Compactacion de Suelos
Compactacion de Suelos
Compactacion de Suelos
ESPONJAMIENTO, COMPACTACIÓN Y
COMPENSACIÓN DE TIERRAS
Esponjamiento
Prácticamente todos los terrenos, al ser excavados para efectuar su explanación, sufren un
cierto aumento de su volumen. Este incremento de volumen, expresado en porcentaje del
volumen in situ, se llama esponjamiento. Si el material se emplea como relleno puede, en general,
recuperar su volumen e incluso puede reducirse (volumen compactado). Para la cubicación del
material de la excavación, se considera su volumen antes de ser excavado (en banco); en ningún
caso debe ser tenido en cuenta el volumen transportado de las tierras, que es mayor debido
precisamente al esponjamiento referido.
Cuando se realiza la medición del movimiento de tierras de un solar o terreno de cultivo, debe
tenerse muy en cuenta dicho esponjamiento que sufren las tierras, ya que puede existir una
variación volumétrica del 10 % en terrenos sueltos, un 25 % en terrenos muy duros y hasta de un
40 % en suelo rocoso, como se comprobará en la tabla y consideraciones subsiguientes. Estos
porcentajes pueden llegar a variar y ser ajustados con mayor especificidad en caso de realizarse
ensayos y determinar el grado de esponjamiento, cuando el volumen de la unidad a valorar fuese
muy alto y se requiriese la consecución de una mayor precisión. Es por ello que debemos considerar
que cuando se deja material de acopio en obra para efectuar rellenos posteriores, o bien al realizar
la explanación de un terreno, debemos tomar buena cuenta del esponjamiento del mismo, puesto
que de lo contrario podríamos encontrarnos con falta de material o bien con un exceso de él que
obligara a afrontar costes complementarios de transporte a vertedero o terreno de cultivo.
Al realizar un desmonte provocamos que las partículas de tierra pierdan cohesión, existiendo
entre ellas un mayor porcentaje de huecos en la parcela definitiva donde se depositan que en la
original de la cual se extrajeron, de tal forma que la tierra extraída de una zanja o desmonte ocupará
normalmente un volumen mayor al hueco estricto dejado por la excavación.
Por consiguiente, la partida pertinente de obra definirá detalladamente los tipos de terreno de que se
trate, de acuerdo a la clasificación detallada a continuación:
Tierra Vegetal
Capa superficial de un terreno donde ha crecido la vegetación y que contiene una cantidad
apreciable de materia orgánica y restos vegetales (humus).
Terreno Flojo
Son tierras de cultivo, con arcillas, limos, arenas, gravas u otro árido cualquiera, y contenido variable
de materia orgánica.
Terreno Compacto
Tierras con arcillas duras, rocas sueltas, materiales granulares gruesos.
Sistema de Excavación:
Terreno de Tránsito
Areniscas en finas capas, roca desmoronada.
Sistema de Excavación:
Excavadora, retroexcavadora, bulldozer.
Terreno de Roca
Areniscas compactas, granitos, calcáreas, margas duras.
Sistema de Excavación:
Excavadora o retroexcavadora con martillo hidráulico y explosivos.
8. 2. Compactación
Luego de efectuar la ejecución de los rellenos con todos los procedimientos propios del mismo,
debe procederse a la compactación del terreno. Para realizar esta operación, deberá controlarse
previamente el contenido de humedad del suelo, que debe corresponder a la humedad óptima que
determine el laboratorio especializado.
El material deberá ser compactado con el grado que fije el laboratorio, de acuerdo al ensayo Próctor
modificado y para cumplir con este requisito deben tenerse en consideración los siguientes factores:
Una opinión muy extendida, sobre esta curiosa desigualdad de volúmenes, se fundamenta en la
utilización de los modernos equipos mecánicos, empleados en la actualidad con carácter general
para el movimiento de tierras, que dan lugar a que los terraplenes sean comprimidos en mayor
grado que aquel que tenían las tierras en su estado natural, por lo que para completar el terraplén
definitivo hace falta agregar un cierto volumen adicional de desmontes.
Aquí se plantea la cuestión del grado de compactación posterior de las tierras una vez
realizadas las tareas de nivelación y/o explanación de la parcela o solar. En efecto, según que
la tierra se compacte más o menos, débense también considerar los siguientes coeficientes
correctores:
PISADA: si las tierras son pisadas, ocupan lo mismo o bien un 10% más que esas mismas tierras
en origen (1'00 a 1'10).
COMPACTADA: si son compactadas ocupan de un 95% a un 100% del volumen que ocupaban las
tierras en origen (0'95 a 1'00).
Por algunos autores (LAGUNA, 1968), se considera como más probable, y quizá más
importante, la explicación de que la desigualdad observada de volúmenes puede ser debida a la
tendencia de los tractoristas a colmatar exageradamente la superficie del terreno comprendido entre
estacas de nivel, a consecuencia de un efecto óptico por el que parecen hundirse las zonas
centrales de estas superficies, comprendidas entre las referencias de nivel generalmente malladas o
reticulares proporcionadas por el topógrafo. Por tanto, sería éste un factor que dependería del grado
subjetivo en que los tractoristas se dejan influir por este efecto óptico, variando, por tanto, de unos
equipos a otros. Lo cierto es que, según una serie de comprobaciones efectuadas, se ha encontrado
que un porcentaje muy elevado de puntos medios, situados entre las estacas, aparecen con niveles
superiores a los debidos, en cantidades próximas a los 2 ó 3 cm. que, por su reducida cuantía, son
generalmente admitidos por quedar dentro de los límites de tolerancia establecidos cuando se trata
de abancalamientos para terrenos de cultivo. Evidentemente, tratándose de parcelas o solares
urbanos o industriales de menores dimensiones superficiales y mayores exigencias geométricas,
dicho margen de tolerancia también sería menor.
Así mismo, se señala como posible causa de esta falta de tierra, las pérdidas originadas en el
transporte, por el viento u otros motivos, explicación que, a nuestro juicio, no resulta demasiado
convincente, dadas las dimensiones relativamente reducidas del bancal, que diferencia
notablemente a estas obras de tierra de aquellas otras que tienen por objeto la excavación y
transporte de tierras a las áreas de terraplén muy alejadas de la zona de desmonte, en las que sí
pudieran ser admisibles las razones aquí apuntadas.
Pero sea una u otra la causa del expresado fenómeno, o la acción conjunta de todas ellas , el
hecho cierto es que con frecuencia se precisa mayor volumen de desmonte que de
terraplén y, en consecuencia, ello es preciso tenerlo en cuenta al formular el proyecto y el
presupuesto de la obra, ya que el volumen de tierra a excavar y transportar puede ser superior al
que se obtiene directamente por el cálculo del desmonte una vez efectuada la compensación
teórica. Salvando circunstancias extremas, dicho coeficiente de aumento debe variar entre el 5-10%.
Así pues, una vez calculado el volumen de la compensación de tierras, resulta preciso efectuar un
reajuste del mismo.
En bancales con un desmonte medio normal, del orden de 1.000 a 1.200 m3/Ha., y bajo
contenido de humedad, en suelos constituidos por margas arcillosas, se podría precisar de un 10-
15% más de desmonte que de terraplén. En cambio, para suelos sueltos de textura ligera o arenosa,
el porcentaje de aumento podría ser inferior al 5% para una excavación profunda, pudiendo elevarse
para excavaciones superficiales.
En la mayor parte de los casos será necesario, para ejecutar la compactación del suelo
posterior a su explanación, el empleo de maquinaria especializada, que puede ser la siguiente:
(1) Rodillo “pata de cabra”. Consta de los siguientes elementos: un tambor al cual van
soldadas una serie de patas, un marco que lleva los descansos del tambor y una barra de tiro para
acoplar el rodillo al tractor de remolque. Este tipo de rodillo se usa cuando se requiere una alta
presión aplicada al material de relleno, comprendida entre 9 y 20 kp/cm2, que puede aumentar
considerablemente si el tambor se rellena con agua o arena.
(2) Rodillo con ruedas neumáticas. Consiste en un cajón metálico apoyado sobre ruedas
neumáticas. Este cajón, al ser llenado con agua, arena seca o arena mojada, ejerce una mayor
presión de compactación, con valores que pueden variar entre 3 y 8 kp/cm2.
(3) Rodillo vibratorio. En este caso al rodillo, formado por un tambor de acero, se le ha
agregado un mecanismo de vibración, haciendo girar un contrapeso colocado excéntricamente en el
eje de giro, con frecuencias resultantes de una velocidad angular de 1.000 a 4.000 revoluciones por
minuto.
(4) Placa compactadora. Ésta corresponde a una placa apisonadora que golpea y se separa
del suelo a alta velocidad, logrando con ello la densificación deseada del suelo.
La compactación debe efectuarse comenzando en los bordes y avanzando hacia la línea central
en pasadas paralelas traslapadas en, por lo menos, una mitad del ancho de la unidad
compactadora. Se requiere efectuar un número de pasadas suficiente como para obtener el grado
de compactación exigido.
Los efectos de la compactación del suelo por los tractores de cadenas son mucho menores que
los provistos de ruedas de neumáticos, aunque parezca lo contrario a primera vista, por el mayor pe -
so de los primeros para una potencia dada. Esto es debido a la mayor superficie de apoyo, o huella
del tractor, por cuyo motivo el peso queda más repartido, originando una menor presión sobre el
terreno. Así, se tiene que la presión de un tractor de cadenas es de un valor medio de 0’5 kp/cm2
(0’05 N/mm2), mientras que la de los tractores de ruedas neumáticas, en general, es superior a 2’5
kp/cm2 (0’25 N/mm2), frecuentemente superior también al coeficiente de fatiga o trabajo del terreno,
lo que provoca el hundimiento de la huella.
En general, las ruedas motrices de los tractores están equipadas con neumáticos de baja pre -
sión, del orden de 2’0 a 2’5 kp/cm2 (0’20-0’25 N/mm2), mientras que las ruedas delanteras son de
presión mucho más elevada.
En las traíllas de gran capacidad, de 6 a 12 m3, los neumáticos son de baja presión semejante
a los indicados para las ruedas motrices de los tractores. Por el contrario, son de pre sión más
elevada las ruedas correspondientes a las traíllas agrícolas de reducida capacidad, de 1 a 2 m3.
Todo ello hace, en definitiva, que resulte harto difícil fijar el porcentaje de aumento del desmonte
respecto del terraplén necesario, puesto que depende de factores tan variables como los distintos
tipos de suelos, la mayor o menor profundidad de las excavaciones, las condiciones de humedad de
las tierras, su textura y estructura, su contenido en materia orgánica, la mayor o menor aptitud de los
tractoristas y las características propias de los equipos mecánicos utilizados en este tipo de trabajos
(LAGUNA, 1968).
Los materiales o instrumentos más relevantes que se emplean para ello son los siguientes:
BALANZA CON ERROR DE 1 GR.: Sirve para pesar el material y los diferentes tipos de
recipientes empleados en la operatoria.
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