hay en ellos, y sábete que Dios los puede ofrecer una respuesta definitiva y evidente,
ha hecho de la nada», afirma por ejemplo en la ya que
Biblia el segundo libro de los Macabeos (7, 28),
recogiendo la idea ya expresada en el libro del Gé- tanto por un lado como por otro... se trata de posicio-
nesis y en otros varios lugares de la misma. ¿Qué nes indemostrables: es imposible probar más bien
hay de ello? que el mundo haya sido creado que probar que haya
sido increado '.
¿Por qué? Porque, como hemos visto anterior-
mente, si los sabios pueden explicar el «cómo» del
1. Es imposible probar que el mundo universo —y sus informaciones son evidentemente
ha sido o no ha sido creado capitales desde este punto de vista—, no pueden, en
cuanto sabios, ofrecer una respuesta al «por qué» de
Lo primero que hay que comprender bien aquí la existencia del universo y de su evolución. En este
- y se trata de algo sumamente importante— es que caso estamos en el terreno de las tomas de posición
este problema de la creación no es en primer lugar, filosóficas y, para el creyente, religiosas. La ciencia,
como suele creerse, un problema científico. Es ante en cuanto tal, es neutra..., lo cual explica la diversi-
todo un problema de orden filosófico y/o religioso.
En efecto, lo mismo que no puede probar la existen-
1
cia o la no-existencia de Dios, la ciencia tampoco J.-F. Catalán y J.-M. Moretti, La foi devant la science, 41.
b) Monod
Para Monod, por el contraio, si la materia es
ciertamente la única realidad, su evolución se expli- c o r d a d a curiosamente la idea de un poder divino
ca exclusivamente por el azar. engañoso que gobernaría el mundo, lo cual sería,
siempre según Monod, una m a n e r a de reintroducir
El puro azar, el único azar, libertad absoluta pero
subrepticiamente lo divino en la materia. Se trata
ciega, está en la raíz misma del prodigioso edificio de
la evolución 4. de una «proyección animista..., interpretación no
sólo extraña a la ciencia, sino incompatible con
Los cambios que constituyen la evolución y que ella» 6. La verdad es que sólo el azar es capaz de
permiten la aparición de la vida son productos de explicarlo todo.
mutaciones sucesivas debidas al azar 5. Por tanto, A todas estas «viejas filosofías» - e n t r e las que
no hay en la naturaleza ningún plan preestablecido. Monod sitúa tanto a las religiones como al mar-
Toda la evolución no es más que el resultado del xismo— les reprocha finalmente que quieran tran-
puro azar. Es ésta la razón por la que Monod, que quilizar bonitamente a los hombres en sus angus-
rechaza evidentemente toda idea de Dios y de crea- tias y frente a su muerte. Pues bien, aunque resulte
ción divina (cf. supra, p . 39), se oponía igualmente muy duro ser lúcido y realista en este punto tan
con violencia al materialismo dialéctico de Marx y sumamente angustioso, el hombre debe tomar con-
de Engels. ciencia de que «él está solo en la inmensidad indi-
Efectivamente, les reprochaba la afirmación de ferente del universo de donde ha emergido por
que la materia encuentra en sí misma su principio azar» 7 .
de evolución, lo cual podría dar a entender que esta Esta teoría de Monod no parece ser más satis-
evolución de tipo «dialéctico» estaría de alguna factoria que la anterior. En efecto, si la inmensa
manera «programada» de antemano. Pero, a juicio mayoría de los científicos y de los filósofos de todas
de Monod, este «principio de evolución», esta espe- convicciones están de acuerdo en reconocer que el
cie de misteriosa fuerza interior de la materia re- azar juega un papel importante en el proceso de la
evolución, parece difícil para muchos admitir que
4
J. Monod, El azar y la necesidad, 126. todo lo que existe en el universo no sea más que el
' Pero si el azar interviene plenamente en esta etapa inicial, fruto solamente del azar. A pesar de ser agnóstico y
no ocurre lo mismo en lo que atañe a la selección de estas de inclinarse más bien por el ateísmo, Jean Rostand
mutaciones. Entonces aparece la necesidad, ya que, por un
proceso de selección riguroso, a fin de conservar su integridad
(teleonomía), los seres vivos integran o rechazan esas mutacio- 6
nes (morfogénesis autónoma) y, si las conservan, las transmiten J. Monod, El azar y la necesidad, 49.
7
nciiélicainonlc (invariabilidad reproductora). Ibld., 193.
Muchos científicos, después de haber rechazado a me- nuestros espíritus débiles y frágiles. Esta profunda convic-
nudo la idea de creación durante todo el siglo XIX y co- ción sentimental de la presencia de una razón poderosa y
mienzos del siglo XX, se han hecho hoy más prudentes. Si superior, que se revela en el universo incomprensible, es la
bien algunos siguen negando categóricamente toda idea idea que yo tengo de Dios»2.
de creación y otros permanecen en un prudente escepticis- Pero, a pesar de ello, no podemos menos de subrayar el
mo, son más numerosos de lo que a veces se piensa los que interés de esta investigación, ya que, «por muy insuficien-
la toman de nuevo en consideración: no la juzgan for- te que pueda parecer a los creyentes, sobre todo a los
zosamente estúpida o anticientífica. cristianos, el proceso religioso de la gnosis, es muy intere-
Tal es el caso en concreto de millares de sabios, algunos sante observar que, en una época en que se ve proclamar la
de ellos premios Nobel, reunidos en un amplio movimien- muerte de Dios, en que son tantos los que, incluso entre los
to internacional conocido con el nombre de «Gnosis de cristianos, tienen el sentimiento de que la fe no puede
Princeton», por el nombre de la universidad americana 'resistir' ante la ciencia, algunos científicos de alto nivel
que le dio origen. La existencia de Dios les parece más que llegan a la conclusión de que no solamente la ciencia no
verosímil en la medida en que «desde que se reconocen rechaza a Dios, sino que está obligada a afirmar su exis-
unos proyectos, hay que aceptar la existencia de una inte- tencia»3.
ligencia que engloba y anima el universo»1.
Es verdad que este «Dios» no carece de ambigüedades, 1
F. Russo, La Gnose de Princeton: Études (octubre 1957) 398-
ya que la idea que de él se hacen es a menudo muy vaga. 399.
Así Einstein: «Mi religión consiste en una humilde ad- 2
Einstein, citado por H. Lasserre, Dieu est discret: Fétes et
miración del espíritu superior y sin límites que se revela Saisons 296 (junio-julio 1975) 15.
3
en los más pequeños detalles que podemos percibir con F. Russo, La Gnose de Princeton, 401.
replicaba a esta explicación por el azar: «Hay que podría explicar la aparición y el desarrollo del uni-
encontrar otra cosa» 8 . verso.
Este es, por ejemplo, el testimonio del naturalis-
ta Pierre-Paul Grassé que, por otra parte, no sólo
3. El Dios de la revelación cristiana afirma, como algunos seguidores de la gnosis de
Princeton, la existencia de una «razón poderosa y
como creador del mundo superior» (Einstein), sino al Dios de la revelación
cristiana:
Frente a esta insuficiencia, otros sabios no vaci-
lan en afirmar expresamente la existencia de una Si he vuelto a la fe, ha sido por la ciencia, por un
inteligencia superior creadora. Sólo ella, a su juicio, proceso científico... Si el universo es comprensible, es
porque el universo está ordenado. El caos no es com-
8
Citado por J. Delumeau, Ce queje crois. Grasset, Paris 1985, prensible. Pero ¿de dónde viene este orden del univer-
27; cf. C. Chabanis, Dieu existe-t-il? Non, répondent..., 40. so?... Vivimos en un mundo ordenado... Quien dice
Surge entonces la pregunta: ¿no está Dios en el Sus posiciones, tanto desde el punto de vista científico
fondo de esa noche? ¿Quién puede estar seguro de que como desde el punto de vista filosófico o teológico, son a
no se encuentra allí? ¿Qué prueba tenemos de que la veces discutibles, pero es verdad que «sigue siendo un
inmensidad no tiene sentido? ¿Y de que «la evolución pensador poderoso del que siempre se puede sacar prove-
no tiene proyecto»?... La ciencia no creo que conduz- cho»1.
ca a la negación de Dios, sino que invita más bien al
hombre, a la vez, a quedarse en su sitio y a preguntar-
1
se sobre algo más grande que él... L. Podeur, a. c, más abajo, p. 51.
Por eso hago mía con gusto una reflexión de Jean Para una primera aproximación muy rápida al pensamiento de
Hamburger: «... La ciencia, además de la aventura Teilhard, se puede consultar C. Montenat, L. Plateaux y P. Roux,
suntuosa que ofrece al espíritu h u m a n o , podría ser Para leer la creación en la ewlución, concretamente 78-80, y el
indirectamente fuente de meditaciones capaces de artículo de L. Podeur, Qu'est devenue la problématique de Teilhard?,
liberarnos del sentimiento del absurdo. Pero el cono- en La création: Catéchése 106 (enero 1987) 53-58.
cimiento científico sigue siendo totalmente inepto pa-
ra saciar nuestras profundas necesidades de trascen-
dencia».
tuvo un principio y que sobre ese principio podemos
En otro tiempo, los teólogos... hablaban demasia-
decir alguna cosa. Es verdad que el biólogo ve cómo
do, declarándose competentes en todo. ¿Acaso la in-
se realizan programas en su microscopio sin encon-
versión de las situaciones no conduce hoy a algunos
trar nunca al programador. ¿Tendrá que declarar en-
sabios a cometer este mismo tipo de error y a hablar
tonces que éste no existe?... Ningún saber científico
con autoridad en terrenos que se escapan y se escapa-
será nunca completo ni definitivo. La ciencia no pon-
rán siempre de la ciencia? Esta ilumina un trozo del
drá j a m á s la palabra fin...
camino, pero no puede decir adonde va ese camino.
No le corresponde decir que no conduce a ninguna La ciencia debe ir tan lejos como pueda. Sus resul-
parte. En compensación, la comunidad científica pa- tados, leídos en una óptica cristiana, no pueden me-
rece estar hoy de acuerdo en pensar que el camino nos de iluminar un poco más la infinita riqueza de la
creación. Para mí, la ciencia invita a volverse hacia el
mensaje religioso y a buscar una explicación de ese
9
P.-P. Grassé, entrevistado por C. Chabanis en Dieu existe? cómo con que ilumina los mecanismos. Los cien mil
Oui, 93-94. Se encontrarán en las dos obras de Chabanis: Dieu millones de estrellas de nuestra galaxia, los millones
existe-t-il? Non, répondent... Fayard, Paris 1973, y Dieu existe?
Oui. Stock, Paris 1979, varios testimonios que van lógicamente de galaxias conocidas en el universo..., la complejidad
cu los do.s sentidos según la obra considerada. del cerebro h u m a n o con sus cien mil millones de
58 l'AUA / ) / • ( • / « DIOS
neuronas ¿Acaso (todas estas fabulosas realidades)
no provocan el asombro del observador'
Entonces, ¿por que no dar a este asombro su solu LA CREACIÓN
cion lógica que consiste en pedir a la religión un SE LLEVA A CABO HOY
complemento de información' De este modo me pare-
ce que la ciencia y la religión se respaldan mutua-
mente y tienden la una hacia la otra l0 La creación recubre la totalidad del tiempo, el pasado,
el presente y el futuro La creación se lleva a cabo hoy No
El conocimiento científico del universo puede esta terminada La humanidad es una génesis, es decir, un
llevar por consiguiente a la afirmación de la exis- crecimiento permanente Hoy es día de creación El tiem-
tencia de un Dios creador Y aunque esta idea de po engendra algo nuevo Ademas si se quisiera considerar
creación del mundo no sea totalmente satisfactoria la creación como una realidad acabada, habría mas bien
en la medida en que cuesta trabajo comprender que volverse hacia el futuro para entenderla, porque nues-
como pudo Dios hacer que apareciese la materia ex tra historia la historia de la humanidad, es análoga al
nihüo (de la nada) y como pudo crear un universo desarrollo de un filme, se comprende no deteniéndose en
en el que reinan el mal, el sufrimiento y la muerte ", una imagen, sino conocendo el desarrollo total Hoy no
es la que aceptaremos aquí, ya que nos parece desde estamos todavía creados, la humanidad no se ha mostrado
luego mas satisfactoria que las soluciones de tipo aun en su plenitud
materialista
P Gane La creación una dependencia para la libertad
Sal Terrae Santander 1980 15 16
4. La idea de creación
en la perspectiva judeo-cristiana
El cristianismo afirma asi que Dios ha creado el
mundo Pero (.que quiere decir esto e x a c t a m e n t e ' confunden mas o menos, ya que si hubiera índife-
¿Que encierra esta idea de la creación' renciacion entre Dios y el mundo, nos confundiría-
mos con el y por tanto no seriamos ni autónomos, ni
En realidad afirma tres cosas complementarias libres, ni responsables
— Dios crea un mundo diferente y distinto de el En su acto creador, Dios produce algo que es
— Dios crea libertades diferente de el, distinto de el, en lo que concierne
— La creación no se reduce al problema del co- mas especialmente al hombre, Dios ha creado seres
mienzo del universo autónomos y libres respecto a el
Puede ser que la expansión prosiga indefinidamente - Las «postrimerías» y el «tiempo final» son inaccesi-
Puede ser igualmente que de aquí a unas decenas de millo- bles a la experiencia directa, del mismo modo que los
nes de anos, se detenga y de marcha atrás Tras la expansión «acontecimientos del principio» y «el tiempo inicial» No
presente, sucedería entonces un periodo de contracción y hay testigos humanos Las imágenes y narraciones poéti-
una implosión final La opción entre estas dos posibilidades cas representan lo que no puede escrutarse mediante la
depende de la cantidad de materia que se encuentra en el razón pura, lo que se espera y se teme
universo Actualmente, tenemos algunos motivos para pen- - Las declaraciones bíblicas sobre el fin del mundo
sar que la primera posibilidad -expansión infinita- es la tienen autoridad no como enunciados científicos sobre el
buena pero algunos descubrimientos recientes podrían en final del universo, smo como testimonios de fe sobre un
un próximo futuro poner en cuestión esta opción destino del mundo que las ciencias de la naturaleza no
Aun en su expansión indefinida, el universo no sena pueden corroborar ni refutar De ahí que pueda renunciar-
quizas eterno La materia de que están formados nuestros se a armonizar las declaraciones bíblicas con las diferen-
objetos se desintegraría lentamente en luz Por fortuna, tes teorías científicas sobre el fin del mundo
ese plazo esta aun muy lejos - El testimonio de fe de la Biblia interpreta el fin
primariamente como la culminación de la acción de Dios
H Reeves Patience dans l azur
L evoluüon cosmique 24
en su creación en el fin del mundo lo mismo que en su
comienzo, no se encuentra la nada, sino Dios
no fuéramos mas que productos del artesanado di- de Dios prosigue a través del tiempo Y eso es lo
vino, no seriamos precisamente m a s que objetos esencial Puede decirse, con santo Tomas de Aqui-
Pues bien, somos sujetos conscientes, libres, auto- no, que Dios sigue en cada instante creando el mun-
nomos y responsables Y esto, como veremos en do en la medida en que lo mantiene sin cesar en la
detalle m a s adelante, es sumamente importante al existencia 14 Por eso se habla de «creación conti-
crearnos, Dios ha creado libertades que, a su vez, nua», y esta acción es tan necesaria de parte de Dios
serán creadoras como lo fue el acto por el que produjo ínicialmente
el universo, ya que el mundo no tiene en si mismo
mas razones para perseverar en la existencia que
c) La creación no se reduce para aparecer en ella
al problema del comienzo del universo
Ciertamente, el problema esta precisamente ahí 14
Lo m i s m o ocurriría si el m u n d o lucra eterno (cf ¡>upra p
Peí o no solo ahí, ni mucho menos El acto creador 50 nota 10)
i
III
DIOS Y LA LIBERTAD
DEL HOMBRE
«El hombre se elevará cada vez más alto
a partir del momento
en que no se humille ante Dios».
Nietzsche, La gaya ciencia, n. 285.
En el fondo, lo que niegan los ateos no es tanto la dioses», como dice un personaje de Platón. Y esto, eviden-
trascendencia como tal, sino a un Dios creador, porque, temente, es contrario a la dignidad del hombre. Por tanto,
dicen ellos, si Dios nos crea, no es posible que seamos estamos en presencia de un asunto fundamental.
verdaderamente hombres libres. Seríamos de algún modo F. Varillera, Joie de croire, joie de vivre.
objetos en manos del creador, «muñecos en manos de los Centurión, Paris 1981,143.
Lo mismo que la palabra «Dios» (cf. p. 15), la palabra te aquí es observar que el hombre, a no ser que tenga un
«libertad» es un término muy ambiguo. Puede tomar sen- comportamiento in-humano, no humano, no puede renun-
tidos diversos, y hasta contradictorios. Como tal, es una ciar a apelar a su conciencia, a su reflexión, a su responsa-
palabra «detestable» (Paul Valéry), pero es igualmente bilidad en sus opciones, decisiones y acciones.
una palabra indispensable, ya que designa un valor esen- Por tanto, la libertad no es para nosotros sinónimo de
cial, como fácilmente podemos comprender, aunque nos comportamiento caprichoso, irreflexivo y, en el fondo,
cueste trabajo definirla correctamente. irresponsable. Por el contrario, la libertad es para el hom-
Podría pensarse en primer lugar que la libertad es bre el hecho de obrar como ser dotado de razón. Es para él,
simplemente la ausencia de toda constricción, la posibili- en función de las circunstancias, de los diversos y múlti-
dad de hacercada uno lo que quiera, como quiera y cuan- ples condicionamientos que tiene (educación, historia per-
do quiera. Aparentemente evidente, esta definición es en sonal y colectiva, carácter, situación profesional y social,
realidad poco satisfactoria. Por un lado, concretamente, etc.) y de las situaciones concretas en que se encuentra, el
nuestros límites son múltiples. Por otra parte, sobre todo, hecho de hacer opciones realistas, consecuentes y respon-
no se tiene suficientemente en cuenta el hecho esencial de sables.
que el hombre es un ser consciente, un ser de proyecto, La cuestión que se plantea en estos capítulos se inscri-
dotado del poder de reflexión y responsable de su acción. be en esta perspectiva: ¿Nos niega Dios esta toma de res-
Desde este punto de vista, ser libre no puede consistir ponsabilidad, influyendo más o menos insidiosamente en
para el hombre en contentarse con seguir sus instintos, sus nuestras opciones y previéndolo todo de antemano? O, por
impulsos o sus deseos. Ser realmente libre es en realidad, el contrario, ¿nos invita a asumir plenamente esta respon-
para él, hacer lo que crea que es lo mejor. Ciertamente, ese sabilidad que es la nuestra, respetando totalmente nuestra
«mejor» es sumamente variable según los individuos, se- libertad?
gún los valores aceptados por cada uno, pero lo importan-
el m i s m o h o m b r e y no ya en la n a t u r a l e z a y en su
3
Y la elección para los filósofos ateos es clara. Es
Este esquema no significa que todos los filósofos sean hoy evidentemente la opción del hombre en detrimento
ateos, ni mucho menos. Subraya solamente una evolución que
ha llevado a alguno de ellos a destacar al hombre en detrimento de Dios. Sólo a sus ojos esta opción puede salvar al
de Dios, oponiendo el Dios creador a la libertad h u m a n a . Para
otros filósofos, por el contrario, veremos más adelante por qué
4
no hay contradicción en afirmar simultáneamente la existencia Bakunin, citado por H. Arvon, Bakounine, absolu et révolu-
de Dios y la libertad del hombre. tion. Cerf, París 1972, 105.
hombre Por eso exigen la etiqueta de humanistas Dios fue propuesto por Ludwig Feuerbach, en un
en la medida en que ponen al hombre por encima libro que ha marcado un hito en la historia de la
Pero se trata de un h u m a n i s m o ateo que no cesara filosofía, verdadero detonador en la guerra que al-
de afirmarse es preciso que muera Dios para que el gunos filósofos modernos h a n declarado contra
hombre viva Para esos filósofos, de los que vamos a Dios La esencia del cristianismo
hablar ahora, las cosas están claras en contra de lo El hombre, observa Feuerbach, esta hecho «para
que se creyó por mucho tiempo, no es Dios el que conocer, para a m a r y para obrar», pero en todos
creo al hombre, sino el hombre el que ha creado a estos terrenos, y mas generalmente en todo lo que
Dios Dios es un puro producto de la imaginación y hace, constata que es muy limitado, que no puede
del deseo del hombre siempre conocer, a m a r y obrar mas que imperfecta-
mente Constata ademas que esta sometido al sufri-
miento, que ha de enfrentarse con el mal y final-
3. Ludwig Feuerbach: mente que esta abocado a la muerte
Dios como producto de la imaginación
y del deseo del hombre a) El hombre se proyecta en Dios
Esta idea esta lejos de ser nueva en filosofía Se Pues bien, el hombre esta convencido de que es
encontraba ya en Jenofanes, filosofo griego del siglo incapaz, por si mismo, de superar esos limites Por
VI a C Pero el primer análisis profundo de este eso intenta encontrar una solución satisfactoria pa-
proceso que habría llevado al hombre a «crear» a ra colmar esas lagunas y vencer sus temores, ínven-
tándose un ser perfecto y todopoderoso, que tendría «Dios» y que posee todas las perfecciones cuya ca-
todas las cualidades y no estaría sometido ni al mal, rencia siente él mismo tan cruelmente, el hombre
ni al sufrimiento, ni a la muerte. no hace más que huir hacia un puro fantasma. Dios
Proyectando en el cielo a ese ser que llama no es más que el producto de su imaginación deli-
rante. No es más que el reflejo gigantesco, hipertro-
El movimiento que intenta eliminar a Dios tiende tam- bre , solo puede oponerse una sonrisa filosófica» Estas
bién a suprimir al hombre Sin embargo, era todo lo con- declaraciones tan incisivas dan a entender un razonamien-
trario lo que se buscaba Feuerbach quena «recuperar to coherente si ningún Dios creador ha «querido» al hom-
para la tierra los tesoros que se derrochan en los cielos» bre, este no tiene ni un estatuto particular ni una vocación
Para Nietzsche, el hombre adulto tenia que desembarazar- propia Esta ahí por azar, provisionalmente Y desaparece-
se de «la tela de arana de la causa final» Sartre ha presen- rá Por tanto, no tiene valor en si mismo
tado el ateísmo como el único humanismo posible Pero Esta claro que Dios y el hombre están vinculados
Nietzsche y Sartre han quedado superados por otros mas entre si Si se mata al primero, el segundo tendrá que
lógicos que ellos «Creemos que el fin ultimo de las cien- sufrir la misma suerte
cias humanas, escribe Claude Levi-Strauss, no es consti-
tuir al hombre, sino disolverlo» «En nuestros días, confir- J Delumeau Ce que ¡e crois 39 40
maba Michel Foucault, no se puede pensar mas que en el
vacio del hombre desaparecido A todos los que todavía Sobre este tema véase el capitulo tan sugestivo de J Lacroix El
quieren al hombre, su remado o su liberación, a todos los ateísmo y la crisis del humanismo en su obra El sentido del ateísmo
que todavía se plantean preguntas por lo que es el hom- moderno Herder Barcelona 1968
Pero vamos a ver como, si uno tiene una idea «matar a Dios» para salvar la libertad del hombre
justa y adecuada, no es ni mucho menos necesario Y no solo no es necesario matarlo, sino que es esen-
cial afirmar su existencia en la medida en que el es
que por negligencia en la educación de su fe por r e p r e s e n t a d o el único que garantiza la libertad del hombre y al
nes engañosas se puede decir que ocultan el rostro autentico hombre mismo
de Dios» (Gaudium et spes n 19 2 3)
Ademas de los estudios mas estrictamente filosóficos citados
en este capitulo desde un punto de vista mas bien psicológico
puede verse un análisis muy interesante de este fenómeno de un psicoanalista cristiano M Bellet Le Dieu pervers Cerf París
distorsión de la imagen de Dios entre los cristianos en el libro de 1987
74 l'AKA DI C IR DIOS
8
Dios no gobierna el mundo.
Crea al hombre creador
DIOS
Descartes y Kant
*!~ELHOMBRE~¡
Hoy
!~EL HOMBRE"1,
dice cuando se habla de Dios y de sus relaciones con r,_ DIOS _, L Y DIOS _j
el mundo y sobre todo con el hombre, ya que la El hombre '
tremenda cuestión planteada por estos cambios de
perspectiva es la siguiente: ¿qué lugar deja Dios al
hombre en su creación? Esto es perfectamente posible... con tal que se
tenga en cuenta precisamente la evolución del pen-
En otras palabras, siguiendo siempre a Descar- samiento y la aportación de la modernidad en la
tes y a Kant, y teniendo muy en cuenta toda la imagen que nos hacemos ahora de Dios.
extraordinaria aportación de la modernidad de que
hablábamos en la primera parte, ¿no se puede, en
contra de lo que opinaban Feuerbach y Sartre ',
pensar en una relación entre Dios y el hombre que 1. El hombre es totalmente responsable
no sea una relación de oposición y de rivalidad? de su vida y de su universo
¿No es posible imaginar una relación de tal catego-
ría que se tomen en cuenta a la vez la existencia de En realidad, Dios, el Dios de la revelación cris-
Dios y la existencia del hombre en el respeto más tiana del que aquí hablamos, no es ni mucho menos
absoluto a la autonomía, a la libertad y a la respon- el que se imaginaba Sartre, un Dios que «produjo al
sabilidad propias de este último, según el siguiente hombre... exactamente lo mismo que el artesano
esquema?: produce un cuchillo» 2, un Dios que lo tendría todo
previsto de antemano y que no dejaría ningún mar-
2
J.-P. Sartre, L'existentialisme est un humanisme. Nagel, Pa-
Cf. supra, p . 68. rís 1946, 19-20.
9
gen a la libertad del hombre. Si Dios ha creado el
mundo, no lo ha hecho a la manera como un artesa-
no produce unos objetos materiales 3. DIOS TOMA MUY EN SERIO
Si es posible poner aquí una comparación, se LA LIBERTAD DEL HOMBRE
podría decir que Dios creó al hombre algo así como
los padres engendran a un hijo: no para hacer de él
un ser pasivo en sus manos, sino con la voluntad de Algunos ven a la divinidad como un destino ciego que
hacer de él un hombre libre y responsable de su pesa sobre los hombres, sin que éstos puedan escapar de
propia vida, un ser capaz de asumir su vida. Un ser él. De todas formas, dicen, la suerte está echada. A unos les
que, a su vez, sea creador. Por tanto, no se puede ha tocado la buena suerte y a otros la mala. No se puede
menos de hacer nada; es la fatalidad.
descartar la imagen tradicional de un Dios de omni- La Biblia dice exactamente lo contrario. Cada uno es
potencia autoritaria...; es en la libertad donde el hom- responsable de su vida. La creación se ha puesto en manos
bre debe encontrar el camino que le lleve al más del hombre para que construya un mundo habitable y
perfecto desarrollo posible de sus facultades creado- fraternal. El hombre tiene incluso el poder de utilizar mal
4 su libertad.
ras . Dios es cualquier cosa menos paternalista. Tiene con-
Esto está claro. Y hay que afirmarlo con todo fianza en la criatura. No es un refugio fácil que evite al
vigor: el hombre es una creatura creadora. hombre tomar sus responsabilidades. Toma en serio la
Por otra parte, esto se verifica con evidencia en libertad humana; la respeta. Quiere ser un camarada dis-
nuestro universo occidental secularizado: vivimos creto.
en un m u n d o que ha descubierto su justa autono-
mía y su propia responsabilidad. Pues bien, esta J. Lacourt, Au risque de croire, III.
La difficulté de croire en Dieu, 59.
afirmación —que es lo que aquí nos interesa- no está
en contradicción con la afirmación de Dios, si se
comprende bien que este último, lejos de intentar
competir con el hombre, le deja que tome sus res-
ponsabilidades. rico que aparece como el fruto de su acción creado-
Por eso mismo, de acuerdo en este punto con el ra.
ateísmo moderno, el creyente no puede menos de
afirmar hoy la autonomía del m u n d o y del hombre Nos situamos de hecho en una historia en la que
que es su único responsable. El hombre ha tomado el hombre y Dios son juntamente creadores. En esta
conciencia de su poder, de su eficacia, de su poder perspectiva, hay lugar para Dios y para el hombre, ya
propiamente creador: el porvenir de la h u m a n i d a d que su acción no se sitúa en el mismo plano. El Dios
está en sus manos. Haciéndose «señor y posesor de creador es el que hace existir las cosas y las sostiene
la naturaleza» (Descartes), realiza finalmente el de- en la existencia; es el fundamento sobre el que todo
seo de Dios, que es el de ver al hombre tomando real descansa. El hombre, por su parte, tiene la misión
y libremente su destino. Pertenece al hombre, y sólo de modelar esta realidad que se le ha dado. El
a él, transformar a su manera este mundo que es el hombre y Dios ya no son rivales. En la creación
suyo. Un mundo justamente «secularizado», enor- propia del hombre no queda ningún resquicio para
me cantera de donde saldrá sin cesar un «nuevo un momento en el que Dios interviniera como un
mundo», el del hombre, escena de su devenir histó- eslabón indispensable sin el que el hombre no po-
dría hacer nada. El acto creador de Dios es de otro
orden distinto del acto creador del hombre. Aunque
' Cf. supra, p. 59: «Dios crea libertades», y la observación de siempre presente en su creación, Dios no amenaza
I1'. V;u ilion en el recuadro p. 65. para nada la libertad del hombre. Hace existir al
' A. Ganoc/y, llomme créateur, Dieu créateur, 114-115. hombre. Al hombre le corresponde usar a su juicio
Durante mucho tiempo, esta idea de una providencia coraje o nuestra cobardía, nuestra inteligencia o nuestra
vigilante y benévola sobre mi destino me sostuvo en mi necedad, nuestra generosidad o nuestras violencias
trabajo Pero había ya una idea contraria que anidaba en Cuando en mayo de 1980 me metían en una camilla en
mi espíritu desde 1940, cuando las oleadas de refugiados la sala de operaciones para una intervención a corazón
atravesaban Nantes en dirección hacia el sur abierto, yo sabia que la muerte tenia entonces su oportuni-
Entre las gentes que desembarcaban del norte en las dad Y sabia que Dios no me fallaría En este sentido yo
orillas del Loire había un celebre predicador Vino a creía en su providencia, pero pensaba que la salida de la
predicar a la escuela donde yo estaba y no pudo menos de sala de operaciones después de algunas horas no dependía
evocar el curso de los acontecimientos Las tropas alema mas que del estado del músculo cardiaco, de la habilidad
ñas avanzaban hacia Bretaña Era, decía el padre, en casti- de los cirujanos y de la habilidad de las instalaciones
go por los pecados de Francia Yo tenia 18 anos Me escan- técnicas Lo importante es situar lo esencial En el reloj
dalice No es que creyese que Francia no tema pecados, mismo de la muerte, no es Dios el que fija el momento Es
pero si el predicador tema razón, había que admitir tam a veces el funcionamiento de una válvula Pero Dios no
bien que Dios premiaba a Hitler y esta idea me subleva- falla
ba Mas vaha decir que los franceses no estaban prepara-
dos para esta guerra Los nazis, por el contrario, llevaban J Mousse Le Second Souffle de la fot
cinco anos preparándose Disponían de un equipamiento ou Le Decapage des traditions Luneau Ascot 1984 30 32
moderno y por eso ganaban '
Hoy, sin embargo, sigo creyendo que Dios esta perso
1
nalmente presente ante mi Esto significa que el amor de Unas paginas después volviendo sobre este problema J
Dios previene en todo instante y sin condición alguna mi Mousse añade «Ya dije como me choco aquel sermón de 1940 que
atribuía las desgracias de Francia a sus pecados pasados No me
respuesta posible Y esta solo depende de mi libertad, sin nos me choco unos anos mas tarde la explicación de que Dios
que Dios me sustituya en ningún caso había librado al Carmelo de Lisieux de la destrucción de los bom
bárdeos En efecto parecía que se olvidaban de que las bombas no
Pase lo que pase, Dios aguarda y acoge Pero no es el el se hablan quedado colgadas en el aire y que si no cayeron sobre las
que hace la historia, como tampoco hace mi vida No es carmelitas hubo otros que tuvieron que recibirlas sobre sus cabe
Dios el que decide de ella, sino nuestra libertad nuestro zas» (p 72)
grosas y, de paso, mas o menos contradictorias Por Pues bien, como acabamos de ver ampliamente,
un lado, se afirma que Dios lo previo todo rigurosa no existe un «plan» de Dios, y Dios no «dirige» el
y concretamente de antemano cada uno muere a su m u n d o a su antojo, ya que respeta la libertad del
hora, esta escrito en el libro de la vida y de la hombre
muerte Por otro lado, en cambio, se afirma que Esta es la noción cristiana de providencia divi-
Dios puede intervenir a su gusto en la creación, que na Se basa en una doble convicción por un lado,
puede convulsionarlo todo según su humor, casti- Dios a m a a su creación y en ella muy especialmente
gándonos o por el contrario preservándonos de las a los hombres, por otro, respeta totalmente su liber-
desdichas, de los sufrimientos y de todo lo que ame- tad
naza a nuestra comodidad, «si somos buenos» l4
función del valor moral de lo que viven los unos y los otros Este
14
Aparentemente esto no funciona tan bien pues esta claro problema de la retribución personal se suscita ya en la Biblia en
que la felicidad y la desgracia en esta vida no se reparten en el libro de Job
Nuestra libertad no es ilusoria y, puesto que Dios ha Los cristianos ¿afirmamos tranquilamente, como si se
querido protegerla totalmente, algunos filósofos y teó- tratase de algo lógico, que Dios es omnipotente o, por el
logos de hoy no vacilan en decir que Dios no conoce contrario, experimentamos cierto malestar al decir estas
nuestro futuro. Los dados no están trucados. palabras? Yo creo que, para muchos, esto no tiene dificul-
Dios conoce nuestro tiempo, no sólo porque lo ha crea- tad alguna; en efecto, si Dios es Dios, es difícil concebir
do, sino porque lo lleva en sí mismo como característica que no sea omnipotente. Pero para otros, cada vez más
indispensable de su amor a nosotros. Por tanto, en él no numerosos, la afirmación de una omnipotencia de Dios es
hay previsión, si se le da a esta palabra su sentido espontá- el motivo más serio para no creer.
neo y habitual... Dios, si nos ama realmente, no puede Guardémonos de tomar a la ligera la posición de esos
tener con nosotros esa superioridad mítica del ser que lo hombres: en el fondo juzgan más digno del hombre, y por
sabe todo de antemano. Ño tiene por qué tomar sobre sí consiguiente más verdadero, preferir un cielo vacío al fan-
ese conocimiento del tiempo que nos alienaría y haría de tasma de un emperador del mundo, poderoso, déspota,
nuestra relación con él una añagaza. Vayamos incluso más dramaturgo supremo que manipula las marionetas de la
lejos: Dios no puede tener una previsión de nuestro futuro, tragicomedia humana, fijando, petrificando o bloqueando
una visión anticipada y plena de nuestro porvenir. las libertades que, por otra parte, se dice que ha creado...
Yo creo que los ateos más numerosos son aquellos que
H. Bourgeois, Revoir nos idees sur Dieu, 73-74. rechazan una omni-potencia que niegue o destruya nues-
tra libertad... Pues bien, lejos de ser así, la omnipotencia
de Dios es la omnipotencia del amor. Entre la omnipoten-
cia y un amor omnipotente hay una diferencia radical, un
auténtico abismo. El cristiano no dice que cree que Dios
Se trata de una realidad muy misteriosa, porque sea omnipotente. Dice que cree en un Dios Padre omnipo-
¿cómo puede Dios al mismo tiempo ocuparse del tente... Para el cristiano, decir: «Yo creo en ti», es decir:
hombre con amor y dejarle totalmente libre, con- «Yo sé que tu poder no es un peligro para mi libertad, sino
cretamente libre para hacer el mal o sufrirlo? ¿No que está, por el contrario, al servicio de mi libertad».
está esto en contradicción con su amor?
F. Varillon, Joie de croire, pie de vivre, 133-134.
Aparentemente es así. Sin embargo, hay que
mantener juntas, cueste lo que cueste, estas dos verda-
des: somos libres, totalmente libres y, sin embargo,
Dios nos a m a tanto que, aun respetando totalmente
nuestra libertad, nos a m a con un a m o r loco. Esto
supera nuestra inteligencia y pertenece realmente creo en un Dios que respeta la libertad del hombre»...
al misterio de Dios. Lo esencial es que seamos nosotros mismos los auto-
res de nuestra propia historia.
Es lo que subraya muy bien Varillon, después de
mostrar que no se puede imaginar a Dios indiferen- Varillon insiste mucho en este punto, pero aña-
te, y mucho menos insensible a lo que ocurre en el diendo enseguida:
mundo:
Hay que concebir este respeto de Dios de tal mane-
Cuando Francis Jeanson dice: «Los cristianos cre- ra que no sea indiferencia, una especie de pasividad
en en un Dios intervencionista», le respondo: «Yo en la que Dios espera pacientemente lo que vamos a
El término «prueba», en lo que concierne al problema podemos utilizar, como subrayó perfectamente Kant, en
de la existencia de Dios, es muy ambiguo y, en definitiva, este caso, los mismos medios que utilizamos para conocer
no muy adecuado. nuestro propio universo. No se le puede ver, hablar o tocar
En efecto, suele tenderse, cuando se habla de «prue- en concreto. En contra del astrofísico que puede probar lo
bas» de la existencia de Dios, a imaginarse pruebas de tipo que propone, no se puede verificar concretamente, experi-
científico, es decir, pruebas que concluyen de una manera mentalmente, lo que se dice cuando se afirma que Dios
cierta e irrefutable. Puede pensarse, por ejemplo, en los existe... o que no existe.
astrónomos y astrofísicos que han demostrado y probado Por eso, cuando se habla de «pruebas» de la existencia
que la tierra es un minúsculo grano de polvo perdido en de Dios, se trata más bien de indicaciones sobre la direc-
una gigantesca galaxia, perdida a su vez en medio de otros ción en la que podemos comprometernos cuando intenta-
quinientos millones de galaxias igualmente gigantescas. mos descubrir a Dios y justificar nuestra fe. Por eso, prác-
Se puede estar absolutamente cierto de ello, porque ha ticamente todos los filósofos y todos los teólogos cristianos
sido posible verificarlo a la vez matemática y experimen- están de acuerdo en reconocer que el término «prueba»,
talmente, gracias en concreto a poderosos telescopios y sobre todo en nuestro mundo, cada vez más marcado por
radiotelescopios. el rigor y la precisión científica, no es aquí muy satis-
Pues bien, como no hay ningún medio para verificar factorio. Prefieren hablar de ordinario, como santo Tomás
experimentalmente lo que se propone al hablar de Dios, de Aquino, de «vías hacia Dios» o, por recoger la fórmula
estamos lejos de llegar a esta misma certeza. Como Dios tan sugestiva de W. Kasper, que pusimos como lema de
no es de la misma naturaleza que la realidad sensible que este capítulo, de «invitaciones razonadas a la fe».
nos rodea y que podemos conocer gracias a las ciencias, no
Observaciones 13
sobre el argumento ontológico Ibíd., 506.
14
B. Pascal, Pensamientos n. 543, en Obras. Alfaguara, Ma-
Este argumento fue muy criticado por santo To- drid 1981,404.
16
No olvidemos que las «pruebas» contra Dios, que tienden
a «probar» que no existe, tampoco son demostrativas o decisi-
ls
J Ratzmger, Fot chretienne hier et aujourd'huí vas No es posible demostrar de forma cierta la existencia de
París 1979, 12 Dios ni su no-existencia
Se llega a la paradoja de que la prueba no es eficaz de «Dios existe. Yo lo he encontrado»: es una frase terri-
una forma general más que en donde podría prescindirse ble. Es algo que me sorprende, porque lo que se plantea no
de ella, rigurosamente hablando; y, al contrario, aparece- es que Dios exista. Lo que me extraña es que lo haya
rá casi ciertamente como un juego verbal... para aquellos a encontrado alguien antes que yo. Porque yo he tenido la
los que está precisamente destinada y a los que se trata de suerte de encontrar a Dios precisamente en un momento
convencer. Digamos además que no solamente la prueba en que dudaba de él, en una pequeña aldea de Lozére
no puede sustituir a la creencia, sino que en un sentido abandonada por los hombres. No había allí nadie, nadie.
profundo la supone, y no puede servir más que para el Al pasar por la vieja iglesia, movido por no sé qué instinto,
afianzamiento interior de aquellos que sienten en sí mis- vi una luz. Intensa, irresistible. Era Dios, Dios que rezaba.
mos un divorcio entre su fe y lo que han creído que era una Me dije: ¿A quién reza? No se reza a sí mismo. No a sí
exigencia propia de su razón. mismo, a Dios. No; rezaba al hombre, me rezaba a mí. El
dudaba de mí como yo había dudado de él. Decía: «¡Oh,
C. Maree!, Du refus a l'invocation. hombre! Si existes, dame una señal de ti». Yo dije: «Dios
Gallimard, París 1940, 231-232. mío, yo estoy aquí». El me dijo: «¡Milagro! ¡Una aparición
humana!». Le dije: «Pero, Dios mío, ¿cómo puedes dudar
del hombre, si eres tú el que lo has creado?». Me dijo: «Sí,
pero hace tanto tiempo que no lo he visto en mi iglesia,
que me preguntaba si no sería más que una visión». Le
b) ... pero tienen el gran mérito dije: «¡Quédate tranquilo, Dios mío!». Y él me dijo: «Sí,
de invitar a ¡a reflexión ahora podré decirles allí arriba: El hombre existe. ¡Yo lo
he encontrado!».
Es verdad que estos argumentos
Raymond Devos, Sens dessus dessous.
no son suficientes para calmar la inquietud humana, Stock, París 1976, 29.
pero no hay que considerarlos como indiferentes. No
solamente han colmado las exigencias de rigor de
algunos espíritus —que no es pequeño argumento—,
sino que corresponden a una interrogación auténtica
e inevitable del hombre. Conviene evitar aquí dos la existencia de Dios y darle algunos elementos pa-
excesos; el de exagerar su alcance y el de infravalo- ra justificar racionalmente su fe.
rarlo ".
Finalmente, y quizá sobre todo, porque invitan
Efectivamente, no hemos de rechazar demasia- al menos a la reflexión, planteando cuestiones que
do pronto estas «pruebas». Ante todo porque, si no no son secundarias, ya que se refieren al sentido que
«prueban» a Dios, son por lo menos «invitaciones le damos a nuestra vida y al universo que es el
razonadas a la fe», como decía Kasper. Son «vías nuestro, cuestiones propiamente existenciales que
hacia Dios» y, como tales, pueden conducir a algu- no pueden dejar indiferente al que las t o m a en
nos hacia él. cuenta, sean cuales fueren por otra parte sus con-
Después, porque pueden permitir al creyente ex- vicciones filosóficas y religiosas, sea o no creyente.
plicitar el sentimiento y la convicción que tiene de
¿Cuáles son estas cuestiones?
17
M. Neusch, Aujourd'hui Dieu, 46. — Las pruebas cosmológicas plantean la cuestión
I
refutarla). Por tanto, la cuestión es finalmente la del
hombre en cuanto tal frente a Dios. ¿Será Dios un
freno a su desarrollo o le ayudará a vivir plenamen- LA CUESTIÓN DE DIOS
te su vida? ES VITAL PARA EL HOMBRE
Precisemos los dos términos de esta alternativa
en referencia a las cuestiones planteadas al final del
capítulo anterior a partir de las «pruebas» de la En la situación actual, marcada por la increencia o al
existencia de Dios 7. menos por una sena erosión de las verdades cristianas, es
urgente reintroducir la cuestión de Dios como una cues-
tión vital para el hombre. Hablar de Dios es idéntico a
hablar del hombre, de su destino, de las cuestiones que le
3. Los dos términos de la alternativa atormentan... Por eso, si se quiere tratar de Dios, hay que
pasar por el hombre, doblemente. Primero, mostrando que
a) El vértigo de lo infinito el suelo en donde puede germinar esta cuestión es el hom-
y la tentación del nihilismo bre mismo, luego, manifestando que Dios es el único que
abre su existencia a la autenticidad. Dios, presentado tan-
En primer lugar, ¿qué ocurrirá si se niega la hi- tas veces por el ateísmo como un límite para el hombre,
pótesis de la existencia de Dios? Al negar la existen- debería aparecer al contrario como el que lo desahena y
cia de Dios, el ateo no encuentra la razón de ser revela sus dimensiones infinitas. Tal es el Dios de Jesucris-
fundamental del mundo y del hombre. Al negar a to. Su palabra no es alienante, sino liberadora.
Dios, se decide contra una finalidad y un sentido
últimos de la realidad 8 . No hay nada que explique, M Neusch, Aujourd'hm Dieu, 8
que justifique realmente la existencia del mundo y
su propia existencia. Estamos entonces, como dice
Sartre siguiendo a Heidegger, «abandonados» 9 en
un mundo en el que el hombre no puede hacer más ha mostrado el aspecto «suicida» para el hombre de
que esta muerte de Dios. En efecto, entonces ya no hay
descubrir su soledad total... (en un) universo sordo a nada claro, evidente, sólido. Desaparecido su sopor-
su música, indiferente a sus esperanzas, como a sus te, los valores habituales se derrumban. No hay
sufrimientos y a sus crímenes l0. respuesta alguna a la pregunta: ¿por qué? Falta una
meta. Aparece el vértigo de la nada ".
La «muerte de Dios» es, en efecto, un aconteci-
miento inmenso de consecuencias inimaginables,
ya que con ella aparecen el frío y la noche mortal b) Dios como fundamento último
del nihilismo, es decir, la convicción de la contra- de la realidad
dicción total, del sin-sentido y del no-valor de la
realidad. Nietzsche es sin duda el filósofo que mejor Si, por el contrario, se admite que Dios existe,
¿qué ocurrirá con nuestra comprensión del mundo
7
S o b r e el con\unto de e s t a p r o b l e m á t i c a q u e a h o r a
y de nosotros mismos? Encontraremos en él el sen-
examinamos, véase concretamente el articulo ya citado de J tido último de la realidad y de nosotros mismos.
Milet, L'existence de Dieu Un probleme mal pose'* Quelques
reflexions methodologtques, 53-69, y H Kung, ¿Existe Dios1, 752-
797 " S e ñ a l e m o s a q u í q u e N i e t / s c h e , d e s p u é s de h a b e r l a
8 a n a l i z a d o con t a n t a luLidez, r e c h a z a r a por su p a r t e esta
Esto no significa ni mucho menos que, en una perspectiva
atea, se excluya la posibilidad de encontrar un sentido a la perspectiva nihilista, que no es a sus o|os mas que el refugio de
realidad y a la vida (cf mas adelante, p 102, nota 13) los débiles y los c o b a i d e s F í e n t e a la « n a d a infinita del
9 nihilismo», indícala la única solución que considera valida la
J -P Sartre, L'étre et le neant Gallimard, París 1943, 565 supuración de si mismo y la creación de un nuevo sistema de
10
J Monod, El azar y la necesidad, 186 El hombre esta valoies que permitan al hombre hacerse un super-hombre, un
desterrado «en un universo helado de soledad» (Ibid , 183) «hombre-dios».
Creo que hay que renunciar deliberamente al enuncia- Átomo ridículo, perdido en el cosmos inerte y desmesu-
do: «¿Existe Dios?». Me atrevo a decir que hay que tomar rado, (el hombre) sabe que su ferviente actividad no es
el problema «por la otra punta». No hay que preguntarse más que un pequeño fenómeno local, efímero, sin signifi-
por la hipótesis «Dios», sino por la realidad «mundo», por cación y sin finalidad. Sabe que sus valores no valen más
esa realidad que nos rodea por todas partes. que para él y que, desde el punto de vista sideral, la caída
La única cuestión que puede plantearse entonces legíti- de un imperio, y hasta de un ideal, no cuenta más que el
mamente es ésta: el «mundo», tal como se nos presenta en aplastamiento de un hormiguero bajo los pies de un tran-
este momento de nuestra cultura y de nuestro saber, ¿pue- seúnte distraído.
de bastarse a sí mismo o requiere otra realidad que le haga Por eso no le queda más recurso que aplicarse a olvidar
existir y subsistir? Es la realidad que nos rodea la que la inmensidad bruta que lo aplasta y lo ignora. Rechazan-
constituye un problema. Es ella la que hay que cuestio- do el vértigo estéril de lo infinito, sordo al silencio espan-
nar..., cuestionar incansablemente. toso de los espacios, se esforzará en hacerse tan incósmico
A partir de esta cuestión, pueden proponerse dos tipos como inhumano es el porvenir; obstinadamente replegado
de respuestas: sí, el mundo se basta a sí mismo..., no nos sobre sí mismo, se consagrará humildemente, de forma
habléis de otras realidades aparte de éstas (ésta sería esen- terrena, a la realización de sus designios mezquinos, fin-
cialmente la respuesta marxista, por ejemplo). O bien: no. giendo prestarles la misma seriedad que si se tratase de
el mundo no se basta a sí mismo, y hay que intentar fines eternos.
descubrir ciertas realidades superiores, quizás una reali-
J. Rostand, Hérédüétíracisme.
dad suprema, que es la que hace existir al mundo... Gallimard, París 1939,123-124.
(Esta investigación) es el camino que ha emprendido el
pensamiento científico y con él, como es lógico, el pensa-
miento filosófico. Todos nos hemos puesto a buscar el
«sentido», el «significante».
4. ¿Por qué, en definitiva,
J. Mikt, Dicu, 56.58. la opción por Dios?
EL DIOS DE LA CRISTIANA
¿Quién es entonces ese Dios de la revelación cristiana Porque si Dios es ciertamente el Totalmente-Otro, está
al que estamos aludiendo? Ya hemos dicho muchas cosas al mismo tiempo profundamente inmerso en la historia de
de él a lo largo de estas páginas, pero de una forma necesa- los hombres. Infinitamente cerca de ellos, aunque sin im-
riamente un tanto dispersa. Por eso, vamos ahora a sinteti- ponerse jamás, respetando totalmente su autonomía y su
zarlas desde el punto de vista específico del creyente, des- libertad y dejándose escoger libremente en una opción que
tacando tres puntos que nos parecen aquí fundamentales: procede sólo de la libertad y responsabilidad del hombre.
es ante todo un Dios personal, es un Dios que libera al
hombre y pone su esperanza en él, y es finalmente un Dios
cuya imagen hemos de purificar continuamente.
Un Dios que libera al hombre
y pone en él su esperanza
Un Dios personal Ese Dios de Jesucristo invita a los que creen en él a
Es ante todo un Dios personal, muy distinto de la divi- marchar continuamente hacia adelante. En una extraña
nidad de los filósofos griegos'. No es una simple idea paradoja, ya que es «todopoderoso», se niega a ser para
filosófica. Es un dios personal con el que se puede dialo- ellos una seguridad, un «opio» como diría Marx. Los quie-
gar, un Dios que es igualmente creador del mundo y que re siempre vigilantes y despiertos, ya que pone en el hom-
ama a los hombres como un padre. Lejos de estar total- bre su esperanza. Esto puede parecer extraño; pero si Dios
mente separado del mundo y perfectamente indiferente a ha creado al hombre creador y responsable de su propia
su suerte, como suponía por ejemplo Aristóteles que no creación humana, ¿cómo podría no esperar en el hombre
pensaba en un Dios creador del mundo ni mucho menos en dejándolo libre de estas opciones?
un Dios que se interesase y se ocupase de él, ese Dios está Ciertamente, esta confianza tiene que ser recíproca,
por el contrario íntimamente presente al mundo. pero Dios no responde a la confianza del hombre solucio-
yente es ese «sí a Dios», esa afirmación a la vez que acabamos de hablar, de este acto que lo com-
lúcida, coherente, racional y voluntaria de la exis- promete por entero, no es solamente el «Dios de los
tencia de Dios. Opción que le parece que es la mejor filósofos y de los sabios». Más allá de ese Dios abs-
que le permite, en cuanto le concierne, dar sentido a tracto y desencarnado, piensa en el Dios de la reve-
la realidad y a su propia existencia. lación cristiana, «el Dios de Abrahán, de Isaac y de
El cristiano, sin poder «probarlo», no carece en- Jacob..., el Dios de Jesucristo», para recoger la bella
tonces de argumentos para afirmar y justificar su expresión de Pascal en su Memorial, un Dios que no
convicción de que Dios existe. Lo que pasa es que es solamente el principio de organización del uni-
para él ese Dios objeto de este acto de creencia del verso, sino una persona viva.
años, sobre todo en la época moderna, cada vez más 2. ¿Qué es el mal?
importancia. A medida que el hombre progresaba
en el dominio de la naturaleza, soportaba cada vez
más difícilmente su existencia y las fronteras inso-
portables que le imponía. De ahí ese movimiento de a) El mal y la conciencia
rebeldía creciente contra ese Dios aparentemente
sádico, movimiento de rebeldía basado en la idea, En sentido estricto, sólo se puede hablar de mal
evidente a primera vista, de que, si Dios existía y de sufrimiento a partir del momento en que existe
realmente y era bueno y omnipotente como afirman la conciencia. La materia y el mundo vegetal no
los creyentes, no habría podido permitir el mal y el sufren, y hemos de negar esa tendencia que tenemos
sufrimiento. Ahí es donde se arraiga el ateísmo de a proyectar nuestros sentimientos sobre la natura-
muchos. Si existe, ¿por qué permite esa especie de leza y a bautizar como «malo» lo que es de hecho
maldición «natural». Así, por ejemplo, un terremoto, de suyo,
no es ni bueno ni malo. Es un simple fenómeno
que pesa sobre nuestra vida y que alimenta siempre geológico. Sólo se convierte en malo cuando cuesta
nuestra queja y nuestra rebeldía? 2. la vida de unos hombres —y hasta de unos anima-
les-, porque entonces hay sufrimiento.
Este problema parece efectivamente insoluble,
porque Realmente, si el sufrimiento aparece ya en el
¿cómo pueden afirmarse juntamente, sin contradic-
3
P. Ricoeur, Le Mal, un défi á la philosophie et á la théologie.
2
L. Lavelle-R. Le Senne, Prólogo al libro de M. Scheler, Le Labor et Fides, Genéve 1986, 13-14.
4
sois de la souf/raiice. Aubier, Paris 1936, V. J. Rostand, Pensées d'un biologiste. Stock, Paris 1954, 112.
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PARA DECIR DIOS 113
mal, si están tan desesperadamente mezclados el uno
con el otro?»,
«UNA MULTITUD DE GRITOS...» se pregunta Étienne Borne 5.
Es curioso que no podamos nunca definir el mal de
Más aún que en otros terrenos, cuando uno reflexiona una manera positiva. No solamente entra en una pa-
sobre el problema del mal, mide la inconveniencia de reja que tiene como término contrario al bien, sino
querer ofrecer soluciones lógicas y explicaciones inteligen- que es imposible designarlo sin evocar el bien, del que
tes, salidas con toda perfección de un sistema teológico y es precisamente la privación,
filosófico bien construido. Porque, antes de ser un proble-
ma para la inteligencia, el mal es una cuestión planteada señala por su parte Lavelle 6 .
por la ruindad de los hombres o, más exactamente toda-
El que no se le pueda definir sin referirse al bien
vía, una serie de cuestiones, una multitud de gritos. ¿Por
es algo que no impide que el mal ciertamente exis-
qué nuestras existencias han de soportar los golpes más
ta. No es simplemente, como a veces se ha dicho, la
duros y más inesperados, cuyo sentido se nos escapa mu-
privación de un bien:
chas veces por completo? ¿Por qué algunas vidas se ven
continuamente atenazadas por el sufrimiento?... El filósofo puede entregarse a especulaciones de
Todas estas cuestiones y otras análogas, que han preo- este género en la soledad de su despacho; ¿qué pensa-
cupado siempre a los hombres, pero que en nuestro tiempo rá de él una madre que acaba de ver morir a su hijo?
se imponen con renovada incisión, surgen del drama mis- No, el sufrimiento es una terrible realidad, y es un
mo de la existencia... No toleran respuestas fáciles. optimismo insostenible el que se empeña en definir el
mal... como un bien menor 7.
J Bosc, en Le mal est parmi nous.
Plon, París 1948, 229-230.
c) El mal existencia! y el mal debido
a la libertad del hombre
El mal puede deberse, bien a la naturaleza (mal
mundo animal, el problema del mal no aparece por existencial), bien a la libertad del hombre; esta dis-
su parte más que con el hombre. En efecto, sólo el tinción, aunque pueden darse algunos casos límite
hombre puede pensar su sufrimiento, sufrimiento - p o r ejemplo, ciertas enfermedades (mal existen-
que además no es solamente físico, sino igualmente cial) pueden agravarse por la condición de vida, la
moral; sólo el hombre sufre todos esos sufrimientos polución, etc. (mal debido a la libertad del hom-
no sólo en su presente, en su inmediatez, sino que bre)—, no deja de tener interés, ya que permite tener
los reparte a la vez en un pasado que revive y en un ciertos puntos de apoyo.
futuro que teme - l o cual no hace más que intensifi- Se designa con la expresión «mal existencial» el
carlos-; finalmente, sólo el hombre tiene la aguda mal que se deriva para el hombre de su existencia
conciencia de una frustración que no parece «natu- «natural» en el mundo. En efecto, desde este punto
ral ». de vista, el hombre está sometido a la enfermedad,
al sufrimiento, a la muerte, a la angustia.
b) ¿Se puede definir el mal? Al no poder suprimir totalmente sus sufrimien-
tos y sus límites debidos a su condición natural,
Esto es sumamente difícil, ya que, si el mal exis-
te ciertamente en sí mismo, no se le puede definir
' E. Borne, Le Probléme du mal. PUF, París 1958, 52.
más que en relación con un bien que ese mal dismi- 6
nuye o compromete. L. Lavelle, Le Mal et la souffrance. Plon, París 1940, 52.
7
H. Bergson, Les deus Sources de la moróle et de la religión.
¿Sabemos realmente... lo que es el bien y lo que es el Alean, París 1932, 280.
Ante el cuadro tan sombrío de los males debidos a la felicidad que tienen los hombres (Pero nosotros) hemos
libertad humana, podríamos preguntarnos si no sena corregido tu obra y la hemos asentado sobre el Milagro, el
preferible un mundo de esclavos a un mundo en el que Misterio y la Autoridad Y los hombres se han alegrado
rema la libertad Los hombres serian allí felices por no mucho al verse conducidos de nuevo como un rebaño y al
ser libres, mientras que Dios, al crear al hombre libre, notar que habían levantado ya de su corazón aquella terri-
corno el nesgo de que este usara mal de su libertad Y ble y pesada piedra de la libertad, que tantos sufrimientos
desgraciadamente asi ocurrió En Los hermanos Kara- les había ocasionado Dime ¿temamos o no temamos ra-
mazov, Dostoyevski suscito este problema Es la famosa zón al obrar como lo hemos hecho? Al reconocer humilde-
«Leyenda del Gran Inquisidor» He aquí algunos pasa- mente la débil condición de la Humanidad, al aliviar su
jes de este texto carga y al pedirle que peque, pero con nuestra autoriza-
ción, ¿no hemos demostrado amarla? Pues entonces, cpor
La acción de mi poema tiene lugar en España, en Sevi- que has venido a estorbarnos? ¿Por que miras en silencio
lla, para mayor exactitud, en la época mas terrible de la con tus dulces y penetrantes ojos? Toda la Humanidad
Inquisición, cuando todos los días se encendían en aque- sera feliz Ya no se rebelaran los hombres, ni intentaran
llas tierras grandes hogueras para gloria de Dios (En destruirse mutuamente, como hacían durante el remado
medio de la muchedumbre, Jesús) aparece silenciosamente, de tu famosa libertad |Ah, desde luego, lograremos al fin
sin hacer notar su presencia, pero todo el mundo le recono- convencerles de que no serán realmente libres hasta que
ce, cosa extraordinaria Le rodean enseguida y le siguen renuncien a su libertad en favor nuestro, sometiéndose a
por todas partes El pasa en silencio por mitad de la multi- nosotros1 tY sera entonces verdad lo que les hemos dicho,
tud, con una sonrisa de infinita compasión (En el atrio de o habremos mentido? Creo que ellos mismos se convence-
la catedral de Sevilla resucita a una niña) En este momen- rán de que tenemos razón, porque recordaran muy bien a
to pasa por la plaza el Gran Inquisidor Lo ve todo que esclavitud, a que desesperación les había conducido la
Frunce las espesas cejas negras y le brillan los ojos con libertad que les diste La libertad, el libre albedno y la
siniestro fulgor (Manda detener a Jesús) y tal es su poder ciencia les habrán extraviado por tan profundos barrancos
y tan acostumbrado a obedecerle en todo se halla el pue- y les habrán colocado delante de tantos milagros y miste-
blo, que la multitud, dócil y temblorosa, se aparta in- rios, que unos, rebelándose, llenos de rabia, se destruirán a
mediatamente ante la guardia del Santo Oficio, que, en si mismos, mientras que otros, también en franca rebelión,
medio de súbito y profundo silencio, detiene a Jesucristo y pero mas débiles, se dedicaran a destruir a los demás, y
se lo lleva preso algunos mas, sin fuerzas ya y sintiéndose inmensamente
(En medio de la noche, el Gran Inquisidor va a visitar a desgraciados, se llegaran a nuestros pies arrastrándose, y
Jesús en la cárcel) -¿Por que has venido a estorbarnos? exclamaran «Si, temáis razón, tan solo vosotros poseéis el
Porque es muy cierto que has venido a estorbarnos, y lo secreto de Dios, y a vosotros volvemos ¡Salvadnos de
sabes perfectamente , pero mañana mismo voy a conde- nosotros mismos1» Al recibir de nuestras manos el pan,
narte, y haré que te quemen como al mas odioso de los verán, sin lugar a dudas, que hemos cogido los panes,
herejes Esta misma multitud que hoy te besaba los pies, producto de su propio trabajo, para distribuírselos, sin
mañana, a un solo gesto de mi mano, correrá a arrojar leña ninguna clase de milagro, verán que no transformamos las
a la hoguera donde vas a arder Has visto hombres libres, piedras en panes Pero lo que les hará verdaderamente
pero han depositado su libertad a nuestros pies (Al darles felices no sera tanto el pan en si como el hecho de recibirlo
la libertad), les has quitado la única forma de conseguir la de nuestras manos, porque recordaran muy bien que an-
intenta dominarlos y hacerles retroceder todo lo los campos de concentración en que se envilece al
posible Lo logra en parte, gracias por ejemplo a los hombre hasta nuestras civilizaciones en donde el
fantásticos progresos obtenidos en el terreno de la dinero lo pudre todo, pasando por las guerras, el
medicina, pero sabe perfectamente que no podra paro o el hambre, cuantos sufrimientos a veces ini-
jamas suprimirlos por completo J a m a s podra sus- maginables y siempre escandalosos por deberse al
traeise a todos los fenómenos naturales que engen- hombre mismo Y ahí esta el escándalo en la utili-
dran el mal, los sufrimientos y la muerte zación perversa de la libertad
Pero en nuestro mundo no solo nos encontramos El escándalo del universo, subrayaba Bernanos,
con el sufrimiento y con el mal natural También no es el sufrimiento Es la libertad Dios ha hecho
hemos de padecer el mal debido a la libertad de la libre a su creación ese es el escándalo de los escanda
acción consciente y voluntaria del hombre y que se los, puesto que todos los demás proceden de el 9
deriva directamente de su propia libertad Desde
En ambos casos, la cuestión es la misma ¿Por
8 que existe el m a P ¿Que es lo que podría explicar el
Esto plantea evidentemente problemas muy serios en filo-
sofía moral concretamente los de la falta y la culpabilidad y, mal metafisico 7 ¿.Por que el hombre usa muchas
para un cristiano el del pecado En efecto la fe cristiana estable veces tan mal de su libertad ?
ce un vinculo esencial entre el uso pervertido que el hombre hace
de su libertad y lo que la fe llama precisamente «pecado» nega
tiva a responder a los deseos de Dios que invita al hombre a voluntad de obrar mal existe en el hombre' 3 (Sobre este punto
compartir su vida y a construir con sus manos un mundo justo y cf mas adelante el recuadro p 126 «El pecado original»)
fraternal 9
G Bernanos La Liberte pour quoi faireJ Gallimard París
Sigue en pie esta cuestión esencial ¿por que el pecado esa 1972 224
E
no existían ni el mal, ni el sufrimiento, ni la muer-
n contra de lo que m u c h a s veces se cree, los te: el p a r a í s o . Luego, por razones diversas, se pro-
mitos distan m u c h o de ser bonitas historie- dujo u n a r u p t u r a entre los h o m b r e s y ese dios o
tas p a r a niños. A través de las formas s u m a m e n t e esos dioses. Desde entonces se rompió la a r m o n í a .
diversas, y a veces muy complejas, que pueden Es la caída, con la aparición del sufrimiento, del
tomar, estos relatos ficticios i n t e n t a n a p o r t a r u n a dolor, del mal, de la angustia, del tiempo, de la
explicación a las cuestiones esenciales que se m u e r t e . Sintiendo la nostalgia de ese paraíso per-
plantea el h o m b r e en lo que concierne a la exis- dido, los h o m b r e s vivirán en la esperanza de vol-
tencia del m u n d o y a su propia existencia, por ver a encontrarlo p a r a refugiarse en él de todas las
ejemplo los misterios de su origen, de la creación, agresiones y de todas las dificultades de la vida.
de la presencia del mal en el m u n d o y en él mis-
mo, etc.
El mito coloca, en un primer momento, un mundo
Aparentemente ingenuos e infantiles, estos rela- fuera del mundo y un tiempo antes del tiempo, en
tos —que son de todas las épocas, incluida la nuestra donde se desarrollan unas existencias dichosas al
(cf. Superman, Rambo...)- son en realidad suma- abrigo del dolor, de la falta y de la muerte, es decir, de
mente interesantes. Porque, al no poder ofrecer una todas las formas del mal... Luego, en un segundo
solución a los problemas que abordan, ofrecen cier- momento..., el mal invade esta esfera superior y ante-
tas indicaciones de primera importancia sobre el rior de la existencia...: los dioses se hacen la guerra,
propio hombre y sobre sus deseos. Esto resulta par- algunos ángeles se convierten en demonios y los seres
ticularmente evidente en lo que concierne al doble sobrenaturales se mezclan en las pasiones y en los
problema de la creación y de la existencia del mal y asuntos de los hombres, dándole al mal unas profun-
del sufrimiento. didades abismales. Estos dos tiempos que componen
Esta doctrina fue fundada por Manes (o Maní), que Leibniz intentaba sobre todo justificar (declarar ino-
nació y vivió sobre todo en Persia en el siglo III de nuestra cente) a Dios del mal, de ahí la palabra «teodicea» (del
era Manes intentaba explicar el mal afirmando la existen- griego theos, Dios, y dike, justificación), que invento para
cia de dos principios antagónicos que luchaban sin cesar designar su tesis y servir de titulo a una de sus principales
entre si en el universo el bien y el mal Hay una oposición obras sobre este problema Ensayos de teodicea sobre la
absoluta v constante entre dos «dioses», el del bien y el del bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal
mal, entre el mundo de la luz y el de las tinieblas Las (1710) Desde el siglo XIX, esta palabra, «teodicea», sirvió
almas humanas serian fragmentos de luz encerrados en la para designar la reflexión filosófica sobre Dios a partir de
materia carnal, expresando esta ultima el mal original del solo la luz de la razón y de la experiencia humana
que las almas han de intentar liberarse
Solo la gnosis, el «conocimiento real», puede dar la
iluminación y conducir a la verdad El camino de la libera-
ción no puede pasar mas que por la ascesis y la practica de
las virtudes ensenadas concretamente por los mensajeros mundo cambia sin cesar, precisaba también Hera-
divinos, que son, por ejemplo Abrahan, Buda, Jesús y el chto, y en ese perpetuo fluir hay un enfrentamiento
propio Manes constante entre el bien y el mal Pero en estas oposi-
La sociedad se divide en dos grupos los «perfectos» ciones que continuamente renacen, el bien acaba
que renuncian al mundo y viven en la castidad, la pureza y siempre imponiéndose «El bien y el mal son una
la ascesis absoluta , y los otros Los partidarios de esta sola cosa», afirma s
doctrina se extendieron rápidamente por Europa En Si nosotros oponemos el bien y el mal, es por
Francia, los mas conocidos fueron los cataros (de una pala- culpa de nuestras ideas estrechas y parciales Pero
bra griega que significa «puro»), en los siglos XII y XIII realmente se unen en una real armonía En esta
El maniqueismo fue combatido siempre muy vigorosa- perspectiva,
mente por la Iglesia como contrario a la fe cristiana, ya
que para ella no existe mas que un solo Dios, precisamente un fracaso anuncia un progreso, una injusticia una
el de la revelación cristiana nueva justicia, una muerte un renacer El crepúsculo
se ve siempre recompensado por una aurora 6
II
• Leibniz
De manera muy distinta, esta idea de Heráclito JAMAS SE PUEDE REDUCIR EL MAL
se repetirá regularmente a lo largo de la historia.
Concretamente en Leibniz que, en el siglo XVIII, A SER TAN SOLO
intentará igualmente serenar al hombre procuran- LA SOMBRA DE UN BIEN
do al mismo tiempo disculpar a Dios, que era lo
más importante para él. Ese será el objeto de su
«teodicea», y para ello intentará a su vez situar el Hay que integrar el mal en un plan o en una realización
mal dentro del orden universal. Su tesis sigue sien- más amplia en donde juega el papel de medio o de condi-
do célebre como característica del optimismo meta- ción necesaria para un bien mayor... Este es el argumento
físico, ridiculizado por Voltaire en su novela Cándi- que han desarrollado grandes filósofos, como san Agustín,
do. Pero ridiculizado en parte injustamente, ya que santo Tomás de Aquino, Descartes. Este escribe: «La mis-
Voltaire caricaturizó fuertemente el pensamiento ma cosa que, quizá por alguna razón, podría parecer muy
de Leibniz sin percibir su profundidad. imperfecta si estuviera sola..., es muy perfecta si se mira
como una parte del universo».
Para comenzar, Leibniz no negó nunca la reali-
Leibniz, que llevó muy lejos esta idea, piensa que «el
dad trágica del mal. Todo lo contrario. Pero, sub-
mal deja de ser mal si es un momento necesario en el
raya Leibniz, si el mal existe, es porque Dios no
progreso». Lo mismo decía Stalin. Y también Hitler. Para
podía crear un m u n d o perfecto. Eso habría sido
éste, la supresión de seis millones de judíos era una condi-
realmente contradictorio, ya que, si Dios hubiese
ción de progreso de la humanidad, lo mismo que para
creado un m u n d o perfecto, ese mundo, en virtud de
Stalin la liquidación de todos los que se oponían a su
su perfección total, no habría podido ser más que
régimen. El mal, se dice, pierde su carácter de mal desde
otro Dios, lo cual es impensable, ya que Dios es
que se le sitúa en la perspectiva del desarrollo total: el
único. Por tanto, no puede haber dos perfecciones
sufrimiento no es más que una crisis de crecimiento; la
absolutas, es decir, dos dioses.
guerra es la gestación de la historia; el sacrificio de las
Por ser creado, el universo es necesariamente generaciones presentes permite el acceso a la sociedad
limitado, y entonces el mal existe también necesa- futura...
riamente en él. Pero, entre todos los mundos que Semejante justificación del mal es no solamente super-
podía crear, Dios creó el mejor de los mundos posi- ficial, sino injusta y, por tanto, al ser injusta, es también
bles. El mundo que él escogió crear es en definitiva un mal. No se hace desaparecer el mal, sino que se añade
el que encerraba el máximo de bien y el mínimo de mal al mal. Hay argumentaciones que no sólo son inefica-
mal. Así, Dios habría podido ciertamente crear un ces, sino mortalmente malas y literalmente escandalosas.
mundo sin Nerón, el célebre emperador romano, Semejante filosofía no es posible más que anulando al
justamente calificado de «tirano sanguinario»; pero individuo, a la persona, al hombre concreto...
un mundo sin Nerón habría supuesto necesaria-
mente otras imperfecciones y otros males más gra- F. Varillon, Joie de croire, joie de vivre, 266.
ves que los que provocó su existencia.
El problema, siempre según Leibniz, que repite
aquí el planteamiento de Heráclito, es que sólo se
ve una parte de la realidad. Si se viera la realidad evita siempre otros males mucho peores y desembo-
en su totalidad, nos daríamos cuenta de que el con- ca siempre en el bien.
junto es finalmente armonioso y que, en definitiva,
el bien siempre se impone. El mal es necesario en el Es inútil decir que esta argumentación es total-
mundo, lo mismo que las sombras en un cuadro, mente insatisfactoria. No sólo no consigue discul-
para destacar la luz y el relieve, o como las disonan- par a Dios, sino que resulta «literalmente escanda-
cias sabiamente integradas en la armonía general losa» frente al sufrimiento concretamente vivido
de una sinfonía. El mal es espantoso y terrible, pero que el mal ocasiona. El mal es siempre mal y no se le
1. Una perspectiva diferente elementos que proceden más bien del terreno de la
fe y de la reflexión teológica, elementos que hemos
de tomar muy en cuenta ahora para comprender la
bien, está claro que ninguna, incluido el cristianis- 2. El mal es siempre un mal
mo!, propone soluciones realmente satisfactorias. que hay que combatir sin cesar
¡Este último hecho apela ciertamente a la idea de
«pecado original», pero, si de este modo afirma que El creyente, como acabamos de ver, está total-
el mal está en cada ser humano, esto no explica por mente de acuerdo con Camus cuando afirma que
qué está el mal en él... y mucho menos explica el hay que luchar continuamente contra el mal. Con-
mal « existencial». viene subrayar esta posición, ya que éste es efecti-
¿Por qué esta constatación de su impotencia pa- vamente el punto de partida de la reflexión cristia-
ra explicar válidamente la existencia del mal y del na sobre el mal. El creyente no tiene la pretensión
sufrimiento no conduce al cristiano a negar a Dios? de aportar «la» solución al problema del mal (que
¿Por qué no lo conduce a pensar que el mundo es no explica mejor que el no-creyente); propone más
finalmente absurdo? En primer lugar, porque tiene bien una actitud práctica que está hecha esencial-
«otra» imagen de Dios, como hemos visto concreta- mente de rebeldía y de combate activo contra todos
mente en los capítulos anteriores, rechazando la los males y todos los sufrimientos..., aunque es ver-
imagen del Dios omnipotente del teísmo y del ateís- dad que esta actitud no ha sido siempre, desgracia-
mo tradicionales, verdadero potentado o tirano que damente, la de los cristianos que han sentido más
manipula al hombre a su antojo, en beneficio de un bien la tendencia a cultivar el estoicismo o el dolo-
Dios cercano a los hombres y respetuoso de su liber- rismo que la revuelta activa.
tad, tal como lo concibe la revelación cristiana. El cristiano... está invitado a desechar una expli-
Y en segundo lugar, porque hace intervenir otros cación del mal que es necesariamente estéril e insufi-
Esta expresión no puede designar el pecado de Adán y muy rico que subraya concretamente que el mal, el peca-
Eva, ya que estos personajes no han existido nunca , sin do , ese famoso «pecado original», esta en el hombre, en
contar con que, en el supuesto de que hubieran existido, todo hombre 3 Pero no indica absolutamente nada de por
habría sido profundamente injusto que todos sus deseen que esta allí «El pecado original no es ni mucho menos
dientes sufriesen indefinidamente las consecuencias de su una explicación del origen del mal»4
eventual falta «original» «Si Dios hubiera creado a un
hombre para pillarlo en su primera falta y castigarlo con 1
una muerte que habría de durar toda la existencia de la G Martelet Adam est d coupabW Panorama n 201 (febrero
humanidad entera, subraya un teólogo contemporáneo 1986) 24
2
(Martelet), Dios sena culpable El que la muerte y la finí Cf supra p 116 nota 8
3
tud puedan tener como origen a un solo hombre y un solo La etimología de la palabra Adán» subraya la universalidad
pecado es una iniquidad Y ese Dios no puede menos de de este pecado «Adán no es un nombre propio nunca ha habido un
personaje bíblico llamado Adán La palabra Adán en hebreo es un
engendrar el ateísmo» nombre común significa el hombre> (o c Rey Mermet Croire
pour une redecouverte de la fot 156)
«Ciertamente, prosigue Martelet, el relato de los oríge- 4
nes atribuye sin vacilar, por lo visto, la existencia de las F Vanllon Jote de croire ¡ote de vtvre 271
espinas y abrojos, la fatiga del trabajo y los dolores de Para profundizar un poco mas en la reflexión sobre el problema
parto a la falta inicial de Adán Pero hay algo que no va del pecado original se pueden leer las siguientes obras (en castella
en la exegesis asi comprendida del relato de la Caicia, hay no) Ch Baumgartner El pecado original Herder Barcelona 1971
que tener el coraje de decirlo»' M Fhck Z Alszeghy El hombre bajo el signo del pecado Sigúeme
Salamanca 1972 A M Dubarle El pecado original en la Escritura
Y lo que no va, por recoger los términos de Martelet es Barcelona 1971 P Grelot El problema del pecado original Barcelo
que no se puede hacer una lectura fundamentalista de la na 1970 D Fernandez El pecado original tmilo o realidad'' Valen
Biblia En realidad, el relato de la caída original (Gn 3) es cía 1973 H Rondet El pecado original Barcelona 1969 XXIX
un relato mitológico y simbólico Como tal, es un relato Semana Española de Teología Pecado original Madrid 1970
cíente para inclinarse por la actitud concreta que el Lo que ocurre, y aquí esta la diferencia con Ca-
hombre debe tomar frente al mal Hay que renunciar mus, es que esta actitud de rebeldía y de combate
definitivamente a encontrar una explicación, una fun contra el mal y el sufrimiento se basa en unas con-
cion, una finalidad para el mal Aun dentro de la fe vicciones que, en definitiva, lo llevan, no a negar a
no hay explicación para el mal La fe no esta hecha Dios, sino a afirmar, por el contrario, a pesar del
para explicar las cosas (esta tarea le corresponde a la mal y del sufrimiento, la existencia de Dios
ciencia o a la filosofía) Dios no explica el problema
del mal, no es un profesor que nos de unas respuestas Esta actitud de rebeldía y de combate incesante
eruditas a las cuestiones que le planteamos Dios no contra el mal y el sufrimiento se basa efectivamente
responde a nuestra curiosidad intelectual El mal no para el creyente en estas dos certezas
esta hecho para ser comprendido, sino para ser com- — El hombre esta hecho para ser feliz, y Dios no
batido» ' quiere j a m a s ni el mal ni el sufrimiento
- Aparentemente impotente frente al mal, Dios
es sin embargo solidario de los hombres en el sufri-
1
F Vanllon Jote de croire, jote de vtvre, 271 miento
¡i
a) El mal y el sufrimiento j u e z , d e s u r e c h a z o o d e l e s f u e r z o d e v o l u n t a d p o r el
siguen siendo realidades terribles que las p r u e b a s p u e d e n ser o no s u p e r a d a s p o r c a d a
uno, haciéndose asi fuente de purificación y de pro-
contra las que hay que luchar sin cesar... f u n d i z a c i ó n o, p o r el c o n t r a r i o , a p l a s t a r y d e r r i b a r
Digámoslo una vez m á s : el mal y el sufrimiento a q u i e n lo sufre.
no tienen ni pueden tener por si mismos valor algu-
no 4 . El mal no es nunca justificable, y hay que
rechazar absolutamente toda filosofía o toda teolo- c) El hombre está hecho para ser feliz
gía que quisiera encontrarle un sentido cualquiera. Dicho esto, sigue siendo verdad que el h o m b r e
Es algo tremendo, espantoso, contra el cual el está hecho ante todo y sobre todo p a r a la felicidad.
cristiano y el no cristiano tienen que rebelarse sin Y esto es tan cierto, que esta búsqueda de la felici-
cesar. El cristiano, como todo ser h u m a n o , puede dad es precisamente el aguijón que espolea sin ce-
ciertamente aceptarlo cuando es por desgracia víc- sar al h o m b r e a c o m b a t i r el mal y el sufrimiento 7 ;
tima de el, pero j a m a s puede buscarlo de ningún su deseo de felicidad es mas fuerte que el m a l .
modo:
La rebelión de la conciencia ante el mal s e n a un
El dolor no puede ser jamas algo que se desee Es y absurdo si no se arraigase en una certeza A no ser que
debe ser tan solo algo que se acepta. Como ciertas se resigne uno al absurdo de sus aspiraciones mas
dignidades terribles, como ciertos honores que abru- fundamentales por la justicia, el bien, el amor, la
m a n Se los recibe, pero no se los busca ^ fraternidad, a no ser que acepte decir que todo esto es
ilusión, hay que admitir detras del rechazo o del es-
cándalo del mal una aspiración que, en cierto modo,
b) ... aunque pueden ser la ocasión nos asegura ya que el m a l esta superado Si protesta-
para una profundización de la persona mos contra el mal y el sufrimiento, es porque estamos
hechos para la dicha, porque nuestra vocación es la
Dicho esto, hay que reconocer sin embargo que el
felicidad Afirmo que, si nuestra vocación no fuera
sufrimiento puede ofrecer la ocasión para una profun-
una vocación para la felicidad, nuestra indignación
dización de la persona y tener asi un valor indiscu-
contra el mal y contra el sufrimiento no s e n a lo que
tible 6 .
es8.
P e r o e n t o n c e s h a y q u e s e ñ a l a r b i e n q u e el sufri-
m i e n t o n o es ni m u c h o m e n o s l a c a u s a d e e s a p r o -
f u n d i z a c i ó n h u m a n a y e s p i r i t u a l , s i n o sólo l a oca-
sión. Todo d e p e n d e r e a l m e n t e de la m a n e r a c o m o 4. Un Dios aparentemente impotente,
se r e c i b e y se v i v e . E s t a m o s a q u í frente al m i s t e r i o pero que es solidario del hombre
i n s o n d a b l e del sufrimiento y frente al misterio en el sufrimiento
igualmente insondable, del q u e nadie puede ser
P o r t a n t o , si e s i n c o n c e b i b l e e i m p o s i b l e d e c i r
4
Ciertamente, el sufrimiento físico puede ser a veces la q u e Dios p r o v o c a el m a l y el s u f r i m i e n t o , s i g u e e n
advertencia de una enfermedad que se prepara Pero muchas p i e el m i s t e r i o e n la m e d i d a e n q u e Dios p a r e c e s e r
veces este «monitor» funciona mal Enfermedades muy graves él m i s m o i m p o t e n t e a n t e e s t a s t e r r i b l e s r e a l i d a d e s .
como el cáncer pueden desarrollarse sin producir ningún dolor E s t a m o s tocando aquí algo paradójico e inexplica-
por largo tiempo, mientras que ciertas «tonterías» que no son
tan graves, si se las cura a tiempo, como la canes dental, resul- b l e : la a p a r e n t e d e b i l i d a d d e D i o s .
tan sumamente dolorosas Ademas, no se comprende por que un Esta paradoja tan extraña y tan desconcertante
«monitor» debería necesariamente hacer sufrir ¿por que no un
«monitor» indoloro1
5 7
G Duhamel, citado por L Jerphagnon, El mal y la existen- O al menos que debería impulsar al hombre a luchar en
cia Nova Terra, Barcelona 1966, 112 este sentido
6 8
L Jerphagnon, Ibid, 114 F Vanllon, Jote de croire, ¡ote de vivre, 272-273
i
Bibliografía
Para ayudaros a profundizar mas en vuestra reflexión, tante difícil, toca el problema de Dios en sus dimensio-
aparte de las obras citadas en el texto, encontrareis aquí nes filosóficas y teológicas
una pequeña selección de libros en español que tratan del N Kutschki, Dios hoy, ¿problema o misterio? Sigúeme,
problema de Dios asi como de los diversos temas trata Salamanca 1967, 251 p De lectura fácil y sugestiva
dos en esta obra
H Kung, ¿Existe Dios0 Respuesta al problema de Dios en
En los libros citados hay abundantes complementos nuestro tiempo Cristiandad, Madrid 1979, Libro enor
bibliográficos me (972 p ), donde se estudian en detalle los principa-
les filósofos modernos, sobre todo los filósofos ateos,
1. Obras generales sobre el problema de Dios antes de proponer un método de acercamiento a Dios
J Anas, El Dios en quien no creo Sigúeme, Salamanca Obra monumental y fundamental , pero relativamen-
1971 257 p Sugestivo e incisivo a veces en la exposi- te difícil Imprescindible para los que quieran ahondar
ción de las falsas imágenes que se tienen de Dios seriamente en su reflexión sobre el problema de Dios
en una perspectiva filosófica
L Boros, El hombre y su Dios Ed Paulinas-Verbo Divino,
Madrid 1972, 237 p Intenta elaborar una nueva ima- M Martínez de Vadillo, La idea de Dios en tiempos de
gen de Dios en consonancia con nuestra mentalidad increencia Fe y ateísmo en nuestros días Atenas, Ma
moderna d n d 1986, 220 p Profundo y sencillo a la vez, muy
buena exposición para el pensador medio
D Díaz, Preguntarse por Dios es razonable Encuentro,
Madrid 1989, 521 p Ensayo de teodicea, exposición E Miret Magdalena, El nuevo rostro de Dios Madrid 1989,
clara y sintética de los planteamientos que hoy se 252 p El porvenir de la religión
hacen de la cuestión sobre Dios O Muck Doctrina filosófica de Dios Herder, Barcelona
C Geffre, El cristianismo ante el riesgo de la interpretación 1986, 236 p Exposición profunda, metódica y un
Cristiandad, Madrid 1984, 332 p Ensayos de herme tanto a n d a
neutica teológica Obra densa y difícil, pero rica en J M Paupert, cEs todavía posible la fe? Península, Madrid
sugerencias 1967 239 p Interesante acercamiento al ateísmo mo
J Gómez Caffarena-J Martin Velasco, Filosofía de la derno
Religión Revista de Occidente Madrid 1973 501 p J Rat/inger, Dios como problema Cristiandad Mudiid
Tras una primera parte sobre fenomenología religiosa, 1973, 236 p Recoge v a n a s aportaciones dt losltologos
la segunda parte (277 s ) trata con densidad la proble- modernos a esta cuestión
mática mas propiamente metafísica H J Schull/ cEs esto Dios? Hcrdci, Barcelona 1973,284
W Kasper, El Dios de Jesucristo Sigúeme, Salamanca p Recoge las icspuestas hisloncas al p m b l u n a de
1985, 383 p Libro solido y muy informado, pero bas- Dios, útil e ínteiesanle
C. Journet, El mal. Ensayo teológico. Madrid 1964. Exposi- J. Rovira Belloso, Revelación de Dios, salvación del hom-
ción clásica. bre. Secretariado Trinitario, Salamanca 1979, 342 p.
En las p. 162-190 ofrece una reflexión sobre el proble-
J. Maritain,... Y Dios permite el mal. Guadarrama, Madrid ma del mal, en la perspectiva cristiana, muy rica y
1967, 146 p . Exposición seria y cruda del problema e profunda.
ALIENACIÓN DOLORISMO
(en Feuerbach y Marx): Estado de aquel que, debido a Amor más o menos morboso del dolor por sí mismo.
las condiciones exteriores —religiosas-económicas-políti-
ESCEPTICISMO
c a s - no es libre, sino que está dominado por alguien o por
En general, doctrina según la cual el espíritu h u m a n o
alguna cosa distinta (p. 71).
no puede conocer nada con certeza. En teodicea se habla
ANALOGÍA, método de la (p. 15-17). de escepticismo metafísico o religioso para designar la
posición de los que piensan que no se puede saber nada
ANIMISMO cierto sobre Dios.
Creencia según la cual la naturaleza está regida por
los espíritus (p. 19 y 56). ESTOICISMO, p . 118
ETICA
ANTROPOMORFISMO
Parte de la filosofía que reflexiona sobre los problemas
Acción de representar a Dios a nuestra propia imagen.
fundamentales de la moral.
CONCORDISMO, p. 47. EVOLUCIONISMO
CREACIONISMO En oposición al fixismo, teoría según la cual las espe-
1) En oposición a panteísmo, toda doctrina que afirma cies vivas se transforman continuamente a partir de for-
que el m u n d o ha sido creado por Dios (cf. p. 59). 2) En mas más sencillas.
oposición a evolucionismo y transformismo, doctrina se- FIDEÍSMO, p . 13.
gún la cual las especies vivas habrían sido creadas tal
como las conocemos actualmente (en este segundo senti- FIXISMO
do, cf. p. 49). En oposición al transformismo o al evolucionismo,
teoría según la cual las especies vivas conservan el mismo
DEÍSMO, p . 22. tipo a través de las edades.
POSITIVISMO, p. 39.
TRANSFORMISMO
PROYECCIÓN, p. 69s. Teoría biológica que, en oposición al fixismo, afirma
que las especies vivas aparecieron por evolución de for-
RACIONALISMO, p . 14, nota 11. mas más simples (cf. p . 49).
I'ARA XI CIH
a) La ciencia no está ni «a favor» ni «en b) ...y se somete a ese Dios que ha creado 71
contra» de Dios 51
b) ... pero la consideración científica de 4. Sartre: «Si Dios existe, el hombre es na-
la realidad puede conducir a plantear da» 71
la cuestión de Dios "52
8. Dios no gobierna el mundo. Crea al hombre
6. El problema del origen del universo y de la creador 75
creación del mundo 53 1. El hombre es totalmente responsable de su
1. Es imposible probar que el mundo ha sido vida y de su universo 75
o no ha sido creado 53 2. Una nueva imagen de Dios 77
2. El rechazo de la idea de creación 54 3. La libertad del hombre y la providencia
a) El marxismo 54 divina 80
b) Monod 56
3. El Dios de la revelación cristiana como IV
creador del mundo 57
¿EXISTE DIOS?
4. La idea de creación en la perspectiva ju-
deo-cristiana 59
9. ¿Se puede «probar» la existencia de Dios? .... 89
a) Dios crea un mundo diferente y distin-
to de él 59 1. Las principales «pruebas» clásicas de la
b) Dios crea libertades 59 existencia de Dios 89
c) La creación no se reduce al problema a) Las «pruebas» a partir de la realidad 90
del comienzo del universo 60
• Dios causa del mundo 90
5. Una afirmación esencial 61 • Dios fuente del orden del mundo . 92
a) Esta afirmación de tipo metafísico y b) Las «pruebas» a partir del hombre ... 93
religioso no responde a nuestra curio-
sidad 61 c) La «prueba» a partir de Dios mismo o
el «argumento ontológico» 94
b) ... pero sigue siendo esencial para el
creyente de hoy 61 2. Los límites... y el interés de estas «prue-
bas» 94
III a) Estas «pruebas» están lejos de ser de-
DIOS Y LA LIBERTAD DEL HOMBRE cisivas 94
b) ... pero tienen el gran mérito de invi-
7. La contestación del ateísmo contemporáneo: tar a la reflexión 96
el humanismo ateo 67
1. En el origen de esta convulsión: Descartes 10. Afirmar a Dios hoy 99
y Kant 67
1. Una opción esencial 99
2. La autonomía del hombre como reivindi-
cación del ateísmo moderno 68 2. La cuestión del sentido 100
3. Ludwig Feuerbach: Dios como producto 3. Los dos términos de la alternativa 101
de la imaginación y del deseo del hombre 69 a) El vértigo de lo infinito y la tentación
a) El hombre se proyecta en Dios 69 del nihilismo 101