Amparo Cesar Nieves

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JUICIO DE AMPARO INDIRECTO

QUEJOSO: CESAR NIEVES CRUZ

C. JUEZ DE DISTRITO EN TURNO EN


NAUCALPAN DE JUAREZ, ESTADO DE
MEXICO.
P R E S E N T E.

CESAR NIEVES CRUZ, mexicano, mayor de edad, señalando como


domicilio convencional para oír y recibir citas y notificaciones
el ubicado en el CENTRO PENITENCIARIO Y DE REINSERCION SOCIAL DE
TLALNEPANTLA DE BAZ, ESTADO DE MEXICO. Autorizando para oírlas y
recibirlas en mi nombre y representación así como para exhibir,
recibir y recoger toda clase de documentos y valores, aún los de
carácter personal a los abogados a quienes se autoriza
expresamente en términos del artículo 12 DE LA LEY DE AMPARO,
desde este momento con todas las facultades que se otorgan con el
fin de que se restituyan las garantías individuales que se
encuentran conculcadas por la responsable, recayendo el
nombramiento en los Licenciados en Derecho FAUSTO MARTINEZ
GONZALEZ, JUAN CARLOS RODRIGUEZ CERDA Y JUANA JACQUELINE BERMUDEZ
GRANADOS asi como a la PD. DIANA MAGALI SALAZAR SALZAR, ASTRID
NOEMI ALCANTARA ORTEGA Y DULCE NAYELLI GUTIERREZ BOLAÑOS. Ante
Usted en forma respetuosa y en ese tenor, acto seguido el
suscrito gobernado y parte quejosa procede de forma respetuosa
ante su Usía a:

E X P O N E R

Que con fundamento en lo dispuesto por los


artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y demás relativos y aplicables de la
Ley de Amparo, por medio del presente escrito vengo a
demandar EL AMPARO Y PROTECCIÓN DE LA JUSTICIA FEDERAL, en
contra de las autoridades responsables y por el INTERNAMIENTO
EN EL CENTRO PENITENCIARIO Y DE REINSERCION SOCIAL DE
TLALNEPANTLA DE BAZ, ESTADO DE MEXICO, aun y cuando el delito
por el que se le sigue proceso es del Fuero Común y demás
actos de las autoridades que adelante se precisan; por lo
cual y para la procedencia de la misma, de conformidad a lo
señalado por el artículo 108 de la Ley de amparo y se
realizan los siguientes señalamientos:

I.- NOMBRE Y DOMICILIO DEL QUEJOSO: CESAR NIEVES CRUZ, con


domicilio convencional en el CENTRO PENITENCIARIO Y DE
REINSERCION SOCIAL DE TLALNEPANTLA DE BAZ, ESTADO DE MEXICO.

II.- NOMBRE Y DOMICILIO DE LOS TERCEROS PERJUDICADOS: Bajo


protesta de decir verdad se manifiesta que NO EXISTE tercero
perjudicado.

III.-AUTORIDADES RESPONSABLES:
A.- C. JUEZ DE CONTROL DEL DISTRITO JUDICIAL DE
TLALNEPANTLA DE BAZ, ESTADO DE MEXICO, CARPETA ADMINISTRATIVA
1532/2019 como autoridad ordenadora.

B. C. DIRECTOR DEL CENTRO PENITENCIARIO Y DE REINSERCION


SOCIAL DE TLALNEPANTLA DE BAZ, ESTADO DE MEXICO, como
autoridad ejecutora.

IV.- ACTO O ACTOS RECLAMADOS:

Primero.- De la autoridad responsable: Reclamo la


ilegal Medida Cautelar de PRISION PREVENTIVA JUSTIFICADA
impuesta a los suscritos.

Segundo.- De todas las autoridades responsables:


El haberme privado de mi derecho fundamental de fijar
prisión preventiva justificada, vulnerando el derecho
que alude nuestra carta magna en el artículo 19
Constitucional, ante la falta de motivación y
justificación.

Tercero.- De todas las autoridades responsables:


El trato indigno a mi dignidad humana.

Cuarto.- De todas las autoridades responsables:


La violación al derecho de igualdad o no discriminación,
ya que he sabido que, la prisión preventiva es necesaria
cuando otras medidas cautelares no sean suficientes para
garantizar la comparecencia del imputado en el juicio,
el desarrollo de la investigación, la protección de la
víctima, de los testigos o de la comunidad, así como
cuando el imputado esté siendo procesado.

V.- HECHOS O ABSTENCIONES CONSTITUTIVOS DEL ACTO RECLAMADO:

Bajo protesta de decir verdad manifiesto que los hechos y


abstenciones que me constan y que constituyen los
antecedentes de los actos reclamados y fundamento de los
conceptos de violación son los siguientes:

1.- En principio, debe decirse que la prisión preventiva


es una medida cautelar que tiene su fundamento en los
artículos 18, primer párrafo y 20, apartado A, fracción X, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

De los citados preceptos, se desprende que la


Constitución Federal permite restringir el derecho de
libertad del gobernado, al disponer la prisión preventiva
como una medida para asegurar que todo procesado por delito o
delitos que merecen pena corporal, enfrente el proceso que se
le sigue, para conservar la materia de la litis, y/o para
evitar un grave e irreparable daño a las mismas partes o a la
sociedad, con motivo de la tramitación de dicho proceso.
Así, la prisión preventiva es una medida cautelar de
carácter personal, la cual tiene como principal finalidad:

a) Asegurar la presencia del imputado en el juicio y en


los demás actos que se requiera su presencia.

b) Garantizar la seguridad de la víctima, ofendido,


testigos de los hechos y de la comunidad en general; y,

c) Evitar la obstaculización del procedimiento o el


desarrollo de la investigación. En ese orden de ideas, debe
decirse que en el ámbito internacional, en sentido amplio, se
ha dicho que la justificación para la prisión preventiva
está, entre otras cosas, en el peligro de fuga, en el
entorpecimiento del proceso y en evitar la reiteración
delictiva.

En nuestro país, dicha justificación se encuentra en la


preservación del desarrollo adecuado del proceso, en el
aseguramiento de la ejecución de la pena y en evitar daños a
las víctimas y a la sociedad.

De tal suerte que, la libertad de una persona, a título


de prisión preventiva, puede restringirse cuando se le
investigue o procese por un delito considerado como grave, o
bien, cuando ante el Juez penal quede demostrado que existe
peligro de sustracción del inculpado a la acción de la
justicia, peligro de obstaculización del desarrollo del
proceso y/o riesgo para la víctima u ofendido, testigos o
para la sociedad, siempre y cuando se trate de un delito
sancionado con pena privativa de libertad.

No obstante, precisó el Alto Tribunal, que la propia


Carta Fundamental, para salvaguardar los principios y valores
del Estado Mexicano, dispone a favor de todo gobernado la
prerrogativa de que pueda permanecer en libertad mientras se
le sigue proceso.

Lo anterior, ya que el principio de presunción de


inocencia otorga a favor del inculpado la prerrogativa de
llevar en libertad su proceso cuando no se actualizan
determinadas hipótesis; sin embargo, para permitir el
desarrollo del proceso, en ciertos casos, se vuelve necesario
restringir cautelarmente la libertad del imputado.

En ese sentido, se precisó que los alcances de la


presunción de inocencia durante el proceso son:

I. Al ejercer el Ministerio Público la acción penal


contra una persona, la presunción continúa favoreciéndola
durante todo el proceso, a pesar de que se dicte en su contra
auto de formal prisión, aun si se acumulan pruebas
contundentes de la comisión del delito y de la
responsabilidad del acusado.
II. La persona puesta en libertad, ya sea por falta de
méritos o bajo caución, debe continuar en libertad, aun
cuando se hubiese interpuesto apelación contra la decisión
judicial correspondiente.

III. La persona acusada no está obligada a probar que es


inocente, sino que es a la parte acusadora a quien incumbe la
carga de la prueba de los elementos constitutivos del delito
y de la culpabilidad del imputado.

IV. En caso de duda, ésta beneficia al acusado, al tenor


del principio que expresa el adagio "in dubio pro reo".

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos


-salvo lo dispuesto en relación con la libertad provisional
bajo caución-, no prevé expresamente que pueda analizarse la
restricción de la libertad del procesado realizada con motivo
del dictado del auto de formal prisión; sin embargo, eso no
significa que no sea posible constatar si se violentan en su
perjuicio los principios de "presunción de inocencia" y
"debido proceso legal", emanados de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; en atención a dichos
principios, es factible examinar, si la mencionada
restricción a su libertad debe tutelarse desde otra
perspectiva, en aras de favorecerlo en la protección más
amplia (principio pro personae); desde luego, debe
interpretarse lo anterior de acuerdo con los derechos humanos
reconocidos en la Constitución Federal y los tratados
internacionales de los que el Estado Mexicano es Parte.

• Al revisar la Corte Interamericana su propia


jurisprudencia y la de los órganos internacionales de
derechos humanos, llegó a la conclusión de que las razones
legítimas que permiten justificar la prisión preventiva de
una persona durante un plazo prolongado son:

• La sospecha de que el acusado cometió un delito.


Aunque sostuvo que esto únicamente resulta insuficiente para
justificar la continuación de la privación de la libertad.

• El peligro de fuga. En cuanto a ese tópico, ponderó la


gravedad del delito y la eventual severidad de la pena.
Expuso que dichos factores deben tenerse en cuenta para
evaluar la posibilidad de que el procesado intente fugarse y
eludir la acción de la justicia. Aseveró que las citadas
variables, por sí solas, no resultan suficientes para
justificar la continuación de la prisión preventiva, luego de
haber transcurrido un lapso prudente, toda vez que, a medida
que aumentara la duración de la detención, el tiempo debía
ser computado para efectos del cumplimiento de la pena
aplicada en la sentencia. De igual manera, indicó que deben
tomarse en cuenta los valores morales demostrados por la
persona, su ocupación, bienes que posee, vínculos familiares
y otros que la mantendrían en el país; sin soslayar la
posibilidad de fijar fianza suficiente en el sentido de que
la perspectiva de perderla pudiera ser un elemento disuasivo
suficiente para evitar que el procesado se fugara o eludiera
la acción de la justicia.

• Riesgo de comisión de nuevos delitos. Al evaluar el


peligro de reincidencia o comisión de nuevos delitos, en
relación con el detenido, reiteró que debía tenerse en cuenta
la gravedad del delito. Pero para justificar la prisión
preventiva, el peligro de nueva comisión tenía que ser real,
para tal efecto, resultaba especialmente importante
constatar, entre otros elementos, si el procesado
anteriormente fue condenado por ofensas similares, tanto en
naturaleza como en gravedad.

• Necesidad de investigar y posibilidad de colusión.


Plasmó que la complejidad de un caso podía justificar la
prisión preventiva; especialmente cuando se trata de un
asunto que requiere de interrogatorios difíciles de llevar a
cabo, y donde el acusado intervenga para impedir, demorar o
conspirar con otros que estuvieran siendo investigados en el
curso normal del proceso judicial. Pero, una vez concluida la
investigación, esa necesidad, por sí sola, tampoco podía
justificar la continuación de la medida restrictiva. La
necesidad de investigación -enfatizó- debía fundarse en un
peligro efectivo de que el proceso de investigación sería
impedido por la liberación del acusado.

• Riesgo de presión sobre los testigos. El riesgo


legítimo de que los testigos u otros sospechosos sean
amenazados constituye un fundamento válido para dictar la
medida precautoria de la prisión preventiva al inicio de la
investigación. Empero, cuando la investigación prosigue y
dichas personas ya han sido interrogadas suficientemente, el
peligro disminuye y deja de ser válida la justificación para
mantener la prisión preventiva. Las autoridades judiciales
deben demostrar igualmente que existen fundados motivos para
temer la intimidación de los testigos o sospechosos por parte
del procesado.

• Preservación del orden público. En circunstancias


excepcionales, la gravedad especial de un crimen y la
reacción del público ante el mismo pueden justificar la
prisión preventiva por un cierto periodo. La liberación del
acusado puede ocasionar disturbios del orden público; pero
para que constituya una justificación legítima, dicha amenaza
debe seguir siendo efectiva mientras dure la medida de
restricción de la libertad del procesado. En todos los casos
en que se invoque la preservación del orden público para
mantener a una persona en prisión preventiva, el Estado tiene
la obligación de probar en forma objetiva y concluyente que
tal medida se justifica exclusivamente con base en esa
causal.

• Debida diligencia en la sustanciación del


procedimiento. Sostuvo que aun en los casos en que se
consideraran suficientes las razones expuestas por las
autoridades judiciales para justificar la continuación de la
prisión preventiva, se debía justipreciar si tales
autoridades habían empleado la debida diligencia al
sustanciar el procedimiento, a fin de que tal medida no se
vuelva irrazonable.

Cabe señalar que el derecho a gozar de la libertad


provisional bajo caución deriva de la propia prisión
preventiva, de hecho, no la elimina por completo al imponerle
una serie de obligaciones o garantías que de hecho contienen
restricciones a la libertad.

Del principio de presunción de inocencia se deriva


también, como lo ha establecido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, "la obligación estatal de no restringir la
libertad del detenido más allá de los límites estrictamente
necesarios para asegurar que no impedirá el desarrollo
eficiente de las investigaciones y que no eludirá la acción
de la justicia, pues la prisión preventiva es una medida
cautelar, no punitiva".

Así, el respeto al derecho a la presunción de inocencia


exige que el Estado fundamente y acredite, de manera clara y
motivada, según cada caso concreto, la existencia de los
requisitos válidos de procedencia de la prisión preventiva.

En ese sentido, debe decirse que el principio de


presunción de inocencia se viola cuando la prisión preventiva
se impone arbitrariamente; cuando su aplicación está
determinada esencialmente, por ejemplo, por el tipo de
delito, la expectativa de la pena o la mera existencia de
indicios razonables que vinculen al acusado; o bien, rebase
el término máximo de prisión preventiva establecido por la
Constitución o la ley.

Así pues, en atención a la propia naturaleza de la


prisión preventiva como la medida más grave que se puede
imponer a un acusado, la Corte Interamericana, ha
establecido, consistentemente, desde hace una década que: "su
aplicación debe tener carácter excepcional, limitado por los
principios de legalidad, presunción de inocencia, necesidad y
proporcionalidad, de acuerdo con lo que es estrictamente
necesario en una sociedad democrática".

En términos prácticos, el principio de excepcionalidad


implica que sólo procederá la prisión preventiva cuando sea
el único medio que permita asegurar los fines del proceso,
porque se pueda demostrar que otras medidas menos lesivas
resultarían infructuosas a esos fines. Por eso, siempre se
debe procurar su sustitución por una de menor gravedad cuando
las circunstancias así lo permitan.

CRITERIOS DE NECESIDAD Y PROPORCIONALIDAD.

Además de aplicarse en casos en los que hayan indicios


razonables que vinculen al acusado con el hecho investigado y
que exista un fin legítimo que la justifique, el uso de la
prisión preventiva debe estar limitado por los principios de
legalidad, necesidad, proporcionalidad y razonabilidad
vigentes en una sociedad democrática.

-NECESIDAD.

De acuerdo con el criterio de necesidad, la


prisión preventiva, al igual que el resto de las medidas
cautelares, se deberá imponer en tanto sea indispensable para
los objetivos propuestos. Es decir, que sólo procederá cuando
sea el único medio que permita asegurar los fines del
proceso, tras demostrarse que otras medidas cautelares menos
lesivas resultarían infructuosas a esos fines.

Por eso, siempre se debe procurar su sustitución por una


medida cautelar de menor gravedad, cuando las circunstancias
así lo permitan. En este sentido, pesa sobre el órgano a
disposición del cual se encuentra el detenido la obligación
de disponer de su libertad, aun de oficio, cuando hayan
cesado los motivos que originariamente la habían sustentado.
Pues, en atención a su naturaleza cautelar, la misma sólo
puede estar vigente durante el lapso estrictamente necesario
para garantizar el fin procesal propuesto.

-PROPORCIONALIDAD.

Para la imposición de la prisión preventiva, es de esencial


importancia tener en cuenta el criterio de proporcionalidad,
lo que quiere decir que debe analizarse si el objetivo que se
persigue con la aplicación de esta medida restrictiva del
derecho a la libertad personal, realmente compensa los
sacrificios que la misma comporta para los titulares del
derecho y la sociedad.

Cuando los tribunales recurren a la detención preventiva


sin considerar la aplicación de otras medidas cautelares
menos gravosas, en atención a la naturaleza de los hechos que
se investigan, la prisión preventiva deviene
desproporcionada.

El primer párrafo del artículo 1o. de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos prevé lo siguiente:
"Artículo 1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta
Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea Parte, así como de las garantías para su
protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni
suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que
esta Constitución establece."

Por tanto, como la aplicabilidad no depende del hecho,


sino a partir del inicio del procedimiento, y existen
diversas interpretaciones para definir cuándo inicia el
procedimiento, no se puede afirmar la existencia de una
restricción constitucional expresa del Constituyente
Mexicano.

Máxime en el Código Nacional en cita prevé, en su


artículo 211, que el procedimiento penal comprende las etapas
de investigación (inicial y complementaria), la etapa
intermedia o de preparación del juicio y la de juicio.

Si bien las medidas cautelares son parte del


procedimiento, lo relativo o vinculado a la libertad escapan
de lo procesal, de tal manera que puede interpretarse que son
autónomas al mismo, tomando en cuenta que la libertad es un
derecho sustantivo, mas no un derecho procesal para poder
interpretar, que pertenece o forma parte del procedimiento,
ni mucho menos que se trata de una regla. Así, al existir dos
interpretaciones en atención al principio personal, se debe
estar con la restricción más plausible al derecho humano de
la libertad.

2.- Ahora bien de lo narrado con anterioridad se


desprende que se conculcaron las garantías individuales de
los suscritos La Autoridad Ministerial ejercito acción penal
en contra de los suscritos por el supuesto delito de HMICIO
EN RIÑA, es claro que el hecho con apariencia de delito no se
encuentra contemplado en el catálogo que reseña el artículo
19 Constitucional, de aquellos delitos que tienen como medida
cautelar prisión preventiva oficiosa, asimismo debe
advertirse que si bien, el C. Agente del Ministerio Público
decidió apoyar su teoría en el supuesto del HOMICIDIO DOLOSO
que agravan la penalidad del delito de HOMICIDIO, sin
embargo, derivado de la audiencia de prórroga de plazo
Constitucional en la carpeta administrativa 1532/2019, se
acredito fehacientemente que el hecho que se le imputa al
suscrito fue completamente diverso es decir, un homicidio en
riña y en su calidad de provocados por parte de la víctima y
diversas personas, lo cual se apoyo en material de audio y
video que se desahogo en la audiencia de prorroga de plazo
Constitucional y por lo que se dictara auto de vinculación a
proceso por el hecho de HOMICIDIO EN RIÑA.
Siendo, que objetivamente se devirtuo el presupuesto
principal que acarrearía el hecho de una posible prisión
preventiva oficiosa para el susrito.

3.- Como se advierte de las transcripciones anteriores, de lo


argumentado por la representación social y contrario a lo
sostenido por el a quo, esta defensa advierte que la imposición de
la medida cautelar se baso en apreciaciones subjetivas
insuficientes para avalar la medida cautelar de prisión preventiva
justificada. En principio, los artículos 1o. y 133 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establecen
que las autoridades judiciales están obligadas a velar no sólo por
los derechos humanos contemplados en la Carta Magna, sino también
por aquellos previstos en los tratados internacionales celebrados
por el Estado Mexicano, favoreciendo en todo momento la protección
más amplia, aun a pesar de las disposiciones en contrario que se
encuentren en cualquier norma inferior.

Luego entonces, los derechos humanos han sido catalogados


atendiendo a diversos criterios, de tal suerte que se pueden
encontrar varias clasificaciones (civiles, económicos, sociales,
culturales y ambientales) que atienden a su naturaleza, al origen,
contenido y por la materia a la que se refieren, sin que dicha
agrupación implique mayor o menor importancia de alguno de ellos,
pues deben atenderse de forma global, de manera justa y
equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso.
En específico, el derecho a la libertad, igual que todos los
derechos, es uno cuya titularidad se encuentra condicionada,
únicamente a la pertenencia a la especie humana, lo que implica
que toda persona debe gozar de éste; así, la libertad personal
debe entenderse como el derecho del hombre a no ser privado de su
libertad física, salvo las causas y en las condiciones estipuladas
por la Constitución o por las leyes dictadas conforme a tal
normativa; asimismo, protege al ser humano en contra de aquellos
actos que, sin fundamento legal, puedan transgredirlo.

Por ende, se trata de un derecho encaminado a evitar


que las autoridades restrinjan la facultad de la persona de
organizar su vida conforme a sus propias convicciones, siempre que
éstas sean acordes con las leyes; por tanto, al ser un derecho
fundamental en nuestro derecho interno, el derecho a la libertad
personal se reconoce, aunque indirectamente, en el más alto nivel
normativo, a saber, la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, específicamente en sus artículos 16, 19 y 20 se
advierte que, en relación con la libertad personal, nuestro Máximo
Ordenamiento prevé, entre otros, los derechos específicos de la
libertad durante el proceso, derecho a que la prisión preventiva
se decrete de manera excepcional, sólo en los casos y
circunstancias expresamente previstos en la Norma Fundamental.

En ese sentido, la regulación constitucional del derecho a la


libertad personal se centra en el reconocimiento de sus derechos,
lo que conlleva que dicha regulación persigue una doble finalidad:
1) Garantizar la esfera de autonomía física de las personas; y, 2)
Constreñir a los poderes públicos a actuar dentro de los límites
que el derecho de mérito les impone para poder privar a alguien de
su libertad, lo cual significa que el Estado protege la libertad
de cada persona y la hace operable dentro del núcleo social
mediante el establecimiento de restricciones a su ejercicio, las
cuales deben tener por objeto asegurar los derechos de los demás,
satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y
del bienestar general en una sociedad democrática, aspectos con
los cuales, únicamente puede verse limitado el ejercicio de su
libertad, pero para que los límites fijados resulten exigibles,
deben estar expresamente previstos en una norma jurídica y acordes
con los derechos humanos.

De tal suerte que la afectación a la libertad personal debe


apoyarse en una causa expresamente establecida por la ley, y
regirse por lo que en ella se disponga y, además, debe tener una
justificación teleológica, es decir, debe orientarse hacia un fin
constitucionalmente legítimo y socialmente relevante y emplear los
medios adecuados y necesarios para alcanzarlo, pues si bien el
derecho a la libertad personal no es absoluto y, por ende, puede
restringirse, ello sólo es posible dentro de los límites
establecidos por la ley (los cuales deben ser razonables,
proporcionados y legítimos) y mediante el procedimiento que al
efecto se haya determinado, lo que reitera el hecho de que la
libertad personal se traduce en el derecho que toda persona tiene
a que no se constriña su libertad deambulatoria, si no es por las
causas, casos o circunstancias expresamente tipificadas en la ley,
con estricta sujeción a los procedimientos en ella definidos, así
como por motivos y métodos compatibles con el respeto a los
derechos fundamentales del individuo.

Debido a que el acto reclamado es violatorio de garantías,


se formulan en la presente demanda de amparo, los siguientes:

VI.- GARANTÍAS CONSTITUCIONALES VIOLADAS: Las de los


artículos 1, 14, 16, 19 y 20 Constitucionales.

VIII.- CONCEPTOS DE VIOLACIÓN

Las autoridades señaladas como responsables, violan en


mi perjuicio las garantías de legalidad, seguridad y
libertad, que se encuentran protegidas y tuteladas por los
artículos 14, y 16 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, ya que estas autoridades tratan de
retenerme privado de mi libertad, sin que se haya analizado
una medida diversa menos lesiva a los intereses de los
suscritos, con lo cual se me causa un acto de molestia en mi
persona y en mis derechos, sin que se me haya cumplido con
las formalidades esenciales del procedimiento, y sin que se
FUNDE NI MOTIVE la causa legal de mi privación de libertad,
puesto que existen medidas cautelares menos lesivas, pues la
prisión preventiva, supone la ejecución de una pena
anticipada de los SUSCRITOS y por lo cual dichos actos son
violatorios de mis garantías.

Se viola en mi perjuicio lo establecido en el primer


párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, como lo expongo en éste Primer
Concepto de Violación. De conformidad con lo expuesto, tengo
el temor fundado de seguir siendo retenido en prisión, sin
que se haya analizado una medida diversa menos lesiva a los
intereses de los suscritos, sin que hasta el momento se hayan
cumplido las formalidades esenciales del procedimiento, que
en el caso son el haber hecho de mi conocimiento, con
oportunidad para mi defensa, el supuesto o supuestos típicos,
específicamente determinados, como parte de las formalidades
esenciales de procedimiento en el cual se recibieran todos
los elementos de prueba de descargo, que en el caso de
nuestra legislación es de tipo contradictorio y como lo
ordenan las leyes expedidas para el caso; dicha omisión que
se traduce en actuaciones de autoridad contrarias a lo
señalado en el precepto y párrafo constitucionales señalados.

Se viola en mi perjuicio lo establecido en el primer


párrafo del artículo 19 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, “…El juez ordenará la prisión
preventiva oficiosamente, en los casos de abuso o violencia
sexual contra menores, delincuencia organizada, homicidio
doloso, feminicidio, violación, secuestro, trata de personas,
robo de casa habitación, uso de programas sociales con fines
electorales, corrupción tratándose de los delitos de
enriquecimiento ilícito y ejercicio abusivo de funciones,
robo al transporte de carga en cualquiera de sus modalidades,
delitos en materia de hidrocarburos, petrolíferos o
petroquímicos, delitos en materia de desaparición forzada de
personas y desaparición cometida por particulares, delitos
cometidos con medios violentos como armas y explosivos,
delitos en materia de armas de fuego y explosivos de uso
exclusivo del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, así como
los delitos graves que determine la ley en contra de la
seguridad de la nación, el libre desarrollo de la
personalidad, y de la salud…”, de lo señalado es claro que la
prisión preventiva justificada no encuentra sustento legal,
por lo que dicha medida cautelar es lesiva para los derechos
de los suscritos y por lo cual dichos actos son violatorios
de mis garantías.
CAPITULO DE SUSPENSIÓN:

                     Es procedente y así lo solicito se


le conceda a la SUSCRITO la SUSPENSIÓN PROVISIONAL y en su
caso la DEFINITIVA  DEL ACTO RECLAMADO en los términos de los
artículos 125, 126, 127, 128 y demás relativos y aplicables
de la Ley de Amparo y por lo tanto no surta sus efectos la
PRISION PREVENTIVA JUSTIFICADA que se ha indicado como acto
reclamado y que es de imposible reparación, por tanto debe
suspenderse la ejecución del mismo,  solicitando que no se
ejecute dicho acto de autoridad. Solicitando se me expida
copia certificada por duplicado de dicha suspensión y sea
entregada a los abogados autorizados.

De los antecedentes que se narran y los conceptos de


violación que se hacen en contra de los actos reclamados así
como la aplicación de la suplencia en la deficiencia de la
queja a favor del suscrito quejoso se deduce que resulta
procedente la admisión y en su momento EL AMPARO Y PROTECCIÓN
DE LA JUSTICIA FEDERAL, ya que son conculcadas las garantías
individuales señaladas en los artículos 1, 14, 16, 19 y 20
Constitucionales, acto que por naturaleza, origen, contenido
y consecuencias se refutan como de imposible reparación
violentándose mis garantías de audiencia, legalidad y debido
proceso.

Por lo anteriormente expuesto y fundado,

A UD. C. JUEZ, RESPETUOSAMENTE SOLICITO:

PRIMERO.- Tenerme por presentado en términos de este


escrito, con la calidad que ostento, haciendo las
manifestaciones legales contenidas en el mismo.

SEGUNDO.- Tener por autorizadas a las personas


mencionadas en el cuerpo del presente escrito en los términos
legales solicitados.

TERCERO: Solicitar de la Responsable los Informes


previos y el Justificado, así como conceder de plano la
Suspensión provisional entregándome una copia certificada por
duplicado de la misma, por medio de las personas autorizadas.
CUARTO.- Previos trámites de ley, concederme el Amparo y
Protección de la Justicia Federal.

PROTESTO LO NECESARIO

CESAR NIEVES CRUZ

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