Reconocimiento Constitucional de La Diversidad Cultural Trabajo

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República bolivariana de Venezuela.

Ministerio del poder popular de la educación universitaria

Universidad bolivariana de Venezuela.

P.F.G Estudios jurídicos.

Sede Altos mirándonos los Teques.

MODULO II:

Complejidad jurídica y diversidad cultural

Reconocimiento constitucional de la diversidad cultural.

Trabajo

Profesor: Mayra Osorio. Integrante: Sara Carrero


.

Cedula: 16.147.928

Estudios jurídicos
El reconocimiento en la Constitución de 1999 de Venezuela como una
sociedad multiétnica y pluricultural constituye un avance significativo, dada la
importancia y las características de los pueblos indígenas para quienes es
necesario crear garantías que permitan su desarrollo como pueblos con
especificidad cultural, La diversidad cultural, a pesar de ser un tema que
traspasa los Estados latinoamericanos desde su misma conformación, no ha
merecido una reflexión teórica ni análisis hasta prácticamente las últimas dos
décadas.

Las razones de esta falta de interés o abandono deben buscarse en una suma
de diferentes factores. En Argentina, los pueblos originarios son
numéricamente inferiores, lo que contribuyó a que se negara sistemáticamente
su existencia, y con ella lo que representa su reconocimiento para los
diferentes pueblos.

A ello puede agregarse los procesos de exterminio a los que fueron


sometidos, así como los procesos migratorios europeos que empujaron a
construir un Estado alrededor de la idea de crisol de razas que análogamente
al fenómenos migratorio que se produjo en Estados Unidos fortalecía en la
homogeneidad, y en la disolución de las diferencias para no discriminar. En
este escenario, los pueblos indígenas no tenían mayor cabida.

Sin embargo, y por impulso de movimientos sociales que promueven el


reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas a nivel constitucional,
la diversidad cultural se hace cada día más visible, provocando que los Estados
deban dar cuenta de la protección de determinados derechos, lo que se habían
negado a reconocer amparados en el principio de igualdad.

Cuando surge, entonces, la necesidad de reflexionar seriamente acerca del


respeto de las diferencias, y de las consecuencias prácticas que se derivan
para el ordenamiento jurídico vigente- de considerar que coexisten, dentro de
los límites de un mismo Estado, sistemas de regulación social claramente
diversos, es insoslayable abordar el tema desde múltiples dimensiones, que
puedan dar cuenta del fenómeno de la diversidad y a la vez orienten el mejor
modo de plasmar una política criminal que contemple la igualdad ante la ley
paradójicamente tolerando y respetando la diferencia.

Así, es imposible y distorsionado en sus contenidos pretender una


comprensión cabal de la relevancia que representa el hecho de que la
diversidad se traduzca en una legislación diferenciada, si no se contemplan las
discusiones filosófica, política, antropológica, sociológica, histórica y jurídica
suscitadas, teniendo presente que cada una es un presupuesto y un
complemento de las restantes. La dimensión jurídica es tal vez el nivel de
análisis menos interesante cuando se pretende reconstruir una discusión
signada por un sinnúmero de escenarios posibles.

Brevemente, y a riesgo de desdibujar la presentación de las diferentes


discusiones, mencionaré, a modo de una visión fugaz, estos debates, que sin
lugar a duda llevan implícitos visiones del mundo encontradas, aunque no
totalmente incompatibles.

En el ámbito de la filosofía-política, la disputa suscitada que alcanzó su auge


contemporáneo en los años 80, entre los comunitarios y los liberales, tiene
como punto de partida la identificación de la unidad para el ejercicio de los
derechos: la comunidad y el individuo.

Lo que no es trivial, en la medida en que lo que se encuentra en juego es la


justificación de la existencia de derechos colectivos; o si por el contrario todo
puede ser reducido a la existencia de derechos individuales, y si la defensa de
las minorías puede articularse satisfactoriamente con su vigencia discusión
que retomaré más adelante De este modo, en el núcleo del debate la pregunta
alrededor de la que se construyen las distintas teorías es cuál es el mejor modo
de proteger a las minorías.

Ciertamente, este debate tiene infinidad de matices, y más allá de que existen
autores que se encuadran en uno u otro extremo, también existen aquellos que
intentar adoptar una postura intermedia, destacando las ventajas de seguir
defendiendo desde una postura liberal el ejercicio de determinados derechos,
pero sin dejar de destacar la importancia que para el individuo reviste la
membrecía a un grupo étnico.

No es el objetivo de este trabajo profundizar en esta discusión Sólo pretendo


llamar la atención sobre argumentos que constituyen el telón de fondo del
diseño de determinadas instituciones, que adquirirán una dimensión importante
cuando los procesos legislativos deban receptarlos.

En cuanto a la perspectiva antropológica y sociológica, ambas se encuentran


estrechamente vinculadas. No sólo porque la sociología jurídica y criminal se
ha ocupado de la introyección de las normas culturales por parte de los
individuos, sino porque también ha intentado zanjar junto con la visión
antropológica cómo se determina la condición de indígena y cómo se resuelve
el problema de la identidad , En otras palabras, deslindar cuándo un individuo
puede identificarse como miembro de una etnia determinada, y a qué se le
llamarán pautas culturales. Cómo se define la cultura, y cuáles son los
componentes de un sistema de regulación social que adquiere características
específicas que lo diferencian radicalmente de aquel en el que nos
encontramos inmersos, y que denominaré occidental.
Los antecedentes históricos no son menos destacables, Ensayar un análisis
de las distintas actitudes que ha asumido el Estado en su relación con las
poblaciones indígenas es también analizar el status que han asumido estos
individuos y su mayor o menor importancia en la correlación de fuerzas
establecidas. En la época colonial existía un modelo segregacionista, que
consideraba a los indígenas como individuos de segunda categoría.

Eran absolutamente excluidos, y ocupaban el lugar más bajo del estrato social
Con la independencia, e influidos por los ideales de la revolución francesa, se
ingresó a un paradigma asimilacioncita, todos eran iguales ante la ley, lo que
se traducía en un trato desigual. Las diferencias eran ignoradas, y la igualdad
esgrimida era sólo discursiva y formal. A partir de la segunda década del siglo
pasado, y con movimientos indígenas que empiezan a consolidarse, se
produce el salto al siguiente modelo aplicado, el integracionista.

Se reconoce la existencia de comunidades diversas, pero sólo por la


necesidad económica de negociar, y porque estaba en discusión quiénes eran
propietarios de la tierra. Se inicia así una suerte de reconocimiento de los
derechos, pero absolutamente limitados, y sin admitir que el reconocimiento,
para ser tal, debía ser más profundo.

A partir de la elaboración de distintos instrumentos jurídicos internacionales,


que superan la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones
Unidas aprobada en 1948, hacia la conformación de un verdadero Estado
pluralista, que no pretende otra cosa que la democratización del Estado y la
Sociedad, partiendo de la existencia de la pluralidad de lenguas, de la
pluralidad de culturas, y por ende, de la existencia irrebatible de pluralismo
jurídico.

En estas páginas me centraré en la dimensión jurídica y política, como un


modo de dejar claramente establecidas cuáles son las consecuencias de
receptar en el entramado del Estado la idea de diversidad cultural, y cuáles son
los instrumentos idóneos con que el Estado cuenta para satisfacer
determinadas demandas.

Derecho alternativo: Concepto y Caracterización

O. Correas, define el concepto de Derecho Alternativo, como el derecho cuyas


normas efectivas constituyen delitos para el derecho hegemónico. El derecho
alternativo pretende romper el predominio del derecho hegemónico del Estado
y obtener su reconocimiento jurídico.
Otro concepto, se refiere a: Una propuesta histórico-social de un pluralismo
comunitario y participativo como nuevo modelo político y jurídico de validez,
caracterizado por formas alternativas de producción de juridicidad y por
modalidades democráticas y emancipadoras de prácticas sociales.

Según Prieto, J. y en la revista de derecho alternativo de: Derecho Alternativo


para la Liberación, expresa: La capacidad de los oprimidos para materializar
sus intereses de liberación es un proceso paulatino de construcción de la
autoconciencia, de la Organización y el protagonismo, independientes de los
mecanismos institucionales establecidos por la dominación, aunque sabiendo
aprovechar todos los espacios que permite la democracia burguesa, incluso en
el llamado poder ejecutivo. En este proceso de construcción de la autonomía
popular, se desarrolla simultáneamente el derecho para la liberación,
expresado en dinámicas alternativas, usos y costumbres propias,
organizaciones independientes, reglamentos internos, nuevas instituciones,
una nueva filosofía del derecho, nuevos conceptos y categorías.

Estos nuevos elementos del derecho para la liberación, por su lado, ayudan
al propio proceso de articulación de los dominados, elevando aún más la base
de este derecho paralelo y así sucesivamente, en una dialéctica de mutua
cooperación y construcción simultánea del poder popular y del derecho
alternativo.

Según Ponce de León (2010), el derecho alternativo es un modelo de


construcción del derecho que tiene su fundamento en el desarrollo desde cierto
punto de vista, que implique los valores asociados a la reafirmación de la
libertad humana frente a los abusos del Estado, del derecho a la vida, de la
lucha por la repartición del producto social, por la reducción de la desigualdad y
por la defensa del futuro del hombre, preservando para él y para las
generaciones futuras el medio ambiente y la naturaleza.

El derecho alternativo exige un compromiso del jurista con el pueblo. Por lo


tanto tiene un carácter clasista, porque usa al derecho en interés de las clases
populares.

CARACTERISTICAS

 Se objeta que no garantiza la seguridad jurídica.


 Permite el pluralismo jurídico.
 Algunos autores afirman que violan el principio de legalidad.
 Da más valor al término de justicia que a la normativa vigente.
 Existe diversidad de concepto entre autores, por lo cual se
deduce en no homogénea.
 Vincula lo jurídico con el interés social.
 Busca la organización de la sociedad para la resolución de sus
propios conflictos.
 Las teorías alternativas profundizan que la justicia está por
encima de la ley formal o el derecho positivo.

ELEMENTOS DEL DERECHO ALTERNATIVO

 Es de aplicación en todo el territorio, tiene su aplicabilidad en


cualquier ámbito con la finalidad de resolver conflictos.
 Otorga un valor mayor al interés social.
 Propugna la justicia

DIFERENCIAS DEL DERECHO ALTERNATIVO CON EL DERECHO


POSITIVO

DERECHO ALTERNATIVO DERECHO POSITIVO

Tiene una visión mayor de justicia Se basa exclusivamente en el contenido de


social dando la oportunidad al que lo la ley, sin importar el favorecimiento o no
aplica desfavorecer al más del afectado.
desprotegido.

Se basa en lo justo. Se basa en lo legal.

Los criterios de jurisidad se hayan Es exclusivamente escrito


por encima de la ley formal.

No necesariamente está escrito. Es escrito.

Tiene alta participación en la Las decisiones las emite la autoridad


solución de conflicto la sociedad competente.
organizada.

Busca ampliar los espacios Su único espacio es el determinado por la


democráticos en el nivel jurídico de legalidad.
una sociedad determinada.

El proletariado es su principal Promovido principalmente por la clase


propulsor, aunque busca el beneficio
de la clase social minoritaria del país pudiente y en Pro de sus intereses.
para que sea más equitativo.

El Pluralismo Jurídico hace referencia a la existencia de múltiples sistemas


jurídicos en un mismo área geográfica en el concepto de pluralismo jurídico
supone una definición alternativa de derecho, pues si se adopta la definición
clásica, el derecho se reduce a las normas producidas exclusivamente por el
Estado.

Pluralismo legal y derecho indígena Uno de los rasgos que deben resaltarse
de los movimientos indígenas contemporáneos en el continente americano ha
sido la rapidez con que han logrado organizarse y presentarse como actores
legitimados en la escena política internacional.

Esa trayectoria puede compararse con la evolución de la normativa sobre


derechos de los indígenas. El trecho recorrido desde el abstracto individualismo
de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 hasta el
reconocimiento de su derecho colectivo a la autodeterminación y a la
supervivencia social y cultural en el Proyecto de Declaración de las Naciones
Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 1994 es notable17. En
el terreno político, los movimientos indígenas han conseguido convertirse
durante ese tiempo en interlocutores de reformas constitucionales (México), en
negociadores de procesos de descentralización administrativa (Canadá) e
incluso han logrado la caída de gobiernos nacionales (Bolivia).

El resultado más palpable de este nuevo activismo indígena se ha reflejado,


no obstante, en el plano jurídico. En clara ruptura con su tradición
constitucional, catorce países latinoamericanos, además de Canadá,
reconocen en la actualidad la naturaleza pluriétnica y multicultural de sus
sociedades.

Este reconocimiento ha tenido como consecuencia la progresiva


consolidación de formas de pluralismo jurídico que sancionan lo que venía
siendo una situación de hecho, la pervivencia de los usos y costumbres en la
autogestión de numerosas comunidades nativas.

En este mismo sentido es importante reconocer que las prácticas indígenas


no son manifestaciones exclusivas de un grupo poblacional auto adscrito por su
identidad cultural; sino que se reproduce además en las poblaciones
denominadas como mestizas a través de sus prácticas, costumbres,
actividades, en suma, su memoria vivida y practicada a decir de Aquiles
Hervas Parra es el conjunto de manifestaciones de las relaciones practicadas y
vividas en cambios generacionales que se transmiten de un grupo a otro, y que
en muchos de los casos no se percibe consciencia de su existencia en el sujeto
mismo , desde una perspectiva socio-jurídica, puede entenderse como derecho
cualquier conjunto de normas que regulen la conducta humana, y que sea
reconocido por sus destinatarios como vinculante.

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