AMOS

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 6

AMOS

Introducción:

El profeta:
Amós, cuyo nombre significa «el que lleva la carga». Antes de que Amós empezara su
ministerio, había sido “uno de los pastores de Tecoa”, ciudad que se encontraba en la zona
montañosa de Judá, al sur de Jerusalén. Se ocupaba de criar ovejas en tal cantidad. Es evidente
que Amós administraba o poseía grandes rebaños de ovejas y cabras, y además, supervisaba a
otros pastores.
En Amós 7:14, menciona que no sólo era “pastor”, sino que también era “boyero” y recogía
“higos silvestres”. Aquí la palabra hebr. “boyero” se refiere a un “vaquero” o “ganadero”.
Aparte de supervisar sus operaciones de ganado, Amós también se ocupaba de producir higos,
probablemente como un negocio aparte.
Dios lo llamó de los trabajos relacionados con el ganado y la agricultura, y lo convirtió en
profeta. Amós no era un profeta profesional ni participaba oficialmente en las actividades
religiosas del templo. Sencillamente recibió esta encomienda divina y salió del reino del sur
para instalarse en el reino del norte y transmitir el mensaje del Señor.

La ocasión:
La tarea profética de Amós se llevó a cabo (aprox. 760 a. C.) durante el reinado de Jeroboam II,
que constituyó un periodo de gran prosperidad económica, triunfos militares y seguridad
social, nacional e internacional. Amós proclamó el mensaje de Dios al pueblo del reino del
norte probablemente por no más de un año. Su ministerio se realizó dos años antes de un gran
terremoto.

El mensaje:
Precisamente, éste es el cuadro que nos pinta el mensaje de Amós. Habían surgido dos clases
sociales: los ricos y los pobres (Amós 5.10s., 15; 6.4s.).
 Los pobres eran oprimidos (2.6 ss.; 5.11; 6.3-6) y hasta vendidos como esclavos (2.6,
8).
 Los ricos poseían palacios de invierno y verano, construidos en marfil (3.15), con
sillones y almohadones (v. 12), y viñedos y costosos ungüentos (5.11; 6.4-6). Las
mujeres, las gordas y mimadas «vacas de Basán», instaban a sus maridos a cometer
injusticia para poder beber (4.1). La justicia se compraba en los santuarios de Bet-el,
Gilgal y otros lugares, pero Jehová no estaba allí (5.4s.), y de hecho no podía ser
realmente adorado allí. El despreciaba sus rituales (w. 21-24).
Los israelitas servían a un dios que no los podía ayudar (8.14). Su religión necesitaba ser
reformada (3.14; 7.9; 9.1-4). Jehová aborrecía el «orgullo de Jacob» (6.1-8) y planeaba
acabarlo (6.9-14).

El mensaje que Dios le dio fue principalmente de juicio, aunque terminó con palabras de
esperanza.
El Dios Todopoderoso, vendría como un guerrero a juzgar a las naciones que se habían
rebelado contra su autoridad. En especial, Israel sería castigado por las violaciones contra el
pacto hecho con el Señor. Aunque la nación sería destruida, Dios preservaría a un remanente
arrepentido de entre su pueblo.
El propósito:
El propósito del mensaje de Amós es poner de manifiesto que los pecados en Israel eran
graves. Amós atacó tanto los males sociales del pueblo como su adoración pagana. Lo hizo por
medio de un llamado urgente al arrepentimiento como el único modo de escapar del juicio. La
posición privilegiada de Israel, declaró Amós, debió haber constituido un incentivo para una
vida justa, ciertamente no una excusa para pecar.

OSEAS

El Profeta:
Todo lo que se conoce del profeta se deriva de las secciones autobiográficas del mismo libro.
Al igual que Amós, su contemporáneo, Oseas profetizó para el Reino del Norte – Israel,
mientras que Isaías y Miqueas profetizaban en el Reino del Sur - Judá. La prosperidad material
y bancarrota espiritual caracterizaban la época del reinado de Jeroboam II, cuando Oseas
comenzó su ministerio.
El juicio parecía remoto pero para el año 732 Damasco había sucumbido ante Asiría y por el
año 722 Samaría, la capital de Israel, fue capturada y sus habitantes fueron deportados.
Oseas, cuyo nombre significa «salvación» o «liberación», fue escogido por Dios para dar
testimonio vivo de su mensaje ante su pueblo casándose con una mujer que le sería infiel.

Fecha:
La fecha del inicio de su misión profética se sitúa en aprox. 755 a 710 a. C., lo que corresponde
a los últimos años del rey Jeroboam II (782-753 a. C.). En 1:1 menciona a los reyes de Judá:
Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías. Si su ministerio comprende hasta la finalización del reinado de
Ezequías, la duración de su ministerio sería de cincuenta y un años. Si solo llegó hasta la caída
del reino del norte en 722 a. C., su ministerio duró veintiocho años, lo cual comprendería los
primeros seis años del reinado de Ezequías.

El matrimonio de Oseas:
El tema del libro es el amor leal de Dios hacia Israel a pesar de la continua infidelidad de esa
nación, descrita dramáticamente mediante la experiencia matrimonial de Oseas. El profeta
contrajo matrimonio con Comer y poco después descubrió que ella era infiel. Si bien hubo una
separación, el amor de Oseas (como el amor de Dios por Su pueblo) persistió y a la postre se
efectuó una reconciliación.
Hay tres puntos de vista respecto al matrimonio de Oseas:
(1) Una simple alegoría, el libro no contiene ninguna base histórica respecto a matrimonio real.
(2) Oseas contrajo matrimonio con una mujer quien ya era una ramera, quizás una prostituta
del templo.
(3) Gomer se volvió una ramera después de su matrimonio. Si bien la experiencia trágica de
Oseas ilustra el amor de Dios por su pueblo extraviado, no existe ninguna base legítima para
rechazar la historicidad del matrimonio. Es difícil determinar si (2) o (3) es el punto de vista
correcto.

Propósito y mensaje. El propósito primordial de la profecía de Oseas, como la de sus


contemporáneos Amós, Isaías y Miqueas, tiene que entenderse tomando en cuenta el
trasfondo del mensaje y teología de Deuteronomio. Éste último registra el pacto concertado
entre Dios e Israel, que debía mantener su lealtad al Señor adorándolo sólo a él y obedeciendo
sus mandatos. La obediencia al pacto produciría bendición (Dt. 28:1–14) pero la desobediencia
atraería el castigo y, a fin de cuentas, el exilio. La función de Oseas como profeta era denunciar
a la nación que había quebrantado el pacto y anunciar la intención divina de aplicar las
maldiciones por desobediencia. Al mismo tiempo, Oseas afirmó la promesa de Deuteronomio
acerca de la restauración final de Israel (Dt. 30:1–10).
Los temas principales del mensaje de Oseas pueden resumirse en tres palabras: pecado, juicio
y salvación. Al exponer el pecado de Israel, Oseas recalcó su idolatría. Comparó la relación del
pacto entre Israel y el Señor con el matrimonio, y acusó al pueblo (la “esposa” de Dios) de
adulterio espiritual. Ellos se habían vuelto a Baal, el dios cananeo, en su deseo de promover la
fertilidad agrícola y humana. Para ilustrar la infidelidad de Israel, Oseas se casó con una mujer
que al igual que la nación, sería infiel a su marido.
Además, se mencionan muchos otros pecados en el libro, entre los que se incluyen:
 La injusticia social (12:7),
 Crímenes violentos (4:2; 6:9; 12:1),
 Hipocresía religiosa (6:6),
 Rebelión política (7:3–7),
 Alianzas extranjeras (7:11; 8:9),
 Arrogancia (13:6) e
 Ingratitud espiritual (7:15).
Aunque la profecía de Oseas contiene exhortaciones al arrepentimiento, él no esperaba una
respuesta positiva de parte del pueblo. Por tanto, no podría escapar del castigo. Al derramar
sus maldiciones, el Señor haría que la nación experimentara infertilidad, invasión militar y
cautiverio. Oseas remarcó varias veces la justicia de Dios al indicar que el castigo divino se
ajustaba de manera perfecta a los crímenes cometidos.
Sin embargo, el Señor no abandonaría a Israel del todo. A pesar de su severidad, cada juicio
era disciplinario y tenía el propósito de que el pueblo se volviera a Dios. La reconciliación de
Oseas con su esposa descarriada ilustró la restauración final de Israel.

DANIEL

El profeta:
Daniel, cuyo nombre significa "Dios es mi juez", era un estadista en las cortes de monarcas
extranjeros. Tomado cautivo cuando era un adolescente y llevado a Babilonia por
Nabucodonosor en el año 605, Daniel invirtió el resto de su vida allí como un funcionario del
gobierno y como profeta del verdadero Dios. Afirmó haber escrito este libro (Dan_12:4) y
Jesucristo lo identificó como un profeta (Mat_24:15; Mar_13:14). Puesto que no era
oficialmente un profeta, el libro se encuentra en la tercera división de la Biblia hebrea, los
libros sapienciales, en vez de estar en la segunda división, es decir, los profetas.
Poco se sabe acerca de su trasfondo familiar. A partir del testimonio de sus contemporáneos,
sabemos que fue un hombre justo (Ez. 14:14, 20) y sabio (Ez. 28:3).
El profeta nació de la familia real y era de ascendencia noble (Dn. 1:3, 6). Además, era de
apariencia atractiva y muy inteligente (1:4). Vivió por lo menos hasta el tercer año de Ciro,
hasta 536 a.C. (10:1). Por tanto, debió haber sido muy joven cuando Nabucodonosor lo llevó
cautivo en 605 a.C. (En 1:4, se dice que Daniel era uno de los “muchachos” de Israel.) Si tenía
16 años cuando fue prisionero, entonces tenía 85 en el tercer año de Ciro. A través de su vida
fue un fiel siervo de Dios.
Profecía Apocalíptica:
La profecía de Daniel es el primer gran libro de la literatura apocalíptica de la Biblia. La
literatura apocalíptica de la Biblia tiene varias características:
(1) En ella, una persona que recibiría una verdad de Dios en visión, registraba lo que había
visto. (2) La literatura apocalíptica utiliza de manera extensa símbolos y señales.
(3) Generalmente, ese tipo de literatura presenta revelaciones acerca del programa de Dios
para el futuro de su pueblo Israel.
(4) Se utiliza con mayor frecuencia la prosa que la poesía, que era lo normal en la mayoría de la
literatura profética.
En la profecía apocalíptica, el énfasis recae sobre los eventos futuros. Comienza con la
situación presente: Daniel en la corte babilónica y su trato con reyes babilónicos o persas. Sus
visiones tienen que ver con Persia, Grecia, reyes del norte y del sur, gobernantes que causan
problemas al pueblo de Dios, el ungido que se ve truncado y el cese de los sacrificios.
El conocimiento del tiempo del fin está sellado, pero el pueblo de Dios es llamado a entrar en
situaciones en las cuales se pregunta, como lo hizo Daniel: «Cuándo será el fin de estas
maravillas» (12.6); « ¿cuál será el fin de estas cosas?» (v. 8). El mensaje es de perseverancia y
esperanza.
Además de Daniel y Apocalipsis, encontramos literatura apocalíptica en Ezequiel 37–48 y en
Zacarías 1:7–7:8. Al interpretar visiones, símbolos y señales en la literatura apocalíptica, no se
debe utilizar el ingenio personal para descubrir la verdad. En la mayoría de los casos, la
interpretación de esos pasajes y de los símbolos empleados, se obtiene de un estudio
cuidadoso del contexto y comparando otros pasajes paralelos de la Biblia. Entonces, la
literatura apocalíptica demanda una cuidadosa comparación entre escritura y escritura para
llegar a un adecuado entendimiento de la revelación dada.

Fecha y autoría:
Según el contenido del libro, Daniel fue escrito en el s. VI a.C. por Daniel, el profeta que vivió
mientras se desarrollaban esos eventos. En muchas ocasiones se refiere a Daniel como al
receptor de la revelación de Dios. Además tomó parte activa en muchos de los eventos
históricos registrados en su libro. Jesucristo atribuyó esta obra a Daniel (Mt. 24:15). La
familiaridad de Daniel con los individuos, eventos y costumbres que aparecen en el libro exige
fecharlo en el s. VI a.C.

JOEL
Autor
El nombre Joel significa literalmente «Jehová es Dios». Este es un nombre muy común
en Israel, y de Joel el profeta se dice que es hijo de Petuel. Nada se sabe de él o de las
circunstancias que rodearon su vida. Parece que vivió en Judá y profetizó en Jerusalén.

Fecha
Al parecer escribió durante los días del joven rey Joás (835-796), quien estuvo bajo el
gobierno de los sacerdotes cuando llegó al trono de Judá a la edad de 7 años
(2Re_11:21). Si bien algunos dan al libro una fecha post-exílica, los enemigos de Judá
no son identificados en la profecía como siros, asirios o babilonios, como sería el caso
si el libro se hubiera escrito después del cautiverio. Afortunadamente, el mensaje de
Joel no depende de la fecha. El mensaje de Joel es importante a pesar de la
imposibilidad actual de reconstruir su trasfondo histórico con precisión.
Reto de Interpretación:
El tras fondo de la profecía fue una severa sequía y la invasión de una plaga de
langostas, que Joel consideró como un castigo por los pecados del pueblo.
Es preferible ver el cap. Joel 1:1-20 como si estuviera describiendo una invasión real de
langostas que destrozó la tierra. En el cap. Joel 2:1-32, un nuevo nivel de descripción
enfrenta al intérprete. Aquí el profeta está proyectando algo que está más allá de la
plaga de langostas del cap. Joel 1:1-20, elevando el nivel de descripción a nuevas
altitudes, con intensidad incrementada que está enfocada en la plaga y la necesidad
inmediata de arrepentimiento genuino. El uso por parte del profeta de símiles, tales
como "como aspecto de caballos" (Joe_2:4) y "como hombres de guerra" (Joe_2:7),
sugiere que él aún está usando las langostas reales para ilustrar una invasión que solo
puede ser el ataque masivo del día final del Señor, es decir describió esta invasión de
langostas como un ejército, un ensayo de una futura campaña militar en el día de
Jehová.

En esto tenemos el pasaje más sobresaliente del libro. Joel 1:4

“Lo que quedó de la oruga


Comió el saltón,
Y lo que quedó del saltón
comió el revoltón;
y la langosta comió
lo que del revoltón había quedado.” (ver. RV. 1960)

Mensaje
El libro de Joel está formado por dos partes casi iguales:
 La plaga de langostas y
 El día del Señor (1:1–2:17) y
 La victoria futura (2:18–3:21 [TM 4:21]).
En la primera sección habla el profeta; en la segunda, el Señor. El punto decisivo es
2:18 donde el Señor, quizá por medio de un profeta del templo, responde al
acercamiento penitente de su pueblo y trae liberación.
El día de Jehová
El día de Jehová, el tema principal de esta profecía, involucra la intervención especial
de Dios en los asuntos de la historia. Se contemplan tres aspectos del día de Jehová:
(1) el histórico, la intervención de Dios en los asuntos de Israel y de la naciones
paganas,
(2) el ilustrativo, por el cual un incidente histórico representa un cumplimiento parcial
del día escatológico de Jehová y
(3) el escatológico. Este "día" escatológico incluye el tiempo de la Gran Tribulación, la
segunda venida de Cristo y el Milenio.
Importancia teológica
Joel nos enseña valiosas lecciones respecto al control completo que Dios ejerce sobre
la naturaleza. Joel no insinúa o enseña en ninguna parte que haya otra persona o cosa
responsable de las langostas: son el ejército de Dios (2:11), que él envía y retira (v. 20).
Aquí no hay lugar para un dualismo que atribuya las calamidades a fuerzas que
escapen del control de Dios, ni para un panteísmo que identifique a Dios con su
creación. Dios es soberano sobre todo y a su vez está activo en todo.

También podría gustarte