El Efecto Devolutivo en El Recurso de Apelacion

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El efecto devolutivo en el recurso de apelación

Rama del Derecho: Derecho Procesal Civil. Descriptor: Recursos.


Palabras Clave: Doctrina, Modos de conceder la apelación, Efectos de la apelación, Efecto
devolutivo.
Fuentes: Doctrina y Normativa. Fecha de elaboración: 04/06/2014.

El presente documento contiene doctrina y normativa sobre el efecto devolutivo del


recurso de apelación. Se considera la doctrina del Tratadista Hugo Alsina y los juristas
nacionales Dr. Olman Arguedas y el Dr. Jorge López González, de quienes se cita el efecto
devolutivo en el recurso de apelación.

Contenido
DOCTRINA ............................................................................................................................................................... 2
1. Modos de concederse la apelación (3.1.8.3.6) ................................................................................. 2
2. Apelación, Efectos ....................................................................................................................................... 3
3. Recurso de Apelación ................................................................................................................................ 4
NORMATIVA ........................................................................................................................................................... 8
ARTÍCULO 569.- Efecto devolutivo........................................................................................................... 8

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DOCTRINA

1. Modos de concederse la apelación (3.1.8.3.6)

[Alsina]i

a) Los efectos del recurso, así como la manera de sustanciársele ante el Tribunal de
segunda instancia, varían según que se le conceda en ambos efectos (suspensivo y
devolutivo), o sólo en el efecto devolutivo, y también libremente o en relación (CPr, art
47). Estos conceptos requieren una explicación previa.

b) Sabido es que en Roma la jurisdicción residía en el príncipe y que los jueces la ejercían
como delegados suyos, de tal manera que al tener por objeto la apelación reparar los
agravios que la sentencia ocasionaba al apelante, la interposición del recurso impedía su
cumplimiento porque la jurisdicción del juez quedaba en suspenso al devolverla al
príncipe en cuyo nombre la ejercía. Más tarde, el derecho canónico, al advertir que en
ciertos casos de urgencia la suspensión del cumplimiento de la sentencia podría ocasionar
perjuicios irreparables, como en la prestación de alimentos, mandó que en ellos se
devolviera la jurisdicción sin suspenderse la ejecución. Desde entonces la apelación fue
devolutiva por esencia y suspensiva por naturaleza, de tal manera que el efecto suspensivo
no puede existir por sí sólo, sino que lleva tras de sí el devolutivo.

c) Ordinariamente, pues, la apelación produce ambos efectos, devolutivo y suspensivo,


porque devuelve la jurisdicción al superior y suspende la ejecución de la resolución
apelada. Excepcionalmente, la ley permite que se conceda con sólo efecto devolutivo,
ejecutándose la sentencia mientras no sea revocada por el superior.

d)El efecto suspensivo es, pues, una consecuencia normal de la devolución de jurisdicción
y de aquí que, pendiente la apelación, nada pueda hacer de nuevo en la causa el inferior.
"Tenemos por bien et mandamos —dice la ley 26, tít 23, partida 3—, que mientras que el
pleito anduviere ante el juzgador de alzada, que el otro juez de quien se alzaron, non faga
ninguna cosa de nuevo en el pleito ni en aquello sobre que fue dado el juicio". Todo lo que
en contravención a esta ley hiciere el juez inferior en la causa, daba lugar al recurso de
atentado y debía revocarse por el mismo juez o por el superior (Curia Filípica, part 5 párr
1, núm 30); pero como este recurso no existe en nuestra legislación, puede alegarse la
nulidad de esas actuaciones por vía de incidente, o interponiendo el recurso de nulidad
ante el superior.

f) La suspensión se refiere sólo a la resolución apelada, pues el juez continúa ejerciendo la


jurisdicción respecto de las demás cuestiones, mientras no se eleven los autos al superior
para la sustanciación del recurso, siempre que para ello no deba fundarse en dicha
resolución; así, por ejemplo, la apelación de una medida de prueba no suspende la
recepción de las pruebas restantes.

g) El trámite del recurso en segunda instancia varía según que se le conceda libremente o
en relación. En el primer caso, la cuestión resuelta por el inferior se discute nuevamente
por las partes ante el superior, y hasta puede producirse prueba respecto de la misma
dentro de ciertas restricciones. En el segundo, el tribunal se pronuncia teniendo en cuenta
únicamente las actuaciones producidas ante el inferior.66 De esta materia nos
ocuparemos nuevamente al estudiar el procedimiento en segunda instancia.

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De lo expuesto resulta que la distinción entre efecto suspensivo o devolutivo, y recurso
concedido libremente o en relación, se funda en conceptos independientes, refiriéndose el
primero al cumplimiento de la providencia apelada y el segundo a la manera de conocer el
recurso por el superior; de modo que una apelación concedida libremente o en relación
puede serlo en ambos efectos o sólo en efecto devolutivo.
h) El código ha sentado un principio general que permite resolver los casos de duda. Dice
el art 48: "Procederán en ambos efectos en todos los casos en que esté expresamente
prevenido que se admitan en un solo, y procederán libremente siempre que no esté
prevenido que se otorguen en relación". Veremos en seguida que el código fija luego reglas
más precisas, mandando que las apelaciones de sentencias definitivas se concedan
libremente y en ambos efectos, y las de las interlocutorias también en ambos efectos, pero
sólo en relación, con las excepciones que luego examinaremos.

i) "La apelación de sentencia definitiva se otorgará libremente y en ambos efectos, a no ser


que el interesado pida que se conceda sólo en relación. Exceptúanse los casos en que la ley
disponga lo contrario" (art 229). Se trata de un derecho concedido al apelante, quien no
sólo puede renunciar al recurso, sino limitarlo pidiendo que se le otorgue en relación; pero
si el juzgado lo concediese en relación, debiendo concederlo libremente, puede reclamarse
en segunda instancia, de acuerdo con el art 270. Entre los casos en que la ley determina
que el recurso se conceda en relación y con efecto devolutivo, pueden citarse: la sentencia
de trance y remate cuando es condenatoria y el ejecutante da fianza (art 501); la que
rechaza la oposición a la ejecución de sentencia (art 540); y la que concede alimentos y
litis-expensas (art 605).

J) "La de autos interlocutorios se concederá también en ambos efectos, pero sólo en


relación, a excepción de los casos en que, por disposición de esta ley, deba otorgarse en un
solo efecto" (art 230). La primera parte del artículo tiene diversas aplicaciones expresas
en el código, y, así, debe concederse en relación y en ambos efectos el auto que resuelve
excepciones previas (art 94); que resuelve la oposición de la apertura de la causa a prueba
(art 106); que concede o deniega un pedido de término extraordinario (art 115); que
declara haber o no lugar al oficio de inhibitoria (art 416); que no hace lugar al embargo
preventivo (art 453); que deniega el pedido de ejecución (art 472); en la ejecución de
sentencia (art 547); etcétera.

En cambio, por disposición expresa del mismo código, procede en relación, pero sólo con
efecto devolutivo, la providencia que decreta un embargo (art 452); el auto que conceda el
término extraordinario de prueba (ley 4128, art 10); que concede un recurso
extraordinario ante la Corte suprema cuando la sentencia de segunda instancia es
confirmatoria de la de primera instancia (ley 4055, art 7o); etcétera.

2. Apelación, Efectos

[Arguedas Salazar]ii

Se mantiene en el código la división bipartida en cuanto a los efectos de la apelación:


suspensivo y devolutivo, o ambos efectos y un sólo efecto que es lo mismo. La terminología
se ha conservado porque en la práctica no ha ofrecido problemas. Sin embargo, hubiera
sido preferible haber designado al devolutivo como efecto no suspensivo, y entonces, al
admitirse una apelación lo sería con efecto suspensivo, o en su caso, sin efecto suspensivo.
De esta forma hubiera quedado descrita con más claridad la situación que se presenta en

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relación con la competencia del juez y con la resolución recurrida, para los efectos de su
posibilidad o no de su ejecución, por estar recurrida en segunda instancia. Pero repito, la
terminología que se conserva no ha ofrecido problemas prácticos y esta fue la razón por la
que se mantuvo. Bueno es indicar que en términos generales cuando se admite la
apelación en el efecto devolutivo la resolución recurrida puede ejecutarse, y el efecto
contrario se produce cuando se admite en el efecto suspensivo. Pero existe una diferencia
que es necesario mencionar y que consiste en que tratándose de sentencias de procesos
que no son ordinarios, y los autos en que se ordene entregar sumas de dinero, o entregar
otra clase de bienes, o se ordene cumplir con una obligación de hacer, para su ejecución no
obstante la apelación, es necesario garantizar las resultas. Tal es la norma contenida en el
párrafo 3o. del artículo 563. Esta ejecución provisional se introdujo como institución
nueva en relación con las sentencias de segunda instancia recurridas en Casación, como lo
prevé el artículo 599.

El cambio de efecto previsto en el artículo 571 ocurre sólo cuando el efecto en el que ha
sido admitida la apelación ha sido equivocado por el a quo.

3. Recurso de Apelación

[López González]iii

El recurso de apelación es el típico recurso devolutivo, porque para su resolución el


expediente se envía al Superior. Este recurso tiene lo que podríamos denominar una etapa
de admisión que se agota ante el Juez de Primera Instancia. El escrito se presenta al mismo
órgano jurisdiccional que dictó el pronunciamiento, es decir, el de primera instancia (559
párrafo 2o). Una vez presentado el escrito de apelación, el Juez que dictó la resolución que
se impugna, determina si el recurso es admisible. Para ello, debe en primer lugar, revisar si
el recurso fue interpuesto en tiempo. Posteriormente, deberá determinar si el recurrente
tiene interés, porque sólo puede apelar la parte a la que la resolución le haya resultado
desfavorable. En otras palabras, una resolución no pue-de ser apelada por aquel a quien le
es favorable, sea porque se le ha concedido lo pedido o porque lo resuelto no tiene nada
que ver con esa persona (561). Si el escrito se presentó en tiempo y al apelante le asiste el
interés, lo siguiente que debe hacer el Juez es revisar si la resolución se encuentra dentro
de las que la normativa identifica como susceptibles del recurso de apelación. Si se
cumplen esos tres presupuestos, el juez de primera instancia debe admitir el recurso de
apelación y ordenar el envío del expediente al Superior para que resuelva si mantiene,
modifica o anula lo resuelto por el de primera instancia. Se da así, lo que se denomina
apertura de la segunda instancia, es decir, que ante el Superior se abre un procedimiento
para el conocimiento del recurso, que incluye en supuestos excepcionales la admisión de
prueba.

Todas las sentencias y los autos con carácter de sentencia, son susceptibles de ser
impugnadas mediante el recurso de apelación. En cuanto a los autos rige algún tipo de
limitación. Aunque son muchos los que admiten ese recurso, el Código señala expresa-
mente cuáles autos gozan de apelación. Para ello se establece un complejo sistema
dependiendo en unos casos de los efectos del pronunciamiento, en otros del tipo de
proceso y hasta de si el proceso es de menor o de mayor cuantía. Por todo el Código hay
resoluciones a las que expresamente se les señala como apelables (véase lo dicho en las
generalidades sobre este recurso). Para el proceso sumario se establece una lista de
resoluciones apelables en el artículo 435. Para el proceso abreviado se establece una lista
de resoluciones apelables en el artículo 429. En el artículo 560 se establece otra lista de
resoluciones apelables que se ha entendido como de carácter general, es decir, aplicable a

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todos los procesos. Finalmente, cuando se trata de procesos de menor cuantía, sólo cabe
apelación en los supuestos que señala el artículo 429 (428 párrafo 2o).

El plazo para interponer el recurso de apelación depende del tipo de resolución y de si el


proceso es de mayor o de menor cuantía. En los procesos de menor cuantía el plazo para
recurrir es de tres días (430).- En los procesos de mayor cuantía depende del tipo de
resolución. Si se trata de un auto, el plazo para apelar es de tres días (558 y 559). Si se
trata de un auto con carácter de sentencia o de una sentencia el plazo para apelar es de
cinco días (559).-

Este recurso de apelación debe formularse por escrito. Si se trata de un auto es


indispensable que sea debidamente fundamentado, es decir, que se indiquen claramente
los motivos de inconformidad. Si no tiene un razonamiento adecuado, es rechazado de
plano (559 párrafo final). Si se trata de un auto con carácter de sentencia o de una
sentencia, basta con que se diga que se apela y se indique claramente la resolución
recurrida, sin que se de ningún tipo de fundamento. Ello porque el Código Procesal Civil
omitió establecer la fundamentación como requisito para apelar de ese tipo de
resoluciones. Normalmente, cuando se trata de auto-sentencias o sentencias se indica que
ante el Superior se expresarán los motivos de inconformidad. Actualmente, la
jurisprudencia costarricense ha dado un cambio radical en cuanto a los límites en el
conocimiento en la segunda instancia, al punto que si en un proceso civil se establece
recurso contra una sentencia y no se expresan agravios o la fundamentación del recurso es
escasa, se confirma la sentencia apelada. Al respecto se dijo: "El artículo 565 del Código
Procesal Civil señala que la apelación se considerará solo en lo desfavorable al recurrente,
lo que significa, por un lado, que el Superior no puede enmendar o revocar la resolución en
la parte que no sea objeto del recurso (prohibición de reforma en perjuicio). Pero también
la norma significa, que el Superior sólo puede enmendar o revocar lo resuelto por el juez a
quo, pero en el tanto forme parte de lo apelado y en el sentido en que lo haya apelado la
parte respectiva (como antecedentes que fijan o marcan pauta al respecto, las sentencias
de la Sala Constitucional números 5798-98 y 1306-99). Es por ello que existe
precisamente el plazo para expresar agravios y la obligación de hacerlo, a fin de que se le
pueda dar plena aplicación a la norma de comentario, e incluso para poder después ejercer
el recurso de casación respectivo (relación de los artículos 430, 559 párrafo último, 574,
575, 576, 594 inciso 7), 597, 598 párrafo segundo y 608 del Código Procesal Civil). Pero
además de lo anterior, este Tribunal también considera, siguiendo lo que la doctrina
jurisprudencia ha señalado al respecto, que interpretar el citado artículo 565 en forma
distinta a la indicada sería conculcatorio del principio de igualdad consagrado en el
artículo 33 de la Constitución Política, porque en aquellos casos donde hubieren varios
apelantes y unos hayan expresado agravios y otros no, con respecto a los primeros solo se
podría revisar el fallo en cuanto a lo que fue objeto de agravio (doctrina del artículo 155
del Código Procesal Civil), mientras que en relación con los segundos existiría la obligación
de revisar todos los extremos la sentencia, a pesar de que no hubo preocupación o
diligencia de su parte por señalar los motivos de disconformidad, en perjuicio de aquellos
que sí lo hicieron. El criterio que aquí se sostiene, es constante en la jurisprudencia
nacional y constituye una novedosa forma de acentuar el deber de las partes de colaborar
con la administración de justicia. Al respecto la Sala Primera de la Corte expresó: "...la
impugnación es un derecho en favor de la parte que se considera agraviada con lo
dispuesto en una resolución judicial. Es requisito, entonces, la existencia de un perjuicio en
su contra, de donde resulta la legitimación e interés para recurrir, al abrigo de lo
estipulado en el artículo 561 del Código Procesal Civil. El derecho a impugnar se
manifiesta en una pretensión dirigida al juez, enterándolo del deseo de combatir lo
resuelto. Como pretensión que es, requiere, también, de una declaración de voluntad
expresa tendiente a poner de manifiesto los aspectos que considera adversos a sus
intereses, contrarios a derecho o al mérito de los autos. De esta manera, al estimarse

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afectada debe tomar la iniciativa de dirigirse al Tribunal, instándolo al conocimiento del
recurso. Obviamente, se deben exteriorizar esos reproches, los cuales servirán, en el caso
del recurso de apelación, para que el órgano de alzada pueda resolver con plena
competencia. Las censuras delimitarán la actuación del juzgador de segunda instancia, en
este punto, como lo regula el artículo 565 del Código Procesal Civil al decir que: "El
superior no podrá, por lo tanto, enmendar o revocar la resolución en la parte que no sea
objeto del recurso, salvo que la variación, en la parte que comprenda el recurso, requiera
necesariamente modificar o revocar otros puntos de la resolución apelada". (El subrayado
no es del original). Es claro, así, que el superior ejerce su competencia en función del ruego
específico del recurrente, quien al expresar los motivos de inconformidad, fundamentando
con ello su interés en apelar, delimita el control que debe llevarse a cabo sobre lo decidido
por el juez de primera instancia, lo cual corresponde con la tesis moderna orientada hacia
una apelación limitada, en donde la revisión del primer proceso se realiza bajo estrictos
límites. El Tribunal Supremo Español, por ejemplo, ha señalado que la apelación tiene
como finalidad comprobar la exactitud o inexactitud de los resultados obtenidos en el
proceso. En la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil Española, del 6 de enero del 2000, este
tema se encuentra resuelto en forma muy concreta. Como en el proceso no se pueden
introducir asuntos nuevos, fuera de las excepciones o limites calificados, en segunda
instancia la actividad revisora debe limitarse a las mismas pretensiones, oposiciones,
pruebas y conclusiones. La doctrina reciente referida a dicha Ley (Bonet Navarro (Ángel).
Los Recursos en el Proceso Civil, Madrid, La Ley-Actualidad, S.A., 2000, p. 111) explica el
contenido de la decisión del superior otorgado por las partes para definir un cierto ámbito
de conocimiento, en función del mandato expreso del artículo 465.4, en punto a que el
Tribunal deberá pronunciarse "... sobre los puntos y cuestiones planteados en el recurso y,
en su caso, en los escritos de oposición, o impugnación". Desde esa perspectiva, un examen
oficioso de la sentencia impugnada, no sólo desbordaría las atribuciones del tribunal de
alzada, sino que afectaría la competencia, libertad y autoridad del juez de primera
instancia, pues aunque el recurrente no tome la iniciativa de exponer los motivos por los
cuales, a su juicio, le desfavorece lo re-suelto, podría modificarse a capricho del superior,
quien se sentiría con absoluta libertad de explorar cada detalle del asunto, limitándose tan
solo con la prohibición de reformar en perjuicio, pero esta prohibición, en su correcto
sentido, debe entenderse íntimamente relacionada con la imposibilidad de "enmendar o
revocar la resolución en la parte que no sea objeto del recurso", lo que presupone que el
apelante debe ser claro en indicar cuáles son esos aspectos que le resultan desfavorables.
Sería, pues, paradójico, que se examine en forma absoluta la resolución impugnada y se
pueda proceder con un margen mucho más amplio cuando el recurrente, negligentemente,
apela sin expresar agravios, frente a otros que, observando las normas mínimas de
diligencia, exponen censuras concretas, pues en tales casos sólo se revisará en orden a lo
rogado. Por principio general, entonces, todos los recursos deben estar debidamente
fundamentados, porque quien combate una resolución debe expresar los criterios de su
inconformidad. Cuando el recurso es planteado contra una sentencia este principio
adquiere exigencias mayores respecto de aquéllas con efecto no devolutivo, por cuanto el
inferior pierde la competencia sea para quedar radicada en el superior o para continuar
otro iter procesal para ser conocido por un nuevo órgano, tal es el caso de cuando la
sentencia de aquél gozare del recurso de casación. También, como principio general de los
recursos, está el deber del órgano de alzada de limitar su competencia a lo expresamente
combatido, ya que ella deriva de la impugnación, por ello se le señala como recurso en
relación. Siguiendo el principio de legalidad procesal, la doctrina más generalizada critica
la tesis minoritaria de otorgarse a sí misma una competencia mayor del análisis del
asunto, más allá de lo recurrido, porque en ese caso sería desbordada. La competencia
precisa la otorgan los reproches; consecuentemente, el superior no puede entrar a conocer
sobre ámbitos no rogados. En Costa Rica, el proceso sigue el principio dispositivo. Las
pretensiones, las oposiciones, el ofrecimiento de pruebas, las conclusiones son patrimonio
exclusivo de las partes. El principio inquisitivo es el opuesto, propio de los sistemas

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autoritarios y dictatoriales, donde el juez dispone sobre los alcances de la pretensión, las
posibilidades de las oposiciones (incluso defendiendo a una de las partes, bajo el
argumento de la defensa al más débil), y disponiendo de prueba no ofrecida por las partes
para la determinación de una cierta "verdad real" impuesta por el interés público.
Democráticamente, cada vez se sostiene más la necesidad de fortalecer el principio
dispositivo, apoyando al más débil de la relación procesal a través de diferentes
mecanismos, pues el sustento fundamental del juez es la imparcialidad, por tal razón no
puede variar las pretensiones y, en principio, disponer de prueba distinta a la ofrecida por
las partes. Existe hoy la corriente denominada "Garantismo Procesal" (en América Latina
encabezada por Adolfo Alvarado Velloso) cuya tesis es repudiar todo sistema procesal
autoritario. El primer resultado se encuentra en materia penal donde se pasó del sistema
inquisitivo al acusatorio; Otro tanto se intenta hacer en todas las materias distintas a la
penal, fundamentalmente desarrollando el principio del Derecho Romano Judex Secundum
llegata et probata partium decidere debet, el cual tantas veces ha citado nuestra Sala de
Casación. Ello implica que el juez sólo puede resolver, en el caso de la apelación, sobre lo
alegado por las partes y no le es dable pronunciarse sobre algo diferente.".- (Lo anterior es
un resumen, casi textual de lo dicho por la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia en
Resolución No.l95-f-02 de las dieciséis horas quince minutos del veinte de febrero del año
dos mil dos, criterio seguido por el Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda en sentencia
No. 385 de las 9:50 horas del 28 de setiembre de 2001, ambos órganos jurisdiccionales,
amparados en lo resuelto por la Sala Constitucional en sentencias números 5798-98 y
1306-99)."

Al admitir el recurso de apelación, el Juez de Primera Instancia debe indicar el efecto en


que lo admite (566). Lo relativo a los efectos en que puede ser admitido el recurso de
apelación en nuestra legislación, tiene importancia en la medida en que dependiendo de la
forma en que el recurso se admita, la apelación tendrá efectos manos o menos graves para
el procedimiento. El recurso puede ser admitido en efecto devolutivo o en efecto
suspensivo. La regla general es que la apelación se admite en el efecto devolutivo y la
admisión en efecto suspensivo es excepcional. En principio, parece que la admisión del
recurso en uno y otro efecto depende del tipo de resolución, pero ello no siempre es así.
Que se admita de una u otra forma, no depende sólo del tipo de resolución, también
depende de quien interpone el recurso. Esto se puede ver en el artículo 564, el que
dispone que la apelaciones en los procesos no contenciosos se admiten siempre en efecto
suspensivo si las interpone el promotor del asunto. Si la apelación es interpuesta por
cualquier otro que haya podido intervenir en el proceso (PANI), la apelación debe
admitirse en efecto devolutivo.

Como dije antes, la admisión de la apelación en efecto devolutivo es la regla general. Por
ello se dispone que salvo los casos expresamente comprendidos, los autos de todos los
procesos serán apelables por efecto devolutivo (563.2). También debe admitirse en ese;
efecto la apelación de todas las sentencias, excepto las dictadas en procesos ordinarios.

La admisión del recurso de apelación en efecto devolutivo (debería denominarse no


suspensivo) tiene las siguientes implicaciones:
No se suspende el cumplimiento de la resolución apelada, ni el curso del proceso.

Si se solicita la ejecución de la resolución apelada, a pesar de que fue recurrida, debe


dejarse un testimonio de piezas en el juzgado para ejecutar la resolución. Sin embargo,
para que proceda la ejecución es necesario que se rinda garantía (569). No dice el Código
que tipo de garantía, sin embargo es posible entender que debe rendirse por una suma
fijada prudencial- mente por el Juez, conforme a las normas generales que regu¬lan las
garantías (Derogado 283 que sirve para informar sobre el tema).

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La admisión de la apelación en efecto suspensivo es excepcional. Sólo se admite en efecto
suspensivo la apelación que se interponga contra la sentencia definitiva o auto con
carácter de sentencia en los procesos ordinarios (563.1).- La admisión del recurso de
apelación en efecto suspensivo, tiene las siguientes implicaciones para el procedimiento.

Se suspende la ejecución de la sentencia o auto recurrido, mientras no regrese el


expediente del superior.

Queda en suspenso la competencia del juez; sin embargo puede seguir conociendo:
- De los incidentes que se tramitan en pieza separada, que se hayan formado antes
de admitirse la apelación.
- De lo relativo a la administración, custodia y conservación de bienes embargados,
y de su venta, si hubiere peligro de pérdida o deterioro.
- De lo relativo a la seguridad y depósito de las personas. (Por ej. Menores).-
- De lo referente a la tramitación del recurso, a fin de poner el expediente en estado
de que se envíe al Superior.
- Del desistimiento del recurso, antes de que se envíe al Superior.
- De cualquier otra cuestión cuya urgencia lo amerite, a criterio del órgano
jurisdiccional que tuviere el expediente.

Cambio de Efecto

No dice el Código en qué casos las partes pueden pedir este cambio de efecto (571), sólo
dice que pueden hacerlo dentro del emplazamiento. Entendemos que si la parte apelante
quiere suspender el proceso, pedirá que la apelación se admita en efecto suspensivo; al
contrario, si la parte contraria -a quien se le denomina impropiamente apelada, tiene
interés en el que el proceso no se paralice, pedirá que la apelación sea admitida en efecto
devolutivo. En ambos casos la petición la resuelve el superior, obviamente cuando el
inferior la haya admitido en forma errónea cambiará el efecto. En muchos casos aunque la
legislación no lo establece expresamente, algunos superiores, aún sin gestión de parte
cambian el efecto de acuerdo a lo que dispone la ley, lo que me parece acertado.

NORMATIVA

ARTÍCULO 569.- Efecto devolutivo.

[Código Procesal Civil]iv

No se suspenderá el cumplimiento de la resolución apelada ni el curso del proceso, cuando


la apelación haya sido admitida en el efecto devolutivo. En este caso, si se tratare de
sentencia definitiva, se enviará el expediente al superior, pero si fuere solicitado dentro de
los tres días posteriores al plazo para apelar, deberá dejarse testimonio de las piezas
indispensablemente necesarias para ejecutarla, previa la garantía de resultas
correspondiente. El testimonio deberá ser expedido dentro del plazo de tres días
posteriores al otorgamiento de la garantía.

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i Alsina, Hugo (2008). Juicio Ordinario. Serie Clásicos de procedimientos civiles. Tomo I. Editorial
Jurídica Universitaria. Impreso en México. Páginas: 291-292.

ii Arguedas Salazar, Olman. (2002) Comentarios al Código Procesal Civil. Segunda Edición
actualizada. Editorial Juritexto. San José, Costa Rica. Páginas: 205-206.

López González, Jorge Alberto. (2007). Lecciones de derecho procesal civil: Volumen 1. Editorial
iii

Juricentro. San José, Costa Rica. Página 96-104.

ivAsamblea Legislativa. Ley 7130 del 16/08/1989. Código Procesal Civil. Fecha de vigencia desde
03/11/1989. Versión de la norma 9 de 9 del 04/12/2008. Gaceta número 208 del 03/11/1989.
Alcance: 35.

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