Trabajo de Sucesiones

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DE FALCÓN
FACULTAD DE CIENCIA JURÍDICAS Y POLÍTICAS
CARRERA: DERECHO
CÁTEDRA: SOCIOLOGÍA JURÍDICA
DOCENTE: ABOG. MARIA MAVARE

AUTORES:
MOLINA, NORANGELIS
V- 19.880.889

Punto Fijo, mayo de 2021


EXPLIQUE CUALES SON LOS DERECHOS DEL HEREDERO.
El heredero es el que sustituye de una manera general al difunto es sus
bienes, derechos y obligaciones; es su sucesor universal y está llamado a
continuar las situaciones patrimoniales de su antecesor. Al aceptar la
herencia el heredero, no solo asume la titularidad de relaciones
patrimoniales, también se convierte en el poseedor de algunos derechos
personales que de otro modo serían intransmisibles. La cualidad de heredero
no puede ser temporal se adquiere irrevocablemente, es decir, una vez
asumida no puede perderse.

La Ley le atribuye diversos derechos al heredero, entre los cuales se


pueden mencionar:

Aceptar o renunciar a la herencia, normalmente se renuncia cuando hay


deudas; o aceptarla a beneficio de inventario. Con la aceptación a beneficio
de inventario, el heredero no queda obligado a pagar las deudas que
sobrepasen el valor de la herencia, es decir, el heredero responde del pasivo
del causante hasta donde alcance el patrimonio hereditario. El heredero no
responde con sus propios bienes en este caso. Este beneficio se encuentra
regulado en el Código Civil Venezolano desde el Art. 1023 hasta el Art. 1048.
Para poder acogerse al beneficio de inventario debe aceptar la herencia.

El heredero, mientras no acepte la herencia, no es, en sentido técnico


estricto, heredero, sino “llamado”, llamado a serlo (delación). La aceptación
convierte al llamado en heredero, haciéndolo, de manera efectiva, sucesor
del causante. Dicho sucesor pasa a ser deudor o acreedor allí donde lo era el
causante, de todos sus bienes y relaciones, en su totalidad.

La aceptación de la herencia puede ser expresa, que es cuando la


voluntad de querer ser heredo queda manifiesta en un documento público o
privado. También puede ser tácita, que es cuando el heredero cumple actos
en los que deja de manifiesto su voluntad de querer aceptar la herencia. La
aceptación prescribe al transcurrir diez años. Art. 1011 del Código Civil.
Cuando se acepta la herencia se debe aceptar completa, no en partes, y
de manera incondicional. La aceptación es Irrevocable, ya que una vez que
la persona acepta la herencia no puede rechazarla.

En cambio, en el caso de la renuncia o repudiación de la herencia, esta


supone la pérdida de la adquisición no confirmada de la condición de
heredero, por voluntad expresa de éste, constituyéndose de esta manera la
regla del Derecho Sucesorio, el cual establece que no puede obligarse a
nadie a ser heredero o sucesor. Es propicio definir la renuncia o repudiación
como una declaración unilateral de voluntad en virtud de la cual el llamado a
heredar se desune de tal carácter. Es la exteriorización de querer renunciar a
la calidad de heredero, ya que es facultativo desistir a tal calidad. La opción
entre la aceptación y la renuncia constituye un derecho. Esto es porque
nadie puede ser heredero sin quererlo.

La renuncia debe hacerse de forma expresa, es decir, mediantes un


instrumento público, y así lo contempla el Art 1012 del Código Civil. la
excepción a lo antes dicho es la renuncia tácita que opera por prescripción,
(artículo 1011 del Código Civil); es decir, por no manifestarlo dentro del plazo
judicial (artículo 1019 del Código Civil), y cuando el heredero que no está en
posesión real no hace la manifestación oportuna concluido el inventario
(artículo 1030 del Código Civil). Es importante acotar que la renuncia debe
igualmente estar exenta de vicios del consentimiento, ya que solo se puede
renunciar a la herencia del sujeto fallecido, y nunca al de una persona viva
(artículo 1022 del Código Civil).

Vista que la aceptación es irrevocable, ejecutada ésta no es posible la


renuncia. Se puede renunciar a la herencia una vez que se haya verificado la
apertura de la sucesión; este acto jurídico solemne debe abarcar toda la
herencia ya que hace cesar la condición de heredero. Y como la renuncia de
la herencia excede los límites de la simple administración, es necesario para
su cumplimiento tener la plena capacidad de obrar. Es válido mencionar que
la renuncia puede ser revocada.

Es favorable señalar y de conformidad con el artículo 154 del Código Civil,


que es necesaria la autorización del cónyuge para renunciar a una herencia
o un legado. Lo que tiene lugar, a fin de prevenir que el cónyuge deseche o
elimine una fuente de ingresos para la comunidad conyugal.

La renuncia a la herencia no hace perder el derecho a los legados. No


obstante, el efecto de la renuncia es como si el heredero nunca hubiese sido
llamado a ella, y así lo dispone el artículo 1013 del Código Civil. Los efectos
de la renuncia se sustancian en la pérdida del derecho a la herencia con
eficacia retroactiva. Otro efecto de la renuncia es el que nadie puede, en
menoscabo de sus acreedores, renunciar a la herencia; ya que éstos podrán,
de manera judicial, hacerse autorizar para aceptarla en nombre y lugar de su
deudor. Esto no convierte a los acreedores en herederos, pues solo pueden
satisfacer hasta concurrencia de su crédito.

Para hacer valer sus derechos contra terceros poseedores de cosas de la


herencia, al heredero le corresponden todas las acciones personales o reales
que le concernían al difunto. El heredero que no tenga la posesión, en todo o
en parte, de la herencia, le corresponde, para la tutela de su calidad de
heredero una acción petitoria que se denomina “acción de petición de
herencia”. Dicha acción constituye uno de los derechos que puede ejercer el
heredero para recuperar los bienes eventualmente poseídos por terceros y
no prospera respecto de otros pedimentos de derecho asociados a la
herencia. Se distingue a su vez de la acción de partición y de reivindicación,
pues es una acción concedida al heredero contra quien posee total o
parcialmente la sucesión, pretendiendo tener derecho a ella.

Otro derecho que tiene el heredero es la legítima para impugnar el


testamento y oponerse al mismo. La legítima es la cuota de la herencia que
por ley les corresponden en plena propiedad a los descendientes,
ascendientes y el cónyuge que le sobrevive, los cuales son llamados
herederos forzosos o legitimarios. A dichos legitimarios les corresponde solo
la mitad de sus respectivos derechos en la sucesión intestada. Es muy
indispensable tener esta parte clara, ya que cuando se hace un testamento,
sin respetar la cuota que por ley les corresponde a los legitimarios, esto
puede traer como consecuencia que el testamento sea nulo o que se
reduzca hasta la cuota correspondiente según sea el caso.

EXPLIQUE CUALES SON LAS OBLIGACIONES DEL HEREDERO.-

Se heredan tanto los derechos como las obligaciones del causante, es


decir, se hereda sus bienes y sus obligaciones para con otros, entre otras las
deudas que éste tenía antes de su muerte, las cuales son llamadas deudas
hereditarias que deberán ser pagadas por los herederos a prorrata de sus
cuotas, o sea, según el porcentaje de la herencia que ha recibido así será la
parte que deberá pagar, será pues proporcional a lo recibido como herencia.
Cabe aclarar que dejando a un lado el hecho de que el heredero acepto su
herencia con beneficio de inventario, en tal caso pagara siempre la cuota que
le toca y no más allá de lo heredado.

Siguiendo el mismo orden de idea de lo antes planteado, se puede definir


la deuda hereditaria como aquella que es adquirida por el causante y que
aun en el momento de su muerte no ha sido pagada. Sus bienes quedan
sujetos al pago de la misma, y a ello contribuyen todos los herederos de
forma proporcionada, es decir, con sus alícuotas. Como consecuencia de su
insolvencia quedan afectados sus bienes para poder garantizar el pago de
dicha obligación; esto debido a que con la muerte del causante no cesan sus
obligaciones para con sus acreedores.

Los herederos con mayor porcentaje hereditario recibido debe pagar en


proporción a lo acogido para que esto no afecte al heredero que recibió una
parte menor. Los herederos solamente tienen la obligación de pagar, de
manera conjunta, las deudas, y como este tipo de obligaciones se
consideran separadas cuando uno de los herederos no pague la cuota de la
deuda que le corresponde no grava a los otros. Pero hay una excepción; la
cual tendrá lugar cuando varios bienes inmuebles estén gravados con
hipoteca y se adjudiquen a distintos coherederos, ya que en este caso el
acreedor hipotecario podrá dirigirse a uno solo que posea uno de esos
inmuebles para exigirle a éste el pago total de la deuda.

Además de las deudas del difunto, el heredero debe satisfacer todas las
cargas y obligaciones impuestas por ley o por testamento en virtud de su
carácter de sucesor universal, entre las que se encuentran los legados, que
constituyen disposiciones patrimoniales a título particular a favor de una o
más personas. Estos legados también pudieran sobrepasar el activo
hereditario, es por ello que el Código Civil prevé la posibilidad de reducción a
la porción disponible, según su artículo 888 en concordancia con el Art 1040
ejusdem.

IMPOTANCIA DEL CONOCIMIENTO TEORICO Y PRÀCTICO ACERCA DE


CADA UNO DE LOS MOMENTOS DE LA SUCESION.-

A pesar que con la muerte se abre la sucesión, ese proceso sucesorio


necesita de otras etapas o momentos para configurar o consolidar su
adquisición en manos de los sucesores o herederos. De allí que se distingan
tres momentos, los cuales son: la apertura de la sucesión, la delación y la
adquisición. Es importante tener conocimiento teórico sobre los momentos de
la sucesión, ya que con el fin de que se constituya la comunidad hereditaria y
sea posible el acceso a la partición, es indispensable que se perfecciones el
proceso sucesorio, para luego poder llevarlo a la práctica.

Para que exista una comunidad hereditaria es necesario hacer valer


judicialmente una pretensión de partición de comunidad hereditaria, ya que la
misma no surge del simple hecho de la muerte del de cujus, pues son
inexcusables determinadas circunstancias especiales. Es preciso que se
presenten los tres momentos de la sucesión antes mencionados por causa
de muerte.

Es de suma importancia tener conocimiento del artículo 993 del Código


Civil, según el cual establece con respecto a la apertura de la sucesión, que
la misma se abre en el momento de la muerte de una persona y en el lugar
del último domicilio del mismo. Que a raíz de dicha apertura es necesario
hacer un llamado a todos aquellos que tengan vocación hereditaria para que
la hagan suya, ese proceso se llama delación. Y Finalmente, la adquisición
de la herencia, que es la que ocurre cuando el sucesor acepta el llamado
(delación) que se le ha hecho, transformándose en nuevo titular y propietario
del patrimonio hereditario.

Es fundamental tener siempre presente que la apertura de la sucesión


marca el instante preciso en que tiene lugar la transmisión universal del
patrimonio del difunto a los herederos, es decir, es el momento en que se
inicia la transmisión del patrimonio del causante. Al abrirse una sucesión,
esto implica que se da paso al nacimiento de los derechos sucesorios que
confiere la ley o el testamento.

Teóricamente la apertura de la sucesión es el hecho jurídico que define


las condiciones de lugar y de tiempo en la trasmisión sucesoral del
patrimonio y otros bienes de una persona muerte a una o varias personas
vivas o por vivir. Prácticamente la apertura ocurre única y exclusivamente
cuando la persona muere. De allí que la determinación de la fecha del
fallecimiento es fundamental porque es la que determinara el momento
exacto de la apertura de la sucesión.

Es importante tener conocimiento del ultimo domicilio del de cuju,


independientemente del lugar donde falleció, debido que es crucial a los
efectos de la competencia judicial, ya que el lugar de la apertura fija la
competencia del tribunal para las cuestiones relativas a la sucesión, tales
como la partición de herencia (artículo 43 del Código de Procedimiento Civil),
pues del domicilio del difunto se originan, en principio, una amplia
competencia para las solicitudes, acciones o litigios en que resulte interesada
la sucesión. Es indispensable especificar que debe considerarse la existencia
de menores a los efectos del tribunal competente.

Con relación a la delación, es considerable manejar su concepto, ya que


la muerte por sí sola no explica el evento de la sucesión; es necesario en
concurso con ella, que el ordenamiento jurídico vincule a la muerte de un
sujeto la sucesión de otro, esto es, que exista delación. La delación no es
más que el llamamiento que hace la ley para aceptar o repudiar la sucesión.
La delación se diferencia de la apertura de la sucesión y de la adquisición,
porque la primera implica solo el fenómeno de un patrimonio sin titular y la
segunda supone la sustitución del nuevo titular en dicho patrimonio.

Cabe señalar que puede darse el caso que verificada la delación a favor
de un persona, ésta fallezca sin haber manifestado su aceptación o
repudiación a la herencia, en tal caso se alude a que opera la transmisión.
Esta tiene lugar cuando un heredero o legatario cuyos derechos a la
sucesión no han sido prescritos fallece antes de haber aceptado o repudiado
la herencia o legado que se le ha diferido. Transmite a sus herederos el
derecho a aceptar o repudiar dicha herencia o legado aun cuando fallezca
sin saber que se le ha diferido.

Con respecto a la adquisición esta no es menos importante y ella se


refiere al traspaso de los bienes del causante al llamado, supone la efectiva
sustitución de los herederos en las relaciones del difunto, en razón de la
aceptación expresa o tácita, esta última acontece en caso de no mediar
repudiación. El Código Civil Venezolano prevé la facultad del heredero de
aceptar o renunciar la herencia, estableciéndose que la facultad de aceptar
prescribe a los diez años (artículo 1011 C.C.). La herencia se adquiere en
virtud de la ley, se necesita de la aceptación del heredero, esto es, de la
declaración o manifestación de voluntad de

adquirir la herencia.

Vale decir que la adquisición ocurre cuando se incorporación una cosa o


derecho a la esfera patrimonial de la persona; es decir, cuando el sucesor
acepta el llamado que se le ha hecho y se transforma en nuevo titular y
propietario del patrimonio. La adquisición es el hecho por el cual el heredero
se hace cargo en el lugar del difunto.

DIFERENCIAS ENTRE LA SEPARACION DE LOS PATRIMONIOS DEL DE


CUJUS Y DEL HEREDERO ESPECIFICANDO LAS CONDICIONES DE
PROCEDENCIA Y SUS DIFERENCIAS CON EL BENEFICIO DE
INVENTARIO.-

La separación de los patrimonios del de cujus y del heredero, es un


instrumento que permite mantener dividido los patrimonios del heredero y del
causante, a objeto de evitar la concurrencia de los acreedores personales del
heredero y del causante y los legatarios sobre el caudal hereditario. El
beneficio de separación de patrimonios del de cujus y del heredero, sólo
favorece al acreedor y legatario que lo haya solicitado, de manera formal,
ante el juez que aperturò la sucesión y antes de los 4 meses continuos de
caducidad del derecho de la separación, especificando los bienes que desea
que garanticen el pago de su acreencia. Y siempre y cuando tanto el
heredero como el legatario no hayan aceptado al heredero por deudor.

Del ejercicio de la figura de separación de los patrimonios del de cujus y


del heredero se originan dos grupos patrimoniales: El primero, es el
hereditario, determinado a pagar a los acreedores del causante que hayan
realizado la solicitud y subsidiariamente a los acreedores patrimoniales del
heredero; y el segundo, es el patrimonio privado del heredero, cuyo destino
preferencial esta dirigido al pago de sus acreedores personales y
subsidiariamente al pago de los acreedores del causante, excepto que, el
heredero haya aceptado la herencia a beneficio de inventario.

El beneficio de inventario es un organismo para los herederos, que


persigue evitar la confusión de los patrimonios y la separación del patrimonio
del de cujus y el heredero; es una institución para los acreedores y legatarios
del de cujus para que se les cancele con preferencia las acreencias que
tenía el de cujus con ellos y los legados antes de las deudas del heredero.

El beneficio de inventario tiene un plazo variable para su solicitud,


mientras que el de la separación del patrimonio del de cujus y del heredero
es de 4 meses. El efecto del beneficio de inventario es separar el patrimonio
del de cujus con el del heredero y de esa manera impedir la confusión de
patrimonios; mientras que el efecto en la separación de patrimonios es el de
garantizar el pago de las deudas del de cujus a sus acreedores.

Ambas instituciones son de jurisdicción voluntaria y deben ser realizadas


ante un tribunal de Primera Instancia de la última residencia del de cujus.

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