Desarrollo Psicosexual en La Infancia y La Adolescencia

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Desarrollo Psicosexual en la Infancia y la

Adolescencia
Las características con que las personas nacen y los efectos de las experiencias que viven, se
influencian mutuamente, conformando el desarrollo, el cual es un proceso que dura toda la
vida.
El desarrollo humano implica la integración de diversos procesos biológicos, emocionales,
cognitivos y sociales. Aunque los seres humanos, generalmente siguen su curso a través de la
misma secuencia general de desarrollo, hay una amplia gama de diferencias individuales.
Con un fin didáctico distintos autores han dividido al desarrollo en etapas de acuerdo a la
edad, las cuales son aproximadas y, en cierta medida, se pueden considerar arbitrarias.
Se hará una breve revisión de las distintas etapas del desarrollo desde la niñez hasta la
adolescencia (1,2).

Etapas del Desarrollo


Etapa de lactancia (primeros dos años de vida)
Este período se caracteriza por la total dependencia del niño/a de sus cuidadores/as,
requiriendo de ellos/as para la satisfacción de sus necesidades básicas.
Si las necesidades del niño/a son satisfechas con poca frustración se producirá una sensación
afectiva de seguridad. Esto se manifiesta a través de la lactancia, las caricias, la voz y las
miradas. La repetición de esta experiencia va generando en el/la lactante una representación
interna de que sus cuidadores/as están para reconfortarlo/a, conformándose un vínculo
seguro con ellos/as y, constituyéndose un sentimiento de seguridad básica.
Si sistemáticamente no se satisfacen sus necesidades, el/la lactante tiene sentimientos de
inseguridad, incorporando una representación mental del mundo como un lugar hostil con una
mayor probabilidad de desarrollar un vínculo no seguro (ambivalente, con actitud de evitación
o desorganizado).
De acuerdo a Erikson, desde el nacimiento hasta los 12 a 18 meses es el período de
confianza básica versus desconfianza, desarrollándose el sentido de si es posible o no confiar
en el mundo. La virtud a lograr en este período es la esperanza.
Desde el punto de vista cognitivo, de acuerdo a Piaget, esta etapa del desarrollo está
caracterizada por la inteligencia sensorio-motriz, donde el desarrollo intelectual va
estrechamente unido a la acción que el/la niño/a haga sobre el medio ambiente, aprendiendo
a través de los sentidos y las actividades motrices.
De acuerdo a Freud, desde el nacimiento hasta los 12 a 18 meses es la etapa oral, en que la
principal fuente de placer está dada por actividades realizadas con la boca.

Etapa preescolar (2 a 5 años)


Se caracteriza por grandes cambios a nivel biológico de tipo madurativo que posibilitan la
marcha, el control de esfínteres y la aparición de la función simbólica y, con ella, del lenguaje.
El/la niño/a se opone frecuentemente a las órdenes de la autoridad con obstinación y
terquedad como una forma de autoafirmarse frente a los demás, es por eso que también se
denomina a esta etapa como “edad de la obstinación”. Esta situación es un indicador de que
el/la niño/a está descubriendo y desarrollando su propia identidad.
El juego se presenta en el/la niño/a como una forma de ensayar la función simbólica
recientemente adquirida. A través del juego representa roles, escenarios, etc. De un juego
simbólico individualista pasa progresivamente a uno colectivo donde debe jugar con otros/as
niños/as para lograr sus objetivos. Este juego simbólico colectivo imita comportamientos de las
personas adultas, lo que favorece la adecuación a los roles que va a tener en relación a su
género.
En este momento del desarrollo aparece la curiosidad sobre lo sexual. Con una progresiva
exploración sobre su cuerpo los/las niños/as comienzan a conocerse, y de esta forma se
hacen comunes los juegos como, “el papá y la mamá” y “el/la doctor/a”. En la exploración de
los genitales aparecen sensaciones placenteras, lo que favorece la conducta de auto-
estimulación o masturbación infantil. Estas conductas pueden estar acompañadas por
sentimientos de temor o inhibición, lo que en gran forma dependerá de la reacción de los/las
adultos/as frente a éstas, haciendo importante el diálogo y orientación con cariño. Puede
ayudar el explicarles el concepto de los genitales externos como partes del cuerpo “privadas”. 
El pensamiento es egocéntrico, mágico y concreto, lo que se debe tener en cuenta cuando
los/las niños/as hacen preguntas sobre sexualidad.
De acuerdo a Erikson, desde los 18 meses a los 3 años es la etapa de la autonomía versus
vergüenza o duda, desarrollándose un equilibrio de independencia. La virtud a lograr durante
esta etapa es el deseo. Desde los 3 a los 6 años, es la etapa de iniciativa versus culpa, en que
el/la niño/a desarrolla la iniciativa al intentar cosas nuevas y no se deja abatir por el fracaso.
La virtud a lograr en esa etapa es el propósito.
A nivel cognitivo, de acuerdo a Piaget, de los 2 a los 7 años se pasa a una inteligencia
representacional que está constituida en esta etapa por el pensamiento pre-operacional o
simbólico, utilizando las palabras para representar personas, lugares, hechos, etc.
Freud denomina etapa anal desde los 12 a los 18 meses hasta los 3 años, debido a que el/la
niño/a se centra en el control de esfínteres donde experimenta placer frente el hecho de
acumular, retener y expulsar, lo que le da más control y la posibilidad de hacer valer su
voluntad y, por lo tanto, autoafirmarse.
También para Freud, entre los 3 y los 6 años es la etapa fálica en que la zona de gratificación
es la región genital. En esa etapa se da el complejo de Edipo en los niños y el complejo de
Electra en las niñas.
El desarrollo moral en esta etapa es en relación a la obediencia para evitar un castigo o para
provecho propio.

Etapa escolar (desde los 6 años a la pubertad)


En esta etapa comienza un período de formación y aprendizaje formal en la escuela. El/la
niño/a necesita sentirse integrado/a con los grupos de pares. Son comunes las amistades
entre niños/as del mismo sexo, reafirmando los roles de género.
De acuerdo a Erikson es la etapa de destreza versus inferioridad, en que el/la niño/a debe
aprender destrezas de la cultura a la cual pertenece o enfrentarse a sentimientos de
inferioridad. La virtud a lograr es la competencia. Es una etapa de mucho trabajo intelectual
donde el/la niño/a va permanentemente probándose a sí mismo/a y consiguiendo resultados a
través de su acción en el mundo.
A nivel cognitivo, según Piaget, de los 7 a los 12 años se produce un cambio en el tipo de
pensamiento, desde uno intuitivo hacia una organización de operaciones concretas. Este
nuevo pensamiento permite establecer relaciones de causalidad, combinando experiencias
con una visión más individual y crítica sobre el mundo que los/las rodea.
De acuerdo a Freud es la etapa de latencia, descrita como un momento de aparente calma
comparado con otras etapas. Sin embargo, los impulsos sexuales a menudo no están latentes
y se expresan mediante la curiosidad sexual, exploración genital y masturbación.
El desarrollo moral en esta etapa se denomina convencional, donde se hace lo correcto para
agradar a otros o para obedecer la ley.

Conductas sexuales anormales


Debe ser motivo de preocupación y de evaluación de salud mental:

a. Las conductas sexuales que no sean propias de la edad, que hagan sospechar un
abuso sexual, como dibujar o jugar simulando relaciones sexuales, pedirle a los demás
que toquen sus genitales, etc.
b. La masturbación compulsiva que se constituye en la única o mayor fuente de
satisfacción o alivio de tensión, que produce retraimiento social o que ocurre en
público.
c. La disconformidad persistente con el sexo asignado o el rol de género
correspondiente, asumiendo modales y conductas que corresponden tradicionalmente
al otro género.

Adolescencia (entre los 10 y 19 años)


El inicio de esta etapa se define biológicamente con la pubertad y la finalización estaría dada
por factores sociales como la independencia económica y la asunción de funciones
reconocidas como “del mundo adulto”.
Se inician cambios biológicos que se evidencian a través de la aparición de los caracteres
sexuales secundarios que provocan en el/la joven nuevas formas de pensar, de sentir y de
comportarse en relación a sí mismo/a y los/las demás.
El impulso sexual adquiere una orientación a la búsqueda de un encuentro con otra persona y
existe mucha preocupación por los cambios corporales y la propia apariencia.
Es frecuente la masturbación, la cual cumple la función de ayudar en el conocimiento del
propio cuerpo, así como la liberación de tensiones de carácter sexual.
Hay un egocentrismo cognitivo, en que el/la adolescente ven el mundo y las relaciones
interpersonales desde su punto de vista. A la vez, se sienten particularmente el centro de
atención de las otras personas, fenómeno que se denomina “la audiencia imaginaria” o
“espectadores imaginarios”.
Otro fenómeno descrito es la “fábula personal”, en que el/la adolescente tienen un sentimiento
de invulnerabilidad, sintiéndose seres especiales.
Por otro lado, tienen necesidad de intelectualizar y fantasear y existe una actitud social
reivindicadora, enjuiciando y criticando las normas sociales.
Las fluctuaciones de humor son frecuentes; sin embargo, la ideación suicida, las
autoagresiones, los trastornos del sueño, el desánimo prolongado deben hacernos sospechar
de un trastorno del ánimo.
Para Erikson, desde la pubertad a la adultez temprana es la etapa de identidad versus
confusión de identidad, en que el/la adolescente debe determinar su propio sentido de sí
mismo/a. La virtud a lograr es la fidelidad.
De acuerdo a Piaget, de los 12 años a la edad adulta, es la etapa de las operaciones
formales, en que la persona puede pensar en términos abstractos y enfrentar situaciones
hipotéticas, por lo que se denomina también pensamiento hipotético-deductivo.
Freud denomina a la etapa que se inicia en la pubertad como genital, iniciándose la
sexualidad adulta (2).
Se espera que en esta etapa se desarrolle una conciencia moral autónoma, eligiendo valores
y principios morales que trasciendan al grupo.

Identidad Sexual
La identidad sexual se establece al final de la adolescencia. Esto supone la integración de los
impulsos sexuales a la personalidad total de manera concordante con diferentes aspectos del
desarrollo del/ de la joven, siendo capaz de unificar y relacionar diversos aspectos como su
sexualidad, normas, valores, ética y objetivos en la vida.
Como se ha analizado, la adolescencia constituye una etapa en el desarrollo del ser humano
llena de retos y demandas. Uno de los objetivos fundamentales es el desarrollo de una
construcción de identidad.
Paralelamente, durante la adolescencia muchos de los pensamientos, sentimientos y deseos
de los adolescentes están dirigidos a su sexualidad.  Este proceso, a menudo, se acompaña
de preocupación, confusión e incertidumbre, especialmente en lo referente a la orientación
sexual, ya que se empiezan a sentir emociones y afectos con una carga libidinal hacia otras
personas. Con mayor frecuencia esta orientación es heterosexual, pero en otros casos puede
adquirir características homosexuales o bisexuales, lo que frecuentemente genera mayores
conflictos que los propios de la adolescencia (4).

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