Resumen Niveles y Subniveles

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2.2.

- NIVELES Y SUBNIVELES

Todas las normas existentes en un ordenamiento, integran el sistema de fuentes del derecho,
que es único y se estructura en función de dos criterios centrales: el de jerarquía y el de
competencia.
El de jerarquía .-Consiste en atribuirle un rango a cada una de las normas, y organizarlas
verticalmente, según ese factor, en diversos niveles, de mayor a menor. Nos interesa, pues,
establecer cuáles son esos niveles y mediante qué normas y procedimientos se asigna éstos.
La doctrina italiana distingue básicamente cuatro niveles, que son el
constitucional (que corresponde a la Constitución), el primario (en el que está la ley y sus
equivalentes), el secundario (el del reglamento y sus equivalentes) y el terciario (que contiene
equivalentes a los que nos referimos son, en el caso de la ley -la norma máxima producida por
el organismo legislativo nacional-, los que derivan de los organismos legislativos regionales y
municipales; y, en el caso del reglamento que emana del organismo ejecutivo nacional-,
igualmente, los nacidos de los organismos ejecutivos regionales y municipales.
Los procedimientos y normas para conceder niveles y subniveles son conferidos por una
norma de tipo instrumental, que no puede estar mejor ubicada que en la propia Constitución.
Esta se señala a sí misma un nivel, que es el más alto, y determina los correspondientes a las
demás normas importantes.En cuanto al procedimiento, hay dos caminos: el directo y el
indirecto.
El directo.- la norma otorga el rango, sea de modo global ), sea de modo puntual, norma por
norma (como ocurre al indicarse, por ejemplo, en el numeral 19 del artículo 118, que los
decretos de urgencia tienen rango de ley).
El camino indirecto.- Es el de fijar un nivel, sin señalarlo expresamente, al
determinar el medio de control de validez que corresponde a una norma. Así, tienen nivel
primario las normas que se impugnan mediante la acción de inconstitucionalidad y nivel
secundario.
Tomando en cuenta lo expuesto, los niveles de nuestro sistema de fuentes, con las precisiones
que se hará en los puntos siguientes, quedan configurados como se establece en el cuadro.

SISTEMA PERUANO DE FUENTES DEL DERECHO

NIVEL NORMAS

Constitucional Constitución
Tratado de derechos humanos
Primario Tratado
Ley
Derecho legislativo
Derecho de urgencia
Ley regional
Ordenanza municipal
Sentencia anulatoria del tribunal constitucional
Secundario Reglamento
Derecho regional
Edicto municipal
Sentencia anulatoria del poder judicial
Terciario Convenio colectivo
Reglamento interno de trabajo
Costumbre
2.3.- PRINCIPALES PRODUCTOS NORMATIVOS Y NO NORMATIVOS DEL DERECHO DEL
TRABAJO
2.3.1.-CONSTITUCIÓN

En este punto nos interesa abordar el tema de la Constitucióncomo norma, centrándonos en


las características que tiene la regulación del trabajo por la de 1993.
Sobre la Constitución vigente, queremos resaltar dos cuestiones:
cuál es la función que le otorga al trabajo en el contexto social y cómoregula los derechos y
principios laborales.
El trabajo aparece en la Constitución como un deber y un derechoy como base del bienestar
social y medio de realización personal (artículo22). Asimismo, se señala que es objeto de
protección por el Estado(artículo 23).
En cuanto a la regulación de los derechos laborales, debemosefectuar el análisis en el marco
de los modelos que pueden identificarse
en las Constituciones modernas en esta materia.Haycuatro opciones de referencia a un
derecho por una Constitución: loreconoce y detalla sus características centrales; lo reconoce,
pero remitela precisión de sus características a la ley; no lo reconoce; y, lo prohibe.El primer
tipo es el que la Constitución adopta cuando tiene elmayor interés en el respeto de un
derecho, porque lo consideraespecialmente relevante. Deja, por tanto, al legislador un margen
de desarrolo menor que los otros tipos. Está reservado para el núcleo de losderechos de un
área. El segundo, corresponde a los derechos deimportancia intermedia. Aquí el legislador
tiene un campo de acción másamplio para regular el derecho. En el tercero, la libertad del
legislador estotal para decidir si reconoce o no el derecho y de qué manera. Sólo cabe,
entonces, respecto de los derechos periféricos. Por último, el cuarto tipo,se emplea por
excepción para excluir de un derecho a algunos sujetos olimitarlo en ciertas circunstancias (por
ejemplo, los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía respecto de la sindicación y la
huelga, y ésta misma cuandose produce en los servicios esenciales,respectivamente).
Se encuentra también la distinción entre losgrados de preceptividad con que la Constitución
puede reconocer underecho. Aquí la doctrina identifica básicamente dos:
La inmediata :cuando el texto constitucional es suficiente para accionar en defensa del
derecho ante el organismo jurisdiccional.
La aplazada: Cuando se requiere el desarrollo del derecho por el legislador o la adopción de
políticas por el gobierno. La primera se da fundamentalmente en el tipo uno de los modelos
señalados antes, mientras la segunda coincide másbien con el tipo dos.
Desde esta perspectiva, volvamos ahora a nuestra actual
Constitución. Lo primero que debemos anotar es la ubicación del bloque de los derechos
laborales, ya no entre los fundamentales sino entre los sociales y económicos. Sólo están entre
aquéllos, la igualdad ante la ley y la no discriminación (numeral 2 del artículo 2), con aplicación
por cierto no reservada al ámbito laboral; la sindicación, en el marco del derecho de constituir
diversas formas de organización jurídica sin fines de lucro (numeral 13 del artículo 2); y la
libertad de trabajo (numeral 15 delartículo 2).
En cuanto a la regulación de los derechos, conviene reunirlos en dos grupos, en atención al
criterio utilizado en doctrina.
los específicos son otorgados al trabajador por su condición de tal.
los inespecíficos. Son los reconocidos a toda persona y por tanto también a los trabajadores.

En lo que se refiere a los derechos colectivos: sindicación,negociación colectiva y huelga, los


tres han sido regulados en la Constitución en un único precepto (artículo 28). Dada la
interdependencia que la doctrina reconoce entre estas instituciones no pensamos que esta
refundición constituya una cuestión esencial.
En cuestión de negociación colectiva, la Constitución sí establece importantes caracteres
(numeral 2 del artículo 28). En primer lugar, le encarga al Estado el fomento de esta
institución, al estilo de los Convenios Internacionales del Trabajo 98 y 154 (el primero
ratificado por nuestro país, como ya dijimos, y el segundo no), lo que significa no sólo
garantizar el derecho sino promover su desarrollo. En segundo lugar, sustituye la referencia a
la intervención del Estado en la solución de los conflictos, por la búsqueda de diversas formas
de solución pacífica, que resulta más acorde con la autonomía colectiva. Por último, reemplaza
la frase “fuerza de ley para las partes” por la de “fuerza vinculante en el ámbito de lo
concertado”, como atributo del convenio colectivo.
De otro lado, los derechos inespecíficos tienen su sustento en el
tercer párrafo del artículo 23 de la Constitución, conforme al cual: “Ninguna relación laboral
puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad
del trabajador”. Allí se brinda adecuada cobertura a los derechos de los trabajadores a la
igualdad, a la intimidad, a la libertad de expresión, etc., de los que no pueden ser privados por
su empleador, ya que la ciudadanía no se pierde por su incorporación a la empresa.

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