Contrarrevoluion
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Contrarrevoluion
1. Caratula.
2. Índice.
3. Introducción.
4. Concepto de contrarrevolución de 1954.
5. Cronología de acontecimientos.
6. Sentido discurso.
7. Anticomunismo.
8. Ataques aéreos y terrestres.
9. Las ideas de la contrarrevolución.
10. Los hechos.
11. La construcción del adversario.
12. Matar con la constitución y las leyes.
13. Los usos de dios.
14. El nacionalismo: la patria de los anticomunistas.
15. Guatemala en el tablero de la guerra fría.
16. Conclusión.
17. Bibliografía.
INTRODUCCION
Cronología de acontecimientos
El segundo tema del cuestionamiento era la posibilidad de dar armas a las milicias
populares creadas para defender a la Revolución de 1944. Desde principios de
año, cuando el régimen, sintiéndose amenazado, quiso comprar armas
previniendo un ataque militar, se encontró con la negativa de varios gobiernos. De
esta manera, forzaría a adquirir algún armamento checoslovaco, lo cual provocó
temores en el Ejército ante la posibilidad de que estos fueran distribuidos entre la
población y quedaran fuera de su control (Compendio de Historia de Guatemala
1944-2000, 2010).
Árbenz afirmó que la influencia del PGT no era crucial para su gobierno y negó
que tuviese intención de formar milicias populares. El Presidente cometió, no
obstante, el error de no apreciar el significado que tenía el cuestionamiento del
Ejército, que también había sido sometido a una intensa campaña ideológica
sobre los peligros del comunismo. A pesar de las respuestas del Presidente, la
duda y el temor quedaron sembrados entre los miembros de la institución armada
(Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Durante el mes de junio de 1954 se vivía en Guatemala un clima de confrontación
irremediable. En el campo, las invasiones de tierra sucedían una tras otra, en tanto
que, los mítines y las manifestaciones de apoyo al régimen iba siendo cada vez
menos. Los sermones y advertencias de la Iglesia arreciaban.
No tardaron en surgir las transmisiones de Radio Liberación, una emisora
establecida por los opositores de Árbenz, que divulgaban los pormenores de una
invasión inminente, por parte de un ejército con mucho armamento y un
contingente de soldados, superior al de las fuerzas armadas nacionales
(Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Algunos aviones volaron el cielo de la ciudad capital, ametrallando objetivos
militares y dejando caer propaganda contra el régimen, así como amenazas de
muerte sobre sus colaboradores. Se produjo una campaña de rumores de la más
diversa índole, entre ellos una supuesta marcha de campesinos para saquear la
ciudad (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Las presiones y las amenazas del embajador estadounidense John Peurifoy eran
diarias y se dirigían contra el Gobierno y el ejército. Árbenz se encontró ante la
evidencia de que, no era obedecido y de que a su gobierno lo defenderían los
sectores populares que le pedían armas, pero ya era demasiado tarde para
proporcionárselas, además de que no contaba con suficiente armamento. De
haberse efectuado la distribución de armamento, se hubiese desencadenado una
verdadera guerra civil, pero las pocas armas que se tenían nunca fueron
repartidas. Arbenz confiaba en el Ejército de Guatemala. La operación llegó a su
desenlace cuando Árbenz decidió renunciar, la noche del 27 de junio de 1954 y
transmitió esa decisión al pueblo por radio. El Presidente entregó el mando al
coronel Carlos Enrique Díaz, Jefe de las Fuerzas Armadas, esperanzado en que la
institución armada sabría negociar un digno final de las hostilidades, sin que los
guatemaltecos sufrieran las consecuencias, rompiendo de esta manera el orden
constitucional. El efecto fue verdaderemente desmoralizante. La Revolución de
1944 fue interrumpida (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Rota la Constitución, no fue difícil echar por tierra el pacto de transición de mando,
acordado entre Arbenz y Díaz. Primero por el caos y la incertidumbre social que
caracterizaban el plano político: era evidente la presencia nula de los partidos
políticos y del Congreso de la República, órgano que se transformó en mero
espectador, al perder la capacidad de actuación independiente (Compendio de
Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).
Sentido discurso
En su último mensaje como dignatario, Árbenz indicó que la guerra que se había
desatado contra Guatemala no era responsabilidad aparentemente de ningún
gobierno, pero no quitó el dedo acusador a la transnacional United Fruit Company
(Ufco), los monopolios extranjeros y círculos de poder de Estados Unidos.
Árbenz aseguró que renunció para evitar que la tragedia en contra de la población
fuera mayor y depositó su confianza en el coronel Díaz, quien afirmó que lucharía
para mantener las conquistas logradas por la Revolución de Octubre.
El 3 de julio de 1954 Castillo Armas entró en Guatemala, con lo cual sepultó las
reformas revolucionarias y los anticomunistas comenzaron una persecución contra
la oposición izquierdista.
Víctimas de los ataques aéreos declararon sobre como fueron heridos tras el
atentado. El señor Rafael Sánchez Vega informó que se encontraba en la puerta
de su casa en la mañana, con su hermano y un sobrino; escucharon varios
disparos cerca del teatro Venecia (Ave. Bolívar) cuando el avión les disparó en las
piernas.
Campaña de desprestigio
LOS HECHOS
A las 21:15 horas del 27 de junio de 1954, el presidente Jacobo Arbenz Guzmán
anunciaba su renuncia. Se trataba del primer presidente que había recibido de otro
–popularmente electo– la banda presidencial. La operación éxito (en clave:
PBSUCCESS) alcanzaba el objetivo que la CIA había trazado. La embajada de
Estados Unidos en Guatemala tendría razones para celebrar. “Bien, muchachos,
mañana a esta hora tendremos una fiesta”, advirtió el embajador J. Peurifoy a su
personal la noche anterior.
Desde el momento mismo en que las fuerzas de la revolución dieron el toque final
a la dictadura de Jorge Ubico, el 20 de octubre de 1944, otro conjunto de actores
iniciaron su proceso de maduración y articulación: la United Fruit Company y su
poderoso lobby en el Congreso de Estados Unidos, en el Departamento de Estado
y en la CIA; los militares conservadores forjados bajo años de dictaduras; la alta
jerarquía del clero católico emparentado con el franquismo y la falange; políticos
de derecha marginados por las aplastantes victorias de los frentes que apoyaron a
Aré- valo y a Arbenz,7 terratenientes intimidados por el impacto y los efectos de la
reforma agraria; líderes políticos que, sorprendidos por el fin de la dictadura de
Ubico, esperaron el momento para demostrar sus cualidades. Pasaron diez años
en los cuales las piezas paulatinamente se fueron colocando en el tablero de la
contrarrevolución. Se forjaron actores, alianzas, discursos, identidades.
Paradójicamente, en paralelo con la revolución, con las reformas democráticas,
con cierto clima –excepcional en Guatemala– de pluralismo político, su opuesto, el
anticomunismo, se deslizaba lentamente hasta hacerse con el poder del Estado.
Tras las victorias del 29 de junio, 1º de julio y 20 de octubre de 1944, el
movimiento revolucionario rápidamente se institucionalizó. La junta de gobierno
convocó a elecciones para integrar la Asamblea Nacional Constituyente. La
Constitución resultante fue expresión de los alcances que el movimiento llegaría a
tener. No en balde, Samayoa Chinchilla refiere este momento así:
La ley del seguro social (X, 1946), el Código de Trabajo (1947) y la ley de
arrendamiento forzoso (XII, 1949) eran demasiado para un terreno tan
conservador. El desgarramiento entre años de dictadura y el nuevo régimen que
empezó a gobernar en marzo de 1945 provocaba zozobra. Para agosto de 1947,
en el marco de la Conferencia de Río de Janeiro, fue repartido entre los asistentes
un panfleto titulado La verdadera fisonomía política del gobierno de Guatemala. En
éste se describen los objetivos del presidente de Guatemala en los términos que
siguen: “Su fin es llegar a establecer en las otras naciones de América, dictaduras
comunistas sin importarle la libertad, que para él sólo es un medio que permite
conseguir sus objetivos […] en Guatemala ha implantado una dictadura de
tendencias comunistas” (Manrique y Miranda). Como evidencia de tales
afirmaciones, los autores exponen hechos en los cuales el gobierno de Guatemala
supuestamente apoyó movimientos rebeldes de Centroamérica. Otro texto, de
capital importancia para el anticomunismo de aquellas fechas, publicado en 1955,
califica al primer gobierno de la revolución de octubre como “La cabeza de puente
roja que se tendió en 1944…” Editor del The New Leader, influyente medio
conservador norteamericano, Daniel James fue parte de la campaña de
propaganda desatada en Estados Unidos.
En medio de aquel clima político se pasó, de complots abortados, a la primera
operación del gobierno de Estados Unidos contra la revolución guatemalteca:
PBFORTUNE. En 1952, la operación fue detenida a última hora por la posición del
Departamento de Estado. El 29 de marzo de 1953, 200 mercenarios tomaron
Salamá por espacio de 17 horas. La revuelta fue controlada, pero desde aquel
entonces el camino de las armas había sido señalado. Cuatro meses después, a
principios de agosto de 1953, el gobierno de Estados Unidos tomó la decisión de
iniciar otra operación: PBSUCCESS (operación éxito). En diciembre, Castillo
Armas hacía público –desde Honduras– su Plan de Tegucigalpa.
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