Morin, Edgar. El Diseño y El Designio Complejos (Pp39a71) - Introduccion Al Pensamiento Complejo

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Edgar Morin

INTRODUCCION

AL PENSAMIENTO

COMPLEJO
INTRODUCCION
AL PENSAMIENTO
COMPLEJO

Edgar Morin
9

Índice

Introducción de Marcelo Pakman .................................. 9

Prólogo ........................................................................ 21

1. La inteligencia ciega ................................................ 25

2. El diseño y el designio complejos ............................ 37

3. El paradigma de complejidad ................................... 85

4. La complejidad y la acción ....................................... 111

5. La complejidad y la empresa .................................... 119

6. Epistemología de la complejidad ............................. 135

Obras de Edgar Morin................................................... 165


El diseño y el designio
complejos

La ciencia del hombre no tiene fundamento alguno que en-


raíce al fenómeno humano en el universo natural, ni método
apto para aprehender la extrema complejidad que lo
distingue de todo otro fenómeno natural conocido. Su es-
tructura explicativa es aún la de la física del siglo xix, y su
ideología implícita es siempre la del Cristianismo y el Hu-
manismo occidentales: la sobre-naturalidad del Hombre.
Que se entienda desde ahora mi camino: es un movimiento
sobre dos frentes, aparentemente divergentes, antagonistas,
pero inseparables ante mis ojos; se trata, ciertamente, de
reintegrar al hombre entre los otros seres naturales para
distinguirlo, pero no para reducirlo. Se trata, en
consecuencia, de desarrollar al mismo tiempo una teoría,
una lógica, una epistemología de la complejidad que pueda
resultarle conveniente al conocimiento del hombre. Por lo
tanto lo que se busca aquí es la unidad del hombre y, al
mismo tiempo, la teoría de la más alta complejidad huma-
na. Es un principio de raíces profundas cuyos desarrollos
se ramifican cada vez más alto en el follaje. Yo me sitúo,
entonces, bien por afuera de dos clanes antagonistas, uno
que borra la diferencia reduciéndola a la unidad simple,
otro que oculta la unidad porque no ve más que la
diferencia: bien por afuera, pero tratando de integrar la
verdad de uno y otro, es decir, de ir más allá de la
alternativa.
La investigación que he emprendido me ha llevado
cada vez más a la convicción de que tal transgresión debe
conllevar una reorganización en cadena de eso que nosotros
entendemos como el concepto de ciencia. A decir ver-

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muy pequeño, la otra en lo muy grande. No queríamos
dad, un cambio fundamental, una revolución paradigmáti-
darnos cuenta que las amarras de nuestra concepción del
ca, nos han parecido necesarios y cercanos.
mundo venían de destruirse en los dos infinitos, que noso-
El espesor de las evidencias ya está minado, la tran- tros no estábamos, en nuestra «banda media», en el terreno
quilidad de las ignorancias sacudida, las alternativas ordi- firme de una isla rodeada por el océano, sino sobre una
narias ya pierden su carácter absoluto, otras alternativas alfombra voladora.
se bosquejan; lo que la autoridad ha ocultado, ignorado,
rechazado, ya surge de la sombra, mientras que lo que pa- No hay más terreno firme, la «materia» no es más la
recía la base del conocimiento se fisura. realidad masiva elemental y simple a la cual se pudiera
reducir la phisis. El espacio y el tiempo no son más entida-
des absolutas e independientes. No hay más, no solamente
una base empírica simple, sino tampoco una base lógica
La Indoamérica simple (nociones claras y distintas, realidad no ambivalen-
te, no contradictoria, estrictamente determinada) que pue-
Estamos, en ese sentido, mucho más avanzados y, a la da constituir el sustrato físico. De allí una consecuencia
vez, mucho más atrás de lo que pudiéramos creer. Hemos capital: lo simple (las categorías de la Física clásica que
descubierto ya las primeras costas de América, pero toda- constituyen el modelo de toda ciencia) no es más el funda-
vía creemos que se trata de la India. Las fisuras y los des- mento de todas las cosas, sino un pasaje, un momento en-
garros en nuestra concepción del mundo no solamente se tre dos complejidades, la complejidad micro-física y la
han vuelto enormes hiatos, sino que además esos hiatos complejidad macro-cosmo-física.
dejan entrever, cómo bajo el caparazón de un crustáceo en
mutación, como bajo el desmembramiento de un capullo,
los fragmentos aún no ligados entre sí, la nueva piel aún
plegada y encogida, la nueva figura, la nueva forma. U teoría sistémica
Así es que había, desde el comienzo, dos brechas en el
La Teoría de Sistemas y la. Cibernética se recortan en
cuadro epistemológico de la ciencia clásica. La brecha mi-
una zona incierta común. En principio, el campo de la Teo-
crofísica reveló la interdependencia de sujeto y objeto, la
ría de Sistemas es mucho más amplio, casi universal, por-
inserción del azar en el conocimiento, la deificación de la
que en un sentido toda realidad conocida, desde el átomo
noción de materia, la irrupción de la contradicción lógica
hasta la galaxia, pasando por la molécula, la célula, el or-
en la descripción empírica; la brecha macrofísica unía en
ganismo y la sociedad, puede ser concebida como sistema,
una misma entidad los conceptos hasta entonces absoluta-
es decir, como asociación combinatoria de elementos dife-
mente heterogéneos de espacio y tiempo y destruía todos
rentes. De hecho, la Teoría de Sistemas, que empezó con
nuestros conceptos desde el momento en que eran llevados
von Bertalanffy como una reflexión sobre la Biología, se
más allá de la velocidad de la luz. Pero esas dos brechas
expandió frondosamente, a partir de los años 1950, en las
estaban infinitamente lejos de nuestro mundo, una en lo
más variadas direcciones.
Podríamos decir, de la Teoría de Sistemas, que ofrece
* Tomado de <Science et complexité>, en ARK´ALL Communications, Vol. un aspecto incierto para el observador exterior y, para
1, Fasc. 1, 1976.

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aquél que penetra en ella, revela al menos tres facetas, El sistema abierto
tres direcciones contradictorias. Hay un sistemismo fecun-
do que lleva en sí un principio de complejidad;' hay un sis- La de sistema abierto es, originalmente, una noción
temismo vago y plano, fundado sobre la repetición de algu- termodinámica, cuyo carácter primario era el de permitir
nas verdades asépticas primeras («holísticas») que nunca circunscribir, de manera negativa, el campo de aplicación
llegaran a ser operantes; está, finalmente, el system del segundo principio, que requiere la noción de sistema
analysis, que es el equivalente sistémico del engineering cerrado, es decir, que no dispone de una fuente energética-
cibernético, pero mucho menos fiable, y que transforma el material exterior a sí mismo. Tal definición no hubiera
sistemismo en su contrario, es decir, como el término ofrecido interés alguno si no fuera que se podía, a partir de
analysis indica, en operaciones reduccionistas. allí, considerar a un cierto número de sistemas físicos (la
El sistemismo tiene, en principio, los mismos aspec- llama de una vela, el remolino de un río alrededor del pilar
tos fecundos que la Cibernética (ésta, refiriéndose al con- de un puente) y, sobre todo, a los sistemas vivientes, como
cepto de máquina, conserva en la abstracción algo de su sistemas cuya existencia y estructura dependen de una
origen concreto y empírico). La virtud sistémica es: alimentación exterior y, en el caso de los sistemas vivientes,
no solamente material-energética, sino también orga-
nizacional-informacional.
a) haber puesto en el centro de la teoría, con la no-
ción de sistema, no una unidad elemental discreta, sino Esto significa:
una unidad compleja, un «todo» que no se reduce a la
«suma» de sus partes constitutivas; a) que se constituyó un puente entre la Termodiná-
b) haber concebido la noción de sistema, no como una mica y la ciencia de lo viviente;
noción «real», ni como una noción puramente formal, sino b) que una idea nueva se ha desarrollado, que se opo-
como una noción ambigua o fantasma; ne a las nociones físicas de equilibrio/desequilibrio, y que
c) situarse en un nivel transdisciplinario que permite está más allá de una y otra, conteniéndolas, en un sentido.
concebir, al mismo tiempo, tanto la unidad como la di-
ferenciación de las ciencias, no solamente según la natu- Un sistema cerrado, como una piedra, una mesa, está
raleza material de su objeto, sino también según los tipos en estado de equilibrio, es decir que los intercambios de
y las complejidades de los fenómenos de asociación/orga- materia y energía con el exterior son nulos. Por el contrario,
nización. En este último sentido, el campo de la Teoría de la constancia de la llama de una vela, la constancia del
Sistemas es, no solamente más amplio que el de la Ciber- medio interno de una célula o de un organismo, no están
nética, sino de una amplitud que se extiende a todo lo cog- ligados en modo alguno a un equilibrio semejante; hay, por
noscible. el contrario, desequilibrio en el flujo energético que los ali-
menta y, sin ese flujo, habría un desorden organizacional
que conllevaría una decadencia rápida.
En primer lugar, el desequilibrio nutricional permite
1. Cf. J. L. Le Moigne, La théorie du systéme général, PUF, edición
1990; cf. también el número especial de la Revue internationale de systémi- al sistema mantenerse en aparente equilibrio, es decir, en
que, 2, 90, «Systémique de la complexité», presentada por J. L. Le Moigne. estado de estabilidad y de continuidad, y ese equilibrio

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aparente no puede mas que degradarse si queda librado a ta epistemológico, metodológico, teórico, empírico. Lógica-
sí mismo, es decir, si hay clausura del sistema. Una vez inente, el sistema no puede ser comprendido más que inclu-
asegurado, ese estado, constante y, por lo tanto, frágil (ste- yendo en sí al ambiente, que le es a la vez íntimo y extraño
ady state en la terminología inglesa, estado estable), tiene y es parte de sí mismo siendo, al mismo tiempo, exterior.
algo de paradójico: las estructuras se mantienen mientras Metodológicamente se vuelve difícil estudiar siste-
los constituyentes cambian; y así es que tenemos no sola- mas abiertos como entidades radicalmente aislables. Teó-
mente al remolino, o a la llama de la vela, sino a nuestros rica y empíricamente, el concepto de sistema abierto abre
organismos, donde nuestras moléculas y nuestras células la puerta a una teoría de la evolución, quenopuede prove-
se renuevan, mientras que el conjunto permanece aparen- nir más que de interacciones entre sistema y eco-sistema y
temente estable y estacionario. En un sentido, el sistema que, en sus lazos organizacionales más notables, puede ser
debe cerrarse al mundo exterior a fin de mantener sus es- concebido como un desborde del sistema en un meta-siste-
tructuras y su medio interno que, si no, se desintegrarían. ma. La puerta está, de allí en más, abierta hacia una Teo-
Pero es su apertura lo que permite su clausura. ría de Sistemas auto-eco-organizadores, por cierto abiertos
ellos mismos (porque lejos de escapar a la apertura, la evo-
El problema se vuelve aún más interesante desde el lución hacia la complejidad la acrecienta), es decir, de sis-
momento en que uno supone una relación indisoluble en- temas vivientes.
tre el mantenimiento de la estructura y el cambio de los
constituyentes, y nos abrimos a un problema clave, pri- Finalmente, siendo la relación fundamental entre los
mordial, céntral, evidente, del ser viviente, problema sin sistemas abiertos y el eco-sistema de orden material-ener-
embargo ignorado y oculto, no solamente por la antigua fí- gético y, a la vez, organizacional/informacional, se podría
sica, sino también por la metafisica occidental/cartesiana, tratar de comprender el carácter al mismo tiempo deter-
para la cual todas las cosas vivientes son consideradas minado y aleatorio de la relación eco-sistémica.
como entidades cerradas, y no como sistemas organizando Es extraordinario que una idea tan fundamental
su clausura (es decir, su autonomía) en y por su apertura. como la de sistema abierto haya emergido tardía y local-
Dos consecuencias capitales se desprenden, entonces, mente (lo que muestra a qué punto lo más difícil de perci-
de la idea de sistema abierto: la primera es que las leyes bir es la evidencia). De hecho, ella está presente aunque
de organización de lo viviente no son de equilibrio; sino de no explícitamente desarrollada, en ciertas teorías, nota-
desequilibrio, retomado o compensado, de dinamismo es- blemente en Freud donde el Yo es un sistema abierto al
tabilizado. Vamos a preparar el terreno para esas ideas. mismo tiempo sobre el ello y el superyo, no pudiendo
La segunda consecuencia, quizá más importante aún, es constituirse más que a partir de uno y otro, manteniendo
que la inteligibilidad del sistema debe encontrarse no sola- relaciones ambiguas pero fundamentales con uno y
mente en el sistema mismo, sino también en su relación otro; la idea de personalidad, en la Antropología Cultural,
con el ambiente, y esa relación no es una simple depen- implica igualmente que ésta sea un sistema abierto sobre
dencia, sino que es constitutiva del sistema. la cultura (pero desafortunadamente, en esa disciplina, la
cultura es un sistema cerrado).
La realidad está, de allí en más, tanto en el vínculo
como en la distinción entre el sistema abierto y su ambiente. El concepto de sistema abierto tiene valor
Ese vínculo es absolutamente crucial desde el punto de vis- paradigmático. Como lo ha señalado Maruyama, concebir
todo objeto
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y entidad como cerrado implica una versión clasificatoria, El concepto de sistema político de Jean-Louis Vuillerme,
analítica, reduccionista del mundo, una causalidad unili- PUF, 1989).
neal. Es esa visión la que produjo excelencia en la Física Finalmente, la Teoría de Sistemas, dado que respon-
entre los siglos XVII a XIX, pero hace agua hoy, por todas de a una necesidad cada vez más urgente, hace a menudo
partes, con las profundizaciones y avances hacia la com- su entrada en las ciencias humanas por dos lados equivo-
plejidad. Se trata, de hecho, de producir una revuelta epis- cados, uno tecnocrático 3 y el otro totalizador: mucha abs-
temológica a partir de la noción de sistema abierto. «Los tracción general despegada de lo concreto, y no llega a for-
que viven en el universo clasificatorio operan con el su- mar un modelo. Pero, no nos olvidemos, el germen de la
puesto de que todos los sistemas son cerrados, a menos unidad de la ciencia está allí. El sistemismo, si ha de ser
que se especifique lo contrario.»' Para mí, el teorema de superado debe, en todo caso, ser integrado.
Gödel, produciendo una brecha irreparable en todo sistema
axiomático, permite concebir la teoría y la lógica como
sistemas abiertos.
I nformación / Organización
La Teoría de Sistemas reúne sincréticamente los ele-
mentos más diversos: en un sentido, caldo excelente de Ya hemos encontrado la noción de información en la Ciber-
cultivo, en otro, confusión. Pero ese caldo de cultivo ha nética, podríamos también haberla encontrado en la Teoría
suscitado contribuciones a menudo muy fecundas en su di- de Sistemas; pero es necesario que consideremos a la
versidad misma. información no como un ingrediente, sino como una teoría
que llama a un análisis preliminar autónomo.
De manera un poco análoga a la Cibernética, pero en
un campo diferente, la Teoría de Sistemas se ocupa de un La información es una noción nuclear pero problemá-
middle-range. Por una parte, apenas si ha explorado el tica. De allí, toda su ambigüedad: no podemos decir casi
concepto de sistema en sí misma, satisfaciéndose en ese nada acerca de ella, pero tampoco podemos prescindir de
punto fundamental de un «holismo» totalizante. Por otra ella.
parte, apenas ha explorado del lado de la auto-organiza- La información surgió con Hartley y, sobre todo, con
ción y de la complejidad. Queda un enorme vacío concep- Shannon y Weawer, en su aspecto, por una parte, comuni-
tual, entre la noción de sistema abierto y la complejidad cacional (se trataba de la transmisión de mensajes y se ha
del sistema viviente más elemental, que las tesis sobre la encontrado integrada en una Teoría de la Comunicación);
«jerarquía» de von Bertalanffy no llegan a rellenar. (Después
por otra parte, en su aspecto estadístico (basado en la pro-
de ese texto de 1976, hubo trabajos notables en el sentido babilidad o, más bien, la improbabilidad de aparición de
complejo, notablemente los de Jean-Louis Le Moigne
en La Teoría del Sistema General, PUF, 1990, la obra de
Yves Barel, La paradoja y el sistema, PUF, 1979, y 3. Este ha sido útil, de todos modos, en su aspecto espectacular: el es-
udio sistémico del informe Mendows sobre el crecimiento (MIT) ha introdu-
cido la idea de que el planeta Tierra es un sistema abierto a la biosfera, y ha
suscitado una toma de conciencia y una alarma fecundas. Pero, evidente-
2. N. Maruyama, Paradigmatology, and its application to cross-disci- mente, la elección de parámetros y de variables ha sido arbitraria, y es en la
plinary, cross-professional and cross-cultural communication, Cybernetika, seudo-exactitud del cálculo, en la simplificación «tecnocrática» donde reside el
17, 1974, pp. 136-156, 27-51. lado malo del sistemismo triunfante.

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tal o cual unidad elemental portadora de información, o bi- le, ya sea como programa, o más bien como todo eso a la
nary digit, bit). Su primer campo de aplicación fue su campo vez.
de emergencia: la Telecomunicación. Más aún: si la noción de información podía, por una
Pero muy rápidamente la transmisión de información parte, integrarse en la noción de organización biológica,
tomó, con la Cibernética, un sentido organizacional: de he- podía, por otra parte, ligar de manera sorprendente a la
cho, un «programa» portador de información no hace más Termodinámica, es decir a la Física, y a la Biología.
que comunicar un mensaje a un ordenador que computa En efecto, el segundo principio de la Termodinámica
cierto número de operaciones. había sido formulado mediante una ecuación de probabili-
Más asombrosa aún fue la posibilidad de extrapolar dad que expresaba la tendencia a la entropía, es decir, al
muy heurísticamente la teoría al dominio biológico. Desde crecimiento, en el seno del sistema, del desorden por sobre
que se estableció que la autorreproducción de la célula (o el orden, de lo desorganizado por sobre lo organizado. Al
del organismo) podía ser concebida a partir de una dupli- mismo tiempo, se había señalado que la ecuación shanno-
cación de un material genético o ADN, desde que se conci- niana de la información (H=KlnP) era como el reflejo, el
bió que el ADN constituía una suerte de doble hélice cuyos negativo, de la ecuación de la entropía (S=KlnP), en el sen-
escalones estaban formados por cuasi-signos químicos tido de que la entropía crece de manera inversa a la infor-
cuyo conjunto podía constituir un cuasi-mensaje heredita- mación. De allí la idea explicitada por Brillouin de que ha-
rio, la reproducción podía entonces ser concebida como la bía una equivalencia entre la información y la entropía ne-
copia de un mensaje, es decir, una emisión-recepción in- gativa o neguentropía. Es decir que la neguentropía no es
corporable al cuadro de la Teoría de la Comunicación: uno nada más que el desarrollo de la organización, de la com-
podía asimilar cada uno de los elementos químicos a uni- plejidad. Reencontramos aquí de nuevo el lazo entre orga-
dades discretas desprovistas de sentido (como los fonemas nización e información, sumado a un fundamento teórico
o las letras del alfabeto), combinándose en unidades com- que permite aprehender el ligamen y la ruptura entre el
plejas dotadas de sentido (como las palabras). Más aún, la orden físico y el orden viviente.
mutación genética fue asimilada a un «ruido» perturbador
de la emisión del mensaje, y provocador de un «error» (al El de información es entonces un concepto que esta-
menos con respecto al lenguaje originario) en la constitu- blece el lazo con la Física siendo, al mismo tiempo, el con-
ción del nuevo mensaje. El mismo esquema informacional cepto fundamental desconocido de la Física. Es inseparable
podía ser aplicado al funcionamiento mismo de la célula, de la organización y de la complejidad biológicas. Hace en-
donde el ADN constituye una suerte de «programa» que trar en la ciencia al objeto espiritual que no podía encon-
orienta y gobierna las actividades metabólicas. De ese trar lugar más que en la metafísica. Es una noción crucial,
modo, la célula podía ser cibernetizada, y el elemento cla- un nudo gordiano pero, como el nudo gordiano, entrevera-
ve de esa explicación cibernética se encontraba en la infor- do, inextricable. El de información es un concepto proble-
mación. Aquí también una teoría de origen comunicacio- mático, no un concepto solución. Es un concepto indispen-
nal era aplicada a una realidad de tipo organizacional. Y, en sable, pero no es aún un concepto elucidado y elucidante.
esa aplicación, hacía falta considerar a la información Porque, recordémoslo, los aspectos surgidos de la Teo-
organizacional, ya sea como memoria, ya sea como mensa- ría de la Información, el aspecto comunicacional y el as-
pecto estadístico, son como la pequeña superficie de un in-

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menso iceberg. El aspecto comunicacional no da cuenta mos de ver, en su fecundidad y, a la vez, en sus insuficien-
para nada del carácter poliscópico de la información, que cias, piden por una Teoría de la Organización. La Biología
se presenta a la observación ya sea como memoria, ya sea moderna, de manera correlativa, ha pasado del organicis-
como saber, ya sea como mensaje, ya sea como programa, mo al organizacionismo. Para Piaget, la cuestión está ya
ya sea como matriz organizacional. planteada: «Hemos, finalmente, venido a plantear al con-
El aspecto estadístico ignora, incluso desde la pers- cepto de organización como concepto central de la Biolo-
pectiva comunicacional, el sentido de la información, no gía.» 4 Pero François Jacob entiende que la «Teoría Gene-
aprehende más que el carácter probabilístico-improbabi- ral de las Organizaciones» no está aún elaborada, sino por
lístico, no la estructura de los mensajes y, por supuesto, ig- edificarse.
nora todo el aspecto organizacional. Finalmente, la teoría La organización, noción decisiva, apenas entrevista,
shannoniana se ocupa del nivel de la entropía, de la degra- no es aún, si se me permite decirlo, un concepto organiza-
dación de la información; se sitúa en el marco de esta de- do. Esta noción puede elaborarse a. partir de una compleji-
gradación fatal, y lo que ha permitido, es conocer los me- zación y de una concretización del sistemismo, y aparecer
dios que pudieran retardar el efecto fatal del «ruido». Es todavía como un desarrollo, aún no logrado, de la Teoría de
decir que la teoría actual no es capaz de comprender ni el Sistemas; puede también decantarse a partir del «organi-
nacimiento ni el crecimiento de la información. cismo», a condición de que haya una limpieza y una mode-
lización que hagan aparecer a la organización en el orga-
Así es que el concepto de información presenta gran-
nismo.
des lagunas y grandes incertidumbres. Esta es una razón
no para rechazarlo, sino para profundizarlo. Hay, en ese Importa señalar, desde ahora, la diferencia de nivel
concepto, una riqueza enorme, subyacente, que quisiera entre el organizacionismo, al que creemos necesario, y el
tomar cuerpo y forma. Esa riqueza está, evidentemente, organicismo tradicional. El organicismo es un concepto
en las antípodas de la ideología «informacional» que reifica sincrético, histórico, confuso, romántico. Parte del organis-
la información, la sustancializa, hace de ella una entidad mo concebido como totalidad armoniosamente organizada,
de la misma naturaleza que la materia y la energía y hace, si bien lleva en sí mismo al antagonismo y a la muerte.
en suma, regresar al concepto hacia las funciones que te- Partiendo del organismo, el organicismo hace de él el mo-
nía por objetivo superar. Esto equivale a decir que la infor- delo ya sea de macrocosmos (concepción organicista del
mación no es un concepto terminal, sino que es un concep- universo), ya sea de la sociedad humana; así es que toda
to punto de partida. No nos revela más que un aspecto li- una corriente sociológica, en el siglo último, quiso ver en la
mitado y superficial de un fenómeno a la vez radical y po- sociedad una analogía del organismo animal, investigan-
liscópico, inseparable de la organización. do minuciosamente las equivalencias entre vida biológica
y vida social.

Pero el organizacionismo no se esfuerza por revelar


La organización las analogías fenoménicas, sino por encontrar los princi-

La Cibernética, la Teoría de Sistemas, la Teoría de la 4. J. Piaget, Biologie et connaissance, París, Gallimard, 1967. Biología
Información, cada una a su manera, del modo como acaba- y conocimiento, Madrid, Siglo XXI, 1977.

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pios de organización comunes,, los principios de evolución en que ese término significa totalidad organizada, pero de
de esos principios, los caracteres de sudiversificación. De un tipo diferente al de las máquinas artificiales, ya que la
allí en más, y sólo a partir de allí, las analogías fenoménicas alternativa al reduccionismo no está en un principio vital,
pueden, eventualmente, encontrar algún sentido. sino en una realidad organizacional viviente. Vemos aquí
Pero por más opuestos que sean, organizacionismo y hasta qué punto estamos totalmente desfasados con res-
organicismo tienen algún fundamento común. La nueva pecto a las alternativas tradicionales: máquina/organis-
conciencia cibernética no reniega de la analogía, que el or- mo, vitalismo/reduccionismo.
ganicismo se funde sobre la analogía no implica que ésta Pero si uno decide complementar la noción de organi-
deba generarnos rechazo. Es más bien porque había analo- zación con la de organismo, si la primera no es estricta-
gías planas y triviales, porque no había fundamento teórico mente reduccionista, analítica, mecanística, si la segunda
para esas analogías, que el organicismo debe ser criticado. no es solamente totalidad portadora de un misterio vital
Como dice Judith Schlanger en su notable trabajo so- inexpresable, nos podemos entonces aproximar un poco
bre el organicismo: «Las equivalencias minuciosas entre la más al problema de lo viviente. Porque es justamente con
vida biológica y la vida social, tal como las diseñan Schaffle, la vida que la noción de organización toma un espesor or-
Lilienfeld, Worms, y aun Spencer, sus aproximaciones ganísmico, se vuelve un misterio romántico. Es allí donde
término a término, no son el soporte de la analogía, sino su aparecen los rasgos fundamentales inexistentes en las
espuma.» 5 Pero ese soporte es, venimos de decirlo, una máquinas artificiales: una relación nueva con respecto a la
concepción a la vez confusa y rica de la totalidad orgánica. entropía, es decir una aptitud, que no sería más que tem-
poraria, para crear neguentropía, a partir de la entropía
Acabamos de «denunciar» el romanticismo de esta misma; una lógica mucho más compleja y sin duda dife-
concepción. ahora conviene que nos corrijamos. El organi- rente de aquella de toda máquina artificial. Finalmente,
cismo romántico, como aquél del Renacimiento, como ligado indisolublemente a los dos rasgos que acabamos de
aquél del pensamiento chino (Needham 1973), ha pensado enunciar, está el fenómeno de la auto-organización.
siempre que el organismo obedece a una organización
compleja y rica, que no puede ser reducida a leyes lineales, a
principios simples, a ideas claras y distintas, a una vi-
sión mecanicista. Su virtud está en la intuición de que la
La auto-organización
organización vital no puede ser comprendida con la misma
lógica que la organización de la máquina artificial, y que
la originalidad lógica del organismo se traduce en la com- La organización viviente, es decir la auto-organización,
plementariedad de términos que, según la lógica clásica, está más allá de las posibilidades actuales de aprehensión
son antagonistas, mutuamente rechazantes, contradicto- de la Cibernética, la Teoría de Sistemas, la Teoría de la In-
rios. El organicismo, en una palabra, supone una organi- formación (por supuesto, del Estructuralismo...) y aun del
zación completa y rica, pero no la propone. concepto mismo de organización, tal como aparece en su
desarrollo más avanzado, en Piaget, donde permanece cie-
El organismo es también una máquina en el. sentido go a su pequeño prefijo recursivo «auto» cuya importancia
tanto fenoménica como epistemológica se nos revelará
5. J. SchlangerLes métaphores de l'organisme, París, Vrin, 1971, p. 35.
como capital.

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Es en otra parte que el problema de la auto-organiza- ciones de partida, si bien no se puede hablar verdadera-
ción emerge: por una parte, a partir de la Teoría de los Au- mente de teoría.
tómatas auto-reproductores (self-reproducing automata) y,
por otra parte, a partir de una tentativa de teoría meta-ci- 1. Para empezar, Schrödinger puso de relieve desde
bernética (self-organizing systems). 1945 la paradoja de la organización viviente, que no pare-
ce obedecer al segundo principio de la Termodinámica.
En el primer sentido es la reflexión genial de von
Neumann la que presenta los principios fundamentales.6 2. Von Neumann inscribió la paradoja en la diferen-
En el segundo sentido, los alcances teóricos fueron audaz- cia entre la máquina viviente (auto-organizadora) y la má-
mente ensayados a lo largo de tres encuentros, notable- quina artefacto (simplemente organizada). En efecto, la
mente por Ashby, von Foerster, Gottard Gunther y algu- máquina artefacto está constituida por elementos extre-
nos otros. madamente fiables (un motor de coche, por ejemplo, está
constituido por piezas verificadas, y hechas de la materia
Pero la suerte de la teoría de la auto-organización fue
más duradera y más resistente posible en función del tra-
doblemente infortunada con respecto a la Cibernética.
bajo que deben realizar). De todos modos, la máquina, en
como se dijo, fue la aplicación a las máquinas artificiales
su conjunto, es mucho menos fiable que cada uno de sus
la que hizo la fortuna de la Cibernética y atrofió su desa-
elementos tomados aisladamente. En efecto, basta una al-
rrollo teórico. Pero, si bien es concebible en principio cons-
teración en uno de sus constituyentes para que el conjunto
truir una teoría de una máquina artificial auto-organiza-
se trabe, deje de funcionar, y no pueda repararse más que a
da y auto-reproductora, el estado de la tecnología y de la
través de una intervención exterior (el mecánico).
teoría hacía y aún hace inconcebible actualmente la posi-
bilidad de crear tal máquina. Como revancha, la teoría de la Por el contrario, otro es el caso con la máquina viviente
auto-organización estaba hecha para comprender lo vi- (auto-organizada). Sus componentes son muy poco con-
viente. Pero permaneció demasiado abstracta, demasiado fiables: son moléculas que se degradan muy rápidamente, y
formal para tratar los datos y los procesos físico-químicos todos los órganos están, evidentemente, constituidos por
que hacían a la originalidad de la organización viviente. esas moléculas; al mismo tiempo, vemos que en un orga-
De allí que la teoría de la auto-organización no podía aún nismo las moléculas, como las células, mueren y se renue-
aplicarse a nada práctico. Al mismo tiempo, los créditos van, a tal punto que un organismo permanece idéntico a sí
cesaron pronto de alimentar al primer esfuerzo teórico, y mismo aunque todos sus constituyentes se hayan renova-
los investigadores, surgidos ellos mismos de disciplinas di- do. Hay, por lo tanto, opuestamente al caso de la máquina
versas, se dispersaron. artificial, gran confiabilidad del conjunto y débil confiabili-
dad de los constituyentes.
Por otra parte la teoría de la auto-organización nece-
sitaba una revolución epistemológica más profunda aún Esto muestra no solamente la diferencia de naturaleza,
que aquélla de la Cibernética. Y eso contribuyó a detener- de lógica, entre los sistemas auto-organizados y los
la en sus posicines de partida. De todos modos, hay posi- otros, sino que muestra también que hay un lazo consus-
tancial entre desorganización y organización compleja,
porque el fenómeno de desorganización (entropía) prosi-
6. J. von Neumann, Theory of Self-Reproducing Automata, 1966, uni- gue su curso en lo viviente, más rápidamente aún que en
versity of Illinois Press, Urbana.

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la máquina artificial; pero, de manera inseparable, está el
fenómeno de reorganización (neguentropía). Allí está el pone de una organización ligada a su principio de organi-
lazo fundamental entre entropía y neguentropía, que no zación; pero ese principio de organización es externo, es
tiene nada de oposición maniquea entre dos entidades con- debido al hombre. Es aquí que la individualidad del siste-
trarias; dicho de otro modo, el lazo entre vida y muerte es ma viviente se distingue de aquella de otros sistemas ci-
mucho más estrecho, profundo, que lo que hubiéramos al- bernéticos.
guna vez podido, metafísicamente, imaginar. La entropía, b) En efecto, está dotado de autonomía, autonomía
en un sentido, contribuye a la organización que tiende a ciertamente relativa, debemos recordarnos (sin cesar),
arruinar y, como veremos, el orden auto-organizado no pero autonomía organizacional, organísmica y existencial.
puede complejizarse más que a partir del desorden o, más La auto-organización es, efectivamente, una meta-organi-
aún, a partir del «ruido» (von Foerster), porque estamos en zación con respecto a los órdenes de organización preexis-
un orden informacional. tentes, con respecto, evidentemente, a aquellos de las má-
quinas artificiales. Esa extraña relación, esta coincidencia
Ese es un fundamento de la auto-organizacion, y el
entre lo meta y lo auto merece meditación.
carácter paradójico de esta proposición nos muestra que el
orden de lo viviente no es simple, no depende de la lógica En este caso, somos llevados a inocular en el objeto,
que aplicamos a todas las cosas mecánicas, sino que postula mucho más profundamente que lo que lo hacía la Ciberné-
una lógica de la complejidad. tica, algunos de los privilegios que, hasta ahora, eran del
sujeto, lo que nos permite, al mismo tiempo, entrever cómo
3. La idea de auto-organización opera una gran mu-
la subjetividad humana puede encontrar sus fuentes, sus
tación en el status ontológico del objeto, que va más allá de
raíces, en el así llamado mundo «objetivo».
la ontología cibernética.
Pero, al mismo tiempo que el sistema auto-organiza-
a) Ante todo, el objeto es fenoménicamente indivi- dor se desprende del ambiente y se distingue de él, y de
dual, lo que constituye una ruptura con los objetos estric- allí su autonomía y su individualidad, se liga tanto más a
tamente físicos dados en la naturaleza. La físico-química ese ambiente al incrementar la apertura y el intercambio
estudia, por una parte, las leyes generales que rigen a esos que acompañan a todo progreso de la complejidad: es auto-
objetos y, por otra parte, sus unidades elementales, la mo- eco-organizador. Mientras que el sistema cerrado no tiene
lécula, el. átomo, que están a partir de allí aislados de su nada de individualidad, ni de intercambio que acompañan
contexto fenoménico (es decir, que hay disociación del am- a todo progreso de la complejidad: es auto-eco-organizador.
biente, juzgado siempre como prescindible). Los objetos fe- Mientras que el sistema cerrado no tiene nada de indivi-
noménicos del universo estrictamente físico-químico no dualidad, ni de intercambios con el exterior, y establece re-
tienen un principio de organización interno. Por el contra- laciones muy pobres con el ambiente, el sistema auto-eco-
rio, para los objetos auto-organizadores, hay adecuación organizador tiene su individualidad misma ligada a rela-
total entre la forma fenoménica y el. principio de organiza- ciones muy ricas, aunque dependientes, con el ambiente.
ción. Ese aspecto, también en este caso, disocia las pers- Si bien más autónomo, está menos aislado. Necesita ali-
pectivas entre lo viviente y lo no viviente. Ciertamente, el mentos, materia/energía, pero también información, orden
objeto cibernético, tratándose de la máquina artificial, dis- (Schrödinger). El ambiente está, de pronto, dentro de él y,
como veremos, juega un rol co-organizador. El sistema

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7
auto-eco-organizador no puede, entonces, bastarse a sí
teres intrínsecos de nuestro cosmos. Entre ambas, en el do-
mismo, no puede ser totalmente lógico más que introdu-
minio físico, biológico, humano, la ciencia reducía la com-
ciendo, en sí mismo, al ambiente ajeno. No puede comple-
plejidad fenoménica a un orden simple y a unidades ele-
tarse, cerrarse, bastarse a sí mismo.
mentales. Esa simplificación, repitámoslo, había nutrido
al impulso de la ciencia occidental desde el siglo xvii hasta
fines del siglo xix. En el siglo xix y a comienzos del xx, la
La complejidad estadística permitió tratar la interacción, la interferencia.'
Se trató de refinar, de trabajar variancia y covariancia,
La idea de complejidad estaba mucho más diseminada en pero siempre de un modo insuficiente, y siempre dentro de
el vocabulario común que en el científico. Llevaba siempre la misma óptica reduccionista que ignora la realidad del
una connotación de advertencia al entendimiento, una sistema abstracto de donde surgen los elementos a consi-
puesta en guardia contra la clarificación, la simplificación, derar.
la reducción demasiado rápida. De hecho, la complejidad
tenía también delimitado su terreno, pero sin la palabra Es con Wiener y Ashby, los fundadores de la Ciberné-
misma, en la Filosofía: en un sentido, la dialéctica, y en el tica, que la complejidad entra verdaderamente en escena en
terreno lógico, la dialéctica hegeliana, eran su dominio, la ciencia. Es con von Neumann que, por primera vez, el
porque esa dialéctica introducía la contradicción y la carácter fundamental del concepto de complejidad aparece
transformación en el corazón de la identidad. enlazado con los fenómenos de auto-organización.
¿Qué es la complejidad? A primera vista, es un fenó-
En ciencia, sin embargo, la complejidad había surgido meno cuantitativo, una cantidad extrema de interacciones e
sin decir aún su nombre, en el siglo xx, en la micro-física y interferencias entre un número muy grande de unidades.
en la macro-física. La microfísica abría una relación com- De hecho, todo sistema auto-organizador (viviente), hasta el
pleja entre el observador y lo observado, pero también una más simple, combina un número muy grande de unidades,
noción más que compleja, sorprendente, de la partícula del orden del billón, ya sean moléculas en una célula,
elemental que se presenta al observador ya sea como onda, células en un organismo (más de diez billones de
ya como corpúsculo. Pero la microfísica era considerada
como caso límite, como frontera... y se olvidaba que esa
frontera conceptual concernía de hecho a todos los fenóme- 7. El único ideal era el de aislar las variables en juego en las interac-
ciones permanentes en un sistema, pero nunca el de considerar con precisión
nos materiales, incluidos los de nuestro propio cuerpo y los las interacciones permanentes del sistema. Así, paradójicamente, los estu-
de nuestro propio cerebro. La macro-física, a su vez, hacía dios ingenuos, en la superficie de los fenómenos, eran mucho más complejos, es
decir, en última instancia, «científicos», que los pretenciosos estudios
depender a la observación del lugar del observador y com- cuantitativos sobre estadísticas inmensas, guiadas por pilotos de poco cere-
plejizaba las relaciones entre tiempo y espacio concebidas, bro. Así lo eran, digo con falta de modestia, mis estudios fenoménicos que in-
hasta entonces, como esencias trascendentes e indepen- tentaban aprehender la complejidad de una transformación social multidi-
mensional en una comunidad de Bretaña o, los estudios en vivo del floreci-
dientes. miento de los acontecimientos de Mayo del 68. Yo no tenía por método nada
más que tratar de aclarar los múltiples aspectos de los fenómenos, e intentar
aprehender las relaciones cambiantes. Relacionar, relacionar siempre, era
Pero esas dos complejidades micro y macrofísicas un método más rico, incluso a nivel teórico, que las teorías blindadas, guar-
eran rechazadas a la periferia de nuestro universo, si bien necidas epistemológica y lógicamente, metodológicamente aptas para afrontar
se ocupaban de fundamentos de nuestra physis y de carac- lo que fuere salvo, evidentemente, la complejidad de lo real.

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células en el cerebro humano, más de treinta billones en el y una imprecisión cierta, no solamente en los fenómenos,
organismo). sino también en los conceptos, y uno de los grandes pro-
Pero la complejidad no comprende solamente cantida- gresos de las matemáticas de hoy es el de considerar los
des de unidades e interacciones que desafían nuestras po- fuzzy sets, los conjuntos imprecisos (cf. Abraham Moles, Les
sibilidades de cálculo; comprende también incertidum- sciences de l'imprecis, Du Seuil, 1990).
bres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios. En un sen-
Una de las conquistas preliminares en el estudio del
tido, la complejidad siempre está relacionada con el azar.
cerebro humano es la de comprender que una de sus supe-
De este modo, la complejidad coincide con un aspecto rioridades sobre la computadora es la de poder trabajar
de incertidumbre, ya sea en los límites de nuestro entendi- con lo insuficiente y lo impreciso; hace falta, de ahora en
miento, ya sea inscrita en los fenómenos. Pero la compleji- más, aceptar una cierta ambigüedad y una ambigüedad
dad no se reduce a la incertidumbre, es la incertidumbre cierta (en la relación sujeto/objeto, orden/desorden,
en el seno de los sistemas ricamente organizados. nene auto/hetero-organización. Hay que reconocer fenómenos
que ver con los sistemas semi-aleatorios cuyo orden es in- inexplicables, como la libertad o la creatividad, inexplica-
separable de los azares que incluyen. La complejidad está bles fuera del cuadro complejo que permite su aparición.
así ligada a una cierta mezcla de orden y de desorden,
mezcla íntima, a diferencia del orden desorden estadístico, Von Neumann ha mostrado el acceso lógico a la com-
donde el orden (pobre y estático) reina a nivel de las grandes plejidad. Trataremos de recorrerlo, pero no somos los due-
poblaciones, y el desorden (pobre, por pura indeterminación) ños de las llaves del reino, y es allí donde nuestro viaje
reina a nivel de las unidades elementales. permanecerá inacabado. Vamos a entrever esa lógica, a
partir de ciertas características exteriores, vamos a definir
Cuando la Cibernética reconoció la complejidad fue algunos de sus rasgos ignorados, pero no llegaremos a la
para rodearla, para ponerla entre paréntesis, pero sin ne- elaboración de una nueva lógica, sin saber si ésta está fue-
garla: era el principio de la caja negra (black-box); se con- ra de nuestro alcance provisoriamente, o para siempre.
sideraban las entradas en el sistema (inputs) y las salidas Pero de lo que sí estamos persuadidos es de que si bien
(outputs), lo que permitía estudiar los resultados del fun- nuestro aparato lógico-matemático actual se «adapta- a
cionamiento de un sistema, la alimentación que necesita- ciertos aspectos de la realidad fenoménica, no se adapta a
ba, relacionar inputs y outputs, sin entrar, sin embargo, en los aspectos verdaderamente complejos. Esto significa que
el misterio de la caja negra. debe desarrollarse y superarse en dirección a la compleji-
dad. Es allí donde, a pesar de su sentido profundo de la ló-
Pero el problema teórico de la complejidad es el de la gica de la organización biológica, Piaget se detiene a ori-
posibilidad de entrar en las cajas negras. Es el de conside- llas del Rubicón, y no busca más que acomodar la organi-
rar la complejidad organizacional y la complejidad lógica. zación viviente (reducida esencialmente a la regulación ), a
En este caso, la dificultad no está solamente en la renova- la formalización lógico-matemática ya constituida. Nues-
ción de la concepción del objeto, sino que está en revertir tra única ambición será la de pasar el Rubicón y aventu-
las perspectivas epistemológicas del sujeto, es decir, el ob- rarnos en las nuevas tierras de la complejidad.
servador científico; lo propiamente científico era, hasta el
presente, eliminar la imprecisión, la ambigüedad, la con-
tradicción. Pero hace falta aceptar una cierta imprecisión mataremos de ir, no de lo simple a lo complejo, sino
de la complejidad hacia aún más complejidad. Lo simple,

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repitámoslo, no es más que un momento, un aspecto entre plejiza, todo aquello que es sociológico y antropológico es,
muchas complejidades (microfísica, macrofisica, biológica, entonces, biológico. La Física, así como la Biología, dejan de
psíquica, social). Trataremos de considerar las líneas, las ser reduccionistas, simplificadoras y se vuelven funda-
tendencias de la complejización creciente, lo que nos per- mentales. Esto es casi incomprensible cuando uno está en
mitirá, muy groseramente, determinar los modelos de baja el paradigma disciplinario en el cual la Física, la Biología, la
complejidad, mediana complejidad, alta complejidad, en Antropología, son cosas distintas, separadas, no comu-
función de desarrollos de la auto-organización (autonomía, nicantes.
individualidad, riquezas de relación con el ambiente, apti- Se trata, de hecho, de una apertura teórica, de una
tudes para el aprendizaje, inventiva, creatividad, etc.). teoría abierta que vamos a esforzarnos por elaborar. El
Pero, finalmente, llegaremos a considerar, a partir del ce- lector ya puede ver que esa teoría permite la emergencia, en
rebro humano, los fenómenos verdaderamente sorpren- su propio campo, de aquello que había sido hasta ahora
dentes de muy alta complejidad, y a proponer como noción rechazado fuera de la ciencia: el mundo y el sujeto.
nueva y capital para considerar el problema humano, a la
hipercomplejidad. La noción de sistema abierto se abre, en efecto, no so-
lamente sobre la Física, por mediación de la Termodinámica,
sino, más amplia, más profundamente sobre la physis, es
decir, sobre la naturaleza ordenada/desordenada de la
El sujeto y el objeto materia, sobre un devenir físico ambiguo que tiende a la
vez al desorden (entropía) y a la organización (constitución de
sistemas cada vez más complejos). Al mismo tiempo, la
Así es que, con la teoría de la auto-organización y la
noción de sistema abierto llama a la noción de ambiente, y
de la complejidad, tocamos los sustratos comunes a la Bio-
allí aparece, no más solamente la physis como fundamento
logía y a la Antropología, al margen de todo biologismo y
material, sino el mundo como horizonte de realidad más
de todo antropologismo. Nos permiten, al mismo tiempo,
vasto, abierto más allá al infinito (porque todo eco-sistema
situar los niveles de complejidad diferentes en que se ubi-
puede volverse sistema abierto dentro de otro eco-sistema
can los seres vivientes, incluido el nivel de muy alta com-
más vasto, etc.); así es que la noción de eco-sistema, de
plejidad y tal vez de hipercomplejidad propio del fenómeno
agrandamiento en agrandamiento, se extiende por todos
antropológico.
los azimuts, por todos los horizontes.
Tal teoría nos permite revelar la relación entre el uni-
verso físico y el universo biológico, y asegura la comunica- El sujeto emerge al mismo tiempo que el mundo.
ción entre todas las partes de eso que llamamos lo real. Emerge desde el punto de partida sistémico y cibernético,
Las nociones de Física y de Biología no deben ser reifica- allí donde un cierto número de rasgos propios de los seres
das. Las fronteras del mapa no existen en el territorio, humanos (finalidad, programa, comunicación, etc.) son in-
sino sobre el territorio, con alambres de púa y aduaneros. cluidos en el objeto-máquina. Emerge, sobre todo, a partir
Si el concepto de Física se agranda, se complejiza, todo es, de la auto-organización, cuando autonomía, individuali-
entonces, Física. Digo, entonces, que la Biología, la Socio- dad, complejidad, incertidumbre, ambigüedad, se vuelven
logía, la Antropología, son ramas particulares de la Física; los caracteres propios del objeto. Cuando, sobre todo, el
asimismo, si el concepto de, Biología se agranda, se com- término «auto» lleva en sí la raíz de la subjetividad.

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Se puede concebir que, desde entonces, sin que hubie- ciende una tercera etapa, epistemológica: la de las relacio-
ra un abismo epistemológico infranqueable, la auto-refe- nes entre el sujeto y el objeto.
rencia llevará a la conciencia de sí, que la auto-reflexivi- A partir de entonces, llegamos, sin duda, al punto
dad llevará a la reflexión, en suma, a que aparecieran «sis- crucial de la Física y de la Metafísica de occidente que,
temas dotados de una capacidad de auto-organización tan desde el siglo xvii funda a una y otra, al mismo tiempo que
elevada como para producir una misteriosa cualidad lla- las opone irreductiblemente.
mada conciencia de sí (conciousness or self-awareness)».8
En efecto, la ciencia occidental se fundó sobre la eli-
Pero el sujeto emerge también en sus características minación positivista del sujeto a partir de la idea de que
existenciales que, desde Kierkegaard, han sido subraya- los objetos, al existir independientemente del sujeto, po-
das. Lleva en sí su individualidad irreductible, su suficien- dían ser observados y explicados en tanto tales. La idea de
cia (en tanto ser recursivo que se envuelve siempre sobre universo de hechos objetivos, liberados de todo juicio de
sí mismo) y su insuficiencia (en tanto que ser «abierto» in- valor, de toda deformación subjetiva, gracias al método ex-
decidible en sí mismo). Lleva en sí la brecha, la fragmen- perimental y a los procedimientos de verificación, ha per-
tación, la pérdida, la muerte, el más allá. mitido el desarrollo prodigioso de la ciencia moderna.
Así es que nuestro punto de vista cuenta con el mun- Ciertamente, como tan bien lo definiera Jacques Monod,
do y reconoce al sujeto. Más aún, presenta a uno y otro de se trata aquí de un postulado, es decir, de una posición
manera recíproca e inseparable: el mundo no puede apare- acerca de la naturaleza de lo real y del conocimiento.
cer como tal, es horizonte de un eco-sistema 'del eco-siste- Dentro de ese marco de referencia, el sujeto es, o bien
ma, horizonte de la physis, no puede aparecer si no es para el «ruido», es decir, la perturbación, la deformación, el
un sujeto pensante, último desarrollo de la complejidad error, que hace falta eliminar a fin de lograr el conoci-
auto-organizadora. Pero tal sujeto no ha podido aparecer miento objetivo, o bien el espejo, simple reflejo del univer-
más que al término de un proceso físico a través del cual se
ha desarrollado a través de mil etapas, siempre condicio- so objetivo.
nado por un eco-sistema volviéndose cada vez más rico y El sujeto es rechazado, como perturbación o como rui-
vasto, el fenómeno de la auto-organización. El sujeto y el do, precisamente porque es indescriptible según los crite-
objeto aparecen así como las dos emergencias últimas, in- rios del objetivismo: «No hay nada en nuestras teorías ac-
separables de la relación sistema auto-organizador/eco- tuales del pensamiento que nos permita distinguir lógica-
sistema. mente entre un objeto como una piedra y un sujeto como
unidad de conciencia, el cual aparece sólo como un seudo-
Ahora bien, se puede entender que sistemismo y Ci- objeto si lo ubicamos en el cuerpo de un animal o de un ser
bernética son algo así como la primera etapa de una nave humano y lo llamamos Ego.» 9 El sujeto se vuelve fantasma
espacial que permite el lanzamiento de una segunda eta- del universo objetivo: «Es la misteriosa X que desafía la
pa, la teoría de ¡a auto-organización, la cual, a su vez, en- descripción en términos de predicados aplicables a un ob-
jeto contenido en el Universo.»

8. G. Gunther, «Cybernetical Ontology and transjunctionnal Opera- 9. G. Gunther, op. cit., p. 383.
tions», en Yovitz, Jacobi, Goldstein (ed.), Self-organizing Systems, Spartan
Books, Washington, 1960, p. 331. 10. Íbid., p. 351.

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Pero, rechazado de la ciencia, el sujeto se toma revan- parte de la realidad oculta por el objeto lleva nuevamente
cha en el terreno de la moral, la Metafísica, la ideología. hacia el sujeto, la parte de la realidad oculta por el sujeto,
Ideológicamente, es el soporte del humanismo, religión del lleva nuevamente hacia el objeto. Aún más: no hay objeto
hombre considerado como el sujeto que reina o debiera rei- si no es con respecto a un sujeto (que observa, aísla, defi-
nar sobre un mundo de objetos (a ser poseídos, manipula- ne, piensa), y no hay sujeto si no es con respecto a un am-
dos, transformados). Moralmente, es el sitial biente objetivo (que le permite reconocerse, definirse, pen-
indispensable de toda Ética. Metafísicamente, es la sarse, etc., pero también existir).
realidad última o primera que reubica al objeto como un El objeto y el sujeto, librados cada uno a sí mismo, son
pálido fantasma o, en el mejor de los casos, un espejo conceptos insuficientes. La idea de universo puramente
lamentable de las estructuras de nuestro entendimiento. objetivo está privada no solamente de sujeto sino también
Desde todos esos aspectos, gloriosa o vergonzosamen- de ambiente, de más allá: es una idea de una extrema po-
te, implícita o abiertamente, el sujeto ha sido transcenden- breza, cerrada sobre sí misma, que no reposa sobre nada
talizado. Excluida del mundo objetivo, «la subjetividad o que no fuera el postulado de la objetividad, rodeada por un
conciencia (ha sido identificada) con el concepto de algo vacío insondable que tiene en su centro, allá donde está el
transcendental que viene del Más Allá» (Gunther). Rey del pensamiento de este universo, otro vacío insondable. El
Universo, huésped del Universo, el sujeto se despliega en- concepto de sujeto, ya sea obstaculizado a nivel empírico,
tonces en el reino no ocupado por la ciencia. A la elimina- ya sea hipertrofiado a nivel transcendental, está a su vez
ción positivista del sujeto le responde, desde el polo opues- desprovisto de un ambiente y, aniquilando al mundo, se
to, la eliminación metafísica del objeto, el mundo objetivo encierra en el solipsismo.
se disuelve en el sujeto que piensa. Descartes es el primero
Así aparece la gran paradoja: sujeto y objeto son in-
que hizo surgir en toda su radicalidad esa dualidad que
disociables, pero nuestro modo de pensar excluye a uno u
habría de marcar al Occidente moderno, postulando alter-
otro, dejándonos solamente libres de elegir, según el mo-
nativamente al universo objetivo de la res extensa, abierto
mento de la travesía, entre el sujeto metafísico y el obje-
a la ciencia, y el cogito subjetivo, irreductible primer prin-
to positivista. Y cuando el sabio elimina de su espíritu
cipio de realidad.
las ansiedades de su carrera profesional, los celos y las
Luego, efectivamente, la dualidad del objeto y del suje- rivalidades profesionales, su mujer y su amante, para in-
to se plantea en términos de disyunción, de repulsión, de clinarse sobre las cobayas, el sujeto súbitamente se anu-
anulación recíproca. El encuentro entre sujeto y objeto anu- la, configurando un fenómeno tan sin precedentes que se-
la siempre a uno de los dos términos: o bien el sujeto se meja el pasaje de un universo a otro a través de un hipe-
vuelve «ruido» (noise), falto de sentido, o bien es el objeto, en respacio en un relato de ciencia-ficción. Siendo el sujeto
última instancia el mundo, el que se vuelve «ruido»: que im- el reducto del conocimiento objetivo, se vuelve «ruido»,
porta el mundo «objetivo» para quien entiende al imperativo porque es el observador, el sabio mismo... Este observa-
categórico de la ley moral (Kant), para quien vive el temblor dor, este sabio que trabaja, precisamente, sobre el objeto,
existencial de la angustia y de la búsqueda (Kierkegaard). ha desaparecido. El gran misterio, a saber, que la objeti-
Si bien esos términos disyuntivos/repulsivos se anu- vidad científica deba necesariamente aparecer en el espí-
lan mutuamente, son, al mismo tiempo, inseparables. La ritu de un sujeto humano, es completamente eludido,

cc 67
descartado o estúpidamente reducido al tema de la con- al sujeto, la indeterminación se vuelve, entonces, riqueza,
ciencia refleja. bullir de posibilidades, ¡libertad! Y así toma forma el para-
Ahora bien, este tema del reflejo es, sin embargo, mu- digma clave de Occidente: el objeto es lo cognoscible, lo de-
cho más rico que lo que pudiera parecer, apenas dejamos terminable, lo aislable y, por lo tanto, lo manipulable. Con-
de aplicar la solución del avestruz a una contradicción evi- tiene la verdad objetiva y, en ese caso, es todo para la cien-
dente.Trae a colación la paradoja del doble espejo. En cia, pero al ser manipulable por la técnica, es nada. El su-
efecto, el concepto positivista de objeto hace de la concien- jeto es lo desconocido, desconocido por indeterminado, por
cia una realidad (espejo) y, al mismo tiempo, una ausencia espejo, por extraño, por totalidad. Así es que en la ciencia
de realidad (reflejo). Y se puede, efectivamente, afirmar de Occidente, el sujeto es el todo-nada; nada existe sin él,
que la conciencia, de manera sin duda incierta, refleja al pero todo lo excluye; es como el soporte de toda verdad
mundo: pero si el sujeto refleja al mundo, eso puede tam- pero, al mismo tiempo, no es más que «ruido» y error frente
bién significar que el mundo refleja al sujeto. ¿Por qué al objeto.
«nuestro Ego que experimenta, persiste y piensa no se ha-
lla por ninguna parte en nuestra visión del mundo (world Nuestro curso ha sido guiado, por una parte, por la
picture)»? se preguntaba Schrödinger. Y se respondía que microfisica donde sujeto y objeto se vuelven mutuamente
era «porque él mismo es esa visión del mundo; es idéntico relacionados, aunque permanecen incongruentes uno para
con el todo y no puede, entonces, ser contenido como una el otro, por otra parte, por la Cibernética y el concepto de
parte de ese todo».11 Así es que el objeto puede ser espejo auto-organización. Ya nos hemos desenraizado de la alter-
para el sujeto tanto como el sujeto para el objeto. Y nativa determinismo/azar porque el sistema auto-organi-
Schrödinger muestra el rostro doble de la conciencia del zador tiene necesidad de la indeterminación y del azar
sujeto: «Por una parte, es el teatro, el único teatro donde el para su propia auto-determinación. Del mismo modo esca-
conjunto del proceso del mundo tiene lugar, por la otra, es pamos de la disyunción y de la anulación del sujeto y del
un accesorio insignificante que puede estar ausente sin objeto porque hemos partido del concepto de sistema
afectar para nada al conjunto.» ` abierto, que implica en sí mismo, ya en su carácter más
elemental, la presencia consustancial del ambiente, es de-
cir, la interdependencia sistema eco-sistema.
Finalmente, es interesante subrayar que la disyun-
ción sujeto/objeto, haciendo del sujeto un «ruido», un Si parto del sistema auto-eco-organizador y lo remon-
«error», producía, al mismo tiempo, la disyunción entre el to, de complejidad en complejidad, llego finalmente a un
determinismo, propio del mundo de los objetos, y la inde- sujeto reflexivo que no es otro que yo mismo que trato de
terminación que se volvía lo propio del sujeto. pensar la relación sujeto-objeto. E inversamente, si yo par-
Dependiendo de que uno valorice al objeto, se valori- to de ese sujeto reflexivo para encontrar su fundamento o,
za, al mismo tiempo, al determinismo. Pero si uno valoriza al menos, su origen, encuentro mi sociedad, la historia de
esa sociedad en la evolución de la humanidad, el hombre
auto-eco-organizador.
11. E. Shrödinger, Mind and Matter, Cambridge University Press,
1959, p. 52.
Así es que el mundo está en el interior de nuestro es-
píritu, el cual está en el interior del mundo. En ese proce-
12. Íbid., p. 64. so, sujeto y objeto son constitutivos uno del otro. Pero eso
no arriba a una visión unificadora y armoniosa. No pode- menos que, hasta entonces, podían parecer contradictonos»
mos escapar a un principio de incertidumbre generaliza- (Niels Bohr).13
da. Así como en microfísica el observador perturba al obje-
to, el cual perturba su percepción, así también las nocio-
nes de objeto y de sujeto son profundamente perturbadas Coherencia y apertura epistemológica
una por la otra: cada una abre una brecha en la otra. Hay,
lo veremos, una incertidumbre fundamental, ontológica,
El esfuerzo teórico cuyo movimiento indicamos,
sobre la relación entre el sujeto y el ambiente, que sólo
trabajando naturalmente sobre la relación sujeto-objeto,
puede resolverse por una decisión ontológica absoluta (fal-
trabaja, al mismo tiempo, sobre la relación entre el
sa) sobre la realidad del objeto o la del sujeto. Una nueva
investigador (en este caso yo mismo) y el objeto de su
concepción emerge tanto de la relación compleja del sujeto
conocimiento: al traer consustancialmente un principio de
y del objeto, como del carácter insuficiente e incompleto de
incertidumbre y de autoreferencia, trae consigo un
una y otra noción. El sujeto debe permanecer abierto, des-
principio auto-crítico y auto-reflexivo; a través de esos dos
provisto de un principio de decidibilidad en sí mismo; el
rasgos, lleva ya, en sí mismo, su propia potencialidad
objeto mismo debe permanecer abierto, por una parte so-
epistemológica.
bre el sujeto, por otra parte sobre su ambiente, el cual, a
su vez, se abre necesariamente y continúa abriéndose más La epistemología tiene necesidad de encontrar un
allá de los límites de nuestro entendimiento. punto de vista que pueda considerar nuestro propio cono-
cimiento como objeto de conocimiento, es decir, una meta-
Esta restricción de conceptos, esta fisura ontológica, punto de vista, como en el caso en que un meta-lenguaje se
esta regresión de la objetividad, del determinismo, pare- constituye para considerar al lenguaje devenido objeto. al
cen aportar, como primer fruto, la regresión general del co- mismo tiempo, este meta-punto de vista debe permitir la
nocimiento, la incertidumbre... a uto-consideración crítica del conocimiento, enriqueciendo lit
Pero esta restricción necesaria es un estímulo para el reflexividad del sujeto cognoscente.
conocimiento. El error ontológico era el de dejar cerrado, Aquí, podemos esbozar el punto de vista epistemológico
es decir, petrificado, los conceptos de base de la ciencia (y que permite controlar, es decir, criticar, trascender y
de la Filosofía). Hace falta, por el contrario, abrir la posibi- reflexionar sobre nuestra teoría.
lidad de un conocimiento a la vez más rico y menos cierto. Es también el punto de vista que nos sitúa eco-
Se puede extrapolar, al conjunto de la ciencia, y más am- sistémicamente al tomar conciencia de las
pliamente al problema del conocimiento, lo que Niels Bohr determinantes/condicionamientos del ambiente. Es
había dicho después de la introducción del quántum en necesario considerar:
microfísica: «Al principio, esta situación pudiera parecer
muy lamentable; pero a menudo en el curso de la historia
a) el punto de vista que, situándonos en el eco-
de la ciencia, si bien los nuevos descubrimientos revelaron
sistema natural, nos incita a examinar los caracteres
los límites de ideas cuyo valor universal nunca se había
biológicos <del conocimiento; esta Biología del conocimiento se
cuestionado, fuimos recompensados: nuestra visión se ex-
ocupa, evidentemente, de las formas cerebrales a priori
pandió, y nos volvimos capaces de conectar entre sí fenó-
constitu-

13. N. Bohr, Lumière et vie, Congrés international de thérapie par la


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