La Penicilina
La Penicilina
La Penicilina
Florey retomó el trabajo donde Fleming lo había dejado. La historia dice que en
septiembre de 1928, al volver de vacaciones, Fleming descubrió que varias placas de Petri
con cultivos de bacterias estaban contaminadas por un hongo. Fue un colega el que afinó y
vio que alrededor de los hongos las bacterias se habían retirado. A pesar de estudiar
su antibiosis, Fleming perdió el interés por la penicilina ante su inestabilidad y su dificultad
para purificarla. Fue Florey, con la ayuda Ernst Chain, un químico judío de origen alemán
y el biólogo Norman Heatley, el otro gran olvidado de esta historia, el que logró estabilizar
y purificar el primer antibiótico de la historia.
En mayo de 1940, con los ejércitos alemanes invadiendo media Europa, el grupo de Oxford
decidió probar la eficacia de la penicilina. Para ello, infectaron a ocho ratones con una
dosis letal de estreptococos. A cuatro de ellos les inocularon penicilina. Por la tarde, los
roedores no tratados habían muerto mientras a los que les habían administrado el
antibiótico seguían con vida y lo siguieron por muchos días. Uno de ellos llegó a la quinta
semana.