El Enfoque Formativo de La Evaluación

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EL ENFOQUE FORMATIVO DE LA EVALUACIÓN.

SEP. SERIE: HERRAMIENTAS PARA LA EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN BÁSICA.

El Plan de estudios 2011 establece que se debe “evaluar para aprender”, esto significa dejar
atrás el papel sancionador y el carácter exclusivamente conclusivo o sumativo de la evaluación de
aprendizajes, por uno más interesado en conocer porqué los alumnos se equivocan o tienen fallas para
que, una vez identificadas las causas, ayudarlos a superarlas.

Los docentes son los responsables directos de la evaluación de los alumnos, independientemente
de su momento (inicial, de proceso o final) o finalidad (acreditativa o no acreditativa) y deben tener
presente que su propósito es mejorar los procesos de aprendizaje durante todo el trayecto formativo,
como se sustenta en el acuerdo 592 por el que se establece la Articulación de la Educación Básica
(SEP, 2011). Los docentes tienen absoluta libertad para determinar, interpretar, registrar y utilizar
distintos elementos para la evaluación, siempre teniendo como referente directo lo señalado en el Plan
y los programas de estudio 2011.

¿Qué significa evaluar?

El Plan de estudios 2011.Educación Básica define la evaluación de los aprendizajes de los


alumnos como el proceso que permite obtener evidencias, elaborar juicios y brindar retroalimentación
sobre el logro de los aprendizajes de los alumnos a lo largo de su formación. El centro de evaluación
son los aprendizajes y no los alumnos, se evalúa el desempeño y no los alumnos.

En la práctica se tiende a confundir con cierta facilidad conceptos como medición, calificación,
estimación o acreditación, cuando debe ser un proceso que busque información para tomar decisiones
mediante el uso de técnicas e instrumentos que permitan recolectar información de corte cualitativo y
cuantitativo y así, dar seguimiento a los aprendizajes de los alumnos, tomando como referencia los
aprendizajes esperados. Es decir, no basta con establecer una calificación, sino que se refiere a
retroalimentar y establecer juicios para que los alumnos, docentes, madres y padres de familia o
tutores, autoridades escolares y educativas, tomen decisiones que permitan mejorar el desempeño de
los alumnos.

La acreditación consiste en tomar la decisión respecto a la pertinencia de que un alumno acceda


al grado escolar o nivel educativo siguiente en función de las evidencias cualitativas y cuantitativas; es
el docente el encargado de recolectar evidencias, medir los aprendizajes en el aula, calificar y tomar
decisiones que permitan mejorar el desempeño de los alumnos.

La evaluación desde el enfoque formativo.

La evaluación desde el enfoque formativo favorece el seguimiento del desarrollo del


aprendizaje de los alumnos como resultado de la experiencia, de la enseñanza o la observación. De ahí
que sea importante entender qué ocurre en el proceso e identificar la necesidad de nuevas
oportunidades de aprendizaje. El proceso es más importante que el resultado y éste se convierte en un
elemento de reflexión para la mejora.
La evaluación desde el enfoque formativo responde a dos funciones: de carácter pedagógico (no
acreditativo) y social (acreditativo). La función pedagógica permite identificar las necesidades del
grupo mediante la reflexión y mejora de la enseñanza y del aprendizaje, también para orientar el
desempeño docente y seleccionar el tipo de actividades de aprendizaje que respondan a las necesidades
de los alumnos. La función social de la evaluación está relacionada con la creación de oportunidades
para seguir aprendiendo y la comunicación de los resultados al final de un periodo de corte.

Desde este enfoque, una calificación y una descripción sin propuesta de mejora son
insuficientes e inapropiadas para mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje.

Momentos y tipos de la evaluación.

Se señalan tres momentos de evaluación: inicial, de proceso y final. Estos coinciden con los
tipos de evaluación: diagnóstica, formativa y sumativa.

La diagnóstica tiene la intención de explorar los conocimientos que ya poseen los alumnos, su
objetivo es establecer una línea de base de aprendizajes comunes para diseñar las estrategias de
intervención docente; por ello puede realizarse al inicio del ciclo escolar, de una situación o secuencia
didáctica.

La evaluación formativa se realiza para valorar el avance en los aprendizajes y mejorar la


enseñanza. Las modalidades de evaluación formativa que se emplean para regular el proceso de
enseñanza y aprendizaje son: interactiva, retroactiva y proactiva. La interactiva es la que está
completamente integrada al proceso de enseñanza y constituye la modalidad por excelencia de la
evaluación formativa, mientras que la proactiva y la retroactiva son alternativas para que puedan
utilizarse cuando la primera no ha funcionado por diversos factores.

La evaluación sumativa promueve que se obtenga un juicio global del grado de avance en el
logro de los aprendizajes esperados de cada alumno, también permite tomar decisiones relacionadas
con la acreditación al final de un periodo de enseñanza o ciclo escolar, no así en el nivel de preescolar,
dónde la acreditación se obtendrá sólo por el hecho de haberlo cursado.

Es necesario evaluar durante todo el ciclo escolar, ya que, de no aplicar adecuadamente estas
evaluaciones, se puede detener el proceso de aprendizaje de varias maneras; por ejemplo:

*Si los exámenes y las tareas no se enfocan en los aprendizajes esperados, los alumnos no podrán
mejorar sus aprendizajes.

*La asignación de calificaciones como premio o castigo puede reducir la motivación de los alumnos
por aprender.

*Si los alumnos perciben la obtención de una calificación como un logro fuera de su alcance puede
aminorar su esfuerzo y aumentar los distractores en el aprendizaje.

*Las prácticas de evaluación en las que se aplican premios o castigos pueden reducir la colaboración
entre los alumnos.

¿Para qué se evalúa?


Toda evaluación que se lleve a cabo durante el ciclo escolar, independientemente de su
momento, de su finalidad, o de quienes intervengan en ella, se hará desde el enfoque formativo de la
evaluación; es decir, evaluar para aprender cómo se señala en el séptimo principio pedagógico del Plan
de estudios 2011, y en consecuencia mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. El docente
brindará propuestas de mejora y creará oportunidades de aprendizaje para que los alumnos continúen
aprendiendo.

¿Quiénes evalúan?

El docente frente a grupo es el encargado de evaluar los aprendizajes de los alumnos. Desde el
enfoque formativo, existen tres formas en las que el docente puede realizar la evaluación: la
interna, la externa y la participativa.

La interna se refiere a que el docente evalúa a los alumnos del grupo que atiende.

La participativa se refiere a que el docente evalúa al involucrar otros actores educativos como sus
alumnos, colegas o directivos.

Cuando se involucran otras personas en el proceso de la evaluación se presentan las siguientes


evaluaciones complementarias:

Autoevaluación es la evaluación que realiza el propio alumno de sus producciones y su proceso de


aprendizaje.

Coevaluación es la evaluación que realiza el propio alumno en colaboración con sus compañeros, es
decir, evaluarse entre ellos mismos.

Heteroevaluación es la evaluación que el docente realiza de las producciones de un alumno o un


grupo.

La externa se refiere a que el docente que evalúa no está incorporado a la escuela.

¿Cuándo se evalúa?

La evaluación es un proceso cíclico que se lleva a cabo de manera sistemática, y consiste en tres
grandes fases: inicio que implica el diseño, el proceso que genera evaluaciones formativas, y el final,
donde se aplican evaluaciones sumativas.

¿Cuándo se evalúa?

Para que la evaluación tenga sentido formativo es necesario evaluar usando distintas técnicas e
instrumentos. Dichos instrumentos pueden ser informales como la observación del trabajo individual,
registros anecdóticos, diarios de clase, las preguntas orales. Los semiformales son la producción de
textos amplios, la realización de ejercicios, tareas y evaluación de portafolios y los formales,
exámenes, mapas conceptuales, evaluación del desempeño, rúbricas, listas de cotejo, etc.

¿Cómo se emiten juicios?


Para emitir un juicio del desempeño de los alumnos es necesario establecer criterios de evaluación;
identificar los aprendizajes esperados y en consecuencia seleccionar las evidencias del desempeño que
permitirán verificarlas.

¿Cómo se distribuyen las responsabilidades de la evaluación?

El alumno tiene derecho a conocer los criterios de evaluación y a recibir retroalimentación del logro de
sus aprendizajes por parte del maestro. También los padres de familia deben conocer los resultados de
la evaluación de sus hijos.

Las autoridades escolares deben estar al tanto de los procesos y resultados de las evaluaciones que
realizan los docentes.

Y las autoridades educativas de las entidades federativas deben conocer los resultados de las
evaluaciones realizadas en los planteles de educación básica.

¿Qué se hace con los resultados de la evaluación?

En el enfoque formativo de la evaluación, los resultados deben analizarse para identificar las áreas de
mejora y tomar decisiones que permitan avanzar hacia las metas que se esperan en beneficio de los
alumnos.

El docente que evalúa con base en el enfoque formativo

Se espera que el docente:

a) Sea un mediador entre el conocimiento y el aprendizaje de sus alumnos.


b) Sea un profesional reflexivo que de manera crítica examine su práctica, tome decisiones y
solucione problemas pertinentes al contexto de su clase.
c) Analice críticamente sus propias ideas.
d) Promueva aprendizajes significativos y preste ayuda pedagógica ajustada a las necesidades y
competencias del alumnado.
e) Establezca como meta educativa la autonomía y la autodirección de sus alumnos.

Un modelo de evaluación con enfoque formativo

Este modelo resalta la necesidad de que el docente identifique los aprendizajes esperados; los criterios
de evaluación; y lo que saben los alumnos en relación con lo que les quiere enseñar, para establecer las
estrategias que permitan que los alumnos aprendan; se les brinde retroalimentación y que se
autoevalúen y supervisen su propio desempeño.

Claridad en lo que se enseña: los aprendizajes esperados


En el plan de estudios 2011 se establece que los aprendizajes esperados son indicadores de logro que,
definen lo que se espera de cada alumno, en términos de saber, saber hacer y saber ser.

Establecer y comunicar los criterios de evaluación

Se espera que antes de iniciar y durante una actividad, secuencia didáctica o proyecto, les comunique:
los propósitos; lo que se espera que logren al final de la actividad; el tipo de actividades que se
planificarán; el tiempo destinado para su realización; la importancia que tiene la actividad para el logro
de los aprendizajes y como se les va a evaluar.

Identificar dónde están los alumnos y hasta dónde pueden llegar

El conocimiento previo es esencial para el aprendizaje. Se puede aplicar una evaluación diagnóstica
formal y utilizar los resultados para decidir qué saben los alumnos y qué requiere de mayor trabajo.

Retroalimentar a los alumnos

La retroalimentación facilita el aprendizaje. Este es uno de los mecanismos que se establece como
andamiaje en el aprendizaje. La evaluación formativa demuestra que la retroalimentación es
especialmente eficaz cuando dirige su atención a cualidades particulares del desempeño del alumno.
Además para que la retroalimentación sea formativa, los docentes deben propiciar un clima de
confianza y desarrollar normas en clase que posibiliten la crítica constructiva.

Supervisar el propio desempeño

El proceso de autoevaluación se basa en que existan criterios de evaluación claros y explícitos para que
los alumnos puedan pensar, aplicar y reflexionar, en el contexto de su propio trabajo. Este proceso de
autoreflexión incrementa la responsabilidad y el compromiso de los alumnos ante su aprendizaje.

La ética en la evaluación

La ética le da a la evaluación la posibilidad de constituirse como un ejercicio profesional equilibrado,


al regular que los juicios de los docentes se apliquen de manera imparcial, justa, equitativa, respetuosa,
responsable, honesta y con compromiso social.

Un docente que evalúa debe ser un profesional ético que:

a) Trate a los alumnos de acuerdo con las orientaciones y los valores que rigen su conducta, como
la honestidad, el respeto, la autonomía, la reciprocidad, la imparcialidad y la justicia.
b) Reconozca las voces de todos.
c) Incorpore a los alumnos en las actividades con su pleno consentimiento.
d) Logre que los resultados estén disponibles y sean legítimos para todos.

Hecho por:
Martina Guadalupe Campas

Gladys Yadira Carrizoza Armenta

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