Este documento describe los principios que rigen el proceso civil según el Código Procesal Civil de Bolivia. Explica nueve principios fundamentales: oralidad, legalidad, dispositivo, dirección, inmediación, concentración, publicidad, saneamiento y gratuidad. Cada principio establece reglas básicas sobre cómo debe desarrollarse el proceso de manera justa, eficiente y accesible para todas las partes.
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Este documento describe los principios que rigen el proceso civil según el Código Procesal Civil de Bolivia. Explica nueve principios fundamentales: oralidad, legalidad, dispositivo, dirección, inmediación, concentración, publicidad, saneamiento y gratuidad. Cada principio establece reglas básicas sobre cómo debe desarrollarse el proceso de manera justa, eficiente y accesible para todas las partes.
Descripción original:
Principios
Título original
PRINCIPIOS QUE REGULAN EL CODIGO PROCESAL CIVIL.docx
Este documento describe los principios que rigen el proceso civil según el Código Procesal Civil de Bolivia. Explica nueve principios fundamentales: oralidad, legalidad, dispositivo, dirección, inmediación, concentración, publicidad, saneamiento y gratuidad. Cada principio establece reglas básicas sobre cómo debe desarrollarse el proceso de manera justa, eficiente y accesible para todas las partes.
Este documento describe los principios que rigen el proceso civil según el Código Procesal Civil de Bolivia. Explica nueve principios fundamentales: oralidad, legalidad, dispositivo, dirección, inmediación, concentración, publicidad, saneamiento y gratuidad. Cada principio establece reglas básicas sobre cómo debe desarrollarse el proceso de manera justa, eficiente y accesible para todas las partes.
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PRINCIPIOS QUE REGULAN EL PROCESO CIVIL.
Son las reglas básicas que rigen la tramitación del
proceso, son los mandamientos procesales que están reconocidos por la doctrina y por la legislación procesal universal.
Un Principio es un axioma que plasma una
determinada valoración de justicia de una sociedad, sobre la que se construyen las instituciones del Derecho y que en un momento histórico determinado informa del contenido de las normas jurídicas de un Estado.
El término “principio” se utiliza sólo en ciencias exactas
(Lógica, Matemática) en las ciencias sociales como el Derecho existen “fundamentos”. Pero, por el amplio uso en la doctrina de la palabra “principio” refiriéndose a un fundamento nuestro ordenamiento jurídico procesal sigue también esa corriente, haciéndose notar que nos referimos a un fundamento.
Muchos de los principios establecidos por el Código
Procesal Civil, se encuentran contenidos en la propia Constitución Política del Estado y la L. Nº 025 del órgano Judicial.
PRINCIPIOS CONTENIDOS EN EL CODIGO
PROCESAL CIVIL.
Según el Artículo primero del Código Procesal Civil, el
proceso civil se sustenta en los siguientes principios:
1.- Oralidad. La oralidad es la forma de desarrollar el
proceso, sin perjuicio de la escritura en los actos establecidos por la Ley.
Consiste en que los actos procesales se realizan a
viva voz, normalmente en audiencia y, reduciendo las piezas escritas a lo estrictamente indispensables. En todo caso, el principio de oralidad no es exclusivo ni excluyente, dado que, si bien ahora se pretende que prime la oralidad sobre la escritura, en ningún momento se debe restar importancia a la utilidad de la escritura en los casos que así lo requieran, sobre todo a efectos de dejar constancia de lo actuado en determinado proceso, para conocimiento público y verificación de las partes.
La oralidad se concreta en las pruebas personales,
esto es, aquellas en las que interviene como fuente probatoria una determinada persona, pues su intervención en el proceso se hace, como regla general, a través del mecanismo de la palabra hablada (así, tanto para el interrogatorio de las partes como la prueba testifical.
El principio de oralidad sufre limitaciones en varios
casos por ejemplo en la recepción de prueba por informe o en la interposición de recursos.
2.- Legalidad. La autoridad judicial, en los procesos
deberá actuar con arreglo a lo dispuesto en la Ley.
El Principio de legalidad procesal civil es un axioma
jurídico en virtud del cual el juez no puede juzgar con ley establecida posteriormente a la pretensión del accionante, a no ser que le favorezca. Si bien su actividad jurisdiccional debe estar enmarcada en las reglas de procedimiento establecidas en el mismo Código, no significa que deba limitarse a ello, sino que necesariamente debe ampliar su visión hacia las disposiciones establecidas en la Constitución Política del Estado (CPE) y en los instrumentos internacionales sobre Derechos Humanos. Es decir que debe actuar conforme al Bloque de Constitucionalidad, a fin de asegurar el derecho a un debido proceso civil, justo y equitativo para las partes. En mérito del Principio de Constitucionalidad que debe observarse en todo proceso judicial, procurando que las actuaciones procesales sean conforme a los postulados constitucionales.
3.- Dispositivo. El proceso se construye en función al
poder de disposición de la pretensión de los sujetos implicados en la tutela jurisdiccional.
El principio dispositivo es aquel en cuya virtud se
confía a la actividad de las partes procesales tanto el estímulo de la función judicial como la aportación de los materiales sobre los cuales ha de versar la decisión del juez.
Por este principio, el demandante puede retirar su
demanda antes de su contestación, desistir de ella, por acuerdo con el demandado (transacción, conciliación), por abandono de ambas partes (rebeldía, extinción por inactividad). Depende del ejercicio por las partes, de las oportunidades de actuación procesal previstas en la norma jurídica, en virtud de este principio se hace recaer en los litigantes (las partes o sujetos procesales), por una parte, la tarea de estimular e iniciar la función jurisdiccional y, por otra, la de suministrar los materiales probatorios sobre los que deberá tratar la decisión del juez.
4.- Dirección. - Consiste en la potestad de la
autoridad jurisdiccional para encaminar las actuaciones procesales de manera eficaz y eficiente, y ordena a las partes, sus apoderados y abogados al cumplimiento de las disposiciones legales.
Permite encaminar al juez el proceso por el sendero
procesal fijado de antemano por el derecho procesal. Asimismo, de acuerdo al Código Procesal Civil, es menester que el juzgador garantice sujeción plena a las normas del ordenamiento jurídico vigente, en observancia del Principio de Legalidad descrito.
Conviene tener presente que mediante este Principio
de Dirección Judicial del Proceso, la autoridad judicial queda compelida a impulsar de oficio -cuando corresponda- el trámite de la causa, adecuar la exigencia de las formalidades a los fines del proceso, interpretar y aplicar a las leyes según los preceptos y principios constitucionales -con el deber imperativo de tramitar con carácter preferencial los procesos-, expedir sentencia cumpliendo los requisitos que la misma debe contener y, en el caso de la expedición estimativa de medidas cautelares, exigir apariencia de buen derecho (bonus fumus iures), evitando el peligro en la demora (periculum in mora).
5.- Inmediación. - Permite a la autoridad
jurisdiccional, el contacto personal y directo con las partes en las audiencias, con la prueba y los hechos que se alegan en el proceso, excepto en los actos procesales que deban cumplirse por comisión fuera de la jurisdicción de Juzgado.
Por el Principio de Inmediación, el nuevo Código
permite a la autoridad jurisdiccional el contacto personal y directo con las partes en las audiencias, así como en la producción de prueba y la demostración de los hechos alegados en el proceso, “excepto en los actos procesales que deban cumplirse por comisión, fuera de la jurisdicción (se refiere a la competencia) del Juzgado”, vale decir, en territorio distinto al de su competencia.
6.- Concentración. - Determina la conjunción de la
actividad procesal en el menor número posible de actos, para evitar su dispersión.
Todos los actos procesales deben realizarse sin
demora, procurándose concentrar en una misma audiencia todas las diligencias que fueren menester. El Principio de Concentración básicamente determina la reunión de la mayor cantidad de actividad procesal desarrollada por las partes, en el menor número posible de actos; precisamente para evitar la dispersión procesal que muchas veces ocasiona una perjudicial fragmentación del proceso en diligencias accesorias que obstruyen una correcta apreciación de las pruebas propuestas y producidas válidamente durante su sustanciación.
De esta forma se trata de resguardar de mejor forma
los materiales probatorios que se acumulan para ser sometidos a valoración por la autoridad jurisdiccional.
Este principio, halla su complemento en el Principio de
Eventualidad, que exige realizar actividades conjuntas dentro de un mismo plazo, aun cuando sean excluyentes, contrarias e incompatibles. El principio de concentración en relación a la actividad probatoria, comporta que ésta se desarrolle en una sola audiencia, o de ser imposible, en varias próximas en el tiempo, a fin de que no desaparezcan de la memoria del juez los actos orales que él ha presenciado.
7.- Publicidad. - La publicidad exige como condición
indispensable la difusión de la actividad procesal, salvo que la autoridad judicial decida lo contrario cuando la Ley lo determine.
Establece como suprema garantía de los litigantes
que, todos los actos procesales, sean conocidos no solamente por las partes sino por todos en general.
Por el Principio de Publicidad se exige como condición
indispensable de la sustanciación de los procesos civiles la máxima difusión de la actividad procesal desplegada por las partes.
8.- Saneamiento. - Faculta a la autoridad judicial para
adoptar decisiones destinadas a subsanar defectos procesales en la tramitación de la causa, siempre que no afecten los principios del debido proceso y de la seguridad jurídica, de manera que se concluya la tramitación de la causa con la debida celeridad procesal.
El Principio de Saneamiento faculta a la autoridad
judicial adoptar decisiones destinadas a subsanar defectos procesales en la tramitación de la causa, siempre que no afecten los principios del debido proceso y de la seguridad jurídica, de manera que se concluya correctamente la tramitación de la causa; ello significa que la autoridad jurisdiccional se encuentra determinada a resolver las cuestiones que puedan impedir o entorpecer el pronunciamiento final y enmarcado en ley sobre el fondo de la causa.
9.- Gratuidad. - El proceso civil es gratuito, siendo
ésta la condición para hacer realidad el acceso a la justicia en condiciones de igualdad.
Este principio pretende que en la administración de
justicia los procesos no sean objeto de gravosas imposiciones pecuniarias a las partes que intervienen en ellos, ni que por razón de su duración y costo sean accesibles sólo a cierto grupo de personas en desmedro de los intereses de grupos vulnerables o de escasos recursos.
Ciertamente, esta previsión intenta luchar contra la
discriminación de que pueden ser objeto muchas personas por carecer de recursos económicos para llevar adelante un proceso civil en todas sus instancias. Es una forma de contrarrestar las desigualdades que provocan perjuicios a los justiciables cuando reclaman por la vulneración de sus derechos subjetivos e intereses legítimos a través de las vías que la misma ley prevé. Tiende a lograr el ahorro de tiempo y de gastos monetarios en la administración de justicia El impulso procesal de oficio, la oralidad, la acumulación de acciones, son medidas para conseguir la economía procesal. Este principio está establecido en la propia Constitución Política del Estado en su artículo 180 cuando señala que la gratuidad, publicidad, celeridad y probidad en los juicios son condiciones esenciales de la administración de justicia y encomienda al órgano Judicial la responsabilidad de proveer defensa legal gratuita a los indigentes, así como servicios de traducción cuando su lengua materna no sea el castellano.
10.- Celeridad. La economía del tiempo procesal está
edificada sobre un conjunto de institutos orientados a conseguir una pronta solución de las contiendas judiciales, impidiendo la inercia de las autoridades judiciales, partes, abogadas y abogados, y servidores judiciales. El Juez no podrá aplazar una audiencia o diligencia ni suspenderla salvo por razones que expresamente autorice el presente Código.
En virtud del Principio de Celeridad, se entiende que la
economía del tiempo procesal está edificada sobre un conjunto de institutos orientados a conseguir una pronta solución de las contiendas judiciales, extremo que se encuentra estrechamente relacionado con el derecho a ser juzgado en un plazo razonable (elemento del debido proceso), impidiendo la inercia de las autoridades judiciales, partes, abogadas y abogados y servidores judiciales.
La conminatoria a que el Juez no pueda aplazar una
audiencia o diligencia ni suspenderla, salvo por razones que expresamente autorice el presente Código, está dirigida a efectivizar la celeridad procesal como condición esencial de la administración de justicia, quedando así proscritas las suspensiones de audiencias o diligencias pertinentes, sin que el Código lo autorice, o circunstancias de fuerza mayor, debidamente justificadas, así lo ameriten.
En virtud a este principio, los jueces y tribunales deben
dirigir y resolver los casos sometidos a su conocimiento dentro de los plazos previstos por ley y, para el caso de no estar normados, desarrollar los actuados procesales dentro de un término razonable, por cuanto sus dilaciones indebidas y retardaciones injustificadas atentan los derechos fundamentales de las partes.
11.- Interculturalidad. La autoridad judicial en el
desarrollo del proceso deberá considerar que el ejercicio de los derechos individuales y colectivos, permiten la convivencia de una diversidad cultural, institucional, normativa y lingüística.
Es importante prestar atención al Principio de
Interculturalidad que se ha incorporado al nuevo Código. En mérito al mismo, la autoridad judicial, durante el desarrollo del proceso, deberá considerar que el ejercicio de los derechos individuales y colectivos permite la convivencia de una diversidad cultural, institucional, normativa y lingüística. Este principio se encuentra en directa referencia al carácter plurinacional del Estado boliviano, que implica el reconocimiento de distintas culturas, pueblos y naciones ancestrales de carácter indígena originario campesino, cuyos miembros son sujetos de iguales derechos que todos los demás, por lo que merecen igual tutela judicial en caso de encontrarse involucrados en una controversia sometida a conocimiento de la jurisdicción ordinaria. Asimismo, la diversidad normativa y lingüística implica el debido resguardo del derecho al traductor o intérprete, que, como una de las garantías judiciales previstas en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, situación que debe ser observada en los procesos civiles en que sea necesario.
12.- Transparencia. Los actos procesales se
caracterizan por otorgar a las partes información útil y fiable facilitando la publicidad de los mismos, con el objeto de que la jurisdicción cumpla con la finalidad de proteger derechos e intereses que merezcan tutela jurídica.
La Transparencia constituye uno de los principios
rectores de todo proceso y también del proceso civil, por ella los actos procesales deben caracterizarse por otorgar a las partes información útil y fiable, facilitando la publicidad de los mismos con el objeto de que la jurisdicción cumpla con la finalidad de proteger derechos e intereses que merezcan tutela judicial efectiva.
En consecuencia, este principio está dirigido a
garantizar la eficacia del derecho de acceso a la información de los justiciables, respecto de las causas o procesos judiciales que fueren instaurados en su contra y, en este sentido, se debe precisar que el derecho de acceso a la información pública es un derecho humano fundamental, protegido por tratados de derechos humanos que obligan a los países a respetarlo y preservarlo. El derecho de acceso a la información, es considerado una herramienta fundamental para el control ciudadano del funcionamiento no solo de la gestión pública, sino en especial para el control de la corrupción en la administración de justicia, a través de la información de derechos y garantías judiciales que conforman el debido proceso. Es un requisito fundamental para garantizar la transparencia y la buena gestión de las autoridades judiciales. El pleno ejercicio del derecho de acceso a la información es una garantía indispensable para evitar cualquier abuso de funcionarios públicos judiciales y promover la transparencia en el ámbito judicial, previniendo corrupción y autoritarismo.
13.- Igualdad procesal. La autoridad judicial durante
la sustanciación del proceso tiene el deber de asegurar que las partes, estén en igualdad de condiciones en el ejercicio de sus derechos y garantías procesales, sin discriminación o privilegio entre las partes.
Por el Principio de Igualdad Procesal durante la
sustanciación del proceso, la autoridad judicial tiene el deber de asegurar que las partes estén en igualdad de condiciones en el ejercicio de sus derechos y garantías procesales, sin discriminación o privilegio entre las partes. En sentido jurídico, esto significa que las partes del proceso civil tienen los mismos derechos y obligaciones, las mismas oportunidades, los mismos plazos procesales, debiendo, en definitiva, ser tratados procesalmente de la misma manera en sus proposiciones y alegatos.
14.- Eventualidad. Exige realizar actividades
conjuntas, dentro de un mismo plazo, aun cuando sean excluyentes, contrarias e incompatibles.
15.- Contradicción. Las partes tienen derecho a
exponer sus argumentos y rebatir los contrarios.
Este principio de Bilateralidad o Contradicción que se
deriva del principio constitucional de la inviolabilidad de defensa en juicio (artículo 119, parágrafo II constitucional) y que, según el Código, significa que las partes tienen derecho a exponer sus argumentos (de ataque o defensa) y rebatir los contrarios; en otras palabras, implica la exigencia institucional de conferirle a las partes iguales oportunidades para el ataque y defensa de sus intereses, se relaciona íntimamente con el principio de igualdad procesal.
16.- Verdad material. La autoridad judicial deberá
verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual deberá adoptar las medidas probatorias necesarias autorizadas por la Ley, aun cuando no hayan sido propuestas por las partes.
Consiste en sentenciar sólo sobre las cosas litigadas
en la manera en que hubieran sido demandadas sabida que fuere la verdad por las pruebas desarrolladas en el proceso, declarando probada o improbada la demanda. Da lugar a que la sentencia se convierta en cosa juzgada, en verdad jurídica, nadie la puede cambiar ulteriormente.
El Principio de Verdad Material estaba reservado para
el ámbito administrativo, penal, se extiende a materia civil, puesto que la autoridad judicial deberá verificar los hechos que sirven de motivo a sus decisiones, adoptando las medidas probatorias necesarias autorizadas por la Ley, aun cuando no hubieren sido propuestas por las partes, haciendo uso de su facultad potestativa, lo cual no implica ninguna forma de producción de prueba de oficio, sino solo llevar a la práctica la dirección judicial del proceso. De este modo los juzgadores asumen en el proceso un rol activo, solo con la finalidad de promover la búsqueda de la verdad material sobre los hechos que son objeto de juicio y que deben ser valorados en forma íntegra para “mejor resolver”.
17.- Probidad. Exige en la actuación de las
autoridades judiciales, partes, representantes, auxiliares de la jurisdicción y terceros que intervienen en el proceso, de conducirse en los actos procesales con buena fe, lealtad y veracidad.
Probidad es honradez, es la conducta imparcial y recta
que deben cumplir los administradores de justicia y en suma todos los sujetos procesales en los procesos en los que les corresponda intervenir. El incumplimiento de la misma da lugar a sanciones a los infractores. Los jueces son responsables de sus actos penal y civilmente. (Prevaricato (CP, 173), por cohecho pasivo (CP, 173 bis) y otros delitos (CP, 174, 177). IMPORTANCIA DEL DERECHO PROCESAL CIVIL.
Su importancia radica en la realización del derecho
sustancial, así como otorgación de seguridad jurídica a favor de todos y cada uno de los miembros de la sociedad con la solución de conflictos. Es el medio idóneo para dirimir, mediante el juicio del órgano jurisdiccional un conflicto de intereses en el ámbito del derecho civil, el proceso es un instrumento jurídico de realización del derecho y aún con sus defectos no existe un amparo más eficaz de la condición individual a efectos de preservar el Estado de Derecho de un país.