Versiculo de Sanidad
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Cuando Jesús, Dios encarnado, ministraba a las multitudes que le seguían, las
sanidades formaban parte esencial de su ministerio. Jesús sanó a muchas
personas de una gran variedad de enfermedades, algo que vemos en estos 4
textos bíblicos que hablan sobre el poder sanador de Jesús.
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas
nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente. Su fama se
extendió por toda Siria, y le llevaban todos los que padecían de diversas
enfermedades, los que sufrían de dolores graves, los endemoniados, los epilépticos
y los paralíticos, y él los sanaba.
(Mateo 4:23-24)
La gente se dio cuenta de que él tenía verdadero poder. Por eso llevaban ante él a
las personas afligidas tanto por enfermedades físicas como por la necesidad de
liberación espiritual (los endemoniados). Jesús demostró que tiene poder para
sanar el cuerpo y para liberar al ser humano de la opresión del maligno.
Reflexión: ¿Hay algo que te aflige hoy? Llévalo en oración ante el Señor Dios,
nuestro Salvador. Él siempre tiene algo bueno para ti.
Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos;
saltará el cojo como un ciervo, y gritará de alegría la lengua del mudo. Porque
aguas brotarán en el desierto, y torrentes en el sequedal.
(Isaías 35:5-6).
Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando
las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia.
(Mateo 9:35)
Salió Jesús de allí y llegó a orillas del mar de Galilea. Luego subió a la montaña y se
sentó. Se le acercaron grandes multitudes que llevaban cojos, ciegos, lisiados,
mudos y muchos enfermos más, y los pusieron a sus pies; y él los sanó. La gente se
asombraba al ver a los mudos hablar, a los lisiados recobrar la salud, a los cojos
andar y a los ciegos ver. Y alababan al Dios de Israel.
(Mateo 15:29-31)
La Biblia menciona algunas personas que fueron sanadas con solo tocar el borde
del manto de Jesús. ¿Era un manto milagroso? ¡No! El poder milagroso fluía de
Jesús y alcanzaba a las personas que se acercaban a él y tocaban su manto
buscando la renovación (o la concesión) de salud.
Reflexión: Busca la presencia del Señor y recibe todo aquello que él quiera darte.
Recuerda que su presencia es más que suficiente para renovar tus fuerzas.
¡Deléitate en él!
Una de esas señales era la de poner las manos sobre los enfermos y ver cómo
ellos recobraban la salud. Como Iglesia de Cristo somos llamados a orar por los
enfermos y a esperar que, conforme a su divina voluntad, Dios actúe.
Lo que la Biblia dice sobre la sanidad y sobre orar por los enfermos
Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento
ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.
Asegúrate de que tienes a Jesús como Señor y Salvador tuyo. Es por medio de él
que tendrás acceso a la sanidad más importante, la que concede el perdón de los
pecados y la vida eterna.