TEMA 14. - Crisis de La Restauración
TEMA 14. - Crisis de La Restauración
TEMA 14. - Crisis de La Restauración
1.- LA PRIMERA PARTE DEL REINADO DE ALFONSO XIII Y LOS PROYECTOS DEL
REGENERACIONISMO POLÍTICO
● Hay que mencionar, en primer lugar, la personalidad del rey. Alfonso XIII jugó desde el
principio un papel activo, y su actitud de apoyo a la Dictadura sería finalmente decisiva
para el descrédito final en que cayó la Monarquía.
● Una segunda causa fue la división de los partidos de «turno», provocada por la
desaparición de los dirigentes históricos y las luchas entre los nuevos políticos emergentes
por el control de sus grupos.
Como resultado, las mayorías en las Cortes fueron precarias. Desde 1917, ningún
partido era capaz de formar gobierno por sí solo, lo que llevó a recurrir a los gabinetes de
concentración. Los problemas del país eran numerosos:
● El primero de ellos fue el aumento de las luchas sociales. En su origen están la mayor
conciencia de clase de obreros y campesinos y el aumento de su capacidad de
movilización.
● En tercer lugar, resurgió el llamado “problema militar”. A un estamento militar herido por
la derrota de 1898 se enfrentaban sectores antimilitaristas y una prensa liberal hostil que
acusaba a los militares de la derrota.
● Por último, hay que mencionar el problema de Marruecos. Después de un primer acuerdo
franco-español en 1904, que otorgaba a España la administración del Rif, en 1906 la
Conferencia de Algeciras concedió a ambos países el protectorado conjunto sobre el
sultanato. Pero en 1909 se inició un conflicto bélico que se prolongó durante más de quince
años, y que contribuiría a envenenar el clima político y a agudizar la separación entre el
Ejército y la sociedad civil.
En 1905, bajo el gobierno de los liberales, estalló una grave CRISIS EN CATALUÑA.
Allí, se había fundado la Lliga regionalista, apoyada por las clases medias y altas de
Cataluña, que en 1905 ganó las elecciones municipales de forma aplastante. Los militares,
alarmados, denunciaron lo que consideraban un triunfo del separatismo. La prensa nacionalista
contraatacó, y dos periódicos de Barcelona publicaron comentarios y caricaturas considerados
ofensivos par muchos militares. Como respuesta, trescientos oficiales asaltaron e incendiaron
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las imprentas respectivas. En medio del escándalo, el Gobierno hizo suspender las garantías
constitucionales, para evitar futuros incidentes de este tipo.
En enero de 1907 el rey nombró jefe de Gobierno a Antonio Maura, líder del Partido
Conservador. Emprendió un ambicioso PROGRAMA DE GOBIERNO REGENERACIONISTA
que incluyó una serie de medidas de inversión pública, a través de la Ley de Protección de la
Industria Nacional, el plan de reconstrucción naval y actuaciones dirigidas a mejorar la situación
de la agricultura. En 1908 se estableció el Instituto Nacional de Previsión, antecedente de la
Seguridad Social. También se reguló el descanso dominical y la jornada laboral de mujeres y
niños.
● En los primeros años del siglo Cataluña vivió un importante auge de las movilizaciones
obreras, protagonizado por los activos grupos anarquistas. En 1907 se creó Solidaridad
Obrera y una nueva fuerza, el Partido Republicano Radical, dirigida por Alejandro Lerroux
que captó a una buena parte de las clases medias y de los trabajadores.
● Pero fueron la situación de Marruecos y los errores del Gobierno los que provocaron la
crisis la crisis de 1909. En julio, los miembros de algunas cabilas próximas a Melilla
atacaron a los trabajadores españoles de una de las compañías mineras. El Gobierno
Maura ordenó la incorporación de los reservistas en Madrid y Barcelona. En ambas
ciudades se produjeron fuertes protestas y manifestaciones protagonizadas por mujeres y
madres de los alistados, y más cuando llegaron las primeras noticias del desastre del
Barranco del Lobo, que causó más de 1.200 bajas, coincidieron con el inicio de una huelga
general en Barcelona, el día 26. El balance fue de más de un centenar de muertos,
numerosos heridos y edificios destruidos. Luego llegaron las detenciones en masa y los
juicios. El más grave fue la ejecución del pedagogo y anarquista Francisco Ferrer y
Guardia.
Entre 1910 y 1912 dirigió el Gobierno José Canalejas, líder del Partido liberal. Durante
su mandato éstos fueron los hechos más importantes:
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● Se estableció el servicio militar obligatorio en tiempo de guerra y se restringieron las
exenciones de quintas.
● Se reguló el trabajo nocturno femenino.
● Las Cortes aprobaron también la «ley del candado», por la que se prohibía durante dos
años la instalación de nuevas comunidades religiosas.
● En 1912 Canalejas obtuvo su mayor éxito, cuando el Congreso aprobó la Ley de
Mancomunidades, que permitía un inicio de autogobierno y satisfacía las peticiones
catalanistas. Con su muerte, asesinado por un anarquista, se iniciará una etapa de crisis
permanente en los dos partidos de «turno».
● En el ejército, el descontento entre los oficiales "peninsulares" ante los rápidos y, a veces
inmerecidos, ascensos de los "africanistas" (militares que estaban haciendo la guerra
en Marruecos) culminó con la creación de las Juntas de Defensa. Estas juntas eran
asociaciones de militares que reclamaban un aumento salarial y se oponían a los ascensos
por méritos de guerra, reivindicando la antigüedad como único criterio El gabinete
conservador de Eduardo Dato se plegó a la imposición de los militares y aceptó unas juntas
que iban contra la disciplina militar y la subordinación del ejército al poder civil.
● En julio estalló otro conflicto, una crisis parlamentaria, al convocar la Lliga una Asamblea
Nacional de Parlamentarios para promover la reforma a fondo de la vida política, donde
se aprobó una moción pidiendo un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes
Constituyentes.
● Pero el principal acontecimiento de la crisis fue la huelga general del mes de agosto, para
forzar al Gobierno a cambiar de rumbo. La respuesta del Gobierno fue durísima. Después
de una semana, los sindicatos desconvocaron la huelga, y poco a poco se restableció la
normalidad por todo el país. La huelga de 1917 tuvo consecuencias importantes. Hubo un
centenar de muertos y miles de detenidos. Sin embargo, y pese a la derrota, demostró a
los sindicatos la capacidad de movilización que tenían. Por otro lado, llevó a las juntas,
ante la amenaza al orden social, a reaccionar en favor de la represión y a abandonar sus
peticiones reformistas. En tercer lugar, agudizó la crisis política: en octubre Dato dimitió y
se formó un frágil gobierno de coalición. La participación de la Lliga en él, además,
desactivó la asamblea de los parlamentarios.
A partir de 1918 y hasta 1923 se sucedieron once gobiernos, respaldados por minorías
mediante difíciles equilibrios de partido. Mientras, la situación económica y social se fue
agravando. El fin de la guerra europea trajo consigo la contracción de pedidos, el cierre de
fábricas y los despidos. En consecuencia, aumentó la conflictividad social y se multiplicó el
número de huelgas. Otro factor que contribuyó a crispar la situación fue la gran repercusión de
la gripe de 1918, que produjo una gran mortandad, un enorme impacto psicológico y una gran
indignación popular.
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EN BARCELONA, desde 1919 el enfrentamiento entre los trabajadores y los patronos
entró en una fase de extrema violencia. En febrero estalló la huelga contra «La Canadiense»,
la compañía que abastecía de luz a buena parte de la ciudad. La actitud intransigente de la
empresa y de las autoridades militares convirtió el conflicto en una huelga general que mantuvo
a la ciudad paralizada durante muchos días, y que acabó por provocar la dimisión del Gobierno.
El nuevo gobierno conservador de Maura dio vía libre a las autoridades militares y a los
industriales para endurecer su posición. Se desencadenó entonces una lucha entre los
huelguistas y los empresarios. Poco después surgió en Barcelona el Sindicato Libre, una
organización de pistoleros financiada por el sector más duro de la patronal y que actuó, con el
apoyo de la Policía, asesinando a los principales líderes del movimiento obrero barcelonés. Los
sectores más radicales del anarquismo respondieron con la «acción directa» contra los
miembros del Sindicato Libre y dirigentes de la burguesía catalana, y se entró de esta forma en
una espiral que se extendió a las principales ciudades del país en una ola de violencia sin
precedentes. Las autoridades se sumaron a las represalias aplicando la «ley de fugas» para
ejecutar a los detenidos. La respuesta anarquista fue el asesinato de Eduardo Dato, en 1921.
Dos años después también perdía la vida el líder anarquista Salvador Seguí.
Como consecuencia, Annual se convirtió en un serio revés para el Ejército y para los
sucesivos gobiernos. A la impopularidad de la guerra marroquí, se unieron ahora las voces que
reclamaban responsabilidades por la derrota. El expediente fue instruido por el general
Picasso. Las compañías que explotaban los recursos mineros, con importantes intereses en la
región, y el Gobierno, opuesto a ahondar en la investigación, entorpecieron su trabajo. Aun así,
se hallaron negligencias graves. El PSOE y los republicanos se beneficiaron de sus críticas en
las Cortes y su popularidad aumentó al defender el abandono de Marruecos.
Diversas causas explican que la dictadura militar empezara a contemplarse como una
solución a la crisis del país entre la alta burguesía, gran parte de las clases medias y el
Ejército:
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sustituido en medio de la indiferencia popular y sin apenas resistencia por una dictadura
militar. La dictadura pasará por dos fases: el Directorio Militar y el Directorio Civil.
Primo de Rivera había acabado con los viejos partidos y el Parlamento. Pero la
Dictadura no tocó la base real del sistema: la oligarquía de terratenientes e industriales,
que siguió dominando la vida económica y social. El gobierno de Primo de Rivera sí intentó
introducir algunos cambios, como el Estatuto Municipal de 1924, que buscaba aumentar la
autonomía de los municipios. Entre la obra de Primo de Rivera podemos destacar:
● Con el fin de crear un cauce para quienes querían apoyarle, Primo de Rivera decidió en
abril de 1924 crear un partido único a semejanza del modelo italiano, la Unión Patriótica,
que fue puesto bajo la dirección de un militar.
● El orden público fue otra de las obsesiones de Primo de Rivera, para quien el movimiento
obrero y la delincuencia eran una misma cosa. Se dictaron instrucciones terminantes a los
gobiernos civiles para reprimir cualquier tipo de manifestación o protesta.
● Sin duda, el gran éxito del Directorio Militar fue poner fin a la guerra de Marruecos.
Curiosamente, Primo de Rivera era al principio partidario de abandonar la guerra y
negociar. Pero en 1925 Abd el-Krim invadió la zona del Protectorado francés. La respuesta
fue el desembarco de Alhucemas, una operación conjunta francoespañola que desmoronó
la resistencia de las cabilas.
A finales de 1925 Primo de Rivera decidió la sustitución del Directorio Militar por un
gobierno civil. Para institucionalizar la Dictadura se convocó en 1927 una Asamblea Nacional
Consultiva, formada en su mayoría por miembros de la Unión Patriótica, elegidos mediante
sufragio restringido. Era una copia del Gran Consejo Fascista italiano.
Otro aspecto en el que la Dictadura imitó el modelo italiano fue la política social. Se
creó un Consejo Nacional del Trabajo y se aprobaron una serie de leyes sobre contratos de
trabajo, accidentes, subsidios para familias numerosas y seguro de maternidad. También se
puso en marcha la Organización Corporativa del Trabajo, una especie de sindicato oficial que
pretendía regular la negociación de los convenios. Primo de Rivera incluso invitó a Largo
Caballero, líder de la UGT, a integrarse en el Consejo.
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● En 1929 el descontento comenzó a manifestarse de forma masiva en las manifestaciones
estudiantiles. Los universitarios se organizaron en la Federación Universitaria Escolar
(FUE), y se convirtieron en la punta de lanza de las protestas. De nada sirvió el cierre de la
Universidad de Madrid, decretada por el Gobierno.
Alfonso XIII nombró jefe de Gobierno al general Berenguer. Su objetivo declarado era
la vuelta al régimen constitucional. La lentitud con que se restablecieron las libertades
constitucionales fue minando el poco prestigio del nuevo Gobierno, al que la prensa calificó de
«Dictablanda». Además, el Gobierno no supo afrontar la situación económica, cada vez peor
conforme se deterioraba la economía mundial. El resultado fue que la producción se hundió
más, aumentó el paro y creció la exasperación tanto de los industriales como de los obreros.
A lo largo de 1930 la oposición al rey fue creciendo, incluso entre los propios
monárquicos. Pero fueron los republicanos quienes experimentaron un impulso espectacular.
A la derecha republicana se incorporaron políticos procedentes del «turno», como Alcalá
Zamora o Miguel Maura. La izquierda liberal republicana se agrupó igualmente, con Azaña
como principal líder. También se sumaron los nacionalistas, que veían en la República la
posibilidad de conseguir estatutos de autonomía. Lo mismo hizo el movimiento obrero.
Intelectuales y estudiantes se alinearon también contra la monarquía. Por último, el
republicanismo comenzó a cuajar entre los militares más jóvenes, sobre todo en los cuerpos
de Aviación y Artillería.