Teoría Del Delito (Intro), Perspectiva A Partir de Presunto Culpable

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Teoría del delito, perspectiva a partir de Presunto culpable

“Es imprescindible utilizar la teoría del delito, pues, como hemos visto en el apartado anterior,
dicha teoría nos proporciona un sistema de análisis para ordenar e interpretar las normas penales
sustantivas para determinar si la conducta desplegada por el sujeto es o no constitutiva de delito. Pero
la responsabilidad penal es una cuestión de carácter procesal que se determinará en la resolución del
juez.
Conforme a lo antes dicho, existen hechos que no son considerados como delitos, otros en los
cuales los indicios nos hacen considerar que lo son, pero puede suceder que no encontramos a un
probable responsable o habiéndolo encontrado, al analizar su conducta con la teoría del delito,
podamos llegar a la conclusión que no cometió dicho delito, por lo cual debe ser absuelto, o bien, que
la teoría del delito nos indica que sí cometió el delito, pero por fallas procesales, sobre todo de prueba,
nos impidan sustentar su responsabilidad penal, de manera que también deberá ser absuelto, y solo
en el caso de que la teoría del delito nos confirme la comisión del delito y ello se pueda sustentar
conforme a las normas constitucionales y procesales, será entonces cuando podamos exigir al juez que
dicte una sentencia condenatoria en la que confirme la responsabilidad penal del acusado y la pena a
imponerle.
Es necesario enfatizar que la teoría del delito sirve para analizar conforme al derecho penal
sustantivo si la conducta del sujeto es o no constitutiva de un delito y que corresponde al derecho
procesal penal el establecer las reglas para investigar y enjuiciar al sujeto para fincar su responsabilidad
penal. Por lo cual, aunque la teoría del delito nos indique que el sujeto cometió el delito, ello tendrá
que ajustarse a las reglas procesales para poder ofrecer pruebas plenas que permitan acusar y
condenar al responsable del delito. En otras palabras, la teoría del delito solo nos orienta sobre lo que
debemos probar, y el derecho procesal nos indica cómo lo debemos hacer, para lo cual establecerá
principios y reglas sobre los actores, requisitos y formalidades para sustentar la responsabilidad.
El documental intitulado Presunto culpable puede ilustrar todo lo hasta aquí expuesto, pues
cuando se descubre el cuerpo ensangrentado de Juan Carlos Reyes Pacheco, los indicios obtenidos de
las investigaciones iniciales llevaron a considerar que se había cometido el delito de homicidio y que
el probable responsable era José Antonio Z. R. Lamentablemente, la conducta de José Antonio Z. R. no
fue analizada conforme a la teoría del delito, la cual nos indica que era necesario establecer la relación
causal entre la conducta y el resultado, lo cual conllevó a fallas procesales, sobre todo la falta de
pruebas e incluso la existencia de algunas que indicaban que José Antonio Z. R. no había disparado
(prueba de rodizonato de sodio negativa) y que se encontraba en otro lugar en el momento de la
comisión del homicidio (testigos). Por ello se consideró que la condena del juez había violentado la
presunción de inocencia (ahora prevista en el artículo 405, párrafo segundo, fracciones I y II del CNPP)
y de allí que se revocara el fallo en segunda instancia. Así, el análisis del caso nos indica lo siguiente:
Primero: se verificó un hecho que la ley contempla como delito de homicidio.
Segundo: el análisis de la conducta del probable responsable se realizó sin utilizar la teoría del
delito y por tanto no se comprobó que Juan Antonio Z. R. hubiera causado la muerte de Juan Carlos R.
P.
Tercero: la falta de prueba dio lugar a una condena violatoria de reglas procesales e incluso
constitucionales que culminó con la absolución de José Antonio Z. R., pero tampoco se comprobó su
inocencia.
Cuarto: el delito quedó impune.
Por tanto hay que diferenciar el derecho penal sustantivo del procesal, pues en el primero se
analiza si el hecho corresponde a la conducta-típica, antijurídica y culpable constitutiva de delito,
mientras que en el segundo se establecen los sujetos, requisitos y formalidades necesarias para
sustentar la responsabilidad penal del condenado. Por ende, el primero sirve de guía para establecer
lo que se busca, mientras que en el segundo se contemplan las reglas para saber cómo hacerlo. Si
tenemos presente esa diferencia entre el qué y el cómo, podremos tener mejores expectativas de éxito
tanto en el análisis como en su comprobación.
Así, en la segunda parte de esta obra desarrollaremos la teoría del delito conforme al sistema
funcionalista social y solo haremos referencias puntuales a los aspectos procesales para sustentar la
responsabilidad penal, sobre todo de aquellos que han generado graves problemas de impunidad en
nuestro país.”

Enrique Díaz Aranda, Lecciones de derecho penal (para el nuevo sistema de justicia en México), 2014

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