Aspectos Éticos Del Aborto

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Apectos éticos del aborto.

La consideración ética de lo que llamamos aborto y también interrupción voluntaria del embarazo
viene dada por los dos aspectos de lo que en la realidad ocurre:

 la mujer está embarazada, y deja de estar embarazada


 el embrión o feto que la mujer lleva en su seno muere.

Excluir una de las dos, independientemente de la valoración que se le dé, supone un error en la
valoración ética de lo que se lleva a cabo. De hecho en la sociedad se suele utilizar uno de los dos
términos según el aspecto que se quiera remarcar: el hecho de interrumpir el embarazo, o de
abortar. No parece encontrarse un término que abarque simultáneamente las dos realidades.

En la secuencia biológica de los hechos, lo primero que nos encontramos es que la presencia del
embrión o feto, produce que la mujer esté embarazada, lo segundo el reconocimiento del
embarazo, a continuación la decisión de acabar con él, y para ello acabar con la vida de ese feto.
Por tanto también bajo el aspecto lógico hay que considerar que producir el aborto tiene como fin
interrumpir el embarazo.

Además, en el tema del aborto, existen prejuicios -en el sentido de juicios previos al tema-, que se
deben tener en cuenta.

El primero es la anuencia legal con la que cuenta en muchos países, estar extendido por muchos
lugares puede llevar a concluir con que se trata de una situación normal y, por tanto, que es
superfluo debatir sobre su eticidad.

Otro punto a tener en cuenta es el planteamiento de relegar este tema al ámbito de las creencias
–de lo religioso-, que por ser de ámbito subjetivo no puede salir a la palestra de lo social.
Independientemente de que las religiones tomen una posición, parece que el tema de la vida
forma parte de los objetivos del bien común que se plantea cualquier sociedad.

La participación en la decisión de legalizar o no el aborto es evidente que debe llevarse a cabo en


el ámbito democrático, y con el respeto que cada persona merece, y en un ámbito de tolerancia.

Interrupción voluntaria del embarazo

La expresión “interrupción voluntaria del embarazo” parece que solo se refiera a las
interrupciones donde se produce un daño fetal; mas sin embarga por interrupción se entiende en
castellano la detención momentánea o definitiva de un proceso, antes de su término. En el caso lo
que se intenta es una interrupción definitiva del embarazo, lo que equivale a su supresión. En el
ámbito médico se entiende habitualmente por IVE a la intervención que realiza el equipo médico-
obstétrico durante el embarazo, con el objetivo de facilitar un trabajo de parto dificultoso, de
posibilitar la sobrevida del feto, o de proteger la salud o la vida de la madre. También es posible
conceptualizar esta intervención médica como un término anticipado del embarazo o una
anticipación del parto. Para mayor claridad proponemos llamar a esta acción “interrupción del
embarazo por razones médicas”. El término voluntario resulta redundante, ya que todo acto
médico implica, por definición, voluntariedad de las partes.

En otro contexto, la expresión “interrupción voluntaria del embarazo” ha sido usada para significar
la finalización del embarazo, antes de la viabilidad fetal. En el estado actual “antes de la viabilidad
fetal” significa concretamente: gestación de 22 semanas, peso fetal de 500 g, longitud céfalo-
nalgas de 25 cm, debiendo tenerse en cuenta que hay también un papel fundamental de la
madurez pulmonar y el soporte médico y tecnológico.

En otras ocasiones “interrupción voluntaria del embarazo” se entiende como terminación del
embarazo, sin relación a la viabilidad o no viabilidad, y con intención y resultado de muerte para el
ser en gestación. En este caso “IVE” viene a ser sinónimo de aborto, o, en el lenguaje corriente,
“aborto provocado”.

En tal sentido, cuando una mujer queda embarazada, puede ser:

• por decisión propia: porque ha decidido quedarse embarazada, y así ha sido. A veces se
decide pero después no se produce;

• por comportamientos propios: no se había planteado quedarse embarazada, pero por las
relaciones sexuales que sí que ha decidido llevar a cabo, resulta que inesperadamente se queda
embarazada. Aquí hay que contemplar también el caso de quedarse embarazada por “fallo”, bien
sea por pensar que estaba en un día no fértil, como porque los medios que ha utilizado contra la
concepción han fallado;

• contra la voluntad y sin poner actos propios, como es el caso de una agresión sexual, que –
aunque sea en una proporción muy baja- puede producir el embarazo.

En cualquiera de los casos, si sólo se considera el aspecto del embarazo como situación sufrida por
una persona, se podría afirmar, apoyándose en el respeto a la autonomía de la persona, la
capacidad de cada mujer para decidir si sigue adelante o no con el proceso del embarazo.

De hecho parece que, en los casos de embarazo no deseado, o no fácilmente aceptado, esta suele
ser la consideración principal: se ha producido un problema, que se desea resolver cuando antes.
El modo de resolución es parando el embarazo. Se trata de decisiones que se toman con cierta
urgencia, movidos por el deseo de resolver el problema que se ha presentado ya que puede
afectar de forma importante a diversos aspectos de la vida de la persona: estético, de relación de
pareja, económica, profesional, etc.

La multiplicación de las dificultades puede empujar a tomar decisiones con poca deliberación, y sin
considerar los problemas que pueden surgir para la misma persona por el hecho de interrumpir el
embarazo. Es especialmente importante que se suministre la suficiente información para que el
consentimiento realmente sea informado. No debería dejar de informase de los efectos
secundarios de tipo médico, y psicológico que se pueden producir.
La irreparabilidad de la decisión tomada, acentúa la importancia de que se procure un ambiente
adecuado para que el consentimiento se pueda ejercer con el mínimo de coacciones psicológicas.

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