Morin, Dominique - para Decir Dios

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Pam decir
DIOS
i^ómitiique Morin

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verbo divino
Para decir
DIOS
Dominique Morin

EDITORIAL VERBO DIVINO


Avda. de Pamplona, 41
31200 ESTELLA (Navarra) - España
1990
Presentación

V amos a arriesgarnos, en este libro, a hablar de Dios. Y a hablar de él


en una perspectiva de tipo «filosófico», es decir, partiendo más bien
de nuestras cuestiones, de nuestros interrogantes y de nuestra experiencia
propiamente h u m a n a e interrogando a los grandes pensadores, creyentes o
ateos, que han reflexionado sobre este problema.
Es evidente que no vamos a dar la «solución» de esta cuestión. Le toca a
cada uno, tras haber reflexionado sobre ella, tomar libre y personalmente
su decisión. Nos gustaría simplemente aquí, de la forma más sencilla y
más abordable que sea posible, ofrecer algunos elementos de reflexión
suplementarios a todos los interesados en esta cuestión, sean cuales fueren
por otra parte sus tomas de posición respecto a Dios, bien sea afirmando
su existencia como negándola o permaneciendo indecisos sobre ella.
En efecto, cuando se habla de Dios, se suele caer en muchas imprecisio-
nes. Tanto para afirmarlo como para negarlo, se utilizan a veces argumen-
tos que no brillan especialmente por su claridad y su coherencia y, por
falta de informaciones, no es raro que se plantee (muy) mal el problema...
y que se acabe cayendo en el desánimo. Entonces, en vez de buscar,
muchos se quedan en la vaguedad y se dejan llevar por sus impresiones,
positivas o negativas según los casos, sin poder justificarlas o profundizar
en ellas. Nos gustaría aquí sencillamente aportar los principales elemen-
tos de reflexión necesarios a los que les gustaría ir más lejos.
Es verdad que el punto de vista del autor está ya situado. No podría ser
de otro modo, porque frente a tal problema no se puede ser neutral..., aun
cuando la opción siga siendo difícil para todos. Nuestra perspectiva aquí
es muy clara: aun reconociendo que la negación de Dios tiene su lógica y
su coherencia propias - y veremos por qué—, afirmaremos por nuestra
parte su existencia, y veremos que esta afirmación de Dios, lo mismo que
su negación, tiene igualmente su lógica y su coherencia propias. Pero
veremos también, y quizá sobre todo, ya que esto constituye lo esencial de
este debate, que no se trata de afirmar la existencia de cualquier Dios en
cualquier condición...
En otras palabras, intentaremos plantear este problema con el mayor

PARA DECIR DIOS 5


rigor y la mayor claridad posible, precisando bien los argumentos de los
unos y de los otros, a fin de permitir a cada uno, teniendo en su mano los
elementos necesarios, (re)hacer esta opción con todo conocimiento de
causa.

N. B. En el texto no siempre explicaremos inmediatamente algunos términos. Al final del


volumen se encontrará un pequeño léxico que ofrece las indicaciones necesarias o que remite a
los lugares en donde se definen y estudian dichos términos.

PARA DECIR DIOS


LA CUESTIÓN
DE DIOS
HOY
«¿Es que el hombre pregunta hoy por Dios?».
H. Zahrnt, Dios no puede morir.
DDB, Bilbao 1971, 89.

«Hoy día, tanto si se opta por Dios


como si se opta contra él,
la opción debe hacerse en concreto
teniendo presente
no tanto la comprensión de Dios griega
o medieval
cuanto la comprensión moderna de Dios,
fruto de la nueva reflexión».
H. Küng, ¿Existe Dios?
Cristiandad, Madrid 1979,187.
«¿Sigue el hombre de hoy planteando todavía se puede pensar que, bajo formas múltiples, se en-
cuestiones sobre Dios ?» La respuesta a esta pregun- cuentra en el fondo el problema del sentido de la
ta es clara «,Si'» Es verdad que, al menos en nues- vida Seguramente, no son raros los que opinan que
tras civilizaciones occidentales ', son muchos los difícilmente se puede evitar el planteamiento de la
que ya no se la plantean en lo mas mínimo Pero son cuestión de Dios, cuando uno se pregunta por el
igualmente numerosos —quizas mas numerosos de sentido de la existencia , aunque —volveremos so-
lo que algunos piensan— aquellos para los que toda- bre ello— el rechazo absoluto a plantearse esta cues-
vía significa algo, sean cuales fueren por otra parte tión de Dios o la indiferencia pura y simple ante ella
las respuestas que unos y otros le dan sean perfectamente posibles
Al afirmar esto, no se trata de tianquihzar paci- Lógicamente en el centro de las preocupaciones
ficamente a los creyentes, sino simplemente de re- del creyente, este problema puede muy bien preo-
conocer una realidad En efecto, el fenómeno es cupar también al no creyente Y es en esta perspec-
fácil de observar , aunque difícil de interpretar tiva como vamos a abordar la primera parte «La
Asi lo atestiguan los muchos libros que han salido cuestión de Dios hoy» ¿por que y como podemos
estos últimos anos sobre el problema de Dios, la actualmente plantearnos esta cuestión' 5
vitalidad de numerosos creyentes que individual- Nuestra reflexión sera de tipo mas bien «filosófi-
mente o en grupo, reflexionan sobre este problema, co» Partirá de nuestras propias cuestiones y de la
el esfuerzo de reflexión o de documentación de to- imagen que nos hacemos corrientemente de Dios
dos los que, no creyentes o «mal-creyentes», se si- cuando lo nombramos, es decir, cuando intenta-
guen planteando la cuestión, el fenómeno masivo mos, a partir de nuestra experiencia, decir quien es
—tan a m b i g u o - del «retorno de lo religioso» (sectas, (capitulo 1) La concepción de Dios que nos hemos
espiritismo, magia, asociaciones íniciaticas, astro- hecho, creamos o no en el, es necesariamente mas o
logia), y hasta el cine 2 menos tributaria de nuestra cultura, que en nuestro
¿Por que se sigue planteando esta cuestión de caso se arraiga simultáneamente en la tradición
Dios' 3 Es muy difícil responder a esta pregunta, ya judeo-cnstiana y en la tradición de la filosofía grie-
que las motivaciones son sumamente diversas Pero ga, doble origen que afecta —tengamos o no concien-
cia de e l l o - a nuestra idea de Dios (capitulo 2) Pero
esta cultura esta hoy fuertemente marcada por lo
1 que podría llamarse la «modernidad», por la fan-
Es distinto lo que ocurre en otras civilizaciones Pensemos
por ejemplo en cierta omnipresencia de lo religioso en el mundo tástica evolución sociocultural que fue la nuestra
musulmán en la India o en America latina desde hace unos dos siglos y cuyas repercusiones
2
Podemos recordar algunas películas como Therese o Sous le tienen una enorme importancia en nuestra manera
soled de Satán de plantear hoy el problema de Dios (capitulo 3)

PARA DECIR DIOS 9


1
El planteamiento filosófico
del problema de Dios
y la cuestión de su
designación

1. Dios, una cuestión que surge demás, del universo que nos rodea y en el que vivi-
mos. Nos situamos entonces en u n a perspectiva
de nuestra experiencia concreta «existencial», y de esos cuestionamientos puede
surgir (o no) la cuestión de Dios...

N o estudiaremos aquí esta cuestión a partir


de la Biblia y de la revelación cristiana,
como han hecho de ordinario los cristianos, sino a
partir de la misma realidad h u m a n a tal como la
Destacando aquí esta orientación, en vez de su-
poner la cuestión resuelta y de afirmar inmediata-
mente la fe en Dios en relación con su revelación,
partiremos de una reflexión sobre la realidad que
nos rodea. Nos preguntaremos por el sentido de
vivimos y la percibimos hoy: tocaremos este proble- nuestra vida y por la significación del universo exa-
ma desde la perspectiva filosófica. minando las diversas soluciones propuestas en la
actualidad, tanto las del ateísmo como las del teís-
a) ¿Por qué esta aproximación mo de inspiración judeo-cristiana, preguntándonos
si en definitiva no podría Dios efectivamente ofre-
«filosófica»? cernos la respuesta a las cuestiones que nos plante-
No tiene por qué asustarnos la palabra «filoso- amos.
fía». La realidad que se oculta bajo esta palabra es No se trata ni mucho menos para nosotros de
de hecho muy sencilla, ya que filosofía es algo que rebajar aquí en lo más mínimo la importancia de la
hacemos todos. Lo hacemos desde que empezamos revelación y del acto de fe, sino sólo de subrayar
a reflexionar y a hacernos preguntas por el sentido que esta actitud filosófica es, para el creyente, abso-
de nuestra existencia y de la experiencia concreta lutamente inseparable de la otra, de ordinario más
de cada día que tenemos de nosotros mismos, de los familiar para él, que consiste en ir de Dios al hom-

PARA DECIR DIOS 11

i
12 ft'ARA DI í IH DIOS
bre recibiendo la palabra de Dios y su revelación en pectiva, los creyentes tienen también su palabra
la fe. que decir.
Hablar de Dios hoy, y hablar de él en una pers-
pectiva filosófica, no es una tarea secundaria p a r a
el creyente. Es una tarea tan urgente como actual,
al menos por dos razones importantes. La primera,
b) Pero ¿puede hablarse de Dios?
p o r q u e no puede dispensarse de reflexionar, en Es ésta lógicamente la primera cuestión que uno
cuanto hombre y partiendo de su experiencia, sobre se ve obligado a plantearse cuando se aborda el
el significado de su vida y sobre el valor de la res- problema de Dios: ¿se puede efectivamente hablar
puesta que le brinda su fe en Dios. La segunda, de él?
porque es una tarea que responde muchas veces a
una espera muy viva, ya que, una vez más, a pesar Las posiciones son muy diversas en este tema.
de la indiferencia religiosa y del ateísmo ambiental, Entre los mismos creyentes, algunos piensan que lo
muchos de nuestros contemporáneos no dejan de único que se puede afirmar de él es que existe.
plantearse muchas preguntas..., esperando de los Según ellos, no es posible ir más allá de esta única
creyentes elementos de información. En esta pers- afirmación, porque Dios nos supera infinitamente y

EL CRISTIANO
Y EL PROBLEMA FILOSÓFICO DE DIOS

En la fe, el creyente se encuentra ..., pero esto no debe conducirle jamás al fideísmo
con un Dios vivo... El verdadero peligro aquí para el creyente sería el de
El creyente no puede olvidarse jamás de que, en la fe, se no tener una cultura religiosa equivalente a su cultura
encuentra con un Dios vivo y no con una simple idea o un profana. En efecto, correría entonces el peligro de caer en
simple concepto. Por muy importante que sea, el proceso el fideísmo, al no ser capaz, por falta de elementos de
filosófico es insuficiente para el que cree. «El Dios que se reflexión, de justificar esta fe que es la suya, lo cual podría
alcanza por este camino estrictamente racional... es una incluso al final llevarle al ateísmo, en la medida en que
idea muy diferente del Dios vivo de la fe religiosa... Dios no dejaría de ver la utilidad de esa fe en Dios totalmente
es una idea que podamos descubrir al término de un razo- desconectada de su vida real y concreta de cada día.
namiento bien llevado»'. El Dios al que llega el cristiano Por eso la Iglesia católica ha condenado siempre el
en su fe es una realidad viva, un Dios personal que se ha fideísmo, que es a sus ojos una actitud sumamente peligro-
revelado a los hombres, concretamente por medio de Jesu- sa, puesto que conduce muchas veces al subjetivismo, al
cristo 2. Un Dios al que el creyente puede dirigirse y con el sentimentalismo, al fanatismo3, a la superstición y al os-
que puede entrar en diálogo. curantismo, cuando el «creyente» tiene tendencia a ver un
Desde esta perspectiva, la fe no está ligada al hecho de misterio en donde en el fondo no hay más que ignorancia.
ser un «intelectual», ya que se puede ser un creyente au- «El fideísmo es la sumisión ciega a la divinidad, en un
téntico sin haber estudiado jamás filosofía o ciencias reli- proceso inhumano e irracional... El cristiano fideísta ha
giosas; el hecho de no conocer dichas ciencias no impide ni renunciado a todo discernimiento; espera de Dios, de la
mucho menos reflexionar sobre las propias convicciones. Iglesia, una explicación ya hecha; espera que se le diga qué
Incluso a veces con mayor profundidad que algunos «inte- tiene que hacer y qué debe pensar. Es el más completo
lectuales». infantilismo»4.

PARA DECIR DIOS 13


Por tanto, el creyente tampoco puede aceptar afirmar profundizando en ella y justificando racionalmente esta fe
con Kierkegaard que «hay que cerrar la boca a la razón» 5; y las razones de creer en Dios ".
ni puede pensar, con Maurice Clavel, que sólo importa la
fe . Tiene que poder justificar su propia fe simultánea-
mente a los ojos de otros y a sus mismos ojos. Sobre todo ' J F Catalán y J M Moretti, La foidevant la science Descleede
cuando tiene que enfrentarse continuamente con el ateís- Brouwer-Bellarmm, París, 18
mo y la indiferencia religiosa, y no puede evitar tener que 2
Cf M Neusch, Aujourd'hut Dieu Desclee de Brouwer, París
dar cada vez más claramente las razones de su creencia en 1987, 65-76
Dios. La fe no puede simplemente afirmarse; «quiere la El creyente no debe nunca olvidar que su adhesión a Dios no le
inteligencia». da estrictamente ningún derecho a forzar la libertad del otro La
afirmación de Dios no puede ser jamas el resultado de una viola-
ción de las conciencias Dios -estudiaremos detalladamente este
punto esencial mas adelante- es demasiado respetuoso de la liber-
Un esfuerzo necesario tad del hombre para imponerse asi a el
4
de reflexión y de racionalidad P Gane, Appeles a la liberte Cerf, París, 63-64 (trad española
Llamados a la libertad Marova, Madrid 1973)
Si la razón no lo es todo cuando se aborda el problema 1
Kierkegaard, citado por M Neusch y B Chenu, Au pays de la
de Dios, ya que, como acabamos de recordar y como ten- theologte Centurión, París 1979, 15
dremos ocasión de comentar más adelante, entra necesa- Cf M Clavel, por ejemplo en Ce que ¡e crois Grasset, París
riamente una parte de la voluntad en la afirmación o en la 1975, 18, 20
negación de Dios, no es posible marginarla ni siquiera M Neusch, Aux sources de l'atheisme contemporain Centurión,
relativizarla, so pena de olvidar una dimensión esencial París 1977, 311
del hombre: su inteligencia7. F Varillon, Beaute du monde el souffrance des hommes Centu-
rión, París 1980, 280, 283
«Para mí, afirma F. Varillon, el cristianismo no sería P -J Labarnere, Dieu aujourd'huí, chemmement rationnel, de-
nada, sería pura alienación o consuelo para vivir, si no cisión de liberte Desclee, 1977, 245
estuviera fundamentado en la razón. Me parece muy im- C Geffre, Theologie naturelle et revelation de Dieu, en L'existen-
portante el papel de la razón en el acto de fe. Siento horror ce de Dieu Casterman, París 1961, 298
al fideísmo, que es un grave peligro... Yo no sería un Podría hablarse aquí de «racionalismo», ya que, al afirmar la
cristiano auténtico al nivel del espíritu, si no reconociera importancia de la razón, nos oponemos al «fideísmo» que, como
las exigencias de los filósofos»8. Si esta decisión es real- acabamos de ver, sostiene que la razón no puede aportar al hombre
la verdad en este terreno y opina que hay que contentarse con
mente una «decisión de libertad», no puede prescindir de creer, fiándose del sentimiento religioso
un «camino racional, hecho de coherencia y de rigor»9, sin Sin embargo, evitaremos el uso de este termino, puesto que
poder coincidir nunca con «un sacrificio de la inteligen- puede prestarse a confusión En teología cristiana, en efecto, se
cia»10, so pena de no ser más que un acto tan caprichoso designa por racionalismo (racionalismo «absoluto») el error que
como frágil. consiste en pensar que la razón humana puede demostrar la ver-
dad de todo el contenido de la revelación cristiana, siendo asi que,
En esta perspectiva es en la que aquí nos situamos, en sin ser por ello irracionales, algunas verdades salidas de esa revela-
ción son demasiado profundas y demasiado ricas para poder ser
continuidad con la inmensa mayoría de los filósofos teís- conocidas perfectamente por la sola razón humana
tas y de los teólogos que, aun reconociendo que en este
Sobre los diferentes sentidos de la palabra «racionalismo», véa-
terreno hay siempre algo que nos desborda, han buscado se P Foulquie, Dictionnaire de la langue phdosophique PUF, París
continuamente resaltar la racionalidad de la fe, 1982, 609-610

es tan i adicalmcnte distinto de nosotros por su per- Otros, c o m o K a n t y Wittgenstein, piensan igual-
loecion que no se puede decir de él nada más. mente que no s e puede decir nada de Dios, ya que

14 run ni < ui nios


está fuera del m u n d o de nuestra experiencia. Por distintas sobre Dios y que finalmente, sin darse
esta razón es imposible captarlo correctamente...; cuenta, no estén en el fondo de acuerdo entre sí.
además, nuestro lenguaje es totalmente deficiente «La palabra 'Dios' es equívoca, infinitamente
para hablar correctamente de él en la medida en más de lo que se cree, indicaba un filósofo cristiano
que sólo puede remitir a lo que conocemos dentro de finales del siglo XVII, Malebranche, antes de
de nuestro propio horizonte. añadir: y algunos se imaginan que a m a n a Dios,
Otros finalmente opinan que no se puede decir cuando en realidad no a m a n efectivamente más que
nada de Dios... porque simplemente no existe. Estas a un cierto fantasma inmenso que se han forjado» '.
son las posiciones del ateísmo. En efecto, esta palabra «Dios» pudo designar tanto
Por nuestra parte, nosotros opinamos, en confor- los fenómenos naturales - N e p t u n o , dios del mar;
midad con numerosos filósofos y teólogos, que es Plutón, dios de los infiernos, entre los r o m a n o s -
posible hablar de Dios, aun cuando lo que se diga como al Dios de la revelación cristiana o a los múl-
será siempre insuficiente y en parte inadecuado, tiples dioses de las múltiples religiones a través del
puesto que él en efecto es fundamentalmente distin- tiempo o del espacio. Y esto sin olvidar, como es
to de nosotros. Es el problema de la «designación» lógico, al «Dios de los filósofos», Dios igualmente
de Dios. pluriforme, a propósito del cual, podríamos decir
que de los cuales, andan encontrados los filósofos
teístas, deístas o ateos.
Hay que estar sumamente atentos, por tanto, a
lo que se dice cuando se habla de Dios y purificar
2. La importancia y la dificultad continuamente la idea que nos hacemos de él, ya
de la «designación» de Dios que, a pesar de los riesgos tan reales de confusión
que nacen de concepciones tan diversas, y hasta
Se cuenta que Einstein respondió a un periodis- contradictorias, de Dios, no es posible abandonar
ta que le preguntaba si creía en Dios: «Dígame este término cuando se quiere hablar de él.
usted antes qué entiende por la palabra 'Dios', y
entonces le diré si creo en él». Era una respuesta P o d r í a m o s c o m p a r a r al que se esfuerza por
muy justa, ya que todo empieza precisamente por «comprender» a Dios «con un navegante... que, pa-
ahí cuando se habla de Dios: ¿qué es lo que se ra mantenerse a flote, avanza en el océano, teniendo
entiende precisamente con la palabra «Dios»? que enfrentarse a cada braza con una nueva ola.
Aparta, aparta sin cesar las representaciones que
¿Por qué es tan importante saber si se puede vuelven siempre, sabiendo muy bien que ellas lo
intentar decir quién es Dios sin contentarse con llevan, pero que sería mortal detenerse allí» 2. En
afirmar que existe, incluso antes de afirmar o de efecto, toda imagen es peligrosa, ya que deforma
negar su existencia? Porque antes de saber si existe necesariamente la realidad de Dios, lo mismo que
o no, hay que ponerse de acuerdo en el significado los espejos deformantes de las ferias. Sin embargo,
de la palabra «Dios». si no queremos estar mudos sobre él, con el riesgo
Y como muchas veces no se detiene la gente a de caer entonces en la indiferencia o en el ateísmo,
responder a esta primera cuestión, resulta que el no podemos dispensarnos de utilizar esas imágenes
diálogo sobre Dios se convierte en un diálogo de y «nombrar» a Dios, si queremos hablar de él. Así,
sordos, porque no se entiende la misma cosa bajo pues, esas imágenes permiten «decir» Dios y encie-
esta palabra. Así, como veremos luego, cuando Sar- rran de ordinario una parte de verdad, pero criti-
tre dice que él no cree en Dios, paradójicamente el cándolas sin cesar y recogiéndolas para afinarlas y
creyente puede estar de acuerdo con él, porque el precisarlas cada vez más.
Dios en el que no cree Sartre no tiene mucho que
ver con el Dios de la revelación cristiana. Igualmen-
1
te, cuando dos personas sostienen que Dios existe, N. Malebranche, Traite de inórale, I, III, 2.
2
puede ser que de hecho tengan concepciones muy H. de Lubac, Sur les chemins de Dieu. Cerf, Paris 1983, 142.

PARA DECIR DIOS 15


LA PALABRA «DIOS» ES LA MAS DENSA
DE TODAS LAS PALABRAS HUMANAS

Dios es la mas densa de las palabras de los hombres una palabra que se le asemejara para designar lo supre-
Ninguna ha sido tan manchada y tan desgarrada Precisa- mo' Debemos respetar a los que la prohiben, porque se
mente por eso no puedo prescindir de ella Generaciones rebelan contra la injusticia y la sinvergüencería de aque-
de hombres han arrojado sobre esta palabra el peso de su llos que invocan a Dios para justificarse, pero no podemos
vida angustiada y la han pisoteado contra el suelo, yace en renunciar a ella
el polvo y lleva el peso de todos ellos Generaciones de
hombres han rasgado la palabra con sus partidos políti- M Buber Fragmentos autobiográficos
cos, han matado o muerto por ella, lleva las huellas dígita Munchen 1962 509s
les y la sangre de todos ellos ¿Donde podría yo encontrar citado por H Zahrnt Dios no puede morir DDB Bilbao 1971 23

a) ¿Como hablar de Dios? Todo lo que podamos decir de Dios a través de


este «método de la analogía» sera por consiguiente
Utilización del método de la analogía pálido, insuficiente, imperfecto y finalmente lleno
No es pues fácil ni evidente conocer a Dios To- de peligros, ya que, por las razones que acabamos
dos los grandes teólogos y filósofos creyentes son los de subrayar, lo que podemos decir de el es siempre
primeros en insistir en este punto no sabemos mu- insatisfactorio y corre el riesgo de conducirnos a
cho de Dios y, a proposito de el, nuestras palabras graves errores, que se convierten en terribles obs-
no pasan de ser unos pobres balbuceos táculos para el conocimiento que podemos tener de
el
¿Por que' 3 Porque Dios es la perfección absoluta,
y esta se nos escapa esencialmente Todo lo que Por todos estos motivos, cuando se utiliza el
podemos hacer es intentar precisar un poco esa método de la analogía conviene estar sumamente
perfección llevando a lo absoluto todas las perfec- atentos a lo que se dice, sin vacilar en poner siem-
ciones relativas que hay en nosotros y que conoce- pre en discusión ese «saber» Particularmente, hay
mos en nuestro mundo Por ejemplo, cuando deci- que desconfiar cuando se «comprende» demasiado
mos que Dios es amor, nos referimos inevitable- fácilmente a Dios, san Agustín decía a veces «Si
mente a nuestra propia capacidad de amar, para comprendes, no es Dios».
intentar imaginarnos ese amor en toda su plenitud Dicho esto, cuando se habla de Dios, no es posi-
y en toda su perfección en Dios ble dispensarse de «apelar al procedimiento mara-
villoso de la analogía (que) da al pensamiento una
Ese es el «método de la analogía» Permite esta- fuerza de penetración incomparable» 3
blecer una cierta semejanza, una cierta «analogía»
entre Dios y nosotros Este método es sumamente
precioso, y hasta indispensable, para intentar acer- 3
J Milet L existence de Dieu Un probleme mal pose
carnos un poco al misterio de Dios Pero esta lejos Quelques reflexions methodologiques en Dieu Beauchesne París
de ser totalmente satisfactorio, ya que esta seme- 1985 66 67
janza es siempre muy imperfecta y por tanto enga- Milet subraya que desgraciadamente este método ha sido
ñosa. «un poco olvidado desde hace un siglo a pesar de que se le

16 i'\n \ ni i IR /(/os
b) Nombrar a Dios hoy a p a r t a r del verdadero Dios, el rigor y la claridad
necesariamente permiten acercarse mejor a él, y
Por tanto, es indispensable intentar «nombrar» hacerlo finalmente teniendo en cuenta nuestro uni-
a Dios lo mejor posible, hacerlo sin quedarse en la verso cultural contemporáneo.
vaguedad o en la indeterminación, ya que, lejos de
Nuestra designación de Dios no puede, en efecto,
ser independiente de nuestra cultura y de la génesis
conocía ya desde muy antiguo»; este olvido ha tenido graves misma de esta cultura. Por eso hemos de dar ahora
consecuencias, ya que, a su juicio, cuando se habla de Dios, «está una vuelta hacia atrás para ver de dónde nos viene
allí toda la clave del éxito de la aventura» (p. 66). (No podemos
menos de recomendar aquí la lectura de las páginas tan sugesti- la concepción de Dios que corrientemente tenemos
vas que Milet dedica a este tema en o. c , 65-69). hoy nosotros.

PARA DECIR DIOS 17


2
La historia de Dios

ligiosas anteriores y por tanto una adquisición tar-

A ctualmente, la imagen que se tiene ordina-


riamente de Dios en nuestra civilización de
tradición judeo-cnstiana es la de un ser perfecto y
todopoderoso, creador del m u n d o Esta imagen es
día de la h u m a n i d a d
Sin embargo, estas teorías llamadas «evolucio-
nistas » fueron puestas en discusión a comienzos del
siglo XX por algunos especialistas que, después de
el fruto de una larga evolución, arraigada muy de largas investigaciones, concluyeron que en realidad
lejos en la historia de los hombres, desde que llega- las religiones llamadas «inferiores» se habrían deri-
ron, al parecer, a la conciencia de su existencia vado de un monoteísmo primitivo Esta es concre-
tamente la opinión de un gran especialista de la
historia de las religiones, Mircea Ehade
1. Origen de la idea de Dios Este autor rechaza toda teoría evolucionista y
piensa que se puede afirmar desde el origen la creen-
Durante mucho tiempo se creyó que había habi-
cia en un ser supremo que tiene los atributos del Dios
do una progresión en la elaboración de esta noción creador En realidad, sigue diciendo C Geffre, la ex-
de Dios a través de las edades de la humanidad, periencia de lo divino ha tomado formas muy diver
progresión que iba desde una noción muy vaga de sas sin que sea posible señalar de forma rigurosa las
lo divino hasta la idea que nos hacemos de Dios etapas de esta búsqueda titubeante '
corrientemente hoy en nuestras sociedades occiden-
tales Asi, la idea de Dios habría conocido una espe- Lo que es cierto, desde luego, es que la idea de
cie de progreso, una evolución que iba desde las una realidad divina, sean cuales fueren su percep-
creencias «inferiores» a las creencias «superiores», ción y su concepción, ha preocupado siempre a los
todo ello en tres grandes etapas primero, una idea hombres Ahí se arraigan las investigaciones filoso-
muy vaga de Dios o, mejor dicho, de lo «divino», a
través de los cultos mágicos, ammistas y fetichis-
tas, luego el paso al politeísmo (creencia en la exis- 1
C Geffre L affirmation de Dieu en el art Dieu Encyclopae
tencia simultanea de varios dioses), y finalmente al día unwersahs VI París 577 col 2
monoteísmo (creencia en la existencia de un solo Se podra consultar a este proposito un librito claro y fácil P
Dios) En esta perspectiva se podía pretender que la Poupard Les rehgions PUF París 1987
idea de Dios como ser trascendente y personal era Adviértase que en sociología los términos «primitivo» e «ín
finalmente una decantación de las experiencias re- ferior» no son ni mucho menos peyorativos

PARA DECIR DIOS 19


20 PARA DECIR DIOS

ll
LOS DIOSES DE LAS NO CRISTIANAS

La concepción de Dios en el judeo-cristianismo no mente compleja es su problemática. El simple intento de


es más que una más entre otras muchas... que no son describir aquí las diferentes concepciones de Dios consti-
necesariamente absurdas y carentes de interés. tuiría una osadía: resulta absolutamente imposible abar-
car sus divergencias y convergencias, sus diferenciaciones
¿Puede uno, como occidental y cristiano, seguir ha-
e implicaciones...
blando hoy de Dios como si la concepción de Dios existen-
te en occidente y, particularmente, en el cristianismo fue- Reconocer, respetar y valorar la verdad de las otras
ra la única posible?... Desde el punto de vista de las cien- concepciones de Dios sin relativizar la confesión cristiana
cias de la religión, el cristianismo es una religión más. Y del verdadero Dios ni reducirla a una serie de verdades
¿no es un signo de provincialismo formular experiencias generales: de este modo, el desprecio mutuo podría dar
universales desde un punto de vista muy particular? ¿No paso a la alta estima, el olvido a la comprensión, los
podría ser más bien signo de un universalismo más eleva- intentos de conversión al estudio y al diálogo.
do tener siempre conciencia, incluso en el terreno religio-
so, de las propias barreras y limitaciones socioculturales?
Las experiencias, formas, plasmaciones e ideas religio- H. Küng, ¿Existe Dios?
sas de la humanidad son infinitamente ricas, e infinita- Cristiandad, Madrid 1979, 798-800.

ficas y la reflexión religiosa del judeo-cristianismo, vestigaciones, sus reflexiones, sus afirmaciones, sus
de las que hablaremos a continuación. negaciones y sus vacilaciones a que sea continua-
mente mejor definida esta noción de Dios.
A partir del siglo I, esta reflexión se encontró en la
confluencia de dos tradiciones: la tradición de la filo-
2. El Dios del teísmo moderno sofía griega y la tradición del judeo-cristianismo.
en la tradición de la filosofía griega
y del judeo-cristianismo
a) El Dios de los filósofos griegos
Son múltiples, unas veces convergentes y otras
divergentes y hasta francamente contradictorias, Aparte el hecho de que suele encontrarse entre
las imágenes de Dios que nos han propuesto los los filósofos de la antigüedad griega una mezcla
filósofos y los teólogos a través de la historia del singular de creencias populares politeístas y la afir-
pensamiento occidental. Por eso se dan al mismo mación de la existencia de un ser divino o de un
tiempo semejanzas y discrepancias notables - y a ve- Dios de tipo monoteísta, hay que observar que hay
ces verdaderas oposiciones— entre el (o los) dios(es) de entre ellos grandes divergencias en lo que atañe a
los primeros pensadores griegos, el Dios creador de la sus concepciones de Dios. Sin embargo, los detalles
filosofía medieval, el Dios que garantiza la ley moral de estas divergencias nos importan poco ahora. Lo
de Kant, el Dios opresor denunciado por los filósofos que nos conviene destacar son tres características
ateos modernos, o la imagen que se tiene de Dios en principales.
la teología cristiana contemporánea... La primera es que conciben a Dios como un
Sin embargo, todos, sean cuales fueren sus con- principio impersonal que no se interesa por el mun-
vicciones personales, han contribuido con sus in- do. No se le percibe como persona.

PARA DECIR DIOS 21


TEÍSMO Y DEÍSMO
Dos términos que no son sinónimos

La palabra «teísmo» La palabra «deísmo»


viene del griego theos = Dios viene del latín Deus = Dios
Esta concepción de Dios nos resulta muy familiar Glo- El deísmo nació en el siglo XVIII bajo la influencia de
balmente podemos decir que es la que hoy tenemos cuan- filósofos violentamente anticristianos como Voltaire
do hablamos de Dios Ha nacido del encuentro entre la Este termino designa la doctrina de los que, aunque
filosofía griega y las grandes religiones monoteístas (judia, rechazan el Dios de la revelación cristiana, admiten sin
cristiana y musulmana) embargo la existencia de un ser supremo, cuya naturaleza
El termino «teísmo» designa de forma general a todas sigue siendo bastante indeterminada No tiene en particu-
las doctrinas, incluso puramente filosóficas, que afirman lar nada que ver con el Dios concebido como una persona
la existencia de un Dios personal, trascendente (o sea, como la que se encuentra en el teísmo que acabamos de
exterior y superior) al mundo, que es el fruto de su acto presentar Este deísmo, «en sus múltiples formas, acaba
creador' por invadir literalmente Europa occidental, abre la vía a
Esta concepción de Dios es la del cristianismo Por la indiferencia y al ateísmo, conquistando amplios secto-
tanto, es a la que se adhieren generalmente los filósofos res que habían pertenecido a la cristiandad»2
cristianos Y es también a esta concepción a la que suelen
referirse los filósofos ateos para negarlo

1
Notemos de paso tal como observábamos anteriormente, que
2
esta concepción es en realidad bastante fluida razón por la que P Poupard art Deísmo, en Diccionario de las religiones Her-
tendremos que precisarla mucho tn este libro der Barcelona 1987 414

La segunda es que los filósofos griegos no tienen b) El Dios del judeo-cristiamsmo


la idea de creación Para ellos, el mundo existe
desde toda la eternidad Dios es solamente princi- Pero la imagen que se tiene hoy corrientemente
pio del orden Organiza el mundo Algunos, concre- de Dios en occidente es igualmente tributaria de la
tamente Aristóteles, pensaron incluso que Dios no tradición judeo-cristiana En efecto, muy rápida-
tiene nada que ver con el mundo y que no se ocupa mente los primeros cristianos intentaron fundir las
para nada de el , lo cual no dejo de plantear algu- concepciones filosóficas de los griegos con las del
nos problemas a los filósofos y teólogos cristianos, cristianismo naciente Intentaron en concreto dotar
problemas graves de los que hablaremos mas ade- a Dios de los atributos salidos de la enseñanza de la
lante Biblia y que habían ignorado los filósofos antiguos
Finalmente, la tercera característica importante En contra de ellos, afirmaron particularmente
es que no conciben a Dios como infinito, ya que el que Dios es una persona, que es creador 2, que es
infinito para esos filósofos es sinónimo de imperfec-
ción Lo que no es finito, no es acabado, no ha 2
Cf R Sertillanges El cristianismo y las filosofías Gredos
terminado En una palabra, es imperfecto Madrid 1966 I 59 62 «La creación, exclusiva del cristianismo»

22 PARA DECIR DIOS


omnipotente e infinito, y que es u n ser perfecto, dencia a imaginarse a Dios como una persona mas o
infinitamente bueno, fuente de toda existencia y de menos a nuestra imagen, como u n majestuoso an-
todo valor Finalmente, a todo ello «la doctrina ciano de barba blanca que reside en su corte de
cristiana añadía este termino esencial Dios es angeles y de santos Fuente de ambigüedades catas-
amor» 3 tróficas, este deplorable cliché estaría en el origen
La afirmación esencial aquí, la que finalmente de muchos errores de interpretación sumamente
engloba todas las demás, y la que introduce u n a peligrosos y lamentables , que llevarían a algunos
dimensión totalmente nueva respecto a la filosofía periodistas a preguntar al primer cosmonauta que
griega, es que Dios es u n a persona ¿Como com- viajo por el espacio, Gagarin, si se había encontrado
prender esto? con Dios en su camino
En efecto, Dios no es ciertamente una persona de
la misma manera que el hombre, u n a persona con
todas las perfecciones h u m a n a s Es mucho mas que
3. La gran aportación eso Lo que pasa es que ese «mas» no se puede
del judeo-cristianismo: expresar sino de una forma sumamente imprecisa y
confusa Aun utilizando todas las posibilidades del
Dios es una persona «método de la analogía», no se puede decir mucho
En la filosofía griega, mas en la medida en que Dios esta por encima de
toda representación
Platón identificara a Dios con la idea del bien mas
alto, Aristóteles con el motor inmóvil que mueve al •A-
mundo Pero Dios no sera reconocido nunca como el
amor personal Mientras que el pensamiento religioso Esta es, globalmente, la imagen de Dios que
concibe a Dios para el hombre como el vis-a-vis tras el hemos heredado de nuestra tradición cultural Pero
que se oculta un «tu» personal 4 esta concepción de Dios h a estado igualmente, des-
Para los creyentes y para los filósofos que se de hace unos dos siglos, muy influida por la nueva
refieren a la concepción de Dios nacida de la revela- imagen que nos hemos ido haciendo progresiva-
ción judeo-cnstiana, Dios no es un simple principio
Es u n a persona Es realmente u n a persona, ya que
no se le puede imaginar sin razón, sin inteligencia,
sin libertad, sin amor, sin voluntad, sin sentimien- EL MISTERIO DE DIOS
tos Es ciertamente alguien a quien el hombre pue-
de dirigirse con toda confianza Esto es especial-
mente importante para el creyente, ya que Si una simple persona humana -vuestro novio, vuestra
esposa, vuestro hijo- es ya un océano de misterio, ¿como
el encuentro personal del hombre con el Dios perso- no va a ser Dios el misterio de los misterios5 Hay que
nal constituye una estructura imprescindible de la fe respetar a Dios lo bastante para no pretender comprender-
cristiana Para la Biblia, pertenece a la «condición lo como una pagina del periódico (Cuando pretendemos
humana» que el hombre no pueda ser pensado sin el comprenderlo perfectamente), rebajamos a Dios a nuestro
enfrente del Dios personal s pequeño nivel, ya no es el verdadero Dios, ya no es el Dios
personal, ya no es el Dios misterioso como cualquier per
Pero aquí radica una de las principales dificulta-
sona, ya no es el Dios mas misterioso que cualquier otra
des de la fe hoy, ya que todavía suele darse la ten-
persona Es un falso dios fabricado por nosotros
3
Ibtd 52 T Rey Mermet Cwtre Pour une redecouvcrte de la fot
4
C Geffre a c col 3 Droguet et Ardant Limoges 1976 I 27
s
H Zahrnt DIOÍ, no puede morir DDB, Bilbao 1971, 205

PARA DECIR DIOS 23


mente de nuestro propio mundo, gracias a la explo- no masivo del ateísmo moderno, sobre el que volve-
sión fantástica de nuestros conocimientos en todos remos más adelante.
los terrenos..., y a dos fenómenos de especial impor- Está claro que hoy —sin abandonar por ello las
tancia en lo que concierne al problema de Dios. En numerosas adquisiciones de nuestros predecesores,
primer lugar, el fenómeno de la secularización que, que siguen siendo esenciales en muchos puntos— no
como vamos a ver, lejos de conducir necesariamen- se puede considerar el problema de Dios más que en
te al ateísmo, puede ser por el contrario ocasión de este horizonte de la modernidad.
u n a mejor aproximación a Dios. Y luego el fenóme-

24 PARA DECIR DIOS


Influencia de la modernidad
en la imagen que nos hacemos
hoy de Dios

1. El hombre toma posesión del mundo: coincidían casi con exactitud y se sobreponían bas-
tante bien Pero, a continuación, muy rápidamente,
el fenómeno de la secularización esos tres circuios se desarticularían, al tomar el
hombre conciencia de que podía perfectamente ha-

L a utilización del termino «secularización» en


filosofía y en teología es bastante reciente
Pertenecía antes al terreno jurídico y designaba el
paso de un religioso a la vida laica o la transferen-
cerse con el continente m u n d o ignorando a los otros
dos Descubre que la ciencia no necesita ya de la
hipótesis Dios, que la política no tiene nada que ver
con la Iglesia y que la moral no esta ya ligada a un
control religioso
cia de unos bienes eclesiásticos al Estado Hoy de-
signa La jerarquía la disciplina, el orden que la autori
dad se encarga de asegurar, los dogmas que regulan
el fenómeno según el cual las realidades del mundo y la vida firmemente eso es lo que amaban los hombres
de la vida humana tienden a establecerse en una del siglo XVII Las trabas, la autoridad los dogmas
autonomía cada vez mayor respecto a cualquier or eso es lo que detestan los hombres del siglo XVIII, sus
den sagrado, religioso eclesial ' sucesores inmediatos Los primeros son cristianos, y
los otros anticristianos La mayoría de los franceses
Esta evolución en nuestras civilizaciones corres- pensaba como Bossuet, de repente, los franceses pien-
ponde a la aparición del m u n d o moderno En efec- san como Voltaire es una revolución 2
to, se puede decir que, hasta comienzos del siglo
XVIII, los hombres, en occidente, vivían en un uni- Asi, pues, progresivamente el hombre deja la
verso muy religioso, en el que el mundo, la Iglesia y tutela de la Iglesia y de Dios, y encuentra en si
Dios formaban como tres circuios concéntricos que mismo los recursos y los ejes de su desarrollo índi-

2
R Marle La Smgularite chretienne Casterman París 1970 P Hazard La crisis de la conciencia europea Pegaso Ma
69 70 d n d 3 1 9 7 5 XI

PARA DECIR DIOS 25


26 PARA DECIR DIOS

I
EL MUNDO DE ARRIBA Y EL MUNDO DE ABAJO...

El mundo divinizado se ha transformado en homimza- considerado como propiamente real y efectivo, ha resul-
do', del mundo de Dios se ha hecho el mundo del hombre tado irreal e ineficaz, ha perdido su fuerza y ya no da vi-
Si mira en derredor (el hombre), ya no reconoce en ningu- da
na parte las 'huellas de Dios', sino solo en todas las partes Cada vez hay mas hombres que no creen en el cielo, en
las 'huellas del hombre', las consecuencias de su propia el infierno y en la vida eterna y, sin embargo, realizan aquí
acción transformadora del mundo su tarea responsablemente Tras esta actitud esta el trasla-
(Una nueva visión del mundo ha nacido) de la síntesis do de la conciencia del mas alia a este lado por lo que la
helemstico-cnstiana que se había transmitido a través de orientación de la vida de los hombres ha dado un giro de
la Edad Media hasta la época moderna según la cual se 180 grados Por este cambio de dirección ha tenido lugar el
oponían dos mundos diferentes sustanciales el de arriba cambio de prioridades, de hecho una 'revaionzacion de los
y el de abajo, el celestial-divino y el terreno-humano valores
El mundo superior, sobrenatural, espiritual, divino, Hoy parece que se cumple entre nosotros lo que en otro
era considerado como el propiamente real y verdadero, tiempo escribió el joven Hegel «Fuera de las tentaciones
que constituía el horizonte del inferior, natural, físico, habituales, hay una que ha quedado perfectamente reser-
iluminando y determinando desde arriba toda la vida te- vada para nuestro tiempo, la de reivindicar como propie-
rreno-humana como la luz del sol la tierra Sin embargo, dad del hombre, al menos en teoría, los tesoros que en otro
al imponerse la Ilustración con su efecto de que el hombre tiempo se depositaban en el cielo» En todo caso, el hom-
explica y transforma el mundo, el mundo nos ha superado bre ha comenzado en nuestro tiempo a construir su casa
-y quiza se nos ha subido también a la cabeza- y se nos ha en este mundo desdivinizado y a crear su 'patria' en la
convertido en nuevo cielo tierra
Esto ha sucedido en el proceso descrito de la seculari-
zación, de la mundanizacion del mundo Por ella, el mun- H Zahrnt Dios no puede morir
do del mas alia sobrenatural, divino, que hasta ahora era DDB Bilbao 1971 36 38

vidual y colectivo En adelante se niega a contar tierra no era ya el centro del mundo, por otro lado
con un Dios omnipotente y mas o menos mágico los primeros grandes descubrimientos científicos y
Liberado de la tutela de la Iglesia y de la religión, técnicos les hicieron saber, en compensación, que
no acepta ya ser guiado por ellas Corre el nesgo de su planeta Tierra era sin duda su propio terreno y
pensar y de obrar por si mismo y desea aprovechar- no ante todo el de Dios
se plenamente de su libertad para darse sus propias
leyes y sus propios valores Se encarga totalmente Luego, poco a poco, del terreno de las ciencias
del m u n d o en que vive Los fantásticos progresos de y de las técnicas, esta emancipación se extendió a
las ciencias y de las técnicas le dan medios cada vez todos los demás terrenos de la vida h u m a n a la
mas eficaces y adecuados para dominar el mundo, política, la economía, el derecho, el Estado, la
con ellos pretende asumir personalmente el domi- cultura, la educación, la medicina, la asistencia,
nio de su universo etc
De hecho, si por un lado Copernico y Gahleo Las nuevas ideas circulan y los descubrimientos se
hicieron tomar conciencia a los hombres de que su multiplican el telégrafo (1684), la maquina de tejer

PARA DECIR DIOS 27


LA CONTESTACIÓN DE DIOS

(Hoy) concebimos el mundo como una historia, es de- percibió efectivamente la función que ejercía ese Dios co-
cir, como un devenir, como el lugar sin límites del obrar mo garantía de un orden establecido, fuertemente conser-
humano transformador, y concebimos al hombre como vador, tanto en el mundo como en la Iglesia.
una libertad creadora y transformadora de sí misma y del No faltan los ejemplos del papel que jugó esta imagen
mundo. El hombre, y no Dios, es el productor y el respon- de Dios en la conservación del orden de las cosas en el que
sable de esta historia. Adquiriendo su autonomía, en su se privilegian las nociones de orden y de jerarquía, al
pensamiento y en su acción, el hombre se ha liberado al mismo tiempo que las disparidades sociales se ven nota-
mismo tiempo de un Dios todopoderoso, del que era servi- blemente ocultadas o justificadas.
dor y esclavo, de un Dios que venía a suplir las deficiencias
de su existencia -el consolador de la condición humana, Esta contestación de la función social ejercida por esta
del sufrimiento y de la muerte- y de los fallos de su conoci- imagen de Dios llevó a hacer increíble a ese Dios. Si hay un
miento. Dios, si Dios es Dios, ha de ser un Dios distinto: un Dios
inútil y gratuito, como decíamos. Y hay que añadir: un
Por eso el hombre de hoy ha comprendido que, si existe Dios que no pueda captar el pensamiento, un Dios no
un Dios, éste no puede ser el negador de su libertad, ni un manipulable por el hombre, un Dios que no sea el aval de
Dios disponible y adaptable a las necesidades de los hom- las dominaciones y de las opresiones del hombre por el
bres, ni un Dios útil que se usaría precisamente para col- hombre, sino un Dios libre para unos hombres libres que
mar nuestros fallos y justificar nuestros actos y nuestras construyen su historia.
empresas... No puede ser más que «otra cosa»: un Dios
libre, respetuoso de la libertad y del quehacer del hombre Estas son algunas de las exigencias para hablar de Dios
y del mundo, un Dios no útil, un Dios gratuito. en nuestra cultura. No podemos soslayarlas; son un punto
de partida obligado de la cuestión de Dios hoy.
Esta primera contestación se reforzó más aún por la
percepción de que ese Dios omnipotente estaba demasiado La question de Dieu, Cahiers de la Tourette,
ligado a un cierto estado del mundo y de la sociedad. Se serie verte n. 10, 6-7.

(1735), la máquina de vapor (1764), el gas de ilumina- E m b r i a g a d o por sus triunfos científicos y téc-
ción (1786), primera ascensión en globo... Los 35 volú- nicos, el h o m b r e acaba rechazando a Dios: ¡Dios ha
menes de la Enciclopedia que aparecen de 1751 a 1772 muerto! En adelante, el h o m b r e se siente perfecta-
se proponen precisamente hacer el inventario de los mente capaz de manejar su m u n d o . Por eso, en un
conocimientos del hombre: progresos científicos, ar- movimiento gigantesco, irá eliminando progresiva-
tes mecánicas, máquinas maravillosas que se inven- mente a Dios p a r a ocupar su sitio. Se convierte en
tan..., así como agrupar en un esfuerzo común a todos «dueño y poseedor de la naturaleza» (Descartes), y
aquellos que se empeñan en nombre de la razón en con ello Dios deja prácticamente de formar parte de
sacudir el yugo del prejuicio y de la autoridad 3 . sus preocupaciones habituales, a u n q u e a veces se le
ocurra referirse a él, como dice Sartre, «en los mo-
mentos-punta». Pero en lo esencial, ¡Dios está bien
muerto! En adelante, es el hombre el que crea su
3 propia historia.
E. Germain, En quel Dieu croyons-nous? DDB-Bellarmin,
París 1975, 15.

28 PARA DECIR DIOS


2. Consecuencias de este fenómeno libertad, de la responsabilidad y de la autonomía
del h o m b r e , i m p o r t a n c i a s u b r a y a d a igualmente
de la secularización con energía por el concilio Vaticano II:
Nuestros contemporáneos estiman grandemente
a) En este deseo de autonomía esta libertad y la buscan con ardor. Y tienen razón...
se arraigan a la vez el ateísmo moderno... La dignidad del hombre exige de él que actúe según
una opción consciente y libre 4.
A esta voluntad de liberación del hombre corres-
ponden las principales reivindicaciones del ateísmo En realidad, lejos de ser el sepulturero de la
moderno que giran esencialmente en torno a tres libertad humana, Dios es por el contrario su funda-
polos que volveremos a encontrar a continuación: mento y su garantía.
- reivindicaciones en nombre de la ciencia: las Este fenómeno de la secularización es, por tanto,
ciencias pueden explicarlo todo; Dios es una hipóte- muy complejo: se muestra al mismo tiempo como
sis tan engorrosa como inútil;
- reivindicaciones en nombre del hombre y de su 4
Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 17.
libertad: si Dios existe, lo sabe todo, lo ha previsto
todo, y el hombre no es en el fondo más que u n a
marioneta en sus manos;
- reivindicaciones ante el escándalo del mal y
del sufrimiento: si Dios existe, ¿por qué existen el EL PAPEL PURIFICADOR
mal y el sufrimiento, siendo así que Dios ha de ser DEL ATEÍSMO
infinitamente bueno?

Incluso el ateísmo moderno... desempeña el papel de


b) ...y una nueva concepción un movimiento purificador para la teología. ¡Cuántas co-
más satisfactoria de Dios sas hemos considerado como Dios! ¿Qué no hemos vendi-
do como Dios? ¿Qué no hemos dicho y hecho en el nombre
Pero si este poderoso movimiento de seculariza- de Dios? ¡Cuántas veces hemos transformado a Dios según
ción favoreció indiscutiblemente el desarrollo del nuestra imagen! Semejante idolatría nos está prohibida
ateísmo moderno, tuvo igualmente el mérito in- para el futuro. El resultado positivo del ateísmo moderno
menso de llevar a los filósofos cristianos y a los consiste en una purificación poderosa de la cristiandad,
teólogos a precisar y a reajustar su discurso sobre junto con su teología, en el alejamiento de toda clase de
Dios dentro del marco de la modernidad. En este idolatría.
sentido, lejos de conducir al ateísmo, la seculariza-
ción ha representado un papel purificador esencial El cristiano francés Jean Lacroix lo expresó así una
para el creyente de nuestros días. vez: «Yo estoy muy agradecido a mis amigos ateos, porque
ellos me han enseñado a no engañar...»1. Por eso, ante el
Le ha permitido en concreto tomar conciencia ateísmo hemos de valorar su efecto positivo, purificador y
de que el Dios de la revelación cristiana no tenía profundizador para la fe en Dios.
nada que ver con la concepción transmitida tan
frecuentemente de un Dios soberano absoluto y H. Zahrnt, Dios no puede morir, 62.
dueño omnipotente de un mundo totalmente some-
tido a él y en el que los hombres no tenían ningún
margen de libertad. 1
J. Lacroix, Le sens de l'athéisme moderne. Casterman, Paris
Esta imagen errónea de Dios ha sido criticada 1970, 65.
justamente por los pensadores cristianos modernos,
que h a n subrayado la importancia esencial de la

PARA DECIR DIOS 29


fuente de ateísmo... y como fuente de reflexión y de El s e c u l a r i s m o d e s i g n a el m o v i m i e n t o d e a u t o -
profundización de su fe en Dios para el creyente. n o m í a del h o m b r e q u e se e f e c t ú a c o n t r a Dios y q u e
c o n d u c e p o r t a n t o al a t e í s m o .
Mirando las cosas más de cerca, se comprueba que
la secularización no representa ni mucho menos un L a s e c u l a r i d a d d e s i g n a p o r el c o n t r a r i o , p a r a el
fenómeno simple. Ofrece incluso un doble rostro: uno c r e y e n t e , la c o n v i c c i ó n d e q u e p u e d e vivir su p r o p i a
negativo, el rechazo del dominio religioso; el otro v i d a d e h o m b r e c o n t o d a l i b e r t a d , a u n a f i r m a n d o la
positivo, el acceso del hombre a su autonomía. Nega- e x i s t e n c i a d e Dios y s u p r e s e n c i a e n el m u n d o , u n a
tivamente, significa la marginación de la religión. El p r e s e n c i a m u y r e a l , p e r o m u y d i s c r e t a e infinita-
m u n d o moderno se ha ido estructurando progresiva- m e n t e r e s p e t u o s a d e la l i b e r t a d d e l h o m b r e 7 .
mente según unos valores que, aunque proceden del E s t a s s e r á n las p r i n c i p a l e s i d e a s q u e v a n a c o n s -
mundo cristiano, se han desgajado del árbol... Pero t i t u i r el f u n d a m e n t o d e n u e s t r a reflexión y q u e d e s -
este fenómeno se presta también a una lectura positi- a r r o l l a r e m o s a continuación, m o s t r a n d o c ó m o per-
va. Significa entonces que el hombre llegado a la edad m i t e n s i m u l t á n e a m e n t e r e s p o n d e r a las o b j e c i o n e s
adulta es responsable de su mundo. Lo mismo que los d e los filósofos a t e o s y p e n s a r a Dios d e n t r o del
demás, tampoco el cristiano tiene confidencias parti- m a r c o q u e es el n u e s t r o a c t u a l m e n t e , el d e la m o -
culares de Dios. También él debe asumir con toda dernidad.
libertad sus responsabilidades, con los riesgos inhe-
rentes a toda opción... Sensibles al principio ante la
amenaza de la secularización, identificada con la des-
cristianización, los cristianos han acabado recono-
ciendo en ella una tendencia legítima '. rización y secularismo, en P. Poupard, Diccionario de las religio-
nes, 1.635-1.637.
P o r eso h a y q u e d i s t i n g u i r c u i d a d o s a m e n t e d o s 7
Aun subrayando que es absolutamente necesario para el
a c t i t u d e s e n lo q u e r e s p e c t a a la s e c u l a i i z a c i ó n : el creyente tener en cuenta esta «secularidad positiva del mundo»,
s e c u l a r i s m o y la s e c u l a r i d a d 6 . C. Geffré (El cristianismo ante el riesgo de la interpretación. Cris-
tiandad, Madrid 1984, 332) indica justamente que esta perspecti-
va puede verse peligrosamente falseada si sirve para secularizar-
5
lo a bajo precio ofreciéndole una excusa para ocultar las cuestio-
M. Neusch, Aujourd'hui Dieu, 17-18. nes tan difíciles e importantes que le plantea el ateísmo (cf. Ibíd.,
6 c. XI: «La función ideológica de la secularización», 229-251).
Sobre esta distinción, véase el artículo de F. Rodé, Secula-

30 PARA DECIR DIOS


II
LA CIENCIA,
¿UN CAMINO HACIA DIOS?
«En adelante, la ciencia,
a veces más que la filosofía,
y quizá más que la religión,
tendrá el privilegio de obligar
a la humanidad entera
a plantearse colectivamente
la cuestión de su ser y de su destino».
J. Lacroix, Le sens de l'athéisme moderne.
Casterman, París 1970,17.

«La ingenua pretensión positivista del siglo XIX


ha sido abandonada para siempre...
El espíritu humano no está ya seguro
más que de una cosa cierta:
su incertidumbre».
J. Milet, L'existence de Dieu, en Dieu. Beauchesne
(col. «Philosophie» n. 10). París 1985,58-59.

i
n
Un grave conflicto iba a contribuir de forma se había creído en el momento en que el positivismo
decisiva a la aparición del ateísmo moderno... y a triunfante atacaba violentamente a una Iglesia fija-
una revisión muy importante —y provechosa— de la da en su conservadurismo y en su desconfianza. En
concepción de Dios por parte de los filósofos creyen- efecto, se fue viendo progresivamente que no sólo la
tes y de los teólogos: el conflicto entre la teología y ciencia no está en contradicción con la afirmación
las ciencias de la naturaleza. del Dios de la revelación cristiana, sino que podía
Debido a la actitud mucho tiempo negativa y incluso conducir hasta él (capítulo 5).
estéril de la Iglesia frente a los descubrimientos F i n a l m e n t e , los prodigiosos d e s c u b r i m i e n t o s
científicos, se produjo una ruptura catastrófica en- científicos modernos, haciéndonos descubrir cada
tre ella y el mundo moderno. Una ruptura tal que, vez más la complejidad propiamente inimaginable
en este «combate» entre la ciencia y la religión, se de nuestro universo, no pueden menos de replante-
pudo creer por un momento que la primera iba a ar el problema de la creación del mundo: nuestro
aplastar definitivamente a la segunda y a eliminar universo ¿se basta a sí mismo o es el fruto del acto
totalmente a Dios de nuestra cultura contemporá- creador de Dios? De este modo nos llevan a replan-
nea (capítulo 4). No fue éste finalmente el caso, ya tear de nuevo la cuestión del significado y del «por-
que por ambos lados se llegó a tomar conciencia, qué» de la existencia misma de este universo y de
c o n c r e t a m e n t e como consecuencia del doloroso nuestra propia existencia, y por tanto a replantear
«caso Galileo» y del problema de la evolución, de en definitiva la cuestión de Dios (capítulo 6).
que las cosas eran mucho más complejas de lo que

PARA DECIR DIOS 33


Afol»

AÍltQHQtniit*

Geometría*
püyUtQwt *
GfdftKitÍM»
{
«El hombre es la medida de todas las cosas» (Protágoras).

34 PARA DECIR DIOS


4
Dios frente a la ciencia

Existe pues una gran distancia entre estos des-

D urante casi dos milenios, en el occidente


cristiano, basándose en la fe de las afirma-
ciones bíblicas, se creyó que el universo había sido
creado en siete días y que esta creación había teni-
cubrimientos prodigiosos y los dos relatos bíblicos
de la creación del mundo, que nos muestran por
ejemplo a Dios modelando la tierra, lo mismo que
un alfarero modela la arcilla, u operando a Adán
do lugar unos cuatro mil años antes de Cristo. para quitarle una costilla con la que formar a Eva.
La cronología tradicional que se refería concre- Desgraciadamente, por m u c h o tiempo se ha
tamente a las fechas de la creación y del diluvio, querido tomar estas imágenes, por otra parte tan
cronología recogida entre otros por Bossuet en su ricas de significado en otro nivel, por verdades cien-
Discurso sobre la historia universal, era la que se tíficas..., cosa que no eran en absoluto, como vere-
daba corrientemente en los cursos de historia sa- mos. Este desgraciado error ha contribuido a des-
grada y en los catecismos de la primera mitad de arrollar en la mentalidad de muchos no creyentes
nuestro siglo XX. Así, en un manual muy difundido, —y de algunos creyentes que se sintieron de pronto
L'Année préparatoire d'histoire sainte de T. Bénard, incómodos con su fe— la convicción de que era im-
en su 102.a edición de 1930, se puede leer que la posible adherirse al mismo tiempo a lo que afirma-
creación del mundo data concretamente del año ba la ciencia y a lo que decía la Biblia. Y por tanto,
4963 antes de Jesucristo, y el diluvio del año 3308, que no se podía creer al mismo tiempo en la ciencia
igualmente antes de Cristo (!). y en Dios.
Pues bien, hoy los astrofísicos calculan en unos Ahí es donde se arraigan las violentas controver-
15.000 millones de años la edad de nuestro universo sias pasadas sobre las relaciones entre la ciencia y
y son casi capaces de reconstruir las etapas princi- la fe... y el ateísmo de muchos. No es nuevo este
pales de esta historia desde el big-bang inicial, que debate, pero sigue siendo actual. Y lo es mucho más
suele considerarse como el «comienzo» del m u n d o . hoy, cuando vivimos en un mundo en el que la
Se ha pasado del fixismo al transformismo, de un
mundo cerrado y estable a un universo en expan-
sión y en constante evolución '. brito tan sencillo, pero tan sugestivo, de J. Caries, La Découverte
de l'univers. Cerf, Paris 1988. El autor muestra cómo, debido a los
descubrimientos científicos, la imagen que se han hecho los
1
Véase sobre este punto el libro tan interesante de C. Monte- hombres del universo se ha modificado sin cesar desde la anti-
nat, L. Plateaux y P. Roux, Para leer la creación en la evolución. güedad hasta hoy. Sobre el fixismo (o creacionismo) y el trans-
Verbo Divino, Estella 1985. Puede consultarse igualmente el li- formismo, véase más adelante el recuadro de la p. 48.

PARA DECIR DIOS 35


UN UNIVERSO EN CONSTANTE EVOLUCIÓN

El big-bang sería la explosión que habría tenido existe al principio más que un conjunto de partículas sim-
lugar hace unos quince mil millones de años, del pri- ples y sin estructura. Como las bolas sobre el tapiz verde
mer núcleo de materia de una densidad inimaginable de un billar, se contentan con ir errantes y chocar entre sí.
del que provendría todo el universo, que, a partir de Luego, por etapas sucesivas, esas partículas se combinan y
entonces, está en constante expansión. se asocian. Las arquitecturas se elaboran. La materia se
Las galaxias que lo componen -unos quinientos mi- hace compleja y «performante», es decir, capaz de activi-
llones, que comprende cada una unos cien mil millones dades específicas...
de estrellas- se alejan efectivamente unas de otras a ¿Adonde lleva este camino? La física nuclear nos per-
velocidad vertiginosa. La mayor parte de los sabios, mite comprender la evolución nuclear: cómo, a partir de
sean cuales fueren sus opiniones filosóficas o religiosas, las partículas elementales salidas de la explosión inicial,
están ahora casi plenamente de acuerdo en reconocer se formaron los núcleos atómicos en el corazón de las
que esta teoría es hoy la más probable..., pero dejando estrellas... Los notables progresos de la radioastronomía y
la puerta abierta a otros descubrimientos que podrían de la biología molecular nos permiten trazar las grandes
confirmarla... o debilitarla. etapas de la evolución química entre las estrellas y en los
A comienzos de siglo, la observación del movimiento de planetas primitivos. Y finalmente, siguiendo los pasos de
las galaxias proyectó la dimensión histórica al conjunto Darvvin, veremos alzarse ante nosotros el gran árbol de los
del universo. Todas las galaxias se alejan unas de otras en seres vivos de nuestro planeta: la evolución biológica nos
un movimiento de expansión a escala cósmica. De ahí lleva desde las bacterias hasta la aparición de la inteligen-
nació la idea de un comienzo del universo. Salido de una cia humana. El camino de la complejidad ¿se detiene en el
fulgurante explosión, hace unos quince mil millones de ser humano? No tenemos razón alguna para afirmarlo. El
años, prosigue desde entonces su dilatación y su enfria- corazón del mundo sigue latiendo a su ritmo. El «sentido»
miento. La imagen de una materia histórica se impone está en marcha. Puede ser que ya se hayan franqueado
actualmente en todas partes. Lo mismo que los seres vivos, otras etapas en otros planetas. ¿Qué inauditas maravillas
las estrellas nacen, viven y mueren, aun cuando su vida se prepara en cada uno de nosotros la gestación cósmica? El
cifre en millones y millones de años. Las galaxias tienen nombre ha nacido del primate. ¿Quién nacerá del hom-
una juventud, una edad madura y una vejez. bre?

La historia del cosmos es la historia de la materia que H. Reeves, Patience dans t'azur. L'évolutton cosmique.
se despierta. El universo nace en una gran desnudez. No Seuil, Paris 1981,16-18.

ciencia y la técnica van tomando un lugar cada vez la Iglesia, si no siempre favoreció, al menos permi-
más importante. tió el progreso científico y el desarrollo de la técnica
eliminando a las divinidades que se consideraban
rectoras del universo, y esto en continuidad con la
Biblia que lo había «desacralizado».
1. Un conflicto relativamente reciente
Los relatos del Génesis desacralizan el universo.
En contra de lo que muchas veces se cree, la Los astros y los animales no reciben ya veneración.
Iglesia no siempre estuvo sistemáticamente en con- Desdivinizados, ¿por qué no iban a ser objetos de
tra del progreso científico. Durante mucho tiempo, estudio? Además, ¿acaso no asigna el Génesis al hom-

36 PARA DECIR DIOS


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PARA DECIR DIOS 37


bre, como función primordial, la explotación de toda Dios resultaba entonces singularmente comprome-
la tierra 7 Por eso, es posible ver en los primeros rela- tida, dado que parecía evidente que la mentalidad
tos bíblicos la incitación a una explotación racional científica era incompatible con la mentalidad reli-
del universo 2 giosa del creyente
Globalmente, una actitud bastante positiva de
la Iglesia en este terreno había permitido a los sa-
bios desarrollar progresivamente un tipo de conoci- 2. El positivismo
miento relativamente riguroso de la realidad Y es-
to sucedió igualmente —hemos de recordarlo— si- El cientismo, o positivismo, fue la forma mas
guiendo a los filósofos griegos, como Aristóteles, elaborada de este ateísmo científico Auguste Com-
que buscaban comprender el universo de una ma- te, que contribuyo ampliamente a desarrollar este
nera racional movimiento positivista en el siglo XIX, y Jacques
Monod, que lo ha ilustrado recientemente, son sin
Desde este punto de vista, se puede afirmar que duda los dos representantes mas conocidos y mas
durante mucho tiempo, a pesar de algunos bloque- típicos del positivismo
os que se debían tanto a factores culturales como
estrictamente religiosos, la Iglesia ayudo mas bien
a las ciencias a constituirse como tales y a adquirir a) Auguste Comte
su independencia , al menos antes de la época mo-
derna en la que se vio aparecer los violentos conflic- Ante los progresos fantásticos de las ciencias,
tos a los que acabamos de aludir entre la Iglesia y Comte llego a pensar que serian suficientes para
los científicos, por el hecho de que los descubri- explicarlo todo, y que por tanto resultaba inútil
mientos de estos últimos parecían eliminar a Dios apelar a Dios o a las fuerzas sobrenaturales para
comprender el m u n d o que nos rodea y comprender-
En una primera fase fue bastante generalizada la nos a nosotros mismos
convicción de la compatibilidad de la fe y el saber
Por eso, según el, hay que renunciar decidida-
Cabe considerar como representativa de este intento
mente a toda explicación religiosa o metafísica 4,
de nueva síntesis entre fe y saber la obra de G W
explicaciones perfectamente imaginarias y total-
Leibniz (1646-1716), uno de los últimos sabios univer-
mente desnudas de ínteres por apelar a unos ele-
sales Pero a medida que las ciencias descubrían las
mentos no verificables científicamente Hay que
leyes de la naturaleza, fueron expulsando a Dios del
atenerse exclusivamente a los hechos conocidos por
universo Solo le necesitaban como explicación mar-
la observación y la experiencia concretas, es decir,
ginal y para llenar las lagunas del conocimiento hu-
por las ciencias En esta perspectiva, Dios y la reli-
mano 3
gión resultan inútiles y hasta perjudiciales en la
En efecto, la ciencia daba la impresión de poder medida en que ponen trabas al progreso científico y
explicarlo todo de una manera precisa, rigurosa y frenan el desarrollo del hombre
satisfactoria para la razón, mientras que la Biblia, Este es el fundamento de la filosofía «positivis-
concretamente en los problemas relativos al univer- ta», indicando perfectamente este ultimo termino 5,
so y al problema de su origen, parecía ser solamente según Auguste Comte, que la filosofía en la época
una ingenua colección de leyendas arcaicas Se cre- moderna no puede interesarse mas que por la reali-
yó entonces que era imposible admitir a la vez los dad tal como se ofrece a la mirada científica La
descubrimientos científicos y creer en Dios La opo- verdad, sea la que sea, no puede venir mas que de la
sición se iba haciendo absoluta, y la situación de ciencia y exclusivamente de ella

2 4
K Ricard Btologte et dtscous theologique en La creation El termino «metafisico» designa en filosofía el estudio de
Catechese 106 (enero 1987) 66 las realidades que superan el marco de la experiencia sensible
3
W Kasper El Dios de Jesucristo, Sigúeme, S a l a m a n c a concreta como es el problema de Dios
1985 36 ' Positivo» = evidente seguro demostrado cierto concreto

38 PARA DECIR DIOS


cer todo lo posible por eliminar «la mezcla repug-
nante de religiosidad judeo-cristiana» 7 que está
¿QUE ES EL POSITIVISMO? siempre en la base de nuestra civilización moderna.
Esta pretendida verdad no es más que el produc-
to de la imaginación delirante de unos hombres que
Bajo este nombre (de positivismo) se sitúan un conjun- intentan desesperadamente aplacar sus angustias y
to de tesis que se relacionan con las doctrinas de Auguste sus miedos ante la muerte, apelando a un poder
Comte, para el que solo el conocimiento de los hechos es sobrenatural: Dios. Pero esto es puramente quimé-
fecundo.. Para el positivista, hay que atenerse a los hechos rico. Dios no existe, y el hombre no es más que un
perceptibles por los sentidos y rechazar como carente de puro producto de la materia y del azar (véase más
valor todo conocimiento que tenga otro origen. Por eso el adelante, p . 56)% Lo mismo que Comte, Monod re-
positivismo rechaza... la idea de Dios. chaza categóricamente toda perspectiva religiosa o
metafísica y condena sin reservas todo intento por
J -F Catalán y J -M Moretti encontrar una verdad cualquiera fuera de un marco
La Fot devant la saence 27-28
rigurosamente materialista y positivista.

b) Jacques Monod
3. La objetividad científica
y el problema de Dios
A. Comte afirmaba esto en el siglo XIX. En el
siglo XX, estas posiciones volvió a asumirlas un Desde un punto de vista estrictamente científi-
brillante bioquímico francés, Jacques Monod. co, Comte y Monod tienen razón en exigir una ob-
jetividad total y en rechazar, en el terreno de la
En la misma perspectiva que Comte, Monod 6 investigación científica, todo parasitismo de cues-
rechaza de una forma absoluta toda idea de Dios. tiones metafísicas y/o religiosas. Igualmente tienen
Según él, la religión cristiana (como todas las de- razón en negarse a ver en Dios al eventual «tapaa-
más religiones) induce necesariamente al hombre gujeros» de nuestras ignorancias. No podemos me-
al error. Esos intentos arcaicos de explicación no nos de estar totalmente de acuerdo con ellos en este
son m á s que ilusiones p e l i g r o s a s , m o n s t r u o s a s punto. Se trata de una necesidad absoluta. El sabio
mentiras que felizmente van siendo poco a poco no debe jamás hacer que intervengan sus opciones
arrinconadas por la ciencia moderna, que debe ha- filosóficas, sean las que sean, en su trabajo específi-
camente científico. No tiene por qué ser entonces
6
Jacques Monod (1910-1976) era profesor en el College de creyente o ateo; debe ser exclusivamente... científi-
France En 1965 recibió el premio Nobel de bioquímica con co .
Andre Lwoff y Franc.ois Jacob Para el tema que aquí nos
interesa, en este capitulo y en lo que diremos mas adelante sobre Pero, a diferencia de ciertos positivistas contem-
su rechazo de la idea de creación, el libro mas interesante de p o r á n e o s como F r a n c o i s J a c o b o Claude Lévi-
Monod es El azar y la necesidad Ensayo sobre el fenómeno natural Strauss, que se niegan efectivamente a mezclar los
de la biología moderna Barral, Barcelona 1977 Este librito, muy problemas científicos con los problemas metafísi-
interesante, es bastante difícil de leer Para una reflexión sobre
los difíciles p r o b l e m a s s u s c i t a d o s p o r M o n o d , v é a s e M cos, se les puede reprochar a Comte y a Monod el no
Barthelemy-Madaule, L'ideologie du hasard et de la Necessite haber respetado totalmente ellos mismos este prin-
Seuil, París 1972 cipio al presentar como verdades científicas ciertas
En la misma perspectiva de Monod, no podemos olvidar a su afirmaciones de tipo metafísico.
discípulo J -P Changeux, neurobiologo y profesor en el College
de France, ha recogido mas o menos sus mismas tesis en una En efecto, cuando afirman, a partir de los resul-
obra difícil que no ha tenido mucho éxito, L'Homme neurona!
Fayard, París 1983 (puede consultarse sobre el el articulo de K 7
Ricard, Quand l'esprit se fait matiere Sur «L'homme neurona!» de J Monod, El azar y la necesidad, 184.
8
J -P Changeux Etudes 362/6 (jumo 1985) 791-800 Véase mas adelante, p 50

PARA DECIR DIOS 39


FRANCOIS JACOB: CLAUDE LÉVI-STRAUSS:
DIOS ES CUESTIÓN DE GUSTOS SOLO IMPORTA
LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
Premio Nobel de bioquímica en 1965 con Jacques
Monod y Lwoff Francois Jacob hace tabla rasa de toda Antropólogo de tendencia estructurahsta (cf mas
preocupación metafísica Solo le preocupa la investiga- adelante, p 74), Claude Levi-Strauss, aunque admite
ción científica A sus ojos, la opción en favor o en contra de buena gana que las ciencias no pueden probar que
de Dios es exclusivamente asunto de apreciaciones sub- Dios no exista (cf mas adelante, p 51-52), afirma que
jetivas v afectivas este es un problema que no le atañe A el solo le impor-
(Para) el hombre de ciencia que practica su ciencia no ta la investigación científica
se plantea la cuestión de la existencia de Dios No es (La cuestión de Dios) es una cuestión que yo no me
nunca la búsqueda de una prueba de la existencia de Dios planteo, que nunca me he planteado, por muy lejos que me
o de su no-existencia lo que guia su razonamiento o su remonte en mis recuerdos de la infancia Para mi no ha
mano Yo creo que en la practica de la ciencia, este pro- existido nunca ese problema Siempre he tenido el senti-
blema esta totalmente superado Pero, al margen de esto, miento, al discutir con los creyentes, que la diferencia
en algo que no le corresponde a la practica de la ciencia, fundamental entre ellos y yo esta en que plantean unos
esto se convierte para mi puramente en una cuestión de problemas que yo no me planteo (Me mego a) poner las
gustos Por eso puede haber hombres de ciencia creyentes pretensiones filosóficas por encima de las pretensiones
y no creyentes , a unos les gusta, a otros no, unos tienen científicas Al contrario, me parece que las pretensiones
necesidad de Dios para vivir, otros no científicas tienen la prioridad, y que la metafísica, de la
Hav hombres de ciencia perfectamente respetables, ex- que no podemos prescindir por completo, tiene que que-
celentes hombres de ciencia, que creen en la existencia de dar arrinconada en el rincón mas modesto de los sueños
Dios Pero, una vez mas, esto no tiene nada que ver con la íntimos Si me preguntáis cual es el sentido de la existen-
ciencia, es otro terreno cia, os responderé que la existencia no tiene estrictamente
ningún sentido
F Jacob en C Chabanis
Dieu ñute t iP Non repondent 62 64 C Levi Strauss Ihd 72 79 81 84

tados de sus trabajos científicos 9, que hay que re- científicos y toman posición en una cuestión filosó-
chazar la hipótesis Dios, o cuando Monod dice que fica Tienen perfectamente derecho a hacerlo asi,
el mundo es fruto solamente del azar, dan una inter- pero con la condición de que reconozcan que se
pretación metafísica a los resultados de sus trabajos trata de afirmaciones de tipo filosófico, y hasta mas
específicamente metafisico, y no de verdades cientí-
ficas
9
Es esencial para evitar toda ambigüedad observar bien
que no se trata ni mucho menos de poner aquí en discusión los Esta distinción entre los hechos establecidos
resultados estrictamente científicos de sus trabajos y de sus científicamente y las conclusiones filosóficas que se
investigaciones Si su validez queda establecida esos resultados pueden sacar de ellos es aquí capital Por las razo-
serán reconocidos por todos los sabios sean cuales fueren sus
c o n v i c c i o n e s filosóficas o r e l i g i o s a s La d i s c u s i ó n r e c a e
nes que veremos detalladamente en el siguiente ca-
exclusivamente sobre las conclusiones filosóficas que sacan de pitulo, parece ser efectivamente que la ciencia, aun-
ahí que aporta elementos esenciales para la reflexión,

40 PARA DECIR DIOS


es neutra en lo que se refiere al problema de Dios: yente o el filósofo teísta no puede dispensarse de
no puede probar su existencia ni su no-existencia. una reflexión rigurosa, en este caso a partir de los
Pero esta neutralidad no significa, a nuestro jui- resultados de los descubrimientos científicos, si
cio, que la opción por Dios o contra Dios sea única- quiere llegar realmente a una toma de posición que
mente una cuestión de gusto, como afirma F. Jacob no sea subjetiva ni frágil, sino fundada en razón, y
o deja entender Lévi-Strauss. Al contrario, por razo- como tal sólida, por basarse en un conocimiento tan
nes que ya hemos indicado I0, pensamos que el cre- preciso y tan objetivo como sea posible de la reali-
dad. Esta exigencia de racionalidad nos parece
esencial, y éste será el objeto de los capítulos si-
Cf. más arriba, 13-15. guientes.

PARA DECIR DIOS 41


La ciencia y Dios:
nuevas perspectivas

dano Bruno, fue condenado y quemado pública-

N o será inútil volver rápidamente sobre los


dos conflictos entre la ciencia y la fe que
explotaron primero en el siglo XVI, cuando Galileo
afirmo que la tierra no era el centro del universo,
mente como hereje por haber sostenido estas mis-
mas tesis y haber sacado de ellas conclusiones filo-
sóficas y teológicas que fueron juzgadas como erró-
neas por la Iglesia, a saber, concretamente que el
sino que giraba alrededor del sol, y luego en el siglo universo era infinito 2.
XIX, cuando Darwin afirmó por su parte que todas
las especies vivas del universo, incluido el hombre, 2
Afirmaba ademas que este universo infinito coincidía con
eran fruto de la evolución natural. Dios Estas declaraciones de tipo panteista (cf mas adelante, p
59, nota 2) pesaron mucho sin duda en su proceso de condena-
ción (cf W Kasper, El Dios de Jesucristo, 36)

1. El «caso» Galileo
En 1543, un astrónomo polaco, Copernico, publi-
có un libro titulado Revolución de las órbitas celes- ¿POR QUE NO FUE
tiales, en el que demostraba el doble movimiento de CONDENADO COPERNICO?
los planetas sobre ellos mismos y alrededor del sol.
Según él, no era por tanto la tierra la que estaba en
el centro del universo, como se creía hasta entonces Seguramente porque en aquel tiempo se dedicaba a las
(geocentrismo), sino el sol. Esta teoría heliocéntri- ciencias mucho menos ínteres que tres cuartos de siglo
ca ', establecida algo más tarde sobre bases científi- mas tarde, y sobre todo, al parecer, porque la Iglesia cató-
cas todavía más precisas por otro astrónomo ale- lica no estaba todavía muy preocupada por el protestan-
mán, Kepler, suscitó entonces pocas reacciones. tismo naciente ni obsesionada por los ataques y las des-
Al contrario, en 1600, un religioso italiano, Gior- viaciones doctrinales, como lo estaría en la época de Gior-
dano Bruno y de Galileo
1
Geocentrismo, geocéntrico que gira alrededor de la tierra
Heliocentrismo, heliocéntrico que gira alrededor del sol

PARA DECIR DIOS 43


•JO'

Csopi^mc Chtaiaincsáes Q^ormí^ voiontrlot J^fhctdtx^t> —


ütMtrntonfxLbUs quesU* objtrv cuto m des dtr>rt¿ersJiecUs renccrv-
•iroienidana IctSyJbemtt' de¿Pto¿omée> retwtartttou tanriennt> ofnnüm^
é¿m<>ut/eme*t¿rde-¿z21erf4£> et compasó, un, nctn/tau, Syjt&me*' .
J*e- Soktly eatau, (¡entre, desLVñwers auMntr dw tfueZilfaxt——
tcurrur dOrÍAntertOceidentÜnútej hs J?lanetí24 entre, les quelks
¿lmeJt¡la,Tetv"e,qiuLla¿sje*cen¿r'é,ckí,m4nuMmie^ •
orty marque, attiaur dejítpvter ete d¿Jatur,n&' teurjJaieilát* .
CeJ JPlaneiéeaj/ eñ& ¿e-ur mxnu&ment; píwt cu, merina j>rompt¡t
selon,te.ur díffercntesduttaJic&du, Jole-ile-tse/ meuvetit? LLS
pías parir sur. let£r*^taze,, fia^Terre^ en, 2*4. . he-ure+f —
JUarv efv ±.4 . eé- QJeruut crv 1*2 , xScc- •
Sistema de Copernico e^Of ¿atines tVcL, qtt'un, m/nu/ément det^Librtaton,' ceu¿c <¿£~s
La tierra no es
el centro del universo Saha^ne eir de.¿Mercare- ne-jonirpaj biesvzanrut* .

44 PARA DECIR DIOS


Finalmente, y es el caso mas conocido, Gahleo, la realidad, dado que el sol parece efectivamente
un italiano igualmente astrónomo, tras una prime- girar alrededor de la tierra 6
ra amonestación en 1616, fue condenado el 22 de Los teólogos, al ver en las afirmaciones heliocén-
junio de 1633 por la Iglesia, que lo declaro «sospe- tricas una amenaza muy grave para la fe, rechaza-
choso de herejía por haber creído y sostenido una ron los descubrimientos científicos de Copernico y
doctrina falsa y contraria a las Sagradas Escritu- de Gahleo , engañándose ellos mismos al imaginar
ras» 3, a saber, que la tierra no era el centro del que iba contra la fe algo que realmente no tenia
mundo, sino que, como todos los demás planetas, nada que ver con ella, pues, como pronto veremos,
giraba sobre si misma y alrededor del sol Tras esta el mensaje de la Biblia no es ni mucho menos de
condenación, Gahleo abjuro —al menos oficialmen- orden científico La Iglesia reconoció posteriormen-
t e - de sus errores y se consagro a otros trabajos te —demasiado tarde— el acierto de las teorías helio-
científicos, dejando cuidadosamente de lado sus in- céntricas , que por otra parte se verán a su vez
vestigaciones sobre la estructura del sistema solar superadas cuando se descubra que el sol no es mas
Este juicio habría tenido solo consecuencias li- que una estrella muy pequeña en el seno de una
mitadas si la Iglesia hubiera reconocido rápida- gigantesca galaxia compuesta de millones y millo-
mente su error Por desgracia, nes de estrellas frecuentemente mayores que el, sin
que nuestra misma galaxia este en el centro de los
resulto una catástrofe, ya que el error no fue reconoci- quinientos millones (al menos) de galaxias disper-
do a tiempo y paso a ser un símbolo de la oposición de sas por el espacio
la Iglesia a la ciencia Traumatizada por el miedo a
cualquier novedad Roma se aislo obstinadamente en
un conservadurismo contumaz y desastroso Esta
desconfianza ante la ciencia, sobre todo la que se 2. La controversia a propósito
atrevía a tocar la imagen tradicional del mundo, creo
la impresión de que la Iglesia despreciaba a los sabios
de la evolución
y sus trabajos, y que, desde el punto de vista religioso Este mismo error, afortunadamente rectificado
sus investigaciones carecían de todo valor 4 mas rápidamente, se produjo a proposito de la teo-
ría, hoy bien establecida, de la evolución en la crea-
Tenemos ya aquí todos los elementos que encon- ción
traremos mas tarde con el problema de la evolución
en la creación ¿Por que fueron condenados G Bru- Las primeras hipótesis transformistas nacieron
no y Gahleo' 3 Porque sostenían una tesis que pare- a finales del siglo XVIII Durante todo el siglo XIX,
cía estar en contradicción flagrante con lo que afir- c o n c r e t a m e n t e con Darwin, los descubrimientos
maba la Biblia al decir que la tierra es el centro del científicos las precisaron confirmándolas espléndi-
mundo \ y porque sus ideas parecían negar ademas damente Pues bien, el 30 de junio de 1909, la Iglesia
afirmo oficialmente que el sentido literal de los tres
primeros capítulos del Génesis en la Biblia - d o n d e
3
se encuentran sobre todo los relatos de la creación—
Extracto del JUICIO de Gahleo citado por F Russo Sur no podían ponerse en duda Por un decreto de la
l affaire Gahlee Etudes (jumo 1980) 745
Comisión bíblica, se condenaba por tanto el trans-
Sobre el «caso Gahleo> relativamente complejo puede con
sultarse ademas de este articulo de Russo (p 743 752) la breve formismo y se imponía el mas riguroso fixismo
pero excelente síntesis de J Caries La Decouverte de l umvtrs La Iglesia condenaba esta teoría porque, tam-
39 47 y el hbrito muy interesante de J P Lonchamp L affaire
Gahlee Cerf París 1988 bién en este caso, le parecía estar en contradicción
4
H Verbist Les grandes controverses de l Eghse contemporai
ne de 1789 a nos jours Marabout Universite París 1971 119 6
Es verdad que el sol parece girar alrededor de la tierra
' Por esta misma razón la Iglesia se atenía siempre a la Esto resulta tan engañoso que según un sondeo del IFOP realiza
teoría de Tolomeo celebre astrónomo del siglo II p C autor de do en 1981 el 38% de los franceses seguían creyendo en dicha
un sistema del universo estrictamente geocéntrico fecha que era el sol el que daba vueltas alrededor de la tierra

PARA DECIR DIOS 45


Hombre
de Neandertal

46 PARA DECIR DIOS


con la enseñanza de la Biblia, que afirmaba que el
mundo había sido creado en siete días y que Dios
h a b í a c r e a d o e s p e c i a l m e n t e al p r i m e r h o m b r e , TRÁGICA E INJUSTA CONDENACIÓN
Adán, del que descenderían todos los demás hom- DE GALILEO
bres
Tras esta condenación, durante algún tiempo los
sabios creyentes y los teólogos intentaron hacer que «Las medidas que entonces tomaron las autoridades
coincidieran la Biblia y los descubrimientos cientí- romanas, a proposito de la tesis de la movilidad de la
ficos, intentando, por ejemplo, hacer que las dife- tierra, y mas concretamente contra su principal promotor,
rentes eras geológicas correspondieran a los siete Galileo, son indefendibles Podemos afirmarlo a la luz de
días de la creación de la Biblia De esta forma prac- la idea mas justa que luego se hizo la Iglesia de los terre-
ticaban un concordismo que no era sino un intento nos respectivos de la ciencia y de la fe, y de sus relaciones
desesperado e ingenuo, destinado evidentemente al Esas medidas han hecho un gran daño a la Iglesia»'
fracaso Mas tarde, «obligada y a la fuerza»2, la Iglesia acabo
Finalmente, siempre «obligada y a la fuerza», la reconociendo su error , pero hubo que esperar hasta 1757
Iglesia, en 1943 (Pío XII encíclica Divino afflante para que las obras de Copermco y de Gahleo se retirasen
Spiritu) reconoció indirectamente la validez de los del índice y se autorizase su publicación y su lectura Tan
descubrimientos científicos relativos a la evolución, solo en 1822, la Iglesia reconoció finalmente que esta doc-
admitiendo la existencia en la Biblia de diversos trina no iba contra la enseñanza de la Biblia ya que esta
géneros literarios que expresaban las verdades en no es de tipo científico 3
lenguajes distintos del nuestro Por eso mismo reco- En 1979, Juan Pablo II, con ocasión del centenario del
nocía que los relatos del Génesis no eran exposicio- nacimiento de Emstein, en un discurso oficial, se hizo
nes de tipo científico portavoz de toda la Iglesia para lamentar en publico esta
desgraciada condenación de Gahleo, afirmando en espe-
cial «Todos conocemos la grandeza de Gahleo, como la de
Emstein, pero, a diferencia del personaje que hoy honra-
mos, el primero tuvo mucho que sufrir -no podemos ocul-
3. La Biblia no es una obra cientíñca tarlo- por parte de los hombres y de las organizaciones de
la Iglesia»4
La finalidad de la Biblia no es ofrecer un mensa-
je científico, sino un mensaje espiritual Y Juan Pablo II no duda en hacer suya esta celebre
frase del mismo Gahleo «La Biblia ensena como ir al
Los escritores religiosos son ciertamente pensado- cielo, pero no dice de que esta hecho el cielo»
res religiosos Muchas veces son también poetas, pero
nunca se presentan como sabios Si buscamos en la
Biblia la verdad científica, no la encontraremos, sen-
1
cillamente porque no esta allí Por eso, por ejemplo, F Russo Sur l affmre Galtlee 743 744
2
la creación del universo se describe allí de una mane- Ibid 751
3
ra conforme con las opiniones sin valor científico de Ibid 745
la época en que se formo el relato 7 4
Discurso de Juan Pablo II (10 nov 1979) en Insegnamentt di
Giovanm Paolo II Citta del Vaticano 1980 1 110
La mejor prueba de ello es que hay en la Biblia
dos relatos contradictorios de la creación En uno
(Gn 1), todo viene del agua en el origen no había
mas que una enorme masa de agua, y Dios, después
de separar las aguas del firmamento de las aguas de
7
Harrington Nouvelle Introduction a la Bible Seuil París la tierra, separo de nuevo estas ultimas para hacer
1971 91 que apareciera la tierra firme Por el contrario, en el

PARA DECIR DIOS 47


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CREACIONISMO Y TRANSFORMISMO LOS GÉNEROS LITERARIOS
EN LA BIBLIA
(Tras la condenación de Gahleo), se produjo un segun-
do choque con la aparición de las teorías evolucionistas En la vida corriente distinguimos muy bien los diferen-
Hasta entonces habían reinado en paz las doctrinas crea- tes «géneros literarios» No confundimos una novela poli-
ciomstas Según ellas, las especies animales habían salido ciaca con una colección poética, ni una obra científica con
tal como eran de las manos del creador Linneo (1707- un comic, son géneros literarios distintos Pues bien, la
1778), por ejemplo, escribe «Hay tantas especies como las Biblia es una colección de 73 libros que pertenecen a
creadas en el origen por el ser divino» géneros literarios muy distintos En esta colección, el libro
El fundador indiscutible de las doctrinas transformis- del Génesis, en donde se encuentran concretamente los
tas es Lamarck (1809) Darwm (1859) recogió sus tesis relatos de la creación, no pertenece ni mucho menos al
sobre nuevas bases En 1900, De Vnes les dio un funda- genero «científico», tal como se le puede concebir en nues-
mento solido con la teoría de las mutaciones, que explican tra época
como son posibles y transmisibles las variaciones genéti-
cas, con lo que se puede explicar la filiación de las espe-
cies, animales o vegetales El progreso de la genética ha
confirmado estas ideas, la biología molecular, rama re- yuxtapuso, es que para el este aspecto «científico» no
ciente de la bioquímica, ha desmontado sus mecanismos era mas que accesorio, una manera de expresarse 8
Aunque en el momento actual no conocemos aun perfecta-
mente todos esos mecanismos, la evolución no es una sim- La Biblia no intenta explicar como funciona el
ple hipótesis, sino un hecho La escasez de fósiles bien universo - e s a es misión especifica de la investiga-
conservados no permite dibujar el árbol genealógico del ción científica—, sino responder a las siguientes
hombre con toda la precisión que sena de desear, pero es cuestiones ¿por que existe el universo' 3 , ¿por que
cierto que la rama humana se separo del tronco animal esta evolución?, ¿por que el h o m b r e 5 Los relatos
hace algunos millones de anos, fue evolucionando progre- bíblicos, sigue observando P Grelot,
sivamente y sin duda continua evolucionando todavía
no quieren darnos una enseñanza científica para sa-
tisfacer nuestra curiosidad Quieren hacernos refle
J F Catalán y J M Moretti
La Fot devant la saence 23 24
xionar sobre lo esencial nuestra condición de hom
bres, nuestra situación ante Dios, nuestras divisiones
trágicas, nuestro enfrentamiento con una naturaleza
Sobre este problema de la evolución se puede leer la excelente
hostil y finalmente el sentido de una historia de la que
obra de C Montenat L Plateaux y P Roux, Para leer la creación en somos a la vez espectadores y actores 9
la evolución Verbo Di\ ino Estella 1985
8
P Grelot Hombre ¿quien eres? Los once primeros capítulos
del Génesis (CB 5) Verbo Divino Estella 1976 32
No es inútil ademas recordar que hay en el Antiguo Testa
mentó otros pasajes que tratan del problema de los orígenes en
otro relato (Gn 2), todo viene de la tierra Al comien- los que se puede observar una real diversidad «En otras pala
zo solo estaba la tierra seca y estéril, y solamen- bras a lo largo de su historia y de los diez o doce siglos de la
te mas tarde Dios hizo que brotara agua Pierre redacción bíblica Israel fue evolucionando en sus r e p r e s e n t a d o
nes de la creación Mostraba asi que como para nosotros, el
Grelot, que recuerda estos hechos tan sencillos comienzo de todo era inaferrable» (P Gibert Creation originetle
añade et nouvelle creation en La creation Catechese 106 (enero 1987)
12)
El autor que ha reunido en un solo relato estos do; 9
P Grelot, a c 8-9 Se trata en realidad de textos de tipo
textos no ignoraba su aspecto contradictorio Si los mitológico (Sobre esta noción de «mito» cf mas adelante p 118

PARA DECIR DIOS 49


En esta perspectiva filosófica y religiosa, estos
relatos bíblicos de la creación afirman al menos EL DIALOGO NECESARIO
tres cosas muy importantes:
ENTRE LA CIENCIA Y LA FE
— El m u n d o es objeto del acto creador de Dios;
no se basta a si mismo.
— El universo no es eterno: ha tenido un comien- La ciencia se enfrenta con algunas cuestiones de primer
zo. orden en las que la división entre lo que es propiamente
ciencia y lo que supera a la ciencia resulta difícil y hasta
— Dios ha creado un mundo y unos seres diferen- imposible Asi ocurre con el comienzo del universo, con la
tes de él y, por lo que se refiere de manera especial a formación y el desarrollo primero de la materia y luego de
los seres conscientes, ha creado a los hombres como la vida, desde la primera célula hasta el hombre y la
seres libres y autónomos. generación de cada ser humano. Un proceso que no pode-
No nos detendremos aquí en el segundo punto l0, mos tratar en términos de pura materialidad positiva, en
pero en compensación volveremos largamente so- donde «sentimos» que están implicados los que con mayor
bre el primero y el tercero, ya que son esenciales o menor acierto llamamos el espíritu, la finalidad y, con el
para nuestra reflexión sobre el problema de Dios. hombre, la libertad. Son otros tantos aspectos de las «co-
sas» que, a pesar de las pretensiones de algunos teólogos, y
hasta de científicos, no pueden realmente soslayarse '.
Por eso la ciencia y la fe deben seguir dialogando.
4. Hay que respetar el ¡Ojala este dialogo este marcado por la serenidad, la com-
carácter específico de los métodos prensión, que desgraciadamente faltaron en el caso Gali-
leo.
Siguiendo el ejemplo del naturalista Laplace,
cuando respondió a la pregunta de Napoleón sobre F Russo, Sur l''affaire Gahlee 752
el sitio que reservaba a Dios en su «sistema de la
naturaleza»: «Sire, no tengo necesidad de esa hipó-
tesis», los investigadores se imponen un ateísmo 1
Russo alude a lo que acabamos de subrayar hay que distin-
«metodológico» real. Dejan a Dios al margen en el guir, pero sin separar por ningún pretexto, las perspectivas cientí-
cuadro de sus trabajos científicos, negándose justa- ficas y filosóficas y/o religiosas El creyente que prescindiera de los
mente a mezclar los problemas estrictamente cien- resultados de la investigación científica, caería necesariamente en
el genero de aberraciones que acabamos de mencionar, y el cientí-
tíficos con los problemas filosóficos y/o religiosos. fico que creyese que puede resolverlo todo únicamente por la vía
Los científicos en cuanto tales intentan conocer científica, caería en el mas peligroso de los positivismos, a ejemplo
de Comte y de Monod
sin cesar cada vez más la realidad tal como se les
presenta, independientemente del significado o del

nota 2) sentido que pueda tener. Estudian el «como» de las


Sobre todo esto puede leerse P Gibert, Btble, mythe et recits cosas, cómo ocurrieron, cómo se produjeron. Pero
de commencement Seuil, París 1986 no pertenece directamente a su misión, en cuanto
10
Este punto, importante para el creyente, no es esencial científicos, responder al «por qué» de esta realidad:
para nuestra reflexión aquí Santo Tomas de Aqumo es el prime- ¿por qué la creación?, ¿por qué la evolución?, ¿por
ro en reconocer que el mundo habría podido ser eterno El qué existe este universo?, ¿ha sido creado por Dios o
mismo, como filosofo, lo habría admitido sin dificultad, ya que
- a f i r m a b a - Dios habría podido perfectamente, en su omnipoten- no?; y, en caso negativo, ¿de dónde viene? Estas
cia, crear un mundo eterno, que, a pesar de esa eternidad, habría cuestiones pertenecen esencialmente al orden de la
sido siempre objeto de su acto creador Únicamente por fideli- reflexión filosófica y/o religiosa.
dad a la enseñanza religiosa de la Biblia, santo Tomas afirma
que el mundo tuvo un comienzo (cf A-D Sertillanges, El cristia- Es verdad que, p a r a el creyente, estas tres consi-
nismo y las filosofías, I, 316-321) deraciones, la científica, la filosófica y la religiosa,

50 PARA DECIR DIOS


LA CIENCIA NO ESTA «UNA NUEVA APERTURA»
NI A FAVOR NI EN CONTRA
DE DIOS No hemos de creer demasiado fácilmente que en
adelante todo va a ir mejor entre la ciencia y la
religión. Las posiciones personales de los científicos
Si del hecho incontrovertible de que existe el mundo son sumamente variadas; van desde el ateísmo más
quiere deducir alguien una causa de esa existencia (Dios), categórico a la afirmación sin ambages de la fe cris-
tal hipótesis no contradice en un solo punto nuestros cono- tiana más auténtica, pasando por la gran mayoría
cimientos científicos. Ningún científico dispone de un solo de los científicos que parecen finalmente inclinarse
argumento o de un hecho que le permita refutar semejante más bien por un prudente escepticismo; estas dife-
hipótesis. rencias personales no dejan de guardar relación con
las diversas disciplinas científicas, siendo en este
H von Diffurth, astrofísico contemporáneo, sentido las ciencias humanas generalmente más
citado por H Kung, ¿Existe Dios'', 871-872 «suspicaces» que las ciencias de la naturaleza... Glo-
balmente, sin embargo, a ejemplo de Lévi-Strauss,
muchos científicos reconocen de buena gana actual-
mente que no pueden responder a todas las cuestio-
nes. H. Kung ve en esta situación el bosquejo muy
están íntimamente ligadas entre sí, pero siempre claro de una nueva y prometedora apertura en este
debe estar muy atento para disociarlas, ya que lo terreno:
contrario sería catastrófico para todos, para la ob-
jetividad y el valor de la investigación científica por Es de prever que la relación entre religión y ciencia
una parte, y para la credibilidad del filósofo y/o del vaya poco a poco mejorando, a pesar de la recíproca
creyente por otra. Es esencial que este diálogo in- desconfianza que aún reina entre ellas. ¿Vamos hacia
dispensable entre la ciencia, la filosofía y la fe se una nueva apertura?...
base en fundamentos claros y en el respeto mutuo El caso más notable es el de los físicos. Hoy, muchos
de las aproximaciones específicas a la realidad que de ellos advierten la insuficiencia de una imagen del
son las suyas propias. mundo y una comprensión de la realidad en sentido
materialista-positivista, así como la relatividad de sus
propios métodos. Es precisamente entre los físicos don-
de menos ateos militantes se encuentran, aunque sí
5. La consideración científica de la realidad muchos agnósticos. La invención de la bomba atómica,
y la cuestión de Dios primero, y luego las crecientes secuelas negativas del
progreso científico-técnico en su conjunto han desper-
tado, sobre todo entre los físicos atómicos, la pregunta
a) La ciencia no está ni «a favor» por la responsabilidad del hombre en su tarea científi-
ni «en contra» de Dios... co-técnica y, a una con ella, la cuestión de la ética. Pero
la ética, a su vez, implica la pregunta por el sentido, por
Contentándose con estudiar el «cómo» de los una escala de valores, por unas ideas directrices y -co-
fenómenos y no pudiendo, en cuanto tal, ir más allá, mo base de todo ello- por la religión.
la ciencia no está realmente ni «en favor» ni «en
contra» de Dios. Como ya dijimos a propósito del
positivismo, es perfectamente neutra en este terre- H Kung, cExiste Dios3
no. No puede probar ni su existencia ni su no-exis- Cristiandad, Madrid 1979, 753-754
tencia, tal como afirmaba con energía un científico
ateo, Claude Lévi-Strauss, a propósito del ateísmo:

PARA DECIR DIOS 51


Un ateísmo que quisiera apoyarse en bases cientí- Por otra parte, al ofrecernos una masa fantástica de
ficas sería insostenible, ya que implicaría que la cien- informaciones y de conocimientos, y al hacernos
cia es capaz de responder a todas las cuestiones. Evi- descubrir al mismo tiempo las maravillas prodigio-
dentemente, no lo hace ni lo hará jamás ". sas de la naturaleza... y sus deformaciones, nos invi-
ta por lo menos a la reflexión: ¿de dónde viene esta
prodigiosa riqueza de la vida que a veces parece ser
b) ... pero la consideración científica tanto el fruto de un pensamiento dirigente como de
de la realidad puede conducir a plantear un ciego titubeo? ¿Adonde pueden conducir estos
la cuestión de Dios vertiginosos progresos científicos y técnicos? ¿Son
una fuente de felicidad o de desgracia para la hu-
En efecto, la ciencia suscita tremendas cuestio- manidad?
nes que pueden llevar a la pregunta filosófica o
Estas cuestiones, querámoslo o no, se plantean
religiosa. Por una parte, la ciencia plantea proble-
sin remedio y pueden llevar a algunos a (re)tomar
mas éticos sumamente delicados y complejos, como
en consideración la hipótesis Dios. Situándonos
los provocados por la utilización de la energía ató-
aquí en esta última perspectiva, partiendo de la
mica (explotaciones civiles y militares) o los susci-
realidad misma del universo en que estamos, va-
tados por los descubrimientos hechos en el terreno
mos a plantearnos ahora la cuestión de su existen-
de la genética y de la aparición de la vida (bioética).
cia y de su aparición: el universo y el hombre ¿se
bastan a sí mismos o son el fruto del acto creador de
" En C. Chabanis, Dieu existe-t-il? Non, répondent, 82. Dios?

52 PARA DECIR DIOS


6
El problema
del origen del universo
y de la creación del mundo

L
puede probar que el m u n d o haya o no haya sido
a idea de creación era ignorada por los filóso- creado. La ciencia ofrece algunos elementos tan nu-
fos griegos que pensaban en un universo que merosos como indispensables p a r a a b o r d a r este
existía desde toda la eternidad. Esta idea se intro- problema, pero no puede resolverlo en cuanto tal.
dujo en la reflexión teológica y filosófica por obra A esta cuestión (aparentemente) sencilla: el uni-
de la revelación judeo-cristiana: «Mira el cielo y la verso ¿es o no objeto de la creación divina?, nadie
tierra y ve cuanto hay en ellos, y sábete que Dios los puede ofrecer una respuesta definitiva y evidente,
ha hecho de la nada», afirma por ejemplo en la ya que
Biblia el segundo libro de los Macabeos (7, 28),
recogiendo la idea ya expresada en el libro del Gé- tanto por un lado como por otro... se trata de posicio-
nesis y en otros varios lugares de la misma. ¿Qué nes indemostrables: es imposible probar más bien
hay de ello? que el mundo haya sido creado que probar que haya
sido increado '.
¿Por qué? Porque, como hemos visto anterior-
mente, si los sabios pueden explicar el «cómo» del
1. Es imposible probar que el mundo universo —y sus informaciones son evidentemente
ha sido o no ha sido creado capitales desde este punto de vista—, no pueden, en
cuanto sabios, ofrecer una respuesta al «por qué» de
Lo primero que hay que comprender bien aquí la existencia del universo y de su evolución. En este
- y se trata de algo sumamente importante— es que caso estamos en el terreno de las tomas de posición
este problema de la creación no es en primer lugar, filosóficas y, para el creyente, religiosas. La ciencia,
como suele creerse, un problema científico. Es ante en cuanto tal, es neutra..., lo cual explica la diversi-
todo un problema de orden filosófico y/o religioso.
En efecto, lo mismo que no puede probar la existen-
1
cia o la no-existencia de Dios, la ciencia tampoco J.-F. Catalán y J.-M. Moretti, La foi devant la science, 41.

PARA DECIR DIOS 53


dad de opiniones al respecto, tanto entre los filóso- Esta materia encuentra en si misma el principio
fos como entre los sabios, que están muy lejos de de su evolución La materia se hace a si misma y se
estar de acuerdo entre si Unos rechazan, por exce- convierte progresivamente, en virtud de sus propios
lentes razones, la idea de la creación del mundo, recursos, en materia viva y luego en materia pen-
otros la aceptan de buena gana por razones no me- sante Es autocreadora El mundo, la naturaleza y
nos buenas, mientras que algunos de ellos siguen el hombre se bastan a si mismos No le deben a
estando escepticos y no saben hacia donde conviene ningún otro su existencia, son el fruto de la evolu-
inclinarse ción dialéctica de la materia La materia es natural-
m e n t e movimiento y este movimiento, «que es
igualmente imposible crear como destruir» 3, expli-
ca su evolución
2. El rechazo de la idea de creación
Las posiciones de Marx y de Engels son por tan-
Algunos científicos y sabios opinan que es inútil to claras ni la materia ni el movimiento son crea-
apelar a cualquier Dios o a una hipotética potencia
espiritual para explicar la aparición del universo y
su evolución la materia, según ellos, poseería en si
3
misma los principios de su existencia y de su des- F Engels Anh-Duhnng Editions sociales París 1950 92
arrollo
Desde un punto de vista filosófico, todos estos
pensadores son materialistas Para ellos no hay m a s
que una realidad la materia Esta materia existe
necesariamente Es increada, eterna e infinita en el EL MATERIALISMO:
espacio y en el tiempo Esta ademas en «-Gustante OJEADA HISTÓRICA
evolución, a lo largo de la cual se ve ir apareciendo
progresivamente la vida, primero en su forma vege-
tal, luego animal, hasta aparecer finalmente, con el El materialismo esta lejos de ser un descubrimiento de
hombre, el pensamiento y la conciencia Marx Ya en los siglos V y IV a C , algunos filósofos grie-
gos, Democnto y Epicuro (filósofos sobre los que Marx
Para explicar este proceso evolutivo, estos filóso- hizo su tesis de doctorado en filosofía), habían desarrolla-
fos apelan generalmente ante todo a un principio de do tesis materialistas, perspectivas recogidas por el filoso-
evolución interna a la materia (marxismo), o bien al fo y poeta latino Lucrecio en el siglo I p C
puro azar (Monod)
Después de Lucrecio y hasta el siglo XVII, no hubo
prácticamentefilósofosmaterialistas en el occidente cris-
a) El marxismo tiano
El materialismo comenzó a reaparecer en Inglaterra en
Marx y su fiel discípulo y amigo Engels opinaron el siglo XVII, y luego en Francia con toda la corriente de la
que la materia se hace a si misma Marx, para Enciclopedia en torno a Diderot, para quien el materialis-
explicar su origen, hablara de «generación esponta- mo se convierte en un arma de combate contra Dios, la
nea» religión y el orden establecido
La creación ha recibido un duro golpe de la cien- Finalmente, esta corriente se desarrollo por completo
cia, que ha representado la formación de la tierra, el con Feuerbach, cuyas actitudes vigorosas en favor del ma-
devenir de la tierra, como un fenómeno de generación terialismo influirán notablemente en Marx y en Engels,
espontanea La generación espontanea es la única que le atribuyeron el mentó de haber restaurado de nuevo
refutación practica de la teoría de la creación 2 «el materialismo en su trono»
2
K Marx Economie pohtique et philosophíe, en Oeuvres
philosophiques A Costes París 1953 VI 38

54 PARA DECIR DIOS


PARA DECIR DIOS 55
dos. Existen por sí mismos y desde toda la eterni-
dad.
Realmente, esta teoría no parece muy convin- «ME SIENTO DIVIDIDO...»
cente, ya que cuesta trabajo imaginarse que la ma-
teria se haya creado a sí misma y que exista desde
toda la eternidad. También cuesta trabajo imagi- Jean Rostand confiaba estos sentimientos íntimos a un
narse esa fuerza interna misteriosa que explicaría amigo: «No puedo admitir que un 'ser' haya creado todo
su evolución..., reticencias que hoy comparten nu- esto; pero, por otra parte, me cuesta admitir que esto se
merosos científicos, que no son necesariamente cre- haya hecho sólo por obra del azar. Por eso me siento
yentes, pero que encuentran esta explicación muy dividido».
poco satisfactoria.
A.-M. Carré: DC n. 1.727, 847.

b) Monod
Para Monod, por el contraio, si la materia es
ciertamente la única realidad, su evolución se expli- c o r d a d a curiosamente la idea de un poder divino
ca exclusivamente por el azar. engañoso que gobernaría el mundo, lo cual sería,
siempre según Monod, una m a n e r a de reintroducir
El puro azar, el único azar, libertad absoluta pero
subrepticiamente lo divino en la materia. Se trata
ciega, está en la raíz misma del prodigioso edificio de
la evolución 4. de una «proyección animista..., interpretación no
sólo extraña a la ciencia, sino incompatible con
Los cambios que constituyen la evolución y que ella» 6. La verdad es que sólo el azar es capaz de
permiten la aparición de la vida son productos de explicarlo todo.
mutaciones sucesivas debidas al azar 5. Por tanto, A todas estas «viejas filosofías» - e n t r e las que
no hay en la naturaleza ningún plan preestablecido. Monod sitúa tanto a las religiones como al mar-
Toda la evolución no es más que el resultado del xismo— les reprocha finalmente que quieran tran-
puro azar. Es ésta la razón por la que Monod, que quilizar bonitamente a los hombres en sus angus-
rechaza evidentemente toda idea de Dios y de crea- tias y frente a su muerte. Pues bien, aunque resulte
ción divina (cf. supra, p . 39), se oponía igualmente muy duro ser lúcido y realista en este punto tan
con violencia al materialismo dialéctico de Marx y sumamente angustioso, el hombre debe tomar con-
de Engels. ciencia de que «él está solo en la inmensidad indi-
Efectivamente, les reprochaba la afirmación de ferente del universo de donde ha emergido por
que la materia encuentra en sí misma su principio azar» 7 .
de evolución, lo cual podría dar a entender que esta Esta teoría de Monod no parece ser más satis-
evolución de tipo «dialéctico» estaría de alguna factoria que la anterior. En efecto, si la inmensa
manera «programada» de antemano. Pero, a juicio mayoría de los científicos y de los filósofos de todas
de Monod, este «principio de evolución», esta espe- convicciones están de acuerdo en reconocer que el
cie de misteriosa fuerza interior de la materia re- azar juega un papel importante en el proceso de la
evolución, parece difícil para muchos admitir que
4
J. Monod, El azar y la necesidad, 126. todo lo que existe en el universo no sea más que el
' Pero si el azar interviene plenamente en esta etapa inicial, fruto solamente del azar. A pesar de ser agnóstico y
no ocurre lo mismo en lo que atañe a la selección de estas de inclinarse más bien por el ateísmo, Jean Rostand
mutaciones. Entonces aparece la necesidad, ya que, por un
proceso de selección riguroso, a fin de conservar su integridad
(teleonomía), los seres vivos integran o rechazan esas mutacio- 6
nes (morfogénesis autónoma) y, si las conservan, las transmiten J. Monod, El azar y la necesidad, 49.
7
nciiélicainonlc (invariabilidad reproductora). Ibld., 193.

l'AHA DI Hl< DIOS


EL MUNDO NO PUEDE COMPRENDERSE
SIN UN PRINCIPIO CREADOR:
LA GNOSIS DE PRINCETON

Muchos científicos, después de haber rechazado a me- nuestros espíritus débiles y frágiles. Esta profunda convic-
nudo la idea de creación durante todo el siglo XIX y co- ción sentimental de la presencia de una razón poderosa y
mienzos del siglo XX, se han hecho hoy más prudentes. Si superior, que se revela en el universo incomprensible, es la
bien algunos siguen negando categóricamente toda idea idea que yo tengo de Dios»2.
de creación y otros permanecen en un prudente escepticis- Pero, a pesar de ello, no podemos menos de subrayar el
mo, son más numerosos de lo que a veces se piensa los que interés de esta investigación, ya que, «por muy insuficien-
la toman de nuevo en consideración: no la juzgan for- te que pueda parecer a los creyentes, sobre todo a los
zosamente estúpida o anticientífica. cristianos, el proceso religioso de la gnosis, es muy intere-
Tal es el caso en concreto de millares de sabios, algunos sante observar que, en una época en que se ve proclamar la
de ellos premios Nobel, reunidos en un amplio movimien- muerte de Dios, en que son tantos los que, incluso entre los
to internacional conocido con el nombre de «Gnosis de cristianos, tienen el sentimiento de que la fe no puede
Princeton», por el nombre de la universidad americana 'resistir' ante la ciencia, algunos científicos de alto nivel
que le dio origen. La existencia de Dios les parece más que llegan a la conclusión de que no solamente la ciencia no
verosímil en la medida en que «desde que se reconocen rechaza a Dios, sino que está obligada a afirmar su exis-
unos proyectos, hay que aceptar la existencia de una inte- tencia»3.
ligencia que engloba y anima el universo»1.
Es verdad que este «Dios» no carece de ambigüedades, 1
F. Russo, La Gnose de Princeton: Études (octubre 1957) 398-
ya que la idea que de él se hacen es a menudo muy vaga. 399.
Así Einstein: «Mi religión consiste en una humilde ad- 2
Einstein, citado por H. Lasserre, Dieu est discret: Fétes et
miración del espíritu superior y sin límites que se revela Saisons 296 (junio-julio 1975) 15.
3
en los más pequeños detalles que podemos percibir con F. Russo, La Gnose de Princeton, 401.

replicaba a esta explicación por el azar: «Hay que podría explicar la aparición y el desarrollo del uni-
encontrar otra cosa» 8 . verso.
Este es, por ejemplo, el testimonio del naturalis-
ta Pierre-Paul Grassé que, por otra parte, no sólo
3. El Dios de la revelación cristiana afirma, como algunos seguidores de la gnosis de
Princeton, la existencia de una «razón poderosa y
como creador del mundo superior» (Einstein), sino al Dios de la revelación
cristiana:
Frente a esta insuficiencia, otros sabios no vaci-
lan en afirmar expresamente la existencia de una Si he vuelto a la fe, ha sido por la ciencia, por un
inteligencia superior creadora. Sólo ella, a su juicio, proceso científico... Si el universo es comprensible, es
porque el universo está ordenado. El caos no es com-
8
Citado por J. Delumeau, Ce queje crois. Grasset, Paris 1985, prensible. Pero ¿de dónde viene este orden del univer-
27; cf. C. Chabanis, Dieu existe-t-il? Non, répondent..., 40. so?... Vivimos en un mundo ordenado... Quien dice

PARA DECIR DIOS 57


orden, dice inteligencia ordenadora. Esta inteligencia
no puede ser más que la de Dios 9 .
TEILHARD DE CHARDIN
E n c o n t r a m o s esta perspectiva en otros muchos
científicos, p o r e j e m p l o e n T e i l h a r d d e C h a r d i n o e n
el h i s t o r i a d o r - s o c i ó l o g o J e a n D e l u m e a u , al q u e c r e - Un hombre ha representado aquí un papel eminente en
emos interesante citar un tanto a m p l i a m e n t e en favorecer este acercamiento entre la ciencia y la fe: Pierre
este lugar, p o r q u e expresa m u y bien esta opinión. Teilhard de Chardin (1881-1955). Profundamente creyente,
D e s p u é s d e s u b r a y a r q u e la c i e n c i a n o d e b í a este jesuíta era igualmente un brillante científico, especia-
c e s a r j a m á s d e s a l i r a u d a z m e n t e al e n c u e n t r o d e lizado en paleontología (ciencia que depende de la geolo-
t o d o , s a b i e n d o q u e n o l o g r a r á j a m á s a l c a n z a r el gía y se consagra más especialmente al estudio de los
h o r i z o n t e , c u y o s l í m i t e s se a l e j a n a m e d i d a q u e fósiles..., y por tanto de la realidad científica de la evolu-
a v a n z a m o s y q u e « n o a g o t a r e m o s j a m á s la i n m e n s i - ción). En una amplia síntesis, quiso mostrar que la reli-
d a d del e s p a c i o ni la c o m p l e j i d a d d e l a s e s t r u c t u r a s gión cristiana era perfectamente compatible con la ciencia
vivas», a ñ a d e : moderna.

Surge entonces la pregunta: ¿no está Dios en el Sus posiciones, tanto desde el punto de vista científico
fondo de esa noche? ¿Quién puede estar seguro de que como desde el punto de vista filosófico o teológico, son a
no se encuentra allí? ¿Qué prueba tenemos de que la veces discutibles, pero es verdad que «sigue siendo un
inmensidad no tiene sentido? ¿Y de que «la evolución pensador poderoso del que siempre se puede sacar prove-
no tiene proyecto»?... La ciencia no creo que conduz- cho»1.
ca a la negación de Dios, sino que invita más bien al
hombre, a la vez, a quedarse en su sitio y a preguntar-
1
se sobre algo más grande que él... L. Podeur, a. c, más abajo, p. 51.
Por eso hago mía con gusto una reflexión de Jean Para una primera aproximación muy rápida al pensamiento de
Hamburger: «... La ciencia, además de la aventura Teilhard, se puede consultar C. Montenat, L. Plateaux y P. Roux,
suntuosa que ofrece al espíritu h u m a n o , podría ser Para leer la creación en la ewlución, concretamente 78-80, y el
indirectamente fuente de meditaciones capaces de artículo de L. Podeur, Qu'est devenue la problématique de Teilhard?,
liberarnos del sentimiento del absurdo. Pero el cono- en La création: Catéchése 106 (enero 1987) 53-58.
cimiento científico sigue siendo totalmente inepto pa-
ra saciar nuestras profundas necesidades de trascen-
dencia».
tuvo un principio y que sobre ese principio podemos
En otro tiempo, los teólogos... hablaban demasia-
decir alguna cosa. Es verdad que el biólogo ve cómo
do, declarándose competentes en todo. ¿Acaso la in-
se realizan programas en su microscopio sin encon-
versión de las situaciones no conduce hoy a algunos
trar nunca al programador. ¿Tendrá que declarar en-
sabios a cometer este mismo tipo de error y a hablar
tonces que éste no existe?... Ningún saber científico
con autoridad en terrenos que se escapan y se escapa-
será nunca completo ni definitivo. La ciencia no pon-
rán siempre de la ciencia? Esta ilumina un trozo del
drá j a m á s la palabra fin...
camino, pero no puede decir adonde va ese camino.
No le corresponde decir que no conduce a ninguna La ciencia debe ir tan lejos como pueda. Sus resul-
parte. En compensación, la comunidad científica pa- tados, leídos en una óptica cristiana, no pueden me-
rece estar hoy de acuerdo en pensar que el camino nos de iluminar un poco más la infinita riqueza de la
creación. Para mí, la ciencia invita a volverse hacia el
mensaje religioso y a buscar una explicación de ese
9
P.-P. Grassé, entrevistado por C. Chabanis en Dieu existe? cómo con que ilumina los mecanismos. Los cien mil
Oui, 93-94. Se encontrarán en las dos obras de Chabanis: Dieu millones de estrellas de nuestra galaxia, los millones
existe-t-il? Non, répondent... Fayard, Paris 1973, y Dieu existe?
Oui. Stock, Paris 1979, varios testimonios que van lógicamente de galaxias conocidas en el universo..., la complejidad
cu los do.s sentidos según la obra considerada. del cerebro h u m a n o con sus cien mil millones de

58 l'AUA / ) / • ( • / « DIOS
neuronas ¿Acaso (todas estas fabulosas realidades)
no provocan el asombro del observador'
Entonces, ¿por que no dar a este asombro su solu LA CREACIÓN
cion lógica que consiste en pedir a la religión un SE LLEVA A CABO HOY
complemento de información' De este modo me pare-
ce que la ciencia y la religión se respaldan mutua-
mente y tienden la una hacia la otra l0 La creación recubre la totalidad del tiempo, el pasado,
el presente y el futuro La creación se lleva a cabo hoy No
El conocimiento científico del universo puede esta terminada La humanidad es una génesis, es decir, un
llevar por consiguiente a la afirmación de la exis- crecimiento permanente Hoy es día de creación El tiem-
tencia de un Dios creador Y aunque esta idea de po engendra algo nuevo Ademas si se quisiera considerar
creación del mundo no sea totalmente satisfactoria la creación como una realidad acabada, habría mas bien
en la medida en que cuesta trabajo comprender que volverse hacia el futuro para entenderla, porque nues-
como pudo Dios hacer que apareciese la materia ex tra historia la historia de la humanidad, es análoga al
nihüo (de la nada) y como pudo crear un universo desarrollo de un filme, se comprende no deteniéndose en
en el que reinan el mal, el sufrimiento y la muerte ", una imagen, sino conocendo el desarrollo total Hoy no
es la que aceptaremos aquí, ya que nos parece desde estamos todavía creados, la humanidad no se ha mostrado
luego mas satisfactoria que las soluciones de tipo aun en su plenitud
materialista
P Gane La creación una dependencia para la libertad
Sal Terrae Santander 1980 15 16

4. La idea de creación
en la perspectiva judeo-cristiana
El cristianismo afirma asi que Dios ha creado el
mundo Pero (.que quiere decir esto e x a c t a m e n t e ' confunden mas o menos, ya que si hubiera índife-
¿Que encierra esta idea de la creación' renciacion entre Dios y el mundo, nos confundiría-
mos con el y por tanto no seriamos ni autónomos, ni
En realidad afirma tres cosas complementarias libres, ni responsables
— Dios crea un mundo diferente y distinto de el En su acto creador, Dios produce algo que es
— Dios crea libertades diferente de el, distinto de el, en lo que concierne
— La creación no se reduce al problema del co- mas especialmente al hombre, Dios ha creado seres
mienzo del universo autónomos y libres respecto a el

a) Dios crea un mundo diferente b) Dios crea libertades


y distinto de el La creación no es una simple fabricación Debi-
Esta distinción entre el creador y su creación es do a las imágenes bíblicas que, desde este punto de
capital En efecto, s e n a un grave error creer, como vista, son inadecuadas, se imagina a veces a Dios
los pensadores panteistas 12, que Dios y el m u n d o se fabricándonos lo mismo que un artesano fabrica un
objeto 13 Quizas aquí, mas que en otros sitios, hay
10 que evitar toda tentación antropomorñca, pues si
J Delumeau Ce que ¡e crois 25 30
" Volveremos mas tarde a hablar de ello
12
La palabra «panteísmo» procede del griego y significa que Foulquie Dictionnatre de la languc phüosophique PUF París
todo (pan) es Dios (theos) Hay varias formas de panteísmo pero 1982 508)
13
generalmente se designan con esta palabra las doctrinas según Este sera por ejemplo el punto de vista de Sartre que
las cuales «Dios no es un ser personal distinto del mundo» (P veremos mas adelante

PARA DECIR DIOS 59


¿Y EL FIN DEL MUNDO?

Puede ser que la expansión prosiga indefinidamente - Las «postrimerías» y el «tiempo final» son inaccesi-
Puede ser igualmente que de aquí a unas decenas de millo- bles a la experiencia directa, del mismo modo que los
nes de anos, se detenga y de marcha atrás Tras la expansión «acontecimientos del principio» y «el tiempo inicial» No
presente, sucedería entonces un periodo de contracción y hay testigos humanos Las imágenes y narraciones poéti-
una implosión final La opción entre estas dos posibilidades cas representan lo que no puede escrutarse mediante la
depende de la cantidad de materia que se encuentra en el razón pura, lo que se espera y se teme
universo Actualmente, tenemos algunos motivos para pen- - Las declaraciones bíblicas sobre el fin del mundo
sar que la primera posibilidad -expansión infinita- es la tienen autoridad no como enunciados científicos sobre el
buena pero algunos descubrimientos recientes podrían en final del universo, smo como testimonios de fe sobre un
un próximo futuro poner en cuestión esta opción destino del mundo que las ciencias de la naturaleza no
Aun en su expansión indefinida, el universo no sena pueden corroborar ni refutar De ahí que pueda renunciar-
quizas eterno La materia de que están formados nuestros se a armonizar las declaraciones bíblicas con las diferen-
objetos se desintegraría lentamente en luz Por fortuna, tes teorías científicas sobre el fin del mundo
ese plazo esta aun muy lejos - El testimonio de fe de la Biblia interpreta el fin
primariamente como la culminación de la acción de Dios
H Reeves Patience dans l azur
L evoluüon cosmique 24
en su creación en el fin del mundo lo mismo que en su
comienzo, no se encuentra la nada, sino Dios

- No hay una extrapolación científica inequívoca ni


una prognosis profetica exacta sobre el futuro definitivo
de la humanidad y del cosmos H Kung cExiste Dios* 893

no fuéramos mas que productos del artesanado di- de Dios prosigue a través del tiempo Y eso es lo
vino, no seriamos precisamente m a s que objetos esencial Puede decirse, con santo Tomas de Aqui-
Pues bien, somos sujetos conscientes, libres, auto- no, que Dios sigue en cada instante creando el mun-
nomos y responsables Y esto, como veremos en do en la medida en que lo mantiene sin cesar en la
detalle m a s adelante, es sumamente importante al existencia 14 Por eso se habla de «creación conti-
crearnos, Dios ha creado libertades que, a su vez, nua», y esta acción es tan necesaria de parte de Dios
serán creadoras como lo fue el acto por el que produjo ínicialmente
el universo, ya que el mundo no tiene en si mismo
mas razones para perseverar en la existencia que
c) La creación no se reduce para aparecer en ella
al problema del comienzo del universo
Ciertamente, el problema esta precisamente ahí 14
Lo m i s m o ocurriría si el m u n d o lucra eterno (cf ¡>upra p
Peí o no solo ahí, ni mucho menos El acto creador 50 nota 10)

60 VARA DI ( lli /J/OS


5. Una afirmación esencial b) ..., pero sigue siendo esencial
para el creyente de hoy
a) Esta afirmación de tipo metafísica
Esta convicción de que el mundo ha sido creado
y religioso por Dios puede hoy expresarla el creyente sin sen-
no responde a nuestra curiosidad... tirse ni mucho menos en oposición con los datos
científicos m á s recientes.
Para el creyente, afirmar que el universo es crea-
do es afirmar finalmente que depende de Dios en su En lo que le atañe, le permite dar una respuesta
existencia y que esta dependencia prosigue a través válida al «porqué» de la existencia de este universo,
del tiempo. Pero es igualmente afirmar que la crea- del que él mismo forma parte, y proporcionarle un
ción es el acto por el cual Dios da la vida creando un último significado.
universo distinto de él, y sobre todo creando en este Creer en el creador del mundo significa afirmar,
universo libertades autónomas. con confianza ilustrada, que el mundo y el hombre no
Estas afirmaciones no responden ciertamente a quedan sin explicación con respecto a su último ori-
nuestra curiosidad, y esta conclusión puede parecer gen, que el mundo y el hombre no han sido arrojados
decepcionante desde este punto de vista, ya que nos absurdamente de la nada a la nada, sino que, como
gustaría mucho saber cómo pudo Dios, concreta- totalidad, tienen sentido y valor l5.
mente, materialmente, crear el universo. Por muy
legítima que sea, esta curiosidad no podrá nunca Bien comprendida y correctamente interpreta-
ser satisfecha. Aunque pueda colmarse en parte por da, esta convicción le permite igualmente afirmar,
todo lo que nos enseñan los sabios sobre el universo, en contra de lo que dice el ateísmo humanista mo-
su vida y su evolución, lo cierto es que, en lo que se derno, que, lejos de estar en oposición o en rivali-
refiere al origen mismo de este universo, nadie sabe dad con la del hombre, la libertad creadora de Dios
más de lo que acabamos de decir..., lo cual es cierta- es, por el contrario, su fundamento. Dios ha creado
mente muy poco, y lo que explica que haya varias al hombre libre, autónomo y plenamente responsa-
teorías explicativas sobré este «origen» del univer- ble de su universo y de su propia existencia: ha
so. creado a un hombre que es real y auténticamente
creador.

" H. Küng, ¿Existe Dios?, 873.

PARA DECIR DIOS 61

i
III
DIOS Y LA LIBERTAD
DEL HOMBRE
«El hombre se elevará cada vez más alto
a partir del momento
en que no se humille ante Dios».
Nietzsche, La gaya ciencia, n. 285.

«Como liberador es como Dios es


el creador del mundo y de la historia.
Más aún, él es tan infinitamente libre...
que sólo él puede hacer posible sostener
y acabar la libertad humana».
A. Ganoczy, Homme créateur, Dieu créateur, 118.
El ateísmo contemporáneo tiene un acento que le es por el rechazo total de Dios en nombre del ser huma-
propio e inmediatamente perceptible, sean cuales fue- no, pero de u n Dios conocido como negador de la
ren las diferencias de contenido entre las doctrinas y de libertad del hombre.
estilo entre las actitudes; glorioso o desesperado, el La problemática en este caso es la noción de
ateísmo contemporáneo busca en la negación de Dios creación divina. Esta idea de creación es muy mal
una afirmación total del hombre; se define de buen comprendida por estos filósofos ateos que, a ejem-
grado como un humanismo; quiere dar testimonio ante plo de Sartre, opinan que, si Dios creó el mundo, no
sí mismo de que ha llevado al hombre hasta el límite de ha podido crear m á s que seres totalmente depen-
sus posibilidades. De ahí ese presupuesto de que la dientes de él, desprovistos de toda libertad. Si esto
creencia en Dios es, por el contrario, una especie de fuese verdad, el hombre estaría entonces totalmen-
deshumanización del hombre. Tocamos aquí un lugar te manipulado por Dios, que lo habría previsto todo
común, en todos los sentidos de la palabra, de los ateís- de antemano (capítulo 7).
mos contemporáneos '.
Pues bien, como acabamos de ver, cuando en la
Presente ya en el h u m a n i s m o científico del que perspectiva cristiana se habla de creación divina, se
acabamos de hablar, esta perspectiva es quizá más habla de algo m u y distinto. Lejos de ser el «mani-
pronunciada todavía en el «humanismo ateo» que pulador» del hombre, el tirano que tantas veces y
presentaremos a continuación, y que se caracteriza sin razón alguna se ha visto en él, Dios, por el
contrario, ha creado al hombre, no sólo como un ser
totalmente libre y responsable de su vida, sino co-
E. Borne, Dieu n'est pas mort. Fayard, Paris 1974, 35-36. mo u n ser que es a su vez creador (capítulo 8).

NEGACIÓN DE LA CREACIÓN POR CAUSA


DE LA LIBERTAD DEL HOMBRE

En el fondo, lo que niegan los ateos no es tanto la dioses», como dice un personaje de Platón. Y esto, eviden-
trascendencia como tal, sino a un Dios creador, porque, temente, es contrario a la dignidad del hombre. Por tanto,
dicen ellos, si Dios nos crea, no es posible que seamos estamos en presencia de un asunto fundamental.
verdaderamente hombres libres. Seríamos de algún modo F. Varillera, Joie de croire, joie de vivre.
objetos en manos del creador, «muñecos en manos de los Centurión, Paris 1981,143.

PARA DECIR DIOS 65


¿QUE ES LA LIBERTAD?

Lo mismo que la palabra «Dios» (cf. p. 15), la palabra te aquí es observar que el hombre, a no ser que tenga un
«libertad» es un término muy ambiguo. Puede tomar sen- comportamiento in-humano, no humano, no puede renun-
tidos diversos, y hasta contradictorios. Como tal, es una ciar a apelar a su conciencia, a su reflexión, a su responsa-
palabra «detestable» (Paul Valéry), pero es igualmente bilidad en sus opciones, decisiones y acciones.
una palabra indispensable, ya que designa un valor esen- Por tanto, la libertad no es para nosotros sinónimo de
cial, como fácilmente podemos comprender, aunque nos comportamiento caprichoso, irreflexivo y, en el fondo,
cueste trabajo definirla correctamente. irresponsable. Por el contrario, la libertad es para el hom-
Podría pensarse en primer lugar que la libertad es bre el hecho de obrar como ser dotado de razón. Es para él,
simplemente la ausencia de toda constricción, la posibili- en función de las circunstancias, de los diversos y múlti-
dad de hacercada uno lo que quiera, como quiera y cuan- ples condicionamientos que tiene (educación, historia per-
do quiera. Aparentemente evidente, esta definición es en sonal y colectiva, carácter, situación profesional y social,
realidad poco satisfactoria. Por un lado, concretamente, etc.) y de las situaciones concretas en que se encuentra, el
nuestros límites son múltiples. Por otra parte, sobre todo, hecho de hacer opciones realistas, consecuentes y respon-
no se tiene suficientemente en cuenta el hecho esencial de sables.
que el hombre es un ser consciente, un ser de proyecto, La cuestión que se plantea en estos capítulos se inscri-
dotado del poder de reflexión y responsable de su acción. be en esta perspectiva: ¿Nos niega Dios esta toma de res-
Desde este punto de vista, ser libre no puede consistir ponsabilidad, influyendo más o menos insidiosamente en
para el hombre en contentarse con seguir sus instintos, sus nuestras opciones y previéndolo todo de antemano? O, por
impulsos o sus deseos. Ser realmente libre es en realidad, el contrario, ¿nos invita a asumir plenamente esta respon-
para él, hacer lo que crea que es lo mejor. Ciertamente, ese sabilidad que es la nuestra, respetando totalmente nuestra
«mejor» es sumamente variable según los individuos, se- libertad?
gún los valores aceptados por cada uno, pero lo importan-

66 PAKA ÜECIR DIOS


7
La contestación
del ateísmo contemporáneo:
el humanismo ateo

el m i s m o h o m b r e y no ya en la n a t u r a l e z a y en su

E sta oposición a un Dios tiránico y opresor,


que fue apareciendo progresivamente en la
conciencia popular, fue pensada, sistematizada y
argumentada por algunos filósofos ateos que lo re-
creador, Dios '.
Globalmente, hasta Descartes los filósofos y los
teólogos se interesaban primero por Dios y por la
naturaleza, obra de la creación divina en la que se
chazaron violentamente en nombre del ser h u m a n o integraba el hombre, que venía solamente a conti-
y de su libertad. nuación de ella.
Al afirmar que el hombre tenía que entregarse
sólo al poder de su razón para conocer la verdad 2,
Descartes llevó a cabo una especie de «revolución
copernicana». En efecto, invertía la perspectiva tra-
1. En el origen de esta convulsión: dicional de su época que tendía más bien a conten-
tarse con repetir las «verdades» transmitidas por la
Descartes y Kant tradición. Descartes, por su parte, intentó eliminar
sistemáticamente los prejuicios, los argumentos de
Pero p a r a c o m p r e n d e r bien el alcance y el inte- autoridad y las verdades no probadas, e invitó al
rés de las posiciones de estos filósofos ateos p a r a
una reflexión sobre Dios hoy, es i m p o r t a n t e volver
a t r á s p a r a ver cómo este doble movimiento de 1
Sobre este punto, véase en particular la exposición tan
secularización y de rechazo de Dios en el ateísmo detallada e interesante (pero relativamente difícil) de H Kung,
c o n t e m p o r á n e o se vio p a r a d ó j i c a m e n t e favoreci- ¿Existe Dios?, 25-74
2
do por algunos filósofos teístas, concretamente Excepto en lo que atañe a las verdades de la fe enseñadas
por la Iglesia, ya que —señala-, «estando estas verdades por
Descartes y Kant, que invirtieron las perspectivas encima de nuestra inteligencia, no me habría atrevido a confiar-
clasicas de la filosofía, y por tanto i n d i r e c t a m e n t e las a la debilidad de mis razonamientos» (Discours de la me-
las de la teología, poniendo p r i m e r o el acento en thode, I)

PARA DECIR DIOS 67


hombre a utilizar su razón y su propia facultad de
Antes de Descartes Descartes y Kant Ateísmo moderno
conocer.
Prescindiendo de cualquier otro medio de acer-
camiento a la verdad que no fuera la propia razón
DIOS * EL HOMBRE
h u m a n a , Descartes buscó entonces u n a p r i m e r a •*-¡~EL H O M B R E V
verdad «indudable» donde basar sólidamente su w |_ DIOS J
pensamiento. Para ello lo puso todo en duda —es la El hombre ^
famosa «duda metódica»—, a fin de encontrar u n a
verdad primera que, resistiendo precisamente a esa
d u d a , se presentase como a b s o l u t a m e n t e cierta.
Pues bien, comprobó que se puede aparentemente
dudar de todo. No sólo de la existencia de Dios, ya 2. La autonomía del hombre
que no se puede verificar si existe o no, sino de la como reivindicación
realidad misma, que podría ser objeto de un sueño. del ateísmo moderno
Sólo hay una cosa que se resiste a esa duda: el
hecho de que, si pienso, necesariamente existo. «Yo ¿A qué se debe esta eliminación de Dios? A que,
pienso, luego yo soy»: éste será el punto de partida según los filósofos ateos, el hombre no puede ser él
de su filosofía, y solamente en un segundo tiempo mismo más que si Dios no existe. Si existe Dios,
tocará los problemas de Dios y del universo. Dios lo es todo y el hombre no es nada. Dios se
presenta entonces como el rival del hombre, al que
Así, pues, con Descartes se pone el hombre en
se resistiría a dejar sitio. Si Dios es creador, el
primera fila, y Kant no hará más que acentuar este
hombre no puede serlo. Y si quiere serlo, tiene que
proceso, haciendo igualmente resaltar la importan-
eliminar a Dios.
cia del sujeto pensante en el conocimiento e insis-
tiendo en la dignidad de este sujeto y en la impor- La creencia en Dios corresponde realmente a
tancia de la libertad para el hombre, que es el único una etapa infantil de la h u m a n i d a d y, lo mismo que
competente en la organización de su propio univer- el niño tiene que independizarse de sus padres para
so. entrar realmente en la vida, el hombre tiene que
liberarse de la protección ilusoria de Dios para ha-
Resaltando de este modo a la razón y al sujeto,
cerse adulto. Actualmente, esta creencia en Dios,
Descartes y Kant facilitaron el movimiento de secu-
así como todas las religiones que la acompañan,
larización del que hemos hablado y tienen así el
tienen que desaparecer en beneficio exclusivo del
mérito de invitar a los creyentes a abrirse a la mo-
p r o p i o h o m b r e . Según todos estos filósofos, la
dernidad y, a partir de ahí, repensar concretamente
muerte de Dios es la condición absoluta para que el
el problema de Dios. Pero, sin saberlo, sin imaginar
hombre pueda vivir de verdad y desarrollarse libre-
sus consecuencias, abrieron igualmente el camino a
mente, ya que Dios no puede ser más que un tirano
los filósofos ateos modernos, que se apresuraron a
insaciable.
conservar al hombre... eliminando pura y simple-
mente a Dios. Si Dios existe, el hombre es esclavo. Si el hombre
Podríamos esquematizar esta evolución hacia el es inteligente, justo, libre, Dios no existe. Desafiamos
ateísmo de la siguiente manera 3 . a quien quiera a que salga de este círculo. Por eso hay
que elegir 4.

3
Y la elección para los filósofos ateos es clara. Es
Este esquema no significa que todos los filósofos sean hoy evidentemente la opción del hombre en detrimento
ateos, ni mucho menos. Subraya solamente una evolución que
ha llevado a alguno de ellos a destacar al hombre en detrimento de Dios. Sólo a sus ojos esta opción puede salvar al
de Dios, oponiendo el Dios creador a la libertad h u m a n a . Para
otros filósofos, por el contrario, veremos más adelante por qué
4
no hay contradicción en afirmar simultáneamente la existencia Bakunin, citado por H. Arvon, Bakounine, absolu et révolu-
de Dios y la libertad del hombre. tion. Cerf, París 1972, 105.

68 l'AHA DI CIK DIOS


LA «ESENCIA DEL CRISTIANISMO» ¿NO SERA DIOS
DE FEUERBACH MAS QUE EL PRODUCTO
DE LA PROYECCIÓN DEL HOMBRE?
L Feuerbach publico este libro en 1841 Alcanzo in-
mediatamente un enorme éxito Fue adoptado en particu- Feuerbach tiene toda la razón al afirmar que el hombre
lar con un fervoroso entusiasmo por K Marx y por Engels, se proyecta necesariamente en Dios cuando intenta pen-
que sufrieron hondamente su influencia «Es preciso expe- sarlo y que tiende inevitablemente a imaginárselo un poco
rimentar personalmente la acción liberadora de este libro a su propia semejanza, aunque idealizada
para hacerse una idea de el El entusiasmo fue general»,
indicara unos anos mas tarde Engels' Pero esto no significa ni mucho menos que Dios sea solo
eso, es decir, una simple proyección de los deseos y de los
No es posible infravalorar la importancia de esta obra fantasmas del hombre y que no exista en si mismo Un
Desde entonces ha alimentado a todos los ateísmos hasta sencillo ejemplo nos podría permitir comprender mejor lo
tal punto que con toda legitimidad se ha podido llamar a que decimos siempre nos imaginamos prácticamente a
Feuerbach «el padre del ateísmo moderno»2 los demás distintos de lo que son en realidad, ya que
tendemos a «proyectar» en ellos lo que somos nosotros, lo
que pensamos, lo que amamos o detestamos Pero no por-
Editado en español por Ediciones Sigúeme Salamanca 1975 que nos proyectemos asi en ellos, y lo hagamos necesaria-
1
F Engels Ludwig Feuerbach et la fin de ¡a phúosophíe classique mente, dejan ellos de existir Del mismo modo, tampoco
allemande Ed sociales París 1966 23 Dios deja de existir por el hecho de que nos proyectemos
2
Cf H Kung ¿ExisteDios? 304 necesariamente en el

hombre Por eso exigen la etiqueta de humanistas Dios fue propuesto por Ludwig Feuerbach, en un
en la medida en que ponen al hombre por encima libro que ha marcado un hito en la historia de la
Pero se trata de un h u m a n i s m o ateo que no cesara filosofía, verdadero detonador en la guerra que al-
de afirmarse es preciso que muera Dios para que el gunos filósofos modernos h a n declarado contra
hombre viva Para esos filósofos, de los que vamos a Dios La esencia del cristianismo
hablar ahora, las cosas están claras en contra de lo El hombre, observa Feuerbach, esta hecho «para
que se creyó por mucho tiempo, no es Dios el que conocer, para a m a r y para obrar», pero en todos
creo al hombre, sino el hombre el que ha creado a estos terrenos, y mas generalmente en todo lo que
Dios Dios es un puro producto de la imaginación y hace, constata que es muy limitado, que no puede
del deseo del hombre siempre conocer, a m a r y obrar mas que imperfecta-
mente Constata ademas que esta sometido al sufri-
miento, que ha de enfrentarse con el mal y final-
3. Ludwig Feuerbach: mente que esta abocado a la muerte
Dios como producto de la imaginación
y del deseo del hombre a) El hombre se proyecta en Dios
Esta idea esta lejos de ser nueva en filosofía Se Pues bien, el hombre esta convencido de que es
encontraba ya en Jenofanes, filosofo griego del siglo incapaz, por si mismo, de superar esos limites Por
VI a C Pero el primer análisis profundo de este eso intenta encontrar una solución satisfactoria pa-
proceso que habría llevado al hombre a «crear» a ra colmar esas lagunas y vencer sus temores, ínven-

PARA DECIR DIOS 69


MATAR A DIOS PARA SALVAR AL HOMBRE

Marx y Engels Freud


Un ser no se considera independiente más que cuando En lo que yo disiento de usted es en la conclusión de
es su propio amo, y no es su propio amo más que cuando que el hombre no puede prescindir del consuelo de la
debe su existencia a sí mismo... El ateísmo es una negación ilusión religiosa, sin la cual le sería imposible soportar el
de Dios y por esta negación de Dios (el ateísmo) permite al peso de la vida y las crueldades de la realidad... ¿No es
hombre existir'. cierto que el infantilismo ha de ser vencido y superado? El
La religión no es más que el reflejo fantástico que hombre no puede permanecer eternamente niño... Teme
proyectan en la cabeza de los hombres aquellas fuerzas usted, seguramente, que el hombre no pueda resistir tan
externas que gobiernan su vida diaria, un reflejo en que las dura prueba. Déjenos esperar que sí. La conciencia de que
fuerzas terrenales revisten la forma de poderes sobrenatu- sólo habremos de contar con nuestras propias fuerzas nos
rales 2. enseña, por lo menos, a emplearlas con acierto. Pero, ade-
más, el hombre no está ya tan desamparado. Su ciencia le
ha enseñado muchas cosas... Y por lo que respecta a lo
Nietzsche inevitable, al destino inexorable, contra el cual nadie pue-
de ayudarle, aprenderá a aceptarlo y soportarlo sin rebel-
Ante la nueva de que el Dios antiguo ha muerto, nos día. Retirando sus esperanzas del más allá y concentrando
sentimos iluminados por una nueva aurora; nuestro cora- en la vida terrena todas las energías así liberadas, conse-
zón se desborda de gratitud, de asombro, de expectación y guirá, probablemente, que la vida se haga más llevadera a
curiosidad, el horizonte nos parece libre otra vez, aun todos y que la civilización no abrume ya a ninguno, y
suponiendo que no aparezca claro; nuestras naves pueden entonces podrá decir, con uno de nuestros poetas irreligio-
darse de nuevo a la vela y bogar hacia el peligro; vuelven a sos:
ser lícitos todos los azares del que busca el conocimiento; El cielo lo abandonamos
el mar, nuestra alta mar, se abre de nuevo a nosotros y, tal a los gorriones y a los ángeles \
vez, no tuvimos jamás un mar tan ancho3.
¡Dios ha muerto! Hombres superiores, este Dios fue
vuestro mayor peligro. Al bajar él a la tumba, vosotros 1
habéis resucitado. ¡Sólo ahora llegará el Gran Mediodía! K. Marx, Économie politique et phüosophie, VI, 38.40.
2
¡Sólo ahora el hombre superior llegará a ser amo!... ¿Ha- F. Engels, Anti-Duhring, 275.
3
béis entendido esta palabra, hermanos, en su plena signifi- F. Nietzsche, La Gaya ciencia, n. 343, en Obras, Teorema,
Barcelona, II, 1088.
cación? ¿Sois presa de sobresalto? ¿Da vértigo a vuestro 4
F. Nietzsche, Así hablaba Zarathustra, IV, 2, en Obras, III,
corazón? ¿Se abre ante vosotros un abismo? ¡Ea! ¡Arriba, 1.696.
hombres superiores! Sólo ahora está de vuestra parte la s
S. Freud, El porvenir de una ilusión, en Obras completas. Biblio-
montaña del porvenir humano. Dios ha muerto. ¡Viva el teca Nueva, Madrid 1974, VIH, 2.988. Los versos citados al final son
super-hombre!4. del poeta alemán H. Heine.

tándose un ser perfecto y todopoderoso, que tendría «Dios» y que posee todas las perfecciones cuya ca-
todas las cualidades y no estaría sometido ni al mal, rencia siente él mismo tan cruelmente, el hombre
ni al sufrimiento, ni a la muerte. no hace más que huir hacia un puro fantasma. Dios
Proyectando en el cielo a ese ser que llama no es más que el producto de su imaginación deli-
rante. No es más que el reflejo gigantesco, hipertro-

70 l'Mh\ DI (IR DIOS


fiado e idealizado del hombre mismo En realidad,
los atributos que la religión le reconoce al ser divi-
no, el saber, el amor, la sabiduría, la justicia . son «ME SENTÍA MUY CONTENTA
propiedades del genero h u m a n o Al contemplar a DE QUE DIOS NO EXISTIESE...»
Dios, el hombre no hace mas que contemplarse a si
mismo
Dios no tiene ninguna realidad No es mas que el Una noche le intime a Dios que, si existía, se manifesta-
fruto de los deseos de perfección del hombre que se El se mantuvo callado, y desde entonces no le dirigí la
expresa asi sus propias aspiraciones Para Feuer- palabra En el fondo yo estaba muy contenta de que no
bach, el hombre no hace mas que realizar asi un existiese Me horrorizaba el pensar que la parte que estaba
sueño quimérico «La religión es el sueño del espíri- representando aquí abajo tuviera su desenlace en la eter-
tu humano» 5 nidad

S de Beauvoir Mentones d une ¡eune fule ran^ee


Galhmard París 1958 270
b) ... y se somete a ese Dios
que ha creado
Feuerbach prosigue su análisis señalando que el
hombre no se contenta con alienarse proyectándose s o l a m e n t e p a r a m i l a c u e s t i ó n d e la e x i s t e n c i a o n o
asi en Dios —proceso por el que se despoja ya de algo e x i s t e n c i a del h o m b r e 8
que le pertenece en propiedad en provecho de ese
Dios ilusorio—, sino que se aliena quiza mas todavía
sometiéndose a el a través de los principios religio- 4. Sartre: «Si Dios existe,
sos que son igualmente fruto de su imaginación Por
tanto, aliena doblemente su libertad en provecho de el hombre es nada»
un Dios imaginario, del que se hace esclavo Sartre no se entretiene mucho en intentar «pro-
Esta esclavitud no puede durar eternamente El bar» su ateísmo Se contenta simplemente - y esto
hombre tiene que acabar haciéndose adulto y re- le parece suficiente— con negar a Dios en nombre de
chazando a Dios Es para el una cuestión de super- una cierta visión del hombre
vivencia, ya que «el primer objeto del hombre es el Si Dios existiera, no podría ser mas que el que
hombre» 6 gobierna el mundo desde lo alto de su cielo, el que
Este punto es capital para Feuerbach y, tras el, lo ha previsto todo, el que lo sabe todo, el que lo
para todos los filósofos que se sitúan en esta misma dirige todo Aniquilaría entonces necesariamente la
perspectiva libertad del hombre que, por este motivo, no puede
menos de rechazar la idea misma de la existencia
La ley suprema y primera tiene que ser el amor del de ese Dios que no puede ser sino el fruto de su
hombre al hombre Homo homim Deus est (el hombre imaginación delirante Esta es la idea esencial de
es un dios para el hombre) tal es el principio practico Sartre a este proposito
supremo tal es el giro de la historia mundial 7 Yo
mego a Dios señalara también Feuerbach esto sigm Para que el hombre viva, tiene que morir Dios
fica para mi yo mego la negación del hombre La «Si Dios existe, el hombre es nada, si el hombre
cuestión de la existencia o no-existencia de Dios es existe , Dios no existe», afirma uno de los héroes
de Sartre, Goetz 9 Por tanto, para Sartre las cosas
%
L F e u e r b a c h L essence du christianisme 107 (Trad 8
L Feuerbach L essence de la religión pasaje citado por M
española La esencia del cristianismo Sigúeme Salamanca 1975) Xhaufflaire Feuerbach et la theologie de la seculansation Cerf
6
Ibid 210 211 París 1970 260-261
7 9
Ibtd 426 J P Sartre Le Diable et le Bon Dieu tableau 10 scene IV

PARA DECIR DIOS 71


72 IWRA III ( IR DIOS
En una de sus obras teatrales, Las moscas, Sar-
tre se imagina este diálogo entre Júpiter (Dios), que
UNA IMAGEN FALSA DE DIOS... ha tenido la imprudencia de crear un hombre libre,
y Orestes (el hombre), que utiliza esa libertad para
rebelarse contra Júpiter en nombre de esa misma
Después de asistir a una representación de la obra libertad:
de J.-P. Sartre, Las Moscas, J Green escribe en su Jour-
nal el 20 de enero de 1951: Júpiter (a Orestes): - ¿Quien te ha creado enton-
ces?
El ateísmo del autor suelta aquí las riendas y no dudo
Orestes: — Tu, pero no debiste crearme libre.
de que puede perturbar a muchos espectadores, pero el
dios que nos presenta Sartre es tan mediocre y tan limita- Júpiter: - Yo te di la libertad para que me sirvie-
do que fácilmente se comprende el ateísmo del autor res- ras
pecto a un dios de ese formato. Si Dios fuera el dios de Orestes: — Quiza, pero ella se ha vuelto contra ti y
Sartre, yo sena veinte veces ateo, yo sena un ateo fanático no podemos remediarlo, ni tu ni yo. . Apenas me cre-
de semejante dios. Pero, como tantas veces sucede, se ha aste, deje de pertenecerte l3
equivocado de persona.
Este rechazo de Dios es la condición absoluta de
toda felicidad. Parodiando a Pascal en su célebre
Memorial, Sartre pone en labios del mismo héroe,
Goetz:
están claras: la creación y la libertad se excluyen
totalmente 10. ¿Por qué? Porque Sartre se imagina a Dios no existe. No existe. ¡Alegría' ¡Lagrimas de
Dios creando al hombre a la manera de un artesano gozo! ¡Aleluya! jTodo se acabo!... Os he liberado ¡Ya
que produce un objeto. Entre las manos todopode- no hay cielo ni infierno' (Solo esta la tierra! I4.
rosas de Dios, el hombre no podría ser más que un
objeto m a n i p u l a b l e y m a n i p u l a d o a placer. Ese Así, es la fe en el hombre la que, siguiendo a
Dios es inconcebible para Sartre ". Y lo rechaza Feuerbach, conduce a todos estos filósofos a la ne-
porque el hombre tiene que ser el único creador de gación de Dios. Su negación pura y simple se perci-
su vida en nombre de la libertad y de la responsabi- be entonces como el postulado de la libertad.
lidad que tiene, lo mismo que ha de ser él el creador Por otra parte, hay que reconocer que estos filó-
de los valores según los cuales va a dirigir esa vida. sofos tuvieron toda la razón para rebelarse contra
«Yo solo he decidido sobre el mal; yo solo he inven- Dios... o, mejor dicho, contra esas caricaturas de
tado el bien» l2. Dios que ellos nos presentan: unos dioses despóti-
cos, arbitrarios, tiránicos, y hasta crueles y perver-
10
sos ' \
Idea común a lodos los filósofos ateos modernos La crea-
ción y la libertad son para ellos términos que se eliminan (cf
supra, recuadro p 65) Se encontrara, por ejemplo, este tema parte importante de sus enormes derechos de autor iban en
muy desarrollado por un discípulo de Sartre, F Jeanson, en su ayuda de personas necesitadas
libro La Foi d'un mcrovant Seuil, París 1963 13
J -P Sartre, Les Mouches, acte III, scene II
" Como también es impensable hoy para el creyente 14
Id , Le Diable et le Bon Dieu, tableau 10, scene IV Un poco
12
J -P Sartre, Le Diable et le Bon Dieu, tableau 10, scene IV después, el mismo Goetz repite «Dios ha muerto Te digo que ha
No es inútil subrayar de paso que los principios de acción muerto» (Ibid , scene V)
ls
sartriana se basan en el respeto a los demás y resaltan unos En lo que atañe al cristianismo, hay que reconocer que a
valores profundamente altruistas Desde este punto de vista, veces ha ofrecido imágenes de Dios poco satisfactorias y que ha
estemos o no de acuerdo con sus ideas y con su manera de motivado asi las justas criticas de los filósofos ateos Lo recono-
ponerlas en practica, la honradez mas elemental exige que se ció el mismo Concilio Vaticano II que, después de indicar que
reconozca que defendió siempre con coraje y generosidad la «algunos ateos se representan a Dios de tal manera que, al
causa de todos los oprimidos en virtud de sus mismas opciones rechazarlo, niegan a un Dios que no es ni mucho menos el del
filosóficas y morales En La Ceremonie des adieux, S de Beauvoir evangelio», no teme afirmar que «en esta génesis del ateísmo, los
recordaba, por ejemplo, que Sartre era muy generoso y una creyentes pueden tener una parte no pequeña en la medida en

PARA DECIR DIOS 73


EL ESTRUCTURALISMO Y LA DESAPARICIÓN DEL HOMBRE

El movimiento que intenta eliminar a Dios tiende tam- bre , solo puede oponerse una sonrisa filosófica» Estas
bién a suprimir al hombre Sin embargo, era todo lo con- declaraciones tan incisivas dan a entender un razonamien-
trario lo que se buscaba Feuerbach quena «recuperar to coherente si ningún Dios creador ha «querido» al hom-
para la tierra los tesoros que se derrochan en los cielos» bre, este no tiene ni un estatuto particular ni una vocación
Para Nietzsche, el hombre adulto tenia que desembarazar- propia Esta ahí por azar, provisionalmente Y desaparece-
se de «la tela de arana de la causa final» Sartre ha presen- rá Por tanto, no tiene valor en si mismo
tado el ateísmo como el único humanismo posible Pero Esta claro que Dios y el hombre están vinculados
Nietzsche y Sartre han quedado superados por otros mas entre si Si se mata al primero, el segundo tendrá que
lógicos que ellos «Creemos que el fin ultimo de las cien- sufrir la misma suerte
cias humanas, escribe Claude Levi-Strauss, no es consti-
tuir al hombre, sino disolverlo» «En nuestros días, confir- J Delumeau Ce que ¡e crois 39 40
maba Michel Foucault, no se puede pensar mas que en el
vacio del hombre desaparecido A todos los que todavía Sobre este tema véase el capitulo tan sugestivo de J Lacroix El
quieren al hombre, su remado o su liberación, a todos los ateísmo y la crisis del humanismo en su obra El sentido del ateísmo
que todavía se plantean preguntas por lo que es el hom- moderno Herder Barcelona 1968

Pero vamos a ver como, si uno tiene una idea «matar a Dios» para salvar la libertad del hombre
justa y adecuada, no es ni mucho menos necesario Y no solo no es necesario matarlo, sino que es esen-
cial afirmar su existencia en la medida en que el es
que por negligencia en la educación de su fe por r e p r e s e n t a d o el único que garantiza la libertad del hombre y al
nes engañosas se puede decir que ocultan el rostro autentico hombre mismo
de Dios» (Gaudium et spes n 19 2 3)
Ademas de los estudios mas estrictamente filosóficos citados
en este capitulo desde un punto de vista mas bien psicológico
puede verse un análisis muy interesante de este fenómeno de un psicoanalista cristiano M Bellet Le Dieu pervers Cerf París
distorsión de la imagen de Dios entre los cristianos en el libro de 1987

74 l'AKA DI C IR DIOS
8
Dios no gobierna el mundo.
Crea al hombre creador

L as nuevas orientaciones que dieron Descartes


y Kant a la filosofía moderna ¿tenían que
llevar necesariamente al ateísmo? Ni mucho me-
nos, con la condición de comprender bien lo que se
Antes de Descartes

DIOS
Descartes y Kant

*!~ELHOMBRE~¡
Hoy

!~EL HOMBRE"1,
dice cuando se habla de Dios y de sus relaciones con r,_ DIOS _, L Y DIOS _j
el mundo y sobre todo con el hombre, ya que la El hombre '
tremenda cuestión planteada por estos cambios de
perspectiva es la siguiente: ¿qué lugar deja Dios al
hombre en su creación? Esto es perfectamente posible... con tal que se
tenga en cuenta precisamente la evolución del pen-
En otras palabras, siguiendo siempre a Descar- samiento y la aportación de la modernidad en la
tes y a Kant, y teniendo muy en cuenta toda la imagen que nos hacemos ahora de Dios.
extraordinaria aportación de la modernidad de que
hablábamos en la primera parte, ¿no se puede, en
contra de lo que opinaban Feuerbach y Sartre ',
pensar en una relación entre Dios y el hombre que 1. El hombre es totalmente responsable
no sea una relación de oposición y de rivalidad? de su vida y de su universo
¿No es posible imaginar una relación de tal catego-
ría que se tomen en cuenta a la vez la existencia de En realidad, Dios, el Dios de la revelación cris-
Dios y la existencia del hombre en el respeto más tiana del que aquí hablamos, no es ni mucho menos
absoluto a la autonomía, a la libertad y a la respon- el que se imaginaba Sartre, un Dios que «produjo al
sabilidad propias de este último, según el siguiente hombre... exactamente lo mismo que el artesano
esquema?: produce un cuchillo» 2, un Dios que lo tendría todo
previsto de antemano y que no dejaría ningún mar-

2
J.-P. Sartre, L'existentialisme est un humanisme. Nagel, Pa-
Cf. supra, p . 68. rís 1946, 19-20.

PARA DECIR DIOS 75

9
gen a la libertad del hombre. Si Dios ha creado el
mundo, no lo ha hecho a la manera como un artesa-
no produce unos objetos materiales 3. DIOS TOMA MUY EN SERIO
Si es posible poner aquí una comparación, se LA LIBERTAD DEL HOMBRE
podría decir que Dios creó al hombre algo así como
los padres engendran a un hijo: no para hacer de él
un ser pasivo en sus manos, sino con la voluntad de Algunos ven a la divinidad como un destino ciego que
hacer de él un hombre libre y responsable de su pesa sobre los hombres, sin que éstos puedan escapar de
propia vida, un ser capaz de asumir su vida. Un ser él. De todas formas, dicen, la suerte está echada. A unos les
que, a su vez, sea creador. Por tanto, no se puede ha tocado la buena suerte y a otros la mala. No se puede
menos de hacer nada; es la fatalidad.
descartar la imagen tradicional de un Dios de omni- La Biblia dice exactamente lo contrario. Cada uno es
potencia autoritaria...; es en la libertad donde el hom- responsable de su vida. La creación se ha puesto en manos
bre debe encontrar el camino que le lleve al más del hombre para que construya un mundo habitable y
perfecto desarrollo posible de sus facultades creado- fraternal. El hombre tiene incluso el poder de utilizar mal
4 su libertad.
ras . Dios es cualquier cosa menos paternalista. Tiene con-
Esto está claro. Y hay que afirmarlo con todo fianza en la criatura. No es un refugio fácil que evite al
vigor: el hombre es una creatura creadora. hombre tomar sus responsabilidades. Toma en serio la
Por otra parte, esto se verifica con evidencia en libertad humana; la respeta. Quiere ser un camarada dis-
nuestro universo occidental secularizado: vivimos creto.
en un m u n d o que ha descubierto su justa autono-
mía y su propia responsabilidad. Pues bien, esta J. Lacourt, Au risque de croire, III.
La difficulté de croire en Dieu, 59.
afirmación —que es lo que aquí nos interesa- no está
en contradicción con la afirmación de Dios, si se
comprende bien que este último, lejos de intentar
competir con el hombre, le deja que tome sus res-
ponsabilidades. rico que aparece como el fruto de su acción creado-
Por eso mismo, de acuerdo en este punto con el ra.
ateísmo moderno, el creyente no puede menos de
afirmar hoy la autonomía del m u n d o y del hombre Nos situamos de hecho en una historia en la que
que es su único responsable. El hombre ha tomado el hombre y Dios son juntamente creadores. En esta
conciencia de su poder, de su eficacia, de su poder perspectiva, hay lugar para Dios y para el hombre, ya
propiamente creador: el porvenir de la h u m a n i d a d que su acción no se sitúa en el mismo plano. El Dios
está en sus manos. Haciéndose «señor y posesor de creador es el que hace existir las cosas y las sostiene
la naturaleza» (Descartes), realiza finalmente el de- en la existencia; es el fundamento sobre el que todo
seo de Dios, que es el de ver al hombre tomando real descansa. El hombre, por su parte, tiene la misión
y libremente su destino. Pertenece al hombre, y sólo de modelar esta realidad que se le ha dado. El
a él, transformar a su manera este mundo que es el hombre y Dios ya no son rivales. En la creación
suyo. Un mundo justamente «secularizado», enor- propia del hombre no queda ningún resquicio para
me cantera de donde saldrá sin cesar un «nuevo un momento en el que Dios interviniera como un
mundo», el del hombre, escena de su devenir histó- eslabón indispensable sin el que el hombre no po-
dría hacer nada. El acto creador de Dios es de otro
orden distinto del acto creador del hombre. Aunque
' Cf. supra, p. 59: «Dios crea libertades», y la observación de siempre presente en su creación, Dios no amenaza
I1'. V;u ilion en el recuadro p. 65. para nada la libertad del hombre. Hace existir al
' A. Ganoc/y, llomme créateur, Dieu créateur, 114-115. hombre. Al hombre le corresponde usar a su juicio

76 l'AH \ lil CIU DIOS


de su libertad; es total y realmente responsable de trascendente en el sentido estrecho de estas pala-
su acción \ bras 7 .
Dios le da al hombre todos los medios de reali-
zarse por completo como hombre.
El lema del humanismo ateo fue: «Hay que supri- 2. Una nueva imagen de Dios
mir a Dios para que el hombre sea». Quizá empeza-
Los filósofos griegos, como hemos visto, no te-
mos a comprobar la urgencia de un nuevo humanis-
nían la idea de creación del mundo. Para ellos, el
mo que vuelva a descubrir esta verdad tan antigua:
universo existía desde toda la eternidad y se le con-
«Es preciso que viva Dios para que el hombre sea» 6.
cebía como un conjunto cerrado y muy jerarquiza-
Lo que pasa es que el Dios del que aquí se habla do, en donde todo ocupaba un lugar muy preciso,
no es el que ha salido de la tradición filosófica incluso el mismo ser h u m a n o .
griega, a saber, un Dios estrictamente inmutable y En esta perspectiva, se concebía a Dios como
absolutamente despreocupado del mundo. Esto es-
tá especialmente claro en Aristóteles, que afirma
s
Hay que distinguir el hecho de que el hombre sea libre del
uso que haga de su libertad. Aquí sólo atendemos al primer 7
Cuando se habla de Dios, inmutable es el atributo por el
punto, ya que el segundo corresponde a la filosofía moral. que su naturaleza excluye por completo todo tipo de cambio;
6
C. Geffré, La crise moderne du théisme: Le Supplément, n. trascendente indica que es superior y exterior al mundo que ha
122 (septiembre 1977) 377. creado.

PARA DECIR DIOS 77


sin embargo que Dios atrae al mundo hacia si Pero,
señala enseguida, si el mundo es atraído por Dios,
es tan solo porque Dios es perfecto y atrae en virtud EL PODER DE DIOS
de esta perfección misma que todos los seres buscan NO ESTA HECHO
sin cesar Atrae por tanto al mundo, recogiendo su
misma comparación, lo mismo que atrae el imán a DE LA IMPOTENCIA DEL HOMBRE
las partículas de hierro Pero eso es todo, ya que,
por otra parte, Dios es estrictamente indiferente al Dios no nos exige que renunciemos a nuestros poderes
mundo, al que ignora por completo por dos razones Primero, porque el hombre es creador y la
Lógicamente, los pensadores cristianos no esta- creación define la tarea de la humanidad inscrita con
ran de acuerdo con Aristóteles en este ultimo punto, claridad en la Biblia, en el primer capitulo del Génesis
afirmando que Dios ha creado el m u n d o y que hay «Domina la tierra» El hombre se hace a si mismo con la
vínculos recíprocos y muy estrechos entre Dios y condición de crear su propio ambiente vital, poniendo en
este mundo, y sobre todo entre Dios y el hombre obra su poder técnico, según un proyecto político, de lo
Pero conservaran en revancha la idea de los filóso- contrario, no hace mas que soportar su existencia o sonar
fos griegos en lo que concierne al orden del m u n d o con su vida
Desde su cielo, rigurosamente inmutable y trascen-
Se oye decir a veces que el hombre termina la creación
dente, Dios lo gobierna y lo dirige todo Lo ha pre-
con su trabajo Es falso Esto supondría también un dios
visto todo y ha querido que el m u n d o sea tal como
muy especial un dios para los chicos buenos «Mira, yo he
es
empezado esto, acabalo tu No es mucho lo que tienes que
Durante mucho tiempo se ha aceptado este es- hacer, lo esencial ya esta hecho, unas cuantas pinceladas,
quema sin demasiadas dificultades, ya que no se pero ya esta todo trazado de antemano» Nos las tendría-
poma tanto el acento sobre el hombre r r ^ m o y mos que ver con una especie de Júpiter celoso de la impor-
sobre la importancia que había que atribuir a su tancia de sus hijos y cuya gloria consistiría en conservar
libertad Esta evolución, como hemos visto, comen- los en una etapa infantil de dependencia No, la creación
zó en la época moderna con la aparición del fenó- de Dios es el hombre que se crea humano por su trabajo, la
meno de la secularización, el desarrollo prodigioso creación de Dios se cumple a medida que la humanidad se
de las ciencias y de las técnicas y, en filosofía, con la realiza dominando la naturaleza, a medida que avanza y
revolución cartesiana que transforma el mundo
Este esquema d e m a s i a d o rígido - y contrario
ademas a la enseñanza de la Biblia, que afirma P Gane Esperer (col Dossiers libres ) 1975 36
precisamente lo c o n t r a r i o - fue puesto en discusión
al comienzo de los tiempos modernos Hoy es im-
pensable, incluso para el creyente, admitir que Dios
lo ha previsto todo de antemano y que lo gobierna
Pero, en virtud mismo de este cambio de pers-
todo, p e r m a n e c i e n d o perfectamente i n m u t a b l e y
pectiva, que es igualmente una vuelta a la tradición
trascendente Siguiendo a los filósofos y a los teólo-
bíblica, tampoco se puede concebir hoy a Dios co-
gos modernos, no puede menos de afirmarse la au-
mo un ser estático que excluya de si mismo todo
tonomía del hombre Dios no es el demiurgo todo-
devenir y todo porvenir verdaderos Si acompaña al
poderoso que lo ha previsto todo, sino el que a m a a
hombre de verdad, no puede acompañarlo mas que
los hombres con un amor infinito y, lejos de mani-
en su devenir que se va realizando, por tanto, «es
pularlos, los acompaña en su historia respetando
justo decir que en Dios hay mas de novedad que de
totalmente su libertad y su responsabilidad pro-
i n m u t a b i l i d a d ya definida una vez por todas» 9
pia 8
9
C Geffre El cristianismo ante el nesgo de la interpretación
K
I o ha aht rnado muy bien el Concilio Vaticano II (cf supra 166 Las pocas paginas que Geffre dedica a este tema (157 169)
24) son muy sugestivas Se articulan en torno a los dos temas si

78 l'AH \ DI ( ll< DIOS


no es cometer ninguna injuria contra Dios verle de-
pender asi de la historia El mismo es el que ha queri-
¿COMO COMPRENDER LA do sumergirse en ella, hacerse un solo cuerpo con ella
TRASCENDENCIA DE DIOS? Lo injurioso seria no querer reconocerlo l0
En otras palabras, si Dios es ciertamente in-
La palabra «trascendencia» es una de esas palabras del mutable en el sentido de que sigue siendo funda-
vocabulario religioso que contiene muchas ambigüedades mentalmente el mismo, no lo es ciertamente en el
Para la mayor parte de la gente, hablar de trascendencia sentido estrecho en el que lo entendían la filosofía y
es evadirse, perderse en lo irreal «Trascendente», en ese la teología cristianas clasicas, que dependían dema-
caso, indica lejano, extenor, y la expresión significa una siado en este punto de la filosofía griega, en la que
solemne abstracción que nos fija, una realidad que se Dios era concebido como totalmente separado del
alcanza desertando de este mundo mundo Igualmente, si Dios es siempre trascenden-
te en el sentido de que supera infinitamente al uni-
Según algunos, la trascendencia de Dios se afirmaría verso y al hombre, objetos de su creación, no lo es
tanto mas cuanto mas se abstrayese del hombre Se crean en el sentido de que este lejos del mundo y sea
ellos entonces la imagen de un Dios abstracto y lejano extenor a el
Ese despota divino, sin arraigo alguno en la realidad hu-
Lejos de ser en el una insuficiencia, esta volun-
mana, aparece radicalmente extraño Nada de lo que viene
tad de Dios de estar con los hombres y de caminar a
de Dios puede penetrar en una vida, en una libertad huma-
su ritmo es, por el contrario, el fruto de esa sobrea-
nas
bundancia de ser que es la suya, y de la que brota
En realidad, el termino «trascendente» significa una perpetuamente una vida que es a la vez siempre la
intensidad de presencia tal que supera todos nuestros li- misma y siempre nueva.
mites de tiempo y de espacio, una fuerza universal de
Asi es pues como hoy se presenta la relación de
amar sin egoísmo alguno, una libertad total El hecho,
Dios y el mundo, de Dios y el hombre Partiendo de
para el hombre, de estar siempre situado en un punto del
esta historicidad de Dios, se puede comprender el
espacio y del tiempo limita su capacidad de estar presente mensaje bíblico de un Dios que no permanece en abso-
Si siguiéramos nuestro pensamiento, nuestro amor, hay luto inmóvil e inmutable en un mundo ahistonco o
momentos en que nos gustaría estar en otra parte, en que suprahistonco, sino que actúa vivamente en la histo
intentamos superar nuestros propios limites, ir mas alia na, mejor que partiendo de una metafísica clasica
de lo que somos Esta experiencia de superación, que es un griega o medieval "
dato esencial de la vida humana, puede hacernos tomar
una cierta conciencia de la trascendencia de Dios, siempre Los progresos de la reflexión filosófica y teológi-
mayor, siempre mas alia de las ideas y de las imágenes que ca, por consiguiente, nos llevan a pensar en un
podemos hacernos de el «Dios diferente» l2 Este cambio es capital, ya que
ofrece nuevos elementos para iluminar de otro mo-
P Gane Appeks a la liberte 66 do, y mejor sin duda, esos difíciles problemas que
son los de la relación entre Dios creador y hombre
libre, por una parte, y por otra, el del mal, sobre el
que volveremos mas adelante

Eternamente perfecto, Dios tiene precisamente en 10


F Varone Ce Dieu absent qui fait probleme Cerf París
su perfección la libertad y la posibilidad de hacerse 1981 110
histórico, de marchar a nuestro paso, y, añade F 11
H Kung, ¿Existe Dios'' 265 Historicidad estar en la his
Varone, t o n a ahistoncidad y suprahistoncidad fuera de la historia y
por encima de ella
12
Cf C Duquoc Dios diferente Sigúeme, Salamanca 1979
guientes muy evocadores «Dios el antidestino» y «Un Dios Desde un punto de vista mas bien teológico este hbrito muy
solidario» asequible señala bien esta evolución

PARA DECIR DIOS 79


Por tanto, es un cambio esencial, su principal
adquisición reside -digámoslo una vez m a s - en que
Dios es concebido simultáneamente como el que a BOSSUET Y LA PROVIDENCIA
la vez crea al hombre y le permite, aun atendiéndo-
le con toda solicitud, ser totalmente libre y plena-
mente responsable de su propia vida , lo cual sus- Como muchos pensadores religiosos de su época,
cita inmediatamente otra cuestión de la misma im- Bossuet creía que Dios intervenía sin cesar en el mundo
portancia para nuestra reflexión, la de la providen- y gobernaba todo a su antojo La conclusión de su
cia divina Discours sur íhistoire umverselle a Monsagneur le Dau-
phin pour exphquer la suite de la religión et les change-
ments des empires (1681) es, en este sentido, muy explíci-
ta
3. La libertad del hombre Este largo encadenamiento de causas particulares que
y la providencia divina hacen y deshacen los imperios depende de las ordenes
secretas de la divina providencia Dios tiene en sus manos
Sin embargo, aunque respeta profundamente la
desde lo alto del cielo las riendas de todos los reinos, tiene
libertad del hombre, Dios se muestra muy atento
todos los corazones en su mano, unas veces, refrena las
con el, porque lo a m a profundamente Llamamos a
pasiones, otra, les da rienda suelta El prepara los efectos
esto la providencia divina
en las causas mas lejanas y da esos grandes golpes cuya
La noción de providencia divina, tal como se repercusión llega muy lejos No nos engañemos Dios
puso de manifiesto en el cristianismo, se basa en la endereza cuando le place el sentimiento extraviado Asi
convicción de que Dios es amor, de que a m a a su es como rema Dios sobre los pueblos No hablemos ya de
creación y, en ella, muy particularmente a los hom- azar ni de fortuna, o hablemos de ellos solo como de
bres nombres con que cubrimos nuestra ignorancia Lo que es
Lo que pasa es que esta noción se vio pervertida azar para nuestros consejos inciertos es un designio con-
por la concepción que se tenia de esta realidad en la certado en un consejo mas alto, es decir, en ese consejo
antigüedad, en la que se presentaba bajo una forma eterno que encierra todas las causas y todos los efectos
esencialmente supersticiosa se trataba sobre todo Solo el lo tiene todo en sus manos, ya que sabe el nombre
de atraer la complacencia de los dioses y de hacer de lo que es y de lo que todavía no es, el preside todos los
todo lo posible por desarmar su hostilidad tiempos y se anticipa a todos los consejos
En efecto, muchas veces —todavía hoy, incluso
entre muchos cristianos-, cuando se utilizan las
palabras «providencia» o «providencial», se tiende
a designar con ello lo que sucede oportunamente y
por un « v e n t u r o s o a z a r » , y c o n s i g u i e n t e m e n t e , Dios s e n a entonces el autor del destino inexora-
cuando se las aplica a Dios, a imaginarse que inter- ble del m u n d o y de cada uno de los hombres, como
viene a su capricho para ayudarnos, si le parece pensaba por ejemplo Bossuet cuando afirmaba que
bien Dios lo dirige todo sin dejar mucha iniciativa —me-
En esta óptica, la idea que uno se hace de Dios es jor dicho, ninguna— a los hombres Dios interviene
muy «intervencionista» la acción de Dios no solo sin cesar para que todo ocurra tal como lo previo y
puede percibirse en la vida y en la historia, sino que según su beneplácito o su antojo Entonces, la mi-
se manifiesta en hazañas portentosas, milagrosas, for- sión del hombre no es mas que la de corresponder,
tuitas, maravillosas l3 de buena o de mala gana, a ese «plan» de Dios
Esto conduce a dos ideas tan falsas como peh-
" H Bourgeois Revoir nos idees sur Dieu Desclee de Brou
w u Hill.umín París 1975 49 50 Sobre todos estos problemas providencia divina es muy recomendable la lectura de este h b n
I.III loiiipk |os di la libertad del hombre frente a Dios y de la to excelente (y fácil) de Bourgeois

80 / ' ! « / ! />/ ( IH DIOS


VERDADERA Y PROVIDENCIA

Durante mucho tiempo, esta idea de una providencia coraje o nuestra cobardía, nuestra inteligencia o nuestra
vigilante y benévola sobre mi destino me sostuvo en mi necedad, nuestra generosidad o nuestras violencias
trabajo Pero había ya una idea contraria que anidaba en Cuando en mayo de 1980 me metían en una camilla en
mi espíritu desde 1940, cuando las oleadas de refugiados la sala de operaciones para una intervención a corazón
atravesaban Nantes en dirección hacia el sur abierto, yo sabia que la muerte tenia entonces su oportuni-
Entre las gentes que desembarcaban del norte en las dad Y sabia que Dios no me fallaría En este sentido yo
orillas del Loire había un celebre predicador Vino a creía en su providencia, pero pensaba que la salida de la
predicar a la escuela donde yo estaba y no pudo menos de sala de operaciones después de algunas horas no dependía
evocar el curso de los acontecimientos Las tropas alema mas que del estado del músculo cardiaco, de la habilidad
ñas avanzaban hacia Bretaña Era, decía el padre, en casti- de los cirujanos y de la habilidad de las instalaciones
go por los pecados de Francia Yo tenia 18 anos Me escan- técnicas Lo importante es situar lo esencial En el reloj
dalice No es que creyese que Francia no tema pecados, mismo de la muerte, no es Dios el que fija el momento Es
pero si el predicador tema razón, había que admitir tam a veces el funcionamiento de una válvula Pero Dios no
bien que Dios premiaba a Hitler y esta idea me subleva- falla
ba Mas vaha decir que los franceses no estaban prepara-
dos para esta guerra Los nazis, por el contrario, llevaban J Mousse Le Second Souffle de la fot
cinco anos preparándose Disponían de un equipamiento ou Le Decapage des traditions Luneau Ascot 1984 30 32
moderno y por eso ganaban '
Hoy, sin embargo, sigo creyendo que Dios esta perso
1
nalmente presente ante mi Esto significa que el amor de Unas paginas después volviendo sobre este problema J
Dios previene en todo instante y sin condición alguna mi Mousse añade «Ya dije como me choco aquel sermón de 1940 que
atribuía las desgracias de Francia a sus pecados pasados No me
respuesta posible Y esta solo depende de mi libertad, sin nos me choco unos anos mas tarde la explicación de que Dios
que Dios me sustituya en ningún caso había librado al Carmelo de Lisieux de la destrucción de los bom
bárdeos En efecto parecía que se olvidaban de que las bombas no
Pase lo que pase, Dios aguarda y acoge Pero no es el el se hablan quedado colgadas en el aire y que si no cayeron sobre las
que hace la historia, como tampoco hace mi vida No es carmelitas hubo otros que tuvieron que recibirlas sobre sus cabe
Dios el que decide de ella, sino nuestra libertad nuestro zas» (p 72)

grosas y, de paso, mas o menos contradictorias Por Pues bien, como acabamos de ver ampliamente,
un lado, se afirma que Dios lo previo todo rigurosa no existe un «plan» de Dios, y Dios no «dirige» el
y concretamente de antemano cada uno muere a su m u n d o a su antojo, ya que respeta la libertad del
hora, esta escrito en el libro de la vida y de la hombre
muerte Por otro lado, en cambio, se afirma que Esta es la noción cristiana de providencia divi-
Dios puede intervenir a su gusto en la creación, que na Se basa en una doble convicción por un lado,
puede convulsionarlo todo según su humor, casti- Dios a m a a su creación y en ella muy especialmente
gándonos o por el contrario preservándonos de las a los hombres, por otro, respeta totalmente su liber-
desdichas, de los sufrimientos y de todo lo que ame- tad
naza a nuestra comodidad, «si somos buenos» l4
función del valor moral de lo que viven los unos y los otros Este
14
Aparentemente esto no funciona tan bien pues esta claro problema de la retribución personal se suscita ya en la Biblia en
que la felicidad y la desgracia en esta vida no se reparten en el libro de Job

PARA DECIR DIOS 81


¿SABE DIOS DE ANTEMANO EL PODER DE DIOS ES UN
LO QUE VAMOS A SER? PODER DE AMOR

Nuestra libertad no es ilusoria y, puesto que Dios ha Los cristianos ¿afirmamos tranquilamente, como si se
querido protegerla totalmente, algunos filósofos y teó- tratase de algo lógico, que Dios es omnipotente o, por el
logos de hoy no vacilan en decir que Dios no conoce contrario, experimentamos cierto malestar al decir estas
nuestro futuro. Los dados no están trucados. palabras? Yo creo que, para muchos, esto no tiene dificul-
Dios conoce nuestro tiempo, no sólo porque lo ha crea- tad alguna; en efecto, si Dios es Dios, es difícil concebir
do, sino porque lo lleva en sí mismo como característica que no sea omnipotente. Pero para otros, cada vez más
indispensable de su amor a nosotros. Por tanto, en él no numerosos, la afirmación de una omnipotencia de Dios es
hay previsión, si se le da a esta palabra su sentido espontá- el motivo más serio para no creer.
neo y habitual... Dios, si nos ama realmente, no puede Guardémonos de tomar a la ligera la posición de esos
tener con nosotros esa superioridad mítica del ser que lo hombres: en el fondo juzgan más digno del hombre, y por
sabe todo de antemano. Ño tiene por qué tomar sobre sí consiguiente más verdadero, preferir un cielo vacío al fan-
ese conocimiento del tiempo que nos alienaría y haría de tasma de un emperador del mundo, poderoso, déspota,
nuestra relación con él una añagaza. Vayamos incluso más dramaturgo supremo que manipula las marionetas de la
lejos: Dios no puede tener una previsión de nuestro futuro, tragicomedia humana, fijando, petrificando o bloqueando
una visión anticipada y plena de nuestro porvenir. las libertades que, por otra parte, se dice que ha creado...
Yo creo que los ateos más numerosos son aquellos que
H. Bourgeois, Revoir nos idees sur Dieu, 73-74. rechazan una omni-potencia que niegue o destruya nues-
tra libertad... Pues bien, lejos de ser así, la omnipotencia
de Dios es la omnipotencia del amor. Entre la omnipoten-
cia y un amor omnipotente hay una diferencia radical, un
auténtico abismo. El cristiano no dice que cree que Dios
Se trata de una realidad muy misteriosa, porque sea omnipotente. Dice que cree en un Dios Padre omnipo-
¿cómo puede Dios al mismo tiempo ocuparse del tente... Para el cristiano, decir: «Yo creo en ti», es decir:
hombre con amor y dejarle totalmente libre, con- «Yo sé que tu poder no es un peligro para mi libertad, sino
cretamente libre para hacer el mal o sufrirlo? ¿No que está, por el contrario, al servicio de mi libertad».
está esto en contradicción con su amor?
F. Varillon, Joie de croire, pie de vivre, 133-134.
Aparentemente es así. Sin embargo, hay que
mantener juntas, cueste lo que cueste, estas dos verda-
des: somos libres, totalmente libres y, sin embargo,
Dios nos a m a tanto que, aun respetando totalmente
nuestra libertad, nos a m a con un a m o r loco. Esto
supera nuestra inteligencia y pertenece realmente creo en un Dios que respeta la libertad del hombre»...
al misterio de Dios. Lo esencial es que seamos nosotros mismos los auto-
res de nuestra propia historia.
Es lo que subraya muy bien Varillon, después de
mostrar que no se puede imaginar a Dios indiferen- Varillon insiste mucho en este punto, pero aña-
te, y mucho menos insensible a lo que ocurre en el diendo enseguida:
mundo:
Hay que concebir este respeto de Dios de tal mane-
Cuando Francis Jeanson dice: «Los cristianos cre- ra que no sea indiferencia, una especie de pasividad
en en un Dios intervencionista», le respondo: «Yo en la que Dios espera pacientemente lo que vamos a

82 C'WM !>! CIH DIOS


decidir. Esto supera la capacidad de una razón racio- En efecto,
cinante ' \
si Dios actúa, no actúa fuera de las leyes del mundo y
Dejamos aquí el terreno de la filosofía para en- de las secuencias de nuestras acciones humanas. Más
trar en el de la teología, haciendo observar con aún, su providencia es la base de nuestra autonomía.
Henri Bourgeois que en este caso hay que tener en Está lo suficientemente presente a nosotros para de-
cuenta necesariamente estos tres puntos '6: jarnos ser nosotros mismos ".
- La noción de providencia divina se arraiga en Y esto es tan cierto, señala también Bourgeois,
la idea de alianza entre Dios y los hombres. que Dios no sabe de antemano lo que vamos a ser.
- Se da ciertamente una acción misteriosa de Como se ve, este Dios infinitamente atento al
Dios en el mundo. hombre y al mismo tiempo infinitamente respetuo-
so de su libertad está muy lejos del Dios en que
- Pero, lejos de ser alienante, esa acción es la que pensaba Sartre, un dios que, para él, no habría
fundamenta en realidad nuestra autonomía. podido ser más que un tirano que manipula a los
hombres. El Dios creador del hombre no es su rival.
Es el que le permite ser plenamente él mismo.
" F. Varillon, Beauté du monde et souffrance des hornmes,
312-313.
16
H. Bourgeois, Revoir nos idees sur Dieu, 60-61. Ibíd., 61'.

PARA DECIR DIOS 83


IV
¿EXISTE DIOS?
«El hombre sabe al fin que está solo
en la inmensidad indiferente del universo
de donde ha emergido por azar».
J. Monod, Elamy la. necesidad, 193.

«¿No está Dios en elfondode esta noche?


¿Quién puede estar seguro de que no está allí?
¿Qué prueba tenemos nosotros
de que la inmensidad no tiene sentido?».
J. Delumeau, Ce que je crois, 26.
«Dios es para el espíritu h u m a n o no una verdad dos por el ateísmo para justificar su negación de
evidente, sino un problema doloroso que, para ser Dios; estos argumentos, como hemos subrayado,
resuelto, exige paciencia y trabajo» '. Paciencia y están lejos de carecer de interés. Pero tampoco el
trabajo, porque se trata siempre de una decisión creyente, por su parte, carece de argumentos. Hoy
importante y difícil de tomar. sobre todo 2 puede perfectamente mostrar que esta
opción de Dios es razonable y creíble para sus con-
Importante lo es esta decisión porque compro- temporáneos, cuando hable de ella, ya que, si no
mete a la persona entera. Por tanto, su papel no es puede «probar» la existencia de Dios, puede sin
secundario. Difícil y hasta «dolorosa» de tomar, duda encontrar los argumentos necesarios para jus-
esta decisión lo es igualmente porque sólo interro- tificar su creencia en la existencia de Dios. Ya he-
gándose por el sentido de su existencia, interrogan- mos hablado inevitablemente de ello, pero ahora lo
te arduo y jamás definitivamente cerrado, puede el recogeremos de nuevo y profundizaremos en esta
hombre hacer (y a veces rehacer, modificándola) problemática y en esta reflexión de forma más siste-
esa opción fundamental que orientará toda su vida: mática.
el reconocimiento de Dios o su rechazo.
Cuando se habla de la existencia de Dios, se
La afirmación y la negación de Dios son igual-
piensa inmediatamente en las famosas «pruebas»
mente posibles; ya lo hemos podido ver, encontran-
de su existencia, que numerosos filósofos y teólogos
do por ambas partes argumentos de peso. Pero el
han intentado elaborar a lo largo de los siglos. Por
problema está en que ninguno de esos argumentos
eso también nosotros empezaremos preguntándo-
es decisivo y ninguna de las dos tesis, finalmente, se
nos qué ocurre con esas «pruebas». Veremos que, si
impone de manera absoluta.
no son decisivas como pruebas en sentido estricto,
Pero de esta igual posibilidad de la afirmación o están lejos de carecer de interés en la medida en que
de la negación de Dios no se sigue ni mucho menos invitan al menos a la reflexión, planteando algunas
que esta opción sea neutra y que tenga que dejar cuestiones esenciales sobre el sentido de nuestro
sitio al azar o a la arbitrariedad, a no ser que uno se universo y de nuestra vida (capítulo 9). A partir de
niegue a hacer esa opción y quiera permanecer en el esas cuestiones, plantearemos de nuevo el proble-
escepticismo o la indiferencia. Y esto sobre todo si ma de la existencia de Dios (capítulo 10).
pensamos que de esta opción dependerá precisa-
mente el significado que demos a nuestra vida.
Hemos visto los principales argumentos aduci- 2
Quizá con mayor facilidad que hace algunos años, ya que
se han clarificado unos cuantos problemas, concretamente los de
las relaciones entre la ciencia y la fe y los de las relaciones entre
E. Borne, Dieu n'est pas mort, 24. Dios y la libertad del hombre que expusimos anteriormente.

PARA DECIR DIOS 87


9
¿Se puede «probar»
la existencia de Dios?

«Sólo cabe e s p e r a r de las d e m o s t r a c i o n e s de Dios


que s e a n u n a i n v i t a c i ó n r a z o n a d a a la fe».

W . K a s p e r , El Dios de Jesucristo, 126.

L as «pruebas» clasicas de la existencia de Dios


parecen haber perdido hoy mucho de su po-
der de convicción. Para los ateos, se reducen más o
menos a juegos tramposos y estériles. Los creyen-
1. Las principales «pruebas» clásicas
de la existencia de Dios
Suelen distinguirse, según sus puntos de parti-
da, tres grandes series de «vías hacia Dios» o, para
tes, ordinariamente no las ven con mucho interés. recoger el término tradicional, pero sabiendo que
Para los unos y para los otros, al hacer referencia a hay que utilizarlo con m u c h a s precauciones, de
una imagen del mundo ya superada, no merecen «pruebas» de la existencia de Dios: a partir de la
mucha atención. realidad del universo, a partir del hombre y a partir
Sin embargo, no habría que olvidar que los más de Dios mismo '.
grandes pensadores de la humanidad han reflexio-
nado sobre ellas y que quizá encierran mayor ínte-
res de lo que se piensa de ordinario actualmente. 1
Para un estudio detallado del conjunto de estas «pruebas»
¿Cuales son esas pruebas, y cual es su interés de la existencia de Dios, se puede consultar R Jolivet, El Dios de
los filósofos y de los sabios Andorra 1958 Esta o b n t a clasica es
hoy para nosotros? ciertamente un poco antigua, pero fácil y solida, y puede even-
tualmente constituir un buen complemento a lo que decimos
aquí de estas pruebas Para una reflexión en una perspectiva mas
moderna, cf, por ejemplo, W Kasper, El Dios de Jesucristo,
124-142

PARA DECIR DIOS 89


¿SE PUEDE HABLAR REALMENTE
DE «PRUEBAS» DE LA EXISTENCIA DE DIOS?

El término «prueba», en lo que concierne al problema podemos utilizar, como subrayó perfectamente Kant, en
de la existencia de Dios, es muy ambiguo y, en definitiva, este caso, los mismos medios que utilizamos para conocer
no muy adecuado. nuestro propio universo. No se le puede ver, hablar o tocar
En efecto, suele tenderse, cuando se habla de «prue- en concreto. En contra del astrofísico que puede probar lo
bas» de la existencia de Dios, a imaginarse pruebas de tipo que propone, no se puede verificar concretamente, experi-
científico, es decir, pruebas que concluyen de una manera mentalmente, lo que se dice cuando se afirma que Dios
cierta e irrefutable. Puede pensarse, por ejemplo, en los existe... o que no existe.
astrónomos y astrofísicos que han demostrado y probado Por eso, cuando se habla de «pruebas» de la existencia
que la tierra es un minúsculo grano de polvo perdido en de Dios, se trata más bien de indicaciones sobre la direc-
una gigantesca galaxia, perdida a su vez en medio de otros ción en la que podemos comprometernos cuando intenta-
quinientos millones de galaxias igualmente gigantescas. mos descubrir a Dios y justificar nuestra fe. Por eso, prác-
Se puede estar absolutamente cierto de ello, porque ha ticamente todos los filósofos y todos los teólogos cristianos
sido posible verificarlo a la vez matemática y experimen- están de acuerdo en reconocer que el término «prueba»,
talmente, gracias en concreto a poderosos telescopios y sobre todo en nuestro mundo, cada vez más marcado por
radiotelescopios. el rigor y la precisión científica, no es aquí muy satis-
Pues bien, como no hay ningún medio para verificar factorio. Prefieren hablar de ordinario, como santo Tomás
experimentalmente lo que se propone al hablar de Dios, de Aquino, de «vías hacia Dios» o, por recoger la fórmula
estamos lejos de llegar a esta misma certeza. Como Dios tan sugestiva de W. Kasper, que pusimos como lema de
no es de la misma naturaleza que la realidad sensible que este capítulo, de «invitaciones razonadas a la fe».
nos rodea y que podemos conocer gracias a las ciencias, no

a) Las «pruebas» nización deje mucho que desear: el problema del


a partir de la realidad mal)?...
A la luz de la revelación, estas «pruebas» fueron
También se las llama «pruebas cosmológicas», recogidas por los primeros teólogos y filósofos cris-
ya que se basan en el hecho de la existencia del tianos, los padres de la Iglesia, antes de que las
mundo material y del universo (el cosmos). precisara y sistematizara santo Tomás de Aquino
Estas «pruebas» son probablemente las más an- en el siglo XIII 2 .
tiguas. Bajo formas sumamente diversas, desde sus
expresiones mitológicas hasta sus formulaciones ri-
gurosas en filosofía, las encontramos prácticamente • Dios, causa del mundo
a través de toda la historia de la h u m a n i d a d . Res-
ponden a esas preguntas que son de siempre... y que — Constatando en primer lugar que todo lo que
siguen siendo actuales: ¿se basta a sí mismo nues- existe en el universo tiene una causa, se concluye
tro universo o es el fruto de la creación de Dios?;
¿por qué existe algo más bien que nada?; ¿por qué 2
En sus famosas cinco «vías» (movimiento, causalidad,
el universo es como es y no es distinto?; ¿por qué contingencia, grados del ser, finalidad). Cf. Santo Tomás, Suma
está aparentemente organizado (aunque esta orga- teológica, I, q. 2, a. 3 y Suma contra Gentes, I, 13, 15, 16, 44.

90 l'AUA 1)1 CIK DIOS


PARA DECIR DIOS 91
• Dios, fuente del orden del mundo

SANTO TOMAS DE AQUINO: Es la prueba por la finalidad o «argumento tele-


LA PRUEBA POR LA FINALIDAD ológico» 4.
Este argumento parte del orden real (aunque
La quinta vía se toma del gobierno del mundo Vemos, imperfecto) que existe en el mundo, de la admira-
en efecto, que cosas que carecen de conocimiento, como ción que puede experimentarse ante el espectáculo
los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprue- de la naturaleza, de la comprobación de su comple-
ba observando que siempre, o casi siempre, obran de la jidad creciente a lo largo del tiempo para producir
misma manera para conseguir lo que mas les conviene; la vida y finalmente el hombre. Entonces se plantea
por donde se comprende que no van a su fin obrando al la cuestión de saber si este mundo no será obra de
acaso, sino intencionadamente Ahora bien, lo que carece una inteligencia soberana.
de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien
Este argumento puede formularse así en forma
que entienda y conozca, a la manera como el arquero
de silogismo: La finalidad o el orden supone una
dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige
causa inteligente. Es así que en el m u n d o hay u n a
todas las cosas naturales a su fin, y a este llamamos Dios.
finalidad y un orden. Luego el mundo supone una
causa inteligente. Esta causa no puede ser más que
Tomas de Aquino, Suma teológica I q 2 a 3
(BAC) Madrid 1947 155-157
el ser todopoderoso: Dios. Por tanto, Dios existe.
Dios sería entonces la respuesta a un interrogan-
te continuo de los hombres, que podemos formular
con la célebre frase de Voltaire 5.
que, si el universo existe, debe necesariamente te- El universo me asombra
ner una causa. En este caso, la causa no puede ser y no puedo menos de pensar
más que el ser omnipotente, Dios, ya que sólo él que este reloj marche
puede crear nuestro prodigioso universo. sin que haya un relojero
— Se constata además que este universo está en
constante evolución y que se dan en él el cambio y Esta «prueba» es quizá la más popular de todas.
el movimiento. ¿Quién puede estar en el origen mis- Bajo diversas formas, algunos filósofos griegos, por
mo de este cambio y de este movimiento sino, como ejemplo Platón o Aristóteles, ya la habían propues-
dirá Aristóteles, el «primer motor del universo», es to. Partiendo de la realidad del cosmos y pregun-
decir, el mismo Dios? tándose por su belleza, su orden, su movimiento,
sus deficiencias (el problema del mal), habían creí-
— Constatando finalmente que el universo es do descubrir en él la presencia de lo divino. Esta
contingente, es decir, que no tiene en sí mismo su «prueba» fue recogida continuamente después.
razón de ser 3, se puede preguntar si Dios no será la
respuesta de este enigma. Dios s e n a entonces el ser El mismo Kant, a pesar de que no la consideraba
necesario en quien el mundo encontraría su justifi- totalmente concluyente y la criticaba con severi-
cación y su razón de ser. dad, decía sin embargo sobre ella:

Esta demostración merece ser mencionada siem-


3
«El h e c h o de la r e a l i d a d exige un f u n d a m e n t o La
pregunta fundamental de la filosofía es ¿Por que hay algo y no
mas bien n a d a ' (Heidegger) Tomas de Aquino a b o r d a esta
dimensión de la pregunta principalmente en la tercera vía la 4
demostración por la contingencia» (W Kasper, El Dios de Del griego telos «fin, finalidad»
s
Jesucristo, 127) Voltaire, Sátiras, «Las cabalas»

92 l'AHA DI ( ll< DIOS


pre con respeto Es la mas antigua la mas clara y la naturalmente en si mismo la idea de Dios y que
mas apropiada a la razón ordinaria 6 seguirá estando inquieto mientras no tenga con-
ciencia de la presencia efectiva de Dios en su propia
interioridad Esta perspectiva era muy corriente
Observaciones sobre estas pruebas entre los padres de la Iglesia y se la encuentra con-
cretamente en san Agustín, que se dirige asi a Dios
Estas «pruebas» parecieron irrefutables durante
mucho tiempo Hasta tal punto que costo mucho «Tu nos has orientado hacia ti y nuestro cora/on
admitir que se rechazase su evidencia aparente 7 esta inquieto hasta que descansa en ti» l0
Hoy se reconoce de buen grado que estas «prue- Siempre en la misma perspectiva, se resalta a
bas» no pueden, por si solas, llevar a admitir la continuación la insatisfacción profunda que parece
necesidad de la existencia de Dios Ya en el siglo sentir el hombre hasta que no encuentra un funda-
XVII, Pascal subrayaba que era ingenuo y vano mento solido sobre el que anclar sólidamente los
decir a los que no tienen fe que valores que le hacen vivir Pues bien,
no tienen mas que ver la mas pequeña cosa que les la libertad humana no encuentra su plenitud en la
rodea y llegaran a descubrir allí a Dios 8 esfera intramundana Por eso la vida humana es tan
inquieta y fatigosa El hombre solo puede encontrar
En realidad, señala un sacerdote que es igual- su plenitud cuando se encuentra con una libertad que
mente científico, actualmente es incondicional Solo en el encuentro con la libertad
el universo es cada vez menos espontáneamente para absoluta halla el hombre la paz y la plenitud inte-
la mentalidad moderna un signo del creador si sigm rior "
ñca algo al hombre de hoy es sobre todo el poder del
hombre capaz de descifrar los misterios y el valor de En otras palabras, el hombre tiene necesidad de
la ciencia capaz de expresarnos lo que descifra la que los valores importantes que inspiran y justifi-
inteligencia 9 can su acción, valores comunmente reconocidos co-
mo esenciales desde el punto de vista humano, mo-
Sin embargo —volveremos sobre e l l o - esto no ral y espiritual, como la justicia, el respeto a los
significa ni mucho menos que hayan desaparecido demás o el sentido del deber, reposen en «algo»
los interrogantes que suscitaron estas «pruebas» solido Ese «algo» no puede ser mas que la perfec-
ción absoluta, sin la que el hombie se sentirá siem-
pre insatisfecho Ese absoluto que el hombre busca
b) Las «pruebas» a partir del hombre sin cesar mas o menos oscuramente no puede ser
mas que Dios Por tanto, Dios existe
Estas «pruebas» dejan de lado la realidad ex-
terior del cosmos Parten de la realidad interior del Kant, que había criticado severamente las de-
espíritu h u m a n o mas pruebas tradicionales de la existencia de Dios,
conservaba sin embargo esta aproximación a Dios
Subrayan en primer lugar que el hombre tiene por la reflexión sobre la moral, ya que, según el, no
se puede llegar a ningún resultado en este terreno
6
1 Kant Critica de la razón pura Alfaguara Madrid 1983
519 si no nos basamos en principios morales o nos servi-
7
La Biblia por ejemplo en el libro de la Sabiduría (13 1) y
mos de ellos como guia '2
en la carta de san Pablo a los Romanos (1 20) insistía ya en esta
«evidencia» Idea recogida en particular por el Concilio Vaticano Asi, pues, «postulaba» la existencia de Dios, pen-
I Sobre todo esto véase A Ganoczy Dieu gracc pour le monde
Dcsclee 1986 204 210
10
8
B Pascal Pensamientos n 242 San Agustín Confesiones I 1
9
P Roqueplo La foi d un mal croyant ou Mentahte scientifi " W Kaspcr bl Dios de Jesucristo 130
12
que et vic de fui Cerf París 1969 181 182 I Kant Crítica de la razón pura "527

PARA DECIR DIOS 93


sando que sólo Dios podía dar sentido a nuestra más antes de que lo criticase Kant. Los dos subra-
vida moral y satisfacernos plenamente desde este yan que no se puede pasar así del terreno de las
punto de vista. ideas (las ideas de perfección y del ser perfecto que
Pero a sus ojos se trata ciertamente de un «pos- se piensa que hay en mí) al de la necesidad de la
tulado», es decir, de una realidad que hay que acep- existencia de ese ser perfecto.
tar como verdadera sin poder probar su verdad. Por Este paso de la simple idea a la realidad efectiva
tanto, no se trata de una «prueba», ya que no se de esta idea es muy discutible. Kant lo subrayaba
puede «probar» a Dios. Se afirma solamente su utilizando la siguiente comparación para mostrar
existencia y se cree en él, porque sin eso la vida la debilidad de este argumento: No es el hecho de
moral perdería toda justificación. que yo piense que tengo cien monedas... lo que hace
que esas cien monedas existan realmente en mi
bolsa. «La célebre prueba ontológica... no hace más
Observaciones sobre estas pruebas que malgastar todo el esfuerzo que se pone en ella y
todo el trabajo que se le consagra», puesto que no se
Estos argumentos no parecen mucho más de-
puede probar a Dios lo mismo que podría un comer-
mostrativos que los otros.
ciante hacerse más rico «si, por mejorar su fortuna,
De*hecho, no porque yo tenga en mí la idea de añadiese algunos ceros a su dinero efectivo» l3.
Dios, este Dios existe realmente; por otra parte, se
podría muy bien admitir que no hay nada que res-
ponda a esta necesidad de superación del hombre y
de justificación de los valores que le parecen esen-
ciales. Su único fundamento sería el hombre mismo 2. Los límites...
y sólo él; Dios (o el absoluto) no sería entonces, y el interés de estas pruebas
como pensaba Feuerbach, más que una proyección
del hombre o, como dirá Freud por su lado, el resul-
tado de un deseo de protección del hombre todavía a) Estas «pruebas» están lejos
en una etapa infantil. de ser decisivas...
Estas «pruebas» tenían ciertamente mucho peso
c) La «prueba» a partir de Dios mismo en otros tiempos, en un m u n d o muy religioso en
o el «argumento ontológico» donde se sentía naturalmente la tendencia a ver por
todas partes la presencia de Dios.
Este «argumento ontológico» fue expuesto en
primer lugar por san Anselmo en el siglo XI. Fue Hoy, para el propio creyente, resultan muy frá-
recogido bajo diversas formas por algunos filósofos giles.
en la época moderna, concretamente por Descartes
Las pruebas de Dios metafísicas, indicaba ya Pas-
en el siglo XVII, por Leibniz en el XVIII y por Hegel
cal en el siglo XVII, están tan alejadas del razona-
en el XIX.
miento de los hombres y son tan complicadas que
Se basa en la idea que uno se hace de Dios. Muy impresionan poco; e incluso, cuando esto les sirviera
simplemente podríamos expresarlo así: al hablar a algunos, no lo haría más que durante el instante en
de Dios, tengo la idea de un ser perfecto. Si ese ser que ven esta demostración, pero una hora más tarde
perfecto no existiera, no sería perfecto, ya que le tendrán miedo de haber sido engañados l4.
faltaría precisamente esa perfección que es la exis-
tencia. Luego existe. Nadie es capaz de ofrecer una prueba matemática

Observaciones 13
sobre el argumento ontológico Ibíd., 506.
14
B. Pascal, Pensamientos n. 543, en Obras. Alfaguara, Ma-
Este argumento fue muy criticado por santo To- drid 1981,404.

94 l'AHA DI-CIK DIOS


DESCARTES: ¿POR QUE DIOS NO ES EVIDENTE?
EL ARGUMENTO ONTOLOGICO
¿Por que Dios no es evidente3, se preguntara Me con-
Descartes opina que, si se intenta concebir a Dios, no es tentare con decir esto ¿que pasaría con la libertad de
posible concebirlo sin esa perfección que es la existencia, conocerle y de amarle si su existencia se nos impusiera de
del mismo modo que es imposible concebir que el valor de forma indiscutible5 Pero no hay que deducir de esta no-
los tres ángulos de un triangulo no sea igual a dos rectos o evidencia de Dios que la fe sea solo cuestión de sentimien-
imaginarse una montana sin un valle to o de apuesta atrevida La inteligencia tiene mucho que
ver en el acto de rendirse ante Dios'
«La existencia no puede separarse de la esencia' de
Dios, como tampoco de la esencia de un triangulo la mag- A Dios nadie lo ha visto jamas Mejor asi Si, mucho
nitud de sus tres ángulos iguales a dos rectos, o bien de la mejor, pues de lo contrario el creyente estaría condenado a
idea de una montana la idea de un valle, de forma que hay repetir sin cesar esta visión, con la mirada puesta en el
tanta repugnancia en concebir a un dios, es decir, a un ser pasado, ya no tendría nada que descubrir, esta ausencia es
soberanamente perfecto al que le faltase la existencia o le la base de su libertad, de su responsabilidad Sin esta
faltase una perfección, como concebir una montaña que no ausencia, no habría ni historia posible, ni evolución, ni
tuviera valle»2 opción verdadera Para que los hombres puedan ser acto-
res de su porvenir, es preciso que sean libres de toda
presencia que se imponga Por eso Dios no esta detras,
1
La esencia de una cosa o de un ser lo que es esa cosa o ese ser
encerrado en los libros, inventariado en formulas bien
2
Descartes Meditations metaphysiques, V
elaboradas, cerrado en experiencias hechas una vez por
todas La fe no puede nunca ser descanso, invitación al
sueño o droga mas o menos dulce Es búsqueda, iniciativa,
En lo que concierne a san Anselmo, se encontrara este aventura2
argumento expuesto en los capítulos II y III de su Proslo-
gion, Descartes, por su parte, propone igualmente otras
«pruebas» de la existencia de Dios «por la idea de perfec- ' J Lacourt, Au ruque de croire I Dieu pourquoi ne pasy crotre^
to» que tenemos de el Limoges 1978, 3
2
A Patín Dieu penonne ne l a ¡aman vu Ed Ouvneres, París
Se las encontrara expuestas, asi como la «prueba on- 1985,218
tologica» propiamente dicha, que acabamos de citar, en
la cuarta parte de su Discours de la methode y, en una
formulación mas difícil, en sus Meditations metaphysiques,
III y V
Estas «pruebas» no tienen nada de decisivo des-
de un punto de vista demostrativo. No prueban
nada en el sentido estricto de la palabra '6 y, salvo
excepciones relativamente raras, no pueden en ge-
d e Dios - i n d i c a p o r s u p a r t e u n t e ó l o g o c o n t e m p o r a neral servir mas que para robustecer la fe de los que
n e o , q u e n o t i e n e m i e d o d e a ñ a d i r «el m i s m o c r e y e n ya creen en Dios...
te es i n c a p a z d e ello p a r a s u p r o p i o u s o » ^

16
No olvidemos que las «pruebas» contra Dios, que tienden
a «probar» que no existe, tampoco son demostrativas o decisi-
ls
J Ratzmger, Fot chretienne hier et aujourd'huí vas No es posible demostrar de forma cierta la existencia de
París 1979, 12 Dios ni su no-existencia

PARA DECIR DIOS 95


EFICACIA DE LA PRUEBA EL HOMBRE EXISTE.
Y CREENCIA YO LO HE ENCONTRADO

Se llega a la paradoja de que la prueba no es eficaz de «Dios existe. Yo lo he encontrado»: es una frase terri-
una forma general más que en donde podría prescindirse ble. Es algo que me sorprende, porque lo que se plantea no
de ella, rigurosamente hablando; y, al contrario, aparece- es que Dios exista. Lo que me extraña es que lo haya
rá casi ciertamente como un juego verbal... para aquellos a encontrado alguien antes que yo. Porque yo he tenido la
los que está precisamente destinada y a los que se trata de suerte de encontrar a Dios precisamente en un momento
convencer. Digamos además que no solamente la prueba en que dudaba de él, en una pequeña aldea de Lozére
no puede sustituir a la creencia, sino que en un sentido abandonada por los hombres. No había allí nadie, nadie.
profundo la supone, y no puede servir más que para el Al pasar por la vieja iglesia, movido por no sé qué instinto,
afianzamiento interior de aquellos que sienten en sí mis- vi una luz. Intensa, irresistible. Era Dios, Dios que rezaba.
mos un divorcio entre su fe y lo que han creído que era una Me dije: ¿A quién reza? No se reza a sí mismo. No a sí
exigencia propia de su razón. mismo, a Dios. No; rezaba al hombre, me rezaba a mí. El
dudaba de mí como yo había dudado de él. Decía: «¡Oh,
C. Maree!, Du refus a l'invocation. hombre! Si existes, dame una señal de ti». Yo dije: «Dios
Gallimard, París 1940, 231-232. mío, yo estoy aquí». El me dijo: «¡Milagro! ¡Una aparición
humana!». Le dije: «Pero, Dios mío, ¿cómo puedes dudar
del hombre, si eres tú el que lo has creado?». Me dijo: «Sí,
pero hace tanto tiempo que no lo he visto en mi iglesia,
que me preguntaba si no sería más que una visión». Le
b) ... pero tienen el gran mérito dije: «¡Quédate tranquilo, Dios mío!». Y él me dijo: «Sí,
de invitar a ¡a reflexión ahora podré decirles allí arriba: El hombre existe. ¡Yo lo
he encontrado!».
Es verdad que estos argumentos
Raymond Devos, Sens dessus dessous.
no son suficientes para calmar la inquietud humana, Stock, París 1976, 29.
pero no hay que considerarlos como indiferentes. No
solamente han colmado las exigencias de rigor de
algunos espíritus —que no es pequeño argumento—,
sino que corresponden a una interrogación auténtica
e inevitable del hombre. Conviene evitar aquí dos la existencia de Dios y darle algunos elementos pa-
excesos; el de exagerar su alcance y el de infravalo- ra justificar racionalmente su fe.
rarlo ".
Finalmente, y quizá sobre todo, porque invitan
Efectivamente, no hemos de rechazar demasia- al menos a la reflexión, planteando cuestiones que
do pronto estas «pruebas». Ante todo porque, si no no son secundarias, ya que se refieren al sentido que
«prueban» a Dios, son por lo menos «invitaciones le damos a nuestra vida y al universo que es el
razonadas a la fe», como decía Kasper. Son «vías nuestro, cuestiones propiamente existenciales que
hacia Dios» y, como tales, pueden conducir a algu- no pueden dejar indiferente al que las t o m a en
nos hacia él. cuenta, sean cuales fueren por otra parte sus con-
Después, porque pueden permitir al creyente ex- vicciones filosóficas y religiosas, sea o no creyente.
plicitar el sentimiento y la convicción que tiene de
¿Cuáles son estas cuestiones?
17
M. Neusch, Aujourd'hui Dieu, 46. — Las pruebas cosmológicas plantean la cuestión

96 l'AKA DIXIK DIOS


de la causa primera de la existencia del universo. a todos, o los valores son siempre relativos al hom-
¿Es creado o increado? ¿Es fruto del azar... o pro- bre y, por tanto, más o menos subjetivos en el fon-
ducto del acto creador de Dios? do? En el primer caso, ¿qué es lo que los justifica y
les da fundamento?
La prueba «teleológica» nos interroga más sobre
la evolución misma, esa evolución que ve la apari- — La prueba ontológica nos lleva a preguntarnos
ción de la vida y el surgir de la conciencia con el por la idea de perfección. ¿Existe la perfección en
hombre. También en este caso, la evolución ¿es el alguna parte... o es solamente el fruto de la proyec-
resultado del azar o del acto creador de Dios? ción del hombre, como pensaba Feuerbach?
- Los a r g u m e n t o s a n t r o p o l ó g i c o s y m o r a l e s Estas cuestiones esenciales permiten ciertamen-
plantean el problema de los valores humanos, mo- te poner de relieve las diversas facetas de este deba-
rales y espirituales o religiosos que nos hacen vivir, te sobre el problema de Dios y explicitar de forma
y el problema del fundamento de la moral. ¿Hay particularmente satisfactoria las razones que nos
valores universales que se impondrían más o menos conducen a afirmar su existencia.

PARA DECIR DIOS 97


10
Afirmar a Dios hoy

«¿Tiene la vida humana un sentido?


¿Tiene el hombre un destino? ¿Sí o no?».
M. Blondel, L'Action, 1893,
Introduction, VIL

«Creo que hay que renunciar deliberadamente al enunciado:


'¿Existe Dios?'. Me atrevo a decir que es preciso tomar el problema
'por la otra punta'. No hay que interrogarse por la hipótesis
'Dios', sino por la realidad 'mundo'».
J. Milet, Dieu. Beauchesne, París 1985, 56.

1. Una opción esencial compromete al hombre por completo en toda su


vida en lo que ésta tiene de más concreto. Y precisa-
mente porque compromete toda la existencia, esta

S e trata en este caso de justificar una opción, y


una opción muy importante, la de la acepta-
ción o el rechazo de Dios. El hombre se encuentra
aquí frente a una alternativa fundamental, ya que
cuestión no puede resolverse tan sólo a fuerza de
argumentos intelectuales en favor de una u otra
tesis. Supone un compromiso real del hombre y la
respuesta que se le dé no puede ser más que el fruto
de una decisión libre, voluntaria y m a d u r a m e n t e
de esta opción dependerá el significado de su vida y refleja.
de su destino. Por eso, sea cual fuere la respuesta
que se dé, esta opción es esencial. En efecto, es una cuestión que exige una respues-
ta... aunque esta respuesta sea una negativa a res-
Por tanto, no es una cuestión neutra o secunda- ponder. Pues, concretamente, no responder ni sí ni
ria. Es realmente una cuestión existencial, es decir, no, o permanecer indefinidamente en la duda per-
en el sentido propio de la palabra, u n a cuestión que petua sin poder zanjar la cuestión, es también res-
está en el corazón de la existencia, una cuestión que ponder, ya que en la vida, y en lo que la vida hay de

PARA DECIR DIOS 99


mas cotidiano, se hacen necesariamente opciones, existe - a l g o que es imposible, como hemos visto-,
aunque solo sea cesando de optar y dejándose llevar justificar su opción de una forma razonable y cohe-
por la vida rente ¿Como?
Esta decisión nos compromete pues por entero Planteando, como acabamos de señalar, la cues-
tanto en nuestra inteligencia como en nuestra sensi- tión del significado de la existencia del universo y
bilidad, tanto en nuestra vida material como en del sentido de su propia vida en este conjunto
nuestra vida espiritual en el sentido mas amplio de
la palabra Por eso los argumentos intelectuales o
morales, o los testimonios, o la revelación cristiana,
si se utilizan solos y por separado, no pueden arras-
2. La cuestión del sentido
trar la decisión Se trata de una opción global, reali- Esta problemática nos ha llevado a plantear la
zada a partir de las cuestiones que acabamos de cuestión del sentido de la existencia «¿Tiene la
plantear al final de nuestro estudio de las «prue- vida h u m a n a un sentido 5 , se preguntara Blondel
bas» de la existencia de Dios ' y a partir de nuestra ¿Tiene el hombre un destino 5 ¿Si o no 5 » 5 Querá-
vida concreta En efecto, moslo o no, añadirá, todos estamos comprometidos
sea cual fuere el punto de partida de mi marcha hacia en concreto No podemos eludir las exigencias de lo
Dios solo lo alcanzare mediante una marcha perso real
nal que es un compromiso de libertad, mediante una De una forma o de otra, el hombre esta embarca
comprensión que no es verdadera mas que cuando es do Inconscientemente o no, reconoce un sentido a lo
participante 2 que vive Impregna de el sus pensamientos, sus hábi-
tos, sus decisiones Lo expresa prácticamente a través
En otras palabras, si bien esta opción, sea la que de sus afectos de sus relaciones, de sus trabajos, de
fuere, puede y debe justificarse por la razón, perte- sus posiciones políticas y de la forma como concibe
nece inevitablemente al orden de la toma de posi- sus ratos de ocio A falta de lenguaje explícito, tradu
ción voluntaria y del compromiso El creyente sabe ce el sentido de su vida en su acción Compromete en
que no puede totalmente justificar la opción por el su libertad y su fe En estas condiciones, negarse a
Dios, lo mismo que el ateo sabe que tampoco el iluminar las cuestiones fundamentales es inevitable-
puede dar perfectamente cuenta de su propia posi- mente abandonarse a los azares de opiniones irracio-
ción Se trata de una decisión eminentemente li- nales 6
bre 3, pero de una decisión que, una vez mas, esta
lejos en ambos casos de ser irracional, ya que Para todos esta cuestión es esencial, y la respues-
ta se compone de una totalidad en la que se entre-
no puede haber «verdadera decisión de libertad» que mezclan indisolublemente nuestras experiencias,
pueda prescindir de un «proceso racional» totalmen- nuestros encuentros, nuestra educación, nuestras
te coherente y riguroso 4 lecturas, nuestros sentimientos, nuestra personali-
dad en lo que tiene de mas intimo, nuestro tempera-
Asi, pues, opción libre no significa ni mucho mento, nuestro cuerpo y nuestro mismo inconscien-
menos opción arbitraria Y hoy es perfectamente te
posible al creyente, al no poder «probar» que Dios
En el corazón de esta cuestión se encuentran
Dios y el hombre No se puede ya hablar de Dios sin
1
Cf supra 96-97 hablar del hombre Estas dos cuestiones son ahora
2
B Montagnes Le Dieu de la phüosophíe et le Dieu de la foi inseparables Reflexionar sobre Dios es reflexionar
en Proces de l ob/ectnite de Dieu Cerf París 1969 221 sobre el hombre, y no se puede pensai en el hombre
3
«Si Id libertad y el conocimiento están siempre ligados sin plantearse la cuestión de Dios (aunque sea para
entre si el conocimiento de Dios de modo particular solo es
posible en libertad» (W Kasper El Dios de Jesucristo 126)
s
4
P J Labarriere Dieu aujourd huí cheminement rationnel M Blondel L Action 1893 Introduction VII
6
il( < isum de liberte 245 J Mousse Fot en Dieu foi en l homme Cerf París 44

100 l'AKA hl ( IR DIOS

I
refutarla). Por tanto, la cuestión es finalmente la del
hombre en cuanto tal frente a Dios. ¿Será Dios un
freno a su desarrollo o le ayudará a vivir plenamen- LA CUESTIÓN DE DIOS
te su vida? ES VITAL PARA EL HOMBRE
Precisemos los dos términos de esta alternativa
en referencia a las cuestiones planteadas al final del
capítulo anterior a partir de las «pruebas» de la En la situación actual, marcada por la increencia o al
existencia de Dios 7. menos por una sena erosión de las verdades cristianas, es
urgente reintroducir la cuestión de Dios como una cues-
tión vital para el hombre. Hablar de Dios es idéntico a
hablar del hombre, de su destino, de las cuestiones que le
3. Los dos términos de la alternativa atormentan... Por eso, si se quiere tratar de Dios, hay que
pasar por el hombre, doblemente. Primero, mostrando que
a) El vértigo de lo infinito el suelo en donde puede germinar esta cuestión es el hom-
y la tentación del nihilismo bre mismo, luego, manifestando que Dios es el único que
abre su existencia a la autenticidad. Dios, presentado tan-
En primer lugar, ¿qué ocurrirá si se niega la hi- tas veces por el ateísmo como un límite para el hombre,
pótesis de la existencia de Dios? Al negar la existen- debería aparecer al contrario como el que lo desahena y
cia de Dios, el ateo no encuentra la razón de ser revela sus dimensiones infinitas. Tal es el Dios de Jesucris-
fundamental del mundo y del hombre. Al negar a to. Su palabra no es alienante, sino liberadora.
Dios, se decide contra una finalidad y un sentido
últimos de la realidad 8 . No hay nada que explique, M Neusch, Aujourd'hm Dieu, 8
que justifique realmente la existencia del mundo y
su propia existencia. Estamos entonces, como dice
Sartre siguiendo a Heidegger, «abandonados» 9 en
un mundo en el que el hombre no puede hacer más ha mostrado el aspecto «suicida» para el hombre de
que esta muerte de Dios. En efecto, entonces ya no hay
descubrir su soledad total... (en un) universo sordo a nada claro, evidente, sólido. Desaparecido su sopor-
su música, indiferente a sus esperanzas, como a sus te, los valores habituales se derrumban. No hay
sufrimientos y a sus crímenes l0. respuesta alguna a la pregunta: ¿por qué? Falta una
meta. Aparece el vértigo de la nada ".
La «muerte de Dios» es, en efecto, un aconteci-
miento inmenso de consecuencias inimaginables,
ya que con ella aparecen el frío y la noche mortal b) Dios como fundamento último
del nihilismo, es decir, la convicción de la contra- de la realidad
dicción total, del sin-sentido y del no-valor de la
realidad. Nietzsche es sin duda el filósofo que mejor Si, por el contrario, se admite que Dios existe,
¿qué ocurrirá con nuestra comprensión del mundo
7
S o b r e el con\unto de e s t a p r o b l e m á t i c a q u e a h o r a
y de nosotros mismos? Encontraremos en él el sen-
examinamos, véase concretamente el articulo ya citado de J tido último de la realidad y de nosotros mismos.
Milet, L'existence de Dieu Un probleme mal pose'* Quelques
reflexions methodologtques, 53-69, y H Kung, ¿Existe Dios1, 752-
797 " S e ñ a l e m o s a q u í q u e N i e t / s c h e , d e s p u é s de h a b e r l a
8 a n a l i z a d o con t a n t a luLidez, r e c h a z a r a por su p a r t e esta
Esto no significa ni mucho menos que, en una perspectiva
atea, se excluya la posibilidad de encontrar un sentido a la perspectiva nihilista, que no es a sus o|os mas que el refugio de
realidad y a la vida (cf mas adelante, p 102, nota 13) los débiles y los c o b a i d e s F í e n t e a la « n a d a infinita del
9 nihilismo», indícala la única solución que considera valida la
J -P Sartre, L'étre et le neant Gallimard, París 1943, 565 supuración de si mismo y la creación de un nuevo sistema de
10
J Monod, El azar y la necesidad, 186 El hombre esta valoies que permitan al hombre hacerse un super-hombre, un
desterrado «en un universo helado de soledad» (Ibid , 183) «hombre-dios».

PARA DECIR DIOS 101


¿PUEDE O NO PUEDE EL MUNDO «EL VÉRTIGO ESTÉRIL
BASTARSE A SI MISMO? DE LO INFINITO...»

Creo que hay que renunciar deliberamente al enuncia- Átomo ridículo, perdido en el cosmos inerte y desmesu-
do: «¿Existe Dios?». Me atrevo a decir que hay que tomar rado, (el hombre) sabe que su ferviente actividad no es
el problema «por la otra punta». No hay que preguntarse más que un pequeño fenómeno local, efímero, sin signifi-
por la hipótesis «Dios», sino por la realidad «mundo», por cación y sin finalidad. Sabe que sus valores no valen más
esa realidad que nos rodea por todas partes. que para él y que, desde el punto de vista sideral, la caída
La única cuestión que puede plantearse entonces legíti- de un imperio, y hasta de un ideal, no cuenta más que el
mamente es ésta: el «mundo», tal como se nos presenta en aplastamiento de un hormiguero bajo los pies de un tran-
este momento de nuestra cultura y de nuestro saber, ¿pue- seúnte distraído.
de bastarse a sí mismo o requiere otra realidad que le haga Por eso no le queda más recurso que aplicarse a olvidar
existir y subsistir? Es la realidad que nos rodea la que la inmensidad bruta que lo aplasta y lo ignora. Rechazan-
constituye un problema. Es ella la que hay que cuestio- do el vértigo estéril de lo infinito, sordo al silencio espan-
nar..., cuestionar incansablemente. toso de los espacios, se esforzará en hacerse tan incósmico
A partir de esta cuestión, pueden proponerse dos tipos como inhumano es el porvenir; obstinadamente replegado
de respuestas: sí, el mundo se basta a sí mismo..., no nos sobre sí mismo, se consagrará humildemente, de forma
habléis de otras realidades aparte de éstas (ésta sería esen- terrena, a la realización de sus designios mezquinos, fin-
cialmente la respuesta marxista, por ejemplo). O bien: no. giendo prestarles la misma seriedad que si se tratase de
el mundo no se basta a sí mismo, y hay que intentar fines eternos.
descubrir ciertas realidades superiores, quizás una reali-
J. Rostand, Hérédüétíracisme.
dad suprema, que es la que hace existir al mundo... Gallimard, París 1939,123-124.
(Esta investigación) es el camino que ha emprendido el
pensamiento científico y con él, como es lógico, el pensa-
miento filosófico. Todos nos hemos puesto a buscar el
«sentido», el «significante».
4. ¿Por qué, en definitiva,
J. Mikt, Dicu, 56.58. la opción por Dios?

a) La opción por Dios...


Dios, en esta hipótesis, será a la vez el origen prime- Esta opción por Dios parece más coherente y
ro de mi vida, el sentido último de mi vida y la más satisfactoria respecto a las cuestiones plantea-
esperanza que engloba mi vida. Será al m i s m o das por la realidad, ya que permite por lo visto dar
tiempo el fundamento, el origen, el apoyo y el fin de mejor sentido a la realidad en la medida en que se
toda la realidad. Dios será entonces la respuesta al ve dónde tiene ésta su origen. Esto no significa ni
carácter esencialmente problemático de la reali- mucho menos que los no creyentes sean incapaces
dad. «La afirmación de Dios, a pesar de su dificul- de dar coherencia, valor y sentido a su vida ' 3 . Esto
tad, da coherencia, valor y sentido a la vida», afir-
ma J. Lacourt l2.
13
Los ateos pueden muy bien encontrar un sentido a su vida
y tener un ideal muy elevado..., a veces más elevado que los
creyentes. Así, Sartre, por ejemplo, pensaba que el hombre es sin
12
J. Lacourt, Au visque de croire, III. La difficulté de croire en cesar responsable de sí mismo y de los demás, y que ha de hacer
Dicu. 85. todo lo posible para que triunfe la verdad y la justicia. Y, aunque

102 I'AIM DI'CIH DIOS


les resulta mas difícil encontrar respuestas adecuadas
a las grandes cuestiones del origen de la vida, del fin
UNA RELACIÓN MEDIATIZADA de la existencia, del sentido del sufrimiento y de la
muerte, cuestiones con las que todo ser humano tiene
que enfrentarse tarde o temprano l4
Si la adhesión a Dios sigue siendo frágil, esto no solo se
debe a la manera como el hombre comprende su ínteres Esto no significa tampoco que todo sea fácil y
Es tributaria de las mediaciones en que se apoya Privado sencillo para el que cree en Dios, ya que, sigue
de una visión directa de Dios, el espíritu se ve condenado a diciendo Lacourt,
recurrir a mediaciones Para alcanzar su fin, tiene que el creyente, sobre todo el cristiano no tiene respues
apoyarse en las cosas en los testimonios, en los sentimien- tas ya hechas a las cuestiones que le plantea la exis-
tos, en los símbolos, etc Pues bien, estas mediaciones no tencia Pero en aquel que es el sentido y que da el
dejan trasparentarse a Dios lo mismo que el cristal de una sentido encuentra razones para vivir, para luchar y
ventana deja penetrar la luz del día Nuestras mediaciones para entregarse por el hombre, asi como los elemen-
son opacas No todas tienen el mismo valor Y su alcance tos de solución a sus interrogantes fundamentales
depende finalmente de la opción de cada uno Pueden
dirigirse hacia un lado o hacia otro
El ateo reduce su alcance Lleva todas las mediaciones b) ...y su dificultad
hacia abajo hacia el lado del hombre Entonces se com-
prende a Dios como una «proyección» humana ' Lo que pasa es que, si para una verdad banal, la
seguridad puede ser muy grande, cuanto mas esen-
El creyente, que no dispone mas que de las mismas
cial es una verdad, mas difícil es conseguir esa segu-
mediaciones que el ateo, hace de ellas otra lectura Acen-
n d a d Hacer mía esta afirmación «Dios existe» su-
túa su lado positivo Las mediaciones le hacen pensar en
pone por mi parte un compromiso muy fuerte '' y
Dios Lo señalan no ya porque permitan que tengamos a
siempre frágil, ya que de ordinario nunca esta lejos
Dios al alcance de la mano, sino porque evocan su presen-
la duda, pero, reciprocamente, es en el acto mismo
cia
por el que me adhiero a Dios donde adquiero la
(Estas mediaciones) tienen un estatuto frágil y no pue- certeza de su existencia Primero tengo que echar-
den engendrar mas que discursos cojos, constantemente me al agua En el origen de esta convicción hay
alterados por las objeciones y las dudas Solo tienen senti- necesariamente un acto de confianza l6
do finalmente por la decisión de apoyarse en ellas Sin los Este acto de confianza no puede ser puramente
apoyos que ofrecen, la decisión sena ciega, apoyándose en racional, ya que no existe ninguna prueba lógica
ellas todavía hay que dar un salto sin el cual no existiría constrictiva en favor de la existencia de Dios en ese
la libertad
M Ntusch Dieu avts de recherche
oprimidos en virtud de sus opciones filosóficas y morales El
(References n 1) Bavard Prcsse Centurión 21 22) problema en el fondo es aquí saber por que hay que respetar asi
al hombre su libertad y dignidad ¿Cual es el fundamento ulti-
mo en que reposa esta afirmación 7 Esa es la cuestión a la que
1
Esta es en concreto la posición de Feucrbach que antes veía Sartre no puede por lo visto responder
14
mos (cf iupra 69s ) J Lacourt Ibid
'' La decisión para el ateo una v e / m a s no es fácil de tomar
Para el existe también cierto acto de confianza Por ejemplo,
tiene fe y confianza en el hombre Pero ¿por q u e 7 La cuestión
significa simplemente que, desde este punto de vista, salta de nuevo (cf la observación a proposito de Sartre pagina
anterior nota 13)
les cuesta mas trabajo En efecto, 16
Utilizo aquí preferentemente la expresión «acto de con-
fianza» para reservar el termino «fe» al acto de fe específicamen-
no estemos de acuerdo con sus ideas hemos de reconocer que te religioso en teología cristiana la fe en Jesucristo y en el Dios
defendió siempre con cora]e y generosidad la causa de todos los que el nos revela

PARA DECIR DIOS 103


nivel. Este acto de confianza no proviene solamente cierta reciprocidad «de tal categoría que sin la
de la razón humana, sino de todo el hombre, del prueba la creencia sería ciega, y sin la creencia la
hombre vivo y concreto, con su espíritu, su cuerpo, prueba sería vana y vacía» .
su inteligencia, sus deseos, su inconsciente, su am-
biente cultural, social y religioso.
Pero, como hemos visto, este acto de confianza no
es por eso irracional. Va precedido de toda una refle- 5. Sí a Dios
xión que toma su punto de partida en la experiencia
h u m a n a y que apela a la libre decisión del h o m b r e . Por consiguiente, «sobre este telón de fondo de
Por ello, no estamos ante una decisión ciega y vacía, la interrogación h u m a n a » 18 es donde se inscribe la
sino ante una decisión fundada que guarda relación cuestión de Dios, y es ahí solamente donde puede
con la realidad y de la que se puede responder encontrar una solución. Esta solución para el cre-
racionalmente.
Hay por tanto una especie de vínculo circular 17
E. Borne, Preuve de Dieu et croyance en Dieu, en L'homme
entre este acto de confianza que podríamos llamar devant Dieu. Mélanges Henri de Lubac. Aubier, Paris 1964, III, 91.
la creencia filosófica en Dios y su «prueba», u n a 18
M. Neusch, Au/ourd'hui Dieu, 105.

EL DIOS DE LA CRISTIANA

¿Quién es entonces ese Dios de la revelación cristiana Porque si Dios es ciertamente el Totalmente-Otro, está
al que estamos aludiendo? Ya hemos dicho muchas cosas al mismo tiempo profundamente inmerso en la historia de
de él a lo largo de estas páginas, pero de una forma necesa- los hombres. Infinitamente cerca de ellos, aunque sin im-
riamente un tanto dispersa. Por eso, vamos ahora a sinteti- ponerse jamás, respetando totalmente su autonomía y su
zarlas desde el punto de vista específico del creyente, des- libertad y dejándose escoger libremente en una opción que
tacando tres puntos que nos parecen aquí fundamentales: procede sólo de la libertad y responsabilidad del hombre.
es ante todo un Dios personal, es un Dios que libera al
hombre y pone su esperanza en él, y es finalmente un Dios
cuya imagen hemos de purificar continuamente.
Un Dios que libera al hombre
y pone en él su esperanza
Un Dios personal Ese Dios de Jesucristo invita a los que creen en él a
Es ante todo un Dios personal, muy distinto de la divi- marchar continuamente hacia adelante. En una extraña
nidad de los filósofos griegos'. No es una simple idea paradoja, ya que es «todopoderoso», se niega a ser para
filosófica. Es un dios personal con el que se puede dialo- ellos una seguridad, un «opio» como diría Marx. Los quie-
gar, un Dios que es igualmente creador del mundo y que re siempre vigilantes y despiertos, ya que pone en el hom-
ama a los hombres como un padre. Lejos de estar total- bre su esperanza. Esto puede parecer extraño; pero si Dios
mente separado del mundo y perfectamente indiferente a ha creado al hombre creador y responsable de su propia
su suerte, como suponía por ejemplo Aristóteles que no creación humana, ¿cómo podría no esperar en el hombre
pensaba en un Dios creador del mundo ni mucho menos en dejándolo libre de estas opciones?
un Dios que se interesase y se ocupase de él, ese Dios está Ciertamente, esta confianza tiene que ser recíproca,
por el contrario íntimamente presente al mundo. pero Dios no responde a la confianza del hombre solucio-

104 l'AKA 1)1 (IR DIOS


nando en lugar suyo sus dificultades o satisfaciendo sus Los ateos, cuando critican a Dios y las imágenes que las
necesidades. Negando todo infantilismo, desea que el religiones -incluida la religión cristiana- dan de él 3 , nos
hombre sea plenamente responsable de sí mismo y del obligan a ir en este sentido y a corregir nuestros errores de
mundo. interpretación y de presentación, que son muchas veces
En este nivel, este amor de Dios a los hombres es funda- fuente de ambigüedades y de errores que velan el rostro
mentalmente liberador. Por una parte, porque le da al auténtico de Dios. Paradójicamente, ayudan así a los cre-
hombre la posibilidad de encontrar el sentido último de su yentes a buscar el verdadero rostro de Dios, el que se les
existencia y de su destino. Por otra parte, porque el hom- propone en la Biblia4.
bre sabe que se puede confiar en un Dios que lo ama
totalmente, siendo incluso el respeto a su libertad el signo
mismo de ese amor.
1
Cf supra, 20-24
2
M. Clavel, Dieu est Dieu, nom de Dieu. Grasset, Paris 1976.
Un Dios cuva imagen 3
No olvidemos que las otras religiones pueden ayudarnos en
hay que purificar continuamente esta perpetua búsqueda No entra en el marco de esta obra ex-
«Dios es Dios, ¡os lo juro!», tronaba el filósofo Maurice tendernos sobre la idea de Dios que se tiene en esas religiones
Subrayemos simplemente que tos cristianos (católicos y protestan-
Clavel2. Jesucristo habría asumido con agrado esta fór- tes) no tienen la exclusividad de Dios No se trata de caer sin mas
mula atrevida; quizá sea ésta una de las conclusiones más en una confusión y decir que todas las concepciones de Dios son
importantes que podemos sacar de este estudio: Dios es validas, sino de reconocer simplemente que hay diversas aproxi-
siempre distinto de lo que se dice de él. Hemos insistido maciones, a veces validas y en las que valdría la pena que los
cristianos meditasen y las tuviesen en cuenta muchas veces (cf.
varias veces en este punto esencial, que recuerdan sin Mpra, recuadro, p 20)
cesar todos los teólogos y filósofos creyentes.
Para una primera aproximación a las religiones no cristianas, se
En efecto, se nos invita sin cesar a renovar nuestra puede consultar J Lacourt, Au ruque de croire, I Dieu, pourquoi ne
mirada sobre Dios, ya que él es siempre distinto de lo que pas v croire?, 69-129
4
se puede imaginar, pensar o decir de él. Para ello es nece- Para profundizar en esta concepción cristiana de Dios en una
perspectiva mas teológica y desde un punto de vista mas técnico, se
sario tener el coraje de criticar siempre nuestras represen- pueden consultar en particular las obras de H Kung, ¿Existe Dios'
taciones de Dios a fin de purificar perpetuamente la idea (ultima parte, 798-955); A. Ganoczy, Dieu, gráce pour le monde,
que de él nos hacemos y aplastar todos los ídolos. Desclee, 1986; W Kasper, El Dios de Jesucristo. Salamanca 1985

yente es ese «sí a Dios», esa afirmación a la vez que acabamos de hablar, de este acto que lo com-
lúcida, coherente, racional y voluntaria de la exis- promete por entero, no es solamente el «Dios de los
tencia de Dios. Opción que le parece que es la mejor filósofos y de los sabios». Más allá de ese Dios abs-
que le permite, en cuanto le concierne, dar sentido a tracto y desencarnado, piensa en el Dios de la reve-
la realidad y a su propia existencia. lación cristiana, «el Dios de Abrahán, de Isaac y de
El cristiano, sin poder «probarlo», no carece en- Jacob..., el Dios de Jesucristo», para recoger la bella
tonces de argumentos para afirmar y justificar su expresión de Pascal en su Memorial, un Dios que no
convicción de que Dios existe. Lo que pasa es que es solamente el principio de organización del uni-
para él ese Dios objeto de este acto de creencia del verso, sino una persona viva.

PARA DECIR DIOS 105


V
DIOS
Y EL PROBLEMA
DEL MAL
«No hay explicación suficiente.
Es el escándalo de la razón.
¿De qué sirven las fórmulas abstractas
que se pronuncian
o las teorías generales que se forjan?».
M. Blondel, L'Action 1893, reed. PUF, París 1950,329.
Al final de esta marcha, el creyente, como todos hay explicaciones satisfactorias del lado de las reli-
los demás, se encuentra enfrentado con la mas terri- giones, incluido el cristianismo Siempre se choca
ble y enigmática de las dificultades el problema con las mismas contradicciones aparentemente in-
del mal Por desgracia, todos tenemos que enfren- superables Contradicciones que se pueden resumir
tarnos con el muy en concreto y a menudo muy asi
dolorosamente Es un hecho de experiencia que se
manifiesta de muchas maneras, especialmente en el Si Dios quiere suprimir el mal y no puede hacerlo
sufrimiento físico o moral y en la muerte causada no es omnipotente, lo cual es contradictorio Si puede
y no quiere es que no nos ama, lo cual es igualmente
por las fuerzas de la naturaleza o por la maldad
contradictorio Si no puede ni quiere, es que no tiene
humana, y sean cuales fueren nuestras convicciones
ni poder ni amor y, por tanto, no es Dios Si lo puede y
filosóficas o religiosas, nos resulta imposible esca-
lo quiere ¿de donde viene entonces ese mal v por
par de este cuestionamiento terrible y desgarrador que no lo suprime? '
(capitulo 11)
¿No pone todo esto definitivamente en cuestión
Desde los orígenes de la humanidad se buscan la existencia de Dios? (capitulo 13)
explicaciones Primero, a través de los mitos, luego,
mas racionalmente, en una reflexión de tipo filosó-
fico La experiencia demuestra que todos estos in- 1
Lactancio La colera de Dios 13 20 21 Filosofo cristiano
tentos están irremediablemente abocados al fraca- del siglo III p C Lactancio recoge estos interrogantes en una
so (capitulo 12) Aparece finalmente que tampoco formulación inspirada en Cicerón

PARA DECIR DIOS 109


11
El misterio del mal

1. Un tremendo silencio cío espantoso, puesto que da la impresión de que no


hay respuestas y que el problema no hace mas que
oscurecerse todavía mas cuando intentamos acér-

I rracional y escandaloso, este «misterio» del


mal, como le gusta decir a Gabriel Marcel, sus-
cita en nosotros una reacción legitima de rechazo y
de rebeldía Nos gustaría hacer todo lo posible por
canos a el haciendo referencia a Dios
Ciertamente, por mucho tiempo la objeción del
mal parece ser que no tuvo mas que una influencia
bastante limitada sobre la creencia en Dios La des-
escapar de el, pero no podemos Nos «acecha» irre- gracia y el sufrimiento estaban ciertamente allí,
mediablemente ' pero, aunque esto no impedía la rebelión, parecían
estar mas o menos dentro del orden natural Este
Se han propuesto numerosas teorías para inten- mundo era un valle de lagrimas, y no parecía tan
tar resolver este «misterio», pero no se ha mostrado extraño que se sufriese en el antes de conocer la
satisfactoria ninguna explicación, de cualquier tipo verdadera felicidad en el otro mundo Hoy, con ra-
que sea, mitológica, filosófica, religiosa o de otro zón, estas realidades son percibidas por todos, in-
genero Todas estas «prestidigitaciones intelectua- cluso por los creyentes, como perfectamente intole-
les» (G Marcel) resultan siempre estériles e irriso- rables e injustificables
rias frente a la realidad concretamente vivida del
sufrimiento No se le puede comprender, no se le ¿Por que todos estos sufrimientos? ¿Por que esta
puede admitir, no se le puede justificar injusticia ante ellos? ¿Por que los «buenos» (o los
que se dicen tales) se ven golpeados por ellos mas
El mal y el sufrimiento son injustificables No se frecuentemente que los «malos» ¿Por que esta des-
les encuentra ni finalidad ni función Son inexplica- igualdad? ¿Por que estas guerras, estas miserias,
bles A estas terribles cuestiones no parece respon- estas hambres, estas tiranías, estas violencias? ¿Por
der mas que un no menos terrible silencio Un silen- que entra en nuestra vida algo tan manifiestamente
inhumano, tan indignante? Y finalmente, ¿por que
1 esta impotencia manifiesta, a pesar de los esfuerzos
Ha podido hablarse de los «circuios infernales de la muer
te > los circuios infernales de la pobreza de la violencia de la de muchos y de los progresos técnicos, para romper
alienación racista y cultural de la destrucción de la naturalc/a estos circuios infernales en que se debate la huma-
por las diversas poluciones y finalmente del circulo de lo absur nidad?
do en la medida en que estamos aparentemente conviniendo al
mundo en un infierno (cf J Moltmann El dios crucificado Sala Frente a esto, la negación de Dios sacada de la
manca 1975) existencia del mal ha ido tomando a lo largo de los

PARA DECIR DIOS 111


ción, las tres proposiciones siguientes: Dios es todo-
poderoso — Dios es absolutamente bueno — y sin em-
LA SANGRE DEL MUNDO bargo el mal existe..., siendo así que sólo dos de estas
proposiciones son compatibles, pero nunca las tres
juntas? 3
Hay grandes charcos de sangre en el mundo.
¿Adonde va toda esa sangre derramada? Entonces, ¿tendremos que resignarnos tanto los
La sangre de los asesinatos..., la sangre de las guerras... creyentes como los no-creyentes, constatando hasta
La sangre de la miseria. qué punto estamos desarmados ante esta realidad?
Y la sangre de los hombres torturados en las cárceles... ¿Tendremos que decir con Jean Rostand:
Y la sangre de los niños torturados tranquilamente Puesto que no hay nada que decir que valga la
por su papá y su mamá... pena, que nos dejen saborear en paz la amargura leal
de la desesperación? 4.
¿Adonde va toda esa sangre derramada?
La sangre de los aporreados, de los humillados, Esta actitud de rendición, por muy digna de
de los suicidas, de los fusilados, de los condenados... respeto que sea, no parece muy satisfactoria. En
Y la sangre de los que mueren sin más..., por accidente... efecto, en la medida en que el mal impone su terri-
ble e inaceptable presencia a todos, parece exigir,
La tierra que da vueltas y vueltas
precisamente por ser inaceptable, que procuremos
con sus grandes arroyos de sangre.
continuamente su abolición; y para ello que inten-
J. Prévert, Chanson dans le sang,
temos penetrar más hondo en su misterio, aunque,
en Paroles. Gallimard, Paris, 101-103. como sabemos muy bien, jamás podremos total-
mente comprenderlo.

años, sobre todo en la época moderna, cada vez más 2. ¿Qué es el mal?
importancia. A medida que el hombre progresaba
en el dominio de la naturaleza, soportaba cada vez
más difícilmente su existencia y las fronteras inso-
portables que le imponía. De ahí ese movimiento de a) El mal y la conciencia
rebeldía creciente contra ese Dios aparentemente
sádico, movimiento de rebeldía basado en la idea, En sentido estricto, sólo se puede hablar de mal
evidente a primera vista, de que, si Dios existía y de sufrimiento a partir del momento en que existe
realmente y era bueno y omnipotente como afirman la conciencia. La materia y el mundo vegetal no
los creyentes, no habría podido permitir el mal y el sufren, y hemos de negar esa tendencia que tenemos
sufrimiento. Ahí es donde se arraiga el ateísmo de a proyectar nuestros sentimientos sobre la natura-
muchos. Si existe, ¿por qué permite esa especie de leza y a bautizar como «malo» lo que es de hecho
maldición «natural». Así, por ejemplo, un terremoto, de suyo,
no es ni bueno ni malo. Es un simple fenómeno
que pesa sobre nuestra vida y que alimenta siempre geológico. Sólo se convierte en malo cuando cuesta
nuestra queja y nuestra rebeldía? 2. la vida de unos hombres —y hasta de unos anima-
les-, porque entonces hay sufrimiento.
Este problema parece efectivamente insoluble,
porque Realmente, si el sufrimiento aparece ya en el
¿cómo pueden afirmarse juntamente, sin contradic-
3
P. Ricoeur, Le Mal, un défi á la philosophie et á la théologie.
2
L. Lavelle-R. Le Senne, Prólogo al libro de M. Scheler, Le Labor et Fides, Genéve 1986, 13-14.
4
sois de la souf/raiice. Aubier, Paris 1936, V. J. Rostand, Pensées d'un biologiste. Stock, Paris 1954, 112.

I I2 l'AHA III.CIK DIOS


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PARA DECIR DIOS 113
mal, si están tan desesperadamente mezclados el uno
con el otro?»,
«UNA MULTITUD DE GRITOS...» se pregunta Étienne Borne 5.
Es curioso que no podamos nunca definir el mal de
Más aún que en otros terrenos, cuando uno reflexiona una manera positiva. No solamente entra en una pa-
sobre el problema del mal, mide la inconveniencia de reja que tiene como término contrario al bien, sino
querer ofrecer soluciones lógicas y explicaciones inteligen- que es imposible designarlo sin evocar el bien, del que
tes, salidas con toda perfección de un sistema teológico y es precisamente la privación,
filosófico bien construido. Porque, antes de ser un proble-
ma para la inteligencia, el mal es una cuestión planteada señala por su parte Lavelle 6 .
por la ruindad de los hombres o, más exactamente toda-
El que no se le pueda definir sin referirse al bien
vía, una serie de cuestiones, una multitud de gritos. ¿Por
es algo que no impide que el mal ciertamente exis-
qué nuestras existencias han de soportar los golpes más
ta. No es simplemente, como a veces se ha dicho, la
duros y más inesperados, cuyo sentido se nos escapa mu-
privación de un bien:
chas veces por completo? ¿Por qué algunas vidas se ven
continuamente atenazadas por el sufrimiento?... El filósofo puede entregarse a especulaciones de
Todas estas cuestiones y otras análogas, que han preo- este género en la soledad de su despacho; ¿qué pensa-
cupado siempre a los hombres, pero que en nuestro tiempo rá de él una madre que acaba de ver morir a su hijo?
se imponen con renovada incisión, surgen del drama mis- No, el sufrimiento es una terrible realidad, y es un
mo de la existencia... No toleran respuestas fáciles. optimismo insostenible el que se empeña en definir el
mal... como un bien menor 7.
J Bosc, en Le mal est parmi nous.
Plon, París 1948, 229-230.
c) El mal existencia! y el mal debido
a la libertad del hombre
El mal puede deberse, bien a la naturaleza (mal
mundo animal, el problema del mal no aparece por existencial), bien a la libertad del hombre; esta dis-
su parte más que con el hombre. En efecto, sólo el tinción, aunque pueden darse algunos casos límite
hombre puede pensar su sufrimiento, sufrimiento - p o r ejemplo, ciertas enfermedades (mal existen-
que además no es solamente físico, sino igualmente cial) pueden agravarse por la condición de vida, la
moral; sólo el hombre sufre todos esos sufrimientos polución, etc. (mal debido a la libertad del hom-
no sólo en su presente, en su inmediatez, sino que bre)—, no deja de tener interés, ya que permite tener
los reparte a la vez en un pasado que revive y en un ciertos puntos de apoyo.
futuro que teme - l o cual no hace más que intensifi- Se designa con la expresión «mal existencial» el
carlos-; finalmente, sólo el hombre tiene la aguda mal que se deriva para el hombre de su existencia
conciencia de una frustración que no parece «natu- «natural» en el mundo. En efecto, desde este punto
ral ». de vista, el hombre está sometido a la enfermedad,
al sufrimiento, a la muerte, a la angustia.
b) ¿Se puede definir el mal? Al no poder suprimir totalmente sus sufrimien-
tos y sus límites debidos a su condición natural,
Esto es sumamente difícil, ya que, si el mal exis-
te ciertamente en sí mismo, no se le puede definir
' E. Borne, Le Probléme du mal. PUF, París 1958, 52.
más que en relación con un bien que ese mal dismi- 6
nuye o compromete. L. Lavelle, Le Mal et la souffrance. Plon, París 1940, 52.
7
H. Bergson, Les deus Sources de la moróle et de la religión.
¿Sabemos realmente... lo que es el bien y lo que es el Alean, París 1932, 280.

114 l'AHA 1)1 (IR DIOS


¿Y SI DIOS NO HUBIERA CREADO AL HOMBRE LIBRE?
Dostoyevski, «La leyenda del Gran Inquisidor»

Ante el cuadro tan sombrío de los males debidos a la felicidad que tienen los hombres (Pero nosotros) hemos
libertad humana, podríamos preguntarnos si no sena corregido tu obra y la hemos asentado sobre el Milagro, el
preferible un mundo de esclavos a un mundo en el que Misterio y la Autoridad Y los hombres se han alegrado
rema la libertad Los hombres serian allí felices por no mucho al verse conducidos de nuevo como un rebaño y al
ser libres, mientras que Dios, al crear al hombre libre, notar que habían levantado ya de su corazón aquella terri-
corno el nesgo de que este usara mal de su libertad Y ble y pesada piedra de la libertad, que tantos sufrimientos
desgraciadamente asi ocurrió En Los hermanos Kara- les había ocasionado Dime ¿temamos o no temamos ra-
mazov, Dostoyevski suscito este problema Es la famosa zón al obrar como lo hemos hecho? Al reconocer humilde-
«Leyenda del Gran Inquisidor» He aquí algunos pasa- mente la débil condición de la Humanidad, al aliviar su
jes de este texto carga y al pedirle que peque, pero con nuestra autoriza-
ción, ¿no hemos demostrado amarla? Pues entonces, cpor
La acción de mi poema tiene lugar en España, en Sevi- que has venido a estorbarnos? ¿Por que miras en silencio
lla, para mayor exactitud, en la época mas terrible de la con tus dulces y penetrantes ojos? Toda la Humanidad
Inquisición, cuando todos los días se encendían en aque- sera feliz Ya no se rebelaran los hombres, ni intentaran
llas tierras grandes hogueras para gloria de Dios (En destruirse mutuamente, como hacían durante el remado
medio de la muchedumbre, Jesús) aparece silenciosamente, de tu famosa libertad |Ah, desde luego, lograremos al fin
sin hacer notar su presencia, pero todo el mundo le recono- convencerles de que no serán realmente libres hasta que
ce, cosa extraordinaria Le rodean enseguida y le siguen renuncien a su libertad en favor nuestro, sometiéndose a
por todas partes El pasa en silencio por mitad de la multi- nosotros1 tY sera entonces verdad lo que les hemos dicho,
tud, con una sonrisa de infinita compasión (En el atrio de o habremos mentido? Creo que ellos mismos se convence-
la catedral de Sevilla resucita a una niña) En este momen- rán de que tenemos razón, porque recordaran muy bien a
to pasa por la plaza el Gran Inquisidor Lo ve todo que esclavitud, a que desesperación les había conducido la
Frunce las espesas cejas negras y le brillan los ojos con libertad que les diste La libertad, el libre albedno y la
siniestro fulgor (Manda detener a Jesús) y tal es su poder ciencia les habrán extraviado por tan profundos barrancos
y tan acostumbrado a obedecerle en todo se halla el pue- y les habrán colocado delante de tantos milagros y miste-
blo, que la multitud, dócil y temblorosa, se aparta in- rios, que unos, rebelándose, llenos de rabia, se destruirán a
mediatamente ante la guardia del Santo Oficio, que, en si mismos, mientras que otros, también en franca rebelión,
medio de súbito y profundo silencio, detiene a Jesucristo y pero mas débiles, se dedicaran a destruir a los demás, y
se lo lleva preso algunos mas, sin fuerzas ya y sintiéndose inmensamente
(En medio de la noche, el Gran Inquisidor va a visitar a desgraciados, se llegaran a nuestros pies arrastrándose, y
Jesús en la cárcel) -¿Por que has venido a estorbarnos? exclamaran «Si, temáis razón, tan solo vosotros poseéis el
Porque es muy cierto que has venido a estorbarnos, y lo secreto de Dios, y a vosotros volvemos ¡Salvadnos de
sabes perfectamente , pero mañana mismo voy a conde- nosotros mismos1» Al recibir de nuestras manos el pan,
narte, y haré que te quemen como al mas odioso de los verán, sin lugar a dudas, que hemos cogido los panes,
herejes Esta misma multitud que hoy te besaba los pies, producto de su propio trabajo, para distribuírselos, sin
mañana, a un solo gesto de mi mano, correrá a arrojar leña ninguna clase de milagro, verán que no transformamos las
a la hoguera donde vas a arder Has visto hombres libres, piedras en panes Pero lo que les hará verdaderamente
pero han depositado su libertad a nuestros pies (Al darles felices no sera tanto el pan en si como el hecho de recibirlo
la libertad), les has quitado la única forma de conseguir la de nuestras manos, porque recordaran muy bien que an-

PARA DECIR DIOS 115


tes, sin nosotros, los panes que producían se transforma- ellos ¡Ah, les persuadiremos también de que no sean orgu-
ban en piedras en sus manos, mientras que, al volver a llosos, aunque tu les educaste y les ensenaste a serlo' Les
nosotros, esas mismas piedras se transforman en panes demostraremos que son débiles, que no son sino niños
Comprenderán entonces la inmensa ventaja que les supo- insignificantes, pero que la felicidad de los ingenuos es la
ne el hecho de someterse para siempre Mientras los hom- mas dulce que pueda existir
bres no comprendan esto, serán desgraciados ¿Y quien ha
contribuido principalmente a que exista esta íncompren- F Dostoyevski Los hermanos Karamazov libro V c 5
sion5 Dimelo ¿Quien ha dispersado el rebano y lo ha Bruguera Barcelona 1966 205 209
dejado extraviarse por caminos desconocidos ^ Pero el re-
bano volverá a juntarse, y se someterá, esta vez definitiva- Puede leerse con gran ínteres el dossier presentado sobre este
mente Entonces les otorgaremos una felicidad dulce, apa- tema por X Tilhette La Legende du Grand Inqmsüeur DDB París
cible y humilde la felicidad de los seres humildes como 1958

intenta dominarlos y hacerles retroceder todo lo los campos de concentración en que se envilece al
posible Lo logra en parte, gracias por ejemplo a los hombre hasta nuestras civilizaciones en donde el
fantásticos progresos obtenidos en el terreno de la dinero lo pudre todo, pasando por las guerras, el
medicina, pero sabe perfectamente que no podra paro o el hambre, cuantos sufrimientos a veces ini-
jamas suprimirlos por completo J a m a s podra sus- maginables y siempre escandalosos por deberse al
traeise a todos los fenómenos naturales que engen- hombre mismo Y ahí esta el escándalo en la utili-
dran el mal, los sufrimientos y la muerte zación perversa de la libertad
Pero en nuestro mundo no solo nos encontramos El escándalo del universo, subrayaba Bernanos,
con el sufrimiento y con el mal natural También no es el sufrimiento Es la libertad Dios ha hecho
hemos de padecer el mal debido a la libertad de la libre a su creación ese es el escándalo de los escanda
acción consciente y voluntaria del hombre y que se los, puesto que todos los demás proceden de el 9
deriva directamente de su propia libertad Desde
En ambos casos, la cuestión es la misma ¿Por
8 que existe el m a P ¿Que es lo que podría explicar el
Esto plantea evidentemente problemas muy serios en filo-
sofía moral concretamente los de la falta y la culpabilidad y, mal metafisico 7 ¿.Por que el hombre usa muchas
para un cristiano el del pecado En efecto la fe cristiana estable veces tan mal de su libertad ?
ce un vinculo esencial entre el uso pervertido que el hombre hace
de su libertad y lo que la fe llama precisamente «pecado» nega
tiva a responder a los deseos de Dios que invita al hombre a voluntad de obrar mal existe en el hombre' 3 (Sobre este punto
compartir su vida y a construir con sus manos un mundo justo y cf mas adelante el recuadro p 126 «El pecado original»)
fraternal 9
G Bernanos La Liberte pour quoi faireJ Gallimard París
Sigue en pie esta cuestión esencial ¿por que el pecado esa 1972 224

116 PARA DECIR DIOS


12
Intentos de explicación
por los mitos y la filosofía

1. Intentos de explicación En los relatos mitológicos relativos al mal, se


e n c u e n t r a n siempre los mismos elementos: anta-
por los mitos ño, los h o m b r e s vivían felices con Dios o con los
dioses en un m u n d o ideal y maravilloso, en donde

E
no existían ni el mal, ni el sufrimiento, ni la muer-
n contra de lo que m u c h a s veces se cree, los te: el p a r a í s o . Luego, por razones diversas, se pro-
mitos distan m u c h o de ser bonitas historie- dujo u n a r u p t u r a entre los h o m b r e s y ese dios o
tas p a r a niños. A través de las formas s u m a m e n t e esos dioses. Desde entonces se rompió la a r m o n í a .
diversas, y a veces muy complejas, que pueden Es la caída, con la aparición del sufrimiento, del
tomar, estos relatos ficticios i n t e n t a n a p o r t a r u n a dolor, del mal, de la angustia, del tiempo, de la
explicación a las cuestiones esenciales que se m u e r t e . Sintiendo la nostalgia de ese paraíso per-
plantea el h o m b r e en lo que concierne a la exis- dido, los h o m b r e s vivirán en la esperanza de vol-
tencia del m u n d o y a su propia existencia, por ver a encontrarlo p a r a refugiarse en él de todas las
ejemplo los misterios de su origen, de la creación, agresiones y de todas las dificultades de la vida.
de la presencia del mal en el m u n d o y en él mis-
mo, etc.
El mito coloca, en un primer momento, un mundo
Aparentemente ingenuos e infantiles, estos rela- fuera del mundo y un tiempo antes del tiempo, en
tos —que son de todas las épocas, incluida la nuestra donde se desarrollan unas existencias dichosas al
(cf. Superman, Rambo...)- son en realidad suma- abrigo del dolor, de la falta y de la muerte, es decir, de
mente interesantes. Porque, al no poder ofrecer una todas las formas del mal... Luego, en un segundo
solución a los problemas que abordan, ofrecen cier- momento..., el mal invade esta esfera superior y ante-
tas indicaciones de primera importancia sobre el rior de la existencia...: los dioses se hacen la guerra,
propio hombre y sobre sus deseos. Esto resulta par- algunos ángeles se convierten en demonios y los seres
ticularmente evidente en lo que concierne al doble sobrenaturales se mezclan en las pasiones y en los
problema de la creación y de la existencia del mal y asuntos de los hombres, dándole al mal unas profun-
del sufrimiento. didades abismales. Estos dos tiempos que componen

PARA DECIR DIOS 117


esta antítesis en el relato mitológico aparecen sobre go unas realidades que hay que procurar combatir
todo en los mitos del paraíso perdido ': (por ejemplo, Heráclito y sobre todo Leibniz). Final-
mente están los que no se contentan con combatir-
... y en los relatos bíblicos de la creación de los c. los, sino que los rechazan y gritan su rebeldía con-
1-3 del libro del Génesis 2 . tra ellos, a ejemplo de Camus.
Pero, por muy importante y rica en significacio-
nes diversas que sea, la explicación mitológica dista
mucho de ser satisfactoria, ya que en realidad no a) Soporta lo que no depende de ti:
explica nada. En particular en lo que concierne al el estoicismo
problema del mal. Por eso no puede quedarse uno
allí, a ejemplo de la Biblia que, después de utilizar Anhelando ante todo cierta serenidad frente al
esos mitos para intentar «expresar lo inexpresa- mal, el dolor y el sufrimiento, los filósofos estoicos
ble», renuncia rápidamente a este tipo de aproxi- intentan menos explicar el mal que predicar la su-
mación para profundizar de otro modo en esas mis- misión. La sabiduría consiste en cultivar lo que
teriosas realidades que constituyen la t r a m a de la depende de nosotros y en soportar valientemente lo
vida del hombre. demás, como señala uno de los grandes filósofos de
esta escuela, Epicteto:
Así, pronto se empezó a buscar por otro lado
otras pistas, concretamente en el marco de la refle- No pidas que lo que sucede suceda como tú quieres,
xión filosófica. sino quiere que las cosas sucedan como suceden, y
entonces serás feliz 3.
Hay que intentar dominar los deseos y las pasio-
2. La reflexión filosófica nes y permanecer insensibles, concretamente frente
sobre el problema del mal al mal y al sufrimiento, a fin de encontrar la verda-
dera serenidad, actitud que se resume en el célebre
Todos los filósofos prácticamente han atendido lema de los estoicos: «Sustine et abstine»: soporta
al problema del mal. Sus aproximaciones son muy (lo que no depende de ti) y abstente (de toda pa-
diversas, pero —dejando a p a r t e el m a n i q u e í s m o , sión).
que es más bien de tipo gnóstico que verdadera-
Curiosamente, frente al mal, el estoicismo puede
mente filosófico— se pueden distinguir tres grandes
llevar a dos actitudes opuestas. Por un lado, un volun-
tipos de reflexión. En primer lugar están los que
tarismo a veces orgulloso, en donde uno aprieta los
piensan que hay que someterse a todo lo que suce-
dientes para mostrar que está muy por encima de
de, procurando siempre permanecer serenos ante el
todo sufrimiento; por otro, a veces, una resignación
mal y el sufrimiento (los estoicos). Están luego los
un tanto triste 4.
que piensan que, a pesar de la presencia del mal,
del sufrimiento y de la muerte, el universo forma Esta actitud filosófica estoica ha tenido u n a
sin embargo un todo finalmente bastante armonio- enorme importancia en la historia del pensamiento
so, en donde el mal y el sufrimiento son sin embar- occidental y sobre todo en la del cristianismo, que
ha tenido a menudo la tendencia a hacerla suya...,
1
E. Borne, art. Mal, en la Encvclopaedia universalis, XI, olvidando a veces un poco aprisa que era funda-
1985, 536. mentalmente contraria al evangelio, en el sentido
2
En lo que se refiere a la utilización del mito en el Génesis a de que Jesús no había predicado nunca la sumisión
propósito de los problemas de la creación y del mal, y la inter- o la resignación frente al mal y el sufrimiento, sino
pretación de estos relatos, se puede consultar C. Montenat-L. más bien una revuelta activa.
Plateaux-P. Roux, Para leer la creación en la evolución, 87-92, el
art. Mal de É. Borne, citado en la nota 1, y Le problememdu mal,
donde dedica un capítulo a este tema. O también, más detallada 3
y más técnica, pero sumamente interesante, la obra de P. Gibert, Epicteto, Manual, VIII.
4
Bihle, mythe et récits de commencement. Seuil, Paris 1986. F. Bousquet, Le Scandale du mal. Mame, Paris 1987, 23.

118 l'AKA 1)1 Clli DIOS


EL MANIQUEISMO LA «TEODICEA»

Esta doctrina fue fundada por Manes (o Maní), que Leibniz intentaba sobre todo justificar (declarar ino-
nació y vivió sobre todo en Persia en el siglo III de nuestra cente) a Dios del mal, de ahí la palabra «teodicea» (del
era Manes intentaba explicar el mal afirmando la existen- griego theos, Dios, y dike, justificación), que invento para
cia de dos principios antagónicos que luchaban sin cesar designar su tesis y servir de titulo a una de sus principales
entre si en el universo el bien y el mal Hay una oposición obras sobre este problema Ensayos de teodicea sobre la
absoluta v constante entre dos «dioses», el del bien y el del bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal
mal, entre el mundo de la luz y el de las tinieblas Las (1710) Desde el siglo XIX, esta palabra, «teodicea», sirvió
almas humanas serian fragmentos de luz encerrados en la para designar la reflexión filosófica sobre Dios a partir de
materia carnal, expresando esta ultima el mal original del solo la luz de la razón y de la experiencia humana
que las almas han de intentar liberarse
Solo la gnosis, el «conocimiento real», puede dar la
iluminación y conducir a la verdad El camino de la libera-
ción no puede pasar mas que por la ascesis y la practica de
las virtudes ensenadas concretamente por los mensajeros mundo cambia sin cesar, precisaba también Hera-
divinos, que son, por ejemplo Abrahan, Buda, Jesús y el chto, y en ese perpetuo fluir hay un enfrentamiento
propio Manes constante entre el bien y el mal Pero en estas oposi-
La sociedad se divide en dos grupos los «perfectos» ciones que continuamente renacen, el bien acaba
que renuncian al mundo y viven en la castidad, la pureza y siempre imponiéndose «El bien y el mal son una
la ascesis absoluta , y los otros Los partidarios de esta sola cosa», afirma s
doctrina se extendieron rápidamente por Europa En Si nosotros oponemos el bien y el mal, es por
Francia, los mas conocidos fueron los cataros (de una pala- culpa de nuestras ideas estrechas y parciales Pero
bra griega que significa «puro»), en los siglos XII y XIII realmente se unen en una real armonía En esta
El maniqueismo fue combatido siempre muy vigorosa- perspectiva,
mente por la Iglesia como contrario a la fe cristiana, ya
que para ella no existe mas que un solo Dios, precisamente un fracaso anuncia un progreso, una injusticia una
el de la revelación cristiana nueva justicia, una muerte un renacer El crepúsculo
se ve siempre recompensado por una aurora 6

Por consiguiente, el bien acabara siempre preva-


leciendo 7
b) A pesar de las apariencias,
el universo forma un todo armonioso
s
Se trata de una idea que se remonta muy lejos en Herachto, Fragmentos, n 58 «La enfermedad hace de la
salud un gozo asi hacen el mal para el bien, el hambre para la
la historia de la filosofía occidental, ya que aparece saciedad, el cansancio para el reposo» (Ibid n 125)
con Herachto en el siglo V a C. 6
E Borne Le probleme du mal, 73
7
Esta búsqueda de la serenidad es constante en la historia
• Herachto del pensamiento h u m a n o y los cristianos en una perspectiva
muy marcada por el estoicismo se han visto tentados con fre
cuencia por ella, pensando que globalmente, el bien se acabara
Solo se ve un aspecto de las cosas, subrayaba, imponitndo siempre Es comprensible esta búsqueda de la seré
pero si pudiera verse la realidad en su conjunto, en nidad pero no es una buena resputsta ya que tiendt demasiado
su totalidad, se v e n a que es de hecho armoniosa El a fomentar la resignación

PARA DECIR DIOS 119


I'AHA /)/ í lli DIOS

II
• Leibniz
De manera muy distinta, esta idea de Heráclito JAMAS SE PUEDE REDUCIR EL MAL
se repetirá regularmente a lo largo de la historia.
Concretamente en Leibniz que, en el siglo XVIII, A SER TAN SOLO
intentará igualmente serenar al hombre procuran- LA SOMBRA DE UN BIEN
do al mismo tiempo disculpar a Dios, que era lo
más importante para él. Ese será el objeto de su
«teodicea», y para ello intentará a su vez situar el Hay que integrar el mal en un plan o en una realización
mal dentro del orden universal. Su tesis sigue sien- más amplia en donde juega el papel de medio o de condi-
do célebre como característica del optimismo meta- ción necesaria para un bien mayor... Este es el argumento
físico, ridiculizado por Voltaire en su novela Cándi- que han desarrollado grandes filósofos, como san Agustín,
do. Pero ridiculizado en parte injustamente, ya que santo Tomás de Aquino, Descartes. Este escribe: «La mis-
Voltaire caricaturizó fuertemente el pensamiento ma cosa que, quizá por alguna razón, podría parecer muy
de Leibniz sin percibir su profundidad. imperfecta si estuviera sola..., es muy perfecta si se mira
como una parte del universo».
Para comenzar, Leibniz no negó nunca la reali-
Leibniz, que llevó muy lejos esta idea, piensa que «el
dad trágica del mal. Todo lo contrario. Pero, sub-
mal deja de ser mal si es un momento necesario en el
raya Leibniz, si el mal existe, es porque Dios no
progreso». Lo mismo decía Stalin. Y también Hitler. Para
podía crear un m u n d o perfecto. Eso habría sido
éste, la supresión de seis millones de judíos era una condi-
realmente contradictorio, ya que, si Dios hubiese
ción de progreso de la humanidad, lo mismo que para
creado un m u n d o perfecto, ese mundo, en virtud de
Stalin la liquidación de todos los que se oponían a su
su perfección total, no habría podido ser más que
régimen. El mal, se dice, pierde su carácter de mal desde
otro Dios, lo cual es impensable, ya que Dios es
que se le sitúa en la perspectiva del desarrollo total: el
único. Por tanto, no puede haber dos perfecciones
sufrimiento no es más que una crisis de crecimiento; la
absolutas, es decir, dos dioses.
guerra es la gestación de la historia; el sacrificio de las
Por ser creado, el universo es necesariamente generaciones presentes permite el acceso a la sociedad
limitado, y entonces el mal existe también necesa- futura...
riamente en él. Pero, entre todos los mundos que Semejante justificación del mal es no solamente super-
podía crear, Dios creó el mejor de los mundos posi- ficial, sino injusta y, por tanto, al ser injusta, es también
bles. El mundo que él escogió crear es en definitiva un mal. No se hace desaparecer el mal, sino que se añade
el que encerraba el máximo de bien y el mínimo de mal al mal. Hay argumentaciones que no sólo son inefica-
mal. Así, Dios habría podido ciertamente crear un ces, sino mortalmente malas y literalmente escandalosas.
mundo sin Nerón, el célebre emperador romano, Semejante filosofía no es posible más que anulando al
justamente calificado de «tirano sanguinario»; pero individuo, a la persona, al hombre concreto...
un mundo sin Nerón habría supuesto necesaria-
mente otras imperfecciones y otros males más gra- F. Varillon, Joie de croire, joie de vivre, 266.
ves que los que provocó su existencia.
El problema, siempre según Leibniz, que repite
aquí el planteamiento de Heráclito, es que sólo se
ve una parte de la realidad. Si se viera la realidad evita siempre otros males mucho peores y desembo-
en su totalidad, nos daríamos cuenta de que el con- ca siempre en el bien.
junto es finalmente armonioso y que, en definitiva,
el bien siempre se impone. El mal es necesario en el Es inútil decir que esta argumentación es total-
mundo, lo mismo que las sombras en un cuadro, mente insatisfactoria. No sólo no consigue discul-
para destacar la luz y el relieve, o como las disonan- par a Dios, sino que resulta «literalmente escanda-
cias sabiamente integradas en la armonía general losa» frente al sufrimiento concretamente vivido
de una sinfonía. El mal es espantoso y terrible, pero que el mal ocasiona. El mal es siempre mal y no se le

PARA DECIR DIOS 121


puede justificar jamás de ninguna forma. Este tipo
de explicación debe rechazarse de forma absoluta.
CAMUS:
c) El camino de la rebeldía LA REBELIÓN CONTRA EL MAL
La actitud natural y normal de rebeldía es la de
la gran mayoría de los filósofos, en particular de En su novela La peste, Camus da una expresión par-
numerosos filósofos cristianos Esta rebeldía ha si- ticularmente dramática a este problema del mal a tra-
do muy bien expuesta por un filosofo ateo, Albert vés del problema del sufrimiento de los nmos
Camus Una espantosa epidemia de peste se ha extendido
por Oran, ocasionando cada día centenares de victi-
• Camus mas Entre ellos, muchos nmos, y en particular un
pequeño que acaba de morir Un sacerdote, el jesuíta
La intuición fundamental de Camus es la de la Paneloux, y un medico, Rieux, discuten entre si, y
tragedia de la existencia que se manifiesta de forma Rieux explota tras la muerte del nmo
inmensamente dolorosa a través del sufrimiento de - |Ah' al menos este era inocente, usted lo sabe muy
los niños, la imagen mas atroz del mal Ahí reside bien
para el la prueba de que Dios no existe El mal y
Dios son contradictorios - Comprendo, murmuro Paneloux Es algo que nos
subleva, porque esto desborda toda regla Pero quiza ten-
Pero, para Camus, esta omnipresencia del mal gamos que amar lo que no podemos comprender
no debe justificar jamas una actitud de cobardía y
mucho menos llevar al suicidio, aunque parezca Rieux se levanto de pronto Miraba a Paneloux con
absurda la realidad, sobre todo precisamente por toda la fuerza y la pasión de que era capaz y sacudía la
causa del mal, del sufrimiento y de la muerte 8 Esta cabeza
omnipresencia del mal no puede hacer mas que - No, padre, yo tengo otra idea del amor Y me negare
estimular los esfuerzos del «hombre rebelde» para hasta la muerte a amar esta creación en la que se tortura a
intentar incansablemente su eliminación los niños
Frente al mal, con toda lucidez, sin desanimarse
jamas, el hombre no puede hacer otra cosa mas que A Camus La pesie Galhmard París 237 238
rebelarse y renovar incesantemente sus esfuerzos
por disminuir las injusticias y los sufrimientos que
hay a su alrededor, a ejemplo de Sisifo, personaje
legendario de la mitología griega condenado por los
dioses a transportar incesantemente hasta la cima Ciertamente, reconoce Camus, aunque los hom-
de un monte un enorme peñasco que volvía a caer bres lograsen reducir a la nada todos los males que
cada vez que llegaba alia arriba 9 dependen de ellos, seguiría habiendo sufrimientos
debidos a su condición limitada y mortal Asi, el
8
Opinando que no cabe esperar soluciones en el mas alia hombre, a pesar de los progresos prodigiosos de la
Camus sigue sin embargo siendo fundamentalmente optimista medicina, jamas sera totalmente invulnerable físi-
en lo que se refiere a la evolución de este mundo Este optimismo
se arraiga en la convicción de que los hombres no dejaran nunca
ca y psicológicamente Por tanto, inevitablemente
de luchar por mejorar sin cansarse el universo que es el suyo tendrá que enfrentarse siempre con la enfermedad
Esto le permitía afirmar a los dominicos a los que se dirigía en y la muerte
1948 «Pesimista en cuanto al destino h u m a n o yo soy optimista
en cuanto al hombre» (A Camus L incroyant et les chretiens
fragmentos de una exposición hecha en el convento de dominicos El hombre puede dominar en el todo cuanto de-
de L a t o u r M a u b o u r g en 1948 r e p r o d u c i d o s en Actuelles pende de el Tiene que reparar en la creación todo lo
Chromques 1944 1948 Galhmard París 1950 216 217) que el pueda Después, los niños seguirán muriendo
9
Id Le Mythc de Sisyphe Galhmard París 1942 injustamente aun dentro de la sociedad perfecta

122 l'AKA 1)1 í IR O/OS


Permanecerán la injusticia y el sufrimiento y, aunque
sean limitados, seguirán siendo un escándalo l0
«¡ALABADO SEA EL NOMBRE
Dicho esto, no hay que renunciar j a m a s a ese
combate contra el sufrimiento y contra el mal Ese DEL SEÑOR!»
combate, en particular el combate por defender sin
cesar a los mas humillados y a los mas pobres, El narrador, enfermo de un cáncer que ninguna
supone u n a «loca g e n e r o s i d a d » y un « e x t r a ñ o técnica medica es capaz de vencer, expresa su sufri-
amor» miento en un testimonio desconcertante En un mo-
Su honor esta en no hacer ningún calculo, en dis- mento, se enfrenta violentamente con Dios parodiando
tribuirlo todo en la vida presente y a los hermanos el libro de Job en la Biblia
vivos La rebelión prueba de este modo cual es el El Eterno respondió a Job en medio de la tempestad
movimiento mismo de la vida, y que no es posible
negarla sin renunciar a vivir Por tanto, es fecundi- -¿No he creado acaso el cocodrilo que supera en
dad o no es nada " abominación a todo lo demás' ¿No puede el cocodrilo
morder, degollar, mutilar, aplastar, aniquilar5 ¿Como te
atreves a dudar de mi autoridad, siendo asi que soy el
• La actitud cristiana señor de las abominaciones'
Entonces Job respondió al eterno y dijo
Camus opina con toda justicia que los cristianos
tienen un lugar en este combate contra el mal Aun- -Tienes razón Reconozco que eres el tipo mas innoble,
que las convicciones de unos y de otros no sean las mas repugnante, mas brutal, mas perverso, mas sádico y
mismas, frente al mal nada puede justificar la in- mas terrible del mundo Reconozco que eres un despota y
hibición de nadie Dirigiéndose a los dominicos de un tirano y un potentado que lo derriba todo y lo mata
Latour-Mauboug, Camus indica, a pesar de recono- todo Tu inventaste la Gestapo, el campo de concentra-
cer honradamente que no comparte la misma espe- ción y la tortura, reconozco que eres el mayor y el mas
ranza que ellos «Comparto con vosotros el mismo fuerte (Alabado sea el nombre del Señor1
horror al mal» Luego afirma que los cristianos no
pueden, en virtud misma de su fe, dispensarse de F Zorn Man Gallimard París 1979 193
participar en este combate «Si no nos ayudáis vo-
sotros, ¿quien podra ayudarnos en este mundo?» I2
En su gran mayoría, y esto en total conformidad
con el evangelio, los creyentes (y no son afortunada- positiva les parece también a ellos que es la de la
mente los únicos) no cesan de responder a esta lla- rebelión activa que desemboque en una acción para
mada dramática de Camus, y esto en nombre mis- intentar suprimirlo
mo de su esperanza, deseosos de colaborar lo mas
eficazmente posible en esta lucha constante contra Lo que ocurre es que no están ya de acuerdo con
el mal Frente al escándalo del mal, la umca actitud Camus cuando este afirma que, debido al mal, el
mundo es absurdo y que Dios no existe Ciertamen-
te, para ellos lo mismo que para Camus, a pesar de
10
Id L homme revolte G a l h m a r d París 1951 374 Esta todos los intentos de explicación, sigue existiendo el
misma idea se encuentra en toda la obra de Camus misterio con todo su carácter trágico e incompren-
11
Ibíd 375 376 sible, sin que esto les conduzca ni mucho menos a la
12
Id L mcroyant et les chretwns 213 219 negación de Dios

PARA DECIR DIOS 123


13
La reflexión cristiana
sobre el mal

1. Una perspectiva diferente elementos que proceden más bien del terreno de la
fe y de la reflexión teológica, elementos que hemos
de tomar muy en cuenta ahora para comprender la

S i el misterio del mal sigue siendo insoluole


en una perspectiva propiamente filosófica, el
creyente vacila con frecuencia a la hora de recono-
cer que ocurre lo mismo con las religiones. Pues
actitud cristiana..., aunque esto nos haga salir un
poco del marco estricto de la reflexión filosófica.

bien, está claro que ninguna, incluido el cristianis- 2. El mal es siempre un mal
mo!, propone soluciones realmente satisfactorias. que hay que combatir sin cesar
¡Este último hecho apela ciertamente a la idea de
«pecado original», pero, si de este modo afirma que El creyente, como acabamos de ver, está total-
el mal está en cada ser humano, esto no explica por mente de acuerdo con Camus cuando afirma que
qué está el mal en él... y mucho menos explica el hay que luchar continuamente contra el mal. Con-
mal « existencial». viene subrayar esta posición, ya que éste es efecti-
¿Por qué esta constatación de su impotencia pa- vamente el punto de partida de la reflexión cristia-
ra explicar válidamente la existencia del mal y del na sobre el mal. El creyente no tiene la pretensión
sufrimiento no conduce al cristiano a negar a Dios? de aportar «la» solución al problema del mal (que
¿Por qué no lo conduce a pensar que el mundo es no explica mejor que el no-creyente); propone más
finalmente absurdo? En primer lugar, porque tiene bien una actitud práctica que está hecha esencial-
«otra» imagen de Dios, como hemos visto concreta- mente de rebeldía y de combate activo contra todos
mente en los capítulos anteriores, rechazando la los males y todos los sufrimientos..., aunque es ver-
imagen del Dios omnipotente del teísmo y del ateís- dad que esta actitud no ha sido siempre, desgracia-
mo tradicionales, verdadero potentado o tirano que damente, la de los cristianos que han sentido más
manipula al hombre a su antojo, en beneficio de un bien la tendencia a cultivar el estoicismo o el dolo-
Dios cercano a los hombres y respetuoso de su liber- rismo que la revuelta activa.
tad, tal como lo concibe la revelación cristiana. El cristiano... está invitado a desechar una expli-
Y en segundo lugar, porque hace intervenir otros cación del mal que es necesariamente estéril e insufi-

PARA DECIR DIOS 125


EL «PECADO ORIGINAL»

Esta expresión no puede designar el pecado de Adán y muy rico que subraya concretamente que el mal, el peca-
Eva, ya que estos personajes no han existido nunca , sin do , ese famoso «pecado original», esta en el hombre, en
contar con que, en el supuesto de que hubieran existido, todo hombre 3 Pero no indica absolutamente nada de por
habría sido profundamente injusto que todos sus deseen que esta allí «El pecado original no es ni mucho menos
dientes sufriesen indefinidamente las consecuencias de su una explicación del origen del mal»4
eventual falta «original» «Si Dios hubiera creado a un
hombre para pillarlo en su primera falta y castigarlo con 1
una muerte que habría de durar toda la existencia de la G Martelet Adam est d coupabW Panorama n 201 (febrero
humanidad entera, subraya un teólogo contemporáneo 1986) 24
2
(Martelet), Dios sena culpable El que la muerte y la finí Cf supra p 116 nota 8
3
tud puedan tener como origen a un solo hombre y un solo La etimología de la palabra Adán» subraya la universalidad
pecado es una iniquidad Y ese Dios no puede menos de de este pecado «Adán no es un nombre propio nunca ha habido un
personaje bíblico llamado Adán La palabra Adán en hebreo es un
engendrar el ateísmo» nombre común significa el hombre> (o c Rey Mermet Croire
pour une redecouverte de la fot 156)
«Ciertamente, prosigue Martelet, el relato de los oríge- 4
nes atribuye sin vacilar, por lo visto, la existencia de las F Vanllon Jote de croire ¡ote de vtvre 271
espinas y abrojos, la fatiga del trabajo y los dolores de Para profundizar un poco mas en la reflexión sobre el problema
parto a la falta inicial de Adán Pero hay algo que no va del pecado original se pueden leer las siguientes obras (en castella
en la exegesis asi comprendida del relato de la Caicia, hay no) Ch Baumgartner El pecado original Herder Barcelona 1971
que tener el coraje de decirlo»' M Fhck Z Alszeghy El hombre bajo el signo del pecado Sigúeme
Salamanca 1972 A M Dubarle El pecado original en la Escritura
Y lo que no va, por recoger los términos de Martelet es Barcelona 1971 P Grelot El problema del pecado original Barcelo
que no se puede hacer una lectura fundamentalista de la na 1970 D Fernandez El pecado original tmilo o realidad'' Valen
Biblia En realidad, el relato de la caída original (Gn 3) es cía 1973 H Rondet El pecado original Barcelona 1969 XXIX
un relato mitológico y simbólico Como tal, es un relato Semana Española de Teología Pecado original Madrid 1970

cíente para inclinarse por la actitud concreta que el Lo que ocurre, y aquí esta la diferencia con Ca-
hombre debe tomar frente al mal Hay que renunciar mus, es que esta actitud de rebeldía y de combate
definitivamente a encontrar una explicación, una fun contra el mal y el sufrimiento se basa en unas con-
cion, una finalidad para el mal Aun dentro de la fe vicciones que, en definitiva, lo llevan, no a negar a
no hay explicación para el mal La fe no esta hecha Dios, sino a afirmar, por el contrario, a pesar del
para explicar las cosas (esta tarea le corresponde a la mal y del sufrimiento, la existencia de Dios
ciencia o a la filosofía) Dios no explica el problema
del mal, no es un profesor que nos de unas respuestas Esta actitud de rebeldía y de combate incesante
eruditas a las cuestiones que le planteamos Dios no contra el mal y el sufrimiento se basa efectivamente
responde a nuestra curiosidad intelectual El mal no para el creyente en estas dos certezas
esta hecho para ser comprendido, sino para ser com- — El hombre esta hecho para ser feliz, y Dios no
batido» ' quiere j a m a s ni el mal ni el sufrimiento
- Aparentemente impotente frente al mal, Dios
es sin embargo solidario de los hombres en el sufri-
1
F Vanllon Jote de croire, jote de vtvre, 271 miento

126 l'ARA 1)1 C IR OÍOS


PARA DECIR DIOS 127
están hoy prácticamente de acuerdo en afirmarlo
con toda claridad, aunque desgraciadamente du-
IDEAS ESCANDALOSAS... rante mucho tiempo se pensó no solamente que
Dios permitía el mal, sino que se cuidaba de provo-
carlo para el bien de sus fieles. Y hasta que se
Se encuentran por desgracia en algunas obras de teolo- alegraba de él.
gía aparecidas antes del Vaticano II (1962-1965) numero- Y como si no fuera suficiente pagar por u n a
sos ejemplos de ideas escandalosas que afirman que el mal pretendida falta de Adán, había que pagar igual-
era «querido» por Dios... para el bien del hombre. mente por las faltas pasadas... y las venideras.
Así, entre otros, el dominico P. Deman no vacila en
afirmar en una obra publicada en 1943 (Le Mal el Dieu. Por ejemplo, uno nace ciego porque sus padres
Aubier-Montaigne): «Hablando de los males que nos afli- pecaron. ¡Qué instructivo podría ser el sondeo que se
gen, con frecuencia se les llama pruebas. Es un nombre hiciera entre los padres de niños minusválidos!
bien escogido. Significa que nuestros males tienen la efica- ¡Cuántos estragos ha cometido en ellos la religión!
cia de verificar o controlar lo que somos. Gracias a ellos, se Pero se paga incluso por el futuro. El sufrimiento es la
sabrá lo que valen exactamente nuestras virtudes... No gran moneda de compraventa. El dólar de la banca
hay nada que sustituya al mal en lo relativo a este valor de celestial... A Dios le gusta infinitamente el sufrimien-
prueba» (p. 86). to. Cuanto más se le ofrece, más contento se queda! 2.
«Sí, en todo mal que permite o que causa, Dios busca el Es inútil decir también, con Frangois Varone y el
bien: lo decimos y proclamamos con energía» (p. 117). «Si conjunto de teólogos y filósofos contemporáneos,
un hombre ha pecado, más vale que sea castigado que no que hay que condenar con toda firmeza semejantes
que quede impune, pero gracias a esos culpables afligidos ideas que hacen finalmente de Dios el más cruel de
aparece una belleza especial en la obra de Dios, que habría los sádicos y pervertidos. ¿Cómo se puede hablar
quedado oculta si no hubiera habido más que inocentes» así y afirmar al mismo tiempo que Dios es amor? Es
(p. 118). realmente escandaloso.
En fin, para mayor colmo, esta observación inimagina- Semejante doctrina es «blasfema», indica Mau-
ble: «Inclinémonos ante el brazo vengador... Sería menes- rice Nédoncelle. Y añade:
ter que, en todos los casos, incluso bajo esta forma, fuéra-
mos capaces de admirar la providencia invencible de ¿Cómo imaginar a un Dios indiferente que deja que
Dios» (p. 121). el mundo se hunda y que sufra o, peor todavía, un
espectador supremo que nos somete a una prueba
Este tipo de ideas eran por desgracia muy frecuentes, para contemplar nuestras resistencias y nuestras caí-
como atestigua igualmente otra obra más reciente (1958), das y para saborear en este experimento una gloria de
en la que se podía leer: «Dios ha permitido el mal para un gusto extraño? ¿Un Dios calculador que inventa la
poder mostrar, de una forma trágica, y que no se puede seducción y luego la tortura para educar a los hom-
contradecir, su amor por nosotros aceptando nuestro cas- bres? ¿Se puede admitir que el verdadero Dios tenga
tigo y nuestro sufrimiento» (F. Petit, Le probléme du mal. una técnica tan horrible?... No podríamos llamar bue-
Fayard, Paris 1958,121). no al hombre que actuase insidiosamente con sus
amigos y los sometiese a tamaña indignidad... Sea
cual fuere la solución de nuestros enigmas, no puede
ir en esta dirección 3.
3. Dios no quiere ni el mal
ni el sufrimiento 2
F. Varone, Ce Dieu absent qui fait probléme, 121. Sobre este
mismo tema, cf. Id., Ce Dieu censé aimer la souffrance. Cerf, Paris
El hombre está hecho para ser feliz. El mal, sea 1984, y la obra de M. Bellet, Le Dieu pervers. Cerf, Paris 1987.
el que fuere, es siempre un mal y jamás es querido 3
M. Nédoncelle, La réciprocité des consciences. Aubier, Paris
por Dios. Todos los teólogos y filósofos cristianos 1942, 272-273.

128 l'AKA niX'lK DIOS

¡i
a) El mal y el sufrimiento j u e z , d e s u r e c h a z o o d e l e s f u e r z o d e v o l u n t a d p o r el
siguen siendo realidades terribles que las p r u e b a s p u e d e n ser o no s u p e r a d a s p o r c a d a
uno, haciéndose asi fuente de purificación y de pro-
contra las que hay que luchar sin cesar... f u n d i z a c i ó n o, p o r el c o n t r a r i o , a p l a s t a r y d e r r i b a r
Digámoslo una vez m á s : el mal y el sufrimiento a q u i e n lo sufre.
no tienen ni pueden tener por si mismos valor algu-
no 4 . El mal no es nunca justificable, y hay que
rechazar absolutamente toda filosofía o toda teolo- c) El hombre está hecho para ser feliz
gía que quisiera encontrarle un sentido cualquiera. Dicho esto, sigue siendo verdad que el h o m b r e
Es algo tremendo, espantoso, contra el cual el está hecho ante todo y sobre todo p a r a la felicidad.
cristiano y el no cristiano tienen que rebelarse sin Y esto es tan cierto, que esta búsqueda de la felici-
cesar. El cristiano, como todo ser h u m a n o , puede dad es precisamente el aguijón que espolea sin ce-
ciertamente aceptarlo cuando es por desgracia víc- sar al h o m b r e a c o m b a t i r el mal y el sufrimiento 7 ;
tima de el, pero j a m a s puede buscarlo de ningún su deseo de felicidad es mas fuerte que el m a l .
modo:
La rebelión de la conciencia ante el mal s e n a un
El dolor no puede ser jamas algo que se desee Es y absurdo si no se arraigase en una certeza A no ser que
debe ser tan solo algo que se acepta. Como ciertas se resigne uno al absurdo de sus aspiraciones mas
dignidades terribles, como ciertos honores que abru- fundamentales por la justicia, el bien, el amor, la
m a n Se los recibe, pero no se los busca ^ fraternidad, a no ser que acepte decir que todo esto es
ilusión, hay que admitir detras del rechazo o del es-
cándalo del mal una aspiración que, en cierto modo,
b) ... aunque pueden ser la ocasión nos asegura ya que el m a l esta superado Si protesta-
para una profundización de la persona mos contra el mal y el sufrimiento, es porque estamos
hechos para la dicha, porque nuestra vocación es la
Dicho esto, hay que reconocer sin embargo que el
felicidad Afirmo que, si nuestra vocación no fuera
sufrimiento puede ofrecer la ocasión para una profun-
una vocación para la felicidad, nuestra indignación
dización de la persona y tener asi un valor indiscu-
contra el mal y contra el sufrimiento no s e n a lo que
tible 6 .
es8.
P e r o e n t o n c e s h a y q u e s e ñ a l a r b i e n q u e el sufri-
m i e n t o n o es ni m u c h o m e n o s l a c a u s a d e e s a p r o -
f u n d i z a c i ó n h u m a n a y e s p i r i t u a l , s i n o sólo l a oca-
sión. Todo d e p e n d e r e a l m e n t e de la m a n e r a c o m o 4. Un Dios aparentemente impotente,
se r e c i b e y se v i v e . E s t a m o s a q u í frente al m i s t e r i o pero que es solidario del hombre
i n s o n d a b l e del sufrimiento y frente al misterio en el sufrimiento
igualmente insondable, del q u e nadie puede ser
P o r t a n t o , si e s i n c o n c e b i b l e e i m p o s i b l e d e c i r
4
Ciertamente, el sufrimiento físico puede ser a veces la q u e Dios p r o v o c a el m a l y el s u f r i m i e n t o , s i g u e e n
advertencia de una enfermedad que se prepara Pero muchas p i e el m i s t e r i o e n la m e d i d a e n q u e Dios p a r e c e s e r
veces este «monitor» funciona mal Enfermedades muy graves él m i s m o i m p o t e n t e a n t e e s t a s t e r r i b l e s r e a l i d a d e s .
como el cáncer pueden desarrollarse sin producir ningún dolor E s t a m o s tocando aquí algo paradójico e inexplica-
por largo tiempo, mientras que ciertas «tonterías» que no son
tan graves, si se las cura a tiempo, como la canes dental, resul- b l e : la a p a r e n t e d e b i l i d a d d e D i o s .
tan sumamente dolorosas Ademas, no se comprende por que un Esta paradoja tan extraña y tan desconcertante
«monitor» debería necesariamente hacer sufrir ¿por que no un
«monitor» indoloro1
5 7
G Duhamel, citado por L Jerphagnon, El mal y la existen- O al menos que debería impulsar al hombre a luchar en
cia Nova Terra, Barcelona 1966, 112 este sentido
6 8
L Jerphagnon, Ibid, 114 F Vanllon, Jote de croire, ¡ote de vivre, 272-273

PARA DECIR DIOS 129


potencia en lo que se refiere al mal hecho por el
propio hombre: si el hombre es libre, Dios le deja la
EL SUFRIMIENTO Y LA MUERTE responsabilidad de sus actos y se niega a intervenir
para «arreglarlo» todo.
PERTENECEN A NUESTRA
CONDICIÓN HUMANA Pero no se comprende nada de esto en lo que
concierne al mal «existencial» (enfermedades, su-
frimientos y muerte «natural», etc.). Ciertamente,
c Quien pensaría en reprochar a los padres el haber esto parece corresponder a la naturaleza de nuestra
querido el sufrimiento, el pecado y la muerte a que están condición h u m a n a y a su imperfección. Pero, ¿por
sujetos sus hijos con el pretexto de que quisieron efectiva- que no ha hecho de manera que la naturaleza no sea
mente que sus hijos existiesen? Sin embargo, ellos sabían como tal destructora del hombre, siendo así que
que, desde que son humanos, sus hijos están sometidos al quiere su felicidad? Una vez más chocamos con un
sufrimiento, al pecado y a la muerte. 0 dejan de tener terrible y espeso misterio, en donde al creyente sólo
hijos, o los hijos que tienen estaran sometidos al sufri- le cabe una certeza: Dios es solidario del hombre a
miento por la misma razón que a la felicidad, sujetos a la la vez en el sufrimiento y en su combate contra él y
falta por la misma razón que al bien, sujetos a la muerte contra el mal l2.
por la misma razón que a la vida Y esto no se debe desde
luego a la imperfección de su procreación ni a su propia
imperfección (ni mucho menos a la de sus hijos), sino a la
naturaleza de su condición. Pues bien, lo mismo ocurre 5. A pesar del sin-sentido del mal,
con Dios
del sufrimiento y de la muerte,
J Pohier, Quand \e dis Dieu el creyente afirma la existencia de Dios
Seuil París 1977 106-107
Frente a este misterio del mal y del sufrimiento,
el creyente es tan impotente como el no creyente.
La revelación cristiana no ofrece ninguna solución
es, por lo visto, específica del Dios cristiano: un satisfactoria a estas terribles realidades que pare-
Dios bueno y omnipotente que se revela impotente cen escaparse de toda explicación y de toda justifi-
ante el mal. Tan impotente que se ha podido hablar
incluso de la «humildad» de Dios, de su «sufri- 12
En teología cristiana, este p u n t o es esencial, ya que
miento» 9 ante su creación, «como si Dios fuera remite, para el creyente, al misterio de la cruz «Dios no niega el
i m p o t e n t e a n t e las fuerzas del m a l d e s e n c a - mal, sino que lo asume libremente, se hace solidario de el en
denadas» 10. ¿Por qué? ¿Por qué Dios no hace nada y Cristo para abolido Nosotros entonces estamos invitados a
participar, siguiendo a Cristo y con el, en el mismo combate de
sobre todo no puede hacer a p a r e n t e m e n t e n a d a Dios contra el poder del mal Los dioses paganos son 'poderosos',
contra el sufrimiento y contra el mal? «Hitler, in- el Dios de Jesús es débil y sufriente» (C Geffre, La crise modeme
cluso en su agonía del bunker de Berlín, tuvo más du theisme, 379)
poder destructor que tiene Dios de poder libera- Los teólogos y los filósofos c o n t e m p o r á n e o s s u b r a y a n
dor» ". ¿Por que? siempre vigorosamente esta perspectiva, reaccionando muy
justamente contra la pasividad estoica y el dolonsmo que se
Se puede todavía comprender un poco esta im- cultivo durante mucho tiempo en la Iglesia «Sin entrar en las
explicaciones que se han podido forjar, Cristo denuncia el mal y
9 se revuelve contra el No aclara su origen, sino que indica su
Alusión a dos l i b r o s m u y h e r m o s o s de F V a r i l l o n , salida Una salida que no se consigue sin lucha Al exceso del mal
L'humihte de Dieu. Centurión, París 1974, y La souffranee de Dieu que invade el m u n d o y a m e n a z a con sumergir al h o m b r e ,
Centurión, París 1975 responde revelando a un Dios que, por un exceso en el amor, esta
10
C Geffre, La crise du theisme Le S u p p l e m e n t , n 122 comprometido contra el mal Por eso su nombre se declina en la
(septiembre 1977) 379 cruz No es otro sino el Amor» (M Keusch,Au¡ourd'huiDieu,\\\)
" A D u m a s , Nommer Dieu Cahiers u m v e r s i t a i r e s ca- Sobre este tema puede leerse en concreto la obra citada de J
thohques (sept-oct 1974) 5 Moltmann, El Dios crucificado Salamanca 1975

130 PARA DECIR DIOS


cación. ¿Es esto una razón para negar a Dios? Para
algunos sí; y esta opción, como hemos visto concre-
tamente en Camus, tiene su propia coherencia. Lo ¿DONDE ESTA TU DIOS?
mismo que tiene su coherencia la opción del creyen-
te que, a pesar del mal y del sufrimiento, mantiene
la opción inversa: Dios existe. (Había en el campo de concentración) un muchacho, un
chaval, como lo llamábamos... Al volver un día del trabajo,
Esta opción no es sinónimo de facilidad. No es
vimos tres horcas levantadas en la plaza, tres cuervos
negativa a buscar la comprensión o a mirar de fren-
negros. Llamada general. Las SS a nuestro alrededor, con
te las cosas. Ni es tampoco deseo de buscar un
las metralletas dispuestas: la ceremonia tradicional. Tres
refugio estéril y pasivo en una realidad divina más
condenados encadenados y, entre ellos, el muchacho... El
o menos mitológica, caprichosa y perversa, a la que
comandante leyó la sentencia. Todos los ojos estaban fijos
se intentaría halagar para evitar lo peor. Lejos de
en el niño. Estaba lívido, casi tranquilo, mordiéndose los
querer huir de la realidad, el creyente se esfuerza
labios. La sombra de la horca caía sobre él... Los tres
más bien en asumirla y en hacer todo lo posible por
condenados subieron juntos a su taburete... Los tres cue-
cambiarla, cuando está hecha de mal y de sufri-
llos fueron introducidos al mismo tiempo en los nudos de
miento.
la cuerda...
Ni es tampoco una opción ingenua. Es verdad - ¿Dónde está Dios, dónde está?, preguntó uno tras de
que no se sitúa en línea recta con la estricta racio- mí.
nalidad filosófica que pone de manifiesto esta real
contradicción fundamental: o Dios o el mal..., sin A una señal del comandante, los tres taburetes fueron
poder ir más lejos. Pero esta opción que consiste en retirados.
mantener juntas estas dos realidades aparentemen- Los dos adultos ya no vivían... Pero la tercera soga no
te contradictorias, que son la existencia de Dios y la estaba inmóvil: tan ligero, el niño vivía todavía... Estuvo
existencia tan real del mal y del sufrimiento, se así, más de media hora, luchando entre la vida y la muer-
arraiga en esta doble convicción de que acabamos te, agonizando ante nosotros. Y nosotros teníamos que
de hablar. Por una parte, Dios no puede jamás que- mirarlo cara a cara.
rer el mal y el sufrimiento para el hombre, que está
hecho para ser feliz. Por otra parte, Dios es solidario Detrás de mí oí al mismo hombre preguntar:
con nosotros en estas terribles realidades, frente a - ¿Dónde está Dios?
las cuales, por razones misteriosas que se nos esca-
Y sentí en mí una voz que respondía:
pan, parece ser impotente.
- ¿Dónde está? ¡Ahí está: colgado de esa horca!
Esta solidaridad es esencial para el creyente, ya
que es precisamente en ella en donde reposa la E. Wiesel, La Nuit. Minuit, Paris 1958,102-105.
coherencia de su opción, y es ella la que justifica
finalmente su esperanza. Pero es verdad que esta
solidaridad no es explicación y que, al invitarnos a
poner juntos unos datos aparentemente contradic-
torios entre sí, la bondad de Dios y la presencia
ve entonces enfrentado con esta terrible e insupera-
efectiva del mal y del sufrimiento en el mundo y en
ble contradicción. Por esta razón, a pesar del mal y
nosotros, la revelación cristiana no resuelve ni mu-
a pesar del sin-sentido del sufrimiento y de la muer-
cho menos este trágico misterio.
te, el cristiano afirma en definitiva la existencia de
Como todos los demás hombres, el cristiano se Dios.

PARA DECIR DIOS 131


Conclusión

cuestión de Dios, el problema ya no es tanto el de

A l final de esta reflexión sobre el problema de


Dios, ¿adonde hemos llegado? Después de
subrayar la importancia de intentar acercarse a
esta cuestión de Dios desde un punto de vista filosó-
Dios en cuanto tal, como el de Dios en su relación
con los hombres. El hombre se encuentra entonces
en el corazón del debate sobre Dios..., lo cual es algo
excelente, ya que él es en el fondo el primer afecta-
fico, esto es, esencialmente a partir de nuestra expe- do.
riencia en lo que ésta tiene de más concreto y de Teniendo muy en cuenta esta nueva perspectiva,
más profundamente existencial, nos hemos situado nos hemos fijado en algunos problemas importan-
deliberadamente —precisamente porque queríamos tes, ligados a esta doble cuestión del hombre y de
partir de la realidad p r e s e n t e - en plena moderni- Dios: las relaciones entre la ciencia y la fe, los pro-
dad. El análisis de esta realidad nos h a llevado a blemas de la creación del mundo, de la libertad del
preguntarnos por los fenómenos de la seculariza- hombre frente a Dios y de la providencia divina, el
ción y del ateísmo contemporáneos. Pero, para me- misterio del mal. Nos parecía realmente que era
jor comprender el arraigo de esta nueva perspecti- absolutamente necesario iluminar estos temas, ya
va, ha sido necesario analizar un poco más de cerca que para muchos el ateísmo tiene aquí sus raíces, y
la evolución de la reflexión filosófica subyacente, queríamos mostrar que, lejos de llevar a la nega-
especialmente desde Descartes y Kant. ción de Dios, estos interrogantes, en virtud misma
de la importancia que se dedica al hombre y a sus
Con ellos se ha dado un viraje. ¡Y qué viraje! En
legítimas exigencias, podían llevar por el contrario
adelante, el hombre está en el centro de todo, el
a tomar en cuenta la hipótesis de su existencia. Y,
hombre con sus cuestiones fundamentales y que son
eventualmente, a transformar esta hipótesis en cer-
las de siempre: las cuestiones del sentido de la vida
teza.
y del significado del universo y de su propia existen-
cia en este conjunto. Pues bien, estas cuestiones ¿Transformar esta hipótesis en certeza y afirmar
—con tal que se las plantee, ya que por muy diversas a Dios? Esa es precisamente la opción que hemos
razones alguien puede negarse a tomarlas en consi- hecho. Una opción nada fácil, ya que ninguna op-
deración y vivir en lo que Pascal llamaba «la diver- ción en este terreno puede ser evidente. Pero se
sión»— llevan necesariamente a plantear las de la legitima p a r a nosotros en que, a nuestros ojos,
existencia y la naturaleza de Dios, sea cual fuere, nuestro universo y nosotros mismos no podemos
por otra parte, la manera, positiva o negativa, con tener sentido más que apelando a alguien que nos
que se responde a ellas. supera, y por tanto a Dios.
En efecto, ahora no se puede hablar de Dios sin Esto no significa ni mucho menos refugiarnos en
hablar del hombre, en la medida en que, habiendo un absoluto imaginario, como pensaban Feuerbach
tenido la modernidad como efecto el desplazar la y Marx; ni conservar una actitud infantil o irres-

PARA DECIR DIOS 133


ponsable, como afirmaba Freud; ni rehusar nues- las cosas dejan de ir bien? Porque, a nuestros ojos,
tras responsabilidades propiamente h u m a n a s y ne- sólo el reconocimiento de Dios puede permitir en-
gar nuestra libertad, como pensaba Sartre. En efec- contrar el significado último de la existencia del
to, el creyente se ve enfrentado con las mismas universo y de nuestra propia existencia.
dificultades que los demás hombres y, si vive autén- No se trata entonces de una «prueba» en el senti-
ticamente su fe, sabe que tiene que tomar él mismo do estricto de la palabra. Esta afirmación, lo mismo
su vida en sus manos, que es libre y responsable de que la negación de Dios, es en realidad más bien el
lo que hace y que no puede encontrar en Dios excu- fruto de un acto conjunto de la inteligencia y de la
sas fáciles. Dios da fundamento a su libertad, pero voluntad que la conclusión de una demostración
no vendrá nunca, como de forma milagrosa, a resol- definitiva e irrefutable. En verdad, m á s que de
ver los problemas de los que creen en él. La vida es «pruebas», habría que hablar aquí de «razones pa-
a la vez tan bella y tan dura para el creyente como ra creer». Y esas «razones para creer» nos parecen
para los demás... suficientemente importantes y decisivas para que,
Entonces, ¿por qué esta opción por Dios, si Dios libremente y con toda lucidez, hagamos en definiti-
no está ahí para allanar nuestras dificultades ni va la opción por Dios.
para acudir directamente en ayuda nuestra cuando

134 PARA DECIR DIOS

i
Bibliografía

Para ayudaros a profundizar mas en vuestra reflexión, tante difícil, toca el problema de Dios en sus dimensio-
aparte de las obras citadas en el texto, encontrareis aquí nes filosóficas y teológicas
una pequeña selección de libros en español que tratan del N Kutschki, Dios hoy, ¿problema o misterio? Sigúeme,
problema de Dios asi como de los diversos temas trata Salamanca 1967, 251 p De lectura fácil y sugestiva
dos en esta obra
H Kung, ¿Existe Dios0 Respuesta al problema de Dios en
En los libros citados hay abundantes complementos nuestro tiempo Cristiandad, Madrid 1979, Libro enor
bibliográficos me (972 p ), donde se estudian en detalle los principa-
les filósofos modernos, sobre todo los filósofos ateos,
1. Obras generales sobre el problema de Dios antes de proponer un método de acercamiento a Dios
J Anas, El Dios en quien no creo Sigúeme, Salamanca Obra monumental y fundamental , pero relativamen-
1971 257 p Sugestivo e incisivo a veces en la exposi- te difícil Imprescindible para los que quieran ahondar
ción de las falsas imágenes que se tienen de Dios seriamente en su reflexión sobre el problema de Dios
en una perspectiva filosófica
L Boros, El hombre y su Dios Ed Paulinas-Verbo Divino,
Madrid 1972, 237 p Intenta elaborar una nueva ima- M Martínez de Vadillo, La idea de Dios en tiempos de
gen de Dios en consonancia con nuestra mentalidad increencia Fe y ateísmo en nuestros días Atenas, Ma
moderna d n d 1986, 220 p Profundo y sencillo a la vez, muy
buena exposición para el pensador medio
D Díaz, Preguntarse por Dios es razonable Encuentro,
Madrid 1989, 521 p Ensayo de teodicea, exposición E Miret Magdalena, El nuevo rostro de Dios Madrid 1989,
clara y sintética de los planteamientos que hoy se 252 p El porvenir de la religión
hacen de la cuestión sobre Dios O Muck Doctrina filosófica de Dios Herder, Barcelona
C Geffre, El cristianismo ante el riesgo de la interpretación 1986, 236 p Exposición profunda, metódica y un
Cristiandad, Madrid 1984, 332 p Ensayos de herme tanto a n d a
neutica teológica Obra densa y difícil, pero rica en J M Paupert, cEs todavía posible la fe? Península, Madrid
sugerencias 1967 239 p Interesante acercamiento al ateísmo mo
J Gómez Caffarena-J Martin Velasco, Filosofía de la derno
Religión Revista de Occidente Madrid 1973 501 p J Rat/inger, Dios como problema Cristiandad Mudiid
Tras una primera parte sobre fenomenología religiosa, 1973, 236 p Recoge v a n a s aportaciones dt losltologos
la segunda parte (277 s ) trata con densidad la proble- modernos a esta cuestión
mática mas propiamente metafísica H J Schull/ cEs esto Dios? Hcrdci, Barcelona 1973,284
W Kasper, El Dios de Jesucristo Sigúeme, Salamanca p Recoge las icspuestas hisloncas al p m b l u n a de
1985, 383 p Libro solido y muy informado, pero bas- Dios, útil e ínteiesanle

PARA DLL IR DIOS 135


2. Obras sobre los otros temas abordados I. G. Barbour, Problemas sobre religión y ciencia. Sal Te-
rrae, Santander 1971, 556 p.
a) El problema de Dios
en un mundo secularizado A. Dou (ed.), Ciencia y humanismo. Madrid 1975, 304 p .
Enciclopedia El ateísmo moderno. Cristiandad, Madrid Aportaciones de varios científicos y pensadores al pro-
1971, 5 vols. Documentación abundante y básica. blema.
H. Cox, La ciudad secular. Península, Barcelona 1968, 303 I. Fetscher, ¿Deshumaniza la religión al hombre? Dinor,
p. Libro clásico sobre la secularidad cristiana. Pamplona 1971, 110 p . Libro fácil y lleno de sugeren-
Instituto Fe y secularidad. Varias publicaciones sobre cias.
esta problemática y diversas actividades culturales
J. I. González Faus, Este es el hombre. Estudios sobre
que pueden verse expuestas en Memoria académica
identidad cristiana y realización humana. Cristiandad,
extraordinaria. Madrid 1986, 247 p .
Madrid 1986, 285 p.
A. Léonard, Pensamiento cristiano y fe en Jesucristo. Un
discernimiento intelectual cristiano. Encuentro, Madrid P. Jordán, El hombre de ciencia ante el problema religioso.
1985, 335. Postura cristiana ante un m u n d o seculariza- Guadarrama, Madrid 1972, 433 p .
do.
P. Lecomte de Noüy, De la ciencia a la fe. Guadarrama,
L. Maldonado, La nueva secularidad. Nova Terra, Barcelo- Madrid 1969, 332 p . Bien documentado y bastante
na 1968, 248 p . Implicaciones que tiene la nueva secu- abordable.
laridad en la vivencia cristiana. Muy sugerente y rico
en perspectivas. J. Moltmann, Dios en la creación. Sigúeme, Salamanca
E. Miret Magdalena, La revolución de lo religioso. Ed. 1987, 339 p . Exposición teológica seria de la creación,
Paulinas, Madrid 1976, 381 p. Obra fácil e interesante. con sensibilidad por la problemática moderna.
Ch. Moeller, El hombre moderno ante la salvación. Herder, A. Torres Queiruga, La revelación de Dios en la realización
Barcelona 1969, 224 p . Obra de síntesis de un notable del hombre. Cristiandad, Madrid 1987, 504 p. Reflexión
pensador, muy conocedor de la cultura moderna y rica y sugerente; muy interesante este tema central
sensible a sus repercusiones para el hombre religioso. hoy.
M. Picard, La huida de Dios. Guadarrama, Madrid 1962,
IV Semana de Teología de la Universidad de Deusto, ¿Qué
210 p . Obra muy sugestiva y fácil.
aporta el cristianismo al hombre de hoy? Mensajero,
M. Rodríguez, Desacralización. Único amigo. Herder, Bar- Bilbao 1969, 371 p . Diversas aportaciones sobre el te-
celona 1974, 146 p. Estudia cómo la Biblia empezó un ma.
proyecto de desacralización que es preciso continuar
en el mundo moderno. Ideas a veces atrevidas. Varios, Manifiesto de la libertad cristiana. Cristiandad,
Madrid 1976, 140 p.
A. Salas, Fe cristiana y cultura secular. Biblia y Fe, Madrid
1989, 247 p. Propugna la necesidad de asumir la visión
secularizada de la cultura moderna. Análisis intere- c) Dios y el problema del mal
sante y fácil.
P. Claudel (ed.), El mal está entre nosotros. Valencia 1959.
b) La creación, la providencia, Recoge reflexiones de varios pensadores: Maritain,
la libertad del hombre ante Dios Bouyer, Florovski, Marcel, sobre el problema del mal.
J. Alfaro, De la cuestión del hombre a la cuestión de Dios.
Sigúeme, Salamanca 1988. Reflexión seria y profunda H. Haag, El problema del mal. Herder, Barcelona 1981, 339
sobre el sentido de la vida h u m a n a y la noción de Dios. p. Exposición y crítica de las diversas actitudes filosó-
fico-teológicas ante el mal. Obra copiosa, de no muy
G. Baum, El hombre como posibilidad. Cristiandad, Ma- difícil lectura.
drid 1974, 269 p. ¿Cómo puede haber una experiencia
secular de Dios? L. Jerphagnon, El mal y la existencia. Nova Terra, Barce-

136 l'AHA DI CIK DIOS


lona 1966,132 p . Presenta con sobriedad y penetración intento de explicación dentro de la lilosolui de santo
el delicado problema del mal. Breve y muy accesible. Tomás.

C. Journet, El mal. Ensayo teológico. Madrid 1964. Exposi- J. Rovira Belloso, Revelación de Dios, salvación del hom-
ción clásica. bre. Secretariado Trinitario, Salamanca 1979, 342 p.
En las p. 162-190 ofrece una reflexión sobre el proble-
J. Maritain,... Y Dios permite el mal. Guadarrama, Madrid ma del mal, en la perspectiva cristiana, muy rica y
1967, 146 p . Exposición seria y cruda del problema e profunda.

PARA DECIR DIOS 137


Léxico

AGNOSTICISMO de la realidad que se confunde con él, a través de las


(cuando se habla de Dios): Posición de los que sostie- contradicciones superadas y asumidas; para Marx y En-
nen que no se puede conocer nada sobre Dios, ni si existe, gel, este mismo proceso, pero aplicado a la materia (ma-
ni lo que es, ni quién es. terialismo dialéctico, cf. p . 54s.

ALIENACIÓN DOLORISMO
(en Feuerbach y Marx): Estado de aquel que, debido a Amor más o menos morboso del dolor por sí mismo.
las condiciones exteriores —religiosas-económicas-políti-
ESCEPTICISMO
c a s - no es libre, sino que está dominado por alguien o por
En general, doctrina según la cual el espíritu h u m a n o
alguna cosa distinta (p. 71).
no puede conocer nada con certeza. En teodicea se habla
ANALOGÍA, método de la (p. 15-17). de escepticismo metafísico o religioso para designar la
posición de los que piensan que no se puede saber nada
ANIMISMO cierto sobre Dios.
Creencia según la cual la naturaleza está regida por
los espíritus (p. 19 y 56). ESTOICISMO, p . 118
ETICA
ANTROPOMORFISMO
Parte de la filosofía que reflexiona sobre los problemas
Acción de representar a Dios a nuestra propia imagen.
fundamentales de la moral.
CONCORDISMO, p. 47. EVOLUCIONISMO
CREACIONISMO En oposición al fixismo, teoría según la cual las espe-
1) En oposición a panteísmo, toda doctrina que afirma cies vivas se transforman continuamente a partir de for-
que el m u n d o ha sido creado por Dios (cf. p. 59). 2) En mas más sencillas.
oposición a evolucionismo y transformismo, doctrina se- FIDEÍSMO, p . 13.
gún la cual las especies vivas habrían sido creadas tal
como las conocemos actualmente (en este segundo senti- FIXISMO
do, cf. p. 49). En oposición al transformismo o al evolucionismo,
teoría según la cual las especies vivas conservan el mismo
DEÍSMO, p . 22. tipo a través de las edades.

DESIGNACIÓN de Dios, p . 15s. FUNDAMENTALISMO


Actitud que consiste en leer los textos de la Biblia
DIALÉCTICA tomándolos «al pie de la letra», sin tener en cuenta los
Para Hegel, progresión del pensamiento, y por tanto géneros literarios ni las intenciones de los autores.

PARA DECIR DIOS 139


GENERO LITERARIO, p . 49s. REVELACIÓN
Acto por el que Dios se revela, es decir, se manifiesta,
INMUTABILIDAD, p . 77, nota 7. se da a conocer a los hombres. Se dice también de lo que
es revelado.
MANIQUEISMO, p. 119.

MATERIALISMO, p . 54s. SECULARIZACIÓN, p . 25s.

METAFÍSICA, p. 38, nota 4. TEÍSMO, p . 20s.


MITO
En historia de las religiones, se llama mito al relato de TELEOLOGICO, el argumento, p . 92s.
un acontecimiento de los orígenes que la creencia común
de un grupo social sitúa al comienzo de los tiempos, fuera TEODICEA, p. 119.
de nuestra historia propiamente dicha. En este sentido,
en la Biblia hay elementos míticos sacados de la cultura TEOLOGÍA
religiosa ambiental (concretamente, relatos de la crea- Esta palabra procede de la filosofía griega y su etimo-
ción, del paraíso y de la caída del hombre en el libro del logía es clara: «discurso sobre Dios». Así, pues, en el
Génesis), pero reinterpretados para expresar la experien- origen este término pertenecía a la filosofía y designaba
cia religiosa de los hebreos. el estudio del problema de Dios. A partir del siglo XIII,
designará el estudio del dato revelado (teología revelada).
NIHILISMO, p. lOls. Desde el siglo XIX, se llama teología «natural» o «teodi-
PANTEÍSMO, p. 59. cea» al estudio filosófico del problema de Dios.

POLITEÍSMO, p . 19. TRASCENDENTE, p . 77, nota 7 y p. 79, recuadro.

POSITIVISMO, p. 39.
TRANSFORMISMO
PROYECCIÓN, p. 69s. Teoría biológica que, en oposición al fixismo, afirma
que las especies vivas aparecieron por evolución de for-
RACIONALISMO, p . 14, nota 11. mas más simples (cf. p . 49).

140 PARA DECIR DIOS


índice

Presentación 5 1. El hombre toma posesión del mundo: el


fenómeno de la secularización 25
I 2. Consecuencias de este fenómeno de la se-
LA CUESTIÓN DE DIOS HOY cularización 29
a) En este deseo de autonomía se arrai-
1. El planteamiento filosófico del problema de gan a la vez el ateísmo moderno 29
Dios y la cuestión de su designación 11 b) ... y una nueva concepción más satis-
1. Dios, una cuestión que surge de nuestra factoria de Dios 29
experiencia concreta 11
a) ¿Por qué esta aproximación «filosófi- II
ca»? 11 LA CIENCIA, ¿UN CAMINO HACIA DIOS?
b) Pero ¿puede hablarse de Dios? 13
2. La importancia y la dificultad de la «de- Dios frente a la ciencia 35
signación» de Dios 15 1. Un conflicto relativamente reciente 36
a) ¿Cómo hablar de Dios? Utilización del 2. El positivismo 38
método de la analogía 16 a) Auguste Comte 38
b) Nombrar a Dios hoy 17 b) Jacques Monod 39
2. La historia de Dios 19 3. La objetividad científica y el problema de
1. Origen de la idea de Dios 19 Dios 39
2. El Dios del teísmo moderno en la tradi- La ciencia y Dios: nuevas perspectivas 43
ción de la filosofía griega y del judeo-cris-
1. El «caso» (ialileo 43
tianismo 21
2. La controversia a propósito de la cvolu
a) El Dios de los filósofos griegos 21
i'ioll 45
b) El Dios del judeo-cristianismo 22
3. I.a HiMi.i no es una obra científica 47
3. La gran aportación del judeo-cristianis-
mo: Dios es una persona 23 4. I lay que respetar el carácter especifico de
los métodos
3. Influencia de la modernidad en la imagen que 5. La consideración científica de la real
nos hacemos hoy de Dios 25 y la cuestión de Dios

I'ARA XI CIH
a) La ciencia no está ni «a favor» ni «en b) ...y se somete a ese Dios que ha creado 71
contra» de Dios 51
b) ... pero la consideración científica de 4. Sartre: «Si Dios existe, el hombre es na-
la realidad puede conducir a plantear da» 71
la cuestión de Dios "52
8. Dios no gobierna el mundo. Crea al hombre
6. El problema del origen del universo y de la creador 75
creación del mundo 53 1. El hombre es totalmente responsable de su
1. Es imposible probar que el mundo ha sido vida y de su universo 75
o no ha sido creado 53 2. Una nueva imagen de Dios 77
2. El rechazo de la idea de creación 54 3. La libertad del hombre y la providencia
a) El marxismo 54 divina 80
b) Monod 56
3. El Dios de la revelación cristiana como IV
creador del mundo 57
¿EXISTE DIOS?
4. La idea de creación en la perspectiva ju-
deo-cristiana 59
9. ¿Se puede «probar» la existencia de Dios? .... 89
a) Dios crea un mundo diferente y distin-
to de él 59 1. Las principales «pruebas» clásicas de la
b) Dios crea libertades 59 existencia de Dios 89
c) La creación no se reduce al problema a) Las «pruebas» a partir de la realidad 90
del comienzo del universo 60
• Dios causa del mundo 90
5. Una afirmación esencial 61 • Dios fuente del orden del mundo . 92
a) Esta afirmación de tipo metafísico y b) Las «pruebas» a partir del hombre ... 93
religioso no responde a nuestra curio-
sidad 61 c) La «prueba» a partir de Dios mismo o
el «argumento ontológico» 94
b) ... pero sigue siendo esencial para el
creyente de hoy 61 2. Los límites... y el interés de estas «prue-
bas» 94
III a) Estas «pruebas» están lejos de ser de-
DIOS Y LA LIBERTAD DEL HOMBRE cisivas 94
b) ... pero tienen el gran mérito de invi-
7. La contestación del ateísmo contemporáneo: tar a la reflexión 96
el humanismo ateo 67
1. En el origen de esta convulsión: Descartes 10. Afirmar a Dios hoy 99
y Kant 67
1. Una opción esencial 99
2. La autonomía del hombre como reivindi-
cación del ateísmo moderno 68 2. La cuestión del sentido 100
3. Ludwig Feuerbach: Dios como producto 3. Los dos términos de la alternativa 101
de la imaginación y del deseo del hombre 69 a) El vértigo de lo infinito y la tentación
a) El hombre se proyecta en Dios 69 del nihilismo 101

142 /'•1/M /)/ Clli DIOS


b) Dios como fundamento último de la b) A pesar de las apariencias, el universo
realidad 101 forma un todo armonioso: 119
4. ¿Por qué, en definitiva, la opción por • Heráclito 119
Dios? 102 • Leibniz 121
a) La opción por Dios 102 c) El camino de la rebeldía: 122
b) ... y su dificultad 103 • Camus 122
• La actitud cristiana 123
5. Sí a Dios 104
13. La reflexión cristiana sobre el mal 125
V 1. Una perspectiva diferente 125
DIOS Y EL PROBLEMA DEL MAL 2. El mal es siempre un mal que hay que
combatir sin cesar 125
3. Dios no quiere ni el mal ni el sufrimiento 128
11. El misterio del mal 111
a) El mal y el sufrimiento siguen siendo
1. Un tremendo silencio 111 realidades terribles contra las que hay
2. ¿Qué es el mal? 112 que luchar sin cesar 129
b) ... aunque pueden ser la ocasión para
a) El mal y la conciencia 112
una profundización de la persona 129
b) ¿Se puede definir el mal? 114 c) El hombre está hecho para ser feliz .. 129
c) El mal existencial y el mal debido a la
libertad del hombre 114 4. Un Dios aparentemente impotente, pero
solidario del hombre en el sufrimiento .... 129
5. A pesar del sin-sentido del mal, del sufri-
12. Intentos de explicación por los mitos y la filo- miento y de la muerte, el creyente afirma
sofía 117
1. Intentos de explicación por los mitos 117 la existencia de Dios 130
2. La reflexión filosófica sobre el problema Conclusión 133
del mal 118
a) Soporta lo que no depende de ti: el Bibliografía 135
estoicismo 118
Léxico 139

PARA DECIR DIOS 143

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