El Juego Limpio

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El Juego Limpio

INTRODUCCIÓN

El ser humano es responsable de su cuerpo, domina el espacio donde vive y se


relaciona con su en trono. La vieja fórmula de "mente sana en cuerpo sano" ha
llevado al hombre a preocuparse por mantener en buenas condiciones lo que Dios le
dio.

Es aquí donde se presenta la Educación Física, porque esta enseña la mejor manera


de cuidarlo a través del ejercicio físico, relajación y recreación.

Los deportes son una buena manera de desarrollar la parte física y fortalece la


mente, porque separa al hombre del estrés cotidiano y hace que su autoestima se
eleve.

Pero no es solo mantener un estado físico, no es solo practicar algún deporte, es que
al momento de realizar alguna actividad la misma sea bajo reglamentos morales y
valores éticos donde permitan el disfrute positivo de cualquier partido; en ese
sentido entra el tema del cual se estará desglosando en este trabajo que es “El Juego
Limpio”, allí se observara el desarrollo pleno de lo que concierne un juego limpio,
cual es el rol tanto del entrenador, de los jugadores y de terceros para que haya un
juego limpio, así mismo se establece el punto de vista de varios deportistas
concerniente a este concepto y de igual forma se presentara textos bíblicos para
relucir que nos dice la palabra de Dios sobre esta acción.
El juego limpio

Juego limpio es una expresión muy utilizada para denominar el comportamiento leal
y sincero además de correcto, tanto en el juego como en el deporte, y en especial
fraterno hacia el circunstancial adversario, en realidad compañero necesario para
jugar, respetuoso de las reglas y correcto con quien las aplica.

Muchas veces los medios de comunicación masivos reproducen imágenes de


conductas deportivas cuestionables, no sólo por parte de los jugadores sino por parte
también de dirigentes, sponsors, padres y familiares, árbitros, entrenadores y
público. Estos comportamientos rechazables y lamentablemente reiterados en el
ámbito deportivo nos deben llevar a destacar los principios que nutren el juego
limpio en particular en las etapas formativas de niños y jóvenes.

El de Juego Limpio es un concepto ampliamente empleado en el mundo deportivo


para referir el tipo de comportamiento leal y sincero en el deporte, especialmente de
fraternidad y respeto para con el rival, el árbitro y los asistentes de este.

Conocido también como Fair Play, como consecuencia de la importantísima


campaña que al respecto ha llevado a cabo la FIFA, el juego limpio se ha convertido
en la principal preocupación de la mencionada organización deportiva y de muchas
otras más como consecuencia del avance y la reiteración de conductas deportivas
reprochables, no solamente de parte de los jugadores sino también de parte del
público, árbitros, sponsors publicitarios, dirigentes y entrenadores, entre otros
actores sociales que integran el amplio espectro que implica el universo del fútbol.

En el deporte, los rivales se enfrentan siempre con el objetivo de derrotar al


oponente, ahora bien, ello no implica hacerlo de cualquier forma, o sea, no todo vale
en ese fin. Hay que procurar derrotar al rival respetando las reglas del juego que se
disputa, jamás contravenir las normas. Hacer trampa, faltar el respeto, jugar de
manera sucia son actitudes que están absolutamente en contra del espíritu de
una competencia que se precia de tal.

La promoción del juego limpio tiene como principal misión recuperar del olvido de
algunos el placer y el sentimiento que produce el jugar. Lamentablemente, en los
últimos años en el mundo en el cual nos toca vivir ha ido in crescendo la idea que lo
más importante es ganar siempre, cueste lo que cueste y no que lo más importante
debería ser el poder competir y relacionarse a través del juego y del deporte con
otros individuos y sacar de ello experiencias placenteras. La sistemática
descalificación contra el que no gana se ha adueñado de alguna manera del ámbito
deportivo y por supuesto, tal situación ha desembocado en la práctica de conductas
tales como la trampa, la agresión física y verbal, entre otras, que atentan ciertamente
contra lo que propone el verdadero espíritu deportivo.

También el aumento de la violencia en la sociedad se ha trasladado al fútbol que


justamente es uno de los deportes que más fielmente refleja el estado de ánimo
popular, con todo lo malo y bueno que ello conlleva por supuesto.

La famosísima frase acuñada por deportistas británicos y franceses hace décadas


atrás: lo importante no es ganar sino competir, debería ser la máxima que rija al
deporte y al juego, cualesquiera sean las condiciones en las que los mismos se den y
también la condición que primeramente se le enseñe a los niños y adolescentes que
muchas veces en esas etapas de la vida se encuentran más preocupados por ganar
que por el hecho de competir.

La importancia de enseñarles a los niños que lo importan no es ganar sino competir


respetando al rival

Precisamente en esta última cuestión de la enseñanza es que resultan fundamentales


los roles que los padres, la familia y la escuela, principales agentes socializadores de
los niños en sus primeros años, desempeñen, porque si un padre está constantemente
diciéndole a su hijo que lo importante es ganar el partido, sin importar la manera, el
cómo, entonces, el niño desplegará un comportamiento de salir a ganar como sea,
aunque ello le cueste una lesión o cualquier otro problema con el rival.
Distinto será aquel padre que inculca a su hijo que lo más importante es divertirse
jugando y que si gana mejor pero ante todo se debe respetar al rival.
Las dos caras de la moneda de esta historia que por supuesto incidirán directamente
en la actitud que tome un niño frente al juego.

Los jugadores pueden contribuir al juego limpio evitando las simulaciones,


demostrando que disfrutan del hecho de jugar, no discutiendo las decisiones del
árbitro, aun cuando las mismas estén equivocadas, no simulando faltas para así
castigar al rival, no recurriendo al dóping que permite sacar ventaja deportiva en el
juego, y manteniendo por sobre todas las cosas un excelente trato con sus oponentes,
no insultarlos, no hacerles gestos obscenos, burlarse de ellos cuando los resultados
no los acompañan, entre otros.
Del lado de los entrenadores su contribución debería pasar por evitar actos
denigratorios contra sus dirigidos y promoviendo el respeto de sus jugadores para
con los rivales.

Y el resto de los actores que también participan directa o indirectamente en el


deporte, tales como árbitros, hinchadas, medios de comunicación, padres y
familiares pueden contribuir evitando mensajes que fomenten la rivalidad o
cualquier otra conducta incompatible con el juego limpio.
Debemos decir también que el concepto está tan arraigado en el colectivo popular
que suele usarse con la misma connotación en otros contextos de la vida que nada
tienen que ver con el deporte.

Los padres, entrenadores, árbitros, directivos y dirigentes deportivos deben velar y


fomentar una conexión entre el deporte, la educación y la cultura que se vea
reflejada en un ejemplar comportamiento que sirva de modelo para los futuros
deportistas del alto rendimiento en el tenis colombiano, aportando en estos mismos
actitudes de lealtad, respeto, solidaridad y juego limpio en medio de las
competiciones.

Es importante tener en cuenta que el deporte por sí solo no educa el deportista, son
los entrenadores, padres de familia y demás dirigentes deportivos que brinden apoyo
a este mismo los responsables y principales protagonistas de que esto suceda, por lo
tanto, su coordinación es fundamental en la formación personal, profesional, y
deportiva del individuo.

Es necesario concienciar a los entrenadores y padres de familia de la vital


importancia que tiene su rol dentro de la formación de valores y juego limpio en el
deportista, sus comportamientos y actitudes antes, durante y después de los partidos
y el respeto con el adversario frente a la victoria y derrotas.

 Algunas de las razones fundamentales para proponer la práctica del deporte escolar
son:

 Promover la salud en los jóvenes.


 Socializar a los jóvenes y enseñar valores y comportamiento.
 Desarrollar su personalidad y someterles a las reglas del equipo o grupo.

    Debemos tener muy presentes que la simple participación en las prácticas físico-
deportivas no genera automáticamente los valores deseables para la convivencia
humana y para la buena marcha de la práctica deportiva. Se hace necesario un
sistema que facilite la promoción y desarrollo de valores sociales que nos permita
aprovechar este marco de actuación que es el deporte.

    Gutiérrez (1995) distingue entre los valores sociales y los personales y dentro de
ellos agrupa los valores que pueden desarrollarse en y a través del deporte.
Valores sociales

 Respeto
 Cooperación
 Relación social
 Amistad
 Competitividad
 Trabajo en equipo
 Participación de todos
 Expresión de sentimientos.
 Convivencia.
 Lucha por la igualdad.
 Responsabilidad social.
 Justicia.
 Preocupación por los demás.
 Compañerismo

Valores personales

 Habilidad (física y mental)


 Creatividad
 Diversión
 Reto personal
 Autodisciplina
 Autoconocimiento
 Mantenimiento o mejora de la salud
 Autoexpresión
 Logro (éxito-triunfo)
 Autorrealización
 Recompensas
 Reconocimiento
 Aventura y riesgo
 Imparcialidad
 Deportividad y juego limpio
 Espíritu de sacrificio
 Participación lúdica
 Perseverancia
 Humildad
 Autodominio
 Obediencia
    Una vez planteados los valores que pueden trabajarse con la práctica deportiva,
llega el momento de hablar sobre cómo tiene que ser el deporte para incidir
positivamente en la educación en valores de las personas.

    Para educar en valores, el deporte debe plantearse de forma que permita:

1. Fomentar el autoconocimiento y mejorar el autoconcepto.


2. Potenciar el diálogo como la mejor manera de solucionar los conflictos que se
presenten.
3. La participación de todos y todas en el análisis, la toma de decisiones y, en
general, el funcionamiento del grupo.
4. Potenciar la autonomía personal de los individuos implicados en los
diferentes niveles de intervención.
5. Aprovechar el fracaso como elemento educativo.
6. El respeto y la aceptación de las diferencias individuales.
7. Potenciar la actividad deportiva como un escenario de aprendizaje de
conductas y hábitos coherentes con los planteamientos aceptados por el
grupo.
8. Aprovechar las situaciones de juego para trabajar las habilidades sociales
encaminadas a favorecer la convivencia, no sólo entre los miembros del
grupo, sino entre ellos y otras personas y colectivos implicados.
Opinión de algunos deportistas

 José María Barreda dice:


Incorporar a la formación de nuestros alumnos y alumnas los mejores valores de la
práctica del deporte, como factor fundamental no sólo para su desarrollo personal y
físico, sino también para el desarrollo social, es el objetivo que perseguimos con el
programa Juego Limpio, Apostar por el Juego Limpio es invertir en nuestro capital
humano, con la certeza de que las próximas generaciones habrán aprendido valores
esenciales para la vida y la convivencia como son la amistad, el trabajo en equipo, el
espíritu deportivo o la superación personal.

 Juan Tomas Tavares dice:


La deportividad es “un comportamiento ético que incluye el cumplimiento de
la regla del juego y hace prevalecer la elegancia de espíritu y respeto para con el
contrario sobre el afán de victoria.” La deportividad encierra valores eternos, como:
la auto estima; el respeto (a los compañeros de equipo, los contrincantes, los árbitros
y el público), la honestidad, la empatía, la solidaridad, la colaboración en equipo, la
tolerancia, y la cortesía, entre muchos otros que adornan a los humanos en su mejor
faceta. Por eso el aporte que puede hacer el deporte escolar (concebido como una
forma de poner en práctica la deportividad, no solo la actividad física) en la
formación de los jóvenes es conocido desde la Antigüedad, y sigue siendo un
elemento esencial en los mejores sistemas educativos modernos. Fallamos en la
misión de educar cuando aprovechamos solamente el valor del deporte escolar por
su aporte a la salud personal, soslayando su utilidad como herramienta para la
formación ética y ciudadana. Su potencial como laboratorio para el aprendizaje
práctico del comportamiento ético es invaluable, pues “educar en valores a través
del deporte es educar en valores para la vida diaria”.
 Alberto Dorado Suárez reluce que:

El deporte, como herramienta educativa, es capaz de promover la práctica habitual


de una educación en valores a toda la sociedad en su conjunto, a través de las buenas
prácticas y ejemplos positivos. Representa una magnífica preparación para la vida,
ya que es capaz de potenciar los valores humanos más nobles, ofreciendo la
posibilidad de redescubrir la confianza en uno mismo, el trabajo en equipo, la
superación personal, el valor del esfuerzo, la disciplina, el espíritu de excelencia y
otras muchas virtudes extrapolables a la vida diaria. Es decir, cualquier programa de
educación en valores dirigido al Sistema Educativo se debería tratar como una
materia transversal con la que se efectúen transferencias del deporte a la vida diaria.

 Alberto H. Chávez Rodríguez dice:

 Importancia del Juego Limpio en el campo de la competición muchos jugadores,


cuerpos técnicos y hasta dirigentes se olvidaron, la competición es dura, exige
grandes esfuerzos y, aun así, la mayor parte de las veces no se alcanza el éxito.
Existen atajos, pero se consideran tramposos y antideportivos. Utilizar productos
que mejoran el rendimiento, pero intoxican el cuerpo son consideradas prácticas
ilegales, y traficar con estos productos puede conducir a uno a la cárcel. La
Administración vela por una competición sana y aplica con rigor las leyes
antidopaje. Conseguir resultados en el mundo económico tampoco es tarea fácil.
Exige trabajo y esfuerzo. Pero también aquí hay atajos y productos tóxicos. Lo que
ha ocurrido y está ocurriendo en el mundo de las finanzas, también nos hace
desconfiar de la limpieza del juego, pero, lamentablemente, ahí no existen los
controles antidopaje.
Ejemplos:

Respetar las instalaciones


deportivas, por ejemplo, no
escupir en la cancha o grafitear
en ellas.

Evitar las
discusiones entre
rivales y
compañeros.
Respetar las decisiones del entrenador.

Al inscribirte cumple con todos


los documentos para tal fin, evita
alterarlos.

No permitas que tu entrenador


te pida jugar con la identidad de
otro miembro del equipo.
Frases

 El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio. Si puedes


simular eso, lo has conseguido.

 La política, bien entendida, se parece más al comercio que a la guerra.


Tiene más de competencia que de confrontación. Necesita la
concertación de voluntades. A mediano plazo, el juego limpio resulta
más redituable que el golpeteo. La solidaridad vale más que la
competitividad.

 Lo más importante del deporte no es ganar, sino participar, porque lo


esencial en la vida no es el éxito, sino esforzarse por conseguirlo.”

 “Hablar de fair play, de respeto por el adversario y de tarjeta roja


al racismo, no deben ser palabras, deben ser hechos.”

 “Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es


el tigre quien quiere matarle a él, lo llama ferocidad.”
 “El día en que un deportista deje de pensar en primer lugar a
la felicidad que su esfuerzo le procura y a
la embriaguez del equilibrio entre potencia y físico que de ello nace,
el día en que deje que las consideraciones sobre la vanidad o sobre el
interés prevalezcan, ese día nuestros ideales morirán.”

Textos bíblicos

Cuando un atleta participa en una competencia, no puede ganar a menos que


obedezca todas las reglas. 2 Timoteo 2:5 (PDT)

Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino


más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para
quienes han sido entrenados por ella. Por tanto, renueven las fuerzas de sus manos
cansadas y de sus rodillas debilitadas. Hebreos 12:11-12 (NVI)

No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo cosecharemos, si no


nos desanimamos. Gálatas 6:9 (RVC)

No hagan nada por egoísmo (rivalidad) o por vanagloria, sino que con actitud
humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo.
Filipenses 2:3 (NBLH)

¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero solo uno obtiene
el premio? Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los deportistas se
entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a
perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. 1 corintios 9:24-25
(NVI)
Aplicación

Juego Limpio es tener respeto al contrincante, al árbitro y a las reglas; practicar el


juego limpio, sin trampas, trucos o simulaciones para confundir al rival o al juez; no
ofender, humillar ni maltratar a ningún participante de la contienda, y, muy
importante: el juego limpio es asumir la derrota con dignidad y disfrutar la victoria
con sencillez y respeto.

Así, gestos como un saludo amistoso al adversario, una disculpa luego de una acción
indebida, entre otras cosas, son acciones que manifiestan el espíritu de competir
limpiamente.

El juego limpio busca ser, fundamentalmente, un modelo de comportamiento


deportivo que sirva de ejemplo a los niños y adolescentes, pero no solo aquellos que
se inician en el mundo del deporte, sino también aquellos que podrían copiar estas
conductas y llevarlas a la vida social.

El objetivo fundamental del juego limpio es evitar al máximo todo tipo de conductas


o comportamientos que afeen la belleza del deporte o que estén fuera del deber ser
del juego, como por ejemplo irrespeto a las reglas, a los jueces, al rival, a los propios
compañeros y a la afición.
Para conllevar el proceso de un juego limpio es importante que se le sea aplicado o
inculcado las siguientes reglas:

 Respetar al entrenador o arbitro


 Respetar, al contrario.
 Saludarlo deportivamente, tanto si se gana como si se pierde.
 Respetar las instalaciones deportivas.
 No protestar en los cambios. Es un menosprecio al compañero que te
sustituye.
 No discutir durante el transcurso de un partido con los compañeros.
 Animar al compañero que falla. Fallar es humano tu apoyo es muy
importante.
 No responder nunca a las provocaciones del contrario.
 Respetar las decisiones del entrenador.
 No pedir al árbitro que saque tarjeta a un contrario.
 En caso de recibir una entrada dura aceptar las disculpas del rival, si estas se
producen.
 No perder tiempo a propósito para conseguir ganar un partido.
 El deporte es un juego para divertirse y mejorar físicamente. Por tanto, no
hay que obsesionarse con la victoria.
 Si el rival es muy inferior, no lo desprecies ni te ensañes con él.
 Los partidos se juegan y se ganan en el terreno de juego.
CONCLUSIÓN

Según lo desarrollado en las informaciones anteriores y desde mi criterio puedo


concluir alegando que:

La educación física es una parte de la formación del ser humano que tiende al
mejoramiento integral de la mente, cuerpo y espíritu. El deporte al igual que la
educación física, se encarga de la realización metódica de ejercicios o actividades
agradables.

El propósito del deporte es, el desarrollo psicomotor del hombre, sus capacidades
físicas y sus valores sociales y afectivos. Otra rama de la educación física no menos
importante que las anteriores es la recreación, porque en ella experimentamos el
placer de hacer actividades al aire libre y sin ninguna complicación que amerite
tiempo o reglas de juego.

Sin un juego limpio no habría un buen juego y mucho menos un juego justo; tiene
una especial importancia para los niños y adolescentes, en una época en la que
la profesionalización comienza a incidir sobre los deportistas a edades cada vez más
tempranas.
La promoción del juego limpio es que no te ensucies nada, tienes que estar limpio,
todo el uniforme tiene como objetivo primordial recuperar el sentimiento de "jugar"
como una actividad naturalmente satisfactoria y generalmente agradable, honesta y
divertida. Un aspecto esencial del juego limpio está relacionado con la superación de
las nociones sociales de "competir", "ganar" y "perder", que implican la denigración
del perdedor o derrotado, estimando únicamente al ganador o vencedor. Juego
limpio no es jugar únicamente para ganar, sino saber perder y saber ganar; respetar
al adversario: en caso de perder, aceptarlo sin recriminaciones al vencedor, y en caso
de ganar no burlarse del perdedor.

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