Tesis Unp - Lesly
Tesis Unp - Lesly
Tesis Unp - Lesly
TESIS:
“CORRUPCIÓN EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y EN EL
SISTEMA DE JUSTICIA PERUANO: ANÁLISIS DOCTRINARIO Y
ROL DE LAS INSTITUCIONES”
PRESENTADA POR:
Br. JONATHAN HAROLD CORONADO FLORES
PIURA – PERÚ
2020
I
V
DEDICATORIA
A la Universidad pública donde estudié, la Universidad Nacional de Piura, porque me hizo ser
testigo de excepción de los sueños y luchas de tantos jóvenes de nuestros asentamientos humanos,
caseríos y centros poblados que venían a sus aulas a forjarse un futuro mejor, para ellos y sus
familias. Hoy, estos profesionales son el orgullo de sus pueblos.
Por eso siempre digo que la Universidad Nacional me recogió a mí, me abrazó, me levantó, me
enseñó de sueños colectivos, impulsó mis convicciones sociales y políticas, y me cambió para
siempre... A esta Universidad le dedico esta investigación con sincero orgullo de haberme
formado en sus aulas.
VI
AGRADECIMIENTOS
VII
“El tiempo no logra borrar de la memoria de los pueblos los horrores de la miseria
derivada de la corrupción. El estado de vulnerabilidad en que ésta sume
fundamentalmente a las naciones pobres se prolonga en el tiempo como huella indeleble
del crimen, lo que hace que el interés por la represión de los infractores más que
debilitarse se potencie; no hay que ignorar que la ofendida con tales atrocidades es la
sociedad misma, sobre cuyo cuerpo las heridas tardan en restañar; la alarma social
causada a través de millones de pobres que son sus víctimas, por lo que proclamar la
imprescriptibilidad de hechos tan impiedosos es un grito de resistencia contra el olvido”.
VIII
INDICE GENERAL
RESUMEN............................................................................................................................... XIV
ABSTRACT .............................................................................................................................. XV
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................................... 16
CAPÍTULO I: ASPECTOS DE LA PROBLEMATICA ............................................................ 20
1.1 Descripción de la realidad problemática. .................................................................... 20
1.2 Formulación del Problema. ......................................................................................... 21
1.2.1. Problema General ...................................................................................................... 21
1.2.2. Problemas Específicos............................................................................................... 21
1.3 Justificación e importancia de la investigación. .......................................................... 21
1.4 Objetivos ..................................................................................................................... 22
1.4.1. Objetivo General: ...................................................................................................... 22
1.4.2. Objetivos Específicos: ............................................................................................... 22
1.5 Delimitación de la investigación. ................................................................................ 23
1.5.1. Espacial: .............................................................................................................. 23
1.5.2. Temporal: ............................................................................................................ 23
1.5.3. Económica: ................................................................................................................ 23
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO .......................................................................................... 24
2.1 Antecedentes de la investigación. ..................................................................................... 24
2.2 Bases teóricas. ................................................................................................................... 25
2.2.1. La Corrupción: Concepto .......................................................................................... 25
2.2.2. El bien jurídico protegido en los delitos contra la administración pública ............... 28
2.2.3. Funcionario Público: Concepto ................................................................................. 29
2.3 Glosario de términos básicos....................................................................................... 32
2.4 Marco referencial ........................................................................................................ 33
2.4.1. La corrupción: Un acercamiento al concepto ............................................................ 33
2.4.2. Delitos contra la administración pública ............................................................. 46
2.4.2. Imprescriptibilidad de la acción penal como respuesta a la lucha contra la
corrupción ........................................................................................................................... 68
2.4.3. Rol de las instituciones y de la sociedad civil ..................................................... 80
IX
2.5 Hipótesis............................................................................................................................ 82
2.5.1. Hipótesis General: ..................................................................................................... 82
Hipótesis Específicas: ......................................................................................................... 83
CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO .......................................................................... 85
3.1 ENFOQUE Y DISEÑO ..................................................................................................... 85
3.1.1. Enfoque ..................................................................................................................... 85
3.1.2. Diseño ....................................................................................................................... 85
3.2. MÉTODO Y PROCEDIMIENTO ................................................................................... 85
3.2.1. Método: ..................................................................................................................... 85
3.2.2. Procedimiento: .......................................................................................................... 85
3.3. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS .............................................................................. 85
3.4. ASPECTOS ÉTICOS .................................................................................................. 86
CAPÍTULO IV: PROBANZA DE HIPÓTESIS ......................................................................... 87
4.1 PROBANZA JURÍDICO DOCTRINAL .................................................................... 87
CONCLUSIONES .................................................................................................................... 102
RECOMENDACIONES ........................................................................................................... 104
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................................... 105
ANEXOS................................................................................................................................... 112
X
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla N° 01: Distribución de las Entidades Estatales acorde con su nivel de cumplimiento ..... 88
Tabla N° 02: Situación de los sistemas de diagnósticos internos................................................ 89
Tabla N° 03: Situación de la Política de Evaluación de Riesgos ................................................ 89
Tabla N° 04: Reforma del Artículo 41 ........................................................................................ 94
XI
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura N° 01: Población penal por delitos contra la Administración Pública ............................. 46
XII
ÍNDICE DE ANEXOS
XIII
RESUMEN
Frente a esto, es importante preguntamos: ¿qué hacer?, ¿cómo cambiar el sistema y estas
prácticas nefastas? La respuesta la encontramos en la base de nuestras instituciones y de nuestras
organizaciones, en las figuras y conceptos jurídicos que estudiamos a profundidad para
entenderlos en toda su extensión; pero, sobre todo, la respuesta la encontramos en la necesaria
reforma institucional que debemos emprender, una que garantice el verdadero cambio en la forma
de entender la justicia, de procesarla y de elegir a quienes la administran. En ese sentido,
esperamos que la Junta Nacional de Justicia, que reemplaza ahora al Consejo Nacional de la
Magistratura, efectivice las justas aspiraciones de todo un país en su anhelo de iniciar la reforma
del sistema.
Esta reforma debe ir mucho más allá del simple cambio de nombre de nuestras
instituciones; o la creación de comisiones, que de ellas ya hemos tenido muchas en los últimos
años. Se debe trabajar decididamente en la implementación de políticas públicas efectivas y de
largo alcance, es decir que permanezcan en el tiempo. Pero, además, esta investigación nos rebela
que debemos incidir en la prevención de la corrupción a través de los candados necesarios en la
administración pública, y sobre todo en la formación de las nuevas generaciones. En ese sentido,
creemos importante la presentación del Proyecto de Ley de la Abogacía peruana, una iniciativa
del Ejecutivo, que fue ampliamente mejorada por la Junta Nacional de Decanos de los Colegios
de Abogados del Perú, en 2018, incidiendo en que no solo las nuevas generaciones de abogados
necesitan una formación deontológica más profunda, sino todas las carreras profesionales en
general. El problema hay que mirarlo ampliamente, entendiendo que la corrupción atañe a todos,
y que debemos recurrir nuevamente a las bases, a la formación integral de la ciudadanía en
general, y de los nuevos profesionales específicamente.
XIV
ABSTRACT
The corruption generalized in all the levels of government has turned, in our country, in
the principal problem according to the perception of the population. This perception has met fed
naturally for the scandals of corruption that involve to the high spheres of the political power (The
case Washes Calf supports in vilo almost all the political leaders for Odebrecht's juicy grafts for
his electoral campaigns); and also to the managers of administering justice (The case of the CNM
Audios is alone the corollary of what lamentably has turned into a practice into the Judicial Power
and Attorney General's office).
Opposite to this, across the present investigation, we wonder: what to do? how to change
the system and these pernicious practices? We find the response in the base of our institutions and
of our organizations, in the figures and juridical concepts that we study to depth them to deal with
all his extension; but especially, we find the response in the necessary institutional reform that we
must undertake, one that guarantees the real change in the way of understanding the justice, of
suing her and of choosing those who administer it. In this sense, we wait that the National Meeting
of Justice, which it replaces now to the National Advice of the Magistracy, efectivice the just
aspirations of the whole country in his longing to initiate the reform of the system.
Of our study, we understand, also, that this reform must go far beyond that the simple
renaming of our institutions; or the creation of commissions, that of them already we have had
many in the last years. It is necessary to to be employed firmly at the implementation of public
effective policies and of length reach, that is to say that they remain in the time. But in addition,
this investigation us rebels that we must affect in the prevention of the corruption across the
necessary padlocks in the public administration, and especially in the formation of the new
generations. In this sense, we believe importantly the presentation of the Project of Law of the
Peruvian Law, an initiative of the Executive, who was widely improved by the Deans' National
Meeting of the Bar associations of Peru, we coincide with that not only the new generations of
attorneys need a deeper ethical formation, but all the professional careers in general. The problem
it is necessary to look at it widely, understanding that the corruption concerns all.
XV
INTRODUCCIÓN
Esta investigación ha sido trabajada a raíz de los escandalosos actos de corrupción que
han envuelto a casi toda la clase política de nuestro país, incluyendo especialmente a ex jefes de
Estado, así como a funcionarios de alto nivel de sus gobiernos, en las últimas tres décadas. Entre
estos actos de corrupción nos referimos al caso Odebrecht y Lava Jato, principalmente, como
común denominador, que ha costado ya la salida de un presidente del máximo cargo de la Nación,
y el lamentable suicidio de otro ex presidente en menos de un quinquenio, y todos los demás
investigados y procesados. Del mismo modo nos referiremos también al favorecimiento indebido
con fondos públicos, durante estos gobiernos, así como las componendas que se tejen “bajo la
mesa” para favorecer presuntamente a allegados, entre otros delitos contra la administración
pública.
Del mismo modo, retrocediendo un poco en el tiempo, a mediados del 2018, nos hemos
introducido en las investigaciones que se siguen a magistrados peruanos, tras los reveladores
CNM Audios que evidenciaron los graves actos de corrupción en el ex Consejo Nacional de la
Magistratura, Poder Judicial y Ministerio Público. Fueron audios también en este caso los que
destaparon la corrupción, y que gracias a las investigaciones de IDL Reporteros, nos permitieron
conocer los ofrecimientos ilegales de rebajas de penas, incluso por violación a menor de edad,
pedidos de favores o negociaciones de ascensos. Todo esto generó un revuelo de máximas
dimensiones, con escandalosas fugas de por medio, destituciones, detenciones y la inminente
desactivación del Consejo Nacional de la Magistratura, dando paso a la creación de la Junta
Nacional de Justicia. De este espinoso caso sobresalen entre los principales investigados, el ex
juez supremo César Hinostroza Pariachi, quien fugó a España; el ex presidente de la Corte
Superior del Callao, Walter Ríos Montalvo; el ex Fiscal de la Nación Pedro Chávarry, y los ex
miembros del CNM Iván Noguera, Julio Gutiérrez, Guido Aguila, entre otros altos funcionarios.
16
Según una investigación del portal Ojo Público, de los 334 jueces y fiscales procesados
por delitos de corrupción, 76 están involucrados en el caso “Los Cuellos Blancos del Puerto” (Ojo
Público, mayo 2020). Esto, según informe elaborado por la Procuraduría Pública Especializada
en Delitos de Corrupción (PPEDC), el mismo que advierte que de estos 334 magistrados, 151 son
jueces y 183 son fiscales, de los cuales 42 ya han sido sentenciados por delitos contra la
administración pública. Los delitos con mayor incidencia en los que han incurrido estos
magistrados son el cohecho y el tráfico de influencias (72%), ilícitos en los cuales el beneficio o
ventaja que obtuvo o pretendió obtener el juez o fiscal fue de naturaleza económica, entre otro
tipo de ventajas o beneficios personales. (Diario Gestión, 2020)
17
Como vemos, en todos los órganos de gobierno el flagelo de la corrupción parece
haberse instalado a lo largo de estos años. Sin embargo, esto no es nada nuevo en nuestro país, ni
en el sistema de justicia ni mucho menos en la administración pública. Antes de la República, ya
podemos señalar algunos casos de corrupción como en la tributación de los indios a la corona
española, en el que se beneficiaban desde el virrey, el comendador y hasta el más pequeño
cobrador de impuestos, no dando cuenta de los reales aportes a España. Fortalecía está práctica
que las comunicaciones entre América y Europa eran muy lentas, tanto así que, incluso, la muerte
del mismo Rey de España podía tardar hasta cuatro meses en saberse en estas nuevas tierras.
Para los fines de esta investigación, sin embargo, vamos a delimitar el tiempo a partir
de la década del 90, y lo que vino tras la caída del régimen de Alberto Fujimori, que se caracterizó
por ser uno de los más corruptos de nuestra historia. Salvo el gobierno de transición del presidente
Valentín Paniagua, todos los presidentes democráticamente elegidos que vinieron después, no
fueron la excepción de los festines con fondos públicos. De ahí que se estime, según Defensoría
del Pueblo, que la corrupción le cuesta al Perú entre 13 mil a 14 mil millones de soles al año (Poco
menos del 10 % del presupuesto anual, que para el 2020 equivale a más de 177.4 mil millones
de soles), cifra exorbitante que posterga la atención a las demandas y necesidades de la población
(VASQUEZ, 2018). En tanto la corrupción judicial, según cálculos hechos por la Sociedad
Nacional de Industrias (SNI), tendría un costo no menor a los S/ 4 mil millones al año, que
equivale casi al 0.5 % del PBI (Bessombes, 2018).
En este contexto nacional, Piura es una de las regiones con más índices de corrupción,
en todas las instancias de gobierno. En nuestra región, a más de tres años del desborde del Rio
Piura, la tan mencionada “Reconstrucción con Cambios” no empieza como debería, detectándose,
por el contrario que, aun en medio de las apremiantes necesidades de la población, los corruptos
siguen haciendo de las suyas. Solo por mencionar la descolmatación de los ríos Piura y Chira, que
costó más de S/300 millones, además de adicionales por más de S/6 millones (Zapata, 2018); ante
las primeras lluvias del 2019 se observó que estos millonarios trabajos no habían servido de
mucho; y nuevamente la amenaza de las crecidas del rio mantuvo en zozobra a Piura, Castilla,
Catacaos y todo el Bajo Piura. Cabe mencionar que esta actividad fue cuestionada no solo por los
colegios profesionales, sino también por las universidades y la Contraloría, que exigían una salida
más efectiva al mar y las defensas ribereñas de concreto armado, pero ninguna de estas
instituciones fue escuchada por el centralismo limeño.
Ni qué decir de la corrupción en tiempos de pandemia. Pese a las graves cifras que nos
ubican como uno de los países con más índices de mortandad a causa del Coronavirus, la
corrupción no ha estado en cuarentena durante estos meses, y ya vemos que la Contraloría sigue
detectando casos del mal uso de los fondos públicos destinados para atender la emergencia de los
más pobres. Al respecto, hay una frase de autor anónimo que ha recorrido las redes sociales en
los últimos meses: “Yo pensé que, en su desesperación, los pobres saldrían a asaltar los
supermercados; pero han sido los políticos los que han salido a robarse el dinero del hambre de
los pobres”. Nada más cierto. Entonces, ¿Qué seguimos haciendo mal?
18
Fundamental es también tratar la imprescriptibilidad en los delitos contra la
administración pública, que los corruptos tengan claro que huir de la justicia y mantenerse en el
anonimato por un buen tiempo no hará de ninguna manera que prescriban sus delitos.
El Dr. Eduardo Vega Luna, uno de los profesores de la Escuela Electoral del JNE y ex
Defensor del Pueblo, señalaba que la importancia de la corrupción “no radica sólo en los bienes
que se desvían o en la cantidad de dinero que el Estado pierde, sino, sobre todo, en los derechos
que vulnera y en las barreras que genera en el acceso a los servicios básicos de salud, educación,
justicia, entre otros”. (Vega Luna, 2015) Así, desde esta mirada, la corrupción implica un
problema fundamentalmente de derechos, en el que tenemos la obligación moral de intervenir y
ser partícipes de los cambios sustanciales que requieren para que todo esto cambie. En los
diferentes órganos de gobierno, en la administración pública y en la administración de justicia,
debemos salir al frente de graves hechos que afectan la vida de la nación y la institucionalidad,
con esfuerzos conjuntos para prevenir la corrupción y también para sancionar a quienes participan
en ella.
19
CAPÍTULO I: ASPECTOS DE LA PROBLEMATICA
Desde una coima, hasta la concesión de favores a través de obras o servicios con recursos
públicos millonarios; es decir, desde la práctica diaria hasta la sistémica, la corrupción en el Perú
se ha incrementado cada vez más. Los casos se suceden uno tras otro, en los diferentes órganos
de gobierno, y de la administración de justicia, en situaciones que parecen perennizarse en el
tiempo. Esto desestabiliza el sistema democrático y la institucionalidad del país, razón por la cual,
actualmente, hay una clara percepción de que ciertos personajes han sabido evadir la justicia sin
ninguna consecuencia, alentándose la sensación de impunidad en la población.
Después de la difusión, en julio del 2018, de los audios que involucran a altos magistrados
en hechos ilícitos, la ciudadanía confirma que en el Perú no solo se mantiene la corrupción
sistémica en las diferentes instancias de gobierno, sin un control sólido de las instituciones
públicas, sino que también han sido infectadas con la corrupción aquellas instituciones que
precisamente deberían impartir justicia y velar por los derechos fundamentales de las personas.
Esto ha generado, lamentablemente, que el ciudadano de a pie sospeche que aquí todo tiene un
precio y que las relaciones interpersonales se rigen por la desconfianza y el compadrazgo.
A julio del 2018, solo en Piura había 289 casos de corrupción en manos del Ministerio
Público (Diario El Tiempo, 2018). Según información del Sistema Nacional Especializado en
Delitos de Corrupción de Funcionarios, un total de 1,320 funcionarios de diversas instituciones
públicas de la región Piura son procesados por presuntos delitos de corrupción. La institución
precisa que, con esta cifra, el departamento ocupa el octavo lugar de casos en el país y que la
mayoría de ilícitos son por colusión, cohecho y tráfico de influencias (Perú 21, 2018). En tanto a
nivel nacional, hay 2 mil 289 casos, entre gobernadores regionales y alcaldes, en ejercicio o que
ya dejaron sus cargos, que actualmente se encuentran investigados por casos de corrupción, según
el procurador público Amado Enco (La República, 2018).
20
Así mismo, la prescripción de la acción penal, en determinados casos, no permite que ciertos
procesados sean investigados y sancionados hasta el final, pues hay quienes impunemente evaden
la acción de la justicia hasta que sus delitos prescriben. Si bien en los casos de corrupción se ha
duplicado el plazo de la prescripción, y en el caso de los delitos considerados graves, la acción
penal es imprescriptible, estos últimos no son señalados concretamente en el ordenamiento
jurídico, sino que quedan a consideración del juez, lo que podría tener varias interpretaciones.
¿De qué manera la corrupción implica no solo la pérdida económica y desviación de dinero,
sino también el recorte de derechos fundamentales y el acceso a servicios públicos?
¿Existe voluntad política para reformar el Poder Judicial, y el Código Electoral, a partir de
los cuales se desprende los más graves hechos de corrupción en el país?
Pero no podemos dar solución a algo que no conocemos a fondo, de lo que no sabemos cuáles
son sus variantes e implicancias directas en la vida diaria de las personas. Por eso la importancia
de este estudio, y de la investigación que aquí presentamos, con la finalidad de acercarnos a la
real naturaleza del problema, y de esa manera, contribuir en soluciones efectivas duraderas en el
tiempo.
21
En este sentido, el estudio que a continuación realizamos trata de conceptualizar y determinar
las características de los delitos de corrupción, pues no podemos tratar de aportar posibles
soluciones a algo que no conocemos. Razón por la cual señalamos, claramente también, cuál es
el bien jurídico protegido en cada uno de estos delitos, los agentes del injusto penal, la
consumación y el perjuicio causado a los justiciables.
Tras este estudio básico y preliminar de los delitos de corrupción, determinamos que
la reforma del Poder Judicial y de las instituciones de la administración pública en general, no
avanzará realmente si el Estado Peruano no desarrolla un proceso sistemático e integral de lucha
contra la corrupción. De ahí la importancia del estudio de la problemática de la corrupción, que
debe permitir a las nuevas generaciones de abogados, tanto en el ámbito público como el privado,
desarrollarse bajo principios éticos y de meritocracia.
1.4 Objetivos
Analizar si existe voluntad política para reformar el Poder Judicial, y el Código Electoral,
a partir de los cuales se desprende los más graves hechos de corrupción en el país
Reflexionar si se cuenta con un verdadero sistema de integridad pública y transparencia
en el país.
22
1.5 Delimitación de la investigación.
1.5.1. Espacial:
1.5.2. Temporal:
El estudio se centra en los esfuerzos que se han realizado para combatir la corrupción, desde la
caída del régimen de Alberto Fujimori hasta el gobierno actual de Martin Vizcarra.
1.5.3. Económica:
23
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO
Esta tesis hace una especial observación de los crecientes procesos judiciales a
autoridades locales y nacionales, lo que constituye un llamado de atención, a que debemos tener
una actitud más enérgica en el combate contra la corrupción. No sólo desde el punto de vista de
la legislación criminal, haciendo más severas las penas, además de la imprescriptibilidad de estos
delitos, sino además en la conducta de los ciudadanos y de los partidos políticos que los
representan. Cuidemos el sistema democrático, y su fragilidad, sino podemos avistar formas
autocráticas de gobierno, que nos hagan retroceder en los espacios ganados por la civilidad. De
allí la necesidad de mantener el estado de derecho, combatiendo la corrupción en nuestro país.
(Aguilera Bolaños, 2016). En su tesis denominada “La teoría de la unidad del título de
imputación y la persecución y represión penal de los delitos especiales cometidos por corrupción
de funcionarios públicos”, busca determinar de qué manera la teoría de la unidad del título de
imputación aplicada al momento de calificar la autoría y participación en los delitos especiales,
se expresa en la persecución y represión penal de los delitos cometidos por corrupción de
24
funcionarios públicos. En cuanto a los resultados más importantes de este trabajo, tenemos que
existe a la luz de los resultados de campo una cultura de impunidad, ya que todos los casos
resueltos son por archivo y son mínimos los casos de sentencia condenatoria para los infractores.
Cabe señalar que el sustento jurisprudencial y doctrinario de la aplicación de la teoría de la unidad
del título de imputación se basa en el principio de la accesoriedad limitada contenida en el artículo
26 de nuestro Código Penal, por lo cual se debería aplicar la teoría de la infracción de deber donde
se diferencia claramente la responsabilidad del intraneus y extraneus. La conclusión principal es
que la teoría de la unidad del título de imputación aplicada al momento de calificar la autoría y
participación en los delitos especiales se expresa de manera negativa en la persecución y represión
penal de los delitos cometidos por corrupción de funcionarios públicos, al fomentar la impunidad
de los agentes delictivos (intraneus y extraneus). Por ello, según el autor Aguilera Bolaños, es
necesario modificar el artículo 26 en donde se asuma la teoría de infracción de deber.
25
A pesar de ello, los siguientes elementos esenciales precisan el concepto de corrupción pública 1:
Anti normatividad: todo acto de corrupción transgrede normas penales, administrativas y/o
éticas.
Interés privado: todo acto corrupto busca obtener un beneficio privado, que no siempre está
relacionado directamente con el corrupto, por lo que puede ser para una persona cercana al
corruptor o para un tercero.
Abuso de una función: todo acto de corrupción implica el abuso de una función asignada por el
Estado, es decir, de una función pública.
A partir de ello, es posible concluir, en un sentido amplio, que: La corrupción es el abuso de un
poder encomendado para obtener beneficios particulares (económicos o no) que viola la norma
en perjuicio de intereses generales o del interés público.2 Se trata de una definición amplia que
puede abarcar tanto la corrupción pública como la privada.
En ese sentido puede definirse la corrupción, como el abuso del poder público encargado (por
elección, selección, nombramiento o designación) para obtener beneficios particulares
(económicos o no) violando la norma en perjuicio del interés general o el interés público.
Entre las definiciones más utilizadas se puede señalar también la esbozada por Peter Eigen,
fundador de Transparencia Internacional, quien señaló que la corrupción consiste en “(…) la mala
utilización de un bien público en beneficio privado (…)”. (Eigen, 2016) Dicha institución, por su
parte, planteó una definición más amplia al indicar que la corrupción “(…) se refiere a
comportamientos por parte de funcionarios del sector público, ya sean políticos o servidores
públicos, que los enriquece a ellos mismos o a sus allegados- inapropiada o ilegalmente mediante
el mal uso del poder que se les ha encomendado”. (Defensoría del Pueblo, Ética Pública y
prevención de la corrupción., 2010)
1
Yvan Montoya Vivanco; Manuel sobre delitos contra la administración pública. Pontificia Universidad
Católica del Perú, Instituto de Democracia y Derechos Humanos. Primera Edición 2015, Lima. pp. 17
2
Se trata de una definición tomada sustancialmente de la definición planteada por Transparency
Internacional. Ver al respecto su página web institucional http://www.transparency.org/what-is-corruption/.
“Corruption is the abuse of entrusted power for private gain. It can be classified as grand, petty and political,
depending on the amounts of money lost and the sector where it occurs”
3
Consejo Transitorio del Poder Judicial. (2001). Informe final de la comisión de investigación de
planificación de políticas de moralización, eticidad y anticorrupción. Lima, pp. 73-76.
26
Determinado personal auxiliar del Poder Judicial y el Ministerio Público: Compuesto por
secretarios, relatorías y asistentes técnicos. Se vinculan con la corrupción esencialmente mediante
el tráfico de influencias (vínculos de conexión con los magistrados y fiscales), pero también a
través de la modificación de documentos y sobornos para ejercer presión en la dilación de
procesos o en su agilización. En el fuero penal, los ambientes posibilitan una relación directa y
libre con los abogados litigantes, facilitando los actos de corrupción. Por otro lado, existen fiscales
y jueces que tiene el mal hábito de no redactar personalmente los dictámenes y resoluciones, sino
que se limitan a firmar documentos presuntamente elaborados por el personal auxiliar.
Estas prácticas llevan a pequeñas corruptelas facilitando la introducción de dictámenes fiscales y
resoluciones judiciales originalmente redactadas por los abogados de las partes. También, son
conocidas las situaciones donde los técnicos auxiliares del Ministerio Público acuden a tomar la
manifestación de personas citadas a los estudios de los abogados defensores del investigado.
Posteriormente, estos técnicos auxiliares (luego de haber recibido un beneficio por parte del
abogado defensor) informan al fiscal pertinente que dichas personas concurrieron a la sede del
Ministerio Público.
Las mesas de parte: Compuestas por diversos funcionarios o servidores públicos encargados de
recibir los documentos dentro de un proceso o investigación. Constituyen el primer acceso a la
estructura del sistema de justicia.37 Su relación con la corrupción consiste en el tráfico de la
documentación. También es frecuente el tráfico de información, ya sea adelantando decisiones
judiciales o con la divulgación de información confidencial. Finalmente, existe un tráfico en la
distribución de procesos en los juzgados.
La Policía Nacional del Perú: En su relación con el sistema judicial, se encuentran todos los
miembros del cuerpo policial encargados de colaborar con la investigación fiscal. Con el Código
de Procedimientos Penales (CPP), el nexo con la corrupción en la labor policial se encontraba
principalmente en la redacción de los atestados policiales y ocultamiento de pruebas. Si bien con
el NCPP esto ha cambiado drásticamente, todavía se mantiene el vínculo entre la policía y la
corrupción a través de la redacción y manipulación de pericias y el aprovechamiento de la
condición de personal de seguridad de magistrados y fiscales para traficar con influencias.
Los abogados: Un grupo integrado por diversos abogados, importantes o “al paso”. En la esfera
más alta, tenemos las siguientes prácticas corruptas: Acuerdos con estudios satélites de abogados
(encargados de la parte “oscura” del litigio, esto es, activar las redes de corrupción); incorporación
de antiguos magistrados y funcionarios públicos en el equipo de abogados con el objetivo de
utilizar sus vínculos al interior del sistema de justicia; estrategias de “copamiento” consistentes
en ubicar letrados de su confianza en determinadas dependencias judiciales y fiscales; e
incorporación de procuradores con vínculos en el sistema judicial. A ello se suma que estos
estudios de abogados suelen utilizar los logros académicos de sus miembros como estrategias
para “lavarse la cara”. En cuanto a los abogados “al paso”, es decir, aquellos que operan en las
inmediaciones de los órganos de justicia, se ha podido determinar que dicho patrón de
asentamiento esta correlacionado con un conocimiento previo de los actores que se ubican dentro
del órgano de justicia. Así, estos también integran redes de corrupción que ejercen,
cotidianamente, estas prácticas.
El personal de ejecución de sentencias: Se despliega en el tratamiento y permanencia de los
reos en la cárcel, específicamente en el sistema de calificaciones para internos procesados y
sentenciados.
Los litigantes: Se trata de personas representadas por los abogados.
27
2.2.2. El bien jurídico protegido en los delitos contra la administración pública
En doctrina penal existen diversas posiciones en torno a cuál sería el bien jurídico general
protegido por los delitos contra la administración pública. Antes de hacer una pequeña reseña de
cada postura y explicar cuál es considerada como la más adecuada, en todos los tipos penales de
delitos contra la administración pública cometidos por funcionarios públicos. Así, es posible
identificar las siguientes posturas:
La probidad, dignidad, integridad, rectitud y lealtad del funcionario público: Como puede
entenderse, se trata de una concepción subjetiva respecto del bien jurídico, ya que se centra en
características que el funcionario público debe tener para trabajar en la administración pública.
Las expectativas, basadas en las normas, que se tienen respecto de la actuación de los
funcionarios estatales y aquellas sobre el rol que estos deben cumplir en nuestro sistema social.
En otras palabras, las expectativas normativas se defraudan cuando los funcionarios públicos
incumplen su deber institucional de “sujeción a la ley”; es decir, no actúan según las normas
estatales prescritas. (REAÑO PESCHIERA, 2009)
Así, debemos entender a la administración pública como aquella actividad que los
funcionarios y servidores públicos desempeñan para que un Estado constitucional y de Derecho
pueda cumplir con su rol prestacional.
De este modo, una correcta gestión pública se desprende de los principios y valores propios
de la Constitución de una sociedad, la misma que debe apuntar a un sistema social equitativo,
justo y democrático. En esta línea, el bien jurídico “correcto y regular funcionamiento de la
administración pública” debe ser entendido como la objetiva, legal y prestacional administración
o gestión del conjunto de bienes y servicios que el Estado utiliza para el cumplimiento de sus
fines constitucionales.
El bien jurídico es el desempeño correcto de los deberes y funciones que los servidores,
funcionarios y empleados públicos asumen o se les delega con la finalidad de administrar al
Estado.
28
2.2.3. Funcionario Público: Concepto
La calidad de funcionario público no es accidental, sino que, su conducta, es un elemento
fundamental de la sanción penal de los delitos de corrupción. En esta medida, todo análisis de una
acción de corrupción debe partir por identificar al funcionario público. Pero, ¿quién es
funcionario público?
29
2.2.3.1. Delitos Contra la Administración Pública cometidos por Funcionarios
Públicos
Los delitos de cohecho: Los delitos de cohecho, también denominados “delitos
de corrupción de funcionarios”, vienen a representar un conjunto de delitos consistentes en la
compra-venta de la función pública. (ABANTO VÁSQUEZ M. , 2003) La característica común
de estos es su “bilateralidad” o la naturaleza de “delitos de participación necesaria” ya que,
siempre, las partes que interviene son dos:
- Cohecho pasivo
- Cohecho activo
“El funcionario o servidor público que da al dinero o bienes que administra una
aplicación definitiva diferente de aquella a los que están destinados, afectando el servicio o la
función encomendada, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor
de cuatro años”. “Si el dinero o bienes que administra corresponden a programas de apoyo social,
de desarrollo o asistenciales y son destinados a una aplicación definitiva diferente, afectando el
servicio o la función encomendada, la pena privativa de libertad será no menor de tres ni mayor
de ocho años”.
30
El delito de enriquecimiento ilícito: Se encuentra tipificado en el artículo 401°
del Código Penal de la siguiente manera:
“El que, invocando o teniendo influencias reales o simuladas, recibe, hace dar o
prometer para sí o para un tercero, donativo o promesa o cualquier otra ventaja o beneficio con el
ofrecimiento de interceder ante un funcionario o servidor público que ha de conocer, esté
conociendo o haya conocido un caso judicial o administrativo, será reprimido con pena privativa
de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años”. “Si el agente es un funcionario o servidor
público, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años
e inhabilitación conforme a los incisos 1 y 2 del artículo 36° del Código Penal”.
31
2.3 Glosario de términos básicos.
ACCIÓN PENAL: Es aquella que se origina a partir de un delito y que supone la imposición
de un castigo al responsable de acuerdo a lo establecido por la ley. De esta manera, la acción
penal es el punto de partida del proceso judicial. (Julián Pérez Porto y Ana Gardey, 2009).
FALTA: Infracción sancionado con pena leve. (Poder Judicial del Perú).
IMPRESCRIPTIBLE: (Teoría General del Derecho) Se dice del derecho que el paso del
tiempo no daña o prescribe su vigencia. (Poder Judicial del Perú).
LEY: Norma jurídica general dictada por el Parlamento. (Poder Judicial del Perú).
32
PROCESO: Del latín Procesius, deriva de Procedere, que significa avanzar, trayectoria,
es el conjunto de actos coordinados y sistemáticamente regulados por la ley procesal
estableciendo un orden preclusivo y ligados entre sí/ Instrumento del debido proceso en
el ordenamiento jurídico, por el cual las partes y el Estado, poseen mecanismos a través
de los Códigos Procesales para actuar según regulaciones, formas, plazos y recursos para
ser atendidos oportunamente. (Poder Judicial del Perú)
POLÍTICA PÚBLICA: Son las acciones de gobierno, que buscan dar respuesta a las
diversas demandas de la sociedad. En ese sentido, las Políticas Públicas son el conjunto
de actividades de las instituciones de gobierno, actuando directamente o a través de
agentes, y que van dirigidas a tener una influencia determinada sobre la vida de los
ciudadanos. (Universidad Latina de América - México)
La raíz del verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”, quebrar,
partir, que nos dio palabras como romper, roto, rupestre, etc. Este verbo se relaciona con
la raíz reup, de arrebatar o romper.
33
Por su parte, la Real Academia Española toma el término también del latín “corruptio”,
para señalar la alteración o vicio en un libro o escrito; el vicio o abuso introducido en las cosas
no materiales. En las organizaciones, especialmente en las públicas, se refiere a la práctica
consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho económico o de
otra índole, de sus gestores. (Real Academia de la Lengua, 2019).
Immanuel Kant, a través del imperativo categórico, observa que cada vez que seas
tentado por la inmoralidad, deberías preguntarte si quisieras que todas las personas hagan lo
mismo. Es decir, ¿Desearías que todo el mundo reciba prebendas?, ¿Ansías que los sobornos sean
universalmente permitidos para los funcionarios públicos? Si respondes “no”, entonces, sé
inteligente y comienza por no fomentar esa práctica perversa, nos diría Kant (Ibáñez, 2018).
(Giusti, Pensar la Corrupción, 2018).
Por su parte, Santo Tomás de Aquino, representante del Derecho Natural, afirmaba
que todos sabemos lo que está mal o está bien. Por ejemplo, matar y robar son acciones
condenables universalmente. Esto es evidente, casi tanto como el principio de no contradicción,
que señala: nada puede ser cierto y falso al mismo tiempo. Entonces, ¿No es obvio también que
el desviar fondos públicos hacia mis arcas privadas está mal? Claro que sí. Ahora, si algunos no
lo notan en el momento o nunca, es porque su propia razón se ha corrompido. ¿Por qué? Porque
las pasiones nos enceguecen: ese dinero mal habido satisfará algún deseo que me obsesiona.
También porque crecemos en círculos donde el vicio se ha vuelto natural. Ej.: todos en la oficina
lo hacen. Porque nuestra estructura mental o psicológica está dañada, como un psicópata que no
ve la maldad de sus actos; o porque nos agenciamos de falsos razonamientos. Ej.: el estado no me
da lo que merezco, por eso yo hago justicia por mi cuenta, etc. (Ibáñez, 2018).
Por otra parte, una investigación de Miguel Giusti también para EL COMERCIO,
señala que a lo largo de la historia los filósofos lo que han hecho es tratar de explicar el debate
entre Glaucón y Sócrates sobre la conducta del hombre corrupto y las virtudes humanas que cada
una de sus tesis defienden. Esto se enmarca en un pasaje de la República de Platón, donde el
filósofo Glaucón sostiene frente a Sócrates la tesis de que todos los humanos son proclives a la
corrupción. Todos sin excepción, tanto los abiertamente corruptos como los que respetan las
leyes, solo que estos tienen miedo de ser descubiertos y castigados, y por eso se abstienen de
cometer las fechorías que desearían tanto como los otros. Para ilustrar su tesis, Glaucón cuenta la
historia del anillo de Giges. Un anillo que lo vuelve transparente si lo gira hacia un lado,
permitiéndole cometer todas las fechorías que su codicia le ordena, sin ser visto. Glaucón sostiene
que todos los hombres al poseer este anillo harían lo mismo.
Sócrates, por su lado, se va a oponer a esta tesis y sostener que es posible, además de
deseable, mirar las cosas al revés; es decir, imaginar que lo más valioso de la vida es cultivar un
bien común, no promover la perfidia ni la envidia recíproca, sino más bien las ventajas o los
valores de la convivencia solidaria. Nuestra vida moral, piensa, debería estar destinada a
convertirnos en mejores personas. (Giusti, 2018).
34
2.4.1.3. En un sentido clásico del pensamiento político.
En la actualidad, lo dicho por Lord Acton sigue estando vigente, aunque predomina
como referente otro tipo de abuso de poder, el que consiste en enriquecimiento ilegal o ilegítimo
de los políticos o, en general, de las autoridades (corrupción personal); o el favorecimiento ilegal
o ilegítimo a los amigos, familiares u organizaciones a las que pertenecen, aunque no se beneficien
directamente, gracias a los cargos que desempeñan o sus conexiones con quienes los tienen
(corrupción oficial).
Por eso mismo, comparte con Platón la idea de que debiera promoverse desde la infancia
la educación en valores cívicos, y que ella tendría que producir un efecto de contagio en todas las
instituciones y los organismos de la sociedad. Aquí radicaría el verdadero remedio contra la
corrupción: no simplemente en el miedo, que está siempre al acecho de una oportunidad para
delinquir, sino en el convencimiento o el compromiso personal de los ciudadanos con los valores
de su comunidad. (Giusti, Pensar la Corrupción, 2018)
Entre los pensadores y filósofos a los que vamos recurriendo entonces, podemos observar
algunos puntos de quiebre, entre dos vertientes de opinión claramente diferenciadas. Hay quienes
como Platón, Sócrates y Rousseau creen en las virtudes humanas como algo innato al ser humano,
y que lo mueve a la búsqueda permanente del bien. Mientras que del otro lado están Hobbes, Kant
y Glaucón quienes, según lo investigado para esta tesis, consideran que el hombre es movido por
la codicia y por tal está propenso siempre al mal, en este caso a la corrupción, pero que reprime
esta tendencia por la posibilidad de ser descubierto y por ende sancionado.
35
Thomas Hobbes, propuso la necesidad de un “contrato social” que sirviera de fundamento
al Estado de Derecho. Esta es una de las luces más brillantes del pensamiento político moderno,
que propone las bases incluso para nuestra democracia actual y el fortalecimiento de nuestras
instituciones, que permitan asegurar un orden social capaz de suplir las necesidades básicas, por
acuerdo de todos. En este sentido, firmar un contrato social equivale a aceptar, en acuerdo con
todos, que pondremos un freno a nuestra codicia natural, (por eso ponemos a Hobbes en el
segundo grupo, con Kant y Glaucón), y que aceptaremos un sistema de reglas que nos permita
satisfacer al menos una parte de esa codicia, pero con seguridad, pues contamos con las garantías
del contrato. Hobbes no piensa, como tampoco lo pensaba Glaucón según vimos en el concepto
acuñado por los filósofos clásicos, que los hombres seamos buenos naturalmente; solo espera que
seamos suficientemente astutos como para entender que por un cálculo de costo-beneficio lo que
más nos conviene es acatar el pacto. Eso sí, no basta con la buena voluntad, sino que es necesario
la espada de la ley, que exista un sistema policial y judicial que castigue a los infractores, vale
decir, que imponga temor entre quienes sientan la tentación de incumplir las reglas del Estado de
derecho. (Giusti, Pensar la Corrupción, 2018)
En este mismo contexto histórico, Carlo Alberto Brioschi, autor de Breve historia de la
corrupción, escribe que: “En la antigua Mesopotamia, en el año 1500 a.C., establecer un trato
económico con un poderoso no era distinto de otras transacciones sociales y comerciales, y era
una vía reconocida para establecer relaciones pacíficas”. En Roma, el potente caminaba seguido
por una nube de clientes: cuanto más larga era su corte, más se le admiraba como personaje. Esta
exhibición tenía un nombre: adesectatio. A cambio, el gobernante protegía a sus clientes, con
ayudas económicas, intervenciones en sede política, etcétera. Y los clientes, a su vez, actuaban
como escolta armada. También había acuerdos entre candidatos para repartirse los votos
(coitiones) y para encontrar un empleo solía recurrirse a la commendatio, que era el apoyo para
conseguir un trabajo. Seguramente que al leer esto se habrán dado cuenta ya que esto es algo tan
usual en la actualidad en Perú.
36
Entre estas costumbres de la Antigua Mesopotamia y de la cultura romana, bien
podríamos adaptar a la fecha la repartición de votos, comisiones, dádivas a cambio de la votación
o promesas de trabajo futuro, por lo que suelen tener a casi todos los simpatizantes de las
campañas en los gobiernos locales. También tenemos a los que “invierten” en campañas políticas
a cambio de obras y servicio cuando el candidato salga electo, en fin.
En esta obra, el poeta Juvenal, a finales del siglo I, se queja con amargura de que el pueblo
romano, que antes luchaba activamente por sus derechos políticos, se conformaba en ese momento
con recibir gratuitamente trigo y espectáculos gratuitos. Esto que inició como una forma de
asistencialismo primero, y de mantener contenta a la población, por parte de los gobernantes de
turno, se convirtió en un tema de dominio público y político, produciendo en muchas ocasiones
tumultos y revueltas ante la carencia de alimentos en ciertas ocasiones del año. (Avial, 2009)
Cabe señalar también que, poco a poco, diversos magistrados comenzaron a hacer
donaciones de trigo o aceite cuando alcanzaban el cargo o en ocasiones puntuales para
congraciarse con la población.
Esto convirtió el reparto gratuito de alimentos en un arma de doble filo, utilizada por los
políticos para conseguir mayores apoyos. Poco a poco, y con todas estas medidas, la plebe
comenzó a sentirse depositaria de este derecho a recibir los alimentos de primera necesidad, ya
fuese a través de los repartos gratuitos o el establecimiento de un precio asequible. Por ello, los
emperadores tenían que encargarse de proveer a todos los ciudadanos y no solo a la plebe
frumentaria (el sector de la población que recibía el trigo de manera gratuita), de tal forma que
los momentos de carestía se convirtieron en etapas peligrosas que les hacían tambalearse en su
trono. (Avial, 2009).
37
Del loable afán para combatir el hambre, se pasó a ese casi chantaje que denuncia el dicho.
Según parece, un tercio de Roma llegó a recibir trigo sin tener que pagar nada. Una vez echada la
rueda a andar, nadie podía pararla, y más bien el contrario se fue agrandando. Por otra parte,
tenemos juegos, luchas, combates, festivales y teatros para que la gente se divierta y no pensara
mucho. (Curistoria, 2018).
También en la edad media, el auge de los señores feudales fue un caldo de cultivo para
prácticas deshonestas. Antonio Argandoña, catedrático de Ética Empresarial y profesor del Iese,
nos recuerda que no se cobraban auténticos impuestos. El campesino se buscaba la protección de
un señor feudal y a cambio le ofrecía algo de la tierra. Por su parte, Felipe II, rey de Francia en el
siglo XIII, imponía feroces impuestos a sus súbditos y les obligaba a fuertes donaciones, que no
eran otra cosa que ingresos que iban a sus arcas privadas. En el mismo periodo, se puede citar en
Italia el caso de Dante. El escritor sitúa a los corruptos en el infierno, pero fue declarado culpable
de haber recibido dinero a cambio de la elección de los nuevos priores y de haber aceptado
porcentajes indebidos por la emisión de órdenes y licencias a funcionarios del municipio. Fue
condenado al exilio. (Sandri, 2012).
El papado de los Borja merecería un capítulo aparte. Rodrigo Borja alcanzó el mandato
católico usando el nepotismo, o sea, otorgando puestos de poder político o religioso a familiares
y aliados sin importar sus capacidades para ocuparlos, sino más bien la lealtad y las alianzas por
intereses económicos. Este fue uno de los papas más polémicos de la historia, que enriqueció las
arcas de su familia con bienes de la Iglesia Católica y fue autor intelectual, junto a otros familiares,
de numerosos asesinatos, así como orgías en la Santa Sede. Incluso pretendió hacer del papado
una dinastía hereditaria. Es probable que haya muerto envenenado por su propio hijo, a los 72
años. (La Red 21, 2016).
38
Adam Smith, el máximo teórico del liberalismo, tuvo que admitir que “el vulgarmente
llamado estadista o político es un sujeto cuyas decisiones están condicionadas por intereses
personales”.
39
Debido a estos efectos altamente dañinos, el ordenamiento jurídico, a través del Derecho
Penal, ha considerado necesario reprimir y sancionar las conductas corruptas por parte de
funcionarios públicos (Novoa Curich, 2015). Razón por la cual, líneas más adelante, hacemos un
exhaustivo desarrollo del bien jurídico penalmente protegido en cada uno de estos delitos, y un
profundo análisis de las situaciones que originan estos actos ilegales, con la finalidad de
comprender y coadyuvar al mejor entendimiento de los efectos graves que sustentan la sanción
penal de estas conductas.
Vale decir, en ese sentido, que es sobre esta vertiente en la que vamos a desarrollar
nuestra investigación, para los fines y objetivos que buscamos, desglosando cada una de las
implicancias jurídicas de la corrupción, y tratando de determinar cuáles serían los medios para
combatirla. Al respecto, instrumentos internacionales como la Convención de las Naciones
Unidas contra la Corrupción o la Convención Interamericana contra la Corrupción, contemplan
la importancia y urgencia de establecer mecanismos al interior de los Estados para prevenir,
investigar y sancionar delitos de corrupción, debido al gran impacto económico y social que
genera.
En ese sentido, entonces, si bien estudiaremos cuáles son las consecuencias de la
corrupción, y cómo enfrentarla a través de los diferentes mecanismos legales, muy importante -y
motivo final de esta investigación-, es saber cómo prevenirla. Cabe señalar, finalmente, en este
punto que, sobre la materia, el Tribunal Constitucional, en sentencia del 3 de mayo del 2012,
recaída en el expediente 00017-2011, señala que, en reiterada jurisprudencia, ha señalado la
dimensión negativa de la corrupción, ya que socava la legitimidad de las instituciones públicas,
atenta contra la sociedad, las bases del Estado, el orden moral y la justicia, así como afecta el
desarrollo integral de los pueblos. Asimismo, esta entidad ha reconocido que la lucha contra la
corrupción es un mandato constitucional, y esta lucha parte también por prevenirla. En la misma
sentencia refiere que, conforme a lo manifestado también por la Organización de Naciones Unidas
ONU, la corrupción “representa una grave amenaza para la estabilidad y seguridad de las
sociedades al socavar las instituciones y los valores de la democracia, la ética y la justicia, al
comprometer el desarrollo sostenible y el imperio de la ley”. (Sentencia del Tribunal
Constitucional, 2012)
Vemos, por tanto, que no se trata únicamente de una sanción punitiva y listo,
solucionado el problema, sino que hay todo un engranaje de derechos afectados y daños conexos
que se generan en todas las instancias de gobierno, llegando a alterar las bases de nuestras
instituciones. Razón por la cual, la corrupción se estudia si bien desde una vertiente jurídica, que
vamos a desarrollar mayoritariamente en esta tesis; también se estudia desde una vertiente social,
filosófica y política, etc., que es también a lo que nos vamos a referir con el fin de tener un estudio
integral sobre el tema que nos convoca.
40
2.4.1.6.Clases de corrupción
Como hemos visto líneas atrás, en el devenir histórico la corrupción política ha sido objeto
de reproche moral en todas las sociedades, la mayoría incluso ya desde la antigüedad tomó
acciones punitivas al respecto. Cabe señalar, sin embargo, que no es sino hasta finales del siglo
pasado, que la corrupción política empieza a ser un tema de estudio importante. Esto se debe a
que comenzó a recibir una atención sin precedentes por los escandalosos casos de corrupción que
empezaron a surgir en todo el mundo, o a conocerse en realidad, debido a los medios tecnológicos
de los que empezamos a disponer, y que nos han llevado también a una globalización de las
comunicaciones e inmediatez de la información. Óscar Diego Bautista señala que este nuevo
interés se tradujo en la producción de una extensa bibliografía sobre diferentes aspectos de la
corrupción, y la inclusión del estudio de ‘ética pública’ en los programas académicos, como una
respuesta en la lucha contra este flagelo. También en la discusión pública, la corrupción política
comenzó a ganar protagonismo, especialmente con el amplio despliegue mediático que tuvieron
los escándalos de corrupción de diferentes países, lo cual obedecía a la demanda por información
sobre el tema y, a la vez, contribuyó a alimentar el nuevo interés de los ciudadanos por conocer y
denunciar los actos corruptos (Diego Bautista, 2005). Es tal la fuerza y organización de esta nueva
ciudadanía que, a través de las redes sociales incluso, sino cuentan con la cobertura de los medios
tradicionales, han sido capaces de desmantelar sendas organizaciones delictivas y ponerlas en
evidencia ante la opinión pública.
41
La corrupción política es omnipresente y persistente, porque está en toda clase de
sociedad, en todos los sistemas políticos; y no solamente está, sino que no se va; su relevancia
dependerá de los controles jurídicos e institucionales y de la sensibilidad social respecto a la
misma y el grado social de admisibilidad, pero en todo caso la corrupción persiste; hasta el punto
de que algunos estudiosos del fenómeno llegan a catalogarle como un hecho natural. (SORIANO,
2011)
Entre las consecuencias de la corrupción política podemos señalar que, por un lado,
encontramos las directamente económicas, que es la cantidad de dinero que una corruptela ha
sustraído. Pero no solo es eso, en los impactos económicos además está la erosión de la libre
competencia. El empresario corrupto, aunque sea tremendamente ineficiente, siempre se va a
llevar el contrato del servicio. También la reducción de la inversión, pues los países con un alto
índice de corrupción son menos atractivos para la inversión privada. Por otro lado, tenemos las
consecuencias políticas: Los ciudadanos, ante la proliferación de muchos escándalos de
corrupción política, desconfían del sistema y se produce su deslegitimación. También,
internacionalmente, la imagen del país se ve deteriorada. (Soto, 2003)
42
La Corrupción burocrática o administrativa: Afecta los niveles intermedios y bajos
de las instituciones públicas respecto de la ejecución de las normas y del trato con los ciudadanos.
La corrupción administrativa es la actuación contraria a las normas legales y a la ética, de los
cuadros del Estado y el Gobierno, del dirigente o funcionario, en el ejercicio de su cargo o función
(Reflexiones sobre la corrupción administrativa). Esta puede ser prevenida y perseguida siempre
que exista voluntad política y la capacidad para implementar las normas y mecanismos de control
necesarios.
Como podemos apreciar, de este concepto se desprende que si bien la corrupción política
recae sobre quienes ostentan una función por elección popular, pueden incurrir en corrupción
administrativa todos los servidores públicos, en sus distintos grupos, ya sean elegidos o no por
elección popular.
La Ley N° 30057, Ley del Servicio Civil, en el artículo 2°, clasifica a los servidores civiles
(públicos) en cuatro grupos: funcionario público, directivo público, servidor civil de carrera y
servidor de actividades complementarias; en esta clasificación encontraremos que el primer
grupo, es decir, el grupo de funcionarios públicos, está compuesto en primer orden por los
funcionarios de elección directa y popular. Es la escala más alta según en el marco del servicio
civil, y sobre ellos recae la corrupción política por la representación que ostentan debido a la
elección ciudadana (Rojas Ríos, 2017). Entonces, los servidores civiles (públicos) que no son
elegidos por elección popular, incurren en corrupción administrativa.
43
La ausencia de información y la falta de rendición de cuentas de los/as
funcionarios/as, así como la poca participación de la ciudadanía en el
seguimiento a las acciones gubernamentales.
La degradación moral y la ausencia de ética en el ejercicio de las funciones
públicas, el interés fundamental para acceder a posiciones públicas se debe
principalmente al interés por engrosar el patrimonio personal.
La impunidad prevaleciente ante los actos de corrupción denunciados, lo que
envía el mensaje de que la trasgresión de las normas no conlleva penalidad.
La complicidad de diferentes sectores con la corrupción (La Corrupción,
características y consecuencias en República Dominicana, 2003).
La Corrupción Judicial: Son aquellos actos en los cuales la conducta del juez o
empleado judicial vulnera el principio de imparcialidad en un proceso judicial, con mira a la
obtención de un beneficio indebido o ilegal para sí mismo o para un tercero. Beneficio que puede
ser material o financiero como inmaterial y, en ese sentido, son manifestaciones de corrupción
judicial la acción del funcionario judicial que recibe dinero para agilizar un trámite, la del que
pierde el expediente por un precio, como la actuación del juez que no toma en cuenta evidencia
con el afán de justificar la absolución de un inculpado de alto perfil político o poder económico.
En esta nociva práctica judicial aparece de forma casi necesaria la figura del abogado, como
agente corruptor de la judicatura, estructurando una relación en la que obtienen beneficios mutuos
(Diccionario Jurídico: Corrupción Judicial, 2015)
Sin embargo, según lo que nos recuerda Beatriz Mejía en su artículo: “Corrupción Judicial
en Perú: Causas, Formas y Alternativas”, en marzo del año 2000, en el ocaso de la dictadura
fujimorista, el Perú figuraba en el ranking mundial de la corrupción, paradójicamente, como uno
de los países menos corruptos de América Latina. Esto evidenciaba el eficaz trabajo de promoción
de imagen-país que realizó el gobierno de Alberto Fujimori en la década de los 90, utilizando
rostros de peruanos con prestigio internacional para encubrir los altos y extendidos niveles de
corrupción política, social y económica promovida desde el aparato estatal. Esto nos demuestra,
vale decirlo también, que estos rankings o muestras aleatorias, no representan necesariamente la
verdadera realidad de los países.
44
Cabe señalar que, durante la dictadura fujimorista, la corrupción judicial se construyó
sobre un sofisticado sistema de impunidad, en la que la administración de justicia fue ejercida en
un 80 % por fiscales y jueces en condición de provisionales, los mismos que demostraron en su
actuación funcional dos características: una deficiente formación moral y profesional, que
facilitaron su sometimiento al poder. Vladimiro Montesinos se encargó de dirigir toda la estrategia
de instrumentalización del sistema de justicia, desde el Servicio de Inteligencia Nacional; y el
Congreso de la República, absolutamente controlado, permitió la legalización de medidas de
reorganización judicial que no hicieron sino promover las condiciones de sometimiento del Poder
Judicial y del Ministerio Público. Sin embargo, es menester señalar que la corrupción judicial,
como la corrupción en los demás poderes del Estado, no comienza ni termina con Fujimori y
Montesinos, por lo que, con su reclusión, la corrupción no acaba. Si bien ambos reorganizaron el
aparato estatal llevándolo a índices de corrupción inimaginables, la corrupción viene
arrastrándose de mucho tiempo atrás, y se ha mantenido en las siguientes décadas posteriores.
Veamos ahora cuáles son las causas específicas de la corrupción judicial (Mejía, 2001):
Este tipo de corrupción se da cuando las más altas autoridades del país actúan
concertadamente en una red de corrupción. Se trata del uso sistemático y generalizado de la
institución pública para la obtención de un beneficio privado, reduciendo la calidad y la cantidad
de los servicios prestados. En este caso, se dan patrones de conductas corruptas ascendentes, que
hacen que el sistema dependa de la corrupción para su propia supervivencia. Los niveles de
corrupción llegan a oficiales públicos de alto nivel que toman decisiones sobre contratos públicos
o grandes proyectos. La corrupción se extiende como norma en el sistema y la impunidad protege
a toda la institución corrupta. (Centro Comunitario de Aprendizaje CCA, México 2007)
45
Cuando la corrupción está ampliamente extendida, es decir se vuelve sistémica, para
combatirla se le debe analizar como una totalidad, abarcando en el análisis los diversos
componentes y redes sociales, económicas y políticas que miden los parámetros de las políticas
públicas; y su combate requiere de esfuerzos nacionales de largo plazo orientados a rediseñar la
relación entre el Estado y la sociedad, en donde se debatan propuestas y se obtengan consensos
sobre los parámetros éticos exigibles a los funcionarios públicos, autoridades, congresistas y
partidos políticos.
En sociedades con una corrupción sistémica, si bien las normativas legales existen, no se
cumplen. Los casos de corrupción se dan con frecuencia y por lo general quedan impunes. Las
reglas informales se van instalando. Se sabe que el soborno es ilegal, sin embargo, se asume como
práctica usual en las relaciones con el sector público. En la corrupción sistémica, existen
incentivos perversos muy enraizados en la función pública, donde el sector privado y los usuarios
de los sistemas públicos en vez de combatirlos por los costos que supone para toda la sociedad,
prefieren convivir con ellos porque le resulta más fácil que pretender cambiarlos. Esta situación
por lo general ocurre tanto a nivel nacional como a nivel local, y no es exclusivo de un país
solamente.
46
El cuadro precedente, elaborado por el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), a octubre
2017, nos arroja al número de sentenciados con penas efectivas por delitos de corrupción en
nuestro país. Las cifras en malversación de fondos, corrupción en auxiliares judiciales,
enriquecimiento ilícito y cohecho activo genérico son los delitos que menores cifras reportan; en
tanto el peculado, la colusión y el cohecho pasivo propio registran las mayores cifras.
En cifras más actuales, la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de
Funcionarios (FECOF), ha reportado un total de 1581 condenas contra funcionarios públicos
acusados de delitos de corrupción en el Perú, durante el 2019. Los delitos con mayor índice de
denuncias fueron peculado con 3,992 y colusión con 1,877; mientras que las prisiones preventivas
sumaron 222 medidas cautelares (La Industria, 2020).
Así mismo, el Ministerio Público ha informado que, a dos meses de iniciado el estado de
emergencia, se viene investigando a nivel nacional 653 presuntos casos de corrupción, de los
cuales la mayoría son delitos de peculado, malversación de fondos, colusión y negociación
incompatible. Vemos como peculado y colusión siguen siendo los delitos de corrupción más
reiterativos entre las autoridades y los funcionarios públicos de nuestro país. (Instituto de
Democracia y Derechos Humanos PUCP, 2020)
A continuación, a estudiar cada uno de estos delitos, y por qué la tendencia a repetirse
unos más que otros en la administración pública, y en al menos los tres últimos años. Los candados
en estos casos deben ser más rigurosos, pues hay algo que les permite a estos funcionarios realizar
con facilidad estos delitos. Es claro que algo no está bien, tampoco en la estructuración y
administración de los bienes o fondos públicos, y en el acceso que se tiene a estos recursos, para
beneficio propio o de terceros, como es el caso del peculado.
2.4.2.1.Delito de cohecho.
Es el delito de corrupción de funcionarios por excelencia, representa un conjunto de
delitos consistentes en la compra-venta de la función pública. La característica común de estos es
su “bilateralidad” o la naturaleza de “delitos de participación necesaria”, ya que siempre son dos
las partes que intervienen: El funcionario que acepta o solicita el “pago” por la venta de la función
pública; y por el otro lado, el sujeto que compra el “servicio” o recibe el ofrecimiento del
funcionario. Los principales delitos de cohecho o corrupción de funcionarios son dos: Cohecho
pasivo y Cohecho activo. (Los delitos contra la Administración Pública en el Código Penal
Peruano, 2003)
Esta es una práctica que, lamentablemente, se ha venido normalizando en nuestro país, a
través de la entrega de “coimas” o sobornos a funcionarios públicos para evitar recibir alguna
sanción, como por ejemplo sucede con los policías y las multas, o el pago para agilizar algún
proceso ante alguna entidad pública. Estos actos constituyen delitos, los cuales se encuentran
tipificados en los artículos 393, 394, 395 y 397 del Código Penal peruano.
De acuerdo con el Sistema Nacional Especializado de Delitos de Corrupción de
Funcionarios, entre los años 2014 a 2017, el 33.5% de los procesos fue por el delito cohecho.
(Chanjan Document, 2018) Asimismo, conforme al Reporte de la Corrupción de la Defensoría
del Pueblo, de las 543 personas privadas de libertad por la comisión de delitos contra la
administración pública, 246 lo estaban por el delito de cohecho, siendo este el número más alto
de condenas en el 2017. (Defensoría del Pueblo, 2017)
47
Tomando en cuenta la relevancia de este delito, IDEHPUCP nos presenta 10 claves
para reconocer que estamos ante el delito de cohecho. (Instituto de Democracia y Derechos
Humanos, 2019)
Es necesario mencionar que dentro del delito de cohecho se encuentra el cohecho pasivo
propio, el cohecho pasivo impropio y el cohecho activo genérico. La característica común de estos
delitos es su bilateralidad, porque son dos partes las que intervienen en su comisión.
Si bien son dos sujetos los que actúan, esto no implica que haya coautoría, ya que el
tercero que se beneficia del actuar del funcionario público será sujeto activo del delito de cohecho
activo genérico.
El bien jurídico tutelado se va a distinguir en función del delito de cohecho frente al que
nos encontremos. En el caso del cohecho pasivo propio será la imparcialidad en el ejercicio de la
función pública, puesto que el funcionario dejará de cumplir con el deber de neutralidad que se le
exige para actuar de acuerdo a los intereses de un tercero.
El bien jurídico tutelado por el delito de cohecho pasivo impropio será la gratuidad de la
función pública, ya que el servidor público recibe un beneficio para cumplir con sus obligaciones.
Por las cuales el tercero no debería pagar para que se realicen.
En el caso del cohecho activo podríamos estar frente a cualquiera de los bienes jurídicos
ya mencionados. Esto dependerá de si el tercero ofreció, prometió o entregó algún tipo de
beneficio al funcionario público para que incumpla o no sus obligaciones.
3. Las conductas:
Las conductas que sanciona el Código Penal con el delito de cohecho pasivo son cuatro:
aceptar, recibir, solicitar y condicionar.
El acto de aceptar implica tolerar, admitir, consentir el beneficio (promesa, favor, objeto
material) otorgado por el tercero.
El acto de solicitar implica el pedir, gestionar, requerir, de forma directa o indirecta, algo
a cambio.
48
Finalmente, condicionar significa que el servidor público le garantiza al tercero que si
le entrega un donativo actuará en su beneficio; de lo contrario, en su perjuicio.
En el caso del cohecho activo, las conductas que se sancionan también son tres: ofrecer,
dar y prometer.
El acto de dar, se puede realizar con motivo de la solicitud del funcionario o porque el
mismo tercero facilite, entregue, otorgue cierto beneficio.
El acto de prometer implica que el tercero anuncie, pacte o proponga al funcionario algún
tipo de beneficio.
En cualquiera de los casos basta que se dé una de las conductas mencionadas para estar
frente al delito de cohecho.
Cuando el Código Penal menciona que existe un beneficio, este no necesariamente tiene
que ser económico, ya que también puede tratarse de un favor sexual o sentimental.
La idea principal es que este beneficio motive la actuación del funcionario público para
violar o no sus obligaciones.
En el caso de que el funcionario solicite o acepte el beneficio para infringir o cumplir sus
funciones estaremos ante un cohecho antecedente. En el caso de que se dé a consecuencia de
haber faltado o cumplido a sus obligaciones estaremos ante un cohecho subsiguiente.
Si el funcionario público utiliza a otra persona para recibir el beneficio podrá ser
considerado como autor mediato siempre que se verifique que la persona ha sido
instrumentalizada (por encontrarse en una situación de error, inimputabilidad, coacción, etc.).
49
7. Consumación:
En el caso del cohecho pasivo (propio o impropio) el delito se consuma con el simple
hecho de aceptar o recibir el donativo, promesa o ventaja ya sea para actuar conforme o en contra
de sus obligaciones. No será necesario que esto último se configure.
Nuestro Código Penal recoge otros tipos penales relacionados a los delitos de cohecho.
Así pues, por ejemplo, tenemos el delito de soborno internacional pasivo (artículo 393-A del
Código Penal, que sanciona al funcionario de otro Estado o de un organismo internacional público
que acepta, recibe o solicita una ventaja o beneficio); el cohecho pasivo específico (artículo 395
del Código Penal que sanciona de manera específica a Magistrados, Árbitros, Fiscales, Peritos,
Miembro de Tribunal Administrativo o cualquier otro análogo a los anteriores que acepte, reciba
o solicite un donativo o ventaja); el cohecho pasivo propio e impropio en el ejercicio de la función
policial (artículos 395-A y 395-B del Código Penal, respectivamente) y el delito de corrupción
pasiva de auxiliares jurisdiccionales (artículo 396 del Código Penal, que sanciona a funcionarios
como secretarios judiciales, relatores, especialistas, auxiliares jurisdiccionales o cualquier otro
análogo a los anteriores).
Asimismo, existen otros delitos asociados al delito de cohecho activo como el cohecho
activo internacional (artículo 397-A), cohecho activo específico (artículo 398 del Código Penal)
y el cohecho activo en el ámbito de la función policial (artículo 398-B del Código Penal).
Debemos advertir que los delitos de cohecho (pasivo) podrían confundirse con el delito
de concusión (artículo 382 del Código Penal).
Las penas previstas para estos delitos en nuestro Código Penal son las siguientes:
- Cohecho pasivo propio (artículo 393 del Código Penal): Las penas se
distinguen de la siguiente manera:
El funcionario que acepte o reciba donativo, promesa o cualquier otra ventaja,
recibirá una pena privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de ocho años;
inhabilitación conforme a los incisos 1 y 2 del artículo 36 del Código Penal:
50
(Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque
provenga de elección popular; e incapacidad o impedimento para obtener
mandato, cargo, empleo o comisión de carácter público). Así mismo, puede ser
sancionado con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa.
- Cohecho pasivo impropio (artículo 394 del Código Penal): Las penas se
distinguen de la siguiente manera:
51
- Cohecho Activo Impropio: Se da cuando el funcionario o particular ofrece,
da o promete donativo, ventaja o beneficio para que el funcionario o servidor
público realice u omita actos propios del cargo o empleo, sin faltar a su
obligación. En este caso, puede recibir una pena privativa de libertad no menor
de tres ni mayor de cinco años; inhabilitación conforme a los incisos 1, 2 y 8
del artículo 36 del Código Penal: (Privación de la función, cargo o comisión
que ejercía el condenado, aunque provenga de elección popular; incapacidad
o impedimento para obtener mandato, cargo, empleo o comisión de carácter
público; privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u otras
distinciones que correspondan al cargo, profesión u oficio del que se hubiese
servido el agente para cometer el delito). Así mismo, puede ser sancionado
con hasta trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta días-multa. (David
Torres Pachas y Marie Gonzales Cieza, 2019).
El delito de Abuso de Autoridad está previsto en el Art. 376 del Código Penal, en el cual
se establece que “el funcionario público que, abusando de sus atribuciones, comete u ordena, en
perjuicio de alguien, un acto arbitrario cualquiera, será reprimido con pena privativa de libertad
no mayor de 2 años”. El delito de Abuso de Autoridad, en nuestro ordenamiento, está orientado
a evitar el ejercicio de un poder arbitrario, poner ciertos parámetros a la excesiva discrecionalidad
del Juez o funcionario, y no tiene correspondencia con el delito de abuso del cargo para obtener
ventajas individuales.
Cabe señalar que al Código Penal de 1991 se le presentó una reforma importante, el 3 de
agosto de 2010. Aquí la Corte Suprema de Justicia presentó ante el Congreso de la República el
“Proyecto de Ley de Reforma de los Delitos contra la Administración Pública”, en el cual
proponía una serie de cambios en la regulación de determinados delitos contra la
Administración Pública, entre los cuales se encontraba la modificación del delito de abuso de
autoridad (Pariona Arana R. , 2016).
El texto del artículo 376 propuesto por la Corte Suprema señalaba: “El funcionario
público que, abusando de sus atribuciones, comete u ordena un acto arbitrario que cause un grave
perjuicio a alguien será reprimido con pena privativa de libertad no menor de tres años. Si los
hechos derivan de un procedimiento de cobranza coactiva, la pena privativa de libertad será no
menor de dos ni mayor de cuatro años”. La reforma propuesta fue justificada así: “El tipo penal
de abuso de autoridad genérico, previsto en el artículo 376°, es reformulado al sustituirse la frase
“acto arbitrario cualquiera”, por la de “acto arbitrario que cause un grave perjuicio a alguien”.
52
El cambio no es meramente terminológico; tiene relación con la observancia del principio
de subsidiaridad y fragmentariedad. El Derecho penal solo puede ocuparse de las conductas más
graves, circunstancia que no sólo está vinculada al abuso funcional del agente, sino también a que
el acto abusivo sea realmente gravoso para el sujeto pasivo. Toda otra conducta que no tenga la
suficiente entidad puede ser abordada perfectamente por otras disciplinas del Derecho, como por
ejemplo el Derecho administrativo disciplinario. En consonancia con la cláusula de gravedad, se
propone aumentar la pena conminada máxima en un año (tres años de privación de libertad).
Sin embargo, al pasar esta propuesta a la Comisión de Justicia y Derechos Humanos del
Congreso de la República, no fue aprobado en su totalidad, y por el contrario presentaron un texto
sustituto, en el que si bien reconoce en su Dictamen que “los casos de perjuicio no grave son
materia de dilucidación administrativa”, no aceptó la propuesta principal de la Corte Suprema,
que exigía la causación de un grave perjuicio como presupuesto de tipicidad por razones de
subsidiariedad y fragmentariedad penal, con la finalidad de evitar carga procesal innecesaria.
2. Sujetos:
A. Sujeto activo: Se refiere al funcionario público. Solo quien ostenta tal calidad especial y
el complejo de deberes especiales que dicha condición supone– puede ser autor de este delito.
Para la configuración del delito se requiere, además, que dicho funcionario deba encontrarse en
ejercicio de funciones, ejecutando tareas, deberes o funciones propias de su cargo.
B. Sujeto pasivo: Se refiere a aquel que sufre la acción arbitraria del funcionario público; es
aquel que la norma penal designa como el “alguien” que sufre las consecuencias del abuso de
autoridad, que es primariamente el ciudadano, una persona particular. También puede ser sujeto
pasivo del delito una persona jurídica.
Igualmente, sujeto pasivo del delito también es el Estado, puesto que el comportamiento abusivo
e ilegal del funcionario público afecta al Estado, en la medida que justamente un miembro y
“representante” del Estado es quien contrariamente a lo esperado infringe la ley, afectando la
legalidad y legitimidad de la administración pública. Esta afectación a la legitimidad es de suma
gravedad, pues degrada y debilita la institución de la administración pública y afecta el
cumplimiento de su rol constitucional. Desde otra perspectiva, queda claro que el titular del bien
jurídico es el ciudadano y el mismo Estado. (Pariona Arana R. , 2016).
53
3. Tipicidad Objetiva:
El tipo penal contiene dos modalidades: el cometer un acto arbitrario que cause perjuicio a
alguien, y el ordenar un acto arbitrario que cause perjuicio a alguien. Se trata de dos supuestos
independientes:
A. Acto arbitrario: El tipo penal hace referencia al acto arbitrario como resultado típico
necesario común a ambas modalidades. El “acto” arbitrario al que hace mención la norma
se refiere a cualquier acción arbitraria, independientemente de cómo se exprese o
materialice. En un Estado de Derecho, el funcionario público desempeña sus funciones
conforme lo dispone la ley, y no conforme a su libre voluntad. En el ámbito de
discrecionalidad, siempre reducido, que admite el Derecho, el funcionario debe proceder
con racionalidad, proporcionalidad, equidad y justicia.
B. Cometer u ordenar un acto arbitrario: El tipo penal del artículo 376 contiene dos
supuestos. El primer supuesto del delito de abuso de autoridad consiste en cometer un acto
arbitrario que cause un perjuicio a alguien. El legislador emplea aquí el verbo cometer
para hacer referencia a la realización del delito por parte del funcionario público. El delito
puede ser realizado de manera directa, por intermedio de otra persona o conjuntamente
con otras personas, lo que dará lugar a la autoría directa, autoría mediata o coautoría.
La segunda modalidad típica, que es la que tratamos en este punto, es ordenar un acto arbitrario
que cause perjuicio a alguien. Esta modalidad típica es un supuesto autónomo de autoría directa.
La gravedad del perjuicio típico ha sido resaltada por la propia Corte Suprema en su
famoso proyecto de ley de reforma de los delitos contra la administración pública, donde propuso
que esta gravedad esté expresamente regulada en la ley, a fin de esclarecer que no se trata de
cualquier perjuicio, sino de uno que refleje verdadera gravedad.
54
4. Tipo Subjetivo.
El delito de abuso de autoridad es un delito doloso. Para la configuración del dolo, se requiere
que el funcionario público sea consciente de que está realizando un acto arbitrario en perjuicio de
un tercero, que puede ser tanto una persona natural o jurídica. Se requiere la conciencia de que se
está extralimitando en sus funciones y perjudicando a una persona.
5. Pena.
El delito de abuso de autoridad es sancionado con pena privativa de libertad de hasta tres años.
Sin embargo, si la comisión del acto arbitrario deriva de un procedimiento de cobranza coactiva,
la pena prevista será no menor de dos ni mayor de cuatro años. Esta agravante es producto de una
reforma producida en el año 2004, y que tiene como precedente la presentación de una serie de
proyectos de ley que, entre los años 2001 y 2002, proponían modificaciones al procedimiento de
ejecución de cobranza coactiva.
Finalmente, es importante señalar que el Derecho Penal no procede frente a cualquier abuso de
funciones, cuya sanción corresponde al derecho administrativo disciplinario, sino únicamente
frente a actos arbitrarios graves con claro perjuicio de una persona.
2.4.2.3.Delito de prevaricato:
Según el artículo 418 del Código Penal, el delito de prevaricato se configura cuando “el
juez o el fiscal dicta resolución o emite dictamen, manifiestamente contrarios al texto expreso y
claro de la ley, o cita pruebas inexistentes o hechos falsos, o se apoya en leyes supuestas o
derogadas”. Esta figura protege el normal y correcto funcionamiento de la administración de
justicia, entendida esta como una actividad que engloba ciertos principios fundamentales; esto es,
de legalidad, independencia, imparcialidad e igualdad, y que busca garantizar que los funcionarios
públicos que administran justicia resolverán los conflictos de forma objetiva, sin pretender
beneficiar a una de las partes.
Lo que se castiga en vía penal son los incumplimientos más graves de los deberes
jurisdiccionales de los jueces y fiscales. En cuanto a los hechos no punibles que puedan cometer,
responden también en vía civil y disciplinaria.
55
2. Tipicidad Objetiva.
El agente es el Juez o el Fiscal que dicta resolución o sentencia. También, los magistrados
del Tribunal Constitucional toda vez que ellos están en la cúspide de la jurisdicción constitucional.
Las normas en cuanto a los deberes de Jueces y Fiscales están estipuladas, en el caso de
los primeros por la Ley Orgánica del PJ y la Ley de Carrera Judicial Nº 29277, mientras que los
segundos por su Ley Orgánica D.L. N° 052. También están considerados los jueces del fuero
especial militar.
Estos van a desarrollar varias conductas como dictar resolución o dictámenes contrarios
al texto expreso y claro de la ley; aplicar leyes supuestas o derogadas, o invocar hechos falsos.
3. Tipicidad Subjetiva.
Podemos señalar que lo injusto relevante como prevaricación dolosa está constituido por
la conciencia que tiene el magistrado que está adoptando una decisión que sale de la corrección
aplicativa del derecho y, que esa decisión es formal y materialmente contraria a derecho. El
magistrado actúa con conocimiento y decisión de ir contra la voluntad legislativa, atentar contra
la administración de justicia y causar perjuicio a una de las partes procesales. La doctrina nacional
no considera la existencia de dolo eventual, sólo el dolo directo.
En cuanto a una forma culposa, se tiene que en el ordenamiento penal peruano no está
previsto el prevaricato imprudente como si lo está en la legislación española en el artículo 447 del
Código Penal, esto es que el magistrado resuelve con manifiesta injusticia, pero con grave omisión
del deber objetivo de cuidado. Esta conducta en todo caso puede ser investigada a nivel
administrativo. (Arbulú Martínez, 2014).
4. Pena.
Este delito está sancionado con pena privativa de libertad no menor de tres ni mayor de
cinco años y es complementada con la accesoria de Inhabilitación conforme al artículo 426 del
Código Penal que sanciona con dicha pena de uno a tres años concordado con el artículo 36º,
incisos 1) Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque provenga
de elección popular y 2) Incapacidad para obtener mandato, cargo, empleo o comisión de carácter
público.
56
2.4.2.4.Delito de tráfico de influencias
Según el artículo 400° del Código Penal: “El que, invocando o teniendo influencias reales
o simuladas, recibe, hace dar o prometer para sí o para un tercero, donativo, promesa o cualquier
otra ventaja o beneficio con el ofrecimiento de interceder ante un funcionario o servidor público
que ha de conocer, esté conociendo o haya conocido un caso judicial o administrativo, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de seis años y con ciento
ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa”.
Tenemos también al comprador de las influencias y/o al que iba a ser beneficiado
por las mismas, que de ninguna manera es sujeto pasivo de la acción. Así, tampoco
se considerará como sujeto pasivo del delito al funcionario o servidor sobre el que
la persona se ofrece a interceder. El único afectado por este acto de corrupción y,
por consiguiente, destinatario de la reparación civil-, es el Estado peruano. (Padilla
Trinidad & Gonzáles Cieza, 2019).
Como bien sabemos, cada delito de corrupción tutela un bien jurídico específico. En el caso
de Tráfico de Influencias, la determinación del bien jurídico protegido sigue siendo un tema
problemático en la doctrina y jurisprudencia penal, que obedece a diversas teorías, entre ellas, la
teoría de la institucionalidad de la administración pública. Según esta teoría, se considera que la
institucionalidad es el conjunto de valores, principios y deberes que definen la labor de los
funcionarios públicos (GUIMARAY MORI, 2012).
57
En ese sentido, la institucionalidad se debe proteger incluso de aquellas conductas que -sin
transgredirla de manera directa y efectiva- contribuyen con la corrupción y muestran a la
administración pública como un ente débil e influenciable por intereses particulares ilegítimos
(MONTOYA VIVANCO, 2015). Entonces, lo que se busca prevenir aquí es que se perciba a la
administración pública como transable.
La conducta que sanciona el Código Penal con este delito es el acuerdo para interceder, es
decir, no basta con el mero ofrecimiento, sino que la otra parte debe aceptar de tal forma que
cuando se produce ese acuerdo recién es penalmente relevante la conducta. El mero ofrecimiento
a interceder ante un funcionario o servidor público, no constituye el delito.
En ese sentido, es importante ratificar que no es necesario que se llegue a influir o interceder
de manera efectiva, por lo que basta el ofrecimiento y la aceptación de la otra parte para considerar
consumado el delito de tráfico de influencias.
A cambio del ofrecimiento a interceder ante el funcionario o servidor público, el tipo penal
exige además que el traficante incurra en cualquiera de las siguientes modalidades: recibir, hacer
dar o prometer para sí o un tercero donativo, promesa o cualquier otra ventaja o beneficio.
En otras palabras, el artículo 399° de nuestro código penal sanciona la conducta por la
cual un funcionario o servidor público se aprovecha indebidamente de su cargo al mostrar un
interés particular que entra en colisión con los intereses públicos o estatales.
Según cifras del Ministerio Público, entre el 2016 y 2018, de los 18,343 procesos por
delitos de corrupción de funcionarios, el 13. 5 % son por el delito de negociación incompatible.
(Chanjan Document, Rafael; Solis Curi, Ericka; Puchuri Torres, Flavio, 2018). Es decir que se
trata de un delito con un considerable porcentaje de incidencia en nuestro país.
58
Por otro lado, el sujeto pasivo de este delito es el Estado, a quien el funcionario público
perjudica al dejar de actuar en base al interés general.
3. La conducta sancionada:
Es importante señalar que para la consumación de este delito no resulta necesario que el
funcionario público obtenga un provecho económico o alcance la finalidad prevista. Así no genere
un beneficio económico particular o un perjuicio para el Estado, el hecho de interesarse
indebidamente ya genera una conducta tipificada en nuestro ordenamiento jurídico.
4. Objeto:
59
5. La Pena:
El Art. 401 del Código Penal establece que “el funcionario o servidor público que por
razón de su cargo se enriquece ilícitamente será reprimido con pena privativa de la libertad no
menor de 5 ni mayor de 10 años”.
El enriquecimiento ilícito es un delito especial, lo cual quiere decir que sanciona a quien
ostenta una posición institucionalizada. En ese sentido, el sujeto activo siempre es un funcionario
público, quien se aprovecha su cargo para incrementar ilícitamente su patrimonio.
El afectado o sujeto pasivo de este delito es el Estado, pues los funcionarios y servidores públicos
dejan de lado el interés general que deben resguardar.
El bien jurídico protegido será el correcto y normal ejercicio de las funciones de los cargos
y empleos públicos. Esto quiere decir que se busca que el funcionario actué conforme a los
deberes que posee en razón de su cargo.
En palabras de Salinas Siccha, los principios que engloba este bien jurídico son la
protección de la transparencia y la probidad que sustentan el ejercicio de las funciones de los
sujetos públicos. (SALINAS SICCHA R. , 2019)
60
En virtud del principio de transparencia se le puede exigir al funcionario mantener su
patrimonio acorde a los ingresos que le corresponden de acuerdo a ley. Y en base al principio de
probidad, el funcionario debe conducir su actuar, procurando satisfacer el interés general.
3. Conducta típica:
La conducta que sanciona el Código Penal con este delito es el incremento ilícito del
patrimonio, que abarca tanto los actos de incorporación de bienes al patrimonio como la
disminución de pasivos.
Para medir tal incremento se tendrá en cuenta la declaración jurada que realiza el funcionario
antes de asumir sus funciones como tal. De no existir declaración jurada, la medición del
patrimonio se hará a partir de la declaración del impuesto a la renta y los signos exteriores de
riqueza.
4. Pena:
En el enriquecimiento ilícito simple, según el primer párrafo del artículo 401, la pena
puede ser:
En el enriquecimiento ilícito agravado, según el segundo párrafo del artículo 401, la pena
puede ser:
61
Privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u
otras distinciones que correspondan al cargo, profesión u oficio
del que se hubiese servido el agente para cometer el delito.
2.4.2.7.Delito de peculado
Este delito se encuentra tipificado en el artículo 387° del Código Penal: “El funcionario
o servidor público que se apropia o utiliza, en cualquier forma, para sí o para otro, caudales o
efectos cuya percepción, administración o custodia le estén confiados por razón de su cargo, será
reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de ocho años y con ciento
ochenta a trescientos sesenta y cinco días-multa. Cuando el valor de lo apropiado o utilizado
sobrepase diez unidades impositivas tributarias, será reprimido con pena privativa de libertad no
menor de ocho ni mayor de doce años y con trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta días-
multa.
Si el agente, por culpa, da ocasión a que se efectúe por otra persona la sustracción de
caudales o efectos, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con
prestación de servicios comunitarios de veinte a cuarenta jornadas. Constituye circunstancia
agravante si los caudales o efectos estuvieran destinados a fines asistenciales o a programas de
apoyo social. En estos casos, la pena privativa de libertad será no menor de tres ni mayor de cinco
años y con ciento cincuenta a doscientos treinta días-multa”.
En el caso del peculado culposo, el sujeto activo será el funcionario o servidor público que,
por culpa, da ocasión a que otra persona sustraiga los caudales o efectos públicos.
62
2. Bien jurídico protegido:
ii) Evitar el abuso de poder del que se halla facultado el funcionario o servidor
público, resguardando así los deberes funcionales de lealtad y probidad.
Es importante señalar, por otro lado, que los objetos sobre los que recaen las conductas
sancionadas en el delito de peculado son los caudales o efectos públicos. Un bien tendrá dicha
naturaleza siempre que esté destinado a cumplir finalidades públicas.
3. Conducta típica:
Apropiarse supone que el funcionario dispone personalmente del caudal o efecto público
que tiene consigo por razón de su cargo, contraviniendo así los deberes funcionariales que le
fueron encomendados.
Utilizar implica que el funcionario se sirva del bien público para beneficiarse o beneficiar
a un tercero, sin tener la intención final de apoderarse, es decir, no existe ánimo de dominio. En
palabras de Ramiro Salinas, usar: “presupone una previa separación del bien de la esfera pública
de custodia y darle una aplicación privada temporal a los bienes sin consumirlos, para regresarlos
o reintegrarlos luego a la esfera de la administración pública”. (SALINAS SICCHA R. , 2011)
Dar ocasión a la sustracción del bien significa faltar a los deberes de cuidado debido en la
percepción, administración o custodia de los caudales o efectos públicos que tiene el servidor
público. Este cuidado debido, no puede ser mayor al que naturalmente puede exigirse al
funcionario en razón de lo establecido en los reglamentos o más de lo que podría cumplir debido
a sus capacidades personales limitadas. (Chanjan Document, 2018).
4. La pena:
63
Ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días multa.
Agravante: Cuando el valor de lo apropiado o utilizado sobrepasa diez unidades
impositivas tributarias, o si los caudales o efectos estuvieron destinados a fines
asistenciales, programas de ayuda o de inclusión social. En este caso, la pena
privativa de libertad es no menor de ocho años ni mayor de 12 años. Además de
los considerandos en los incisos 1, 2 y 8 del artículo 36, se aumenta a trescientos
sesenta y cinco o setecientos treinta días multa.
Este delito se encuentra tipificado en el artículo 389° del Código Penal: “El funcionario
o servidor público que da al dinero o bienes que administra una aplicación definitiva diferente de
aquella a los que están destinados, afectando el servicio o la función encomendada, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de cuatro años y con ciento ochenta a
trescientos sesenta y cinco días-multa. Si el dinero o bienes que administra corresponden a
programas de apoyo social, de desarrollo o asistenciales y son destinados a una aplicación
definitiva diferente, afectando el servicio o la función encomendada, la pena privativa de libertad
será no menor de tres ni mayor de ocho años y con trescientos sesenta y cinco días-multa”.
El número de personas en prisión por la comisión de este delito es menor frente a otros
delitos de corrupción como el cohecho, colusión o peculado. De acuerdo con el Reporte de la
Corrupción de la Defensoría del Pueblo, de las 543 personas privadas de libertad por la comisión
de delitos contra la administración pública, solo 1 lo estaba por el delito de malversación, siendo
este el número más bajo de condenas en el año 2017.
2. Sujetos:
64
Dicha relación debe permitir la aplicación de los bienes a los fines oficiales. Si este
elemento no se presenta, no se puede configurar el delito. El sujeto pasivo de este delito es el
Estado, pues se está utilizando parte del patrimonio para fines distintos a los establecidos en pro
del interés público.
3. Conducta típica:
La conducta que sanciona el Código Penal con este delito es dar aplicación definitiva
diferente a la establecida al dinero o bienes públicos.
5. Pena:
65
Inhabilitación, conforme a los incisos 1, 2 y 8 del artículo 36.
Privación de la función, cargo o comisión que ejercía el condenado, aunque provenga
de elección popular; Incapacidad o impedimento para obtener mandato, cargo,
empleo o comisión de carácter público;
Privación de grados militares o policiales, títulos honoríficos u otras distinciones que
correspondan al cargo, profesión u oficio del que se hubiese servido el agente para
cometer el delito.
Trescientos sesenta y cinco a setecientos treinta días multa.
El legislador, en el primer párrafo del artículo 384° CP, se refiere a la concertación que
busca defraudar al Estado en sentido amplio o general (modalidad de peligro), mientras que en el
segundo párrafo alude específicamente a la defraudación al patrimonio del Estado, para lo cual
aumenta el rango de pena (modalidad agravada) (Peña Cabrera Freyre, 2011)
Según la Defensoría del Pueblo, hasta finales del 2016, el segundo delito de corrupción
más frecuente (por cantidad de procesos en curso) fue la colusión con 4493 procesos. Asimismo,
hasta octubre de 2017, la colusión fue el tercer delito de corrupción que tiene mayor número de
internos en establecimientos penitenciarios a nivel nacional (83 internos en total). (Puchuri, 2018)
El bien jurídico protegido en este delito es el patrimonio del Estado, ello en virtud de la
tutela de la contratación administrativa, u otros modos de contratación (civil, laboral, comercial,
etc.) de naturaleza económica, en la que se proscribe toda forma de concertación, acuerdo previo
o alguna conjunción de voluntades que suponga la defraudación que acarree en perjuicio del
Estado. (García Cavero, 2008).
66
2. Sujetos:
Al ser el delito de colusión un delito especial, el sujeto activo solo puede ser un agente
cualificado. En este caso será el funcionario o servidor público con poder de decisión. Este poder
de decisión comprenderá que el sujeto activo pueda participar o intervenir en la celebración de
contratos, suministros, licitaciones, concurso de precios, subastas en representación o a favor del
Estado. (UGAZ ZEGARRA, 2017).
3. Conducta típica:
4. Pena:
67
correspondan al cargo, profesión u oficio del que se hubiese servido el agente
para cometer el delito. Así mismo, se puede sancionar con trescientos sesenta
y cinco a setecientos treinta días multa.
Así, las autoridades o funcionarios robaban, luego huían, esperaban un tiempo a que
prescriban sus delitos y luego regresaban a “disfrutar” de lo robado ante la vista de todos. En el
colmo de la desvergüenza, algunos regresaban a postular nuevamente a la alcaldía del distrito o
provincia en el que robaron anteriormente.
La prescripción es una institución de antigua y larga tradición histórica, que implica una
autolimitación o renuncia del Estado a la sanción jurídica, por el transcurso del tiempo, y cuya
justificación se pretende basar en el principio de seguridad jurídica, es decir que no se le pueda
seguir eternamente a un investigado. Salvo en algunas excepciones, como los delitos de
corrupción, que ya veremos más adelante. Así, vemos que la prescripción surge desde el Derecho
Romano, en que por la Ley de las XII Tablas, la usucapión de cosas muebles operaba al cabo de
un año y la de los inmuebles a los dos. Justiniano elevó esos plazos a tres años para los muebles
y a diez o veinte años para los inmuebles, según que los interesados pertenecieran a igual o
diferente jurisdicción. En cuanto a las acciones civiles, en un principio en la Antigua Roma fueron
perpetuas, mientras las honorarias regían por un año útil desde que eran concedidas. Sin embargo,
el paso del tiempo unido a la inacción del titular hizo necesario establecer un lapso temporal que
asegurara la estabilidad de ciertas relaciones. En el año 424 el emperador Teodosio II estableció
un plazo general de treinta años (con algunas excepciones) para extinguir las acciones por medio
de la prescripción. (La Guía de Derecho, 2009)
68
En ese sentido podemos afirmar, como Landa Arroyo, que: “la prescripción como límite
al poder punitivo del Estado se ha convertido en un arma eficaz para lograr la impunidad”.
(Pereyra Villar, 2017)
Otro autor, Víctor Prado, sostiene que “la prescripción puede definirse como el transcurso
del tiempo que extingue la persecución de un delito o la ejecución de una pena. No obstante, en
un plano más técnico se identifica a la prescripción como la pérdida, por parte del Estado, de la
facultad de ejercitar en un caso concreto el jus puniendi” (Prado Saldarriaga, 1996). Es decir, es
el Estado quien pierde esta facultad de sancionar un delito, por el transcurrir del tiempo, limitando
su acción punitiva.
Cabe señalar que, ya desde 1994 el legislador peruano duplicó el plazo de prescripción
de la acción penal para los funcionarios públicos (delitos de infracción de deber). Esta medida fue
muy importante, pero no fue suficiente, pues no en todos los delitos cometidos por funcionario
público se duplica el plazo de prescripción. Se duplica en aquellos ilícitos cometidos por
funcionarios públicos que afecten "el patrimonio del estado o de organismos sostenidos por este",
como lo señala el artículo 80 del Código Penal. Fue correcto, en ese sentido, que se amplíen los
plazos de prescripción para casos de delitos cometidos por funcionarios públicos.
Sin embargo, el legislador, recogiendo el sentir de la sociedad en general, ha ido más allá
y en 2017 se publicó la ley de reforma constitucional 30650, a través de la cual se establece que
la acción penal de los delitos más graves contra la administración pública o contra el patrimonio
del Estado son imprescriptibles. Este ha sido un logro importante en la lucha contra la corrupción
en nuestro país, pero tengamos en cuenta que se deja a discrecionalidad del juez determinar cuáles
son los delitos más graves y cuáles no, pues la norma no los señala expresamente.
69
La prescripción puede ser Ordinaria o Extraordinaria, según los plazos que vamos
a ver a continuación:
A. Prescripción ordinaria:
El primer párrafo del artículo 80 del Código Penal define la llamada prescripción
ordinaria, que es cuando transcurre un periodo de tiempo igual al máximo señalado por ley para
la conducta ilícita, sin que este hubiese sido interrumpido. Es decir, en caso de que el plazo de
tiempo fijado como máximo para sancionar el delito transcurriese sin que se hubiese visto
afectado en su recorrido, se entenderá prescrita la acción penal. Este plazo empieza a correr desde
que se realizó el supuesto delito.
Así, por ejemplo, en el delito de hurto la pena más grave es de tres años de prisión,
entonces el plazo de prescripción de este delito sería de tres años. De manera que luego de
transcurrido estos tres años el Estado ya no podría investigarlo, ni mucho menos juzgarle por la
realización de ese hecho ilícito.
Sin embargo, existe una excepción, que fue incluida por la Ley 26360 como último
párrafo del artículo en mención, la cual está referida a los funcionarios y servidores públicos,
quienes en el caso de que se encuentren investigados por la presunta comisión de algún delito en
agravio del patrimonio del Estado o de organismos sostenidos por este, el plazo de prescripción
será duplicado. (Missiego del Solar J. )
Así mismo, es importante tener en cuenta, como ya lo analizaremos más adelante, que
hay delitos de corrupción de funcionarios que no prescriben, y en los que el Estado, a través de
los órganos de administración de justicia, puede perseguir a los supuestos inculpados con la
finalidad de sancionar de acuerdo a ley, y dentro de un debido proceso.
También es importante señalar que existen delitos cuyas penas no son necesariamente
privativas de libertad, en cuyo caso la acción prescribirá a los dos años. Algunas de estas penas
son la multa o el trabajo social en beneficio de la comunidad. Obviamente esto se da cuando los
delitos son menos graves.
70
B. Prescripción extraordinaria:
Este tipo está consignado en el último párrafo del artículo 83 del Código Penal. Con ella
se fija un límite al plazo de prescripción, el cual, en la práctica, es el que comúnmente más se
presenta y que permite poner fin a los procesos judiciales invocando la prescripción de estos. El
mencionado plazo se calcula en base a la suma del máximo fijado por ley para el delito más la
mitad de este; en otras palabras, al plazo de la prescripción ordinaria más la mitad de esta.
Ante el freno que tuvo por años la Ley 30650, se dejó caer en prescripción varios casos
emblemáticos cuyo recuento haremos en este apartado, tomando como referencia la investigación
de Noe Montes de Oca. Es menester mencionar que una de las principales preocupaciones en
nuestra tesis, y en realidad, una de las razones que nos llevó a estudiar este tema, es analizar
precisamente la imprescriptibilidad como una solución efectiva y necesaria frente a la
prescripción, en la medida que los corruptos no queden impunes, y no se siga generando en la
ciudadanía esa corriente de opinión por la que ciertos personajes siniestros evaden la justicia.
71
Sin embargo, su defensa, apelando a la prescripción de la acción penal porque el imputado
era mayor de 75 años, logró que la Tercera Sala Penal Liquidadora de la Corte Superior de Lima
declare fenecida la pretensión penal del Estado en su contra (Canal N, 2014).
Así como Quimper, otro caso emblemático que prescribió fue el del fallecido empresario
Genaro Delgado Parker a quien se le seguía proceso por tráfico de influencias, acusado de reunirse
con Vladimiro Montesinos para solicitarle hacer uso de sus influencias en el Poder Judicial a
cambio de la cobertura mediática y proselitista al régimen, a través de los medios de comunicación
que dirigía el broadcaster de la televisión peruana. Al contar en el momento de los hechos con
más de 65 años, el plazo de prescripción se redujo a la mitad y en el 2003 Delgado fue excluido
del juicio.
Algo parecido ocurrió con los ejecutivos de la conocida fábrica de fideos, Lucchetti,
Andrónico Luksic, Fernando Pacheco y Gonzalo Menéndez, acusados de asociación ilícita para
delinquir y tráfico de influencias. Después de intentar todo tipo de recursos en tribunales
anticorrupción y convertirse en prófugos de la justicia, lograron en 2006 que los delitos fueran
declarados prescritos. Como en los casos anteriores, este fue un escándalo de grandes
proporciones, debido a que la fábrica chilena de fideos se había apropiado de un terreno en los
llamados pantanos de Villa, una zona reservada y ecológica de Lima, gracias a un fallo del Poder
Judicial, maniatado por el entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos Torres.
Otro caso emblemático, también prescrito, es de la ONG Apenkai, por el manejo irregular
de donaciones provenientes del Japón, y en el que los hermanos del ex presidente Alberto
Fujimori, Rosa, Juana y Pedro, habrían estado involucrados. La primera en ser excluida fue Juana
Fujimori al acoger el pedido que presentó su defensa legal para que se declararan prescritos los
delitos de complicidad, peculado y asociación ilícita para delinquir. El fallo se hizo extensivo de
oficio a favor de Rafael Espinoza Mosqueira, fundador de Apenkai, a quien se le atribuían también
los mencionados cargos. (Montes de Oca Vallenas, 2017).
Así como estos, más de 150 casos de corrupción provenientes de la época del fujimorismo
estuvieron a punto de prescribir, aunque varios de ellos sí lo hicieron, porque no se cumplieron
con los plazos. El único candado que tenían estos procesos era la Ley de Contumacia, ya que la
declaratoria de reo contumaz suspende el plazo de prescripción hasta que se ubique o se presente
el sujeto en cuestión. Pero esta ley solo se empezó a aplicar recién durante la gestión del
procurador anticorrupción Julio Arbizú, entre octubre del 2011 y enero del 2014, poco más de
dos años (Diez, 2013).
En alusión a los casos emblemáticos que hemos mencionado, está claro que la
prescripción se había convertido en un arma para evadir la justicia, hasta que esta no pueda
alcanzarlos; toda vez que la prescripción supone un límite temporal y político-criminal que
impone el Estado para la persecución y juzgamiento de un delito. Razón por la cual, especial
atención merecen los procesos penales cuyo objeto es la “alta corrupción”, como en los casos que
hemos mencionado anteriormente. ¿Qué hacer con ellos?, ¿Deben ser tratados de la misma
manera que los delitos ordinarios?, ¿Deben prescribir en el mismo plazo?
72
La alta corrupción es el supuesto criminológico donde las conductas de abuso y
aprovechamiento de poder no solo involucran a muchas personas, sino que involucran a altos
mandos de la gestión pública y donde los intereses económicos se cuentan por unidades de millón,
según explica Erick Guimaray. En estos casos, por su complejidad deviene en dificultades
probatorias y maniobras de impunidad a lo largo del proceso, resultando ser un escenario donde
el Estado deba contar con más tiempo para investigar y juzgar. En la alta corrupción se tejen
intereses y acuerdos que involucran grandes sumas de dinero, no solo respecto del particular
interesado que desembolsa a favor del funcionario corrupto, sino respecto del dinero que el
particular interesado ganará gracias a su gestión corrupta. No importa que el tipo penal no prevea
el daño patrimonial en su literalidad, el daño como agravante de la conducta a efectos de la
prescripción es una cuestión probatoria que deberá analizarse caso por caso. Siempre bajo el claro
entendimiento que en los delitos de alta corrupción lo que deja de percibir el Estado es lo que el
agente público solicita por faltar a sus deberes y lo que el particular interesado espera obtener con
su gestión corrupta. Así funciona el dinamismo económico en delitos de corrupción. La probación
de todo esto requiere de plazos razonables, distintos a los que se estipulan para otros delitos.
(Guimaray, 2014).
Leíamos líneas arriba, la justificación que algunos autores hacen de la prescripción, así
como del tratamiento de los plazos y el transcurso del tiempo como límite a la acción penal, por
un tema de dignidad de la persona humana que no puede ser perseguida ilimitadamente, o por
seguridad jurídica dentro de un Estado de Derecho. Sin embargo, es importante analizar la
profundidad de lo dicho por Daniel Beltré López al respecto, y con cuyas palabras inicio esta
tesis: “El tiempo no logra borrar de la memoria de los pueblos los horrores de la miseria derivada
de la corrupción. El estado de vulnerabilidad en que ésta sume fundamentalmente a las naciones
pobres se prolonga en el tiempo como huella indeleble del crimen, lo que hace que el interés por
la represión de los infractores más que debilitarse se potencie; no hay que ignorar que la ofendida
con tales atrocidades es la sociedad misma, sobre cuyo cuerpo las heridas tardan en restañar; la
alarma social causada a través de millones de pobres que son sus víctimas, por lo que proclamar
la imprescriptibilidad de hechos tan impiedosos es un grito de resistencia contra el olvido”
(Gamarra Herrera, Ronald; Perez Castañeda, Jackeline, 2008)
De lo expuesto por Beltré López, con mucha consistencia y sentido de justicia, nos vamos
a otra connotación jurídica, ya no pensando en el inculpado, sino en los miles de personas que
son afectadas por los actos corruptos, entendiendo que se sigue postergando sus justas
aspiraciones y acceso a servicios básicos de saludad, educación y seguridad, etc.
73
En ese sentido es que el Estado debe buscar sancionar hasta el final a los culpables de
este desfalco económico en perjuicio de las grandes mayorías, poniendo como límite ya no el
plazo del tiempo, sino la comisión de delitos de alta corrupción. En ese sentido es que la
imprescriptibilidad de los delitos de corrupción ha sido sobre todo un clamor popular, una
exigencia de la población que, tras años y legislaturas infinitas de debatirse en el Congreso, por
fin se aprobó en 2017, al inicio, precisamente, del desarrollo de esta tesis.
Hay que señalar, sin embargo, que antes de la imprescriptibilidad por delitos de
corrupción, ya en el Perú, desde el año 2003, estaba en vigencia la imprescriptibilidad por delitos
de lesa humanidad y por crímenes de guerra. Esto, pese a que la Asamblea General de las
Naciones Unidas lo había aprobado desde 1968. No olvidemos que, durante la Segunda Guerra
Mundial, los nazis asesinaron a cerca de seis millones de judíos; mientras que el fascismo de
Mussolini causó un impacto negativo muy fuerte sobre la Italia de la Primera Guerra Mundial.
Esto conllevó a que, tras estas guerras, los países busquen reconciliar su pasado a través
de sanciones ejemplares para quienes cometieron estos crímenes de odio; muy distintos, por
cierto, a la defensa que pudieron ejercer de su soberanía nacional, durante estos enfrentamientos
por la hegemonía europea.
74
Paradójicamente, tres años después de aprobada la ley en Perú, a abril del 2020, vemos
cómo el presidente que la promulgó, PPK, está siendo procesado por delitos de corrupción. En el
gobierno anterior, el ex presidente de la República Ollanta Humala, en su discurso de toma de
mando del 28 de julio de 2011, habló también de la imprescriptibilidad para los delitos de
corrupción, reiterando una de sus promesas hechas en campaña. En varias legislaturas del periodo
2011 – 2016 intentó ponerse en agenda sin mayor éxito. Actualmente, Humala y su esposa Nadine
Heredia están siendo también investigados por delitos de corrupción. Y es que ninguno de los
presidentes democráticamente elegidos de las tres últimas décadas está exentos de estos procesos
por corrupción de funcionarios, como lo señalamos en la introducción de esta tesis.
Sin embargo, cabe señalar que fue desde el 2001 que se intentó promover la
imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, llegando a presentarse durante todos estos años,
hasta su aprobación en 2017, más de 43 proyectos de ley para modificar el artículo 41 de la
Constitución. También se planeaba modificar el Código Penal y duplicar, e incluso triplicar, los
plazos de prescripción para evitar la impunidad. En varios de los casos, fue el fujimorismo desde
el Congreso, con sus aliados de turno, los encargados de tumbarse estos proyectos de ley con la
clara finalidad de blindar a sus líderes de las investigaciones en su contra.
Lo que se presenta en nuestro país como una acertada medida para que el Estado pueda
perseguir de manera indefinida a una persona implicada en un acto delictivo.
Esta norma, aprobada por unanimidad por el Congreso disuelto, obligado casi por la
presión mediática, tiene como objetivo que todos los delitos de corrupción de funcionarios que
afecten el patrimonio del Estado sean imprescriptibles. Y si bien, los plazos de prescripción de la
acción penal se duplican en caso de delitos de corrupción contra la administración pública o el
patrimonio del Estado, tanto para funcionarios o servidores públicos como para particulares; la
ley establece la imprescriptibilidad en los supuestos más graves o recurrentes. Sin embargo, estos
supuestos no han sido especificados por el legislador, por lo que quedará a discrecionalidad del
juez determinar cuáles son.
Corresponde entonces al juez interpretar la norma, y por ende determinar cuáles serían
los delitos más graves. Se podrían considerar como tal: la colusión desleal que es el delito que
tiene la mayor pena. Le sigue el peculado y de allí vienen las modalidades especiales de
corrupción específica que son cometidas por jueces, o por magistrados en general. También
podemos considerar entre los delitos más graves al cohecho, negociación incompatible, abuso de
autoridad, malversación, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
Es importante remarcar lo que referimos líneas arriba, que esta Ley de reforma
constitucional 30650 establece que la acción penal de los delitos más graves contra la
administración pública o contra el patrimonio del Estado son los únicos imprescriptibles. Es
decir que no se aplica a todos los delitos en general, sino solo a los delitos cometidos contra la
administración pública o que afecten el patrimonio del Estado, modificando el artículo 41 de la
Constitución Política del Perú, e incrementando dos párrafos finales.
75
La norma permite que los funcionarios, servidores públicos o particulares que cometan
delitos de corrupción sean perseguidos por la justicia hasta que se aclare su responsabilidad o no
en el proceso. Se aplica tanto para corruptores, como corrompidos, así como a terceros que
resulten responsables. Sin duda, este ha sido uno de los más grandes aciertos por parte del
legislador, y es que desde hace ya algunos años se venía discutiendo con mayor intensidad y
relevancia la posibilidad de hacer imprescriptibles los delitos de corrupción a fin de evitar que
cualquier límite temporal pueda frustrar su persecución y sanción.
Cabe señalar que, desde la caída de la dictadura de Alberto Fujimori, en el Perú se han
emprendido varios esfuerzos en la lucha contra la corrupción. Como antecedente histórico, y tal
como lo señalamos al inicio de esta tesis, tenemos que una de las primeras iniciativas encaminadas
a combatir de manera eficiente la corrupción, tras la nefasta década del 90, fue la creación del
Programa Nacional Anticorrupción y su grupo de trabajo denominado “Iniciativa Nacional
Anticorrupción” (INA), los cuales plantearon precisamente la promoción de los principios de
imprescriptibilidad y jurisdicción internacional en materia de delitos de corrupción, a efecto de
que el transcurso del tiempo y la doble nacionalidad no constituyan supuestos justificativos de
impunidad. Sin embargo, estos preceptos no fueron incluidos principalmente por el legislador,
pese a los más de 43 proyectos de ley que se presentaron al respecto. (Iniciativa Nacional
Anticorrupción. Un Perú sin corrupción. Cindiciones, lineamientos y recomendaciones para la
lucha contra la corrupción., 2001).
76
Además, cabe señalar que el Ministerio Público del Ecuador y la Contraloría General
del Estado elaboraron un Proyecto de Reformas al Código Penal que contemplaba la
incorporación al artículo 101º del código sustantivo, de la imprescriptibilidad de los
delitos de peculado, cohecho, concusión y enriquecimiento ilícito. (Montes de Oca
Vallenas, La Imprescriptibilidad en los delitos de corrupción, 2017). Es decir, no solo
se reformó la Constitución en el 98, con la Asamblea Constituyente, en plena crisis
política, sino que también el Código Penal para poder perseguir con las herramientas
necesarias a quienes incurrían en estos delitos.
Cabe señalar que, aunque estos delitos se hayan cometido varios años antes de que los
afectados y víctimas del mismo, denunciaran o presentaran demanda ante los tribunales
civiles, no es limitante alguno para que el Ministerio Público pueda ejercer la acción
penal en contra de ellos, puesto que como se ha señalado estos delitos no prescriben.
(Jurado, 2018).
77
ARGENTINA: En marzo del 2008, un grupo de diputados presentaron el proyecto de
Ley Nº 0821-D-2008, planteando la imprescriptibilidad de la acción penal cuando se
tratare de “un delito cometido en fraude a la administración pública” y de los delitos de
“cohecho y tráfico de influencias”, “malversación de caudales públicos”, “negociaciones
incompatibles con el ejercicio de las funciones públicas”, “exacciones ilegales”,
“enriquecimiento ilícito de funcionarios y empleados” y “prevaricato”. (Montes de Oca
Vallenas, 2017)
“… Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos actos, usurparen
funciones previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las provincias, los
que responderán civil y penalmente de sus actos. Las acciones respectivas serán
imprescriptibles”.
Así mismo, mediante la dación de la ley 24.584, en 1995, el Congreso confirió jerarquía
constitucional a la “Convención Internacional sobre la imprescriptibilidad de crímenes de
guerra y de lesa humanidad”. De allí que las acciones para perseguir y castigar a quienes
cometen dichos delitos, no prescriben en Argentina y en los países que se han adherido a
aquel documento.
78
BOLIVIA: En abril de 2006, el gobierno del Presidente Evo Morales presentó el
proyecto de ley Lucha contra la Corrupción, Enriquecimiento Ilícito e Investigación de
Fortunas, denominado “Marcelo Quiroga Santa Cruz”. El mencionado proyecto
contempla la imprescriptibilidad en los casos de “corrupción, enriquecimiento ilícito y
delincuencia económica financiera. Es por ello que en el artículo 112º de la Constitución
Política del Estado de Bolivia señala: “Los delitos cometidos por servidores públicos que
atenten contra el patrimonio del Estado y causen grave daño económico, son
imprescriptibles y no admiten régimen de inmunidad”.
Además, propuso la creación del Consejo Nacional de lucha contra la Corrupción, como
entidad independiente de los tres poderes del Estado, y conformado por 5 o hasta 7
miembros de la sociedad civil, aprobados posteriormente por el Congreso de la República.
Se crea también la Oficina Técnica Nacional contra la Corrupción, proporcionándole
recursos humanos y financieros para la consecución de sus fines. (Ley de Marcelo
Quiroga Santa Cruz contra la Corrupción, 2010)
79
2.4.3. Rol de las instituciones y de la sociedad civil
Las instituciones involucradas en perseguir y sancionar los delitos de corrupción de
funcionarios, como órganos de control superior y con competencias directas en la investigación,
denuncia, juzgamiento y eventual sanción de graves hechos de corrupción de servidores/as civiles,
son:
Así mismo, las instancias que desde dentro del Poder Judicial vienen trabajando en la
lucha contra la corrupción son las siguientes:
80
2.4.4.2. El Ministerio Público
Entre sus funciones está: representar en los procesos judiciales a la sociedad, conducir
desde su inicio la investigación del delito, y ejercitar la acción penal de oficio o a petición de
parte. En la lucha contra la corrupción, y de acuerdo a la Política Nacional, su rol se ha destacado
fundamentalmente en los siguientes ejes:
b) Un procedimiento complejo
81
Entre sus funciones está:
Ordenar que los órganos del sistema de control realicen las acciones de control
que a su juicio sean necesarios o ejercer en forma directa el control externo
posterior sobre los actos de las entidades.
Disponer el inicio de las acciones legales pertinentes en forma inmediata en
coordinación con las entidades competentes, en situaciones de daño económico
o presunción de ilícito penal dentro de las entidades.
Absolver consultas, emitir pronunciamientos institucionales e interpretar la
normativa del control gubernamental.
Aprobar el Plan Nacional de Control y los planes anuales de control de las
entidades
Emitir opinión previa relacionada a adquisiciones y contrataciones de bienes,
servicios u obras, que conforme a ley tengan el carácter de secreto militar o de
orden interno exonerados de licitación pública, concurso público o adjudicación
directa.
Recibir y atender denuncias y sugerencias de la ciudadanía relacionadas con el
control en la administración pública, otorgándoles apoyo con el trámite
correspondiente.
2.5 Hipótesis
82
VI: No existiría un diseño de política pública orientada a enfrentar la corrupción, tanto en
la administración pública como en el sistema de justicia.
VD: Toda vez que de esto se desprende la necesidad de que para cada caso concreto se
armen comisiones intersectoriales y no llegamos a las soluciones de fondo, a una
reforma integral.
Hipótesis Específicas:
VD: Toda vez que, al paso de los años en determinados delitos, se deja de perseguir la
acción penal, aumentando la sensación de impunidad.
2.5.2.3. Hipótesis específica N° 03: No existiría voluntad política para reformar el Poder Judicial,
y el Código Electoral, ya que desde el Parlamento se han detenido las propuestas
planteadas por el Ejecutivo y JNE, respectivamente, para debatir estas reformas, lo que
conlleva a esta grave crisis institucional.
VI: No existiría voluntad política para reformar el Poder Judicial, y el Código Electoral,
ya que desde el Parlamento se han detenido las propuestas planteadas por el
Ejecutivo y JNE, respectivamente, para debatir estas reformas.
83
VI: No se contaría con un verdadero sistema de integridad pública y transparencia en el
país.
VD: Toda vez cuanto más poder y control acumule y posea la institución, éste podrá
tender a delinquir con relativa mayor facilidad obteniendo así mayores niveles de
ingreso irregular.
84
CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO
3.1 ENFOQUE Y DISEÑO
3.1.1. Enfoque
Nuestro enfoque para este trabajo contendrá dos niveles complementarios entre sí. El
primero, busca determinar conceptos, que nos permitan contextualizar la investigación, para
realizar un diagnóstico integral de la corrupción en el país, así como de los elementos que
intervienen en su gestación. El segundo, intenta analizar el rol de las instituciones y desde ahí
plantear soluciones a este flagelo, con la finalidad de analizar algunos vacíos legales que existen.
3.1.2. Diseño
El diseño de investigación es cualitativo y documental, porque los datos que servirán para
poder responder al problema de investigación, en principio, lo vamos a obtener de diferentes
fuentes bibliográficas y artículos en revistas especializadas, relacionadas al tema de investigación.
3.2.1. Método:
El método de investigación es analítico, pues se analizará cada uno de los delitos de corrupción
de funcionarios y sus consecuencias jurídicas, así como el rol de las instituciones públicas, y
especialmente de las encargadas de administrar justicia. Asimismo, se utilizarán los siguientes
métodos
a) Método inductivo.
b) Método analítico.
c) Método Histórico
d) Método Dogmático.
3.2.2. Procedimiento:
El procedimiento utilizado en la presente investigación es el de Análisis documental, para lo cual
recurrimos a diferentes fuentes bibliográficas, tanto jurídicas, como periodísticas, históricas y
sociológicas, a fin de fundamentar científicamente nuestra investigación.
85
3.4.ASPECTOS ÉTICOS
DECLARACIÓN JURADA
DE ORIGINALIDAD DE TRABAJO DE INVESTIGACION
-------------------------------------------
DNI N° 43211379
Artículo 411.- El que, en un procedimiento administrativo, hace una falsa declaración en relación
a hechos o circunstancias que le corresponde probar, violando la presunción de veracidad
establecida por ley, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de uno ni mayor de
cuatro años.
Art. 4. Inciso 4.12 del Reglamento del Registro Nacional de Trabajos de Investigación para optar
grados académicos y títulos profesionales –RENATI Resolución de Consejo Directivo Nº 033-
2016-SUNEDU/CD
86
CAPÍTULO IV: PROBANZA DE HIPÓTESIS
Sobre este punto podemos afirmar: Que el poder público es encargado, sea mediante
elección, selección, designación o nombramiento, a determinadas personas con el objeto de dar
cumplimiento a los fines públicos que se establecen en el marco de nuestro Estado social y
democrático de Derecho. La corrupción se produce cuando el ejercicio de este poder público es
desviado de tales fines públicos y es utilizado para satisfacer intereses privados. De esta manera,
la corrupción desnaturaliza los fines de nuestro modelo de Estado, toda vez que obstaculiza que
la administración pública cumpla con sus funciones orientadas al bienestar general y a posibilitar
el desarrollo igualitario de los ciudadanos. En esta línea, la corrupción es un problema grave de
cualquier sociedad y su mayor reproche recae en la vulneración de derechos fundamentales que
aquella genera, especialmente para las personas con menos capacidad económica.
Las principales herramientas con la que cuentan los Estados para hacer frente a
determinados problemas públicos son las políticas públicas. Estas permiten conducir la acción
gubernamental desde las tomas de decisiones hasta su traslación en acciones concretas con la
finalidad de lograr resultados específicos. Es así, que los Estados responden a la corrupción, con
Políticas Públicas. Sin embargo, el diseño de políticas anticorrupción es un proceso complejo y
multidimensional, en el que usualmente no se cuenta con diagnósticos integrales que permiten
abordar el problema de la corrupción, detectar los principales focos de incidencia e identificar los
riesgos de corrupción. Es por esto que la medición de la corrupción, la construcción de indicadores
o estudios que permitan entender sus alcances e incidencia se convierte en un elemento importante
en el desarrollo de políticas anticorrupción
87
Mediante Ley N° 28716, Ley de Control Interno de las entidades del Estado, creada el
año 2014, se define al Sistema de Control Interno (SCI) como el conjunto de acciones, planes,
políticas, normas, registros, organización, procedimientos y métodos organizados e instituidos en
cada entidad del Estado para promover la eficiencia, eficacia y transparencia en las actividades
realizadas por las entidades públicas. Además, como ente rector del Sistema de Control Interno,
es el encargado del diseño, desarrollo y articulación de las iniciativas implementadas por las
diversas entidades en el fortalecimiento del SCI.
Para la medición del nivel de implementación del Sistema de Control interno (SCI) la
Contraloría General de la República realizó un estudio en 655 entidades públicas, de las cuales
219 corresponden al nivel de Gobierno Central, 176 a nivel de los Gobiernos Regionales y 260 a
nivel de los Gobiernos Locales. Este estudio consistió en determinar el estado de implementación
del SCI por componentes, los cuales son: 1. Ambiente de control; 2. Evaluación de Riesgos; 3.
Actividades de Control Gerencial; 4. Sistema de Información y Comunicaciones, y; 5.
Supervisión. Se utilizó como herramienta metodológica una encuesta para la recolección de
información, la cual se aplicó a los y las Jefes de Órganos de Control Institucional de 655
entidades públicas de los 3 niveles de gobierno. Este estudio sirvió para establecer un Índice de
Implementación del Sistema de Control Interno, en el cual se determinó una escala de 0 a 100,
donde a mayor valor se entiende una mejor implementación del SCI. Así tenemos:
Tabla N° 01: Distribución de las Entidades Estatales acorde con su nivel de cumplimiento
Fuente: Información extraída del Informe de la Evaluación Final de la Implementación del Plan Nacional de Lucha
contra la Corrupción.
88
Análisis por Componente: Componente 1: Ambiente de Control Interno
89
A mediados del año 2013, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos publicó el
primer informe de gestión de la Procuraduría Anticorrupción: La procuraduría anticorrupción en
perspectiva crítica: Reparaciones civiles, investigación, sistema de información que incluye datos
importantes logrados por la institución como la distribución de las instituciones más afectadas por
problemas de corrupción y el porcentaje de sentencias emitidas entre 2010 y 2011.
A la luz de los últimos acontecimientos en nuestro país, hemos visto que la percepción
de corrupción generalizada perturba el orden social y destruye la confianza pública, que fue lo
que finalmente promovió las masivas movilizaciones en todo el país.
En palabras de Kofi Annan, ex Secretario General de las Naciones Unidas, ningún país
rico o pobre es inmune a este fenómeno maligno. Tanto el sector público como el privado resultan
afectados. Y es siempre el bien público el que sufre. Pero la corrupción perjudica a los pueblos
pobres de los países en desarrollo en forma desproporcionada. Afecta su vida cotidiana de muchas
maneras diferentes y tiende a empobrecerlos aún más, al negarles su participación legítima en los
recursos económicos o en la ayuda que salva vidas. La corrupción pone los servicios públicos
básicos fuera del alcance de los que no pueden darse el lujo de pagar sobornos. Al desviar los
escasos recursos destinados al desarrollo, la corrupción también hace más difícil satisfacer
necesidades fundamentales, como las de alimentación, salud y educación. Crea discriminación
entre los diferentes grupos de la sociedad, trae desigualdad e injusticia, desalienta la inversión y
la ayuda extranjera y obstaculiza el crecimiento.
90
Al controlar de manera más eficaz las acciones de los funcionarios públicos que trabajan
en la administración del gobierno, asociándonos en el esfuerzo para crear una nueva cultura de la
legalidad.
A todo lo anterior hay que sumar que la corrupción es regresiva y golpea más a los que
menos tienen. Según estudios del Banco Mundial, hay evidencias de que los peruanos con menos
recursos destinan un porcentaje mayor de sus ingresos a pagar coimas para acceder a los servicios
básicos que, por derecho, les corresponden (hasta un 14% frente al 1% de los ciudadanos con más
recursos).
En los últimos años, Perú ha realizado considerables avances para desprenderse del
legado de corrupción sistémica de etapas anteriores. Pese a ello, algunos de los principales
indicadores de gobernabilidad no han experimentado mejoras sustanciales desde la década de los
90: el país tiene índices de estabilidad política y de efectividad normativa relativamente bajos en
comparación con sus vecinos, así como una tasa moderada de participación política. También el
ejercicio del derecho a la transparencia y acceso a la información enfrenta grandes desafíos, pese
a la calidad técnica de su ley marco.
91
El gobierno de Perú, a través de instituciones como la Comisión de Alto Nivel
Anticorrupción, CAN, está poniendo en marcha iniciativas para prevenir y castigar la corrupción,
así como facilitar los instrumentos para su denuncia. El Plan Nacional de Lucha Contra la
Corrupción (2012 – 2016) contempla una serie de iniciativas, para los tres niveles de gobierno,
con las que se pretende reducir vulnerabilidades a la corrupción dentro del sector público, y
promover la transparencia.
92
Corresponde entonces al juez interpretar la norma, y por ende determinar cuáles serían
los delitos más graves. Se podrían considerar como tal: la colusión desleal que es el delito que
tiene la mayor pena. Le sigue el peculado y de allí vienen las modalidades especiales de
corrupción específica que son cometidas por jueces, o por magistrados en general. También
podemos considerar entre los delitos más graves al cohecho, negociación incompatible, abuso de
autoridad, malversación, tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito.
93
el 20 del presente mes en el diario oficial El Peruano, modifican el cuarto párrafo del artículo 41
de la Constitución Política. Según esta reforma:
En ese sentido, por ejemplo, podemos mencionar los casos de Ecuador, Venezuela,
Argentina, Bolivia y México:
94
elegidos por votación popular, los delegados o representantes o los cuerpos
colegiados de las instituciones del Estado y los funcionarios públicos en general,
estarán sujetos a las sanciones establecidas por la comisión de delitos de
peculado, cohecho, concusión y enriquecimiento ilícito.
95
se convino en la necesidad de declarar la imprescriptibilidad de los delitos de
organización criminal, peculado, peculado culposo, malversación, cohecho
pasivo propio, uso indebido de influencias, beneficios en razón del cargo,
omisión de declaración de bienes y rentas), negociaciones incompatibles con el
ejercicio de funciones públicas, concusión, exacciones, prevaricato, cohecho
pasivo del juez, consorcio de jueces y abogados, negativa o retardo de justicia,
contratos lesivos al Estado, conducta antieconómica e infidencia económica, “por
tratarse de hechos punibles que atentan contra el patrimonio del Estado”
(Proyecto de ley Nro. 430/2006-2007).
La idea de que las autoridades no buscan el bien común sino el suyo propio es una
opinión pacífica entre los ciudadanos. Y, la cantidad de actos de corrupción que los peruanos
observan en su contacto con el Estado, y el poco interés de las autoridades en enfrentarlos, no
hacen más que reforzar esta imagen.
Desde una perspectiva sociológica, puede decirse que la corrupción vigente a lo largo
de nuestra historia republicana es el resultado del “mal funcionamiento del Estado y la falta
de sistemas de control y vigilancia efectivos”, y que fue “facilitada por el predominio de
regímenes autoritarios y la frágil institucionalidad democrática” (Enrique Bernales dixit). En
ese entendido, la corrupción vigente a lo largo de nuestra historia republicana no es una mera
suma de hechos aislados o de escándalos de momento, nunca o casi nunca sancionados. Es,
más bien, un tramado de actos relacionados por un Estado patrimonialista y clientelista.
96
En el Perú la corrupción casi nunca fue investigada con seriedad y eficacia. En verdad,
la justicia entre nosotros ha demostrado, una y otra vez, que no está acostumbrada a tratar con
poderosos ni con fenómenos de criminalidad compleja como los que debían ser investigados.
Así nos lo recuerda, por ejemplo, los resultados de la revisión de la escandalosa sobre
valorización de los créditos de particulares contra el Estado en tiempos de Echenique, el
balance del Tribunal de Sanción Nacional sobre la corrupción legista y la insuficiencia de la
propuesta represiva contra la corrupción fujimontesinista. Claro que en las escasas y
excepcionales oportunidades en que se pretendió “hacer algo” contra la corrupción, jamás se
pensó en reformar el Estado y eliminar los elementos institucionales que la favorecen. Por eso,
jamás hemos contado con una política o estrategia anticorrupción.
Cuando se intentó combatir casos concretos de corrupción, se procedió con una limitada
perspectiva criminalista y represiva. Y, valgan verdades, con una legislación pobrísima, con
normas dispersas, carentes de coherencia y sistematización, orientadas básicamente al sector
público y con penas bastante benignas. Fueron pocos, muy pocos, los sometidos a proceso
penal. Y menos, los que purgaron condena por sus actos delictivos. La debilidad de las penas
conminadas para los autores de los ilícitos de corrupción, la fuga de los involucrados al
extranjero, la rebeldía ante la justicia y las demoras en el proceso (explicadas en parte por la
actitud obstruccionista de los encausados, por la existencia de normas procesales inadecuadas
para lidiar con actos complejos de corrupción y las carencias presupuestales), pero también
por ritualismos y formalidades de la justicia que han limitado su acción, siempre han permitido
a diversos procesados alcanzar la prescripción y la clausura de la investigación judicial. Lo
cual ha tenido, y tiene por efecto, reforzar la sensación de impunidad que el esfuerzo estatal
buscaba reducir.
97
En ese contexto, por ejemplo, merece destacarse la idea de la imprescriptibilidad de los
delitos de corrupción. La extensión del flagelo de la corrupción, la gravedad de sus
manifestaciones, la lesión que ellas suponen respecto a bienes de primera importancia, las
consecuencias que acarrea (entre otros, socava la democracia, constituye un obstáculo para la
superación de la pobreza, conspira contra el pleno disfrute de los derechos humanos y limita
la inversión) y el interés de la ciudadanía toda en su represión, nos convence que para llevar a
cabo una real persecución penal de los actos de corrupción se requiere eliminar toda barrera
de carácter temporal que lo impida.
Por todo ello, una respuesta legítima y razonable a la corrupción importa la declaración
de imprescriptibilidad de los delitos cometidos por funcionarios o servidores públicos en los
que, incluso, pueden concurrir particulares a título de partícipes contra la administración
pública (excepto el delito de abuso de autoridad genérico) así como los perpetrados contra el
patrimonio del Estado.
98
4.1.5. No se contaría con un verdadero sistema de integridad pública y transparencia en
el país, toda vez cuanto más poder y control acumule y posea la institución, éste podrá tender
a delinquir con relativa mayor facilidad obteniendo así mayores niveles de ingreso
irregular: La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) define a la
integridad pública como “el posicionamiento consistente y la adhesión a valores éticos comunes,
así como al conjunto de principios y normas destinadas a proteger, mantener y priorizar el interés
público sobre los intereses privados”. Por tanto, la promoción y puesta en práctica de una
estrategia de integridad en la administración pública es fundamental para alcanzar los principales
objetivos del Estado y generar valor público, de manera que contribuya a satisfacer eficazmente
las necesidades y demandas ciudadanas.
Este importante primer paso tuvo como inspiración el Informe de la OCDE sobre
Integridad en el Perú, un estudio presentado en el 2016 que analizó ampliamente el contexto
peruano, con recomendaciones que establecieron los cimientos para construir un modelo de
integridad con un enfoque sistémico orientado a generar desde cada unidad de gestión pública
una nueva cultura hacia la ética y la integridad en el Perú.
Contar con Oficinas de Integridad Institucional constituye una clara meta de corto y
mediano plazo en este esfuerzo colectivo de luchar contra la exclusión, la desigualdad y
desconfianza ciudadana en el Estado que son tres grandes males que resumen el costo de la
corrupción. Su debida implementación no solo fortalecerá en el largo plazo a las entidades para
prevenir la corrupción, sino que contribuirá decididamente a tener una gestión pública en donde
la ética y la integridad sean la cultura que las identifique.
99
En el Perú, el nuevo Plan Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción (PNILC)
2018-2021 provee la oportunidad para diseñar e implementar Oficinas de Integridad Institucional
(OII). Así se podrán estandarizar las diferentes unidades de integridad y anticorrupción existentes,
siguiendo una nomenclatura común y manejando los mismos criterios y conceptos. En entidades
pequeñas y de bajos riesgos de corrupción, esta función podría ser desempeñada por un Oficial
de Integridad con dedicación a tiempo completo.
Los países, incluyendo el Perú, enfrentan el reto de pasar de una “cultura de casos”
reactiva a una “cultura de integridad” proactiva. Para lograr este cambio paradigmático, es
necesario invertir en la promoción de una cultura de integridad pública y separar claramente las
funciones de prevención, sistémica, de las funciones de detección e investigación de casos
específicos.
100
Sensibilizar a los servidores públicos en materia de integridad pública y
recordarles sus obligaciones.
En coordinación con la Oficina de Recursos Humanos, apoyar en el desarrollo
de un plan de capacitación interno en materia de integridad y asegurar la
implementación.
Orientar y asesorar a los servidores civiles sobre dudas, dilemas éticos,
situaciones de conflictos de interés, con respecto a canales de denuncias y
medidas de protección existentes y otros aspectos de políticas de integridad.
Monitorear, con apoyo de la Secretaría de Integridad Pública, la
implementación del modelo de integridad institucional.
Vigilar el cumplimiento de los procesos de denuncias y de la aplicación de
medidas de protección. Esto incluye asegurar que las unidades responsables de
la recepción de denuncias, de la investigación y de la sanción tengan el personal
adecuado y realicen sus funciones con celeridad y oportunidad.
Recolectar información sobre denuncias y sanciones como fuente de
información para enfocar mejor sus medidas preventivas, por ejemplo,
concentrar ciertas actividades de capacitación o comunicación a áreas o
procesos que generaron más denuncias que otras.
La entidad pública podría designar la OII como la encargada de la aplicación
de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ley 27806). Si
se decide mantener estas dos áreas separadas, se debería asegurar una
coordinación entre integridad y transparencia. Para cumplir de manera efectiva
con sus funciones, el oficial o las Oficinas de Integridad Institucional deberían
reportar directamente al titular de la entidad y contar con cierto grado de
autonomía administrativa y financiera. Igualmente, se debería garantizar un
proceso de selección de los jefes y del personal de las OII basado en mérito.
101
CONCLUSIONES
Es importante señalar que, en la lucha contra la corrupción, hay quienes creen que, con
más penalidad o sanciones punitivas al respecto, se podrán disminuir los actos de
corrupción; pero, tras nuestra investigación, hemos comprobado que esto tampoco será
nunca la solución definitiva. Por el contrario, consideramos que, a la par de una
legislación efectiva en la materia, se debe trabajar en la prevención de la corrupción,
atacando sus antecedes y causas que la originan, a través de la gestión de riesgos de
corrupción, así como con el establecimiento y aplicación de mecanismos de detección
y respuesta ante conductas corruptas.
Con la reforma constitucional que modifica el Art.41 de nuestra Carta Magna, a través
de la Ley 30650, se establece la imprescriptibilidad de los delitos contra la
administración pública en los supuestos más graves, convirtiéndose en una herramienta
fundamental para que estos delitos no queden impunes y la persecución penal no cese
con las dilaciones del tiempo o las estrategias de ocultamiento, por parte de quienes
cuentan con los recursos de su ilícito proceder.
102
Hay quienes consideran que esta es una medida desproporcionada, justificando que una
persona no puede ser convertida en un objeto de persecución punitiva indefinida, sino
solo dentro de un plazo razonable. Sin embargo, tomando en cuenta las nefastas
consecuencias de la corrupción y todo lo que genera en la población, especialmente en
los más pobres, consideramos que es una medida que permitirá persuadir y advertir a
los sujetos posibles de corrupción, a no cometer estos delitos que atentan contra la vida,
la salud, la educación, la dignidad y demás derechos fundamentales de las personas.
103
RECOMENDACIONES
Desde el congreso de la República debemos incidir en determinar cuáles son los delitos
de alta corrupción sujetos a la imprescriptibilidad de la acción penal, y cuáles son a los
que debería ampliarse el plazo de prescripción, pues dejarlo a solo discrecionalidad del
juez se presta también a que sus decisiones busquen beneficiar a alguno de los imputados.
Así, hechos graves o de claro atentado al patrimonio público pueden ser relativizados por
el magistrado competente.
Es necesario implementar medidas que permitan agilizar los procesos y de esta manera,
ir disminuyendo la abundante carga procesal. Además, es importante reestructurar el
presupuesto y mejorar la logística en los órganos jurisdiccionales, para de esta manera
lograr el desempeño adecuado y eficiente de las instancias competentes y de los entes
involucrados, de esta manera nos aseguramos de que cumplan con los plazos establecidos
en nuestro ordenamiento jurídico.
104
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
105
Cuesta Gomez, A. F. (2015). "Los mapas de riesgo de la corrupción incidencias en la
prevención de la corrupción". Bogotá.
Curistoria. (15 de marzo de 2018). Obtenido de
https://www.curistoria.com/2018/03/pan-y-circo-juvenal-roma-panem-et-circenses.html
David Torres Pachas y Marie Gonzales Cieza. (05 de mayo de 2019). Instituto de
Democracia y Derechos Humanos PUCP. Obtenido de
http://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-informativas/10-claves-para-reconocer-el-delito-de-
cohecho/
Defensoría del Pueblo. (2017). Reporte de la Corrupción en el Perú. Lima. Obtenido de
https://bit.ly/2UH99xG.
Definición.De. (2011). Recuperado el 08 de junio de 2020, de
httos://definicion.de/corrupcion/
Delitos contra la administración pública cometidos por funcionarios públicos. (2016).
Gaceta Jurídica.
Diario El Tiempo. (3 de julio de 2018). La corrupción es imparable en Piura. Diario EL
TIEMPO, pág. 4.
Diario Gestión. (2 de mayo de 2020). Gestión.pe. Obtenido de
https://gestion.pe/peru/politica/los-cuellos-blancos-del-puerto-hay-mas-de-300-jueces-
y-fiscales-investigados-por-corrupcion-cnm-audios-nndc-noticia/
Diccionario Jurídico: Corrupción Judicial. (2015). La Voz del Derecho.
Diego Bautista, Ó. (Abril de 2005). LA ÉTICA Y LA CORRUPCIÓN EN LA POLÍTICA
Y LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. España.
Diez, J. (6 de agosto de 2013). La Mula. Obtenido de
https://redaccion.lamula.pe/2013/08/06/mas-de-150-casos-por-corrupcion-del-
fujimorismo-a-punto-de-prescribir/jonathandiez/
EFE. (29 de Agosto de 2018). Obtenido de www.efe.com
Enciclopedia jurídica. (s.f.). Obtenido de http://www.enciclopedia-
juridica.biz14.com/d/delito/delito.htm
Enciclopedia Omeba Tomo XXIII. (1991). Buenos Aires, Argentina: Driskil.
(2001). Fortalecimiento de un marco sistémico contra la corrupción para el BID. Banco
Interamericano de Desarrollo.
Fredy, C. G. (2015). Los mapas de riesgo de la corrupción, incidencias en la prevención
de la corrupción. Bogotá.
Fundación para el debido proceso legal. (2007). CONTROLES Y DESCONTROLES DE
LA CORRUPCIÓN JUDICIAL. Washintong.
Gamarra Herrera, Ronald; Perez Castañeda, Jackeline. (2008). La imprescriptibilidad de
los delitos de corrupción. Lima: Congreso de la República del Perú.
García Cavero, P. /. (2008). El Delito de Colusión . Lima: Grijley.
106
GARDINER, J. (2005). Defining corruption. En: Arnold HEIDENHEIMER y Michael
JOHNSTON (Eds.).Political corruption. Concepts & contexts. P.24. NJ: Transaction
Publishers. . Perú.
Geoffrey Hodson y Shuxia Jiang. (2008). La Economía de la Corrupción y la Corrupción
de la Economía: Una Perspectiva institucionalista. Revista de Economía Institucional, 55-
80.
Giusti, M. (07 de octubre de 2018). Pensar la Corrupción. El Comercio.
Gómez, A. F. (2015). Los mapas de riesgo de la corrupción, incidencias en la prevención
de la corrupción. Bogotá, Colombia.
Grupo de Trabajo contra la Corrupción - GTCC. (2010). Informe Anual sobre la lucha
contra la corrupción en el Perú. Lima.
GUIMARAY MORI, E. (2012). Estudios Críticos sobre el delito de Tráfico de
influencias. Obtenido de https://bit.ly/2LgUXYS
Guimaray, E. (6 de noviembre de 2014). IDEHPUCP. Obtenido de
https://idehpucp.pucp.edu.pe/opinion/breves-notas-sobre-la-prescripcion-penal-en-
delitos-de-corrupcion-de-funcionarios/
Heidenheimer, A. J. (1970). Perspectivas y percepción de la corrupción.
Hornos, G. (2008). Buenos Aires.
Ibáñez, F. (2018). Los filósofos contra el mal. El Dominical - El Comercio.
IDEHPUCP. (16 de 07 de 2019). Obtenido de https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-
informativas/10-claves-para-reconocer-el-delito-de-negociacion-incompatible/
IDEHPUCP. (16 de julio de 2019). Obtenido de https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-
informativas/10-claves-para-reconocer-el-delito-de-negociacion-incompatible/(2001).
Iniciativa Nacional Anticorrupción. Un Perú sin corrupción. Cindiciones, lineamientos
y recomendaciones para la lucha contra la corrupción. Lima.
Instituto de Democracia y Derechos Humanos. (2 de mayo de 2019).
http://idehpucp.pucp.edu.pe/. Obtenido de http://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-
informativas/10-claves-para-reconocer-el-delito-de-cohecho/
Jiménes, B. (05 de agosto de 2013). "150 casos de corrupción han prescrito o están por
prescribir". La República.
Julián Pérez Porto y Ana Gardey. (2009). Definición.de. Obtenido de
https://definicion.de/accion-penal/
Junta Nacional de Justicia. (s.f.). Obtenido de https://www.jnj.gob.pe/mision-vision-
informacion-institucional/
Jurado, A. (2018). Prescripción de Delitos contra el Patrimonio Público. Asesoría Legal
Corporativa.
Juvenal. (s.f.). Sátiras X.
(2003). La Corrupción, características y consecuencias en República Dominicana.
Participación Ciudadana Programa de Transparencia en la Gestión Pública, Santo
Domingo.
107
La Guía . (8 de febrero de 2010). Obtenido de https://derecho.laguia2000.com/parte-
general/prescripcion-ordinaria
La Red 21. (11 de agosto de 2016). Obtenido de
https://www.lr21.com.uy/mundo/1299982-papa-borgia-alejandro-vi-borja-iglesia-
catolica
La República. (7 de mayo de 2018). Hay 2 mil 289 gobernadores y alcaldes investigados
por casos de corrupción. La República, pág. 18.
(2003). Lecciones contra la Corrupción. Nueva York: Programa de Desarrollo de
Naciones Unidas PNUD.
Ley de Marcelo Quiroga Santa Cruz contra la Corrupción. (31 de marzo de 2010).
Bolivia.
Lonigro, F. (03 de setiembre de 2018). Corrupción Imprescriptible. El Cronista .
Lopez, N. (1997). Corrupción, ética y democracia. En F. J. Laporta San Miguel, & S.
Álvarez Medina, La corrupción política (págs. 117-135). España.
Medina, J. (2005). La Corrupción Administrativa Análisis Típico y Procesal.
Medrano, J. C. (2018). El círculo de la corrupción en los gobiernos regionales del Perú.
Ideele Revista.
Mejía, B. (2001). Corrupción Judicial en Perú: Causas, Formas y Alternativas. Derecho
& Sociedad, 8.
Merino, María; Porto, Julián Pérez . (2014). Definición.de. Recuperado el 17 de abril de
2020, de https://definicion.de/corrupcion/
Missiego del Solar, J. (2015). Prescripción en el Proceso Penal Peruano. Lima:
Universidad de Lima.
Missiego del Solar, J. (s.f.). La prescripción en el proceso penal. Lima: Universidad de
Lima.
Montes de Oca Vallenas, N. A. (2017). La imprescriptibilidad en los delitos de
corrupción. Huánuco.
MONTOYA VIVANCO, Y. (2015). Manual sobre delitos contra la Administración
Pública. Lima: IDEHPUCP.
Novoa Curich, Y. (2015). ANTICORRUPCIÓN Y JUSTICIA PENAL. El buen gobierno
como bien jurídico categoracional de los delitos de corrupción. (págs. 14-20). Lima:
Fondo Editorial de la PUCP.
OCMA. (s.f.). Obtenido de http://ocma.pj.gob.pe/Nosotros/Queesocma
Ojo Público. (mayo 2020). Enemigo en casa: los jueces y fiscales corruptos que coparon
el sistema de justicia en Perú. Ojo Público.
OLAIZOLA FUENTES, I. (2001). Delitos contra la Administración Pública. Bilbao:
Instituto Vasco de Administración Pública.
Padilla Trinidad, Á., & Gonzáles Cieza, M. (09 de 10 de 2019). Instituto de Democracia
y Derechos Humanos PUCP. Obtenido de http://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-
informativas/10-claves-para-reconocer-el-delito-de-trafico-de-influencias/
108
Pariona Arana, R. (2016). EL DELITO DE ABUSO DE AUTORIDAD.
CONSIDERACIONES DOGMÁTICAS Y POLÍTICO-CRIMINALES. THEMIS -
Revista de Derecho PUCP, 10.
Pasión por el Derecho. (21 de agosto de 2017). Obtenido de
https://lpderecho.pe/opiniones-ley-imprescriptibilidad-delitos-corrupcion/
Peña Cabrera Freyre, A. R. (2011). Derecho Penal. Parte Especial. Tomo VI. Lima:
Idemsa.
Peña Cabrera, R. y. (2002). Delitos contra la Administración Pública. Lima: Fecal.
Pereyra Villar, T. (21 de agosto de 2017). Pasión por el Derecho. Obtenido de
https://lpderecho.pe/opiniones-ley-imprescriptibilidad-delitos-corrupcion/
PEREZ, F. (s.f.). TRANSPARENCIA INTERNACIONAL.
Perú 21. (23 de julio de 2018). Perú 21.pe. Obtenido de Perú 21.pe:
https://peru21.pe/peru/hay-1-320-funcionarios-procesados-corrupcion-piura-416385
(2004). Plan Nacional de reforma a la administración de justicia. Lima.
Poder Judicial del Perú. (s.f.). Obtenido de Diccionario Jurídico:
https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/cortesuprema/s_cortes_suprema_home/as_ser
vicios/as_enlaces_de_interes/as_orientacion_juridica_usuario/as_diccionario_juridico
(2017). Política Nacional de Integridad y Lucha contra la Corrupción. Lima.
Prado Saldarriaga, V. (1996). Todo sobre el Código Penal. En V. Prado Saldarriaga.
Lima: Idemsa.
Procuraduría Pública Especializada en Delitos de Corrupción - PPEDC. (2017).
SOSPECHA GENERALIZADA DE CORRUPCION CONTRA GOBERNADORES Y
ALCALDES DEL PAÍS. Miraflores.
Puchuri, F. (25 de mayo de 2018). IDEHPUCP, Instituto de Democracia y Derechos
Humanos. Obtenido de https://idehpucp.pucp.edu.pe/notas-informativas/el-delito-de-
colusion-una-de-las-modalidades-corruptas-mas-lesivas-contra-el-estado/
Real Academia de la Lengua. (2019). Recuperado el 20 de abril de 2020, de
https://dle.rae.es/corrupción
REAÑO PESCHIERA, J. (2009). Formas de intervención en los delitos de peculado y
tráfico de influencias. . Lima: Jurista Editores.
Reaño Peschiera, J. L. (2002). Los delitos de corrupción de funcionarios: una visión
crítica a partir del caso Montesinos". Ius Es Veritas, 298.
REBAZA MARTELL ALEJANDRO, CRUZ SANDOVAL GONZALO,
MALDONADO PEREZ JENNIFER. (2016). DEFINICIONES JURIDICAS. 39- 652.
REBAZA MARTELL, Alejandro; CRUZ SANDOVAL, Gonzalo y MALDONADO
PEREZ, Jennifer. (2016). DEFINICIONES JURIDICAS. LIMA: FFECAAT.
Redondo Jordán, J. (20 de agosto de 2013). Revista de Prensa. Obtenido de
https://www.almendron.com/tribuna/nuestro-momento-maquiavelico/
109
Reflexiones sobre la corrupción administrativa. (s.f.). Cuba. Obtenido de
http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/infodir/1.0_reflexiones_sobre_la_corrupcion_admi
nistrativa_1.pdf
Ríos, M. A. (6 de Febrero de 2017). La Corrupción Administrativa. Pro & Contra.
Rojas Mori, J. S. (2017). "Los delitos de corrupción de funcionarios, colusión artículo
384 del Código Penal, y el Estado de Derecho en el Perú". Lima.
Rojas Ríos, M. A. (6 de Febrero de 2017). Corrupción Administrativa. Pro & Contra.
RUBIO CORREA, M. (2000). Estudio de la Constitución Política de 1993. Lima:
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU.
SALINAS SICCHA, R. (2011). En Delitos contra la Administración Pública. (pág. 318).
Lima: Grijley.
SALINAS SICCHA, R. (2019). En Delitos contra la Administración Pública (pág. 763).
Lima: Grijley.
Sandri, P. G. (03 de agosto de 2012). Historia de la Corrupción. La Vanguardia .
Sentencia del Tribunal Constitucional, 00017-2011-PI/TC (Tribunal Constitucional 3 de
mayo de 2012).
SORIANO, R. (2011). LA CORRUPCIÓN POLÍTICA: TIPOS, CAUSAS Y REMEDIOS.
Sevilla (España).
Soto, R. (2003). La Corrupción desde una perspectiva económica. . Santiago de Chile.
Teitelbaum, A. (2010). CEPRID.
TELLO, I. V. (22 de ABRIL de 2018). PERÚ 21. Obtenido de
https://peru21.pe/politica/costo-corrupcion-pagan-peruanos-404394
Transparencia Internacional. (2006).
UGAZ ZEGARRA, F. (2017). COLUSIÓN DESLEAL. CURSO DE
ESPECIALIZACIÓN EN DERECHO PENAL.
Universidad de Navarra. (s.f.). unav.es. Obtenido de
http://www.unav.es/penal/crimina/topicos/bienjuridico.html
Universidad Latina de América - México. (s.f.). IUS Revista Jurídica. Obtenido de
http://www.unla.mx/iusunla18/reflexion/QUE%20ES%20UNA%20POLITICA%20PU
BLICA%20web.htm
Urrea, J. (8 de noviembre de 2013). Política Directa. Obtenido de
https://politicadirecta.wordpress.com/2011/11/08/%C2%BFque-es-corrupcion-politica/
Van Klaveren. (1989). The concept of corruption.
VASQUEZ, I. (22 de ABRIL de 2018). PERÚ 21. Obtenido de
https://peru21.pe/politica/costo-corrupcion-pagan-peruanos-404394
Vásquez, M. A. (2003). Los Delitos Contra la Administración Pública en el Código Penal
Peruano. Lima: Palestra.
Vega Luna, E. (21 de diciembre de 2015). ACCIÓN ANTE LA CORRUPCIÓN. El
Comercio. Obtenido de Proética.
110
Vera Guerrero, M. A. (2013). “El periodismo de investigación frente a los hechos de
corrupción en el Congreso. Caso Elsa Canchaya y Cecilia Anicama”. Lima.
Zapata, R. (24 de julio de 2018). El Comercio. Obtenido de
https://elcomercio.pe/peru/piura/piura-jefe-arcc-preocupado-descolmatacion-rio-piura-
noticia-539471
111
ANEXOS
112
Anexo N° 01: Aspectos administrativos
Cronograma de ejecución:
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
AÑO 2018
ANÁLISIS PREVIO X X
PLANTEAMIENTO DEL
X X
PROBLEMA
113
RECOPILACIÓN Y
ORDENAMIENTO DE X X
DATOS
CLASIFICACIÓN DE
X X X
DATOS
ANÁLISIS CRÍTICO E
X X
INTERPRETATIVO
ETAPA ELABORATIVA
ANÁLISIS METÓDICO X X X X X
REDACCIÓN INICIAL X X X
PRESENTACIÓN DEL
X
PROYECTO
114
APROBACIÓN DEL
X
PROYECTO
Año 2019
INTERPRETACIÓN DE LA
X X X
INFORMACIÓN
SEGUNDA REDACCIÓN X X X X X X X X X
115
Año 2020
En Feb Mrz Ab My Jn Jl Ag Set Oct Nov Dic
Actividades
PREPARACIÓN X X X X
BIBLIOGRÁFICA,
CITAS, ANEXOS Y
CUADROS
ESTADÍSTICOS
CORRECCIÓN E X X X X X
IMPRESIÓN DE LA
TESIS
SUSTENTACIÓN X
116
Anexo N° 02: Presupuesto
COSTO COSTO
CONCEPTO N° MESES
UNITARIO TOTAL
GASTOS FIJOS
REFRIGERIOS 3 50 150
GASTOS VARIABLES
IMPRESIÓN DE HOJAS 3 30 90
GASTOS EN TELEFONIA 3 20 60
SUB TOTAL
640
TOTAL 4480
117