La Batalla de Cuarte 1094
La Batalla de Cuarte 1094
La Batalla de Cuarte 1094
El 21 de Octubre de 1094, en las cercanías de las localidades de Mislata y Quart de Poblet, a pocos
kilómetros de Valencia, chocaron las tropas del Principado de Valencia, al mando de Rodrigo Díaz,
"El Cid Campeador", contra las fuerzas del Imperio Almorávide, en una de las batallas más famosas
de la Reconquista.
En Junio de 1094, Valencia, en poder musulmán, cayó en manos del Cid. Buscando recuperar la
ciudad, el Sultán de Marruecos Yusuf ibn Tasufin, caudillo de los almorávides, reclutó 4000 jinetes
ligeros, y entre 4000 y 6000 infantes en Ceuta, al mando de su sobrino Abu ibn Tasufin.
Según los cronistas musulmanes, también fue desencadenante del conflicto la queja de los
habitantes de la provincia almorávide de Denia, en Valencia, que pidieron ayuda a Yusuf por los
ataques que sufrían por parte de las tropas del Cid.
Por su parte, el Cid fortaleció las defensas de Valencia y se aprovisionó de suministros y armas,
buscando reunir a la mayor cantidad de soldados posible, tanto cristianos como musulmanes,
llamando a los señores y alcaides de la zona a unirse a sus tropas.
Tras marchar más de 750 kilómetros, los almorávides llegaron ante Valencia a mediados de
Septiembre de 1094, iniciando el asedio antes del mes de Ramadán.
El ejército cristiano dentro de Valencia sumaba entre 4000 y 8000 hombres, la mitad de ellos
caballeros. Por su parte, los almorávides sumaban entre 8000 y 10,000 hombres, 4000 de ellos
jinetes ligeros, algunos cientos de jinetes pesados granadinos y alrededor de 6000 infantes.
Pese a que las tropas cristianas del ataque fingido tuvieron problemas para defenderse de la
vanguardia del ejército almorávide, y sufrieron en su retirada algunas bajas, al percatarse el grueso
de las tropas musulmanas de que un importante ejército cristiano los atacaba por la retaguardia,
vacilaron, se dividieron y se desorganizaron. Al mediodía, el Cid había conseguido una rápida
victoria, sufriendo pocas bajas, y expulsando de su campamento a los almorávides. Las
consecuencias inmediatas de la victoria del Cid en Cuarte fueron la obtención de un enorme botín
en riquezas, caballos y armas, y la recuperación de la hegemonía en esa zona. En efecto, para
1098, el Cid había conquistado las importantes plazas fuertes de Almenara y Murviedro, la actual
Sagunto. La victoria de Cuarte le permitió a Rodrigo, asegurar y reforzar la posesión del Principado
de Valencia como plaza cristiana hasta su muerte a mediados de 1099, impidiendo además la
expansión musulmana hasta 1102. Todo esto facilitó la expansión del Reino de Aragón hacia el sur,
al quedar aislada la Taifa de Zaragoza del apoyo almorávide. Dos años después de la Batalla de
Cuarte, Pedro I de Aragón conquistó Huesca y se alió con el Cid, colaborando ambos en rechazar a
un nuevo ejército almorávide en 1097 en la Batalla de Bairén. Tras la muerte del Campeador, su
esposa Jimena consiguió defender Valencia con la ayuda de su yerno Ramón Berenguer III de
Barcelona, hasta Mayo de 1102, cuando el Rey Alfonso VI ordenó su evacuación, y Valencia volvió
a pasar a manos de los almorávides.