Toxicidad de La Fumonisina B1 en La Especie Porcina

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INGENIERIA EN AGRONOMÍA

TALLER DE INVESTIGACIÓN l.

ANÁLISIS COMPARATIVO SOBRE LA TOXICIDAD DE LA FUMONISINA B1


EN LA ESPECIE PORCINA.

M.C. ROBERTO RUÍZ CHAVEZ

GALO ALBERTO ROBLES MONTAÑO

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ANTECEDENTES

Las fumonisinas suponen un importante riesgo para la salud del ganado y, posiblemente,
también de los humanos Las fumonisinas son toxinas naturales producidas por varias
especies de hongos (mohos) del género Fusarium. Se conocen diferentes tipos de
fumonisinas, pero las B1, B2 y B3 (también llamadas FB1, FB2 y FB3) son las principales
formas que se encuentran en los alimentos. Las fumonisinas se descubrieron en 1988.
Las fumonisinas pueden tener importantes efectos en la salud del ganado y de otros
animales. Aunque las pruebas sobre sus efectos negativos en la salud humana no son
concluyentes, se teme que la exposición a ellas pueda contribuir a problemas de salud
graves, como el cáncer o los defectos congénitos.
Las mayores cantidades de fumonisinas se encuentran en el maíz y sus productos Los
hongos F. verticillioides, F. proliferatum y F. fujikuroi, así como otras especies menos
extendidas de Fusarium, son contaminantes frecuentes del maíz y, en menor medida, del
trigo, de otros cereales y de los productos de ellos derivados. Están presentes en todo el
mundo, pero son más frecuentes en climas cálidos y zonas tropicales cálidas donde se
cultiva el maíz.
En una evaluación realizada en 2016 por el Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en
Aditivos Alimentarios, el maíz y sus productos presentaron mayores concentraciones
medias de FB1 y con mayor frecuencia que cualquier otro cereal o producto cereal; las
mayores concentraciones medias de FB1 se registraron en productos de África, América
Central y Sudamérica, y algunos países de la Región del Pacífico Occidental. Raramente
se detecta FB1 en la leche, los productos lácteos, las carnes y los productos cárnicos, lo
cual indica que su transferencia a productos animales es insignificante. No obstante, se
ha encontrado FB1 en la orina de lactantes alimentados únicamente con leche materna,
lo que indica que la leche humana puede ser una fuente de exposición en niños
pequeños.
La mayoría de los datos comunicados se refieren a las tres formas libres de las
fumonisinas (FB1, FB2 y FB3), aunque estas toxinas también pueden estar ligadas a
proteínas y carbohidratos complejos. Algunos estudios han revelado que los niveles de
fumonisinas ligadas pueden ser superiores a los de las formas libres, pero hay pocos
datos sobre la presencia de fumonisinas ligadas en diferentes cereales, el efecto del
procesamiento en estas formas ligadas y su biodisponibilidad tras el consumo.
(WHO, 2011)

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INTRODUCCIÓN
Las fumonisinas son metabolitos secundarios tóxicos producidos esencialmente por
cepas toxicogénicas de Fusarium moniliforme. La mayor producción de fumonisinas tiene
lugar en sustratos con una actividad de agua superior a 0,91 y a una temperatura
comprendida entre 15 y 25 ºC. En general, Fusarium es un moho que forma parte de la
flora de campo (sustratos fitopatógenos, plantas vivas) y de la flora intermedia (sustratos
de cereales recién recogidos y aún húmedos).
Existen seis tipos de fumonisinas, la B1, B2, B3, B4, A1 y A2 (Marasas, 1995). Sin
embargo, las más frecuentes e importantes por su toxicidad son la fumonisina B1(FB1) y
la fumonisina B2 (FB2). Éstas pueden encontrase como contaminantes naturales en los
cereales (de preferencia en el maíz y sus subproductos). Las fumonisinas resisten
temperaturas de hasta 150 ºC en función del tiempo de permanencia a esas
temperaturas y del pH del sustrato. Además, son muy polares y solubles en agua y
acetonitrilo.
Los principales síndromes que producen (según la especie animal) son: neurotóxicos
(leucoencefalomelacia), nefrotóxicos, edema pulmonar y cerebral, hepatotóxicos y
lesiones cardiacas. Estas micotoxinas interfieren con el metabolismo de la esfingosina y
esfinganina, por lo que perturban el metabolismo de los esfingolípidos, que son
constituyentes del hígado y de las liproteínas (Prelusky et al., 1974; Marasas, 1995;
Merrill et al., 1995; Merrill et al., 2001; Lino et al., 2004).

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Las fumonisinas B1, B2, B3, son toxicológicamente significativas, pero la mas
predominante es la B1 (FB1), la cual corresponde al 70% de las fumonisinas en
comparación con otras micotoxinas. Estas fumonisinas son muy solubles y tienen mayor
capacidad de propagación, lo cual ocasiona que se contaminen fácilmente el agua y los
piensos. La fumonisina B1 está clasificada por el IARC (International Agency for
Research on Cancer) como carcinogénico potencial (clase 2B) en humanos, al igual que
ha sido relacionada con la intoxicación aguda en animales de granja (caballos y cerdos),
incluyendo hepatotoxicidad y nefrotoxicidad.

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JUSTIFICACIÓN

Las Fumonisinas se encuentran en todo el mundo. Los recientes estudios de micotoxinas


que ha realizado tanto en 2018 y 2019 con muestras de maíces procedentes de todo el
mundo, demostraron que la principal contaminación encontrada fue de Fumonisinas. Las
Fumonisinas estuvieron presentes en la mayoría de las muestras (78%) con una media
de 668 ppb y un total del 95% de las muestras de maíz se encontraron contaminadas
con una o más micotoxinas.

Numerosos estudios mostraron que la toxicidad aguda de las Fumonisinas en cerdos,


está relacionada con el edema pulmonar, el cual ocurre generalmente entre 3 y 5 días
después del consumo de pienso contaminado.

Porcinos intoxicados crónicamente con FB1 y FB2, incluso a dosis bajas, muestran
síntomas clínicos inespecíficos como reducción del consumo diario de alimentos y
ganancia de peso, deficiente tasa de conversión y disminución en la calidad de la canal,
asociado con lesiones hepáticas, en general los animales presentan una apariencia
enfermiza. Durante la necropsia de los cerdos intoxicados con altas dosis de
Fumonisinas, se puede encontrar un extenso edema pulmonar que con frecuencia
evoluciona en hidrotórax. Los pulmones afectados no colapsan cuando se retiran del
pecho y se observa un aumento de tamaño con bordes redondeados.

HIPÓTESIS

Las fumonisinas son un riesgo muy significativo para salud, tanto de los animales como
de los seres humanos, ya que son toxinas de origen natural, las cuales son producidas
por varias especies de hongos Fusarium (mohos), el hongo mas reconocido como el
mayor productor de esta micotoxina es el Fusarium moniliforme.

OBJETIVOS GENERALES

▪ Demostrar el riesgo que tiene el consumo de piensos y alimentos contaminados


con Fusarium moniliforme a la salud animal y humana.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

▪ Estudiar la presencia de FUSARIOSIS, en cultivos significativos como el maíz y el


trigo.

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▪ Estudiar el comportamiento que tiene el hongo Fusarium moniliforme, en el
organismo de porcinos.
▪ Analizar el porqué de la reducción de rendimiento de los granos de maíz y trigo
como alimento.

MATERIAL Y METODOS

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RESULTADOS

FUMONISINAS EN LA ALIMENTACIÓN ANIMAL

La FB1 es la que aparece con más frecuencia como contaminante natural y


representa más del 70% del total de las fumonisinas encontradas, esencialmente en
los cereales (preferentemente el maíz) y sus subproductos. FB2 y FB3 se
encuentran en menor proporción.

Mallmann y Dilkin (2007) refieren que en maíz proveniente de la antigua República


de Transkei (África del Sur) se encontraron concentraciones de contaminación con
FB1 entre 44 y 83 ppm (mg/kg) e incluso hasta 117 ppm. En otros estudios
realizados en EE. UU. (Estados Unidos de América) y África del Sur las
concentraciones fueron de 7,2 y 8,85 ppm, respectivamente, y la presencia de esta
micotoxina en alimentos para cerdos y caballos ya fue detectada en concentraciones
de 0,2 a 330 ppm.

TOXICIDAD DE LAS FUMONISINAS EN CERDOS

La toxicidad de las fumonisinas en cerdos se caracteriza por problemas de edema


pulmonar, hepatotoxicosis, problemas renales, problemas cardiovasculares e
inmunosupresores. También alteran la biosíntesis de los esfingolípidos y causan
efectos negativos en el consumo de pienso, ganancia de peso vivo, índice de
conversión y calidad de la canal. Normalmente, los estudios sobre la toxicidad de las
fumonisinas se centran en la concentración de FB1, sin embargo, hay que tener en
cuenta que la presencia de la FB2 junto con la FB1 es muy frecuente, y que la
concentración de contaminación con FB2 representa de un 15 a un 35% de la
concentración de FB1 (Hascheck et al., 2001). La presencia de FB1, FB2 y FB3 se
debe tener en cuenta a la hora de evaluar los problemas de toxicidad con estas
micotoxinas.

Las concentraciones de contaminación del pienso con FB1 que pueden provocar
problemas de edema pulmonar en cerdos son elevadas en algunos casos. Sin
embargo, concentraciones bajas, pero tiempos de exposición más prolongados
pueden causar problemas.
Contaminaciones en pienso igual o superiores a 92 ppm de FB1 durante 4 a 7 días
(corresponde a un consumo igual o mayor a 16 mg FB1/Kg de p.v. (peso vivo)/día)
originaron problemas de edema pulmonar. Aproximadamente 12 horas antes de
producirse el edema pulmonar y la muerte se presentó en los animales un estado de
inactividad, un incremento del ritmo respiratorio y una disminución del ritmo cardiaco
(Hascheck et al., 2001).

También se observaron casos de edema pulmonar en lechones destetados con


contaminaciones más bajas, de 10 a 40 ppm, pero con tiempos de ingestión más
prolongados, del orden de 4 semanas (Hascheck et al., 2001).
Mallman y Dilkin (2007) refieren que no fueron detectados niveles de fumonisinas en
leche de cerdas intoxicadas con FB1 en el pienso en concentraciones superiores a
100 ppm, y que los lechones lactantes no presentaron signos de intoxicación. Sin
embargo, otros autores (Hascheck et al., 2001) indican que se observaron
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problemas de edema pulmonar en lechones provenientes de dos cerdas que fueron
alimentadas durante 14 días (desde el día 107 de la gestación hasta 7 días
posparto) con alimento contaminado con 300 ppm de FB1.

En un grupo de 20 lechones destetados que consumieron alimentos con FB1 en


concentraciones de 10, 20 y 40 ppm durante 4 semanas se constató un ligero
edema pulmonar con la concentración más baja en 3 de los animales que
consumieron ese alimento. Hubo dos casos de ligero edema pulmonar y dos casos
graves, en los animales que consumieron alimento con 20 ppm y se constataron
cinco casos graves en los animales que consumieron el alimento con la
concentración de contaminación más alta (Zomborszky et al., 2000).

Concentraciones más bajas (1, 5 y 10 ppm) y tiempo de exposición más prolongado


(8 semanas) causó alteraciones patológicas en los pulmones de uno de los lechones
que consumió alimento contaminado con 1 ppm, en dos de los que consumieron
alimento con 5 ppm y en tres de los animales que consumieron alimento con 10
ppm. No hubo signos clínicos significativos ni se alteró el rendimiento de los
animales, sin embargo, el consumo más prolongado de alimento contaminado con
concentraciones bajas de FB1 provocó alteraciones pulmonares (Zomborszky et al.,
2002).

Concentraciones de 175 ppm (Becker et al., 1995) y de 330 ppm de FB1 (Fazekas et al.,
1998) pueden causar edemas pulmonares graves, incluso muertes, aunque es muy difícil
encontrar en piensos unas contaminaciones de este orden, por lo menos en España y
Portugal.

CONCLUSIONES

Aunque algunas concentraciones muy elevadas de las fumonisinas (difíciles de


encontrar como contaminantes naturales) en tiempos de suministro cortos, provocan
en cerdos los problemas antes mencionados, debemos tener en consideración que
concentraciones substancialmente más bajas (fáciles y habituales de encontrar
como contaminantes naturales) junto con tiempos de suministro más prolongados
pueden provocar los mismos problemas. Esta situación indica que las fumonisinas,
en especial la FB1, deban ser tenidas muy en cuenta en la producción porcina como
agentes indeseables.

Por otro lado, se están realizando numerosos estudios, que deben sin embargo ser
aún muy mejorados, sobre productos detoxificantes de micotoxinas. La mayoría de
los datos que se presentan sobre esos productos son resultados de detoxificación
no in vivo y muy en especial para micotoxinas tales como las fumonisinas. Los
referidos en este artículo sobre este filosilicato purificado y modificado son datos
presentados in vivo y demostraron la eficacia del mismo contra estas micotoxinas en
concentraciones altas de contaminación.

En agosto de 2006 salió publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea unos


valores máximos orientativos de concentraciones de contaminación con algunas
micotoxinas: para fumonisinas B1+B2 en piensos de cerdos (con una humedad base
del 12%) se recomienda que no sea superior a 5 ppm.

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BIBLIOGRAFÍA

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LAMIC. (2006, 2008 y 2008a). Laboratorio de Análisis Micotoxicologicas-UFSM


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Sector de Suinicultura del Departamento de Zootecnia de la Universidad Federal de
Santa Maria, Santa Maria, Brasil. Los periodos experimentales fueron, en
Noviembre-Diciembre de 2006, Octubre-Noviembre de 2007 y Octubre a Diciembre
de 2007. Para más información contactar con el Prof. Dr. Carlos Augusto Mallmann
([email protected]).

Lino, C.M.; Silva, L.J.G.; Pena, A.S. (2004). “Fumonisinas: presença em alimentos,
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www.who.int/foodsafety/areas_work/chemical-risks/en/

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