Resumen Huella de Carbono

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Huella de carbono

La huella de carbono se define como el conjunto de emisiones de gases de efecto


invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones,
productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y sirve como
una útil herramienta de gestión para conocer las conductas o acciones que están
contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un
uso más eficiente de los recursos.

Según datos de Naciones Unidas, desde 1990 las emisiones mundiales de dióxido de
carbono han aumentado casi un 50%, destacando que entre 2000 y el 2010 el incremento
de éstas fue mayor que en las tres décadas anteriores. De ahí que uno de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU, en concreto el número 13, ponga el
foco en la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático por parte de los
países en desarrollo para que avancen hacia una economía baja en carbono.

Enfoques para cuantificar la huella de carbono

La huella de carbono puede ser abordada dependiendo del enfoque o alcance específico.
Para cada uno de estos enfoques existen diferentes protocolos o metodologías
reconocidas internacionalmente.

Los enfoques son básicamente los siguientes:

Enfoque corporativo

Evalúa la huella de carbono de una organización durante un periodo de tiempo


establecido, normalmente un año calendario. Para su apropiada gestión, la huella de
carbono corporativa agrupa las emisiones de gases de efecto invernadero en 3 alcances:

Emisiones directas (Alcance 1): son aquellas emisiones de gases de efecto invernadero
que provienen de fuentes que son propiedad o son controladas por la empresa, como, por
ejemplo, consumo de combustibles fósiles en fuentes fijas y/o móviles, fugas no
intencionadas de los equipos de climatización, etc.

Emisiones indirectas por consumo y distribución de energía (Alcance 2): corresponden a


las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al consumo de electricidad y/o
vapores generados por terceros.

Otras emisiones indirectas (Alcance 3): son aquellas emisiones de gases de efecto
invernadero que no son de propiedad ni están controladas por la empresa, como, por
ejemplo, transporte de los funcionarios, viajes aéreos o terrestres por motivos de trabajo,
transporte de insumos, generación y trasporte de residuos, entre otros.

Dentro de las metodologías para llevar a cabo una evaluación de la huella de carbono
corporativa se puede encontrar la norma internacional ISO 14064 y el Estándar
corporativo de contabilidad y reporte (GHG Protocol) del Instituto de Recursos Mundiales
(WRI) y el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sustentable (WBCSD).

Enfoque de ciclo de vida de un producto o servicio

Evalúa la huella de carbono de productos (bienes y/o servicios), a lo largo de toda la


cadena de valor incluyendo, en algunos casos, el uso o consumo de éstos y el término de
su vida útil. Ha tenido un gran impacto y desarrollo en Europa y Japón, donde el
etiquetado de productos es una tendencia creciente y rápidamente se está extendiendo
hacia otros países, principalmente países exportadores.
Enfoque Personal

Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero directas e indirectas de una persona
en un período de tiempo determinado. Puede usarse como un indicador de la incidencia
de las acciones personales al fenómeno del cambio climático. Para su determinación es
necesario conocer los hábitos de consumo de una persona y en base al resultado
modificar las principales fuentes de emisión sin alterar el desarrollo de su diario vivir.

La Oficina de Cambio Climático ha elaborado una calculadora de huella de carbono


ciudadana 10 que consiste en una herramienta interactiva para que cualquier ciudadano
pueda calcular rápidamente su huella de carbono, cuantificando el impacto de sus
actividades, consumos u hábitos. Finalizado el cálculo, la herramienta entrega una
identificación de las principales fuentes de emisiones, junto con prácticos consejos y
recomendaciones para la reducción de emisiones y la eficiencia en el uso de recursos.

Enfoque en Eventos

Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero debido al uso de electricidad,


transporte de asistentes, preparación de alimentos, insumos de papelería, entre otras
fuentes de emisiones generadas durante la planificación y realización de un evento. En la
mayoría de los casos, la finalidad para la realización de estos cálculos es la neutralización
de las emisiones de gases de efecto invernadero mediante la compra de bonos de carbono
y su posterior certificación como evento carbono neutral. Este ejercicio contribuye una
base para la optimización de recursos y la incorporación de las temáticas ambientales en
toda clase de actividades.

Enfoque Territorial

Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero de un área específica cuyos límites
establecidos corresponden a los geográficos o político-administrativos. Se debe
determinar un territorio acotado como una comuna, una región, una isla u otro y
cuantificar sus emisiones. Representa un buen ejercicio para determinar el impacto global
del cambio climático en un área y posteriormente implementar planes de mitigación a
escala más efectiva.

A nivel nacional, la Isla de Pascua ha sido el primer territorio que ha calculado su huella de
carbono a nivel nacional. También el archipiélago de Juan Fernández y la Región
Metropolitana han realizado este ejercicio.

Enfoques específicos por Industria

Evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero de un sector productivo específico,


determinando su impacto y contribución al fenómeno del cambio climático. Al igual que
en los anteriores enfoques, las emisiones de gases de efecto invernadero son
cuantificadas en todas las etapas de producción y el resultado y análisis de este puede
incentivar la optimización de los procesos productivos y el uso de materias primas. Esto
permitirá tener ventajas competitivas al convertir más eficientes las actividades
productivas. La experiencia nacional ha comenzado hace un par de años y se puede citar a
la industria vitivinícola como una de las pioneras en esta iniciativa.

Gestión de la huella de carbono

Si bien, la huella de carbono entrega un indicador numérico, la mayoría de las


organizaciones a nivel mundial han avanzado en la gestión de su huella en un ciclo
constante que implica:

Análisis del estadio inicial: Es de suma importancia que las organizaciones conozcan los
objetivos internos antes de comenzar con el proceso de cuantificación, ya que este análisis
permite determinar el enfoque de la huella de carbono y su gestión.

Cuantificación de la huella de carbono: Elaboración de un inventario de gases de efecto


invernadero mediante la selección del método de cálculo, identificación de las fuentes de
emisiones, recolección de datos, elección de factores de emisión, y aplicación de una
herramienta de cálculo para obtener las emisiones de gases de efecto invernadero (en
toneladas de CO2 equivalente) y conocer las principales fuentes de emisión.
Análisis de riesgos y oportunidades: Una vez conociendo el valor numérico de la huella de
carbono, y sus principales fuentes de emisión, es posible realizar un análisis de los riesgos
y oportunidades que ésta representa con la finalidad de avanzar en la eficiencia de los
procesos y el mejoramiento del uso de recursos.

Plan de mitigación: Consiste en un grupo de medidas y estrategias que tienen por


finalidad evitar o disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera,
ya sea mediante reducciones directas.

Comunicar: Es importante dar a conocer las nuevas metas de la empresa, así como el
logro de los diferentes objetivos propuestos y las acciones tomadas demostrando. Esta es
una forma de demostrar el compromiso de la organización con el medio ambiente y la
sustentabilidad. Para la confiabilidad y credibilidad del proceso es importante que la
organización evite caer en el greenwashing 12 (lavado verde).

Cálculo de la huella de carbono

Reducir o eliminar los gases de efecto invernadero


generados a partir de los productos, servicios y procesos
de una organización o de los hábitos de consumo de las
personas, es una de las soluciones que las empresas, las
administraciones y la sociedad pueden adoptar para
frenar las consecuencias del cambio climático y alinearse
con los ODS.

Pero ¿cómo se calcula huella de carbono? El resultado se


obtiene multiplicando el dato de consumo de energía (dato de actividad) por su
correspondiente factor de emisión.

El dato de consumo es el parámetro que define el nivel de la actividad generadora de las


emisiones de gases de efecto invernadero, como, por ejemplo, la cantidad de gas natural
utilizado en la calefacción (kWh de gas natural).
El factor de emisión es la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por cada
unidad del parámetro ‘dato de actividad’. Para conocer este dato, hay que tener en
cuenta los factores de emisión de los principales combustibles, establecidos en el
Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, así como las fuentes de donde se han
obtenido (consumo combustibles vehículos; consumo combustibles edificios; climatización
o refrigeración; consumo eléctrico; compras y contrataciones; aeronaves; buques;
transporte interno o externo (viajes) y la gestión de residuos).

Problemas, perspectivas
Este tipo de herramienta se basa todavía en extrapolaciones medias y seguramente será
mejorada en el futuro.

Por ejemplo, en la huella del uso de Internet: La huella carbono en Internet de una
búsqueda a través de un buscador como Google varía a hoy de 2 a 7 g (calculado por Alex
Wissner-Gross de la Universidad de Harvard, físico, autor del proyecto « CO2stat,20"que
calcula el impacto de un sitio web de acuerdo a la potencia de su servidor y al número de
visitantes, ofreciendo a sus clientes la compra compensatoria equivalente a la energía
consumida por el sitio (una fuente de energía eléctrica limpia y segura; solar o eólica).

Para una búsqueda en Google o una visita a una página, el consumo de Internet en
realidad varía mucho dependiendo de diversos factores (incluyendo la presencia de vídeo,
animación o juego para utilizar por varios jugadores; El ordenador personal consume la
mayor parte, seguido por el intercambio de datos (dependiendo de la distancia, y el
soporte (fibra óptica o no.), la operación de los servidores, y de los data centers).

El ordenador se convierte así en una fuente de gases de efecto invernadero. Esto tiene
que ser sin embargo sopesado con el impacto positivo de la red en términos de
transmisión y en evitar las emisiones de otros gases de efecto invernadero gracias al
teletrabajo o al trabajo colaborativo.
¿Cómo reducir la huella de carbono?

Ejemplos con los que puedes reducir la huella de carbono:

1. Reducir el número de vuelos en avión

El avión es uno de los transportes que más emisiones de


CO2 generan. Para reducir su impacto, podemos buscar
alternativas para viajar en vacaciones, como tomar el
tren o viajar más cerca. Si vuelas por temas de trabajo,
las teleconferencias son en muchas ocasiones una buena
solución para evitar desplazamientos.

2. Dejar aparcado el coche y utilizar el transporte público

Las emisiones contaminantes de los coches también son un problema. Por ello es bueno


dejar aparcado nuestro vehículo y siempre que sea posible utilizar alternativas sostenibles
para el transporte por la ciudad como el transporte público, la bici o caminar siempre que
puedas.

3. Coches híbridos o eléctricos

Si cambias de coche, elige uno que tenga un mayor


rendimiento y que genere menos emisiones. Destacan
los coches híbridos y los coches eléctricos. También es
importante revisar la presión de los neumáticos una vez al
mes para optimizar el rendimiento de la gasolina.

4. Sé eficiente con la climatización


Utiliza la calefacción y los aparatos de aire acondicionado de forma eficiente. Cada grado
de temperatura cuenta para ayudar al medio ambiente y para ahorrar en la factura.

5. Utiliza menos papel

La industria papelera es el tercer emisor más grande de gases de efecto invernadero. Por
ello, es importante ahorrar en papel en casa y en el trabajo, utilizar papel reciclado y
tomar medidas como sustituir las facturas en papel por facturas electrónicas.

6. Consume productos locales y de temporada

Si compras productos de importación, es posible que esa


comida haya viajado en avión hasta tu localidad.

7. Reduce el consumo de carne

El proceso de hacer llegar la carne y las aves desde la granja a tu mesa también consume


bastante energía.

8. Lleva tu propia bolsa a la compra

Reutiliza bolsas que tengas en casa o lleva una bolsa de papel o de tela a la hora de hacer
la compra. Ayudarás a evitar la gran cantidad de gases de efecto invernadero que emiten
las industrias de fabricación de plástico.

9. Recicla

Y no sólo cartón, papel, plástico o vidrio. Muchas cosas de las que


tienes en casa pueden reciclarse: desde bombillas, a baterías o
artículos electrónicos.
10. Planta árboles endémicos

Un árbol capta el carbono de la atmósfera y puede eliminar entre 350 y 3.500 kilos de
carbono durante su vida.

BBVA, neutro en emisiones de carbono en 2020


La entidad financiera ha cumplido el objetivo que se marcó el 1 de enero de 2020: ser
neutra en emisiones de CO2. BBVA ha logrado compensar toda la huella de carbono con
proyectos mitigadores de dióxido de carbono, que además generan un impacto positivo
en las comunidades locales donde se desarrollan. Así, el banco ha compensado 120.562
toneladas de CO2 durante el año en siete proyectos en países en los que opera.
BBVA ha batido todos los objetivos de su Plan Global de Ecoeficiencia 2016-2020 y
su huella ambiental presenta unos datos muy positivos con respecto a 2019. Un 65% de la
energía que consume en sus instalaciones procede de energías renovables, superando
ampliamente el objetivo para 2020, que era un 48%. Asimismo, la entidad ha reducido un
58% sus emisiones de CO2, un 9% el consumo de electricidad, un 6% el consumo de agua y
un 42% el papel (todos ellos por persona). Además, el porcentaje de personas que
trabajan en edificios con certificación ambiental se ha incrementado hasta el 48%.

Otras iniciativas en el mundo


Existen en el mundo otras iniciativas similares, como en Reino Unido con el sitio
"Actonco2"14 o los Estados Unidos con la página "Personal Emissions Calculator".15

El sitio en EE.UU. Personal Emissions Calculator16 solo calcula las emisiones de CO₂ (como
afirma en su introducción, el cálculo de la "las emisiones de gases de efecto invernadero")
de solo la casa y el uso del coche, pero no tiene en cuenta las emisiones de los alimentos
(incluyendo la carne), ni los de la compra de equipos de tecnología (computadoras,
televisores, equipo de música, cámaras, ordenadores portátiles, etc.…), o los de los viajes
en avión... Así, lo que pretende ser una calculadora de emisiones individual no toma en
cuenta más que la mitad o menos de las emisiones reales de un individuo determinado...
(Pues las emisiones causadas por los alimentos o los suministros en la vida cotidiana ya
representan la mitad de todas las emisiones)
El sitio inglés "Actonco2",14 calcula con un poco más de detalle la parte de la vivienda y el
transporte, y calcula vagamente las emisiones de CO₂ de los viajes en avión (pero para el
avión es necesario tener en cuenta otros gases) y no calcular la parte esencial de los
alimentos, ni el consumo general (suministros, muebles, ropa, actividades recreativas)
fuera de los ordinarios. Así, la calculadora de CO₂ tiene en cuenta probablemente un poco
más de la mitad de las emisiones reales de un individuo determinado...

La huella de carbono personal permite tener en cuenta todos los aspectos de la vida de un
individuo, y en detalle, no solo para calcular las emisiones de CO₂, sino de todos los gases
de efecto invernadero, y esto con una desviación calculada para cada parte. Lo que
permite a la persona tener una visión global de su participación en el calentamiento
global.1718

En Argentina se viene trabajando sobre el cálculo y el registro de la huella de carbono en


diferentes intentos. Los avances son tímidos, pero van bien orientados, algunos de ellos
disponible en el sitio web del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, como por
ejemplo el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero.

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