Tratado Histórico y Práctico de La Vacuna

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®Biblioteca Nacional de Colombia


.. \~ 'TRATADO ", . , . 1.:,:. ._

JJISTORICO y PRACTICO

DE LA VACUNA.

®Biblioteca Nacional de Colombia


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Caula qu.e lil 'Dide/!I. nune quid aglfldUÍ!' Jjt &onlidiyatt.
Cie. pro Ltje Manilia.

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EL D~' EDUARDO JENNER
~('<íct'c.tfn~lol· a:. la Yd:·tt7((1{'t'on.

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1J) ~ TRATADO
~
HIstORICO y PRACTICO

DE LA VACUNA,
r'i Que contiene en compendio el orígen y los resnlta-
. QOs de las observaciones y experimentos sobre la va-
cuna I con un exámen imparcial de sus ventajas, y de
las objeciones que se le ' han puesto, con todo 10,
de maS que concierne á la práctica del nuevo
modo de inocular.

POR J. L. MOREAD (DE LA SARTHE),


Profesor de Medicina. segundo Bibliotecario de la Escue-
la Médica de Paris. Catedrático de Higiene en el liceo
repul¡licano. individuo de la Junta comisionada para ob-
servar la vacuna en el louvre. de las Sociedade.s de Me-
dicina, de la Medicinal de Emulacion, de la Filomática
de los observadores del hombre. y Miembro correspon-
sal de la Sociedad Médica de Burdeos. de la de Emu·
lacion de Abbeville y de Poitiers. y de la So~iedad
de Ciencias y Artes de Mans.

TRADUCIDO

POR EL Dr. D. FRANCISCO X.4VIER DE lJ.4LMIS,


F ísico d! Cámara d! S. M. , lIonorario Consultor de Ci-
rugía de los Reatn E.-r:¿tcitos, PI'O/UO'; de Medicina,
)1 Socio co~rnponsat de la Rtal Academia Médica.ol"!_I!'III.....-.
de Madrid. r ~C,ON 4( ot '.

MADRID EN LA IMPRENTA ltEAt •


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A LAS MADRES DE FAMILIA

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" PROLQGO·DEL TR~DUCTOR.

Son ya bien públicos y notorios en ambos


.continentes los estragos que causan las vi-
· ruelas desde' el año de 572, en que se cono-
ciéron en Europa, y que :¡e difundiéron
progfesiva~ente por las demas partes del
· globo conocido, exerciendo ~n todas .su
cruel saña, sin que hasta ahora se ¡hubiese
.logrado mas que disminuir el número por-
tentoso de sus víctimas mediante la inocu-
.lacion variolosa que se traxo de Turquía á
·E?rop<l¡ Y á la manera que la fruta acerba
se_<2onv.ierte ep dulce y Sabrosa il1xertando
,el árbol que la produce, así tambien la -vi-
(ruela inoculada ~ dulcificaba, pero sin des-
naturalizarse ni perd~r un punto de su prO'-
.piedad. contagíosa. Los que conociéron
opOl:tun~mente este inconveniente de la in-
oculacion variolosa dirigiéron sus investiga- ,
dones á Qesterrarla de' la sociedad, suplién-
dola con las providencias convenientes es-
-tablecidas de comun acuerdo para evitar la
..tntrpduccion de las enfermedades' contagio-
·sas y pestilendales, formando lazaretos fue-

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x
ra de poblado, donde se trasladasen los
, I
Pri.
meros variolosos con todas sus ropas y uten-
silios, y tomando otras medidas análogas;
pero lo~ autores de este método conociér-on
poco el corazon humano, pues despreciá-
ron en su cálculo las luchas del afecto ma,
terno, las trabas que se opondrkn á esta ge. )
parac~on de madres é hijos, la desidia, el
abandono y poco interes con que se toman
las providencias contra un riesgo que se mi-
ra como remoto, y la lucha mas obstinada
de la ignorancia .con la ilustracion para lle-
var á su debido complemento estas saluda-
bles precauciones, bastando un solo descui-
do que se cometiese en un siglo para que
renaciesen las cenizas de esta hidra ~ y para
, que asaltase con nuevo furor todas las cons-
tituciones fisicas que no la hubiesen pagado
su tributo. ,
Así todos los remedios imaginados con-
tra esta plaga tenian sus inconvenientes. Las ,
providencias de que acabamos de !hablar no
podían ser pract~cables en tedos los puntoS
-del globo donde 'se conocen las viruelas; y
la inoculacion mÍSlma, ademas de exponer
al contagio á lo~ que se acercaban ál en-
fermo, ni asegor·aea á este enteramente del

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XI
riesgo de .perder la vida; ni le libertaba de
las deformidades y marcas, que por lo co-
mun dexan las viruelas en los que las pade-
cen. En tal estado ' parece que la: divina
Providencia, compadecida del género hu-
mano, ha manifestado en nuestros días el
nuevo descubrimiento del cowpox ó vírue-
:las de las vacas en Inglaterra, para libertar-
le del cruelísimo azote de las viruelas por
medio del inmortal Dr. Jenner, á cuyo ze-
10 y genio observador se debe el conoci-
miento, propagadon y confirmacion de
este nuevo hallazgo, que miran los sabios
como á su absoluto destructor y eficaz pre-
servativo.
Este feliz descubrimiento, que los Fran-
ceses acordáron llamar vaqcine, y nosotros
vacuna, por ser esta la formacion mas aná-
loga, derivándola de vaca, corno decimos
ganado vacuno, y de aquí vacunar, vacu-
nado, vacunacion &c. liberta para siempre
del contagio varioloso á los que se la inxer-
tan: no es contagiosa por el ayre ni por
contacto: es tan benigna que no merece el
.nombre de incomodidad: no produce por
.Jo comun erupeiones, ni mas granos que uno
en cada picadura, por donde se le inxiere:

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XII
. puede usarse siñ el menor inconveniente en
todas edades'y estaciones, en qualesq.uiertt
circunstancias, por mas tiernos y delicados
que sean los niños; pues aunque algunos
vacunadores aconsejan no se yacune en las
épocas de dentício1f, mestruacion y preñez,
como tampoco quando estan enfermizos y
débiles, á menos de reynar· una epidemia
de viruelas, ' no, es porque teman que se
agrave la vacuna ni la mala disposicion de
los sugetos, sino porque no se atribuyan á
,esta saludable práctica' accidentes, agenos de
ella, como ha sucedido en algunas partes,
'particularmente en esta corte ,-siendo tanto
mas lamentable este error, quanto la expe...
,rienda tiene acreditado que lejos de agra-
'varse diversas afecciones crónicas con la 'va-
cunacion, se han curado de resultas de ella,
y se ha mejorado la constitucion de muchos,
como se verá por .1os experimentos decisi-
, vos que constan en esta obra.
Estas ventajas estan ya tan comproba-
das y sancionadas, que solo el egoismo, la
ignorancia y preocupacion intentarán reba-
tirlas, mayormente despues de la publica-
cion' de este tratado histórico y práctico de
la vacuna, que tengo 1,! honra de presentar

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:xt1r
al 'públko traducido del frances, y Com-
I

puesto por el Dr. J. Sr. Moreau de la


Sarthe ~ en el que el autor' ha reunido los
resultados mas interesantes de quantos ex- '
perimentos se han hecho ,hasta el día, y to-
do 10 mejor ,que se ha escrito en favor y
contra de este ·benéfico . preservativo, que
hará me1l10rableá la posteridad el nombre
del inmortal Dr. Jenner.
. , Por falta de estos conocimientos vemos :
en .el dia v.aálante el crédito de esta salu-
dable operadon· en la 'cor~e ,. no bastando el
certo nú~w de zelosos 'p rofesores dedica':~
dos ,á propagarla, á poder COlltrarestar- las
oposiciones .que presentan"la preocl!pacion
é- ignorancUp de, algunos que 'se ~rovechan
para levantar el grito de ,ciertos -accidentes
wraÍlOs é ,independientes de la verdadera
v-aCllIla, 'citando' e~e1llplares falsos .para im-
pedir .que ,se extienda esta saludable prácti-
ca, con tal .desgracia de :esti; que se ve mas
defraudada aun par algunos de su,s partida-
rios, que movidos de un· 'ex,",esivo zelo. se,
apresuráron á. . exercerla, caredendo de le>s '
conocimientos necesarios que ,pueden ha- ·
cer ~istinguir las dos especies de vacuna~, y
lbs .diferentes ~enómenos; ,que.• h~n solido ..
/

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XIV
presentarse en los vacunados, siéndoles im:'
posible satisfacer á las objeciones que se la:
han opuesto, y ' que lograrian atajar su 'cur-
se y propagacion , si la verdad no fuera bas-
tame por sí misma para triunfar y distin- '
/ g¡;¡irse en medio de las sombras con que in-
tentan obscurecerla. ;.
La salud de los hombres es demasiado
• - I
mteresante para que nos empenemos en sos..
tener lo que es perjudicial. Los profesores
honrados no deben dexarse llevar jamas del ,
espíritu de partido y preocupacion, para de-
cidir sobre los resultados de los experimen-
tos que deben haber observado con ojos fi- .
losóticos. Es innegable que se pan visto er.t )
esta corte algunas vacunaciones que han pre 4

sentado fenómenos agenos de la verdadera


vacuna que nos describen ya todos los sabios "
de Europa, y que mu~ho~ de estos.vacUna,:" '
dos se han visto acometidos. de erupciones :
generales y de viruelas naturales despues de I

uno, dos y tres meses de su vacunacion, y


quando ya se creian mas libres. <Pero esto i
prueba acaso que la vacuna no sea un eficaz ,
preservativo contra las viruelas? Nada me-
nos que eso; y para probar este aserto pre 4

sentaré algunas reflexIones que interesan al

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xv
p,úlilico para · poder decidirse á favor del
descubrimiento ingles.
El humor vacuno es .muy susceptible
de alterarse prontamente, y de degenerar
en pocos dias. Si se exppne al ayre se seca
fácilmente, y sin. perder su transparencia
adquiere la dureza dd vidrio: se vuelve que-
bradizo ~ y se pega como un barniz á la susb·
tancia sobre que se aplica, de la que se des-
prende con la mayor facilidad: por lo co-
mun. oxida al hierro, con lo que padece
l,ma descomposicion que le hace mudar su
naturaleza, yen todos estos casos suele oca-
sionar una enfermedad particular, que los
prácticos llaman falsa vacuna', la que de
- ningun modo goza de la propiedad preser-
vativa contra las viruelas, que ha manifes-
tado constantemente. la verdadera; y así
siempre que se inocule co!! aquel pus seco
y degenerado, ó que la persona vacunada
haya padecido anteriormente las viruelas, se
presenta la falsa vacuna, siendo constante
que todas quantas vacunasiones se hagan
sucesivamente de un individuo á otro con
este mismo humor, resultan siempre falsas
vacunas que jamas preservan de las viruelas .
. _ Como. el humor ó fluido vacuno no

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XVI
puede .t~asladarsé á grandes distancias sino '
por los medios de ~mpaparlo en hilas, ,de
impregnarlo en las puntas de lancetas Ó, agu-
jas, que han de servir para la operacion, y ¡

colocado' entre dos. laminitas de vidrio " es


muy cOJ?tingenté que .s~cilndose, degenere, .
y ocasione su inoculation la falsa vacuna en
vez de la verdadera " Cómo sl,lcedió en las
prime~as vacunáciohes que se hitÍéron ·~n
.Ginebra con. el pus 'qué>remitió el D r. Car-
ro desde 'V iena, en las que se practicáron i
en Pariscon la materia que recibió elC. Au- -
bert, y en los primeros ensayos hechos en '
Rheims con el vÍrus que colocó en puntas
de 1anc~tas d C. HUSSOll veinte y siete 'ho- '
ras antes ,.de 'usar ~o: . <luego por qué~ se ha
de extrañar que en esta corte se hayan pre-
sentado en muchos vacunados falsas vacu- :
nas , ni que estos hayan-sido atacados des·>
pues de viruelas ordinarias, quando es. evi-
dente que aquellas no 'precaven del · conta- ' .
gio de eStas, ~sí como ' tambien que no bái
podido 11 gar á nuestró territorio el vÍrus '
vacuno sino por alguno de lo~ tres medios '
propuestos?
Para evitar este error tan considerable
y. conseguir la verdadera vacuna- es nece-

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XVII
sario extraer el fluido en su debida .sazon
del grano de un vacunado que se halle pre-
sente con todos los caractéres de verdadera
vacuna, que es lo que llaman vacunar bra-.
:tO á brazo ;-y que en la operacion se tenga
el cuidado de evitar accidentes que pueden
muy bien impedir su feliz éxito, como el
no profundizar las picaduras á fin de excitar
la salida de alguna sangre, que lavando y lle-
vándose tras sí el vírus que se acaba de m-
xerir, baria que..no produxese ningun efec-
tú la vacunadon. Tampoco lo causaria si se
hiciesen tan superficiales que apenas divi-
diesen el texido· de la .cutÍcula 10 suficiente
para contener una gota del humor vacuno,
y si no evitase el inoculador el riesgo de
volver á extraerlo y llevárselo tras el dedo,
que por lo comun aplican inmediatamente
sobre la cisura; ni quando está seco y duro
el cútis, si no se tuviese la precaucion de
aplicar algunas horas antes de la operacion
un pequeño vexigatorio en el sitio donde se
han de practicar las picaduras, para excitar
y disponer la parte á que la propiedad esti-
mulante de que goza el vírus vacuno, pueda
ocasionar en ella el fenómeno de la infla-
madon que es tan necesaria: para el desar-
o ~~

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XVIlI
rollo de la vacuna; pues siempre que no se
produzca este efecto, podemos creer firme-
mente que no se ha .modifi~ado la accion
vital., de manera que puedan estos vacuna-o
d~s exponerse impunemente á la accion de
los miasmas variolosos.
, . Es pues indispensable saber conocer. es...
tas dos especies de vacunas, para que se pue·
da deducir con certeza si el resultado d la
vacunacion es de ser la verdadera, esto es,
aquella' que ocasiona cierta modificacion de
la vida, que hace invulnerable'para siempre
de los ataques variolosos; ó la falsa, que de
ninguñ modo goza de este privilegio, y
cuyo error ha dado lugar á que levanten el
grito la ignorancia y preocupacion, con-
fundiendo la ineficacia de esta' con la bené-
fica propiedad preservativa de la.otra.
En.la verdadera ,vacuna no se.manifies-
ta por ,lo comun, síntoma alguno de indis-
posicion general ni local h,asta despues de
cumplidos los tr.es ó quatro dias primeros
de la operacion.: no se~ presenta erupcion al~
gima : catánea, ni ~as gran<;? vacunal que
uno en cada cisura; de manera que se pue~
de asegurar el número de granos que sal-
drán por el 'de las picaduras que s han he..;

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XIX'.
cho : cada grano debe aparecer desde su orfo.
'gen con un hundimie!1to en su centro y ele-
vados sus bordes, que continúan extendién•.
dose hasta .el dia noveno 1, en cuyo tiempo
forman una vexiguilla 'tir.cular llena de un
humor diáfano y plateado, mt1y propio en
esta epoca para emplearlo en la vacuna-
don; pues uno ó dos dias despues se entur·'
bia y obscurece, perdiendo su transparen...
cia é idoneidad para ser inxerido. La her-
mosa areola roxa que circunda cada grano
de estos, no es un signo característico de la
verdadera vacuna como Jo son los referi-
dos, pues se presenta igualmente en la falsa;
En esta.se observa todo 10 contrario tle
lo que acabamos dé referir. El .dia mismo
de la .operacion ó al siguiente aparecen los
síntomas de indisposicion general y local:.
el grano que se forma en las picaduras está·
elevado. en ~u centro y deprimida su ch'cun~
ferencia, y no se ve el hundimiento ni ·la ve·,
xiguilla circular llena de aquellic:or diáfa-
no y plateado, sino un pus amarillento .y~
opaco ': el número ·de granos no es el
~ "v ~'ase la Iáo,lina.
2 Vease en la lámina el grano colocado en 'el antcbra--
%0 con esta figura *. J

** ~
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xx:
mismo que el de las picaduras; pues sa-
len otros en dístintas partes del cuerpo, y
no pocas veces aparecen nuevas erupciones
cutáneas parecidas al sarampion, y otras á
pequeños diviesos, que tardan mucho en ci-
catrizarse.
Entre los muchos exemplares de falsas
vacunas observados en esta corte, presenta":
reI tan so1o el· .
sIgmente, por verse en e'1 per-
I

fectamente demarcados los síntomas de esta


. enfermedad vacunal, que de ningun modo
preserva del contagio de las viruelas.
- Un hijo de Don Manuel Luquet Ma-
tute, artífice platero, que vive en las plate-
rías de esta corte, de edad de tres años., bue-
na constitucion , 'cútis blanco y suave, pelo
y cejas rubias, sin haber padecido las 'virue-
las ,. fue vacunado · en 6 de julio de 1801
con el pus de otro niño que se hallaba pre-
sente. Antes de las veinte y quatro horas se
presentáron inflamadas las quatro picaduras
que se le hiciéron en los br!lzos, con náu-
lSeas, vómitos, fuerte calentura y delirio; que
duráron un dia entero-; pero al siguiente
empezaron a cal marse to d os estos smtomas.
I I '
Al día quarto estaban ya perfectamente su-
purados los granos de las picaduras.: Al dé-

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XX!
timó se presentáron nuevamente cin.co 'gra-
nos mas, uno en el hombro derecho, y dos
en cada brazo, que se inflamáron y supu-
ráron , continuando en expeler materia pu-
rulenta por mas de quarenta dias.· En 8 de
octubre, es decir, tres meses y dos días des-
pues de su vacunacion,y. quando aun su-
puraba una de las úlceras de la segunda erup-
don, fue a~acado de viruelas ordinarias en
tanta abundancia, que' no le quedó parte al-
guna de su cuerpo exenta de granos vario-
losos. En 3 o de octubre empezaba á con-
valecer con todas las' señales de recobrar
pronto sus fuerzas y salud perfec~a.
La presteza con que se presentáron in-
flamadas las quatro picaduras que sirviéron
para la vacimacion de este niño, la apari-
don -de una segunda erupcion quatro dias
despues en o~as distintas partes de su cuer-
po, y la falta de todos los caractéres distin-
tivos del grano de la verdadera vacuna, ma-
nifiestan evidentemente_que fue falsa la que
se le inxirió del otro niño, y por consiguie~.
te que no quedó preservado de'las viruelas.
<Pues qué extraño deberá, ser que habién-
dose expuesto impUflemente á su contagio ló
adquiriese tres meses despues de vacunado~,

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XXII
Si los que tanto se aprovecháron de es-
te fenómeno paea"dedamar contra el admi.:..
uble descubrimiento, se hubiesen dedicado
á ~onQcer las alteraciones que suele pade-
cer -el \,US vacuno, capaces de hacerle dege.
nerae y perder su propiedad preservativa,
hubieran ' fácilrpente r comprehendido que
habia dos especicls de vacuna, y que eran
deI.todo agenos>de la verdadera los acci-
dentes observadós; y si esta enfermedad,' si
es que merece este nombre, es un absoluto
preservativo contra las ' viruelas, siendo de
esperar se extinga. su venenoso fames en to.
das laS partes de.~ globo ,en que se introdu-
xo, si llega ~ propagarse en ellas el feliz
descubrimiento ingles; y si se imita la ac-
tividad de algunos, sabios gobiernos, y el
zelo filantrópkQ ~de los profesores, que con
su-influxo y exemplo han logrado destruir
las: tramas inventadas- por los enemIgos de
este .tan precioso' fenómeno, que. admiran
los sabios como'.€lmas·feliz deséuhrimiento
deLsiglo -xv 111. .
, : Madres · sensibles, no os' -dexeis lle-
var .de los rodebs qué ' ha invéntado la ig~
noráqcia y .preocúp~tion: aprovechaos de
est~ beneficio que ' nos ha concedido el de-

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~ '.
:XXIII
lo para libertar á vuestr,os ·tiernos hijos de
tan devm:adora plaga:.- apresuraos ·á vacu-
narlos,!y á ponerlos á cubierto de un ,ene-
migo tan cruel: temed 'que tal vez podrán
servir de aumentar el número de las vlcti-
mas que sacrifica continuamente su , vene-
noso contagio: mirad que qui.zá pueden es-
tar rodeados en este momento de una esfe.:..
ra con~agiosa que os '- los 'arrebate de entre
las manOS.,l y dexe traspasado 'vuestro, cora-
zon: it:nitad el ,amor maternal de tantas ma-
tronas de Ínglaterra, Francia, Alemania,
Italia, y de tantos otros.reynos, na,so.lo de
la culta Europa, sino dd Africa y Amér.icá,
en donde pasan de trescientos cincuenta mil
vacunados, sin que haya un solo exemplar
que compruebe el que . ex-ponga al menor
peligro ¡esta operacion, ni 'que dexe de :ser
el mas benigno de 10s""11lales que puede pa-
decer la humanidad, por.:cúyo: medio que-
da liberta9a para siempre de los crueles ata-
ques de las viruelas.
V osotros los que aun ' despreciais este
feliz descubrimiento, y ' privais á vuestros
conciudadanos' de su beneficio por el temor
y desconfianza q~e les infundis, declaman ...
do injustamente, y abusando de la confian~

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-
:XXIV
za que .OS dispensa el público, aárcaos á
·ver, y:admirad el prodigioso é inesperado
{:ficaz"remedio preservativo' contra una en-
fermedad, cuyas víctimas habeis presencia-
·do. tan repetidas veces: imitad la aplicacion
-y zelo. filantrópico~'de Jenner, Pt:arson,
W oodville, Odier, Aubert, de las respe-
tables juntas médicas ·de Paris, Rheims'l y
de tantos otros sabios profesores que han
&lbidQ con ojos filosóficos observar y pro-
pagar el feliz descubrimiento ingles, á pe-
. sar de los obstáculos que presentó el egois-
mo , y 'perfidia de algunos 'mal intenciona-
dos, -cuyos intereses no son los del públi-
co : no sigais el exemplo y cond'!.cta de es-
tos descontentos, porque. ven cerca el tiem-
po de extinguirse una enfermedad que es
el patrimonio de los que exercen el arte de
curar: seguid el exemplo de 'nuestros com-
patriotas los Doctor,es Luzuriaga; ZUll-
~ullegui, algun<;>s otros zdosos profesores
que nos. han proporcionado pus vaouno,
y que han dado á conocer su admirable
propiedad, no solo en esta corte, sino que
tambien lo han propagado en algunos pue-
blos de nuest.(o territorio. No insulteis á
estos hombres tan beneméritos con los n-

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xxv
tulos de innovadores .y ,barlataries: respe- (
tad sus nombres y seguid sus pasos: no
os detenga el no comprehender el misterio
de cómo una sola gota de humor vacunal
introducido debaxo del epidermis, que solo
produce un simple grano, y una alteracion
general tan ligera y benigna que apenas se
per.cibe, pueda ocasionar un fenómeno tan
grande é inesperado, como libertarnos. pa-
'ra siempre del azote de las viruelas, pues
tampoco 'conocemos cómo suceden otros
muchos fenómenos, que admiramos en el
cuerpo humano, y de cuya certidumbre na-
die duda, á pesar de no ser, mas transpa-
rente el velo que nos los oculta; y de, este
modo tontribuireis á perfeccionar la gran- .
de obra que han empezado tantos sabios
,protegidos por las mas altas dignidades, pa-
ra continuar por todos los puntos del glo-
bo la persecucion del fomes varioloso has-.
ta lograr extinguirlo, y que no lo conozcan
nuestros nietos sino por la historia de sus
estragos. Contribuid á que se cumplan las
" miras de nuestro sabio gobierno, que á imi-
tacion de todos los de Europa desea la pro-
pagacion de esta saludable práctica por todos
los dilatados dominios Españoles, ansioso

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XXVI
de ,ver aumentado el núméro de robustos y
útiles brazos que 'puedan emplearse en be-
neficio de la patria ,en vez de. verlos con-
vertidos en débiles y tri~tes . objetos de ter-
ror y compasion .
• ! • No seamos pues nosotros los únicos

omisos que merezcamos la justa indigna-:-


cion de todas las naciones cultas, que 10t;l
tanto esmero trabajan incesantemente: eq.
perfeccionar el gran proyecto de destruir á
este comun enemigo: extingamos sus focos,
y de este modo merecerémos la gratitud y
reconocimiento de la posteridad, y cumpli-
rérpos los deberes que n0S impone la pa-
tria y el amor paternal.
., , (,

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J.. EDUARDO lENNER, DOCTOR :EN MEDICINA"
lIUEMBRO DE LA SOCIEDAD REAL
DE LONDRES,

Qur amantr y Menhechor de la humanidad, ha


'sido el primero que reconoci6 el efecto preser'Va-
, ti'Vo de la 'Vacuna contra los ataques
de las 'Viruelas :

Á LOS MIEMBROS QUl; COMPONEN LA JUNTA


CENTRAL DE LA VACUNA EN PARISj

Los quales respetables ciudadanos )'filantro-


pos ilustrados Izan hecho un gran ser'Vicio á
la patda, haciendo adoptar el descubrimiento
de Jenner ,-propagando y naturalizando en di-
ferentes partes del territorio ¡rances una
práctica tan benijica, la qual debe exting.uir
tnteramente todos los gérmenes de tan antiguo
y temz'ble azote.

En testimonio de gratitud, de
estimacion J de respeto

Jac. L. Moreau (de la Sarthe).

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PROLOGO DEL AUTOR.

No habiéndose publicado aun sobre la va-


cuna mas que algunos opúscu~os y quader- .
nos, he creido muy oportuno el reunir en
un tratado elemental y clásico una multitud
de materiales esparcidos.
En ~l tratado histórico y práctico de la
inoculacion por los ,ciudadanos Valentin y
Desoteux hay un informe dirigido á la s()o
ciedad de los profesores de ·la Escuela de
Medicina, que dice: "Se encontrará en
"esta obra mejor. que 'en la de Ga~doger '
;, un conjunto interesante de todo quan-
1""to .se debe saber sobre la inoculacion. El
"médico que. no se haya aun dedicado
"con particularidad .á esta parte del ar-
"te de curar, aprenderá en ella todo quan·
"to le interese estudiar; y aun aquel á quien'
"la medicina le sea desconocida, con tal
;, que tenga 'un mediano talento, formará
"una justa idea de 1'1 inoculacion,. recono-
,-,cerá .sus infinitas ventajas, y venprá á ser
"un apasionado suyo tan :lelosocomo ilus"
" trado."

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xxx
Ló que los ciudadanos Valentin y ne~
soteux hiciéron á favor de la inoculacion de
las viruelas, he procurado executar por la
vacuna. La utilidad é importancia de esta
elTIpresG y el ardiente' deseo ,de éontribuir
, á propagar, é ilustrar una práctica tan salu-
dable y benéfica, son·lqs motivos que me.
han determinado á emprenderla: estos #0
pueden ser mas fundados; y seria un ab-
surdo décir que es inútil y superfluo el es-
cribir ahora en favor de la vacuna. Las ven":'
tajas de ' este descubrimiento, vanamente
censuradas, deben mirarse como el objeto
de un proceso bastante' examinado y com~
probado, para que en el dia se pueda ya
pronunciar 'la sentencia', de la quallos mé-
dicos que sacában su subsÍ$tencia de las v:i-
ruelas y de la inoculacion"apelarán sin du-
da al tribunal de la posteridad, como hacen
los autores silbados. '
Es evidente que · ya' no puede dispu-
tarse racionalmente sobre las ventajas de la
vacuna, y la qüestion de 'saber si esta prác- '
tica debe reemplazar á la ' antigua in'ocula-
cion -está enteramente decidida por la oh..,.
'Servacion y eXperíencia. P ero los medio~
de cOInbinacion no son por eso ménos úti...

®Biblioteca Nacional de Colombia


, XXXI
les, y su reunion menos 'importante. La
curiosidad del hombre indiscreto se dirige
por lo comun en sus investigaciones á ob-
jetos cuyo conocimiento es estéril y sin
resultado, y por lo mismo es muy conve-
niente presentarle verdades fecundas.
Será pues muy 'útil ponerle á la vist.a
compendiados, y , r~i.midos,' todos los hechos
relativos al origen, confirmacion, propaga-
cion y práctica de la vacuna: formar un en-
cadenamiento de todas las verdades médi-
cas, de todos los géneros de pruebas y se-
ñales necesarias para hacer apreciar con im-
parcialidad las yentajas del nuevo preserva-
tivo de las viruelas, y las objeGiones que se
le han ' puesto; y en fin, reunir todas las
observaciones prácticas, y procurar dar á
cada médico vacunador los principales re-
sultados de lo que han experimentado sus
compañeros, y los muchísimos fenómenos
que en diferentes circunstancias se han ob-
servado. Esta seria mi sola y única respues-
ta, si acaso se dirigiese alguna objecion con-
tra la intencion y motivos de esta obra.
Un tratado histórico y práctico de la
inoclllacion de la vacuna, esto es, una re-
union, selecta y metódica de todo lo que se

®Biblioteca Nacional de Colombia


XXXIt
sabe sobre este descubrimierito, es una obra
útil y aun indispensable en la presente épo-
ca. ¡<?xalá que la coleccion que presento al
público llene mis intenciones, y contribuya
á asegurar para siempre el triunfo absoluto
y general de un descubrimiento contra el
que han ntado inútilmente el grito el
egoísmo, la ignorancia y la calumnia! I
I

• ®Biblioteca Nacional de Colombia


.'1
....:) .

/, /)
l a. .

;; , l .
J.

/ 2 ".

.9."

I J.

®Biblioteca Nacional de Colombia


TABLA DE LOS CAPITULaS•
. . PRIMERA .PARTE

LIBRO l.

Tratado hist6rico del descubrimiento, confir-"


macion .y, propagacion de la vacu~a ..

C.A.P .. l. Del cowpox 6 'Viruelas de las


'Vactl.s en el condado di Olocester: con-
tagio cas..al de esta enfermedad á las
pers01las que ordenaban las 'Vacas:
opinion J tradicion 'Vulgar sobre estl
objeto ...............................:................. 8
CAP. I-J • • Opinfgn de Jenntr sobre el orígen
del cowpox ........... :.:........... ............... I.tJ
CAP. 111. Jenner Ror ufZa serit de experi-
mentos decisi-v~s reconoce la 'Verdad de
la tr4dic~~n po¡ulat del condado' d(\ ,:j
G/ocester:::................................
.
.. ..... ~.. <'-W~_'
. $70 0G'OTA ¿
ss
CAP • .IV. Por 'una: serie de- experi";e~tos ~~RAR(t~ ~ \,~"'-:
'lJue'Vos )' fecundos m ' resultados 1ttt/es, .~
ti/liGa)' ptopaga Jmner la tradicion
'Vufiar del .andadD di C;lluester ......... . . . S$.
*••
®Biblioteca Nacional de Colombia
XXXIV
CAP. V. ~serv(lclo'nu , 'I'eftexíonu del
Dr. Jenner sobre las 'Ventajas de su
des~ubrii1fi'efZtD:........................:.......... 37

LIBRO n.
Confirmadon y félii;¡plication del descubri-
miento de Jennef en Inglat,erra~

CAP. í. !EJe las íliftrentts manC'l'as con


que fue- recibidO' el descubrimiento de
la "'),&W'na, ' " Í'tt,r,te de 'un .diálogo
en~ MM. Lourd~t , prudhome ...... .
CAP. u. De algunas obser'Vadones he-
chas ~n .dij"ren'tu 'Oondarios, que ~o.n­
ftr-man ·tambif.n las ' de Jenne.r .......•..• 44
.c AP. In. Exper:imctt.tos de Pearson, mé'-
diQO del hospital ,de. San Jtw,gi.......... .

. LIBRO nI.
Inda~cio.nes f fncperime.nt:o~ oe Jenner y
P~arsell, de 'iue x.emltan muchos . hechos que
prop'ilgan f desarr-olianel descubrimiento
de la vacuna. "

~J\P. 1. ·De que ,1'4 in'Va.sion ,anterior. de

®Biblioteca Nacional de Colombia


xxxv·
las viruelas puu1t (t¡J!rdir". qt!!.Mf- ' .. - .
tal' por lo m~nos •. /pI.' !¡n.Wn~~ 4,e 1",
-vacuna. J q~e e~tª. a.~qqe sea rtz1fJ
le'Ve, es tfn prefer~i'q~ seguro. contr~
las 'Viruelas ......... :...................... .... ',' 6 O
CAP. II. Hecho¡ qtte Pt?f;4e~4n.. que la -va";
cuna se pu~4e p.4*&~r. m_~ch,a..s -veces.. 6+-
CAP. III , l{qlexío.nes sobre. 1f!,!O ~echos ex-
puesttU a.tIJerio.r1nf~te ....................... ~ 67
CAP. IV. De. alg~~s oIro.s -resultados que
se 8{ln confirtrJado pó.r e;rperim.étJ.~os
ulteriores.! ................................... :..... 68

LIJ3RO IV. '

Experimelltos de W opq.vilie, o1>~e~vaci~!1es


adicionales de Pe~rsq~ §~bre algun~s ~rupcjo­
qes qu~ han COfflpli¡;ad9 lí!' vaq!11~, y t;q ge-
neral I;ontimfacion ¿elqes¡¡rrºllo, ' ~Jp~r!lla-
~ion y ~plic."s:.io!l f(:l~~ d~l ~~sc~bF~~i.eIJ.~o
de Jenner en Inglaterra.

CAP. I. MI'. Wood'Vi¡le, médico del hos-


p#g,l de ~1Jgf.~,aj.gs.en hqndrH I f.r?1J!jr-
ma con lIue'Vos experimentos el descu-
brimientp d,e .Je'IJM.r ... ! .. !...... :.. ........... 7$
CAP.• IJ. :p,xp,er1.trJ,e.1;Z·l Q! ~ .W904'Vi¡~~ !Q;

®Biblioteca Nacional de Colombia


, ,

XXXVI
bre la 'meula ,del virus 'fJarioloso con
el humor 'Vacunal, , sobre el desarro-
llo simultáneo de ambas 'Viruelas........ 78
CAP. III. Experimentos con la mezcla del
humor 'Vacunal, del 'Vírus 'Varioloso... 8I
CAP. IV. De muchos resultados relativos
al e:rámen de esta qüistion; de si ¡ti
inoculacion de la 'Vacuna"es preferible ' }
á la de las 'Viruelas ordinarias. Ex-
tracto de la extensa relacion que los
redactores de la Biblioteca británica
han publicado sobre la obra de Wood-
'ViJle ......................... :....................... 8!t
CAP. v. De las obser'Vaciones de los ex- -
.perimentos de Mr. P6arson sobre las
erupciones parecidas á ¡as de las 'Vi-
ruelas , , que sobre'Vie~en alg~nas 'Ve-
ces en la inoculacion de la 'Va&tma....... 9:C
CAP. VI. Continua.cion de la propagacion
de la 'Vactma en Inglaterra................ 98
LIBRO V.

Propagadon de la vacuna en lOs continente~. •

C~P. l. De la propagacion de la inocula-


I cion de las"Virteelas.; ........................... LOS

®Biblioteca Nacional de Colombia


/

XXXVII
CAP. JI. Propagacion de la 'Vacuna en ge-
neral...... ........................................... zx8
CAP. III. Propagacion de la 'Vacuna en
Ginebra y en 'el departamento de Le-
malz ........................................ ::....•... 1.26
CAP. IV. Progresos de la 'Vacunacion en
París ~ y "elacion hecha á la ju~ta mé-
dica~ ............................................... :.. Z5~
CAP. v. Establecimimto de la vacuna e1l
Jl.heims .......... , ................................... z5 I

LIBRO l.

Consideraciones relativas á la vacunacion.

CAP: I. De las circunstancias de la edad,


salud, estacion y constitucion en que
se puede 'Vacunar ............:............... .. I59
A'Viso importante á los padres y madreS
por los médico~ de Ginebra .... ............. .
CAP. 11. Preparacion .. :... ..................... .
CAP. lIl. Obser'Vaciones sobre el modo de
escoger el pus 'Vacuna!........................ z68
CAP. IV. Obscr'Vacionú sobre el modo co-
mo se comunica el contagio 'Varioloso J
la 'Vacuna..... . . .... ...... . .. ... ............. ..... z 7 4-
CAP. V. De la.manera de transportat· l'

®Biblioteca Nacional de Colombia


~ :XXXVIII
tonser'Var el pus 'Vacunal................... . ~9 o

LIBRO Il.

De las nuevas propiedades. que se han expe-


rimentado en la vacuna. .

c~p. l. De los síntomas 4c la. 'V.act!1:za..... I97


CAl'. n. De los fenómenos scctlnd4rios de I
la 'Vacuna .............. ;..... .¡ ..,......... , . ...... .2 06
CAP. III. De la falsa 'Vacuna ................ .2I$
CAP: IV. De que la 'Vacuna es un seguro
prese,.'Vati'Vo de las 'Viruelas ............... .2.2.2
Extracto del primer proceso 'Vlrbal que
se hizo en casa del C. Frochot, Pre-
fecto del departamento del Sena .... :.... , !H S
Extraeto del segundo proceso 'Verbal que
se hiz.o el .23 de diciembre m la calle
de Pescadería nÚmero .2..................... $ ..27
Refuta.c.ion á .la tarta de Mr. Goetz r.. , .. ,

LIBRO IIl.

De las ventajas de la vacunacion.

C!:,AP. l. Del orígen , prog1'es.os de las


'Vi1'''(las ............... ............................. :J.4Q

®Biblioteca Nacional de Colombia


XXXI~

CAP. n. De las 'Ventajas que resultan


á la éspecte humana del dCS'cubrimim7
to de la 'Vacuna, y de que esta sola es
la única que puede libertarla para
siempre de tos estragos de las 'Virue-
.. las ....:....".... ............ .................. ........ !J,5!J,
CAP. IIJ. De las 'Ventajas de la 'Vacu-
nacion , y respuesta á las principales
- objecione; que se le han hecho...... ....... !J, 67
Primer diálogo entre un jil6sofo j6'Ven J
1tna 'Scñora anciana sobre las 'Ventajas
de la 'Vac'ltna................... .................. !)7 o
Segund(} diálogo comparando las 'Ventajas
que tiene la 'Vacuna sobre las 'Viruelas,
y exámen de las obje,iones que se han
prumtado contra _aquella .................. .284-
CAP. IV. Continuacion del misma asunto,
J un quadro. comparati'Vo de las obje-
ciones de los ciudadanos Baume y Du- '
fai, con sus respuestas..................... 30Z

LIBRO IV.

CAP. l.Qüestioncs relati'Vas á diferentes


experx'mcntos sobre la 'Vacuna, para
darle mayor extensiotÍ médica.. ........... 3!J,S
CAP. n. Apéndire al artículo sobre tI orf-

®Biblioteca Nacional de Colombia


XL
gen de la 'Vacuna ... :.. .'....................... 3~8
CAP. I;¡' Nue'Vos detalles sobre ·la pro~
pagaezon de la 'Vacuna ....................... 334-
CAP. IV. 4péndiu á Jos' resultados de los
e:rperimcntos J' obser'Vac;ones contcni-
dtls t/llsta obra ................................ 54 6

.' "

®Biblioteca Nacional de Colombia


TRATADO
HISTORICO y PRACTICO

DE LA

INOCU~ACION DE LA V ACUNA.

§. lo

Consideraciones preliminares J' moti'Vos


de la obra.

Los conceptos sublimes, los experimentos


auxIliados de la raza n , cuyos resultados pre-
veen y calculan con anticipac:ion los hombres·
de genio que los executan ó hacen executar,
forman, sin duda, ciertos recursos, con cuyo
auxilio las ciencias y las. ártes llegan rápida-
mente al mas alto grado de perfecciono Pero
al mismo tiempo que los acontecimientos for-
tuitos vienen á ser causas de su adelanta-
miento, quando hay testigos en estado de ob-
servarlos; deben tumbien considerarse los fe-
nómenos que ha hecho conocer la casualid.ad,
como experimentos que presenta la natura-
leza iin 5er preguntada, y para cuyo fecun-
A.

®Biblioteca Nacional de Colombia


~ DE LA INOCULACION
do empleo no han faltado muchas veces, du-
rante algunos siglos, sino sabios capaces de
apreciar su importancia, de aplicar sus feli-
ces resultados y de generalizarlos.
Tales fuéron en diferentes épocas la cai-
da de una fruta á los pies de Newton, la im-
posibilidad de elevar el agua con un tubo de
bomba á mas de treinta y dos pies de altura,
fenómeno reconocido por Galileo; y recient e-
mente la observacion fecunda de Rumford,
qué haciénd~se servir una sopa de arroz, que
por distraccion se habia olvidado, la encuen-
tra fria en la superficie, penetra hácia el fon-
do, se quema, y de este accidente, que vino
á ser al momento un experimento fundamen-
tal, se eleva á profundas ideas sobre la eco-
nomía de la combustion y á una nueva teo·
ría del calórico.
La determinacion, el cálculo de las le-
yes que gobiernan los mundos, la estática del
ayre y la del fuego tambien se pueden atri-
buir á tres fenómenos muy simples en apa-
riencia: conviene á saber, á la caida de una
manzana, al no premeditado experimento de
un fontanero, y á la quemadura que siente un
filósofo distraído comiendo un poco de arroz.
En la Medicina muchos fenómenos igual-

®Biblioteca Nacional de Colombia


~E LA/ ¡V ACUN~. 3
mente impreVIstos, o determmados esponta-
neamente por un instinto conservador, mu-
chos métodos y procedimientos dirigidos pbr
opiniones ó por tradiciones populares han te-
nido resultados, conseqüencias y aplicaciones
no men.os felices; y examinando los progresos
de este ramo de conocimientos para percibir
su encadenamiento y filiacion, se verá cons-
tantemente que los experimentos aislados, los
hechos esparcidos y los procedimientos empí-
ricos han precedido á la doctrina, y formado
las principales basas de la teoría. Bordeu es
de párecer que lJIip6crates reunió en sí todos
los recursos é industria del empirismo.
En un tiempo mas moderno el arte bené-
fico de la Medicina ¿ no ha sacado freqüente-
mente de este orígen la misma ventaja? El'
emético, la quina no fuéron descubiertos por
ninguna academia- de profesores. ¿ Y podre-
mos jamas olvidar que uno ,de los procedi-
mientos mas saludables, ~omo la inocu'lacion,
nos vino de un pueblo ignorante ypobre 1, á
quien el deseo de conservar la belleza de un
sexo cuyos atractivos forman la principal ri-
queza del pais, hizo hallar un preservativo,
cuyo descubrimiento considerado baxo el as-
1 La Georgia.

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4 DE LA INOCULACIbN
pecto de utilidad pública, debe aventajarse á
las ·invenciones mas brillantes?
Estas reflexIones ocurren naturalmente al
tratar de una enfermedad re cien observada en
Inglaterra, cuya inoculacion fortuita, que
preserva de las virÍlelas, ha librado durante
mucho tiempo en el condado de Glocester á
muchas víctimas de un azote que ha desola-
do freqüentemente la décima parte de la eS-
pecie humana, y que ,en 1764 desoló en su
primera invasion las dos terceras . partes de
habitantes de un pais ' 1 que los furores, vi.l
dos y calamidades del Europeo habian respe-
tado tan largos tiempos.
A esta enfermedad recien observada, qui-
zá la primera que se puede mirar como un
beneficio, han llamado los Ingleses cowpox ó:.
'\liruelas de las vacas, conocida despues con
el 'nombre de vacuna, y que ocupa en el dia
·lá aten don de casi todo el mundo.
Su orígen, sus efectos tan diferentes y
distantes de todas las ideas recibidas, sus pre-
sentes ventajas, la esperanza que dan de apa-
gar para siempre todos los focos de un espan-
toso contagio; en fin, la novedad de la 'Vacu-
'Ha, las obras publicadas por sus defensores, y
1 Kamschatka.

®Biblioteca Nacional de Colombia


DE LA VACUNA.
aun las declamaciones de sus adversarios, to-
s
do ha concurrido á dispertar la curiosidad, y
á fi xar la atencion sobre esta grande qüestion
de higiene; y los trabajos y experimentos que _
ha ocasionado su exámen, son tan numerosos
y adebntadós que es necesar.Ío _compéndiar y
reunir sus resultados, y publicar en una co-
leccion élásica el conjunto de los hechos mas
importantes que los observadores han publi~
cado, y que serian muy difíciles de encon-
trar en tanta multitud de opúsculos, ensayos,
memorias, quadernos y diarios, en que mas
bien estan sepultados que unidos.
La utilidad de esta reunion y la coordi-
·nacion de estos experimentos y trabajos es el
m~tivo que me ha- deter,minado á publicar es-
ta obra.
§. JI.

De,lo ~ue se debe entender por 'Vacuna.

La vacuna, expresion nuevamente crea-


da por algunos Médicos á quienes se acusa
de neologismo, se conoce en el dia en todas
partes, y se emplea para expresar una enfer-
medad nueva, que se ha comunicado de las
vacas á la especie humana, y cuyo efecto tan

®Biblioteca Nacional de Colombia


6 DE LA INOCULACION
singular como benéfico preserva de las virue-
las de un modo cierto y menos peligroso que
la inoculacion. '
§. IlI.

DislÍncion entre la vacuna J el cowpox.

La palabta inglesa cowpox 1, adaptada á


la tnfermedad primitiva de las vacas (que per-
manecerá en nuestro idioma), no debe con-
fundirse, corno , lo hacen muchos ordinaria-
, mente, con la de 'Vacuna. Esta no debe jamas
usarse sino para indicar la enfermedad hu-
mana cuyo orígen noS recuerda; y la voz
cowpox debe exclusivamente emplearse en la
de las vacas, de donde nos viene la de 'Va·
cuna. y así jamas emplearé estas dos expre-
siones corno sinónimas; y no dudo que gene-
ralmente será admitida esta distincion, que
por .otra parte se 'halla ind"icada en ' nuestro
idioma, si se atiende á la influencia y poder
de la precision del lenguage.
r Cowpox, voz compuesta de dos raíces, po,,!: que
significa viruela; y co'w vaca, de donde viene cowpox,
viruela de la vaca.
..,

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PE LA VACUNA.
7
§. IV.

Objeto J di'Vision de la obr4.

Presentar con algun jnteres , y sobre to~


do de un modo elemental y desembarazado
de todos los por menores y explicaciones téc-
nicas, el orígen, confirmaclon y propagacion
de la vacuna: dar á conocer <:on impardalidad
las ventajas de este importante uescubrimien-
to, y las principales objeciones de sus adver-
sarios: finalmente, juntar muchas noticias y
observaciones 'q ue formen un manual instruc-
tivo, cuya lectura pueda dirigir á las madres
en la vacunacion destis hijos, y hacer de es-
ta operacion una práctica vulgar, y un pro-
cedimiento perteneciente á la economía pri-
vada y doméstica': tal es el Qbjeto que me he
propuesto en esta Qbra, que presento dividida
en dos partes. La primera contiene la historia ,
de la vacuna, y la reunion en un órden cien-
tífico de todos los aocumentos y materiales
que pueden ilustrarnos sobre el orígen de es-
te descubrimiento, y la confirmacion de sus
efectos y progresos: la segunda comprehende
la parte práctica y médica.

®Biblioteca Nacional de Colombia


s DE LA INOCULACION

PARTE PRIMERA.
Como los resultados de los experimentos so'
bre la vacuna son demasiado importantes, y
sobre todo tan inesperados, que -deben pre-
sentarse por menor todas las circunstanclas re-
lativas á este gran descubrimiento, daré muc~a
extension á esta primera parte, cuyos objetos
se dividirán en varios libros y capítulos.

LIBRO I,

HISTORIA DEL DESCUBRIMIENTO, CONFIRMA-


CION Y-PROPAGACION DE LA VACUNA.

l. CAPITULO I,

Del cowpox 6 'Viruelas de las 'Vacas en el con-


dado de Glocester: contagio casual de esta en-
fermedad á las personas que ordeñaban las
'Vacas: opinion J tradt'cz'on 'Vulgar
sobre-este objeto.

Dna circumtancia tan feliz como inespera-


cla dió á conocer á los Ingleses la inoculacion;
y un acontecimiento no menos favorable é iu-

®Biblioteca Nacional de Colombia


DE LA VACUNA. 9
dependiente de toda combi'nacion les ha he-
cho descubrir la vacuna, ~ como se verá por
la siguiente relaciono BcrkelcJ, en el conga-
00 de Gloccstcr, sus cercanías, y toda la ex-
tension del condado son celebrados por sus
y
abundantes pastos, por consiguiente en criar
gran número de ganado.
Las vacas de aquel pais padecen una en·
fermedad, que mas bien parece constitucio-
nal 1 que endémica, y la conocen con el nom-
bre de cowpox ó viruelas de las vacas. Se ma-
nifiesta por unas pústulas irregulares que des-

1 Llámasc enfermedad' constitucional una afeccion


cuyo tipo y forma estan evidentemente unidos con
un concurso dado de circunstancias de la estacion y de
particularidades atmosféricas. Así las' reumas, muchas ca-
lenturas mas ó menos graves, las afecciones dichas ca-
tarrales ,cuyas formas variadas causan males de gargan-
ta ó especies particulares de flux10n al pecho, disente-
rias &c. &c. estas diferentes enferme'dades son constitl~­
donalu, epidémicaJ .JI popt4laru. Las afecciones endé-
micaJ por el contrario dependen de las particularidades
locales de un pais qualquiera. Las paperas y los bociós
son endémicas en los valles situados al pie de los Al-
pes, y las calenturas intermitentes en los lugares panta-
nosos cerca de las lagunas Pontinas en Italia, en las ri-
beras del Piamonte, en las inmediaciones del lago gran-
de, en Bretaña, y en algunos parages de las orillas im-
puras de Bievre en rari~.

®Biblioteca Nacional de Colombia


10 DE LA INOCULACION
de que aparecen son de color azul pálido, ó
mas bien algo cárdeno.
Estas pústulas estan rodeadas de' una in-
flamacion erisipelatosa, que suele por lo co-
mun degeneraren úlceras de mala especie, si
no se aplican á tiempo los remedios conve-
nientes 1, curándose con lentitud y dificultad.
Esta afeccion no es tan ligera corno preten-
de el Doctor Co/adan; pues se observa que el
animal enferma gravemente algunas veces,
que la leche líe le disminuye, y que son bas-
tante graves los sÍntdrnas del cowpox.
Durante todo este tiempo se contagian
las personas que manejan las vacas, si tienen
en sus manos algunas pequeñas cortaduras,
grietas Ó llaguitas, por donde puede ser ab-
sorbido el humor de las pústulas del animal;
"pero corno el tener grietas y cortaduras sea
"muy comun entre esta especie de sirvientes,
"sucede algunas veces que es muy considera-
"ble el número de los infectados. En este ca-
"so aparecen e'n las manos y muñecas algu-
"nas manchas inflamatqrias, que supuran pron-
"tamente , asemejándose á primera vista á las
"ampollas de las quemaduras. Lo mas comun
2 Estos remedios son por lo comun soluciones de
sulfate de cinc y de cobre.

®Biblioteca Nacional de Colombia


DE LA VACUNA. ' 11
~,es' presentarse en las articulaciones y extre.
"mos de los dedos baxo una figura circular:
"sus bordes estan mas elevados que el cen ~
"tro, y su cblor es algo "azulado. La irritacion
"se aumenta consecutivamente, y aparecen
"tumores en los sobacos. Todo el sistema se
"resiente, y el enfermo padece escalofrios, la-
"xlr~d general, y dolores vagos en los 10-
"mos y extremidades, acompañados de an-
"siedad y vómitos. Se quejan constantemen·
"te de dolor de cabeza, y algunas veces les
"sobreviene el delirio. Estos síntomas con ti-
"núan con mas ó menos violencia desde un
"dia hasta tres ó quatro, y estan acompaña-
"dos de úlceras en diferentes partes de las
"manos: úlceras que son muy dolorosas é in-
"" cómodas" y lentas en cicatrizarse, y muchas
"veces fagadénicas como las de las vacas
"de quienes dimanan. Lós labios, narices y
"párpados se alteran algunas veces; pero es-
"to no sucede sino quando el enfermo tiene
"la imprudencia de frotárselos con sus de-
"dos impregnados de pus. Jamas se ha ob-
;, servado que acompañe calentura á las erup-
"ciones que se presentan en otras partes del
;, cuerpo, sino tal vez en un solo caso en
"que saliéron en un brazo algunos granos

®Biblioteca Nacional de Colombia


I 2 DE LA iNOCULACION
"muy pequeños y colorados, que se sccáron
;, prontamente sin supurarse, lo que me hi~
"zo dudar tuviesen alguna conexlon con los
"sÍntomas referidos"·. .
Esta enfermedad " dimanada de la in ser-
cíon de una materia dotada evidentemente de
una propiedad estimulante muy activa , ofr~­
ce fenómenos que pueden colocarse entre lps
que el exercicio de la Medicina y los estu-
dios fisiológicos nos hacen observar cada dia.
El efecto ulterior de esta enfermedad nos
ha presentado una particularidad muy nota-
ble de esta' afeccion, que segun una tradi-
cion vulgar, verosímilmente muy antigua, de-
fiende para siempre de los ataques de las vi-
ruelas.
Esta circunstancia de haber un preserva-
tivo en la vacuna estuvo largo tiempo sin
uso: solamente servia á las personas que la ca-
sualidad ponia en la ocasion de adquirir este
mal; pues el espíritu de invencion y de com-
paracion, 'q ue no es tan rápido en su curso
como pretenden algunos historiadores de la
civilizacion y sociedad, no se halló jamas entr~
los habitantes de las inmediaciones de Berke-
ley en términos que les obligase á hacer el si-
I Extracto de Jenner.

/
®Biblioteca Nacional de Colombia
DE LA VACUNA. 13
güiente razonamiento tan sencillo en la ' apa~
nenCla.
Las personas que tocan las pústulas ó ul~
ce raciones de las vacas que padecen el cow~
pox enferman: tienen tambien pústulas, y
despues estan exentas .de .las viruelas, éUyos
ataques son tan temibles. Enterémonos de es-
te experimento: nevemos nuestros hijos entre
las vacas: hagámosles algunas pequeñas ind-
siónes en las manos , )y procure,mos que jugan~
do con las tetas de las vacas infectadas, con-
traigan una enfermedad que los libre despues
del contagio de las viruelas.
Ni aun el instinto maternal pudo elevar~
se á este pensamiento fecundo y saludable; y
el singular efecto de la vacuna )hubiera per-,
manecido largo tiempo estéril ¡ sUa casualidad
no hubiese hecho ·á Mr. Jennet; , su testigo y
observador. Este acontecimiento sucedió par:J
bien de la humanidad; y desde esta memora"';
ble épóca buscar el orígen del cowpox, confir7
mar el efecto preservativo de la vacuna, y.
conducirse á gene'ralizar y á utilizar, su uso
por una serie de experimentos y observacio~
nes exactas, fuéron los primeros pasos de est~
observador, de este hombre bienhechor, 4
quien la posteridad reconocerá cOmO destruc-

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14 . DE · LA INO~ULACION
tor absoluto de una enfermedad que ha sido
tan -funesta á la especie humana.

CAPITULO n.
Opinion de Jmner sobre el orígen del cowpox.

Jenner atribuye el cowpox, que no mira co-


rno enfermedad espontánea, á la accion del pus
que sale de una úlcera que viene á los pies
de los caballos, y que él nombra en .ing1es
the grease el¡ una disertacion que ha publi-
cado' baxo el título: On inquirJ into the causes
and effects of the 'Variol~ 'Vaccin~ &oc. Obser-
vaciones sobre el orígen y efectos de una en-.,
ferfuedad conocida en la provincia de Gloces-
ter con el nomhre de viruelas de las vacas; se
explica así: "En el condaao de Glocester los
" caballos se hallan freqüentemente atacados
;, de una enfermedad que los albéytarés .lla-
"man gabar~o.(the grease) ~ esta consiste en
~,un tumor inflamatorio que les viene en lo
"baxo de la pierna, del que sale un pus que
" tiene propiedades muy particulares, y que
" parece que es capaz de 'producir en el cuer.
"po humano, mediante algunas modificacio-
"nes de que hablaré luego I una enfermedad '

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DE LA VACUNA. IS
"tan parecida á las viruelas, que me parece
" probable que esta pueda haber tenido su Orl-
"gen de aquella."
En este país abundante de pastos (el au;-
tor vive en Berkeley en el condado de Glo-
cester) se cria un gran nllmero de vacas J é in-
distintamente se emplean en ordeñarlas per-
sOl)as de ambos sexos. Pero si despues de ha-
ber curado las úlceras de un caballo que pa-
dece el gabarro, se pone un hombre á orde-
ñar las vacas, sin haber tenido antes la pre-
caucion de lavarse las manos . sucede freqüen-
temente que el pus de estas úlceras, pegán-
do~e á sus dedos, comunica á las vacas .una
enfermedad que ellas tra~miten en retorno á
las personas que las ordeñan, y de este modo
se propaga la enfermedad en términos, que,
así todo el ganado como los ql,le lo manejan
se ven infestados de ella.
En apoyo de su opinion nota el Doctor
Ingles que se ven espontáneamente úlceras y
pústulas en las tetas de las vacas, particular-
mente en la primavera quando se las envia á
pacer, y con mucha mas particularidad aun
quando se las dexa criar su becerro; pero que
las pústulas y ulceraciones que adquieren ene.
tonceli los empleados eR ordeñar las vacas ~ nQ

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16 DE LA INOCULAcroN
presentan los síntomas que constituyen la 'Ver·
dadera vacuna.
Esta opinion de Jenner no ha sido gene-
ralmente admitida. Veamos como se explica
iobre este objeto el Dr. Áubert en el dis-
curso que ha puesto al frente de la diserta-
don que ha traducido, en l.a que Mr. Wood-
'Vitle ha confirmado el descubrimiento de J fflt-
ner, y disputado sobre algunas de sus opi-
mones.
" ¿ Qué enfermedad tan extraordinaria es
"esta? ¿Cómo es que despues de tantos siglos
~,de una experiencia contraria descubrimos
" un vÍrus que tiene la propiedad de atacar
"al hombre igualmente que á los brutos; que
"produce en todos unos mismos síntomas; que
." se comunica de una especie á otra sin alte-
"rarse? No hay . duda que esta enfermedad
"es nueva, y que no se puede pretender que.
;; es de la misma Índole y especie que la vi-
"ruela ordinaria. ¿ Será acaso una variedad de
"esta? Algun dia decidirán esta qüestion de-
"licada los experimentos bien repetidos y va-
;, riadas, y los sabios médicos qu'e se ocu pen
"en ellos; pero entre tanto es un Hecho que
"esta enfermedad es propia de las vacas."
Será preciso empeñarse en una larga serie

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DE LA VACUNA. 17
de indagaciones penosas, y tal vez infructuo-
sas, quando se quiera saber corno adquieren
las vacas esta enfermedad, y de donde les di-
mana. Si los profesores zelosos y aplicados ha-
llan que esta especie de animales la padecen
igualmente en todos los paises, y que e~ la
misma en todas partes;tendremos motivos pa- r
ra pensar que las vacas estan expuestas á pa-
decer esta epidemia, así como los hombres lo
estan á tal Ó tal enfermedad, que se presenta
siempre con los mismos síntomas, aunque en ,
distintas épocas, y cuya causa ocasional no nos
es menos desconocida.
El Dr. J enner ha creido, fundado en falo
sas apariencias, ó en hechos que su imagina-
cion habia reunido, porque coincidian entre
sí, que el pus del gabarro ' del caballo trasla-
dado á las tetas de la vaca causaba en ellas
'tumores, pústulas, en una palabra, las afeccio-
nes de la vacuna, y que tal era el orígen de
esta enfermedad tan singular; y estaba tan
bien persuadido de que estp debia suceder así,
que desechó sus mismos experimentos, que
probaban la falsedad de su opinion, y mas
bien que renunciarla, quiso inventar razones
puramente teóricas.
Persuadido de esto hizo una ligera iDei-
.B

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18 DE . LA INOCULACION
510ft en las tetas de la vaca, con el fin de in-
ocularla: inxidó el pus sacado de la pesuña
de un caballo que padecia el gabarro: la va~
ca no padeció mal alguno, y mu~ho menos la
enfermedad que- se esperaba, Habiendo repe-
tido inútilmente este experimento, creyó el
Dr. Jemier, que la causa de no haberle sali-
do bien, era el haber tomado el material en
un estado de purulencia, y publicó que el í-
rus del caballo no tenia la propiedad de co-
municarse y reproducirse sino en el princi-
pio 'del gabarro, quando está el fluido trans-
parente, y que se rezuma por las hendiduras
de la pesuña. Los experimentos del Doctor
Wood'Ville , hechos sin suceso qm el pus del
cabaUo tomado en todos los períodos de la en-
fe,rmedad, prueban que la opinion del Dr.
J enner no tiene fundamento alguno; pues no
es cierto el orÍgen que le atribuye á esta nue-
va viruela, al mismo tiempo que destruye
una importante objecion que habia hecho el
Dr. Odier contra la posibilidad de aplicar es-
te nuevo vÍrus, y de poder sacar de él las
ventajas que esperaba el Dr. Jenner.
. M,.. Sz'mmons se ha opuesto igualmente
á la opinion de Jenner, atacándole con una
serie de experimentos hechos con el fin de

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• ~~. ~~ V ACU)\~. · . 1~
t-esol ver el probl~ma nsiQlógico" que tiene
por objeto el orígen del cowpox. .
I Para hacer sus e~perimentps, Mr. Simmons
se dirigió á Un ' veteri~ario, quien le facilitó
dos caballos que padecian el ga.b arro, cuyas
úlceras erisipelatosas. que C9Qsticuyen ~$ta en·
fermedad, se hallaban en yn es~ado que po-
dian facilitar el pus propio para inocular, bien -
fuese en el momento de su fQrmacion, 6 en
la época que juzgase mas convell~ente. •
Tres ensayos de inoculaciol) con el hu-
mor del gabarro) sacado del tumor algun.a~
horas despues que el mal habia em~zado á
manifestarse, se hiciéron con tres niño~ de di-
ferentes edades. y en todos el resulrado fue
negativo. Otros tres ensayos con el pus sa-
cado del gabarro de un caballo que p.adecia
esta enferm~dad dia y 'ffledio habia, fuéron
igllalmente contrarios á la opinion de Jenn,,..
Mas notando M,.. Simmons que el médico,
cuya opiníon impugnaba de u.n modo eJCperi-
mel1t~l, de ningun modo recon<><;.ia en .el hu-
mor del gabarro la propiedad de capsar la va-
cuna; .é l le suponía unaaQCjon estimulante,
capaz de afectar á las vacas. y de ,causar e;IJ
sus tetas las pústulas. de b5 quales han sa-
cado el girmen de la eJlierm~ad,. cuyos ata..
»:¡

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20 DE · LAINOCULACJON
ques saludables pueden libertarn·os ·de los es-
tragos de las ·viruelas.
Los otros experimentos de MI'. Simmons
s~n mas decisivos, pues se hiciéron con vacas,
en que las señales de las incisiones y picadu-
ras ' hechas para inocularlas con el humor del
gabarro, permaneciéron( visibles muchos dias,
y despues desapareciéron, sin haber excitado
el menor, síntoma de enferme'dad. I
Mr. Simmons añade: "Es necesario ob~
"servar que la vacuna es una enfermedad ab-
"solutamente desconocida enJa Chelshire y en
" el. Lancashire; no obstante que en el pri-
"mero dé estos dos condados hay grandes le-
., cherÍas, en donde indistintamente se em-
"pIean los hombres en curar caballos y en or-
"deñar vacas.'"
Los redactores de la Biblioteca Británica
han pretendido Gpor medio ,de hipótesis de-
masiado gratuitas, y muy poco probables pa-
ra referirlas aquí) r~sponder á las objeciones
de Mr. Simmons, que por otra parte ha de-
ducido de sus experimentos una conclusion
que ningun hombre de talento mirará como
el resultado de estos hechos:
Veamos cómo se explica este médico, que
combina tan mal las rehiciones de sus experi-

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. DE LA V4CY IfA • ., .2 .1
meht'os con sus resultados. "Si los que han t e,-
"nido la vacunaestan libres I para siempre d~
" viruelas, se puede con ra~on concluir q{!e el
"mismo veneno produce una'y otra eñferme-
. "dad; pues es un hecho bien sa~ido que las
" viruelas pueden comunicarse. tanto IPor,l ,cl
," fluido erisipelatoso, qU,e, se obtiene;-- por· J~
), inoculacion en el sitio de la incision ,-y antes
,,'de la fiebre eruptiva, como por el flu ido. mas
"espeso de los granos en el tü,mpo de su. cq~·
"pleta supuracion, ó aupopor las, costra~ se""
"cas qu.e quedan al fin de la',enfermedad. X
"como se supone 'que el humor del gabarro, á
"quien atribuyen la vacuna, .no es contílgJ.~.So
"sino en la ~poca prjn,~I;~f de 1~ enfe,~ me9a~~
"quando este fluido es~<!: a~pu:Jnrg, y, ¡t1'3!l§pa:
"rente ; es~a. diferenci~ 'PJ.u epíl que º:q h~y'
,¡ un¡¡ i<lel}tidad entre los dp \Ienep os ;,.y (.por

,,10 misJl}o rn~·:S~ puede '5upon~f' ninguna anar
" lo~ía ent~~e~ -gabarfo" la . ya~Jlna y .1as vi~
"ruelas." _ . " ,- ",.
Pudiéramo,s' decir con mucha raz~n á Mr.
Simmons, que ·sem~jantes efectos no se produ-
cen comunmente por diferentes causas, ma- /
yormente en el mundo orgánico, en este im-
perio de la vida, cuyas .leyes nos son tan ':po,-
co conocidas, y presentan" tan poca a,n~o,gía

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~2 DB tA ' tN'Oc"ULACION'
'colÍ algunas 'éÍrcunsta~cias exteriores y físicas,
5cJbre hts quelif Medicina jamas establecerá si-
~ teodas efímeras d sistemas 'falaces. ,
¿ Quál es la naturaleza 6 esencia de ' la
modificacion vitál : qúe liberta para siémpre al .
que ha tenidó las "viruelas ' o~asióhales ó in-
oculadas de los efectos de un-nuevo .contagio1
1lliénttas qúe la ¡ peste, el gálico y algu as
otia~ ~e'nfermedades contagiosas sobrevienen
ltlíiclias :vecés á; ,un rsugeró mislno -' y cuyas
causás JjO vienen impunemente á asaltarnos y
¡ menazRrnos eon' una peligrosa recaida, ~x­
~eptllando algu nas ~casos extraordinarios, en
"lll'e;jJla: 'poteneiá , d~ r!fluestro5 6rganos, abun-
ditÁt~ Ide vita\id~d'J la opone i una victoriosa
reacción ? En !fin,' 't por qué la moaifiéácion de
l:iA 'itia que.' pY6Q:úce las virub'la , no se pue-
d~o((asiónitf :Si'iio2*r tsta'misÍná ·i t:tidn? ¿Y
pe5\'- qué ~t ~ l1a 'de ' deddit contra 'el objeto
ptese~a:tivo de iad¡acttn:t, ,p;ébá~~ "por ex-
'perimentos dew.isivos, como veremós adelan-
te, sin· mas' fti1fdáménto qu¿' la" diferencia en-
tl'e eLhum6r: Qe~ gabllrro, del cowpox y el
de "las ZtliruelciS? ' : .,
Sin duda q~e Mr. Simmbns satisfaría co11
diticúltad "á éstas;qi:ieStiones ; más él ; creyendo
~ie.rrJp fi émplear I ef¡ lresultado .de ..-sús experi-

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DE LA VACUNA. 23
mentos', continúa del modo siguiente: "Doce
"picaduras hechas á tres vacas inocltl<adas eon
"el vírus del gabarro, y vdnte y quattto' á seis
"niños inoculados con el mismo humor, no
"produxéron ningun efecto, al pa~o que una
"sola hecha á cada uno de estos ,niños para
"inocularlos con el vírus muy .dHuid(j de las
"viruelas lo produxo completamente. Luegb
"la probabilidad que resulta de estos experí-
"mentos en favor de la Posibilidad de comu-
"nicar las viruelas ino~lándolas , -es compara-
"tivamente ' á la de comunicar e[ gnbarro por
"el mismo medio corno ~ 4 á 1 en [os nq;ñQs,
"y como 1 2 á 1 en las vacas; y pues que s~
"hiciéron inútilmente ocho pitaduras á las
" dos vllcas ' inoculada6 ton el vÍms varioloso,
" resulta que la posibm~ad de . coinunieat las
"viruelas' á los niños por la inotítlacien es
" comparativamente á la de cOlPunic.arlas á las
"vacas por este Jllismo medio como 8 á l. Oc>
. El error de este .cálculo ·es pa1 paMe: ~am·
poco ~ menos ciert-o -que estos eXp'ertmentos
son conturios á 'la opioion que atribúye "la. va-
(:una al gabarro; pero eUos no contradicen el
punto principal de la posibilidad de pres~rVll'r
al cuerpo humano de las -viruelas por !Moio
dé la vacuna, sin r,iesge -de una er.updon con·

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I

24 DE LA IN:OCULACION
fluente ' ó algun accidente mortal, ni el de
volver á contagiarse.
- El Dr. Jenner en una nueva disertacion
ha persi~tido en su opinion sobre el orígen del
cowpox, pero sin apoyarla con pruebas expe-
rimentales. El pasage siguiente de una(diserta- _
cion de Mr. Pearson me parece nos obliga á
/ mirar el cowpox, á lo menos hasta que nos l1a-
ya ilustrado la observacion, como una enfer-
medad constitucional. ,; Las viruelas en las va-
"cas se manifiestan espontán~amente en las' Vil·
"cadas ,en el mes de mayo, y algunas veces
"tambien en otoño y en invierno." La mayor
parte de los médicos y cirujanos con quienes
he seguido correspondencia sobre este objeto,
las miran como independientes del gabarro.
Mr. 'Woodmas, cirujano de AJlesburJ, es el
único' que sigue sobre 'este punto la opioion de
Mr. Jenner: opinion que en todo lo demas está
generalmente recibida en el pais, y aun entre
los ganaderos inmediatos á Londres. Pero yo he
hallado que el cowpox se ha manifestado en
muchas haciendas, sin qUfl en la vacada se ha-
ya introducido nuevamente ninguna 'bestia,
sin· que ninguna' de las-personas empleadas en
ordeñarlas, se ~aya acercado á los cabalIos, y
SIn qqe haya habido caballo alguno en la ha-

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DE LA VACUNA. 15
'd enda. Luego la opinion de -M r. Jenner no
parece fundada en vista de -estos hechos. Mas
algunos otros experimentos parecen apoyarla,
y probar que el cowpox seria susceptible de
comunica!se, y de causar tambieri lá vacuna.
Uno de estos experimeliltos es de Mr. Jen-
ner, que acertó á producir e1 'cowpox con el
vÍrus del gabarro, aplicándole sobre una su-
perficie mayor que la que se hace en la in-
oculadon con la lanceta.
Una carta de Oxford al Dr. Jenner por
Christ Pegge, nos dice ademas que un criado-
tuvo la vacuna muy fuerte sin haberse acer-
. cado á las vacas, y que otro criado comunicó
el cowpox por la inoculacion del pus del ga-
barro, ó mas bien del de las úlceras del ares-
tin : lo que prueba que esta qüestion está muy
distante aun de 'haberse decidido. -
Si el cowpox se observase solamente en
el condado de G10cester, seria esta enferme-
dad verdaderamente endémica en esta parte
de la ,Gran Bretaña; pero algunos experimen-
.tos posteriores al descubrjiniento de Mr. Jen-
·oer parece que prueban lo I;ontrario, y es
-muy verosímil que aumentándose el número
de observadores, se vean multiplicarse los si-
tios eh que las vacas padecen esta enfermedad.

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26 DE 'I.A INOCULACION
Mas continuando siempre con relacion al
origen del cowpox, ¿ por qué las vacas de las
inmediaciones de Berkeley estan mas sujetas
,á esta enfermedad? ¿ Por qué el licor segre-
-gado de las pústulas que la caracterizan, es
capaz de causar en la parte del epidermis, so-
breque se ha depositado, un grano, cuya for-
macion y crecimiento dura hasta el décimo,
undécimo ó duodécimo día, mientras que el
pus ordinario inxerido en una llaga no pro-
.duce efecto alguno? En fin, ¿ por qué, segun
lo ha confirmado la experiencia, la persona á
quien sin haber padecido las viruelas le viene
la vacuna, goza por consiguiente del privi- -
legio de que no le ataque jamas el vírus va-
rioloso? En verdad que son problemas muy
'Qifíciles--d~ resolver, por no decir imposibles;
y aunque consultáramo, á los médicos del
,r ey, y aun al rey de los médicos, no nos da-
Tia saludaR alguna. .
En el estudio de la -naturaleza, y sobre
todo de la naturaleza viviente., hay (por 10
menos en la época actual 8e nuestros pro.-
'gres os ) muchos puntos de doctrina muy <1i-
fíd1ei dé "clarar , que vienen á ser como unos
lnfinitarnent~ pequeños, que solo por apro-
xlmacion podemos llegar á conocer; y el

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-
DE LA VACUNA. 27
íptimer orígen, la· causa y la naturaleza del
cowpox parece que estan unidos á estos fe~
nómenos inapreciables J pero los efectos de
esta enfermedad, su transmision al hombre,
y la influencia saludable de ella no estan
menos probados, como lo demostrará el con-
junto de he¿hós 'contenidos ' én el siguien-
,te capítulo.

CAPITULO 111.

Jenner por una serie de e~perimmto.s decisi-


"Vos reconoce ,la 'Ve,rdad de la tradicton 'Vulgar '
del condado de Glo&efter.

Si en la exposicion de los diferentes objetos;


cuyo exámen·debe contener 'esta obra, hubié.
semos seguido el 6rden ton que se han he-
cho los descubrimientos, los experimentos de
~ellner debieran haberse colocado antes que¡
sus ideas é hipótesis sobre el o1"igen del cow-
pox; pero hay circunstancias en .que siendo
rnhchos y distintOs los hechós, es necesario COlo
Ióclulos por un órden diferente del que guár-
<iárori los primeros observadores, para que sean
mas útiles. Este ha sido el ~moti~o que me ha
'ooligádo á tratar del orígen y QU5aS del cow~
,

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28 DE LA INOCULACION
pox antes que de las observaciones, ensayos
I .y hechos que no, dexan duda alguna sobre
la influencia preservativa de la vacuna. V ea~
,mos algunos .de estos hechos confirmados. d e s~
pues por un gran número de experimentos
semejantes:
Obscr'Vacion primera.
I I

Joseph Merret, en la actualidad segundo'


jardinero del conde de Berkeley., servia en
casa de un arrendador de esta vecindad en
17-70, y bien por casualidad ó 'por necesidad
'ayudaba á ordeñar las vacas. Con este m,otivo
se le manifestó el cowpox, saliéndote en las
manos muchas úlceras acompañadas de tumo~
fes r tension en las glándulas del sobaco. Ásí
Mer~et como . todos los de mas individuos que
son objeto de las siguientes observaciones, no
habijln tenido jamás .virue1as; 10 que advier'l'
te Mr. Jenner asegurado de- que en ello nq
d~be haber d!-Ida alguna" respecto' de que Ber-
keley es un pais 'de muy corta poblacion, X-
en donde se notan con mucho cuidado todas
las personas que han pasado las v.iruelas. Yol~,
vamos á Mereer. ,E n 179 S , e~-o . ~s, 2 S áño~
déspues de haber padecido la enfermedad qu~
v,¡eLle de las vaca.s ; á saber, la vacuna, fue in-

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DE LA VACUNA. 29
aculado de viruelas con toda su familia, pe-
ro sin efecto alguno; observándose solamente
en el sitio de las picaduras una ligera eflo-
rescencia al rededor ,de ellas de color pálido-
roxo, con una apariencia erisipelatosa en el .
centro: eflorescencia que segun el Dr. Jen-
uef se parece á las que se manifiestan en las
personas que se inoculan despues de haber
tenido las viruelas.

Obser'Vacion 11.

Juan PMlips, artesano en Berkeley, tu,..


vo el cowpox á la edad de 9 años. Mr. Jen-
ner, para , segurarse del efecto preservativo,
le inoculó á los 62 años con el vÍrus vario-
loso. ,Muy presto se puso dolorosa la picadu-
ra, en' la que apareció .u na eflorescencia que si·
guió extendiéndose hasta el quarto dia, acom-
pañada de un dolor bastante vivo en las es-
paldas. El dia quinto empezáron á disminuir-
se estos síntomas, y desapareciérol1 enteramen-
te al sexto y séptimo, sin haber padecido otra
. novedad.
Obscr'Vacion 111.

. Mad. H .... se contagió del cowpox con e~

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30. DE . LA INOCULACION
contacto de los utensilios de que se servian
los criados de la casa, que padecian esta en-
fermedad. Le saliéron muchos granos en las
manos, y desp~es, sin duda por la costumbre
que tenia de tocarse la nariz con sus dedos,
se manifestáron en ella estos mismos granos,
que Si inflamáron é hincháron considerable-
mente.
A corto tiempo de este acontecimie to
Mad. Roo. se expuso impunemente al conta:
gio varioloso, asistiendo ,con e.spíritu. y cons-
tancia á un pariente suyo á quien amaba tier-
namerite, y que padecia las viruelas, de lo
. que murió el virolento. .
En 1778 habiendo visto esta señora que
en Berkeley reynaban las viruelas de un mo-
do horroroso, se hizo inocular; pero el re-
sultado de su inoculacioll no produxo otros
efectos que los referidos en las tres observa-
ciones anteriores.
,
Obm''Vacion IV.
I
Simon N icols, criado, habiendo maneja.
do en 1782 las vacas afectas del cowpox, se
le manifesráron en seguida úlceras en sus ma-
7].05, y tuvo. todos los sljltomas de las viruelai

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DE LA VACUNA. 31
de las vacas en un grado bastante violento.
J Algunos años despues, manifestándose las

viruelas en la casa en donde se hallaba el di.


cho Nicols, Mr. Jenner le inoculó junta-
mente con otras personas, en quienes tuvo
efecto la inoculacion. al paso que aquel su-
geto, cuya vitalidad se habia mudado por
causa de la vacuna, quedó inaccesible al con-
tagio. y no experimentó efecto alguno de la
inoculacion á que se habia sujetado.

Obser'Vact"on V.

Todos los pobres del pueblo de Tortworth


fuéron inoculados en 179 S por Juan Henri-
que Jenner; pero habiendo entre ellos ocho,
que habiarr padecido anteriormente la vacu-
na, no sintiéron efecto alguno de viruelas, y
por consiguiente su inoculacion fue en vano,
y se expusiéron al contagio impunemente.

Sara Nelme, lechera ,adquirió el cow-


pox por un~ ligera picadura que casualmen-
te se habia h ~ cho en la mano. El sitio por
donde 5e inxirió el vÍru5 se inflallló; y pre-

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32 DE LA INOCULACJON
sentándose en él todos los aspectos y fenóme-
nos de su desarrollo, se vió un grano tan bien
caracterizado, y que manifestaba con tanta ex-
presion la fisonomía de la afeccion específica y
partiCular de que era síntoma, que Mr. Jen-
ner lo hizo grabar presentando un retrato
exacto de la enfermedad.
No se sabe que Sara se haya sujetado
despues á la inoculacion del vírus variol so;
pero no es de creer que fuese accesible, ni
que el contagio mas ac~ivo la pueda afectar.

CAPITULO IV.

Por una serie de experimentos nuevos J fecun-


dos en útiles resultados, apltca J propaga
Jenn,er la tradicion vulgar del condado
de G/ocester. -

De ' los hechos y observaciones que antece-


deh es fácil inferir que la vacuna que por
I I

casua'lidad se comunicó á los mozos que cui-


daban de las vacas afectas del -cowpox, está
dotada de UD efecto preservativo, y que las .
personas en quiene~ se ha manifestado esta
modiflcacion de la vida estan desde luego li-
brei de . 105 ataques de las, viruelas I aunque
,
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DE LA ,V;ACU~;A.
33
se expongan , á ,teQerl.as ,~bien sea por la 111-
oculacion arti~cial Ó pbr tontagip. , "
Ademas de estp, ¿pp.~de la va~i:l na inocu-
iarse á nuestro. arbitrio., c9~e las viruelas? ¿Y
el humpr, sent~nide . en' un grano pro.dl:lcido
per la vacuna ecasio.nará esta 1l1isl.n;¡..e,nferme-
dad, si una maño. illteligente le deposita den-
tro d~l: epidermis de u~a }>ersena qu_e no. ha-
ya tenido las viruelas? '... ....
Esta era la qüesúo\1 ,que natmalmente se
prese~t¡lba; y cqn el fj1r d eA ecidir1a, hizo, Ml'.
J enner nuev9s ¡
experiqtel1tes, de los que re5u1-
táren ' mucj1:es heches decisivo.s que vey·á in-
dicar.

Un niño. de ochoraños.fue inocuJado. el 14-


de m:¡tyo co.n el hun1Qr de la va,cuna que sa-
lió de- ,u.Qa. de las úl¡;eras de las manes de Sa-
ra Nelmes. Hácia el séptimo. diü empezó á
sentirs,e malo., y á te,ner una tension, 'en las
gl &nc!u!~s..de les sepac()s: al nevene le sebre-
viniéren escalofríos, inapetencia y un ligero
deler de cabeza, cuyos síntomas desaparecié-
ren muy presto.
Durante el progrese de la enfermedad se .
presentároD. las incisiqnes casi del mismo mo-
e

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34 DE , LA - INOCULACfoN
do que en las que se. hacen para inocular las
viruelas, diferenciándóse 'solamente en que la
serosidad de las :anlpollas era de un color algo
hlas obscuro, y la eflorescencia de las incisio-
nes algo ,mas cóloi"a~a que en la inoculacion
de las viruelas ordinarias.
En primer<} de julip de'! siguiente año
inoculáron á este niño con el vírus varioloso;
I
pero no produxo mas efecto que la ,eflorescen-
ciaen el sitio de la 1incision: lo mismo suce-
dió en una segunda inoculacion hecha mu-
chos mesés despues de la primera, lo que pro-
bó de nuevo el efeé.t;o - preserva~ivo de la va-
cuna"
Gbur"-vacion 11.

Gut'llermo Sumers, de edad'.de ~inc"a años


y medio, fue vacunado con el humor ael cow-
pox, sacado directamente de las ' pústulas de
las tetas de una vaca que padecia esta enfer- .
tnedad; y el resultado de esta inoculacion fue
semejante al que queda indicado en la obser-
vacion precedente. -
Este vacunado fue inoculado despues de
algun tiempo con el vírus varioloso; pero sin
que produxese mas síntoma que la eflorescen-
cia, que rodeó en este caso, como en todos lOi

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(
DE LA VACUNA. '35
orros que han precedido y semejantes) todo
el contorno del parage de la incision.

, Obs~r'Vadon III.

Guillermo P~ad, de ocho años, ' fue va-


cünado el ' 2-8 de marzo con el humor sacado
del grano de Sumers : tuvo, como en el caso
de infeccio'n casual, una vacuna bien acondi-
'd onada; y no produxo efecto alguno la in-
oculacion á que se sujetó despues.

Obser'Vacion IV,

Muchas per,sonas de e'dades diferentes fué-


'ron vacunadas' con el humor contenido en el
grano de Pead: esta inoculacion tuvo un éxi·
'to feliz, y hubo solamente tres personas que
padeciéron como indisposiciop secundaria una
' erisipela que se ext~ndia bastante al red~dor
-de la incision.
Así en estas diferentes circunstancias co·
mo en otros muchos casos , que creemos in-
útil referir, siempre se ha manifestado y com-
probado la virtud preservativa de la vacuna,
mediante las pruebas en contrario que se han
hecho inoculando las viruelas; y se ha obser-
e :1

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36 / DE LA INOCULACION
'Vado tambien que no perdiendo . la vacuna
ninguna de sus própiedades primitivas al pa-
sar desde la vaca á un índividqo de la espe-
cie humana, de .este á otro, y. de este último
á muchos, puede deducirse esta proposicion.
. . El humor de la vacuna, que contienen
las pústulas de las vacas afectadas del cowpox,
goza cbmo los ottOS vÍrus contagiosos, córpo
por exemp)o el vÍrus psórico, venéreo, vario-
loso, tabÍfico &c., de la propiedad de causar
una ir,ritacion particular , .por la qualla parte
del cuerpo en donde esta irritacion se mani-
fiesta, viene á .ser el lugar en donde se ela-
bora y se forma la materia, que inxerida des-
Fu'es debe producir una enferm~dad ,semejan-
te á la del que la produxo, con tal que se
suponga siempre que el organismo no se ha-
ya modificado anteriormente de manera que
oponga á este principio contagioso una vic,-
toriosa' reaccion, lo q u e sucede en ,,muchos ca-
sos á las personas que han te'nido anteriormen-
te la vacuna ó las viruelas.

• J

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DE LA VACUNA.
37 "
CAPITULO V.

Obser'VaCiones J reflexiones del Dr. ' Jenner


" sobre las 'Ventajas de su descubrimiento: ',--
. ,
Adernas de la exposiciop 'de sus experimen·
tos añade Mr. Jenner muchas !reflexIones jui.
€:iosas , ',de que presento el siguiente e"'tracto.'
Si se preguntase de qué pueden servir. es'
tas indagaéiones"sobre las relaciones entre la
vacuna 'y-la inoculacion de las viruelas ., res·
ponderia que á pesar de los beneficios incon·
testables de la inocúlacion, peIfeccionada co,·
mó se halla en el dia, con ' todo es cierto"que
entre las manos,mas ,hábiles se ven algunas ve·
ces accidentes de cicatrices disformes, y algu.
nas veces la 'muerte de resultas de las virue·
las inoculadas. E.. imposible que estas desgra.
cias no inspiren ' un sentimi.ellto .de. inquie ..
tud y 'de . terror contra la ipoculacion; , pero
como por lUla :.par.te Jas' vinielas de las vacas
S011 U11 preservativo contra las viruelas órdina~
rias, tan seguto' 'como la -inoculacio:n de"estas!
y por otra aquellas 'DO estan acompañadas 'de
Dingun accidente que pueda dar temor de per.
der la vida, aU11 en las cir¡:unstapdas mas con-

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"3~ DE . LA IN9CULACION
trarias, como quando produce, por exemplo,
una inflamacioil ó_úlceras que se extienden so~
bre las manos; ¿ no es evidente que será muy
útil establecer un nuevo 'modo de ' inocular,
preferible al antiguo, principalmente para las
familias en quienes se sospecha una mala dis-
posicion heremtaria;' Lo que mas debe tem~r­
se en las viruelas es una erupcion demasiado
abundante ,_y en las viruelas de las '.vacas ja-
mas 'la hay. .
Estas nunca se comunican por las exhala-
ciones'del cuerpo enfermo, sino por el contac'
to; y aun parece que un simple contacto en-
tre el vÍrus y. la epidermis: no. basta, sirió que
es ' necesario ' que lo apliquen sobre la ,cútis
desnuda~de la cutícula, para que produzca su
-efecto; de.: donde resulta que en una famBia
puede causárseJe ' a enférmedad á ún solo in-
-dividuo, sin riesgo de que se infecten los de-
mas, ni de esparcir.eLternor en,el pais. He vis·
to muchos exemplares de esta , imposibilidad
;de comunicarse' las' viruelas. de . las vacas por
1as exhalaciones de los enfermos· ó por el sim.,
plé'.contacto. El' primer. niño, q'ue vacuné, dur-
mió, 'd ura{jte toda la enfermedad, con otros
dos niños que 'no habian te!lido ' ni .estas, ni las
viruelas ordinarias, sin que se if\fectase nin-

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DE LA ·VACUNA. 39
guno de los dos. Una jóvell' afectada de las vi-
ruelas de las vacas, y en Q.casion de tener sobre
las manos y muñecas muchas úlceras de bas-
tante' extension y en estado de supuracíon,
acompañadas de mucha fiebre, durmió mien-
tras duró la enfermedlld COIl: una de sus com-
pañeras, que n? habia tenido jama's n~nguna
de las dos especies de viruelas, sin comunicar·
le mal alguno: 'otra Inuger que padecía lo
mismo continuó, criando á su hijo, sin que es-
te tuviese la menor novedad.
Aun baxootros aspectosJa inoculacion de
las viruelas de las vacas será mas ventajosa que
la de las ordinarias: vemos freqüenteme ñfe que
. r
estas' en las personas de un temperamento dis-
puesto á padecer escrófulas, excitan y hacen
mas activa esta cruel enfermedad, y esto no so-
lo sucede qual1do las viruelas son confluente!
y de mal as.pecto, sino aun quando los granos
son pocos y de buena Índole; y pue.~e ser_que
las viru.~las d,e las vacas no tengan este incon-
veniente. Vemqs un g ~an. np mero de personas
que por alguna particularidad'de su tempera-
mento n~ pueden recibir las viruelas por me-
'pio de la inoculacion, 'Y'que estan toda S? vi-o
da atormentadas por el 1;emor de que . se .les
peguen naturalmente: es verosímil que, la in:

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40 DE- LA INOCULACION
oculacion ae -las viruelas de las vacas podrá
servir .para disipar estos temores. Porq e co-
mo estas se pueden padecer muchas veces, y
su propiedad ' preservativa de las viruelas no
obra.. recí procamente -sino en un cierto punto;
es probable que mediante una buena vacuna-
ción ,-queden fibres pará siemp~e del contagio
varioloso; pues seria 'múy extraordinaÍ' io que
estas personas Ilfesen del todo inaccesibles' á
los ataques de ambas viruelas .
.~ :~,,-,, ')

LIBRO n.
.
~ l ....

CONFIRMACION y FELIZ . APLICACION ~.


DEL
DESCUBRIMIENTO DE JENNER .. • j ~ •• J

EN .INGL-ATERR¡\..
( ' I • t \ • '1

ti. , J f.
' " t

CAPITULO I.
I '1'
De ' los diferentes modos 'Con -que JU~ reéibiílo el
descubrimiento de' la :.vacuna j 'parte de un l
_, : '

~' v_. - diálogo , entré M. .!vI. ' EÓl}rdet" -

... . . ...., ., f' ....


. ,
'-, PruahorÍlme.
! 'I
'
I ~
,

Lue'~o' q~e -Mr. J~n'~er pub~có s~


d,escubri-
miento, y- ámiiició ;'P toda EuroíJ'i el metiio
qu'e ' habia divisado de poder ' extinguir 'énte 2
lamente el 'gérmen de las viruelas ; Tos'ánimos

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DE LA VACUNA. . 41
se sorprehendiéron mas bien que se excitároll
á un exámen atento: los ignorantes se burH-
ron: los entusiastas 10 aprobáron sin exáinen:
los sabios, que no estan siempre exentos de
preocupacion quando se apartan del camino
de la filosofía, se resistiéron á creerlo; y los
prudentes pidiéron tiempo y nuevosexperi-
, mentos confirmátivos y convincentes para de-
cidirse.
El egoísmo, alarmado por a,lgunos hom-
bres, que creyéron ver amenazadas con el des-
cubrimiento de J enner las casas de 'inocula-
cion, y disminuir por la extincion de las vi-
ruelas los males dé la humanidad y el patri-
monio de 10s médicos, tuvo tambien su mo-
do particular de recibir, el anuncio del nuevo
preservativo de las viruelas, y lo rechazó por-
que venia de Inglaterra. " .
Esta pasion odiosa es la que se ha puesto
en escena, oponiéndo1a á la prudencia y pro-
bidad en un diálogo entre los D~ctores Lour-
det y Prudhomme. del que presento este
fragmento r.

1 . El autor de esta disertacion I cuya lectura reco-


miendo I supone que á un Mr. Doutant, que qúiere ha-
cer vacunar á su hija. se le oponen su muger y eu-:
ñada • acérrimas apologistas de la inoculacion. Para sa-

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42 DE LA INOCULACION
Lour4et pr~ncipia así: No olvideis q1!e la
vacuna nos viene de los ingleses, que son
nuestros enemigos. Tirneo danaos etiam dona
portantf s l. Todo esto no es mas que una bur-
la j un artifici~ para engañarnos y tra.tarnos
como bestias, y darnos una enfermedad mas.
Por otra parte, ¿quién nos asegura , que esta
proviene realmente de las vacas, que no es una
preparacion particular del pus varioloso? iy
que la vacuna no es una viruela degenerada?

lir de la dificultad, Mr. Doutant . llama á su médico y


le pone en conversacion con dos Doctores, que con-
tra la opinion de todos quieren sostener la inoculacion,
y desechar el nuevo preservativo. El n'ledico de Mr.
Doutant es el Dr. Prudhomme, y los sostenedores de
la inoculacion "Son M. M. Lourdtt~y Madre Rmard¡
y el padre de familia en 'cuya casa se han reunido les
habla en estos términos: Señores, vms. son llamados aquí
los unos para inocular las. viruelas á mi hija, ~ie 'lo que
gusta mucho mi muger; y el otro para vacunarla, que
es mi d 7seo ; pero es necesario -que antes de decidir~
me enteramente, oiga las razones de vms. en ,,,.0 y en
con/r", ce la vacuna y de la lnoculacion de laS:::vir.uel;¡s.
A conseqtiencia se explicáron los Doctores, y mien_
tras tanto un tacMgraJo, que estaba puesto en una pie-
n inmediata por Doutant ,: copió fielmente las razones
de todos.
1 Timco danaos, et dona ferentes. Virgo lEneid.
lib. 2.

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DE LA VACUNA. 43
¿quién nos asegura que preserva de las virue-
las? y si esto es así, ¿quánto tiempo dura su
virtud presérvativa, y de donde le viene esta?
De los aldeanos ingleses, gentes rústicas é ig-
norantes: esto da uña miserable idea del genio
observador de los médicos de aquel pais l.
Pmdhomme::: ¿Por qué os habeis de to-
rnar la libertad de insultar á unos hombres re-
comendables? ¿qué hay de comun entre una
guerra de nacian á nacion, y la opinion que
deba formarse de unos particulares honrados,
tle" unos- médicos instruidos? ¿acaso los -sabio'~
se hacen la guerra del mismo modo que los
pJ.leblos .? ¿es acaso estar en guerra con los
médicos de Paris el Dr. Voodville, que ha
hecho un viage largo y penoso con el solo ob·

1 Esta objecion contra la vacuna po es imaginaria,


sino un hecho muy serio 'de un médico que goza de
mucha reputadon.
z Quando el Capitan Cook hizo su tercer viage, 'es-
taban en una activa 'guerra la Francia y la ' Inglaterra;
pero nuestro gob'ierno dió órden á todos los Capita·
pes de sús buques de respetar en todos los mares y aun
socorrer á los baxeles del navegante ingles. Despues el
Capitan Baudin, no obstante la guerra cruel que se ha-
cen las dos naciones rivales. viaja segunda vez ba~o los
auspicios de aquella, cuyas circunstancias particulares la
han hecho momentáneamente dueña del Océano.

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44 DE LA INOCULACJON
jeto de instruí-mos y hacernos partícipes de la
vacuna, que él' mira como un beneficio? :::
¿ha )iervido acaso á otro que á la humani-
dad &c. &c_
Pero dexemos á Prudhomme y Lourdet
para vol ver á la vacuqa, y á la nueva serie de
experimentos que han confirmado el descubri-
miento de Jenner. l'

"
CAPITULO n.
De algunas obser7)aciones hechas en difermtes
condados que co/!ftrman tambien las ,
de Jenner.

Algun~s de estas observaciones constan en


la obra misma de J enner , que se explica así:
"Creo haber -deI1lOstrado bien que las virue-
"las de las vacas son 'ún 's eguro preservativo
si
" contra las yiruelas ordinarias; y fuese ne-
" cesa río dar'nuevas'.pruebas de este hFc.ho, po.
"dria añadir que ha sido completamente con-
;, firmado por el testimonio de Mr. Dolland,
;, ciru jano ' dveciíidado - en tin ' c~ndado muy'
,;distu?te Aeí '¿'e Glocestershire, ig:U ~lment,~
,,(ampso ,por; Sl\S" vacadas, y por el de Milord
"SommervillÓJ, ~ Pl1e sident del Tribunal ,de
.1'

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, DE LA VACUNA. 45
" agricultura , á quien el Señor Joseph Banks
"habia comunicado mis observaciones/' ,
Jenner ha pubficado á continuacion, co-
mo medios que confirman su descubdmiento,
muchas cartas que le han dirigido, de las que
presento algunas. .
Carta l.
" .
., En la p.r:imavera del año de 1796 inocu·
lé á cerca 'de 7 o ,personas de. diferentes eda-
deS' y sexos. Muchos hombres ya adultos
no fuéron afectados, no obstante haberlo~
inoculado en tres distintas ocasiones, y ha·
ber d~rmido con fuucho~ enfermos en quienes
se presentáron todos los síntomas de las virue·
ias ' ordinarias~ Habiendo tomado ,.las noticias
:posibles para sa~er si este fenómeno dependia
de haberlas pasádo anterio¡'mente, averigüé so-
,lamente qu~ estos sugetos; que tanto habian
resistido á todas las causas de infeccion á q\le
;fuéron ,expuestos, habian tenido anteriormeq-
te el cowpox. Como yo ignoraba desde qué
,tiempo, me persuadí que estas viruelas de las
-vacas, serian unas viruelas tomadas 'e n una
edad poco avanzada, y habrian sido muy be-
nignas; pero habiendo yo manifestado mis du·
das sobre . esto delante de muchos ofic\al ~s

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"

46 DE, LA INOCULACION
militares, me dixo uno de ellos, .qpe sabia pox;
vm. que las viruelas de las vacas, 'que eran en·
démicas en e.1 condado de Glocester. preser-
~aban de las viruelas ordinarias. Deseoso de
'i nstruirme de este hecho, me informé con mu-
cho cuidado, luego que las circul!.stancias me
traxéron á este condado; y estoy convencido,
que en efecto se observa el cowpox, y pU9do
asegurar que las personas en quienes no babia
producido efecto mi inoculacion, han debido
's u preservacion al haber padecido anterior-
=
mente esta afecdon. Dr. I?arke, Cirujano. ·

. Carta IL

En la primavera de 1797 inoculé. á 47 S


personas desde la' edad de 1-4 dias hasta la de
10 años. Entre estos inoculados habia muchos
-que habian padecido la -vacuna: ignoro el nú-
mero; pero lo menos fuéron 3 Q, en quiénes
'no encontré uno que tuviese se'ñal ~e afeccion
general, ni infiamacion mas considerable en
el sitio de la incision, que aquella que' sobre-
viene á las personas que han sido anterior-
/
mente inoculadas; y estoy muy convencido de
que los que han pasado la vacuna, pueden
eoil seguridad exponerse al contagio variolo -

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DE LA VACUNA., 47
so ó á su inoculacion. =Dr. FrJ, Cirujano.

Carta, 111.

En el verano de 1798 fuéron inoculados


muchos militares, entre los quales hubo 1 1,
que por haber tenido la vacuna antes, quedá-
ron libres de los efectos de la inoculacion; ex·
ceptuándose tan -solo uno, que despues de un
prolixo exámen , se decidió que' no habia te-
nido la enfermedad en qüestion. =Dr. Tie,<
, tlJ , Cirujano. '

CAPITULO lII.

Experimentos de Peárson m!dico ~el 'hospltal


de' Sa"n Jorge.

E~ Dr. Pearso,n lía ~ublicado esto~ experi-


mentos y sus resultados en una obra titulada:
,An inquirJ conm'ning the histo1"J &oc: Indaga~
ciones sobre las viruelas de las vacas, dirigidas
'Y hechas con el fin de substituir la ,'aC1.lna á
las viruelas, Y de destruirlas por este medio;
obra que puede mirarse como una excelente
confirmacion, y un comentario de los experi~
mentos Y opinion de Mr. Jenner. .

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48 DE. LA INOCULACION
Las ' verdades establecidas en la- .¡:Hserta-
cion de este autor estan comprobadas por una
serie de hechos que corresponden á las propo·
siciones' que manifiestan su resultado .
. La pdmera proposicion es esta: "Las per-
"sonas que no han pasado las viruelas, y en
l' quienes Ja ·fiebre específica y. la erupcion 10-

), cal que constituyen la vacuna, se han mani-


,; fesfado de r.esultas de una infeccion ocasio-
"nal, estan desde luego libres del contagi~
" varioloso, y se expondrán van.amente al pro-
"cedimiento ordinario de la inoc,ulacion."

Hechos ,que p1'ueb'ttn esta 'Verdad.

Mr. Pear.son se explica del modo .s~guien.


te refiriendo estos hechos :. "Yo fui llamado
"como médico, miércoles 1 4 de J uniQ ~e
,,1798, juntament.e con Mr. Lúcas, boticario,
j, para visitar un enfermo en una hacienda de

"Mr. VilJan,. cerca del camino nuevo en el


." barrio de Maribone. Se mantienen en di-
"cha hacienda de 8 o o.á 1 o o o vacas. A pro-
"veché esta <ocasion para hacer algunas pre.-
"guntas sobre sus viruelas. Me informáron
'" que es~as se manifestaban con mucha, fre."
"qüencia a11C particularmente en ,el invierno.

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VE LA VACU~A. 49
" Esto parece 10 atribuyen al pasar repentina-
"mente los animales de un escaso alimento á
" unoS pastos mas sustanciosos. Los criados de
"la hacienda conocian muy bien la vacuna, y
"algunos la habían adquirido ordeñando las
" vacas afectas. Quise verlo, y me traxéron á
"tres criados T&. Edimburg, Th. Grimsha~:"~i1
"y J. Clarke, que habian tenido las viruelas·.~ ~
"de las vacas, pero jamas las viruelas ordina- • .}
"rías. Y o les persuadí á que se dexasen h~i . ,"')
"cer la inoculacion de -estas; y á fin de ase··? :";"
"gurarme de la actividad del veneno vario~~d
,,1050 que empleaba, inoculé al mismo tiem~~
"po á Guillermo Kent y Tomas Cast, que • ~8 .
"jamas habian tenido ninguna de las dos en- .~
" fermedades. .
"Sábado 1 7 de julio Mr. Lúcas inoculó
"en presencia del Dr. Voodvil\e y mia á
" tres criados suyo~, á saber, Edimburg , East
"y Kent, haciéndo,les en cada brazo una inci-
"sion mayor que la que ordinariamente se
"acostumbra á inxerir. Esta se tomó de los
"granos de un mancebo que se hallaba pre-
"sente, y á quien el Dr. Voodville habia in-
JI oculado 14 dias antes."

· V

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5o DE 'LA ' INOCULACION

Caso primero.

Th. Edimburg, de edad de 26 anos, ha-


cia 7 que servia en la hacienda: jamas habia
tenido las viruelas, ni la enfermedad eru pti-
va nombrada chickm pox, ó 'Virudas de los ni-
,íos, ni alguna otra erupcion de esta especie;
pero sí hacia ,6 años que ,habia padecido 'las
viruelas de las vacas. La erupcion que se le
hizo en las palmas de las manos, le habia obli.
gado á dexar el trabajo ordinario para irse á
curar al hospital, y él atestigua que su com-
pañer,o Grimshaw estuvo enfermo al mismo
tiempo de igual enfermedad. No se notaba mas
cicatriz en todo su cuerpo, que una en la pal-
ma de la mano, y-refiere que en el curso de
esta enferme.dad habia tenido tres dias UI1 do-
lor en los sobacos, y una hinchazon en ellos,
que no podia tocarlos sin hacerse mal. Segun
su relacion la enfermedad fu~ mucho madar-
ga y peno~a que lo ordinario. Es muy posible
que lo grueso de su cútis, que se conoció
'luando se le hizo la inci5iol1 para inocularle,
hubiese contribuido á la gravedad de los sín-
tomas. Esto es una sospecha que la experien-
cia solamente podrá aclarar.

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• DE LA VACUNA. 51
Al tercer día se percibió un poco de hin-
chazon al rededor de la incision, sin que se
presentase ninglln otro síntoma, ni tener el
enfermo incomodidad alguna.
Al quinto dia parecia el sitio de la in,
oculacion del brazo izquierdo á una picadura
de mosquito: Mr. Wacksel, boticario del hos-
pital 'de virolentos, observó que la inflamacion
se habia presentado mas pronto que la de la
infeccion variolosa, quando produce esta en-
fermedad. En el otro brazo 'habia tenido una
pequeña costra, que se cay6 frotándola, de-
xando una pinta colorada que apenas se veia,
y el enfermo continuaba sintiéndose bueno.
Al octavo dia la inflamacion del brazo iz-
quierdo habia cesado, terminando por una pe-
queña costra. El brazo derecho no presentaba
novedad alguna, y el enfermo se sintió desde
entonces perfectamente' bueno.
En este tiempo le envié con Mr. Wack-
sel al hospital d~ virolentos, en donde le in-
oculáron segunda vez con el pus sacado de un
enfermo que se hallaba presente.
• Al quarto dia, despues de esta segunda
inoculacion, se vió algo inflamado el sitio de
la insercion en un brazo, y sin ninguna nove-
dad el otro. El e_nfermo no se quejó en este
D2

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52 DE LA INO€ULACION .
intermedio, sino de un poco de dolor de ca-
beza al dia siguiente de la inoculacion.
Al octavo dia se hallál'on secas las costras
de las incisiones, sin que en otra parte hubie-
ie parecido síntoma alguno de enfermedad.
Caso segundo.
Th. Grimshaw , de cerca de 30 años de
edad, hacia 7 semanas solamente que servla
en esta h"ienda; pero anteriormente habia
servido en ella 6 años, en cuya época padeció
las viruelas de las vacas. Asegura que su ·com-
pañero Edimburg las padeció tambien al mis-
mo' tiempo, y se acuerda muy bien que tuvo
dolores en los sobacos, y que apenas podia
llegarse á ellos sin aumentarse el dolor; pero
que curó mucho mas pronto que el dicho
Edimburg.
En 19 de junio inoculáron á Grimshaw
en ambos brazos en el hospital de virolentos,
con el pus de un enfermo que estaba presente.
Al tercer día se percibió alguna poca in-
flamacion, y mirando con una lente la inei.
sion, parecia contenia un poco de materia flui-
da, que indicaba debia continuar su curso la
enfermedad, y sin embargo el inoculado se
~entia muy bueno.

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DE LA VACUNA. _ S3
Al sexto dia la inflamaciol1 ; que se· ha-
hia extendido algo al rededor d~ la incisioJ,
se habia disipado dexando una costra seca, sin
que el inoculado hubi~se sentido la menor co-
sa en otra parte. En este dia se inoculó se-
gunda vez en dicho hospital; y de la misma
manera.
Al quarto dia de la segunda inoculacion
no se percibió la menor señal de inflamacion
en la circunferencia de la segunda incision, y
el inoculado no se quejó del menor mal.
Al octavo dia de la segunda inoculacion
tampoco se vió el menor rastro de inflama-
cion, y el inoculatlo se sintió muy bueno en
todo este tiempo.

Casó tercero.

Juan Ciar/u, de 26 años de edad, habia


padecido las viruelas de las vacas hacia 10
años en Abingdon, y fue asistido por el médi-.
co de aquel distrito. En 19 de junio fue inocu-
lado por Mr. Wacksel en el mismo hospital
que lo fue el anterior, y con el pus de un en-
fermo que estaba presente.
Al tercer dia apareció la inflamacion , y
un fluido sobre la epidermis! en el sitio de la

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54 PE LA INOCtJLACION
incision; pero estos síntomas serian prematu-
ros, si perteneciesen á las viruelas ordinarias.
Al sexto dia, la. ¡>résencia de la. inflama-
cion y la materia, fluida 'que se percibia en el
brazo derecho, hacian dudar de si la in fec-
'cion variolosa habia producido ó no su efecto;
pero sin haber ocurrido nada de esto en el
brazo izquierdo, de's apáredó enteramente ¡la
inflamacion.
En este mismo dia fue segunda vez in-
oculado Clarlie ~n el mismo hospital, y siem-
pre con el 'pus de un enfermo que estab'l-
presente. )
Al octavo dia despues 'de esta otra inocu-
lacion no tuvo mas que una ligera inflamacion,
yal instante se secó esta segunda incision.
La inflamacion que le vino al brazo de-
recho despues de la primera inoculacion, se
disipó al cabo de uno ó dos dias, y despues no
tuvo el inoculado la menor incomod'idad ni un
solo instante. ,\
Los otros dos sugetos W. Kent y Th.
East, que no habian tenido las viruelas de las
vacas, tuviéron las viruelas ordinarias á: con-
seqüellcia de la inoculacion.
En vista de estos exemplares, y de otros
muchos referidos en los términos mas positi-

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DE LA VACUNA. 5S
vos, es dificil negarse á creer, que la fiebre
específica y la inftamacion focal, llamada 'Vi..
rudas de' las 'Vacas, hace incapaces de recibir
las viruelas ordinarias á los que han padecido
estos síntomas reunidos. Pero acordémonos de
que esta asercion no está fun~a~a sino en un
cierto número de experimentos, y de que una
doctrina tan nueva, tan débilmente apoy-ada
por la analogía, y tan singular, en una pa-
labra, no puede establecerse con solidez, sino
por, una serie de muchísimos experimentos,
y cuyo resultado haya sido ,u niforme, por-
que un solo caso de excepcion bastaria á tras·
tornar lo todo. : ,
Hemos referido estos hechos por menor,
y sin mudar nada al texto de Mr. Pearson,
porque la verdad que ellos establecen, es muy
importante para 'poder suprimir circunstancia
alguna de sus pruebas; y por otra parte de-
biendo esta obra contener reunidos los prin~
cipales trabajos que ha ocasionado la vacuna
desde su descubrimiento, reclamarian necesa.
riamente un lugar muy distinguido en este
tratado las indagaciones y experimentos de
Mr. Pearson. '
La segunda proposicion que afirma Y-com-
prueba en su obra Mr. Pearson con nuevos

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56 DE LA INOCULACION
hechos es la siguiente: "Las personas que han
"pasado de resultas de una vacunacion arti-
;, ficia1 los síntomas que constituyen la va-
"cuna, estan, si anteriormente no han teni-
"do las viruelas, exentos de que les acometa
;, esta cruel y peligrosa enfermedad."
r
.Primer hecho presentado como prueba I
de esta proposicion.
r:
'. •, Un mayordomo de una hacienda inocu-
ló á su muger y seis hijos con la materia que
sacó de una teta de una vaca afecta del cdw'
pox. Al cabo de ocho dias se presentó la in-
flamacion en los brazos, y los enfermos se pu-
siéron tan malos, que el padre entró en tan
gran cuidado, aunque sin motivo, que ya iba
á llamar al médico, quanoo todos los enfer-
mos empezáron á mejorarse. En seguida los
,inoculó con el pus de las viruelas ordinarias,
pero inútilmente, pues en ninguno de ellos
hizo efecto alguno.

Scgtmdo hecho.

R. F. ' viviendo cérca de Bridport en la


edad de 2 o años, fue á una hacienda, en don~

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:DE LA VACUNA. - 57
de todas las vacas estaban infectadas del cow~
pox. Le persuadiéron á dexarse inocular, con
el fin de preservarle de las viruelas ordinarias
que jamas habia padecido, y con su consenti-
miento le hiciéron en la mano dos ó tres ara-
ños con un alfiler mojado en el pus de un;J
vaca. Estuvo cerca de ocho dias sin tener no~
vedad alguna; pero al cabo de estos, se le in-
flamáron los araños, la mano se le hinchó J le
vino el dolor de cabeza, y tuvo los otros sÍn-
tómas de una fiebre eruptiva. Le encargáron
mucho estarse al ayre libre, y obedeció, C011
10 que en quatro ó cinco dias fuéron disminu-
yéndose los síntomas de la calentura, al paso
que \los granos de la mano iban supurándose;
finalmente se secáron dexando señales bien vi-
sibles. El abuelo de Mr. Downe, que refiere -
el caso, inoculó en seguida por dos veces á
R. F., Y mucho tiempo despues le in9culáron
otras dos veces, con intento de comunicarle
las viruelas ordinarias; pero fue en vano, pues
solamente tuvo una ligera irritacion local, la
mism;t que se observa en los ~ugetos -que se
han inoculado despues de haber pasado las vi-
ruelas.
No le inoculáron porque se creyese que
podían comunicársele las viruelas, sino á fin

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I
'58 DE LA INOCULACION
de haéer experimentos, ó por precaucion con·
tra la epidemia de viruelas que reynaba en
aquel tiempo en su familia. Desde entonces
ha repetido .la epidemia muchas veces, y
jamas ha tomado la menor precaucion para
libertarse, creyendo hallarse absolutamente
sin riesgo alguno.

Tercer hecho.

Mr. Doyvne comunicó al Dr. Pearson


otro caso, que sin embargo de no probar nada
sobre las viruelas naturales, merece atencion.
Yo he tratado últimamente, dice, ~on un
hombre que por juguete se habia inoculado
en la mano con el pus de las viruelas de las
vacas. La incision se cerró al instante; pero se
inflamó al cabo de algunos dias, y le sobrev'i-
no hincha;¡;on en los sobacos, desazones, bas-
tante dolor de cabeza, y una calentura ligera.
A estos síntomas 110 se le subsiguió erupcion
alguna; pero sí la supuracion de las incisiones,
que dexáron cicatrices muy señaladas.

Quarto hecho.

Mr. Dolling de Blandfort·comunicó al cí·

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· DE LA VACUNA. 'S9
tado médico los hechos siguientes: Mr. Jus·
tings de Axminstcr inoculó á su muger é hi.
jos con el' pus de los granos 'd e una vaca, que
tenia viruelas. Cerca de ocho dias despues de
la inoculacion se inflamáron .tanto los brazos,
y se pusiéron tan agravados los enfermos, que
hizo venir al Dr. Meach desde Cerne para en·
rarlos. No tardáron mucho en aliviarse ni en
curarse enteramente. ]vI,.. Trobrige les inocu·
ló despues las viruelas ordinarias, pero sin
efecto alguno.

LIBRO IlI.

INDAGACIONES Y EXPERIMENTOS DE JENNER


Y PEARSON, DE QUE RESULTAN MUCHOS HE·
CHOS QUE PROPAGAN Y DESARROLLAN EL DE$-
CUBRIMIENTO DE LA VACUNA.

En la exposicion de los hechos que acabo de


hacer, y que he procurado coordinar de mo·
do que puedan demostrar su encadenamiento
y sus relaciones, me he limitado solamente á
establecer, mediante una suma interesante de
experimentos y observaciones, el resultado
práctico y las verdades que presenta en su
aplicacion el descubrimiento de la vacuna. El

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I

6o DE LA INoct1LACION
modo riguroso con que se han practicado 10$
hech~s é indagaciones que no tienen relacion
directa con el efecto preservativo de la vacuna,
me ha obligado á incluiJ;las aquí, para hacer,
las mas apreciables: por 10 qual he creido de-
ber 'juntar en un capítulo separado muchas
observaciones y fenómenos fisiológicos, que
sin ser agenos de las verdades fundamenta}es
establecidas por las indagaciones sobre la va-
cuna I podian sin embargo separarse de ella
con ventaja, y presentarse como accesorios mas
ó menos interesantes del principal objeto.

CAPITULO l.

La iWlJasion anterior de las 'Viruelas puede


impedir, ó disminuir por lo menos, los síntomas
de la 'Vacuna; y esta, aunque sea muy le'Ve, es
un pl'eser'Vati'Vo seguro contra laS'
'Viruelas ordz·narias.

La propiedad preservativa que la experien~


cia ha demostrado en la modificado n vital que
ocasiona la vacuna, parece recíproca , hasta un
derto punto, y algunas observaciones han da~
do á conocer, que en muchos casos la invasion
anterior de las viruelas muda los fenómenos

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DE LA VACUNA. 61
de la 't!'acuna, como lo veremos por algunas
de estas observaciones referidas por Jenner. -

Primer hecho.

Las viruelas ordinarias no preservan siem-


pre de las viruelas \de las vacas. En casa de
Mr. Antews se 'compró una vaca. en un mer-
cado el año de 1796, que infectó á todas las
vacas de la haciehda. La familia se componia
de seis personas, el arre,ndador, su muger, dos
hijos. un~ criada y un criado. Todos ayuda-
ban á ordeñar las vacas, menos el arrendador,
por temor de contraer el mal, y todos á ex-
cepcion del criado Will Rodway habian te-
nido las viruelas; sin embargo, ni!!guno se
escapó enteramente del contagio, pues todos
tuviéron úlceras en las manos, y algunos sÍn-
tomas de indisposicion general, precedidos de
dolores y tumores en los sobacos; pero lá en-
fermedad que pasáron los que ya antes habian
tenido las viruelas, fue, sin comparacion , nm-
cho mas benigna que la del criado que no las
habia padecido '. porque este tuvo que per-
manecer en cama muchos dias, mientras que
los ~tros pudiéron emplearse fácilmente. en
$US - ocupacionei ordinarias. En febrero de

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62 DE 'LA INOCULACION
1797 inoculé á Will Rodway, y todas las
incisiones se inflamáron al tercer dja ; _pero se
disipó muy presto la inflamacion, quedando
una rubicundez erisipelatosa, .que le duró has-
ta el octavo dja, en cuyo tiempo solamente
padéció una sensacion desagradable en el so-
baco derecho, que le duró media hora, sin ha-
ber tenido síntoma alguno de afeccion gener~l.

" Segundo hecho.

Mr. Woodville refiere lo siguiente: Fran-


cisca J ewel , de edad de 2. o años, fue vacunada,
110 obstante que en su infancia tuvo las virue-
las por medio de la inoculacioll. Esta cir-
cunstancia no se opuso á que hiciese su efec-
to la vacuna, que fue tan simple y benigna
como es posible,
El observador que refiere este hecho, aña-
de ademas que la vacuna no ataca á las per-
sonas que han tenido las viruelas con tanta fa-
cilidad como han pretendido. He probado mu-
chas veces, dice, á inocular la vacuna á los en-
fermos convalecientes de la~ viruelas natu-
rales, y que habian tenido una erupcion com-
plet¡t, y jamas he visto eleval'se tumor algu-
no de resultas de esta inoculacion.

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DE LA VACUNA. 63
MM. P~arson y Jenner han visto otros
casos de ciertas personas que habian adquirido
la vacuna á pesar de haber anteriormente pa·
sado las viruelas; vol veremos á hablar de es~
tos hechos quando tratemos de analizar los
descubrimientos de los Ingleses en el conti ..
nente, y quando hagamos conocer los sínto'·
mas de la vacuna bastarda, que probarán por
10 menos que en muchos casos la illvasion an·
terior de las viruelas ha dado un semblante
particular á la vacuna; sin embargo, quales·\
quiera' que sean las observaciones ulteriores
que en adelante aclaren este punto de doctri·
na, siempre quedará probado que ,la vacuna
la mas simple y la mas benigna preserva de
los ataques <:le las viruelas ordinarias, segun lo.
prueba la observacion siguiente.

Tercer hecho.
Por mas benignas que hayan sido las vi·
ruelas de las vacas en el cuerpo humano, CCln
tal que se hayan manifestado ' antes del mo·
mento de exponerse al, contagio de las virue-
las ordinarias, conservan siempre aquellas su
propiedad de precaver completamente de esta's.
Isabel Wyll11C habia padecido las viruelas ,
de las vacas á la edad de 19 años, pero tan

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64 DE LA INOCULAC'JON
benignas que el mal se limitó á una pequeña
úlcera en el dedo meñique de la mano iz-
quierda, y apenas tuvo síntomas de indispo-
sicion general. Treinta Y ocho años despues la
inoculé con las viruelas ordinarias j bien pron-
to se manifestó una ligera eflorescencia a,l re-
dedor de las incisiones, y la enferma tuvo en
ella una sensacion dolorosa, que le duró has-
ta el tercer dia, en que empezáron á disb i-
nuirse éstos síntomas. Al quinto dia desapare-
ciéron enteramente sin presentarse señal al-
guna de indisposicion general.

CAPITULO II.

H echos que prueban que la 'Vacuna ' se puede


padecer muchas "()fces.

J enner, cuyos experimentos é indagaciones


fisiológicas manifiestan su gran genio obser-
vador ,' y aquella lógica experimental que jus.
tamente han admirado los', médicos en los
trabajos de Halle,., RCtlumu,. , Duhamcl, Spa-
llanzani " Humboldt, Fontana, Bicha,. &c.
J euner, cuyo texto no deseo alterar, se ex-
plica relativamente al objeto de este segundQ
párrafo del modo siguiente.

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DE LA VACUNA. 65
"Supuesto que las viruelas ordinarias no
"se manifiestan jamas sin? una sola vez en la
"vida, y que las viruelas de, las vacas libe~­
"tan ciertamente de ellas, parece que estas
"no de berian manifestarse tampoco mas que
"una sola vez en cada individuo, y que quan-
"do Uno las ha tenido ,ya, d~beria estar libre
"de ellas; sin ~mbargo, está demostrado que
"se pueden padecer muchas veces; es ver-
"dad que per lo comun son mas benignas las
"s.egundas que las primeras, aun .en las va-
"cas; pero algunas ocasiones son tambien muy
"malas, como Jo manifiesta el exemplo si- '
"guiente. William Smith de Pt'rton, estando
"en 1 7 8 o en casa de un arrendador, su veci-
"no, fue llamado á curar las úlceras de un
"caballo de la hacienda, que padecia el ga-
" barro; de resÍlltas comunicó este mal á las
" vacas, y él mism(j" se contagió despues. Tu-
"vo muchas úlceras en las manos, y los sínto-
"mas ordinarios de una afeccion general que
"ya quedan .descritos. En 1791 se halló en
"otra hacienda, entre cuyas vacas ,se manifes-
"tó esta enfermedad, que adquirió segunda
"v~z tan fuerte como la primera. En fin, en
" 1 794 la padeció por tercera .vez, sin que
" los síntomas fuesen ' me,nos graves. En 179 S
\ :¡

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66 DE . LA INOCULACION
"fue inoculado dos veces con la viruela .ordi~
"naria, pero sin efecto alguno: y desde en-
" tonces ,ha desp~eciado impunemente el con-
"tagio varioloso."
V ea,mos otro crxemp10, referido tambien
por J enner, que manifiesta la recaida de la
vacuna. Isabel Wynne, que habia tenido las
viruelas de las vacas en 1759 , fue inoculada
, sin efecto en 1797 con el pus de las viruefas.
pero en 1798 adquirió segunda vez las vi-
, ruelas de las va<;.as .. Al dia octavo de la infee-
- cion la visité, y hallé que se quejaba d~ laXI-
tud y de debili9ad general, tenia alternativa-
mente frio y calor, el pulso freqüente é irre-
guIar, y los extremos frios. A estos síntomas
habian precedido una infartacion dolorosa en
los sobacos, y en la mano un grano ulcerado,
semejante á los que dexo descritos.
Mr. Pearsoñ en la obra, de la que ante-
riormente hemos ,referido muchasobservacio-
nes, cita como testimonio adicional 'á los re-
sultados ,de las de Jenner, la asercion de Mr.
Woodman de AglesburJ, el qu'al dice que los.'
que han tenido la vacuna no estan exentos de.
volverla á padecer, como lo prueba el ver que
los pastoresla tienen r.epetidas ve~es.

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DE' LA VACUNA:

CAPIITULO JII.

Reftexíonu sobre los hechos expuestos


anteriormente.

De estos hechos aislados ~erja dificil dedu-


cir una conclusion justa: Mr. Woodville cita
algunos que parece deberian conducirnos á un
resultado opuesto. Este médico inocul-o la va-
cuna á una jóven que la hab~ tenido ante-
riormente, y de manera que no se puede du-
dar de ello; y sin embargo la segunda inocu-
lacion no produxo efecto alguno, así como
tampoco otras mucha's pruebas en co.ntrario.
No obstante esto, nada de cierto se'puede
deducir d~ estos hechos; porque las pruebas
en contrario se han practicado siempre en una
época muy inmediata á la afeccion primera.
y si conviniendo con M,r. Pearson, estable-
ciésemos el axioma de que un individuo pue-
de padecer dos veces la vacuna solamente,
porque un 'pequeño número de observaciones,
que aun se podrian contradecir, parece apo-
yar esta proposicion; i no seria esto sentar un
principio muy general sobre un corto núme-
;E:l,

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68 DE LA INOCUI.ACION
ro de hechos, que deberian haberse anali¡ado
y comprobado mas? _
'" En efecto, en los casos de reincideIlcia de
la vacuna citados por MM. J enner y Pearson,
estos médicos no visitáron á las personas que
fuéron objeto de sus ,investigaciones, sino en "
el ti empo de la segunda invasion de la en-
ferm edad, ni fuéron instruidos de la época
de la primera, sino por los testimonios y ob-
servaciones poco exactas de los enfermos .
. Por otra parte debe notarse ta,mbien, que
Pearson no podia hablar sobre la posibilidad
de tener dos veces la vacun"a , y mucho me-
nos qu ando en un gran número de hechos
solo ha podido hallar dos, s~gun la observa-
cion del C. Aubert, que prueben esta aser-
cion, los quales deben serv..ir mas bien para es-
tablecer una excepcion, que una ley general.

CAPITULO IV.
,
De algunos resultados que se Izan confirmadrJ
jPor eXjPerir.nentos ulteriores.

E stos resultados los presenta Mr. Pearso~ en


lps siguientes aforismos. :

®Biblioteca Nacional de Colombia


PE LA VACUNA.

,
Primer afoiismo.

"Las viruelas de· las vacas no se comu-


"nican jamas por los miasmas, efluvios, ó e'n
"forma gaseosa, ni por el contacto del pus
"en corta cantidad sobre la 'epidermis ; y as(
"parece que no puede inocularse de.otra suero.
"te, sino estando dividida la cutis por corta-,
,,-duras, grietas, picaduras &c."

Segundo aforismo .
., ,
~

"La afe"ccion local de las viruelas de las


"vacas producida casualmente es por lo co-
"mun peor y mas larga · que la 'que resulta
"en el sit.io por d~nde se inocu lan las virue-
"las ordinaria~; pero la ' calentura específica.
"de las viruelas de las vacas jamas tiene pe-
"ligro, y'no eXl,te obsetvacion alguna de que:
" esta enfermedad
,
haya. sido nunca, mortal."

, ' . Tercer aforismo.

"No se ha observado ninguna enferme-


"dad ó afeccion particular que pueda, consi-
"derarse como conseqiiencia de las viruelas de

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70, DE 'LA IN9CULACION
"las vacas; porque nunca han ocasionado en-
"fermedad álgu.l)¡UI1J.e.,pueda considerarse co-
"mo predisposicion caiIsada por ellas, y tam-
"poco se ha observadó, que dispongan á pa-
"decer ningun mal local."
En este último aforismo se depe fixar to-
da la atendon, supuesto que la certeza,de los
resultados que expresa, manifiesta evident¡e-
mente las ventajas ' de' la inoculacion de la va-
cuna sobre las de la a.ntigua .. Mr. ' Pearson ha
hecho algunas reflexIones sobre este punto,
que prueba~ e.l aciert<;> de los primeros obser-
vadores de la vacuna, y que no se extraviá-
ron en fuerza de su ielo filántróp.Íco, sino que
los dirigió la sabiauría y la mayor drcuns-
peccion en la carrera .de. las indagacion~s y
observaciones, cuyo resultado se ha hecho tan
interesante al bien de la humanidad. '
Dice pues el Dr. Pearson: "Aunque la
"práctica del Dr. Jenner, el testimonio uni-
"forme de mis c,on:esponsales, y todo lo que
"conocemos hasta el dia' s~bre la naturaleza
"de la enferme~ad ' eri qüestion', apoyan estos
"importantes hechos, ~o me parece sin em-
,,-bargo que el cónjunto de observaciones he-
"chas deba conceder á las conclusiones mas
"que una gran probabilidad. Entre los mu- .
I

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DE LA VACUNA. 71
"chos centenares de individuos 'que han sido
"inoculados con el vÍrus de las viruelas ordi.
"narías, baxo la inspeccion de diferentes prác·
"ticos, no se ha visto resultar ninguna otra
" enfermedad, ni disposicion á otro mal; sin
"embargo, no se puede .dudar de que en un
"cierto número de casos tampoco ha he'cho
'" este efecto la inoculacion." 1
./

1 La nota que los recomendables redactores de la


Biblioteca británica han anadido á las reflc:x'1ones de Mr• .
Pearson, nos ha p;;;'c'cido tan interesante que no se de-
be privar de ella á nuestq'ls lectores.
He visto (dice el autor del extracto de la obra de
Mr. Pearson), he visto en efecto algunos casos, aun-
que muy pocos, en los quales las viruelas inoculadas pa- .
recian haber excitado una accion escrofulosa, y produ-
cir optalmias y abscesos. Pero ademas de que estos re-
sultados son mucho mas freqiientes en las viruelas na-
turales, se han visto tambien ninos delicados, enfermi-
zos, y sujetos á toda suerte de males, particularmente
á las enfermedades cutáneas y nervio~as, que las virue-
las, así naturales como inoculadas los curáron radical-
mente. Habrá cosa de- 50 años que un ~élebre médi-
co de Brosla'W , penetrado de esta consideracion, publicó
un tratado sobre las viruelas (Variola"um ratio ex/e-
sita él D. Joan. Gotf> de Hahn I75 1), en el qual
manifiesta esta enfermedad, como si ella no consistiese
mas que en un desarrollo particular del cuerpo humano,
an~logo á la denticion, y ne~es a rio á todos los hom-
bres, para la buena organizacion de la cútis, sujeta así

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72 DE .I.A JNOCULACION
. Desde la época en que escribió Mr. Peat.
son se han disipado las ,dudas q~e habia habi-
qo hasta este tiempo, mediante los nuevos éx- /
perimentos qlle ~han confirmado y establecido
evidentemente el fecundo resultado que ex-
presó en ' su aforismo.

como Ja denticion ;{ ser, acompañada de accidentes tr~


Ó menos graves; pero seguidos por lo comun de con-
seqüencias muy ventaJosas ~ la salud. Lo mismo dpi-
naba sobre el sarampion, sobre el qual publicó tam-
bien un tratado en confirmacion de la teoría de las vi·\
a
ruelas. (Morbilli fJariolaru~ f)jndi&l¡ D. J. G. de Halsn
W,alii.rl. LU3')

-, •

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~E LA VACUNA.
73
. LIBRO lV.

EXPERIME~TOS DE WOODVILLE, OBSERVACIO-

NES ADICIONALES DE PEARSON SOBRE ALGUNAS


ERU.1:?CIONES . QU~ HAN COMPLICADO ' LA- VACU-
NA; Y.EN GENERAL CONTINUAClON DEL DESAR-
llOLLO, CONFIR'MACION y FELIZ APLICACION!
l>EL l>ESCUBRIMIENTO DE JENNER
EN INGLATERRA.

CAPITULO l. .1

Mr . .Wood7Jille, médico del hospital de inoeu-


ladoS. en Londres, cotifirma ·con··..nue'Üos experi-
mentos el descubrimiento de Jenner.

Las 'ventajas ina~reci~bles de la vacuna, los


~esultados ' fe.cunclos de los ~xperimentos de'
Jeqner ' y Pear~0n.l airehatáron ,y moviéron
p6d.,er.osamente ,el ~elo filantr.ópico de Mr.
Woodvil'le, y. ' fuéron un gran motivo para
qu e-.se dedicase áfhacer nuevos experimentos
para 'confirinar, y:,p topagar un ds scubrimient()
que él miraba con raza n como el mas impor-
tante del siglo XVIII •
. "Yo creí, dice este apreciable ~ombre,

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74- DE, I.A INOCULACION
"que el empleo que se me habia confiado en
"el hospital de inoculados t me imponia la obli-
_"gacion, por el bien público, de aprovechar
"la oca~ion primera d~ poner en práctica el
j, plan de los experimentos que habia concebido_

• ' " Me parece que las tres. qüestiones' capi",


"tales que hay que examinar son I 1 ~ si la
"vacuna precave seguramente para siempre
"del peligro d'e -adquirir las.viruelas: ~ ~ si en
" ella no se padecen granos: 3 ~ si es ella con-
"tagios~ p0r otro medio que el de la inocu-
"lacion." .-. 1, _ • _

Sin embargo, los experimentos de Mr.


Woodville no satisfacen>de '" un modo directo,
oí ,estas ,qüestiones; y. de~pues de haber leido,
en la obra que ha publicado, los detalles rela-
tivos á sus ensayos, debemos admitir la opinion
<le.·los redactores de la Biblioteca britárricza so-'
ore este punto, y creer que 'surexperimentos.
fuéron hec~os por casualidad , y, que mas pa-,
r.~cen dirigirse al exámen comparativo entre-la!.
vacuna y las viruelas, que á dar soludon al
problema I que ,tiene por o1fjeto .las ventajas
de la inoculadon de la vacuna I substituida á
la antigua.
Entre los hechos que resultan de 10s mU- ·
cpísimos experÚnentos de W ooaville ext¡ac-

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DE LA VACUN~. - 7S'
tarémos los que nos pareZCa!1 mas dignos d~
fixar la atencioll. . ,

Hccno primero.'
¡

A fines de Enero de 1798 se manifestó


el cowpox entre las vacas de leche de l~ hos-
tería de Gray; -habiendo examinadQ estos ani-:-
males ' con atencion', se descubrit\l'on en sus te-
tas diferentes pústulas, semejantes á Jas que el
Dr. Jenner ha descrito y hecho grabar. Muy;
presto enfermé.ron tres ó quatro personas em';
pleadas e'n o{deñar¡ estas vacas: una de el1a~~
llamada Sara Risc. tuvo exactame,nte todos
los síntomas de la vacuna .. El··I;ord Somerwi-
~ lle. Mr. Joseph . Banks, Mr. Woatson, los
Doctores Simmons;, Pearson y, Willar obser-
váron en esta jóvieil el grano que ~onstituye el
principal fenómeno de la enferm~dad.
Sara Rise habia tenido anJeriormente las
viruelas: estuvo mas enferma que: sus compa-
ñeras. por la sola circunstancia ,de l:l:aber teni-
do una irritadon é hinchazon,en lp~ brazos, y
mas alteradas las picad mas que. las otras com-
pañeras. Es de notarse que á esta enferma no
s~ la hi Q prueba alguna en contrario.

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,
J

76 DE · LA INOCULACJON

/ Segundo hec71~.

María P ayné, de dos años y medio de


edad, fue vacunada con el humor vacunal, too
nlado en su orígen, esto es, de las pústulas de
las vacas afectas del cowpóx. Esta enferma tu-
vo, sobre poca diferencia, los síntomas ordina-
rios de la vacuna; y á los once dias se hallaba
enteramente libre de toda afeccion general,' en
cuya ,época se cubrió la iricision de una costra
algo hinch~da, dúra y colorada en sus bordes.
En este tiempo se somet~ó á 'ser el primer ob-
jeto de experimento de la inoculacion de las
viruelas ordinarias, cuyo res'ultado fue sola-
mente una inflamacion muy fuerte en la pica-
dura, que desapareció al quinto dia, sin que
produxese ning~n otro slntoma.' I
Mr. Woodville ha, nlultiplicado estos ex- '
perimentos en contra, cómo es fácil de ver por
esú' frase de su obra. "He inoculado las virue-
"las á mas de' quatrocientos enfermos que ha-
,,'bian teniJo Ía 'v acuna, y-en ninguno de ellos
"produxéron' efecto. "
Si los corolarios que se debén deducir de
estos hechos no fúesen igualmente una con-
elusion de las observaciones' exactas y decisivas
de MM. Jenner y Pearson, se podrian hacer

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DE LA VACUNA. 77
muchas fundadas objeciones á Mr. Woodville
por no haber dexado entre estos vacunados y
los experimentos én contrario un espacio de
tiempo suficiente, pjJra que estos ú1timos pnte-
ben con evidencia, que las personas vacunada~
estan exentas para siempre de -las viruelas or-
dinarias. "Se sabe ( dicen al intento estos sa~ ­
" bios tan recomendables, á los qua1es tenemos
"continua ocasioll de consultar) que por una
"ley muy general el cuerpo humano es muy
"dificil que pueda padecer á un tiempo mismo ~
"dos enfermedades. Sabemos particu1armentel
"que las viruelas Íreqüentemente se han sus-
"pendido ó sofocado por el sarampion, la fre-
"bre escarlatina, y otras enfermedades.
"Luego pqc::de sospecharse que si las
"viruelas inoculadas algunos dias despues de
. "la vacuna no se manifiestan, sea porque esta I
"haya podido ·dar al cuerpo humano la facuI-
"tad de libertarse de ellas para siempre, sino
"porque ella ha suspendido por un ciertQ
"tiempo su disposicion á recibirlas, pues para
"tener una completa certidumbre ,se~ia nece-
"sario dilatar la inoculacion de las viruelas
"hasta tanto que la vacuna hubiese producido
"todo' su efecto, y que no 'lueda¡e nin.gull reli-,
" quicio de ella."

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78 DE LA INOCULACION
Estas reflexIones son muy juiciosas; ' y si
los experimentos anteriormente expuestos so-
bre el efecto preservativ~ de la vacuna no
hubiesen sido mas decisivos ql~e los 'de Mr.
W oodville, dudal"Íamos aun sobre la duracion
de este efecto tan salud¡¡ble, y exigiríamps pa-
ra creerlo nuevos ,experimentos l .

CAPITULO n.
Experimentos d~ Wood'ViJ/e sobre la un ion del
'Vírus' 'Varioloso con el humor de la 'Vacuna,
J del desarrollo simultáneo de ambas
'Viruelas.

E; n~cesario dar 'á conocer algunos detalles


sobre el desarrollo simultáneo 'de dos enfermé·
dades, que mientras su duracioll modincan ca·
da una á Sil modo nuestra máquina, sill mezclar-
se ni confundirse sus síntomas en términos que
formen una enfermedad mixta y compuesta.

1 Véase la Biblioteca británica, tomo 1 Z , ciencias y


artes, página 159 y siguientes. Véase tambien sobre la
misma qíiestion el excelente discurso que el C. Aubert'
ha puesto al frente de su traduccion á la obra de W ood-'
ville, página I I y siguientes.

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VE LA VACUNA. '79
Primer hecho.
I
Juana Collingridge, de 17 años de edad~
fue inoculada de las viruelas. ordinarias en el
brazo derecho, el dia quinto d~ haberlo sido
con la vacuna. 'Al dia ocho el grano 'de la va·
cuna situado en el brazo izquierdo habia he·
cho ya sus progresos, y los dolores de los
sobacos, habian calmado. La cisura del brazo
derecho empezó desde entonces á inflamarse,.
y la enferma á quejarse de dolor de cabeza
y en la region lumbar.
Al once no dia se sintiéron doloridos los dos
sobacos: al dia 1 S se cubrió de pústulas toda
la d,rcunferencia de la cisura que se hizo pa-
ra l~ inoculacion de las viruelas. Igualmente
se manifestó la erupcion en el tronco y extre·
midades, y el número de granos llegó á cerca
de doscientos. La vacuna continuó sobre poca
diferencia su curso ordinario.,

Segundo hecho.

Tomas Fox, de edad de 2 S años, y Juan


Denis, de 'edad de ' 23 , fuéron inoculados en'
2 2 de Enero, y vacunados el día despues. Ca·

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8o :DI LA INOCULACION
si ~ un mis~o tiempo se desarrolláron ambas
viruelas: Denis tuvo la fiebre eruptiva al oc-
tavo dia, y Fox al décimo; el primero tuvo
lilas de trescientos granos, y el segundo ape-
nas ciento.
Tercer hecho.

Juan Talle, ' de 14 años de edad, y To-


mas Brown de 1 S, en 2 S de Enero se led -
y
oculáron las viruelas ordinarias, al dia si.
guiente la vacuna. Estas dos e~fermedades se
desarrolláron. simultaneamente y al tiempo re-:
guIar de sus distintas épocas.
El número de los granos fue menor que
en el caso de la observacion anterior: en 10 de-
~as fue enteramente semejante al resultado
del experimento.
Habiendo multiplicado con'siderablemente
los experimentos sobre el des_arrollo simultá-
neo de la vacuna y ' de las viruelas, ha obser-
vado Mr. Woodville, que los dos principios
de accion que causan, el" uno las viruelas, y
el otro la vacuo:J, jamas excitan movimientos
que perturben é impidan su respectivo curso :
ordinario, y que en el 'sitio donde se han in-
xerido. y depositado estos dos vÍrus ocasionan
la irritacion específica que deben pro~ucir, á

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DE LA VACUN.A. - ~ Sr
la que subsigu e en ambos casos una secrecion
de pus vacunal, y oUa del vírus varioloso, de
modo qu e podemos sacarlos á nuestro arbitrio
de sus respectivos reservatorios, y tomar de.un
mismo sugeto la materia 'propia para vacunar,
ó para inocular las viruelas ordinarias.

CAPITULO nI.

E xperimentos co~ la- mezcla del humor de 1"


, -vacuna J del -vírus 'Varioloso.
\ .

Despues de haberse conve~cido Mr. Wood-,


vilJe de qu e jama s resultó de la v ~ cun acion é
inoculacion siil1ult¡á nea de las viruelas ordina-
rias una enfermedad 'mix-ta., sino que el grano
producido por la inoculacion, seguia siempre
el curso propio de la materia in,oculada, y que
se regeneraba el tumor que les es propio, se
decidió á seguir otro camino C:ll s,m experimen-
tos . Movido pu es del deseo de .saber si una so-
la inoculacion, hecha con la mezcla del pu.s
de ambas viruelas, produciria una afeccion
mixta, inoculó en' un mismo dia á v einte y
(\H!:ho pep onas con el humor de la vacuna y de
las viruelas ordinarias, mezclándolos muy bien.
El resultado de este exp~rimenro fue '1uo
F

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82. DE · LA INOCULACION
en mas de la mitad 'de estos inoculados se pre-
sentó la vacuna con todos sus caracteres distin-
tivos , y en los restantes los de las viruelas or-
dinarias; pero en todos no hubo mas que una '
ind isposicion muy ligera y un corto . número
de granos.
De 10 dicho se infiere que pueden eXIstir
juntas las dos afecciones locales en diversas par-
tes del cuerpo; p,e ro que de ningun modo n
una-misma: pareciendo excluirse mútuamente
para quedar triunfante una de las dos, sin 're-
s~ltar jamas ulla enfermedad mixta.

CAPITULO IV.

De muchos resuhados relati:vos al e.r:ámm de


esta qüestion: de si la inoculacion de la 'Vacuna
es preferible á la de las 'Viruelas ordinarias.
Extr~cto de la extensa noticia que los redacto-
res de la Biblt'oteca británica han publicado
sobre la obra de WOod'Ville. ~

Mr. W oodville ha formado de ~stos re's ulta-


dos do; catálogos, que creyó propios para ilus-
trar (a qiiestioll de saber. si la inoculacion de la
vacuna debe ser preferida á la de las viruelas
or<!inarias.

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DE LA VACUNA. 83
J En el primer catálogo indica la edad de
doscientas personas que él vacunó qesde el
principio, los di as que les duró la calentura,
el número de granos que tuviéron en otras dis-
tintas partes de aquellas en que se hiciéron las
picaduras.
'. Tal es el catálogo que han publicado los
redactores de \a Biblioteca britán,i ca, aunque
está mejor ordenado que el que insertó Mr.
Woodville en su obra, para que se pueda de '
una mirada ver en sus diferentes columnas to-
das las conseqüencias que pueden sacarse. EL
C. Odier dice que el catálogo del Dr. W ood-
ville se Rarece á las series de las observacio-
nes/meteorológicas, de las que solamente los
lectores de mucha paciencia para calcular las
medidas, y compararlas entre sí, pueden sacar
partido. El nuestro es el resultado mismo de
estos molestos cálculos, pues es una tabla com-
, pleta de comparacion.
Este catálogo está dividido en columnas
horizontales, que manifiestan la edad de 1m, '
inoculados, y en columnas verticales, que im-
diean su sexo, el número total de los g ranos
que sobre poco mas ó menos tuviéron; y eq
fin el de los di¡¡s que les duró la calentura en
todo el curso de la enfermedad.

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84 DE LA INOCULACION
Para calcular el número medio de los gra-
nos, no dividirémos su número total por el de
los individuos: p'~es es evidente que caleula-
do por este medio se hallari-a mucho mayor,
supuesto que el número total ' de granos que
han tenido los 2 °° inoculados, siendo el de
8857, resultaria 'un medio de mas de 44 gra-
no~ por cada individuo, mientras que 110 ha ,
habido mas que 39 en qu ¡enes han pasado db
40 . .EL-verdadero número medio se halla ex-
presado, colocados los individuos segun el nú-
mero de sus granos, é indicando el número de
ellos. que ha tenido el que se halle de esta ma-
nera co10!=ado en medio ó á igual distancia de
aquellos que han tenido mas ' 1 y de los que han
tenido menos. Bste medio se haila por este cál-
culo reducido para el total de 1,os :2 00 inoéu-
lados á dos granos lo mas en cada indivipu~: es
decir, que no ha habido la mitad que hayan
tenido mas de dos granos; pero' si se limita á
los individuos de una cierta edad, entonces va-
r ía segun las edades. y se hall a , por exemp10,
mucho mayor en los que tienen mas de 10
años, que en los que tienen menos.
En quanto al número medio de los dias de
cal~ntura, como las diferencias emr¿ un indi-
viduo y otro, han 5idQ mucho menos conside"

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DE LA VACUNA. ~51'
rabIes, se puede calcular de la manera ordi•
. naria, di v'idiendo el número total de di as ~Ie
calentura que han tenido entre 'todos los in;
dividuos inoculados' por el número de estos.
Así es que dexando el método que h abia se-
guido el atitor, indicando el mas ó menos de
éalentura de sus inoculados por fracciones de
dia, lo hemos expresado nosotros continuan-
do el cálculo. hasta las miLésimas, no porque
, , hayamos creido que esto sea jamas practica-
ble, sino para hacer resaltar mejor las dife-
rencias que ha habido sobre este punto entre
los inocu lados de tal ó tal edad. Así los 2 o'"
inoculados habiendo tenido entre todos ellos
423 dias de calentura; se ppede decir que ca-
da uno de ellos ha tenido ~~~ = 2 lIS dias de
calentura, ó para hablar con mas exactitud,
~ = 2,12 S' porque la inoculacion no produ-
xo su ' efecto sino en 199 ,de los inoculados.
Pero habiendo-tenido entre 98 niños 2 o 1 dias
de calentura, y entre 101 niilas 22 2, se
puede decir que para los unos el n(¡mer~ me-
=
dio es de ·9°: r¿; =
2 05 1, Y para las otras de
2198 : lo que manifiesta que las niñas ha~
tenido gen eralmente mas calentur,! que los ni~
ños. De este modo se puede comparar en el
mismo catálogo la influencia de la edad y 'del

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86 DE . 'LA INOCULACIO:N

sexo en todas las épocas de la vida.
Entre los hechos indicados en el catálogo .-
de Mr. Woodville, que nos deben mas particu-
larmente hacer fixar la atencion, es uno de
los mas principales el gran número de inocu-
lados de todas edades, en quienes 110 observó
ningun mal general ni síntoma alguno febril.
Cincuenta y tres, á saber, 23 varones Y 3)0
niñas se halláron en este caso, y sin embargo
los experimentos en , co~trario á que se sorne-
tiéron, no produxéron efecto alguno.
I
Se debe inferir de este hecho, ó que la
afeccion general de la vacuna no es necesaria
para defenderse de las viruelas ordinarias, ó -
que puede manifestarse aquella de otra mane-
ra mas que ,por el de un mo'vimiento febl'úl:
opinion que se deberá adoptar, considerando
con él ciudadano Odier, que muchos inocula-
dos que no tenian mas que unos pocos granos,
y aun ning,unos, y que despues de cedida ,la
calelHura parecian estar libres de toda afeccion
general, quedaban algunos dias despues tan
afectados en el todo de su máquina, c?mo si
hubiesep. tenido mucha calentura, y una erup-
cion abundante.
Por el resultado de los experimentos, re-
c0 iqos por W oodville, se podría deducir que
9
®Biblioteca Nacional de Colombia
DE LA VACUNA. 87 "
la afeccion que debe modificar la vida de ma-
nera que quede preservada para siempre de la
invasion de las viruelas, existe cons,t antemen-
te quando la inflamacion local es completa, de-
biendo considerarse esta afeccion como mucho
mas benigna, quando no produce n"ingun sÍn-
toma febril; pero como esta circunstancia se
observa con mucha m¡s freqüencia en la vacu:
na que en las viruelas, resulta "claramente que
la vacuna inoculada es una enfermedad mucho
¡nas benigna que la de las viruelas ordinarias,
comunicadas tambien por la inoculacion.
Otra diferencia 110 menos importante se
deduce: del catálogo de Woodville entre la
vacuna y las viruelas. Esta diferencia consiste
en que la prim~ra de estas dos enfermedades
es mucho mas benigna en los tre~ primeros
años de la vida; porque se ve en este catálo-
go, que "en los 103 niños de menos de tres
años que tuviéron la vacuna J 3 1 no tuviéron
calentura alguna, y los otros 72 solo llegáron
á tenérla entre todos 162 dias:
Por el contrario está probado, que si en
las viruelas inoculadas se de~e temer mucha
calentura, ó una erupcion confluente, es par-
ticularmente quando los inoculados no llegan
á la edad de los tres años. Hay inocul~dores que

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88 DE LA INOCULACfON
estimando mas su reputacion que el ! bien ge-
neral que pU.<1de resultar de la inocu lacion 1 re-
husan inocular á los niños que no llegan á los
tres años 1 .prefiriendo abandonarlos al riesgo .
sin comparacion mayor d-e padecer. las viruelas
naturales, y de perecer en ellas 1 que exponer-
se á un suceso tan contingente; sin embargo,
si esta opinion se hiciese general, á pesar de la
. utilidad de la inoculacion 1 continuarian exe~­
ciendo las viruelas sus estragos sobre otros tan-
tos mas individuos de los que comunmente
destruye 1 y las ventajas de la inoculacion pa-
ra el público se dismülUirian de este modo en
casi las tres quintas p~rtes. Es pues suma:
mente importante libertar desde la mas tietna
edad á los niños de - las viruelas, respecto de
que estas exercen sus grandes estragos sobre
los mas jóvenes, y respecto á que la vacuna
tiene una gran ventaja sobre las viruelas inocu-
ladas: particularmente en esta época de la vi-
da tenemos una p9de!osa razon para deber pre- .
ferirla en !a eleccion de preservativo.
No me detendré mas tiempo er. refleXIO-
nar sobre 10s diferentes resultados que pueden
sacarse del catálogo de Mr. Woodville; por .
10 que terminaré este capítu.1o con la imparcial
exposicioa dé tres circunstancias que han com-

®Biblioteca Nacional de Colombia


, DE I.A VACUNA.
plicado estos experimentos, que respecto á
su exactitud y utilidad no se pueden compa-
rar con las indagaciones de J enner y de Pear-
. son, dirigidas por aquel genio observador
que es tan raro, y por 10 mismo tan útil de
encontrar.
Estas tres circunstancias son: 1 ~ el poco
intervalo que dexó eJ Dr. Woodville entre
la vacunacion y la inoculacion de las viruelas
erdinarias: 2 ~ la mansion que la mayor parte
de vacunados han tenido len el hosp'ital de
inoculados, donde cstuviéron constantemente
expuestos al contagio: 3 ~ la falta ' de precau-
cion que el mismo Mr. Woodville deberia ha-
ber tomado para no ser él misn)o un hogar
ambulante de miasmas variolosos, de las que
todas las partes de su cuerpo y sus vestidos
debi'1-n hallarse imptegnados á causa de su con-
tÍnua asistencia en el hospital de los inoculados.
/
No debe dudars.e que estas circunstancias
han influido necesariamente sobre la enferme-
. dad, y pues que segun las observaciones de
Mr. Woodville pueden desarrollarse á un mis-
mo tiempo el vÍrus ·vacu.nal y varioloso, es de
creer que en muchos de sus experimentos ha-
ya habido una doble afeccion , respecto á ha-
°rse manifestado granos en otras part;s del

\, ®Biblioteca Nacional de Colombia


9o DE LA INOCULAClON
cuerpo, dist intas de aquellas en que se hizo la
vacu lacion , lo que es enteramente extraño á
la vacuna. En apoyo de /esta opinion basta re-
flexIonar, qu e el humor vacunal, empleado por
W ood ville, produxo granos en mas de la mi-
tad de sus inoculados, y que no hizo salir nin-
guno en los veinte sugetos que felizmente va-
cunó Jenner con él; debiéndose tener prese -
te ademas, que el humor vacunal, enviado 3e
Berkeley á Mr. Woodville, ha causado siem-
- pre una erupcion de granos en todas las vacuo
naciones que ha practicado por sí nlismo, y no
se ha visto tal fenómeno en manos de otro
vacunador.
No insistiré ,en tratar mas de Mr. W ood·
'Ville ni de sus experimentos; y confieso que
este artículo, en el que tal vez, á exemplo de
los redactores de la Biblioteca británica, me he
detenido demasiado, deberia haber sido mucho
mas corto, y reducirse á indicar los resultados
de los experimentos sobre el desarrollo simul-
táneo de las viruelas ordinarias, y los de la
mezcla del humor vacunal y el vírus variolosQ;
pero la obra de Mr'. W oodville se habia dis-
·tÍnguido demasiado en la historia del nuevo
descubrimiento, y las miras. de beneficencia,
el zelo:. el número de experimentos del autor.

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DE LA VACUNA. 9I
Y SU empleo de médico del hospitál de inocu-
lados en Londres, han dado á su obra, á.la que
el traductor frances ha enriquecido con un ex-
celente discurso preliminar, tal grado de cele-
bridad, que su extracto debia colocarse en una
coleccion .de las principales indagaciones que
se han publicado sobre la vasuna.

CAPITULO V.

De las obse1"vaciones de Pearson sobre las


erupciones que lSC asemejan á las de las 'Viruelas,
J que sobre'Vienen algunas 'Veces en la
inoculacion de la 'Vacuna.

Como los resultados de los experimentos de


.Mr. Pearson no han presentado las circunstan-
cias que parécen haber complicado y obscure-
cido los de Woodville, es importante referir
sus observaciones del mismo modo que él las
ha comt1nicado en el Almazen de Londres del
mes de "enero d~ 1 8 o o. Aunque las ventajas
de la inoculacion de la vacuna, dice, se ha-
bian demostrado en el curso de este año de
"1799, por un crecido número de observacio-
nes suficientes para que no temamos el ver
abandonada esta nueva práctica; sin embargo,

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\

92. DE 'r.A JNOCULACION


la inesperáda aparicion de una erupcion eb
muchos casos ha balancea~o un poco la opi-
nion de algunos sugetos, que desde luego 'han
, creido estas ventajas hast ~un cierto punto pro-
blemáticas. Los zelosos protectores de' la nue-
'Va .inoculacion no han temido afirmar en res-
puesta, que siempre que en el curso de la va-
cuna inoculada aparezcan granos en otra di. -
tinta parte de aquella en que se hizo la inser-
cion, se deben atribuir, ó á que inadvertida-
mente ill.o culáron el humor de las viruelas or-
dinarias en vez del de la vacuna, ó á que el
_ enfermo 5e habia contagiado casualmente de
viruelas' antes de inocularle la vacuna. Como
esta asercion está muy distante de haberse pro-
bado ,1y como hemos adqu'irido ya una grande
experiencia sobre la vacuna, creo ser de mi
obligacion el publicar el resultado de mis ob-
servaciones sobre este punto.
En el curso de mi práctica, á fines de fe-
~rero, y principio dé marzo, vi quatro in6cu-
lados de la vacuna con granos, que me pare-
.... ciéron á primera vista tan perfectamente se-
.mejantes á los de las viruelas ordinarias, que
los hubiera graduado por unos verdaderos gra-
nos variolosos, si no hubiese estado bien ase-
_ gurado de la 'lualidad del vírus que habia em-

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DE LA VACUN,A. 93
pleado en su inoculacion. Sin embargo, noté
entonces algunas diferencias entre estos granos
y los de las viruelas: pues aquellos se vaciá~
ron casi todos sin supurarse, y termináron por
costras lisas relucientes, de color roxo obscuro
ó negro. Inoculé despues á otros dos con el
vÍrus sacado del brazo de ·uno de tos quatro en·
fermos primeros; y tambien tuviéron granos
de la misn1a n_aturaleza, así como todos los de-
mas que inoculáron dos ó tres de mis corres-
ponsales, á quienes les habia remitido esta ma~
teria misma. Esto me geterminó á no emplear
en 10 sucesivo sino el vÍrus sacado del brazo
de los vacunados que no hubiesen tenido mas
granos que uno en cada cisura. Desde enton-
ces no he vuelto á ver que tuviesen ninguna
relacion con los de las viruelas; pero lo que
ciertamente he visto con bastante freqüencia,
quizá una vez entre 2 o ó 3 o , ha sido una
erupcion de granos gruesos colorados y duros,
aunque poco elevados, y que,no tenia n pus ni
serosidad alguna. Estos 'granos, ó por mejor
decir, estas manchas" no estaban acompafíadas
de ninguna incomodidad, ni durabalt'sino muy
corto .tiempo. H e visto tambien presentarse al·
guna vez á los quatro dias de la inocu lacÍon
, "
una rubicundez en todo el cuerpo. semejante

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94 DE LA INOCULACION
á la escarlatina; pero que desaparecia de re-
pente sin resulta alguna.
Si no juzgase mas que por I)Ji propia ex-
periencia, me inclinaría á creer que el vírus
vari~loso ha podido de una manera Ú otra, y
á pesar de todas mis precauciones, inxerirse en
vez del vÍru9 vacuna!, 'en el cuerpo de mis
I
primeros inoculados que tuviéron granos, su-
puesto que con haber evitado el inocular don
el vírus de' las personas que tuviesen granos,'
parecidos á los de las viruelas, no los he visto
aparecer (observacion que coincide con la de
W oodville). Pero el número de casos en que
otros inoculad.ores han visto granos que pare-
.dan viruelas, de ,resultas de la inoclllacion de
la vacuna bien escogida, ha sido muy conside-
rable este otoño para permitirme dudar de que
ella solam~ nte ha sido la que' ha, causado estas '
erupciones que se han observado.
En octubre pasado vacuné á un Dl110 de
dos años con el humor que saqué yo mismo
de una vaca' en el mes de marzo: desde en-
tonces ha ' pad~cido muchas enfermedades: tu-
Vo la afeccion local or,din~ria , acompañada ~e
una lj ~ era calentura, y dos ó tres dias despues
Una erupcion corta de manchas roxas y duras,
muy distintas de , los granos de las viruelas.

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DE LA VACUNA. 95
Mr. Keaté tomó el vírus del qrazo de este
niilo, y lo llevó á Brighthelmstotie. en donde
Mr. Ban-et lo empleó para inocular á dos ni-
ños, y despues .Mr. Keaté inoculó con él
otros ~res; en fin, Mr. Alldré de P etVJoth, á
quien 'habían enviado el pus de estos últimos,
inoculó á catorce personas. Estos diez y nueve
, inoculados tuviéron todos gran'os semejantes
á los de las viruelas, y aIgunos en gnlll núme·
ro; sin embargo, no se sabe que nin guno de
ellos ha~a corrido riesgo alguno. La :lf~ccíon
local en uno de los inoculados por .J.fr : Kea'té
.se parecía á la de la vacuna; en los que inocu-
ló Mr. Barret á la de las viruelas; en los de
Mr. André no hay caso. Pero Jo que parece
aun mas positivo es la observacion que me ha
remitido últimamente el Dr. Thornton de un
niñ~ á quien habiéndole inoculado con el vÍ- ~
rus que yo mismo tomé de una vaca, le sobre-
vino una erupcion variolosa.
Queda pues' bien probado: I? que en cier-
tas circunstancias, ó mas bien, ayudado de cier-
tos agentes simultáneos, cuya naturaleza no
conocemos, el vír~s vacunal produce una en- .
fermedad semejante á las viruelas ordinarias,
así por la apariencia del grano en el sitio de
la incision, como por la erupcion subseqüente.

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96 DE . LA INOGULACION
2~ Que en ciertos casos, el grano que se pre-
senta en el lugar donde se hizo la insercion,
se ha asemejado perfectámente al de la vacu,:
na, no obstante que la erupcion q1,le ha seguido
se haya parecido á la de las viruelas: 3<'> Que
el vÍrus de los sugetos en quienes ha desarro-
llado la vacuna esta enfermedad variolosa, bien
se haya extraido del-sitio d~ la insercion, ó de
las otras partes del cuerpo, produce casi si -m-
pre una eru pcion semejante en todos aauellos
en quienes se emplea, sin que jamas se haya
visto volver á su estado primitivo de verdade-
ra vacuna á pesar de haber inoculado sucesiv~­
mente de un 'individuo á otros muchos. 4<'> Que
finalmente la verdadera vacuna produce algu-
nas veces otras erupciones . particulares muy
distintas de las de las viruelas.
¿ Pero el vÍrus vacunal podrá acaso dege-
nerarse, descom ponerse ó combinarse con orros
agentes, y convertirse en vÍrus varioloso? Es-
to es lo que ignoramos; pero lo cierto es que
s¡endo los aspectos que presentan estos dos
vÍrus tan distintios entre sí, es. preciso que sean
n:u y diferentes, y ~specificamente desemejan-
tes; no obs~ante que el primero sea suscepti-
ble de ádquirir todos los caracteres del segun-
~o.. y . as~ como nadie confunde la mag-nesia COD.

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DE LA VACU.NA. 97
el sulfate de magnesia, au.nqu:e este se fo~me
de la primera con solo añadirla el ácido sulfú·
rico, del mismo m9do no se debe confundir el
vírns de la vacuna ~on el vario,loso. Puede que.
tal vez no se diferencien arpbps entre sí, sino
por .la agregacion de algul1a substancia que
j gnoramo¡; hasta el dia; pero . ~sto nos basta
para hacer de ellos dos ag~nt@s, muy distintos
que no se deben contundir baxo un mismo
nombre¡- Y así el Dr. Odie,r ba .tenido justa ra-
zon para . llama!' .v..aFun.a .á .L a; .~ ~fermedad pro-
ducida por el primero, reprobando el absurdo
nombre que ¡¡mes (se ' le <ta'b~_ .de 'Viruelas d~
las 'Vacas.
Pero ·,a1.fnq.u~: (!st~, \.:a~un.fl en ·cie·r tas . ciro::
cunstancias pue<:4: .c,onvertlr~_ en viruelas or-
dinarias, ¿ no tendrá sin embargo algun def e-
cho par¡t· que s~ , l:t prefi,era á ·e.st~s en la iIÍ-
octllacion) J!.-~ preciso c,onvenit en ello, Est~
circunstancia debilita alg<;>J a .idea que tl l pl ,in-
cipio no~ habiamos forn~a9-0 . de sus ve!1JiliElsi
.p ero todayia le queda bastante mérito ¡para
gozar la preferencia sobre, lfls viruelas ;. porque
primero evitando cuidadosa m~ nte jnocu ~ar con
el vírus sacado de los sugetos que ten'ga n g ra ..
)lOS ,no habrá uno entre doscientos vacunado.s
que tenga una. erupcion que se parezca á la
G

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98 DE I.A INOCutACION
de las viruelas: segundo, que quando suceda
así, no será nunca tan molesta la erupcion que
pueda venir en la inoculadon de la vacuna,
como en la de las viruelas . .
Resultan pues muchas' ventajas y ningíll1
perjuicio eh súb'stituir la ' vacuna á las virue-
las ordinarias en el .:arte de inocular, y es de
esperar que segun' 10' que se han multiplicado
en e 1 dla "
' e1 numero de expenmentos
_ . r I
lavora-
bIes, llegue á formar la vactina una éppca mé-
morable en la histdria de la medicina •

CAPÍTULO -vr. '
Cóntinuacion de la propagácion de la 'Vacuna
en Inglaterra.
• '''- " . . . .... I

, Debiendo mirarsé como 'fund~dor~s


de la va·
hl11a á MM. J enI'ler, Simmons, Pearson y
W ood vill e , es necesario presentar por menor
los: resultados mas ó menos intdresantes de sus
muchísimos experimentos: el zelo de estos mé:-
dicos, verdaderamente dignos de una profe-
sion cuyo carácter 'Soberano se profana con
.tanta'!freqüencia , ha prod·ucido el mas decisi-
~o efecto; y la vacunacion , <]ue no se miraba
mas ~ue como objeto de una qüestion proble-

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DE LA VACUNA. 99
,máticá, se ha propagado con actividad en to-
'das las partes de la Gran Bretaña, donde la
preocupacion y el culpable egoismo han pro-
curado vanamente rebatir sus favorables efectos.
Es preciso confesar que se han reunido too
dos los géneros de influencia para concurrir á
esta sal?dable .propag,a cion: a.sí los sugetos mas
distinguidos po~ el lugar que ocupaban en la
s~cied:id, ó por su fama, hán arrastrado; sea
con el exemplo ó por su aprobacion, á la mu-
chedumbre, esto es, á todos aquellos que se
dexan persuadir mas bien por la autoridad que
por la razon l.
Ni aun el gobierno ha permanecido ocio·
so en esta circunstancia; pues muchas personas
recien llegadas de Londres 'me han asegurado
que acababa de publicar un decreto relativo á
la vacunacion de los marineros, que no ha-
biendo aun padecido las viruelas, debian em-
barcarse : precaucion saludable y filantrópica,
que la inoculacion hubiera podido efectuar
igualmente en úna época anterior, y cuyo des-

1 Entre los hombres, cu yo dicdmen há hecho aut-o-


ridad • se distingue Mr. B ank¡ , cuyo nombre se hal la tan
freqüentem ente en las historias de los descubrimie ntos é
inventos que contribuyen á los adelantamientos y al bitn
de la humanidad.
G2

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\

I
. 100 DE LA INOCULACTON
graciado olvido ha sido para muchos paises del
globo, á que hemos llevado las viruel as, la
cau§a de un azote, cuyos gérJ1lenes debemos
apresurarnos á destruir por la introduccion re-
paradora de la vacuna, si nuestros corazones
no estan enteramente corrompidos y cerrados
para siempre á la voz de la justicia y de la
hu~anidad l. l.
En cumplimiento de las ,órdenes del go-
·1 Hace algunos meses que fui á suplicar al C. F our-
cr'!:l' me suministrase algunas ideas 'para la composicion de
una memoria sobre el plan detallado dd Mzmo de la So-
ci"dad de los observadores del homb~e, que el Capitan
Baudin pidió á esta Sociedad antes de partirse al via-
ge filosófico y científico, á que el gobierno frances le ha
comisionado. I

El dist inguido sabio á quien me dirigí, despues de ha-


berme dado muchas ideas que me han sido myy útiles pa·
ra la memoria de que se trata. se detu vo, y me dixo des-
pues con una expresion mas animada: seria necesario so-
bre todo que el Capitan Baudin. cuyo viage debe ser
(Ítil á los pueblos por donde tramite. lIevas,e la vacu-
na á aquellas islas del mar del Sur. donde la reciente
invasion de las viruelas se ha manifestado de un modo
tan cruel.
No he olvidado este pensam~ento benefico y filantr6-
pico; y quando debo hacer mencion de él en mi obra, por,
e! asunto de que trata. me complazco en presentarle, co-
mo una ocurrencia feliz. y en indicar su verdad~ro orígen
y la causa.de que provino.

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DE LA VACUNA. 101
bierno ingles, y animado de su zelo filantró-
~ico, hizo el Duque de Y drch vacunar ~olem­
nemente á los soldados de su regimiento que
no habian tenido las viruelas, con 10 que dió
ocasion de ver una multitud de resultados, á
los quales no podrían contradecir los contrarios
del nuevo descubrimiento, sin dar claras prue-
bas de porfiados, jgnorantes y de mala fe.
Entre los exemplos que mas han contri.
buido á propagar la vacunacion, no puede ol-
vidar el historiador de estos progresos al Reve-
rendo Mr. Bolt de Finmere, y al Reverendo
Mr. Frisech, que han vacunado, el uno á tres-
cientas personas, y ef otro á setecientas qua-
renta con toda felicidad: observando la conduc-
ta de estos dos hombres, igualmente dignos d~
una profesion tan honro,a, ¿ cómo dexarémos
de decir con lIn sabio, que -los redactores de
la Biblioteca británica podrian con razon lla-
marse los apóstoles de la vacuna? "Me com-
"plazco, dice, en ver á los ministros del cul-
"to cómo emplean el ascendiente <¡ae les da
"su ministerio en disipar las preocupaciones,
"en propagar las verdades útiles, y en hacer
_"á sus feligreses un servicio tan brillante, co-
"mo libertar á sus hijos de un coñtagio tan
"mortífero como inevitable." Así 10 practicall


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1o ~ DE LA INÓCULACION
en las Indias los Bracmanes, baxando todas las
primaveras desde las montañas para iñocul~r,
en el nombre de Dios de misericordia que ellos
ador,a n. á los que no han tenido las viruelas:
del mismo modo lográron los misioneros Jesui-
tas del Brasil y del Paraguay arrancar por me-
dio de la inoculacion inum,e rables víctimas á
esta enfermedad que los Europeos les lle..,á-
ron, y que desolaban á aquellos desgraciados
paises.
U n conjunto de circunstancias felices han
'coMribuido á propagar la vacuna en la Gran
Bretaña; y en el dia no solo se llSa ya en las
ciudades grandes, donde los inventos y prácti-
cas nuevas hallan ordinariamente mejor acogi-
da, sino tambien en las campiñas y entre las úl-
timas clases de la sociedad, que son los que mas
tardan en participar del beneficio de los ade-
lantamientos mas recientes.
En la actualidad el número de vacunados
en Inglaterra podrá ascender á mas de cincuen-
ta mil personas de a~bos' sexos, de todas eda~
des, 'y con quantas circunstancias y variaciones
pueden ocurrir en la vida, sin que jamas se ha-
ya visto faltar la virtud preservativa de la va-
cuna, á pesar de que se 'han sujetado por 10
menos una tercera parte de ellos á los experi-

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p ' DE LA VACUNA. 103
,mentos en tontrario , y de que muchos de los
otros ,.acunados se han expuesto en medio de
lots epidemias variol~sas.
En tan considerable número de vacunados
como ha habido en Inglaterra, solo ha pereci-
do un niño en el hospital de Mr. Woodville,
y este por la falta de exactitud y defecto de los
experimentos de este profesor, como lo heÍllos
demostrado ya. ¿ Pero acaso la muerte de este
niño debe atribuirse á la vacuna? ¿Y podrémos
convenir en que la idea de una sola víctima
sacrificada por esta enfermedad deberá ser'v,ir
de objecion Lvista de sus inmensas ventajas?
Una reflexlon imparcial responderá á esta qües-
tion: voy á presentarla del mismo modo que la
ha publicado mi concolega y amigo Biman.
"Hemo~ visto que Mr. Woodville, médico de _
"un hospital de inoculados, viviendo por con-
" siguiente siempre en una atmósfera vario 10-
"sa, y formando él mismo un hogar contagio-
"so, observaba freqiientemente -en su hospital
"erupciones variolosas entre sus vacunados.
"Por otra parte este médico convino, luego
" que llegó á Paris, en que era muy cierto que
"estos niños habian adquirido las viruelas en
"su hospital, y que tal vez él mismo habia si-
"do quien les ' habia comunicado el contagio.

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104 I DE LA INOCULACION
" ¿ Luego se debe admirar que un .niño vacu-
" nado viviendo en mediq de miasmas ~riolo­
,. sos, sea at acado de estos al dia siguiente de
"la vacunacion, ó tal vez cirico ó seis dias des-
"pues, y que la enfermedad sea tan peligro-
"sa y mortal , para él, como lo es para tantas
l ' 'f" .
"otras vlctlmas.
Conclui~émos aquí el exámen del desc'f-
brimiento. de la vacuna, por lo tocante á su
confirmation y propagacion en Inglaterra: des-
pues de las penalidades con que hemos reco-
gido y -coordinado los resultados maS impor-
tantes, y las verdades principales para formar
esta primera parte, han aparecido diferentes
obras. mas ó menos imp¿rtantes, cuya publi-
cacion en nada han aumentado los conocimien-
tos que anteriormente se habian ya adquirido,
y no ofrecen mas que nuevas pruebas de una
verdad bien establecida.

LIBRO V.

PROPAGACION DE LA VACUNA EN LOS


CONTINENTES •

.El descubrimiento de la vacuna eni demasia-


do importante para que se mantuviese mucho

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DE LA VA'CUNA. lOS
tiempo aislado en la Gran Bietañ~. No sola·
'mente se propagó muy presto en Europa, si·
no tambien en diversas partes de América; y
es muy probable que mediante las relaciones
de los Ingleses en Bengala, y las de los Fran.
ceses en Egipto, no tarde mucho á ~xtender.
se en Asia .Africa, y generalmente en todas
las partes en donde son conocidas las viruelas,
y se han distinguido por desolaciones, que en
parte ha disminuido la inoculacion ,sin poder
apagar los venenosos gérmenes del contagio.
He creido pues poder dar 'al objeto de es-
tas consideraciones el título de propagaciolt dé
la,:Vacuna en los continentes. Pero antes de ' en-
trar en esta important'e qüestion debo recol-
dar ligeramente la propagacion de las virue-
las, á fin de poderla fácilmente comparar con
la de la vacuna.

CAPITULO l.

De la propagacion de la inocula.ion de las


'Viruelas.

No está aun bien averiguada la época del


orígen de la inoculacion, ni , el de la vacuna,
y otros importantes descubrimientos. Segun la

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106 DE LA INOCULACION
relacion de muchos historiadores y de diferen-
tes viageros, inoculaban desde tiempo inme-
morial en las orillas del mar Q¡spio, en aquel
pais de bellezas,.la Circasia y Georgia. Se in-
oculaba..entre las tribus de los Tártaros, T ur-
comanos y Arabe!>, en las orillas del Eufrates,
Tigris, mas abaxo de Bagdad, en Jas inmedia-:- .
ciones de Bassora, en Armenia &c. En fin, ip-
oculaban tambien en muchos parages de 'Afrí-
ca, sobre las costas del Mediterráneo, en Egip:
to y en Nubia.
Pero, en Europa.no se conoció la inocu-
lacion hasta que Timoni, médico en Padua,
que la habia visto practicar en Constantino-
pla, y aun practicado él mismo, durante su
residencia de ocho ó diez años en aquella ca-
pital , hizo conocer sus ventajas, y modo de
obtenerlas, en la carta que dirigió al Doctor
Wood-var en 1713, la qual se conserva en las
Transacciones filosóficas núm. 339. Hácia este
mismo tiempoescribiéron spbre la inocula-
don el médico Pilarini, y" el jó-ven Bachiller
Antonio Leduc j y. MI. de Chateauneuf, que
se hallaba de Embaxador de Francia en C.ons-
tantinopla, hizo inocular á sus tres hijos j pe-
ro este exemplo y los escritos de los Docto-
res produxéron poco efecto j y, como 10 ~o~

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DE LA VACUNA ~ , 107
tan dos distinguidos médicos, de cuyas obras
he extractado en parte los detalles sobre la in·
oculacion, hubieran pasado muchísimos tiem-
pos antes que se hubiese introducido en Eu-
ropa estil saluda~le práctica, á n~ ser por el
espíritu ó influxo de Lady WortlcJ M ontaigu.
Dexo este punto con el fin de referir lo que
dice un célebre autor wbre.el orígen de es-
ta saludable costumbre, y sobre 'su primera
entrada y adopcion en Inglaterra, que en a1-
gun modo vino á ser su segunda patria, y
el centro desde donde se ha propagado des-
'p ues á diversas partes del globo, adonde no
la habrian jamas hecho conocer las cortas re-
laciones de los lugares en que tuvo su cuna.
Se dice comunmente en Europa que los
Ingleses sO!llocos y frenéticos: son locos, por-
que causan á sus hijos las viruelas, de miedo
que les vengan: frenéticos, porque con la ma-
yor serenidad comunican 'á sus hijos una en-
fennedad cierta y peligrosa, con el fin de pre-
caverles un mal incierto. P or otro lado dicen
los Ingleses, que los demas Eu; opeos son tí.
Olidos y desnaturalizados: son tímidos, porque
temen el hacerles_tlll pequeño mal á sus hi-
jos: desnatu ralizados, porque los ex,ponen á
m rir un día de las viruelas. Para poder juz.

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108 DE LA. INOCULACION
gar qual de las <los naciones tiene razon I pre-
sento la historia de esta famosa insercion I de la
qual se habla en F~ancia con tanto espanto.
Las Circasianas acostumbran desde tiempo
inmemorial inocular á sus hijos á los seis me-
ses de edad, haciéndoles una incision en el
brazo I en la que inxieren una pústula I que
ellas cuidadosamente han quitado del cuerpp
de otro niño. Esta pústula hace en él brazo en
que se ha inxerido el efecto mismo que la le-
vadura en una porcion de masa. ,Allí fermenta
primero ~ y despues reparte en todo el líquido
sangu íneo las qualidades de que consta . Los
granos del niño inoculado sirven para inocular
á otros I y de este modo se hace una circula-
cion quasi contínua en Circasia.
Algunos pretenden que los Circasianos
tomáron esta costumbre en otro tiempo de los
Arabes; pero lo único que sobre este punto'
puede decirse, es : que al principio del rey.n a-
do de Jorge 1, Madama' de Wortley Mon-
taigu ', una de las damas inglesas de mas talen-
to y elegancia I estando con su esposo que, se
hallaba de Embaxador en Constántinopla I pen-
só en inocular á un hijo que tuvo durante su
permanencia en aquel pais I 10 que se verificó
con la 'mayor felicidad. A su regreso á Lon-

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DE LA VACUNA. 109
dres informó esta dama de ello á la Princesa
de Gáles, que hoy dia es Reyna. Es preciso
confesar que esta Princesa nació para proteger
todas las artes, y para bien de la humanidad:
ella es una filósofa amable en su trono, que
jamas.ha perdido la ocasion de instruirse, ni
de' exercer su generosidad: ella 'fue la que ha-
bien~o oido decir que una hija de Mi/ton vi-
via aun, y que estaba miserable, la envió al
momento un regalo considerable: ella fue la
que protegió al sabio padre Couro)'cr, y ella
fue tambien la que se¡Hgnó servir de media--
nera entre ,el Dr. Clark y Mr. Leibnitz. Y.
así desde el puntó que oyó hablar de la inocu-
lacion de las viruelas, hizo hacer los experi-
mentos, en quatro,[eo} con dena d os 'a muerte, a,
quienes salvó ,dos veq:s la vida; porque no so-
}o.los libró del castigo, sino que á favor de las
viruelas artificiales les' precavió las ,naturales,
que probablemente hubieran tenido, y de las
quales Ihubieran muerto tal vez 'en"' edad mas
avanzada. Asegurada de la utilidad de ,este ex-
perimento, hizo esta Princesa inocular á todos
sus hijos. La Inglater~a siguió su exemplo, y
desde este tiempo, diez mil niños lo, menos, y
otras tantas niilas, deben su vida y hermosura
á,la Reyna y á Madama W ordey Montaigu.

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·1 10 DE ' LA INOCULACION
De caaa' cien. personas que eXlstén 'en el
mundo hay sesenta por lo menos que ~ienen
las viruelas. De estas sesenta mueren diez en
sus años mas ·floridos , y otras diez quedan con
sus molestas reliquias; por lo que esta enfer •
. medad mata Ó desfigura infaliblemente ,á la
quinta parte de.Jos ' h0l11bres. De tantos como
se inoculan' en Turquía ó en 'Inglaterra nin-
guno muer'e , si' no está enfermizo. No se vd á
ninguno marcado de ellas, 'y ninguno padece
dos veces las viruelas, suponiendo que la in-
oculacion haya sido p¡rfecta. Es pues cierto
que si alguna Emb,axadora france~;¡ hubie.se.
llevado este secreto desde ConstantinopJa á Pa-
rÍs, hubiera hecho un servicio eterno á la nao:
Cion. El Duque de mllaquier.. J padre del Du-
. que de Aumoltt ' qe hoy día ,' el hombre ' de
méjoI' constitucion y mas -sano de Francia, no
1mbiera.muerto,en la flor de su edad. El Prín.-
cipe de Soubi;re-, que gozaba de la I salud mas
. perfecta, no' hubiera.perecido en la édad de ~ S'
años: al abuelo 'de Luis .XV: no le hubieran
enterrado á los cincuenta, años. Veinte mil
hombres, que muriéron e.n París por las virue:
las del año ! 725 ' vivirían aun. ¿ Qué es es-
to? ¿Será que los Franceses no estiman sus vi-
d'15, Ó que sus mugeres no aprecian la ,b e-

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DE LA VACUNA. III
lleza? A la verdad que somos gentes, r .. ras:
Aunque la inoculacio~ fue tan bien recio:
bida desde luego en Inglaterra, y practicada
baxo los mas felices auspicios, sin ,embargo se
vió,despues despreciada y proscripta corno en
Francia, de modo que d~sde 1 7 2-9 á 1 738 lle-
¡
gó á estar 'casi abandonada enteramente; pet<)
en esta 61tima época, los saludables efectos
queproduxo en una epidemia de viruelas obli-
gáron á adoptarla otra vez, y desde enton'Cel
sus progresos fuéron rápidos, y &US rest1ltado-5
constantes. En 175 S decláró el colegio de
medicos de Londres, con el fin de reba~ir las
supuestas calumni¡¡s que se levantáron en Pa-
~ís ,ontra los saludables efectos que 'se habian
observado en Londres, que todas las objeéio ~
bes hechas contra la práctica de la inoculacion, t ,,,~
, ~\.C.\OIIA
!~as habia destruido la experiencia, y que el co- /.<<j:~ / <j.;
legio estimaba este procedimiento cOI?o muYlf/; t-; :;,
6til y saludable al género humano. ; '\:;_~ ~
Esta declaracion se hizó' nueve años antes\\, ~ 80GO
del decreto que Condamine~ y Antonio Petit --::; %'1;•.>, '
obligáron á dar á la facultad 'médica de París: ~
aecreto pOI: el qual este cuerpo antiguo, que
.casi siempre fue contrario á los nuevos descú:
brimientos, que él confundia con las inovado-
De¡, se declaró por la tolerancia de la inocula; \

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/

I~ I 2 DE ' L~ INOCULACION
cion quando debería proclamar su triunfo" y
reconocer solemnemente sus saludables resul-
tados.
" Entre las diferentes partes del globo, en
,donde se recibió mas bien la inoculacion,Jué-
·ron desde luego muchos parages de Ami rica
,y Europa. La memori'a de la Condamine hizo
que directamente, y casi sin dificultad alguna,
.se estableciese la ihoculacíon en Suecia, Dj~a­
i1llarca y Noruega. Troltchin introduxo la in-
;O.culacion en Ginebra su patria" quando. esta
práctica es.taba aun limitada en Europa á solas
hs "islas Br:itánicas. Hallet: y Bernouill, Ja hi~
ciéron penetrar' en Suiza y .en otros muchos
lugares, en dond~ la memoJia que en 17 S4-
publicó la 'Condamine, próduxo un buen efec-
10,: contra el qual se op\l'siérpn-, aup. mucho
tiempo desp.ue~ ,infinitos obstácul.os en la patria
de este distingu'¡d.o sabio.
En esta parte , de la Francia, patria de la
Condamine, se (¡onoció la inoculacion casi al
mismo tiempo que en Inglaterra; pero se prac-
ticó poco, y esto en medio de todos los obstá-
culos que podian ponerle muchas y poderosas
preocu paciones.
El autor de una obra intitulada Medicina
te..ol6gica '. y Hcequet en su d}sertacion p~bli-

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DE LA VACUNA. 113
cada en 17:2 4 "llaman á este nuevo método
operacion mágica, y proscriben el nombrarla,
con lo que consiguiéron ponerla en olvido has-
ta el año de 1732. Desde esta época hasta la
de 17 S4 tuvo la inoculacion muy pocos par-,
tidarios; pero la memoria que á su favor publi-
có Condamine, produxo uoa sensacioo muy
viva, y 10grlS hacerse . la novedad de aquel
tiempo: á pesar de esto volvió otra vez á pa-
decer sus persecuciones; y así jamas logró pro-
pagarse generalmente, y mucho menos lo lo-
grará en el dia con el nuevo descubrimiento.
de la vacuria, por lo que' puede decirse que ja-
mas halogrado la inocuHlCion hacerse una prác-
tica popular.
Entre sus mas célebres defensores, hom-
brc5 cuyo talento y zelo filantrópico :no deben
elviClarse, fuéron La Condamin(, d( Alamb(rt,
Tron¿hin, Galti, Bordm, Antonio P etit J Mon-
tucIa, Turgot , Gandoger, Dnoteux, y sobre
todos Girod, cuyas virtudes. , desinteres y ac-
tividad innuvéron tanto en el Franco Condado,
J

provincia 4e la Francia. que hiciéron' fuese


el pais en donde tuvo mas partidarios la in-
oculacion .
.Vicq de Azir se explica así sobre este
punto: Girod tuvo bastante destreza para ha..
H

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1 14 DE LA INOCULACION
cer que los curas, los principales de las Par-
roquias, los médicos de las ciudades, y los ci-
rujanos de los pueblos tomasen parte en sus
intereses, es decir, en los del público y de la
verdad, y que viniesen á ser sus 'mas zelosos
cooperadores. Los h abitantes de las campiñas
de quienes tenia, con nlzon, la confianza, le
. llevaban sus hijos en quadrillas, lejos de po-
nerle obstáculos á sus miras. Pues que Mr. Gz·-
rod lo quiere, decian estas buenas gentes, ahí
los tiene, él es el dudío, J así que dispo1lga de
ellos como gustare.
De éste modo mientras los sabios.disputa-
ban, el legislador balanceaba entre dos par-
tidos opuestos, mientras que en.1as ciudades
mas célebres para los ,progresos de las ciencias
un corto nÚl}1ero de ciudadanos se decidia ape-
nas por una práctica, cuya utilidad demues-
tran tantos hechos, un solo hombre habia per-
suadido una provincia entern, establecido 50-
br~ fundamentos sólido ~ , y manifestado á to-
do el mundo una verdad de las mas importan-
tes á la salud del género humano. Pasan de
veinte y cinco mil las personas inoculadas en
el Franco Cond ad o desde el año 176 S hasta el
de 1782, es decir, haber conservado muchos
millares de hombres fuertes, robusto5, útiles,

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DE LA VACUNA. 115
• y' un puéblo de trabajadQre§.por los desvelos
de Mr. Girod, á quien bendicen desde sus
hogares: y he aquí los derechos de este céle-
bre hombre ' para el rec_onocimiento público.
U na nacion justa, que reconociese el ~lérito de
un beneficio_·de _esta naturaleza, no dexaria de
levantar ' un monumento, {; d~dicar una ~e­
dalla al médico ,que haya sido el primero en
propagar. la inocuJacion e)l las campillas. . .
"En el Franco Condado pasan de veinte y
"cinco millos inoculados por Mr. Girad y su~
"cooperadores¡ Yo mismo.. he visto que en so-
"lo tres estados ascienden á veinte y <tr'e s mil
"novecientos ciricuenta y cinco, en el prjme~
"ro desde el año 17 6 5' hasta, 1 7 7 6 es de diez
"y siete mil inoculadQs. El. segundo se ex-
;, tiende desde '1776 hast·:}.· 1781 , Y llega á
"cinco mil doscientos y cincuenta. El· ter¡::ero
"comprehende el año 1 78 2 ,.durante el qual
;, ha in<?culado' á , mil setecientas y cinco per-
."sanas. " ' ......" ~
I
Mr. Girad tuvo múcho ~uidado en ave-
riguar si entre tanto número de inoculados
$e verificaban a.l gunas reincipepcias; y apenas
pudo sospechar ae quatro, de los quales no
pudo cerciorarse de ningul1 modo. Como él
apuDlaba Jen todos aquellos estados el no m-
H2

®Biblioteca Nacional de Colombia ,


1i 6 DE' LA - lNOCULACrON
bre y paradero de los que se inoculaban, le
fue fácil el poderlo averiguar. Entre los ha-
bitantes de Salins y de Besanzon habia in-
oéulado á much'as personas, que se halláron
despues en medio de upa epidemia de virue-
las, sin que en ninguna se hubiese experimen-
tado reincidencia alguna,
Mr, Girad y sus ayudantes inoculaban ~n­
distintamente á tbdos los sugetos que se h es
presentaban desde los 1 5 6 2 o dias de naci-
dos hasta los de la edad viril; algunas veces
se hallároú entre los inoculados sugetos con
sarna, la que e,s muy freqüente en el Fran-
co Condado. El- número de ll1uertos que hu-
bo entre los niños que se inocnláron fue, se-
gu n los estados de Mr. Girad,. u no sobre po-
co mas ó menos ' entre trescJentos ó trescien-
tos cincuenta; y quando se averiguaba exac-
tamente la causa de esta mortandad, se la en-
contraba casi siempre- en circunstancias qu~
son agenas de la inoculacion. En la actualidad
está encargado Mr. Nocod, Doctor de medi-
cina en Besanzon ;·.de propagar la inocu lacion
en las campiñas, y de continuar los trabajo$
que con tanta utilidad principió Mr. Girad.
En el Franco Conqado se ha propagado
tambien de una manera digna de Dotarse, pues

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DE LA VACUNA. 117
se ha extenc:Hdo desde las ' aldeas á las ciuda-
oes, y de los artesanos á las gentes ricas y po-
oerosas. Quando estos solicitaban que Mr. Gí.
rod asistiese á sus hijos i no se excusaba de
modo alguno, pero jamas recibía salario. De
este modo cOl1servaba toda su libertad, y no
se sujetaba á incomodarse por pequeñas baga-
telas que le hubielian distraído de sus mas apre-
ciables oeu paciones.
Fácilmente podemos juzgar que un mé-
oico tan escrupuloso y ex.acto no tenia secreto
alguno, ni haria tomar ning.\lnos polvos mj s~
teriosos á sus inoculados. El no preparaba á lo>,
sanos, porque no creia que hubiese un estado
preferible al de una salud 'péxfecta; y. en una
palabra, él era inoculador sin·-ser .charI9~.¡¡n.
Entre las di~erentes partes 'de Europa ~n
oonde la inoculacion se introduxo . casi , á. un
mismo tiempo, fuéron ias cilld¡¡des de Parma,
Nápoles., Yenecia y Berlin. En Españd y Aus,
t1'Ía tardó mas, cn propagarse, y aun mucho
mas en R1lsia. Pero si en esta . 110 se adoptó
hasta el año 1768, ha hecho despues rápidqs
progresos ; y h a: venido. á ser una. operacion
popular, y un procedimiento de economía QO-
méstica en estos vastos 'dominio_s; de tal mo-
'00, l}ue ila"c0l!.tenido los estragos tan [unes-

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118 DE · LA INOCULACION
tos que eran geneí-ales en las regiones septen-
trionales. E stos han sido en sucinto los pro-
gresos de la inoculacion ; continu emos del mis-
mo modo los de la propagacion de la vacuna.

CAPITULO n.
Propagacion de la 'Vacuna en general. I

Los 'rédactores d"e la Biblioteca británica fué-


ron los primeros -que hiciéron conocer el des-
cubrimiento de la vacuna, y los que la al1un-
ciáron á los sabios del continente, que estaban
admirados del re sulta~o de los experimelltos de
Jennér. La relacion°de estos hechos, que des-
de luego 'se tllviéron por inverosímiles, no dió
lugar, como la ino¡:ulacion, á declamaciones
espantosas ,-ni ~ debates escandalosos. El egois-
mo y.la ignorancia rutinera estaban demasiado
-persuadidos de la imposibilidad de los fenóme-
'nos recientenlente: pllblicados"'para levantar la
:voz..,' y el cono'Cerse á sí mismos los hizo mo-
destos y silenciosos.
Los que siguen' los progresos de las cien-
ciás dudáron al pr.j.ncipio, pareciél?doles que
no debían .decidirse ·á li! admision de un hecho
que no se' explicaba baxo Ilinguna relacion .de

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DE LA VACUNA. 119
las leyes conocidas de nuestra organizacion y
de la vida.
Pero reflexIonando desplles que los lími-
tes de nuestros conocimientos no son el térmi-
no de lo posible, acordándose de todos los he-
chos aislados é inexplicables que presenta el
estudio fisiológico, fixando principalmente su
atencion sobre la fecundidad de muchas obser-
vaciones empíricas, y sobre la obscuridad im-
penetrable que encierra hasta el dia la teoría
de muchas modificaciones vitales, particular-
mente las que constituyen las viruelas, y los
efectos , de la inoculacion tan evidentemente
comprobados por la experiencia, creyéron los
médicos filósofos los experimentos ingleses, y
acordáron el multiplicarlos despues en el con-
tinente, para ver si correspondian sus resúlta-
dos con los que Jenner habia publicado.
Entre los médicos, v:erdaderos amantes de
la humanidad, que contribuyéron mucho á
repetir y á confirmar estos experimentos, fue el
Dr. de Carro, médico Ginebrino, avecindado
en VieJla ; y en una carta que dirigió á los re-
dactores de la Biblioteca británica, incluyó la
siguiente relacion de s'us hechos.
Habiendo tenido ocas ion de verificar los
experÜ:l1entos del Di.. J enner sobre,la vacuna,

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J 20 DE LA INOCULACJON
no me detengo en haceros conocer mis prime-
ros ensayos, que aunque en corto número, coi n-
cidencon las observaciones descritas por J en-
ner: lo que me llena de mllch~ satisfdccion, y
me hace creer que nada habría mas fácil que
la adopcion de este nuevo método, aun en los
paises mismos, en donde las vacas no adolez-
can de esta enfermedad. I
El Dr. Pearson envió en la primavera d.e
1799 á nuestro paisal1~ el Dr. Peschier u nas
hitas impregnadas en la materia de las viruelas
de las vacas, pegadas con oblea dentro de una
carta. Un médico de esta ciudad se determinó
al instánte á inocular con estas hilas á tres hi-
jos suyos, de los qual((s solo -uno habia tenido
las viruelas. La inoculacion se hizo por una
pequeña i, cision del epidermis. en la qual se
inxirió en cada brazo un pedacito de cerca de
~os líneas de la hila impregnada " que se suje-
tó por medio de un emplasto glutinoso. La in-
oculacion no produxo ningun efecto en el niño
que ya habia tenido las viruelas.
En uno de los otros dos tampoco tuvo efec-
to la inoculacion, es decir, la incision se cer-
r6 sin resultar inflamacion ni erupcion alguná. .
En el tercero prendió en ambos brazos, y pro-
duxo c'n'(:¡(da uno una pústula del todo seme-

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DE LA VACUNA. 121
jante á las que nos representan las láminas · 2 ~
Y 3~ de la obra del Dr. Jenner. Este niño tu-
vo el dia octavo una calentura ligera, que le
durÓ' cerca de tres dias, pero con remisiones
muy notables. No tuve ocasion de formar un
diario exacto del curso de esta. enfermedad; sin
embargo, he visitado con mucha 'freqiiencia á
este enfermo., y he n~tado que habia sido en-
teramente semejante á los dos casos que voy á
referir, exceptuando alguna poca diferencia
acerca del grado de calentura que le acom-
paQaba.
Es necesario advertir antes 'de pasar ade-
lante, que se olvidó tomar una precaucion re-
comendada por el Dr. Pearson en la inocula-
cion del segun-do niño (esto es, de1 ·uno de los
dos que no habian pasado las viruelas, en quien
la inoculacion de la vacuna no pudo meno,s de
faltar), á saber, la de mojar la hilas en agua
caliente, y que al tiempo de aplicar el em-
plasto quedáron con duda los adstentes de que
estuviesen bien inxeridas en la incision.
El resultado de este diario, que creemos
inútil copiar, es que las observaciones del
Dr. Carro son apreciables por su semejanza
con las, de los médicos ingleses.
, Añade este médico: "En quanto al punto

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12.2 DE LA INOCULACION
"importante de la vacuna, que los médicos
"ingleses nos aseguran 110 haber sido jamas
"contagiosa, no es indiferente advertir que mi
"hijo segundo se ha acostado constantemente
"en la misma alcoba que su hermano desde el
,, -10 hasta el 2. o de mayo; que no ha cesado
"de exponerse al contagio, y que sin ' embar-
"go no se le ha manifestado ningun síntol aj
"que la inflamacion en los ojos del primogéni-
"to se curó durante el curso mismo de la en-
"fermedad, y que no se presentó erupcion a1-
"guna en el cuerpo del segundo, á pesar que
;, su clItis debia ser mas susceptible á causa de
"l.,~ costras que tenia en sus piernas y muslos,
"la~ '}ue no se aumentáron nada.
"En caso de que vuestros amigos de Londres
"no os hayan remitido ya las hijas impregna-
"das de materia vacunal, os remito adjunto un
"pedazo de lienzo que lo está, por cuyo me-
_ "d io podreis proporcionar á los médicos de
"Ginebra el que propaguen en nuestra patria
"las ventajas de este interesante descu brimien-
"to. Rogadles que ensayen con cuidado, si le-
"vant:lI1do el epidermis con un poco de em:
;,plasto vexigatorio, y aplicando encima unas
"hilas impregnadas, sale tan bien la vacuna-
"don como inxiriéndolas en la incision j pues

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DE LA VACUNA. 1 :í. :5
"aquel método seria infinitamente preferible,
"en vista de '.que son mucho mas fáciles de
"mantener las hilas sobre una su perficie pi a-
"na, que no en una incision tan estrecha, co-
,,1110 es la que se hace con la punta de una
"lanceta. Pienso hacer por mí mismo este en-
"sayo, y os ruego me comuniqueis el resulta-
j, do d~ los que hagan los médicos Ginebrinos.

"Como por el bien de la hu~anidad se


"debe desear que este método se haga gene-
"ral, debeis incluir en vuestra coleccion estos
"ensayos que me parecen muy recomendables.
"Segun lo que puedo preveer, creo que este
"método tend.rá aceptacion en ese pais, y no
"me faltará otasion de remitiros el resultado
"de' muchas otras inoculaciones de que me voy
"á encargar en vista del feliz éXito de .la de
"mis hijos. No he tenido aun <;lcasion de inda-
"gar bien sobre esta enfermedad de las vacas;
"sin embargo, parece, segun los informes to-
"mados de todas partes, que no la conocen
"los veterinarios de este pais, ni los particn-
"lares que poseen vacadas considerables en
"muchos parages de la monarquía austriaca."
Despues de la época en que el Dr. Carro
escribió á los redactores de la Biblioteca brÍ-
·tánifa la (larta, de la ,qual he copiaqo la par-

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124 DE,/ tA INOCULACJoI'f
te .que me ha parecido conveniente, se ha es-
tablecido la vacuna en Viena, y se ha ex ten- .
dido en muchas' pártes de la Ailstria.
El gobierno de Hanover ha tomado tan-
to interes sobre este nuevo descúorimiento,
que ha comisionado al cirujano Mr. Bock á ex-
pensas del Elector, para que se instruya me-
jor sobre la -vacuna en los lugar'es mismos len
que mas reyna. Los Doctores Balhorn, Stroh-
merer, y muchos de sus compañeros han ayu-
dado á las miras generosas del Elector, y mul-
-tiplicado los experimentos de la vacuna en
'su país.
El Dr. ·N'issm de Seegber, en el ducado
de Holstein , ha escrito al Dr. Carro, que la
vacuna no era desconocida en aquel pais, y
que se habian visto comprobados sus efectos
anti-variolosos: Mr. Sacchi cree tarubien por
el resultado de un gran número de experi-
mentos que el co'wpox es conocido en la L<>m-
'bardía, y ha referido muchas observaciones so-
bre su inocul:\cion y 'sus efectos preservativos.
El descubrimiento del respetable é inmor-
tal Jenner, se ha confirmado y propagado
igualmente en Ginebra, Suiza, Francia, Sue-
cia, Berlin, Constantinopla, probablemente
:en Rusia, en:· muchas. ci¡udades ·de Italia, en

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· DE LA VACU l'l' A. 1 12S
los Estados U nidos de América, y puede que
fa l vez, por medio de los misioneros Ingleses,
en Otaiti, en aquella Citera del mar del Sur,
en donde las viruelas d\!sde sus pt imeras i,n -
vasiones alteráron -la belleza de las mugeres,
tanto que hizo decir á lFancower : "U na de
"las mas grandes revoluciones sucedidas en
"Otaiti por el trato de sus h.abital}tes con los
"Europeos, es relativa á la herm9sura de las
"mugeres; pues aunque es cierto que soy'
"ahora mas viejo que quando estqve anterior-
"mente con Coock, conozco igualmente que
"todos los demas I pgleses esta tan notable di-
"ferencÍa que se observa, y que obliga á la-
"mentarse tanto á los de la isla de Otaiti, atrio
"bu yendo sus desgracias á l;ls crpeles y ver-
." gonzosas enfermedades de Europa!'
La propagacion de la vaCUlJa, en Gi'nebra,
París y Reim ~, nos ha producido expe'rimen-
tos tan importantes que es necesario publicar-
los en dos capítulos separados. J

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1 26 DE LA INOCULACION

CAPITULO nI.
Propagacion de -¡a 'Vacuna en Ginebra y en el
. departamento de Leman. ,

Los primeros experimentos que se hiciéron


en Ginebra sobre la vacuna, se execmáron
con unas hilas impregnádas del humor vac~ .
nal que remitió de Viena el Dr. Carro, y nó
tuviéron resultado alguno. Se hiciéron luego
otros con distintas hilas empapadas, no en el
verdadero ·humor vacunal , sino en otro parti-
cular que 'se sacó del grano que le salió de te-
sultas de la , vacunacion á un sugeto que ante-
riormente habia tenido las viruelas ordinariás.
Las incisiones, en las quales se depos it~
este humor, se inflamáron pront{lmente y su-
puráron eón' abundancia. Los sugetos que se
inoculáron por este medio fuéron veinté ni-
ños, en qui enes se desarrol1áron con tal pron-
titud los síntomas de la enfermedad, qu e en el
espacio de siete ú ocho horas, se les inflamó
el brazo, la incision se vió rodeada de una
eflorescencia bastante extensa, acompañada de
calentura y vómitos; pero á las quarenta y ocho
horas despues calmó toda esta borrasca, y los

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DE LA VACUNA. 12 7
inocu lados recobráron su buena salud.
La velocidad inesperada con que se des-
arrollár0n estos síntomas, alarmó á los médi-
cos Ginebrinos , y les hizo dudar del éxíto de
este experimento, con tanta · mas razon, por
quanto no supurár~1l las incisiones, sino que
solo rezumáron algo, formando una costra es-
pesa, debaxo de la qual se encontra ba el pus,
lq que se diferencia 'mucho del grano y de la
vexiguilla, tan bien descritos por los médicos
Ingleses. '
El C. Odier escribió entonces á MM. Pear-
soÍl y J enner lo que tanto á él como á sus
cooperadores habia sucedido, y les pidió hilas
nuevas. A fines del mes de may,? de 1800 le
remitiéron los . médicos Ingleses las deseadas
hilas, advirtiéndole al mismo tiempo que es-
taban convencidos de que el pretendido hu-
mor vacunaL de Ginebra no tenia la propie-
dad preservativa.
Muy presto confirmó la experiencia este
dictámen, pues muchos vacunados <]ue fuéron
inocu lados despues con el vÍrus varioloso, tu-
viéron las viruelas, mientras que tres niños,
cuyos padres rehusáron la inoculacion, pade"
ciéron las vir~lelas, de las que todos muriéron. '
Muchos médicos, cuyos intereses se hallabaQ

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128 DE. LA INOCULACION
en oposicion con los del público, desfigurá-
rón este accidente, que no se podia evitar, le
presentáron como una objecion triunfante, y
la calumnia junta con la. exageracion llegá-
ron al extremo de citar cartas evidentemente
falsas, hechos supuestos, y obs~rvaciones fa-
bulosas. Basta para probar mejor que todos los
razonamientos, la sola exposicioll de las cir-
cunstancias del fenómeno en qüestion, y c n-
vencerse de '-quan ageno es este resultado del
que nos tiene acreditado la experiencia sobre
el efecto preservativo de la vacuna.
Veamos pues la exposicion de estas cir-
cunstancias referidas por Mr. de Carro, que
fue el médico que las observó. Mr. el Conde
de ffIotté't, que tiene 5 1 años, padeció las v i-
ruelas natúrales á la edad de 6: su madre, que
aun vive, me ha contado la historia de su en-
fermedad, de un modo que no dexa duda al-
guna sobre la verdad de l hecho; y añadió. que
la hermana del Conde, que tuvo al mismo
tiempo qu~ él las viruelas, conservaba aun las
señales. Por amor á las ciencias, y con el fin
de decidir una qii<:¡stion que le parecia intere-
sante, me rogó le inoculase. Agregábase á es-
to, el que habiéndose decidido á vacunar á su
hija en la primavera próxima, queria asegu-

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DE LA VACUNA. r29'
rarse por sf mismo, de las ...sensaciones ' que se
experimentaban durante esta enfermeda~, ·si
es que se la puede dar est~nombre. I

Este caballero gozaba de una salud exce-


lente. La materia vacunal se tomó el 2 de oc- '
tubre del brazo del Conde de W ... y la in-
oéulacion se hizo del modo ordinario. Al no-
veno dia . de la operacion tenia formada ya
una costra muy fuerte; y sin embargo la ma-
teria se halló aun clara en tan corta cantidad,
que apenas -pude humedecer la punta de una
·lanceta. No creyendo qlie una porci()n tan pe- ,
queña pudi"ese producir la vacuna en una per- .
sona, que se hanaba en circunstancias tan po-
co favorables á su producdon, le inoculé por -
tres incisiones cuyo resultado es el siguiente.
En' S de octubre: las tres cisuras esta- ·
ban cubiertas de una matúia espesa, sus bor- .
des duros al tacto, y las areolas erisipelatosas
se extendian por lo menos dos pulgadas de
diámetro: refirió el enfermo que la noche mis~
ma de ola ·i noculacion, que se hizo una hora
despues del medio dia, padeció una tension en
el brazo con mucha inflamacion al rededor de
las picaduras; y en lo demas no tenia nove-
dad alguna.
El dia _6 estaban aumentadas las p6stulas:
I

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130 DE LA INOCULACION
el círculo de la eflorescencia erf mucho me-
nor que el dia anterior; pero se ha observado
diariamente qu~ la inflamacion se dismi~uia
por la noche, y que se aumentaba por e¡ dia,
mayormente hácia la tarde, siendo la eflores-
cencia mas bien de color de púrpura que ro-
xa. El 7 las pústulas estaban mucho mas au-
mentadas, y en el intermedio de ellas empe~
zaba á formarse otra; la inflamacion era coh.-
siderable, su camisa estaba impregnada de mu-
cha materia clara, se quejaba de dolores en las
espaldas, y tenia los bordes de las .pústulas
muy duros.
Ello, aunque no he podido ver al en-
fermo en estos tres dias, creo que no ha teni-
do calentura; pero ha padecido constantemen-
te una tension dolorosa en el brazo, en donde
estan las dos pústulas, y una cierta. indisposi-
cion extraordinaria; con todo se han disminui-
do las areolas, las costras se iban secando, al
paso que conservaban debaxo mucha materia .
clara: El 14 las costras conservaban por 10 me-
nos una pulgada de diámetro, y su figura re-
don da; y aunque purgaban mucha materia, se
mantenía la tension del brazo; pero sin haber
tenido novedad en otra parte, ni aparecido pús-
tula alguna en lo restante del cuerpo. El 19

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DE LA VACUNA. 13 1
las costras estaban secas I la inflamacion y ten-
sion se habian disminuido considerablemente.
Esta es una observacion tan exacta como
se puede desear I que prueba la posibilidad
de tener una especie particular de vacuna,
despues de haber pasado las viruelas ordina- '
rias. Esta relacion manifiesta ~on mucha evi-
dencia que Mr. Mottet habia padecido en su
infancia las viruelas, y que la enfermedad que
acaba de padecer, se diferencia esencialmente
de la que los Ingleses nos han descrito. En
adelante tendremos ocasion de ver como ella
forma una afeccion particular l ' que designa-
rémos baxo el .título de falsa 'Vacuna.
Las dema~ hilas que enviáron de Ingla-
terra á Ginebra han corre,spondido perfecta-
merite pr~duciendo la verdadera vacuna. En '
esta ciudad, cuyo pueblo está evidentemente
mas ilustrado que el de otras ciudades de Eu-
r'Opa I l~jos de haber de'spreCia90 ni rebatido
los beneficios que sus sabios conciudada~os les
han proporcionado, se han apresurado de to-
das partes á _presentar sus hijos de qualquiera
edad I para su jetarIos á la vacunacion.
La epidemia de viruelas que reynaba en- .
tonces, pudo quizá contribuir á este apresura..
miento para ' aprovecharse del nuevo deSCll-
1 ~

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I

1 32 DE LA INOCULACION
brimiento, que se ha practicado desde media-
~os de mayo hasta setiembre con el mas fe-
liz éxito en cerca de ochocientas personas, de
las quales ninguna, á pesar qe la actividad de
la epidemia rey nante , ha sido afectada del
contagio.
El Dr. Odier ha hecho conocer los feli-
ces resultados de las difer.entes .vacunaciones
en Ginebra, por una instruccion que formó .' y
cuyo extracto el Prefecto del departamento de
Leman procuró hacer repartir por todo el
distrito. con el fin ~e fácilitar la propagacion
de la benéfica y saludable vacuna.

CAPITULO IV.

Progresos de la 'Vacunacion en París, J rda-


cíon hecha á la junta médi.a.

P aris. esta vasta é inmensa patria de obr~s


maestras de todas especies. y de las ideas mas
mezquinas; de los ·talentos y artes útiles, y de
las mas frívolas; de la sabiduría. y. de las lu ..
ces. de los espíritus superiores. y de los des-:
atinos; de los pensamientos generosos y eleva-
d.os, y de las ideas mas limitadas, de los cál-;,
culos mas culpables; de la sabiduría que du- .

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DE LA VACU~A. 133
da, y de 'la ignorancia que afirma: Paris, don-
de algunos partidarios de la inoculacion te-
- mian la benignidad de la insercion , de la va-
cuna sin querer concederla: Paris debia ofre-
cer muchos enemigos y un corto número sola-
mente de s;bios capaces de buscar la verdad
sin orgullo ni preocupacion, y de comprobar
el descubrimiento de J enner con nuevos ex-
perimentos y observacion'e's.
¡Causar al hombre una nueva enfermedad!
decian. ¿No tiene bastante con sus propios ma-
les, y con los que son peculiares de su' espe·
cie? ¡Nosotros vacunar! ¡Tomar por autori-
dad observaciones hechas por aldeanos, que
un Doctor tuvo la complacencia de escuchar!
j Empresa ridícula y temeraria, innovaciones
dignas de un siglo demasiado fértil en trastor-
nos y en revoluciones!
Substituir una enfermedad menos peligro ..
sa que la de las viruelas inoculadas, preser-
var á los niños de las viruelas con un medio,
cuya práctica exenta de todo riesgo da una
seguridady bsoluta, y no dexa en el corazon
maternal el mas ligero motivo de inquietud;
en fin, extinguir por consiguiente todos los
hogares de u n contagio, cuybs estragos pre-
sentan tan cruelmente en los anales desgra-

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.
134 DE LA .INOCULACION
das de la humanidad. Vana precaudon, espe-
·ranza infundada, charlatanismo ingles, que re-
cuerda las maravillas producidas, dedan, por
la medicina aerea de Beddoes, por los ácidos
nítrico y muriático, y por todos los pretendi-
dos 'descubrimientos de medicamentos, con cu-
yo motivo se dixo en Alemania que los médi-
cos Ingl eses son .empíricos, y en Francia, qpe
estos citan hechos y observaciones supuestas.
De este mismo modo han delirado sobre
la vacuna muchos de nuestros médicos muy
o' .
,. cop.ocidos; pero es necesario emplear un capí-
tulo particular para responder á sus objecio-
nes: omitiendo satisfacer á las de los practi-
cantes, y de esos hombres llamados ?/idales de
sanidad, cuya educacion"médica ha sido muy
descuidada, y solo se limita á los resu hados de
una experiencia rutinera, que el vulgo con-
funde con el nc5mbre de práctica; porque sus
objeciones fuéron mas bien ridículas que te-
mibles, y así no son dignas de referirse.
Los hombres verdaderamente doctos des-
preciáron todos estos vanos murmullos, y así,
tanto en el Instituto, como en la Esmcla de Me-
dicina de Paris, yen la Academia médica del
LoU"ore, nombráron comisarios para averiguar
exactamente los hechos practicados por los mé-

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DE LA VACUNA. . I3S
dicos Ingleses, y publicados en su Biblioteca
británica.
Estos comisionados no pudiéron al princi-
pio cumplir su importante comision por falta
de vÍrus vacunal, hasta que á fines del año
1799 , en que uno de aquellos socios, el G.
Pinel, que ha consagrado enteramente su vi-
da á los progresos de la medicina, probó ha-
cer unos experimentos cbn el humor vacuna!
impregnado en un lienzo que el C. Aubert
habia recibido de Londres, juntamente con la
. obra del Dr. Woodville, cuyo resultado se
verá en este diario exacto de los tres nÍllos
que sirviéron á los primeros experimentos del
C. Pinel.
Primer caso.

P. H. Guedo1', de 4 aiios de edad, cons-


titucion robusta, cejas y pelo castaño, cútis
morena, habia tenido dos meses mala la boca,
pero entonces estaba casI buena enteramente.
Despues de haberle aplicado el día anterior
el vexigatorio en el brazo, se le inoculó el
·pus de la vacuna el dia 16 de agosto. Al dia
siguiente amaneció el niño indispuesto, la no·
che fue incómoda, y tuvo en el lugar de la
: inserdon una ligera irritadon. Al otro dia pa-

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J3~ DE LA INOCULACION
reció haber cesado la irritacion, el niño se sin-
tió bueno, y despues acá no ha tenido inco-
modidad alguna. Al séptimo dia despues de
. esta primera inoculacion se le hizo otra se-
gunda en el brazo ~ aplicando del mismo mo-
• do un pedacito del lienzo impregnado del vÍ-
·rus vacunal: esta segunda operacion no pro-
duxo el efecto de la primera, y así no tuvo l}i
indisposicion general,' ni ningun síntoma local.

Segundo caso.

S. F. Bucher, de edad de 3 años, pelo ru-


.bio, cútis suave y blanca, habia sido inocula-
do en 25 de julio con el pus de las viruelas,
y no le resultó de esta inoculacion sino una
poca irritacion en las cisuras, que le duró so·
10 dos dias, y una poca calentura en los tres
dias primeros de la inoculacion. Sin embargo
,de que se dudaba si 'habia pasado las viruelas,
como estas no quitan á nadie la facultad de
poder ser afectado por la vacuna, le inocu-
láron del modo mismo que al enfermo ante-
I rior. Esta operacion no produxo especie algu-
na de irritacion en el brazo, y así el niño no
sintió incomodidad, ni indisposicion ' alguna.
Al sexto dia despues de esta inoculacion se

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./ DE LA VACUNA. 137
le aplicó el mismo pus vacunal en el otro bra~
zo: al quarto dia despues, se le presentó'una
ligera inflamacion, que le duró dos dias , for-
mándose sobre la incisiol1 'una pequeña costra,
sin haber precedido la ampolla. Este niño no
tuvo en otra parte, así como la vez primera,
dolor ni calentura alguna.

Tercer caso.
A. P elletier, de 7 año~ de edad, constitu-
cíon delicada, cútis blanca y suave, pelo y ce-
jas rubias, habia padecido una ligera afeccion
escorbútica en las encías, y algunos dias antes
tuvo algunos accesos de calentura; pero en
esta época gozaba de buena salud. En 21 de
agosto se le inoculó la vacuna de la manera
misma que á los dos niños anteriores. Al dia .
tercero se presentó un granito sobre el sitio de
la insercion, pero desapareció al siguiente: es
dudable que haya sido producido por la in-
oculacion, porque solamente se manifestó una
ligera irritacion al rededor de la pústula el día
·25 : esta rubicundez se desvaneció al 26, Y
al 27 se le inoculó segunda vez, sin que re-
sultase ningun efecto.
Este diario se ha extraido del excelente
discurso preliminar de la traduccion francesa

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1 38 l!)!: LA INOCULACION
que se ha hecho de la obra de W o¿dville.
Por el resultado de estos experimentos es
evidente que los ensayos del C. Pinel no pue-
den probar nada en favor ni en contra de la
vacuna; pero en el mes de marzo del mismo
año el C. Lar.ochifoucault de Lianéourt, que
habia podido observar en Inglaterra los felices
efectos del nuevo preservativo, abrió una suqs-
cripcion para costear los gastos de los experi-
mentos que se proponia hacer en Francia.
Hubo muchos subscriptores, y en una jun-
ta que celebráron en Paris ello de mayo de
1 8 o o en la Escuela de Medicina nombráron
una junta de comision compuesta principal-
mente de los médicos que mas gozan de la
confianza pública; y desde aquella época has-
ta el dia han continuado experimentando con
toda madurez los efectos de esta inoculacion.
Los nombres de estos respetables médicos, que
el historiador de la vacuna debe indicar para
el reconocimiento de la posteridad, son:
Pinel, médico del hospicio de mugeres, en el
dia la Salpetriere, y profesor de la Escue-
la de Medicina de París.
Leroux, profesor de Clínica, y de la Escuela
de Medicina de Paris.
Guillotin , médico.

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DE' LA VACUNA. 139
Mongenot , médico del hospicio del Oeste.
Doussin-Dubre'Vil, Doctor en Medicina.
Salmadc, Doctor en Med~cina.
Parfait, Inspector de los hospitales militares.
]Vlarin, cirujano del Pritaneo de Paris.
Thouret, Director de la Escuela de Medicina.
, En el mes de julio del año 18 o o el ciuda-
dano Thouret, cuyo zelo y actividad han conn;!-
.turalizado de algun modo la vacuna en el ter-
ritorio frances, publicó algunos de los resul-
tados de los experimentos de la junta de co-
misiono En otras dos relaciones, una de- 14 de
setiembre afio de 18 o o, y otra del mes de oc-
tubre siguiente, manifestó la junta por medio
del mismo C. Thouret mas bien detallados los
efectos de 'muchos otros experimentos verda-
deramente decisivos, y cuyos resultados se ha-
lláron conformes con las repetidas observacio-
nes de los médicos Ingleses. Las dos relacio-
nes que anunciáron estas grandes verdades, se
incluyéron en el Monitor: y su traduccion en
aleman, que al instante se publicó en Bam-
berg, hizo adoptar la vacunacion en esta ciu-
dad, en la qual Mr. Marcus, médico de mé-
rito, ha logrado gran reputacion por su acti-
vidad en propagarla: creo oportuno incluir
aquí estas dos relaciones, no menos útiles, que

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J 4 0 ") DE LA INO~ULACJON
la célebre memoria de la Condamine , pues,
así como esta, han logrado naturalizar tambien
en país extraño la benéfica inoculacion de la ,
vacuna.
Junta médica comisionada para la inocu-
1acion de la vacuna. París 14 de setiembre
de 1800 .
Desde el 2 1 de julio no ha podido la jUJIl-
ta dar cuenta al público de sus inoculaciones.
E ste largo espacio de tiempo no se ha desper-
di ciado , y la junta cree haberlo empleado con '
mncha utilidad. Los primeros ensayos se hicié-
ron, como todos saben, con la materia de la
vacuna que vino de Londres; pero bien sea
por causa del largo viage que' tuvo la materia
que hacer, ó por ,falta de experiencia de la
junta, aun poco ilustrada sobre este género ,de
inoculacion, lo cierto es, que despues de ha-
ber producido algunos pocos resultados, des-
apareció entre sus manos. La llegada á Fran-
cia del Dr. Woodville, médico del hospital
de in'oculacion de Londres, proporcionó muy
presto á la junta comisionada la continuacion
de sus experimentos.
Este célebre inoculador, detenido en el
puerto de Boloña por causa de las formalida-
des necesarias para obtener su pasaporte, in- ,

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DE LA VACUNA. 14 1
oculó algunos lllnos de aquel pueblo: esta
ocasion facilitó á la junta el poder lograr en .
t~rmino de veinte y quatro horas pus vacunal
tan frescQ como era posible. En presencia del .
Dr. Woodville se inoculáron otros niños, y :
sucesivamente lo han sido otros despues .
. Las inoculaciones que se practicáron con
el p~s de las de. Boloña han guardado general- o
mente un órden mas regular, y un carácter
mas decidido que. las que se habían hecho an-
teriormente, C911 lo que la junta desde este .
tiempo considera sus ensayos como acreedores
a• una con fi anza mayor: aSl/ en estas como , en
las primeras i~oculaciones ha sido la enferme- ,
dad de las mas benignas, sin que ningun acci-
dente se haya ,p_resentado , y en el dia pasa de
cie~to cincuenta el número dl:t 1,0s. que esta juno.
ta ha inoculadQ. ,Ademas de vacunar se ha em-
pleado la junta el} ,inocular la~ viruelas ordina-
r¡as á muchos;4e. los que ya h,!bia inoculado
Gon la v,acun¡t" y..que los con~idéraba haber es-
tado verdaderamente atacados con mas ó menos
fuerza de ella.
Despues de .tres meses de haber pasado la
~acuna se leS .'inoculó las viruelas en 23 de)
ag9sto á , qJ1atro de estos niños: otros quatro.
se sujetáron á 19, mismo en 5 de setiembre, y'

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142 DE LA INOCULACION
en I 6 del mismo otros siete, cerca de dos me-
ses despues de su primera inoculacion. Final-
mente, en dos de octubre fuéron inoculados
otros quatro despues de este mismo intervalo
de tiempo.
De los quatro primeros niños hubo tres
que absolutamente no tuviéron novedad algu.
na de esta segunda inoculacion: en los quat (,
del segundo ensayo tampoco surtiéron ningun
efecto. Lo mismo sucedió en 'los siete niños que
se inoculáron en tercer lugar. En los últimos
quatro, y en uno de los quatro primeros se
notáron algunos efectos en la! incisiones, es
decir, que algunas se infiamáron y formáron
una úlcera que siguió supurando, y hubo uno
solamente de estos (llamado' Blondeau) que '
fue inoculado de la vacuna antes del arribo
del Dr. Woodville, en quien este vicio local
estuvo acompañado de un movimiento febril.
Los otros no lo padeciéron, ni en ninguno
se manifestó el menor indido de erupcion
general.
Para asegurarse de la naturaleza del hu--
mor. que contenían las cisuras inflamadas,
. \
cui-
dó la junta de extraerlo de uno-de estos . niños,·
y de inocularlo en :otros dos que no hubiesen '
padecido las viruelas. El resultado de esto fue ·

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DE LA VACUNA. 143
habérseles comunicado una infeccioit variolosa
del modo mismo que se observa en la inocula-
cion ordinaria con fiebre manifiesta, y erupcion
general. La junta repitió al momento la mis-
ma prueba en los otros quatro niños, cuyas in-
cisiones padeciéron alguna alteracion, que-
dando en repetirla siempre que tenga ocasiono
Estos son los hechos que la junta ha ob-
servado despues de la cuenta que dió al públi-
co y á los subscriptores. E stá muy lejos aun
esta junta de mirarlos como suficientes, para
decidir sobre sus resultados: conoce muy bien
lo importante de la qiiestion que se ha confia-
do á su exámen, 'para dexar de aplicar toda la
madurez y circunspeccion que éxige en la con-
tinuacion de los experimentos que considera in-
dispel?sables. Pero se deducen .grandes conse-
qüenci as de los hechos que ha recogido: no.
Cfee falta(~l carácter de que está revestida, to-
mándose la libertad de indicarlas aquí.
. I~ . La ·vacuna le ·parece ser una afeccion
particular, diferente de todos los otros géneros
de erupciones conocidas. particularmente de
las viruelas ordinarias.
:; 2. ~ La vacuna parece ser al mismo tiempo
Una afeccion de las mas benignas, que apenas
.
merece el nombre de enfermedad. En ciento

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144 DE LA INOCULACION
cincuenta inoculados no ha sobrevenido nin-
gun accidente:
3~ Esta afeccion no es contagiosa por el ,
ayre ni por el tacto. Ha habido distintos niños
reunidos por largo espacio de tiempo, que han
sido inoculados sucesivamente, y en ninguno
de ellos se manifestó antes de su inoculacion.
4~ Esta enfermedad no produce ninguna
erupcion general, ni han aparecido jamas gb- .
nos en los ensayos hechos, sino solamente en
las incisiones ó picaduras de la inoculacion, y
esto uno en cada cisura.
S~ ,La inoculacion de la vacuna es igual-
mente practicable, y libre de accidentes en
qualquiera edad que sea. Se han inoculado ni-
ños estando en el pecho de la nodriza: otros á
la edad de uno, dos, tres años, y hasta quin-
ce. Lo han sido tambien, y siempre con la mis- .
ma ventaja, personas de quarenta y cincuen-
ta años. I

6~ Finalmente, la junta comisionada cree


que en 'las reinoculaciones que se hicié ron con :
el humor de las viruelas, se ha conocido un .
efecto preservativo en la vacuna. Los diez y :
nueve sugetos que se sometiéron ,pdmero á
ser vacunados, lo fuéron despues otra vez con
el pus fresco de las viruelas sacado ca?a vez

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DE 'LA VACUNA . ' I4S
de un niño varioloso que estaba presente. Pa-
ra hacer mas decisivos sus experimentos la
junta habia usado en Dmchos individuos de
las picaduras profundas, es decir, de aquellas
que segun los inoculadores ocasionan necesa-
riamente ' abundantes erupciones de granos.
Tambien puso atencion en introducir repeti-
das veces una gran cantidad de pus varioloso
en las picaduras, en el acto mismo de la in-
oculacion; sin embargo, de los diez y nueve
inoculados ninguno tuvo el menor indicio de
erupcion general. En catorce de ellos se cer-
ráron prontamente las cisuras, sin dexar apa-
riencia alguna de mal. En los otros cinco pue-
de mirarse la inflamacion que tuviéron, como
efecto de la irritacion de la p~ rte, originada
por la lesion de la cútis. Esta il1A amacion se
presentó desde el dia primero de la opera-
cion. Su curso ha sido mucho mas rápido, y
menos regular que el d.e la inocul acion ordi-
naria. Por, otra parte tiene la 'junta exempla-
res semejantes en sugetos que habiendo pa-
decido las viruelas, se hiciéron despues inocu-
lar. Finalmente, si la inocul acion de la vacu-
na no hu biese obrado 1111 efecto preservati-
vo en los sugetos que se sometié ron á ella,
(cómo la mateFia variolosa introducida en las
K

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14 6 DE LA INOCULACJON
incisiones no. hubiera excitado en ellas (y es-
to solamente en algunos) sino una afeccion lo-
cal y parcial, mientras que sacada de este ho-
gar, para ser transmitida á los niños no vacu-
nados, les ha producido todos los síntomas co-
munes de la infeccion general?
Estos primeros ensayos, que aunque nada
deciden aun, cree la junta poder manifestar-
los á los sabios, concuerdan enteramente con
los resultados ccnseguidos en Ginebra por el
Dr. Odier, de los quales estamos enterados
por una relacion de ellos, debida al zelo del
Prefecto de este d~partamento. La benignidad
de esta enfermedad, su curso regular é inva-
riable, su carácter no contagioso, y exento de
producir ninguna enfermedad, se ha manifes-
tado constantemente en ochocientos niños que
fuéron inoculados con la vacuna. Una circuns-
tancia muy notable ha proporcionado al mis-
mo tiempo observar su virtud preservati-
va. U na epidemia de viruelas muy mortí-
fera, que se declaró en Ginebra, y de las
quales mas de ciento y cincuenta niños fuéron
~ / víctimas, sin incluir otros setenta y seis que
Jpuriéron en el mes anterior, ha manifestado
que los -que h abian sido vacunados quedáron
libres del contagio varioloso, excepto ul}-0s

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DE LA VACUNA. 147
siete ú ocho solamente que habiendo adquiri-
do este gérmen antes de la vacunacioll, se
presentáron las viruelas al quarto ó quinto
dia despues de inoculada la vacuna, c¡ue por
causa de "este accidente vino á ser inútil su
insercion.
En nombre de la junta comisionada -para
inocular la vacuna. Thouret, Director de la
Escuela de Medicina. DelIa de noviembre
de 1800.
Despues d~ la última vez que se dió cuen-
ta al público, ha continuado la junta sus in-
oculaciones , y quatro de los niños vacunados
han sido nuevamente sometid'os á la inocula-
cion de las viruelas ordinarias.
En este ensayo se ha hecho la insercion
tan superficialmente corno se practica el} la
inoculacion ordinaria. pues de este modo creia
la runta poder observar el efecto que resulta-
se, y compararlo con el producido en las in-
cisiones profundas, que se hiciéron á los qua-
tro últimos niños reinoculados con las' virue-
las. y que habian alarmado á algunos sobre la
naturaleza del mal que se manifestó en las pi-
caduras.
La inoculacion pra ticada últimamente en
estos quatro niños no ha producido absoluta-
K:l

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/
14 8 DE LA INOCULACION
mente efecto al guno, con lo que la junta"~a '
confirmado desde luego su opinion, de que el
mal local que se observó en las incisiones pro-
fundas que habia usado en una de sus prue-
bas, era el simple resultado de la incision que
se hizo en la cútis, y de la materia extra na
que se habia depositado en ella.
Mas para no dexar duda alguna sobre ,s-
te particular, convenia tambien inocular pro- '
fundamente á los sugetos que hubiesen pade-
cido antes las viruelas; y la junta se encargó
de hacer este experimento. Un njñd 'q~e en
la epidemia que hubo dos años hace, padeció
la infeccion variolosa en el hospicio mismo de
los huérfanos, fue inoculado en 3 de setiem-
bre con las viruelas ordinarias. Se le hiciéron
dos profundas .picaduras en el brazo derecho,
y le sobrevino el mismo mal local que á los
niños que fuéron inoculados de este mismo
modo, despues de haberlo sido con la ' vacu-
na, sin que se haya podido notar la mas mí-
nima diferencia así á la vista como en su' curso.
Sin embargo, cree la junta que no debe
quedar duda alguna sobre la naturaleza del
mal local observado en Igumis de las incisio-
nes de los cinco niiÍ?s reinoculados con las
viruelas, de quienes ha tratado en su última

/
®Biblioteca Nacional de Colombia
DE LA VXCUNA. 149
nota. Este mal local le parece ageno de toda
especie de infeccion variolosa, y que ha sido
producido por el efecto de la cisura hecha en
la cútis, de la qual ha ' dimanado el grano Re-
monoso, y la supuracion que sobrevino; que
la materia variolosa que se habia inxerido se
quedó depositada en la parte, de donde ha
podido extraerse otra vez con toda su "activi-
dad; y finalm"ente, que no ha vuelto á ver es-
ta 'afeccion local, despues que ha empleado el
pus vacunal , ni tampoco mas illfeccion vario-
losa, sino en el nbjo á qu ien se hab ia inocula-
do dos ailos despues de haber pasado esta en-
fermedad d~ la manera mas constante, 10 que
atribúye ·á 10 benéfico de esta nueva práctica.
Añade la junta que despues del aviso da-
do por su última nota, ha hecho en dos niños
el ensayo con la materia extraida de los qua-
tro sugetos vacunados, que del mismo modo
que el citado Blondeau han sufrido en la¡rein-
ocuJacion de las viruelas un mal local en al-
gunas de sus picaduras, y que de esta inocu-
lacion' no resultó sirio una liger;t inflamacion,
que en pocos dias se disipó. Hasta el dia el re-
sultado de los experimentos hechos por la jun-
ta comisionada, es t, inoculados con' la vacuna
doscientos: niños vacunados qu,e.;e..sQmetiéron

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1 SO DE LA INOCULACION
á la reinoculacion de las viruelas, sin haber re-
sultado efecto alguno, veinte y siete.
En nombre de la junta médica de la in-
oculacion de la vacuna. Thouret.
D espues de publicadas estas dos relácio-
nes ha continuado los experimentos la junta
médica, y su resultado en general se ha ha-
llado constantemente comprobado por las np-
merosas vacunaciones que diariamente se ha-
cen, á pesar de las oposiciones de algunos
obstinados, y de las murmuraciones y calum-
nias de los médicos, que por desgracia tienen
fundada su subsistencia en , las casas de in-
oculacion.
, La historia de la vacuna, considerada re-
lativamente á las objeciones hechas contra su
práctica, y á la falsedad de sus acusadores, se
parece, si no me engaño, á la ' historia de la
inoculacion. Y así, no habiendo podido pre-
sentar objeciones verdaderas contra ella, han
procurado obscurecer la qüestion, y oponer á
la experiencia las aplicaciones y corolarios de
una teoría viciosa y envejecida; se han valido
de calumnias, de accidentes muy simples y
naturales, desfigurados por una imaginacion
viva y brillánte; y para colmo de su mala fe é
ignorancia han ll~gado hasta decir con un tono

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DE LA VACUNA. _ 151
grave; que el tiempo y la experiencia decidi-
rán la qüestion, y esto en ,u na época en que
mas de- ciento y cincuenta mil experimentos
han dado el resultado mismo, que el egoismo
de algunos hombres espera de la posteridad • .

CAPITULO V.

Establecimiento de la 'Vacuna en Reims, J 'Vuelta


de ella á su orígcn.

Los habitant;s de la ciudad de Reims han


debido este beneficio á su jóven y amado com-
patriota el médico Husson, el qual durante un
mes que estuvo de asiento allí, se dedicó en-
teramente á establecer la vacuna, segun se ex-
plica e'n el siguiente informe que da á la jun-
ta médica de París sobre la comision que le ha-
bia confiado.
Los experimentos hechos en Inglaterra,
en el Holstein, Ginebra y París decidiéron
en los últimos dias de setiembre á la junta mé-
dica de París para confiarme el cuidado de
llevar á Rcims el beneficio preservativo de la
vacuna . Esta ciudad hacia muchos meses que
estaba infestada de una epidemia de viruelas
tan mort~feras, que de mil noventa y tres

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1 52 DE LA INOCULACION
muertos que hubo en todo el año de 1800,
cerca de quinientos .pereciéron de viruelas.
No podía presentarse ocasíon mas oportu-
na para la introduccion de la vacuna, respecto
que en.otro ígu al caso fue quando el Dr. Odier
,empleó con mayor suceso la vacunacion 'en
Ginebra. ., .
He llegado á Reims en 10 de octubre, He¡
vando conmigo el pus vacunal, que extraxe la
víspera de par.tic, de un niñó que vacuné en
París. Todas las puntas de las lancetas que lle-
vaba empapadas en dicho humor, se habian
oxidado á mi arribo, es decir, veinte y siete
horas despues de haberlo extraído. Con esto
temí que las inoculadones que hiciese con él
no producirían ningun efecto. Sin embargo,
empe~é mis ensayos en dos niños, pero sin ob-
tener resulta algu'na, pues no tuyiéron ni la
mas p equeña incomodidad local. Los ciuda-
danos Dupuytrm y Colon me remitiéron dos
veces con la mayor presteza vÍrus vacunal em-
papado en hilas, colocado entre 4 0s vid rios, y
en puntas de la'ncetas impregnadas de él.
C on. esta nueva materia inoculé á trece
sugetos por el método'de las picaduras, procu-
rando quanto me fue posible el intro ducir en
cadu_cisura una hila empapada en ella. De es-

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DE LA VACUNA. 153
tos trece hubo ocho que tuviéron la vacuna
verdadera, tres la fals;} , y uno que no la con-
traxo; y un hermano mio, que hacia siet~ años
que habia p.asado las viruelas, queriendo ex-
perimentar si era dolorosa la vacunacion, se
prestó á que se le inoculase, pero no le resul-
tó ningun grano.
Entre los ocho que tUviéron la verdadera
vacuna hubo dos, á quienes les salió al mis-
mo tiempo un grano de la falsa: esta ocurren-
cia de dos granos, tan distintos entre sí, fue
muy útil á los médicos que me acompañáron
en las vacunaciones; pues con esto pudiéron
formar perfectamente su diagnóstico, y evitar
el caer en un error perjudicial.
He inoculado despues bra'zo á brazo, esto
es, con el vJrus fresco, extraido de los ocho
primeros inoculados, á diez y nueve personas
de todas edades; y en 27 de octubre he visto
desarrollar en diez y seis la vacuna verdadera.
En estos veinte y siete vacunados he ob-
servado el curso mismo que nos describe Jen-
ner, W ood" ille, Aubert y Odier, el qual es
idéntico al que he visto en los vacunados por
la junta médic;¡ de París. No ha , habido uno
que se haya sentido indispuesto, ni que h~ya
pas(ldo ninglln stl1toma incómodo, á pesar de

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,
1 S4 DE LA INOCULACION
que durante el desarróllo del vírus en el gra-
no hubo tres niríos á quienes les saliéron mu-
chos dientes. Ninguno tuvo mas grano que
uno en el sitio de cada picadura: en una pa-
labra, la enfermedad ha sido tan benigna en
Reíms como en todas partes l .
Los experimentos hechos en Reíms, des-
pues de la retirada del C. Husson, no so a-
mente han continuado comprobando y exten-
diendo los efectos preservativos de la vacuna,
sino que nos han dado un resultado, que in-
útilmente se habia intentado conseguir en Pa-
rÍs: este ha sido la reproduccion del cowpox
en las vacas con el humor extra ido de un
grano vacunal del hombre. Este hecho curio-
so é interesante se nos ha comunicado por una
rel~cion de la' junta de Reims, cuyo extracto
es el siguiente.
Deseosa de probar la junta médica de
Reims, establecida pata la inoculacion de la
vacuna, si el vÍrus vacunal, sacado del cuerpo
humano, y transmitido á una vaca, se altera-
ba, aumentaba ó disminuia su actividad, in-
oculó en 2. 2. de octubre año de 18 o o, á una
vaca de mediana edad, muy lechera, y preña-
, 1 Extracto 'literal del nuevo diario de medicina, fir-
mado por los ciudadanos Lerou.'C ,. Bb)lCI' y CDr'llilart.

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DE LA VACUNA. 1 SS
da de seis meses, con el pus sacado de un niño
de siete años al onceno dia de vacunado. Hi-
ciéron á la vaca tres incisiones, de las que ape-
nas salió ~angre. En los quatro primeros dias
diéron menos leche las tetas inoculadas. Hácia
el quinto dia apareció una poca rubicundez al
rededor de las picaduras. Al sexto los granos
empezáron á desarrollarse, y al octavo estaban
bien formados, y mas gruesos que los que sa-
len á la especie humana. Tenian cerca de seis
líneas de diámetro, hondos en el centro, y ro-
deados de una pequeña areola de color roxo
obscuro. La infartacion del texido celular for-
maba debaxo de los granos como especie de
nueces redondas muy duras. El décimo dia ya
se habian disipado las areolas, y secado los gra-
nos en su centro, que se mantuvo siempre hun-
dido. El onceno se secáron con mucha rapidez,
y con la materia que tenian en sus bordes, que
aun se- mantenia clara, y de una consistencia
mediana, se inoculáron á nueve indivíduos. El '
dia veinte cay~ron las costras, dexando seña-
les profundas algo roxas en las tetas vacunadas,
habiéndose mantenido siempre buena la vaca.
Entre los que fuéron vacunados con el pus
de este animal, hubo dos tan solamente con la
vacuna del todo semejante á las otras, que la

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15 6 DE LA INOCUI.ACION
)'unta ha visto desarrollarse, cuyo número a!-
ciende á cerca de ciento: uno tuvo la falsa va-
cuna: de los otros seis, dos conservaban las se-
ñales de haber tenido las viruelas, que tan so'
10 se sujetáron á la operacion por querer com-
. parar su efecto: otro no sabia de cierto si ha-
bia pasado las viruelas; y los tres últimos es-
taban seguros de que no las habián padeci o.
La junta ha vacunado á diez indivíduos con .el
pus tbmado de los dos citados vacunados que
estaban presentes ,-los que prometen un feliz
éXIto. Ademas ha repetido con suceso el ex-
perimento en otra vaca, y piensa hacer dibu-
xar é iluminar las estampas que presenten el
estado de las tetas y de sus granos en los dis-
tintos períodos del desarrollo de la enfermedad .
. , La junta cree que sin contar con las dispo-
siciones particulares de los sugetos que no con·
traxéron la vacuna, se hubiera podido tener un
suceso mas general, si se hubiese vacunado al
noveno dia de la inoculacion de las personas
de quienes se sacó la materia, porque en esta
época hubiera tenido mas actividad el pus;
los granos estarian llenos, y no se habrian se-
cado aun en su centro. Opina tambien que tal
vez saldria mucho mejór esta operacion si se
hicies,en las incisiones mas profundas, particu-

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, DE LA VACUNA . 157
larrnente en los adultos, en quienes eli mas duo
ro el texido de' la cútis.
De resultas de estos experimentos cons::1u.
ye hl junta afirmando: I~ Que el vÍrus va-
cunal, lejos de alterarse y de perder su ¡ictivi.
dad sobre la especie humana, la conserva aun
bastante despues de muchísimas transmisiones
sucesivas para comunicar á las vacas una en-
fermedad absolutamente semejante á la que
el Dr. J enner ha observado en las vacas de
las quales sacó el vÍrus para inocular á la es-
pecie humana.
2~ Que el vírus extraido de la vaca, in-
oculado en el hombre, 110 ha 9casionado una
enfermedad mas grave qué quando se ha s,!lca-
do de otro hombre. ,
3':' Finalmente, que la identidad del ví-
rus vacunal en las vacas y en la especie hu-
mana se halla claramente demostrada por es-
ta transmision recíproca de una especie á otra,
¡in que pierda 5,U energía y virtud preservativa.

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PA~TE SEGUNDA,

PARTE FISIOLóGICA y MÉDICA.


,
Habiendo manifestado la sucesiop y enlace
de, los descubrimientos, ensayos é indagaci nes
relativas á la vacuna, y reunido un gran nú-
mero de hechos, mas ó menos importantes y
fecundos en resultados, me he dedicado á for-
mar en quanto me ha sido posible un gran pro-
ceso, cuya decision está íntimamente enlazada
cón la mejora de nuestra constitucion física.
Nada he omitido para dar la mayor ex-
tension posible á la primera parte de mi obra,
que deseo se la pueda mirar com? el espíri~u
ó extracto de todos los resultados, que en tres
años se han publicado, para confirmar, exten-
der y propagar el descubrImiento que ha ase-
gurado al Dr. Jenner el aprecio y reconoci-
miento ' la posteridad.
Ahora solo nos resta considerar la vacuna
baxo un punto de vista fisiológico y médico, y
exponer á continuacion con desinteres é im-
parcialidad sus ventJjas , y las objeciones que
algunos' sugetos han creido ~eber oponerla.

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DE LA VACUNA. I59
Tal es el objeto de esta segunda parte, 4 la
que nos ha conducido naturalmente la prime-
ra, que se puede mirar como 'su introduccion.

LIBRO l.

COblSIDERACIONES RELATIVAS Á LA INOCULA-


"-
CI.I JN DE LA VACUNA.

CAPlTULQ l.

De las circunstancias de edad, salud, estact"on,


J constitucion en que se j1Ucde -vacunar.

En la inoculacion de las viruelas se ha aten4


dido poco á estas diferentes' circunstallcias; y ,
, aunque la experiencia haya ' acreditado que
se puede inocular con ven~aja en todas las épo-
cas de la vid,a 1, en todas estaciones, y en IDU-

I Matti ha pretendid9 que era necesario inocular á


los recien nacidos despues de haberlos dexado cumplir Jos
nueve dias primeros, cuyo consejo se ha seguido en mu-
chas circunstancias sin inconveniente. Sin embargo, tam-
bien se han inoculado personas avanzadas en edad con
el mejor' éx"ito, como fuéron una negra de 3 o anos, y
un negro de 76, á quienes inoculó sin el menor acciden-
te el ciudadano Valentino

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160 DE LA INOCULACION'
chos casos de afecciones enfermizas 1; sin em-
bargo, es muy cierto que la edad de cinco ó
seis meses ha parecido generalmente la mas
á propósito, y que diferentes prácticos, justa-
mente célebres, han creido que no solo se de~
bia usar de preparacion en algunos casos, sino
que debian mirarse CO)11O contraindicantes de
la inoculacion la naturaleza y carácter de
muchas enfermedades rey nantes , y la predis-
posicion á muchas afecciones crónicas y funes-
tas, como la raquitis y escr6fulas. Tambien han
mirado como motivos suficientes para diferir
la inocu lacion diferentes circunstancias par-
ticu lares, como la denticio1t, pubertad, la pre-
ñ't z, Y s05re todo la época en que se acerca la
cvacuaciorl menstrual; porque durante estas
ope'raciones las fuerzas vitales que deben di.
rigirse poderosamente al desempeño. de tan
grande funcien, se desordenarían precisamen-
te, si acudian al desarrollo de las viruelas,
mediante á no ser fácil que nuestra natura-
leza atienda á /(J n mismo tiempo con perfec- ,
ci9n á dos funciones contrari"as entre sÍ.
La vacuu acion e xige muchas menos pre-
cauciones, y la experiencia ha con fi rmado que
'1 Tratado histórico y práctico de la inoculacioD de las
viruelas por Dezotep x y Valentin, pág. 139-

/'

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DE LA VACUNA, 161
ni la estacio~, ni la naturalez~ de las enferme-
dades reynantes , ~li el estado ,de debilidad, de,
languidez ó de e~fermedad~ ~omó ni tampoco,
las circunstanc~as de la deilt,icion, pubertad y
preñez se opO)len á 5,1l desarrollo., ni á sus
efect~s saludables. .
Sin embargo" e~l igualdad de circunstancias,
y aunq~e no sea mas qUe(por temor de ql~: no,
sr atribuyan á UI1~ prác~i~a ta.n 'benéfica aC,d -
dentes que le•
sean agenos, será siempre
1..... . ' \.
IIlas
Jl
prudente va<;,uQar con ,preferencia desde la
mas tier~a ~d;d hasta los tres años, ~1igiendo.
en este primer p~ríodo de la vida (á, me~os
que una epidemi~ de vin,1.elas no nos'~llJeñace)
el tiempo en ql:le no hay.i,otras complic¡¡cio,
nes I y accidente~ que te,mF,c, que : s¡~~d~~,in:
dependientes de la 'vacuna, se atribuirian 4 ella
t;1 v~'z, tomando en esta ~i¡~un~tanc~a ¡' , soino
1 Esta pre'caucion es mas relati,rá á los iritereses de la
vacuna. que :t los dé' los sugetos. vacunados ; porque. mu-
chos experimentos decisivos. cuyos resuJ tados refer~émo!,
mas adelante. hall probado que diversas afeccione~. cró-
I • ......f:
nieas. lejos : de agra varse por la inoeulacion ,de la, v.a-
cuna. han cesado de resultas de sú desarrolló; fenÓme.
no que corresponde á la clase de aquellos que se han
curado por medio de los vcxigatorios • ,los sinapismos,
)a mexa, y otros medios semejantes de que se val~ la me -
dicina con tantas ventajas.
L

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162 DE LA' INOCULACION
10 hacen tan co¡nunmente en muchas otras, la
, I

coincidencia de dos 'fenómenos por una rela-


cion de' eausa y d,e ,e/feto: post hoe, ergo prop-
ter Izoe; adagio por lo comun muy equ ívoco.
\ Habiendo probado por otra parte la expe-
l'iencia que los síntomas de lá vacuna son cons-
tantemente mas simples y lígeros en los niños
de mas tierna edid ;' es evidente que deben vp.-
cunarse quanto antb j y el temor de los dolo-
r~s de cabeza, oe miembros, y de los fllovi-
miento? febriles, á que estall' mas sÍlje,tos los
• • ~" . _ ~ ~f
adultos que los' llIñós ; 'no deben servir de obs:..
táculo para que ~qpe1l9s d.exen de sujetarse á
un.a operacion,,' cuyos sahidables efectos son
tanto; ma~ apreciables, quanto que .les propor-
ciona una larga 'v"i tl~ ¡, y les liberta de la muer-
te, que es un mal: mayor quando han entrado
mas'I!n edad', ' '
. "Convencidos pues justamente Íos médicos
de Ginebra de las ventajas que resultan de va-
cunar lÍ los niños muy -(iemos, se dedicáron á
generalizar la pt~ctica de inocularlos á. pocos
dias\ le 'h~ber nacido; y con el fin de dismi'!:
'nuir, por medio 'de ~sta ~aludable precaucioo,
la mortandad de tanto virolenro, hiciéron re-
partir 'entre el pueblQ por conducto del clero
el siguiente aviso que insertamos con aquel

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' DE LA VACUNA. 16 3
respeto religio~o que se debe á lo~ sentimien-
tos filantrópicos y virtuosos.

A'Viso á los padres de familia •.

El hijo que teneis presente, está eXpuesto


á un irimine'nt~ riesgo 'de contagiarse de las vi-
ruelas, enfermedad 'qúe hace ocho siglos que
vi~o' á Eti'iópi,"y que se ha propagado de tal
modo, que ya no se la puede desterrar, siendo~'
ínoral~ente i~posible pf(!servarse los niños si-
no por' medio _de la inoculac.ion.
,F élizmétite por .un -gran benefido:de la
div)na Prov~dencia se ha ' descu'bierto poco
tiempo hace'un nuevo Íllodo de inocular, co'm-
probado con muchos millar~s de experimentos,
que ,han deindstrado que es tan seguro , como
eficaz" y que puede s~n el menor inconvenien-
te usarse en todas lag:.. estaciones del año, y en
los niños mas débiles ~ tiernos y delicados. . .
\' No es casi nunca acompañado ni subsegui-
do el nuevo Il?étodo de ningun accidente; y
quando ksobrevenga alguno, lo que es muy
raro , ~o son jamas graves sus efectos. ..
La enfermedad que produce esta saluda-
ble inoculacion se llama vacu na : es siempre an
extremo benigna, y casi constantemente re-
L2

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DE ~A INOCU~ACION
guiar: Tiene otra ventaja muy p'redosa, y es
la de no ser jamas contagiosa: de manera, que
inoculando en casa de uno, no hay riesgo de
-, comunicarla ,á los ved,nos. Sin emqargo, pue-
den éstar los padres seguros de que los niños
que la han padecido mediante la inoculaciob,
estan para siempre exentos del riesgo de pade~
, c_er las viruelas o'rdinarias. .' I
Luego si qu ereis conser.var ,á v\1.~stró hijo,
os \exhortamos á que le hagais vacunat; ~in pér-
,dida de .tiempo. Apresuraos pues '~ li,~ertarle
por este medio de una enfermeda~ tan terri-
hle, que hace diariamente á v.uestro rededor
los mas crueles destrozos', y que ppede adqui~
rirla en el momento que lo eSBere,is menos. No
10 deis a criar á mingpna nodriza sil) habe,de
antes librado de un peligro' tan inminente.
Los que aconsejan eSto son médicos y ci-
,rl1janos instruidos por su mucha liter,atur!l .y
experiencia, y que no tienen ningun interes
en engañaros. Ellos son tambien padres, y no
han dudado en vacunar á sus hijos desde }ue-
go; y así os rogamos en no'mbre de"la humani-
dad, y por todo aquello que mas'estimais, que
sigais su exemplo: si no, temed el tener que
llorar amargamente algun dia la muerte de
vuestro hijo, por haber despreciado el medio

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DE LA VACUNA. 16 5
saludable que os proponernos. Este es tan sen-
cillo y fáeil, que no podreis hallar ningun pre-
texto para rehusarló, ni para diferirlo por fal-
ta de recursos. \
Los médicos y cirujanos abaxo firmados
se obligan con gusto á inocular á todos los ni-
ños que se les presenten, y el público sabe que
jamas han exigido 'retribucion alguna de aqtre-
110s qu'e no" estan en estado de poderla sa-
tisfacer cómodamente. Firmados: Vieusseux,
Odier, Vignier, Monget, VieilJard, Coindef,
de la Ri'Ve, P eschler, Doctores en medicina;
Jurine I Fine, Maunoir, cirujanos.

CAPITULO II.
, r 11
Prepa#'acion.

Siendo c~n:tant~' que puede inocularse la va-


Cuna en todas las circunstancias de la vida, es
evidente ,que su práctica no exige nInguna
preparadon ni prelirninarj:s algunos para dis-
poner y asegurar su' resultado.
Sin embargo, 'como en muchos adultos no
~a producido, ningpn efecto la vacunacion, á
pesar del cuidado en elegir él pus v!leunal, Y
de todas las. precauciones relativas á su inser-

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1 66 DE LA lNOCULACION
Cion, no puede atribuirse esta irregularidad
sino al estado muy rígido de la cútis para pres-
tarse al fenómeno de la infiamacion; porque
estando dism ~nuida la vitalidad de la periferia
,én la época en que empiezan á concentrarse
las fuerzas vitalés en ' las principales vísceras,
abandona insensiblemente la cútis, que se arru-
ga y endurece entonces, l. E~ta mutacion, cau-
sada por las revoluciones mismas de las edade ,
no hay duda en que puede tener algun infiu-
xo en la materia de que se trata, ni en que
qualquiera que sea la disposicion orgánica que
se opone al desarrollo de la vac;:una en una
edad avanzada, pueda impedirse esta anomalía,
I
aunque ~ara, empleando antes de vacunar los
baños, fricciones y linimentos.
El ciudadano Chausier', cuya opinion es
una autoridad muy respetable · en medicina,
~

parece .no· se aparta de este modo de pensar; y


en la primera vacunaciori del ciudadano Pricur
de la Cóte-d'Or, que él dirigió, no habiendo
producido efecto alguno, trató de prepararle
por los me~ios que /'<lcabo de indicar antes de
¡vacunarle segunda vez, cuyo res~ltado no
" 1 Esta retirada de 'la vida se distingue principalmente
por las canas y ca ida' de pelo: f.:no meno que no se puede
atribuir sino' á una nueva direccion ' de las fuerzas vitales.

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I
DE LA VACUNA. 167
puedo menos de confesar que 10 ignoro.
Ademas de los baños y linimentos se po-
dria usar con mucha utilidad de los sudoríficos;
porque como dirigen la accion de la vida há- '
cia la superficie del- cuerpo, ~ acumulada? . en
ella suficiente excitabilidad para que pudiese
ocasionar el fenóPleno de la in.flamacion. Igual-
mente creo seria muy ventajosó en algunos ca-
sos el aplicar un vexigatorio en el sitio; en que
deba hacerse la ins~rcion, con ,el fin de exci-
tar y aumentar la vitalidad de la parte, ha-
<-
ciendo las incisiones' derla-vacullacion despues
sobre la superficie irritada y desnuda d~l .~pi-
dermis. " f' , .
El cuidado de estas preparaciones. estará
tanto mas indicado, quanto sea mas áspera iá
cút,is, mas arrugada, y quando haya si~o j:i~­ , ~

útil la primer,a vacunacion q~e se ha pras~ic~Z '


do; inclinál~d~me á creer, que p~r lo "CO ~1,ql]
serán menos necesa! ias en las m~ger.e~ que ; ~,~
los hombres, porque en ellas se conserva por
mas tiempo aquella vitalidad Pl<opia de: \as pr~
meras ~dades. y deben •.aun ijpa,ndo sean va-
cunadas en su vejez. pr~sen~,arse 'mucho meno~
l~s anomalías y excepcio~es ,:<l,1.Je. acabamo~ d~
o
indicar.

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168
.
P.E' LA IN'oCULACION
-
r

CAPITULO III.

, Obser~aciones sobre la elecdon de la 'Vacuna.

El humor "Oacunal, es:a substancia ' que in-


troducida dentro det epiaermis produce á
continuacion una irritacion, cuyo de~arrollb
constituye )a vacuna'; es originario ( como )ó
hemos manifestado quando se trató del orígen
de esta enfermedad) de las vexigas 'de los 'pe-
zolfes de las ' vacas 'afectadas del cowp.ox. En el
dia esta comunicacion se verifica por otro me-
dio i"i en los' diférentes parages en que se ha
naturalizado la· vacuna, y en donde sus hoga-'
res se mantienen sin interrupcion, lo mas co-
mun es el que de un hombre se transmita á
'btrd la afecciori 'que las vac; s comunicáron
prime'ró á )a especie humana .
. ) En el primer casc;> se desarrolla la vacuna
en' muy corto dem'p o. y se presenta freqiien-
teménte paxo una' 'fórtna purulenta, y -en mu-
chb-s' de los vacl.lriados no ha producido nin-
~UI1 éfecto.'né ' rdut't:is de haber inoculado la
junta médica de Reims una vaca con' el pus
vacunal extraído de un niño, le sobrevino el

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DE LA VACUNA, 169
cowpox, y con el humor que se extraxo de
sus pezones se inocllláron con felicidad á mu-
chas personas.
Los redactores de la ' Biblioteca británica
nos han manifestado por el extracto de su cor-
respondencia comunicada en los n(¡meros 1 2 o
y 121' de su excelente diario, que se habia
l1echo este mismo experimento con igual feo..
liz éXito.
( En el dia se toma el humor vacunal or-
dinariamente, segun se ha dicho, de los gra-
nos y vexiguillas que constituyen la vacuna:
se saca de este reservatorio desde el momento
en que se contienen en él algunas gotas, y se
, continúa sacánaolo mientras que el humor
se conserva diáfano. ' No puede determinarse
exactamente la época de~ desarrollo de la en-
fermedad, que es quando debe recogerse el
p.us vacunal capaz de reproducir la verdade-
ra vacuna en los sugetos que aun no han pa-
decido las viruelas. Mr. Wood-vitle ha emplea-
do con preferencia la materia que ·ha recogi-
do desde el sexto dia de la vacunacion.
El ciudadano Aube1't refiere que en los
llOspicios de inoculados, en que el nbtmero de -,
p'ersonas vacunadas es sÍempre muy considera-
ble, se -escogen los tumores mas elevados que

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170 })E LA INOCULACION
pueden dar una mayor cantidad de materia,
, siendo por consiguien'te los que estan mas ade-
lantados. Añade tambien que él ha vacunado
freqüentemente con el humor v~cunal extrai~
do á los doce ó trece dias, y que Mr. Was~
chel ha vacunado con igual felicidad con el
pus sacado á los catorce dias, y de un tumor
q lle no se habia retardado en su curso.
El ciudadano Odier piensa que el md.
mento mas favorable para recoger el humor
vacunal, es aquel en que está bien formada
- ]a areola 'que rodea la incision; "introdu-
"ciendo entonces, dice este excelente obser-
" vador, la punta de una lanceta en el gra,-
"no, sale seca, de modo que se creeria t,al
"vez que no contenia nada; pero á poco des-
"pues brota por la abertura una, gota de un
"líquido muy claro', con el que mojando la
"punta de la hnceta, se hace al momento la
" inserdon."
El estado y aspecto del humor de la va-
cuna instruyen mejor s09re sus propiedades
que tqdas las sellales relativas á la época en
que se debe hacer la inoculadon. Segun un
gran número de resultados, experimentos y ob-
servaciones , este humor ~ebe ser claro, trans-
parente J 'Viscoso, J derramarse de la 'Vexigui-

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DE LA VA~UNA. 17I
lla donde se contenia luego qúe se la abre .for-
mando tena gota reluciente. I

Un grano vacunal en su perfecta madu-


rez contiene siempre una cantidad de líqui-
do capaz de propagar la enfermeda~. Este hu-
mor goza exclusivamente de esta propiedad,
y el p~s que algunas veces se forma en el gra-
no no la tiene de ningun modo, como tampo-
co el humor purulento que contiene ordina-
riamente el grano irregular que constituye la
falsa vacuna; por lo que se debe por lo co-
mun mirar corno sospechoso todo humor que
~e recoge de los granos quando no es trans-
parente, y se pre~enta por el contrario con
una apariencia de serosidad mezclada con ma-
teria purulenta.
Estas observaciones sobre el humor va-
cunal son muy importantes en la práctica, y
el 'despreciarlas puede acarrear fatales conse-'
qüencias; porque la vacunacion no preservan-
do entonces de las viruelas ordinarias á las per-
sonas que la hayan padecido, se entregarian
estas á una seguridad peligrosa, y podrian ser
víctimas de un azote. de que, se creerian ya
.exentas mediante la vacunaciot;l. Este punto
de' pd~tica se explicará mejor quando tra&/
mo~- de 1.a falsa 'Vacuna.

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17 2 DE ' 'LA. INOCULACJON
Algunos sugetos, que á la ve~dad.no co-
nocen las leyes de nuestra organizacion, me
han manifestado el deseo de ser vacunados con
preferenda cen el humor extraido de los gra-
nos del cowpox" ó por los ,de un vacunado
muy jóven cuyos humores no se pueda tener
sospecha de estar alterados. No, sé ~i era fun-
dado este rezelo , 'ni si la salud respectiva el
temperamento particular, el estado de deBili-
dad ó de enfermedad, eh fin, aquello que los
médicos criticados por ,Moliere llaman 'Vicios J
mattrías pecantes, podrán influir sobre la na-
turaleza del humor vacun;l, y hacerla mudar
I
sus propiedades; pero lo que hay de cierto es
que los médicos que se han ocupado en la va-
cunadon no han tratado, que 'yo sepa, sobre
e-sta importante qüestion.
Mas si)le puede considerar la analogía co-
mo medio de aclarar el punto de doctrina de
que se trata, se debe conceder que son indife-
rentes estas circunstancias, en vista de que la
iñoculacion del vÍrus varioloso, tomado de su-
getos muy sanos que padecían viruelas discre-
tas, las ha causado algunas veces confluentes,
mientras que otras viruelas muy simples y be-
nignas han sido el resultado de la inoculacioIl
de un vÍrus de viruelas confluentes, ó de per-

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, DE LA VACUNA, 173
~nas sarnosas, Y que padecían enfermedades
\Tenéreas, y aun ha sido ,sacado de los cadáve-
re~ de sugetos que muriéron de calenturas
pútridas, '
, En la escuela de ~edicina de París se in-
oct¡.ló á un mono con el vírus variol'oso que se
~~tra;r~ del cadáver qe una muger que murió_
de, viruelas confluentes, que habia sido depo , '(
~itada en un convento de San Francisc.o, de
donde se la e;tra~o ,en un estado de momia fi-
prosa despu!!.s .de haber permane,cido un siglo
IlJ,etida en su sepll}.cro : sin empa rgo, este ex-
peri~ento n.oA ig: ni:ngun resu~tado; pero ha
proba~o que!~! y í.~us varjoloso I1Qhabia ?dqqi:
~jd.fl ¡llingu na pr,opiedad dcleterea, así por las
c~r,cunstancia> p~ la enfermeda.d, come> por su
larga Ínal}siltn .~qqre '5!1. c~dáveI: • . J '""
Si se hubfese inoculado con este vÍrus uno
Ó muchos indi.vj~o¿ ~e la 'espec'e humana, en
lo que no podia haber ningun inconveniente"
por.q~e en ~l hec,h o mismo de tenerlo por sós-
pechoso,t. y .capaz..~.e pr,odqcir. ac;ci~entes, se
hubieran podido escoger reos de muerte, co-
..
p,lo, se hizo en 'Ingl aterra con el .en'sayo de la
in.oc;:u)acion de las viruelas y con eLde la ope-
racion de . 1a\" ,talla; tendríamos .entonces
~ - co-
'mo ¡esultados de ..e: tos e~perhn:ntPs alguno~

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174 DE LA INOCULACJON
conocimie~tos positivos sobre la duracion de
la
actividad de un vírus que- se reproduce y con-
serva en sí el gérmen varioloso despues de mas
de quince siglos. . , '.
Siendo el humor vacuna! el resultado de
una irritacion local, de 'u na 'eiaboracion parti"
cular sobre un cierto puntó del órgano de -la
cútis, es evidente que su náturaleza debe eStar
aun mas independiente del estado de salud 6
d~ enfermedad de los sugetos que h¡I~ sido Va~
cunados, lo que comprueba~ por 'otra parte 10
fenómenos que nos han presentado las person:ts
en quienes á un tiempo mismo' se hab desarro ~
liado las viruelas' y la vacuna j' Sín qúe el hu.,.
mor conteÍliclo' en los' grano!f <¡üe : canicteüzan
cada una de estas dos enfermea~des, haya p~
decido alteracion ni mutacion al~una. . r
-f ..... r; I ,

. 'CAPITULO · ÍV.í~ .
. I!:~ J .'. ~ i

Obscr'Vaciones -sobre la nÚl1iera' de inocular.


y modo de. comunicar la 'Vd'cuna. ,[
...
Con motivo de describir el ·C.:
Peyrilh: : ~óS
ep~demias de viruelas que ha observado en el
departamento de la alta Garona, ha notado' e
que el contagio se limitó por el rio que la ro-

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DE LA VACUNA. 175
dea; pero que extendiéndose de Grenada á
T%sa por la ribera izqu'ierda del rio, se pro-
pagó por el puente de esta ciudad á la ribera
del otro lado.
• Este mismo observador ha delineado sobre
un papel el camino que siguió el contagio; y.
él ciudadano F ourcroy, dal1do cuenta del tra·
bajo de su compañero en la se?ion pública de
la escuela de M~dicina de I)aris en el año de
'1 800, cree terier ' una prueba mas á favor de
l~ opinion de los' h1é'dicos que piensan que la~
viruelas no se comunican sino por el contacto.
Sin embarg~ ~~ no creo que pueda admitir-
se esta conclusion; ¡porque la influe11cia de UI1
rio, para obligar á mudar de direccion la coro
riente atmosférica 'qugada de miasmas vario-
lOfos, igualmehte q~e los límites' muy cortos
de 'la esfera de áctiv-idad de un foco ' de conta-
gio, me parecen 'explicar mejor :el. ,fenómeno
'observado por el 'ciudadano ,PeyYilhe, y de un
modo mas proba~lé y 'conforme ~ los cono~i~
mientos adquirido'S sobre cómo se ' comunicas
las enfermedades contag-iosas.
Pel"O sea como fuere, es evidente que qua-
}-esquiera que sean los caminos por donde nós
'vié'nen á atacar las viruelas, su comunicacion
'es pronta y activa. El ayre que respiramos deñ·

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176 DE LA ' lN0CULACION
tro de la atmósfera de un varioloso :' el con-;
tacto de sus granos supurados ó secos: los pa-
110s, los muebles de toda especie impregnados
del vírus: una carta'que hayan tocado las per~
sonas afectadas de viruelas-: un perro que ha-
yan acariciadQ: los asistentes que los rodean:
un ni.ño que ha sido inoculado, y que el in-
oculador ha tenido la impru'~encia de vol er-
le á su familia antes de tiempo: todos estos
objetos for~l,an otros tantos focos, y son los
mensageros comunes de la tr~nsmision de las
viruelas.
El Dr. ,Dessartes inoc}lló á do~ hijos de
un paisano mio :, -y se los restituyó á su cas.!!
antes de tiempo, en que estos dos niños po-
dian .dexar de formar unos fo'cos de contagio:
y sucedió, ~l'q;ue otro niño que no habia sido
inoculado I S~ contagiase de viruelas, jugan/do
con sus hermanos, y que se ,muriese. Es preci-
so confe ~ar , y el mismo señor inoculador con~
vendrá igualmente en que la vacuna en esta
drcunst~J!ciª hubiera tenido una gran ventaj~
sobre la inoculacion.
El humor vacunal se comunica de un mo·
do menos acti,vo, Yr por muchos menos ca~i­
nos./ Su transmision no se hace sino por medio
de superficies desnudas deJ , ~pidermis, y ha

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, DE LA VACUNA. 177
sido en vano el ensayarse en querer comunicar-
lo, ya haciendo inspirar ~na columna de ayre
que venia del foco vacunal, ya colocando en
una misma cama niños vacunados cen otros
que no lo habian sido. Las fricciones con el hu-
mor vacunal muy fresco sobre -una 'parte en
que no estaba escoriado el epidermis, en nin-
'g un punto, tampoco han producido efecto.
, Luego la vacuna rió puede comunicarse
sino quando el epidermis' está recien levantado,
para poder recibir la pequeña porcion de vÍ-
rus, cuya accion debe ocasionar la irritacion,
específica que constituye la enfermedad.
Esta comunicacion se vérifica indistinta-
mente por qualquiera parte del éuerpó 'éle las
personas que-manejan las vacas; pero se deter-
mina precisamente á; 'UIl puhto por medio' de
la inoculacion artificial de esta enfermedad.'
Esta inoculacion se hace mediante una inéisi~n';
una picadura-, y tambien por la aplicadon de
• . • ,. f
un vexlgatorlo. . . .
La causa por que generalmente:.-1sé! dehe
pr,eferir, segun el ciudadano Au bert, la iÍl~er'"
cíon por el método de una simple picadura, es
porque en este caso el grano que se desarrolla
es mucho mas regular, y sus caracteres mas fá:
cil'e nie,distivg=tür. El ciudadano.Gdier ha 'oli..·
M

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17 8 DE LA INOCULACION '
servado· que la insercÍon producía Jreqüente-
mente el, mismo efecto, aunque es verdad que
el gr~n0 no se formaba en toda su longitud, si-
no en un solo extremo de ella.
En los casos de que ya hemos tratado, po-
dria convenir tal vez, no obstante las ventajas
de' las pi'caduras é incisiones, usar de los vexi-
gatorios. "Pero én este caso el modo de inxe'rir
el voÍruS' QO seria el mismo que se practica edla
inoculadon de las viruelas, segun este mismo
método, que fue al 'que Tronchi~ creyó debia
dársele la preferencia, sino que seria necesario
practicarlo de la manera siguiente.
, Al principio se aplicará un vexigatorio
muy pequeño en el brazo, y quando la accion
de las cantáridas haya irritado y enroxecido la
cútis~ y aun levantado ' el epidermis, entonces
l;>ien sea con una lanceta ó aguja impregnada
del humor vacuna}, se harán dos ó tres lige-
ras picaduras sobre la superficie ,inflamada del
brazo, lo que sin duda producirá su efecto
aU9 'en Jos casos en que ·no lo hayan produci-
do los otros medios ordinarios empleados.
" Com<? ademas de no poder causar ningu-
na molestia este experimento, tienen los adul-
t2~, que fuéron inútilmente vacunados, pode-
rosos motivos para intentar una segunda vacu-

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DE LA VACUNA. i79
nacíon mas feliz que la primera, creo deber
proponer estas ' nociones teórkas á los profeso-
res, persuadido de que no tardarán en ' verlas
confirmadas por los hechos y observaciones.
En quanto á la manera de inocular en ge·
neral es imposible describirla con mas exacti-
tud que Mr. Odier lo ha hecho en la excelen-
te memoria de que ya hemos tratado, y cuya1

Pllblicacion ha influido tanto sobre la propa-


gacion le la vacuna, por lo que insertarémos
el siguiente extracto.

Mancr a' de1 inocular.

Quando hemos inoculado con hilas, hemos


hecho en medio de cada brazo una inci,sion de
una línea, ó de una y media ,d e largo, tan sn-
perficial que no ha salido una gota de sangre, ~
y con los dedos pulgar y el de en medio he-
mos dilatado los labios de la cisura, introdu-
ciendo en ella un pedacito de hila empapada
en e1 humor vacunal, de una línea de largo.
El vírus vacunal se seca sobre las hilas como
un baniiz, y se vuelve muy quebradizo. Por
esta causa se debe tener cuidado en que no slt
desquebraje, y para impedirlo es necesario
cortar la hila con un cortapiumas, ú. otro ¡ns-
M2

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180 l>E LA INOCULACION
trumento muy cortante', mas bien que con ti-
xeras. Quando el 'Virus está colocado de'ntro
de la cisura, se cubre con una compresa pe-
quéña de lienzo, la qual se sujeta con una ,sim-
ple venda, que no se quita hasta des pues de
dos ó tres dias. Nos abstenemos de a'plicar nin~
gun emplasto sobre la incision, porque nos pa-
reée h~berl observado que el contacto de subs-
tancias oleosas impiden la accion del 'Vírusf
i: Tambien hemos inoculado con el vírus
que se ha secado dentro de un vasito de vidrio,
desliéndolo bien co~ una lanceta mojada en
agua fria, porque el Dr. Jenner nos ha ad-
vertido que el menor calor de,struye su activi-
dad: con . esta lanceta bien mojada en el vÍ-
rus diluido se hace, como queda dicho, una
iIl'Cision, s~bre la' qual se enxuga bien la l.mce-
ta por ambos lados repetidas veces, dilatando
con cuidado los labiós de la cisura, y de este
modo,no se necesita de 'ningun aparato.
, . Pero por mas precauciones que se tomen,
sucede que la inoculacion'que se ha hecho con
el vÍrus vacunal seco , queda sin efecto con
mucha mas freqüencia que las inoculaciones
que se hacen de esta misma manera con el vÍ- \
rus varioloso: por este motivo hemos prefrri-
do qu¡mto ha sido 1(osible el inocular brazo á

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DE LA VACUNA. ' 18 I
brázo con un vírus fr~sco. De este modó ha
, salido casi siempre bien la inoéulacibn.; sin em:
bJrgo , se ha visto faltar aiguna vez su efeCto"
sin que sea fácil saber en qué. haya consistid0\'
Segun esta descripcion ~s e:videntel <]ue
Mr. Odier se ha valido constantemént:e oel,
método de la ·incision. Mr·. Woodville prefie-
re este modo de vacunar al ;de las picaduras;
por-que el vírus penetra mejor; mayormente .si
se tiene el cuidado de introducir perpendicu-
larmente la lanceta con que se hace la inei-.
sion, y si en vez de hacerla d,e un gol pe , se
hace poco á poco, repitiendo -el hacer simples
araños con la 'punta de la lan~ta , hasta que
parezca <]ue va á salir un poc'l'f de sangre.
. Estos modos de inocular, y uno de los des-
critos por Mr. Odier, los podremos conside-
rar como simples picaduras, dexando el nom-
bre de incision á la operaeion , por la qual des-
pues de habe~ abierto el paso al humor vacu-
nal, se introduce en la abertura una hila im-
pregnada en él.
Estas diferentes maneras de inocular son
igualmente buenas, porque son sencillas, fá- '
ciles, sin gran aFarato, y. no pueden asustar ál
los niños J ni. hacer temblar á las madres. Lo
que el C. Col/adon dixo á una que quiso per-
\

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DE LA INOCULACION
suadit, es basta11te pr:opio para convencerlas
á todas j por lo' qual . referirémos é! modo de
c:;xplicarse de este amable y pers~asivo após-
tol de la vacuna. ,
Vuestros hijos, señora, son muy jóv.enes
y sin' reflexlon, y no será extraño que les su-
ceda al uno ó al otro álgun pequeño acciaen-
te, bien sea un chichon en la frente, un rr{al.
en un d,edo , ó una cortadura. Con agua fres-
ca , una cataplasma, y un poco ' de tafetan ,pe
Inglaterra curareis á vuestro hijo lacabez~ ó
la mano, sin qu~ p~r esto llameis enfermedad
á este ,pequeño accidente. Si en este momento'
C011 una aguja ¡p cuyá punta hubiera yo pues-
to un poco de ~umor vacunal, hiciese en el
brazo de vuestra bija una picadura casi imper-
c-eptible ; si esta picadura produxese al quar-
to dia y sin dolor un granito j, si este se des-
arrollase y formase en su centro una cavidad;
si, hácia el dia décimo estuviese maduro; lleno
de un humor claro, y rodeado de una hermo-
sa areola; si despues se secase y tomase un co-
lor obscuro, y sí durante todo este tiempo
vuestra hija hubiese jugado, corrido, comido,
bebido y dormido corno acostumbra, ¿ direís
que ha estado enferma? y sin embargo J eiI~
habrá pasado la- vacuna.

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,
• DE LA VACUNA. 18 3
Lá ino'culacion de la vacuna puede prac-
ticarse en todas las partes del cuerpo, aunque
sin embargo.¡sea útil y -convéniente escoger las
partes que habitualmente se llevan cubiertas
con los vestidos; porque la accion del ay re tie-
ne una influencia directa sobre las llagas, y es
pOli otra parte la única ' circunstancia que pa-
rece puede explicar el por qué los síntomas
de la vacuna espontánea. que adquieren los
que manejan las vacas del condado dé Gloccs-
ter, son mas graves que los de la vacuna inocu-
lada por el art~. . , . •
Si:'Se atiende al resultado general de los
, he~hos, dice,el C. Aubert, hallarémos que la
enr.rmedaCl es mucho mas grave entre las gen-
tes que la hán adquirido entre el manejo de
las v.a~s .t que :· no quando ha sido i1)oculada
por el arte. Parece que en esto se asemeja la
vacuna,á las viruelas 'ordinarias; pues estas son
mas benignas por el solo hecho de ser inocu-
ladas. ¿Pero acaso suce'd~ lo mismo .en estas
que en aquella? Esto" seria muy interesante ob-
servarlo, pues este descubrimiento nos daria
tal vez la solucion de un problema que aun
subsiste á pesar de las numerosas teorías que
han formado para poderlo resolver. Porque si
la inoculacion de las viruelas ordinarias quita

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1 84 DE LA , INOCtJLACJON
á esta ehfermedad la mayor parte ó c.asi el to-
do de su gravedad, podemos suponer que es..¡
to consiste en la elaboradon que el vÍrus pa-
dece en el sitio inoc,ulad.o, antes que- pueda
haber sido absorvido, ' y de atacar ~ ! sjstema
generaL • . ' ,¡ r"
Consider~ndo esto baxo este ' 'Punto .d e
vista, y desenvol viendd, como ya se·h Jl' !fte\!1 W
esta idea, se puede explicar la benignidad (;le.
las viruelas quando son inoc~ladas, porque se,
añade en contraposicion que quando el e.nfer-.
mo las adqlMere acddentalmellte, es ,un fIliase'
ma sutil que atacá directamente el sistema ge-
neral, y no sufre ,ninguna especie. de elabora-o
cion antes de atacar los órganos de la vida. Si
~Íla experiencia mas dilatada demostrase que
l~s viruelas de las vacas .estan constantemente
acompañadas de síntoml!s mas benignos quan-
do son inoculadas que no quando se adquieren
por acaso, no se podda explicar que ésta mu-
tacion se , producia de la misma maner·a que la
de la inoculacion de las' viruelas ordinarias;
porque las personas que adquieren .accidental-.
mente la enfermedad de .}as mismas vacas, la
adquieren del mismo modo que aquellos que
han sido inoculados, y el vírús vacuna} obró
en aquellos, porque llegó á tocar alguna par-

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' DE LA' VA-CUN:A. , 185
t-e de sus manos escoriada ó abierta: esto mis-
mo es 10 que se verifica en su inoculacion arti- -
ficia!: Luego interesa averiguar bienl ,este he-
cho , y ver si las personas a~cadas de esta en-
fermedad' por 'haber manejado las vacas enfer-
mas" padecen siémpre y sin excepcion la ca-
lentur.a', los dolores ¿'e cabeza, ;105 tumores y
pÍlst,ulas que el Dr: Jenner nos ha descrito"
mientras que é~tos , síntomas nO ,se notan ordi-
nariamente entre los que han sidp -inoculados
con el- pus de la ,vacuna .
.. . Estas ideas del C. :Aubert no me pareten
conformes á los principios de\ una san4 fisiolo-
gía. La elaboracion del vÍrus variolóso, en la
llaga que resulta de hi incision, es enteramen-
te ,hipofétic4, y p.arece IlIucho mas convenien-
te el atribuir la Eliferencia entre las viruelas
inocu}~das y las natur~les á dos circunstancias,
á saben 1 ~ , á la gran superficie del cuerpo
por- donde se introducen
, los miasmas -variolo-
sos en su invasidll, y á la inmediata afeccion
de los nervios del pulmon: 2 ~ á la disposi-
cion, por lo comun poco favorable, en que se
encuentran las personas que son infectadas de
esta manera.
,. ; .Ef exponerse ó no á la accian del ayre me
parece que explica igmllmente la diferencia

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186 DE LA INOCl1LACION
que hay entre la vacuna adquirida fortuita-
mente, y la inoculada por el arte; pero con
el tiempÓ confirmará ó destruirá esta opinion
la: experiencia.
El número de picaduras' ó de incisiones
necesarias en la inoculacioll de la vacuna DO-
puede determinarse con' exactitud: lo mas .co-
mun son quatro; pero se hacen hasta diez, 1b-
ce y aun mas. Algunos vacunadores se propo"
nen ir aumentando gradualmente su número
y
has~a llegar á ciento 'aun' á doscientas' , con
el fin de ver si multiplicando los puntos de ir-
ritacion , salen mas granos en ot~as partes que
en los sitios de las incisiones. Este ' experimeD~
to, entra en el número de otros muchos ' ensa-
, yos que quedan aun por hacer para i1usi:rar~
nos sobre ,diferentes puntos fisiológicos relati-'
vos á la vacun'a.De qualquier modo. qtte .sea
el remltado, el número de quatro picaduras
es suficiente; y corno -las cicatrices que dexan
son unas pequeñas defor~idades, no podernos
aconsejar, sobre todo en la vacunacion de las
mugeres '. el multiplicados estigmas vaC)lDales
ef términos que puedan c~usar la menor ofen-
sa á su belleza y á sus gracias, cuya conser-,
vacion es ' una :de las principales ventajas del
nuevo, preservativo;

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DE LA V ACUNA. • 187
Deben pues ser suficientes quatro' picadu-
ras para la práctica ordinaria de la vacunadon;
y si este número de pequeñas cicatrices pare- -
dese ser un u1t~aje" par<l los hermosos braz9s
que la moda del dia obliga á llevar desnudos, -
nos podemos contentar con solas dos incisiones,
y en otra parte, para dexar ilesos ]os brazos,
que el vacunador debe respetar hasta ot~a épo-
ca, en que las mugeres conduciéndose por
principios de una ' coquetería má~ ilustrada
atiendan menos á la visualidad que á la imagi-
nadon, y cubran con, ropas tosca~ ¡ms delica-
dos y sensibles órganos, expuestos en el dia y,
casi indefensos á nuestra vista ¡ y á la accion
.de una atmósfera húmeda y helada.
He ere ido necesario hacer presentes estas
oonsideraciones para dirigir é ilustrar la ,prác-
tica de la vacunadon, y las ternlinaré con al- o
gunas refleXIones sobre el instrumento que de-
be emplearse para que este útil método se
propague con mas rapidez. Este instrumento
debe , de ser una simple ' agn ja, semejante á
aquella de que se sirven para inocular en la
Georgia y Circasia, y en otros muchos paises
adonde esta práctic;: a se ha hecho popul ar,
Convencido de las ventajas de la vacuna-
cion, y de lo mucho que conv.end,ria qL""e esta

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188
, DE · LA INOCULACmN
operadon no quedase vinculada en los faéulta- .
t'ivos, y que no se -viesen vacunadores de pro-
fesion suceder ~· los antiguos inoculadores, el
C. Chaussier fue el primero que proppso em~
plear esta aguja para vacunar ,' persuadido de
que de este modo las madres, nodrizas y to-
dos los individuos de una familia s~ decidirán
con mas facilidad á practicar ellaS\ mismas es~a
saludableoperacion con un instrumento que
és'tan acostumbradas· á ver y á usar con fre-
qüencia. Esta consideracion pequeña, peque- ·
ñísima en la -apariencia, puede ocasionar gran-
des ventajas. I ,

U na lanceta, no obstante su finura y for-


ma elegante, es siempre un instrumento de ci-
r-ugía, y su vista puede asustar y alarmar. á las
madres y á los hijos, y producir en lo general.
un efecto pérjudicial en unas.imaginaciones fá-
ciles de asombrarse. Con. simplificar la opera-
cion sirviéndose de agujas, se evita este incon-
veaiente. Haciendo ver y manejar los instru-
mentos sin espanto, se familiarizan las gentes
con ellos, y por este mismo hecho se extiende
y propa ga, de modo que todas las madres se de-
cidirán á practicar por sí mismas una operacion
simple, fácil, que no es dolorosa, y cuyos efec-
tos aseguran la vida y la hermosura de sus hijos.

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DE LA VACUNA. 18 9
Estos son los motivos que nos deben em-
peñar, si queremos extend'er la vacunacion , y
propagarla rápidamente, á preferir en ~u prác-
tica las agujas .á. la rlanceta: ellos me parecen
poderosos y decisivos, y así lo han pareci-
do' tambien á los miembros de la sociedad de
medicina que componen la junta particular,
fundada en el Low¡¡re, para confirmar y propa-
gar el método del nuevo preservativo de las
viruelas. •
Las agujas que se usan en las vacunaciones,
hechas por los miembros de esta junta, se pa-
recen mucho á las que se elúplean en una ope-
racion de Ciru gía, que se conoce con el nombre
de pico de liebre . .
En el. campo y en un taso de necesidad se
pueden emplear las agujas ordinarias, con so-
lo hacer ascuas las puntas y aplastarlas con un
martillo, tenij!ndo la precaucion de hacerlas
cortantes por sus bordes con solo afilarlas con
una piedra de afeytar.
, La operacion que se hace con estas agujas,
ó con las que construyen los cuchilJerqs, se
diferenCian poco de la que se practica con la
lanceta. Se carg~ desde luego la punta del ins-
. trumento con una gota,del humor vacuna1, que
se introduce dentro del epidermis; y con una

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190 DE LA INOCULACION
ligera presion y algunos pequeños movimien-
tos se concluye la insercion ó inoculacion.
,
CAPITULO V.

Modo de transportar J conser'Var el humor


'Vacuna/.
' ,
,E ,1 vfrus,vacunal, sobre ,cuya naturaleza no
I

es probable que la analisis química pueda ja-


mas ilustrarnos, es susceptible de una pronta
alteracion, y una hila impregnada de esta subs-
tancia apenas puede servir al cabo de algunos
dias para una inoculacion, á p~sar de los cuida.
dos que se empleen para mantenerla debaxo
del epidermis, ó en una llaguita preparada pa-
\ .
, , ra recibirla.
Así es que si el humor vacunal no llega'
': '-á degenerar, 'nos debemos prometer el q~e
ven~a una época en que la vacuna extinga en-
teral\lente el veneno varioloso. Esta es la ra-
zon po.r que en el dia se tiene tanto cuidado
en mantener sus focos, y conservarlos quanto
sea pO,sible por medio ,de una sucesion bien
dirigi4a de vacunados, para poder continuar
la vac'unacion con pus bien acondicionado, y
someter á ,ella á todos los niños re cien nacidos,

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DE LA VACUNA. 19 1
á fin de que continúen la carrera de la vida
con mucho menos peligro. . ,
Se debe' pues conseryar con suma atencioll
el humor vacunal; pero quando á pesar de
todos los cuiaados se lleguen á agotar sus ma-
"1 es, o que 1a vacuna no se
nantla
I J • natura l'Izase
aun en alguna parte, seria necesario recurrir
á diferentes medios para obtenerla, y para for-
Dlar Ó establec!!r de nuevo los reserva torios,
de donde se pudiese continuar sacándola.
Un médico jóven, que se ha, distinguido
entre sus compañeros' que han escrito sobre
la vacuna, es decir, el C. Husson, ha tratado
con una grande exactitud, y segun los resul-
tados constantes de los experimentos, este pun,
to de práctica, sobre el qual es tan importan-
te no engañarse, por lo que creo deber inser-
tar aquí lo 'que él publicó sobre este punto en
el diario de Paris de 1'4 oe enero de 18 o o, y
concluir con este excelente artículo el que
he dedicado al exámen de los diferentes obje-
tos relativos á las principales circunstaaci3s de
la vacunacion.

," A los redactores del diario de PariS.

En la época en que la inoculado n de la

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1 9~ DE LA INOCULACJON
vacuna dexa de ser una cosa dudosa, y én que
'se la proclama como una de las verdades mas
auténticas de la medicina, he creido que álgu-
nas reflexÍones sobre el mejor modo de trans-'
portar de un país á otro eÍ humor vacunal, po:
drian interesar á los médicos que se Ocupan en
este útil descubrimiento, y á las personas que
de 'é l quieren aprovecharse. 1
t El humor vacunal presenta unos cara te-
res absolutamente diferentes de los de las vi:'
ruélas ordinarias en las alteraciones que pade-
ce, ó que hace padecer á las substancias .sopre
que se aplica para transportarle, segun me lo
han qado á conocer los muchos experimentos
que he practicado en la casa de inoculacion, de
Reims J de que me hice cargo por la comision
ton que la junta médica me honró en el mes
de setiembre de 18 o o . . ,
. La inoculacion de la vacuna se hace cón
el humor vacunal fresco, y con el seco, En el
primer caso, luego que se ha picado el grano
vacunal, quando la ar~ola roxa que le rodea
está suficientemente extendida, se ve salir uni
gotita de humor que se recoge en la punta de
una lanceta; .para emplearlo en el momento
. mismo en la vacunacion de un individuo que
debe estarpreseute .. Ei~a operac.ion se Uama

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DE LA VACUNA. • 19 3
va~unar de brazo á brazo, y no puede efec-
tuarse sino en los sitI os en que la vacuna esté
naturaliz,ada , Ó que se. haya conduc}db: á un
vacunaao. ,E ste n,edio es el que ha e~l1ple~do
con tan buen suceso el ciudadano' C olón en
San Quintin. ,(

En el segundo caso no puede conservarse


el humor vacunal, 'sino ' ~e;> empapado en hilas:
2e;> en lancetas: ' 3e;> en vidJ ios ; y este ha sido
el medio con que se envía á largas distancias.
le;> El humor v~cuna l se seca en las hilas
en términos que se desql.lebraja quahdo se las
llega' á tocar, y expone al médico á que co-
munique una falsa vacllllá , ó á ' que ; n~ , pro­
dllzca ef~cto alguno, dexando en ambos casos
al vacunado en el pelig'¡'o' mismo de 'podel: pa-
decer las viruelas. ¡ , • '

. 2~'; El pus vacuna'} resécádo s~bre' la pun-


ta d 'e una lanceta se halla en dos estadqs hmy
distintos: 1 e;> p<;J r lo cómun ~uele oxidar la lan-
ceta, padeciendo por consiguíente uná qeséom.
posicion qi1e le 'h ace m'lldár de na'i ú r'ü eza; y
produce la falsa vacú na , del mismo. !podo que
10 hace la hil á empapada en el humor vacu-
nal seco. ó dexa.de causar efe cto alguno: 2 e;> ' si
la lanceta 110 se oxida , adq u iere el humor bna
consis'tench vítrea transparente y cortante 'por

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194 DE LA INOCULACION
sus bordes; y quando se le ha introducido
dentro de la cútis, obra como un cuerpo ex-
traño, causa una irritacíon muy 'f ronta, y oca-
siona la falsa vacuna, sillque en ninguno de
ambos casos se deba esperar que produica el
efecto preservativo contra las viruelas.
3? Si el humor vacunal se coloca entre
vidrios., puede conservar mucho tiempo sus
propiedades, sin pad'ecer alteracion alguha,
con tal que, se observen las precauciones si-
guientes: luego que la vexiguilla circular del
grano se ha picado en toda su extension, se re-
coge en un vidrio chato y liso' el fluido que se
derrama, y al instante que contiene ya una
cantidad proporcionada, se aplica otro vidrio
de igual magnitud; y quando ambos estan
igualmente cargados de pús, Str juntan los dos
vidrios llor las superficies humedecidas, cer-
rando exactamente sus bordes con un poco de
lacre. Luego que estos vidrios han llegado al
lugar destinado, se les despega fácilmente con
arrimarles un carbon encendido j y en querien-
do vacunar ', se echa ,en U110 de los dos vidrios
una gota de agua destilada, removiéndola bien
con la punta de la lanceta, hasta que haya ad-
quirido el correspondiente grado de liquida-
,ion, e~ dedr , una consistencia oleosa; y con

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DE :LA VACUNA. i 9 5'
este pus se puede vacunar con tanta seguridad'
como si se hiciese de brazo á brazo. Si no obs-
tante esto resultare una f~lsa vacuna, debe
atribuirse á alguna 'porcion de humor vacunaf
que no se haya diluido bien, ó á que la lan- '
ceta enmoheciéndose tal vez sobre el ' vidrio~
habrá producido una irritacion.
, He observado que tarda mas en desarro-
llarse la vacuna inoculada con el pus vacunal
resecado en el vidrio, que no quando 'lá v'a:':
cunacÍon se ha hecho brazo á brazo. Este efec- '
to dimana de la mayor energía que tiene el )
humor vac)lnal puro y líquido recien sacado
del grano, que no quando ha sido mezclado '
con agua., y guardado algun tiempo. :
Resu!ta pU,es d y estas obse~vacÍones, ' qJ.le
el mejor modo de transmitir el pus vacunal, es
el que el médiCo que va á vacunar lleve con-
sigo un sugeto vacunado, del que pueda sa-
car el humor, para inocular brazo á brazo. Es-
te medio es dificil, porque por mas confianza
que 'se tenga en el médico, será muy raro el
vacunado que quiera salir de su pais para ir
lejos á hacer este servicio; por consiguiente á
falta de este recurso doy la preferencia á los
~idrios u~idos como ' he dicho, y hermética-
mente cerradqs. Las hilas y lancetas son por
N:1

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'196 DE LA INOCULACION
lo comun medios muy inciertos, porque alte-
ran el vÍrus que ' se deposita en ellos, y le co-
munican propiedades -que le desnaturalizan.
~e remitido al C. Thouret varios vidrios car-
gados de pus vacunal para que 10 remitiese á
Nantes, Bordeaux, Dunquerq.u e, Ne'Vers, G é·
no'Va .y Sthockolmq, y me prometo que en todas
estas partes -habrán salido bien los vacunad~ .
. Dignaos pues, .ciudadanos, de insertar en
,,_uest{o diario esta~ reflexIones, supuesto que
la~ ciencias hallan en vosotros una fácil acogi-
djl , ,y. teneis grandes cOllosimientos de los des-
<\ubrimientos útiles y benéficos, ,por ]0 qual
e~pero dareis á mi carta la publicidad que
requiere la importancia del objeto que trato
en ella.
~ .: 'Recibid mi mas sincera voluntad &c. &c.
-\

• lit ••
J . ~ ~.

'-

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DE LA yACl:1NA. 197
.'
, LIBRO , IV
:
. . "
CIRCUNSTANCIAS ' ULTERIORES A La
VACUNACION.
( ! J,
/
e A P lT U <L.:()¡ r.
l.

Descripcion de la vacuna.
~ f; ~ .. .., t It,
.1(, .L .. .o.
;;;?d
Madres demasiado s~nS:iBles, y c~yaclciega ~ ......
ternura -desea q:jbertar ás'u's -adorados' hrijos de Ctl
- una muy ligera herida que asegura su vida) qú~ \~"' Y~.)
~'t

.
es 1a vuéstra' mIsma, la •·fiJalltfopla
r·· , y 1a "a11115- ... ........

tad han ¡tridnfado' por -fin rde vhestros 'temores;


, y no obstahte ,tpermaneeis aU1~ entre la duda
y la espeia,dz~ , Iy ve is ,éada instante á ,infor.
máros de los : progresos tIe la 'benéfica' opera.-~
cio~, y á 'observar los resultados de una ' en-
fermedad, cuyos favorables'eféGtos deben apar-
tar de vuestro corazon 'maternal tantos temo-
res y angustias? .
EstoS' primeros progresos de la vacuna;
que en vano quereis obsel'val", se hacen 'ocul-
tamenl'e' de un' modo ní'istel'ioso é imcompre-
hensible, por-un movimiento intestino, qu~
vuestro ·cukhdo ,no puede pe{cibir, por 'una

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~ 98 DF. , LA INOCULACI.ON
afeccion locar, por una nueva accion de la par-
te en donde el püs vacunal se depositó, para
que se elaborase ó padeciese un~ muracion, so-
bre c.uya: naturaleza en vano consultarémos á .
los químicos. I

Es pues este pet;fodo del desarrollo de 'la


vacuna muy secreto ' é insensible; y mientras
su durado n , que suele ser ordina;iamente de
tres á quatro di,as, no ..se manifiesta- ningun sín-
toma exterior, ni se presenta la menor alter~­
cion.ni mutadon en, la ' pequeña cicatriz que
resulta .de la cisura que se hizo para la vacu-
nacion.'
..Hácia el fin del tercer dia, ó en todo el
quarto , se empieza á manifestar el primer sfn-
I toma .s ensible, y desde entonces se distingue
al tactó una ligera dur~a en el texido de la
cútis, formada por el borde de la pequeña ci-
catri~. Continúa la enfermedad mos~rándonos
, sucesivamenfe, y por el órden que signe, los.
diferentes aspe<;tos que con tanta exactitud nos
ha presentado el C. Husson, segun sus obser-
vaciones, y las de los médicos Ingleses que le
han abierto el paso. .
A los tres ó quatro dias se observa con so-
Ja 'la vista en el parage de la picadura un co-
lor roxo claro, y alguna elevadoD. Al quinto

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DE LA VACUNA. 199
dia parece que la cicatriz se ha hundido sobre
la piel; la elevacion qué se notaba: el dia an-
terior, tomaI
una apariencia

circular:
,
un color
mas roxo cubre la pequeña cicatriz; y el va-
cunado empieza á sentir en ella algun come-
zon. Al sexto dia se aclara el color roxo, se
extiende y aumenta el rodete ó elevacion cir-
cular, 10 que hace ' parecer mas deprimida la
,cicatriz; y un anillo de media línea de ancho
circunsCribe al grano, Al séptimo dia se halla
aumentado; la elevacion circular se aplana, y
toma un aspecto plateado: el colorido roxo
élaro que ténia, se obscurece en su centro ,hun-
dido,y continúa ocupando un espado muy
pequeño de su borde e'tterior. Al octavo dia
s'e ha dilatado la elevacion circular por la ma-
yor cantidad de materia que se ha reunido; y /'
elevándose sus bordes ; se -presentan hinchados,
éxtendidos .. y de un color blanco y pardusco.
La depresion central se 'pone 'mas obscura, y
algunas veces qu,eda del mismo color que la
elevacion circular. La fax a roxa muy estrecha,
que hasta entonces habia ' rodeado al grano,
'empieza á ha~erse mas rosada, y parece se ex-
tiende á manera de irradiacion en, el texido
celular inmediato. Al noveno dia todo este
aparato toma mayor grado de intension: la

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2 OO DE LA niOCJJLACION
elevadtln circular á ~auera de vexiga se ha .
'y
dilatado elevado m;¡s, p.or la mayor c~,utidad
de materia q?~ conriene. el círculo rox9' cu-
yas iF~a~i~ciones eran J,eI!l.ejantes á las escobi.
llas, y tó,ma un c<;>lpr: d,~ ~ ~osa mas unifprme, y
. merece entonces eLnombre !
f
de areola. (Al dé-
~ .. • •

cima di ~ .I?o .se perc.ib~ ~'pa mutacion ~astante


sensiblr .en el grano ,. sino solamen,t~ 'q,ue la,
elevq.cipn vesicular se ha aumentado Y: exted.
dido ,ugs la areola, l~ ,qu r .algunas veces es de
u.na, ,á -(~~s pulgadas ~e ' 'a¡ichO', y aun -lfls he
visto roaear todo el brazo. La cúti.s q4e ~ cu­
bre la a,t;eola se pq~7 mas gruesa, y ,Barece
que ,tqd<l¡ la parte pade~~ una erisipela fleg-
nloN~s~ . .~ . ':
, E}.i~l1ferm(Ys;~nte· ~lguna vez dol9're.s en
las gláp.~~ las del soba~9 ' .rara v~z - tiene . náu-
seas, y ¡;s mucho ~a.s raro.. el que tenga vómi·
tos. Se observa que ~ienen órdinariam!'!!1~e un
lig ~rp ..r:lwvi.in ienta f¡¡bril., que se cpnQce por
los e ~p:rezos, bostezos, rubicundez y palidez .
alrefl!ativas de su rostro, y por la J5e!e!a~ion .
del puJso. Jamas es t~p ~uerte est¡¡ calentura J
<Jue obligue á que g¡.:tarde cama el el)fermq,
ni á. que alter! su ~ét;dp· .~egular"d<: vjd~. Al ;
ol)ceno , día la areola, e¡'_tumor vaSl? na! ', la
elevaci~n .vesicular, .la. qepresion ce~tra! estan
, "

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I
DE: LA (V')\CVNA.' 2 O1
en el ' estado mislllo que el di¡[anterior, ó ape-
J)as se ,percibe diférencia. 'En este tiemp~ se
acaba <el período I d~ ,la inflamacio,n. En toda
esta época el hl;lnlqr.. :'acunal est( enperrado en '
las, cilujas dél t~xido ' celular" dilatadas por
causa de, la inflamacion " del modo ,mistno que
~l h.\,lmQr ~vítreQ' p.~.l .glQbQ del, :Qj@ r19 -:está en
, l;t, IpelÍlb(an~ .ce~uJar; qué lo encierra:" '.'
. 'Si se pica .el ,grano." se ve salir una gotit~
muy~ cl¡i~a, que, JlHI'I,st~{lte es fllerilplaz,'l,da pOI:
otra; jamas se vacifl, enteramente; y , esta ob-
setv;¡.cÍQ)1 ;muy impo~ta¡He bast~a .~r,a as~gurar,:
~e ..de.qu,e el }mmg" ,vacunal es~ª el;lóazon pa-
m ,emplearlo eh ,;vacunar. 4J dia doce .se em-f
pie,za,á secar el, ~ranO.\por
, su 'Ceptr0', y toma.
'un,a apaÍ'iencia' ~~i ~oS:tq~f; :.ellk6r ~pHteflido ~l))
la- ~leY6lcion vesjclJJar.; quej .hásJa,; e!,1~olJc,es ha-
bia sid!,> ,claro, yl lt} ,d<!b~ un C019f plateado, se:
enturbia y pone opacb., La areola se borra, y.
el, tl,lmor vacunal parece contraer.se h ácia el.
centrp, Al dia t'reC~ <iMtinúa lo:\- d,eseeacion des-
de 'el medio á lq §h',<Ül¡Flfexencia..;:h -eJevacion·
,!é~ ip~laTAe pone, '!!1Jadlla " y se áTrpga á ,me- .
didac que se' va hac:iendó la desecac!Qn.
1') .Si se la ab);~ r¡se, v,acia enteramente, la ma-

terÍ¡l, ' que es tu ¡;,bia, ,¡¡l11¡¡ ri lla. ,~~p.~'bl:r[orme ; el,


gráIH>,.e.stá rod~ad,0;Qj}'~,lD cín::Jt1Q.:.t mtll~do, .li:-:r
, ,

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2 O 2. DE LA INOCULACION
\
j

geramente de púrpura: el tumor vacunalIexis-


te dehaxo de toda la cútis inmediata al grano
.y ai círculo purpurado. Al dia catorce toma
la costra un color bermejb , y adquiere la du-
rez;¡, de la córnea: parece que ella se forma
porl la insensible concrecion de la materia con-
tenida en la elevacion vesicular que cada dia
se va contra~endo: el anillo -que lo rodea, ~e
estrecha al paso mismo que se disminuye el tu-
mor vacunal. Desde el dia catorce hasta el
veinte y tres y siguientes la costra t que, és só-
lida, dura, pulimentada y suave al tactÍ> ; ad-
quiere un color mas obscuro, semejante'al del
leño de anacardo, conservando casi siempre
en su centro la depresiolÍ 'que se habia nótado
desde el principio de la formaé:Íon del gra·no:
se eleva sobre el nivel de la cútis; y se des-
prende á los veinte y qúatro ó veinte y siete
dias, siendo reemplazada algunas veces poi
otra; pero lo mas comun es dexar descubierta
una cicatriz profunda, semejante á los hoyos
qtIe dexan las ·viruelas·ordinarias.
La sucesion de los síntomas que acaban de
describri.r.se, no es tan invariable ni constante
en todas o¡;asiones , que dexen de observarse en
algunas circunstancias irregularidades mas ó
menos grandes. Así es que en algunos vacuna-
I -

®Biblioteca Nacional de Colombia


DE LA VACUNA. 203
dos la elevacion de la picadura ha empezado
á verse desde el fin 'd el .segundo dia ; y en otros
no se ha verificado hasta el octavo, décimo, y
aun á los 'veinte y dos, dias, segun 10 ha ob-
servado la junta médica de Reíms.
En el colegio de nuestras colonias se ha
yacunado á muchos Negros, y la enfermedad
110 ha presentado otra diferencia que la que es
relativa á la v~ria!;ion del color de la cútis. Es
pues indubitable que el conocimiento de-los
síntomas que acompañan y caracterizan la ver-
dadera vacuna, es de ·suma importancia., por~
que ellos solamente nos pueden ilustrar sobre
el efecto preservativo de. la vacunacion.
Si el grano no -se consuva intacto por ha-
berlo arañado la mano inquieta del niño, ó
porq]le este mismo grano haya padecido algu-
nas alteracio¡;tes dependientes de la particular
estructura de la cútis, podrá el observador .po-
co práctico verse COf;lfuso sohre la decision re-
lativa al resultado del experimento; pero sus
dudas y confusiones se disiparán, fácilmente I

por las siguientes reflexIQnes del Dr. Wood-


ville y del ciudadano AuherÍ:.
Dice el primerO/: Siempre que desde ~l
s~gundo Ó t~rcero dia despues de la vacuna-
don, se vea formar un tumor considerable con

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204 DE LA ÜmCULACION
much~ inflamacion y rubicundez, debe consi-
derarse -la vacunacion como enteramente nula
y sin efecto, del mismo modo que quando- no
ha produCido síntoma -alguno la insercion, ó
la cisura se ha s'etado sin haber ocasionado
ningun tumor 'ni rubicunclez. Igualmente ha
sido inútil la .op.er::lcion quanGo en el sitio ~e
las incisiones no se ha formad~ pústula ni ve- .
xi.ga , y qúando despues de uná inflamacion,
qu e ·no ha p'a'S'á'de ·de una 'inflarhaCÍon ord'ina ..
ria: casi de l repente y hacia -el sexto ó sépti-
mo di-a se -ve;stipürar la llaga qué forma -lue ~
go uha COSt'l;¡\ irregular. ' t :;. )

El cincladanov Aubert añade: La vexiguilla


es,~pües la s·e1í.ál á qué deben'i'os átender; ~y so-
bre la ·que . poderif~s ellteram~nte deseansár -en
el cáso de que el g'rano no s·iga perfectamente
Su' curso tegular. Si e~ta veiiga rió se presen-
ta antes del quarro dia , puede t:e:nerse por bue-
na ,la vactlnacion flecha, qualquiera que sea el
aspecto que .pr-esénte el grano des pues , y aun
quando la vexiga no hayá penÍlanecido por
mas tiempo que el de quarenta ''Y ocho horas.
No será inútil advertir que un atraso ·e·n
él' primer}érióde ·del desarrollo del grano no
es de nin,gunaJimportancia , porque ha sucedi-
do no haber dado lapie'a"h'ua señal alguna

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DE LA VACUNA. 2. 0 S:
<le actividad hasta el octavo, décimo, y aUl'
mas días. Han cre ido observar que los progresos
de la ínfeccion ~ran mas lentos, quando la cons-
titucÍon del sugeto inoculado era débil y aba-
tida. Por lo demas estos atrasos son mucho mas
raros en la inoculacion de .la vacuna que no,
en la de las viruelas ordinarias. No olvidaré
j~mas la uniformidad que noté á un golpe de
vista en mas de cincuenta ni ños de una misma'
edad, é inoculados .cn -un m.ismo dla. Al nove-:
_ no de~pwes de -la vacl1nacipD, era "en cada uno.
de ellos el tumor t~n perfectam ~nte ig ual, y.
habia crecido con tanta uniformidad, que si se
hubiera cubie ~to el resto del ' cuerpo de estos
niños, se hubiera creido ver siempre el mismo
bHro ~ .
Si es algunas veces dificil de d eterm inar
el. r,esol~ado . de l;t vacunacion., quando el gra-.
no no se presenta c~n todp~ 19s:car.actéres que
le 501} propios, conviene . s~ber : que tod~'is es t.as.
variaciones que ,pue.den ocurrir ,son muy raras"
mayormente e!ltre los niños que no h an cum- ·
plido un año, .y . que gozan de b-uena salud.,
. Por_lo tocante al te) mor de que el V1 ilí~ no 'se·
aJ':!lne. el grano, y se haga C<J11 . suS' un1ls una
llaga que no presente los caracteres distiqtivos,
de l~ vacuna, añaqiré que .¡;:ste ',accidente no

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206 DE LA INOCULA(:ION
sucede sino ~n el momento en que el grano
ocasiona picazon, esto es, e~ una' época bastan-
te adelantada de la operacion, de suerte que
el operador ha tenido suficiente tiempo para
poder observar el desarrollo de la vexiguilla,
y formar su juicio. Y así en general, ó la in-
oculacion sale mal, .y los efectos que ella pro-
duce bastan para distinguirla de la verdadell"a
vacuna, ó tiene buen éxito; y en este caso ho
hay ninguna diferencia entre sus granos, á no'
se~ en el volúmen ó en la prontitud con que
se han secado.

CAPITULO II.

Fen6menos secundarios de la 'Vacuna.

Aunque el desarrollo sucesivo de la irrita-


cion produce los diferentes síntomas que se
acaban de describir, no es en el principio mas
que una enfermedad local: causa sin embargo
despues una afeccion genenil que ocasiona unas..
mutaciones mas ó menos grandes en nuestra
máquina, segun los diversos estados de sensi-
bilidad y de irritabilidad de los sugetos afec- -
tados.
Los dolores en las glándulas axilares, al-

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DE LA VACUNA. 207
.gunas veces las náuseas y los vómitos, aunque
menos freqüentes, y en un gran número de
casos un ligero movimiento febril anuncian
la reaccion del gré\no vacunal, y forman los
fenómenos secundarios de la enfermedad. Los
dolores en los sobacos son muy vivos algunas
ye,ces,. aunque pocas, mayormente quando la'
vacuna se ha inoculado espontá!1eamente en
las personas que manejan las vacas, como lo
ha observado el Dr. Jenner.
El C. Coutouli, comadron, vió una vez
que los dolores de los sobacos eran muy fuer-
tes, sin que por esto la cisura hecha para la '
insercion del humor vacunal tuviese la menor
~lteracion, y sin que la vacuna se desarrollase
despues; por 10 que importaria saber si este.
dolor de los sobacos habria causado, en el or-
ganismo 'una n"\utacion suficiente para preser-
var de las viruelas ordinarias.
\
.
En quanto al movimiento febril que debe
mirarse, así como el dolor de las glándulas axi-
lares, como el efecto de una reaccion nerviosa,
es mas ó menos violento; pero por lo ordina-
r;o no dura mas que uno ó dos dias. En efecto,
la .calentura no es una condicion tan precisa
-como ha dicho el Dr. Pearson, sin la qual la
vacuna no pueda exerce'r su virtud preserva-

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"

208 DE LA INOCULACION
tiva; y despues de la época en que el Dr. In-
gles tuvo !!sta opinion, han comprobado ·mu
chas observaciones, que la calentura no es un
fenómeno esencial de la vacuna.
Quando este síntoma, que se puede mirar·
como accesorio, se manifiesta, su aparicioll no es'
regular; pues tan presto se verifica hácia el
quinto ó sextp dia como al octavo: viel1e aco n-"
pañada de laxitud, y dolorés de riñones y ¿a_o
beza: sin embargo, entre los vacunad0s~ cuya
grave alteracion les obliga á guardar la cama,
y aun entre los niños solamente se observa un
poco d~ palidez, agitacion y mal humor. Mr.
W oodville y otros prácticos han observado al-
gunas convulsiones; pero esto .ha sido entre las.
personas qu'e ya las padecian .antes de ser va-
cunadas. "
Los otrqs fenómenos secundarios de la va . .
cuna se manifiestan sobre diferentes puntos
del órgano de la cútis, y manifiestan 'lma va-
riadon " ' y una nueva modificacion vital e'n
ella. Sus o"principales fenómenos son la ex-
tension irregular de la areola, la inflamacion
del brazo, y ,diferentes erup.ciones sobre 'lás ·
quales nos ·falta todavia adquirir muchos co· ·
\ ., .
nOClmlentos. "
La areola que ordinariamente rodea el

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DE LA VACUNA. 209
grano vacunal, y que no forma uon s(ntom3
esencial de la enfermedad se extiende á una
distancia mas ó menos grande ', segun la vio-
lencia de la irritacion, y se ha visto 'algunas
vecés que ocupaba casi t~do el brazo. Quando
se ha extendido tanto, y que él colorido roxo
es muy vivo, se ha observado que el tu mor
adquiria un volúmen menor, y que contenia
menos materia. ,
La estructura y color de la cutis influye
mucho sobre la areola, y <tsí este símoma, co-
rno ya se ha dicho, no se observa en 'los N e~
gros, y se extjende mucho mas quando la cu-
tis es fina y lisa. Los inoculadores habian no-
otado en un corto número de casos una areola
semejante al rededor del sitio de la inocula-
don de las viruelas, con la circunstancia que
ellos miraban este s(ntoma como un signo de
benignidad, y como una prueba de que la ino-
culacion habia surtido efecto.
La inflanlación del brazo, dice el Doctor
Aubert, se distingue muy bien de ola areola
én que aquella no es circunscripta como esta,
y se extiende disminúyendo su intensidad so-
bre sus límites. y en que quando cesa des-
aparece igualmO e nte y á un tiempo mismo deo
toda la parte que ocupaba, extendiéndose á
o

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2 rO DE LA INOCULACION
veces por todo el brazo, bien sea la parte su-
perior ó inferior del gra~o. Es dolorosa, y
por lo comun causa envaramiento en todo el ,-
miembro, dolores y calentura: se presenta or-
dinariamente entre el séptimo y noveno dia,
y quando.el grano adquiere su mayor aumen-
to. Su duracion no es constante, y quando es
,corta, se ve aparecer la at eola, luego que ;ha
ilesaparec;:ido la rubicundez inflamatoria que
cubria todo el qrazo. Algunas veces se han vis-
to concurrir á un tiempo mismo estas dos es-
pecies de inllamaciones que se distinguen fá-
cilmente entre sÍ.
Como esta' inflamacion se ha presentado
muy rara vez, han creido algunos inoculado-
res que no la habian observado en sus inocu-
laciones, que este fenómeno provenia de la at-
mósfera de Londres, ó de alg~na particulari-
dad de la inoculacion; pero esta conjetura no
es fundada, y una práctica muy constante ha
demostrado despues que una particular irrita-
bilidad del sug.eto inoculado es la causa sola
de esta inflamacion. En la casa de inoculacion
en donde siempre se inocula de un mismo m.;>-
do, se ha observado muy bien q,ue todos aque-
llos en quienes se ha visto este accidente te-
ni:m un mismo género de cútis. Jamas he vis-

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DE LA VACUNA , 211
to esta inflamacion entre los niños muy tier-
nos, y solamente la he encoptrado entre' los
adultos, particularmente entre1as criadas: la
costumbre de tener los brazos descubiertos en
todas las estacione$, el uso freqiiente de un
xabon muy alcalescente pone "la cútis dura,
roxa y reluciente. Quando se presen ~a de es-
te modo el brazo de la persona que se va á
inocular, se debe esperar que sobrevenga este
accidente.
I
Esta especie
'
de infiamacion se disi-
pa sin algun socorro del arte. Quando la ten-
sion ha sido penosa, la repetid:a aplicacion de
lienzos empapados en agua tibia basta para ali-
viar al enfermo.
Esta irritacion de 1a cútis es alguna vez
tan grande "y obra de tal modo sobre la cons-
titucion, que causa calentura. Lo propio suce·
de quando el grano estimula é irrita causan-
do una desazon general. Estos diferentes ~o­
vimientos febriles que proviene_n de Ull mayor
grado de intensidad de la afeccion local, SOI1
distintos del movimiento que se hace en el sis-
tema general, que es el que tiene la facultad
de libertar' del contagio varioloso; y los lige-
ros accesos de calentura, simple efecto de la
irritacioll local, se diferencian tambien de la
calentura constitucional, por ~o que s~ pue-
o 2

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212 DE ,LA INOCULAcroN
den 'con razon colocar. en la clase de los s{nto-
mas accidentales.
Hay otra especie de inflamacion tan acci-
dental como la de que acabamos de tratar, y
que aun pertenece menos á la naturaleza es-
pecífica de la vacuna. Esta es aquella que se
h~ visto alguna vez desde los ,primeros días de
la inoculacion, y que Jcon la aplicacion de ~n
poco de vegeto mineral ha desaparecido y de-
xado libre el sitio para que la areola ordinaria
se presente. Esta inflamacion proviene única-
mente de la irritacion del instrumento con que
se ha hecho la picadura, y jamas la he visto
tan extendida y considerable como Jenncr y
otros Médicos la han observado y descrito.
Las erupciones que suelen presentarse
complicando la vacuna, son á -las veces sim-
ples manchas, ó forman pústulas y verdaderos
granos. Las manchas suelen presentar varios
p~queños puntos elevados en medio de su ru-
bicundez t que se parecen al sarampion. En es·
te caso se asemej~n enteramente á las que al-
guna vez,se mani,fiestan durante el curso de las
viruelas, antes de la época de su erupciono
o -Se ha observado constantemente, que ape-
nas se han aparecido estas 'manchas, quando ya
sobreviene la calentura. L as circunstancias en

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,
DE ~A VACUNA. 21 3
que este síntoma se ):la presentado no se cono-
cen muy bien; sin embargo las _partÍ'cularida-
des de cada enfe ~mo , y las disposiciones atmos-
féricas parece concurren á ello, y aunque
muchos vac~nadores no han tenido ocasion de
observar estas manchas, cón todo el C. Aubert
las vió ]a primavera del alÍo de 1 800 e~ ca,da
un inoculado entre 100 de' los que habia en
la casa de inoculaciOIí de Londres.
Las "otras manchas n9 :se distinguen. ~sen­
cialmente del sarampion,
, SiJlO porqu_e ~o es-
tan acompañadas de ]os demas sÍntom<'iS que ca-
racterizan á esta enfermedad. Desapar,ecen así
corno las otras sin hacer e!;camas, y algunas ve~
ces vienen acompaÍladas de una calentura muy
viva. El.e. Aubert cree que esta erupc;ion es
nlenos 'freqü ente que la otra. Mr. Stro_mcJ'er
dice no obstante, .que ·la,ha visto ,eon m\lcha
freqüencia en H ánno7)cr ; 'y la distingue baxo
el n?mbr:e 'de erupcion. _; . .
En quanto á las érupciones <]ue formOln .
:verdaderas pústulas no no.s dexan duda, de su
exÍstencia los experimentos ·de Pearson-, refer.i-
dos por menor en la primera parte de esta
()bra. Tampoco la hay en <]ue mu cha~ . de es-
tas erupciones se han presentado evidentemen-
te con un carácter varioloso, y' de que .con su

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214 mI: LA JNOCULAClON
vírus se han 'inoculado las 'viruelas, lo que
prueba claramente que estas erupciones depen-
dian de una invasion simultánea de la vacuna
y de las viruelas ordinarias.
O~ros granos que .se presentáron en dis-
tinta parte que ,e l sitio de la incision, han pro-
ducido un verdadero humor vacunal, cuya 'n-
sercion ha ocasionado la vacuna verdadera.
En París se proporcionó el hacer este experi-
mentO' en una niña; pero el grano que se ma-
nifestó en otra parte que en la que se hizó la
inocu'ladon , fue ocasionado por una verdadera
inoculacion del humor vacunal del brazo, en
la nalga que la nina se habia rascado con sus
dedos>impregnados de este vÍrus.
Me han asegurado que un famoso vacu-
nador habia visto desaparecer un salpullido dd
la cabeza de un niño ae resultas de su vacu-
nacion , y sobreveI1irle 1uego unos granos, cu-
yos caractéres parecian tener mucha analogía
con los de la vacun a.' .
• ' El cirujano :Marin observ? en un niño
que habia vacunado, haciéndole cinco picadu-
ras' eh ' ca'da brazo, le saliéron once granos en
cada uno, Ignoro si á la época de su perfecta
madurez usó el inoculador del humor conte-
nido en las vesÍcu las, que se manifestáron en

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DE LA VACUNA. 21 5
otra parte distinta del-sitio de la incision; pe·
ro es de esperar que los experimentos y ob·
servaciones ulteriores añadirán con el tiempo
nuevos hechos á los conocimientos adquiridos
sobre los fenómenos secundarios de la vacuna.

CAPíTULO IIl.
"
.. De la 'Vacuna bastarda 6 falsa.

Siempre que se vacune con el humor seco y'


transportado sobre hilas endurecidas, ó que la
persona que se sujeta á la vacunacion haya pa-
decido anteriormente las viruelas, se ve con
mucha ~reqliencia que resulta una enferme-
dad particular, que los prácticos llaman falsa
vacuna. ,
. . La siguiente relaCion del C. Husson dis-
tingue muy .bien estos dos casos de falsa va-
cuna. La: 1 a. -que se presenta algunas veces
entre las personas 'que se vacunan despues de
haber pasado las viruelas, dice, es una enferme-
dad particular, y qu.e muchos hechos obligan
á mirarla como contagiosa. 'Se desarrolla con
mucha mas -rapidez que la verdadera v~cuna,
y desde el segundo día á mas tardar se inflama
la picadura,. y se forma luego una vexíguilla

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2 16 . DE LA INOCULACION
que desde el sexto djá elllpieza á secarse. Es-
ta vexiguilla se parece á un grano ordinario,
y algunas veces á una simpl'e llaga. Su costra '
está entéramente formada al octavo ó noveno
gia; pero la areola es tan viva y ancha como
10 puede ser la que rodea el grano de una ver-
dadera vacupa. .
Esta areola permanece así largo tiemp?;
no ob.stante que se presenta mas temprano
causa una comezon muy fuerte, y se pon~n
doloridas é hinchadas las glándulas axllares. No
es extraño que el enfermo padezca dolor de
cabe~a, ó algunos accesos irregulares de calen-
tura. Aunque este,grano se parece alguna ~ez
al o al de la vet:d::¡d<;:ra 'v.acuna, no se elevan
jamas sus bordes en .forma de ~asquillo, sino
que esta n aplastados ;desiguales, y no se man-
tien,en hi nchados y extendidos pár la · materia
que contienen; esta materia, que por otra par-,
-te es. mucho m~nos abundante, .no e.s clara"
r

SillO dural)te un corto espacio de üempo que l


es dificil de ;lotarse, y . así sucede,. ó q~le no : _
acierte á verse, Ó {I.lH~ sol.o se recoja un poco .
de humor .p urulento. No se le puede dar á es- o
te gr;tno el nombre de tumor, :porque nada·
se ereva sobre la superficie que le> roaea, y no
tiene aquella dureza circunscrita . .que forma.la

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/

DE LA VACUNA. iI7
hasé del tumor' ó grano vacunal.', Si acaso se
halla alguna tension al rededor de la lbga, es
irregular y superficial, y así este ,grano no de-
xá cicatri:z; alguna, sino solamente una mancha
en la cútis. Sin embargo de que la costra se
ha formado tan desde luego, no por eso cae
mas presto que la de la verdadera vacuna, .pre-
~entándose algunas veces con .el mismo aspec-
to que la de esta con solo la diferencia de ser
menos larga y gruesa.
, La 2 ~ 'especie de falsa vacuna es la que
se ha dicho sobreviene de resultas de una ir-
r-itacion en el sitio de las picad~lfas hechas pa-
ra la vacunadop'. la qual no' ,se observa sino
quando se h~j v~<;uiíado . á un ,s ugeto que no
habiendo padecido ..rum las ;viruelas ordinarias
se ha empleado e1,pus. vacuria-l' se;C_Q qpe¡ se. h.a
elld)'u.ecidó 'entre' ias :.hilas ó sobre ·la ¡¡luceta;
;¡dquiriendo una!cousistencia sóLida y forma v,Í~
trea. En estos'·dos casos así , las hilas , como - el
pu.s_vacuna1 ) oorao::' al prihcipjor.como cuerpos·
. extraños, ,y lue.go , co h~inuaú SllS 'efe¡:tos seme-
jantes á los de~ humor vacnnaLfresco. La ac-
c{on que deter.minan en ·la parte que los ha
recibido es doplé p pues depende primeramen-
te de la dureza de la hila . de la solidez y for-
m'.l vítrea del pus vac.u nal, y lllego de la ác-

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2 18 DE LA INOCULACION
tividad de este mismo vÍrus, quando la hu-
medad de la parte lo ha disuelto.
Desde el primero ó segundo dia despues
de la vacunacion se percibe elevado el sitio
de cada cisura con una rubicundez muy v'iva,
'1. y un rezumamiento puriforme en sus labios.
Al 'segundo dia la rubicundez se ha ~ismi­
nuido mucho, la pordon del epidermis es mr s
blanca y sobresaliente que eLdia anterior, y ya
se ha visto_una ligera rubicundez en ,e l texi-.
do cdular que rodea la llaguita. Desde el se-
gundo al tercero dia la porcion del epider-
mis que se convirtió en grano mediante la su-
puracion, y se elevó en punta, se rompe y re-
zuma un pus opa~o amari1lo, al que sigue una
éostra del m.ismo' color'; rque cae' al quinto ó
sexto dia, convirtiéndose algunas veces en' una
úlcera profunda, dificil de curar. Mas en esta,
éfioca queda una rubiculld'ez bastante intensa~
con dureza en taHo el texido.cdular inmrrdia-
to, una ligera' hinchazon en .la ' cútis, creci-
miento sensible del círculo roxo ; en una pa;...
labra, los mismos síntomas que los que se pre- '
\ ,sentan al principio de la acdon del vírus va-
cunal ; pero jamas queda areola, ni dolor en
las glándulas axilares. '
. ' De lo di<;:ho se infiere claramente que bay:

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DE LA VACUNA. ~I9

1.° una accion que depend"e inmediatamente


de la hila, y del pus vacunal seco y vidrioso,
, ~ o
considerados como cuerpos extranos: 2. un
efecto subseqüente debido á una ligera absor-
cion del humor vacunal diluido.
l? El vÍrus vacunal seco y la hila son la
spina helmOlttii. La pródiga naturaleza lntenta
expeler estos enemigo~ ocasionando en la par-
te donde han sido introducidos, un movimien-
to inflamatorio, seguido de una supuracion
que modera y apaga la accion del vÍrllS vacu-
n a1._Esto mismo sucede aplicando un cáustico
sobre una llaga venérea á pocas horas despues
de un coito impuro, el qual mediante la in-
"flamacion fuerte y pronta que ocas!ona destru a

ye algunas veces el vÍrus sifilítico.


2.° La dureza del texido celular que le
rodea, su rubicundez, la hinchazol1 de la cú-
tis, el crecimiento del círculo roxo, son sÍn-
tomas que desde el quinto al sexto dia anun-,
cian la verdadera vacuna, siempre qu.e la va-
cunacion no esté complkada con .alguna cau-
sa extraña. Luego ¿ por qué nos hemos de re-
sistir á creer que no habiéndose absorvido mas
que por los vasos de la parte una porcion pe-
queña de vÍl:us vacunal ablandado por la hu-
" medad misma de la llaga, pueda haberse dis-

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Z:2 o DE "LA INOCULACION
minuido su accion en térmi'nos que solo se li-
mite á la parte misma en que se manifiesta el
estímulo de la inflamacion ca~sada por estos
cuerpos duros? ¿ Por qué no atribuirémos á
esta misma causa unos efectos del todo seme-
, ,
¡antes, .
1. Por lo que á mí toca estoy conven,l:ido d
que l~s falsas vacunas que se presentan en las
picaduras en que se ha depositado qualquier
cuerpo duro, bren sea el vírus vacunal en es-
tado vidrioso, ó endurecido en la hila misma,
se deben á la irritacion física que producen
estos cuerpos sólidos, y de ningun modo á la
degeneracjon del vírus, como pretenden algtl.
nos antagonistas' de la vacu,na, los quales no ',
pueden comp~ehender como -es que una va-
cuna verdadera prod uzca la fa Isa; pero se les
satisface á esta duda tan decantada con hacer-
les ver que esto proviene del modo con que
se ha hecho la vacunacion , y que siempre que
se emplee. para inbcular la materia extraida de
un v:lcunado que se halle presente, es decir,
de br:lzo á brazo, nos libertarémos de 'causar
llna falsa vacuna', Así es que en tantas vacuna-
ciones como se han hecho en Paris wn este
método, no he oido ja~as hablar de falsas va-
cunas; y en ciento treinta y dos vacunaciones

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DE LA VACUNA. ' 221
que he practicado brazo á br~zo, ~o las he vis·'
to sino verdaderas.
Sin en)bargo, estoy muy lejos de preten-
der que la insercion Hecha por med io de las
hilas, produzca siempre una falsa vac una, pu es
he visto lo tontrario. Esta confesion no destru-
ye de ningun modo la proposicion que acabo
de sentar, porque solo pru eba que en ciertos
sugetos la hila no h a producido una irritacion
tan grande como en otros: siendo esta una de
aquellas variedades que se encuentran tod os
los dias en la medicina, y que en nada debili-
tan las reglas generales sobre la accion de los
cuerpos irritantes en nuestro cuerpo.
Como no he hecho aun bastantes experi-
mentos que me instruyan enteramente, igno-
ro si esta segunda especie de falsa vacuna tie-
ne como la otra' una facultad reproductiva;
pero e;toy cierto de que no impide el que
se contraiga la verdadera vacuna, y por ana-
logía se puede inferir que no preserva de las
viru~las ordinarias. Esta analogía está fundada
sobre los experimentos de P ea rson, que adrni-
te como una de las verdades fundamentale s de
la historia de la vacuna, el que un ind ividuo
vacunado no puede contraer otra vez esta mi s-
m~ enf;:rmedad ni ser atacado . de viruelas, así

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222 DE LA INOCULAClON
como tamp,o¿o un varioloso puede -padecer la
verdadera vacuna.

CAPITULO IV.

La afeccion espcc[ftca de la 'Verdadera 'Vacuna


pre~er'Va ciertamente de las 'Viruelas
ordinart"as. I
Sumergido Aqut1es en las olas estigias, sale
in'Vulnerable.
De este mismo modo puede el niño ' que
ha padecido los síntomas de la verdadera va-
cuna exponerse impunemente al contagio va-
rioloso, é insultar á uno de los mas crueles
I

enemigos que le sitiaban en su cuna, -y á un


azote tan temible, cuyos estragos destruyen
tal vez una tercera ó quarta parte d~ ' los ni-
ños que mueren antes de h~ber cumplido qua-
tro años.
Esta modificacion de la vida, este nuevo
estado, es ~a causa por que uno -de los vÍrus.mas
activos no puede obrar sobre nosotros: tal es
el beneficio de la vacu,na, cuya naturaleza y
modo de obrar ignoramos; pero su resultado
saludable y su efecto preservativo estan com- /
probados por un suficiente número de he- ·

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DE LA VACUNA. I 223
chos, de experimentos y observa~iones.
Las pruebas de la eficacia de la vacuna
considerada como medio de libertar para siem-
pre de los ataques de las viruelas, se han ex-
puesto ya en muchas partes de esta obra, y se
multiplican de tal modo en el dia á la vista de
todo observador imparcial, que creo de~an
limitarse á referir 'solamente algunos hechos
mas señalados, y los grandes resultados que
merecen fixar mas la atencion.
Entre ellos deben distinguirse principal-
mente la mayor parte de los que refiere J en-
ner; pues han establecido de una manera evi-
den,te, y por muchas contrapruebas decisivas,
el que la vacuna era un preservativo seguro
contra las viruelas, y que en ninguna circuns-
tancia habian podido estas atacar las personas
\lacunadas, bien lo hayan sido fortuitamente
ó por el arte.
MM. Pearson, Woodville y/ otros mu-
chos célebres vacunadores se han convencido
igualmente de la eficacia preservativa 'de la
vacuna; bien sea inoculando con el vírus va-
rioloso, Ó exponi~ ndo á los sug.etos que ser-
vian de prueba á peligro de contagiarse. Una
de las contrapruebas, que pareció mas decisi-
\la , f~e la que el Duque de Y orck hizo prac-

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224 DE LÁ INOCULACION
ticar en todos los soldados de su regimiento,.
que sin haber tenido virue"las los habia hecho
vacunar. MM. StromeyeÍ' y Balhorn, el Dr.
Carro, el C. Odier, y muchos otros médícos .
Ginebrinos, junto con los miembros de la jun-
ta médica de Paris, han probado evidentemen-
te por medio de ihoculaciones variolosas, he-
chas con el mayor cuidado, la eficacia preser-
vativa que goza la vacuna contra ellas. 1
La junta médica de Reims ha visto recien-
, temente el exemplo de un niño de diez y seis
meses vacunado felizmente en 13 de diciem-
bre, que fue expuesto despues á la atmósfera
de unas viruelas confluentes, que en 17 del
mismo le sobreviniéron á un hermano suyo,
' sin que de modo alguno le 'afectasen los mias-
mas variolosos. En el dia hay tres niños que
hace cinco meses fl1éron vacunados é inocula-
dos despúes ~e viruelas, _que esta~ viviendo
en el hospicio de la maternidad en medio de'
los miasmas variolosos, sin que lli' estos ni la
inocl1.Jacion que se les hizo les hayan produ-
cido efecto alguno. Otra prueba en contrarió
se ha hecho en casa del Prefecto del departa-
men,to del Sena, cuyas circunstancias bien de-
'talladas constan en el proceso verbal que creo
deber insertar aquí.

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DE LA VACU:rfA.

Copia dd primer proceso~'VtrJjal' heclzo .m ·casa


. del C. Ftochot, p,-ejeeto del departamento '
del Sena.

Hoy dia 17 de dicieníbré de 18 o o, des-


pues de -haber precedido el permiso del C.
Frochot, Prefecto del departamento del Sena,
para que á su presencia se h,iéiésen las pruebas
en contrario de la inoculacion de .las 'viruelas
en algunos de mis vacunados','se ha tomado ~l
pus varioloso' de un hijo suyo, que se hallaba
en el segundo dia de SQ enip.cion, parª- em~
pIearlo en las inserciones que se meditaba!1; y
las
á su conseqiiencia pasé á ·ence en .pllOtO :á
la casa de la prefectura, plaza de Vandoma,
acompañado de'
FannJ Beliard, vacunada en 3 de setiembre.
María Julia Fetil, vacunad~ en 16 del mismó,
Isabel Adriana Fetil, vacunada en 2 1 de id.
Teresa HlSnault, vacunada en 22 de agosto.
Virginia Dupeu, vacunada en 4 de noviembre.
Juan Batltista Signoret, v~cunado en .1-3 de
setiembre.
María Antonia Signoret, vacunada en 1 1 de
idem. .,
l;i:n casa· del Prefecto ellGt>ntré al C. 'Bu-
p

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jl26 DE. 'I.,A IN9CJ,JLACJ_ON
,.at, su cirujano, y al C. Pouchct, y adernas
los ciudada,nos Coutouli, comadron, Ané, ci·
rujano in.oc,ula9(¡)r, Catlct y ,8re¡hOI, médicos,
que por mi párte bilbian sioo convidados.
Inmediatamente rogué al C. Ané, que
hace mas de qU¡lIce años que se ha dedicado
~9n parti,cplaridad á la inQculacjon, se digna-
~e de practicarla con esmero en l.as perso-Jlas
pestinadas á ella; y habiendo saca~o primeta-
• P1en~e elC. EJIrat del vidrio la ,m\lteria vario-
losa necesada p~ra 13 jn~,ulaciQn, pasó á prac·
ticar'].a el C. ,AI)é por el órden sig,uiente.
Faltn! Bel.iard. 'tr~s picaduras e~ el brazo jz..
, q\kierdo.
María ,Jf!.Ha &ti/. tres picaduras en el brazo
, derecho.
Teresa Hcsnault, tres picadufíls en e,l brazo
izquierdo.
Naría Antonia Signoret, trés picadura~ en el
brazo izquie.rdo.
'Pirginia Dupeu, tres picaduras en el ,brazo
derecho.
Juan Bautista Signoret, ,tres picaduras en el
mismo brazo.
Luego que se concluyér,on las inoculacio~
nes di á mis compañeros las señas de estos ,in-
oculados, y los convidé á que, me aéompaña-

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DE LA VA,C UNA. 2. '1.7
rán á observar los efecto,s Q~ las picaduras que
se acababan de . hac.er, juDt3ndonos á la hora
que se acordára del dia 24 de diciembre en
mi casa, en donde estarian reunidas ~odas la$
niñas.
De todo 10 referi,do Re formado el pre.
sente proceso verbal, que el C. J>refe¡::to y 105
profesores han firmade conllligo. F rpchot. =
= =
Peuchet. Eurat. ~ Cattet. B.-echot. Cou- =
= =
toulí. Ané. y F. Colon .

• Copia del segundo proc(so 'Verbal hec~o en !J+.


de diciembre de I8 o o en mi casa número oS
calle' de Fauxbourg Poisso,znier~ .
•.J

En dicho dia se \han juntado en mi casa,


como habíamos convenido, los dudadapos Eu-
rat, Brechot, Coutouli, Cattet y Ané, que se
halláron presentes á la inoculadon <;le las vi-
ruelas practicada en 1 7 de diciempre de, J 8 o o
en casa del C. Frochot, Prefecto del depar-
tamento, en siete niños á quienes anteriormen..
te habia yo vacunado
Hallándose reunidos en mi casa los cita-
dos niños pasamos á recQnocerlos. y hallamos
que las picaduras de J uall Bautista Signoret,
de FaDl~i Beliard, Virginia Dupeu y qe Mil-
p~

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228 D~ LA INOCULACTON
ría Julia-Fetil, se habian enteramente cicatri-
zado. y bo.rrado.: que :la picadura superio.r de
Isabel -F etil co.nservaba aun un ligero. co.lo..r i-
do. ro.xo.; pero que era meno.s que ayer, segun
lo. o.bserváro.n 10.5 ciudadano.s Ané y Cattet ~ y
finalmente " que las do.S picaduras superio.res
de María Anto.nia Signo.ret y de Teresa Hes-
nault presentaban una muy pequeña eleva'¡1on
/ causada -Po.r la cicatriz que se está -formando..
T o.do. lo. qual se ha no.tádo. en el presente pro.-
ceso. verbal, ~abiéndo.no.s co.nvenido. en juntar- '.
no.s á las diez en punto. del dia 28 -de diciem-
bre en casa del C. Frocho.t, en do.nde cuidaré
esten presentes 10.5 citado.s niño.s. Firmado. Cat-
teto =Eurat. = Brecho.t. =Ané. =Co.uto.uli. =
F. Cólo.n.
Ho.y 'dia 28 de diciembre de 1800, duo.-
décimo. dia de la ino.culacio.n vario.Io.sa, cuyo.
Po.r menbr co.nsta en el pro.ceso.·verbal de 17
de diciembre, el abaxo. firmado. Francisco. Co.-
/
lo.n, médico.,que vive en la calle de Fauxbourg
Poissonniere número. 2 , ha co.mparecido. en la
casa de prefectura, plaza de Vando.ma,.á fin
de co.mpro.bar definitivamente el resultado. de
la ino.culacion de que se trata . .
En· virtud de lo. co.nvenido. se jun.táro.n en
la casa del Prefecto el ciudadano. Ané, ciruja-

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D,: ! I.A VACUN>t. 229
DO inoculador, que hizo la inQculaciQn, c~.
yos efectos se trata de av~riguar, los dudada-
danos Eurat, cirujano, Brechot y Cattet, mé.
dicos, Co';1touli, Joub¡;:rt y Lafond, cirujanos,
que habian asistido tambien á la inoculacion.
y visitado despues á los niños inoculados, los
quales habiendo sido ,conducidos por sus pa-
dres, se reconociéron por todos los referidos fa-
cultativos en presencia del Prefecto. . '
De este reconocimiento resultó que nin-
guno de los niños habia.·padecido las viruelas;
que la inoculadon del vfrus, varioloso nq 'pro-:
duxo en ellos ningun efecto; .que no dexó mas
señales que l¡ls de las picaduras; y qu~J a ope-:
racion de la vacuna, á que se habían sujetado
anteriormente. les ha preservado de 1a infec-
.cion variolosa. El ciudadano Colon sometió 2de-
mas al exámen de los médicos y cirujanos pre-
sentes en la casa del Prefecto, y á presencia de
este, á la ciudada~a Gentil, objeto de pna ob-,
servacioll interesante que reconoció en ella.
Para que este proceso verbal tenga la au-
toridad"correspondiente, lo firmáron lQ5. pro-
fesores en- él citados, y f<l llr,efecto del de-
partamentó. = Fiochot. = Eurat. =Brechot~ ==
Ané. = Cattet. :- Oout~uJi. :;¡;¡ Lafond,.= E,lié.
~ Joubert.=y F. Colon. ;. ;.J, .
\

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!Z 3d DE LA INOCULACTON
Podríamos contar en el dia sin exágera-
don mas de cincue~ta mil pruebas en contra,-
rto,. que testifican y confirman la virtud pre-
servativa de la vacuna ;, y sin embárg.o de que
estos experimentos se multiplkan oada dia, no
por eso se convencen los enemigos.
Si algunós sé ,auevieren 4 oponernos q?e
todos estos experiméntos no prueban que ¡la
vacuna liberte para siempre del, contagio va ..
rioloso, sino por udo ó dos años, les responde-
ria con el C. CoIí~don: "Este buen Dr. Jen-
"ner, nuestro ángél tutelar, ha inoculado las
"viruelas á sugetos que jamas las habian teni-
"do, pero que fuéron vacunados mas de' trein-
"ta años ántes. Ninguno de ellos las ha pade-
"cido despues:, por ta·nto espero ,me concedais
;, que si el preservativo qUé os propongo ha'
., sido bueno en treinta años, hay basú nte pro-
"habilidad de que lo sea por todo el tiempo
;, de la vida." .
En quanto á los hechos negativos, y ob-
servaciones que algunos inoculador'es han pre-
sentado, como opjeciones del nuevo préserva-'
tivo que tan cruelmente perjudica á sus inte-
I reses, . ninguno se, ha confirmado, y todas las
averiguaciones que se han hecho á este inten-
to no han descubierto' jamas sino mentiras, in-

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DE LA VACU~A. 23 1
trigas, perfidias y calu,mnías. Esta ~ñd;ucta,
que recie~temeilte se ha. desttubiertO' en I..dn-"
dres y en París, se ha casfigado solamenré con
el desprecio, quando estás i'mpO'sturas mere'-
cian' tal vez otro castigo mas severo, pues son
en tanto daño 'de la humanidad.
U no de los que han disputado con ma~
obstinacion contra el efecto preserv'átivo de la
vacuna ha sido Mr. Vaumes I inoeulador, que
no ha temido asegurar que habia tecibido
, cartas particulares de Ginebra, en las que le
aseguraban que algunos sugetos que habían
sido vacunados, contraxéron des pues fas virue-
las: De esta manera,se explica sobre este~ pun-
to el respetah1e y filántropo Odier.
V éanse' en el Monitor las reflexiones de los
ciudadanos Goefz., Vaumes &c. Una de nues-
tros conciudadanos, de treinta años d'e edad, que
no habia pasado las viruelas, y que convenci-
do de la benignid'ad de la vacuna estaba deci-
dido á hacérsela inocular, desistió de execu-
tarlo, segun dicen, por haber leido uno de
los papeles en que ellos insertáron su impug-
nacion. Este pues acaba de morir por haberse
contagiado de viruelás; y su muerte ha ,sido
tan sensible, que mA de dos mil personas han
acompañado su entierro. No se puede ,aun

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2 32 l>E LA , IN'OCULACION
echar en cara á los apologistas de la vacuna
semejantes desgracias. El bien que estos han
pecho hasta el dia es del todo evidente, y el
mal que resulta de sus investigaciones es nin-
guno, Esta consideracibn sola deberia cerrar
las bocas de aquellos que no tienen razones
mas poderósas que alegar, si aun no estall con-
vencidas de la utilidad de la vacuna '; pero ~o­
davia estan por decir una' sola ventaja de ella.
i Que no se contel1ten pues con exhortar á los
va~unados á 'q ue no se expongan al contagio
de las viruelas, sin haberse sujetado antes á la
prueba de la inoculacic5n de ell¡ts! Entonces de
buena gana convendríamos en su opillion.
Señor Y'!umes: si el apreciable Ginebri-
no que habeis privado del beneficio de la va-
cuna fuese mi pariente ó amigo, os obligaria á
presentar vuestras cartas anónimas, secretas y
pa~ticulares, os citaria en los tribunales; y á
- falta de un castigo que la ley no podria tal
vez imponeros, os cubriria con el despr,ecio é
indignacion de tod.os" ,Jos hombres virtuosos,
sensib~es y amantes deja humanidad.
Gtro .inoculador, el. C. Goet,,:, ha , creido
tambien poder contrarestar el efecto preserva- ,
tivo de, la vacupa por ,l . siguiel}t~s objecio~
nes, á las ,que acompa~19 en otra, col»..m~a pa- '

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, DE LA VACUNA. 233
ralela a1gunas observaciones propiás para des-
truirlas.
,Respuesta en contra-
río á esta Carta. 1 •

Hace muchos dias Es verdad que los


que en los diarios se diarios políticos y lil'
repiten con afectacion terarios repetían los
los elogios¡de la vacu- elogios de l~ vacuna
na por el C. Colon; ' en la época en que
y aun en una obrita Mr. ' Goetz creyé
que este acaba de pu- exercer una dütin-
blicar con el título de guida influencia so-
Ensayo sobre la í~ocu­ bre la salud de sus
lacion de la 'Vacuna, conciudadanos con im·
sin esperar res).lltados pedir el extravío dé
mas favorables á 10 la opini(;m pública;
que promete ,. pqblí- no con,afectacion, co-
ca con certeza las ven· mo pretende el Doc-
tajas de este nuevo tor, sino con aquel
método, y le ofrece entusiasmo que inspi-
á sus conciudadanos ra un grande é impor-
como un eficaz pre- tante d.escubrimiento.
servativo contra las
viruelas, sin esperar,
como debia, la ded-
SiO.D de la junta mé- •

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2 34 DE LA. iNOCUJ.ACioN
dica, y la dé aquellos
que han asistido á es-
tas operaciones; y co'
mo seria peligroso' de-
X3r descarriar la opi-
nion públic'a sobre es-
te objeto, voy á ex-
poner hechos que
puedan servir para fi·
xarla.
En el hospicio de En qua'nto á la di-
piedad se tomaron ca- sertadon del C. Co-
sualmente 40 niños, Ion, confesamos con
y sin saberse si ~abian el señor inoculador de
tenido ó no las vÍrue- la peqúeña Polonia en
las, se les su jetó á la Paris, no se debia
vacunacion, que en haber publicado antes
solos 10 produxo de la relacion de la
efecto, y fuéron los J unta médica, y aun
,. , .
OIUCOS a qUienes en añadirémós que el mal
mi presencia se les estilo de esta diserta-
inocul6 las viruelas cion junto con la ¡pre-
ordinarias. De los 3 •tension poco disimu-
primeros uno llama- lada del Autor de
do el RuMo, inocula- querer edificar su for-
do por el C. Salmade, tuna sobre la ruina
tuvo las viruelas tán. de las casas de jnocu-

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])~. LA VACUNA. / 13)'
bien caracterizadas; lacioh , hubieran po-
que el vÍrus de este, dido perjudicar los
inxerido en ,otro niño progtesos de la vacu~
llamado Lava/lete, na, si la verdad pOI'
produxo una erup- sí misma no fuera ca..:'
cion vario10sageneral~ paz de hacerse- lugal."
corno 10 comprueba / en medio de la menti-
esta carta que me re- fa de que a,lguna vez
mitió el C. Colon. está rodeada.
" Al C. Goetz, médi·
" co inoculador, calle
"de la Beneficencia
"en la pequeña Po-
" lonia de París.
, Ciu-
" dada no : tengo el
h honor de anunciaros
j, qu'e uno de los ni.

"ños inoculados con


;,la-lhateria de1 ,Ru-
" bio, está en la ac-
" nrali'dad con virue-
" l\lS bien caracteriza-
" das, qHe se han pre.!
" sentado uo solo en "

"las picaduras, sino


"en todo el cuerpo.
;, He' hecho trasladar

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23 6 DE . LA INOCULACION
" el dicho yiño al hos- r~
"picio 4éOest, en
" donde podreis ver-
f, le. Nosotros debe-
" mos juntarnos el día
" 21 de este mes ·de
" Setiembre á las doce
I '
" en punto, en donde I )
" se hallarán los 7 ni-
" ños que se inoculá- I , '
"ron ayer. Tengo el
"honor de saludaros
"y de ser vuestro
=
" servidor.~' Firma-
do: Colon.
En Jin para com- Los 4 o niños que
pletar la prueba, el fuéron vacunados en
hermano de este últi- el hospicio de pie-
mo fué inoculado por dad, no se t¿máron
el C. Colon con la por casualidad ,. como
materia extr<}ida del pretende Mr. Goetz,
referido Lavallete, y sino escogidos y re-
tuvo igualmente unas unidos por no haber
viruelas nada equívo- tenido anteriormente
cas. las viruelas. Por 4> to-
cante al niño Rubio
que.. .fue moculado

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PE LA. V~C'UNA. . ' 237
despues de su vacuna-
cion por una incision
profunda, en la que
se depositó una gra~
cantidad de vírus va-
rioloso, es verdad que
tUv.o una úlcera, cu-
yo pus habiendo sido
inxerido en otros ni-
ños, les reproduxo las
viruqlas, Este hecho
.. no puede diSputarse;
pero el Doctor oposi-
tor debiera haber sa-
bido' y qicho que es-
te mismo fenómeno
se ha ~observado tam-
~ien en los . nUíos que
habian tenido las vi~
ruelas, en quienes asf
como el niño Rubió la
inoculacion d.e 'una
gran cantidad de ví-
• f ;-us varioloso produ- .
xo igualmente una úl·
cera. de mala Índo-
le, que formaba un fo-

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DE . !LA ' I~OCULACION

co de contagio.
Segun esto se pue- Si se hubiesen in-
de juzgar hasta qué oculado otros muchos
punto se debe contar niños, hubiéramos vis-
sQbre la 1noculacion to el mismo resultado;
de la vacuna, y qué porque la incision en
grado de confianza se -que ~e depositó el ví-
deberá con.ceder á sus rus varioloso en 'el
partidarios. .~ R u b'10, debe mI-
Dlno l.
rarse por todo médico
instruido como un fo-
co y un reservatorio
en que estuvo conser-
vado el vírus.
Por lo que á tní La conclusion del
toca; vuelvo á decir, inoculador es tan exac-
no habrá nada que me ta como su razona-
pueda obligár á set;- miento, y un hecho
virme de un ·vírus des- lo va á probar. De-
conocido en F~anci~, ' seando los individuos
siendo de igual sentir de la junta médica
los profesores dé V e~ convencer á MM. ,
terina ría ; y mientras Goetz y Salmade, in-
tanto qtie no vea ha- ocu1áron con el vírus
cer los experimentos varioloso á muchos
con el cowpox sacado niños "que habian pa-
directamente de los sado las' viruelas de la

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D~ ~A VACUNA. 239
pezot}es de las vacas, misma manera que 10
y no se me haya de· fue el niño Rubio , des-
mostrado que esta .en- . pues de haber sido va-
fermeQad es el preser- cunado, .es decir, ha-
vativQ seguro de ¡las ciendo loi cisura pro-
viruelas, contin.uaré funda ; y depositando
inoculando con la ma- en ella mucha canti-
teda variolosa huma- ' dad de vÍrus variolo-
na; y aunque se di- so. El resultado fue
cen pretendidas venta· ,el mismo; y el C.
¡as de la vacuna sobre Salmade, que fue tes-
la inoculacion vario- tigo, confesó que es-
losa, los antiguos in- taba' convencido, y
oculadores no tend~án que el experimento
jamas necesidad de sobre el qual habia
ofrecer sus bienes t:ai- cr~ido poder fundar
ces por hipoteca y su relacion contra la
garantía de la restjtu- vacuna., no podia mi-
cion de sus honorarios rarse como tal, ni de
en los casos de no sa- ningun
I .
demérito ha-
lir bien. = Firmado: da ella.
GoetzD. M.
Mr.• Goetz contrae
aquÍ una obligacion
con el público I que de
ningl,ln modo podrá
cumplir, y desde la

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240 DE, ' LA INOCULACJON
época en que creyó
deb~r públicar su opi-
-' , nion con solemnidad,
ha hecho la vacuna
tales ' progresos, que
es muy probable que
antes de poco tiem-
po habrá reemplaz~do
ente'famente á la an-
tigua 'inoculaciou ,va-
riolosa .

. .) LIBRO III.
I

... VENTAJAS 'DE LA INOCULACION DE LA.


VACUNA..

, CAPITULO L

, Orígen y progresos de las 'Viruelas.

Una de las ~~~~deraciones 'q uepue~en ha-


ter apreciar mas las vent~ja~ de la vacuna ~s y
la que se deduce de los funestos efectos cau-
sados por las "itueIas, que hace muchos siglos
que esta n mas que decimando la especie hu-
mana en las distintas 'partes del globo que no

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DE LA VACUNA. 24 1
se-hUll podido libertar de su contagio ... ¿Pero
4mll será el orígen de este azote, su modo de
cO f\ll111icarse, Y los grandes resultados"de las
observ aciones que prueban que debe colocar-
se entr-e el nl1mero de las causas mas dañosas
á la perfeccion física de la humanidad? Esta
qüestion es una de las mas importantes 'lue el
antropó/ogista puede tratar, y se h alla ín-
timam ente unida á la que tiene por objeto las
y'entajas de la vacuna.
, 1 ~ ¿ Quál será el orígen de las viruelas?
Es muy' dificil responder exactamente á >-esta
qtiestioIl; pero la opinion popular, es decir,
la: que reyna tanto en las chozas? como en los
estrados, en el asilo mod'esto de una, alcle'ana,'
y en los bril1ante~ salon és 'en qu e el luxo ha-
ce un contraste tan singular con las rústicas
cóstumbres y la ignorancia de los recien enri- '
quecidos: esta opinion vulgar cree que 'ca-
da uno de nosotros '"Hé~a có'nsigo el gérmen
de las viruelas, y que este gérmen con que
nacemós -sé "desenvuelve segun la ocasi~l1,
siempre que no se h aya extirpado y destruí- '
do l.
,1 Veanse Ips artículos que el C. Vaumes ha hecho
incluir en el Monitor contra la vacuna: véase tambi~n la
carta de un Mr. TlJp. inserta en la gazeta nacional. ES:
Q

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242 DE LA INOCULACION
CQmo !!s imposiblé refutar este error con
mas energía y eficacia que lo ha executado el
C. -Col/adon, insertaré aquÍ el principio de su
quarta carta dirigida á una ,señora á quien de-
seaba persuadir lo contrario, con lo que logró
no solo convencerla, sino que apenas habrá lec-
tor que como no esté enteramente preocupado,
no quede tambien convencido: dice así: "Se-
" ñora , V m. quiere saber si la vacuna dest u-
" ye' el gérmen de las viruelas. Yo creo á Vm:
" libre de la preocupac}on de que nacemos con
" este gérmen. Si las viruelas habitan entre
" nosotros, no es porque nacen con nosotros
" mismos. Los Arabes, cuyos cuentos han di-
" vertido á V m. alguna vez, nos las traxéron
" en el siglo séptimo: antes de esta época no
" se conocia¡{ en Europa. Los Españoles las lle-
" váron á las Américas. Los Ingleses las con..
" .duxér9 n junto con otros azotes á los pacíficos
" h<\bitantes del mar del:.S1}l ; y de es~e modo
v.
tos dos Doctores, tan m~di sos como el vulgo de <juien
qu!eren abusar. nos dicen muy seriamente que el hombre
nace con el gérmen de las viruebs; y que no pudiendo
¡¡na gota de hum or vac un ~ 1 borrar este nue vo pecadQ
original , es absolutamen te necesario recurrir á la inocula·
cion. Si no son estas sus mismas palabras. este es por lo
menos su sentido.

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, DE LA VA'tU"N'Í\. 243
~, han d'ado vuelta
, á todo , el ,rnundo. Sin em'"
" bargo, hay algunos pueblos salvages eXentos
" de ellas, y unas pocas islas cuyos habit;an-
" tes ,han sabido preservarse. ' Luego si este
, "pretendido gérmen fuese innato en nosotros,
" serí~ muy extraño que desarrollado entre los
" ArabeSi en un tiempo que ignoramos ,. fuesé
" como baxado del cielo en nuestra Europa en
" el séptimo siglo, que al decímoquinto hubiese
" llevado la, desolacion á los pobres Anlerica-
" nos; y el qúe se apareéies"e mas tarde eh-otros
'" pueblos, .si~ndo co'nstante que' los' Júdios,
"Griegos y Romanos no las conocié¡on. Es
" bien evidente que si existie~e este gérme'n,
" deberian há-oerse conócidó las viruelá's-ae fó-
,; das las naciones del globo y de padres á hi-
" jos desde 'Adan. Lo contrario está' probado:
" luego ellas no son un:- gérmen, sino una en-
" fermedad contagiosa: enfermedad que nos
" ha sido comunicada -y que comuni<::amos no-
" sotros, que infecta por medio del ayre, del
" tacto y de las ropas &c, Y así la vacuna no
" destruye el gé'rmen ~ariolQso, que de nin-
" gun modo e:ciste, sino que precave de es-
"tos luiasmas variolosos que ' por desgracia
" eXIsten.
" ¿P ero quál puede 'haber sido el orígen
Q2

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~44 DE , J;A INOCULACTON'
"de l~s viruelas? , Siendo contagiosas hasta el
" (Ha, es necesa,ri~ que no s~ hayan des,arrolla-
" .d o espontaneamente en otro tiempo, sino pot
~, ' causas que ignoramos; mas la analogía é in-
, ~, d,llccion nos las harán por 10 menos presumir,
" y por los pechos siguientes podlémos formar
., algunas conje~ilras sobre este punto."

. ,, :primer heche¡.
" " -, )

Un acceso de cólera imprime en la saliva


de un animal canictéres venenosos, y en gene-
ral todas 'las causa~ .d e una violenta 'agjtacion
de espíritu exáltan, el productQ de las' secrecio-
nes, como se ve en h!s lágrimas ardientes que
hace J~rramar una irritacion mécanica de la
glá,n dula lagrimal " ¡::n el humor irritante que
se s<¡grega por la memt>.rana pituitaria en UIl,
coriza, ,en la pro}lta, Y. .funesta alreracion de
la leche por el illftuxo de una pasioIl violenta
y borrascosa &c. l "
f

r, En .la :&iblioteca).~ritánica se lee' una reo,


Iacion hecha 'por Mr. Odier en los términos
sig~ientes~ Hace,a!gunos a~os q l1e en muchas

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DE LA VACUNA. 245
azoteas y jardines de nuestro territorio se culo
tiva un hermoso arbusto, que es,sino me ed·
gaño, el plustox fcodendron de Linneo: todas
l as primaveras lo podaban, y entonces no ha-
bia jars3ineros, ni muchachos que l~ tocasen, á
quien no le saliesen inflamaciones, ampollas y
granos en la parte. Desde que se le reconoció
esta propiedad, se encargó á 10s niños sé abs-
'tuviesen con todo cuidado de llegar á él ~' Y
los jardineros 110 lo podaban despues sino con
guantes. Paseándose un dia por una azotea, en
que habia alg unos de estos a.rbustos, cierta da-
ma , á quien se los enseñaban ,:tuvo la curio-
sidad de coger una' hoja y frotárss la e'n su bra-
zo. Al principio no sintió nada; pero algunos
dias despiles se le apareció én la p arte frotada
una rubicundez é infla macion, que fue segui-
Ha de una p ort ion de granos supurados, que
se parecian á' los h erpes. Estos granos se comrr~
nicáron á su antebrazo por el contacto q ue tú:'
vo con ellos en los movimientos de flexíon, y
desde este á todas las partes de su cue rpo que
toc:tba . y fu éron acompaiíados de una especie
de fiebre biliosá • de la que conv ale ció despnes
d,e dos meses con mucho trabajo: Siend o 'esta
. enfermedad el' resultado de llna ver.cbd era in"
oCillacion J es cierto que se hubiera p odido co-

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24 6 DE ' LA INOCULACION
municar á otras personas pasando de una á otra;
con' lo que fácilmente se concibe como podria
haber tomado una forma regular y hacerse con
el tiempo general.

Tercer hecho.

M uc h as en f,'erme dades ept'dmucas


" y, e.Jt-
l .'
:z;,6ticas que al principio no son contagiosas, vie-
nen á serlo despues quando sus síntomas se
exacerban. Los , sugetos infectados esparcen al
rededor de sí miasmas dotados de propiedades
específicas ,. y capaces de corr¡unicar una enfer-
medad análoga á la de- qtl'e son productos.

Quarto hecho.

Quando un animal carnívoro padece el '


mas violento acceso de una afeccion espasmó-
dica, conocida con el nombre de hidrofobia,
su saliva alterada y transformada en vÍrus por
la exaltacion de la accion nerviosa, transfllite
al hombre ó á qualquier-a otro animal la en-
fermedad á que debe sus funestas propiedades;,
mientras que los quadrúpedos herbívoros, cu-
ya vitalidad no es tan susceptible de exilltarse
á igual grado, pueden ser afectados del mismo ,

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DE LA VAGUNA. 24i
mal, pero sin transmitirlo ni comunicarlo por
sus .mordeduras '\

Quinto' hecho.

El cowpox es uria enfermedad que parece


desarrollarse espontáneamente en las vacas: se
comunica al hombre, y viene á ser-despues una
enfermedad contagiosa " que imprime en, la
economía viviente una mutacion que la hace
incapaz de ser afectada por el vÍrus varioloso.
De la comparacion de estos -hechos pu_e -
de presumirse que las viruelas deben su orÍ-
gen á algunos productos, dotados de la facul-
tad de ocasionar una enferluedad an~log-a- á la
causa que los ha producido. Estos ' productos
habrán podido tambien adquirir despues nue-
vos 'grados de intensidad, y multip}icándose

1 Este es el resultado de las observaciones que el


C. Husard ha comunicad\> al Instituto sobre la dife.ren-
cia entre la rabiá de los, carnívoros y la de lo; herbívoros.
:1 La vacuna á la verdad no es contagiosa por eflu-
vios, ni por la atmósfera; pero desde qtle ella se co-
munica por la insercion, debe prod ucir una secrecion , ~
la que imprime un carácter específico, y entonces es
eviden temente contagiosa i lo que parece que no han co-
.nocido la mayor parte de los médicos que han escrito
sobre la vacUI;a.

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24,8 DE. LA INOOULACION
~nsensiblemente sus focos, se habrá visto aumeu:
tarse en aquel tiempo con ,mucha rapidez la
enfermedad y el número de sus vÍcti mas, ma-
' yormente en los paises 'calientes, en donde pa-
rece tuviéron su cuna, y desde donde por las
relaciones mercantiles se esparciéron en casi
todos los puntos del globo que han desolado.
Por mas fundadas que parezcan estas coh-
jeturas sbbre el orÍgen de las viruelas" lo ciJ r-
lo es que esta enfermedad ha afligido cru~l­
nlente á la humanidad muchos siglos hace; y
sus progr,esos, mas destructores que las conquis-
t as , que las erupciones volcánicas, que las iBU 11-
daci~nes y los estragos mismos de la peste, han
obrado"casi de continuo, y he¡;ho perecer á lo
menas la vigésima parte de la poblacion de
Europa.
Ra habido circunstancias en que unos pai-
ses han sido mas afligidos que otros de este con-
tagio destructor; y apenas eXiste nacion algu-
il"a que tenga conexlon con las demas por la;
relaciones mercantiles, en la que los progresos
\ extraordina'rios de las viruelas, que sd han ex-
periment'ado en ciertos tiempos calamitosos, no
formen grandes acontecimientos y épocas de
desolacion de eterna memoria.
En apoyo' de esta asercion parece que-los

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DE LA VACUNA. 249
he¡¡hos se apresuran á presentársenos. Así es
que al principio del, octavo siglo', este grande
enemigp de la especie humana desoló todos los
pueblos marítimos de Afriút , é introducién-
dose 'en Europa, cubrió de luto á España, Por-
tugal y provincias meridionales de la Fran-
cia: transmitida despues á América esta enfer·
'm cdad. fue mucho mas cruel, que las 'q ue jun.
to con los tesoros nos vino' de aquel continen-
te, pues tomó en algunos parages el carácter
de la peste mas terrible, de tal modo que so-
lo en 'Quito hizo perecer á , mas de cien mil
personas: despobló el Canadá, y contribuyó
mas que ningun otro azote, segun Zimmcr-
man, á la extincion casi absolut~ de los Aca¡o·
sas: tampoco ha sido men'os funesta en el rey-
no de México.
En nuestra Europa, y en algunos parages
del Norte y del Asia, ¿omo no se han debilita-
do las' viruelas por medio de' su ino'culacion,
sino débilmente, se han manifestado tambien en
muchas épocas, causando una asombrosa des-
poblacion,\ al p:íso que con haberlas reciente·

1 En Siberia. segun el Abate Chappe, matan las vi- '


ruela s la mitad de los niños. Segun Palas los Sllm:J;ytdu
padecen espantosas epid emias de viruelas. En J 738 una
epidemia que hacia estragos en América, y que parece dió

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25 0 DE LA INOCULACION
mente llevado á los pacíficos habitantes del mar
del Sur, les ha hecho pagar bien caro las ven-
tajas de nuestro comercio 1, pues invadiendo

la vuelta á todo el mundo, caúsó una gran mortandad en


Inglaterra, y obligó á qu~ recúrriesen á la inoculacion,
que habían empezado á abandonar de.pues de haberla ad-
mitido. En 1768 este mismo azote hizo perecer en Ná-
poles 16000 p~rsónas en poco tiempo. En Rusia, palti~
cularmente en las inmediaciones de Riga '/ en la Sibe-
ria, la inoculacion 'que Catalina II fomentó y casi vul-
garizó en su vasto imperio, ha &¡minuidd solo la mortí-
fera enfermedad de las viruelas que los esfatísticos miran
como una de las causas que mas han contribuido á dis-
minuir la poblacion de este imperio. En Paris y en mu-
chos otros departamentos ha habido en diferentes epo-
cas epidemias de viruelas muy mortíferas. Finalmente,
en Inglaterra, en donde la inoculacicin se ha propaga-
do mas que en Francia, sacrifican aun las viruelas un
gran número de víctimas. Desde el aúp de 1661 hasta
el de 1772 murieron en Londres 2,533450 personas,
de las quales 193432 fueron de viruelas, es decir, uno
sobre 14 por lo menos. En Edimburgo refiere Mon-
ró que desde el año de 1744 hasta el de 1763 mu-
riéron 343 2 2 personas, ·de las quales 21f41 de virue-
las, que sale á mas de uno á cada 16. (
1 Ya hemos hablado en otro lugar de ' la admiracion
. pe Van couvt¡' al ver la diferencia entre los habitantes de
Ot"iti, del tiempo en que los vió con el Capitan Cook
á como los encontró , des pues tan mudados por causa de
nuestras enferm,edades de Eur<?pa.

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DE LA VAC'UNA \ : ~ 5~
repentinamente y con fiereza en Kamtdzatka,
destruyó las dos terceras partes de la pobla-
cion, y convirtió en desiertos mnchas ciuda-
des enteras, en las que el apreciable G/erice,
que las recorrió, buscó en vano algunos habi-
tantes qbe se hubiesen libertado de la general
destruccion r,

1 De este modo refiere el Cap ita n Cle,.ke este terrible


acontecimiento. P ara apagar la rebelion destruyéron un
gran ' n{¡mero de habitantes en 173 r '; pero este pais se
volvió á poblar en términos. que jamas habia sido tan
grande el número de personas . quando en 1767 se pre-
sentáron por primera vez las viruelas llevadas por un sol-
dado. Los estragos que causáron fuéron tan terribles co-
mo los de la peste. y se temió que destruyese á quantos
individuos habia. Se cuenta que cerca de 20000 per-
sonas muriéron de ellas en Kamtc/¡atka en el pais de
los Ko,.iaco! y en las islas Kuri/u. Hubo ciud~des
enteras que quedáron absolutamente desiertas. Nosotros
tu vimos prueb?s. incontrastables de esta horrorosa mor-
tañdad. No se encontraban mas habitantes que en San
Pedro y. en San Pablo. y aun esta ciudad fortificada no
encerraba mas que tres Kamtchadal(J tributarios. El O!-
trog de P aratounka contenia 36 naturales del pais e n-
tre hombres. Olugeres y niiíos. y nos aseguráron que an-
tes de las viruelas ascelldil n á 360. Durante nuestro via-
ge á Bo/cheret¡k pasamos por I¡uatro dilatados o¡trog¡ sin
encontrar tan solo un habi tante.

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2,52 DE LA INOCULACION'

CAPITULO n.
De las 'Ventaj as de la 'Vacuna para la es-
p ecie I.lUtllttna , J de que este solo medio lit liberta
para siempre de los destrozos de las
'Viruelas.
I

Siendo evidente ' que los estragos que cau!an


las viruel as , son el mas terrible azote del géne-
ro humano: 5010 nos resta probar que la vacu-
na no solamente es un medio de moderarlo, si-
no el úqico que puede extinguir su venenoso
fomes, para que se reduzcan á eterno silencio
los enemigos del importante descubrimiento
de Jenne r.
Para probar esta asercion ,de que la V:lCU·
na es el único medio de exting llir y h:lcer
desaparezca para siempre tilla enfermedad, cu-
ya destruccion for mará una de '!as mayores
épocas , és necesario t ener presente dos cosas:
la primera rela tiva á la insufi ciencia de los otros
medios para detener ó destruir el azote var'iolo-
so : la seg unda al modo' de obrar de la vacuna,
que asegura est'a destrucc iol1, con tal que 'se
propague su uso universa lmente. Sígamos pues
estas dos especies de consideraciones.

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DE LA VACUNA. 253
II? La insuficiencia de los medios ··opu es-.
tos á los estragos qe las viruelas alltes de la.
lépoca del descubrimiento de la vacuna. Los
médicos y filósofos, cuyas miras se han dirigi-
do partis:ularmente al adehintamiento fisic;
del hombre, han propuesto varios medios pa-
ra oponerse á los es~ragQs de l~s viruelas. Se
pueden reducir los principales, ClJ}',a !nsllficien~
da para la eXtirpacion absoluta está probada:
1 ~ á algunos procedimientos preservativos: 2 <?
á la inoculadon: 3~ ' al aislamiento, y á algu-
nas providencias para precaver el contagio.
Todos los medio? preservativos se han di-
rigido baxo aquella opinion errónea de que el
gérmen 'd e las viruelas nacia con nosotros ; y
que formando una mancha or iginal, se desarro-
llaba necesariamente en qu aiquiera circunstan-,
cia en que nos hall áse'rnos. Como e,ste error es-,
tá refutado, es ·i nútt!. J:ebatir 'sus c9nse¡¡üencias.
pxácdcas, y el hacer ver 10 ridículo é' insufi-.
dente de esta precaucion, que consistia en ex-
p dmir el cordon umbílical
\
al ti"mpo de nacer,
á fin de expeler un pretendido gérmen de cor-
wpcion : ' el de pulverizar con sal el cuerpo
dd recien nacido, ó recurrir á diferentes com';'
posicicmes por consejo de algunos en quienes
~º .~e ,[~conoce ~as que ígnor~nc¡a y charlara-

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2 S4 DE · toA INOCULACION
nería, La a~cion del ácido muriático oXIgena-
do, que segun los curiosos é impo!'tantes expe·
rimentos de Cruichshanlt neutraliza la ener-
gía del vírus, no hay duda seria ,mas eficaz;
¿pero cómo pueden someterse á esta desinfec-
cion todos los focos de contagio? Por otra par-
te ¿ se manifestaria constantemente siempre es-
te efecto, que solo se ha obtenido en un coPto
número de ensayos? Y así es indubitable q6 e
la ino(Zulacion ha sido el mejor de quantos me-
dios preservativos 5e han usado hasta estos úl-
timos tiempos, y el mas útil á la humanidad;
pórque ademas de suplir el defecto de la po-
tencia vital, modifica nuestra naturaleza de ma·
nera que pueda resistir á los ataques de las en-
fermedades contagiosas, que por lo comnn se
·dirigen contra ' los sugetos mas débiles y mal
dispuestos. y ha impedido que las viruelas na-
turales nos sacrifiquen tantas víctimas; y así
como ,el físico eneadena y da direcdon á los
rayos que caen sobre nuestros tejados, del mis-
mo· modo el' inoculador sujeta y modera los
estragos de 'las viruelas.
Con respecto á esto los beneficios de la
inoculacion son de mucho aprecio; pero mi-
rán.do esta enfermedad por otro lado, y escp-.
giendo al mismo tiempo las circunstancias mas

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DE LA VAQUNA. 255
favorables para una útil reaccion 1, los inocula-
d~res han executado todo quanto ha sido, po-
sible hacer antes del descubrimiento de la va-
cuna; pero sus trabajos, que hasta la presente,
época no se han propagado sino entre un cor-
to número de individuos, ¿ podrían jamas li-
bert,ar á la e5pecie humana de un azote contra,
quien no se opon,e n mas que medios paliativos?
, l ' Puede que tal vez no me haya detenido lo bas-
tante sobre estas circunstancias consideradas como prue-
bas de las ventajas de la inoculacion. Sin embargo. es bien
sabido que las enf<!rmedades contagiosas no afectan igual.
me'~te á todos los individuos ; porque hay algullos que
se resisten a sus ataques, mientras que ó tros mal dispues-
tos y cansados por los esfuerzos insuficientes de una po-
tenCia ' vital debilitada. son' atacados con mas ó menos
violencia. Esto es lo ques ucede con las personas á quie-
1)es ,atacan las 'viruelas,: q~anto mas débiles y lánguidas.
tanto mas expuestas estan y en peor estado de sopor-
iar la enfermedad con seguridad y sin complicacion. En
la inoculacion se baIlan circunst~Dcias diametralmente
opuestas. y ademas el órgano atacado por la' enfermedad
es menos importante. y la superficie ineculada menos ex-
tendida. Con estas ideas .. que se deducen inmediatament~
de los hechos I y de un conocimiento profundo sobre.
el organismo, , nos deberemos sorprehender de las ve n.
t~jas de la inoculacion: ¡ Y hay algun otro caso en que
l~ teó rica y práctica se reunan jamas 'de un l1l ?do tan,
eyidente, ! que nos conduzcan á una sola y mi$ma '0:\1-
clusion!

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2 S6 DE LA INOCU LACION
y aun quando se hiciese universal la saluda:
ble operacion de inocular, y se viesen dismi-
nuir las quatfO quintas pártes de muertes oca-
sionadas por las viruelas 1 en to das las díferen·'
tes partes del globo, coino se ha visto en la'
ciudad de Chester, no por eso dexaria de subo'
sistir la enfermedad; y multiplicando ó entre-
teniendo sus hogares la inoculacíon 2, se pri~a·
~ian un gran número de personas del benéfibo
preservativo, en caso de que una epidemia ac .."
ti va y mortíf~ra precisase á practicar una ope-
racion que exige un conjunto de circ1lnstan-
·cias favorables, y por 10 comun una prep"'ara-
don para asegu~ar' los felices efe~tos, y para
apartar todas las causas de up a peligrosa com-
plicacion .
. El aislamiento, las providencias para ale-
jar el contagio, y los'lazaretos establecidos pa~
~a variolosos, 110 hay <luda que podriañ extin-
I

1 Esta éiu dad debe tan .gran b'eneficio al n,'; H ay-


garth. V éase su excelente obra in titulada R ifle:ríol/u so-
bre los medios de p recaver las' viruelas naturales, traduci-
da del ingles por Rache. ' ,
. 2 La inoculaeion mantiene por lo menos !os focos'
de las viruelas. ¡ No los multiplica ella tambien 1 Esta es
una qiiestioll ' que aun está lejos de decidirse. y sobre la
qu al no estañ acordes hombres igualmente recomen-
dables.

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' DE ' LA VACUNA. 2S7
guír sus hogares 'contagiosos , y preservar por
lo menos á muchas comarcás, y mediante 'una
policía médica muy activa !podia resultar- una.
seguridad ahsoluta. De este :modo desílpaiecié-
ron en Menorca desde 17'11,,, hasth 1742 , En ,
Sumatra se defienden de eliás con la fuga, pues
quando se manifiestan obligan á emigr-ar ami-
llares de habitantes: ,en !~Rkdde~'island se de-
fienden de ellas tomar(dcl> las: 'mismas 'precau-
ciones de que nos valemo~ 'contra la peste, co-
mo se verá por la siguiente carta. de Walterou-
5e di¡ igida a'l Dr, Haygar1>h;[;w
Les Hall· 2 S de setieml5re 'de' 1773.
"No he'olvidado la promesa que hice al
Dr. HaJgarth en nuestrá .última conversacion
sobre las viruelas de enviarle una relacion de
l~s medios de que se sirven en mi patria para li-
bertarse de esta enfermedad, y pon'erse.tan efi-
cazmente al abrigo de sus funestos efectos. Co-
mo hace ya mas de tres aqos que salí de Améri-
ca, podrá tal¡vez habérseme olvidado alguna cir-
cunstancia, ' aunque creo acordarme perfecta-
mente de las mas esenciales; pero antes de em-
pezar será necesario decir algo de Rhode -Is-.
land, y de las relaciones que tienen sus habi-,
tantes con los de los paises circunvecinos . .
Rhode-Island tiene cat~rce millas de lar-
R

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258 DE . ¡¡A" "JNOCULACIOl'{
go y siete de ancho :' está, á seis millas de dis~
tancia del continente, del lado del Oeste al Es-
te, 'y 'apenas es'tarLapartada media milla: al
mediodía no hay .mas que mar. Esta isla es el .
paso gc'neral de t?dos .los viageros que vienen
de Connectt'ctlt: ,~ .dé: Nue'Vtl Yor.h, Jersey.
Pensih)ania y de t0das las provincias meridio-
nales. En la. riberal del continente á hi parte
del Este se hallan las ciudades de BristJt.
Warr~n ,.Ti'Verton,. y algunas otras, que ningu-
na contiene men0S de mil habitan!es, y otras
que encierran tambien tres mil. Por este lado
es por donde llegan 'casi todos los ,que traen
víveres para vender. y 'un gran número de pa-
sageros que vien'e n Qe Boston y de las inme-
diaciones de Providencia, de donde .continua-
mente esta n saliendo. barcos para Newport, cal
pital de la isla. Esta cilldad contiene cerca de
once mil habitantes: está situada perfectamen-
te, y en un parage 'que tiene t<fl, reputacion
de saludable, que es muy freqüentada por un
graD número de extrangeros, que van todos
los
I
veranos desde las provincias meridionales
y de las islas vecinas Po( solo la salud."
Se han visto en Rhode -Island muchas epi-
\ demias. de sarampion, cocoluche y esquinancias
ulc.cradas j pero no me acuerdo que ninguna

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, DE LA VACU}f!A. ' ~ 2. S9
de estas 'enfermedades se " haya ,multiplicado
jamas, sin haber atacado"cayi mi mismo tiempo
á.los habitantes de las provincl"as:vecin as. N ew.
port es un puerto de mar muy c9nsiderable:
de él salen embarcaciones que entran en casi
todos los puertos de 'Eutopa ¡-.en la costa 'de
Africa, en los establecimientos Franceses ,-Es·
pañoles , Hahmdes:es ; Pottugueses y en las.
Indias Occidéntales.: Los buques que vuelvell'
de estos 'parages tan distantes ; nos traen con
mucha menos: freqüencia ,el cqntagio de las vi-
ruelas que los que vienen de los puertos mas
inmediatos: ' ,,: ' .
. , Como .el gobierno .de Boston y el 'de
Rhode-Island han puesto ' ambos dificultades á
la..inoculacion; los que désean: ser iQocu lados'
van á algunas de las provincias meridiona leS
en dondees-rá permitida esta práctica. Todos
lÓSl~ños van muchas gentes de la Nueva Ingla·
ter,¡:a '0en Pensil vania, á Nueva Y orck y á las!
Gerseis con. este objeto. En mi tiempo prefe-
rian mucho el ir á la Isla Longa ; y ha habido
ocasion de ver ir juntos los niños de seis fami-
lias para ser inoculados, los quales volvian en
compañía, quando la enfermedad habia termí- ,
nado; hasta que al dtbo h.emos logrado impe.
dir de este modo' .el ·que las. iV i~uelas se' propa. '
lt~

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260 bE L~ ' .INoCUtACIoN'
guen entre nosotros, lo que se logra confor~
mándose con las reglas siguientes.
Está prohibido 'el volver á traer ninguno
de los vestidos que se lleváron a~ parage en
donde se hizo la inoculadon . Lo es.tambien el.
salir de este sitio antes del tiemp~ señala,do por
los inoculadores, por mas benigna que haya
sido la enfermedad. Y no se pet.rnite de nin-
gun modo desembarcar á las personas qJ e
vuelven con alguna úlcera, .sin haber sido an-,
, tes reconocidas por un inspector destinado á
este' fin. .
. Quando hay en la ciudad ~lguDo en quien
se' sospeche que tenga viruefas." al instante en-
vian sus parientes á buscar al inspector. Si es'
te mira como probable que no se han engaóa- ,
do, desde lu.ego llama á unos' profesores nom- -
brados al efecto para vigilar sobre esta enfer!'
medad ; y si despues d~ haberse juptado ,con ~
un médico decl~ral! que son viruelas ', desde ,
el ' momento ya no tiene la familia nada que
hacer con el enfermo, que,queda hasta su per~
fecto restablecimiento connado enteramente á
]a cOTJducta de estos profesores. que le trans- .
portan á un;} pequeña isla. en donde está pre-.
parado todo quanto puede necesitar. Esta isla,
quC!, ti~nel milla y media de largo _'iuna de an~

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\
DE LA VA CVlU. ,26 r
'cho, es muy agradable,: por el lado del· con:::
tinente está ,libre de los vientos del Este y
Norte, su di~tancia á. la ribera ,de Rhode-ls-
land es de media ipill~', y la ":Ciudad de N ew-
port está distante dos á tres millas de 'esta
parte de la ribera. J

. En otro tiempo transportaban al enfermo ,


en una especie de cQfre ó ca-xa, capaz de con-
tener una peque~a c¡(ma, que por arriba es-
.taba agujereada, para dar entrada al ay re : es-
ta la metian dentro de un carretoncillo sin rue-
das, 'tirado por un cabaBo " '1 acompaúad¿ d~
un facultativo hasta la ribera, desd'e donde co"
locando en una lancha la caxa ó carretoncillo;
en pocos minutos trasladaban el 'enfermo hl hos-
pital. Despues habiéndose observado, que este
terrible aparato hacia mas daño que la misma
enfermedad, por el terror que inspiraba; se le
suprimió, y ahora se contentan con poner al
enfermo en una calesa" para conducirle hasta
bri~rn : .
Ha sUCledido mas de una vez que · antés
de habene decidido la naturaleza de la.enfer-
medad, hubiese hecho esta demasiados pro-
gresos 'para atreverse á tnisladar al enfermo.
En este caso se tomaba el partido de cerrar
la calle :en donde vivia, de avisar de.?ello p:or

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:2-6 ,2 DE ', LA INOCULACION
.10s papeles 'públicos, y d~ ' colocar guardias
que impidiesen' elraproxímarse demasiado á la '
asa ,infectada. I , ' ¡ "
j •

·'í Quando sucede, que! á bordo de un bar-


'co haya enfermos lde vir,uelas; se: l05 traslada
al h()spital, y obligan á hacer quarentena á la
¡tripulacion y al btlque, y á que se ice ~n sus
obenques una.}llandeJa .,; por 'cuya señal to~os
,los deroas barcos procuren apa.rtarse; pero es
,m uy 1'aro, que el, comercio , padezca ningun
,perjuicio por causa de esta enfetmrdad,
~ .. Confieso qu~ múcnos de.. estos reglamen~
tos son inútiles , é ,incómodos; ,per.o es tan- ,
,t o 'el, horror que ,tiene' el; pueblo á esta enfer-
medad, que todbs se so'meten á ,observarlos con
g,usto. ~ualquier eitrangero podria, creer que
no ,se. cumplirian exactamente, si no estuviesen
sostenidos por ma!1dato. de una. ~utorida~ des-
agPadable á la multitud; pero' se engañada,
porqu'e, las miras de foda la nacion, que coin-
ciden con las del magistrado, hacen que :pro ~
duzca ':(!a~a reglamento el efecto deseado; de
manera:¡ que- esto mas bien parece CQl1seqüen'-
cia ~e .. til1a costumbre popular, que ,e} resul-
tado: ¡;le . una ley que estamos obligados á ob-
servar. Los inspectores son personas de un' ran-
'g o mas. que o.omun, y exercen las . obligacio ~
I

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DE LA VACUKA. 26 3
nes de su encargo con una .e'scrupulosa exacti-
\ tud, ' y la ley les concede sus honorarios por
el trabajo. ' ,
En el caso de que se empleasen muchas
, de estas precauciones, de -las quales hay al-
gunas que son estériles y -frívolas, ó aun quan-
do se concediese á Haygarth que el vírus de
las viruelas es soluble en el ay re , que los
muebles y lo's alimentos, aunque expuestos á -,
las exhalaciones variolosas, adquieren rara vez
la propiedad de propagar la infeccion, y que
el ayre no la conduce sino á una muy corta
distancia: suponiendo ademas que la~miras' úti-
les del respetable C. de ChCstcr, y de la -so-
_ ciedad filantrópica que ha fundado, se -hubie~
sen realizado en todas partes, no se ' hubieran
destruido aun enteramente las viruelas; y si
consideramos las íntimas y multiplicadas .rela-
ciones que, hay entre los 'pueblos civilizados; si
al mismo tiempo refleXIonamos que mil subs-
tancias diversas estan impregnadas del _vÍrus
varioloso, y qué los medios de purificarlas 'DO
podrán jamas' impedir que en alguna cirwns-
tancia 'imprevista haya tan solo una que for~
me un foco de contagi'o' 'que 'se propague y
ex'tienda -g eneralmente; nos podremos conven-
cer, de qu.e .lo~ planes.:pwpu'estos pará la ab'-

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264 Dlt LA INOCULACION
soluta extincion de 'las viruelas, antes del des-
eu brimiento d~ la vacuna,. son insuficientes; y
si los examinásem'os mas por me~or veríamos
ademas de que no son siempre praéticables en
todos los, casos, y por lo mismo que su emple'o
parcial no habria libertado á la especie huma-
na del peligro d~ una causa tan dáñina, que
JénneT tendrá.siempre el mérito de haber des-
truido e?teramente. , _ I _'
La siguiente relacion del C. Colladon nos
hará ver la manera de aprovecharnos de este
·. saludable efecto de la vacuna. En mis cartas
ánteriore~ os he referido la historia de la va-
~una '; os he probád'o que ella preservaba de
las viruelas, que estaba dotada de una benig-
nidad excesiva, qU,e no era contagiosa, y que
sola _podia inocular en todos tiempos y edades.
Cada dia se verán-mas comprobados estos he-
chos , y aumentado el número de los proséli-
tos de la v,acuna , en términos que habrá años
que se vacunen tantos como se bat.¡tizan'. Los
,q ue ',esten en edad de razo,n , buscarán el me-
dio, de .preservarse de las viruel~s; y todos los
padres querrán libertar de.ellas á sus hijos. Ya
no se temerá el ocasionarse -á sí mismo ni ,á los
'suyos una enfen~edad que pr'odu~e un bien
tan grande. CQmo no _es cont: giosiJ, no.haprá

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DE LA VACUNA. a6S
teMor de causar )lna epidemia; y conto no la '
tlcompaña el menor peligro, no se hará el me-
nor escrúpulo de vacunar á los viejos y á los
niños mas tiernos; y así llegará un tiempo en
que no se temerán las viruelas sino'en los que
acaben de nacer; y como en estos es tan raro
el contagiarse de ellas, bien sea porque en es-
ta edad esten menos expuestos, ~ porque sean
menos 'susceptibles de contraer el contagio,
(por qué causa nos abstenemos de inocular las
viruelas en u na edad tan tierna ? No es otra
que por el temor de cubrir de granos un cuer-
pe cito tan deliéaqo, y causar una enfermedad
febril á un niño que á veces ,apenas tiene bas-
tante fuerza para cog~r el pecho de la nodri-
za. No produciendo la vacuna mas que un
grano en cada picadura, muy poca irritacion
y ninguna convulsion, se puede sin peligro
vacunar á los niños en el primer mes de su vi·
da. Luego tenemos bastante fundamento para
esperar un tiempo, en que habiendo continua-
do la vacunadon de los niños recien nacidos, no
-se verán mas las viruelas. Ve aquí, me direis,
tal vez un bello desvarío. Convengo, señora,
en que esto no sera, mas que un desvano; ' pe-
ro por lo menos está fundado sobre una rea-
lidad. No ignoro que algu.nas. ye¡:es...son neceo

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:2 66 DE LA INOCULA'CION
sarios siglos para que se reconozca una verda~,
porque nada hay mas tenaz que la preo~upa­
cion que resiste por lo comun á la evidencia
lllisma; pero Jtambien sé que las viruelas estan
muy propagadas á pesar de ser tan temidas.
<Una vez aclaradas las dudas que es permiti-
do tener á cada uno sobre una, cosa nueva, no
habrá )¡a ninguna objecion"contra la vacUl~a,
y su uso se /hará tan importante para el est~­
do, que los gobiernos se ocuparán en hacerle
, un objeto. de ,policía general. j Qué preciosa
perspecti'v a! Bastantes enfermedades desolan
Ja espede humana, sin qué sea necesario el
qué haya tantas .víctimas de un azote extnin'-
gero ' á la Europa. Ya no se las verá causarnos
la muerte, privarnos de la vista, hacernos hor-
rorosos y enfermizos desde la infancia, y ro-
rdearnos sin cesar de objetos de terror y de pie-
dad. Habrá mas seguridad, y 'por consiguien-
te mas felicidad en las familias. El estado ten-
drá mas ciudadanos, y nuestros descendientes
~o conocerán los males de las viruelas sino
leyendo nuestra historia. Ved aquí pues, se:
ñora, un nuevo motivo bastante poderoso pa-
ra hacernos adoptar la vacuna: si por el bien
de la. humanidad se necesitase hacer algun sa-
·crificio,..de ningun modo 95 resi~tiriais á ha-

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·: DE .LA VACUNA. - 26 7
~rlo. Pues bien: aquí no se trata sino de
contribuir á la felicidad pública, principiando
por asegurar la vuestra. Creo, señora, no . te~
ner que decir nías para persuadiros: ~e pe-
disteis mi dictámen aceIca de vuestros niños, y
os lo he dado con fodo aquél" interes que me
inspiran.:.si os faltan que a~larar algunas du-
das, ó te neis alg!Joas objeciones que hacerme,
e'stoy pronto á responder á ellas.
. ",'
ll, CAPITULO 111. 1

.De ' las 'Ventajas . de la 'Vacunacion para los


indi'Viduos,", respuesta. á laJ- principales
, objeciones que le han opuesto.

Entre los descubriniientos é innovaci~ne~ que'


rodean al hombre en sociedád, ninguno es mas
útil á. la humanidad en. general que el nuevo
hallazgo de la vacuna; pbrque ademas de no
exp.oner como aquellas crísis políticas y gran-
I des revoluciones que cuestan tan caro á sus
contemporáneos, ' y cuyas ventajas son tal vez
muy inciertas á la posteridad, ofrece todas .las
utilidades de la antigua inoGulacion, sin par-
ticipar de ninguno de sus inconvenientes.
El deseo ,de desarrollar y probar esta aser.·

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268 , DE LA INOCULACJON
cion, me obliga á presentar en este cap{tulct>
todos los corolarios y resultados mas interesan-
tes, y á comparar los principales fenómenos y
ventajas que se observan en la inoculacion ~e
las viruelas y de la vacuna ; para. responder á
'Continuacion' á las objeciones que parece se
oponen mas á la propagacion ·de .esta.tan salu~
dable práctica. ; ' .¡-
Habiéndome facilitado una circul1st~ncia
muy favorable sobre este objeto, es decir, so-
bre las veñtajas de la vacuna, y sobre las ob-
jeciones propuestas por sus adversarios, el re-
'1
sultado de ·u na convetsacion 'entre una señora
anciana y un filósofo jóven, 10 insertaré en es-
te artículo ·polémico, dándole la forma dra-
mática y' agradable de un diálogo, 'que puesto
tal ve¡z de un modo árido y pesado, podria con-
vencer sin persuadir.
Aunque se han hecho algunas pequeñas
:variaciones en la parte hipotética de este diá-
logo, no por eso dexa de ser muy veddico y
cierto en su fondo; pues por mi parte solo he
contribuido á hacer r~saltar aquellos puntos
ma,s controvertidps para aclararlos y satisfacer
á sus dudas, probando el ninglln fundamento
de sus objeciones, para que en su v¡sta nos de,.
cidamos con entera confianza á substituir la

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- DE LA VACUNA. 26 9
lnoculacioÍl de la vacuna. á la de las "iruelas,
si acaso estimamos nuestras vidas y hermosura,'
y á dar mas crédito á' los hombres evidente-,
mente desinteresados que á los médicos, cuy.o
egoismo é ' joteres personal está tan patente en
S\lS capciosas y pueriles objeciones.
Para que sirva de introduccion á esta es-
cena, presento' este bosquejo de las principa-.
les ideas de estos dos interloc~tores. La seño-
ra .anciana, aunque instruida, .es.tá llena de
plleocupaeiones', é imbuida. de .jdeas falsas so-
bre la vacuna, y. sobre todos los ,grandes des-
cubrimientos modernos que distio~uen de uoa
manera tan notable el último período del si-
glo que hemo concluido.~ Thta abuela respe-
table tiene dos nietos que guardar de los des-
trozos de las viruelas, llamados HOOClrio y/Fe-!
. lix, cuya madre, muerta repentinamente, los
dexó huérfanos casi ai umbral de la vida.
El Dr. de la señora anCiana, digno repre-~
sentante di 'todas las faeu ltades, su confesor, _
las objeciones· de MM, Veaume y Goetz, que
eHa sabe de memoria, así como todas las rela-
ciones meni:irosas de que se' ha de'xado persua-
dir; Y en fin, su preferencia por la inoculadon,
á cuyo favor se ha declarado recientemente, i
50n las disposiciones <fe que resulta el carácter

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270 DE . l;A INOCUI:ACION
que la ' interloéutura desarrolla én.la .conver,:
sacion, y que la determinan 4, las qüestiones,
á las demandas capciosas, y á las objeciones quer
hace á su jóven contrario.
Este ñlósofo jóven tiene sentimientos el~.
vados y su bl¡mes ideas. Sus gustos, estudios y>
conocimientos son conformes á los del· siglo
presente. ,No ignora el conocimiento físico deL
ho~bre, sin el qua! no puede haber verdadle.~
ra filosofía; y su -zelo' filantrópico le ha empe.:
ñado ~n conocer po.r menor todos los experi ..;
mentos relativos á la vacuna, que mira co· i
mo uno de los descubrimientos modernos mas ,
útiles. ' . 1,
.. PRIMER ' DIÁLOGO ~ , -,

ENTRE UN J6VÉN FIL6S0FÓY UNÁ SERORA: J


I '

, ANCIAN;A" S9BRE LAS . VENTAJAS . "e


LDE L~ VACUNA.
. . ,

En vano os 'c~~(s:is : ~octor : ~is ~¡ficis no s-e Seb .


meterán á un experimento incierto, '~uyas ven.
tajas, aunque las creeis suficientes para empe·
ñarme á renunciar la antigua ino.wlacion, es':'
tan muy reprobadas ' por hombre~ dignos de'"
toda, mi co.nfianza.

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pE LA : VACUNA •.

RrL6S0FO.

¿Conoceis, señora, bien á esos hombres


dignos de toda vu·estra confianza? ¿Estaís íns·
truida de sus miras, motivos Y' cálculos? ¿Sa':
beis que no son del número de' aq~eHos mé·
dicos, de quienes con razon se dho én tiempo
de los debates escandalosos soJuc. lal. in·ocula·
cion, que temian ' se perdiesen las yiruelas., q.
de los que en una ,época mas reciente no se:
han avergonzado.de . p~oferir que no era lícito,
sin quebrantar las buenas costilmbres, ó sin
proteger el libertinage , intentar extinguir el
orígen de esta crueLe.nfermedad? Sin embar·
go, á pesar de los motivos que puedan mover
la ppiñion de esos médicos (lontra' la pr.opaga·
~ion de la vacuna, son tan puros Ylrespetables
vuestros sentimientos . ~y los mios t<~n desinte·
resados', que si gustais e.xaminarémos ' sincera-
mente .el pro y. contra de una qüestion ,sobre.
la qual os interesa tanto el obtener todos los
conocimientos capaces, de decidiros. del moClo
mas conveniente aceni.a de los dos <niños cti·
ya felicidad se os ha confiadQ.

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27~ DE . LA INOCULACION

, sENollA ••

Acepto vuestra proposicioD; y si disipais


mis dudas, y. respondeis á mis objeciones, Fe-
lix y Hono-rio serán vacunados. Mas decidme
primero, ¿quáles son las ventajas de la vacu-
.
y
na sobre la inoculacion de las viruelas, _ ~ó-
I
mo pue de 'proponerse ,un preservativo mas
preferible y 'mas seguro que ella, quando en
las viruelas naturales muere la décima parte
de la especie ,humana, y en las inoculadas so-
lament.e la milésima?

FIL6s0FO.

Responderé por menor á esta qüestion; y


si acaso no -os pareciese fastidioso ni pedantes-
co el que guardemos u~ cierto 6rden en esta
discusion ; lo podremos seguir en lo sucesivo.
Primeramente " la inooulacion, cuyps benefi-
cios estoy muy lejos de ig,norar ni de olvidar,
mata mas de un individuo
, entre mil. Si se cal·
cula, no segun la experiencia parcial de algu-
nos inoculadores, cuyo testimanio es mas Ó
menos sospechoso, sino segun un gran núme-
ro de hechos y de observaciones, asciende has-

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., ll"E LA . V A:ClIN'A. .273
ta cinco este número, y Qdemas en :estos mil
. inoculados las viruelas, á pesar de las ventajas
de Sil insercion, son una enfermedad- grave;
á 10 menos para quarenta. que. es verdad con-
servan las vida:; J ¿ pero quán~os sustos y sobre·
saltos no ha costado su conservacÍon durante
el curso de la enfermed.a d, 'que dexa alg.unas
veces reliquias bien funestas!.y enfermedades
cn~ele'S? En la.vacuna no tenemos. que . temer
ninguna de estas suertes des~raciadas. : NÓ hay
una sola víctima que con razon pueda atribuít~
sela hasta la época presente, ,no obstante que
se han hecho mas de cien mil experimentos:
jamas se··han visto motivos. de inquietud";!Íli sín-
toma alguno que cause sobresalto, y mucho
menos el que hayan dexado enfermedades sub-
s.eqi.ientes, ni aquellos vicios destructores, mas
temibles que la ancianidad, y. que pueden mu:'
dar repentinamente en obj~to de lástima y
pena á esta belleza que desprecia á tantos ado-
radores como. se apresuran á tributarla in-
ciensos y adoraciones.

SEN'O:RA.

, Me parecen, querido filósofo, algo exa;


geradas estas ventajas de la vacuna. Vuestro
s

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~74 DE, ' I.A INOCULACJON
acaloramiento, y' aun vuestra eloqüencia mis-
ma hacen sospechosa la causa que defendeis;
y si -acaso no telleis od"as pruebas que añadir
al bello razonamiento que acabais de hacerme,
me permitireis que no quede persuadida ni
convencida, y que me atenga á 10 que voso-
tros, espíritus fuertes, rnirais como preocupa-
ciones í á pesar de, las autoridades mas respe-
tables, .y d~ la sancion del tiempo, á la q'ue
DO dais bastante crédito.

"
FlLÓsol<'O.

, Aunque las ventajás que os he manifes-


tado son las pruebas que mas favorecen á la
vacuna, con todo no son las únicas que tengo
que emplear para vuestro convenéimiento; por
lo que os presentaré ' un paralelo entre los
principales caractéres de las viruelas inocula-
das y los de la vacuña.,
Las '1.)iruelas inoculadas son siempre vi-
ruelas, aunque mas benignas y menos mor-
tíferas; pero al fin son una afeccion contagio-
sa, una enfermedad: general que afecta la cú..
tis secundariamente por tina crísis, producien-
~o una, erupcion mas ó menos abundante, que
dexa algunas veces deformidades menos temi-

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DE :U VACUNA. ' ~7)
bIes para Felix t porque no podreis considerar-
las respecto de Honorina sin estremeceros.
La 'Vacuna, cuya verdadera naturaleza y
esencia ignoramos absolutamente, pero qúe co-
nocemos por 'sus numerosos efectos, es una
enfermedad 'enteramente distinta de las virue·
las inoculadas: es tan poco temible como la
aplicaciol1 de un vexigatorio: forma úna afec-
don local de la parte r!n dbnde se depositó la
gotita de ,humor vacuna!; y causa una'simple
irritaéion? 'que en seguida·comunica una agi.
y
tacion int movimiento' general t que preser-
va de las viruelas con tanta seguridad como sl1
inoculadon . misma. , sin ocasionar accidentes
~ue desfiguren un hermoso rostro, sin produ-
cir m~s granos que los que se presentan en los
sitios de las ~ncisiones, y sin convertir á la
persona que -se ha sometido al experimento
preservativo, en un foco de contagio. .

SERoltA.

Estas ventajas me parecen reales' y deci~


slvas; pero antes de convencerme y de admi-
tir la conseqüencia práedca que se deduce de
ellas, tengo que haceros muchas objeciones.
Io. .. ~

S 2

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276 DI , lA .INOCUI.ACIOlf

• 1
FILÓSOFO.

Responderé á ellas si p~edo; pero petmi-


,tidme que os explique primero algu~a's otras
venta jas de la vacuna que son . consiguientes
á las que acabo de r,eferiros. · .
La inoculacion de las viruelas, por el he-
cho 'mismo de ser una enferm~dad general, Ino
se practica sin muchas precauciones': las épo-
cas de preñez, denticion, pubertad, todos los
actos que exigen un grande empleo,d,e la fuer-
za vital, y que son ciertas e~pecies de revo1u~
dones orgánicas, son, corno V m. sabe, obstá-
culos para la inoculacion. La va,cuna , afecciqn
local, puede por el contrario inxerirse en to-
dos tiempos y circuns~an~ias, segun lo tiene
acreditado la experiencia con las pruebas mas
decisivas; y si algunos médicos ,iJ~'str~qos aCOD-
sejan que no se vacunen los recien nacidos has-
ta cumplir los dos . !p~ses primeros, en cuyo
período ,el ensayo de la vida y una serie de
lllutaciones notables en su organizadpn lracen
tan incierta su existencia, ni tampoCQ en 1a
época de la denticion, en la que nuey~s tor~.
mentos vienen á asaltar al niño; no es, porqu~ /
teman que el desarrollo de la · vacuna haga

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DE LA VACUNA. 2'77
mas petigrbsos estos momentos críticos, sino
por no perjudicar á una práctica tan benéfica,
á la que sus adversarios no dexarian de atri-
buir accidentes que le serian .bien agenos, co-
rno ya lo hemos visto tantas veces.
Goza -ademas la vacuna de algunas otras
'Ventajas cqyo conocimiellto se deduce ha-
ciendo un paralelo entre sus principales cir-
cunstancias. y las. de las Niruelas inoculadas;
y si esta discusion no os parece demasiado lar-
ga, y si mi zalo para logr.ar un convencirhien • .
to que ju~go necesario á vuestra felicidad. no .
os parece indiscreto, me tomaré la libertad de
referírosla.s y de haceros conocer los' hechos
indubitables, de los quales es preciso infira-
mos qtíe ebpermutal' en 'vacuna. las V'i~uelas.
no es substituir solamente u~a ligera enferme-
dad á otra mas grave ,'·sino' el precaver esta
enfermedad grave .. y desterrarla para siempre
por medio. de una operacion, contra cuya
práctica y resultado no ha tenido aun motiva
para 0p'onerse el mas tierno corazon de~ una
madre.
, )
SERollA •

. .Aunque me .veo en la precision ' de pre-


sentaros '~is objeciones, que deseo.me ~efuteis

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27 8 DE ' LA INOCULACION
sincer¡¡mente, esperaré que concluyars vues-
tro razonamiento sQbre las ventajas de la va-
cuna, y las oiré con tanta atendon como. gus-
to; porque voy empezando á creer que M.p.
que me habia persuqdido contra la vacuna, Ó
no conoce bien todas sus preciosidades, ó ha
juzgado. convenient~ ide.xa.t:melas ig.noqtr. I
. I
J J ,1 , . F1LÓSOFO.
\ ' ~",t
Supuesto, ptIes, gue me 10 permitis, con-
tinuaré.: -L.as: v:iruelas inoculadás, así como to-
das las enfermedades·contagiosas que obran en
todo el sistema, estan su jetas á pr~sentar mu-
chas irregularidades.' ocasionadas de la salud
respectiva, y de la energía v.ital de los indi-
viduos, cuya reaccion oponiéndóse' con mas Ó
menos fuerza contra.;"l vírus, es alguna vez
bastante poderosa pará impedir que pueda
obrar su pernicioso efecto; y estas anomalía!>
son tan freqüentes com,,··molestas . .
. Se,obser,van tambien algunas irregulari-
dades en la vacuna, pero es solo por error del
lugar que ocupa: SII.l embargo, aun en este
caso gu arda constantemente mas regularidad
en 's.u "urso ;' y~ ~uarid~ se notase algull otro
extravío, es .tan: f<Í.ci~.y .tan poco dolofoso' el

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DE LA VACUNA. 279
hacer una nueva vacun~cion para lograr una
completa seguridad, que no se tiene dificul-
tad en volverla á practicar-en todos aquellos
en quienes se cree que no se ha desarrollado
tan patentemente que nos asegure de su efec-
to preservativo. ,
Mr. Odie,., que es uno -de los redactores
de la Biblioteca)ritánica, á quienes justamen.
te concedeis una gran confianza, .mira á ' la
uniformidad en el curso de la vacuna como
una de sus mayores ventajas: otro efecto que
no os parecerá menos decisivo, .y que tal vezr
disipará todas vuestras dudas, se nos ha pre o

'sentado al observar que la inoculacion de


las viruelas desarrolla en muchos casps enfer-
lnedades hereditarias, afecciones escrofulosas,
y sobre todo que dexa despues muchas reli-
quias, como diviesos J forúnculos I miles de
ojos &c. I mientras que muchas observaciones
bien exactas han probado por el contrario que
la vacuna ha hecho desaparecer muchas de
estas enfermedades. '

SENollA.

No os creia tan enterado sobl'e la vacu-


na; ¿ pero me podreis citar tan solo un hecho

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280 ~E , Y:A. -INocutACION'
bien auténfico en ap~yo de lo que acabais de
decirme?
FILÓSOFO:
"

. ' -Vea V m. aquí uno que no hace mucho


tiempo que en Ginebra 10 observó Mr. Odier,
y que se'refiere en la Biblioteca británica. Una
d,ama ., que aSl/ como ,vos supo . . y clfJI-
lnstrUlrse
tivar su ~ talento, ' aunque estaba convencida;
absolutamente de las ventajas de la vacu'na,
hizo ,inocular las, viruelas-á su hija. La enfer-
medád-fue benigna; pero ,despues se le formó
': , una nube en el , ojo ', que costó muchas Ín-
quietu.des el curársela. Mr. Maunoir, ciru-
jano afamado, que fue llamado á consu Ita de
esta enfermedad, vacunó al mismo tiempo
"á un niño que habia algun tiempo que esta-'
ha pad'eciendo males de ~jos muy rebeldes,.
que se curá'ron 4urante el ' desarrollo' de la
vacuna 1 sin que pueda /atribuirse .esta cura-
cion á ninguna otra causa conocida. ..
Este mismo cirujano ha visto desaparecer'
varias manchas herpéticas de resultas de la va-
,cunacion. El C. Blanclzc, cirujano en Rouen,
ha observado este mismo efecto. El C.lIusson,
<}Ile acaoa dé publicar sobre la , vacuna ' una
obra que deben leer todas las madres con el

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DE L~~
v ACUN-:tÍ. •
mayor interes, vió desaparecer una emicrania
muy rebelde de resultas de una vacuna com-
plicada con algunos accidentes, y que un 'in-
farto en el pulmon y una disposicion escro-
fui osa se habian curado por esta misma cau-
sa. En fin, Mr. 0dier, cuya relacion oS 'de-
beria haber convencido, cree .poder afirmar
tomo resultado de un gran nú~ero de obser-.
vaciones que la vac~:ma ha mejorado evidente-'
mente la salud de muchos niños delicados y
débiles, y asegurado sus pasos inCiertos hasta

matura. 1
. ..
entonces en la carrera de la vida, á cuya en-
trada parecia deber atajarles una muerte pre- I#~
,....',..., ..
, . :~... ,,~""Ú'
'¿ff . "~'~
. ," ~L

. ,
"~ ,..¡.~ ~;
JI ce ' ", ~"
I Estos hechos citados por el jóven fil6sofo no so~~ v ~ ;"
" '
.enomenos . Id
als ' 1ares. y cuya exp l"¡CaCIOn no ~;¡¿, BOUO
a os e' ¡rregu
· a, una gran I
tIe pue da re fcenr ey ed orgamzaclOn, ~ (f'R.'/las '
nuestra "
porque deben record ar á los fisiologistas y prácticos ilus- ~
trados: 1.0 los efectos felic~s de ~n movimiento febril en
algunos casos de enfermedades crónicas que Boerhaa'DI
ha ~xpresado en este aforismo: Feb,.¡s s~P( sanationis op-'
tima cafua • y que el e, Dumas ha exa¡ñinado con gran
sagacidad en una memoria premiada en 1781 por la an-
tigua Real Sociedad de Medicina: 2.0 la accion general
de los irritantes d~ la cútis. como los sinapismos. los 'D(-
R.'igatorios y aun la /no.va, en un gran número de afec-
. ciones enfermizas por causa de debilidad ó de irregulari-
dad de la accion nerviosa; y la influenc,ia de la aparicion

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282 DE LA JNOCULACJON
Creo, Señora, suficientes todos los he-
chos que os acabo de citar, para convenceros
de las ventajas de la vacuna, y muy propios
para que os decidais; pero si á pesar ha- de
berlós ,ex~m¡nadQ, os determinais no obstante,
CQmo la dama Ginebdna, á hacer inocular á

de un htrpt. del desarrollo repentino , de una arecelon


pi6rica '. de cuyas resultas vemos ceder enfermedades Ilar_
gas ; y hastá entonces pertinaces. que el comun de los mé-
d~cos y cirujanos atribuye :í vicios que se manifiestan en
Ji! superficie del. cuerpo .despues de haber caminado y he-
ellO ffi.\lnsio-nes mas 6 menos largas en diferentes puntos
ele las cavidades. Debiendo añadir. que todas las curacio-
~es espontáneas que 'vemos de résuTtás de ~n excitamien-
to local muy fuerte. se explican por la d octrina de la' irri.:
tabilidad y por el influxo de la accion nerviosa. En este
c.:XcÍtamiento local hemos fundado el plan curativo que con
tanta felicidad empleamos el C. Paudi/J y yo en las en- •
fermedades cr6nicas del pecho: vexigatorios y sinapismos
volantes. aplicados sobre la cavidad vital. repitiéndolos
doce 6 quince veces durante la enfermedad. el hacer res-
pirar un ayre menos oxtgenado que el atmosférico, por
medio de un aparato particular. la inspiracion freqiicnte
de agua del "élhtr solo ó mezclado con la cicuta. y ala.
guna vez con el opio; y el mantener finalmente en el me-
jor estado las funciones del est6mago • son las bases fun-
damentales de nuestro método clirativo , en el que obran-
do los vexigatorios del mismo modo que obra el estimu-
lante vacunal en los casos que se han referido. nos ha
parecido muy i!l1portante el emplear su uso.

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DE LA- VACUNA. -- -- ~8l
vuestros amados nietos t y las viruelas los es-
~ogiesen por víctimas de las que sacrifican en-
tre el número de~erminado de personas que
las padecen, ¿quál seria vuestro dolor viendo
naufragar á Honoriná Ó F elix en un mar en
'.lue los .hicisteis embarcar s~bre )m débil es.,
quife? ¿ Podriais jamas consolaros .despues ,de
haber rehusado el modo mas seguro de viajar
~ue os ofre~ia mi, ~mi/st}d ?, He. ,concluido '. y
SIn embargo' escutliare gustoso' vuestras obJe-
ciones, á las que responderé con toda aquella
fráiíqúeza é ingéñuidad que debe formar 'llna
de los principales caractétes de un ver8adero
amigo de los hombres y de la verdad.

SERoRA.

Estoy casi convencida t y por tanto ape-.


nas me atrevo ,á presentaros mis dudás t y á
proponeros mis objéciones: mas t pues que os
prestais á responderme tan gustoso, os las co-
JDunicaré todas PQ~ ·menor j ' pero como esta
convers~Gion es 'ya un poco larga-, la dexaré ...,
mos para mañana.,. si me 10 permitis, y con-
cluirélnos entonces-una discusion, cuyo reslilt
tado debe influir .-hucho sobre la felicidad de-
los dos niiios de vuestra amiga) d,e aquella hue...

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284 DE LA . lNOCULACJON
~a Sofia, cuya sombra tal vez nos escucha,
y no ignora en el mejor mundo, donde sus
virtudes la habrán hecho merecedora de tui
lugar distinguido, .la activa solicitud en que
nos empleamos para exfuilinar una qiiestion,
en la que ella tomaria un interes tan grandp
por asegurar la vida de sus amados hijoi. "
, } I
SEGUNDO, DlALOGO.

.
CONTiNUACION
. DE LAS VENTAJAS DE LA VA-
CUNA COMPARADAS CON LAS DE LAS VIRUELAS
it. . ~

lNO~UL ;.\ D.'~S ., y EXAMEN DE LAS OBJE-


CIONES QUE SE LE HAN PUESTQ.

Al dia siguiente empezáron los interlocu-


tore~ este ' segundo' diálogo, 'segun .habian
convenido j ' pero en este intermedio la parte:
contraria de la vacuna, esto es, la dama ano:
ciaoa, leyó varias veces la pequeña cana del
gran inoculador Goetz, cuyas inserciones so~
como privil¡::gio§ de,' inmortalidad, los largos
artículos de M,.. Baume; y. consultó al Dr.!.
:D.... que despues .... . pero en , aquel tiempo,
sósténia coJÍtFá todos 'q ue la 'vacuna' era una
lnVenciOD muy p~rjudicial, y. que no se 'pO'"

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. DE LA VACUNA. 28 5
~rá preferir á la inOCD lacio~ de las viruelas
ningun otro preservativo l .

SERollA.

... Buenos dias, mi amadq filósofo: mucho he


r~ft~xionado S9bre nuestra ,última ses ion ; y ha-
biéndome parecido poco convlncentes vuestras
Bzones ;í favor1 ..~e la vacuna, teogo que ha-
ceros algunas objeciones que creo f~ndadas, •
Desde el principio me ~ pareció que exa-
gerabais el número de las personas que mue-
'ren ,de :Ia inoculadon
,s4."." , .1. de'las viruelas, D' Alem· .
bert, uno deJ yue~tros filósofos y escritor, d~
cuyo testimpni9 n<? dudflrei?, despues de ha:;
be,~ e~aminado cOIl¡.Ímparciali~ad en una 9iser:
tacion muy ~uena los resultados favorables y
a~y~~os de l,a~.vir~H:las, bien se~n narqrales ó
inoculadas, y los argumentos, ~e l~s partid:f¡;
Jio~ en Sl} favPf, y ,contra, cree ,pod~,r as_eg~ !a~
<J~,Yt.jamas !l)uere n;nguno de la inoc_ula~iol~
quaQslo se - ~a P'f3:cti,ca,do sabiamente. Sutton ha
. pre'tendido q!l~ en .tr_einta y ;siete mil)nocula-
.. '¡ . Este doctor, convencido despues' por la fuerza de
la' verdad y d~ la opinion púb;ica. se ha-declarado 'solem!
~enieDte á favor de: la vacuna. ,así co1110 .·10 hizo en otro
~ea,po á favor de la inoculadon. . ,.

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286 DE LA INOCULACION
dos no se le muriéron mas que quatro personas;
de las quales tres no quisiérón seguir sus conse-
jos. Tambien me han asegurado que en el hos-
pital de niños expósitos de Londres inoculáron '
quatro mil niños J sin que muriese tan solo une!;
y mi médicb e'i Dr. D .... qué ' Íia practicado
tambien Un gran número de inoculaciones;t;no
ha: sido menos felii: gracias á·lá ·eleccion , y I;{
las preparaCiones ' que há empleado en s¿s
inoculados. '
FILÓSOFO: ' : : •

" Esta ohjecio~ / que ' de' ningun modo ataca


directamente, t!s1especiosa; péto ' S1n embargo
t sp'ero probaros que no está 'fundada; y /aM ¡So' '
rilo' Vm. citár6 hechos, y Ín'e"valdr'é de exem¡
plos que me phrecen conVIDc'entes.
En 1776 refnó en Ginebrlli una epide-
fui~ de viru,ela~ que h'izo perecbl"'.á dosdentai
ai~i persona-s I y' s~n embargo hubo médico que
asistió entonces a quarenta y 'nlieve enfermos;
sin que se le muriese tan sola uno. Si racioci:
nando á vuestro modo hubi'eselél deducidb-qtte.
en general de quarenta y, nuev,e' enfermos de
viruelas no moria uno, le hubiera cruelmen-
te desengañado. la continuacion d"e su práctica"
porque Qesde el cinCuenta y uno- al óncuenta

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DE LA, VACUNA. - 287
Y siete todos muriéron; y quando I el médico
hubiese asistido setenta y tres, se "le habrillfl
muerto siete.
Est,e exemplo prueba evidentemente, que
en el cálculo de las probabilidades no se pue"
de establecer nada de positivo sobré observa"!
dones aisladas y' exemplos pardales i sino que
son necesarios muchos hechos 'y exemplos para
poder obtener algunos fesultadós:' Esto es'! lo
que se ha hecho para sacar la -proporcioll ,de
cinco muertos soQre.dda mil inoculados, cu:
yo cálcúlo s'e ha obren ido por los registros mor"
tuorios de Londres y Ginebra, cúya:~utoridad
merece mucha r mas tQnfianzá que el diario de
los inoculadores ~ por 'grandes que sean sus ca.
nocimientos y probidad. , • I. j,~· , ':L
. De qualqttiera sue'r te, 'y perVmas 6. menos
considerable que sea el númeioi·de personas
que perezcan de la inoculat!ion, es-'oluy cons:"
tante que las viruelas inoculadas pueden ser
' bastante graves para' causar la muerte, y que
para hacerlas tan benignas como es posible,
exigen de parte del ' inocu lador prC(:aucibnes,
cuidados y conocimientos que no se necesitan'
para la vacunacion, que puede pt'acticarse, Y'
se practicará sin duda en lo suc;;esivo sin la asis....
tencia de los m~dkos. ;

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288 D.E LA INOCULACJON
'_ Está_Jifere.nocia me recuerda las objecione~
que puso 'un jóven médko á vuestro Doctor:
D .... que se explicó abiertamente contra la
ya~una en una sociedad científica, diciendo pa- ,
ta. apoyar su opinion 't que por ~us medios pne·
para ti vos habia logrado preservar de acciden·
tes á ~odos , sus iJ;l.oculados. Estoy muy lejos de
opone·rme ~ los hechos expuestos por el D<pc-
t,<;J r, dixo el ,jóven médico; perQ como todos
l os inoculadores po son tan prácticos. ni tan feT
lices como Xos,.c9nvendda que M. D .... fuese
eJ único que continuase;, eM .\a práctica . de la
a~tigua ino~ulacion, y: -que ,de'x,ase 'acreditar y
propagar, ~a vacunacion, para' la qual no hay
inconven,i~pt§ . en que se carezCa de ' esa prác~
tica tan dilatada, de . esos conocimientos tan
prQfup~os "~ qe ~sa des.t1'~~a que ha pro por· .
donado á:.wi compañero -el feUlo éX1ro en to-
dos sus jnoc~laqo5. .

I SERo¡l.A.
,.
~

'. Como en esta discusion soy imparcial, y


estoy muy distante de querer sostener este
combate científico con una obstinacion ridícu-
la" confie~o qpe vuestras respuestas destruyen
mi objecion ¡¿pero cómo .me podré per5uadir

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DE LA VACUNA.- • 28 9
á que vuestra Vacuna que si
j debe~os dar
crédito á sus apasionados, es un descubrimien-
to tan fecundo en resultados, haya po'dido ve-
. nirnos dé hombres groseros, de aldeanos, de
1m pequeño rincon del globo tan pocO' ilustra-
do, y de donde segun vuestra opinion ha sa~
lido para esparcirse. sobre ~odas las partes del
mundo conocido, un beneficio que debe tener
una influencia tan grande en 'perfeccionar lo
físico de la humanidad? , ,'

. FIL6s0FO • .
. \

j:Ah señora! ¿es posible que. me hagais,es-


ta pueril objeci'on? ¿ Habeis olvidado, que de-
bemos el uso de la quina á: los salvages, el co-
nocimiento del iman á un pastor, el descubri-
'miento , de esos vidrios mágicos (los telesco-
pios) qpe .:nos han alejado los límites del uni-
verso á juegos de niños, y que diferentes his.
toriadores de la medicina quieren aun preten-
der que el hombre es deudor de muchos salu-
dables prácticas, como los baños, sangrías, á
los repetidos exemplos que les hah dado "los
animales? El instinto y la necesidad obligan á
hacer. numerosos descubrimientos: los sabios id-
ven.tan· poco, pero hacen .útiles y fecundos 10s_
T

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29 0 DE LA INOCULACION
txperi~entos que la naturaleza presenta sin ser
preguntada, y los buenos hallazgos casuales, ó
por mejor decir los beneficios de la Providen~
da; y esto mismo es lo que ha sucedido á la va·
cuna, y á otros muchos descubrimientos que
la han precedido.
SERoRA.
I
Habeis satisfecho completamente esta ¿b-
jecion , que casi me avergüenzo de haberla he..
cho; ¿ pero cómo respondereis á esta otra?
La vacuna es una. nueva enfermedad que
quereis trasladar de los animales al hombre pa-
I
ra destruir las viruelas. ¿ Esta empresa no es
contraria .á los. prinCipios de.la Medicina? ¿ No
tiene el hombre bástante con sus propios ma-
les? ¿ Y no será mucho mas conveniente el ex-
tinguir los focos variolosos .por medio de las
precauciones de policía, que por la ,adq~isicion
de una nueva enfermedad?

FIL6s0FO.

Esta objecion se satisface con pocas pala-


bras. Está probado que los planes propuéstos
para la exrincion de los focos variolosos no son
practicables sino en. algunos pequeños y aisla.
,

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_ DE LA V A'CUNA. · ;. 29 1
dos terrenos ; que no pudiendo ponerse de
acuerdo todos los hombre~ sino con lentitud,
• difícilmente tomarian unánimes las precaucio-
nes convenientes ,par'a .u na' general. pu"rifica-
cion; y ' por ' otra parte el vÍrus varioloso' está
de tal modo sembrado y .~sparcido, que de lali
infinitas substancias que le conservan, fácil-
mente se podrhm 'escapar algunas de los .me ..
dios de pu'rificaCion, y formar repentinamen-:
te un foco capaz de ocasionar. un nuevo' COlh
tagio. La vacuna, que apenas merece el nom.,.
bre de enfermedad, con tal .que se propague
de un modo general, es por el cont.rario un
preservativo!fácil Y' seguro, de modo que siem-
pre que uha generacion.entera haya' sido va.
cunada, y no se mantengan ya losJocos del
contagio varioloso, por , medio de .las viruelas
naturales ó inoculadas, quedarán d~struidas
con el tiempo, Y se verá agotado su orígen; y
la vac~na, que no es directamente contagiosa,
se acabará :luego q:lle dexen de, inocular. Lue ~
go en esta época se habrán des~ruido ,las vi-
ruelas y la'vacuna, Y esta no existirá .mas tiem~
po sino el ' necesario para ' causar ,el saludabl~
cíecto que se .desea.
, !

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2 9~ DI LA INOCULACION

. SESORA.

Esta es otra ohjecion que debo abandonar;


pero teniendo presente que las. objeciones qu'e
os he ptiesto no son mas que dudas sobre las
que me quiero ilustrar para decidirme, ten-
I I
go aun a1gunas que exponeros; y aSl, supues·
I
to que no teneis4ningun indicio del cowpox ó
viruelas de las vacas, ¿no podrá provenir de
una superchería británica, ó de algun ardid
. '

de los médicos ingleses, que segun algun~s


son algo sospechosos? ¿Y no puede ser que la
vacuna ,sea una viruela degenerada, modific~"
da, y que dimane de un vÍrus varioloso que se
haya dulcificado y naturalizado 'd e aJgun mo-
d~ en la vaca á quien se le haya inoculado? ,

FIL6s0FO. e (. ,
,1

Esta suposicion, que no éstá fundada sobre


n'i ngun hecho, y que es una ' acusacion contra
hombres que 'h an sido tan úti·les á la human,j-
aad, como MM.' Simmons, Pear son, Wood7Jille
y Jentzer, á quien el gobierno .ingles acaba,de
manifestar la gratitud nacional, concediéndo-
le una suma d~ setenta mil libras, no os pue-

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DE' LA ' VACUNA. 293
de impedir el hacer vacunar á vuestros nietos
supuesto que el médico que la ha hecho acon-
seja la práctica del nuevo preservativo, y con-
fiesa tambien que no se debe mirar su hipóte-
sis como una objecion. Añadiré ademas que
esta opiníon no está apoyada sobre ningun ex-
perimento, y despues que se ha conocido que
el ducado de Glocester no es el úñico parage
en que s·e observan las viruelas de las vacas,
sino que estos mismos animales se ven atacados
de ellas en el Dc'Vonshire, en el ducado de
Holstcin y en la Lombardía, segun MM, Stro
mcjer y' Sacci, ¿ cómo se podria admitir que
en lugares tan remotos se hubiesen todos con-
veñido para engañar al universo por medio de
UJ? fraude, cuya causa no se percibe?

SERoRA.

Aunque me parece que no os convenceré


una sola vez, espero sin embargo oponeros al-
'g unas dificultades, de las que no triuDfarei~
tan fácilmente. Decis que la vacuna preserva
de las viruelas; ¿mas podreis asegurar que es-
fe efecto preservativo durará toda la vida, su-
puesto que nó le conoceis sino de pocos años
á est'a parte? ¿ Me podreis tampoco asegurar

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294 DE , 'LA INOCULACION
que esta enfermedad, mudando : la 'organiza-
cion, no la disponga á enfermédades graves, á
que la .sangre no esté alterada y corrompida
por el gérmen de las .afecciones enfermizas de
las personas que os suministran el humor va-
cunal, y que en .fin j pues que nacemos con
el gérmen de las viruelas, no sea necesario su
desarrollo para la conservacion de la salud, Iy
para preservar de muchas enfermedades de-
puratorias? '
FILÓS()FO.

El interes que he tomado en el ' descubri~


miento 'de la vacuna, me ha obligado á cono-
cer exactamente todo lo que pertenece á él Y
á las viruelas de, que nos preserva, y por lo
mismo puedo satisfacer á vuestras nuevas obje-
ciones con resultados de experimentos,
Si las pruebas en contrario que 'se han em-
pleado para probar el efecto preservativo de
la vacuna se hubiesen hecho pocos dias des-
pues· de haber cesado sus síntomas, seria real
vuestra objecion, y confesaría que no podia
responder á ella; 'pero habiéndose hecho mu-
chas de ellas en épocas mas remotas; y algu~
nas en' el ducado de Glocester, veinte, treinta,
y aun cincuenta afios despues del desarrollo

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DE LA VACUNo:!. ~ 29)
de la vacuna en personas que casualmente la
habian. adquirido, se puede asegurar que no es
efímera su virtud preservativa·, y que se pue-
de contar con su efeato durante toda la vida.
En quanto á los accidentes y enfermeda-
des que temeis sobrevengan despues, como no
se han ~erificado en ninguna de las personas
vacunadas casualmente _despues de tantos años,
el objetarlo es ir contra la experiencia, y atri-
buir á la vacuna males que jamas ha causado,
para privarse de las utilidades que pueden oca-
sionar á' vuestros queridos nietos.
La ohjecion de que el pus vacuna! puede
hallarse infectado con 10$ gérmenes de las en-
fermedad_es que padez~~n algunas· de las per-
~o.nas de quienes se extraiga, es diametralmen-
. te opuesta al conocimiento de las leyes de la
vida; porque el humor contenido en un grano
vacunal, que se presenta en qualquier indi-
-¡jduo, nada 'tiene de comun con el vicio escro-
fu loso , escorbúticoó tísico que se le puede
suponer.
Este grano y el humor que contiene pro-
vienen de una elaboracioll local y particular,
del mismo modo que se 'cria un excelente fru-
to, ó las flores mas fragantes y olorosas en las
ramas enredadas en un árbol venenoso, Ó cu- J

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:l<) 6 nE , LA INOCULACJON'
yas flores esparcen al rededor los olore's mas
desagr~dables. Esta comparacion no es, como
quizá creereis, ,una fórmula literaria, sino la
expresion de un hecho que se refiere al nues-
tró'; y si mirnseis estas reflexiones corno iluso-
rias y sistemáticas, os recordaria que aun en In
transmision de las ' viruelas es indiferente para
el feliz éXIto de la inoculadpn el estado de la
personas que suministran el vÍrus; y que suge-
t-os atacados de ,diferentes enfermedades, corno
las escrófulas, escorbutQ, gálico &c. han su-
ministrado freqüentemente el mejor gérmen de
las viruelas: siendo mas extraño el que habien-
do sacado' Dazilc este gérmen en un caso de
urgencia de los granos de un Negro que aca-
baba de morir de unas viruelas confluentes,
causó su inoculadon unas viruelas las mas be-
nignas y discretas.
La otra objecion, de que destruido el gér-
men de las viruelas, quedamos expuestos en lo
!ucesivo á enfermedades depuratorias, es la me·
nos fundada; porque los gérmenes de las virue-
las no estan dentro de nosotros, sino fuera, y tan
esparéidos los miasmas que causan esta enfer-
medad, que cpn dificultad nos podremos librar
de 'ella: Este hecho se comprueba por la inva-
sion de las viruelas en Europa, por su reciente

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DEI.A - VACUNA. 197 '
J omutiicacion en Kamtchatka, y en las is-
laS. del mar del Sur, por no haberse jamas ma-
ni(estado en algunos pueblos salvages, y ' por
haberla extinguido en Rode-Island por medio
· de precauciones semejantes á las que emplea..
mos para librarnos de la peste .
. D e 10 dicho resulta que no se debe creer
la opinion vu 19ar de que e~iste en nosotros
· el gérmen varioloso; por lo 'que esta dificul-
tad queda completamente satisfecha, así corno
igualmente la otra de que las viruelas natura-
les ó inoculap as precaven de enfermedades de- -
puratorias, contra quienes es eficaz la vacuna.

SENoRA.

Qued.o completamente convencida de to-


das' vuestras razones, y por' lo mismo Felix y
Ronorina serán vacunados; pero en fin, ¿ qué ,"
me responderíais si para terminar nuestra dis-
cusion os preguntase. cómo una enfermedad
local preserva de otra general como es de las
yiruelas? ¿Cómo' un simple grano, una causa
tan peqüeña puede producir un efecto tan
grande? La misma raz'on no se resiste á creer
· efectos tan maravillosos y semejantes milagros.
¿Y noei siempre prudente esperar para dedo

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29 8 DE , LA INOCULACION
dirse J la época en que nuevos resultados de ex-
perimentos y observaciones hayan disipado too,
das las dudas que obscurecen ahora la verdad?

FIL6s0FO.

No puedo ciertamente dar razon de cómo


5e producen estos efectos J tanto en la vacuna
como en otras muchas operaciones de lartat*-
raleza viviente; pero estoy bien convencido
de que no se pueden negar los resultados y
fenómenos, qualesquiera que ~ean sus medios
y causas J y de que se reproducen constante y
uniformemente.
Molier, cuyas jocosidades y epígramas con-
tra la Medicina miran los médicos filósofos co-
mo á principales causas de la revolucion mé-
¿iea que experimentamos J y por las' que debe
colocarse en fin el arte de curar en el número
de las verdaderas ciencias. ha dicho ha'blando
de la virtud somnífera del opio: Opium facit
,dormire J quia est in eo 'Virtzu dormitiva. El opio .
hace dormir porque tiene una virtud dormitiva~
Esta misma explicacion se da freqüente-
mente en medicina con un tono magistral J y
yo me hubiera ¡podido tambien valer de otra
semejante para responder á vuestra qüestion,
de cóm9 la 'Vacuna pu:de prescr'Var de las 'Vi-

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DE LAr VACUNA. 299
,.udas-; pero prefiero el confesaros "con fran-
queza que ignoro" este cómo, y las relaciones
que puede tener una c"ausa tan peqiJeña en
apariencia con un efecto tan grande: ¿Mas aca:-
so estoy mejor instruido de otros muchos fe-
nómenos, como el de la reproduccion, el d~
la "Dllturaleza de muchas enfermedades, de la
accion de la quina en las fiebres intermitentes,
de aquel átomo de veneno, cuyo efecto repen-
tino ocasiona súbitamente la muerte; y en fin,
el de la causa primera de todas las operaciones
de "la vida, de los que no puedo dudar, aun-
que estan cubiertos con un velo misterioso, ., .
en los quates créo como en la influencia pre-
servativa de la vacuna, porque me han ' hecho
'Ver su eXIstencia multipliCados experimentos?
Esta palabra cómo equivale en muchas cir-
tCunstancias á la de 'por que, y forma como el-la,
qüestiones irre ~olubles. Nosotros conocemos la
':naturaleza por s~ exterior, pero no hemos lle-
gado aun á percibirla interiormente; y así vol-
viendo á la vacuna, como nos ha enseñado la
experiencia que preserva constantemente de
las viruelas " debemos creer este efecto, por
maravilloso é incomprehensible que parezca á
nuestra razono
La otra objecion, de que seria prudente

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~oo DE 'LA INOCULACION
aguardar á que el tiempo 10 decidiese con ñue-
vos experimentos y observaciones, pJrecia mas -
propia de los inoculadores de profesion que de
/
V05-, y así n? comprehendo cómo habeis podi-
00 adoptarla. Se ha vacunado en Inglaterra,
Francia, Suiza, Alemania, Italia, y aun en
América, y siempre se han obtenido los mis-
mos resultados, como nos 10 aseguran los o~­
servadores mas desinteresados. Pasan de dos-
cientos mil los experimentos hechos; ¿ y pedis
aun otros nuevos, y quereis aguardar á la pos-
teridad para valeros de un descubrimiento tan
benéfico, y del que podeis hacer una aplica-
cion tan feliz? i Ah., señora! os exhorto en
nombre de vuestra amada Sofía, que os ha en-
Cargado la crianza de sus hijos, á que no du-:-
deis por mas tiempo, pues tal vez nos rodeará
en este momento una atmósfera variolosa. en
la que esten expuestos Felix y Ronorina. Si
les inoculásemos las viruelas ordinarias, quizá
les resul~arian accidentes perjudidales que no
puede causar la vacuna, pues sus ventajas se
os han demostrado, y satisfecho tambien vues-
'tras dudas y objedones;, y supuesto qúe estas
eran infundadas, solo os resta el cumplir la pa-
labra que me dísteis al principio de nuestra
primera conversacion.

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~E LA VACUNA. 3° 1
No fuéron inútiles los esfuerzos del jóven
filósofo, pues al siguiente dia presenció la va,,:
cunacion de F elix y Honorina, con lo que I~
quedáron deudores del beneficio jnaprecia~Jc
de poder exponerse impunemente , al, contagi~
va~ioloso que reynaba .entonce~ con mucha
fuer~a.
CAPITULO IV.

Continuacwn del mi~mo asunto. ,)

H>e hech~'~,~noc'er Pri'nc~pales objeci~l\~~


las
que han presentado contraJa propa,gacion dl1
la vacuna los ciegos preo,cupados, y un cot;tQ
número de médicos que viven de la asistenci~
á virolentos" y de su inoculacion.
..• A estos arg~mentos, q~e ~e refutado tan
bien como me ha sido posible, y con la V~1
taja que tiene el amor de sus semejantes, y de
la verdad sobre la mala fe, la , ignorancia yel
miserable egoismo, se han agregado d~sPHe~
experimentos supuestos y falsas 'observaciol,les:
se ha dicho s,in prueba ni autoridad" Y'- pr.~
sentado algunos hechos bafo qe un falso pun-
to de vista, q~e la vacuna ~o e,ra const~nte '
mente un preservativo, y que sus resultaeos
eran peligros,os y aun mortales•. ;

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302 DE 'LA INOCULAcrON
Es cierto que algunos niños vacunados ,
han padecido d~spues las viruelas; pero esto

dependió de no haber producido efecto su va~
cunacion, hallándose estos Naclinados en el
mismo caso que los sugetos cuyo organismo
'no se ha modificado y alterado de !llanera.que
puedan exponerse libremente á la accion de
los miasmas variolósos. ' , !
/ En quanto á las víctimas que se alegan
contra la vacuna" no' hay observacÍon algu-
na bien comprobada que manifieste todas..-las
cIrcunstancias ·de ,¡los hechos ,alegaoos ~ co"mo
objecion que pruebe nada en favor de . los
-r~emigos del ' importante descubrimiento de
Jemlcrr.· . ; .'.. .. ¡
. Esta es la exoÍcta verdad y el resultado 'de
la opinion que han adoptado sobre la vacuna
hombres desinterd ados, y cuyos ,nombres ce':
lebres al mismO' tiémpo que' respetables, como
sen los del Señ~t ifoseph Banek, Pearson" Sim.
;"ons, Stt'omeyer" Ffaff, De Carro, de la' Ri~
've , 'Odier, ThO¡Jr~'t de Lianeourt ~r Chausier,
Piliel, '/e 'R~ux ; 'Halle Sabatié, be. be. en
contraposicion de 'los nombres 'obsturos de un
Tap~ un Chapon, Baume, Dúfai,.Goetz &c. &c.
neben ilustrár al plibliéó sobre sus verdaderos
illte!eses, y emp~ñarlo á qu e. t-e'"hace CQn una

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DE LA VACUNA. 303
justa indignacion los consejos pérfidos que le
dan algunos hombres miserables ~ para fundar
sus ventajas personales sobre los males y erro-
res de la humanidad.
De este modo podria concluir el exámen
de las objeciones hechas contra la vacuna; sin
embargo, no queriendo que por un exceso de
filantropía se me acuse de una injusta parcia-
lidad; y persuadido por otra parte de que la .
exposicion de los hechos es mucho mas con-
vincente que las autoridades, voy á examinar
algo por menor las 'nuevas objeciones del ciu..
dadano Baume, y la carta que el ciudadano
DuJoi ha hecho insertar en los pequeños car'"
teles y en el diario de .los debates; - .
La obra en que el ciudadano Baume ha
publi~ado lestas nuevas objecioaes, se,intitula:
Perjuicios de la 7.Jacuna dem{fstr:ádo"s rpor he-
chos tluténticos &oc. Se dice que presenta en su'
respuesta á la junta comisionada muchos he';
chos que ya se han refutado, y que-añade a.1~
gunos otros que nO, son concluyentes, citando
como' que han SIdo vacunados algunos ' niños
que no lo f-uéron, ó en quienes la inoculadon
de la vacuna no produxo ningun efl;!cto. Atri-
buye ademas á esta operacion accidentes que
de n¡ogun modo le corresponden, y gradua en

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304 DE. -LA INOCULACION
fin de afecciones graves y extraordinarias las
circunstancias mas simples que se han pre ~
5entado durante el curso de la vacunacion.
Omitiré al lector las frases oratorias .y pa-
~éticas de Mr. Baume, presentándole sola-
mente los h~chos sobre los quales intenta fUIl~
dar sus formidables objeciones.

Pt"imcr lucho.

Sigue a11 n la observacion del niño BIondeau,


pero tan desfigurada y alterada, que es del
todo diferente de la reladon que hizo el du;-
daciano Goctz, no obstante que su intento era
perjudic'lr á la vacuna.

Dice el C. Baume . No es cierto qile'es·


que el niño Blondeau te niño Blondeau haya
tuvo granos variolosos tenido granos variolo:
bien caracteri.zados , sos, como pretende
a~ompañados de ca- Mr. Baume, sino una
lentura al ciia octa- úlcera variolosa .oca,.
vo &c. ' sionada de la ¡ncision
. profunda queJe hi-
ciér.o n, en la que de-o
positáron una pordon
considerable de vírus.

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:DE LA vAcmu. 3,0 S
Véase.la respuesta á
la carta de Mr ' Goetz
pagina 233. -
Deseosa, la junta ' . -No habien,do po-
de asegurarse, y de dido elaborarse nid.es-
evitar dudas sóbre la componerse el vÍrus
naturaleza de estas ~i­ varioloso en la incision
ruelas:, tomó el pus de de Blo,¡¡deau, era natu-
las de Blondeau para ral que inoculando con
inocular á' dos niños, este mismo vírus, re-
de los quales 'el uno; sultasen las viruelas.
llamado Cárlos La'Va- Véase aun la respues-
¡cite, tuvorlas:viruelas ta dada á Mr. Goetz.
mas completas, salién-
dole cerca de cien gra-
nos; sucediendo esto
mismo á su hermano
de leche, á quien ,.
igualmente inoculá-
tOÍl. - .
.. . .-
"'):.!:. .. "t- ,.
~

Segundo Mcho. I 1 'í

: Una carta de Gi- , La carta cit.ada 'por


nebra ,dice Mr. Bau- Baume es - anónima,
me, me confirma la y el. ,D r. Odier, co-
notida de los destro~ nocido muy bie.n p.or
:¡os que exerce allí el sus luCes y_probidad,
v

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306 DE, 'L~ INOCULACION
azote de las viruelas; escribió en 3 de abril
y añade 'que los vacu- que de mas de 1800
nados tampoco se li:: vacullados que habia,
bertan'ya de su con- ninguno contraxo las
tagio.,' "Viruelas; á pesar de
'., habérselas inoculado,
, l.. Y de haberse expues-
to á su contagio. I
Ruego al públibo
¡ < • J Y á Mr. Baume que
vuel van"á ver lo q-ue
tengo dicho sobre es-
tas cartas, que cita co-
mo ' autoridades. sin
nombrar á los sugetos
que se las 'nan escri~o.
, ,
Term' hecho.

Viviendo el e, Co" U na certificacion


llard ell casa dd C. ', del padre de esta' ni-
Bernard f director de ña , dada con fe~ha 29
forrages ; hÍztl vI cu- de nov'Íembre ,'Prueba
nar ,á"su hija, de edaC! que no tuvo 'efecto su
de ' lo' á 12. años ,. cu- "Vacunacion. Este do;'
ya opeiaciQll salió pero c,umento ,justificativo
féct-amente á gusto del se conserva en ~l. artí.

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1 DE LA. VACÚNA. ,go7
operador y de los pa- culo de la junta cen-
dres; pero á loS nu'e - tral sobre la vacuna.
ve ó diez dias despues
de haber heého su
curso los efectos de la
vacuna, le saliéron las
viruelas en todo su
.cuerpo, cuyo conta-
gio adquirió de un
hermanito suyo que
las padecía.
Quarto lu.ho.
, .
Habiendo visitado ·Sobre la vaCUlla~
el hospicio del Oesr, ción.! de este niño ha
situado maS allá de la contestado la . junta
calle de Seves, en do.n- médica ,1 cuya autori-
de la junta hace los dad reconoce y respe-
experimentos sobre la ta Mr~ Baume. \
vacuna, vi un niño de
4 ó S meses colocado ..
en el núm. 2 S de la
sala de convalecencia,
,que segun me ¡nfor-
máron se llamaba Juan
Luis Hacquend, el
qual habia quarenta Ó

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'308 DE LA INOCULACION
cincuenta dias que se
le vacunó, habiendo
producido esta opera-
cion su efecto regular. "
Me informáron tam-
bien las enfermeras,
que habia sido muy "
fuerte la I calentura I'
que le sobrevino, y
que un mes des-
pues de su vacunacion·
se le -hizo la cÓDtra~
prueba de inocularle.
las virllelas, de que
le resultó á los ocho
Ó nueve dias despues
calentura, seguida de
uná erupcion general
de viruelas en todo su.-
cuerpo. En 18 de no-
viembre, que fue
quando vi á este ni- ..
ño, estaba en el se'x - ,
"
to ó séptimo dia de la
, erupcion variolosa, y
aun se le veían las
I

manchas y cicatrices
- .

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DE ~A VACUNA."
de la vacuna: 10 qué
no dexa duda sobre \
los efectos de estas dos
inoculaciones, que
pueden ver los ¡ncré·
du los durante mas de
un mes, respecto á
que las manchas de las
dos oper.aciones son
tan marcadas que cier·
tamente durarán mas
allá de este término.

QUi1ZtO hecho. , . .J

Este quinto hecho, que el'C. Baume pre-


senta á su modo. es unoJde, los 'mas notables,
y lo refiere este anti-vacunador del modo si· ,
guíente.

El C. Goupi, 'ne· La junta central


gociante en la calle de conserva una certifi.
Thc7Jcnot núm. 63, cadon del C. L'!fts'u ,
hombre que reune las de fecha de S de abril,
quaJidades de honrar en la que leste ·reco·
do. inteligente y ve- mendable 'médic.o así
rídico, me ha refer,i- por sus cOl1ocimicn~os-

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3 1 0;. , DE ..-LA . INOCULACIOlf
do el cruel aconteci- científicos, como por
miento qué ha pene- su desinteres y severa
, trado su carazon y el probidad, certifica que
de su esposa con el el niño de q'ue se tra-
mas vivo dolor. Per- ta murió de una ca-
suadido de algunos lentura remitente.
amigos que le asegu-
ráron que la vacu-
na no era enfermedad
peligrosa, y que pre-
cavia para siempre
de las viruelas, cedió
á sus instancias y á las
del C. Colon, ,per~ '
mitiendo que este va-
cunase á sus dos hijos;;
de. S años de edad el ,
uno, y el otro de é.erca
de 2. Con el pus va-
cunal del hijo mayor
se hizo .la inoculadon '.
del menor: se le pre-",
vino , al vacunador
que este nióo padecía
usagre e,n la cabeza,
no óbstante que em
e!: resto de su cuerpo

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DE 'I.A VACUNA.
se hallaba bueno y
fuerte; y añadió que
110 habia tomado mas
pecho .que el de su
madre.
Segun opinion de Mr. Baume creyó
los partidarios de_la añadir á la muerte de
vacuna ~ puede esta ~ste niño otro.SJnucho5
inocularse en .qual- casos referidos- en la
quier tiempo ,edad ()bra de . W oodvilleó
y circunstancias sin pero estos hechos son
peligro alguno. E ste de aquellos en' quie-
niño fue vacunado en nes atacando á un
6 de febrero. El (dia tiempo mismo la va-
1 o ya se notó en cuna y las viruelas,
las picaduras ,el efec- han resultado acciden-
to ordinario .de la va· tes, sobre cuyo parti-
cuna. El 12 habién- cular hemos .tratadp
dose aumentado la in- ya lo suficiente.
flamacion de los gra-
D OS vacunales, le so- '
breviúo una fuerte ca-
lentura, que fue sub-
seguida al dia siguien-
te 'd e una eru pcion
considerable de grue-
sos granos, entera·

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g1 ~ , D~ ' LA ~ INOCULACION

mente semejantes á
los que se presentáron
en las picaduras, en
la cabecita, cara y nal-
gas. Los síntomas fué-
ron aumentándose has-
ta. el 1 8 ; Y por' dic-
támenrde varios vacu-
-nadores, á quienes con-
sultáren ,se le 'aplicá-
ron deis veces 10~ ve-
xiga!orios. El dia 21
le sobreviniéron deH..
rios 'y convuhiones \
que ,acabáron con su -
vida al dia siguiente,
habiéndl?se conserva-
do casi siempre el mis-
mo grosor de los gra- ,1

nos.
Sexto lucho.

Mr. Baume lo presenta á la junta médi-


ca del modo siguiente.
Despues de confir- Es constante que
maros la carta que tu- murió este niño; pe-
ve el honor de dirigi- ro fue de res'ultas de '

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" DE LA VACUNA. 31 3
, r05, con fecha de 2. 1 una enfermedad que
del mes pasado, voy á Mr. Baume ha des-'
anunciaros un ' nuevo crito muy mal, y que
acontecimiento mas tal vez puede que' no
desgraciado y decisi- conozca, y de una en-
vo, si puede ser, que fermedad indepen-
el contenido en mi diente de la vacuna, de
anterior. Uno de los una angina poliposa,
hijos del C. Lelitz, eu yo hecho está tes-
comerciante, que vi- tificado por el ciuda-
ve en la calle de Apo· dano Moore, médico
lline núm. 2. 7, ha comadron.
muerto en 14 de
marzo de resultas de
la operacion de la va-
cuna que se !e habia
hecho catorce dias an-
tes. El efecto en las
,picaduras no fue muy
considerable; pero há·
ciael séptimo dia atacó
su pulmon el vÍrus va-
cuna!, ocasionándole
,',
una tos acompañada
de irritacion, y una
dentera insufrible: es-
tos síntomas se fuéron

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3 14 DE LA INOCULACION
siempre aumentando
en términos que la tos /

se hizo sofocante; y
no pudiendo ya respi.
rar, se ahogó. Tal es la
expresion de los padres
. I
y asistentes '; y os ase-
guro, ciudadanos, que I
1,
no ha habido en este su-
ceso desgraciado -nia·
gun defecto que pueda
~tribuirse á persona al·
guna, sino á la misma
vacunacion. Este niño
gozaba de la mas be·
11a sal ud, no padecia
, usagre ni erupcion al·
guna, de modo que
jamas habrá vacunado
la junta un sugeto mas
bello y sano. En fin,
por expresarme con )
las mismas voces de
sus padres, diré que
ellos hubieran puesto
todos sus bienes en ca-
beza de este niño: que·

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\
DE LA VACUNA.

\
riéndome dar una idea
de.1o sucedido me hi-
ciéron ver á una de
sus hermanas; y efec-
tivamente no he visto
nunca un su geto me-
jor constituido. Tam-
poco podemos acusar
al vacunador, porque
en nombrándole esta--
r.eis seguros de que el

niño. ha estado baxo
la direcdon de un
profesor que reune la .
prudencia con sus 'ta-
lePtosO, y qu~ ' no · es
novicio en los experi-
mentos sobre 'la va-
cuna.
No me detendré mas tiempo en el exámen
de los perjuidos de l ~ vacuna; porque los que
n@ estuvieren bastante convencidos por las
respuestas que he dado á los fenómenos que
Mr. Baume presenta alterados ' y desfigurados,
con solo el fin de hacer objeciones, pueden
consultar en el número del mes de abril del
qiario ~e Medicina por los ciudadanos ¡~ Rou.-r.

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3 16 DE ,LA. INOCULACION
Boyer y e r'Úisart J en donde hallarán los do':'
cumentos Ae oficio que desmienten todos los
hechos en ~ue se funda el anti-vacunador.
Vamos á ver si la carta del comadron Du-
fai será mas dificil de refutar. Esta carta está
escrita con un énfasis digno de Tomas Diafo-
rus J Ó de ....

D espues de los hechos Es cierto que la ni·


abrimos los ojos. ña que sirve de obje-
. La hija de Crons- to de la observacion'
mier, peluquero en la del Sr. Dufai tuvo'
calle de S. RonOl'ato una enfermedad erup-
número 194, cerca de tiva á conseqüencia de
la de Arbol -seco, fue la.. vacunadon; pero'
vacunada en 18 de esta enfermedad no,
febrdo. Al o.ctavo dia fue la de viruelas,'
se presentó la erup- pues la inoculadon
cion, siendo tan her- que se hizo con el pus
mOSOG los' granos, que eXtraido de lai vexi-
empapáron. hilas con guillas que se manife,~·
el licor que contenian " táron sobre las distiit-'
para' remitir las ,bien tas partes del cuerpo
custodiadas á diversas de la niña Cronsmier,
provincias. ·Al onceno no produxo efecto -en
diá se deprimiéroll los ninguno de l~ .cinco;
granos, y le sobrevi- niños que se 'sujetároD'

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DE J.A 'VAC,uNJ\:o 3 17
niéron vómitos bilio- á esta prueba decisi-
so~, y calentura que le va. Lo restante de la
~uró cerca de quarenta carta ,es ageno del he,-
y ocho bQt:as. Se le ad- ' cho que aquí se trata,
ministró la ip~,acua- y solamente prueba
,Da J y dos dias despues . q\1~1 el Sr. Dufai ha
~le d,iéron d9.s onzas de abandqnado igua,!'
maná. con lo que si- mente . su educacioll
,guió bien.1a niña has- literaria que la mé-
.t!l el 8 de. abril, en diea.
cuyo tiempo.le vinié- .- ,
ron hipos, náuseas y
vómitos, y fina~mente
todos los sínto'mas que
, p_recedt:n ~ una erup-
cion variolosa, la que
·se' verificó el dia 10#
presentándose prime-
ramente en la cabeza.
I Juego en la vulva, y"
·despues en todo su
. cuerpo,
De todo esto, resulta que los pretendidos
experimentos opuestos como objeciones á los
.partidarios de la vacuna, no presentan al lec-
,tor imparcial sino hechos s!lpuestos, ó desna-
turalizados colÍ .engaño y perfidia. Los oposi-

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3 18 DE LA INOCULACION
tares han disimulado muy mal S11S miras é iQ~ r

tereses: como inoculadores de profesion que-


rian poder cortar los progresos dé un descú,-
brimiento que los hiciese , 'inútiles. Oxal~
que el público ilustrado conózca 'sus intencio-
nes ,depravádas, ~ue rechace y de'sprc:;cie : Sus
consejos perjudiciales, y que' decida en fin la
'<¡üestion de sabet ,si estos infeli~es calu~­
ni adores que quieren abusar de su' bondad, no
deberian mas bien'-ser castigadós por la ' vara
de la justicia que por el látigo de la sáti~a •..;.

CAPITULO V. ! "
; ,.
Continuacion del exámen de las objecionu dí-
rígidas contra la 'Vacun~ : , ardi~es J conductt!
industriosa de Un célebre
, " inoculador.
¡ , , r
Los acontecimier\tos desgraciados sobre que
apoya sus reclamaciones Mr. Baume " laeÍlr
fermedad ert!ptiva de la niña Crosmier , y otros
múchos' hechos inventados, y 'desnaturalizados, '
nada prueban! contra la benignidad y certr-
dumbre del 'efecto preservativo de la vacun~. '
'CSerán ,¡¡caso, mas 'felices los opositores en, lo
$l1cesivo? ¿Llegará en fin.,}In: día <enoque ulte" .

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,
DE LA VACUNA, 3r~

i~ores experimentos les presenten Una obser-


vacion bien auténtica de accidentes ocasiona.
dos por la vacunacion ó de invasion de vi-
ruelas despues de la vacuna? Es probable que
se presente este fenómeno irregular ó anoma.
lía, y aun sorprehende el que no se haya ob-
servado ya.
En uno de lds monit<;>res ingleses leí ha~
ce algunos dias lo siguiente: "La vacuna es
en el día el negocio mas import~ nte , y el oh¡-
jelo' (le todas las discusiones: únos la prote-
gen, otros la rechazan: se habla de sus per-
juicios y de sus ventajas; y tanto sus protec-
tores, como sus opositores citan hechos, pre-
sentan documentos justificativos, y atestiguan
con personas mas ó menos respetables.
No seria extraño que entre las observa-
dones ~itadas por los contrarios. hubiese algu-
nas qu~ probasen en efecto que la vacuna ha..
bia o'éasÍonado accidentes J ó que no 'preserva-
ba de las vimelas; pero esto ¿qué probada?
¿ acaso la naturaleza n!> tiene mas-que un ti-
po? ¿ no sigue todas la~ vias y produée mons t
truos y anomalías? en fin, ¿estan demarca-
dos -los límites de' lo posible '( ,¿ no' existen
exemplos de algunas personas que· han padeo
cidó varias vec~s las'Niruelas, 5in,qlle 'p or este)

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I
3 20 DE LA INOCULACION'
n,adie hay~ dudado del efecto preservativo de
la inoculacion.? .
Un solo hecho no puede destruir á otro;
y quando pasan quizá de doscientos mil expe-
rimentos los hechos hasta el dia, que prueban
la propied.1>d preservati,va de la vacuna, uno;
dos y veinte casos en que no verifiqra esta pro ... , "
piedad, no podrían contrarestar á .doscie dtos· , .
mil .. ni deberían mirars.e como verdaderas bb.
jeciones. .\
Est~s consideraciones se debe!} tener siem-
pre presentes, si se quiere dar el justo valor
á las objeciones contra la vacuna: es necesa-
rio talllbien no perder. de vista otra conside;
racion no menos importailte, r relativa á los
intereses particulares y pTofesion de los suge~
tos que hat en las objeciones. El arte , dé in-
ocular es uno de los ,mas lucrativos; ¿ pues
, <:ómo h~ bjan d.e permit~r los illoculadore~ que
se propagélSI! la nueva práctica que tanto ·per-
. judica á sus intereses, sin declamar contra
ella, y oponerse con quantos medios les. sea
posible?
Los inoculadores, ó por 10 menos algu-
nos de ellos, han debido por consiguiente 'de-
clamar y buscar todos los medios de oponer-
se á· los progresos de la vac.tlna: los lln9S~(;a:"

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DE 1.1\ V ACUN'A. • 32 1
lumniadores sin v,etgüenza han, publicado ob-
servaciones falsas ~Y" .. hecho~ enteramente' alteo'
rados, y sin:quel'er suscribir su nombre; que
goza de ciertá reptttacion ,á'los' nombres obs-
c;:uro~ de ~ ío~ ,dciñas!, motiván .dudas tirando á
temporizat .. y.'pidíenao parer.decidirse positi-
• .1'; ' "amente á renunciar' la 'in<fculacion. y 'acon-
I '" w ....., .

. . sejar la 0peracion de la vacuna, experimen-


tos difíciles 'ó muy remotos ~ . y abusando de
la confianza ' 'éjlle':5'e han' toma~i 'originan ' obs-
táculos, y edgen 'condkiones imposibles de
cumplir, 'y por ullá ·:serie· bien combinada de
intrigas ' y',rodeos ¡privan á I1lUchas personas de
los"benefici~s , di lá·'Va'eúMcian. .
Estos rhombres ¡lstUtó's y desinteresados en
la apariencia son los m;fs; perjl\diciales: san-
tion del ,timpo ', práctica dilatada, purijica-
&ion de 1lumoru ', peligros de una grande pre-
tipitacion be. be., son las expresiones de que
se valen cómllninente: i oxalá que el público
conozca y penetre los verdaderos motivos de
los que ·las profieren, comó tambien que son
los únicos medios para retardar un corto tiem-
po la caida de las casas de inoculadon!
La siguient'e anécdota no~ hará ver algo
c;1el ,proc:ediiniento de estos anti-vacunadores
astutos y despreciables.
x

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322 DE LA INOCULACJON
Ef C. Mareau, que vive .calle de San An-
dres de las 'Artes; queria vacunar un niño su-
yo, á cuyo fin consultó con el C. Dcscssarts.
Este médico h~bia asegurado á sus queddos
compañeros de la Sóciedad médica de LoU'vrc,
que no .e ra'eneinigo de la vacl!n~; pero es d,e
advertir que- al mismo 'tiempo tenia una casa
de inoculacion ' que ! mantener: ¿qué partido - . .
tomaria en est~ apuro ?En verdad que .e l dob~
tor dió un gol pe, maestro; a.probó la vacu-na-
cion, y afirmó , al· padre -que podia: ser muy;
ventajosa para $1.diijó ; -pero; qu~ ~~ , ateucion'
á que era muy' sospechosó el pu's vacunal que
habia en París, era necesario. hacerlo ' venir d~
Inglaterra, que es' su primer cirígen" ó deci-
dirse por la antigua iflo<;ulacion : á censeqüen~
cia se remitió el ' niño al C. Desessarts, y ac-
tualmente se hall~ en su casa de inocula-
ciOI1., I

Oxalá que 'este hecho sirva de leccion !.


j
j oxalá que mis conciudadal1o~ ins.truidos sobre
sus ver.daderos intereses no duden mas entre
la experiencia y las vanas hipótesis; entre la
. ' ,.
1 ' Por una vacúnacion no se paga n~da. : 6 Ji mas
(tos Ó tres luises. El C. Moreau ha dado quillce ,luises ~l
C. D~seSJartJ. La diférencia de treS á quince 'es d~ce:·
I
i qué buen argumen to!

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DE LA VACUNA. 323
Voz de ' la filantropía y los consejos dictados
por el eg~ismo; entre los médicos distingui-
dos y spbios: mas recomendables que han · he,
cho vacunar á sus prQpiós hijos, Y los hom-
bres obscpros é interesados, malos abogados ' de
una cáusa peor, que ,defienden solamente por
sus intereses personales.,: que ' se hallan en opo-
sicion con el; interes general de toda la huma-
nidad !"
LIBRO 'IV.
e ,A p í TUL o J.
" ,
Qüestionu. ,·c/ati'Vas á diferentes exp,erimmtos
sobre la 'Vacuna para darla mayor ex-
' tension médica.

He',p;ocurado reunir,. ~
ordenar ~'ó§~;~inci­
pa1es resultados de los ,e.x'perimentos, de ,la va-
cuna; y.sin embargQ ~e~ ,esta cole¡:G\on de he-
chos tán numerosos y .w;riados, qu~dail} . ªpn
por decidirse muchas -,qiiestiones iIitefesantes;
y aurique riada aume.nten la certiduITIbre del
efecto: preservativo de la vacuna; 4,a.s ,nuevas
indagaciones y ensayo~ que se haga!! ~ s@ryirán
para enriqueéer la ciencia médica c@,n .o,luclps
verdade¡ ' i~portantes." .• .J " ",; , .
X~

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31 4 DE LA JNOCULACTON
La parte médica de la vacuna, dicen los
miembros de la junta central, adquirirá sin .
duda Un.1 extension, cuyos límites no se pueden
calcular. En efecto, si consideramos este asun-
ta baxo tedos sus aspectos" y si para poder ser
nuevamente mas útiles ;:reftexionamos el pun-
to á que nos han conducido los hechos ,cono-
cidos, verémos aume¡Jtarsc el horizonte de I?s
descubrimientos, y ofrecer de algun modo á
la coleccion de los_hechos que tenemos, nue-
vos resultados de experimentos y observacio-
nes. Estos . hechos uí:teriores deben aclararse
por las siguientes qüestiones, que tal vez serán
objeto·principal de ,las indagaciones p~steriori;:s:
.A'.J ~,~ .... '~ .

Pt:imera qiiestion.
¿ Se puede determinar la época fixa y
cierta' de-l 10TÍgen de ,la vacuna? ¿ quál será la
causa:prtmitiva del có'Wpox? ¿ es solo Glocest,er '
el 'único {ugar del glóbo en que esta enfer-
medad 'parece indígena" y su transmision de
la vaca a~ "'hombre no ~Jrece un fenómeno, de
cuya ' naturaleza nos podríamos instf1;1ir, por
compa-raciones de la patología comparada,
qua'ndo ' esta ciencia, l!O menos útil Y' fecunda
en' resiül'aQos que la anat omía de -los íanim;l-
les, haya hecho algunos progresos? '

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DE I.A. VACUNA.

Segunda qüestion.
¿ Podríamos sujetar á diferentes analisis el
,-Írus vacunal sin exigir demasiado á la quí-
mica, y sin desconocer las leyés de la vida y ,
las de afinidad? ¿ perderia él sus propiedades
mezclándolo con .difer.entes ácidos? la luz cu-
ya influencia en muchas circunstancias parece
tiene un 'influxo químico muy notable, ¿ nQ
podda alterar y destruir estas mismas propie-
dades del pus vacunal, si los vidrios entre
los quales se conserva no estan bien cerrados y
en parageobscuro? ~ atIernas ¿ los otn;>s agen-
tes qUÍ,micos no causarian algun efecto en el
vÍrus v.acunal? ¿ Y sL se sometiese al ,e xpe ri-
mento mismo que hizo Cruickshank",s,obre el
pus varioloso, perderia Sll principal propie-
dad? t J'. ,,[
1 Vé~se el capítulo sobre la, conservacion de la va- /
cuna.
2 Cruiclshank inoculó !Í tres soldados en el brazo iz-
ctuierdo con el pus ' que expuso. du·rante al gÚllos minut os,
á una corriente del gas ácid.o muriático oxí'genado. Eu el
brazo derecho los inoculó ~o n el p us solamente. Las pri-
meras incisiones no tu viéron efecto alguno ; pe rb las del
brazo derecho lo p roduxéron muy grande. E ste expe ri .
mento se ha vuelto á repetir, y si~mpre ha dado el mismo
resultado.

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3 26 DE LA INOCULACIO!t

Tercera qüestion.

En las personas que han padecido antes


las viruel as no prende la verdadera ' vacuné'! ;
pero les cansa por lo comun una afeccion par-
,ticul ar llamada falsa vacuna, que produce una
secrecibn .diferente de la que se forma' en ~os
granos de la' verdadera: ¿ de qué naturaleza es
el producto de esta secrecion? ¿ se diferencia
,esencialm'ente del" pus' ordinario y de la sero-
sidad purulenta? y en el caso de la falsa va-
cuna, ¿ el vírus vacunal obra como up estimu-
'lante qualquiera, ó conservará algo de su pro-
piedad específica? Lo que' podríamos averiguar
.comparando los efectos producidos por la in-
sercion de esta materia, ·con los de la' del pus
de una úlcera no contagiosa.

Quarta qüestion.
" .
Los beneficios de la vacuna i podrán ex-
tenderse hasta en los animales, y libertar, por
exemplo ~ á los carneros de la morríí~i, enfer-
medad t an contagiosa y mortífer.a, y cuya na-
tural e,z4,parece tener alguna analogía con las
viruelas ? !)or otro lado , ¿el estí~ulo que cau-

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. DE LA VACUNA. . 327
s~ el humor vacunal es general, ó sus_efectos,
así como. los de otros víru,s, y venenos, se limi-
tarán á solo alguna especie-de,animales afecta-
dos específicamente por estas ca}.lsas irritantes?

Quinta qt"iestion.

¿ Cómo obrará la accÍon del v{rus vacu-


na! en las diferentes partes del cuerpo? depo-
sitado en los labios, narices \&c. sin hacer an-
tes alguna incision, ¿ obrará del mismo modo
que. quando sdle inocula por medio .de la ope-
racion regular? Diluido en agua, y luego in-
troducido en la uretra y vagina por medio de
una xeringuilla ~, ¿ no podda originar una go-
norre~-del mismo modo ,que 10 hace el ~írus
venéreo. ó una nueva cspC{:ie de blemorragia, I

sin que se forme grano ni vexiguilla alguna?

Sexta qüestion. .

. En los ,caso~ en que la vacunacion.se ha

1 . Es inútil oemostrar que el practicar estos experi.


mentos en los animales vil'os será mucho menos cruel que
los rorment5s atroces á que los so;'~tel1 ciertos .fisiMogis-
tás modernos. sacrificando :í- Íos pobres animales, que son
Clignos <,le nuestra pied'!.d. •

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3'2 S ' DE ', I.:A INOCULkcroll'
repetido inútiHnente en los adultos, (no seria
de esp~rar que .tenga mejor éXIto una nueva
vacunacion preparando antes el sitio en que se
'ha de operar, y aplicando ,un sinapismo ó ve-
xigatorio que 10 irrite~? Por otra parte ;' ¿ obra·
rá el vírus vacumd sobre las ruperficies herpé-
ticas y erisipelatosas? 'y supuesto que la efica-
cia de ' C"ste vírus' ha curado evidentemente ;tI-
guna ' vez enfermedades graves, ¿no podríd-
<mos ' mirarlo como un nuevo agente .medicinal,
y como un .irritante particular qúe se podría
emplear en algunos casos de enfermedad?

CAlUTULO n.
Adicion al ar,tículo relati-vo ' al orígen
de la -vacuna:";

Quando en las cie~~i~s 'se presenta un punto


que fixa la atencioll", y conviaa á que un gran
número de observadores hagan sus indagacio-
·nes.,~se 11lUltipli'can d'e'sde luego los experimen-
tos, se aumenta y extiende el objeto, y cada
dia va mndando de semblante! segu'n se'hacen
los p,rogúsos científicos. Esto mismo ha suce-
dido con la vacu!1il, J, de~pues de haber reuni-
do los hechos prin.ci,pales que constituyen ,el

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DK LA VACUNA. . ~ 329
estado presente de este descubrimi~ntci; y quan.
do trabajaba esta obra conocí que no estaba
completa mi coleccion , y que carecia de mu-
chas relaciones modernas.
Esto me ha obligado á presentar en este
capítulo y siguientes muchos hechos nueva-
mente observados, de los quales álgunos satis-
facen en ,parte á algunas de las qüestiones ex-
puestas en el capítulo anterior. .
Uno de los puntos que mas se ha disputa-
do ha sido el orígen del cowpox. Jenner, in:
sistiendo siempre en su opinion de que esta
enfermedad dimanaDa originariam~nte del g~;
barro, ha publicado que estaba en nuestro ar-
bitrio el causarla con solo el trabajo de intro-
ducir el pus extraido de aquella ~nfermed¡Hl
del caballo en una abertura qqe se hace en la~
tetas de las vacas, mayor que la que se hace
ordinariamente en fa inoculacion. Los c.iuda-
danos Touret, Tessier y l-lusard repitiéron
en Rambouillet este experimento de Jenne,r ;
pero no tuvo ningun resultado. '
¿ Quál es pues el orígen de la vacuna? E~
imposible responder en el dia á esta qüestion
,.ino por conjeturas. Persuadido el Dr. Alon o
s,o,l,.cro)', profesor de la Escuela (,ie Medicina
de Paris, de que los · inoculad~res 'ingleses ha~

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330 DE LA INOCULACION
cia mucho tiempo que trabajaban en mudar
la naturaleza del vÍr us varioloso, valiéndose
de diversos medios, cree que el vÍrus vacunal
no sea otra cosa 'lue el mismo vÍrus varioloso
preparado de modo que sus 'efectos sean mas
suaves mediante una elaboracion 'practicada en
las tetas de las vacas. Sin embargo de que he
dicho que esta opiuion me parece infundada,
deben fixar la ateÍlcion las miras ingeniosas I y
júiciosas del C. Alonso, y podrán darnos úti-
les resultados los experimentos que nos pro-
, .pone. Por otra 'p arte, .qualquíera que sea la
opinion adoptaaa ·sobre el origen .d e la vacu-
na, es bien constante en C'l dia ,q ue el cowpox
no es indígeno solamente en Inglaterra. Esta
énfermedad afecta las vacas del departamer.0
de Landes y.de algunos otros parages ~e la
Francia, segun los miembros de la junta cen.,.
tral l . Hemos demostrado anteriormente que
el cowpox no era .desconocido en el Holsteill
ni en el centro de la República Cisalpina; y en
la Lombardía se han hecho experimentos, eu-
yb s resultados constan en esta obra.
\, . Los redactores de la Biblioteca británica
film sabido por el D,·. Carro, que Mr. Saceo
1 Véase la instruccion de la junta central sobre la va"
cuna, pág. l.

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DE LA VACUNA. 33 I
l1abi~ encontrado en Milan la vacuna natural,
y que en las vacadas de Lombardía habia vis-
to muchas vacas afectas. del cowpox, con cu-
yo pus se habian vacunado felizmente algunas
personas; y añaderi, que aunque nos remitió
hilas impregnadas de él, no lo empleamos, por-
que estando seguros de poseer la :verdadera
'vacuna, no quisimos arriesgarnos á inocular una
enfermedad. de la que aun solo tenemos seña-
les muy equívocas ; respecto á que lvIr. Saeeo
nada nos detalla sobre los síntomas que la ·ca-
rácterizan, y que P?r otra parte parece que él
no ha visto aun la v,acuna inglesa, la que he-
mos remitido á él Y á su compañero el Dr ..Ar-
'rigoni, previniéndoles' nos comuniquen los re-
sulta~os de las vacunaciones que han practica-
do ya en algunos niiíos con el nuevo pus, y la
diferencia que hayan observado entre los va-
'cunados con él y el de su pais.
En otro ' número dicen los redactores de
]a Biblioteca británica: En vista de las señales
.que nos 'ha dirigido nuestro compatriota, hay
-bastante motivo para creer que la enfermedad
-que Mr. Saeeo ha visto padecer ,á muchas v.a 4
cas en el centro de la República Cisal pina, sea
la· verdadera vacuna; pues en una cart{l suya
'q ue acabamos de recibir, con fecha de 14' de

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33~ DE LA INOCULACIO~
febrero, nos comunica el resultado general dé
quarenta y seis jnoculacio~es hechas con este
'v írus; y nos parece bastante semejante 4que
I~emos observado en las practicadas con el hu-
mor vacunal de orígen ingles.
En lo~ tres di as primeros, dice Mr, Sacco,
.que no ha visto síntoma alguno de infeccioh:
al quarto dia se manifiesta al rededor de la +-
cision una pequeña manc~a colorada, algo du-
i'a y elevada: al sexto se ha extendido mas la
rubicundez, y el grano parece claramente ve-
sÍcu1ar; pero mas bieIl es ovalado que redondo,
porque Mr. Sacco 'hace la incision algo larga:
al séptimo sobreviene tan pre ~to calentura', co·
rno una poca de ' inquietud solamente, y el
grano se rodea de una ,gran eflorescencia con.
dureza en el texido celular: al octavo Ó nove- ·
- no suelen abrirse los granos, saliendo una ma-
teria transparente, algo amarilla, semejante al
barniz quando está seco, lo que sucede muy
prontamente: al décimo ó undécimo ' sé con-
vierten los granos en gruesas costras de 'color
pálido roxo, bruñidas y lustrosas. Este es' el
curso que ordinariamente sigue esta enfeF-
medad. '..•
Es de presumir que esta enfermedad es la
verda dera vacuna.; porqüe .adémas de la.senre-

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DE LA VACUNA. 333
janza que tiene con esta, no ha producido nin-
gun efecto la inoculadon variolosa , que se ha
hecho despues en cinco de los quarenta y seis
vacunados por Mr~ Saéco.
Las anomalías que él ha observado alguna
vez, las observáron tambien con bastante fre-
qüencia los médiéos r jngleses quando inocula-
ban: con el vÍrus ,eXtraido directamente de .la
vaea:1Tales son, el' presentarse los granos con
materia purulenta;, y, ~u facilidad en ulcerar-
se , como tambien el caerse y .reprodLJcÍrse mu-
chas_veces las cóstras.~ accidentes ,q~e ,Mr. Saccq
ha ?bsé'rvado en siete ú ocho de s,us inoculados,
y el "color obsc'uro y lívido que aparece en me:
dia deLgrana:-:lividez, que segun relacion 4el
iDr, Aubcrt se ha:observado mu~has ,veces eo-
JnS'la~erra, quando:.en los principios inocul~.:'
bruy junto á la- vacá;' pero que desapareció des:-
pU.es.. que el v.írus ~e ha ido reproduciendo su-
césiv:amente de !uri ,individuó á otro hasta )a
tercera ó quarta generacion. Parece que en
casi todas las iilOculaciones de Mr. Sacco se Ita
:\listo constantemente esta livi4ez~ : eutre las
quales hubo tres en quienes apare¡:;Íó ,una erup-
cion general de granos, semejantes á los q~f:
se , hacen ' en las: In~isianes, pero,e lJl)lcho mas
pequeños I y que, se secáron prontamt:nte.

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DE .,'LA · INOCULACION
r' .,
·CAPITULO lIJ.
;.'

Nue'Vos detalles <sobre la propagacion- .


~, ' de la 'Vacuna.¡ ¡ , .,

Hablan~ó ', ~e\ l~.· ~R~~~l~;~~~- ~a:iolosa, de


éb'yos benefIcios no nos debe hacer olvidarr el
nuevo pre~ervativo; tratando pues de aquella
práctica saludable de qu~ los Ingleses usál,on
¿esde su p~incipio, y los Franceses rechazároll
por ellnas!:'g~:ande enemigo.del género huma,.
'no', 'á saber., la estúpida' ptievencion, dixo un
autor frances, es-necésario. pa-se muchor·¡jempo
'para que ·un'a ~ierta razon:! ¡un cierto' e'spíri-
·tu abran -e-l'pasc .de Calais. 'A unque p.ese á
105 molestos 'detractores :.de: 'estos tiempos" no
-hemos metl!cido, tocante! á da ·vacuna, las¡qucl
~jás que eh~itad~',autor dirigié '<l .nuestro~ ab.ue~
lbs con motivo de 1.i inoéllladon. Hemos Iefe-
"rido ya de qué malleral.S'~ ha propagado el~
diferentes ' piJnto~ ' delter~átorio frances este
-benéfico ' descubTimiento ':d~ A a vacuna; y sus
progr.es0s nan sido mayores de los que nos:po,"
'diamos prometer. , ... ~\ .¡ .
-E s,constante que lá 'patda debe este' tan
importante · Servicio ' al Zef" de .:los indiv iq,uoi

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, DE LA VACUNA. ,( 3'3;-
que componen la junta central, y ~n uníl ..a~
sus memorias dice: ~os hombres apreciables
que forman esta asociacion filantrópica, no ' S~
lo se han apresurado á prompver los ~nsayQS'
que meditaban en las diversas ciudadés de lo~
, departamentos, sino tambien en repetir: los.que
habian emprendido. Por sus cúidados, y á s~
exemplo se ' ha form'ado una_junta médica: el}
Rlzeims. La vacunacion, au:ncjue ~st¡¡ba '.está '
blecida en la isla de B%na , se ha prot~gid~
y propagado' má.s: Se .pan heé\.1o ~arias reme-
sas de pus l'vac,u nH , á diférent~s , .ciudades , ~ál
Dunquerque, Nanci~ But"4eos be., en donct~
está práctica está actualment~'e!l .. ijso, En Ver.,
sa/les., Arrus.• San Quintín, rS~" Oni,cr Ro:;
'Vet' se han hecho ;jguales en~ayoH se han ;seT
guido corresponde:nci'ls con ·1.<;> hOJUbres ze-lo .
sos que se oéupah<ln en 'dirigirlos , COIl Ió qtl~
se ha ilustrado la junta con ll\Je.vas IUé,es" y
con todos los nuevps descuQriroiehtos" y fQrtb
ficándose con [tos ' resultadº~ flue cada d¡á¿j~¡(
obteniendo', .ha podido 'lisonjearse de añapíl>
\Jn gran peso ' á la opioion es.rablecid,a en f¡ü'.Q,;
de la vacuna ~ por la reuni,on de ::1;Qdo~ lo~ :!¡le
chos recogidos de los ensayos practicados ~
Francia. • I ., " ( " ~.)
Desde 1,. éP9ca, en qu~ ,se, e~tableció, la

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3g~ DE : lIA INOCUI.ACION
junta central tsob¡:e-la vacuna hasta el mes de
marzo de I 8 o o hizo todos sus experimentos
y
á'-expensas-de sus individuos asociados. A ins-
táncia dd Prifetro drl Sena se acaba reciente':
mente de formar un hospícib de vacunacion, en
donde continúa la junta sus 'observaciones con
1In nu~vo grado de zelo y de actividad, como
se verá por la"sjguiente reJ.acion ' que ha p¡iu-.
Micado esta útiL.sociedad despues de aquel
tiempo: l '

~ ~ Desde la piiméra asamblea de 'subscripto-


tes qúe : se ' tuvo~ en la Escueia de.Medicina por
él mes de abril del afio de 1799, se ha dedr·
cado constantemente ,la junta ;i r-epetir los ex:-
perimentos de los Ingleses·,.'á . intentar otros,
~ á ¡aumentar el número , de .Ias::! p"ruebas en
contrario, procú,tando al miSmo',tiernpo inda-
gar la verdad':~0~(e lós pretendidos ,funestos
efectos de la: vaci1fia " acercándose á la fuent-e
. de donde dimatÍában .los nrníotes, Su trabajo '
há¡sido coronado de felices 'resultados hasta el
dia en los hosp"cio's 'de huérf'a110r ~ de la mate"·
;Ii'dad, Y' en)e!· 'd e::1os hijo! de la 'Patria. Sus
experimentos partitulares.se.han multiplicadO'
do tal manera, y 'Sus relaciones con los sabitls
de Europa y con los médicos Franceses se han
éxtendidotánto, qüe ya sé 'llli~a ál éfectd pre-

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DE LA VACUNA. 337
servativo de , la vacuna, sino como á- verdad
demostrada, á lo menos ,como muy próximo
á serlo. Cada día trata sobre la memoria que
muy presto debe presentar al público; y la ma-
durez con que se hace, es la prueba mayor de
la exactitud de 105 hechos que han de pre-
sentarse.
El establecimiento del hospicio confiad<>- á
sus cuidados, la larga correspondencia que tie-
ne que seguir, y las relaciones con diferentes
autoridades constitucionales, eXIgian que las
sesiones que se tuviesen fuesen mas freqüen-
tes; y por lo mismo fue necesario formar, una
oficina que fuese el punto de reunion .de la,
y
junta central; un Presid~nte, un Secret'lrio,'
Yí los comisarios particulares del hospicio des·
empeñan las respectivas obligaciones que les
p rescribe un reg1a~ento, que ha ap~obado el
Prefecto. Los doce individuos que ,componjeQ
la junta alte(nan visitando c'ada ramo del' esta·
blecimiento , y -refieren en su primera asam,·
bJea los hechos que se presentan en su prác.
tica 'p articular. Este feliz conj.unto de l1,lces
a:<lquiridas por la reunjon de todos los hechos,
hará que, se presenten en lit ~ elacion general
una serie de exactas observaciones, y la parte
médica de la v~ct1na adquiri{~ sin . duda UJlíl
y

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33 S DE ' LA INOCULACION
extensÍon cuyos límites np se pueden calcular.
En la última memoria que publicó la jun-
ta adv~rtió que se habian cometido graves er- .
rores en la vacunacion; pero que lejos de de-
berse atribuir á esta nueva práctica, no podía
menos de. culpar la avaricia de algunos vacn~
na?ores. ~d:mas ~: insistir en esta 'asercir n,
aVIsa al , publico para 'que no se dexe preo~u­
par toií los artificios y pomposos avisos que se
publican, en los que mas se descubre un vil
ihteres.y charlatanismo que el amor á la cienda.
-r' El zelo infatigable con que la junta ha
proporcionado todos los medios posibles para
1'.1 propagacion del nuevo descubrimiento, es
la causa de que apenas haya en el dia depar-
támento' alguno que no haya participado de
sus beneficios.
~ - Páris 21 de abril de 1800. Lugar de la
firma de todos los indi\'iduos de la junta' cen-
tral. Thouret ~ Presidente. = Guillotin. = Le.
= = =
roux. Parfait. Mangenot. Marin. = Pinel.
= =
= ·Salmade. Doussin. Du brevil, de la Ro- ,
=
che. = J adelot. y Husso'n , Secretario.
La junta que se form'O en Lou'Vrc 'para ob-;
servar el descubrimiento de J enner, ha con~
tribuido tambien mucho á su propagacion por
medio de las remesas de pus vacunal á los de-

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DE 'J.A V ACUNA. 339
mas departamentos, y por el zelo de ca'da unQ
,de sus individuos en vacunar gratuitamente , y_
en convencer á. sus conciu,dadanos de la utHi·-
dad de esta saludable práctica.
Los ·verdaderos.. amantes de la humanid.ad
han tenido la1agradable satisfaccion de ~er mul·
tiplicados los :beneficios d-e la Vacuna en' mU·
chos parages de Europa; y aun propagarse
lTlas allá de las regiones, cuya civilizacion,¡ bas':
tan te adelantada, ~ebe proteger ,la intr9duc~
don de los grandes descubrimientos; y así es
comO' ha penetrado ya- en Co.nstantirtop1a el
descubrimiento de Jenner, segurt veremos por
la siguiente relacion del Dr. Carró.
N o se puede recordar sin urt. gran placer' el
:telo de Milad, Wortlcj MÓlttagu. esp0sá .d.el
Embaxador de Inglaterra en Constantinopb,
para introducir en su pais la 'inoculacion rde las
viruelas al principio del sjglo ,pasado : ella fue
quien la--dió á conocer alos' ín:éd,icos ingleses;
y para convencerlos de quan asegurada ,e's tabá
de las ventajas de esta operádon no se .detuY~
en sujetar á'ella á sus propios hijos. '
S. E. Milord j Conde de Elgin, áétu:tl :E'm·
baxadot . de Inglaterra cert~ de la Subl:irtie
Púer~a I acaba de recompensar en parte las obJi·
g4ciones que 14 E ui'opa habia contra ido_con 13
Y:l

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34 Q DI I.A INOCULACION
Turqufa, introduciendo y dando á conocer en
ella la ,vacuna, empezando con hacer vacu·
nar á su hijo único, de cerca de un año de edad,
Milord Bruce.
Por los siguientes extractos de la corres-
pondencia de los redactores de la Bibl,ioteca
británica veremos los detalles tan interesantes
que nos ' presentan sobre el modo con, que ¡se
ha ido connaturalizando la vacuna en diferen-
tes regiones del globo. "

• E~trarlo de una carta del Dr. Carro.

De resultas de haber vacunado á quatro


bijas , de. un distinguido vecino de Brun en
G'c bing ~ pueblo distante legua y media de
Viena. quedó tan admirado el Cura de la par-
roquia ; hombre instruido y (:aritativo. de la
suavidad. ·con que ,habl a obrado la vacuna en
estos niños, que le éptró deseo de leer las tra-
dúcciones alemanas de las principales obras
que tratan sobre ella.
Pareció le que este descubrimiento era tan
auténtico, que ya no dudó mas sobre la verdad
de todo lo que le habia referido, ni de ID q.u e
aca'baba de leer sobre esta materia. Convencidó
-pues de ello, subió al púlpito el siguiente do~

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l'l:g I.A VACUN,! . 34 J
Iningo, y refirió á sus 'teligreses' la historia del
nuevo descubrimiento, representándoles de un
modo sencillo sus ventajas despues de 'haber
manifestado vivamente los destrozos que can-
san las' viruelas.
Procuró jnspirarles su confianza, hacién- '---...
doles conocer que esto no era obrar contra las
órdenes de la Providencia, sino 'preservarse de
una enfermedad por qualquiera modo posible.
Fína'l mente, les dixo que todos los -que qui-
- siesen darle pruebas de la confianza que de él ¡

hacian, y del amor que tenian á sus hijos, no


era necesario hacer mas sino ir tal dia. y á
tal hora á casa de Mr. dé Geld, donde halla-
rian al médico á quien se debía el beneficio
de haber introducido en el pais este método.
Hizo tan buen efecto en los aldeanos este
discurso, qu e encontré treirita y cinco Diños pa-
ra ser vacunados en la primera yisita que hice
en casa de Brun j y en solo quatro veces que
fuí, inoculé á ochenta y dos, que tuviéron la
mejor y mas regular vacuna: jóxalá que se
imite este exemplo en todas las aldeas! Ani-
mado de un zelo y actividad muy laudable,
Mr. el Conde Francisco Hugues de Salm acaba
de establecer en 'Brun de lVlora'Via una socie·
dád para propagar la inoculacion de la vacu-

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S4 2. DE. . LA INOCULACION
na ;- y para poder mejor executar este proyec·
to ,. se"tomó el trabajo de venir á Viena á so-
'licitar Je diese' todas las instrucciones necesa-
das, Ha ofr.ecido dos premios para los dos mé-
dicos que vacunen m~s niños en todo el año
del 8 01 , Se "ha asociado con dos médicos ins-
truidos y laboriosos I y le he facilitado quapto
es necesario ~ esta .einpresa I con lo qual ¡no
,p uedo .dudar del feliz. éxito,
He remitid.o, pus vacunal así á Varadin
en Croa(ia I cómo á otras ciuda.des 'del Impe-
rio; y. sin emb'argo· continúan pidiéndome ca-
da, dia. Igualmente le envié á j}lilord Elgt'n..
Embaxadoi de Inglaterra en Constantinopla.
para que vacunas'e al, hijo único que tiene I Mr.
Bruce ; , y cuyo ttlsultadQ fue feliz; y tambien
á Madama ¡aCand~sa de Zamioriska,.herma-
na del Rey de Polonia, para que inoculase á
su nieta la Condesa de Muischeck.,
He inoculado .al hijo único de S. E. M..
Conde de la Gardié, ahijado' del Rey de Sue-
cia; y de resultas de haber ctlmunicado el Con-
de el feliz éXIto de la inoculacion á S. M., le
..,contestó felicitándole y aprobándole el que
hubiese sabjdoaprov~charse de un descubri-
miento que promete tantas ventajas á la hu-
manidad . .

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· DE LA VACUNA. ' 343
Acabo de recibir carta de mi amig~ el
1>r. Moreschi de V ene~ia, en que me avisa
que ha principiado á practicar la inoculacion
de la vacuna, y que ha tenido la mayor satis-
faccion de haber visto una pústula de los me-:-
jores caractéres en un niño único heredero de
una familia distinguida, y que este ~xemplo
10 seguirán muchas personas.

Extracto d.! una noticia comunicada por Mr.


Odier desde Gillebra.

El número de los vacunados en esta ciu-


dad y en sus' inmediaciones será en el dia de
mil y doscientos á mil y quinientos, sin que
hayamos observado el menor accidente; y así
Ginebra parece como Londres un centrp' de
vacunacion, desde donde se reparte á todas
partes. El Dr. La'Vater ~n Zurich, el Dr. Pe-
rey en Orbe, y hasta los particulares ilustrados;
como M. D. Ch. Y 'Odier , negociante en ·Ve-
&ey, la han introducido en sus casas con l~ ma-
.yor felicidad. Esperamos que por nuestros. es-
fuerzos y escritos reunidos con los del -Dr.
Thouret , de la Roche, Aubert, Colf..cedon &c.,
que con tanto empeño la propagan en p¡¡tis,
}legue presto á extenderse ge.neralmente.

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344 DI LA INOCULACION

Otro extracto.

Berna. Ei viage que ha hecho el C. Mau~


noir hi proqucido gran bien, porque ha va-
CIJ nado á gran número de personas de todas
-e2ades en presencia de los médicos y cirujanps
del lugar , particularmente del Dr. Tribolet,
que lo ha presenciado todo con mucho cl1id~­
do. Todas las v-acunacíones han sido t,ail felices
como se esperaba, e,xceptuapdo dos, que aun---
que se reiteráron no pruduxéron ningun efecto,
bien que habia motivo para creer que est¿s su~
getos habian pasado las viruelas. El uno fue un
hombre de quarenta años; y aunque las inci-
siones que se le hiciéron en cada vacunacion, se
le inflamaban é irritahan fuerteménte en J05
tres ó quatro dias ' primeros, desaparecían lue:
go sin causar grano ni calentura.
El C. A'Iaunoir ha hecho una importante
observacion que confirma bien lo que dixo el
Dr. Jenner sobre la ineficaciá del vírus vacu-
nal quando empieza á desecarse el grano. El
niño que se llevó consigo habia sido vacunado
en 16 de febrero, su arribo á Berna fue en 24-
del mismo, es decir, al octavo dia de su vacu-
nadoD, y con su pus inoculó tres dias seguidos,

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DX LA VACUNA. ~4S
& saber, el noveno, décimo y undécimo dia de
la inoculacion del niño. Todas las vacunaciones
del noveno correspondiéroll perfectamente, á
excepcion de una sola, que por la resistencia
que opu'so el niño se le hizo la incision mas
profunda de lo que se debia, por donde se
Gerramó mucha sangre, que probablemente
habría lavado la herida y extra.ido el vÍrus. De
lás que se practicáron el dia décimo faltáron
la mitad, y. todas absolutamente. las hechas el
dia undécimo ,'por lo que fue preciso volverlas
á re.petir. De' donde resulta qué.la actividad
del vÍrus se habia debilitado gradualmente,
pe'ro con mucha prontitud, pues era mu y fll'erte
al Reveno -dia, mas débil al décimo y ninguna
al undécim9. Las segundas vacunaciones que se
hiciéron, saliéron todas bien, á excepcion de
las dos de que ya hemos hablado, sin que hubie-
se sobrevenido ' ningun accidente, con lo qual
tuvo la satisfaccion el C. Maunoir de conducir
y dexar establecida la vacuna en Berna, des-
de donde 'se propagará sin duda en el resto
de la Helvecia. De Fribourg llamáron al' C.
Maunoir para que fuese á introducirla; pero
na pudiendo ausentarse mas de Ginebra, se
ha empeñado con el Dr. Tribolct para que
fqese en su lugar, llevándose consigo un.niño

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346 DE . LA . INOCULACION
vacunado en Berna para poder inocular brazo
á brazo.
La junta central sobre ' la vacuna ha con-
currido tambien á que se propague este des-
cubrimiento mas allá de los 'límites del terri-
torio frances, y anteriormente hemos indica-
do el efeCto que produxéron en Hamburgo sus
dos relaciones, y posteriormente se le ha p~o­
porcionado á la junta poder enviar pus vadl-
nal á Stockolm~, Géno'V.a, Roterdam &oc. &oc. &oc.

CAPITULO IV.

Adicion á lo,s resultados de los experimento8


J obser'Vaciones contmidas m esta obra ..

. §. l ..

Análisis química del humor 'Vacunal.


. '

Aunque no esperaban los ciudadano: Husson


y Dupu)'trm que la analisis química les ilus-
trase sobre el modo de obrar del vÍrus vacu-,
nal, se dedicáron á analizarlo cuidadosamente,
cuyos resultados, que me franqueáron gus-
tosos, voy á presentar.
Exponiendo al ayre el pus vacunal sobre

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DE LA VACUNA. 347
una superficie plana, se deseca prontamente
sin' perder su transparencia, adquiere la dure-
za del vidrio, se vuelve quebradizo, pegán-
dose como un barniz á la substancia sobre que ,
se le aplica, y oxida al hieno: dexándolo se-
car en el mismo grano vacunal, se convierte
y
en pequeños glóbulos duros, se disuelve en
el agua con la misma facilidad quando está lío
q,uido, que quando toma consistencia y so-'
lidez.
Tenemos exemplares de~ que pespues de
dos meses de 'estar guardado el pus vacunal
~eco ; ha conservado. perfectattlt!nte su virtud
repro,ductiva y p.reservativa, con tal que se '
.haya disuelto en água: expuesto al fuego se
enturbia al instante , exhala un ligero olor de
carbonate amoniacal, y se convierte muy
pronto en un ca! bon ligero 1- esponjoso. No
altera el cofor del xarabe violado, ni de la
tintura de tornasol. Disuelto en alcohol, ni-
trate ae mercurio, nitrate de plata y eJ1 el
ácido nítrico resulta u~ precipitado blanco,
que no se disuelve con la potasa, ni con el
rnllriate amoniacal. El ácido sulfúrico COJ1-
centrado, el ácido oxalico" el vapor del ácido
rou riátj~o oxigenado, la potasa, la bar~te, el
, muriate , amoniácal no tienen accion alguna

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34 8 DE LA INOCULAcroN
sobre él, ni de ningun modo alferan sus qua-
lidades exteriores. Nos ha parecido qúe el hu-
I mor vacunal tiene mucha analogía con el de
los hidátides. El resultado de estos eXperi-
mentos es que este humor se compOlle de agua
y albúmen, cuyas proporciones ignoramos.
"
§. 11.

Obscr'Vacion sobre la transmision de la 'Vacuna


á tOS'Negros ! Mulatos.
1 ~ ,. ,

Esta inoclilaéion se ha practicado en el Ins-


tituto nacional de ·las Colonias por el C. Du-
puytren, médico ' y xefe de las disecciones ana-
tÓmicas de la' Escuela de Medicina de Paris.
La vacunacion en los Mulatos no ha pre-
sentado nada- de particular. En los Negros
aunque .empieza á desarrollarse al quarto dia,
como en los Blancos, ha t rminado la enferme-
dad mucho mas antes, habiéndose visto casi
siempre que desde el primer día qué se pre-
sentaba la vexiguilla vacunal, salia un líquido
transparente, que .inoculando desde luego con
él, ó bien despues de haberlo guardado un
Ílles, ha producido una verdadera vacuna. El
tener mas fino el epidermis los Negros que

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DE LA VACUN~. · 349
los Blancos, parece ser ra causa evidente de
que al sexto dia se rompa su vexiguilJa.
Me han asegurado que en Inglaterra se
han hecho repetidas vacunaciones en los Ne-
gros con feliz suceso; y es de esperar que
muy presto todos Jos hombres, de qualqui~r
color que sean, co~o los American,?s broncea-
dos, los amarillentos 'de la India, los morenos
de las islas del mar del Sur, los tostados de
las regiones polares, ra hermosa casta de las
Circasianas, y el horroroso Ka1mu'co, con cu-
ya feliz reunion se perfecciona esta raza, go-
zarán del descubrimiento que nos deberá ha-
cer mirar á Jenner como un bienhechor uni-
versal de la humanidad.

§. IIl.
I
De do:r 'Vacunaciones hechas, una en un caso
\ .
de oftalmia escrofu/osa, )' la otra sobre
una superJicie herpética. .

La primera de estas vacunaciones la hizo el


C. Alt;bert , y su resultado fue curarse la oftal-
mia. Este hecho es un nuevo , testimonio sobre
los demas que hemos recogido, que prueba
que la vacuna en muchos casos llena dos in-

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3 SO n E LA INOCULACION
dicaciones" pues ademas de ser un preserva i
tivo seguro contra las viruelas, cura por lo
comun muchas enfermedades que hasta enton-
tes no se habian podido curar.
La vaGunacion sobre la superficie herpé-
ti a la hizo el C. Richerand, y no se notó
mas novedad sino que hácia el noveno dia sd-
puraba menos Una fístula que junto al ' c040
tenia el enfermo. Tampoco sobrevino el me-
nor accidente en las vacunaciones que se hi-
ciéron á otros niños con el pus vacunal que
se ex~raxo de este enfermo herp ético .
Seria de desear que el C. Richerand, cu-
yo zelo en el ' adelantamiento de las ciencias
fisiológicas y curativas es bien notorio, sé
aprovechase de la ocasion que le proporcio-
na su empleo ,de cirujanó del hospicio del
Norte para repetir las vacunaciones en mu-
chos casos de enfermedades cutáneas, que tan-
to abundan en el hospital en donde este ¡ó-
ven y apreciable médico está empleado. '

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PE LA VACUNA.

§. IV.

Pruebas en contrario que se hiciéron en pa-


rages distintos de los que se acostumbra
hacer la -vacunacion.

Hasta el dia siempre se ha vacunado en los


brazos, y en ellos se han hecho tambien las
inserciones de las pruebas en contrario. ¿ Pro-
. duciria su efecto la inoculacion de las virue-
las, si se hiciese en otra parte distinta de aque-
lla en que se hizo la vacunacion? Y si esto
sucediese, ¿ el pretendido preservativo no no~
dexaria en una peligrosa seguridad? Esta du-
da forma una especie de objecion á que seria
fácil responder, observando. que las personas
que se expusiéron al contagio varioloso des-
pues de haber sido vacunaBas, no se infectá-
ron; por lo que es evidente que en qualquie-
la parte en donde se haga la prueba en con-
trario, no debe producir ~fecto alguno la in-
oculacion variolosa.
Esta teoría se ve confirmada por un ex-
perimento recientemente practicado por el
:zelo de los CC. Mongenot y Marin, indivi-
GUOi de la junta central de la vacuna. En el

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3 S2 DE LA INOCULACJON
pueblo de Fresne, distante legua y media do -
Paris, hiciéron estos dos médicos la prueba
en contrario en un niño que hacia treinta y
nueve ¿ias que habia sido vacunado; y aun-
que la inoculacion se hizo en otras distintas
partes de las de la vacunacion, no produxo
ningun efecto, y poco á poco desapareciérbn
las picaduras despuQs de haber estado al~o
alteradas con una poca eflorescencia, como su-
cede ordinariamente.

§. V.

Experimentos hechos sobre animales 'Vz·'Vos.

Aunque es corto el nÍlmero de estos e~­


perimentos en d dia, se pueden repetir con
facilidad baxo diversas formas, y dirigirlos ?e
modo que ~e puedan ob~ener útiles resulta-
dos. H asta la presente época no se ha hechq
mas que trasmitir el vÍrus vacunal á las va-
cas, y algunos pocos ensayos en los carneros
y perros.
El experimento de transmitir á las va-
cas el humor vacun al, es decir, el intentar
volver á su orígen p ri mitivo esta enfermedad,
no se habia logrado al pxincipio 'sino por. .los

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• DE LA VACUN .\. 353
iodividuos de la junta médica de Rheirn ~ .. En
Paris se dedicó despues -á repetir estos expe - ·
• rimentos eh C. Hitsson, y logró el mism~ 're·
sultado. Igualmente lo tuviéroll los qué' -prac-
ticó en las ,inmediaciones 'd e V ersalles ~ ciru·
jano Texierr ..
Con,el hn de cerciQrarse ' de si la vacuna
seria. un ,preservativo tan seguro de la morr;·
ña, así como lo es de las viruelas, se : han
hecho eJfperimentos de vacunar algunos car'"
neros. El primer ensayo lo hizo el C.1iusal·d;
y los demas que se han practicadó' en :las' in
mediaciones de J'érsalles en el departamento
de la Dromed C. BJatl~ard, 'l en · el~'de
Leman el C. Lullin de Ch 'atea wvieux. Estos,
experimentos es necesario , repetirlós "qr(!fnro
sea posible antes de. poder 'deGid irse tcqilinan J

temente sobre sus resultados l> ' ,: . ~; <


,L a vacunaciQn en los per-ros se ha éxeclP
tado con el intento de ver si la vacuna ' :1os
preservaba de .una enférme8ad grave ,~onod
da con eL nombre' de moquillo', cuyoS ' f:e'¡lÓ"

I}lenos.particula.res 'refiere J enner l0s .red'ac..
t.ores de la Biblioteca británica'en t:1 si-gllteI!teI
extracto,__ .-.' ... ~ í , .. ~ '" ~ •
I "No , hay duda que . sabreis ' lo que¡; se
fl;elltiende por. este nial~ llamado la ·enferme·
z

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sS4 DE LA JNOCULACION
" dad de los perros, moquillo, y qll e su sfnto~
" ma característico es pna especie qe quejido.
~, Ó tos ronca causada por los esfuerzos que
" hace el animal para expeler un humor vis-
" coso de que está. lleno su pecho, y que al
" mismo tiempo arroja con abundancia·por sus
" narices. Todos los perros estan su.jeto~ á es-
., ta enfermedad, que es muy mortal, parti u-
" larmente para los de caza, pues mueren la
. " mitad de los que enferman en su dormito-
., rio. He disecad,o muchos, y ,en todos he vis·'
"to que la causa de su muerte ha sido una
" verdadera inflamacion de pecho. Parece que
" la vacuna obra con bastante facilidad en 10$
,
" perros, y ' que les produce
.
todos
I
los sÍnto-
.,' mas del moquino; pero de un modo ,tan
' ~, benigno que no muer~ ninguno, quedando
" ademas libres de poder padecerlo otra vez'
., en lo sucesivo. De quarenta y tres perritos
., qlle fuéro~ f~lizmente vacunados, á saber,
" tt:es baxo mi inmediata direccion, ~ qua-
'" renta de la de un particular ~ de cuya ver·
" dad yo respondo, no murió. tan solo uno,
.. , y todos ftléron ~despues inaccesiDles ~al conta-
"gio. En la actualidad me ocupo en 'conti..,
n ¡ÜH\r estos experif\')entQs., que pueden con-
" dueirnos á encontrar' descubrimi~Dt05::de la'.

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DE LA VACUNA. 3SS
" mayor importancia para la humanidad. Esde
,l admirar que un mismo- vÍrus ocasione coris:'~
~, tantemente á una especie de·animales una en-
" fermedád del todo diferent~ de la que produ-
" ce en orros. Este es uno de los hechos que
" qeben excitar la atencion del ,mas frio obser-
" vador: Este es un nuevo camino con cuyo au-
"xIlio se descubrirá tal vez aIgun dia, que
" muchas de las enfermedades contagiosas que
;, afectan la especie humana, por poco que se
" parezcan entre sí, tienen no obstante un mis-
~ mo orígen, segun lo he indicado antes."
, , Me parece que el resultado de estos ex"
perimentos del ,Dr. Jenher no ha sido tan
positivo como ha creido: 'pues no nos dice en
qué , parte del animal se hizo la , vacunación,
que practicó ó .hizo practic:'ír en los quaren'bi
y tres perros de que trata. Esta duda conven-
drá aclararla; porque si por exempIo hubiese
sido en la superficie mucosa de la boca 6 la-o
bios, el desarrollamiento del 'moquillo, que
consiste segun parece en una inflam~cion de
Ja ~emb'rana mucosa del pu1mon , no presen-'
taria tal vez un fenó~eno tan diferente del
dela vacuna, respecto ·á que esta produce
sus efectos sobre uno ó muchos puntos del ór-'
gano cutáneo.
Z !1

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3 S6 DE LA I 'NOCULACION
Segun las bellas 'observaciones anatómica~.
y fisiológicas del C~ Bichart, se podria ex-.
plica~ el como aplicando un · irritante qual-,
quiera en lo interioLde la' boca y labios, pue-,
de formarse una intlamacion en ~o interior de
la cavidad del pecho por causa de la conexiono
y simpatía que 'Qay entre todos los puntos de
la membrana mucosa. 1.
Ademas, la enfermedad del moquillo el
evidentemente contagiosa, y así en ~ste caso
como en muchos otros ¿ ~o pueden haber
confu'ndido. los efectos de una epidemia cQn,
los de un contagio?, Por lo que es necesario
que se aclaren todas estas dudas, y aun des-
pue~ ,nos quedaría la de saber de qué modo
l,labíamos de practicar las pruehas en con~rario'
para cerciorarnos de su efecto preservativo.
Es constante que una patologia comeara- ,
<Ja podrja darnos muy útiles resultados en me-
dicina y en el conocimiento gener~l de las
leyes de la vida hU1nana ; pe,ro si no se cono-;
cen profundamente lqs hechos que se quieren
comparar, y al mismo tiempo no se combinan'
con mucha circunspeccion I nos expondríamos
á inutilizar l}uestro trabajo, y á trop,ezar ~on
el error e,n el camino mismo .que deb~ condLl- ,
cimos á la verdad.

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1 J)J: ' LA VACUNA. SS7

I ¿

Causa qu~ sil 'Vidttis; nunc ~ quid agmdum sit,


. consideratt.

Vosotr~s los que du'd;is 'y despreciais u~


servicio tan singular, bien sea porque os han
seducido, ó porque las v~ntajas que se os pro'!
meten -son contrarias á vuestras pl'eocu pacio-
nes y antiguas costumbt'es ., ,leed, comparad;
é instruiros ~n fin, para que podais decidiros
á favor de vuestros bienhechores, ó del .. d<;
unos hombr-es cuya ciencia solo -se limita á
aprovecharse astutameñ't e- d-e -vuestra debili-
dad y preocupacion. · . ~ '. 1.
Es ÍnQcgable que hate' algunos siglos qUé
\tna cruel' enfermedad mata por· lo fncnos á
una décima parte de d a especie humana, y
que entre las personas qúé-no mueren de ella,
quedan muchas transformadas en objeto de
lástima y de disgusto, que hubieran preferido
la muerte á una vida llena de amarguras y
~enalidades de una larga enfermedad subse-
qüente.
No hay duda en ' que la inoculacion ha
pod~do suavizar en algunas partes del globo

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358 DE . LA INOCULA~ION
este terrible azote; pero sill. llegár á ahogar su
gérmen, y .qué .tlo 1!a!=e mucho) tiempo que
no se podia preveer su destruccion absoluta, á
pesar de la mu~titud de pqsibili\l.a4.e~ en que
se pierde una imílgin¡tcioll acalorada, buscan-
do probabilidades, proyectos é ilusiones.
, i Quántos progresos no nos ha hecho ha-
cer' una sola feljz casualidad! Las vacas ~e
Glocester padecel,1, ~j1, c;iertos 'tiempos una en-
fermedad particul:)r l ' q)le 'ser ~o~unica á los
áue las" Q~deñan :, ,y los preserv.a~ 9.e1j ~pntagio
de 1a:s;yinlelas, eIJ',el. .caso de !lue np las ha-
yan pad.ecido ant~s . " ' j

,,;Jem/er, médico : d9~ado de un ·verdadero


e.sprr,itu ;observ'.ld.o r ",animado de .,aqu~lla pa":
sion que reyna en las alma:s grandes, y por
aquella santa filálltr.epí~ á que el egoísmo in-
ten.t;t .en vano dar ,otro ;nombre; Jenher, pues,
ha .observado el efecto. preservativo de la n,ue-
va enfermedad, ha desarrollado las,-cQDseqüen-
cias de éste gran fell.Rmenp, ha hecho las mas \ .
felices apncacionés; y con el fin de' hacerlas
útÚes, ha publicado los resultados de, su des.;.
cubdmiento. '
Los nuevos observadores que han segui-
do el camino ql!é les acababa de abrir el in-
mOl't~l J'enner, han multiplicado lós experi

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" \

DE LA VACUNA'3S9
inento~, y propagado sus efectos benéficos, no
siendo una sola provincia de Inglaterra" todo
este teyno y la Europa entera las únicas par-
tes que la' vacuna ha libertado de los desa~:
tres que causan las viruelas, sino que tambien
participan Je: este bendido otras regiones mas
remotas'; y sin embargo se presentan oposicio-
nes á esta útil propagadon, y á pesar de los
experimentos mas decisivos, 'permanecen aun
las dudas é incertidumbre', La calumnia, ig-
norancia y pérfidos .rodeos hacen que se des~
precie una mano benéfiéa, que caiga la ciuda<;l
de Ginebra en una consteníacion general por
la muerte de uno de sus mas amados ciudada-
nos 1, Por otra parte quedan aislados y esparci-
dos muchos hechos interesantes, se' olvidan los'
servidos distinguidos y o'bsequiosos de un fi-
se
lantropo', satiriza á unos ciudadanos útiles
'y generosos, quedando impunes los miserables
reos de lesa hbmanidad: ¿qué deberá hacerse
en circunstancias en que objetos tan diversos.

J Véase el extracto de la nota del C. Odier sobre b


muerte de uno de sus conciud~da nos mas apreciables de
resultas de unas viruelas, de que t:iertamente se h.ubiera
librado si los he¿hos supuestos que Mr. Baume publicó en
el, Monitor no le hubieran apartado del designio de apro-
vecharse de este preservativo,

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36 (:) DE LA INOCULACIDN
pari~eli igllaínl'~ nte dignos de.fixada' ?temdonJ
A s ~gllrar el triunfo de J ~lH1e~ pu blican-
, ,do sus beneficios, disipar las duelas oponién~
dol~s la certidllmbre que resulta de. los e'x pe-
rim'entos reun}dGs con las observaciones: indf-
(:ar, el modo de pensar ya ,dicho;,qJle, tienen lo~
opositores y contempor,izadores :riec<?ger y or"
denar todos los heGhos relativo~ 'á ili vacÚll~"
cion, qt¡e ilustran ' su, práctic~; ;ñadiendo al-'
g~Ila,s , v,erdades médjqs; y fir,almeme. indicar
para el recOllocimientd pttblico.el, nombre de
\os sugetós, que con , valor y zeolo .se h;111 ,dis-
tjnguido en propagar el descubrimiento britá ..
oico, y declamar siB ,consideraei<m alguna coI1;
tfa estos médicos .itl9,CU ¡adores·,. dign05c del ma..
yor des'precio y qe , la ¡nas jusla: indignacion,
qqe np se ave¡'giienzan de presentar, hipótesis
ridículas ,hechos ,s upuestos y desfigurados pa-
{a fundar sus objeciones. "' : .
E sto deben tener ·presente ]os 'qu'e escri:-
ban. ~qbJ' e la vaCl!ha"para poder ser úriles en la·
actuaIldad , y este ha sído el objeto que me
propuse al 'pubIlcar esta obra, fruto de un
penoso trab:¡jo, y sin gloria para el autor, poro'
que' :;'~ una simple coleccion, una recopila-
éion .... ¡pero qué' 'me importa! bastante feliz he
~sidó en olvidarme ae ~odo respeto personal, .

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- DE ' :LA VÁCUNA.. -· ~61
t}uando me .ocupaba en es.te asunto tan iJi"tere-
'"" sante. Y (así Jmner, Pearson ~ Simmons, d6
Carro, Odür, ~strome,er ¡ Pfaf, Marcus,
Aubert,r _C~ladon, Liatecourt, Thouret, 'L~~
1(OUX , Pinct, de, la Roche, Russon:, vosotros,
estimables socios 'de la júnd ce'ntral de P..aris*
se la junta m~dica de Rheirns ,' dé -la .comiSion
ae:b vacuna:del Louvre &c., "n~ creais que
he .p~etendi'do sl1rparos, ni~ hacerme partíci:'
p'e de las deJTlostraciones de la gfatitud nacio:-
nal que tan dignamente os tributan, sino qúe
sólamente he deseado reunir, r ' ordenar \rues-
- tros : trabajos'; _y hilcer un servitio á mis coo:.. ·
~iUdadanos, presentándoles I,u n cOfljunto níúy
apreciable de ,hechos y 'Observaciones: i oxalá
que el públicó. se decida en ' su ;vista , que , no
haya regíon atguna en el. gloho,ni ninguna
olase 'de la s?ciedad; ni individuo que 00 par·
t.jcipe de los. beneficios de uo- descubrimiento
que asegura á Jenner·la mas glofiosa jnmotra~
l.rdad! Estos son mis ' fervorosos votos, y los de
,todos los médicos, que lejos. de un vil egoismo,
tierien por objeto 'Principal <fe !todas sus tareas
el perf~ccionar la parte física del hombre; y el
deseo de cumplü estos deberes , ha sido el so-
lo motivo que me ha obligado á emprender
esta obra.

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36 Z DE LA INOCULACrON .
. . La verdad fupdamental á que nos ha con~ ·
d1,lc~do una serie de experimentos que hace al"! .
gunos meses ascendian á doscientos mil, y en
el dia ya\no s~ plleden calcular, es qU,e la 'Va~
funa, enfermedad simple de corta duraciQlI,.
f'unque' contagiosa por el solo .medio de su .inier~
&ion" capaz de cO,municarle.An. qualquiera cih..
cJ.m$lttncia de. lq Jl.ida, es ·U1' seguro preser'Vf '"
ti'Vo de las 'Viru~las, , que llegará un día etl
que ahoguen y extt'ngan todos Jos,gérmenes tÚL
t~t8 terrible azot,. ., j. .~
I j, ,"

oNo debe dudarse mas. sobre el resultado


de un tan gran númeró, de experimentos, y.las
muchas prueb~s: Aue se mult.ipllcan cada dia,
las executan. t y· acÍ~Jántan los h€>mbres mas r~-o
comendables, rEsta es l~ razon por que el Mi..
~.ist.l'o deUn~ltdor ha dirigido una carta al Pre1
fecto del Marne. reprehendiendQ la conductar
indecente que se atrevió á tener contra los in-
dividuos de la. junra médica de, Rheims. Ma~
reci.entemenre. ha consultado solemnemente éso.
:;e mjsmo Ministro á la Soctedadrde. la Escuda
de . Medicina de . :Barís, de.seeso de 'saber si eh
gobierno podría hacer repartir 'e n las .aldeas la"
instruccion que los médicos de ,Ginebra diri· ,
gleron al pueblo por conducto de los mi-l
oistros del culto, Los sabios cuya . decisio~

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DE 1A VACUNA. 363
~~ pedía, respondiéron afirmativ~mente.
El Prefecto del departamento del Sena se
.ha declarado igu¡tlmente á favor de la vacJl-
pa, cuyas "entajas ha visto comprobadas por
los experimentos que ha presenciado, y por la$
pru~bas en contrado hechas qm t; l vÍrús va-
rioloso de su propio hijo. que por h ~ber tsi.dQ
atacado repe~tinaJl1ente de las viruelas, no pu;
do apr~vecharse del beneficio del ,nllevo de~f
cubrimiento. Posteriormente ~a. 4ado' otr~!!
pru~bas . este r~sp~ta~le magistr~go de su filan~
t r.Opííl, fundand9 ¡un hospicio para vacunar,. ,}f
favorecit;ndo la junta central con todos los me:
dios posibles.
Las municiJ?ali,dades han, iInita,do líl con~
ducta. del Pref~ato. y en el ~ia nó hay parage.
~n .qu~ las jUQtas) e ben.eficencia dexen de 50-
' licitar el que todas las clases gocen de esta SOl-
ludable práctica ; que no sin motivo temian los
verdáderos amigos,$Ie la hu~anidad verla por.
largo tiempo aislada, y en<;errada .en ,un corto
nllmero de c;lases privilegiadas, .que casi han,
sido las únÍC'as hasta la presellte época qu~
han participado d~ las ve.llt~jas de ) a inocu-.
lacion. I
, La conducta de otros muchos. magistrados.
{l~ la Rep,ública FI:,ancesa, y.la ,de diferentes

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36.,. . DE ' LA INOCULACTON
gobiernos' extran'geros' ha manifestado tambien
que la vacuna ' era un objeto digno del apre-
cio de todos los hombres verdaderamente be~
nemér'itos de exercer las s.oberanas funciones
de administrador de la justicia .
• 1 Acrualmente los sabids, y los médicos ilus-
trados cuyo testimonio hace autoridad, coJ -
tribuyen ·con su exem plo y con sus consejos iá
la confianza del nuevo pre~eivativo, y admi-
ten diariamerite, bien se'a pa'ra- su familia, ó I
para las personas 'cuya salud les está confiada,
lá nueva inoeulacion. cuyas ventajas publican.
Aquí se me- i'ec-u'ei",dan ~los· no¡pbre5 mas respe-
tables de tantos que merecian insertarse en es-
ta 'obra para ' membria de ' fa · posteridad. Estos
sóii principalmente los ,de aquellos que he ci~
tado, y los de orros . no menos recomendables,
como son: .J~

El C. Chaus"sier, qUé á los principios va-


cunó felizmente 'á muchos discípulos de la Es-
cuela Politéchnica, y ha continuado no solo
exerciendo este s¿h{dable método, sino que ha
tratado de su parte teórica y práctka en tér-
minos que pronto presentará' des tablas sinóp-
ticas de las verdades principales que le ha su-
gerido la experiencia.
El C. Pritur '¡;Ú la Costa di Oro se sujet6

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DE ' LA VACUNL . 36S
c!J mismo al experimento, aunque .no produ-.
Xo ningun efecto: fenómeno jr~egular y anó-,
malo que se observa muchas veces en la prác-
tica de la inoculacion.
Otros sabios, como los ciudadanos Hallé~
- de Jusitu, Husard. individuos del 'Instituto,
han hecho vacunar ' á sus ' hijos. El C. Saba-
ticr .hizo vacunar á su muger é hija; y el c..
Butet, profesor de física en el Liceo republi-
cano, no dudó en hacer.la prqeba ~e ~a. vacu- ,
na en su propio ,pijo á poco despues de haber
naddo.
-Estos exemplos han sido imitados por un
gran número de personas, mas ó menos reco-
mendables, y cada dia va creciendo el núme-
r.o de los partidarios de la vacuna.
De Perona y sus inmediasiones e~cribió.
el Dr. Mezchier á la junta centr al: ".La va-
,; cuna se ha propagado aquí tanto, que apena~
"se podrá citar en el di,!- un solo sugeto que ,
"padezca las viruelas. No tardará tres meses
"en suceder ·esto mismo en Francia, añade el
"C. Mezchier, si todos los médicos adoptan
", estas medidas."
Por mí 1'10 temeria añadir que la vacuna- .
<.ion seria un complemento de salud pública,
y si á pesar de la opo?idon d,e los inoculado- ,

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366 DE 'LA INÓCÚLACION
teS, el gobierno obligase á que todos se vacú.,
ñasen, se evitarian las precauciones incómodas
dé la quarentena, y qualesquiera otras re~aFi-'
vas á la conservacion de la salud"que son tan
precisas en los variolosos.
j Oxa1á que sin valerse de aquel medio, ri-
guro~o continúe Ila propagacion de un deséu-
brimie.nto tan útil en todos los puntos de ¡la
FrancIa y del mundo entero! Votos, tal vez
e'stériles ,anhelos, deseos de todos los corazo- '
nes sensibles, ¿os vereis realizados? ¿ dexarán'
en fin de interponerse obstáculos casi in~en­
cibles' entre los filantropos ilustrados, y los
hombres cuya situacion desean mejorar? El
descubrimi~ nto de la vacuna, sobre cuyas ven-
tajas ya no queda duda, esta pr~ctica saluda-
ble que no deberia tener sino partidarios y
amigos, si las conquistas 'Y triunfosde l1aver.
dad sobre' la preocupacion y la mentira no fue-
sen ordinariamente el efecto de una revoluciono
lenta , formada en casi todo un siglo, ¿ perma-
necerá largo tiempo empleándose sola'm ente
en ciertas dases de la sociedad, á quienes un
cierto grado de opulencia y sabiduría les hace.
conoce'r m~s prontamente las aplicaciones de
los descubrimientos y' las ventajas de los pró~ '\
gresos,'¿e la civilizacion?

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DE LA VACUNA. -f, 367-
El cursó ordinario del espíritu' humano,
las oposiciones que en general han presentado'
en todos tiempos diversas naciolles para red:
bir nuevas costumbres y léyes, por: mas' wtilet
que fuesen, y principalmente la historia par-
ticular de la inocu lacion, que aunque introdu-
cida en Europa ochenta años hace, 110 ha lle-
do á propagarse generalmente, motivan nues-
tros temo~es sobre los obstáculos que pueden '
retardar muchos siglos el influxo general que
debe tener la vacuna en el beneficio de la pos-
teridad. Mas como por otra parte el impulso
verdaderamente filosófico de nuestro siglo , las
intenciones" las miras generosas, y el gran in-
fiuxo del gobierno frances , que no dexará de
activar la propagacion de los .beneficios de la
vacuna, añadiéndose á esto las muchas cone-
xiones de la Inglaterra en todo el globo, la
constancia de muchos de sus médicos, los es-
fuerzos y zelo de todos los sabios profesores,
y principalmente la influencia de la junta mé..
dica de Paris, deben d~r las esperanzas mas
lisonjeras; y sin dexarme llevar de un entusias-
mo profético, no temo afirmar que está muy
próxima la época en que destruidas entera-
mente las viruelas, como fuéron en otro tiem-
po la lepra y otras muchas enfermedades con-
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368 DE . I.A .. INOCULACION
~agiosas" DO se tenga n9tici~ de sus crueles
' ~f~ctos sino por la historia ,de estos temibles.
azotes, de los qlie deben sucesivamente triun-,
!,ar ·losprog¡l'eio~ de la civili;¡:acion. .

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