RACIONALISMO y EMPIRISMO

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RACIONALISMO

Movimiento filosófico desarrollado particularmente en la Europa continental durante los siglos XVII y XVIII y
caracterizado por la primacía que dieron a la razón en la fundamentación del conocimiento, la fascinación por la
matemática y la defensa de la existencia de ideas innatas y de la intuición intelectual.
El término “racionalismo” tiene un significado muy amplio: en general, llamamos racionalista a toda posición filosófica
que prima el uso de la razón frente a otras instancias como la fe, la autoridad, la vida, lo irracional, la experiencia
empírica, ... Es racionalista todo aquél que cree que el fundamento, el principio supremo, es la razón. Junto con ello,
cabe ser racionalista en relación con un género de cuestiones y no serlo en relación con otro: por ejemplo, se puede
reivindicar la necesidad del ejercicio de la razón en política y rechazarlo en religión.
René Descartes
René Descartes nació en el año 1596 en La Haye, un pueblo francés que actualmente se denomina Descartes.
Desarrolló su educación en el colegio jesuita de La Flèche, donde recibió una importante formación clásica y filosófica,
basada esta última en las teorías de Aristóteles. A partir de 1612 comienza una época más aventurera en su vida
tratando de descubrir por sí mismo lo que no había encontrado en los libros. Se licencia en Leyes, participa en las
guerras entre católicos y protestantes (llegando a formar parte de los dos ejércitos), viaja por los Países Bajos, Suecia
y Dinamarca, y pasa algunas temporadas en París. Tras esta época decide marchar a Holanda, lugar donde encuentra
una mayor tolerancia intelectual que le permite elaborar sus principales obras: El discurso del método, Las
meditaciones metafísicas, Los Principios de la Filosofía… La fama que alcanza Descartes como matemático y como
filósofo hacen que la reina Cristina de Suecia lo llame a su Corte para que imparta allí sus clases. Pero Descartes no
soportó por mucho tiempo el clima nórdico y falleció a la edad de cincuenta y tres años. Varios años más tarde sus
obras fueron incluidas en el Índice de libros prohibidos de la Inquisición, lo que significaba que ser cartesiano podía
convertirse en un crimen.

El racionalismo de Descartes.
Las ideas de Descartes acerca del conocimiento se sitúan dentro de la llamada corriente racionalista que, con
frecuencia, se contrapone al empirismo. De forma general, los autores racionalistas (Leibniz, Spinoza o el propio
Descartes) desarrollaron sus ideas en los siglos XVII y XVIII, compartiendo los siguientes rasgos:
1) Las matemáticas representan el modelo de conocimiento científico, riguroso y exacto. La filosofía debe seguir el
modo de proceder que aparece en las matemáticas. No hay que olvidar que Descartes fue un gran matemático –a él se
deben los ejes cartesianos y que Leibniz inventó el cálculo infinitesimal-.
2) El innatismo de las ideas. Los racionalistas creen que hay en la mente humana un conjunto de principios o
conceptos que no proceden del exterior, sino que se encuentran en ella desde el nacimiento. Estas ideas innatas son
básicas para cualquier ciencia o conocimiento humano.
3) Confianza en la razón. Esta confianza la hereda el racionalismo del Renacimiento. Si en el periodo medieval, la
razón se subordinaba a la fe, en el Renacimiento se va a defender la autonomía de la Razón por encima de la tradición
religiosa. La razón es el fundamento de la ciencia y es el instrumento a partir del cual el hombre puede dominar el
mundo.
4) Minusvaloración del conocimiento sensible. Para los racionalistas, los sentidos pueden llevar a engaño. La
sensibilidad no tiene el carácter universal y necesario de la razón.
5) Centralidad del método. Para pensar correctamente hay que pensar ordenadamente, hay que seguir un método, hay
que avanzar paso a paso. El método es el camino que conduce a la verdad.

Actividad:
1. Redacta una biografía de Descartes
2. Desarrolla los cinco puntos principales de la filosofía de Descartes

EMPIRISMO

Cuando hablamos de Racionalismo, dijimos que esta corriente filosófica puede resumirse con la frase “Cogito, ego
sum” que es Pienso, luego existo. Esta verdad (la existencia del yo), es evidente, firme y segura, resistente a toda duda
y por tanto puede ser aceptada como el primer principio firme y sólido de su filosofía. Es una verdad intuida, conocida
directamente. Descartes en su propio pensamiento ve necesariamente la existencia.
Llamamos racionalismo, entonces, a toda posición filosófica que prima el uso de la razón frente a otras instancias como
la fe, la autoridad, la vida, lo irracional, la experiencia empírica, ... Es racionalista todo aquél que cree que el
fundamento, el principio supremo, es la razón. Para los racionalistas, los sentidos pueden llevar a engaño. La
sensibilidad no tiene el carácter universal y necesario de la razón.
El empirismo, por el contrario, asevera que el conocimiento nace de los sentidos y la experiencia. También se trata de
una estructura de tipo filosófico basada, justamente, en los datos que se desprenden de toda experiencia.
En este sentido, podríamos establecer que el empirismo se sustenta básicamente en dos principios fundamentales. Por
un lado, lleva a cabo la negación de la absolutización de la verdad, estableciendo además que el hombre no puede
acceder a la verdad absoluta. Y por otro lado, deja patente que toda verdad debe ser siempre puesta a prueba dando
lugar a que, a partir de la experiencia, aquella se pueda modificar, corregir o desamparar.

El inglés John Locke (1632-1704) fue el primero que formuló de modo explícito la doctrina del empirismo. Locke
consideraba que el cerebro de un recién nacido es como una tabla rasa, en la cual las vivencias dejan huellas. Por lo
tanto, el empirismo considera que los seres humanos carecen de ideas innatas. Nada puede ser entendible sin alusión
a la experiencia.

Otro filósofo empirista es David Hume (Edimburgo, 7 de mayo de 1711 – ibídem, 25 de agosto de 1776). Este cree que
todo el conocimiento humano proviene de los sentidos. Nuestras percepciones, como él las llamaba, pueden dividirse
en dos categorías: impresiones e ideas. Así define estos términos en Investigación sobre el entendimiento humano:
«Con el término impresión me refiero a nuestras más vívidas percepciones, cuando oímos, o vemos, o sentimos, o
amamos, u odiamos, o deseamos. “Las ideas no son nada excepto copias de nuestras impresiones, o, en otras
palabras, que nos resulta imposible pensar en nada que no hayamos sentido con anterioridad, mediante nuestros
sentidos externos o internos”. Esto constituye un aspecto importante del escepticismo de Hume, en cuanto equivale a
decir que no podemos tener la certeza de que una cosa, como Dios, el alma o el yo, exista a menos que podamos
señalar la impresión de la cual, esa idea, se deriva.

George Berkeley nació en Irlanda el 12 de marzo de 1685. Su postura empirista manifiesta que todo conocimiento del
mundo empírico se obtiene a través de la percepción directa. El conocimiento del mundo empírico puede purificarse y
perfeccionarse eliminando todo el pensamiento y quedándose sólo con las percepciones puras.
De esto se sigue que: La forma ideal del conocimiento científico se obtiene persiguiendo las percepciones puras, sin
intervención del intelecto. Si los individuos actuaran de esta forma, seríamos capaces de conocer los secretos más
profundos del mundo natural y del mundo humano. La meta de la ciencia, por tanto, es desintelectualizar las
percepciones humanas, purificándolas.

Actividad
1.     Describe las diferencias entre el racionalismo y el empirismo con respecto al conocimiento.
2.     Desarrolla las ideas fundamentales de Locke, Hume y Berkeley.

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