NEUROPARENTING Aline Vargas

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NEUROPARENTING

Estrategias
revolucionarias para
mejorar el comportamiento
en tus hijos de 2 a 7 años

Aline Vargas de Murillo

3
NEUROPARENTING.
Estrategias revolucionarias para mejorar
el comportamiento en tus hijos de 2 a 7 años
© Lic. Aline Vargas de Murillo
Todos los derechos reservados. México 2014
Registro de la propiedad intelectual: En trámite.
Primera edición. Mayo 2014

Diseño de portada: Ana Cecilia Flores Aragón


Ilustrado por Lic. Rossy Orozco de Ferrara
Impreso en Monterrey, N.L., México

Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de


la portada, puede ser reproducida, transmitida o
almacenada, sea por procedimientos mecánicos,
ópticos, químicos o electrónicos, incluidas las
fotocopias, sin consentimiento escrito del autor.

[email protected]

7
Este libro está dedicado a mi mamá,
por darme raíces.
Y a mi papá,
por darme alas.

ALINE

Por hacerme partícipe en este proyecto,


gracias, Aline.
A mis padres y a mis hijos, gracias por estar.

ROSSY

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Índice
PRÓLOGO .................................................................................... 13
INTRODUCCIÓN ....................................................................... 15
CAPÍTULO 1- SEIS PRINCIPIOS BÁSICOS ..................... 19
CAPÍTULO 2 - INTEGRACIÓN VERTICAL ..................... 29
CAPÍTULO 3 - INTEGRACIÓN HORIZONTAL .............. 47
CAPÍTULO 4 - INTEGRACIÓN SENSORIAL................... 55
CAPÍTULO 5 - CONEXIÓN ANTES QUE CORRECCIÓN
......................................................................................................... 63
CAPÍTULO 6 - DISCO RAYADO .......................................... 73
CAPÍTULO 7 - CORRECCIÓN CON CARIÑO .................. 81
CAPÍTULO 8 - ACTUAR PARA DISCIPLINAR ............... 87
CAPÍTULO 9 - PELEAR O PENSAR ................................... 95
CAPÍTULO 10 - EL GOLPE AVISA .................................. 107
CAPÍTULO 11 – RUTINAS Y RITUALES ...................... 115
CONCLUSIÓN.......................................................................... 123
LIBROS CONSULTADOS..................................................... 127

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PRÓLOGO
De todas las instituciones que existen, en mi
opinión, definitivamente la más importante es la familia.
Tener una familia saludable requiere de individuos
saludables y como padres tenemos la responsabilidad de
lograrlo.

Actualmente, con la revolución tecnológica,


tenemos a nuestro alcance mucha información de
cualquier tema incluyendo información sobre cómo
educar. Existen escritos, videos, cursos por internet,
libros electrónicos que puedes tener en un segundo, etc.
Como padres de familia con el correr constante y diario
necesitamos aprender, saber y practicar lo que SÍ
funciona para educar, enfocarnos en lo positivo de cada
miembro de nuestra familia, educar en el amor.

Aline Vargas se ha dado a la tarea de estudiar y


presentar este manual con información muy valiosa y
práctica, que nos sirve a todos como padres. Con estos
principios que ella presenta a partir de su larga
experiencia, nuestro trabajo al educar será una delicia y
tendremos una gran satisfacción al ver los buenos
resultados.

Es muy gratificante para mí conocer personalmente


a Aline. Le doy muchas gracias a Dios por su vida y la
de su familia; siempre es un placer platicar y convivir
con ellos. Con Aline pareciera que el tiempo se pasa
más rápido, siempre hay algo que aprender, experiencias
que contar y momentos que vivir.

13
Aline es una persona muy capacitada en el tema de
la educación, constantemente está estudiando, tomando
cursos, diplomados, maestrías, etc. Soy testigo de su
gran desempeño como madre, esposa y amiga.

Gracias, Aline, por ser promotora de la felicidad en


tantas familias.

Recomiendo este manual con gran entusiasmo.

E. S.
Mamá feliz de cuatro hijos

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INTRODUCCIÓN
En mis casi veinte años de experiencia profesional
como maestra de kínder, he quedado sorprendida al ver
tanta preocupación de las madres por sus hijos. Ese
hogar de amor y cariño con el que soñaron se ha ido
convirtiendo en un verdadero campo de batalla. El amor
hacia nuestros hijos no nos salva de vivir batallas
agotadoras, berrinches interminables, diferencias
familiares acerca de cómo corregir, qué tanto ceder,
cómo educar. A fin de cuentas, existe una decepción y
muchas veces temor del futuro, que nos amenaza con la
frase conocida: “niños chicos, problemas chicos; niños
grandes, problemas grandes”.

Como madre de tres hijos doy testimonio de ese


cansancio, de esas inquietudes y preocupaciones y de
esas horas extras por convertir mi hogar en un lugar de
armonía y paz. El simple hecho de que tengas en tus
manos un manual para mejorar tu dinámica familiar,
habla mucho de ese compromiso y de esa
responsabilidad que sientes como guía de tus hijos.
Aunque cada hijo es diferente, las estrategias que aquí
desarrollo funcionan. Las hemos trabajado en el kínder
y los resultados que hemos obtenido superaron nuestras
expectativas. Los alumnos cooperan y obedecen, existe
un lazo fuerte entre cada niño y su maestra, y las
dificultades sociales se han vuelto ejercicios de
desarrollo emocional social que les servirán por el resto
de sus vidas. Como mamá he integrado estas estrategias
con éxito. Me siento orgullosa cuando veo a mis hijos
resolver sus diferencias sin pelear, ayudar en la casa y
tratar a los demás como les gustaría que los trataran.

15
Quiero compartir con ustedes, que es posible
convertir cada momento difícil, cada conducta
inadecuada, cada falta de respeto y cada pleito de poder,
en una gran oportunidad para enseñar y formar a
nuestros hijos. Veo el gran reto de criar a una familia
como la mejor escuela de superación personal y
familiar.

Hace tiempo una mamá que tenía que lidiar con su


hijo porque estaba muy consentido, me comentó: Aline,
sé que yo tengo la culpa, sé que el problema soy yo. Es
posible que tuviera razón. Estoy segura de que en
ocasiones, si nosotras somos la causa del problema,
somos también la solución.

En este libro presentaré tres teorías para entender


cómo funciona nuestro cerebro ante diferentes
situaciones y siete estrategias para modificar conductas
de tal manera que, en vez de dañar, se fortalezca la
relación padre-hijo. No es mi intención dar una serie de
pasos como si fuera una receta. Sabemos que cada hijo y
cada familia es diferente. Y quien tiene más de un hijo
sabe perfectamente que lo que funciona con uno, no
siempre funciona con el otro. Sin embargo, con estas
estrategias les puedo asegurar que al final del día no se
sentirán desgastadas y culpables, sino fortalecidas y
plenas.

16
Dice el dicho: “Sin tierra no hay flor”

Sé que verán mucha “tierra” o desorden mientras


usan estas estrategias, como cuando arreglas un clóset y
antes de que quede ordenado ves que todo está por sin
ningún lado, sin pies ni cabeza, como si hubiera caído
una bomba. Es por esto que se requiere buen humor y
paciencia, teniendo en cuenta que:

“El cambio es un proceso, no un evento”

Preparémonos ahora para meter las manos a la


tierra, para sembrar nuestras semillas y gozar a nuestros
hijos antes de que crezcan. Cuanto antes comencemos,
empezaremos a ver los primeros brotes de nuestro
trabajo, que culminará al ver a nuestra familia unida,
con hijos que respeten a sus padres y que valoren lo que
tienen. Porque son nuestros hijos los futuros líderes
positivos de nuestra sociedad.

Ser padres es una gran oportunidad para que


podamos crecer en paciencia, tolerancia, en servicio y
en amor. Espero que con este breve libro puedan, como
yo, transformar el campo de batalla en un lugar en
donde haya cooperación, convivencia positiva y unión.

Bienvenidos a la escuela de la vida:


nuestros hijos, nuestra familia.

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18
CAPÍTULO 1
SEIS PRINCIPIOS BÁSICOS

1.- CADA CONFLICTO ES UNA OPORTUNIDAD

Así como un niño aprende a caminar, debe aprender


a levantarse cada vez que se cae (¡más de 30 veces al
día!). Al ir creciendo, nuestros hijos experimentarán
retos sociales y emocionales diarios que deberán
superar. La forma en que les enseñemos a resolver esas
dificultades les dará herramientas para salir adelante
cuando ya no estemos ahí, como en el recreo del colegio
o en casa de algún amiguito. Cuando estamos
apoyándolos en este proceso, nos convertimos en un
agente positivo que refuerza la integración de sus
sentimientos, emociones, pensamientos y acciones. En
pocas palabras, les enseñamos a “pararse”
emocionalmente.

Cuando nuestro hijo experimenta desesperación


porque no obtiene lo que quiere, o frustración porque las
cosas no salieron como él quería (se reventó su globo), o
enojo (un primito lo empujó), no sabe cómo asimilar
esas sensaciones y emociones. Es por esto que en
NEUROPARENTINGTM el adulto se convierte en un
traductor de los sentimientos y las vivencias del niño.
De esta forma, cada vez que nuestros hijos estén fuera
de control, tendremos un gran momento para enseñar.

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LLORIQUEOS

Tu hijo llora porque ya recogieron a su amiguito


que vino a jugar toda la tarde.
Mamá: Veo que estás llorando, ven, ¿quieres
que te abrace? Recogieron a tu amiguito y
querías seguir jugando. Sé que estás triste
porque ya vino su mamá por él.

2.- RESPETAR SIEMPRE LA DIGNIDAD DEL


NIÑO

Qué fácil es regañar, humillar, burlarnos o


comparar a nuestros hijos con sus hermanos o
amiguitos. En NEUROPARENTINGTM todas las
correcciones se aplican con empatía, siempre con una
voz calmada y tranquila, jamás con agresión.

CORRECCIÓN CON CARIÑO


El hermanito recogió sus juguetes, él no.
Mamá: Puedes guardar tus juguetes o te
puedo ayudar a guardarlos.
Hijo (con enojo): ¡No quiero, no quiero!
¡Quiero jugar!
Mamá: Ya sé, estás enojado, querías seguir
jugando pero ya nos vamos al kínder. Vamos
a ver quién guarda más rápido los juguetes y
gana… ¡Uy, yo ya guardé dos, corre! Ahí está
ése… ¡Oh, no! ¡Me vas a ganar!

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3.- AQUÍ Y AHORA

Muchas situaciones en la vida de nuestros hijos se


salen de nuestro control ya que no siempre vamos a
estar con ellos. Un ejemplo es cuando mandamos a
nuestro hijo al kínder y al recogerlo nos reportan que se
portó mal (le pegó a un compañero). ¿Cómo podemos
corregir cuando no estamos ahí? Es más inteligente la
mamá que sabe que cada interacción en casa es
valiosísima para formarlo dentro y fuera del hogar.

Los problemas que ocurren en el kínder, en casa de


los abuelitos, en piñatas son sólo un reflejo de lo que se
puede trabajar en casa. Casi siempre, en el hogar, se
presentan los síntomas: agresión, extrema introversión,
travesuras, desobediencia. Trabajar en el AQUÍ Y EN
EL AHORA significa hacer valer cada momento en el
que convives con tu hijo. Este principio nos invita a
convertir cada intercambio en una oportunidad de
crecimiento.

Por lo general, la madre convive más horas con los


hijos durante el día. Si en casa reforzamos buenos
hábitos de comportamiento y sociabilidad, éstos
seguramente se irán transfiriendo a sus vidas sociales
cuando nosotros ya no estemos presentes.

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MALA CONDUCTA CUANDO TÚ NO ESTÁS
La maestra te dice que tu hijo le levanta la voz y
le habla muy feo. Tú sabes que en casa también lo
hace contigo. En casa, cuando el niño presenta
este comportamiento, la mamá sabe que tiene la
oportunidad de moldear esa conducta:

Niño (enojado y levantando la voz porque la


mamá no le abre sus gomitas): ¡Abre, ábreme ya!
(Con el paquete en la manita te pega en el brazo y
repite): ¡Abre, ábreme ya!
Mamá: Cuando me hablas así, con la voz fuerte y
con tu carita enojada, me duele el corazón.
Cuando me pegas con tu mano también me duele.
Me gusta que me hablen bonito. Con mucho gusto
te ayudo cuando me lo pidas de una forma bonita.

4.- PRESENCIA

Hay 3 tipos de presencia: - de cuerpo


- de mente
- de alma (espíritu)

A menudo, por la vida agitada que llevamos,


repartiendo nuestro tiempo entre varios hijos, partidos
de fútbol, clases de baile, compromisos y tecnología, no
podemos estar presentes completamente al interactuar
con nuestros hijos. En NEUROPARENTINGTM
invitamos a las mamás a vivir una verdadera presencia
con cada miembro de su familia, a estar ahí en cuerpo,
mente y alma (sí, aunque sea la séptima vez que te
enseña las llantas de ese carrito azul; sí, aunque te
mueras de ganas de responder ese mensaje de tu
iPhone).

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En NEUROPARENTINGTM usamos presencia
empática, en vez de una crítica sarcástica o un simple:
ajá, ok, ok… con la mente en otra cosa.

Existe una práctica llamada deep listening o


“escuchar profundamente” del maestro Thich Nhat
Hanh. En este tipo de práctica, una persona se pone al
servicio de otra al escuchar profundamente sin juzgar,
sin criticar, sin opinar, sin sugerir. Inténtalo: con los
músculos faciales relajados, escucha profundamente a
una persona, demostrando que es valiosa al brindarle
todo tu tiempo y toda tu atención. Inténtalo simplemente
con tu pareja, verás el fruto de esa entrega. Ésta es una
práctica de compasión que abre los canales de la
empatía e incrementa la conexión con nuestros hijos y
seres queridos. Ellos se sentirán seguros de compartir lo
que sea con nosotros, pues saben que serán cuestionados
pero nunca condenados; ellos sentirán alivio al poder
compartir momentos de alegría así como de dificultad.

5.- PROGRAMACIÓN EN POSITIVO

¿Qué es lo primero que se te viene a la mente


cuando te dicen: NO comas chocolate? Seguramente se
vino a tu memoria el nombre o la imagen de tu
chocolate o pastel de chocolate favorito, tal vez hasta se
te hizo agua la boca. ¿Cuántas veces predisponemos a
los hijos a portarse mal o a desobedecer simplemente al
recordarles lo que NO queremos que hagan.

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CÓMO HABLAR PARA QUE TU HIJO SE PORTE MAL
Van camino a casa de los abuelitos y les dices a
tus hijos: NO vamos a jugar a las escondidas en
el clóset de la casa de sus abuelitos como la vez
pasada o Les pido por favor que NO se metan a
la recámara de su abuelita.

En NEUROPARENTINGTM creemos que es


más eficiente comunicar lo que SÍ se puede y debe
hacer.

CÓMO HABLAR PARA QUE TU HIJO SE PORTE BIEN


Vamos a saludar y a hablar bonito.
En casa del abuelito podemos jugar en el
sótano, donde están los juguetes, o en el jardín.
Los que jueguen bonito se pueden quedar un
rato más en el parque.
Cuando el juguete esté guardado, cuento el
cuento.
Salimos a la piñata cuando se hayan puesto
los abrigos.

6.- SONRISA MONA LISA

La madre es una fuente de seguridad y modelo a


seguir para el niño. ¿Podemos acaso esperar que
nuestros hijos demuestren autocontrol si nosotras
mismas nos salimos de control cuando nos hacen
enojar? Tenemos que modelar lo que queremos ver en
nuestros hijos: actitudes positivas, luchas en la
adversidad, servicio, cooperación y cariño.

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Como dice la famosa cita de Gandhi:

Sé el cambio que quieres ver en el mundo.

En NEUROPARENTINGTM, aunque la mamá en


cierto momento esté alarmada, asustada o MUY
enojada, hará lo posible por mantenerse tranquila para
poder servir de escalón en el desarrollo emocional de su
hijo. Esto no significa que tengas que estar cantando y
sonriendo como princesa de Disney mientras ves que
han sacado y jugado con tus pinturas; lo que significa es
que debes hacer un gran esfuerzo por mantener la calma
ante las situaciones de mayor reto y dialogar con tu hijo.

SITUACIÓN EN LA COCINA
Tu hijo acaba de tirar la jarra de limonada en la
cocina (no fue accidente, sino travesura).

Mamá, en vez de ponerse histérica (aunque


sabemos que lo está) expresa su decepción en
forma calmada e imparte una consecuencia lógica:
Ooooh, veo que tiraste la limonada… Hoy no
podremos ir al parque ya que nos quedaremos a
limpiar el piso. Voy a necesitar que me ayudes,
aquí hay un trapito, lo siento.

Aunque sea un niño muy pequeño y con el trapo esté


ensuciando más el piso, no importa, lo esencial es
mantenernos en calma y dar una consecuencia lógica sin
salirnos de control.

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¿Puede acaso una persona que está enojada o
triste dar alegría a los demás?

Difícilmente. Dice el autor Ignacio Larrañaga que


“los que sufren hacen sufrir” y que “sólo los felices
hacen felices a los demás”.

El camino del éxito no es el camino más fácil.


¿Cuándo has escuchado que un atleta exitoso no haya
hecho esfuerzos, no se haya despertado temprano, no
haya sacrificado su vida social, dieta y tiempo para
triunfar?

En NEUROPARENTINGTM también se requieren


sacrificios, tolerancia, paciencia y MUCHO amor para
llevar a cabo cada una de las estrategias que veremos a
continuación.

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¿TENEMOS HORMIGAS EN LA MENTE?

Según el Dr. Daniel G. Amen, las ANTs son los


Automatic Negative Thoughts (pensamientos
negativos automáticos) que produce nuestro cerebro
por naturaleza. Desde el punto de vista evolutivo, si
consideramos que el ser humano tuvo que
sobrevivir por muchos años en condiciones
peligrosas con verdaderos depredadores, podemos
plantear la siguiente pregunta:

¿Qué individuo tiene más posibilidades de


salvar su vida?

¿Aquél que piensa que TODO está bien, que no


pasa nada, o aquél que camina cauteloso, buscando
que no haya un animal feroz que pueda atacarlo?

Según el autor Jonathan Haidt, nuestros cerebros


fueron conectados para la sobrevivencia, no para la
felicidad. Por millones de años, el ser humano se
vio en la necesidad de reforzar esas estructuras
neurológicas con tendencias de angustia, ansiedad y
preocupación. Pero ya no estamos en el Serengeti y
rara vez vemos nuestra vida realmente amenazada.
Ya no estamos en esa situación en donde “o como
lunch o soy lunch”.

Cuando nuestro cerebro no está ocupado tiende


a tener pensamientos negativos y eso es a lo que se
le llaman las ANTs u hormigas.

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El autor Mihály Csíkszentmihályi nos dice que
tenemos la capacidad de entrenar a nuestro cerebro
para tener una tendencia más positiva. Para lograrlo
existen 3 formas:

1.- A través del entretenimiento como la


televisión o hablando con otra persona u ocuparnos
en una tarea diaria.

2.- Desarrollar una disciplina interna que nos


permita concentrarnos. Esto significa darnos cuenta
de que tenemos un pensamiento preocupante y que
lo estamos rumiando constantemente. Al observar
esa estructura de pensamiento, inmediatamente
debemos “pisar las hormigas o barrerlas”, obligando
a nuestra mente a pensar en otra cosa. No es una
tarea fácil (por eso es una disciplina), pero todas las
disciplinas se forman por hábitos.

3.- Salir a caminar, trotar, hacer algún deporte,


desarrollar algunos hobbies como pintar, tocar
algún instrumento musical y hacer actividades de
enfoque mental como matemáticas, escribir o leer la
Biblia. Cualquier actividad con propósito que
requiera habilidades nos ayuda a mantener a las
hormigas bajo control. Pero cuidado, ya que cuando
el cerebro no está ocupado, es fácil que vuelva a
plagarse de esas hormigas.

El famoso dicho romano Mens sana in corpore


sano (mente sana en cuerpo sano) es una reflexión
que nos recuerda que tenemos que balancear lo
mental y lo físico.

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CAPÍTULO 2
INTEGRACIÓN VERTICAL
El cambio comienza en mí

El que domina a otros es fuerte. El que se domina a


sí mismo es poderoso.
Lao-Tsé

Nuestro cerebro no evolucionó como una casa


nueva con cielos altos y amplios espacios con pasillos y
ventanales modernos. Nuestro cerebro evolucionó más
bien como una pequeña casa que fue remodelada una y
otra vez, construyendo áreas nuevas sobre estructuras
antiguas, buscando pasadizos para conectar un cuarto
con otro. Resulta que tenemos tres cerebros en uno, y
dos de ellos con mucha más antigüedad y dominio de
nuestras acciones.

Y sí, nuestros hijos también tienen esos tres


cerebros y la forma en que seamos como padres va a
tener un impacto e influencia importantísimas en sus
vidas emocionales a largo plazo. El integrar estas tres
estructuras a nuestra forma natural de responder a los
estímulos diarios se le conoce como integración vertical.

Las preguntas para nosotros son las siguientes:

¿Con cuál de estos cerebros salimos al mundo?


¿Cuál de ellos domina nuestras interacciones
y motivaciones diarias?

El primer cerebro, llamado comúnmente el cerebro


reptiliano (se estima que evolucionó hace 3 millones de
años), es aquél que fue creado para sobrevivir. Este

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cerebro es el encargado de los procesos automáticos
(respirar, digerir, etc.). Es la parte de nosotros que
cuando camina por una brecha y pisa un tronco, nos
hace sobresaltarnos y saltar hacia atrás asustados,
pensando que podría ser una víbora.

En muchas ocasiones he sido esa mamá cocodrilo


que al ver que sus hijos están a punto de meterse a la
boca un objeto sucio (como las llaves del carro) grita
eufóricamente: ¡Eso no! En mi caso, los gritos de mamá
cocodrilo aparecían puntualmente cerca de las 7 de la
tarde y siempre al final del domingo. Este cerebro
reptiliano es como un sistema de alarma y sus
reacciones son detonadas muy fácilmente por los
niños. Lo que vivió el ser humano hace millones de
años en el Serengueti, al ser amenazado por presas
feroces, estableció eficientísimos sistemas de alarma.
Nos hizo personas preocupadas, ansiosas y muy
inclinadas a pensar lo peor (¿quién sobrevive?, ¿el que
se cuida de ser atacado o el que camina relajado sin
preocupación?).

Hoy ya no vivimos los peligros del hombre de la


selva, pero han quedado las estructuras cerebrales
establecidas tan eficientemente desde hace millones de
años, que hasta las cosas más sencillas de la vida son
interpretadas en el cerebro como amenazas a nuestra
vida. A esta respuesta se le llama comúnmente: fight,
flight or freeze response (pelea, huye o congélate).

El segundo cerebro es el límbico, también conocido


como cerebro mamífero. Apareció hace alrededor de
200 millones de años y evolucionó para ayudarnos a
vivir en comunidades sociales de 100 a 150 personas
aproximadamente; comunidades que compartían
información importante y mantenían segura a la especie,

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a través de lazos y cooperación: Y si mamá muere en el
parto, ¿qué bebé tiene más posibilidad de sobrevivir?,
¿el que será cuidado por su padre cazador o el que
puede ser amamantado por una tía o cuñada? El cerebro
mamífero controla la vida emotiva, el dolor, el placer, la
memoria a largo plazo. El desequilibrio en este sistema
conduce a estados agresivos, depresiones severas y
pérdida de memoria, entre otras enfermedades.

Muchas veces, también he sido la mamá de cerebro


mamífero o la “mamá oso”: al ver que mi hija se quiere
vestir con ropa inapropiada para una piñata le digo: ¡Se
van a burlar cuando te vean con ese vestido tan bonito
con esas botas viejas! Y no puedo dejar de mencionar el
comentario de vergüenza social: Debería darte pena
llorar así, en frente de TODOS tus amigos.

Por último, evolucionó nuestro cerebro pensante: la


neocorteza cerebral. Gracias a esta nueva parte del
cerebro tenemos lenguaje, nos damos cuenta de que
estamos vivos, planeamos a futuro, resolvemos
analogías, usamos la creatividad y solucionamos
problemas con lógica.

CEREBRO TRIUNO
El cerebro Reptiliano Se basa en sobrevivir y
busca SEGURIDAD.
El cerebro Mamífero Se basa en la EMOCIÓN y
conexión social.
El cerebro Moderno Se basa en la RAZÓN y la
autorregulación
(autocontrol).

¿Qué es más importante para sobrevivir: tener


seguridad o poder pensar?

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Seguramente, si empieza a perseguirme un perro
rabioso en la calle, mi cerebro reptiliano se activará de
inmediato, inundándome de adrenalina para treparme a
un árbol y salvar mi vida. Muchas personas que viven
experiencias de alto peligro, no recuerdan gran parte de
las vivencias y no saben cómo lograron escapar; dicen
que no estaban pensando, solamente actuando.

Si se ve amenazado el cerebro reptiliano, NO


podremos accesar adecuadamente al sistema límbico de
las emociones y tampoco a la corteza para resolver
problemas.

¿Puede un niño que está aterrado por ver al payaso


“tenebroso” en una piñata, entender tu explicación
lógica de que el payaso es “únicamente un muchacho
disfrazado y con pintura en su cara”? La neurociencia
nos indica que durante ese momento, tus palabras
estarán como en chino. Recomendación: no te desgastes
con una explicación.

¿Puede acaso un niño que no tiene conexión con


una persona cercana resolver problemas inteligente-
mente? Difícilmente lo hará. El ser humano es un
animal (sí, un animal) social. Si se siente aislado del
grupo o “tribu”, estará buscando conexiones con quien
pueda: tristemente he visto a niños que, en vez de ir a
jugar con sus compañeros a los juegos del recreo en el
kínder, se aferran a nuestros delantales o se sientan en
nuestros regazos TODO el año escolar, buscando amor
y conexión (y luego nos preguntamos por qué hay tanta
depresión infantil).

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¿Con qué cerebro abordas tu vida?

Al lograr integrar mis tres cerebros la mayor parte


del tiempo, y si puedo estar consciente de mis
sentimientos y logro ponerle palabras a mis vivencias,
apoyaré a que mi hijo haga lo mismo.

33
Ejemplo:
Tu esposo prometió ayudarte a bañar a
COCODRILO=

los niños y nunca llegó.


PELEAR. FIGHT AND FLIGHT.

Con voz enojada gritas, agredes y huyes:

¡No se vale! ¡Ya para qué llegas! Me voy a


bañar.

CHANTAJEAR. Con voz ofendida


demuestras el daño a la
relación entre ustedes usas comparaciones:
OSO=

Tus hijos se quedaron preguntando por ti,


querían tu abrazo, los decepcionaste. Me
dijo mi cuñada que tu hermano SIEMPRE
ayuda a bañar y a dormir a sus hijos. Se nota
que no te importan.

Y muy decepcionada le haces la ley del


hielo o le demuestras con acciones que su
lazo matrimonial está dañado.

34
Ejemplo:
Tu esposo prometió ayudarte a bañar a
los niños y nunca llegó.
Con voz tranquila y viendo a tu esposo a los
ojos, le pides que te escuche sin interrumpir (vas
a integrar los tres cerebros en tus palabras).
Neuropadre=integración de 3 cerebros, uso el lenguaje y la razón.

Reptiliano (acciones): Cuando me dices que vas


a venir a ayudarme a bañar a los niños y no
llegas, me haces sentir muy mal; me enojo.

Mamífero (emociones): Me duele ver que los


niños esperaban a que llegaras y se quedaron
dormidos sin verte. Me sentí muy decepcionada.
Mientras hacía todo sola sentí coraje, porque
me habías dicho que me vendrías a ayudar.

Neurológico (lógica): Entiendo que no es fácil


salir de la oficina y que los pendientes nunca
terminen, pero te quería decir cómo me siento.
¿Te parece bien si mañana me ayudas a
levantarlos y vestirlos y los llevas al kínder?

Nota: Esta última pregunta es con la intención


de poder reparar
el daño, no se trata de obligarlo ni castigarlo:

¡Ahora los llevas mañana al kínder!

Se trata de ofrecer varias opciones de acciones


para resolver el conflicto y restablecer la
armonía.

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El reto en NEUROPARENTINGTM no es
solamente trabajar el cerebro más nuevo. El primer
objetivo es reconocer en mí estas tres modalidades de
responder a las personas y a las situaciones de la vida.
El segundo objetivo es ayudar a integrar estos tres
cerebros en nuestros hijos.

¿Suena fácil? Seguramente no. No al principio.


Después de cierto tiempo se convierte en una forma de
conversación común.

EJEMPLO INTEGRANDO AL CEREBRO


Mamá: ¡Uyyyy, hay mucho tráfico y vamos
tarde a tu clase de natación! Esto me
desespera. Pero bueno, como no puedo
hacer nada para llegar más rápido,
pondré música que nos guste para que el
camino se nos haga más corto.

Nuestro mayor reto, antes de que logremos ayudar a


que nuestros hijos integren estas tres estructuras
antiguas y nuevas del cerebro, es que aprendamos a
descubrir qué tipo de mamá somos. ¿Acaso todo el día
soy una mamá cocodrilo que constantemente ataca?, ¿o
que al ver una situación de conflicto, por ejemplo: mis
niños se están peleando, me voy a la cocina “para no
escucharlos”?, ¿o soy una mamá oso y lo único que me
importa es “el qué dirán”, pues toda la opinión social
rige mis metodologías y mis formas de disciplinar?

La invitación de NEUROPARENTINGTM consiste


en ir poco a poco dándonos cuenta de nuestras
reacciones, para entonces modelar a una persona
neurológicamente integrada. Y aunque en ocasiones

36
veremos a la mamá cocodrilo o a la mamá oso salir en
nosotros, nos inclinaremos más cada día a patrones en
donde todo se puede sentir, pues haremos una pausa
entre la emoción y la acción. Esa pausa nos permitirá
usar la razón en vez de los impulsos.

Cuando todo el día la mamá es manejada por sus


temores, seguramente sus hijos se quedarán en un estado
de cerebro reptiliano: todo asusta, todo da miedo, todo
es peligro, “mejor me meto a mi cueva (mi casa) donde
tengo seguridad”. Así, los hijos crecen con miedo hasta
de su sombra.

Si como madre estoy reaccionando emocionalmente


a TODO lo que me ocurre, gritando en el
tráfico, quejándome porque ensuciaron los tenis de lodo,
llorando desconsoladamente por cualquier incidente,
entonces tampoco puedo esperar que mis hijos maduren
su área racional.

37
Estás a punto de pagar el súper y tu hijo te
grita: ¡Lo quiero, lo quiero! Claro, es el dulce
con el personaje de su película favorita y lo
quiere y te vuelve a gritar: ¡Lo quiero!

Con la voz elevada dices: Ya te dije que no.

Y se lo arrancas de las manos.


Tu hijo insiste: ¡Lo quiero, lo quiero!
MAMÁ COCODRILO=

Y respondes: ¡Que no, que no!


Después de muchas explicaciones y gritos, tu hijo
empieza a llorar amargamente insistiendo: Lo
quiero, lo quiero.

Como mamá cocodrilo le pegas en la mano en el


momento en que intenta volverlo a tomar. Poco
después, te sientes arrepentida de haber agredido a
tu hijo (o fastidiada de su necedad) y le dices: Ok,
pero es la última vez que te compro esto.

En verdad, ¿crees que será la última vez que esto


ocurrirá?

38
Estás a punto de pagar el súper y tu hijo te
grita: ¡Lo quiero, lo quiero! Claro, es el dulce
con el personaje de su película favorita y lo
quiere y te vuelve a gritar: ¡Lo quiero!

Tu hijo empieza a pedir: ¡Lo quiero, lo quiero!

Tú respondes: ¡Shhhh!, baja la voz. Acuérdate de


que te dije que tú ibas a escoger el cereal, no
venimos a comprar dulces, no traje dinero.
Tu hijo grita más fuerte: ¡Lo quiero, lo quieroooo!
MAMÁ OSO=

Volteas a tu alrededor apenada, el niño hace más


pataletas y te apena: Ay, mi hijito, ya cálmate,
cálmate, shhhh, pero recuerda: ésta es la última
vez que te lo compro.

¿Crees que ésa será la última vez que comprarás


ese producto?

39
Estás a punto de pagar el súper y tu hijo te
grita: ¡Lo quiero, lo quiero! Claro, es el dulce
con el personaje de su película favorita y lo
quiere y te vuelve a gritar: ¡Lo quiero!

Van camino al súper y le platicas a tu hijo de las


tentaciones que van a encontrar ahí:
Hijito, me gustaría poder comprarte todo lo que hay en
el súper; a mí a veces me dan ganas de comprarme un
chocolate, o algo que me gusta mucho. Pero hoy
venimos a comprar lo que tengo anotado en mi lista y
tú me puedes ayudar. Tenemos que escoger el cereal y
las galletas, ¿quieres ayudarme a escogerlos? Tu hijo
NEUROPADRE=

responde: Sí… y otro día vendremos con papi. Cuando


él tenga más dinero tendremos oportunidad de
comprarnos las cositas que nos gusten.
Ya dentro de la tienda, tu hijo ve el producto con su
personaje favorito y dice: Lo quiero.
Primero, como neuropadre, estás presente en su
sentimiento: ¿Lo quieres?, ¡pues claro, trae a Mickey!,
está lindísimo, lindísimo. ¡Ay, cómo te lo quisiera
comprar!, tú sabes que sí te lo quiero comprar.
Cuando vengamos con papi lo podremos comprar.

Pero tu hijo todavía no está dispuesto a ceder y grita:


Lo quiero, lo quiero.

Te sientes frustrada, pero no actúas con frustración;


también te sientes apenada, pero no actúas por temor
social: Hijito, cuando te pones así, me es muy difícil
invitarte al súper. Yo sé que lo quieres y cuando
vengamos con papi te lo voy a comprar.

A partir de ahí, ya no discutes, simplemente utilizarás


una de las estrategias llamadas “el disco rayado” y
dirás: Ya sé, ya sé, a cualquier comentario extra del
niño, hasta que salgan del súper sin ese producto.

40
Los primeros dos modelos les enseñaron a tus hijos
que como madre no eres predecible y que eres débil.
Aunque a corto plazo tus hijos obtienen lo que quieren,
tú no te conviertes en pilar de fortaleza, sino al revés: te
conviertes en una persona flexible, que fácilmente
sucumbe ante la presión.

¿Queremos hijos que sucumban ante la


presión de un mal amigo?

Es necesario modelar lo que queremos ver en ellos.


Si queremos hijos firmes en sus valores y en sus
virtudes, nosotros debemos mantenernos firmes a pesar
de las dificultades que estemos viviendo. Recuerda:
cada momento con nuestros hijos es una oportunidad
para enseñarles valores diferentes y para entrenarnos en
esa enseñanza.

¿Caos o calma?

Gran parte del cerebro continúa en desarrollo hasta


mucho tiempo después del nacimiento, por lo tanto, es
muy maleable y puede ser esculpido para bien (o para
mal), a través de las interacciones diarias. En
NEUROPARENTINGTM se intentan integrar las tres
estructuras cerebrales.

En NEUROPARENTINGTM fomentamos que la


mamá sea como un espejo que le pone palabras a las
vivencias de sus hijos.

41
Ejemplos:

Veo que estás decepcionado porque se canceló el


partido de soccer.
Me imagino que estás triste porque no te invitaron
a esa fiesta.
Sé que estás preocupado porque no encuentras tu
libro de matemáticas.

¿Con cuál de estos cerebros te educaron a tí?


¿Con cuál educas a tus hijos?

Un NEUROPADRE sabe integrar las3 estructuras


cerebrales usando frases como la siguiente:

“Como _(1.acción),
me siento (2.emoción)
porque (3. lógica). ”

Ejemplo:
Como pellizcaste a tu hermana
me siento enojada, porque ella
es chiquita y en esta casa nos
tratamos bien.

42
EJEMPLO INTEGRANDO AL CEREBRO

Un niño grandote le gritó a tu niña y la corrió del


brincolín del parque. Sobresaltada y asustada,
corre hacia ti llorando.

Lo primero que debes hacer es cambiar su estado:


sabemos que ella no puede razonar en cerebro
reptiliano (su seguridad fue amenazada). Como
neuropadre reconoces que su cerebro reptiliano
fue estimulado y que primero debes darle
seguridad.

Mamá: Uy, ven, yo te abrazo, estás llorando


(como si fueras un espejo verbalizas
tranquilamente lo que ves en tu hija). Te asustaste
mucho; veo que hay un niño que te gritó y que no
te deja jugar en el brincolín.

Nota: Aquí muchas mamás activan sus


cerebros cocodrilo y corren a gritarle al
niño del brincolín, ABANDONANDO a
su hija. Otras mamás se sienten apenadas
porque su hija esté llamando la atención y
minimizan el conflicto: No pasa nada,
juega en los columpios, sin darse cuenta de
que también con esa respuesta abandonan
emocional-mente a su hija.

Como neuropadre debes continuar: Ese niño te


gritó y te asustó, y yo estoy aquí para cuidarte
porque te veo con miedo. Al reconocer que tu hija
perdió la seguridad avalas y describes sus
sentimientos, poniendo palabras a sus emociones:

43
EJEMPLO INTEGRANDO AL CEREBRO

Se siente muy feo cuando alguien te grita, se


siente feo que no te dejen jugar.
Después, le ofreces a tu hija maneras de
solucionar el conflicto: ¿Quieres ir a decirle al
niño que te deje brincar o prefieres ir a los
columpios?

Nota: Un neuropadre NO le soluciona el


problema a su hija, porque reconoce que
no va a estar toda la vida a su lado para
ayudarla. Lo que hace es fortalecerla
enseñándole a pedir lo que quiere y a
buscar opciones.

Para que la experiencia tenga todavía un mayor


momento de aprendizaje y para fortalecer el
pensamiento positivo, puedes agregar: Me siento
contenta de que siempre compartas el brincolín
con los demás. ¡Qué bueno que le hables bonito a
tus amigos! Te quiero.

Cuando el cerebro de tu hija empieza a


comprender lo que vivió, las respuestas iniciales
de miedo, ansiedad, frustración, etc., pasan de ser
inconscientes a un plano consciente. En vez de ser
controlada por sus emociones, ella logra
controlarlas y calmarlas.

44
El puente entre el estímulo y la respuesta

En NEUROPARENTINGTM los papás enseñamos a


nuestros hijos a hacer pausas, en vez de reaccionar en
automático:

ESTÍMULO RESPUESTA

usamos

PAUSA

ESTÍMULO RESPUESTA

En esa pausa está toda la diferencia. Es válido


permitirnos sentir TODAS las emociones humanas ya
que éstas llegarán sin preguntar. Pero existen diferentes
formas de actuar y de responder a esos estímulos. Un
neuropadre, además de hacer una pausa antes de
reaccionar, usa palabras para traducir las emociones de
sus hijos.

Ejemplos:

Veo que estás decepcionado porque se canceló


el partido de soccer.
Me imagino que estás triste porque no te
invitaron a esa fiesta.
Sé que estás preocupado porque no encuentras
tu libro de matemáticas.

45
No todos los padres han tenido la oportunidad de ser
instruidos en inteligencia emocional. Hoy, nosotros
podemos aprovechar todos los nuevos estudios de la
neurociencia y de la psicología positiva para saber cómo
funciona el cerebro y para tener la confianza de que,
aunque todavía tengamos patrones de tipo reptilianos o
mamíferos, podamos modificarlos. Como resultado
seremos padres más conscientes y presentes, y
extenderemos lazos fuertes con nuestros hijos. Lazos
que durarán para toda la vida y que, en vez de generar
dependencia, odio o apatía, generarán hijos
independientes, responsables, autorregulados y con
confianza en ellos mismos.

46
¿FORTALECER O DEBILITAR?

La forma en que educamos a nuestros hijos


tiene un efecto importantísimo en sus cerebros,
especialmente en los lóbulos frontales.

Es por esto que al cerebro se le ha llamado


muchas veces un órgano social. Cada vez que
trabajamos con nuestros hijos los lóbulos
frontales, fortalecemos las siguientes funciones:

1.- Habilidad para aprender


2.- Habilidad para concentrarse
3.- Habilidad para reflexionar
4.- Buen control de impulsos
5.- Habilidad de planeación
6.- Empatía
7.- Regulación emocional
8.- Resolución de problemas
9.- Inteligencia emocional y social

Cuando los padres consistentemente logran


calmar su estrés, en vez de detonarlo, comienzan
a establecer caminos verticales que van de arriba
(neocorteza) hacia abajo (reptiliano). Como
resultado, los niños tendrán sistemas eficientes
para regular su estrés, lo que a su vez les
permitirá tener un buen coeficiente intelectual y
una inteligencia emocional fuerte.
* (Child Adolescent Psychiatrist Review 2005
Feb 14)

47
48
CAPÍTULO 3
INTEGRACIÓN HORIZONTAL
Trabajando los dos hemisferios
cerebrales

La felicidad es el viaje, no el fin. Trabaja para


conseguirla.
Vivir las experiencias de la vida es obligatorio.
Sufrirlas o gozarlas, es opcional.

Algunas mamás me han confesado que sienten


como si sus hijos tuvieran personalidades múltiples. En
un momento del día están alegres, amables y contentos
y, de pronto, sin una razón de peso o a cierta hora del
día, se vuelven berrinchudos, enojones o sentidos. Las
mamás dicen que es como tener a varias personas dentro
de un mismo niño. Estoy totalmente de acuerdo con
ellas y me atrevo a decir que hasta en mí misma ocurren
cambios hormonales, temporales y diarios, que quisiera
no experimentar. Después de ver la manera en la que
evolucionó nuestro cerebro: de reptiliano a mamífero,
luego a lógico y moderno, podemos ser más
comprensivas con nuestros hijos y con nosotras mismas.
Como ya lo hemos visto anteriormente, la integración
vertical es integrar estas tres estructuras, de arriba hacia
abajo: pienso, evalúo mis sentimientos y los de los
demás y actúo.

Para complicar nuestra ecuación, resulta que


tenemos también dos hemisferios cerebrales: el derecho
y el izquierdo. No debería de extrañarnos que nuestros
hijos vayan de lo racional a lo irracional, y de lo
reflexivo a lo reactivo de un momento a otro. El cerebro

49
de nuestros hijos está moldeándose por cada experiencia
y de hecho seguirá moldeándose hasta la edad adulta,
según comprueban los nuevos mapeos cerebrales, los
cuales permiten estudiar el cerebro en formas nunca
antes imaginadas. Por un lado, estas nuevas tecnologías
han confirmado lo que mucho antes se creía del cerebro
y, por el otro, nos han dado la gran sorpresa de que el
cerebro es mucho más moldeable de lo que se creía. Es
por esto que trabajar en integrar no solamente
verticalmente, sino horizontalmente el cerebro
(hemisferios izquierdo y derecho), resulta
importantísimo para ayudar a nuestros hijos a florecer.

El hemisferio izquierdo trabaja todas las “eles”(L):


la Lógica, la Lingüística, lo Literal y todo lo Lineal
(hacer secuencias, seguir un orden). El hemisferio
derecho es mucho más intuitivo y emocional. Como es
NO verbal, manda y recibe señales que le permiten
comunicarse de otras formas: contacto visual, tono de

50
voz, posturas y gestos. En vez de ver detalles y orden, al
hemisferio derecho le preocupa todo lo general, la
visión completa de la experiencia y se especializa en
imágenes, emociones y memorias. Cuando tenemos un
“presentimiento” o un sentimiento de que algo va a
pasar, surge de nuestro hemisferio derecho. Este
hemisferio es ansioso y preocupón. En cuanto a
desarrollo se refiere, los niños muy pequeños, por lo
general, dominan el hemisferio derecho, ya que en estas
edades su lenguaje no se ha desarrollado y viven sus
vidas no en el pasado ni en el futuro, sino en el
momento. Cuando empiezan a preguntar: ¿Por qué
esto?, ¿por qué pasa esto otro?, sabemos que el
hemisferio izquierdo de la lógica y del lenguaje ha
comenzado a despertar. Para poder vivir una vida
balanceada, creativa y completa, es necesario fortalecer
la comunicación o el puente entre los dos hemisferios.
La meta es que los hemisferios trabajen en equipo y que
estén horizontalmente integrados actuando en armonía,
balanceando la razón y la emoción. Un niño que logra
responder activamente con la razón y con el corazón a
cada experiencia de vida podrá navegar más fácilmente
en el mundo social.

El famoso neuropsiquiatra, el doctor Daniel J.


Siegel, nos recomienda conectar y redirigir (connect and
redirect). Cuando tu hijo esté muy enojado, busca
conectarte emocionalmente con él (de una forma NO
verbal), para comunicarte con su hemisferio derecho (el
que maneja todo ese drama). Ya que tu hijo esté más en
control y receptivo, puedes traer lecciones y disciplina
con empatía. Cuando un niño es inundado de fuertes
emociones que se salen de control, es buena idea usar
pocas palabras o frases cortas acerca de lo que le pasa,
para que el hemisferio izquierdo pueda hacer sentido de

51
la experiencia, permitiendo que el niño lo digiera y
restablezca su equilibrio.

PROBLEMAS EN LA PELUQUERÍA

Llevas a tu hijo a cortarle el pelo y al escuchar


el ruido del aparato que se acerca a su cabeza,
empieza a gritar, llorar y patalear.

NEUROPADRE:
1.- Conecta con hemisferio derecho. Acércate a
tu hijo, dale la mano con confianza y afirma: Yo
te cuido, aquí estoy, yo te cuido (lenguaje
corporal y frases cortas).
2.- Redirige o distrae con hemisferio izquierdo:
Escucha… es como un carrito, hace cosquillitas
en tu cabeza, es como un carrito. ¿Dónde está el
carro de papi?

Otra estrategia muy eficiente para lograr una


integración cerebral es movernos, ya que los dos
hemisferios se conectan cada vez que caminamos o
realizamos movimientos. Una forma sencilla de lograr
esta integración es usar el patrón cruzado, como cuando
marchamos (pierna izquierda, pierna derecha, etc.).

52
ME PICA EL SHAMPOO
1.- Conecta con hemisferio derecho:

Mamá (te acercas a tu hijo con una toalla): Uyy,


estás llorando, tus ojitos te pican, ven, aquí hay
una toallita, ¿te los quieres secar? Tu hijo se
limpia los ojos; sigue llorando.

2.- Redirige usando movimiento:


Mamá: A ver quién llega primero a tu cuarto
para leer el cuento de Elmo, una carrerita a ver
quién llega primero. Y ya, en su cama, puedes
abrazarlo, hacerle cosquillitas en la espalda o
darle un abrazo si es que tu hijo disfruta del tacto.
Con este ejercicio, tu hijo volverá a ganar el
control sobre sus emociones.

Para fortalecer los caminos neuronales debemos


integrar el cerebro verticalmente (de arriba hacia abajo)
y horizontalmente (de hemisferio derecho a izquierdo),
como ya lo hemos ejemplificado.

Si lo hacemos así todos los días, será más natural


para nuestros hijos recobrar su equilibrio emocional y,
sobre todo, lograremos que cuando crezcan lo recobren
sin nuestra ayuda.

53
MENOS ES MÁS

Los estudios del Dr. Harvey Karp demuestran


que pequeñas frases verbalizadas con empatía,
reducen significativamente la duración de los
berrinches. Te recomiendo utilizar pequeñas frases y
mucha repetición.
Ejemplos:
Vas a salir a cenar con tu esposo, pero tu hijo
quiere que te quedes.
Hijo: ¡No te vayas, no te vayas!, ¡quédate
conmigooooo! ¡Nooo, no te vayas!
Mamá: Ya sé, no quieres que me vaya, no quieres
que me vaya, ya sé.

Hijo: ¡Quiero, quiero, quiero esa peloooota!


Mamá: Quieres esa pelota, ya sé que quieres la
pelota de tu primo. Sí, ya sé que quieres esa pelota.
Sí, sí, esa pelota.

Hijo: ¡Mi globo, mi globo!


Mamá: Sí, se reventó tu globo. Estás triste. Sí, se
reventó, querías tu globo, Sí, ya sé...

Como los niños todavía no tienen un sistema


efectivo de regulación de estrés, los sistemas de
alarma (la amígdala) se detonan a cada rato y esto
los hace sentirse ansiosos, enojados, con miedo, etc.

Un NEUROPADRE sabe que la relación padre-


hijo solo se desgasta al tratar de razonar con un niño
que está fuera de control.

54
CAPÍTULO 4
INTEGRACIÓN SENSORIAL
No somos responsables de lo que sentimos, pero sí de lo
que hacemos con lo que sentimos.
Sergio Sinay

Imagina el siguiente escenario: para tu cumpleaños


has elegido ir a comer a tu restaurante favorito con tus
amigas. Al llegar, te sorprende ver que no está prendido
el clima, aunque hace mucho calor afuera. Intentas
ordenar tu platillo favorito, pero la música está más
fuerte de lo normal, como si fuera una fiesta a media
noche. Al probar la comida, de inmediato sientes como
si estuvieras comiendo vidrios y el único sabor que
percibes es ¡pimienta! ¿Será que estás soñando una
pesadilla o te habrán jugado una broma tus amigas? No.
Lo que estás viviendo es algo que se llama
“desintegración sensorial”.

Aunque los adultos nos sintamos ya muy cómodos


con casi todo lo relacionado con los sentidos (los ruidos,
los sabores, la ropa, los zapatos), los sistemas nerviosos
de nuestros hijos están todavía en desarrollo. ¿Qué
sucede cuando alguno de los sentidos todavía no ha sido
interpretado adecuadamente por el cerebro? Si un niño
tiene una reacción excesiva en la piel, cualquier
etiqueta, tenis y hasta el pañal de la mejor calidad le
molestará enormemente. Las toallitas húmedas no
estarán frescas, estarán heladas, y la comida suave o en
cierta presentación le causará enormes problemas.
Imagínate un mundo en donde cada cosa que sientes es
inconsistente y se convierte en algo que te amenaza a
nivel físico y emocional.

55
Estímulos sensoriales

Todos los días recibimos muchas señales por parte


de nuestros sentidos. Ellos nos dan información de cosas
como nuestro balance y movimiento; también nos dicen
cómo comportarnos, cómo interactuar con éxito (sin
ahorcar al dar un abrazo, por ejemplo) y a tener una
planeación motora adecuada. En muchos alumnos he
visto que algunos de sus sentidos están todavía en
desarrollo. Las mamás me dicen: Aline, mi hijo sólo
come texturas suaves como yogurt o papillas o ¡Qué
pena que siempre trae los mismos zapatos! Son los
únicos que no se quita.

Conozcamos los tipos de respuestas a estímulos


sensoriales:
(Volkmar, Chawarska, & Klin, 2005; Baranek,
Foster & Berkson, 1997)

Se refiere a la falta Ejemplo:


Hiporrespuesta

de respuesta o a una - Se pegan y no les


respuesta de duele.
insuficiente
intensidad a los -No les molesta probar
estímulos sabores amargos, como
sensoriales. medicinas.

Se refiere a una - Les molesta mucho la


Hiperrespuesta

respuesta exagerada luz o los sonidos.


a los estímulos
sensoriales. - Evitan tocar ciertas
texturas.

56
Respuesta Combinación en las -Responden
Mixta respuestas de tipo exageradamente al
hipo e híper. tacto, pero no responden
a sonidos muy fuertes.

Ejemplos de desintegración sensorial y cómo se


manifiesta:

Alta respuesta Baja respuesta Estímulos


sensoriales
presentados
Tapa sus oídos No se asusta Busca subir y
con sus manos con ruidos bajar el sonido
frecuentemente. fuertes. de la tele.
Oído

Hace ruidos
usando
juguetes y
sartenes.
Le molestan Camina y pisa Busca objetos
Vista

mucho las luces. o tumba cosas. brillantes que


Se tapa los ojos Responde muy giren e
en el sol. lentamente a imágenes en
objetos que se movimiento,
mueven, como como la
pelotas. televisión.
Le dan asco No responde a Olfatea la
Olfato

ciertos olores, olores, ni ropa, los


como el perfume aunque sean zapatos, la
o el café. Los muy comida…
evita. desagradables. todo.
Si alguna Puede comer Prueba todo,
comida no le comida muy hasta cosas
gusta puede caliente o que no son
Gusto

vomitar. La enchilada sin comida. Le


temperatura de problema. gusta la
sus alimentos le medicina.
importa mucho.

57
Alta Baja Estímulos
respuesta respuesta
sensoriales
presentados
No soporta No le Muerde
ensuciarse. Le importa cosas como
Tacto

incomoda la estar los puños de


mayoría de su mojado o su camiseta.
ropa.
sucio. Se le Busca rodar
caen las en el pasto o
cosas de las en el lodo.
manos.
No tiene buena Todo quiere Le encantan
coordinación y empujar, los abrazos
Balance

evita jugar levantar o que estrujan


activamente jalar. y el juego
con otros.
vigoroso.
Se marea en el Puede dar Siempre se
carro. No vueltas y mueve.
confía en su vueltas y Busca que
equilibrio. nunca su cuerpo
marearse. gire o se
Movimiento

columpie
constante-
mente. Con
frecuencia
se cae de su
silla, ya que
la balancea
de lado a
lado.

58
¿Y si mi hijo muestra desintegración en algún
sentido?
Muy sencillo, el tratamiento se llama
informalmente “dieta sensorial”. Esta “dieta” ayuda al
sistema nervioso a adaptarse al ambiente diario,
buscando el estímulo óptimo de intensidad, duración y
frecuencia que cada niño requiere.

En el kínder, cuando vemos que un niño está


sobresaturado y deja de participar o empieza a buscar
estímulos (como rodar en el piso), buscamos la manera
de calmarlo según su necesidad.

Unos niños responden muy bien a un abrazo fuerte


y prolongado (el sentirse protegidos los hace respirar
profundo y recargarse de energía). Otros niños necesitan
cargar cosas pesadas o empujar, así que les pedimos que
nos ayuden a traer los carritos de las loncheras. Un
masajito ligero en la espalda puede alertar a un alumno
en menos de un minuto. Y cuando el grupo está ya muy
estimulado y no coopera, apagamos las luces, ponemos
música clásica en volumen bajo y los niños acuestan sus
brazos y cabeza sobre las mesas por unos tres minutos.
Es impresionante lo que nos rinden después de este
ejercicio. Marchar de un lado a otro o en círculos,
también balancea hemisferios cerebrales y calma el
estrés.

Cuando llegue esa hora del día en que veas que tu


hijo está por explotar, ayúdalo con actividades que
integren sus sentidos. Si te llega muy necio del colegio,
puede ser momento de una dieta sensorial. He aquí
unos ejemplos:

- Para niños con problemas de movimiento y


tacto, puedes intentar juegos físicos no violentos que

59
incluyan rodar, abrazar, luchitas en la cama, masajes o
cosquillitas con diferentes cepillos. La plastilina, masas,
arena y pinturas dactilares ayudan también.

- Para un niño que muerde todo, puedes


calmarlo dándole fruta seca y si tiene edad de masticar
chicle ofrécele uno. Un baño con burbujas también hace
maravillas.

- Para niños que requieren espacios estrechos


para calmarse (conocidos a veces como espacios de
“vientre materno”), puedes prestarles un sleeping bag,
hacerles clubs de cajas de cartón o armar carpas con
sábanas.

- Para niños que son muy sedentarios, una pilita


con agua fresca los alerta bastante.

- Si el caso es desintegración auditiva, usa


audífonos o tapones de oídos en lugares en donde sepas
que se puede irritar, como en el cine o piñatas. Salir a la
naturaleza es una excelente estrategia para restablecer la
calma. En internet hay muchos sonidos de fuentes de
agua, white noise y música clásica.

- Para problemas con lo visual, checa que los


cuartos no estén cargados de estímulos como colores
vibrantes y muchos juguetes. Busca crear algún lugar
más zen con luz natural y paredes neutras. Otros niños
buscan todo lo contrario: paredes coloridas y ambientes
con luces fluorescentes que ellos mismos puedan
prender y apagar.

Para la escuela, hay muchos productos que ayudan


a los niños a enfocarse mucho mejor, como unos
asientos que rebotan muy ligeramente, permitiendo que

60
el niño se mueva sin molestar al resto del grupo.
Algunas mamás ponen pistachos en las bolsas de los
pantalones de sus hijos, para que puedan calmar su
necesidad de estimular sus manitas. Existen muchos
sitios de internet como http://out-of-sync-child.com y
http://sensorysmarts.com que ofrecen tips y productos
para ayudar a integrar los aspectos sensoriales en
nuestros hijos.

Si podemos detectar y apoyar a nuestros hijos en las


dificultades sensoriales desde temprano, no sólo los
podremos ayudar a corto plazo, sino en todo su
desarrollo. Al conocer los síntomas de la desintegración
sensorial (sonido, vista, tacto, balance y movimiento),
podremos fortalecer e integrar neurológicamente mejor
a nuestros hijos, antes de que sean etiquetados como
aislados, agresivos o hiperactivos.

Nota: Toma en cuenta que mientras un niño crece,


es muy común que uno o dos sentidos estén en proceso
de desarrollo. Sin embargo, si notas que tu hijo tiene
varios sentidos afectados, busca apoyo para verificar
que no tenga un trastorno de integración sensorial. Un
apoyo a tiempo puede rescatarlo de grandes problemas
emocionales y sociales y ayudarlo a florecer. También
te recomiendo leer el libro de The Out-of-sync Child,
escrito por Carol Stock Kranowitz.

61
LA TRAMPA DEL ENOJO
Cuando un niño nace, su cerebro todavía se está
formando. Muchas de las células están en proceso
de migrar al lugar adecuado. La forma en que
criamos a nuestros hijos tiene un profundo efecto en
una parte del cerebro llamada neocorteza. Los
neurocientíficos han detectado siete sistemas
emocionales innatos en el cerebro reptiliano: rabia,
miedo, dolor o duelo, búsqueda, cuidado, juego y
deseo.
Estos sistemas son como músculos; entre más se
activan, más fuertes se volverán.

Dependiendo de la emoción, diferentes químicos


son secretados. Algunos causan estrés y angustia
(cortisol, epinefrina y adrenalina); otros generan
calma, alegría y bienestar (serotonina, prolactina,
dopamina, GABA, entre otros). Entre más
activemos los químicos de bienestar, éstos se
convertirán en parte de la personalidad del niño. Los
especialistas como el Dr. Daniel J. Siegel afirman:

States becomes traits.


(Los estados se convierten en cualidades)

Es por esto que nos advierten de no caer en la


“trampa del enojo”. Cuando nuestro hijo está
frustrado y hace berrinche o llora en extremo, es
inútil darle razones y explicaciones. Es mejor
calmarlo y distraerlo. Si nos mantenemos tranquilos
y en calma, ayudamos a que nuestro hijo se
autorregule con mayor rapidez.

¿Qué estados emocionales estamos reforzando


en nuestro hogar?

62
CAPÍTULO 5
CONEXIÓN ANTES QUE
CORRECCIÓN
El intelecto busca, pero es el corazón quien halla.
George Sand

NECEDAD Y LLORIQUEOS
Niño: ¡Cárgame, cárgame, cárgame!… ¡Que me
caaaaaaargues!
Niña lloriqueando: Quiero uno, dame uno, uno,
uno, uno, uno, uuuuuuunoooooo.
Niño llamándote: ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami?
¿Mami? ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami?
¿Mami? ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami? ¿Mami?
¿Mami? ¿Mami?…Y apenas son las 7:40 de la
mañana.

¿Cómo puede ser que una palabra o frase pequeña


en esa vocecita tan inocente e insistente nos enloquezca
tanto? ¡Porque funciona! Funciona tan bien que nuestros
hijos se han dado cuenta de que si necean lo suficiente,
lograremos hacer o darles lo que ellos quieren. Hasta mi
perrita Shakira ha aprendido acerca del poder de la
necedad.

Imagina el siguiente escenario: tienes todo el día con


tus hijos; ya cenaron, los bañaste, les contaste un
cuento, rezaste con ellos “eternamente” pidiendo por
TODOS sus familiares, padrinos, amigos, maestras y
hasta para que regrese tu muchacha. Al fin, logras que
se duerman y tú estás AGOTADA. Tu esposo llega a

63
casa y te dice: ¿No me subes unas quesadillas en tortilla
de harina con jamón, salsa verde, rebanaditas de
aguacate y algo de tomar?

Ahora imagina el siguiente escenario: estuviste todo


el día con los niños, les diste de cenar y los bañaste. En
eso llega tu esposo y te dice: Yo los duermo. Te abraza,
te da un beso en la mejilla y te hace sentir libre para
poder bañarte sin tener que dejar la puerta abierta y
escuchar esas “tenebrosas” vocecitas: ¿Ya apabaste, ya
apabaste? Después, tu esposo te pide que si le preparas
unas quesadillas en tortilla de harina con jamón, salsa
verde, rebanaditas de aguacate y algo de tomar.

¿Cuál marido tiene más probabilidades de cenar


esa noche?
(Nota: siéntete libre de intercambiar la palabra
“cenar” por otras actividades que a tu querido marido
puedan interesarle…)

Después de años de observar la relación alumno-


maestro, me he dado cuenta de que las maestras más
exitosas son aquéllas que antes de exigir, han dado. Han
dado su cariño al niño estableciendo una relación
afectiva y de cooperación. Cuando la maestra se siente
decepcionada por alguna conducta inapropiada, el
alumno responde inmediatamente buscando no dañar
ese lazo afectivo. Es por esto que primero trabajamos
para que la conexión con nuestros hijos sea fuerte, así
ellos cooperarán con mucho más gusto en lo que les
pidamos.

Todo lo que decimos, hacemos y dejamos de hacer


comunica algo. Los niños usan mucho el lloriqueo y la
necedad en estas etapas. ¡Pero tampoco somos adivinas!
¿Qué pasaría si vemos ese lloriqueo diario como una

64
manera de comunicación? Si detectamos qué causa esa
conducta, será mucho más fácil que logremos cambiarla
o eliminarla.

El Dr. Don Dinkmeyer, Gary McKay y Jill Nelson


nos mencionan los motivadores detrás de cada conducta:

COMPORTA- COMUNICA EJEMPLO


MIENTO
ATENCIÓN (Hazme caso) Acaba de ir al baño,
y en el momento en
que cargas al bebé te
dice: Pipí, pipí, ven,
ven…
PODER (Yo mando) Te pide huevo de
cenar. Apenas se lo
das te grita: ¡Eso no
quiero! Y avienta el
plato al piso.
CORAJE (Estoy herido) Te pega y te dice:
¡Mala! O daña cosas
tuyas.

INSIGNIFICANCIA (No te Desmotivación total.


importo) Nada parece
interesarle:
Mamá: ¡Patea la
pelota!, vamos a
meter gol…
Hijo: No puedo…

En el primer ejemplo de la tabla


(“ATENCIÓN”), si nos fijamos, la necedad viene de un
deseo profundo de conexión. Por este motivo
recomiendo que si tu hijo no neceaba antes y ahora lo
hace (y bastante), seguramente es porque ha habido un

65
cambio importante en su vida y lo que necesita no son
necesariamente regaños ni castigos, sino más bien
cariño y cercanía. En este caso suele funcionar muy
bien buscar momentos en que tu hijo esté tranquilo,
acercarte, verlo a los ojos, integrarte en su juego
(integrarte no significa invadir, cuestionar, criticar) y
buscar maneras de incrementar la conexión con él (no,
ver la tele con ellos no cuenta como tiempo de calidad).

Si te das cuenta de que tu hijo está neceando


cuando llega una amiga a tu casa, debes detectar que el
motivador es la atención, ya que tu hijo siente que no le
haces caso. Entonces debes acercarte cariñosamente a él
y decirle: Ya sé que quieres estar con mami, ya sé que
quieres que te cargue; yo también te quiero cargar.
Ahorita que tía se vaya, te cargaré y jugaremos. De ahí
en adelante, aunque tu hijo se muestre algo necio,
seguirás atendiendo a tu amiga (sólo recuerda que una
hora para nosotras es un laaaaaaargo tiempo para tu hijo
y que si la necesidad es hambre o una molestia como un
pañal sucio, siempre se le atenderá). Cumple con tu
promesa: Ya se fue tía, ¿quieres estar con mami?,
¿prefieres jugar o quieres que te lea un cuento? Dale a
tu hijo atención sin teléfono ni distractores por un rato.

Si tu hijo sólo se porta mal cuando quiere


imponer su voluntad: Quiero un cono, quiero
cooooono, cooooono…, posiblemente esté comunicando
una lucha de poder.

66
¿Tu hijo busca atención a gritos?
¿Están en un pleito de poder para ver quién manda
en casa?
¿Tu hijo está actuando con coraje porque está
herido?
¿Se siente insignificante y se muestra rendido?

EJEMPLO BÚSQUEDA DE PODER


Tu hijo te dice a las 8:00 p.m. que quiere ir a casa
de sus abuelos y lloriquea.
Hijo: Llévame con abu, llévameeee,
llévameeeee…
En ese momento, con mucho cariño, mamá se une
a él diciendo: Ya sé, ya sé que te encanta ir con
abu. A mí también me gusta ir a su casa. Cuando
salga el sol,
vamos a ir.
Hijo: No, llévame con abu yaaaa, llévaameeee
yaaa…

Un neuropadre no trata de dar más explicaciones


ni de discutir, simplemente puede decir algo
como: Sí te llevo, sí te llevo (refiriéndose a cuando
“salga el sol”, o sea, mañana…).

Hijo: Llévame con abu, con abu, llévame…


Mamá (cantadito): Sí te llevo, sí te llevo, sí te
llevo…

Los pleitos de poder surgen generalmente alrededor


de los 2 años, cuando el niño empieza a darse cuenta de
que es una persona independiente y quiere ver quién

67
manda. Las mamás inteligentes saben dar muchas
opciones durante el día al niño que quiere poder, y se
mantienen firmes en situaciones no negociables.

Así es la vida: aunque queramos proteger a nuestros


hijos de cualquier sufrimiento, la frustración y la
impotencia, a veces, son parte de la vida, pero cuando se
comparten con alguien, el dolor siempre se hace menos
intenso. Acompañemos emocionalmente a nuestros
hijos en estas transiciones para que sepan que nunca los
dejaremos de querer y que siempre tendrán a alguien en
quien confiar.

EJEMPLO BÚSQUEDA DE ATENCIÓN


Tu hijo le aventó un juguete al bebé.
Con empatía le dices: Cuando le pegas a tu
hermanito le duele y ya no te puedo invitar a mi
cuarto.

Lo sacas y cierras la puerta. Cuando se calme lo


vuelves a invitar: En mi cuarto jugamos sin
aventarnos cosas. Te invito a mi cuarto sólo si
estás tranquilo y juegas bonito.

Los neuropadres saben poner límites


manteniendo la calma y usando una gran dosis de
cariño y conexión.

Por lo que pueden ver, los neuropadres saben que


sus hijos van a llorar y van a necear, a veces aunque los
hayamos cargado y cuidado y aunque nos hayamos
conectado con ellos más de 24 horas al día. Pero los
neuropadres saben que lo más importante en el cerebro
de un niño que se desarrolla, es entrenar su capacidad de

68
autorregularse. En cada berrinche y en cada necedad,
están pidiendo a gritos algo de nosotros y tristemente
muchos métodos recomiendan aislar, castigar…
únicamente aumentando las heridas, el rencor y la
angustia.

Existe también la raíz del coraje. El hijo te pega,


rompe tus cosas... si sus acciones hablaran dirían:
“Estoy muy herido y aunque te aleje de mí, te necesito”.
Es común ver éste caso muy seguido con la llegada de
un hermanito a casa, cuando hay problemas de pareja, a
veces mamá de ser ama de casa empieza a trabajar o
cuando papá empieza a viajar por su trabajo.

EJEMPLO DE CORAJE
Es hora de irnos del parque a la casa.
Tu hijo: No quiero irme, no quiero irme, ¡quedar aquí,
aquí!

Enojado, repela tomando piedras del suelo y las


avienta frustrado.

Este tipo de necedad ya escala hacia lo agresivo; tu


hijo te mira con rencor y no coopera, se hace la
víctima.

Es momento de detectar que la raíz o el motivador de


este tipo de necedad puede ser venganza. Seguramente
tu hijo está herido por algún motivo. Tal vez te estás
cambiando de casa y has estado muy ocupada,
posiblemente tu esposo no tiene trabajo y esto ha
modificado la dinámica natural de la casa.

En este caso, sabes que la solución no está en el ahora,


ya que una herida requiere tiempo y cariño para sanar.
Te sugiero acercarte a él y decirle: No quieres irte, ya
sé…

69
Mamá actúa físicamente, cargándolo para llevarlo al
carro. Si tu hijo hace pataletas, aprovecha ese
momento para hablarle de las emociones: Estás
enojado, estás enojado, ya sé que te quieres quedar a
jugar…

Como neuropadre buscarás la manera de fortalecer el


vínculo con tu hijo día a día, no con culpabilidad, sino
con compasión.

Es menos común encontrar la raíz de insignificancia


en éstas edades. Antes de los siete años los niños se
sorprenden por todo y se maravillan ante cualquier
actividad, canción o juego que propongamos...
(¡Mientras no sea terminar la tarea!).

Cuando un hijo ha perdido interés por la vida,


por socializar, por conectarse contigo o su papá y
observas una desmotivación total, recomiendo buscar
ayuda profesional. Hay que evaluar salud física y
mental. Me ha tocado ver pocos casos de éste tipo antes
de la adolescencia. Uno ocurrió con la trágica muerte de
un hermanito mayor, muy entendible que se requiera
ayuda para éste tipo de duelo. En el otro caso, era un
alumnito a cargo de niñeras que duraban poco tiempo en
su casa, (la mamá las despedía cuando veía celosamente
que el niño quería más a su niñera que a ella). En mi
humilde opinión, éste pobre niño tenía miedo de
encariñarse con alguien para luego perderlas una vez
más.

Los padres más sensibles saben entregarse a sus


hijos en cuerpo y alma esos primeros años de vida,
respondiendo con paciencia, con compasión momento a
momento, sabiendo que un día ellos no estarán a su

70
lado, pero que sus hijos tendrán las herramientas para
lidiar exitosamente con cada reto que se les presente, ya
sea académico, emocional o social.

PLAN DE ACCIÓN
CONEXIÓN ANTES QUE CORRECCIÓN
Primero:
Detectar la raíz del mal comportamiento.
Conductas mal adaptativas que presenta actualmente:

Buscar su raíz:

COMPORTA- COMUNICA EJEMPLO


MIENTO
ATENCIÓN (Hazme caso) Acaba de ir al baño,
y en el momento en
que cargas al bebé te
dice: Pipí, pipí, ven,
ven…
PODER (Yo mando) Te pide huevo de
cenar. Apenas se lo
das te grita: ¡Eso no
quiero! Y avienta el
plato al piso.
CORAJE (Estoy herido) Te pega y te dice:
¡Mala! O daña cosas
tuyas.
INSIGNIFICANCIA (No te Desmotivación total.
importo) Nada parece
interesarle:
Mamá: ¡Patea la
pelota!, vamos a
meter gol…
Hijo: No puedo…

71
Recuerda, poner palabras a las emociones de tus
hijos sin gritos ni enojos, es una estrategia que madura
el cerebro y lo prepara para futuros retos.

Ideas de conexiones que puedo comenzar a reforzar


en casa para cubrir esa necesidad que tiene mi hijo:

Saludo matutino especial, despedida en la noche,


tres abrazos al llegar a casa, bendición con abrazo y
mirando a tu hijo a los ojos, ignorar lloriqueos y
aplaudir el buen comportamiento, buscar media hora al
día sólo para él, etc.:

RAÍZ RITUAL POSITIVO HORA de


RITUAL

(atención, Ej: Saludo matutino especial, ¿Cómo me


poder, etc) despedida en la noche, tres voy a acordar?
abrazos al llegar a casa, Alarma.
bendición con abrazo y
mirando a tu hijo a los ojos,
ignorar lloriqueos y aplaudir
el buen comportamiento,
buscar media hora al día sólo
para él, ser juguetona, etc.:

72
CAPÍTULO 6
DISCO RAYADO
Se atrapan más abejas con miel que con vinagre.
San Francisco de Sales

La estrategia del disco rayado es una de las


que más uso ya que como dicen:

“No hay peor sordo que el que no quiere


oír”

Muchas veces he visto a mamás desgastarse


explicándole a su hijo por qué hay que aprender a nadar
mientras el niño llora histérico antes de comenzar su
clase de natación. En un estado alterado, el niño no
escucha las miles de razones lógicas y no le interesan
tus consejos. La estrategia del “disco rayado” funciona
bien para este caso y para muchos otros.

Todas las mañanas, en el kínder, me toca despedir y


subir a los alumnos a sus camionetas. Esto significa
ponerles el cinturón de seguridad. Algunos alumnos
felizmente se dejan “abrochar”. Otros, aunque no les
gusta que los “amarren”, están tan cansados después de
un día de trabajo, que permiten que se los ponga sin
resistencia. Sin embargo, siempre hay alumnos que
patalean y corren a la parte de atrás de la camioneta para
evitar usar el cinturón de seguridad. Algunas mamás ya
perdieron la batalla y me dicen: No se lo pongas, que
estoy cerquita de mi casa. Yo era una de esas
mamás. Había perdido la batalla. ¡Ya se imaginarán la
tortura en un viaje de más de tres horas! Me tenía que ir
atrás contando cuentos y repartiendo paletas y dulces
para calmar la desesperación de los “amarrados”.

73
Más adelante comprendí lo que significa para un
niño de menos de cuatro años ir “amarrado” a un
asiento. Subirse en un carro o camioneta para ir a otro
lugar significa el cambio de una actividad a otra. Es una
experiencia que exige flexibilidad y algunos niños
todavía necesitan ayuda con las transiciones. Otros
niños no se pueden mantener sentados por más de dos
minutos, y sentarse de 10 a 30 minutos en un car seat
resulta ser peor que un castigo. Cuando van creciendo,
les pones el cinturón de seguridad, y a medio camino se
lo quitan. Claramente, el asunto del car seat es una
pregunta recurrente que las mamás me hacen, pues
buscan una solución para que sus hijos cooperen.

Por seguridad de nuestros hijos nos vemos en una


situación “no negociable”. Es aquí en donde la
estrategia del disco rayado funciona muy bien.

74
CRISIS EN EL CARRO

Apenas abres la puerta de tu camioneta, tu hijo


empieza a patalear y gritar porque no quiere que
le pongas el cinturón de seguridad.
MAMÁ COCODRILO

Usas fuerza física para empujar a tu hijo y ponerle


el cinturón; lo amenazas o elevas la voz con tono
agresivo.

Resultado: tu hijo sigue con pataletas y berrinches


y te odia por hacerle eso.

Usas frases como: Todos los niños se dejan poner


el cinturón de seguridad.
MAMÁ OSO

Y amenazas con romper el lazo de afecto con tu


hijo: Ya no te voy a contar el cuento en la noche.

Resultado: tu hijo sigue con pataletas y berrinches


y te odia por quitarle el cuento que tanto le gusta.

75
Le avisas cinco minutos antes a tu hijo que habrá
una transición y le das opciones: ¿Vas a querer
llevarte Cheerios o un juguete para el camino? Al
ponerle el cinturón de seguridad, tu hijo empieza:
¡No quieroooo!, ¡no quieroooo! Como neuropadre
te mantienes tranquila y con tono cariñoso le dices:
Ya sé que no te gusta que te lo pongan. A mí
tampoco me gustaba… en un ratito llegamos.
Hijo: ¡No quieroooo!, ¡no quieroooo!
NEUROPADRE

La mamá seguirá repitiendo: Ya sé, ya sé.


Hijo: ¡No quieroooo!, ¡no quieroooo!
Tu hijo patalea y grita, pero continúas con tono
monótono: Ya sé.
Cuando tu hijo esté calmado, se le puede ofrecer
otro tipo de estímulo positivo, como un vasito con
su fruta favorita, un termo con limonada, etc. Otras
mamás prenden la televisión o música en el carro
hasta que su hijo se haya calmado: Cuando estés
tranquilo, te pongo la película. De esa forma tu
hijo se irá calmando cada vez más rápido, ya que se
dará cuenta de que los berrinches y pataletas no le
funcionan.
Resultado: tu hijo sigue con pataletas y berrinches
porque no le gusta ponerse el cinturón de seguridad
o porque estaba más cómodo en casa. Pero tal vez
no te odia tanto; sabe que entiendes que no le gusta
ponérselo, sabe que tuvo opciones de llevar algo
con él y se da cuenta de que no te alteras, de que
estás segura de lo que tienes que hacer como
mamá, ya que en este caso eres la responsable de
mantenerlo seguro física y emocionalmente.

76
Muchas veces, como también nos pasa a los
adultos, los niños ya no saben ni qué quieren.
Están agotados y se ponen necios. En vez de
drenar nuestra energía regañando, castigando o
dando mil explicaciones, debemos usar palabras
breves, en tono cariñoso, sin dejarnos alterar
emocionalmente e invitando al niño a extinguir
poco a poco esa petición imposible.

La estrategia del disco rayado es altamente


eficiente en todo tipo de situaciones, sobre todo
con niños persistentes o tercos. Veamos unos
ejemplos, con los tres tipos de reacciones en los
padres:

EJEMPLO REACCIONES DE LOS PADRES


Tu hijo acaba de machucarse el dedo con un juguete y
llega llorando.
Papás: REACCIÓN: APOYO
EMOCIONAL:
Indife- ¡Ay, mi hijito!, no es No acompañó al
rentes nada, no exageres, vete a niño en su dolor
jugar. o dificultad.

Reactivos ¿Qué te pasó? Dejó al


La mamá (más exagerada niño emocionalm
que el niño) corre a ver ente solo (y
qué juguete causó el físicamente
daño. también).

77
Conscien- Mamá: ¿Qué paso hijo? La mamá se
tes Hijo: Me machuqué. mantiene
Mamá: Déjame ver tu emocionalmente
dedito, ¿quieres hielito o tranquila y
prefieres una servilleta acompaña al
mojada? niño, poniendo
Otra respuesta: Uyy, te en palabras lo
machucaste, estás que el pequeño
llorando. Se ve que te está sintiendo y
duele… Y le da un besito. ofreciéndole
soluciones al
problema.

LOS PADRES CONSCIENTES:

* Saben que sus hijos todavía no tienen vocabulario


para todas las emociones y sentimientos que
experimentan.

* Actúan como traductores de las experiencias


positivas o negativas que viven sus hijos, les ayudan
a nombrarlas para domarlas (name it to tame it).

* Verbalizan lo que sus hijos están sintiendo, lo


explican de forma calmada, cariñosa y con empatía,
fortaleciendo así el vocabulario emocional de sus
hijos para que después, cuando no estén con ellos,
digieran sin problemas todo lo que viven.

78
PLAN DE ACCIÓN
DISCO RAYADO
Los niños constantemente prueban los límites de
sus papás. Cuando los papás no se enojan ni se dejan
manipular, pasan esa prueba. Una forma de responder a
una petición que prueba límites es usar la técnica del
disco rayado.

Situaciones diarias en las que puedas utilizar el


método “disco rayado” para neutralizar discusiones:

DISCO RAYADO
Años Prueba ACCIÓN
1a4 No quiero ir al Mamá: Ya sé…
kínder hoy El niño insistirá posiblemente
más enojado. Cada vez que
vuelva a decir: No quiero ir al
kínder, el padre responde con
empatía: Ya sé.
Todos ¡Quiero ese Mamá: Está muy bonito, pero
juguete! hoy sólo venimos a comprar
fruta.
Hijo (con voz más alta cada
vez): ¡Quiero ese juguete!
Mamá: Sí, ya sé… Sí, ya sé…
10 Todos mis Mamá: Te quiero mucho y sé
años amigos ya que esa película te puede
vieron asustar. Cuando estés más
esa película… grandecito la vemos juntos.
Hijo: Pero todos mis amigos
ya la vieron.
Mamá: Yo te quiero mucho.
Hijo: No me quieres porque no
me dejas verla…
Mamá: Ya sabes… ya sabes…

79
LA REGLA DE PLATINO

¿Cómo olvidar aquella vez en que llevé a mi hija


Denisse a que le quitaran un lunar que le había
salido en la mano? Fue tan dura la experiencia de
verla sufrir, que creo que lloré más que ella. Al ver
el bisturí pasar por su dedito casi me desmayo, y la
enfermera rápidamente acercó el alcohol para
hacerme responder.

Esa simbiosis maternal que nos ayuda a estar al


pendiente de las necesidades de nuestros hijos
(comida, sueño, molestias), se convierte también en
un arma de dos filos. Por un lado, sabemos que
nuestras neuronas espejo se encienden como
alarmas cuando vemos a nuestros hijos batallar o
sufrir, y por otro lado, llevamos nuestras heridas de
la infancia a nuestra manera de educar, por ejemplo:
si una mamá fue gordita y sufrió burlas y
discriminación por haber tenido sobrepeso,
posiblemente intentará blindar a su hija de esa
experiencia desde su infancia, controlando su
alimentación a un grado casi obsesivo.

Aunque esa protección y sentimiento intenso


nacen de un amor profundo hacia nuestros hijos, no
siempre son la mejor forma de apoyarlos. Otro
problema es que muchas veces: “Somos nuestros
más duros jueces”. Nos vemos en el espejo y sólo
vemos imperfecciones, nos culpamos de eventos del
pasado y no nos sentimos satisfechas con nuestras
vidas.

80
Al ver a nuestros hijos como “yo”, podemos
llegar a ser extremadamente críticos de sus acciones,
posturas y formas de convivir. El autor y profesor de
Harvard, Tal Ben-Shahar, nos habla acerca de la Ley
de Platino.

Así como existe el “no le hagas a otros lo que no te


gusta que te hagan a ti”, la ley de Platino nos dice:

“No te hagas a tí mismo lo que no le harías a los


demás”.

Imagínate que le platicas tus errores o dificultades


a tu hermana. ¿Qué te aconsejaría ella? ¿Crees que te
juzgaría tan duro? Permítete aprender de tus errores,
ocúpate en vez de preocuparte, y deja que tu hijo
crezca sintiéndose aceptado y amado tal y como Dios
lo creó, con sus talentos y con sus fallas, con su
hiperactividad o espontaneidad, con su temperamento
colérico o melancólico…

81
82
CAPÍTULO 7
CORRECCIÓN CON CARIÑO
Como papás nos vemos en la necesidad de corregir
conductas de nuestros hijos. En ocasiones es por
seguridad: cuidado con el calentador, sácate eso de la
boca, y en otras ocasiones es enseñando normas
sociales: mastica con la boquita cerrada, ¿cómo se
piden las cosas?

La neurociencia nos enseña que la corrección que


hagamos va a ser eficiente únicamente si la hacemos
con empatía, siempre con cariño. ¿Por qué corregir con
cariño? Porque sabemos que nuestro cerebro tiene tres
diferentes estructuras, unas más antiguas que otras. La
más antigua es el cerebro reptiliano, que se ocupa de
nuestra seguridad; es el que nos ayudaba a sobrevivir en
el Serengueti, a estar al pendiente de depredadores que
pudieran poner en riesgo nuestras vidas y las de nuestros
bebés. Después, está el cerebro límbico, el de todas las
emociones, el que nos pedía conectarnos con los demás,
ya que era más fácil sobrevivir cazando en equipo y
vigilando por turnos a la tribu. Al final, el ser humano
desarrolla la neocorteza: la parte del lenguaje, la lógica
y las habilidades del pensamiento.

¿Qué área del cerebro es más dominante?

¿La que nos ayuda a sumar y restar o la que nos


ayuda a sobrevivir?

Definitivamente el cerebro reptiliano. Sus


estructuras, que tienen más de cuarenta millones de años
de existir, responden rápidamente a cualquier cosa que
pueda ser una amenaza. En el momento en el que la

83
corrección de nuestro hijo se vuelve una amenaza para
él, despertaremos esa parte del cerebro y la neocorteza
quedará en segundo plano, interrumpiendo el proceso de
comprensión en nuestro hijo. Por lo tanto, en
NEUROPARENTINGTM sugerimos que como papá
debes:

Cambiar primero el estado de tu hijo, para


después cambiar su comportamiento.

Digamos que tu hijo deliberadamente avienta su


jugo al piso. Si reaccionas con un grito, con una
amenaza, o con una nalgada, tu hijo inmediatamente
sentirá amenazado su sistema de seguridad y no podrá
pensar (estará utilizando su cerebro reptiliano). Si a
diferencia de eso, logras decir con empatía: Uyy, veo
que tiraste tu jugo (sin gritar, sin alterarte), el niño no ve
amenaza y puede observar el comportamiento y después
vivir su consecuencia: Lo siento, pero hoy no habrá
postre. Causa y efecto, así es la vida en la infancia y en
la edad adulta. ¿Qué pasa si trato de cruzar la frontera y
he olvidado mi visa o pasaporte? Causa y efecto… y
aprendizaje.

¿Puedo pedirle a un niño de cinco meses de edad


que camine?
¿Puedo pedirle a mi hijo de tres años que se
logre autorregular o controlar?

Difícilmente. Es por esto que intervenimos


nosotros, sabiendo que posiblemente reaccionen
bastante fuerte a nuestra corrección. Nuestro hijo, al
escuchar que no va a tener postre, posiblemente
comience una rabieta mucho más intensa y en vez de
dar explicaciones, podremos decirle con empatía: Ya sé,

84
yo sé que querías tu postre, pero hoy aventaste tu jugo;
lo siento, mañana volveremos a intentarlo.

La idea de corrección con cariño es saber que la


empatía mantiene viva la relación con tu hijo. Y que,
además, habrá consecuencias, pero que tú vas a estar
con él en esa consecuencia: Ya sé que estás triste
porque no tuviste postre hoy. Mañana tendrás otra
oportunidad y sé que lo vas a lograr.

PLAN DE ACCIÓN
CORRECCIÓN CON CARIÑO
(Se atrapan más abejas con miel…)

Algunos retos diarios con tu hijo:

¿Cómo puedo corregir con cariño? (Lo siento…)

85
TRANSICIONES

¿Te ha tocado vivir la experiencia de que estás


muy tranquila en tu casa, cuando te marcan del
colegio para preguntarte por qué no has ido a
recoger a los niños de tu viaje? De inmediato saltas
de la silla, el corazón se te acelera, checas qué día
de la semana es, ves tu reloj... te preocupas...
pensaste que era martes.

Prepara psicológicamente a tus hijos para cada


transición. Por ejemplo, puedes decirle diez minutos
antes de salir: En un ratito nos vamos a la clase de
gimnasia. De esa forma se irá preparando para ese
cambio.

Aunque en ese momento te diga “no quiero”, tu


respuesta deberá ser: Ya sé, falta un ratito. Y ella tal
vez te volverá a decir: ¡No quieroooo, no quierooo!

La idea NO es ponerse a discutir, simplemente es


prepararlos mentalmente para esa transición. Otras
mamás le preguntan a sus hijos: Vamos al súper, ¿te
pones los zapatos ahorita o en cinco minutos?
¿Empiezas la tarea ahorita o después de comer?
¿Nos vamos ya a la casa o juegas diez minutos más
en el parque? Se le da al niño un sentimiento de
control ya que él elige, pero más que nada le
permites hacer una transición más amable entre una
actividad y otra. Así como nos sentimos nosotros
cuando esa llamada inesperada del colegio nos
recuerda que nos tocaba hacer el viaje, así son las
transiciones para muchos niños.

86
CAPÍTULO 8
ACTUAR PARA DISCIPLINAR
El sabio no enseña con palabras, sino con actos.
Lao-Tsé

EJEMPLO DESOBEDIENCIA
SITUACIONES ¡Ya te dije mil veces que
no cargues al bebé!
¿Cuántas veces te tengo
que decir que te vengas a
bañar?
¡Aaay!… sigue el tiradero
en tu cuarto...
¿Siguen peleando?

Es impresionante la cantidad de mamás que se


acercan a preguntarme cómo lograr que sus hijos
escuchen y obedezcan. Repiten las mismas órdenes mil
veces ofreciendo premios para lograr lo que quieren,
sobornando o castigando si no obedecen. Sin embargo,
las mamás desesperadas confiesan que esto no les ha
resultado eficiente y que ya están agotadas de tanto
gritar.

¿Por qué los niños no obedecen?

¡Cuántas veces he escuchado decir frases similares


a ésta!: Si vuelves a aventarle la pelota a tu amigo en la
cara, nos vamos de la piñata. Al rato se repite el
comportamiento y mamá dice: Ya te dije que nos íbamos
a ir. Sin embargo, no les cumplimos; estamos muy a
gusto en la fiesta, o es de mucho compromiso, o tienes
otros hijos que no merecen ver frustrada su bonita tarde.

87
Actuar para disciplinar es una estrategia que nos
insiste en usar menos palabras y más acciones. Por
ejemplo, en vez de: ¡Lávate los dientes!, y al rato: ¿No
te has lavado los dientes?, le dices a tu hijo: Es hora de
lavarnos los dientes. Te paras (sí, dejas de ver esa
revista de moda que acabas de comprar), lo tomas de la
manita y lo acompañas a lavarse los dientes. Como a
muchos niños no les gustan las transiciones, algunas
mamás prefieren preparar a su hijo cinco minutos antes
de cambiar de actividad. Por ejemplo: En cinco minutos
recogemos los juguetes. Al pasar los cinco minutos, te
levantas y con mucho cariño lo llevas a su cuarto: Es
hora de recoger los juguetes, ven, aquí está la cajita.
¿Cómo los guardas? Y lo acompañas físicamente ahí,
no necesariamente recogiéndole todos los juguetes, pero
sí deteniendo el canasto donde tu hijo va a guardarlos:
Yo te ayudo, yo guardo uno. Ahora sigues tú, es hora de
guardar. Es mucho más fácil lograr que nuestros hijos
obedezcan si ven que estamos activamente dispuestas a
supervisar que se lleve a cabo lo que pedimos.

88
HIJO RETO CONSECUENCIA
Niño En tu cuarto Mamá: Uy, lo siento. Lo tomas
de 2, 3, hay un aparato de la mano y lo vas sacando
4 años para hacer del cuarto diciendo
ejercicio tranquilamente: Eso no es un
(caminadora) y juego, sal un ratito (su
aunque sabe reacción puede ser berrinche,
que no debe llanto, patadas a la puerta…
acercarse, Las ignoras).
de pronto ya lo Hasta que se calme, puedes
está escalando preguntarle si quiere entrar a tu
y te voltea a ver cuarto a jugar bonito.
con cara Repetir esta dinámica
retadora. exactamente igual, hasta que
vea que no le conviene esa
conducta, pues lo separa de ti.
Con este reto estás fomentando
el autocontrol en tu hijo y le
enseñas a respetar las cosas
ajenas.
Todas Está viendo la Mamá: Uy, lo siento. Apagas
las tele y no quiere la tele.
edades comer Hará berrinches, pataletas, etc.
Ignorar.

Mamá: Cuando tengas hambre


y termines de comer,
prendemos la tele.

Enseño obediencia y auto-


control.

89
Niño Olvidó sus Mamá: Uy, lo siento. Me
de 10 tachones en imagino que es difícil ver a tus
años casa y te llama amigos jugar, mientras tú
del colegio estás en la banca. Lo siento,
para que se los ahorita no puedo ir al colegio.
lleves, ya que Echa porras a tus amigos.
sin ellos no
podrá participar El niño va a insistir; la mamá
en el sólo dice: Ya sé, ya sé, lo
partido. siento…

Enseño responsabilidad. Y no
se va a morir si no participa en
un partido.

El cerebro humano responde fuertemente a tres


diferentes estímulos. Uno es el de evitar: evitar todo
peligro (por ejemplo, evitar castigos). Otro de los
sistemas es la aproximación: acercarnos a todo lo que
nos gusta (por ejemplo, a un premio). ¿Cuántas veces
hemos vivido ese sistema dentro de nosotros mismos?
Cuando vas manejando y te toca ver un accidente
automovilístico, una parte de ti quiere ver qué pasó y
buscas aproximarte, pero cuando ves la sangre en la
calle, te alejas automáticamente pues te sientes
impresionado por lo que viste. El tercer sistema del
cerebro humano es el que incluye el apego. El apego es
la unión, es el “nosotros” y es la cooperación. Como
padres nos vemos con tres opciones en nuestra charola
de recursos para fomentar la obediencia: el primero es el
castigo y la amenaza; el segundo, los premios
interminables; y el tercero, la cooperación, el “queremos
que tu cuarto esté limpio, ¿qué podemos hacer para que
se vea más bonito y puedas invitar a tus amiguitos
mañana? ¡Buena idea!, vamos a trabajar juntos para que
quede limpio”.

90
Cuando usamos castigos lastimamos el lazo con
nuestros hijos. Cuando sobornamos constantemente,
nuestros hijos se desensibilizan y ya no les interesan
nuestros premios, o si todavía les interesan, van a seguir
pidiendo diferentes cosas, cada vez más elaboradas, y
siempre serán insuficientes. En cambio, cuando
trabajamos la cooperación, nuestros hijos se sienten
útiles, necesarios y se fortalece el lazo entre nosotros.
Enseña a tu hijo a resolver problemas, como cuando le
preguntas: ¿Cómo le podemos hacer para que las
toallas mojadas no estén tiradas en el piso? En Actuar
para Disciplinar sugerimos acciones en vez de
reacciones.

Las acciones siempre calmadas, siempre empáticas


pero firmes, supervisando que se lleven a cabo, son las
que funcionan y tienen maravillosos resultados. Sí, esas
acciones nos obligan a salirnos de nuestra zona de
confort (definitivamente es más fácil apuntar con el
dedo desde el sillón y pedir que se hagan las cosas),
pero lo que funciona es la acción.

En muchas ocasiones les pedimos a nuestros hijos


cosas que nosotros no podemos asegurar que se lleven a
cabo, por ejemplo, si les digo a mis hijos: ¡Paren de
pelear!, no puedo asegurar que ellos dejen de pelear,
pero sí puedo decir: Cuando dejen de pelear
prenderemos la tele o Sólo están invitados a mi cuarto
los niños que jueguen bonito. Si son niños más
grandecitos, puedo decirles: Cobro veinte pesos por
cada minuto de pelea. Y si no tienes dinero no te
preocupes, tus juguetes cuestan. En vez de decir: No me
hables así, una mamá inteligente dice: Te ayudo cuando
me hables bonito. Si un niño usa una maldición o dice
una grosería en vez de decirle: No digas esa palabra,
puedes decir: Cuando escucho esa palabra no presto mi

91
televisión, o también: En mi cuarto sólo se habla bonito.
Por favor, sal de mi cuarto porque a mí me duelen los
oídos cuando escucho esas palabras.

PLAN DE ACCIÓN
ACTUAR PARA DISCIPLINAR
Significa usar movimiento, no lenguaje,
para DEMOSTRAR lo que queremos que se haga.

Estrategia del “YO”

Cuando actuamos para disciplinar, le damos el


mensaje al niño de que nos importa que ese buen hábito
sea parte de su educación. Cuando pedimos cosas a
nuestros hijos en mensajes de “YO” en vez de “TÚ” (yo
presto mi iPad a los que estén bañados), los niños
comprenden que no estamos jugando.

Veamos unos ejemplos:

92
EDAD Palabras MENSAJES EN “YO”
débiles
1a4 Mamá: Mamá: Mi camioneta avanza
años Ponte el cuando todos tienen el cinturón
cinturón de de seguridad puesto.
seguridad
Y no avanzar hasta que lo
tengan puesto. Si se lo quitan en
el camino, oríllate, apaga
películas y clima…

Repite: Mi camioneta avanza


cuando todos tienen el cinturón
de seguridad puesto.
3 años Tu hijo Te acercas a tu hijo, lo ves a los
empuja a sus ojos y con cariño le dices:
amigos en el Vamos a estar en el parque si
parque juegas bonito.

Si vuelve a empujar te acercas y


cantas: Lo siento, tal vez
mañana juegues bonito
(asegúrate de que la siguiente
hora en la casa no sea la más
divertida).
Adoles Mamá: ¡Me Mamá: Con gusto te apoyo
centes vas a cuando me sienta respetada.
respetar!

¿Cómo puedes actuar para modificar comportamientos y


enseñar? ¿Cómo puedes hablar con tus acciones?

93
Edad ENSEÑANZA ACCIÓN
1a4 Lavarse los Mamá: Hora de lavarnos los
años dientes. dientes… Ven, vamos a jugar
con los cepillos de dientes.
Y dedicar el tiempo necesario
a modelarlo como algo
divertido.
Todas Que dejen de Te acercas y dices: ¡Qué
las pelear por el lástima! Yo guardo este
edades mismo juguete. Y retiras el juguete.
juguete.
Si un hermano fue el que
quitó: Uy, qué triste, aquí
jugamos bonito.
Acompáñame afuera de este
cuarto, cuando juegues
bonito te volvemos a invitar.
Todas Guardar Mamá: Vamos a recoger, ven,
las juguetes ayúdame… ¡Wow, qué bonito
edades (cuidar está quedando tu cuarto!
exceso de
juguetes en Si no quiere recoger:
casa).
Mamá: Uy, qué triste, estos
juguetes se van a la caja de
plástico (o al clóset),
castigados por 2-3 días.

94
CAPÍTULO 9
PELEAR O PENSAR
La calle de la sabiduría está pavimentada de
errores

EJEMPLO COMBATE MATUTINO


SITUACIÓN Mamá: Ya vamos tarde, ponte la
chaqueta.
Hijo: No, no, no, no quiero ir.
Mamá: Desayuna más rápido,
ya nos vamos.
Hijo (tira el plato al piso y
grita): ¡No, no y no!

Dicen que el precio de los errores aumenta con la


edad. ¿Qué sale más caro en la vida: que tu hijo coma
muchos dulces y que toda la noche se sienta mal o que
tu adolescente se intoxique tomando tequila toda la
noche y que llegue al hospital?

¿Cómo aprendemos a tomar decisiones


inteligentes en nuestra vida?

La mayoría de las veces aprendemos por lo que


vivimos. Por ejemplo: si olvido poner gasolina a mi
carro, me voy a quedar tirada, y seguramente de ahora
en adelante voy a estar mucho más al pendiente de
ponerle gasolina a tiempo. ¿Por qué muchas veces como
padres no permitimos que nuestros hijos sufran las
consecuencias de sus actos? La neurociencia nos indica
que los seres humanos contamos con unas neuronas
llamadas neuronas espejo, que nos hacen empatizar
fuertemente con las personas enfrente de nosotros y en

95
particular con nuestros padres e hijos. Las áreas
cerebrales que se activan cuando nos insultan, agreden u
ofenden, se encienden en la misma región si ofenden a
nuestros hijos. Si un amigo es lastimado, otra área del
cerebro se enciende, pero no aquélla que registra el
dolor personal. Es por esto que tratamos de evitar
cualquier cosa que nuestro hijo pueda sufrir: Vas a tener
hambre si no comes; se van a burlar de ti con ese
peinado. Y claro, ¿quién quiere que su hijo pase hambre
o sea humillado por sus amigos? Sin embargo, debemos
saber que es más fuerte el padre que permite que su hijo
aprenda de la vida, cuando el precio de los errores aún
es bajo.

En diversos libros de disciplina mencionan los tres


tipos de autoridad que ejercen los padres sobre los hijos:
autoritario, autoritativo y permisivo. Los
mencionamos a continuación con sus ejemplos:

EJEMPLO DE TIPOS DE PADRES Y SUS RESULTADOS


PAPÁ Da órdenes: Haz esto, guarda lo otro. Y el
MILITAR niño se acostumbra a obedecer. No hay
oportunidad de pensar o razonar, de tal
forma que al llegar a la adolescencia va a
obedecer al líder de su grupo social sin
cuestionarlo, sin pensar si le conviene o no
lo que se le pida (sean cosas buenas o
malas).

El mensaje del papá militar hacia su hijo


es: Tú no puedes pensar por ti mismo.

96
PAPÁ Es el papá que siempre está rescatando
SALVAVIDAS a su hijo cuando olvida su lonchera: va
desesperado a llevársela a la escuela…
y su hijo todavía lo culpa por no
habérsela dado en la mañana.

He sabido de mamás que incluso le


hacen la tarea a su hijo, porque éste se
quedó dormido (espero que, más
adelante, esas mamás sepan álgebra e
integrales).

El mensaje del papá salvavidas a su


hijo es:
No, tú no eres capaz de hacer las
cosas.

97
PAPÁ Existe otro tipo de papá: el que hace
CONSEJERO muchas preguntas, el que deja a sus
hijos tomar decisiones y permite que los
niños experimenten los resultados de
sus acciones. Este padre nunca se burla
o dice en tono prepotente: Te lo dije.

En pocas palabras, este papá permite


que el golpe avise, deja que su hijo viva
las consecuencias, por ejemplo: que
llegue al colegio y descubra que olvidó
hacer la tarea. Este papá sabe que las
calificaciones pueden ser afectadas,
pero prefiere enseñar la responsa-
bilidad.

¿De quién es el problema de la


calificación, del padre o del niño? Del
niño.

Este papá sabe que cuando su hijo


llegue a casa triste porque no tuvo
recreo por no haber completado su
tarea, no lo va a regañar, sino que
empáticamente le dirá: Gordo, supe que
olvidaste hacer tu tarea; me llegó un
mensaje de tu maestra. Espero que la
próxima vez recuerdes hacerla, me
imagino que te gusta salir a jugar.

98
Es con empatía como los NEUROPADRES
acompañan a su hijo a vivir la consecuencia. En vez de
decir: ¡Cuidado con la patineta en esa banqueta, te vas
a caer!, los neuropadres aconsejan: Uyyy, ¿ya viste esa
banqueta?, o también: Cuando yo era chiquito, me caí
en una rampa como ésa. Seguramente el niño dirá: Yo
no me caigo.

Y en eso… ¡¡cataplán!! Se cae y llega llorando.


Mamá empáticamente lo abraza y le dice: ¡Ay, hijito, te
caíste de la rampa, ven, yo te curo. El padre que permite
las consecuencias hace a su hijo más fuerte, le permite
aprender de la vida porque sabe que de esa manera,
tomará mejores decisiones en el futuro.

EJEMPLO CON EL PEDIATRA


SITUACIÓN Llevaste a tu hijo a vacunar.

APRENSIÓN Cordón umbilical psicológico entre


madre e hijo.
Cuando el doctor inyecta al niño:
Mamá (histérica): Ay, ay, ay, rápido, el
algodón, el algodón, te están picando,
ven, ven. Yo te cargo.

Esta mamá psicológicamente no


estuvo ahí para apoyar a su hijo, ya
que ella misma no estaba bajo control.
FORTALEZA La mamá sabe que la vacuna se tiene
EMOCIONAL que aplicar, sabe que al niño le va a
doler, reconoce que sus neuronas
espejo se alterarán un poco, pero
intentará ser fuerte para su hijo.
El doctor inyecta a su hijo. Ella se
mantiene fuerte emocionalmente y le
dice: Aquí estoy, yo te cuido, aquí

99
EJEMPLO CON EL PEDIATRA
estoy, ya va a pasar, ya va a pasar, yo
te cuido.

¿Qué niño crees que se siente más seguro?

¿El de la mamá gritando igual que él, o el de la


mamá que le dice con voz calmada: Aunque esto duele,
yo estoy aquí para apoyarte?

Como mamás sabemos que nuestro corazón no sólo


está dentro de nuestro cuerpo, sino en cada uno de
nuestros hijos, y que cada herida física, emocional o
social, nos causará dolor también. Sin embargo, un
NEUROPADRE quiere apoyar verdaderamente a su
hijo, sabe respirar profundo y convertirse en un refugio
durante una tormenta.

100
EJEMPLO PRIMER DÍA DE CLASES
SITUACIÓN Dejaste a tu hijo el primer día de clases
en el colegio.
APRENSIÓN Desde el carro le vienes diciendo: Ay,
mi hijito, mi hijito, tu primer día de
clases. Te voy a extrañar mucho, te
portas bien.

En el momento en el que tu hijo se baja


del carro: Adiós, mi hijito, que te vaya
muy bien, hijito. Verás que te irá muy
bien.

Tú, con lágrimas en los ojos, muestras


gran preocupación en la cara.
FORTALEZA Sabemos que tienes partido el corazón,
EMOCIONAL pero intentarás darle seguridad a tu hijo
para que pase un bonito día.
Le dices a tu hijo: Yo estudié en este
colegio, está muy padre. Vas a estar
bien contento. En un rato más regreso
por ti.

Tu lenguaje verbal es de confianza y


con una sonrisa le informas que él
estará bien. Apenas entra tu hijo al
colegio, te das permiso de estacionarte
a derramar unas lágrimas por esta
nueva etapa en la vida de tu bebé.

Muy importante: Recoges a tu hijo a


tiempo, para que no se estrese al terminar
clases.

Criar hijos seguros de sí mismos requiere valentía y


control emocional. Una fortaleza que no cae en un “no

101
me importas”, sino al contrario: “me importas TANTO
que estaré fuerte para ti”.

Así como las columnas de una casa tienen espacio


entre ellas para poder mantener la construcción de pie,
así debe de haber un espacio sano entre las emociones
de tus hijos y las tuyas. Si todas las columnas están en el
mismo lugar, caeremos en codependencia y la casa se
derrumbará.

Es por esto que en NEUROPARENTINGTM


recomendamos respirar profundo y repetir las palabras
de Ignacio Larrañaga:

Ocupación SÍ, preocupación NO.

Ganamos más con palabras de aliento y seguridad


hacia nuestros hijos, que transmitiéndoles un
sentimiento de preocupación, temor, ansiedad o
nerviosismo.

PELEAR VS. PENSAR

Un NEUROPADRE no se baja al nivel reactivo


del niño para pelear. Un NEUROPADRE permanece
bajo control y da opciones con empatía:
¿Te vistes ahorita, o en el carro de camino al
colegio?
¿Prefieres chaleco o chaqueta?
¿Vas a hablar bonito aquí o te sales al jardín para
que puedas seguir gritando?

102
PLAN DE ACCIÓN
¿PELEAR O PENSAR?
SHOW, NOT TELL

Entre más acciones y menos palabras, mejores


resultados

Tipos de Parenting

¿Cuál es tu estilo?

___ MILITAR: Doy órdenes y espero que se


cumplan.

___ SALVAVIDAS: Siempre apoyo y salvo a mi


hijo.

___ ASESOR: Cuestiono, puedo usar un ejemplo


de infancia o un caso, pero no le digo qué hacer.
Permito que viva la consecuencia y sólo lo acompaño
con empatía.

¿Necesito modificar mi estilo de pedir las cosas a


mis hijos? Ejemplo: ¿Te bañas ahorita o en cinco
minutos?

Dos estrategias que nos ayudarán:

1) OPCIONES: DAR 2 OPCIONES para muchas


cosas durante el día. Pero cuando algo no es opción, se
le hace saber al niño que él escoge y muchas cosas, pero
esto no. (Ej.: ir al dentista).

2) DECISIONES. Principio 10-10-10

103
¿Qué tan importante es un problema? Proyectarlo a
10 días, 10 meses, 10 años.

En muchas ocasiones les pedimos a nuestros hijos


que hagan cosas, dejándoles el control y perdiendo
liderazgo. La idea es pedirles que las hagan desde donde
nosotros tengamos el control.

104
LA PACIENCIA PAGA
Es fácil dar consejos. Ser pacientes cuando
nuestros hijos se portan mal es difícil. Tener
empatía cuando nos retan, requiere de gran
autocontrol. Manejar nuestras emociones es un gran,
gran reto. Y sí… es mucho más difícil si tenemos
más de un hijo y si no hemos dormido lo suficiente,
noche tras noche, y estamos exhaustas como lo
están las mamás por lo general. Pero cuando
seguimos siendo positivas y nos mantenemos
pacientes y con sentido del humor, cambiamos
nosotras y nuestros hijos también.

Si logramos tener paciencia para mantenernos


calmadas durante un berrinche, conseguiremos
regular las emociones en nuestros hijos. Si, en otras
ocasiones, nos salimos de control (gritamos,
regañamos, amenazamos…), lo mejor que podemos
hacer es reconectarnos y tratar otra vez mañana.

Lo que puedo decir desde una experiencia


profesional y personal es que no tenemos que ser
perfectas. No hay manera de ser un padre perfecto,
pero sí hay muchas formas de ser un buen padre.
Pequeños milagros suceden todos los días y el
milagro del amor todo lo puede y todo lo
transforma. Hay una frase que dice:

“Yo siempre creí que era un gran padre


hasta que tuve hijos”

105
106
CAPÍTULO 10
EL GOLPE AVISA
Alguien que nunca ha cometido errores nunca trató de
hacer algo nuevo.
Albert Einstein

Si Dios es nuestro Padre,


¿por qué nos permite tropezar?

Mil veces he cometido errores en mi vida y siempre


he tenido la libertad de elegir mis acciones, mis palabras
y mis actitudes, sin que me detenga o me diga: No
puedes casarte con esa persona o No te conviene esa
amistad. Dios nos da TODA la libertad y nos deja
experimentar la vida al máximo, con sus consecuencias
incluidas (algunas veces dolorosas).

¿Por qué como padres no les damos a nuestros


hijos la libertad de elegir?

Claro, no estamos hablando de que cruce la calle


corriendo o de que elija la escuela que quiere a los tres
años de edad. No los dejamos elegir ni su ropa diaria ni
su comida, y más adelante intentamos fomentarles
ciertas compañías que nos agradan más que otras. Por
un lado queremos nutrir nuestro cerebro mamífero de
“quedar bien” ante la sociedad y por otro lado esas
neuronas espejo nos gritan: ¡Evítale todo sufrimiento! Y
así pasamos día tras día, diciéndoles a nuestros hijos: No
te subas a ese resbaladero, ¡cuidado, esas papas pican!,
etc.

¿Qué pasaría si imitáramos un poco más a nuestro


Creador? Esto no significa abandonar a nuestros hijos o

107
disfrutar de sus errores. Significa hacernos un paso para
atrás, vencer la pena social y dejarlos experimentar. Una
prima adolescente me comentó: Hasta que no choqué mi
carro por ir “texteando”, aprendí a no usar mi teléfono
mientras manejo. Su mamá siempre la aleccionaba, pero
no hay mejor aprendizaje que la experiencia.

Es por esto que la estrategia “el golpe avisa”, es una


herramienta muy valiosa. Por ejemplo, tu hijo quiere
comerse esas papas enchiladas; tú le puedes comentar: A
mí, esas papas me pican. El niño decide probarlas y tú
lo permites. ¿Qué pasa? Al probarlas se enchila, se pone
todo rojo, escupe y llora. La mamá cariñosamente se
acerca, le ofrece agua y se AGUANTA las ganas de
decir: Te lo dije. La mamá está del lado de su hijo
siempre. Se acerca y lo abraza, le da su presencia para
calmarlo. El niño aprendió su lección.

Las consecuencias que experimentan nuestros hijos


les permiten aprender a resolver problemas, los hacen
sentir responsables de sus decisiones, los ayudan a
pensar acerca de sus errores y les dan la seguridad de
que, pase lo que pase, estaremos a su lado con el
corazón abierto, mientras experimentan las
consecuencias (como quedarse sin su juguete por dejarlo
en casa de un amiguito, perder un balón de soccer por
patearlo al jardín de la casa de al lado, quedarse
castigado por no entregar una tarea, perder su bicicleta
porque se la atropellaron en la calle).

Algunas frases que un NEUROPADRE usaría en


estos casos: Al menos en Navidad viene Santa Claus y
puedes pedir otro juguete como el que acabas de
romper; tendrás que esperar sólo unos meses o ¡Qué
bueno que la clase de natación dura solamente cuarenta

108
minutos! Seguramente a la próxima recordarás
empacar tus goggles. Aplicamos el “golpe avisa”, por
ejemplo, a las batallas por comer o cenar:

EJEMPLO NO QUIERE COMER

Tu hijo se resiste a comer su comida.

Como mamá te preparas psicológicamente para esta


intervención. Recomiendo un día en que no tengas
presiones de nadie ni nada, para que puedas
dedicarte a ésta intervención. Es preferible que papá
esté ocupado en un torneo de golf o en un viaje de
trabajo. Sabes que será un día difícil. Le ofreces a tu
hijo un plato variado: con verdura, caldito y algo de
proteína. Cuando ves que se resiste a comer le dices:
En diez minutos se cierra la cocina. Al pasar ese
tiempo, pones una tapa al plato de tu hijo y lo
guardas para la noche. (sin insultar, mostrarte
enojada ni castigar)

Cuidarás que nadie le ofrezca comida ni jugo en las


siguientes dos horas (agua sí). Créanme, no morirán
por dejar de comer un par de horas. Durante ese
tiempo no comentes nada acerca de la comida ni le
des atención especial a tu hijo por sentimiento de
culpa (si lo haces, lo conviertes en un pleito de poder
y él gana). Sigan con sus actividades normales.
¡Cuidado con personas que puedan darle un dulce
clandestino! Seguramente el niño estará necio o
berrinchudo. Tú no mencionarás la falta de alimento.

Ya en la cena, sin decir muchas palabras, recalientas


su comida y se la sirves. Por lo general, tu hijo

109
comerá al menos unas cucharadas. Así lo hará
también al siguiente día. Con dos días de sentir el
“huequito” en el estómago, seguramente modificará
ese comportamiento.

Nota: Checa cuántas calorías debe consumir tu hijo


según su edad y peso. Muchas mamás queremos que
coman más de lo que deben. Otro error está en los
refrescos como los juguitos, que a veces aportan más
de doscientas calorías y con cuatro o cinco al día, tu
hijo ya cumplió con lo que su cuerpo requiere de
alimentación.

Sabemos que tienes partido el corazón porque tu hijo


no comió, pero también sabemos que “el golpe
avisa”.

Nota: Si tienes un hijo MUY desafiante, en la cena


ofrece algo que estés segura de que sí coma, como su
fruta favorita o taquitos de aguacate, si es el caso.

Prepárate por si el reto continúa un segundo día,


puede suceder. Por lo general en menos de 24 horas
termina la lucha de poder y ceden a una mejor
alimentación con horarios establecidos.

Los NEUROPADRES preguntan a sus hijos:

¿Cómo piensas resolver ese problema?

¿Qué vas a hacer en esta ocasión?

110
PLAN DE ACCIÓN
EL GOLPE AVISA
Entre más pronto nuestros hijos experimenten las
consecuencias naturales de la vida, más pronto se harán
responsables. Como ya lo vimos, los errores en la
infancia suelen tener un precio más bajo que los errores
cometidos en la edad adulta.

HIJO ACTITUDES ACCIÓN


Niños de Hijo: No Mamá: Ok, aquí va a estar
1a4 quiero en este platito en el
años pollo refrigerador.
Hijo: ¡Pero quiero cereal!
Mamá responde: Hoy hay
pollo, aquí va a estar.

Nota: No darle dulces ni


leche, sólo agua. No se va a
morir por dormirse una
noche sin cenar.

111
Todas Mamá: Tu hijo te responde: Luego.
las ¿Vas a Pero no la hace.
edades hacer la
tarea A las 11:00 p. m. lo
ahorita o despiertas cariñosamente:
antes de Hijito, fíjate que ya casi se
que acabe acaba el día y te faltó
el día? hacer la tarea. Ven, yo te
ayudo (tu hijo llora, hace
berrinche, etc.) Ya sé que
es difícil, pero yo te
acompaño. Toma agua y a
trabajar.

Nota: Normalmente con 2-


3 noches de este ejercicio,
aprenden a hacer la tarea
terminando de comer.

PLAN B: En ocasiones, para modificar ciertas


conductas, es necesario planear una intervención más
seria para extinguir un comportamiento que persiste. Es
necesario rebotar ideas con otra persona para
asegurarnos de que todo está muy bien pensado y que el
niño estará seguro en todo momento.

Este procedimiento no debe hacerse seguido, es


para situaciones de riesgo (por ejemplo: un niño que
avienta piedras, un niño que ataca a su hermano a
mordidas, una niña que roba cosas en las tiendas).

112
HIJO(A) PROBLEMA PLAN B
Niño de 7 Roba algo de Debes ir a platicar a
años una tienda. solas con el gerente
de la tienda y pedirle
¿Qué va a su apoyo; explicarle
pasar si roba que no quieres que
de este comportamiento
adolescente de tu hijo siga.
… va a la Después, regresas a la
cárcel? tienda con tu hijo, en
un horario en que no
haya mucha gente
(puedes elegir un
súper que no sea de tu
municipio). Si te
sientes más cómoda,
das oportunidad para
que tu hijo “robe”, lo
“cachen” en la tienda,
lo pasen para atrás y
lo cuestionen y le
cobren multa (si no
tiene dinero, los
juguetes cuestan.
Adiós, PlayStation).

113
114
CAPÍTULO 11
RUTINAS Y RITUALES

La ley de la cosecha es cosechar más de lo que se


siembra. Siembra un acto y cosecharás un hábito.
Siembra un hábito y cosecharás un carácter.
Siembra un carácter y cosecharás un destino.
James Allen

Dice un dicho que los hombres no atraen lo que


quieren sino lo que son. En éste segmento quisiera
hablar de la importancia de las rutinas y de los rituales
para el cerebro humano.

Desde el punto de vista evolutivo, el ser humano es


un animal social que busca pertenecer en una especie de
tribu o pandilla.

¿Tus hijos se sienten parte de tu tribu?

Según las más nuevas investigaciones científicas


que estudian los factores que influyen en la felicidad y
realización humana, las personas altamente satisfechas,
tienen un mayor número de relaciones sociales fuertes o
de calidad a diferencia de las personas deprimidas o
infelices. Según Christine Carter, el tener lazos sociales
fuertes, nos protegen de la tristeza, la soledad, la baja
autoestima, el estrés y nos hacen más sanos a nivel
físico y emocional. El psicólogo David Mayers nos dice
que el mayor predictor de felicidad en las personas es un
lazo de confianza con otra persona. Puede ser un
miembro de nuestra familia o un buen amigo. Esto es
igual para niños que para adultos y tomando en cuenta
que el primer círculo social de nuestros hijos es la

115
familia, no podemos dejar de enfatizar la importancia de
los lazos valiosos y preventivos que se pueden construir
en una familia utilizando rituales y rutinas.

RITUALES: Los rituales son patrones de


actividades que se repiten a lo largo del tiempo. Hay
rituales semanales, rituales mensuales y algunos que son
específicos de ciertos momentos del año. Los círculos
deportivos y religiosos muchas veces nos dan ejemplo e
ideas que podemos incluír creativamente en nuestro día
a día en casa (porra familiar, rezo matutino, viernes de
pizza y película, actividad para ayudar a una buena
causa, visitar a niños de escasos recursos para llevarles
juguetes cada Diciembre, etc.)

El cerebro humano busca rituales y rutinas ya que


lo predecible le da seguridad. Si en estos rituales
logramos incorporar elementos como contacto visual,
tacto, tiempo de calidad con cada uno de nuestros hijos,
presencia, pequeñas cancioncitas que representen el lazo
que tienes con ellos únicamente, les estaremos dando
una herramienta importante para proteger su estabilidad
emocional.

RUTINAS: Las rutinas son una secuencia de


actividades que se hacen una después de la otra. No sé
si a ti te ha pasado, pero mis hijos y mis alumnos
siempre quieren que les cuente los mismos cuentos una
y otra vez. El saber qué esperar les da mucha
tranquilidad dentro de un ambiente en el que ellos poco
pueden opinar ya que los movemos de un lugar a otro
según nuestros pendientes y compromisos. Las rutinas
nos dan una gran oportunidad de enseñar a nuestros
hijos a desarrollar la responsabilidad y a establecer
hábitos positivos que les durarán por el resto de sus
vidas.

116
Una lista de responsabilidades diarias o una tabla de
fichas que pudieras pegar en la pared con
responsabilidades para tu hijo, inmediatamente le
ayudan a organizar su día y a sentir que su presencia es
importante en el hogar. El Dr. Tomás Licona
recomienda que desde pequeños les demos a los hijos
verdaderas responsabilidades como regar el jardín,
alimentar a las mascotas, cerrar las cortinas, etc.

Todas las noches en nuestra casa, paso a revisar si


mis hijos han cumplido con sus responsabilidades. Con
el tiempo me he dado cuenta que han creado hábitos que
les ayudarán en diferentes aspectos de sus vidas. Por
ejemplo, el lavarse los dientes es algo que ya se les
convirtió en un hábito y que ya no tengo que estar
pidiéndoles. Recuerdo cuando por primera vez
implementé la tabla de fichas en mi hogar. Como yo no
fui una NEUROMADRE al principio, los repelos fueron
intensos cuando se dieron cuenta de que se esperaba que
ellos cumplieran algunas responsabilidades. Sin
embargo, es imposible olvidar la vez en que uno de mis
hijos llevó el periódico a su papá mientras que el mayor
gritaba “¡No, eso no, el periódico es mío!! ¡¡Es mío
mami!! Yo soy el del periódico”. Nos damos cuenta con
éste ejemplo que aunque al principio el niño repeló
cuando se le pidió hacerlo, después de un tiempo de ser
el encargado del periódico, sentía que tenía una función
importante en nuestro hogar y que ésta le pertenecía
solo a él.

En nuestra casa no damos a nuestros hijos


“domingo” o dinero semanal, simplemente tienen su
tabla de fichas y cada una de las actividades les gana
dinero el cual se suma y reparte su papá el domingo.
Puedo decir como mamá que cuando usas la tabla de

117
fichas con constancia, los mismos niños te piden que les
agregues más y más responsabilidades ya que se sienten
orgullosos y contentos de lograr diferentes retos. Los
hijos se hacen autosuficientes, aprenden a organizarse
mejor y se ubican en el tiempo con mayor facilidad.

En su libro The Talent Code, el autor Daniel Coyle


nos dice

“La grandeza no nace… se hace”.

Cada habilidad está creada por una serie de hábitos,


es por esto que los rituales y las rutinas generan hábitos
positivos que hacen a nuestros hijos funcionales y
exitosos. “Los genios”, dice Carol Dweck, “no nacen,
sino que se hacen”.

¿A poco las manos de Mozart nacieron


deformadas?

No, efectivamente las manos se deformaron de


tanto practicar, por eso, si queremos estructuras
positivas en nuestros hijos como el orden, la limpieza, la
organización, el compartir y hasta comer sano, lo
tendremos que practicar, practicar y practicar
apoyándonos en rutinas y rituales.

PLAN DE ACCIÓN
RUTINAS Y RITUALES
Los niños florecen cuando hay rituales de cariño
(conexiones, rutinas que dan estabilidad) y también
cuando se sienten encargados de alguna responsabilidad
en casa.

118
Hacer una tabla con las características siguientes
(hacerla con imágenes o con fotos de tu hijo llevando a
cabo cada ritual funciona mejor que sólo con texto):

Agregar elementos como “agradecer por 3 cosas” y


“una cosa buena al final del día”. Está comprobado que
estos ejercicios generan conexiones neuronales que
influyen directamente en el bienestar subjetivo de tu
hijo. De esta manera, empieza a ver su vida desde el
punto de vista de “el vaso medio lleno” y no medio
vacío.

La tabla siempre debe tener una VERDADERA


responsabilidad: subir el periódico al papá, ponerle agua
al perrito, poner su mochila en la entrada, etc.

La tabla puede empezar muy fácil y con pocas


cosas las primeras semanas, e ir aumentando en
responsabilidades conforme el niño madure.

Constancia, constancia, constancia: La tabla


solamente funciona si se revisa todas las noches a la
misma hora, por lo que es necesario decidir de ante-
mano si va a haber responsabilidades los sábados y
domingos, etc.

119
Ejemplo:

De 2 a 4 LUN MAR MIÉR JUE VIER


años
Dar
gracias
por 3
cosas
Dientes
Platos en
lavabo
Bañarme
Dientes
Una cosa
buena de
hoy fue:
PUNTOS:

Es importante que cada noche cheques la tabla con


tu hijo. Es un ritual que lo hará sentir importante porque
le dedicas tiempo, porque sentirá que su vida y sus
avances te importan. Nunca lo regañes si no realizó
algo, tampoco lo compares con sus hermanos. Felicítalo
por sus logros; marca sus fracasos con una tacha, sin
hacer gestos ofensivos. Puedes decirle con empatía:
Seguramente mañana te acordarás de lavarte los
dientes.

Cada noche, a tus hijos menores de 5 años, págales

120
con vales o monedas. Hasta pueden tener una alcancía.
Selecciona un día para llevarlos de compras, o saca tu
“cajón de premios”, para que compren detallitos, dulces
o hagan alguna actividad especial como volar un
papalote en el parque.

121
122
CONCLUSIÓN

The mystery of human existence lies not in just


staying alive, but in finding something to live for.
Fiódor Dostoyevski

Ser madre y maestra ha sido la mejor escuela de


mi vida y lo que más me ha hecho crecer como persona.

Como maestra, en ocasiones, me sentía totalmente


desarmada, no sabía cómo motivar o cómo canalizar la
energía extra de un niño, qué hacer para calmar su
agresividad o cómo invitarlo a socializar de una forma
apropiada. Como madre me sentía todavía más perdida
ante las peleas entre hermanos, las luchas de poder y los
berrinches interminables. Poco a poco, tuve la
oportunidad de ir conociendo todos estos nuevos
estudios que han cambiado mi forma de enseñar, de
relacionarme con mis alumnos e hijos.

Puedo decir que en mis primeros años como mamá,


me acostaba por las noches con un sentimiento de
angustia, fracaso y remordimiento. Me sentía con las
manos sucias. Hoy puedo decir todo lo contrario:
aunque termino el día agotada y posiblemente al abrir la
primera página de un libro me quedo dormida, mi
corazón se siente pleno y se siente limpio, con la
tranquilidad de saber que he hecho mi mejor esfuerzo y
que, día a día, al enseñar estas habilidades a mis hijos,
las he reforzado en mí. Y aunque algunos días son
mejores que otros, e incluso hay temporadas con
grandes retos, seguir en este camino hace que mi
consciencia esté totalmente tranquila. Los años han ido

123
comprobando que el camino del amor, de la conexión y
de la empatía siempre da buenos frutos.

Marcel Proust escribió:

El único verdadero viaje no es aquél en el que se


visitan tierras inexploradas, sino aquél que se recorre
con nuevos ojos.

De todo corazón, espero que este libro te haya dado


una nueva esperanza, una mayor confianza y sobre todo,
que poco a poco, vayas viendo una transformación
importante en tus lazos familiares. Espero que ese sueño
que un día tuviste de una familia feliz se vea realizado,
como yo lo he visto en mi hogar en estos años de mi
vida.

El momento más importante es ahora y la persona


más importante es la que está frente a ti.
León Tolstói

124
¡Manos a la obra!
El viaje de mil millas, comienza con el primer paso
Lao-Tsé

Como dice el dicho: “Más vale paso que dure, que


trote que canse”. Cada cambio positivo en la vida debe
hacerse poco a poco, no de la noche a la mañana. Si
cada semana vas adoptando y probando una estrategia
consistentemente, sin duda, verás transformación en la
conducta de tus hijos y en el ambiente de tu casa.

Y nunca olvidemos:

Los hijos no vienen con un manual...


vienen con una mamá.

RESÚMEN
ESTRATEGIAS NEUROPARENTING:

Conexión antes que corrección


Disco rayado
Conexión con cariño
Actuar para disciplinar
Pelear o pensar
El golpe avisa
Rutinas y rituales

125
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