Aristóteles Sobre El Alma (Parte)

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BIBLIOTECA CLÁSICA GREDOS, 14 ARISTÓTELES

ACERCA DEL ALMA

INTRODUCCIÓN, TRADUCCIÓN Y NOTAS DE

TOMÁS CALVO MARTÍNEZ

EDITORIAL GREDOS
1
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210 ACERCA DEL ALMA
LIBRO II 211

que hemos hablado con anterioridad en el tratado Acer-


30 ca de los elementos 60 • El órgano perceptor de las mi~­ CAPÍTULO DUODÉCIMO
rnas es, a su vez, el del tacto, es decir, aquella parte
del tuerpo que constituye el asiento donde primaria- Donde Aristóteles define al sentido en general como
mente se da el sentido denominado tacto y que es en facultad capaz de recibir las formas sensibles sin
424 a potencia tales cualidades: percibir sensitivamente es, la materia y propone ciertas consideraciones
en efecto, sufrir una cierta afección, y de ahí que el basándose en esta definición
agente haga que esta parte -que está en potencia-
sea tal cual él mismo es en acto. Esta es la razón por
la cual no percibimos lo que está igual de caliente En relación con todos los sentidos en general ha de
frío, duro o blando que el órgano y sí los objetos qu~ entenderse que sentido es la facultad capaz de recibir
lo están más que él: es que el sentido es a manera de las formas sensibles sin la materia al modo en que
5 un término medio, entre los contrarios sensibles. Por la cera recibe la marca del anillo sin el hierro ni el 20
eso mismo discierne los objetos sensibles, porque el oro: y es que recibe la marca de oro o de bronce pero
término medio es capaz de discernir, ya que respecto no en tanto que es de oro o de bronce. A su vez y de
de cada extremo viene a ser el contrario. Y de la mis- manera similar, el sentido sufre también el influjo de
ma manera que el órgano que ha de recibir lo blanco cualquier realidad individual que tenga color, sabor
Y lo negro no ha de ser ni lo uno ni lo otro en acto o sonido, pero no en tanto que se trata de una realidad
pero sí ambas cosas en potencia -y lo mismo en eÍ individual, sino en tanto que es de tal cualidad y en
caso de los demás sentidos- también en el caso del cuanto a su forma. El órgano primario es, por su par-
to tacto el órgano no ha de ser ni frío ni caliente. Más te, aquel en el cual reside semejante potencia. Desde 2'5
aún, de la misma manera que la vista tiene por objeto luego que la potencia no se distingue realmente del ór-
lo visible y lo invisible -y lo mismo ocurre con. los gano pero su esencia es distinta: en caso contrario, el
demás sentidos respecto de sus objetos- también el ser dotado de sensibilidad sería, en cuanto tal, una mag-
tacto tiene por objeto lo tangible y lo intangible. In- nitud; y, sin embargo, ni la esencia de la facultad sen-
tangibles son, a su vez, ya lo que posee en grado mí- sitiva ni el sentido son magnitud, sino más bien su pro-
nimo la característica de los cuerpos tangibles -como porción idónea y su potencia.
sucede con el aire- ya los excesos en las cualidades tan- A partir de estas explicaciones queda claro además
15 gibles, como ocurre con los cuerpos destructores. por qué los excesos de los sensibles destruyen los ór-
Queda, pues, esquemáticamente expuesto Jo relativo ganos de la sensación: en efecto, si el movimiento del 30
a cada uno de los sentidos. órgano resulta demasiado fuerte, desaparece la propor-
ción idónea -y esto es el sentido-- al igual que desapa-
recen la armonía y el tono si se pulsan violentamente
las cuerdas. Queda claro también por qué las plantas
60
no están dotadas de sensibilidad a pesar de que poseen
Acerca de la generación y la corrupción II 2-3. una parte del alma y a pesar de que padecen bajo el
212 ACERCA DEL ALI\L\

influjo de las cualidades sensibles, puesto que se en-


424 b frían y calientan: la razón está en que no poseen el tér-
mino medio adecuado ni el principio capaz de recibir las
formas de los objetos sensibles (sin la materia), sino
que reciben el influjo de éstas unido a la materia. Ca-
bría, en fin, preguntarse si lo que no puede percibir
5 olores padece bajo el influjo del olor, lo que no puede
LIBRO TERCERO
ver, bajo la acción del color y así sucesivamente en
los demás casos. Pues bien, si lo oloroso es precisa-
mente el olor, el olor -de producir algún efecto-- pro-
ducirá precisamente la sensación olfativa: luego ningún CAPITULO PRIMERO
ser incapaz de percibir olores podrá padecer bajo la
acción del olor. El razonamiento vale también para las
Que no existe ningún otro sentido aparte de los cinco
demás sensaciones. Y los seres capaces de percibir son ya expuestos, pero sí una sensibilidad común
afectados por el objeto sensible solamente en la me- cuyas funciones comienzan a estu-
dida en que poseen la capacidad de percibirlo. Esto diarse en este capítulo
se pone de manifiesto también de la siguiente manera:
10 ni la luz o la oscuridad ni el sonido ni el olor actúan
sobre los cuerpos; los que actúan son los cuerpos en Que no existe ningún otro sentido aparte de los cinco 424 b Z2
que se dan tales cualidades, por ejemplo, es el aire -me refiero a vista, oído, olfato, gusto Y tacto- cabe
acompañado de truenos el que rompe el tronco del confirmarlo de la siguiente manera 61 • Puesto que de
árbol. Cabe objetar, sin embargo, que las cualidades hecho tenemos sensación de todo aquello que consti-
tangibles y los sabores sí que actúan: ¿qué agente, tuye el objeto del sentido del tacto -en efecto, todas 25
si no, es el que actúa sobre los seres inanimados y los las cualidades de lo tangible en tanto que tang1ble nos
altera? Y si esto es así, ¿por qué no van a actuar tam- son perceptibles al tacto-, habrá de suponerse por
bién aquellas cualidades? Lo que ocurre es, en defini- fueza que, si nos falta alguna sensación, es q_ue nos
tiva, que no todos los cuerpos resultan afectados bajo falta, a su vez, algún órgano sensorial. Ahora b1en, las
u la acción del olor y del sonido: los cuerpos que resul- cualidades que percibimos al entrar en conta~to con
tan afectados son aquellos que carecen de contornos ellas son perceptibles por medio del tacto, sent1do que
consistentes y se desvanecen como el aire que, al ser
afectado, deviene oloroso. ¿Qué es, entonces, captar un M Se trata, sin du-da, de la más extraña demostración q~e
olor además de sufrir una determinada afección? ¿No cabe encontrar en la obra de Aristóteles. Acerca de ~ste pasaje
será que captar un olor es además percibir sensitiva- escribe ToRSTRlK (De Anima, Berlín, 1862, ad loe.): •Vtdetur post
Aristotelem nemo hanc demostrationem intelexisse; videan~ur
mente, algo que el aire no hace, puesto que se limita Simplicius, Philoponus, Sophonias, Alexander: .. Ave~roes,, Juhus
a resultar perceptible cuando es afectado? Pacius denique Trendelenburgius. Nec ego tntelext.l> Solo nos
queda' añadirnos humildemente a la lista.
214 ACERCA DEL ALMA LIBRO IIl 215

de hech.o .no no~ falta; en cuanto a las cualidades que Tampoco es posible que exista un órgano especial
no percibimos directamente sino a través de un medio para los sensibles comunes, es decir, aquellos que per-
las. percibimos en virtud de los cuerpos simples -m~ cibimos por accidente 62 por medio de cada sentido como ts
JO ref~ero, en concreto, al aire y al agua-. Por lo que se son movimiento, reposo, figura, magnitud, nú1nero y uni-
refiere a este último caso los hechos son los siguientes: dad. Todos éstos los percibimos gracias al movimiento:
si varias cualidades sensibles heterogéneas se perciben por ejemplo, gracias al movimiento percibimos la mag-
a través de un único medio, el sujeto dotado de un nitud y, por tanto, también la figura ya que también la
órgano de la naturaleza de éste será capaz por fuerza figura es una magnitud; el reposo, a su vez, lo percibi-
de percibir ambas cualidades -así, por ejemplo, si el mos por la ausencia de movimiento y el número por
órgano está compuesto de aire y puesto que el aire la negación del continuo así como por los sensibles
es el medio trasmisor del sonido y del color-; si, por propios, dado que cada sensación percibe una sola cua- 20
425 a el contrario, son más de uno los medios trasmisores de lidad 63. Queda evidenciada, por tanto, la imposibilidad
una única cualidad -por ejemplo, tanto el aire como absoluta de que exista un sentido especial para estos
el agua son medios trasmisores del color al ser ambos sensibles ~por ejemplo, para el movimiento- ya que
trasparentes~ entonces el sujeto dotado de un órgano en tal supuesto ocurriría lo que ocurre cuando perci-
constituido por uno solo de estos elementos percibirá bimos lo dulce con la vista. En este caso sucede que
la cualidad trasmitida a través de ambos. Pues bien, de hecho poseemos sensación de lo uno y lo otro Y
entre los cuerpos simples solamente los dos citados gracias a ello reconocemos ambas cualidades cu~ndo
~aire Y agua~ son elementos constitutivos de los ór· se dan juntas. De no ser de este modo, los senstbles
ganas sensoriales: la pupila es de agua; el oído, de aire, comunes no podríamos percibirlos a no ser por acciden- 25
5 Y el olfato, de ambos, mientras que el fuego o no entra te: como ante el hijo de Cleón percibimos no que es
en la composición de ninguno o es común a todos ~ya el hijo de Cleón, sino que es algo blanco, si bien lo
que ningún ser sin calor es capaz de sentir~ y la tie· blanco, a su vez, es por accidente hijo de Cleón. Contra
rra, en fin, o no forma parte de ninguno o, en todo esto último, sin embargo, está el hecho de que posee-
caso, entra en la composición del órgano del tacto. De mos una sensación común y no por accidente de los
donde resulta que no existe órgano sensitivo alguno fue- sensibles c~munes. No hay, pues, un sentido especial,
ra de los de agua y aire. Éstos, por lo demás, los po- ya que, de haberlo, no podríamos percibir los sensibles
seen de hecho ciertos animales. Por tanto, todos los
10 sentidos posibles se dan en aquellos animales que no
61 El contexto elimina toda posible ambigüedad acerca del
son ni incompletos ni imperfectos; hasta el topo ~pue­ significado de la expresión «por accidente» que en este caso,. al
de observarse~ posee ojos bajo la piel. En conclusión: aplicarse a los sensibles comunes, no tiene el significado prec1s?
a no ser que exista algún otro cuerpo simple, 0 bien que le corresponde cuando se refiere a Jos sensibles «por acci-
alguna cualidad que no esté presente en cuerpo alguno dente». Véase supra, II 6, 418a7-23.
6.l Puesto que cada sentido percibe una sola cualidad sensible
de este mundo, no cabe la posibilidad de que nos falte (color, sonido, etc.) en la percepción conjunta de un obj~to por
algún sen ti do. parte de varios sentidos se pone de manifiesto la plurahdad de
estas cvalidades sensibles y, por tanto, el número.
216 ACERCA DEL ALMA LIBRO l II 217

comunes a no ser, como queda dicho que percibimos do particular corresponde, por tanto, decir que ambas
al hijo de Cleón 64 • cualidades constituyen un único objeto: de ahí la po-
30 Los sentidos particulares perciben por accidente las sibilidad de equivocarse al pensar, por ejemplo, que
cualidades sensibles propias de los demás -pero no algo es bilis porque es amarillo.
en tanto que son sentidos particulares, sino en tanto Cabría preguntarse, en fin, con qué finalidad posee-
425 b que constituyen uno solo- siempre que se produce una mos varios sentidos y no uno solo. Seguramente es 5
sensación conjunta sobre un mismo objeto, por ejem- así para que no nos pasen inadvertidos los sensibles
plo, que la bilis es amarga y amarilla. A ningún sentí- comunes y concomitantes, como movimiento, magnitud
v número. Y es que, de existir solamente la vista Y
64
~iendo lo blanco su objeto, estos sensibles comunes
El argumento es el siguiente: De existir un· sentido especial
cuyo objeto lo constituyeran los sensibles comunes (movimien- nos pasarían más fácilmente inadvertidos: al darse co-
to, número, etc.), -la percepción de éstos vendría a ser «como lor y magnitud conjuntamente, podría parecernos que
cuando percibimos lo dulce con la vista» (42Sa22), es decir, gra- todo ello es la misma cosa. Sin embargo y puesto que
cias a la asociación producida por el hábito de percibir la dul- los comunes se dan también en otras cualidades sen-
zura Y el color simultáneamente: percepción accidental, por tan-
to, para los cinco sentidos. Colocados en esta hipótesis de una sibles, se pone de manifiesto la peculiaridad de cada 10
percepción accidental de los sensibles comunes -hipótesis im- uno de ellos.
plicada en el supuesto de que su conocimiento fuera adquirido
por medio de una facultad distinta- cabría aún otra posibilidad
(«De no ser así. .. », 42Sa24): «como ante el hijo de Cleón perci-
bimos no que es el hijo de Cleón, sino que es algo blanco si CAPÍTtTLO SEGtTNOO
bien lo blanco, a su vez, es por accidente hijo de Cleón». 'En
ambos casos se trataría, en definitiva, de una percepción acci- En que se continúa y concluye el análisis de la
dental contra la que <<está el hecho de que poseemos una sen-
sación común y no por accidente de los sensibles comunes»
sensibilidad común
(425a27).
La cláusula «De no ser así...» podría interpretarse de dos ma-
neras: a) Como negación del supuesto general (i. e., negación Dado que percibimos que vemos y oímos, el acto de
de la existencia de un sentido especial para los sensibles comu- ver habrá de percibirse forzosamente o con la vista o
nes), supuesto cuya reducción al absurdo se está llevando a con algún otro sentido. Ahora bien, en este último su-
cabo. Lo que vendría a significar: «suponiendo que no exista
un sentido especial, los sensibles comunes se percibirían por
puesto el mismo sentido captaría la vista y el color,
accidente». Pero esto contradice lo que más abajo se afirma objeto de ésta 65. Luego habrá dos sentidos que capten
(425a28-30): «no hay, pues, un sentido especial ya que, de haber- el mismo objeto a no ser que el mismo sentido se 15
lo, no podríamos percibir Jos sensibles comunes a no ser como
se ha dicho que percibimos al hijo de Cleón». Esta interpreta-
ción de la cláusula en cuestión llevaría a negar la autenticidad 6> La razón es simple y está implicada en la teoría aristoté-
de estas dos líneas (negación propugnada, por ejemplo, por Tren- lica de la sensación: puesto que la visión «en acto» se identifica
delenburg, ad loe., pág. 353). b) Como la interpretamos en la ex- con el color <<en acto» (véase infra, 425b25-26: <<el acto de lo sen-
plicación arriba ofrecida. En tal caso vendría a significar: «Pues- sible y el del sentido son uno y el mismo»), ese hipotético se-
tos en la hipótesis de una percepción accidental de los sensibles gundo sentido que captaría el acto de ver habría de captar, por
comunes, cabria otra posibilidad, etc.». lo mismo, el color en acto.
LIBRO ITT 231
230 ACERCA DEL ALMA

pero no lo tiene realmente. Por lo tanto, dicen bien


73
CAPÍTULO CUARTO
los que dicen que el alma es el lugar de las formas ,
si exceptuamos que no lo es toda ella, sino ~ólo la
Que contiene una exposición general sobre la naturaleza intelectiva y que no es las formas en acto, smo ~n
del intelecto y de la actividad de inteligir potencia. Por lo demás y si se tiene en cuenta el. funciO-
namiento de los órganos sensoriales y del sentido, r~- 30
sulta evidente que la impasibilidad de la facultad s~nsl­
10 Por lo que se refiere a aquella parte del alw.a ___¡;_Q_n__ tiva y la de la f~cu}~a~-- intelec:tiva no son del mis.~o
. que el alma cqnoce y pi~nsa -ya se trate de algo se- tij)o:----el ·selltido, desde luego, no ~s capaz de perCibir
parable, ya se trate de algo no separqble en cuanto tras haber sido afectado por un obJeto fuertemente sen- 429 b
a la magnitud, pero sí en cuan_t_Q_ a 1ª _<i~fini~l@-:- ha sible, por ejemplo, no percibe el sonido después de
de examinarse cuál es su característica diferencial y sonidos intensos, ni es capaz de ver u oler, tras haber.
cómo se lleva a cabo la actividad de inteligir. Ahora sido afectado por colores u olores fuertes; el _intelecto,
bien, si el inteligir constituye una operación semejante por el contrario, tras haber inteligido. un O~Je:o fuer~
a la sensación, consistirá en padecer cierto influjo bajo temente inteligible, no intelige menos stno mas, mcluso, J
15 la acción de lo inteligible o bien en algún otro proceso los objetos de rango inferior. Y es que la fa_cu~_tª-_d _sen-
:' similar. Por consiguiente, el intelecto -sh~f!do impa- sible no se da sin el cuerpo, mientras que el mtclecto
~ ~~q_~- ha de ser capaz de recibir la forma, es decir, es separab~. y cuando éste ha llegado' a se.r cada uno
ha de ser en potencia tal como la forma pero sin ser -d~-;u~ objetos a la manera en que se ha dicho que lo
ella misma y será respecto de lo inteligible algo análogo es el sabio en acto -lo que sucede cuando es capaz
a lo que es la facultad sensitiva respecto de lo sensi- de actuali~a-fse por sí mismo 74- , incluso entonces se
. ble. Por consiguiente y puesto' que intelige todas las encuentra en cierto modo en potencia, si bien .no d~l
cosas, necesariamente ha de ser sin m_~-?~~-ª -como dice mismo modo que antes de haber aprendido o I~vest~­
Anaxágoras 72- para que pueda dominar o, lo que es gado: el intelecto es capaz también entonces de Inteb~
20 lo mismo, conocer, ya que lo que exhibe su propia girse a sí mismo. .
forma obstaculiza e interfiere a la ajena. Luego no tiene Pero, puesto que la magnitud y la ese~cm de la mag- ~o
naturaleza alguna propia aparte de su misma poten- nitud son cosas distintas y lo son tamb1en el agua Y la ,
cialidad. Así pues, el denominado intelecto del alma esencia del agua -y otro tanto ocurre en otros m_u~ 1

-me refiero al intelecto con que el alma razona y chos casos pero no en todos; en algun~s es lo mis-
1
enjuicia- no es en acto ninguno de los entes antes de mo-, será que el alma discierne la esencia de la carne
· inteligir~- De ahí que sería igualmente ilógico que estu~ y la carne, ya con facultades distintas, ya con una sola,
2~ viera mezclado con el cuerpo: y es que en tal caso
poseería alguna cualidad, sería frío o caliente y ten-
1J Se trata evidentemente de una referencia al plato~ismo. No
dría un órgano como lo tiene la facultad sensitiva; obstante, la expresión aquí utilizada no se encuentra literalmen-
te en Platón.
72 A:-.<Ax..\GoRAS, Fr. B 12 (TI, 37, 17 sigs.), DIELS-KRA::-.;z.
74 Véase supra, II S, 417a21-b 2.
232 ACERCA DEL ALMA LIBRO lll 233

pero dispuesta de distinta manera; y es que la carne no problema de si el intelecto mismo es a su vez inteli-
se da sin materia, sino que, al igual que lo chato, es gible. De ser así o bien el intelecto se dará en las
un tipo determinado de forma en un tipo determinado demás cosas -suponiendo que no sea inteligible en vir-
15 de materia. Con la facultad sensitiva, pues, discierne lo tud de otra cosa y suponiendo que lo inteligible sea
.caliente y lo frío así como aquellas cualidades de las específicamente uno-- o bien estará mezclado con algo
j que la carne constituye una cierta proporción combi- que lo haga inteligible como las demás cosas.
natoria; en cuanto a la esencia de la carne, la discierne · En cuanto a la dificultad de que el paciente ha de
(¡ :ya con otra facultad separada, ya con la misn1a facultad, tener algo en común -~~_g __e_!_~nte, ¿no ha quedado 30
siendo ésta respecto de sí misma lo que la línea curva ya contestada al decir que el intelecto es en cierto modo
es respecto de sí misma una vez enderezada. A su vez potencialmente lo inteligible si bien en entelequia no
·:i por lo que se refiere a Jos entes abstractos, con la es nada antes de inteligir? 76 • Lo inteligible ha de estar
línea recta sucede como con lo chato, puesto que no en él del mismo modo q~~ en 1.:1n~- t~btiU~ _qn ___ !a_~ _ q_~e 430 a
1 se da sin el continuo; sin embargo, su esencia -si es nada está actualmente escrit~: C:~to_ e~_)_D:._q~ede
20 1 que h esencia de la recta y la recta son cosas distin- con el intelecto. (En cuanto a la segunda dificultad)
1 tas- la discierne con otra facultad. Supongamos, pues, C1 Tiúefecto es inteligible exactamente como lo son sus
que su esencia sea la díada: la discierne, por tanto, objetos. En efecto, tratándose de seres inmateriales lo

r
ya.- con otra fac~Itad, ya. con la misma dispuesta de que intelige y lo inteligido se identifican n toda vez que
otra manera. As1 pues, digamos en general que el in- el conocimiento teórico y su objeto son idénticos -más s
1 telecto es separable en la misma medida en que los adelante habrá de analizarse la causa por la cual no
• objetos son separables de la materia 1s. intelige siempre 78- ; pero tratándose de seres que tie-
Cabe, por lo demás, plantearse el siguiente proble- nen materia, cada uno de los objetos inteligibles está
ma: si -como dice Anaxágoras- el intelecto es sim- presente en ellos sólo potencialmente. De donde re-
i pie e impasible y nada tiene en común con ninguna sulta que en estos últimos no hay intelecto -ya que el
2s/ otra cosa, ¿de qué manera conoce si el inteligir con- intelecto que los tiene por objeto es una potencia in-
'1 siste en una cierta afección y de dos cosas, a lo que material- mientras que el intelecto sí que posee inte-
parece, la una actúa y la otra padece en la medida en ligibilidad.
que ambas poseen algo en común? Añádese a esto el

:< Este es uno de los argumentos tradicionalmente utilizados


en Occidente por los defensores de la espiritualidad del enten-
dimiento: el entendimiento capta esencias abstractas, i. e., sepa-
radas de la materia en que se realizan («el agua v la esencia
d~l agua son distintas»); ahora bien, la naturaleza -del entcndi-
m¡e~to. ha de s:r proporcional a la de su objeto, luego el en-
tcndm~Iento esta separado de la materia. De donde pretende 76
Véase supra, 429a15-24.
conclmrse su espiritualidad. Aristóteles, con todo, es más mo- 77
Véase el libro XII de la Metafísica, especialmente en 7,
desto en este caso al concluir: el intelecto o no es la facultad 1074b33 sigs.
sensitiYa o es ésta funcionando de otra manera. 71
Véase infra, en el próximo capítulo de este libro.
234 ACERCA DEL ALMA
LIBRO IU 235

CAPÍTULO QUINTO
CAPÍTULO SEXTO

En que aparece la célebre y controvertida distinción


aristotélica de dos intelectos, activo el uno y De cómo se lleva a cabo la intelección de los objetos
pasivo el otro compuestos y también la de los indivisibles

10 Pue~to que en l~ Naturaleza toda existe algo que es La intelección de los indi'-:i_~i_bl~~ tiene lugar en aquc·
materia para cada género de entes -a saber, aquello llos objetos acerca de los cuales no cabe el error. En
que en potencia es todas las cosas pertenecientes a tal cuanto a los objetos en que cabe tanto el error- como
géne~o-- pero existe además otro principio, el causal la verdad, tiene lugar ya una composición de conceptos
Y activo al que corresponde hacer todas las cosas -tal que viene a constituir como una unidad. Empédocles
es la técnica respecto de la materia- también en el dice que «donde nacieron muchas cabezas sin cue·
_caso del_ alm~ _l!_an de darse necesariamente estas dife- llo» 80 posteriormente vienen a componerse por la fuer· Jo
_rencias. Así pues, existe un:-¡~-iclecto que es capaz de za de la amistad: así también se componen estos con·
15 llegar a ser todas las cosas y otro capaz de hacerlas ceptos de por sí separados, por ejemplo, lo inconmensu~
t~das; este último es a manera de una disposiciÓ~ ha- rable y la diagonal. En cuanto a los acontecimientos
bitual como, por ejemplo, la luz: también la luz hace pasados o futuros, el tiempo forma parte también de 430 b
en cierto modo de los colores en potencia colores en la _intelección y 1~ composición. El error, en efecto,
acto. _1; tal intelecto es separable, sin mezcla e impasi- tiene Jugar siempre en la composición: y es que al
ble, siendo como es acto por su propia ent-idad. y--;s afirmar que lo blanco es no~blanco se ha hecho entrar
que siempre es más excelso el agente que el paciente, a lo no·blanco en composición. Cabe, por lo demás, ha-
20 el principio que la materia. Por lo demás, la misma blar igualmente de división en todos estos casos. Por
cosa son la ciencia en acto y su objeto. Desde el punto otra parte, el error y la verdad no tienen lugar sola~
de vista de cada individuo la ciencia en potencia es
noef- las hemos dejado intencionadamente en la miSma am-
anterior en cuanto al tiempo, pero desde el punto de
bigüedad que presentan en el texto original: «Y sin él nada in-
vista del universo en general no es anterior ni siquiera telige». Son, cuando menos, .susceptibles de cuatro interpreta-
en cuanto al tiempo: no ocurre, desde luego, que el in- ciones distintas (véase Ross, W. D., Aristóteles, trad. esp., Bue-
telecto intelija a veces y a veces deje de inteligir. Una nos Aires, 1957, págs. 219 sigs.) que, a su vez, influirán en la in-
vez separado es sQ_l()_ aquello que en realidad es y ÚQ!- terpretación general del tema del intelecto en Aristóteles: a) «sin
el intelecto pasivo el intelecto activo no conoce nada»; b) «sin
camente esto es inmortal y eterno. Nosotros, sin em- el intelecto activo el intelecto pasivo no conoce nada»; e) «sin el
bargo, no somos capaces de recordarlo, porque tal prin- intelecto activo ningún ser puede conocer»; d) «sin el intelecto
cipio es impasible, mientras que el intelecto pasivo es pasivo ningún ser puede conocer». La oscuridad de la teoría
25 corruptible y sin él nada intelige 79. aristotélica del intelecto es manifiesta y buena prueba de ello
son las múltiples interpretaciones que recibió por parte de co-
7
mentaristas e intérpretes.
~ Las últimas palabras del capítulo -kai dneu toútou ouden ~o EMPÉDOCLES, Fr. B 57 (1, 333, 9), Dtr:Ls-KR-\_--.;z,

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