1-Número y Sist. Numeración PEP
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Matemática I – PEP
NÚMERO Y SISTEMAS DE NUMERACIÓN
¿Qué es el número?
El número, piedra angular de todo el edificio matemático, aparece íntimamente vinculado a los más
diversos aspectos de la vida cotidiana. Sin embargo, si a una persona medianamente culta y hábil, inclusive en
el cálculo operatorio, se le preguntase ¿qué es el número?, probablemente la respuesta sería una mezcla de
extrañeza ante la aparente trivialidad de la pregunta, o bien, la clásica tautología: un número es un número, o
tal vez, un ejemplo concreto o peor aún, es posible que haga referencia a la escritura (símbolo que lo
representas) de un número como el número mismo. Para la Matemática la pregunta es profunda y compleja,
su análisis va más allá del terreno puramente matemático y preocupa, por igual, a lógicos y filósofos.
La génesis del número se pierde en el origen remoto de los primeros núcleos humanos. Aparece allí el
número como noción primaria, estrechamente vinculada a los objetos materiales y, como resultado de la
percepción directa del cambio producido al añadir un objeto a otro, o al quitar o agregar elementos a un
conjunto de varios objetos.
La concepción del número se amplía cuando el hombre adquiere la técnica de contar, operación que
requiere cierto grado de evolución mental. Pero, fue necesario que la inteligencia humana alcanzase un nivel
superior de desarrollo, para que la idea concreta de número diese lugar a su concepción abstracta. Advertir
que una yunta de bueyes o un par de personas, son ejemplos concretos del número dos, requiere un refinado
proceso de abstracción, operación que marca, sin duda, un paso importante en el desarrollo de las facultades
intelectuales.
A esto sucedió el largo proceso histórico, a través del cual el concepto de número se amplió con la
creación de las reglas del cálculo y las sucesivas extensiones que lo llevaron a su forma actual. Se plasma así el
número como objeto de estudio de la matemática.
En consecuencia, al igual que todos los objetos matemáticos, el número es un concepto abstracto,
gestado en la mente y que podemos explicar como la propiedad en común que presentan dos o más
conjuntos con igual cantidad de elementos.
Destacando de manera intuitiva e informal sus dos aspectos: cardinal y ordinal, seguramente recuerdas
que el concepto de número cardinal surge como respuesta a la pregunta: ¿cuántos elementos tiene un
conjunto? En él se prescinde de la naturaleza de los elementos y del orden en que se presentan. Se basa en la
idea de correspondencia, y nace como atributo característico de los conjuntos finitos entre los cuales puede
definirse una biyección.
El número ordinal nace, en cambio, de la operación de contar. Al contar se le asigna a cada elemento del
conjunto, un número; esto, implica una ordenación entre los elementos del mismo, y el número que
corresponde a cada elemento, es el ordinal del conjunto.
TÉCNICAS DE RECUENTO
Necesidades sociales que resuelven las técnicas de contar
Las técnicas de contar son universales, y se han encontrado en todas las sociedades estudiadas hasta
ahora. Estas técnicas han dado origen al concepto de número y a la Aritmética. Surgen ligadas a la necesidad
de:
• comunicar información referente al tamaño (la numerosidad) de las colecciones de objetos (memoria
de la cantidad), anticipar el resultado de la reunión de dos o más colecciones (recurso para anticipar)
(cardinal de la colección);
• indicar el lugar que ocupa o debe ocupar un objeto dentro de una colección ordenada de objetos
(ordinal del objeto).
A partir de esas necesidades sociales se desarrollan diferentes técnicas de recuento que han ido
evolucionando a lo largo de la historia. En nuestra sociedad se utiliza predominantemente una técnica de
recuento con palabras, aun cuando se conservan vestigios de otras varias técnicas.
A partir de ahí los números se representan repitiendo (aditivos) esos símbolos todas las veces que haga
falta. Por ejemplo, el número 243688 se representaría de la siguiente manera:
Sistema chino
En el sistema chino no sólo se tienen símbolos para la unidad, diez y las potencias de diez sino para
todos los números intermedios entre uno y diez
De esta manera se evitan repeticiones fastidiosas pues los números que preceden a las potencias de la
base indican cuántas veces deben repetirse éstas. Por ejemplo:
Este sistema incorpora un principio de tipo multiplicativo (mixtos o híbridos), es decir, el número
representado ya no es la suma de los valores de los signos que lo componen, sino una mezcla de sumas y
productos.
Sistema hindú
En el norte de la India y desde el siglo III a. C., existió un sistema de numeración escrito cuyos primeros
símbolos eran los siguientes:
Pero además este sistema también tenía símbolos específicos para los números
Como consecuencia los símbolos que representaban los números del 1 al 9, se utilizaron regularmente
en los cálculos mientras que los que representaban decenas, centenas, etc. no se utilizaban porque eso venía
indicado por la casilla en que se encontraba la cifra (A los signos del 1 al 9 se les suele llamar cifras o dígitos).
Aparece así una notación posicional en la que el significado de la cifra se complementa con la posición que
ocupa. La cifra situada en la casilla de la derecha del número anterior significa 9 mientras que situada en la
siguiente casilla significaría 90 y en la siguiente 900. Naturalmente, cuando faltaba una unidad de un orden
determinado se dejaba la casilla correspondiente vacía.
Podría pensarse que el paso de este tipo de notación a una en que se eliminasen las barras verticales es
inmediato. Sin embargo, este paso no se dio hasta varios siglos después pues exige definir un signo para el
cero y esto es algo que muy pocas culturas han hecho. La razón es difícilmente inteligible para nosotros,
acostumbrados desde niños a la existencia del signo 0, pero tenemos que comprender lo artificioso que
resulta crear un símbolo para indicar el vacío, la nada, la no existencia de algo. Si algo no existe no hace falta
apuntarlo. El vacío se indica mostrándolo, no rellenándolo con un signo. La idea de inventar un signo para
indicar la no existencia de unidades o la existencia de un lugar vacío es una idea sorprendente y se les ocurrió,
por fin, a los matemáticos hindúes a principios del siglo VI d. C., lo que les permitió prescindir de las barras
verticales a la hora de representar los números. A partir de entonces un número, por ejemplo el 9100 se
representó así:
Cuando los árabes conquistaron el norte de la India conocieron este sistema de numeración y al darse
cuenta de lo mucho que facilitaba los cálculos lo adoptaron. Las cifras que vienen a continuación
corresponden a la grafía habitual en el Califato de Bagdad.
Nuestro sistema de numeración escrito es, por tanto, una invención hindú que, posteriormente, fue
asumida por los árabes, los cuales la difundieron por todo su imperio. Los contactos comerciales y culturales
de Europa con el mundo árabe propiciaron la difusión de este sistema en la Europa occidental donde entró en
competencia con el sistema de numeración romano. Lentamente fue ganando adeptos hasta que a finales del
siglo XVIII quedó definitivamente implantado.