Bronquitis Aguda
Bronquitis Aguda
Bronquitis Aguda
BRONQUITIS AGUDA
INTRODUCCIÓN
En el ámbito de los procesos infeccioso-inflamatorios de las vías respiratorias bajas hay que
distinguir claramente entre los que afectan a:
- las grandes vías (traqueobronquitis y bronquitis), los que afectan a la pequeña vía aérea
(bronquiolitis), que se presentan casi exclusivamente en lactantes,
- los que llegan a los alvéolos e intersticios de los pulmones (neumonía).
BRONQUITIS AGUDA
La bronquitis aguda comprende un conjunto de signos y síntomas, entre los cuales predominan
los síntomas constitucionales, como fiebre, osteomialgias y, particularmente, tos seca o
productiva hasta por 3 semanas. Una característica de la tos es que sea autolimitada, pues
cuando este síntoma persiste más allá del lapso indicado, deben considerarse otros diagnósticos
como rinosinusitis, asma, reflujo gastroesofágico y enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC).
Epidemiología
- Incidencia de IRA baja: entre 3 a 6 episodios anuales por niño, disminuyendo con la
edad.
- El 77% de los niños presenta al menos una IRA baja antes de los 4 años.
- Más frecuentemente en el otoño tardío e inicios del invierno.
- Entre los 6 meses y 6 años.
- Mayor incidencia en el segundo año de vida
- Sexo masculino principalmente
- Mayor susceptibilidad: Bebés, niños pequeños, ancianos, personas con cardiopatía o
neumopatía y fumadores
- Más del 90% de bronquitis aguda son causadas por infecciones virales y en ocasiones
aparece una infección bacteriana secundaria .
Generalidades
Las características clínicas de una bronquitis aguda no complicada se desarrollan en fases
secuenciales:
1. Fase aguda Durante esta fase, que dura de 1 a 5 días, hay una inoculación directa en el
epitelio traqueobronquial con síntomas sistémicos como fiebre, osteomialgias y malestar
general. Estas manifestaciones son clínicamente indistinguibles de las de otras infecciones
respiratorias agudas en este periodo.
2. Fase prolongada
Se caracteriza por tos de más de una semana de duración y que se prolonga hasta por 3 semanas,
la cual puede acompañarse de sibilancias. En su fisiopatología, se han postulado tanto la
hipersensibilidad del epitelio traqueobronquial así como la respuesta exagerada de los
receptores de la tos ante el estímulo en la vía aérea como causas de la prolongación de los
síntomas.
Se ha demostrado que, durante esta fase, hasta 40% de los pacientes presentan anormalidades
significativas en el VEF1 (menor del 80% del valor esperado) con retorno al valor normal
después de 2 a 3 semanas; sin embargo, se ha observado mejoría incluso hasta las 8 semanas.
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Etiología
Los virus respiratorios parecen ser la causa más común de la bronquitis aguda. Rara vez se
identifica el organismo responsable de un episodio de bronquitis aguda en la práctica clínica.
De acuerdo con lo observado, tan sólo se identifica en 16 a 30% de los casos cuando se realizan
cultivos virales y pruebas serológicas, razón por la cual no se hacen de rutina.
Los virus específicos más frecuentemente asociados con los episodios de bronquitis aguda son,
en orden de frecuencia: el virus de la influenza, el virus de la parainfluenza, el virus sincitial
respiratorio, los coronavirus, los adenovirus y los rinovirus; éstos son el agente etiológico en
más de 90% de los casos.
Por otro lado, menos del 10% tienen origen bacteriano y, cuando se confirman por estudios
microbiológicos, las bacterias más frecuentes, en orden de frecuencia, son: Bordetella
pertussis, Chlamydia pneumoniae y Mycoplasma pneumoniae.
Cuadro clínico:
Se inicia con síntomas de infección respiratoria alta; más tarde aparece tos que al principio es
“seca” y después se acompaña de expectoración mucosa o mucopurulenta en el niño mayor; en
los niños pequeños es más frecuente el vómito como resultado de la deglución de secreciones
y/o la severidad de la tos.
Puede presentarse fiebre que en forma habitual no es mayor de 38.5º a 39º.
El examen clínico muestra a un paciente en aceptable estado general, sin presentar signos de
insuficiencia respiratoria. El ruido respiratorio puede ser normal o existir rudeza, estertores
gruesos y ocasionalmente sibilancias aisladas.
De no presentarse complicaciones (neumonía) la enfermedad evoluciona hacia la curación más
o menos en una semana. Cuando coexisten algunos factores orgánicos o ambientales
predisponentes, el proceso puede prolongarse o hacerse repetitivo; en estos casos es conveniente
descartar enfermedad subyacente, por ejemplo: cuerpos extraños, bronquiectasias, deficiencias
inmunológicas, tuberculosis, fibrosis quística o adenoamigdalitis.
Sin embargo, aunque la presencia de complicaciones es baja, en algunos niños debilitados o con
compromiso de la inmunidad, la posibilidad de que se presente otitis o neumonía es mayor.
Diagnóstico
El diagnóstico presuntivo de bronquitis aguda se hace en pacientes, por lo demás, sanos, que
cursan por un periodo de síntomas respiratorios caracterizado predominantemente por tos seca o
productiva hasta por 3 semanas, además de síntomas generales como fiebre, malestar y
osteomialgias, y en quienes decididamente el objetivo primordial es descartar la neumonía como
causa de dichos síntomas.
Paralelamente, y no menos importante, deben considerarse otros diagnósticos diferenciales,
como resfriado común, crisis asmática o exacerbación aguda de EPOC, como causas potenciales
que tienen incidencia directamente en el manejo.
La fórmula blanca por lo común es normal pero puede existir discreta elevación en el número de
leucocitos.
La radiografía de tórax puede mostrar acumulo de secreciones; se aprecia un incremento de la
trama hiliar y cierto atrapamiento de aire, signos típicos de esta afectación.
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Tratamiento
Medidas generales
El tratamiento de la bronquitis aguda se basa en medidas de sostén como:
-mantener al niño bien hidratado.
-procurar que guarde reposo.
-administrarle antitérmicos si los precisa.
Antibióticos
En cuanto a su evolución, si persiste más de 5-10 días, cabe sospechar una colonización
bacteriana (Haemophilus influenzae, Streptococcus pneumoniae o Staphylococcus aureus),
hecho que justificaría la administración de un antibiótico.
Se ha visto una relación lineal entre el alto porcentaje de prescripción de antibióticos y el rápido
surgimiento de resistencia bacteriana a los antimicrobianos, incluso aquéllos de amplio espectro
que vienen remplazando a las primeras opciones terapéuticas descritas en la literatura de
acuerdo a su cubrimiento.
Está totalmente clara la necesidad de disminuir la tasa de prescripción de antibióticos para la
bronquitis de acuerdo con la evidencia que no justifica su uso rutinario, sin embargo se siguen
prescribiendo de manera masiva en la comunidad médica.
Se ha visto que fuerzas externas al juicio clínico juegan un papel importante en la obtención de
la prescripción médica, como lo son las creencias y los prejuicios del paciente, su plan de salud
y el hecho de que los pacientes frecuentemente esperan ser formulados con antimicrobianos
para una bronquitis aguda no complicada.
Terapia antiinfluenza
Ya que la influenza es la causa más común de bronquitis aguda, tendría cierta lógica impulsar el
uso de inhibidores de la neuraminidasa, como el zanamivir o el oseltamivir, efectivos contra la
influenza A y B; sin embargo, los estudios muestran que dichos medicamentos disminuyen la
duración de la enfermedad en un día, aproximadamente, y permiten el regreso más pronto a las
actividades normales apenas 0,5 días más rápidamente.
Broncodilatadores
La fuente más fiel y de mayor peso epidemiológico para no recomendar el uso rutinario de
agonistas B2 en estos casos, es la revisión de Cochrane de 2004, en la cual no se encontró
ningún beneficio significativo derivado del uso de agonistas B2, orales o inhalados, en pacientes
con diagnóstico de bronquitis aguda, con componente broncoobstructivo o sin él.
El efecto de los anticolinérgicos inhalados u orales sobre la tos en casos de bronquitis aguda no
se ha estudiado hasta ahora y por eso no se pueden recomendar por evidencia insuficiente.
Antitusivos
Los sedantes de la tos en términos generales no deben ser empleados, porque favorecen el
acumulo de secreciones; sin embargo cuando la tos es severa e impide al niño conciliar el sueño,
pueden utilizarse en forma juiciosa y descontinuar su administración una vez que el síntoma sea
tolerado.
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Mucocinéticos
La mayoría de estas preparaciones se consiguen en el mercado sin fórmula médica y su uso es
extenso en la población general. De acuerdo con la recomendación para su uso, es explícito que
no hay un efecto favorable consistente en cuanto al alivio de la tos, pero el grado de
recomendación es I, dada la insuficiente evidencia
Conclusiones
1.- Más de 90% de los episodios de bronquitis aguda son de etiología viral y, por lo tanto, el uso
de antibióticos no está recomendado y no debe ofrecerse.
2.- El diagnóstico de bronquitis aguda en pacientes, por demás, sanos es clínico, por lo que los
exámenes paraclínicos, incluida la radiografía de tórax, no se justifican para confirmarlo.
3.- Cuando por clínica el grado de sospecha de infección por bacterias es alto, el manejo
antibiótico está justificado, pero el objetivo es limitar la propagación de la enfermedad y no
disminuir su duración.
4.- El paciente debe ser informado de que la tos puede durar hasta tres semanas, según lo
esperado en la bronquitis aguda.
5.- El uso de agonistas B2 orales o inhalados no ofrece ningún beneficio sobre la duración de la
enfermedad.
La bronquitis se considera crónica o recurrente cuando tiene una duración de más de 3 semanas
o se presenta reiteradamente.
En general, se debe a uno o más de estos 3 factores:
– Resultado de la lesión provocada por el episodio agudo.
– Exposición a agentes irritantes.
– Existencia de una enfermedad subyacente.
Su presentación es más frecuente en los niños mayores.
Patología inmunoalérgica
– Asma bronquial
– Inmunodeficiencias (subclases IgA, IgG, IgG)
Aspiración
– Secuelas de cuerpos extraños
– Fístula traqueoesofágica
– Reflujo gastroesofágico. Disfunción de la deglución
Contaminación ambiental
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Clínica
La sintomatología de la bronquitis crónica o recurrente es la propia de una bronquitis aguda,
pero mantenida, como se ha indicado anteriormente.
La aparición de sibilancias como consecuencia del estrechamiento bronquial (por
hipersecreción, edema o broncoespasmo) hace a veces difícil su diferenciación respecto del
asma bronquial.
Diagnóstico
Se basa en la identificación de la enfermedad de base que la causa y el pronóstico depende
también de ésta.
Tratamiento
Aparte de las medidas antes citadas para el episodio agudo, la fluidoterapia, las nebulizaciones
con solución fisiológica en número de 2 o 3 al día, la fisioterapia respiratoria (drenaje postural)
y la gimnasia respiratoria son un complemento esencial para tratar estos cuadros.