Eunuco

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Eunuco

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Este aviso fue puesto el 19 de marzo de 2012.

Un eunuco es un varón castrado.
La privación de los genitales externos masculinos (emasculación o evisceración)
puede efectuarse de manera parcial o total. La manera parcial es la castración
propiamente dicha, es decir la extirpación (por corte) o la inutilización (por golpes)
de los testículos. Otra manera parcial es la extirpación por corte del pene. La
manera total es cuando se mutila radicalmente, cortando pene y testículos.
Por relación directa, la palabra eunuco puede ser referida a hombres poco viriles o
afeminados,1 y era una forma común de denominar a los homosexuales y
transexuales durante el Imperio romano. 2

Índice

 1Aspectos bio-psico-socio-culturales
 2Aspectos históricos
o 2.1Los eunucos en China
o 2.2Los eunucos en otros pueblos
 3Eunucos famosos en la historia
 4Referencias
 5Enlaces externos

Aspectos bio-psico-socio-culturales[editar]
Históricamente, el convertido en eunuco, cambia así a una nueva condición de
género social, quiere decir que la cultura en la que está inmerso el individuo, una
vez producida la mutilación física de sus genitales externos, le asignaba un trato
diferenciado.
En la especie humana —como en todos los primates y mamíferos en general— la
hembra (o mujer) tiene principalmente sus genitales ocultos y protegidos hacia el
interior, mientras que en la disposición anatómica del macho (o varón) sus
genitales principalmente están expuestos y desprotegidos hacia el exterior, siendo
la parte más vulnerable del macho, expuesto a un dolor excruciante y agónico,
siendo posible incluso la muerte del macho por el intenso dolor provocado por el
estallido o aplastamiento de sus testículos. Por ello en la historia de la humanidad
—aunque en un porcentaje ínfimo— son numerosos los hombres que han perdido
accidentalmente sus genitales. Posibilidad física real que si se concreta es muy
probablemente la experiencia más traumática en la vida de un hombre. El gran
miedo a esta posibilidad ha sido motivo de importantes estudios, en especial
psicoanalíticos por parte de Sigmund Freud.
Para Freud, el descubrimiento femenino y masculino del sexo opuesto, produce en
las mujeres un sentimiento inicial de pérdida o carencia, y en los hombres un
temor u horror a la pérdida. Es lo que Freud denomina complejo de castración.
Enfermedades, accidentes o agresiones, para cualquier macho mamífero como el
hombre, mantienen la peligrosa posibilidad de una castración que los convertiría
en eunucos. Entre las enfermedades que constituyen una grave amenaza, se
encuentran el cáncer de testículos, el cáncer de pene, y algunas enfermedades
venéreas entre otras. Entre las agresiones: las guerras, los celos, accidentes o el
sometimiento moral y físico por otro macho más dominante son los motivos más
habituales de la castración involuntaria.
Otro caso distinto sería la castración voluntaria. Aparte de los deseos de ser
castrado, muy frecuente en los hombres pero pocas veces ejecutado, existe el
caso más frecuente de castración por orden médica. El caso más habitual es el de
hombres de cierta edad que padecen o tienen riesgo de padecer cáncer de
próstata. La testosterona —hormona segregada por los testículos— puede
disparar y acelerar este cáncer, por lo que, si el médico considera que el hombre
ya no va a necesitar sus testículos para reproducirse, o que dicha función
reproductora no vale más que la vida del paciente, puede prescribir la castración
del paciente.

Aspectos históricos[editar]

Eunuco en un harén, pintura de Jean-Léon Gérôme, siglo XIX.

En la historia humana —aunque en otro porcentaje ínfimo— no dejan de ser


numerosos los hombres que han perdido sus genitales en manos, literalmente, de
otros hombres, en actos violentos como la guerra por ejemplo.
En la Mitología griega eran muy temidas las Amazonas, un pueblo de feroces
guerreras con una sociedad matriarcal, que según algunas versiones de la
leyenda mataban o mutilaban hombres cuando no los necesitaban para la
reproducción.
Son famosas las costumbres institucionalizadas de convertir hombres en eunucos
que en etapas de su historia se practicaban en los
imperios babilonio, chino, persa, bizantino, árabe y turco. En estos casos, los
hombres socioeconómicamente acomodados del país, encomendaban a los
eunucos especialmente el cuidado de las mujeres del harén. Algunos eunucos
llegaron a ser importantes funcionarios y alcanzar una considerable influencia
política, los más hábiles incluso se las ingeniaban para decidir políticas de Estado
que afectaban las relaciones internacionales con los países vecinos. En estos
países hubo eunucos que alcanzaron en lo social mucha fama, en lo económico
muchas riquezas, y en lo político mucho poder.
Durante la invasión a Persia, Alejandro Magno conoció a un eunuco que lo cautivó
por su belleza, Bagoas.
Los eunucos en China[editar]
En China, los eunucos eran empleados en el Palacio Imperial.
Al principio, eran suficientes para cubrir la tradicional cuota de eunucos aquellos
delincuentes o criminales que eran condenados a la castración, pero con el
tiempo, al aumentar el tamaño del Estado chino y, en consecuencia,
su burocracia imperial y sus diversificadas funciones, surgió la necesidad de una
mayor cantidad de estos. Los eunucos alcanzaron su máximo apogeo en la Edad
Media, especialmente durante la dinastía Ming.
Fue entonces cuando se tuvo que buscar y aceptar nuevos candidatos de
diferente procedencia. Pese a ser servidores en distintos cargos, fueron
aumentando su importancia y adquiriendo algunas ventajas (como holgura
económica). De esta manera, en las aldeas muy pobres a veces algunos pocos se
realizaban la automutilación con la esperanza de alcanzar una mejor posición
social y económica. No eran extraños los casos en que el padre, la madre, los
hermanos y las hermanas, acompañaban a un integrante de la familia a una cita
con el barbero-cirujano. Este, con técnicas rudimentarias basadas en la sabiduría
de aquel entonces, procedía a la operación.
Según investigaciones y estudios realizados por europeos en los siglos XIX y XX,
el barbero primero envolvía desde su base al pene y los testículos conjuntamente
en una venda común que ajustaba fuertemente, lo que producía dolor y
proporcionaba la forma de una especie de embutido. A continuación iba
retorciendo hacia un lado el paquete así formado, tomaba un cuchillo curvo y lo
alzaba a distancia, calculando para un corte fuerte y veloz. Llegados a este punto
el barbero preguntaba una vez más si estaban seguros de una decisión que sería
irreversible, si el futuro eunuco era mayor de edad, él debía responder por sí
mismo, y si era menor entonces la respuesta correspondía a la familia, allí
presente. Si la respuesta final era afirmativa, entonces con un solo movimiento
cercenaba los genitales. Luego, junto con el inmenso dolor, se producía una
abundante hemorragia. El barbero aplicaba baños de sales y aceites para
detenerla y luego aplicaba una pequeña cuña de metal, generalmente estaño, en
el orificio uretral. Entonces acontecía lo más difícil, el nuevo eunuco debía estar
andando despacio sin mayor descanso, y no consumir nada de líquidos por unos
días. Al cabo del tiempo, se le retiraba el tabique de metal antes colocado en el
orificio uretral, si conseguía orinar, entonces la operación había sido un éxito y ya
podía empezar a gestionar un empleo para servir en la Corte del Emperador. En
caso contrario, una atroz agonía esperaba al nuevo eunuco antes de su lenta
muerte.
Los despojos genitales a veces eran reclamados por quien fuera su propietario, en
cuyo caso el barbero se los entregaba. Pero con frecuencia dichos despojos no
eran reclamados y en ese caso el barbero los guardaba anotando cuidadosamente
la fecha y a quién pertenecían. Esta conducta se debía a que si el eunuco era
aceptado en el Palacio Imperial, y una vez allí conseguía hacer carrera,
descubriría que para cada ascenso (y con ello más dinero) la tradición obligaba
como requisito enseñar en un rito los restos de lo que fueron sus genitales.
Entonces el eunuco volvía presuroso a intentar recuperar lo que en mala hora dejó
abandonado, para lo cual el barbero lo esperaba dispuesto a entregarle lo suyo,
previo cobro de una importante cantidad adicional de dinero.
Los eunucos en otros pueblos[editar]
En muchos otros pueblos también existía la costumbre de castrar a otros hombres,
convirtiéndolos en eunucos. Aún hoy existen en la India (conocidos como hijras), y
hasta hace poco existían los skoptsy en Rusia (incluso sobrevivieron hasta
mediados del régimen soviético); también los hubo en el barroco europeo,
utilizados para el canto y llamados castrati (en italiano, literalmente, 'castrados').
En Yibuti, cuando un hombre quería solicitarle a una mujer que contrajeran enlace
matrimonial, para ser aceptado debía demostrar primero su valor llevándole como
obsequio y entregándole como regalo, envuelto, los genitales de otro hombre a
quien previamente debía haber castrado. Sin dicho obsequio no era
aceptado[cita  requerida], y las costumbres sociales incluían la burla por parte de la mujer
pretendida con frases que ponían en duda la masculinidad del pretendiente por no
ser capaz de cumplir valientemente con la tradición. [cita  requerida] Entre las formas de
procurase tan macabro botín estaban, por ejemplo, la guerra colectiva o el asalto
individual a extranjeros o ancianos, extirpándoles vivos sus preciados testículos.
[cita  requerida]
 Desde hace varias décadas, la prédica de los misioneros religiosos poco
a poco hizo desaparecer esta costumbre; sin embargo, las más ancianas aún
conservan orgullosas como valioso recuerdo su tradicional regalo pre-nupcial.

Eunucos famosos en la historia[editar]


 Cai Lun inventor del papel, consejero imperial del emperador Han.
 Artoxares, cortesano de Artajerjes I y Darío II de Persia.
 Bagoas, primer ministro de Artajerjes III de Persia.
 Bagoas, eunuco relacionado con Alejandro Magno.
 Cen Hun, eunuco del estado de Wu durante el período de los Tres Reinos.
 Eutropio, eunuco contemporáneo de Arcadio.
 Farinelli, castrato y cantante de ópera, el más extraordinario en su género
de todos los tiempos.
 Farnacias, eunuco contemporáneo de Menostanes.
 Ganímedes, eunuco al servicio de Cleopatra.
 Gao, fiel eunuco de Bai Pu, dramaturgo de la dinastía Yuan.
 Haloto, catador de alimentos durante el Imperio romano.
 Heraclio, eunuco contemporáneo de Valentiniano III.
 Huang Hao, eunuco del estado de Shu; aparece también en el Romance de
los tres reinos.
 Juan el Eunuco, primer ministro con Constantino VIII y Romano III.
 Li Lianying, eunuco de elevado despotismo de la dinastía Qing.
 Mitrídates o Aspamitres, eunuco cómplice de Artabano en el asesinato
de Jerjes I.
 Narsés, general de Justiniano I, contraparte de Belisario como principal
general bizantino.
 Orígenes,3 uno de los tres pilares de la teología cristiana 4
 Potino, decapita a Pompeyo en nombre del faraón Ptolomeo XIII.
 Shu Diao, responsable de una guerra civil por la sucesión en el estado
feudal de Qi.
 Wei Zhongxian, eunuco más poderoso y notorio de la historia china.
 Zhang Rang, el jefe de los infames 10 Changshi (diez asistentes) del este
de la dinastía Han.
 Zhao Gao, el favorito de Qin Shi Huang, quien intrigó contra el Li
Si (muerto 210 a. C.).
 Zheng He, navegante y explorador chino del siglo XV.

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