IACUB
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VEJEZ
Se define como una significación, que produce un corte en lo social y que determina una razón de
medida en la noción de edad. Esta alude al tramo final de la vida, implicando el final de lo laboral,
reproductivo, etc. y que conlleva procesos biológicos y psicológicos propios.
4. El envejecimiento como un proceso dinámico y contextual: las múltiples influencias de las que se
compone el envejecimiento conforman una suerte de ecología social en la que resultan determinantes la
ubicación estructural, la construcción social de los significados y las conexiones entre el individuo y lo
social.
5. El curso vital modelado por transiciones y trayectorias relacionadas con la noción de edad: la edad
aparece modelada por una estructura social, al tiempo que las vidas humanas se ajustan al modo en que
se considera “adecuado vivir” según la edad. Generando roles y comportamientos esperados en cada
transición entre etapas.
6. Importancia del contexto y de la historia: las variables de tiempo, período y cohorte permiten analizar
la influencia que tienen en la vida de distintas generaciones las variables históricas y sociales.
Influyendo en el curso vital las expectativas sociales relacionadas con la edad, las influencias históricas
y acontecimientos personales únicos.
SIGNIFICADOS DE LA VEJEZ
El cuerpo del viejo fue pensado como un sistema de significación en sí mismo: limitado a la visión
de un interior microscópico donde las metáforas biológicas iban en contra de cualquier ambigüedad.
El cuerpo del viejo se presentó como separado y anormal: es decir, como un punto diferencial en la
anatomía patológica, identificable con síntomas de enfermedad que requieren una terapéutica
especializada profesional.
El cuerpo del viejo fue concebido como el de un desfalleciente o moribundo: se lo redujo a un estado
de degeneración donde los significados de la vejez y la deterioración del cuerpo parecían condenados a
significar cada uno al otro en perpetuidad.
En relación a la erótica:
La compañía y el goce sexual a lo largo de toda la vida: en la cultura judeo-cristiana, aparece como
demanda que la pareja esté unida para toda la vida, y que el goce sensual solo es en el marco de la pareja
matrimonial.
La respetabilidad como demanda moral: supone que las personas mayores tienen menos posibilidades
para el disfrute, ya que se encuentran más demandados socialmente que los de otras edades a controlar
sus deseos.
El control corporal: el cuerpo es pensado como un objeto que debe ser mantenido sano incluso a costa
de no hallar disfrutes.
La reducción de los goces de la genitalidad: donde el funcionamiento genital es un parámetro para dar
cuenta de la relación con el deseo sexual, es decir que, si no existe tal funcionamiento, no existiría el
deseo.
La promoción sexual: surge una sexualidad sin criterios normativos de edad que resulta fuertemente
sostenida por los relatos científicos que afirman la importancia y la posibilidad y deseabilidad del sexo
sin edad. Dejando de lado claramente, aspectos evolutivos y reduciendo la sexualidad a solo el acto
sexual.
La valoración social del trabajo formal, establecido como medio de subsistencia, ideal y referente vital,
lleva también a que el término de la vida laboral se asocie con una pérdida de la pertenencia
organizacional, la identidad laboral y las formas de socialización; cambio en la autoimagen,
autoeficiencia y autoestima; modificación de metas y objetivos, y de rutinas que estructuran el uso del
tiempo.
Los adultos mayores son rígidos y están deprimidos: este estereotipo supone un sujeto que cuenta con
escasos recursos psicológicos, rígido, sin capacidad de disponer de herramientas de afrontamiento frente
a los declives del proceso de envejecimiento. Sin embargo, hoy contamos con estudios que cuentan que
los adultos mayores no son necesariamente menos flexibles en sus actitudes o en sus estilos de
personalidad, comparados con los adultos jóvenes.
Los adultos mayores están aislados, abandonados o institucionalizados: una de las referencias más
clásicas son las esperables carencias y limitaciones en su integración social y redes de apoyo social en la
vejez. Pero estos no solo mantienen relaciones que han sido establecidas en etapas anteriores de sus
vidas, sino que además continúan generando nuevas e incorporando muchas de ellas a sus redes.
Mientras que la creencia acerca de la masiva institucionalización en residencias para adultos mayores
resulta falsa y, a nivel internacional, es pequeña la parte de la población que allí reside.
Los adultos mayores son personas cognitiva y psicológicamente disminuidas: una suma de
concepciones prejuiciosas y estereotipadas acerca de los adultos mayores suele hacerlos equivaler a
sujetos aniñados, con exageradas limitaciones a nivel cognitivo que llevan a confundir los cambios
normales en la memoria con el deterioro cognitivo, generando muchas veces una generalización de las
demencias ante cualquier limitación o problema intelectual. Esta descalificación favorece las
internaciones forzadas, exagerados temores acerca de la capacidad de afrontar situaciones que tiene el
adulto mayor, interferencia en las interacciones sociales juzgando la capacidad que tengan para tomar
decisiones, incluso anulando la voluntad de la persona mayor. Todo esto induce a que se les oferten y
adopten actividades inapropiadas, infantilizantes o poco estimulantes, lo cual, por otro lado, funciona
como un mecanismo que consolida dichas creencias.
Los significados de la actividad:
En general se ha creído que tener una vejez “activa” resultaría favorecedor, pero no se ha pensado que
dicha creencia surge una vez más de imponer ideales de la juventud en esta etapa de la vida. El
mantenerse ocupado después de la jubilación termina siendo una forma de regulación moral semejante a
la ética del trabajo, enmascarando un frenesí de la actividad en la vejez y un cierto vacío de sentido.
Modificación del Proyecto de vida no logrado. Dejando la posición de lamento ante ello.
Toma de conciencia sobre las capacidades físicas e intelectuales que poseen. Generando la
elaboración de duelos en torno al cuerpo potente perdido.
Conocimiento acerca de los pasatiempos y actividades recreativas. Con la apertura a considerar que
la actividad vital no cesa con la jubilación.