Aristóteles Sobre El Alma (Parte)
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Aristóteles Sobre El Alma (Parte)
EDITORIAL GREDOS
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210 ACERCA DEL ALMA
LIBRO II 211
de hech.o .no no~ falta; en cuanto a las cualidades que Tampoco es posible que exista un órgano especial
no percibimos directamente sino a través de un medio para los sensibles comunes, es decir, aquellos que per-
las. percibimos en virtud de los cuerpos simples -m~ cibimos por accidente 62 por medio de cada sentido como ts
JO ref~ero, en concreto, al aire y al agua-. Por lo que se son movimiento, reposo, figura, magnitud, nú1nero y uni-
refiere a este último caso los hechos son los siguientes: dad. Todos éstos los percibimos gracias al movimiento:
si varias cualidades sensibles heterogéneas se perciben por ejemplo, gracias al movimiento percibimos la mag-
a través de un único medio, el sujeto dotado de un nitud y, por tanto, también la figura ya que también la
órgano de la naturaleza de éste será capaz por fuerza figura es una magnitud; el reposo, a su vez, lo percibi-
de percibir ambas cualidades -así, por ejemplo, si el mos por la ausencia de movimiento y el número por
órgano está compuesto de aire y puesto que el aire la negación del continuo así como por los sensibles
es el medio trasmisor del sonido y del color-; si, por propios, dado que cada sensación percibe una sola cua- 20
425 a el contrario, son más de uno los medios trasmisores de lidad 63. Queda evidenciada, por tanto, la imposibilidad
una única cualidad -por ejemplo, tanto el aire como absoluta de que exista un sentido especial para estos
el agua son medios trasmisores del color al ser ambos sensibles ~por ejemplo, para el movimiento- ya que
trasparentes~ entonces el sujeto dotado de un órgano en tal supuesto ocurriría lo que ocurre cuando perci-
constituido por uno solo de estos elementos percibirá bimos lo dulce con la vista. En este caso sucede que
la cualidad trasmitida a través de ambos. Pues bien, de hecho poseemos sensación de lo uno y lo otro Y
entre los cuerpos simples solamente los dos citados gracias a ello reconocemos ambas cualidades cu~ndo
~aire Y agua~ son elementos constitutivos de los ór· se dan juntas. De no ser de este modo, los senstbles
ganas sensoriales: la pupila es de agua; el oído, de aire, comunes no podríamos percibirlos a no ser por acciden- 25
5 Y el olfato, de ambos, mientras que el fuego o no entra te: como ante el hijo de Cleón percibimos no que es
en la composición de ninguno o es común a todos ~ya el hijo de Cleón, sino que es algo blanco, si bien lo
que ningún ser sin calor es capaz de sentir~ y la tie· blanco, a su vez, es por accidente hijo de Cleón. Contra
rra, en fin, o no forma parte de ninguno o, en todo esto último, sin embargo, está el hecho de que posee-
caso, entra en la composición del órgano del tacto. De mos una sensación común y no por accidente de los
donde resulta que no existe órgano sensitivo alguno fue- sensibles c~munes. No hay, pues, un sentido especial,
ra de los de agua y aire. Éstos, por lo demás, los po- ya que, de haberlo, no podríamos percibir los sensibles
seen de hecho ciertos animales. Por tanto, todos los
10 sentidos posibles se dan en aquellos animales que no
61 El contexto elimina toda posible ambigüedad acerca del
son ni incompletos ni imperfectos; hasta el topo ~pue significado de la expresión «por accidente» que en este caso,. al
de observarse~ posee ojos bajo la piel. En conclusión: aplicarse a los sensibles comunes, no tiene el significado prec1s?
a no ser que exista algún otro cuerpo simple, 0 bien que le corresponde cuando se refiere a Jos sensibles «por acci-
alguna cualidad que no esté presente en cuerpo alguno dente». Véase supra, II 6, 418a7-23.
6.l Puesto que cada sentido percibe una sola cualidad sensible
de este mundo, no cabe la posibilidad de que nos falte (color, sonido, etc.) en la percepción conjunta de un obj~to por
algún sen ti do. parte de varios sentidos se pone de manifiesto la plurahdad de
estas cvalidades sensibles y, por tanto, el número.
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comunes a no ser, como queda dicho que percibimos do particular corresponde, por tanto, decir que ambas
al hijo de Cleón 64 • cualidades constituyen un único objeto: de ahí la po-
30 Los sentidos particulares perciben por accidente las sibilidad de equivocarse al pensar, por ejemplo, que
cualidades sensibles propias de los demás -pero no algo es bilis porque es amarillo.
en tanto que son sentidos particulares, sino en tanto Cabría preguntarse, en fin, con qué finalidad posee-
425 b que constituyen uno solo- siempre que se produce una mos varios sentidos y no uno solo. Seguramente es 5
sensación conjunta sobre un mismo objeto, por ejem- así para que no nos pasen inadvertidos los sensibles
plo, que la bilis es amarga y amarilla. A ningún sentí- comunes y concomitantes, como movimiento, magnitud
v número. Y es que, de existir solamente la vista Y
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~iendo lo blanco su objeto, estos sensibles comunes
El argumento es el siguiente: De existir un· sentido especial
cuyo objeto lo constituyeran los sensibles comunes (movimien- nos pasarían más fácilmente inadvertidos: al darse co-
to, número, etc.), -la percepción de éstos vendría a ser «como lor y magnitud conjuntamente, podría parecernos que
cuando percibimos lo dulce con la vista» (42Sa22), es decir, gra- todo ello es la misma cosa. Sin embargo y puesto que
cias a la asociación producida por el hábito de percibir la dul- los comunes se dan también en otras cualidades sen-
zura Y el color simultáneamente: percepción accidental, por tan-
to, para los cinco sentidos. Colocados en esta hipótesis de una sibles, se pone de manifiesto la peculiaridad de cada 10
percepción accidental de los sensibles comunes -hipótesis im- uno de ellos.
plicada en el supuesto de que su conocimiento fuera adquirido
por medio de una facultad distinta- cabría aún otra posibilidad
(«De no ser así. .. », 42Sa24): «como ante el hijo de Cleón perci-
bimos no que es el hijo de Cleón, sino que es algo blanco si CAPÍTtTLO SEGtTNOO
bien lo blanco, a su vez, es por accidente hijo de Cleón». 'En
ambos casos se trataría, en definitiva, de una percepción acci- En que se continúa y concluye el análisis de la
dental contra la que <<está el hecho de que poseemos una sen-
sación común y no por accidente de los sensibles comunes»
sensibilidad común
(425a27).
La cláusula «De no ser así...» podría interpretarse de dos ma-
neras: a) Como negación del supuesto general (i. e., negación Dado que percibimos que vemos y oímos, el acto de
de la existencia de un sentido especial para los sensibles comu- ver habrá de percibirse forzosamente o con la vista o
nes), supuesto cuya reducción al absurdo se está llevando a con algún otro sentido. Ahora bien, en este último su-
cabo. Lo que vendría a significar: «suponiendo que no exista
un sentido especial, los sensibles comunes se percibirían por
puesto el mismo sentido captaría la vista y el color,
accidente». Pero esto contradice lo que más abajo se afirma objeto de ésta 65. Luego habrá dos sentidos que capten
(425a28-30): «no hay, pues, un sentido especial ya que, de haber- el mismo objeto a no ser que el mismo sentido se 15
lo, no podríamos percibir Jos sensibles comunes a no ser como
se ha dicho que percibimos al hijo de Cleón». Esta interpreta-
ción de la cláusula en cuestión llevaría a negar la autenticidad 6> La razón es simple y está implicada en la teoría aristoté-
de estas dos líneas (negación propugnada, por ejemplo, por Tren- lica de la sensación: puesto que la visión «en acto» se identifica
delenburg, ad loe., pág. 353). b) Como la interpretamos en la ex- con el color <<en acto» (véase infra, 425b25-26: <<el acto de lo sen-
plicación arriba ofrecida. En tal caso vendría a significar: «Pues- sible y el del sentido son uno y el mismo»), ese hipotético se-
tos en la hipótesis de una percepción accidental de los sensibles gundo sentido que captaría el acto de ver habría de captar, por
comunes, cabria otra posibilidad, etc.». lo mismo, el color en acto.
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-me refiero al intelecto con que el alma razona y chos casos pero no en todos; en algun~s es lo mis-
1
enjuicia- no es en acto ninguno de los entes antes de mo-, será que el alma discierne la esencia de la carne
· inteligir~- De ahí que sería igualmente ilógico que estu~ y la carne, ya con facultades distintas, ya con una sola,
2~ viera mezclado con el cuerpo: y es que en tal caso
poseería alguna cualidad, sería frío o caliente y ten-
1J Se trata evidentemente de una referencia al plato~ismo. No
dría un órgano como lo tiene la facultad sensitiva; obstante, la expresión aquí utilizada no se encuentra literalmen-
te en Platón.
72 A:-.<Ax..\GoRAS, Fr. B 12 (TI, 37, 17 sigs.), DIELS-KRA::-.;z.
74 Véase supra, II S, 417a21-b 2.
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pero dispuesta de distinta manera; y es que la carne no problema de si el intelecto mismo es a su vez inteli-
se da sin materia, sino que, al igual que lo chato, es gible. De ser así o bien el intelecto se dará en las
un tipo determinado de forma en un tipo determinado demás cosas -suponiendo que no sea inteligible en vir-
15 de materia. Con la facultad sensitiva, pues, discierne lo tud de otra cosa y suponiendo que lo inteligible sea
.caliente y lo frío así como aquellas cualidades de las específicamente uno-- o bien estará mezclado con algo
j que la carne constituye una cierta proporción combi- que lo haga inteligible como las demás cosas.
natoria; en cuanto a la esencia de la carne, la discierne · En cuanto a la dificultad de que el paciente ha de
(¡ :ya con otra facultad separada, ya con la misn1a facultad, tener algo en común -~~_g __e_!_~nte, ¿no ha quedado 30
siendo ésta respecto de sí misma lo que la línea curva ya contestada al decir que el intelecto es en cierto modo
es respecto de sí misma una vez enderezada. A su vez potencialmente lo inteligible si bien en entelequia no
·:i por lo que se refiere a Jos entes abstractos, con la es nada antes de inteligir? 76 • Lo inteligible ha de estar
línea recta sucede como con lo chato, puesto que no en él del mismo modo q~~ en 1.:1n~- t~btiU~ _qn ___ !a_~ _ q_~e 430 a
1 se da sin el continuo; sin embargo, su esencia -si es nada está actualmente escrit~: C:~to_ e~_)_D:._q~ede
20 1 que h esencia de la recta y la recta son cosas distin- con el intelecto. (En cuanto a la segunda dificultad)
1 tas- la discierne con otra facultad. Supongamos, pues, C1 Tiúefecto es inteligible exactamente como lo son sus
que su esencia sea la díada: la discierne, por tanto, objetos. En efecto, tratándose de seres inmateriales lo
r
ya.- con otra fac~Itad, ya. con la misma dispuesta de que intelige y lo inteligido se identifican n toda vez que
otra manera. As1 pues, digamos en general que el in- el conocimiento teórico y su objeto son idénticos -más s
1 telecto es separable en la misma medida en que los adelante habrá de analizarse la causa por la cual no
• objetos son separables de la materia 1s. intelige siempre 78- ; pero tratándose de seres que tie-
Cabe, por lo demás, plantearse el siguiente proble- nen materia, cada uno de los objetos inteligibles está
ma: si -como dice Anaxágoras- el intelecto es sim- presente en ellos sólo potencialmente. De donde re-
i pie e impasible y nada tiene en común con ninguna sulta que en estos últimos no hay intelecto -ya que el
2s/ otra cosa, ¿de qué manera conoce si el inteligir con- intelecto que los tiene por objeto es una potencia in-
'1 siste en una cierta afección y de dos cosas, a lo que material- mientras que el intelecto sí que posee inte-
parece, la una actúa y la otra padece en la medida en ligibilidad.
que ambas poseen algo en común? Añádese a esto el
CAPÍTULO QUINTO
CAPÍTULO SEXTO
10 Pue~to que en l~ Naturaleza toda existe algo que es La intelección de los indi'-:i_~i_bl~~ tiene lugar en aquc·
materia para cada género de entes -a saber, aquello llos objetos acerca de los cuales no cabe el error. En
que en potencia es todas las cosas pertenecientes a tal cuanto a los objetos en que cabe tanto el error- como
géne~o-- pero existe además otro principio, el causal la verdad, tiene lugar ya una composición de conceptos
Y activo al que corresponde hacer todas las cosas -tal que viene a constituir como una unidad. Empédocles
es la técnica respecto de la materia- también en el dice que «donde nacieron muchas cabezas sin cue·
_caso del_ alm~ _l!_an de darse necesariamente estas dife- llo» 80 posteriormente vienen a componerse por la fuer· Jo
_rencias. Así pues, existe un:-¡~-iclecto que es capaz de za de la amistad: así también se componen estos con·
15 llegar a ser todas las cosas y otro capaz de hacerlas ceptos de por sí separados, por ejemplo, lo inconmensu~
t~das; este último es a manera de una disposiciÓ~ ha- rable y la diagonal. En cuanto a los acontecimientos
bitual como, por ejemplo, la luz: también la luz hace pasados o futuros, el tiempo forma parte también de 430 b
en cierto modo de los colores en potencia colores en la _intelección y 1~ composición. El error, en efecto,
acto. _1; tal intelecto es separable, sin mezcla e impasi- tiene Jugar siempre en la composición: y es que al
ble, siendo como es acto por su propia ent-idad. y--;s afirmar que lo blanco es no~blanco se ha hecho entrar
que siempre es más excelso el agente que el paciente, a lo no·blanco en composición. Cabe, por lo demás, ha-
20 el principio que la materia. Por lo demás, la misma blar igualmente de división en todos estos casos. Por
cosa son la ciencia en acto y su objeto. Desde el punto otra parte, el error y la verdad no tienen lugar sola~
de vista de cada individuo la ciencia en potencia es
noef- las hemos dejado intencionadamente en la miSma am-
anterior en cuanto al tiempo, pero desde el punto de
bigüedad que presentan en el texto original: «Y sin él nada in-
vista del universo en general no es anterior ni siquiera telige». Son, cuando menos, .susceptibles de cuatro interpreta-
en cuanto al tiempo: no ocurre, desde luego, que el in- ciones distintas (véase Ross, W. D., Aristóteles, trad. esp., Bue-
telecto intelija a veces y a veces deje de inteligir. Una nos Aires, 1957, págs. 219 sigs.) que, a su vez, influirán en la in-
vez separado es sQ_l()_ aquello que en realidad es y ÚQ!- terpretación general del tema del intelecto en Aristóteles: a) «sin
el intelecto pasivo el intelecto activo no conoce nada»; b) «sin
camente esto es inmortal y eterno. Nosotros, sin em- el intelecto activo el intelecto pasivo no conoce nada»; e) «sin el
bargo, no somos capaces de recordarlo, porque tal prin- intelecto activo ningún ser puede conocer»; d) «sin el intelecto
cipio es impasible, mientras que el intelecto pasivo es pasivo ningún ser puede conocer». La oscuridad de la teoría
25 corruptible y sin él nada intelige 79. aristotélica del intelecto es manifiesta y buena prueba de ello
son las múltiples interpretaciones que recibió por parte de co-
7
mentaristas e intérpretes.
~ Las últimas palabras del capítulo -kai dneu toútou ouden ~o EMPÉDOCLES, Fr. B 57 (1, 333, 9), Dtr:Ls-KR-\_--.;z,