La Antropología Feminista y La Categoría de Género

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La antropología feminista y la categoría de género

Si se tuviera que elegir un concepto que distinguiera a la antropología de las demás


ciencias, este sería el de “cultura”. El estudio y la investigación de la cultura humana
ha sido la línea rectora de la ciencia antropológica. Por eso, uno de sus intereses ha
sido esclarecer hasta dónde ciertas características y conductas humanas son
aprendidas mediante la cultura, o si están ya inscritas genéticamente en la naturaleza
humana. Esta interrogante ha llevado a un debate sobre qué es lo determinante en el
comportamiento humano, si los aspectos biológicos o los socioculturales.
La antropología se ha interesado desde siempre en cómo la cultura expresa las
diferencias entre varones y mujeres. El interés principal de los antropólogos ha sido
básicamente la forma en que cada cultura manifiesta esa diferencia. Los papeles
sexuales, supuestamente originados en una división del trabajo basada en la diferencia
biológica.
La mayoría de las mujeres que conformaban este movimiento social, diferencia de
sus antecesoras de principios de siglo, tenían un bagaje ideológico y una militancia
política que les permitió un análisis más radical. Estas nuevas feministas, al
reflexionar sobre el origen de la opresión femenina, analizaban la relación entre el
capitalismo y la dominación patriarcal, descartando la supuesta "naturalidad" de
ciertos aspectos de la subordinación de las mujeres. No es de extrañar, por lo tanto,
que la antropología haya resultado un terreno fértil a sus cuestionamientos, dirigidos a
esclarecer qué era lo innato y qué lo adquirido en las características masculinas y
femeninas de las personas. Así varias antropólogas feministas" participaron, con
investigaciones y teorizaciones, en la nueva ronda del debate “naturaleza versus
cultura" cabo sobre el origen -biológico o social- de la opresión de las mujeres.

Toda demostración de que las mujeres son agentes igual de importantes que los
varones en la acción social y política no desentraña los factores que determinan el
estatus femenino, tan variable de cultura en cultura, pero siempre con una constante:
la subordinación política de las mujeres como grupo (como genero) a los hombres.
Pero, así como unas feministas centraban en lo biológico la causa de la subordinación
femenina, hubo otras que, respondiendo a los discursos neo-evolucionistas de moda,
reaccionaron con posturas muy ideológicas y poco científicas, llegando algunas
inclusive a negar cualquier peso al aspecto biológico, cayendo así en un
reduccionismo culturalista.
Justamente una feminista, la socióloga francesa Evelyne Sullerot, se propuso a
estudiar el hecho femenino desde una perspectiva que incluyera lo biológico, lo
psicológico y lo social. Para ello realizaron un coloquio en 1976 que fue presidio, a la
muerte de Monod, por otro premio Nobel de medicina, Andre Lwoff. Las
conclusiones a que llegaron echan abajo la argumentación biologicista, pues si bien
reconocen que, según las investigaciones más recientes, es perfectamente plausible
que existan diferencias sexuales de comportamiento asociadas con unos programas
genéticos de diferenciación sexual, estas diferencias entre hombres y mujeres, sin
perder de vista que la predisposición biológica no es suficiente por si misma para
provocar un comportamiento. No hay comportamientos o características de
personalidad exclusivas de un sexo. Ambos comparten rasgos y conductas humanas.
¿Cómo aparecen las diferencias de género en la antropología? La antropología ha
establecido ampliamente que la asimetría entre hombres y mujeres significa cosas
distintas en lugares diferentes. Por lo mismo, la posición de las mujeres, sus
actividades, sus limitaciones y sus posibilidades varían de cultura en cultura. Lo que
se mantiene constante es la diferencia entre lo considerado masculino y lo
considerado femenino. Pero si en una cultura hacer canastas es un trabajo de mujeres
(justificado por la mayor destreza manual de estas) y en otra es un trabajo exclusivo
de los varones (con las mismas justificaciones) entonces es obvio que el trabajo de
hacer canastas no está determinado por lo biológico (el sexo), sino por lo que
culturalmente se define como propio para ese sexo, o sea, por el género.
Así, el siguiente paso en el estudio de los papeles sexuales fue el estudio del
género. Los papeles son asignados en función de la pertenencia a un género: pero
¿Cómo o por que se designan ciertas características como femeninas y ciertas como
masculinas?, ¿Cómo es que aparece el género? Si un objetivo del trabajo teórico es
desarrollar o crear herramientas analíticas-conceptos, categorías, teorías- que permitan
entender o al menos visualizar, algo que antes pasada inadvertido, ¿Qué es lo que las
categorías de genero permite ver?

El estudio del transexualismo esta vinculado estrechamente con los estudios de los
trastornos de la identidad sexual. También esta relacionado con el travestismo. Parece
ser que la disciplina que primero la utilizo, así como una nueva aceptación de
categoría de genero y la utilizo en las ciencias sociales en el sentido de construcción
social de lo femenino y lo masculino fue la psicología, en su vertiente médica. El que
establece ampliamente la diferencia entre sexo y genero es Robert Stoller, justamente
en Sex and Gender y esto es a partir del estudio de los trastornos de la identidad
sexual que se define con precisión este sentido de género. Stoller examina casos en
los que la asignación de genero fallo, ya que las características externas de los
genitales se prestaban a confusión. Desde esta perspectiva psicológica, género es una
categoría en la que se articulan tres instancias básicas:
A)La asignación de genero esta se realiza en el momento en que nace el bebe, a
partir de la apariencia externa de sus genitales. Hay veces que dicha apariencia está en
contradicción con la carga cromosómica, y no se detecta esta contradicción, o se prese
su resolución o tratamiento, y se generan graves trastornos.
B)La identidad de genero se establece mas o menos a la misma edad en que el
infante adquiere el lenguaje y es anterior a su conocimiento de la diferencia anatómica
entre los sexos, después de que se es establecida la identidad de genero es muy usual
ver a niños rechazar algún juguete porque es del genero contrario, o aceptar sin
cuestionar ciertas tareas porque son del propio género, ya asumida la identidad de
genero es casi imposible que alguien pueda llegar a cambiarla.
C)El papel de género o rol de genero se forma con el conjunto de normas y
prescripciones que dictan la sociedad y la cultura sobre el comportamiento femenino o
masculino. La existencia de distinciones socialmente aceptadas entre hombres y
mujeres es justamente lo que da fuerza y coherencia a la identidad de género, pero hay
que tener en cuenta que si el género es una distinción significativa en gran cantidad de
situaciones, es porque se trata de un hecho social, no biológico.

La estructuración del genero llega a convertirse en un hecho social de tanta fuerza


que inclusive se piensa como natural; lo mismo pasa con ciertas capacidades o
habilidades supuestamente biológicas, que son construidas y promovidas social y
culturalmente. Hay que tener siempre presente que entre mujeres y hombres hay más
semejanzas como especie que diferencias sexuales.
La categoría genero permite delimitar con mayor claridad y precisión como la
diferencia cobra la dimensión de desigualdad. Algunos autores consideran que dicha
transformación se da en el terreno del parentesco; otros, que la desigualdad se funda
en la simétrica distribución de tareas; pocos mas ubican el origen de la subordinación
en el territorio de lo simbólico especialmente en las estructuras de prestigio.
Como definición preliminar, Rubín plantea que el sistema sexo/genero es el
conjunto de arreglos a partir de los cuales una sociedad transforma la sexualidad
biológica en productos de la actividad humana; con estos ‘’productos’’ culturales,
cada sociedad arma un sistema sexo/genero, o sea, un conjunto de normas a partir de
las cuales la materia cruda del sexo humano y de la procreación es moldeada por
intervención social, y satisfecha de una manera convencional, sin importar que tan
extraña resulte a otros ojos.
Todos los ensayos comparten la perspectiva de que el genero y la sexualidad son
construcciones simbólicas, cualesquiera que sean las bases ‘’naturales’’ de la
diferencia entre los sexos. Cada enfoque intenta detectar cuales son los aspectos
económicos, políticos y sociales mas significativos para la construcción del genero y
como cierto tipo de orden social genera percepciones sobre el genero y la sexualidad.
Estas concepciones son vistas como emergentes de las formas de acción que se dan en
la vida social, política y económica.
El género y la sexualidad significan símbolos, productos o construcciones
culturales; por lo tanto también lo son la materia de interpretación y el análisis
simbólico, esto se relaciona con otros símbolos y con las formas concretas de la vida
social, económica y política. Gracias a esto Ortner y Whitehead crearon dos enfoques
metodológicos distintos, llamaron al primero enfoque culturalista (desentraña la
lógica interna y las relaciones estructurales entre los símbolos) y al segundo enfoque
sociológico (analiza la relación entre los símbolos y sus significados y los diversos
aspectos de la vida social).
Estos dos enfoques deber ser interpretados solamente como distintos enfoques
metodológicos dentro de un intento común por interpretar y analizar el género como
un sistema cultural. Todos los ensayos comparten la perspectiva de que el género y la
sexualidad son construcciones simbólicas, cualesquiera que sean las bases “naturales”
de la diferencia entre los sexos. Ambos enfoques intentan detectar cuáles son los
aspectos económicos, políticos y sociales más significativos para la construcción del
género y cómo cierto tipo de orden social genera percepciones específicas sobre el
género y la sexualidad. Estas concepciones son vistas como emergentes de las formas
de acción que se dan en la vida social, política y económica.
Aunque todos los artículos tienen una reflexión teórica, el de Salvatore Cucchiari,
“The Gender Revolution and the Transition from Bisexual Horde to Patrilocal
Band: The Origins of Gender Hierarchy”, resulta especialmente interesante. Se
trata de un “experimento” teórico en donde se intenta imaginar un mundo sin género y
se preguntan que aspectos de la organización social estarían ausentes o modificados
en esa situación. El texto concluye, aceptando los límites de su especulación, que el
género es una construcción social, cultural e histórica.
La introducción de Ortner y Whitehead resulta muy útil para tener una visión de
conjunto, ya que trazan un amplio panorama explicativo. Señalan que hay que
distinguir el grado de las nociones formales (a veces muy elaboradas) de género y
sexualidad que tienen las diferentes culturas, pues suele ser muy variable.
Ortner y Whitehead también subrayan que no todas las culturas elaboran nociones
de masculinidad y feminidad en términos de dualismo simétrico. Aunque en la
mayoría de los casos las diferencias entre hombres y mujeres son conceptualizadas en
términos de conjuntos de oposiciones binarias, metafóricamente asociadas, hay veces
en que los sexos aparecen como gradaciones en una escala.
Otra tendencia que aparece es la definir a los varones en términos de su estatus o de
su papel: guerrero, cazador, jefe, etcétera, mientras que la tendencia respecto a las
mujeres es de definirlas en términos androcéntricos, por su relación con los hombres:
esposa de, hija de, hermana de, etcétera.

Las compiladoras señalan también que los ejes que dividen y distinguen lo
masculino de lo femenino, en realidad jerarquizan lo masculino sobre lo femenino y
distinguen a las personas del mismo género.
Para Ortner y Whitehead, el prestigio es el concepto que tiene las implicaciones
más claras e inteligibles para entender las ideas de género. De ahí la importancia de
los sistemas de prestigio para comprender ciertos conceptos que tienen que ver con el
género, como por ejemplo, el concepto del honor.
Los sistemas de prestigio están entretejidos con las construcciones culturales de
género. Ortner y Whitehead afirman que un sistema de género es, primero que nada,
un sistema de prestigio, y que si se parte de ese punto, ciertos aspectos transculturales
de las ideologías de género cobran sentido. Proponen estudiar ciertos aspectos de las
relaciones entre el género y otros órdenes de prestigio, analizando la relación de
mutua metaforización entre las categorías de género y las usadas por el sistema de
prestigio.
1- Concepto que se tuviera que elegir para distinguir antropología de las
demás ciencias
R= Cultura

2- ¿Qué se interesa en los varones y las mujeres?


R= Antropología

3- ¿La antropología aparece presente en las diferencias del género?


R= Sí

4- Socióloga francesa que se propuso estudiar el hecho femenino desde


la perspectiva biológica
R= Evelyne Sullerot.

5- ¿Cuál es el estudio está vinculado estrechamente con los estudios de


los trastornos de la identidad sexual?
R= Transexualismo

6- ¿Qué personaje es el que establece ampliamente la diferencia entre


sexo y género?
R= Robert Stoller

7- ¿Es el que plantea que el sistema sexo/genero es el conjunto de


arreglos a partir de los cuales una sociedad transforma la sexualidad
biológica en productos de la actividad humana?
R= Rubín

8- ¿Llega a convertirse en un hecho social de tanta fuerza que inclusive


se piensa como natural?
R= Estructuración del genero

9- ¿Cuáles son los dos enfoques metodológicos de Ortner y Whitehead?


R= El enfoque culturalista y el enfoque sociológico.

10-...están entretejidos con las construcciones culturales de género.


R= Los sistemas de prestigio.
“Hecho femenino” Evelyne Sullerot

Perspectiva biológica,
psicológica y social.

Feminismo

Antropología Feminista.

Antropología

Asimetría entre hombres y Posición de la mujer no es


mujeres biológica sino cultura.

Diferencia entre lo femenino


y lo masculino.

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