TESIS Osorio

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DOI:10.22199/S07189753.2003.0001.

00007

Ximena Osario U.- Héctor Campos H . Justicia Restaurativa y Mediación Penal en Chile

JUSTICIA RESTAURATIVA Y MEDIACION PENAL EN


CHILE

1
Ximena Osorio Urzúa- Héctor Campos Hidalgo

SUMARIO: 1. Introducción. 2. Oijetivos. 3. Marco teóritv (3.1.) Los sistemas de


resoluáón del conflicto penal. Evolución histórica. (3.2.) Justicia restaurativa. Fundamentos,
precúiones y efectividad. 4. De.rarrollo del tema. (4.1.) Desarrollo de la mediaáón penal. (4.2.)
Principios de la mediaáón penal. (4.3.) Diferencias entre la mediación penaly otras formas de
mediación. (4.4.) Fases de la mediación penal. (4.5.) Análúú de la situación de nuestro país.
Condusiones del tema. Bibliografía.

1.- INTRODUCCIÓN

La siguiente monografía se refiere a un aspecto fundamental, que tiene lugar


a propósito de los cambios que ha experimentado la justicia penal en el mundo y
nuestro país, y que dice relación con la evolución de los modelos de acción y
reacción frente a los delitos y los sistemas de control social que se diseñan y
ejecutan a partir de ésta. La participación de la víctima, de la sociedad civil, la
incorporación de las formas de solución alternativa de conflictos, están
modificando de manera sustancial la representación que tenemos de la
administración de la justicia y la participación que le cabe a los distintos actores en
ella.
Un aspecto tremendamente relevante y simbólico en este sentido lo
constituye el hecho que el desarrollo en este ámbito está directamente asociado al
redescubrimiento de la víctima dentro del conflicto penal, particularmente por el
desarrollo dinámico de la victimología-especialmente en la década de los ochenta-,
donde la criminología se preocupa de la víctima, no en cuanto posible colaboradora
en la comisión del delito- como en los orígenes de la victimología-, sino que se
ocupa de sus derechos, necesidades, intereses y de no contraponerlos con los del
agresor.
Conjuntamente con este fenómeno, encontramos también como elemento
definitorio de esta nueva perspectiva, la suscripción de pactos internacionales y
modificaciones legales relativamente recientes en materia de responsabilidad penal

1
Ximcna Osario Urzúa. Abogado. Académica de la Escuela de Derecho, Universidad Católica del Norte, sede Coguimbo.
Diplomada en Aspectos Socio-Jurídicos de la 1nfancia, Adolescencia y Familia. Diplomada en Mediación Familiar.
lléctor Campos Hidalgo. Asistente Social y Licenciado en Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso, miembro del
equipo técnico de la O.N.G . Bahía de Coguimbo, institución colaboradora del SF.NA.ME. Presidente del Colegio de
Asistentes Sociales de la IV Región de Coguimbo.

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adolescente. Lo anterior tiene que ver fundamentahnente con el carácter mixto de


esta leg1slación, por una parte sancionadora y por otra educadora. Esta dualidad
tiene relación con que está orientada a un segmento etáreo especialmente proteg1do
por convenios internacionales, los que reconocen que dichas personas se
encuentran en proceso de formación en cuanto a su personalidad individual y social
y, que por tanto con ellos es más factible iniciar, o mejor dicho, dar los primeros
pasos de la reforma de los sistemas penales.
La pacificación de las relaciones humanas pareciera ser uno de los grandes
nudos ciegos de las sociedades modernas, si bien en términos generales la
frecuencia y las características de los delitos se mantienen relativamente estables, la
difusión mediática de estos ha aumentado significativamente en las últimas décadas,
con efectos psicológ1cos y sociológ1cos significativos en la sociedad civil, presa de
sentimientos de desconfianza e inseguridad, para cuya solución aparecen muy
difundidas las ideas de imperio de la ley y el orden.
En la actualidad coexisten representaciones muy disímiles en relación al rol
del Estado frente a los conflictos legales, a la efectividad de los sistemas de
administración de justicia y a la evaluación que hace la sociedad civil en cuanto a su
gestión y efectividad.
Desde el punto de vista de la administración de justicia, la representación
generalizada en nuestro país sobre el objetivo de bienestar del Estado estaría dada
por ... "prestar tutela judicial a las personas cuyos derechos se encuentran -o sus
titulares sientan que se encuentran- amenazados. Los conceptos procesales de
acción, potestad jurisdiccional y debido proceso son manifestaciones dogmáticas y
conceptuales de ese gran objetivo. Así las cosas, pareciera que la eficiencia del
sistema de administración de justicia se logra en el máximo posible de litig1osidad
en el que la correlación entre agravio a un sujeto de derecho e intervención
jurisdiccional es uno a uno. Dicho de otra manera, según este sencillo esquema, un
sistema sería eficiente -según ese general postulado de bienestar- cuando para cada
agravio se proporcionara una intervención jurisdiccional o, dicho de otra forma,
2
cuando para cada conflicto hubiese un litig1o ante la judicatura."
Las imágenes inmediatas de los sentimientos de inseguridad ciudadana dicen
3
relación directa con el delito y la persona de los delincuentes , y con la necesidad,
para muchos, de que ellos "salgan de circulación". Sin embargo, una segunda
lectura al tema centra el análisis, en el temor, nos aproxima al de la sociabilidad y
como ella está siendo enfocada básicamente desde la desconfianza como limitante a
la convivencia humana. La inseguridad se funda en la falta de vínculos sociales
sólidos y confiables con los otros miembros de la sociedad. Se ha demostrado que

2 - .
PENA GONZALEZ, Carlos; "Sobre la necesidad de las formas alternativas de resolución de conflictos", CPU, 1994.
3
Refuerza la afirmación, lo señalado al respecto en el " Informe sobre Desarrollo llumano en Chile del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (l'NUD) de 1998", en su Capítulo Cuarto.

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las sociedades con lazos y vínculos sociales fuertes tienden a ser más seguras y tener
4
tasas de criminalidad menores que las que no los tienen.
En este sentido algunas tendencias modernas, tanto dentro como fuera de la
justicia penal, se orientan a satisfacer expectativas sociales referidas a la pacificación
de las relaciones humanas y la generación de formas conciliadoras de solucionar el
o los conflictos producidos por el delito. Todo lo anterior ha llevado a los Estados
a generar legislaciones penales que flexibilizan los procedimientos, desjudicializan
ciertos conflictos y/ o incorporan formas alterna tivas de resolución de los mismos
que coadyuvan en la satisfacción de expectativas de todos los actores involucrados
en el proceso penal y, principalmente de la víctima. Todo lo anterior le devuelve al
5
delito el sentido de ser un conflicto interpersonal y, por lo tanto, revaloriza su
carácter social. Esto último trae asociada la generación de condiciones facilitadoras
de la resignificación del conflicto penal, de los escenarios y participantes en su
resolución.
Dentro de las formas más tradicionales, y conocidas, de resolución
alternativa de conflictos podemos encontrar el arbitraje, la conciliación, la
negociación y la mediación. Para efectos de esta monografía sólo haremos
referencia a esta última y, específicamente a su variante penal, entendida como un
proceso o estrategia de justicia restaurativa.
Durante las últimas tres décadas se ha desarrollado la especialidad penal de la
mediación con importantes resultados estrechamente asociados a la evolución
dogmática en materia de derecho penal. Se ha desarrollado principalmente en
Europa y N orteamérica.
Chile enfrenta desde hace nada más dos años, una de las mayores reformas a
la justicia de toda su historia, la que tiene lugar tras la crisis del modelo penal
inquisitivo, que operó en nuestro país durante sus casi dos siglos de existencia. La
Reforma Procesal Penal se erige como movimiento de cambio basado en la
conciencia colectiva, tanto del gobierno como de la sociedad civil, del fracaso y de
la incapacidad del antiguo modelo en la persecución penal. Esta ineficiencia,
sumada a la falta de acceso a la justicia por parte de ciertos grupos sociales, más la
necesidad de adecuar el sistema de justicia criminal a los instrumentos
internacionales en materia de derechos humanos ratificados por Chile hizo
inminente la necesidad del cambio. En esta dirección y de manera muy incipiente a
partir del inicio de la aplicación de la reforma procesal penal, se esbozan por vez
primera soluciones de corte alternativo dentro del sistema de enjuiciamiento
criminal, en lo referido principalmente a los acuerdos reparatorios, donde se
incorpora a la legislación la posibilidad de salidas alternativas a las tradicionales. En

1-I ESKlA TORNQU IST, Joanna; "Las penas comunitarias y el problema del crimen", en Revista de Es tudios
Criminológicos y Penitenciarios, Gendarmería de Chile, N" 3, 2001.
5
PESQUERA LEAL, Jorge. " FundamentOs de la mediación penal", en Revista de la Procuraduría General del Estado,
Brasil, 2000.

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el mismo sentido, el proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil, actualmente


en tramitación parlamentaria, establece la posibilidad de realizar servicios en
beneficio de la comunidad y la reparación del daño como formas alternativas de
retribuir a las víctimas. Sin lugar a dudas, lo reciente de estos procesos involucra
para el Estado, las instituciones académicas y los operadores jurídicos importantes
desafíos en esta área, tanto en las elaboraciones y construcciones teórico - prácticas
del tema, lo que en definitiva, se traducirá en la posibilidad real de implementar en
Chile la justicia restaurativa, y junto con ella la mediación penal.

2.- OBJETIVOS

Estos consisten en:


1. Describir la evolución de la mediación penal dentro del contexto de la
justicia restaurativa.
2. Describir el proceso de la mediación penal en cuanto a su desarrollo,
principios, particularidades y fases.
3. Analizar la situación de nuestro país en cuanto a la aplicabilidad práctica
de la justicia restaurativa y la mediación penal.

3.- MARCO TEÓRICO

3.1. Los sistemas de resolución del conflicto penal. Evolución histórica.


Los actos violentos existen desde los inicios del hombre. Sin embargo la
manera de enfrentar su comisión por parte de las comunidades humanas, ha
variado a lo largo de la historia, es por ello que podemos hablar de una historia del
derecho penal, que los estudiosos agrupan en cuatro períodos; el de la venganza
privada, el de la venganza pública, el de la venganza divina, y por último el período
6
humanitario .
En una primera fase de la historia de la humanidad encontramos el sistema
de la venganza privada, donde la pena surge como la respuesta del grupo, que tiene
por objeto su preservación. Este período se caracteriza por la venganza o pena de
sangre, como deber del clan o grupo de respuesta solidaria frente a la agresión
sufrida por alguno de sus miembros.
Posteriormente y particularmente en los pueblos más desarrollados, se crea el
sistema de las composiciones, que tiene por objeto permitir la reparación del daño
mediante una compensación de tipo económica, facilitando así el arreglo privado de
los conflictos entre las partes, permitiendo incluso al agresor comprar tanto a la
víctima, como a su familia, el derecho a vengarse.

(J
MASCIAS VISCENCIO, Alfredo; "La Historia del Derecho Penal", en www.universidadabierta.edu.mx

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El período de la venganza pública es el que caracteriza el paso de una


venganza privada de sangre a la implementación del sistema taliona!, que pretendió
limitar la venganza de la víctima o sus familiares, permitiéndoles causarle al agresor
sólo el mismo mal por él cometido.
Este sistema se incluyó en el Código de Hammurabí, que consagra el
principio de retribución contenida en la ley del talión. Según esta ley el agresor
debía ser entregado a la víctima o vengador para que impusiera el talión.
Luego se desarrolla el período de la venganza divina, donde según Madas
Vicencio "parece natural que al revestir los pueblos las características de las
organizaciones teocráticas, todos los problemas se proyectaban hacia la divinidad,
como eje fundamental de la Constitución misma del Estado". Es por eso que los
jueces y tribunales juzgan en nombre de las divinidades ofendidas, e imponen las
7
penas para satisfacer su ira.
"La Justicia se transforma en Justicia Pública, en el momento en que la
autoridad toma en sus manos la organización de la represión y la víctima (a
diferencia de lo que acontece en la etapa de la venganza) aparece relegada a un
segundo plano. En Roma comienza ese período a flnes de la República con las leges
judiciorum publú·orum que, junto con crear delitos específicos y sus penas, instituyó los
8
tribunales que debían conocer de los respectivos procesos."
Luego de la crueldad vivida durante la Edad Media, se comienza a desarrollar
en Europa un movimiento humanizador que pretende morigerar los duros efectos
de la justicia penal inquisitiva. Este movimiento tiene como precursores al
movimiento fllosóflco de la Ilustración con Montesquieu, Rousseau y otros,
quienes influyeron directamente sobre Beccaria quien ·en su libro "De Los Delitos y
las Penas" propugnaría un profundo cambio, basándose en la igualdad,
proporcionalidad de las penas, las que sólo deben ser creadas y aplicadas por el
Estado.
Este movimiento coincide con los procesos de centralización del poder
político y consolidación del Estado Moderno, tras el proceso revolucionario
burgués en Francia.
Posterior a este hecho comienzan en E uropa los procesos de codificación
penal y tras ella la aparición de diversas escuelas que empiezan a sistematizar en los
estudios sobre materia penal, lo que algunos autores denominan como una quinta
etapa o periodo científico, que se caracteriza por la entrada de las ciencias naturales
en el ámbito penal.
Algunos autores señalan, como principio del período científico, las doctrinas
de los positivistas de flnes del siglo pasado, pero se considera que hasta que

7
ldcm.
8
POLITOFI' L, Sergio; Desarrollo llistórico del Derecho Penal. en Dembo Penal, Tomo 1, Editorial Jurídica Conosur
Ltda., Santiago, 1997, p. 66.

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aparecieron las teorías de hombres como, Manuel Kant, .Federico Hegel, Baver y
otros, surgieron diversos criterios que fueron dando lumi~osidad a esta etapa y se
clasificaron de la siguiente manera:
a) Teorías que ven en la pena la retribución, ya sea de origen divino, moral o
jurídico;
b) Teorías según las cuales la pena tiene un carácter intimidatorio y, por lo
tanto, su fin es la prevención del delito; y
e) Teorías que encuentran la función de la pena en la defensa de la sociedad,
sea esta directa o indirecta."
En el movimiento de codificación se plasma la idea de que el delincuente
sólo puede ser perseguido por el Estado, toda vez que la ofensa por él cometida
ocurre contra el Estado y la sociedad. Es en este punto donde desaparece la víctima
como parte en el proceso penal, así "el Estado al intentar establecer un orden y un
tipo de justicia igualitaria para todos, se apropia indebidamente del dolor, de la voz
y del desagravio de las víctimas y se convierte en el amo y señor de todo el proceso
9
penal y penitenciario" , expropiándole en definitiva el conflicto de que era parte,
para asumir de este modo el control social, evitando o castigando las conductas
desviadas, logrando así la paz social. En este sentido la justicia equivale al castigo.
Estas funciones tradicionalmente asignadas a los sistemas penales comienzan
a deslegitimar el propio sistema cuando se hace evidente que éste no es capaz de
satisfacer tales fmes.
Los tribunales no son capaces de dar respuestas al conflicto penal. Están
sobrecargados, deshumanizan a las partes re-victimizando a la víctima y al
victimario. Surgen así corrientes que deslegitiman el derecho penal, propugnando
algunas incluso su abolición, fundándose en el hecho de que el sistema es
ineficiente, que opera con las mismas conductas que dice proteger, las penas son
estériles, el sistema degrada al ser humano estigmatizándolo y dejando de lado a la
víctima entre otras falencias. E l abolicionismo hace crítica férrea al uso de la pena
privativa de libertad, atribuyéndole consecuencias negativas, frente a la que propone
10
crear soluciones alternativas • Frente a esta corriente surge el minimalismo, que
propone una respuesta estatal sólo a los casos más graves y urgentes proponiendo
la idea de un derecho penal mínimo.
Es en este punto donde retoma participación la víctima en el debate penal,
toda vez que ambas corrientes propugnan la creación de soluciones alternativas al
conflicto penal. Este sistema penal descansa en el paradigma de justicia

PER.EZ GUADi\LU PE, José Luis; '1 ,as Víctimas. La Victimología y los retos de la pastoral penitenciaria", en:
\V\VW .scuvirtual. nct.
10
HI G HTON E., i\LV i\REZ, G . y GREGO RI O, C.; Ruolución altcmatira de diJfmta.ry .ristuna penal, Editorial 1\d-Hoc,
Buenos Aires, 1998, pp. 32-33.

146
Ximena Osorio U. .- Héctor Campos 1l. Justicia Restaurativa y Mediación Penal en Chile

retribucionista, cuyos pnne1p10s, tal como se ha señalado, son entre otros los
. . 11
s1gwentes:
);;> E l delito es definido como una violación al Estado
);;> El sistema está orientado a determinar culpabilidad del agresor, lo que se
orienta hacia el pasado en orden a determinar su participación en la
infracción.
);;> E l sistema es de carácter adversaria!, el que mantiene confrontada a la
víctima con el ofensor.
);;> El objetivo final del sistema penal, es la aplicación de una pena o sanción
para castigar y/ o prevenir conductas típicas.
);;> La justicia está definida por normas penales, y equivale a la aplicación del
castigo descrito en la ley.
);;> El conflicto adquiere un carácter impersonal; entre el Estado y el agresor.
);;> E l daño producido por el agresor es sustituido por un daño que el Estado
impone al agresor.
);;> La comunidad está supuestamente representada por el Estado
);;> La acción del sistema se orienta activamente desde el Es tado hacia el
agresor, su participación en el proceso penal es p asiva, mientras que la
víctima es ignorada.
);;> La responsabilidad del agresor se materializa en la sanción o castigo.
);;> La conducta sancionada se encuentra definida en términos legales,
adquiriendo una específica significación sea moral, social, económica o
política.

3.2. Justicia Restaurativa. Fundamentos, precisiones y efectividad.


Así mientras el debate doctrinario acerca del Derecho Penal y de los fines de
la pena, se define en tendencias que van desde las conservadoras hasta las liberales
o incluso abolicionistas, surge una corriente que constituye un nuevo referente en la
discusión acerca de la respuesta a la comisión de delitos y a sus víctimas, conocida
como Justicia Restaurativa.
Las ideas fundamentales que subyacen tras el concepto de Justicia
. 12
restaurativa son:
);;> La idea de que los delitos constituyen en primer lugar ofensas o
agresiones en contra de una persona, y sólo secundariamente una
trasgresión a la ley;

11
UMRREIT, Mark; "Rcstorativc J usticc through Victim-Offendcr mediation: A Multisite asscssmcnt", en Westcrn
Criminology RcYicw, 1998.
12
Ibid, p. 6.

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~
Se reconoce que una vez cometido el delito (entendido según el párrafo
anterior), la víctima primaria o directa es la mayormente afectada por el,
más que a la sociedad o el Estado, quienes son víctimas secundarias;
~ Involucra a más partes en el proceso de respuesta al delito, incluyendo al
ofensor, a la víctima y a la comunidad;
~ Orienta el proceso de respuesta al delito, en la determinación de
responsabilidades y obligaciones, hacia el futuro;
~ El delito se entiende como un conflicto entre personas, cuyo valor se
reconoce.
~ Se reconocen los roles de la víctima y del agresor en la solución del
conflicto; Reconocimiento de las necesidades y derechos de la víctima y la
necesidad de que el agresor asuma su responsabilidad.
Dentro del concepto de Justicia Restaurativa, y en su implementación
práctica podemos distinguir fundamentalmente tres tipos de estrategias, que han
sido las más características:
1.- Conferencia de Familia o grupo de comunidad. Este proceso se traduce
en la reunión de la víctima, del infractor, de su familia y miembros de la comunidad,
cuya misión es discurrir de qué modo se van a determinar las consecuencias del
delito o agresión . El objetivo de la reunión es permitir a la víctima hacerse parte en
la respuesta al delito, permitiéndole manifestar cuál ha sido el impacto de la
conducta en su vida. De esta forma se traducen directamente al agresor las
consecuencias de su actuar, toda vez que logra ver de modo concreto cuáles han
sido éstas y en quién se han producido, facilitando de este modo su asunción de
responsabilidad. Con ello conjuntamente, se compromete la ayuda y colaboración
de agentes especializados para lograr la reparación y enmiendas necesarias por parte
del agresor.
Estas reuniones denominadas "family group conferencing" tienen su origen
en prácticas tradicionales del sistema aborigen Maorí en Nueva Zelanda, y
actualmente se ha expandido a EEUU y países de Europa. Principalmente se usa en
13
delitos que involucran a infractores juveniles.
2.- Tratados de paz o círculos de sentencia: E sta estrategia o proceso de
justicia restaurativa, tiene por objeto hacer partícipes a miembros de la comunidad,
víctimas, defensores de las mismas, agresores, policía, fiscales y jueces entre otros,
de un plan de sentencia apropiada y que recoja todos los intereses de los
participantes, en orden a reparar o curar a los afectados, promoviendo en ello la
escucha y participación de todos los presentes, en orden a la creación de soluciones
constructivas, que recojan el sentido y los valores de la comunidad.
14
Estas prácticas tienen su origen en la cultura nativa de Norte América.

13
Confraternidad Carcelaria Internacional; "Qué es !a Justicia Restauradora'', en www.restorative.org
14
!bid.

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3.- Mediación víctima-infractor: Este proceso le ofrece voluntariamente a la


víctima la posibilidad de reunirse cara a cara con el agresor. Para ello previamente
se estructura el encuentro de manera de garantizar su seguridad. En este proceso
son asistidos por un mediador especializado, quien dirige el encuentro con miras a
lograr la comprensión por parte del agresor del impacto de su actuar sobre la
víctima, asumiendo así esta responsabilidad, y en miras de ser posible que ambos
conjuntamente puedan establecer un plan o acción para reparar el daño.
Resulta interesante e indispensable en este momento puntualizar algunas
precisiones con relación al concepto de reparación, entendida en un sentido
genérico, como la consecuente compensación del daño realizado por el victimario a
la víctima.
La ren~ración es un objetivo prioritario en los procesos de mediación penal.
El sujeto primario de acción es la víctima y luego la comunidad. Generalmente es
comprendida por el victimario, también, ,como una reparación hacia sí mismo y
hacia la comunidad que ha dañado al no cumplir sus normas.
La reparación actúa en dos planos, uno material y otro simbólico. Respecto
de ambos tipos puede operar de manera directa o indirecta, esto dice relación, con
el nivel de participación que le corresponde a la víctima en la definición del tipo de
reparación, siendo las de tipo directo las que mayor impacto retributivo generan.
Todas las estrategias previamente descritas, requieren para su
implementación, previa e indiscutidamente que el agresor asuma su participación en
el hecho o agresión.
Sin profundizar en disquisiciones de carácter procesal acerca de la diferencia
entre una solución alternativa al conflicto jurídico penal, y lo que son alternativas
dentro del propio juicio penal, claro está que la justicia restaurativa puede operar en
ambos frentes. De hecho así ha ocurrido en la práctica de los programas que la
contemplan. En algunos programas opera como alternativa al ¡u1c10,
desjudicializando el conflicto, mientras en otros se presenta como una fase del
desarrollo del mismo.
La expansión del uso de estos procesos se ha aplicado mayoritariamente
respecto de delitos de carácter patrimonial. En este sentido, podemos señalar que
su aplicación puede ser fuertemente reforzada en el ámbito de la responsabilidad
penal de adolescentes, y la creación de los nuevos sistemas de justicia juvenil, en
fundamentos normativos de orden poderoso. Así encontramos en el artículo 40
inciso 3° letra B de la Convención Internacional de los derechos del Niño cuando
prescribe que: " ... siempre que sea apropiado y deseable, la adopción de medidas
para tratar a esos niños" -infractores de ley penal-, " ... sin recurrir a procedimientos
judiciales respetando plenamente los derechos humanos y las garantías legales".
Las Directrices de Riad (o directrices de Naciones Unidas para la prevención
de la delincuencia juvenil), señala en su directriz S " ... solo en último extremo ha de
recurrirse a los organismos formales de control social" y en la 58 determina que

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"deberá capacitarse personal de ambos sexos encargado de hacer cumplir la ley y de


otras funciones pertinentes para que pueda atender a las necesidades especiales de
los jóvenes; ese personal deberá estar al corriente de los programas y posibilidades
de remisión a otros servicios, y recurrir a ellos en la medida de lo posible con el fm
15
de sustraer a los jóvenes al sistema de justicia penal" •
Para finalizar este acápite, resulta importante realizar una aproximación a la
efectividad de la mediación penal. De acuerdo a los estudios existentes, la
mediación penal en el mundo exhibe resultados estadísticos importantes. Dichos
resultados corresponden a estudios realizados fundamentalmente en los países de
16
Norte América y Europa. Al respecto resulta interesante destacar lo siguiente:
~ La mayoría de las víctimas de delitos contra la propiedad, manifiestan una
clara tendencia a participar en procesos de mediación penal. Lo anterior
se ha traducido en una disminución del miedo, rabia y ansiedad en las
víctimas, quienes en un significativo porcentaje evidencian el término de
dichos sentimientos tras el encuentro con su agresor. Puede decirse así,
que la mediación penal inhibe la revictimización, sentimiento que es aún
menor cuando se trata de mediación penal directa.
~ Las víctimas y ofensores que participan en mediación penal reconocen un
alto nivel de satisfacción por la respuesta a su conflicto, manifestando que
el sistema de justicia trató su conflicto de manera justa;
~ La experiencia de participar en mediación penal es percibida, tanto por
víctimas como por victimarios, como positiva. Casi la totalidad de los
participantes señala que participaría nuevamente de ella;
~ La reincidencia en delitos de los ofensores que participaron en mediación
penal es un tercio más baja que los que no lo hacen. A su vez el tipo de
delito es en la mitad de los casos de reincidencia de menor gravedad;
~ El porcentaje de cumplimiento de los acuerdos sobrepasa los dos tercios
de los casos.

4. DESARROLLO DEL TEMA

4.1. Desarrollo de la mediación penal


El desarrollo de la mediación penal tiene sus orígenes en el movimiento de la
Justicia Restaurativa, principalmente en Estados Unidos, a fines de los años 70. Sin

15
BELO FF, Mary; "Algunas confusiones en torno a las consecuencias juódicas de la conducta transgresora de la ley penal
en los nuevos sistemas de justicia juvenil latinoamericanos", en Adolucenle.r y Ruponsabilidad Penal, Editorial Ad.Hoc,
Buenos Aires, 2001, pp. 51 -52.
16
UMBREIT Mark; "Centre for Restorative Justice and Mediation. Unive,-,;ity Of Minnesota", 1996. lnformation on
research fiindings related to uniquely Restorative Justice Intreventions: ''Victim O ffender mediation and Farnily Group
Conferencing".

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embargo este movimiento, en sus 1ntc10s, no fue seriamente considerado por los
legisladores, abogados, ni por los operadores socio jurídicos. No obstante estos
programas siguieron desarrollándose efectivamente en cuanto a su expansión y
resultados.
En el año 1990 la OTAN congregó a una conferencia internacional en Italia,
para desarrollar el tema de la Justicia Restaurativa y analizar el alto interés concitado
en todo el mundo . Se congregaron en dicha reunión académicos y operadores de
EEUU y de numerosos países de todo el orbe.
En el año 1994 la reticencia inicial mencionada, comienza a revertirse cuando
la American Bar Association, (Asociación de Abogados de Estados Unidos),
manifiesta su apoyo público al desarrollo de la mediación víctima-ofensor en todos
los sistemas judiciales del país.
En 1995 el ministro de justicia de Nueva Zelanda, trabajó en un documento
de justicia restaurativa para ser sometido a consideración como política federal. En
1997 se desarrolla la primera conferencia internacional sobre el tema. Finalmente en
el año 2000 un subcomité de Naciones Unidas, tras la elaboración de un
anteproyecto sobre la materia, lo presenta en una conferencia de la misma
organización, el que ha sido debatido entre distintos países, en orden a implementar
esta práctica de manera generalizada.
Dentro de este contexto de expansión, la mediación penal o mediación
víctima-victimario representa actualmente una de las más concretas y antiguas
experiencias de justicia restaurativa, que actualmente tiene lugar en más de 290
comunidades en EE.UU. y un también considerable número en países de E uropa,
Nueva Zelanda, Australia y Canadá principalmente, sin perjuicio del desarrollo
17
incipiente de algunos programas en países de la región.
La Mediación puede ser definida como "Un proceso informal en el cual un
tercero neutral al conflicto, que no tiene el poder de imponer a las partes una
decisión acerca del mismo, las ayuda a intentar alcanzar una solución mutuamente
18
aceptable" La mediación entre una persona que ha sido víctima del daño
cometido por un delito y la persona que causó el daño se denomina Mediación
Penal o mediación víctima-victimario.
"La mediación víctima-victimario es un proceso que provee a las víctimas
interesadas la posibilidad de reunirse con el victimario, en un proceso seguro y
estructurado, cuyos objetivos son por una parte que el victimario sea capaz de
hacerse cargo de los efectos causados por su comportamiento, como por otra, el de

17
Para mayor información ver experiencias de Colombia, Brasil, Panamá, El Salvador, Costa Rica, G uatemala, Nicaragua,
Uruguay y Argentina, en IIIG HTON, E., ALV AREZ, G. y GREGORIO, C. "Resolución alternativa de disputas y
sistema penal", Editorial Ad- Hoc, 1998, Buenos Aires, pp. 181-198.
18
T raducido por los autores del concepto de BU SI-l , R.B & FO LGER, J; en "The prornise of mediation", San Francisco,
CA,Jossey Bass.

151
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19
asistir o ayudar a la víctima" . Con la asistencia de un mediador entrenado, la
víctima es capaz de hacer saber al victimario u ofensor como el delito afectó su
vida, recibir respuestas a las preguntas que pueda tener, y estar directamente
comprometida en el desarrollo de un plan de reparación para que sean resarcidas las
pérdidas en que incurrió. El ofensor es capaz de asumir la responsabilidad directa
de su comportamiento, aprender del impacto o consecuencia de sus actos, y
desarrollar un plan para enmendar o reparar a la persona que dañó.
Estos programas reciben la derivación de casos en distintas instancias.
Algunos, primariamente, como una alternativa a la persecución penal, sin
determinación de culpabilidad, la que queda descartada en el evento del logro de un
acuerdo que sea satisfactoriamente cumplido.
En otros, la derivación se produce tras un formal reconocimiento de
culpabilidad en el procedimiento judicial, por el agresor, con la condición de que la
reunión o conferencia sea una alternativa a la persecución penal, si la víctima
consiente en ello. Otros programas operan en ambos sentidos.

4.2. Principios de la mediación penal:


Si bien en el ámbito conceptual se distinguen algunas diferencias entre las
distintas defmiciones propuestas para la mediación penal, donde sí hay un relativo
consenso es en los principios que la inspiran. A continuación se enuncian los
20
principios básicos en que se fundamenta:
~ El delito es un acto que atenta contra las relaciones humanas; y sólo
secundariamente constituye una transgresión a la ley.
~ Las víctimas y la comunidad ocupan un lugar central en los procesos de
administración de justicia. Se reconocen los roles de la víctima y del
agresor en la solución del conflicto. Reconocimiento de las necesidades y
derechos de la víctima y la necesidad de que el agresor asuma su
responsabilidad
~ La prioridad máxima de los sistemas de administración de justicia es
ayudar a las víctimas;
~ La segunda prioridad es rehabilitar a la comunidad;
~ El delincuente tiene una responsabilidad personal ante las víctimas y ante
la comunidad por los delitos cometidos;
~ La experiencia de participar en un proceso de mediación penal permitirá
al delincuente mejorar su competencia y entendimiento individual y
social;

19
Traducido por los autores del concepto de UMBREIT, Mark S.; "Mediating intcrpersonal conflicts: A pathway to
pcacc", West Concord, MN, CP I Publishing.
20
Consejo Económico y Social, Naciones Unidas; "Reforma del sis tema de justicia penal: logro de la eficacia y la
equidad", 2002.

152
Ximena Osario U. -1-léctor Campos 11. Justicia Restaurativa y Mediación Penal en Chile

~ Las partes interesadas comparten responsabilidades en el proceso de


mediación, colaborando entre sí, en la determinación de
responsabilidades y obligaciones, hacia el futuro.

1
4.3. Diferencias entre la mediación penaf y otras formas de mediación.
Las principales diferencias tanto de fondo, como de forma, pueden
enunciarse en las siguientes:
• Inexistencia de una relación previa entre las partes;
• Desequilibrio de poder;
• Reuniones preliminares separadas;
• Características particulares del conflicto penal;
• Acento en el diálogo y la empatía; y no en el logro de un acuerdo.
• El significado de la neutralidad.
Mientras las otras formas de mediación están orientadas, aun cuando no
exclusivamente, a la obtención de un acuerdo o solución, h mediación penal se
orienta a la existencia del diálogo entre las partes, con en 1·:1sis en la protección y
sanación de la víctima, en la respon sabilidad del ofensor y la re-paración de las
pérdidas. Se diferencian también en cuanto a su estructura, así mientras en otras
mediaciones el m ediador conoce a las partes en una sesión inicial conjunta, en la
mediación penal, el mediador se encuentra inicialmente con ellas en sesiones de
premediación separadas, a fm de conocerlas, de estimular el diálogo y la confianza,
identificando sus fortalezas y debilidades.
Sin perjuicio de que la mayoría de los procesos de mediación penal
concluyen en la suscripción de un acuerdo, este es secundario al proceso de diálogo
entre las partes. Numerosos estudios han demostrado que el acuerdo de reparación
es menos importante para la víctima que la oportunidad de hablar directamente con
22
el ofensor acerca de sus sentimientos en relación al daño producido.

4.4. Fases de la Mediación Penal.


En el ámbito de la mediación penal, si bien no es posible hablar de un
m odelo universal, es posible distinguir fases que generalmente están presentes en
los distintos m odelos. Su extensión temporal varia casuísticamente y de acuerdo a
las corrientes teóricas a que se adscriba cada programa. Dichas fases son las que ha
continuación se describen:

21
f i! G f fTO N, Elena y otros; "Resolución alternativa de conflictos y sistema penal: La mediación penal y los sistemas
víctima- victimario". Editorial AD-1-IOC, Argentina. 1998.
22
UMBRElT, Mark S.; "Restaur~tivc Justice trough Victim-Ofendcr Mediation: A Multi site Asssessment", Western
Criminology Rcview.

153
Revista de D erecho N" 10 -.2003 U. Católica del Norte - Campus Guayacán

a) Fase de admisión.
En él, el objetivo central es identificar los casos que son mediables. Para
poder establecer lo anterior, es necesario evaluar en los involucrados aspectos
fundamentales.
En él, la víctima identifica si está dispuesta a participar e iniciar un proceso
relacional vincular con el autor del delito, si ha superado los efectos traumáticos de
este y si está en disposición de escuchar al victimario.
Respecto del victimario, sólo habrá lugar para una mediación penal cuando el
agresor reconoce su participación en el hecho, y reconoce a la víctima como
inocente, la culpabilidad o inocencia del ofensor, no es por tanto materia u objeto
de mediación. Debe asimismo, establecerse la ausencia de diagnósticos de
enfermedades psiquiátricas, pronóstico favorable de rehabilitación y la existencia de
habilidades comunicacionales adecuadas para desarrollar el proceso dialógico de
mediación.

b) Fase de preparación de la mediación.


Su objetivo central es generar las condiciones individuales y contextuales
indispensables para llevar adelante la mediación. Lo anterior dice relación con los
siguientes aspectos:
~ Tomar los resguardos necesarios para velar por la seguridad de la víctima
y evitar su re-victimización. Es central contar con su participación
voluntaria, siempre será invitada a participar, pero esta invitación debe ser
hecha sin presiones de ningún tipo.
~ Realizar sesiones privadas con cada parte, en la cantidad que sea
necesaria, con el propósito de describir el servicio de mediación en
cuanto a sus principios, características y metodología y, conocer la
versión de hechos que cada parte trae. La importancia de trabajar este
punto en sesiones privadas se refiere al proceso de exploración de
emociones e ideas que cada parte llevará a la mediación y como se hará
cargo de ellos responsablemente en el proceso que iniciará. Paralelamente
se plantea que el mediador debe lograr, en este período previo,
legitimarse y obtener la confianza de las partes.
Para ello, la primera sesión o entrevista individual debe ser con el ofensor,
antes de contactar a la víctima, para verificar la posibilidad real de llevar adelante un
proceso de mediación entre ambas, ya que si se contacta primero a la víctima y ella
asiente, existe el riesgo de que el ofensor no esté dispuesto a participar, frustrando
así las expectativas de la primera.
Esta sesión inicial con el ofensor tiene por objeto oír las experiencias del
mismo, proveerle de información acerca del proceso, de la relación de éste con el
sistema judicial, de sus derechos , y de los recursos disponibles para él dentro del

154
Ximena Osorio U.- Héctor Campos H. Justicia Restaurativa y Mediación Penal en Chile

sistema. También se le provee información acerca de los riesgos y beneficios de la


mediación en su particular situación. Toda esta preparación redunda en las
posibilidades de que el proceso de mediación sea beneficioso para ambas partes.
Luego de ello, el mediador debe ayudar al ofensor a prepararse para la sesión
conjunta de mediación, por ello resulta conveniente que ella se verifique sólo
cuando las partes están preparadas. En este objetivo, se trabaja con el ofensor
ayudándole a entender la experiencia de la víctima, pudiendo para este fin trabajar
con sus propias experiencias en ese rol. El mediador debe ayudarle también a
pensar en las posibles pérdidas de la víctima, y a elaborar opciones para repararlas.
La sesión inicial con la víctima, por su parte, tiene por objeto establecer una
relación de confianza y credibilidad hacia ella, escuchar sus experiencias, entregarle
información y responder preguntas, como ofrecerle considerar la posibilidad de la
mediación como opción. En este sentido el mediador debe desarrollar una actitud
efectiva de comunicación, evidenciando empatía y capacidad de escucha, lo que se
traducirá en la sensación de validación de la víctima, o su empoderamiento. El
mediador deberá estar atento a sus necesidades y pronto a ofrecer recursos
disponibles, si ellos son requeridos. Si las víctimas requieren información previa
acerca del ofensor, el mediador deberá obtener la anuencia del mismo para
entregársela. Después de haberle proveído a la víctima la información necesaria, el
mediador deberá conversar con ella acerca de los riegos o beneficios de la
mediación en su situación específica.
La determinación del momento en que se producirá la reunión entre la
víctima y el ofensor, debe efectuarse cuando sea conveniente para ambas,
especialmente cuando la víctima se sienta preparada.
)> En la búsqueda del lugar donde se producirán las sesiones de mediación,
debe tenerse en cuenta la necesidad de que éste inspire seguridad,
confortabilidad y neutralidad.

e) Fase de mediación.
Es la fase de mediación propiamente tal.
Su objetivo es ofrecer la oportunidad para que la v1ctuna y el victimario
contribuyan a que el otro se recobre al compartir el dolor y el arrepentimiento a
través de la comunicación y diálogo restaurador. La mediación no necesariamente
está orientada al logro del acuerdo reparativo, salvo en aquellos casos que son
remitidos por la vía judicial, donde de no producirse, se continúa con la tramitación
judicial del caso. En todo caso, la reparación puede ser incluso de carácter
simbólico.
En esta fase el mediador despliega toda su experticia técnica con el propósito
de lograr el objetivo de la comunicación y el diálogo reparador.
Generalmente es la víctima quien decide quien inicia el diálogo. Sin perjuicio
de ello el mediador debe garantizar que cualquiera sea el orden, ambas historias
155
Revista de Derecho N" 1O - 2003 U. Católica del Norte - Campus G uayacán

debe ser completamente escuchadas, fomentando el uso del modelo humanístico o


23
transformativo de mediación que centra los objetivos del proceso en la
producción del diálogo entre las partes. En este enfoque, el mediador debe tener
una actitud positiva, neutral, que facilite la creación de una atmósfera que conduzca
al diálogo, a un proceso de construcción positiva de una reparación de beneficio
mutuo. Para ello deberá acordar con los participantes las directrices del proceso,
que basadas en el respeto mutuo, le permitirán ser guardián del mismo.

d) Fase de seguimiento.
Los objetivos de esta fase son controlar el cumplimiento del acuerdo, si este
se produjo. La ejecución de esta fase involucra la realización de sesiones privadas y
eventualmente desarrollar sesiones conjuntas, con el propósito de revisar el
cumplimiento del acuerdo, reforzar el proceso de responsabilización del victimario
que debe dar cuenta de sus actos y de la víctima en cuanto a la elaboración de la
reparación. Además permite la renegociación de haber problemas posteriores.

4.5. Análisis de la situación de nuestro país.


A diferencia de la mediación, civil, particularmente la familiar, que ha sido
consagrada legalmente en el proyecto de ley de Tribunales de familia, la mediación
penal, en cuanto estrategia de justicia restaurativa, no está considerada como una
alternativa de resolución de conflictos en el nuevo Código Procesal Penal.
La reforma procesal penal incorpora como salidas alternativas al
procedimiento criminal, la suspensión condicional del procedimiento y los acuerdos
reparatorios, los que se hallan contenidos en el artículo 237 y siguientes del Código
Procesal Penal. La regulación de dichas instituciones obedece a objetivos que van
desde la necesidad de descongestionar el sistema, impulsando soluciones anteriores
al juicio, hasta un mayor reconocimiento del interés de la víctima en cierta categoría
de delitos, donde aparece más conveniente a sus intereses, que el conflicto sea
resuelto de un modo distinto al juicio.
Mientras en la suspensión condicional del procedimiento la reparación puede
establecerse como una condición para que opere dicha institución, el rol de la
víctima no es central en el otorgamiento de la medida, lo que sí ocurre en los
Acuerdos Reparatorios. Estos constituyen el primer y único antecedente,
actualmente vigente, de la evolución de nuestro sistema retribucionista a uno con
elementos restauradores. En este sentido resulta interesante analizar los

23
Para mayor información ver UMBREIT Mark; "Restorative Justice Conferencing. G uidelines for Victim Sensitive
Practice, Adapting Confercnces, Mediations, Circles and Reparative Boards to People, Communities and Cultures",
Florida Atlantic Uni versity, pp. 15 y ss.

156
lGmcna O sorio U.- Héctor Campos H. Justicia Restaurativa y Mediación Penal en Chile

presupuestos legales para que sea procedente un acuerdo reparatorio, los que se
resumen en los siguientes:
a) Existencia de un acuerdo de reparación entre la víctima y el imputado;
b) Que ese acuerdo recaiga sobre una determinada categoría de delitos.
En nuestro Código Procesal Penal, la concurrencia del imputado al acuerdo
reparatorio no significa por parte de él reconocimiento de su participación en el
delito, sino simplemente su voluntad de acceder a una salida alternativa, por lo que
de no producirse el acuerdo según dispone el propio artículo 335, los antecedentes
relacionados con el no pueden ser invocados ni leídos en un juicio oral.
El acuerdo reparatorio es una forma de poner término a un conflicto sin
consecuencias penales, en el que se conviene una indemnización material o de otro
tipo, del victimario (imputado) a la víctima. Para que esta institución se materialice
se requiere solo de la concurrencia de la voluntad del imputado y la víctima, sin que
intervenga un tercero.
En cuanto al alcance del concepto de reparar, sin perjuicio de la discusión
doctrinaria en materia penal, existe consenso doctrinario en el ámbito nacional que
incluiría la reparación en sentido amplio, siendo posible la reparación material o
económica, la prestación de algún servicio a la víctima, a la comunidad, o una
reparación simbólica, como las disculpas.
Los acuerdos reparatorios proceden respecto de delitos que involucren
bienes jurídicos disponibles de carácter patrimonial, en los casos de lesiones menos
graves y en los delitos culposos. Desde el punto de vista de sus efectos, una vez
aprobado el acuerdo reparatorio, el juez deberá decretar el sobreseimiento
definitivo en la causa, extinguiendo así la acción y la responsabilidad penal. En caso
de que no se llegue a acuerdo, el proceso sigue su curso regular.
Además de las instituciones mencionadas, en la actualidad se encuentra en
primer trámite constitucional en el congreso nacional, el proyecto de ley que
establece un sistema de responsabilidad adolescente por infracciones a la ley penal,
incorpora como sanciones la reparación del daño y los servicios en beneficio de la
comunidad.
La reparación del daño está conceptuado en dicho proyecto como, " ...el
restituir la cosa objeto de la infracción o resarcir el perjuicio causado mediante una
prestación en dinero o un servicio no remunerado a favor de la víctima ..." y; los
servicios en beneficio de la comunidad " ... consiste en la realización de actividades
no remuneradas a favor de la colectividad o en beneficio de personas en situación
de precariedad".
El análisis de la concepción de los acuerdos reparatorios vigentes en el
Código de Procedimiento Penal, así como las sanciones de reparación a la víctima y
servicio en beneficio de la comunidad propuestas por el proyecto de ley de
responsabilidad penal adolescente, nos lleva a concluir que en nuestra legislación,
así como en el mundo, la incorporación de los conceptos de la justicia restaurativa

157
Revista de Derecho No 1O - 2003 U. Católica del Norte- Campus Guayacán

es paulatina, está asociada en primera instancia a delitos patrimoniales y, por tanto,


reparaciones en este ámbito, sin que se vislumbre en el corto plazo la incorporación
de los llamados delitos graves. Asimismo surge la pregunta de por qué, en lo
relativo a los acuerdos reparatorios, no se consideró la incorporación en nuestra
legislación de la mediación penal de manera explicita, tal como se hizo en el
proyecto de ley de tribunales de familia, a propósito de la mediación familiar. Lo
anterior por cuanto existen suficientes antecedentes en el mundo que avalan su
efectividad. No obstante la falta de reconocimiento legal de la mediación penal,
creemos que con la existencia de las instituciones analizadas, es posible generar a
raíz de ellas programas de mediación penal, tanto respecto del sistema penal de
adultos en los casos legalmente susceptibles de acuerdos reparatorios . Lo mismo
ocurrirá a propósito del marco legal establecido en el proyecto de ley de
responsabilidad juvenil, donde sus ventajas comparativas son aún mayores .
Lo señalado no será tarea fácil, toda vez que si revisamos nuestros cuerpos
legales, se verifica la discusión doctrinaria penal referida al titular del conflicto,
Estado -Víctima, la que al parece se inclina y se inclinará por algún tiempo más
hacia las concepciones retributivas más tradicionales. Lo antes señalado queda
claramente expresado en el artículo 241 del Código Procesal Penal que señala," ... el
juez negará aprobación a los acuerdos reparatorios convenidos en procedimientos
que versaren sobre hechos diversos de los previstos en el inciso que antecede (que
los bienes disponibles afectados sean patrimoniales), o si el consentimiento de los
que lo hubieren celebrado no apareciere libremente ~restado, o si exútiere un interés
público preva/ente en la continuación de la persecución penaL ' .
Estos obstáculos, junto a la representación que tenemos como sociedad civil
del sistema de administración de justicia y su gestión tampoco se va a modificar por
el sólo imperio de la ley, demostración de aquello han sido las diferencias, distancia
e incertidumbre que ha generado entre diversos sectores la implementación de la
reforma Procesal Penal en algunas regiones del país. Lo anterior nos podría llevar a
pensar que incorporar los conceptos de la justicia restaurativa y sus estrategias de
resolución alternativa de conflictos podría traer asociado una mayor complejidad
que la descrita previamente. Por cierto que su incorporación será compleja y
paulatina, pero no es menos cierto, que en el mundo en pocas décadas se ha abierto
paso gracias a la efectividad que ha demostrado ya que se encuentra fuertemente
enraizada en las culturas originarias y en las prácticas cotidianas de la sociedad civil
organizada.

24
La letra cursiva es propia.

158
Ximcna Osario U.- Héctor Campos 1-1. Justicia Restaurativa y Mediación Penal en Chile

CONCLUSIONES DEL TEMA

Claro está, y en eso hay consenso, que la justicia restaurativa no puede


simplemente desplazar y /o reemplazar los actuales sistemas de justicia penal, aún
cuando haya quienes así lo quisieran. Es más realista y esperanzador intentar que
estos procedimientos se sumen o complementen en un sistema de justicia, que
muchas veces poco tiene de justo, al dejar fuera a uno de los ejes centrales del
conflicto, las partes. En este sentido, un esquema dicotómico entre lo
retribucionista y lo restaurador o restaurativo, deben usarse para efectos
explicativos, pues uno y otro deberán en realidad, complementarse.
La apuesta es lograr, mediante el uso de estas prácticas, humanizar un poco
el sistema penal de justicia, incorporándole a sus iniciativas, voces que permitan
nutrido de un mayor sentido al lograr la participación de la comunidad a través de
la presencia de sus ciudadanos en la toma de decisiones.
Creemos conveniente en esta tarea, la adopción meramente referencial y no
vinculante, de un instrumento internacional sobre justicia restaurativa, el cual
tendiera a estimular a cada Estado a reconocer y acoger sus valores y principios, por
cuanto una de las principales fortalezas y ventajas, dónde ha sido implementada, ha
sido el rescatar elementos de los pueblos originarios rescatando de forma
innovadora ttadiciones propias de cada cultura.
En este sentido, la justicia restaurativa y sus estrategias de intervención
revalorizan a la figura de la víctima, como la de una persona inmersa en un
conflicto interpersonal de tipo penal. El revalorizar el carácter social del conflicto
trae asociado el reconocimiento de que es necesario ampliar la mirada estrictamente
jurídica, a una jurídica centrada en los intereses y necesidades de los ciudadanos y la
sociedad civil organizada, en aras de fortalecer sus vínculos, humanizando su
convivencia, en condiciones de justicia y de igualdad.
Para ello, quizás, la mediación penal debiera ser reconocida como una
estrategia de ejecución en nuestra legislación. Las características de nuestra cultura
legal quizás harán aconsejable en alguna medida, recogerla legalmente en orden a
evitar su consideración como mecanismo de segundo orden, o simplemente en
respuesta a la idea muy difundida de quienes justifican la pena solo en el castigo, ya
que "a ellas puede responderse siempre que la retribución es irracional y que un
Estado no debería diseñarse sobre la voluntad de castigar, por más que ésta resida
en el inconciente colectivo. Y que la instrumentalización del ser humano conlleva a
mediatizado, cuando no hay opción en el axioma de que constituye un fin en sí
. " 25
nusmo

25
DEVOTO, Elena; Conferencia organizada por la Comisión de Arbitraje y Mediación de la Cámara Argentina de
Comercio.

159
Revista de Derecho No 1O - 2003 U. Católica del Norte- Campus Guayacán

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