Primer Parcial de Filosofía Latinoamericana y Uruguaya Tarea 1

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Antonio Bentura 5.229.

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Primer Parcial de Filosofía Latinoamericana y Uruguaya Tarea 1:

B.1.i: Yamandú Acosta, “Estudio preliminar del Ariel de José Enrique Rodó”, en
José Enrique Rodó, Ariel, Buenos Aires: El Andariego, 2005, pp. 5-30

El “Ariel” de Jose Enrique Rodo es una de las obras fundadoras de lo que podemos
llamar, en términos de Ardao, filosofía latinoamericana y también filosofía de lo
latinoamericano, esta si bien está fuertemente inspirada en la literatura y filosofía
europea (solo con ver los nombres de los personajes de la obra que son los mismos de
“La Tempestad” de Shakespeare, podemos notarlo) empieza a configurar un trabajar
filosófico y literario propio, influenciado por el modernismo de autores como Víctor
Hugo y por el estilo ensayístico de autores como Jose Martí.

Yamandu Acosta entiende que su presentación del “Ariel” va a expresarse bajo la


forma de un panfleto civil, como lo fue también el propio Ariel, entendiendo por
panfleto según las palabras de Carlos Pereda, como un escrito que mientras por un lado
defiende con ánimo un determinado punto con ese mismo ánimo ataca otros puntos, lo
que puede generar según Pereda hacia los panfletos un cierto escepticismo a la par que
una reacción violenta, es por esto que se añade el término “civil” a la ecuación, que da
al panfleto un tono más mesurado y una cierta búsqueda de transformar sus ataques en
argumentos.

Es en el contexto histórico del 1900 en el que EEUU toma las ultimas colonias
españolas en el Caribe sin liberarlas donde según Acosta, Rodo configura un
recomienzo de la Filosofía latinoamericana a través del Ariel, pero este recomienzo no
está basado en exclusivamente en estas condiciones históricas que ponen a
Latinoamérica como algo distinto de Europa y la otra América y casi que en una
oposición conflictiva con estas, el comienzo que implica el Ariel para la Filosofía
latinoamericana radica en la configuración de un sujeto que es para Roig lo que
significa dar comienzo a la filosofía, la configuración de un “a priori antropológico”
realizar una crítica de lo que es el ser latinoamericano, entendiéndose como una
convergencia de culturas que constituyen un sujeto nuevo, es entonces cuando nos auto
construimos como sujetos y nos colocamos como importantes que comienza la filosofía.
Es entonces que se ve el valor de la obra de Rodo para este fin, Yamandu Acosta
establece un paralelismo entre Prospero y sus alumnos y el propio Rodo con la juventud
americana (a quienes nos viene dedicado el Ariel) donde un viejo maestro guía a la
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juventud latinoamericana que si bien puede resultar excesivamente vertical no por eso
deja de ser una configuración del sujeto filosófico y también político de la juventud
latinoamericana, quien entonces después de este nacimiento y bautismo será la
encargada de desarrollarse a sí misma como sujeto.

El Ariel cumple entonces, dice Yamandu Acosta, una función utópica sin tratarse de
una obra utópica, esto se debe a un triple carácter de la obra: critico-regulador, liberador
del determinismo legal y anticipador del futuro.

Ariel es crítica-reguladora al oponerse a los valores utilitarios, la proliferación de la


sensualidad y el abandono de la reflexión y contemplación que se ven en la sociedad
norteamericana y europea, valores representados por Calibán y que parecen preocupar a
Prospero (que debemos entender como contraparte de Rodo) por su manifestación en
Latinoamérica como imitación de Europa y EEUU. Por otro lado la obra es liberadora
de un determinismo legal al oponer a esta la idea de la esperanza, esperanza que debe
tener la juventud en ella misma, al ser ellos los únicos capaces de transformar la
realidad latinoamericana y es con esta esperanza en la transformación que se da su
carácter anticipador del futuro, al percibirse los enemigos del proyecto transformador
latinoamericano y verse los valores que deben regirse se expresan las características que
estas semillas darán en un futuro florecimiento de Latinoamérica.

Acosta da cuenta entonces de un posible problema en los postulados democráticos


que parecen encontrarse en el Ariel, al dirigirse Rodo a la juventud, no hace otra cosa
que realmente dirigirse a la juventud letrada que pueda entender su mensaje, el gran
problema es entonces la desaparición de ciertos valores culturales que existe en la
comunidad letrada que se ve igualada en la democracia a los valores mundanos de la
sociedad mayoritariamente iletrada, ante esta dualidad democracia-alta cultural, Rodo
no se decide por ninguna de estas 2 y propone que la desaparición de las infundadas
desigualdades jurídicas den lugar a una manifestación de las desigualdades culturales y
morales, mediante las cuales Rodo entiende que aquellos en una posición superior
sirvan de guías espirituales sin que con esto se imponga su voluntad en términos
jurídicos, es de esta forma Rodo entiende que el sujeto se legitima mediante la
democracia y este legitima a su vez la democracia. Fundando esta democracia en los
valores igualitarios del cristianismo y en el respeto por la jerarquía y la alabanza del
genio en las sociedades clásicas.
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Finalmente Yamandu explica los límites del Ariel como panfleto civil contra la
eticidad utilitarista que ha continuado su expansión en América Latina, Yamandu
propone entonces reconstruir los valores utilitaristas no ya como cálculo de intereses
privado sino la búsqueda de la utilidad común, el desarrollo ya no de una espiritualidad
a la par de una materialidad como la entendía Rodo sino entendiendo la primera como
parte de la segunda, de esta forma Yamandu Acosta propone una eticidad alternativa,
que si bien supera ampliamente las críticas de rodo al utilitarismo sigue sin embargo
estando fundada en esa construcción del sujeto latinoamericano que se retrotrae a Rodo.

Tal vez valga preguntarse por el valor real que tienen los postulados que Yamandu
Acosta retoma del Ariel de Rodo, hasta qué punto los valores de la obra no se oculta en
la belleza estilística y la pomposidad una cierta falta de teoría política que a mi entender
es fundamental para diagnosticar la condición de Latinoamérica y si no será que por esta
inocencia teórica no resulta ser finalmente una obra efectivamente utópica, a diferencia
de lo que dice Acosta, no por la realizabilidad o irrealizabilidad de sus propuestas sino
por una falta total de una dirección política concreta, lo que a mí entender no busca
configurar un sujeto latinoamericano sino que acaba por hablarle a un reducidísimo
sector de esta, lo que si bien Yamandu nota no por eso reniega de la idea de Rodo como
fundador de la idea de sujeto latinoamericano y creo que esto ocurre incluso
entendiendo que es posible la configuración de un panfleto que efectivamente de con la
configuración de un sujeto político real, cosa en la que a mi entender Rodo por elitista
fracasa totalmente.

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