El Humanismo y Sus Heterotopias Foucault
El Humanismo y Sus Heterotopias Foucault
El Humanismo y Sus Heterotopias Foucault
Año XXXIV, No. 68. Lima-Hanover NH, 2º Semestre de 2008, pp. xx-yy
Oswaldo Zavala
City University of New York, College of Staten Island
Hombre.
En Las palabras y las cosas (Les mots et les choses, 1966), Fou-
cault argumenta que el ser humano se convirtió en objeto del cono-
cimiento en la cultura occidental desde finales del siglo XIX en ade-
lante, lo que Foucault llama el épistémè de la modernidad. Paradóji-
camente, el Hombre, entendido aquí por Foucault como figura o
concepto filosófico, era ya (desde Descartes y Kant), sujeto de ese
mismo conocimiento. Estratificado en conocimiento, del épistémè
moderno surgen las ciencias humanas: la biología, la historia y la fi-
lología. La declaración de la muerte del Hombre fue articulada por
Foucault durante lo que algunos llaman su periodo “arqueológico” –
enfocado en el análisis de las prácticas discursivas– que inicia con
La historia de la locura (Histoire de la folie à l’âge classique, 1961) y
concluye con La arqueología del saber (L’archéologie du savoir,
1969). Con su método arqueológico, Foucault se propone el estudio
del conocimiento según aparece en el “archivo” –el conjunto de do-
cumentos multidisciplinarios de un determinado épistémè cuyo con-
junto de “enunciados” marcan el orden del conocimiento– de una
particular práctica discursiva. El método arqueológico se define de
la siguiente manera:
Borges hace algo distinto, algo central, esto es, comprende que el funda-
mento literario de la gauchesca es la transcripción de la voz, del habla po-
pular. No hace gauchesca en lengua culta como Güiraldes. Lo que hace
Borges, dice Renzi, es escribir el primer texto de la literatura argentina pos-
terior al Martín Fierro que está escrito desde un narrador que usa las
flexiones, los ritmos, el léxico de la lengua oral: escribe “Hombre de la es-
quina rosada” (Respiración artificial 132).
Tal lectura puede ser válida para los primeros dos libros de Bor-
ges Inquisiciones (1925) y El tamaño de mi esperanza (1926) –en los
que se acerca a la vida y habla popular de la Argentina criolla– y re-
latos como “Hombre de la esquina rosada” durante una etapa tem-
prana de su obra. Sin embargo, tanto en relatos como en ensayos,
Borges esclarece la naturaleza de su arte poética, atribuyendo
siempre a la imagen del gaucho literario la condición del artificio:
“Tan dilatado y tan incalculable es el arte, tan secreto su juego” ("La
poesía gauchesca" 179). Al ir “de las mitologías del arrabal a los
juegos con el tiempo y con lo infinito” ("Borges y yo" 186), Borges
suscribe una ficción siempre consciente de ese pasaje. Un escritor
no es realista por su uso de temáticas con referentes reales. En el
relato “Juan Muraña”, Borges le da forma narrativa a esta idea al
someterse él mismo como personaje al comentario crítico de un lec-
tor que busca desentrañar la fidelidad y precisión del uso de moti-
vos populares en su libro sobre Evaristo Carriego: el crítico cuestio-
na a Borges: “hablás todo el tiempo de malevos; decime, Borges,
vos ¿qué podés saber de malevos?” ("Juan Muraña" 420). Borges
concede y confiesa:
Una versión más elaborada de esta idea fue ofrecida por Borges
en su discurso de aceptación de un premio de la Sociedad Argenti-
na de Escritores en 19456 por la publicación de Ficciones el año
anterior. Borges no sólo dice festejar el hecho de que sea un texto
de ficción el que haya sido reconocido, sino incluso pone en duda
60 OSWALDO ZAVALA
ficción el que haya sido reconocido, sino incluso pone en duda que
la realidad pueda adaptarse a un género literario, pues cada día está
siempre atravesado por “sueños y símbolos e imágenes” (301).
El deliberado misreading de Piglia, además de estar conciente de
practicar “una cierta estrategia de apropiación literaria” (Crítica y fic-
ción 160) para posicionar a Borges como un escritor anacrónico le-
gible sólo en el contexto decimonónico, opera en forma involunta-
riamente análoga a una larga lista de críticas que consideran a Bor-
ges como un escritor ajeno o incompatible con su entorno socio-
histórico contemporáneo. Esta insuficiencia crítica tuvo efectos pa-
ralelos tanto en la época del modernismo como en las vanguardias,
pero alcanza un punto radical al intentar analizar la obra de Borges a
partir de Ficciones, o con mayor precisión según Renzi, desde la
publicación de “Pierre Menard, autor del Quijote”. ¿Qué dificulta po-
der dilucidar la totalidad de la obra de Borges? Desde La expresión
de la irrealidad en la obra de Borges (1957) de Ana María Barrene-
chea, hasta estudios más recientes, la crítica borgeana ha anotado
sus fuentes filosóficas y literarias y se ha detenido en los aspectos
más importantes de su ejercicio estilístico. Al mismo tiempo, los es-
tudios en torno a sus referentes históricos y su biografía continúan
problematizando la relación entre obra y autor, o texto y contexto,
bajo la perspectiva de los estudios culturales7. El trabajo de Beatriz
Sarlo, por ejemplo –además de ofrecer un importante precedente
latinoamericano de la visión materialista de Pascale Casanova y su
concepto de “literatura mundial”8– propone una imagen similar a la
de Renzi pero trasladada al siglo XX, considerando a Borges como
escritor nacionalista y cosmopolita simultáneamente que dispone de
ambas condiciones con libertad insólita y sin atavismos ideológicos.
El diálogo entre la obra de Borges y la de ciertos pensadores y
narradores post-estructuralistas9 ha sido ya estudiada10. Pero en el
caso de Foucault, el vínculo borgeano tiene un carácter epistemoló-
gico que va más allá de su papel evidente en el campo literario, so-
bre todo desde la perspectiva sociológica de Bourdieu que informa
el trabajo de Casanova. Desde este punto de vista, cuando Foucault
explica que Las palabras y las cosas fue concebido a través de su
lectura de un ensayo de Borges11, la poética borgeana es compren-
dida como un dispositivo desestabilizador de los paradigmas en que
la cultura occidental es asimilada por su sujeto moderno. Los princi-
pios que nos permiten funcionar como agentes de la modernidad
son difuminados por la mítica enciclopedia china, inventada por
Borges, que estremece “todas las superficies ordenadas y todos los
planos que ajustan la abundancia de los seres, provocando una lar-
ga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo
EL HUMANISMO Y SUS HETEROTOPÍAS: FOUCAULT, BORGES… 61
y lo Otro” (Les mots et les choses 7 –mi traducción). Es por ello que
el análisis de Casanova, limitado a la legitimación que Foucault y la
inteligencia francesa de la década de 1960 confieren al prestigio in-
ternacional de Borges12, ilustra las dinámicas del campo literario pe-
ro omite la profundidad de la correspondencia epistemológica entre
filósofo y narrador. Expuesto de forma más compleja, Sarlo subraya
una codependencia entre el exacerbado cosmopolitismo de Borges
y su vínculo a la tradición nacional que explica una rara tensión (de
nuevo en la misma lógica de Piglia pero trasladada al debate de la
modernidad) que produce un perfil borgeano absolutamente moder-
no: “un marginal en el centro, un cosmopolita en los márgenes” (16).
Convertido al reducto de una dialéctica extendida y de polos varia-
bles –centro/margen, Europa/Latinoamérica, universal/regional, rea-
lismo/ficción– los acercamientos mundialistas y sociológicos de los
que es deudora Casanova pasan por alto una y otra vez la impor-
tancia de estas interrogantes epistemológicas en la obra de Borges.
Foucault, descubriendo los límites de la estratificación de la moder-
nidad, se asombra con la posibilidad borgeana de minar nuestra ca-
pacidad –en tanto que sujetos– de experimentar el sustrato episté-
mico al inutilizar los mecanismos que hacen inteligible la producción
y recepción del conocimiento. La transgresión de Borges, escribe
Foucault, no es la búsqueda de una utopía sino el hallazgo de una
“heterotopía”, un espacio múltiple donde el sujeto mismo existe
también para ser otro. Es a partir de esta inminente crisis de subjeti-
vidad, como argumenté antes, que Foucault desarrolla su visión de
la modernidad, donde justamente la noción de Hombre se disolverá
en el movedizo terreno de la heterotopía borgeana. Si se considera
que desde 1925 Valéry Larbaud saluda Inquisiciones como uno de
los mejores libros de crítica; que en 1959 Blanchot estudia la noción
del infinito borgeano el mismo año en que Emir Rodríguez Monegal,
Ángel Rama y Carlos Real de Azúa todavía debatían el tema de
“evasión y arraigo” en Borges; que dos años antes de que Foucault
publicara Las palabras y las cosas Gérard Genette escribe un ensayo
que aparece en el número de L’Herne dedicado a Borges y que será
recogido en el primer volumen de su influyente Figures (1966); y que
en 1968 Derrida cita a Borges como epígrafe de “La farmacia de
Platón”, la importancia del marco post-estructuralista y su lectura de
Borges no puede ser confinada a una simple interacción del centro
al margen o viceversa en la lucha de poderes legitimadores del “ca-
pital” literario en la “república mundial de las letras”, sino al esfuerzo
de un colectivo de filósofos y críticos confrontando el agotamiento
de los presupuestos de modernidad europeos, donde sólo la radical
fuerza de un escritor al mismo tiempo exógeno y occidental, como
62 OSWALDO ZAVALA
Au cours de cette alchimie, les choses, les hommes, l’histoire, la vie objec-
tive –tout ce qui est contenu– se transforment en quelque chose qui n’est
pas leur reflet mais leur antithèse : l’« idée », c’est-à-dire des mots, autre-
ment dit la forme, c’est-à-dire la littérature. (A lo largo de esta alquimia, los
hombres, la historia, la vida objetiva –todo lo que es contenido– se trans-
forman en algo que no es su reflejo sino su antítesis: la “idea”, es decir las
palabras, dicho de otra manera la forma, es decir la literatura). (Un demi-
siècle avec Borges 24 –mi traducción).
NOTAS:
1. Me referiré al concepto de Hombre acuñado por Foucault con la mayúscula
“H”. Foucault utilizaba el término en minúscula.
2. Badiou critica la tendencia de la sociedad neoliberal de reducir los valores
humanos a una esencia “animal” que socava una reformulación real del
humanismo clásico, privilegiando en cambio la funcionalidad de las institu-
ciones, las organizaciones y la sociedad dirigida por el mercado que garanti-
za la supervivencia de la especie humana sin un proyecto de equilibrio e
igualdad social. Anota Badiou: “Después de Sartre y Foucault, un mal Darwin.
Con un toque ‘ético’, pues ¿de qué inquietarse, a propósito de una especie,
si no de su supervivencia?” (246).
3. Publicado por primera vez en la edición de Crítica del 16 de septiembre de
1933 bajo el título de “Hombre de las orillas”. Se reeditó con el nuevo título en
Historia universal de la infamia (1935).
4. Publicado por primera vez en la edición de Sur de mayo de 1939.
5. En cambio, la obra de Roberto Arlt, dice Renzi, no sufre de esta disyuntiva.
Por ello, Arlt escribe con un lenguaje nacional lleno de contradicciones, un
“conglomerado” de clases sociales y registros cultos, locales, eruditos y vul-
gares, “bien” y “mal” escritos, lo que lo acerca, más que a Borges, a la ver-
dadera modernidad, según Renzi. Así, Arlt “abre” e “inaugura” la literatura ar-
gentina del siglo XX (Respiración artificial 132, 37).
6. Vale la pena citar el pasaje completo: “Así, durante muchos años, yo creí
haberme criado en un suburbio de Buenos Aires, un suburbio de calles aven-
turadas y de ocasos visibles. Lo cierto es que me crié en un jardín, detrás de
un largo muro, y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses. Palermo del
cuchillo y de la guitarra andaba (me aseguran) en las esquinas, pero quienes
poblaron mis mañanas y dieron agradable horror a mis noches fueron el bu-
canero ciego de Stevenson, agonizando bajo las patas de los caballos, y el
traidor que abandonó al amigo en la luna y el viajero del tiempo, que trajo del
porvenir una flor marchita, y el genio encarcelado durante siglos en el cántaro
salomónico y el profeta velado del Jorasán, que detrás de las piedras y de la
seda ocultaba la lepra. Han transcurrido más de treinta años, ha sido demoli-
da la casa en que me fueron reveladas esas ficciones, he recorrido las ciuda-
des de Europa, he olvidado miles de páginas, miles de insustituibles caras
humanas, pero suelo pensar que, esencialmente, nunca he salido de esa bi-
blioteca y de ese jardín. ¿Qué he hecho después, qué haré, sino tejer y deste-
jer imaginaciones derivadas de aquéllas?” ("Agradecimiento a la Sociedad
Argentina de Escritores" 301).
7. Un ejemplo obvio de esta tendencia es el estudio de Daniel Balderston sobre
los referentes históricos de Borges. La biografía reciente de Edwin Williamson
intenta, por su parte, una dilatada sesión de psicoanálisis con la vida y obra
de Borges.
8. El estudio de Casanova reduce la obra de Borges a la lucha que, según esta
visión, los escritores de lenguas marginales (del centro canónico que ella ubi-
ca en París y en la tradición francesa) llevan a cabo para adquirir “capital lite-
rario”.
70 OSWALDO ZAVALA
BIBLIOGRAFÍA:
Anderson Imbert, Enrique. "Encuesta de la revista Megáfono". Antiborges. 1933.
Ed. Martín Lafforgue. Buenos Aires: Vergara, 1999. 27-30.
Artières, Philippe, ed. Michel Foucault, la littérature et les arts. Paris: Kimé, 2004.
Badiou, Alain. Le siècle. Paris: Seuil, 2005.
Balderston, Daniel. Out of Context. Durham: Duke, 1993.
Blanchot, Maurice. Michel Foucault tel que je l'imagine. Paris: Fata Morgana, 1986.
Bolaño, Roberto. 2666. Barcelona: Anagrama, 2004.
---. Amuleto. Barcelona: Anagrama, 1999.
---. "Derivas de la pesada". Entre paréntesis. Ed. Ignacio Echevarría. Barcelona:
Anagrama, 2004. 23-30.
---. "Sevilla me mata". Palabra de América. Barcelona: Seix Barral, 2004. 9-21.
Borges, Jorge Luis. "Agradecimiento a la Sociedad Argentina de Escritores". Bor-
ges en Sur. 1945. Buenos Aires: Emecé, 1999. 300-02.
---. "Borges y yo". El hacedor. 1960. Obras completas II. Buenos Aires: Emecé,
2002. 186.
---. "El arte narrativo y la magia". Discusión. 1932. Obras completas I. Buenos Ai-
res: Emecé, 1996.
---. "El idioma analítico de John Wilkins". Otras inquisiciones. 1952. Obras comple-
tas II. Buenos Aires: Emecé, 2002. 84-87.
---. "Juan Muraña". El informe de Brodie. 1970. Obras completas II. Buenos Aires:
Emecé, 2002. 420-23.
---. "La poesía gauchesca". Discusión. 1932. Obras completas I. Buenos Aires:
Emecé, 2004. 179-97.
---. "Nueva refutación del tiempo". Otras inquisiciones. 1952. Obras completas II.
Buenos Aires: Emecé, 2002.
Bourdieu, Pierre. Les règles de l'art: genèse et structure du champ littéraire. Paris:
Seuil, 1992.
Casanova, Pascale. The World Republic of Letters. Cambridge, MA: Harvard UP,
2004.
EL HUMANISMO Y SUS HETEROTOPÍAS: FOUCAULT, BORGES… 73
Cusset, François. French Theory: Foucault, Derrida, Deleuze & Cie et les mutations
de la vie intellectuelle aux États-Unis. Paris: La Découverte, 2003.
De Certeau, Michel. "Les sciences humaines et la mort de l'homme". Les Études.
Mars (1967): 344-60.
Dekens, Olivier. L’Épaisseur humaine: Foucault et l’archéologie de l’homme mo-
derne. Paris: Kimé, 2000.
Eliot, T.S. "Tradition and the Individual Talent". Points of View. 1917. London: Fa-
ber and Faber, 1941. 23-34.
Finkielkraut, Alain. La humanidad perdida: ensayo sobre el siglo XX. 1996. Barcelo-
na: Anagrama, 1998.
Foucault, Michel. Histoire de la folie à l'âge classique. 1961. Paris: Gallimard, 1972.
---. Histoire de la sexualité: la volonté de savoir. Vol. I. Paris: Gallimard, 1976.
---. L'archéologie du savoir. 1969. Paris: Gallimard, 2004.
---. "L’homme est-il mort ?" Foucault: Dits et écrits. 1966. Eds. Daniel Defert y
François Ewald. Vol. I. Paris: Gallimard, 2001. 568-72.
---. Les mots et les choses. 1966. Paris: Gallimard, 2002.
---. Surveiller et punir. Paris: Gallimard, 1975.
---. "What Is an Author?" Traducción de Josué V. Harari. The Foucault Reader.
1979. Ed. Paul Rabinow. New York: Pantheon, 1984. 101-20.
---. "What Is Enlightenment?" The Foucault Reader. Ed. Paul Rabinow. New York:
Pantheon, 1984. 32-50.
Franche, Dominique, Sabine Prokhoris e Yves Roussel, eds. Au risque de Foucault.
Paris: Centre Pompidou, 1997.
Fuentes, Carlos. Geografía de la novela. México: FCE, 1993.
---. La nueva novela hispanoamericana. México: Joaquín Mortiz, 1969.
---. Valiente mundo nuevo. México: FCE, 1990.
Henríquez Ureña, Pedro. Literary Currents in Hispanic America. Cambridge: Har-
vard U.P., 1945.
Morello-Frosch, Marta. "Borges and Contemporary Argentine Writers: Continuity
and Change". Borges and His Successors. Ed. Edna Aizenberg. Columbia:
Missouri U.P., 1990. 26-43.
Paras, Eric. Foucault 2.0. New York: Other Press, 2006.
Pauls, Alan. El factor Borges. Buenos Aires: FCE, 2000.
Paz, Octavio. "El arquero, la flecha y el blanco: Jorge Luis Borges". Obras comple-
tas 3: Fundación y disidencia: dominio hispánico. 1986. México: FCE, 1993.
212-21.
---. "Poesía de circunstancias (entrevista con César Salgado)". Obras completas
15: Miscelánea III. México: FCE, 2003. 516-535
---. "Octavio Paz: Poesía y metafísica (entrevista con María Embeita)". Obras com-
pletas 15: Miscelánea III. México: FCE, 2003. 23-38.
Peicovich, Esteban El palabrista: Borges. Visto y oído. Buenos Aires: Marea, 2006.
Piégay-Gros, Nathalie. "La critique littéraire et la pensée de Michel Foucault". Mi-
chel Foucault, la littérature et les arts. Ed. Philippe Artières. Paris: Kimé, 2004.
87-107.
Piglia, Ricardo. Crítica y ficción. Buenos Aires: Seix Barral, 2000.
---. Respiración artificial. 1980. Buenos Aires: Anagrama, 2007.
Pizarnik, Alejandra. "Humor de Borges y Bioy Casares". Prosa completa. Buenos
Aires: Lumen, 2003.
Rama, Ángel, Emir Rodríguez Monegal y Carlos Real de Azúa. "Evasión y arraigo
de Borges y Neruda". Antiborges. 1959. Ed. Martín Lafforgue. Buenos Aires:
Vergara, 1999. 95-117.
74 OSWALDO ZAVALA
Rodríguez Monegal, Emir. "Borges y la nouvelle critique". Borges, hacia una lectura
poética. Madrid: Guadarrama, 1976.
Sábato, Ernesto. "Sobre los dos Borges". Tres aproximaciones a la literatura de
nuestro tiempo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1968. 31-62.
Saer, Juan José. "Borges novelista". Los novelistas como críticos. Ed. Wilfrido H.
Corral. Mexico: FCE, 1991. 406-11.
Sánchez Prado, Ignacio M. "«Hijos de Metapa»: un recorrido conceptual de la lite-
ratura mundial (a manera de introducción)". América Latina en la “literatura
mundial”. Ed. Ignacio M. Sánchez Prado. Pittsburgh: Instituto Internacional de
Literatura Iberoamericana, 2006. 7-46.
Sarlo, Beatriz. Borges, un escritor en las orillas. 1993. Buenos Aires: Seix Barral,
2007.
Sturrock, John. Paper Tigers: The Ideal Fictions of Jorge Luis Borges. Oxford: Ox-
ford U.P., 1977.
Sucre, Guillermo. "La nueva crítica". América Latina en su literatura. Ed. César Fer-
nández Moreno. México: Siglo XX, 1972. 259-75.
Trigo, Benigno, ed. Foucault and Latin America. New York: Routledge, 2002.
Vargas Llosa, Mario. "Las ficciones de Borges". Contra viento y marea, III (1964-
1988). 1988. Barcelona: Seix Barral, 1990. 463-76.
---. Un demi-siècle avec Borges. Traducción de Albert Bensoussan. Paris: L'herne,
2004.
White, Hayden. "Foucault Decoded: Notes From Underground". Tropics of Dis-
course. 1978. Baltimore: Johns Hopkins U.P., 1985. 230-60.
Williamson, Edwin. Borges: A Life. New York: Penguin, 2004.
EL HUMANISMO Y SUS HETEROTOPÍAS: FOUCAULT, BORGES… 75
NOTAS:
1
Me referiré al concepto de Hombre acuñado por Foucault con la mayúscula “H ”. Foucault utilizaba el término en minúscula.
2
Badiou critica la tendencia de la sociedad neoliberal de reducir los valores humanos a una esencia “animal” que socava una reformulación real del humanis mo clásico, privilegiando en cambio la funcionalidad de las instituciones, las organizaciones y la sociedad dirigida por el mercado que garantiza la
supervivencia de la especie humana s in un proyecto de equilibrio e igualdad social. A nota Badiou: “D espués de Sartre y Foucault, un mal D arw in. Con un toque ‘ético’, pues ¿de qué inquietarse, a propósito de una especie, s i no de s u supervivencia?” (246).
3
Publicado por primera vez en la edición de Crítica del 16 de septiembre de 1933 bajo el título de “Hombre de las orillas”. Se reeditó con el nuevo título en Historia universal de la infam ia (1935).
4
Publicado por primera vez en la edición de Sur de mayo de 1939.
5
En cambio, la obra de Roberto Arlt, dice Renzi, no sufre de esta disyuntiva. Por ello, Arlt es cribe con un lenguaje nacional lleno de contradicciones, un “conglomerado” de clases sociales y regis tros cultos, locales, eruditos y vulgares, “bien” y “mal” es critos, lo que lo acerca, más que a Borges, a la
verdadera modernidad, s egún Renzi. Así, Arlt “abre” e “inaugura” la literatura argentina del siglo XX (Respiración artificial 132, 37).
6
Vale la pena citar el pas aje completo: “Así, durante muchos años, yo creí haberme criado en un suburbio de Buenos Aires, un suburbio de calles aventuradas y de ocasos vis ibles. Lo cierto es que me crié en un jardín, detrás de un largo muro, y en una biblioteca de ilimitados libros ingles es. Palermo del
cuchillo y de la guitarra andaba (me as eguran) en las esquinas, pero quienes poblaron mis mañanas y dieron agradable horror a mis noches fueron el bucanero ciego de Stevenson, agonizando bajo las patas de los caballos, y el traidor que abandonó al amigo en la luna y el viajero del tiempo, que trajo del
porvenir una flor marchita, y el genio encarcelado durante s iglos en el cántaro salomónico y el profeta velado del Jorasán, que detrás de las piedras y de la seda ocultaba la lepra. Han transcurrido más de treinta años, ha sido demolida la casa en que me fueron reveladas esas ficciones, he recorrido las ciudades
de Europa, he olvidado miles de páginas, miles de insustituibles caras humanas, pero suelo pens ar que, es encialmente, nunca he s alido de es a biblioteca y de es e jardín. ¿Qué he hecho des pués, qué haré, sino tejer y destejer imaginaciones derivadas de aquéllas?” ("Agradecimiento a la S ociedad Argentina de
Escritores" 301).
7
Un ejemplo obvio de esta tendencia es el es tudio de Daniel Balderston sobre los referentes históricos de Borges. La biografía reciente de Edw in Williamson intenta, por s u parte, una dilatada ses ión de ps icoanálisis con la vida y obra de Borges.
8
El estudio de Cas anova reduce la obra de Borges a la lucha que, según esta vis ión, los escritores de lenguas marginales (del centro canónico que ella ubica en París y en la tradición frances a) llevan a cabo para adquirir “capital literario”.
9
Me refiero aquí, además de Foucault, a M aurice Blanchot, J acques D errida, Roland Barthes, Roger Caillois y Gérard G enette, utilizando la categoría “post-estructuralis ta” de manera amplia.
10
Véas e el notable acercamiento de Emir Rodríguez Monegal, "Borges y la nouvelle critique", en Borges, hacia una lectura poética.
11
Foucault se refiere a "El idioma analítico de John Wilkins".
12
El propio Borges, inclusive, llegó a alimentar es ta vis ión en s us explosivas y polémicas declaraciones a periodistas. En una de ellas, que leída ingenuamente convalidaría la tesis de Cas anova y complacería a su público francés, dice: “Soy un invento de los franceses porque ellos hicieron que yo sea visible.
En mi país nadie se había fijado especialmente en mí. Vivía en función de otras personas, de mi madre, de mis abuelos, de mis bis abuelos. Entonces, cuando me dieron un premio en Francia empezaron: ‘Caramba, ¡un premio así a un argentino!’. Porque nuestro país, desdichadamente, es muy nacionalista. Y
entonces ya la gente sintió simpatía por mí, empezaron a fijars e en mí”. En otra ocasión, afirma, acaso no sin ironía: “Yo he sido inventado por mis traductores. Y los prefiero, ya que s algo muy mejorado. En primer lugar por Roger Caillois. No hace mucho se lo dije: “¡O h, mi inventor! ¡Oh, mi bienhechor!”.
(Peicovich 88, 165).
13
El texto apareció originalmente en L a Biblioteca en 1957.
14
El libro más reciente de Borges has ta ese año era Dis cusión (1932).
15
Un dem i-siècle avec Borges (2004). Publicado a la fecha únicamente en Francia, es te libro incluye un prólogo original de V argas Llos a y textos publicados anteriormente en español. Mis citas del prólogo provienen de es ta versión en francés, ya que la versión original en español continúa, has ta donde sé,
inédita. P ara uno de los textos más emblemáticos de la colección, véas e "Las ficciones de Borges" en Contra viento y marea, III (1964-1988).
16
En un tono muy foucauldiano, Eliot escribe: “What happens is a continual surrender of hims elf as he is at the moment to something which is more valuable. The progress of an artist is a continual self-s acrifice, a continual extinction of personality” (28-29).
17
La escritora argentina A lejandra Pizarnik, por citar otro ejemplo más cercano a Borges, tiene una intuición similar, cas i reproduciendo, palabra por palabra, las reflexiones de Foucault y su lectura de Borges en Las palabras y las cosas, al reseñar los Seis problem as para don Isidoro Parodi (1942) de H .
Bustos Domecq (autor híbrido inventado por Borges y Bioy Cas ares ) con motivo de la reedición del libro por la editorial Sur en 1971. Pizarnik anota: “Y és te es el milagro del humor verbal de Borges y Bioy Casares: presentarnos algunos elementos familiares del lenguaje dentro de un contexto que los vuelve
desconocidos ; deshabituarnos bruscamente del lenguaje familiar que de pronto se vuelve otr o, es tá enfrente y es grotesco o delicioso o absurdo. Nos hace reír, claro está. P ero también nos permite des cubrirlo” (280).
18
En entrevista con el crítico César Salgado, P az opina: “Los grandes s istemas filosóficos han desaparecido. […] En cuanto a la fenomenología y a sus herederos : no hay nadie después de S artre. Sus sucesores son comentaristas de H eidegger, como Foucault y D errida” (“Poesía de circunstancias” 521).
1919
La entrevis ta apareció originalmente en la revis a Ínsula (números 260-261, julio-agosto de 1968, pp. 12-13). En un ensayo es crito con motivo de la muerte de Borges en 1986, Paz continúa es ta reflexión: “Tal vez la literatura tiene sólo dos temas: uno, el hombre con los hombres, sus semejantes y sus
adversarios; otro, el hombre solo frente al universo y frente a s í mismo. El primer tema es el del poeta épico, el dramaturgo y el novelis ta; el segundo el del poeta lírico y metafísico” ("El arquero, la flecha y el blanco: J orge Luis Borges" 211).
20
Foucault 2.0 es el más reciente estudio sobre la compleja noción de subjetividad de la obra completa de Foucault que aquí he abordado apenas superficialmente, sobre todo en conexión con sus curs os en el Collège de France en la década de 1980. Un muy oportuno es tudio de la influencia del post-
estructuralis mo en la academia estadounidense y su lento diálogo con la academia francesa puede encontrars e en la historia intelectual comparada de François Cusset, Fr ench Theor y (2003). Un panorama abarcador de la influencia de Foucault en la crítica literaria latinoamericana aparece en la antología de
Benigno Trigo, Foucault and Latin Amer ica, que nos recuerda, por ejemplo, la deuda que La ciudad letrada (1984) de Á ngel Rama y Mito y ar chivo (1998) de Roberto González Echevarría tienen con F oucault y su método arqueológico.
21
Para N athalie Piégay-Gros, algunos de los críticos literarios que hacen referencia a Foucault utilizan sólo “vocabulario migrante” de sus textos sin proponerse un uso a profundidad de sus métodos y teorías.
22
La obra completa de Foucault continúa s iendo un tópico obligado de discus ión en los círculos académicos e intelectuales de la vida cultural francesa. V arias antologías siguen apareciendo a un ritmo consistente, reproduciendo actas de congresos recientes y respondiendo a convocatorias específicas. En
particular, con ensayos de Roger Chartier, Jacques Le Goff y François Ewald, véase: Au risque de Foucault, editada por Dominique Franche, Sabine Prokhoris e Yves Rouss el. Véase también: Michel Foucault, la littérature et les arts, editada por Philippe Artières. En octubre de 2004, múltiples eventos se
llevaron a cabo en París para celebrar el legado de Foucault conmemorando veinte años desde su muerte. En los últimos diez años s e ha publicado la totalidad de sus cursos en el Collège de F rance bajo los sellos G allimard y Seuil, con sus respectivas traducciones al español por el Fondo de Cultura
Económica en M éxico.
23
Un libro muy representativo de la inteligencia neoliberal como reacción al pensamiento de Foucault y las corrientes post-estructuralis tas es La hum anidad perdida: ensayo sobr e el siglo XX de A lain Finkielkraut (uno de los “nouveaux philos ophes” combatientes de las es cuelas de pens amiento de las
décadas de 1960 y 70), en el que afirma que F oucault, al desarticular el discurso del humanis mo occidental, “combate, con el nombre de humanis mo, al mis mo advers ario que su adversario”, concediendo al individuo, como en el humanis mo medieval, “el peligroso honor de moldear s u ser” (61). Empatando
la ideología a su rechazo del pens amiento foucauldiano, Finkielkraut, citando a M ario Vargas Llos a en calidad de politólogo, elogia el advenimiento de “la economía de mercado, el poder electivo y –garantizada por los derechos del hombre– la independencia de la sociedad respecto al poder, la democracia
liberal sucede a s u sucesor : el hombre al fin humano es al fin universal”. A estos “cuatro componentes de la nueva civilización mundial” (145) agrega en un plano más destacado la era de la informática globalizada, todavía s iguiendo a V argas Llos a y reproduciendo la tesis del cons ervador articulis ta de The
New Y ork T imes, Thomas L. F riedman, en su ensayo La tierra es plana: breve his toria del mundo globalizado del siglo XXI (2005).
24
Paras s e distancia de Rabinow y Dreyfus rechazando la tesis de estos últimos que registra el abandono del método arqueológico a favor del genealógico como producto de la relectura que F oucault hizo de Nietzsche. P aras, en cambio, identifica las caus as de es e cambio de vocabulario dentro de las
dinámicas del campo cultural francés. M ás que el anális is del trabajo de Foucault, admite Paras, su visión se articula hors du texte, atribuyendo las fuentes del cambio a las tensiones políticas, sociales y literarias de la época, como por ejemplo, la interacción de Foucault con el grupo de los “nouveaux
philosophes”.