La Primera Moneda Paraguaya
La Primera Moneda Paraguaya
La Primera Moneda Paraguaya
Mucho tiempo pasó desde que el Paraguay lograra su independencia en 1811, hasta
que disponga de un signo monetario propio.
No obstante, en esa época comenzó a tener vigencia una práctica que se usó también
en la época de la Guerra Grande; la utilización de monedas de oro y plata cortadas en
dos, cuatro y ocho partes (monedas de campamento), monedas de plata
hispanoamericanas, macuquinas coloniales, y el resellado de monedas extranjeras, que
se hacía con un pequeño cuño con el escudo del León, en el centro del anverso de las
monedas extranjeras, queriéndoles dar de esa forma, un cierto cariz de nacionales,
además del escudo con el león sentado, tal vez copiando a la de la Proclama a Carlos IV
1790, figuraba la fecha del resello; la primera de las que se conoce lleva la de 1858, de
muy efímera circulación.
El advenimiento al poder de Don Carlos Antonio López significó salir del férreo
aislamiento impuesto por Francia; el impulso enorme dado a la producción y al
comercio hizo necesario la creación de un método práctico de realizar las
transacciones comerciales, y se notó una aguda escasez de circulante, sobre todo de
numerario menudo, que facilitasen las operaciones de compra-venta.
El 24 de Noviembre de 1842, Don Carlos remitió al Congreso Nacional una Ley, que
firmaba juntamente con Don Mariano Roque Alonso, en el cual destacaba la necesidad
de acuñación de monedas, que podían ser de plata, la cual existía en el Tesoro
Nacional, y de cobre, para el cambio menudo.
Nunca se acuñaron dichas monedas de plata, pero sí las de cobre, que en su debido
tiempo circularon profusamente. No se contaba en el país con los elementos
necesarios para la acuñación, por lo tanto se resolvió, como lo autorizaba el Decreto, a
contratar la acuñación en el extranjero, y fue nombrado el Sr. Andrés Gelly, a gestionar
dicho servicio, para lo cual contactó con el Cónsul Norteamericano en Buenos Aires, el
que recomendó al ciudadano Enrique Gilbert también de origen norteamericano, que
ya había intervenido en la acuñación del "décimo" de Buenos Aires aparecido en
1822/23.
Doce monedas de cobre hacía Un Real; ocho Reales eran Un Peso, así que cada peso
equivalía a 96 monedas de 1/12, y 30.000 Pesos hacían un total de 2.880.000
monedas, que debían ser entregadas en la Villa del Pilar, libres de flete y otros gastos.
Si bien la fecha de 1845 era la pensada para ponerla en circulación, al final resultó ser
solamente la fecha de acuñación, pues las partidas tardaron bastante en llegar; eran
descargadas de los buques de ultramar en el puerto de Montevideo, luego
transportadas hasta Corrientes, y de allí recién eran enviadas hasta Pilar.
Venían embaladas en cuñetes de 115 kilos de peso, conteniendo 19.200 monedas cada
uno; el total del cargamento pesó 17.280 kilos.
El Sr. Gilbert devolvió los troqueles originales que se habían usado para la acuñación
de las monedas, que se hizo en Inglaterra, posiblemente
Birmingham (Ralph Eaton & Sons), donde también fueron acuñados los décimos de
Buenos Aires, cuya similitud con la nuestra era realmente notable, salvo el Escudo.
Mientras se acuñaban las monedas en el extranjero, Don Carlos también decidió que
se las podría acuñar en nuestro país y envió a Don Andrés Gelly al Brasil a buscar y
adquirir una prensa y las chapas de cobre correspondiente, pues los troqueles
originales vendrían con las monedas.
La prensa llegó y se instaló en un local propiedad del señor Patri, ubicada en lo que hoy
son las calles 14 de Mayo esq. El Paraguayo Independiente, teniendo así Paraguay, por
primera vez una “FÁBRICA O CASA DE MONEDAS”. Cuando por fin estuvieron las
monedas en Asunción, por Decreto del 1ro de Marzo de 1847, fue autorizada su
circulación.
En nuestro país se acuñaron apenas un diez por ciento de las que se hicieron en
Inglaterra; al final, en el Paraguay salieron 287.664 monedas, las que por su naturaleza
y estructura son perfectamente distinguibles, en razón que los cuños traídos de
Europa, en el trayecto sufrieron la acción de las aguas marinas, lo que produjo señales
en los mismos, que se tradujeron en picaduras, que posibilitan reconocer las piezas
acuñadas en Asunción.
Fuente: Carlos Alberto Pusineri Scala. “Primera Moneda de cuño Nacional”. Separata
de la Revista del Ateneo Paraguayo N° 4 - Dic. 1964.
Carlos Alberto Pusineri Scala. "Los trueques coloniales y la primera prensa acuñadora",
Diario "La Unión". Asunción, 15 de Agosto de 1953.