Del Libro de Barcala
Del Libro de Barcala
Del Libro de Barcala
(Barcala y Luciani
Conde), disponible en: http://conferenciabasagliargentina.org/wp-
content/uploads/2015/04/Salud-Mental-y-Ni%C3%B1ez-en-la-Argentina.-Barcala-
y-Luciani-Conde-1.pdf
ALEJANDRA BARCALA
Introducción
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20101
sancionada en 2010.
Este texto es una versión revisada del artículo “Los Dispositivos de Atención
a este problema.
la dimensión de la subjetividad.
niños y las niñas fueron expulsados de los servicios, medicados como única
prescripción o, como última intervención, internados en el hospital
neuropsiquiátrico infantojuvenil.
atención psiquiátrico-psicológica.
de Niñas, Niños y Adolescentes (n° 26.061) - Con esta legislación culminó el proceso de
adecuación de la normativa
que derogó la Ley del Patronato, que durante décadas guió los modos de
del sector salud deben intervenir- A este marco jurídico se suman en la Ciudad de Buenos
Aires la Ley de Protección Integral (n° 114) y la Ley de Salud Mental (n° 448), que en la misma
.
Frente a la ausencia de políticas claras y lineamientos y
salud pasó de ser un derecho adquirido a ser una mercancía, posible de comprar
según el poder adquisitivo de
cada hogar.
Profundizando este proceso, a partir de la década de
(Gráfico 1).
psiquiátricas
vulnerabilidad y desamparo.
y Schneider, 1992).
; en el otro, niñas y
Todos los hospitales cuentan con servicios de Salud Mental y con equipos de
para poder ser atendido), y por otro los niños y las niñas
falta de él (por exceso o carencia) era el eje en las descripciones. Estos niños y
estas niñas eran siempre considerados
como peligrosos para sí, para otros o para la infraestructura
El término “grave” tomaba así una pluralidad de acepciones: estos niños y estas
niñas eran graves en el sentido
para ser alojados en los servicios de salud generales, disminuyendo de este modo
la angustia de no aceptarlos. La
de la salud.
para la subjetividad.
Muchos de los servicios de Salud Mental fueron constructores de estigmas, y la
estigmatización como una variable de exclusión conllevó a la pérdida de inclusión
social o a
y social.
de niñas y niños con trastornos mentales severos, aun intuyendo que no iban a ser
recepcionados por otras instituciones.
Marotta5
, la práctica de derivación/expulsión de los servicios no sólo se trata de una
manifestación del rechazo,
social común, extirpándola del tejido social, es una producción histórica y cultural
que se evidenció en el sector
modo, muchas niñas y muchos niños que padecían trastornos mentales severos
no eran atendidos en servicios de salud
cos lo que estigmatizaba a las niñas y los niños más vulnerables, al mismo tiempo
que se los excluía de las prácticas
resolver, aunque parcialmente (ya que su cobertura era limitada), las situaciones
planteadas.
Estas instituciones son: el “Programa Cuidar Cuidando” en el Zoológico de la
Ciudad (1990), el Hospital de Día
19 y 24.
2011: 53-81).
que expresa distancias sociales. El espacio habitado funciona como una especie
de simbolización espontánea del
Lugar, también, del que es difícil volver para emprender un recorrido inverso que
instale nuevamente a las niñas
y niños en su condición de tales. Una vez que son definidos como “psicóticos”, esa
etiqueta constituye una identidad
y de neogénesis7
abordaje.
7 Para la Dirección de Niñez del GCBA, una vez que un niño alojado en un
rótulos que clasifican a niñas y niños que luego son retraducidos en diagnósticos
psicopatológicos: esquizofrenia de tipo
miedo, como resorte emocional, origina el sistema de control social. Este miedo
refuerza el orden dualista sobre la
internación.
social que pudieran comprender y abordar los nuevos problemas de Salud Mental
de niñas y niños.
sobre el Tobar García que reproducía la lógica del funcionamiento del sistema y
ocupaba el lugar de la segregación
acerca de la niñez
de la niñez.
el área de salud.
actores sociales, esta infancia era entendida por los efectores de los servicios
sanitarios en términos de oposición:
Salud Mental y niñez en la Argentina • 95
“nosotros y los otros”. Los niños con mayor nivel de vulnerabilidad psíquica y
social, portadores de diagnósticos psicopatológicos, eran considerados otros, y en
la más extrema
universales de salud.
que ellos padecían, mientras que por otro lado los negaban,
Este discurso era compartido por la mayoría de los servicios –salvo las pocas
excepciones mencionadas, en las que
conseguido y la desorganización/desorden/irrupción de lo
progreso económico que asigna a ciertas partes de la población –que incluye a las
niñas y niños graves– el papel de
residuos humanos (Bauman, 2007). Para Bauman, ser superfluo significa ser
supernumerario, innecesario, desechable,
“carente de hogar social”; en el caso de las niñas y los niños
instituciones del sistema de salud, con excepción del hospital psiquiátrico que se
consolidaba como el único lugar
Definidos por estar fuera de estos espacios institucionales, estas niñas y estos
niños y adolescentes, en especial
ciudadanía.
ella, sino del orden de un plus que instala una dimensión del
deseo (Bleichmar, 2005).
ejercida por la medicación abusiva, así como por la internación compulsiva, son
justificadas en las instituciones psiquiátricas en términos de bien intencionadas
estrategias
Conclusiones
internacionales8
(Barcala, 2011), porque:
(FVG).
la consulta.
fortalecimiento familiar.
servicios hacia una perspectiva territorial, al protagonismo de las niñas y los niños
y sus familias ni a la
Encontrar los modos de incluir toda la niñez desafiliada constituye un desafío para
quienes trabajamos desde
las niñas y todos los niños que padecen un profundo desamparo y sufrimiento
psicosocial.
Salud Mental (n° 26.657), con el consecuente debate y posicionamiento del tema
en la agenda estatal, hoy constituye
Pero, por sobre todo, el desafío es asumir que la complejidad de los nuevos
modos de padecimiento psíquico
niños y sus familias. El objeto de esta política debe ser desarrollar acciones que
modifiquen las condiciones adversas
integral de la niñez.
Bibliografía
París, 4 a 8 de julio.
Topia.
http://goo.gl/wMuvvC.