Bernal Sofia - 1er Parcial
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Consigna 1
El dialogo entre Atahualpa y el Fray Vicente de Valverde, ocurrido el 16 de
noviembre de 1532, es el primer choque entre oralidad y escritura en la región andina.
En la relación El descubrimiento y la conquista del Perú de Miguel de Estete 1 y en
Historia General del Perú del Inca Garcilaso de la Vega, podemos encontrar dos
maneras de relatar el hecho según el posicionamiento que le es dado a la Biblia 2 como
escritura que legitima el poder y dominación de los españoles por sobre los Incas.
En la relación de Estete, Valverde proclama que debe haber paz y que Atahualpa
“mirase lo que Dios mandaba”, entregándole el libro. Atahualpa lo mira, lo arroja y
exclama que “satisfagan y paguen lo que han hecho en la tierra” (1987: 296). Corriendo,
Valverde vuelve con el resto de los españoles y autoriza atacar a los indios. En cambio,
la relación de Garcilaso de la Vega relata una historia completamente opuesta: niega lo
sucedido y cuenta que ocurrió una serie de confusiones donde el Fraile se asusta con los
gritos de los indios y corre a pedir que “no hiciesen mal a los indios” (1916:80), cosa
que los españoles no escucharon.
Siguiendo a Cornejo Polar cuando explica que
1
Es un texto atribuido y la autoría es muy debatida.
2
Varía según la fuente si es una biblia o un códice con fragmentos de los evangelios. He elegido llamarla
en el trabajo “biblia” por practicidad.
Sofia Bernal – DNI 42101938 – Comisión Gandini
Bibliografía
Cornejo Polar, Antonio, “Introducción” (pp. 5-17) “El comienzo de la
heterogeneidad en las literaturas andinas: voz y letra en el ‘diálogo’ de
Cajamarca” (pp. 19-43) “Las suturas homogeneizadoras: los discursos de la
armonía imposible” (pp. 81-90), Escribir en el aire. Prólogo de Mabel Moraña.
Bibliografía de Jesús Díaz-Caballero, Centro de Estudios Literarios "Antonio
Cornejo Polar"/Latinoamericana Editores, Lima-Berkeley, 2003;
https://edisciplinas.usp.br/pluginfile.php/3111761/mod_resource/content/1/Escri
bir-en-El-Aire-Antonio-Cornejo-Polar.pdf
Estete, Miguel de, “El descubrimiento y la conquista del Perú”, en Crónicas
iniciales de la conquista del Perú, Edición A. M. Salas; M. A. Guérin, J. L.
Moure, Buenos Aires, Plus Ultra, 1987, pp. 288-297.
Inca Garcilaso de la Vega, Cap. XXII, “La oración que el Padre Fray Vicente de
Valverde hizo al Inca Atahuallpa”, Cap. XXIII “Las dificultades que hubo para
no interpretarse bien el razonamiento de Fray Vicente Valverde”, Cap. XXIV
“Respuesta de Atahuallpa a la oración del religioso”, Cap. XXV “De un gran
Sofia Bernal – DNI 42101938 – Comisión Gandini
alboroto que hubo entre los indios y españoles”, Historia General del Perú
(1617).
Sofia Bernal – DNI 42101938 – Comisión Gandini
Consigna 2
En 1493, Colón escribe una carta a Luis Santángel, quien fue su financista y nexo
con la corona, desde las tierras que él consideraba parte de las Indias. Sabiendo que todo
descubrimiento está constituido por el acto mismo de descubrir y, a su vez, por una idea
previamente construida de aquello a descubrir (Sousa Santos, 2009:70), se aprecia en la
carta una construcción discursiva de los nativos como una otredad dócil y sumisa,
basada en la necesidad de mostrar un descubrimiento útil en términos de recursos.
La carta, en tanto género discursivo, siempre cumple una función comunicativa cuyo
principal rasgo es ser un dialogo diferido en el tiempo (Barrenechea, 1990: 53). En el
caso de las cartas de relación de descubrimiento, esta comunicación está delimitada por
la relación vertical entre emisor y receptor: Se escribe por obligación para dar cuenta de
lo descubierto buscando la aprobación del receptor, que tiene más autoridad (Mignolo,
1982:61). Por este motivo, la carta tiene una clara impronta descriptivista y utilitaria
donde busca detallarle a Santángel las riquezas del lugar. En este sentido, cabe destacar
que una de las primeras menciones de los habitantes de estas tierras es junto con la
descripción de un producto de alta explotación: “en estas tierras ay muchas minas de
metales e hay gente instimabile numero” (Colón, 1982:141). Esto ya marca una pauta,
que luego será constante en los relatos de la conquista, sobre la construcción del otro:
estos no poseen otro valor más que en términos de su utilidad, solo funcionan como “un
recurso o una vía de acceso a un recurso” (Sousa Santos, 2009: 74).
Esta construcción del otro como recurso para la Corona moldea la descripción
durante todo el relato: Colón ocupa la mayor parte de la descripción en recalcar que son
inofensivos, amorosos y tan bondadosos que “davan lo que tenían como bestias”, junto
con la aclaración de que “no tienen fierro ni azero ni armas, ni son para ello; no por no
sea gente bien dispuesta y de fermosa estatura, salvo que son muy temerosos a
maravilla” (1982:141). Estas descripciones buscan desestimar frente a La Corona la
posibilidad de que los pobladores del lugar sean una amenaza para la expedición
comercial, además de generar una visión de docilidad que los posiciona como un
recurso provechoso.
Respecto a la descripción cultural de estas comunidades, se detalla
que determinaran Sus Altezas: para la conversión d’ellos a nuestra sancta fe, a la
cual son muy dispuestos” (Colón, 1982:143).
La aparente homogeneización presente en la población permitiría establecer
estrategias de cristianización e introducción de la cultura europea, resultando muy
positivo para los planes que la Corona tuviera con las nuevas tierras. Se presenta,
entonces, una construcción discursiva subordinada a la funcionalidad: no es un punto a
destacar cuál es la lengua de los pobladores sino el hecho de que es una sola y esto
permitiría una facilidad a la hora de convertirlos. Por el otro lado, el hecho de que estén
“muy dispuestos” a dicha conversión vuelve a posicionarlos en una condición de
sumisión y docilidad.
Por último, pese a que se intenta construir una imagen de los nativos como
inofensivos, subsiste una amenaza en los espacios aun no descubiertos: Colón no
encontró “ombres mostrudos” (1982:144), pero hay una isla con feroces de cabello
largo que comen carne humana, otra isla habitada completamente por mujeres y otra
solo por pelados y hombres con cola. Estas descripciones responden a ciertas ideas
míticas tradicionales sobre los salvajes (Bartra, 2011), pero se posicionan en un
horizonte lejano donde no es necesario contactarlos y, por tanto, no representan una
amenaza más que en un posible encuentro fortuito.
En conclusión, se puede ver en “Carta a Luis Santángel” una construcción discursiva
del otro como un recurso sumiso, cuyo desarrollo responde a la necesidad de Colón de
mostrar como un descubrimiento provechoso y no conflictivo para los objetivos
económicos de la Corona a quienes podrían ser una amenaza.
Bibliografía
Barrenechea, Ana María, “La epístola y su naturaleza genérica”, Dispositio, 15,
39, 1990, pp. 51-65.
Bartra, Roger, “Prólogo”, “Etnografía del salvaje medieval”, El mito del salvaje,
México, Fondo de Cultura Económica, 2011
Colón, Cristóbal, “Carta a Luis Santángel” en Textos y documentos completos
(Edición de Consuelo Varela). Madrid, Alianza, 1982, pp. 139-146.
Mignolo, Walter, “Cartas, crónicas y relaciones del descubrimiento y la
conquista” en L. Í. Madrigal, ed., 1982, Historia de la Literatura
Hispanoamericana. Época Colonial, Madrid, Cátedra, 1982, pp. 57-117.
Sousa Santos, Boaventura de, “El fin de los descubrimientos imperiales”, Una
epistemología del Sur, México, Siglo XXI-CLACSO, 2009.