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Clase 19/08/2021

“Nuevo paradigma para la Teoría del Estado. Los Estudios Internacionales. La


performance de las agencias estatales como objeto de estudio de la materia”. Bercholc .

Los estudios sobre el Estado deben entenderse como parte de un área científica más amplia
que estudia ese y otros fenómenos políticos, sociológicos y jurídicos. Un abordaje con un sesgo
“estatalista” podría limitar el contenido al análisis de las características administrativas e
institucionales de las distintas formaciones que en su evolución han tenido el mismo.

Ver al Estado desde una perspectiva más abarcativa permite superar el sesgo juridicista que
implicaría estudiarlo solo desde una perspectiva normativa, institucional y administrativa, al
estilo de la corriente alemana del s. XIX (estudiaba la “Ciencia del Estado” como ente central y
organizativo de la administración pública), cuyos exponentes más destacados fueron Von Mohl,
Von Stein y Hegel.

La ciencia de la política y del Estado como ciencia práctica.

La Ciencia Política incluida dentro de las ciencias fácticas implica que tiene ciertas
características distintivas.

La investigación científica procura un modo de conocimiento racional, sistemático y verificable,


además que este deberá ser objetivo. Esto significa que se ocupara de los hechos reales,
sucesos y procesos de la realidad.

Las ciencias formales trabajan con abstracciones, con entes ideales y si bien son racionales,
sistemáticas y verificables, no serán objetivas (por ello deberán resistir una verificación de tipo
lógico y analítico).

Entonces, las ciencias fácticas tienen como característica de su modo de conocer y de su


método, la racionalidad, y la objetividad mediante la verificación empírica.

Por ende, la verificabilidad de sus proposiciones deberá respetar ciertos principios de


sistematización y de método analítico de abordaje de sus objetos de estudio, mediante la
descomposición de los elementos que integran el fenómeno observado.

El método de investigación de la ciencia aplicando un objeto de estudio con características de


proceso histórico, implica cierta previsionalidad en las proposiciones, leyes y teorías.

Lo político como objeto de estudio.

Si bien es común citar a N. Maquiavelo como un punto de inflexión en el estudio de la Ciencia


Política, esta como disciplina racional y objetiva surge en el s. XIX (y se afianza en el s. XX).

Maquiavelo implico un punto de inflexión desprovisto de cuestiones éticas, morales y religiosas.


Dejo de lado la prescripción filosófica y se limitó a lo político, al ejercicio del poder.

Maquiavelo a bordo de forma autónoma lo político, escindió su objeto de estudio de toda otra
cuestión ajena al mismo, pero no sentó las bases de un modo de conocimiento científico desde
que sus observaciones fueron especulativas, discrecionales y no verificadas empíricamente.

Según se vea al Estado como la forma racional de organización humana y que será condición
de existencia de la sociedad civil y aun la absorberá, se definirá al objeto de estudio de la
Ciencia de la Política y del Estado de manera diversa.
Si se le da preponderancia al Estado como objeto de estudio al que deberá abordarse desde
una perspectiva institucional-jurídica; preponderancia a la sociedad civil se le impondrá un
abordaje vinculado al campo de la sociología y de las relaciones económicas; si se aborda la
cuestión publica desde las teorías sistémicas, se abordara la cuestión desde una perspectiva
sociológica funcional en tanto se pretenden respuestas a todo tipo de fenómeno político.

Los tres grandes modos de abordar la problemática política progresivamente.

Hasta Hegel las grandes teorías políticas fueron prescriptivas de un deber ser basadas en
datos históricos sin verificación fáctica, es decir no objetivas.

En Aristóteles, Maquiavelo, Montesquieu, Tocqville es posible encontrar generalizaciones,


tipologías y leyes vinculadas a fenómenos políticos, que pueden ser consideradas precursoras
de una Ciencia Política y del Estado.

A mediados del s. XIX se generalizan los estudios que permiten describir, comprender e
intervenir en los fenómenos políticos. Es el momento del progreso de las ciencias (aparece la
sociología como ciencia del estudio de la sociedad).

Aparece la “cuestión social” en un escenario y que requiere una constante adaptación de los
estudios políticos (los que requieren cada vez más “cientificidad” para ser legítimos y
operativos).

Durante el s. XX se han generalizado estudios vinculados a los hechos concretos y “reales”,


tratando de explicarlos, comprenderlos, hacernos funcionales y así poder intervenir en ellos.

Lo político se define como el estudio de los comportamientos sociales, vinculados a los nuevos
fenómenos de demandas políticos y sociales diversas.

Esta nueva agenda conlleva novedades en los métodos de investigación. Ahora proliferan las
técnicas de campo (entrevistas, cuestionarios, encuestas) que permiten generar una gran
cantidad de datos a través de estudios descriptivos, exploratorios y cuantitativos, creando un
conocimiento nuevo sobre instituciones, personas y procesos políticos basada en la
comprobación empírica de sus comportamientos.

En la evolución que tienen los estudios políticos, es posible encontrar temas que implican
comunes denominadores como el conflicto en sus distintas vertientes, el orden político y su
legitimación, el estadio del desarrollo social y su vinculación con el orden estatal vigente y las
relaciones de mando y obediencia.

En otras palabras, se hallan siempre presentes el fenómeno del poder y su ejercicio y el


establecimiento del orden.

La evolución de la Ciencia Política y del Estado, permite diferenciarla del campo de la Filosofía
Política y de la Historia de las Ideas,

La Ciencia Política en sentido estricto es aquella que persigue la acumulación de resultados y


conocimientos dirigidos a describir y comprender fenómenos y procesos a través de la
recolección de datos.

Más difuso parece lograr establecer la diferenciación entre la Ciencia Política y la Sociología
Política, ello se infiere en las propias características adquiridas en la actualidad por los estudios
políticos; la Psicología Política y la Economía Política también encuentran puntos de contacto y
de interrelación con los estudios políticos.

La distinción posible entre Sociología Política y Ciencia Política se puede sustentar en la


articulación de variables de análisis político considerando al poder y a la sociedad que efectúa
la sociología. En tanto, la Ciencia Política solo explicara los fenómenos políticos por el ejercicio
mismo del poder y por las estrategias de los actores políticos a tal fin.

Lo institucional-jurídico, parece más destinado a estudios vinculados al Derecho Constitucional


separándose de la visión jurisdicista y formalista heredada de las teorías contractualistas.

El modo conocimiento científico y lo político .

Avaloración. El abordaje del fenómeno político implica necesariamente una valoración que
además puede estar sustentado en una preferencia política.

Aparece como inevitable e impone un límite a la pretensión avalorativa de la ciencia social, el


investigador crea su agenda teórica e investigativa y lo hace basado en su convicción propia
sobre que merece ser investigado y cuál es el camino recorrer a efectos de hallar una solución
o no hallarla a lo que se ha planteado como un problema que debe resolverse.

Además, no pudo soslayarse la importancia de la utilidad de la investigación científica y la


aplicación que de sus descubrimientos se haga.

Klimovsky había dicho que el conocimiento científico no es ni intrínsecamente bueno ni


intrínsecamente malo, y que no plantea problemas éticos aquello que naturalmente puede
observarse y conocerse. De ello se infiere que gobierna la elección de los paradigmas
epistemológicos una suerte de neutralidad avalorativa, que solo persigue la adquisición de
saber, sin ser responsable la ciencia de la aplicación que de sus descubrimientos hagan
políticos, corporaciones económicas u otros factores de poder.

Según Marí resulta imposible la existencia de un conocimiento de carácter neutral. Esta


posición implica que la ciencia es básica o fundamental, guiada por el espíritu de la
investigación, el conocimiento y la verdad, desvinculándola del momento de la ciencia aplicada,
orientada a un fin. La ciencia no es solo saber, sino también hacer. De hecho, los límites entre
la ciencia basada en el conocimiento y la basada en la aplicación son muy difusos. Solo una
pequeña parte de las ciencias físico-naturales están basadas al conocimiento, la mayor parte
es experimental. Los científicos no se ocupan de problemas surgidos de su curiosidad, sino que
lo hacen en un cuadro de investigaciones predeterminadas y pocos son quienes puede elegir
las temáticas de investigación sin que corra peligro su fuente de trabajo.

A los límites epistemológicos y metodológicos propios de la adquisición del saber en su


pretensión avalorativa, habrá que editarle las cuestiones fácticas que determinan las políticas
presupuestarias en apoyo del desarrollo científico y técnico.

Disciplina histórica . Siendo la Ciencia Política una disciplina histórica ira variando en sus
criterios de razón y verdad.

Conceptos teóricos . Los conceptos técnicos empleados por la Ciencia Política no son
unívocos. Siendo símbolos que constituyen un lenguaje interpretado. Así el concepto
de Democracia no significara lo mismo para un marxista que para un liberal. La ciencia deberá
transformar estos conceptos en operacionales intentando lograr ciertos acuerdos básicos en los
contenidos a partir de su corroboración con la realidad, de donde surgirá su chance de
factibilidad, desarrollo y plausibilidad.

La objetividad . El punto presenta dos cuestiones, por un lado lo planteado en relación al


proceso de verificación empírica con la realidad; y por el otrora necesaria legitimación que el
modo de conocimiento científico requiere de los individuos. Dicha legitimación se obtiene
habilitando a cualquier individuo para comprender la proposición y comprobar su veracidad.
Tendrá objetividad el conocimiento científicamente adquirido, porque será reconocido como
conocimiento racional, empíricamente verificado y verdadero, cuando nadie pueda sin
argumento de igual solidez, contradecirlo.
El paradigma científico, su legitimación social y política .

El paso de una legitimidad tradicional a una legitimidad racional, legal, burocrática, requirió la


percepción por parte de los individuos-ciudadanos de que la ciencia es capaz de entregar
respuestas prácticas a sus problemas cotidianos. La ciencia se legitima a partir de sus
respuestas tecnológicas.

La legitimación de la ciencia como modelo adecuado y racional de adquisición de conocimiento


resultaba además funcional a los intereses de la burguesía.

La nueva estructura de dominación política requería de una nueva legitimidad para


consolidarse en el poder, esta se basaba en el consenso popular para delegar el ejercicio de la
soberanía en los representantes democráticamente elegidos.

La óptima participación de los nuevos ciudadanos hace menester su instrucción y la adquisición


de datos suficientes sobre la realidad política y social para la obtención de la objetividad.

En la búsqueda de una base sólida de acuerdos conceptuales se produjo la reacciones


“conductista” durante la primera mitad del s. XX, que pretendió imbuir a la ciencia con criterios
de “racionalidad operativa”.

Impulso al conductismo (la intención de asimilar los estudios políticos al método de las ciencias
físicas y naturales) cuyo desarrollo era notable en comparación con el de la ciencia política a la
que se le atribuía la pesada herencia filosófica que entorpecía la acumulación de conocimiento
para el desarrollo de la tecnología.

Más allá de las funcionalidades políticas, lo cierto es que los aportes de esta manera de
abordar el estudio de lo político se han manifestado sumamente útiles y explicativos de una
realidad crecientemente compleja y que debe ser analizada considerando una multiplicidad de
variables que intervienen en los procesos políticos.

A esta perspectiva se le oponen ciertas ideas críticas que le imputan una deshumanización y
aridez al conocimiento científico. Estas concepciones resultan inadecuadas para comprender la
realidad política y social. El desdén por el método y el conocimiento científico y cierta
entronización del arte y el goce estético por sobre la búsqueda de la objetividad es signo de
incultura y frivolidad y una señal de improvisación de políticas educativas de un Estado.

Las fases derivadas de conductismo exceden el análisis solo de las conductas individuales o
colectivas sino que las estudian interrelacionadamente como esquema de circulación de
demandas y respuestas entre los actores políticos y sociales entendiéndolos además como
proceso de comunicación de mensajes políticos.

El acento puesto en los hechos, su descripción y medición debilita este fundamental enfoque
científico de acumulación de conocimiento verificable y empírico, tornándolo una especie de
“hiperfactualismo o datografía” sin guía teórica que permita encauzar críticamente el saber
cuantitativo acumulado.

La correcta inclinación por estudiar los hechos por sobre las meras prescripciones filosóficas
del “deber ser” resta la necesaria perspectiva que es condición necesaria de legitimidad y
practicidad del conocimiento científico, ya que, …“a necesaria relación que se establece
permitirá acceder a nuevas formas de síntesis, que puede acercar a los sujetos involucrados, al
ejercicio de la razón critica, de la razón dialéctica, que no se somete a lo que es, o parece ser,
sino que utiliza la negación como instrumento de primer nivel filosófico. Si se acaba por dar la
razón a lo que de hecho es, el conocimiento termina por repetirse, se reduce a tautología…” .

La mera descripción acrítica de hechos, comportamientos e instituciones tampoco responde a


los cánones de utilidad en la resolución de problemas que excede el proceso de legitimación y
objetividad del conocimiento científico. La ciencia debe descubrir y conocer como son en
realidad las cosas pero no proceder luego a la crítica de la realidad y al intento de intervenir en
ella haría del conocimiento científico un mero trámite de justificación de una cierta estructura de
dominación. Y ella generara un problema de legitimación social y político.

Así sostuvo Easton que “la aplicación del saber forma parte de la actividad científica tanto
como el conocimiento teórico. Mas la comprensión y la intervención de la conducta política
preceden y proveen la base para toda tentativa de utilizar las cogniciones políticas en la
solución de concretos y anunciantes problemas sociales”  .

En el actual estado del arte, resulta impredecible prescindir de las excepciones posibilidades
que brinda la tecnología disponible en materia informática, que permite la generación de bases
de datos extensas y complejas y multivariables, y el entrecruzamiento sofisticado de los
mismos, de modo de obtener conclusiones debidamente sustentables en estudios empíricos y
cuantitativos.

Como sostienen Sartori “…la política es también una técnica… y en la medida en que seamos
capaces de dominarla cognoscitivamente y predictivamente la política no es arte ni ideología” .

La tendencia en la ciencia política actual, desarrolla una perspectiva a partir de la idea de una
comunidad de dialogo que intercambia con espíritu crítico los conocimientos adquiridos,
generando teorías de alcance medio, que indican tendencias y probabilidades, pero que deben
estar sujetas a la crítica, a la interpretación y a la comprensión de procesos que requieren de
interdisciplinariedad y a la vez un abordaje sistémico.

Esta perspectiva es más visible en Europa y no es tan común en los EEUU.

Desde cualquiera de las perspectivas, la utilización de teorías de alcance medio permite evitar
el “salto al vacío” que implica la construcción de grandes teorías sin mayor sustento factico,
empírico y cuantitativo. La acumulación de datos que permite la corroboración de hipótesis y
teorías de alcance medio inspiran investigaciones ulteriores que llevan a la formulación de
nuevas hipótesis más sofisticadas, complejas y acaudaladas. La misión del científico excede
sus aciertos provisionales, lo más valioso es su aporte al desarrollo del conocimiento científico.

Ambas tradiciones de investigación se hallan imbuidas de una suerte de racionalidad que las
dirige, Esa racionalidad debe entenderse como una necesaria operación de integración entre
hipótesis explicativas y datos empíricos suministrados por la investigación, para que las
descripciones, proposiciones y conclusiones que disciplina ofrezca merezcan el rango de
teorías científicas.

La generación de conocimiento básico resulta el escalón inicial imprescindible para generar


luego hipótesis de mayor calidad y sofisticación.

El rol actual de la educación y de la Universidad. Su relación con el estudio del estado y


la política en las facultades de Derecho  .

El rol actual de la educación es distinto al del contexto en que se funda la democracia. Hacerlo
hoy es una cuestión de supervivencia, en el marco de un mundo que cada vez requiere mayor
instrucción.

Es diferente porque la opinión pública hoy resulta construida sobre otras bases diversas a las
que la teoría democrática clásica invocaba,

La gobernabilidad de los complejos sistemas políticos actuales requiere una opinión pública
entendida como proceso de control social que promueve el consenso y la integración social. La
opinión pública será aquella que puede expresarse en público sin temor a quedar aislado. La
construcción del nuevo sujeto “opinión pública” no requiere de ciudadanos educados,
instruidos, informados e interesados, participes activos de la vida política. La educación ya no
resulta funcional a la estructura de dominación (más bien le resulta indiferente).
Los nuevos procesos de estratificación social requieren de la educación y la instrucción para
evitar la marginalidad y la exclusión social.

Más aun, cuando se percibe que los viejos saberes resultan residuales e insuficientes para
satisfacer las necesidades básicas.

La educación y capacitación será la única chance de millones de personas para evitar la


marginación y pobreza.

Hoy los estudiantes parecen someterse a las reglas de la racionalidad tecnocrática que el
mercado les demanda.

En ese marco, se ha sostenido que en nuestro país, existe una alarmante escasez de datos e
información sobre cómo están estructuradas, como actúan y que producen nuestras
instituciones gubernamentales.

En un sistema político democrático, resultan actores sustantivos de la vitalidad de las agencias


que integran los tres poderes. Si se sabe poco sobre estas instituciones, se sabe poco sobre el
sistema político. Por ende, no se sabrá que cambiar para mejorarlo y se corre el riesgo de
promover reformas que producirán efectos no deseados.

Pertinencia de la incorporación de perspectivas y contenido politológico y sociológico


en los programas de estudio de la Teoría del Estado  .

La producción en Ciencias Sociales del tipo “empírico-cuantitativo-descriptivo-comparativo”,


tiene un campo de estudio ampliamente mayoritario en la comunidad académica. Además, este
tipo de estudios son perfectamente compatibles con modelos estadísticos comparados.

La corriente comparatista considera los análisis teóricos como marco general de los procesos
que estudia y utiliza cada vez con mayor frecuencia los estudios estadísticos para un mayor y
mejor control empírico de sus hipótesis.

A través de las estadísticas accedemos al conocimiento “duro” del objeto de estudio. Mediante
el método comparativo se pueden realizar juicios axiológicos relativos a los objetos
comparados, pero superadores de la opinión, creencia, intuición o perjuicio ideológico, como
orientador de hipótesis y conclusiones.

Mediante la comparación interna y externa del objeto de estudio, no queda el conocimiento,


limitado a juicios valorativos subjetivos, sino que pueden efectuarse juicios objetivos relativos a
los parámetros comparables.

Las comparaciones resultan más útiles y plausibles cuando presentan ciertas características: I)
la cantidad de datos suficientes; II) la secuencia temporal extendida en la toma de datos que
permita relevamientos por periodos históricos; III) la búsqueda y detección de parámetros
similares para investigaciones de un mismo objeto de estudio en sistema políticos diversos.

Abal Medina:
CONCEPTO DE ESTADO: ESTADO Y NEOCONSTITUCIONALISMO
El neoconstitucionalismo destaca la importancia de las instituciones entendiéndolas como
reglas
de juego que incentivan ciertos comportamientos y desalientan otros. La institución clave en la
sociedad moderna es el Estado, una estructura generadora de reglas y se reserva el derecho
exclusivo de fijar y cambiar las reglas que rigen la organización del sistema en su conjunto. Es
la única organización con capacidad para secularizar y universalizar las reglas que genera y los
grupos o individuos que de el forman parte están obligados a acatarlas. Estas reglas surgen de
un pacto entre el estado y la sociedad y quedan consagradas en el contrato social o
constitución. Es una forma particular de ordenamiento político en base a la cual se estructuran
las relaciones sociales.
El GOBIERNO es el conjunto de personas que conducen el estado y ejercen el poder político
en una sociedad. Las características que hacen al estado una Institución singular son:
1 Que tiene monopolio propio legítimo de los poderes coercitivos del que carecen las demás
instituciones.
2 Los ciudadanos, en lo individual o lo social, no pueden evitar pertenecer a él, posee una
capacidad de Secularización.
Weber dirá que:
1 la “violencia no es ni el medio normal ni el único medio del que el estado se vale, pero si es
su
medio especifico”.
El Monopolio de la Coerción nos remite a lo que Mann denomino Poder Despótico del Estado,
es decir, la capacidad de llevar a cabo acciones sin ninguna negociación o consentimiento
previo.
2 La existencia de una estructura organizacional que concentra los medios materiales de
explotación bajo la administración de un cuerpo de funcionarios, es lo que Mann denomino
Poder
Infraestructural del Estado, que el que le otorga autonomía. De esta manera el Estado ejerce su
poder despótico a través de un sistema administrativo, jurídico, tributario, burocrático y
coercitivo
que le permite garantizar la dominación sobre un territorio definido.
En el estado moderno, esta dominación se sustenta en el Derecho Racional, compuesto por un
conjunto de normas provenientes del derecho romano orientadas por principios jurídicos
formales
que guían el accionar del cuerpo burocrático administrativo, el cual es para Weber, el tipo mas
puro de dominación racional legal. Si los funcionarios son dueños de los medios de
administración
se trata de un Estado de Clases del tipo Patrimonial. En el estado moderno, se produce, al
contrario, una separación total del cuerpo administrativo de dichos medios, es decir, una
separación entre el patrimonio publico y el patrimonio privado. De esta manera, el estado
moderno se caracteriza por la existencia de un cuadro administrativo burocrático que guía sus
acciones en base a las normas promulgadas por el estado. Este cuerpo burocrático esta
conformado por una estructura jerárquica que define competencias para cada cargo. El trabajo
de un burócrata es para Weber una actividad de tiempo completo que es valorado y reconocida
por la sociedad y que es remunerada en dinero acorde al rango dentro de la estructura
jerárquica.

CICLO DE LAS POLITICAS PÚBLICAS.


El análisis de las políticas públicas se ha centrado en el estudio del ciclo de formación de las
mismas, si bien este ciclo es una herramienta analítica, resulta provechosa para distinguir
momentos por los que pasa una política:
a) Definición del problema- b) diseño- c) Implementación-d) Evaluación.
Las políticas públicas son entonces producto de un proceso complejo y dinámico de ajuste
entre
las preferencias políticas y experiencia procedimental de la burocracia. Las burocracias se
presentan como apolíticas y eso las aleja de la política partidaria; a su vez, tienen una mayor
permanencia y estabilidad, por lo que disponen de más tiempo para la implementación de las
decisiones. Por ultimo, desde los niveles más bajos de la burocracia (los llamados burócratas
de
Ventanillas) que son los que implementan los programas y están en contacto directo con los
ciudadanos.
O´Donell afirma “es un error asimilar el estado al aparato estatal, o al sector publico, estas
forman
parte del estado pero no son el estado en su totalidad. El estado también es, un conjunto de
relaciones sociales que establece un cierto orden y en ultima instancia lo respalda con una
garantía coactiva centralizada, sobre un territorio dado, formalizadas en un sistema legal
surgido
del estado y respaldado por el”.
O´Donell distingue 3 dimensiones en su definición de Estado.
a. El Estado es un conjunto de burocracias a las cuales se les asignan funciones guiadas por el
interés general.
b. El estado como Sistema Legal, conjunto de normas y reglas jurídicas que ordenan y
garantizan
las relaciones sociales.
c. Pretende ser un foco de identidad colectiva para los habitantes del territorio.
Estas dimensiones representan la Eficacia, Efectividad y Credibilidad del Estado.

DEFINICION DE ESTADO PARA WEBER.


“El estado es un conjunto diferenciado de instituciones y personal que implica una centralidad,
en
el sentido de que las relaciones políticas irradian desde el centro y hacia el centro para abocar
un territorio delimitado. El estado reclama sobre este territorio el ejercicio del monopolio de la
coerción física legitima, a fin de garantizar un orden que sostiene una multiplicidad de
relaciones
insertas en una matriz político-social protagonistas de las mismas”

LA AUTONOMIA DEL ESTADO.


Por Autonomía se entiende la capacidad de los estados de formular y perseguir objetivos que
no
son un simple reflejo de las demandas e intereses de grupos o clases sociales. No es una
característica constante, sino que varia según las circunstancias históricas y las coyunturas
existentes.
La Autonomía Enraizada es según Evans, la clave de la eficiencia de los estados desarrollistas
e implica la combinación de un aislamiento burocrático Weberiano con una intensa inmersión
en la estructura social que vincula al estado con la sociedad a través de canales institucionales
para la negociación y renegociación de los objetivos y políticas. Es decir, la idea de que la
acción eficaz del estado se basa en el aislamiento de sus funcionarios con respecto a las
presiones de los grupos y clases de la sociedad no es sustentada por Evans quien enfatiza en
buscar establecer un vínculo entre el Estado y la Sociedad.

Clase 26/08/2021
ORIGENES DEL ESTADO MODERNO

Mann sostiene que las primeras civilizaciones tuvieron como característica común la aparición
en
valles fluviales y que practicaron la agricultura aluvial y de regadío. Este tipo de agricultura fue
el
que dio el surgimiento a la llamada Civilización, estratificación y el Estado. El surgimiento de
una
autoridad centralizada esta asociado a la administración de los esfuerzos del trabajo como a la
distribución del excedente producido. Mann utilizara la metáfora de “jaula social” donde los
hombres o grupos de estos que previamente se encontraban dispersos y gozaban de una
libertad
que atentaba con la posibilidad de institucionalizar algún tipo de autoridad, se vieron
“enjaulados”
en un territorio y en una red de relaciones sociales y económicas. También a este proceso se le
sumaron dos elementos:
a. La propiedad cuasi privada incentivado por la fijación territorial y social, donde la tenencia de
las tierras vinculadas a la familia se convirtió en un instrumento de estatificación social.
b. El estado, mayor fluidez en contactos e intercambios, como la necesidad de una regulación
de los mismos, generando la necesidad y presencia de una autoridad centralizada, lo que llevo
a 2 tipos de Estado: de integración y lealtad de sus habitantes
• GRANDES IMPERIOS: Imperio Romano, caracterizados por la fortaleza militar pero con bajo
nivel
• PEQUEÑAS (POLIS GRIEGAS) CIUDADES-ESTADO: caracterizados por un mayor nivel de
cohesión.
Ninguno de estos dos tipos de estado dieron el origen al Estado Moderno, sino en el periodo
que
se extendió del SXII y SXIV en Europa occidental, donde se conformo un sistema de gobierno
basado en la representación de distintos cuerpos colectivos (ESTAMENTOS) que combinaba el
periodo militar de los imperios y el alto nivel de lealtad e identidad de las ciudades-estados.
Este
sistema coexistió de manera desigual con l forma de gobierno que primo en Europa, el
Feudalismo, el cual sentó las bases para el posterior desarrollo del Estado Moderno.

TIPOS DE ESTADO DE LA MODERNIDAD.


Tipos Ideales (Weber): son una mera construcción mental, una utopia, que no puede ser
encontrada empíricamente en la realidad y por ello mismo no es posible esperar que encajen
perfectamente en el mundo real. Los tipos ideales son modelos contra los cuales se contrasta
la
realidad en cada caso específico, analizando en que medida estos modelos se aproximan o
divergen de la misma.

ESTADO ABSOLUTISTA.
El estado moderno logro constituirse cuando se inicio un Proceso de Expropiación de los
medios
de coerción y de administración que estaban bajo el control de distintas asociaciones políticas
(señores feudales, ciudades autónomas, órdenes religiosas, etc.).
A este proceso de expropiación se le suman el de expropiación de los medios legales y
sentencia
judicial. De esta manera, los medios materiales de coerción y administración quedaron bajo el
control de un poder central, así entre los SXVI y XVII, la monarquía absoluta se transforma en
el
tipo de gobierno predominante en Europa y conllevo a la destrucción de las formas medievales
de
organización política como las ciudades-estados libres. La monarquía absoluta brindo a la
naciente
burguesía cierto “orden” que la nobleza feudal no podía ofrecerle. El rey por su parte, encontró
en
la burguesía una fuente de financiamiento alternativo, evitando los controles que la nobleza le
imponía a cambio Ej. Felipe II de España, Luis XIV (“el estado soy yo”). Concebían al poder
como de
origen divino. Las características es la fuerte concentración del poder en el monarca, que solo
respondía por sus actos ante Dios.
HOBBES defendió el poder absoluto pero en defensa de los intereses de los individuos y para
justificarlo desarrollo una hipótesis que llamo “Estado de Naturaleza”, la cual plantea como
seria la
vida entre los hombres si no existiesen leyes y contratos que regularan sus relaciones y un
poder
externo que las hiciera cumplir. “un estado basado en las pasiones” que deriva en una “guerra
de
todos contra todos”, pues cada uno por obtener algo de seguridad personal termina atacando a
los demás.
El Estado surge según Hobbes, a partir de un contrato realizado entre los individuos, constituye
la suma de los intereses particulares y es el fundamento de la propiedad. No existe diferencia
entro lo publico y lo privado. Los individuos aceptan renunciar a sus derechos en la medida en
que todos lo hacen.
Hobbes era Liberal y Aliberal, liberal porque estaba interesado en describir las circunstancias
mejores para que la naturaleza humana encontrara su expresión y Aliberal ya que sus
conclusiones políticas enfatizaban la necesidad de un Estado virtualmente todopoderoso para
crear las leyes y asegurar las condiciones de la vida social y política.

ESTADO LIBERAL
Liberalismo: es aquel movimiento cuestionador del poder absoluto y de sus pretensiones
divinas,
que defendió restringir los poderes del Estado y defender los valores de la tolerancia y el
respeto
por la vida privada y que fue defensor de los estados constitucionales de la propiedad privada y
de la economía de mercado competitivo.
Los nacientes sectores burgueses que estaban de acuerdo con el poder absoluto comenzaron
a
variar su posición cuando algunas medidas del Estado Absoluto, como el Mercantilismo, o el
impulso a las guerras religiosas, pusieron trabas al desarrollo del mercado. Su accionar
empezó a entrar en contradicción con los intereses de este sector, lo que llevo a la necesidad
de un nuevo
tipo de relación entre el Estado y la Sociedad civil. Esa nueva relación estuvo enmarcada en el
Constitucionalismo. Uno de los principios del Estado Liberal es la Teoría de división de poderes
pues la seguridad de los derechos requiere que la Ley sea independiente y superior y solo se
puede garantizar si un poder judicial es independiente del Ejecutivo. Mientras Hobbes se
presenta como un defensor del Estado Absolutista, Locke marco el comienzo de la tradición
constitucional liberal.
Locke hace referencia al estado de Naturaleza pero a diferencia de Hobbes, se trata de un
estado
pacifico, donde existían diversos derechos entre ellos, el de la propiedad privada. El poder del
Estado se expresaba en el poder legislativo y estaba limitado por los derechos naturales, los
cuales eran un sistema de normas inherentes a los individuos y distinto del constituido por las
normas establecidas por el estado (derecho positivo). De acuerdo al Iusnaturalismo, el derecho
natural es anterior y superior al derecho positivo. Para Locke, el objetivo de la política era
proteger los derechos de propiedad a la vida, la libertad y los bienes. El Estado Liberal es un
tipo de organización política compatible con el Capitalismo, se plantea una sociedad de
individuos libres que compiten en el mercado por su bienestar, en el marco de una democracia
restringida. En la visión liberal, el estado cumple una finalidad, remover los obstáculos para la
autonomía de los mercados. Este modelo esta basado en la teoría de Adam Smith, quien
centra su análisis en la Idea de la Mano Invisible y en un modelo de sociedad en que si cada
hombre lucha en forma egoísta comunidad.
por conseguir su bienestar particular, se lograra por un efecto “cascada” el bienestar de toda la
comunidad.

“Legitimidad”. Levy .

En el lenguaje ordinario, legitimidad tiene dos significados uno genérico (donde es casi
sinónimo de justicia) y uno específico (donde el significado aparece más relacionado con el
concepto de estado).

La legitimidad como atributo del estado consiste en la existencia de una parte relevante de
la población de un grado de consenso sin que sea necesario, salvo casos excepcionales,
el uso de la fuerza. Todo poder tratar de ganarse el consenso para que se le reconozca
como legítimo, transformando la obediencia en adhesión.

Los niveles del proceso de legitimación .

El proceso de legitimación no tiene como referencia al estado en su conjunto, sino sus


diversos aspectos: la comunidad política, el régimen, el gobierno y, en caso de no tratarse
de un estado independiente, la potencia a la que se encuentra subordinado. Es necesario
examinar las características de estos elementos que constituyen el punto de referencia en
la creencia de la legitimidad.

La comunidad política es el grupo social con base territorial que reúne a los individuos
ligados por la división del trabajo político. La creencia en la legitimidad se configura
predominantemente en términos de fidelidad a la comunidad política y de lealtad nacional.
El régimen es el conjunto de instituciones que regulan la lucha por el poder y de los
valores que animan la vida de estas instituciones. Los principios definen algunos tipos de
instituciones. La característica fundamental de la adhesión al régimen consiste en el hecho
de que los gobernantes y su política son aceptados en cuanto están legitimados los
aspectos fundamentales del régimen. El fundamento de esta convergencia de intereses
consiste en el hecho de que se adopta como plataforma común de lucha entre los grupos
políticos.

El gobierno es el conjunto de funciones en que concreta el ejercicio del poder político.


Normalmente, para que se califique a un poder como legítimo basta con que este último se
haya formado en conformidad con las normas del régimen y que se respeten determinados
valores fundamentales de la vida política. En todos los regímenes existe una dosis de
personalización del poder que es esencial para distinguir el poder legal y el tradicional, del
carismático, es que la legitimidad del primero se basa en la creencia en la legalidad de las
normas del régimen estatuidas de modo racional u del derecho de mandar de los que
detentan el poder basado en tales normas; la legitimidad del segundo se apoya en el
respeto a las instituciones consagradas por la tradición y a la persona que detenta el
poder; la legitimidad del tercero se funda en las cualidades del jefe. Este tipo de legitimidad
tiene una existencia efímera porque no resuelve el problema del que depende la
continuidad de las instituciones políticas.

Queda por examinar el caso del estado que no es capaz de garantizar la seguridad de sus
ciudadanos. No se trata de un estado sino de un país ocupado, colonia, protectorado. Una
comunidad que se halla en esas condiciones encuentra muchas dificultades para despertar
la lealtad de los ciudadanos. En consecuencia, su lealtad debe basarse en el sistema
hegemónico del que forma parte.

Legitimación e impugnación de la legitimidad .

Los diversos niveles del proceso de legitimidad definen elementos que representan el
punto de referencia hacia el cual se orientan los individuos y los grupos en el contexto
político. Si analizamos la acción de estos últimos, podemos descubrir dos tipos
fundamentales de comportamiento. El fundamento y los fines del poder son compatibles o
están en armonía con su propio sistema de creencias, su comportamiento se podrá definir
como legitimación. En cambio si el estado es considerado como contradictorio con su
sistema de creencias este comportamiento podrá definirse como impugnación de la
legitimidad.

El comportamiento de legitimación no caracteriza solamente a las fuerzas. La aceptación


de las “reglas del juego” no entraña solamente a la aceptación del gobierno y sus
mandatos, sino también la legitima expectativa para la oposición de transformarse en
gobierno. La diferencia entre oposición de gobierno e impugnación de la legitimidad
corresponda a la que existe entre política reformista y política revolucionaria. El primer tipo
tiende a innovaciones, mientras que el segundo está dirigido contra el orden constituido y
tiene como objeto modificar sustancialmente algunos de sus aspectos fundamentales.

En este sector hay que distinguir dos actitudes, la de rebelión (que se limita a la simple
negación, es incapaz de reconocer el movimiento histórico de la sociedad o de encontrar
elementos de lucha concretos y termina siendo prisionera de una realidad que no logra
cambiar) y la revolucionaria (lleva a cabo una negación determinada históricamente de la
realidad social, su problema consiste en descubrir la lucha concreta; no tiene como
objetivo cambiar la sociedad sino derribar instituciones políticas que impiden el desarrollo y
crear otras nuevas).

Estructura política y social, creencias en la legitimidad e ideología .


El influjo de una comunidad política en la legitimación de cualquier estado no es
equivalente. El pueblo no es una suma abstracta de individuos. Las relaciones sociales no
subsisten entre individuos absolutamente autónomos sino entre individuos situados que
ocupan un papel en la división social del trabajo. La misma y la lucha social y política que
se deriva de aquella hacen que la sociedad no se considere nunca a través de
representaciones conformes con la realidad sino con una imagen deformada de los
intereses de los protagonistas de esa lucha cuya función consiste en legitimar el poder
constituido.

Cada ideología para desarrollarse debe contener también elementos descriptivos que la
hagan creíble, idónea para producir el consenso.

Cuando el poder es estable y es capaz de cumplir de manera sus funciones esenciales


esto hace valer la justificación de su propia existencia, apelando a determinadas
exigencias latentes en las masas, y con la potencia de su propia positividad se crea el
consenso necesario.

En los periodos de estabilidad política el influjo sobre la formación de la conciencia social


de los que la división del trabajo ha colocado en el vértice de la sociedad es decisiva, es
capaz de condicionar en forma relevante el comportamiento de los que no ocupan papeles
privilegiados. Por otra parte, el hombre ordinario se ve llevado a idealizar su pasividad y
sus sacrificios en nombre de principios absolutos, capaces de hacer realidad el deseo u de
convertir en verdad se esperanza.

Cuando el poder está en crisis entra también la crisis el concepto de legitimidad. Ocurre
porque en las fases revolucionarias caen también los velos ideológicos que lo ocultaban a
la población. La conciencia de las masas entra en contradicción con la estructura política;
todos se vuelven políticamente activos porque las decisiones son simples y comprometen
diletante al hombre ordinario. Estos fenómenos ocurren mientras no se haya formado otro
poder y otro principio de legitimidad. La experiencia demuestra que todo tipo de estado le
corresponde un tipo distinto de legitimidad.

El aspecto de valor de la legitimidad .

El consenso hacia el estado no ha sido forzado y manipulado. La legitimación se presenta


como una necesidad. Muchas investigaciones han probado que el fenómeno de la
manipulación del consenso existe también en los regímenes democráticos.

Si nos limitamos a definir como legitimo un estado del que se aceptan los valores y las
estructuras fundamentales, esta formulación termina incluyendo lo opuesto a lo que
entendemos como consenso: el consenso impuesto y el carácter ideológico de su
contenido. La situación que designa el término consenso consiste en la aceptación del
estado por parte de una fracción relevante de la población; el valor es el consenso
libremente manifestado por una comunidad. El sentido de la palabra legitimidad no estático
sino dinámico. En cualquier manifestación histórica de legitimidad brilla siempre la
promesa de una sociedad justa que el consenso pueda manifestarse libremente sin
interferencia del poder y de la manipulación y sin mistificaciones ideológicas. La
desaparición tendencial del poder de las relaciones sociales y del elemento psicológico
que está ligado a ellas: la ideología.

Ahora bien, el criterio que permite discriminar los diversos tipos de consenso parece
consistir en el distinto grado de deformación ideológica a que está sometida la creencia en
la legitimidad y en el distinto grado de manipulación correspondiente a que se sujeta dicha
creencia.
Se trata en esencia de integrar en la definición el aspecto de valor, que es un elemento
constitutivo del fenómeno. La legitimidad del estado es una situación que se realiza nunca
en la historia, sino como aspiración, y que, por consiguiente, un estado será más o menos
legitimo en la medida en que realice el valor de un consenso manifestado libremente.

“Legalidad”. Bobbio .

En el lenguaje político se entiende por legalidad un atributo y requisito del poder, por el
cual se dice que un poder es legal cuando se ejerce en el ámbito o de acuerdo a las leyes
establecidas. En el uso común se hace según la titularidad. Un poder legítimo es uno cuyo
título está fundado jurídicamente, un poder legal es un poder que se ejerce de acuerdo con
las leyes. Lo contrario a un poder legítimo es el poder de hecho, lo contrario a un poder
legal es el poder arbitrario.

Se entiende por principio de legalidad el principio por el cual se entiende que todos los
organismos del Estado actúan en el ámbito de las leyes. Este principio excluye el ejercicio
arbitrario.

El principio de legalidad se considera como uno de los puntos de apoyo del estado
constitucional moderno, el llamado “estado de derecho”. Se remonta al ideal griego de
isonomia, considerada como la esencia del buen gobierno. Del mismo modo que las leyes
están por encima de los magistrados, estos están por encima del pueblo. Uno de los
principios de la doctrina medieval del estado es la superioridad de la ley aun respecto de la
voluntad del príncipe. Desde la Antigüedad hasta nuestros días, uno de los términos
recurrentes del pensamiento político es la contraposición entre el gobierno de las leyes y el
gobierno de los hombres. Donde gobiernan las leyes, es el reino de la justicia; mientras
que donde lo hacen los hombres, es el reino del arbitrio.

La supremacía de la ley refleja la permanencia del principio de legalidad como idea


regulatoria del buen gobierno.

M. Weber recurre a la contraposición del poder regido por las leyes y el poder personales:
mientras que en el caso del poder tradicional se obedece a la persona del señor y en el
caso del poder carismático a la del líder, en el poder legal el ciudadano obedece al
“ordenamiento impersonal estatuido legalmente y a los individuos puestos al frente del
mismo en virtud de la legalidad formal de las prescripciones y en el ámbito de las mismas”.

Se pueden distinguir tres significados de acuerdo con los diversos niveles en que se
considere la relación entre la ley y el poder. El primer nivel es el de la relación entre la ley y
la persona del príncipe (aquí el príncipe debe gobernar de acuerdo a la conformidad con
las leyes que son superiores a él), el segundo nivel es el de la relación entre el príncipe y
sus súbditos (aquí la idea del gobierno de las leyes está relacionada con la promulgación
de las leyes) y el tercer nivel es el de los casos particulares (aquí el principio de legalidad
consiste en exigir que los jueces decidan las controversias que se les someten de acuerdo
con prescripciones establecidas en las normas legislativas, respetando la ley existente al
momento del hecho). La importancia del principio de legalidad está en el hecho que
asegura el valor de la certeza y el valor de la igualdad en cuya realización consiste la
función del derecho.

Clase 02/09/2021
“Los procesos de Descentralización en sistemas políticos democráticos en vías de
consolidación”. Bercholc  .

¿Por qué y para que descentralizar?


Hay múltiples respuestas, como pueden ser la mayor legitimación al sistema político;
mejorar la calidad de gestión proveyendo a la calidad institucional; lograr eficiencia en la
toma de decisiones, en los procesos económicos y en la provisión de servicios públicos;
desburocratizar; controlar al poder político.

Complejidades en la justificación teórica de la descentralización en articulación con


la democracia.

El sustrato teórico es variado y presenta matices contradictorios.

El más utilizado es el argumento prodemocrático de la participación. También el de la


transparencia y el control de gestión de cuño mas /republicanista/; la desburocratización y
la eficiencia que parecen responder a criterios /sistémicos/ y el principio de /subsidiariedad/
que puede ser leído en clave neoliberal o democratista.

Uno de los fundamentos es el que rescata los beneficios que, para “democratizar la
democracia”, traería la participación más directa y cercana a los ciudadanos. Es un debate
crucial de la ciencia política que no está en absoluto saldado.

En general se acepta que lo intrínsecamente bueno de un proceso de este tipo es aquello


que genera una mayor cercanía y aproximación de la población con los dirigentes que
directamente toman las decisiones, en pos de superar la apatía ciudadana.

En este caso hay una comunicación fluida y una sensibilidad mayor porque el dirigente que
convive con los ciudadanos comparte con estos el espacio público. Y ello resulta plausible
en tanto dicho funcionario tenga los recursos necesarios para responder a las demandas.

Si se produce un eficiente funcionamiento del sistema que redunde en demandas


ciudadanas genuinas y respuestas de las agencias congruentes, rápidas y satisfactorias
en un nivel cuantitativo y cualitativo aceptable, se resolverían varios problemas
relacionados a la legitimidad política.

El nivel de legitimidad sería adecuado desde la perspectiva de la demanda ciudadana por


su correlación con las necesidades de los individuos.

Pero, debemos advertir que dicha cercanía puede tornarse contraproducente para la
legitimidad, e incluso complicarla, si las agencias estatales no poseen los recursos
necesarios para dar rápida, eficaz y satisfactoria respuesta a las demandas.

Estos diseños de control buscaban evitar que las presiones dadas por la cercanía entre
demandantes y demandados generaran esa polea de transmisión de demandas con
sanción de normas positivas. Esto nos lleva a un problema de gobernabilidad.

Podríamos decir que el problema no es la apatía o la escasa participación, sino que hay un
problema en las poleas de transmisión de la democracia y esto lleva a la creación de
mecanismos de participación informal.

Si justificamos desde una visión democratista la viabilidad de un proceso de


descentralización, debemos afinar la idea respecto al tipo de democracia que pretendemos
y a sus condiciones objetivas de posibilidad y de desarrollo eficaz. Más allá de gustos y
preferencias en clave teórica, habrá que cuidar que la cercanía y participación no terminen
complicando sistemas políticos que están sometidos a disfunciones en el proceso de la
toma de decisiones tanto en las agencias estatales como en las organizaciones
representativas.
Una de estas disfunciones es el denominado clientelismo/, atribuido a las estructuras
excesivamente burocratizadas. Por eso es que se argumenta que la descentralización
ayudaría a resolver esta problemática.

El cumulo de demandas sin los recursos para llevar a cabo políticas tendientes a
satisfacerlas puede generar todo tipo de complicación y también la profundización de los
problemas que genera el clientelismo.

Otra justificación seria la “republicanista”. SI observamos el origen del sistema de frenos y


contrapesos y su relación con el control del poder político, su versión histórica más
conocida es la consolidación del proceso constitucional de USA.

Con esta clave se puede justificar la plausibilidad de un proceso descentralizador del poder
en términos de transparencia en los actos de gobierno, de control en el ejercicio del poder,
de mayor limitación a partir del proceso de cesión de competencias y de fragmentación del
poder central que se tornaría omnímodo y autocrático.

Saliendo de la matriz “democratista” de la participación y profundizando en mecanismos


efectivos de transparencia y fragmentación del poder, deben desagregarle distintas áreas
posibles que deberán mensurarse para efectuar análisis comparados realísticos sobre
viabilidad y plausibilidad del proceso de descentralización. En este sentido, hay que
distinguir en dos niveles: la /descentralización del poder/ y la /descentralización del
proceso de toma de decisiones a nivel federal.

La tercera justificación es la /sistémica/. En estas teorías pueden encontrarse


justificaciones importantes para sustentar un proceso de descentralización.

El proceso de desburocratización y la cercanía del individuo demandante respecto a la


agencia estatal, está implicando un proceso de burocracia más simple que pueda dar
respuestas más efectivas y rápidas.

Aquellos entes que deberían renunciar a poder político, que lo hagan voluntariamente; es
esta una lección básica de ciencia política ya enunciada en la “ley de hierro de las
oligarquías”. En su investigación sobre el Partido Socialdemócrata alemán, Mitchels
sostuvo que todo proceso de organización conlleva un proceso de oligarquizacion y de
burocratización, con la generación de intereses propios de organismos burocráticos, sean
estos de cualquier nivel: estatal, subestatal, nacional, provincial o de organizaciones
partidarias.

No deben sustentarse procesos de descentralización que contemplen voluntarismos


inexistentes en el juego del poder, como ser una renuncia voluntaria o graciable del poder
que se detenta y de los recursos financieros que dicho poder conlleva.

Un hipotético proceso de desburocratización llevado a cabo mediante la descentralización


podría generar una superposición de estructuras burocráticas.

Los espacios económicos ampliados hacen menester el desarrollo de instituciones jurídico-


políticas que responden a las necesidades del nuevo escenario comercial y financiero.

El entramado del orden jurídico global es sumamente complejo. La proliferación de


organizaciones y normas no tiene una autoridad central superior y presenta las
características de alta fragmentación y asimetría y existe además una suerte de
superposición de funciones. Hay alrededor de 1850 organizaciones incluyendo a la ONU y
sus agencias.
Se debe ser prudente ante el impulso de desburocratización, pues la proliferación de entes
descentralizados está produciendo una evidente superposición de estructuras burocráticas
y una abundancia normativa.

En el marco de criterios de racionalidad economicista el proceso de descentralización


puede hacer más eficaz a los servicios públicos (educación, salud, policía, etc.).

Algunos ejemplos recientes presentan resultados dudosos respecto a la eficiencia que se


esperaba en estos procesos.

La ley federal de educación diseño un sistema que la descentralizaba la conducción de la


misma, prolongaba la obligatoriedad de la misma y le daba más libertad a las escuelas
para que lleven a cabo su propio proyecto educativo. Esto significo que la financiación,
administración y programación pasaran a manos de los gobiernos provinciales.

Por último, la justificación por aplicación del principio de subsidiariedad. Este principio
pretende limitar la esfera de acción de los entes estatales sosteniendo que todo lo que
puede ser bien y eficazmente hecho por los individuos, no debe ser intervenido por el
Estado. El principio tiene por objeto garantizar que el proceso de toma de decisiones este
lo más cercano posible al ciudadano.

Podrían rescatarse dos opciones de este principio; en clave conservadora, que persigue la
eficiencia económica de sistemas descentralizados y la no intervención de esferas
individuales; y en términos de la enunciación por parte de la UE, en la búsqueda de
consenso y niveles de legitimidad funcionales para las instituciones supranacionales que
podría enunciarse de esta manera.

/El sujeto colectivo social destinatario de la descentralización/.

Dependiendo de la justificación teórica en la que se sustente el discurso podremos


identificar un tipo de sujeto colectivo social diferente para el que se está destinando los
supuestos beneficios del proceso.

La justificación democratista estará más preocupada en la dimensión popular del sujeto.

La dimensión del sujeto colectivo ciudadanía entendido como titular de derecho y


obligaciones, preocupado por el control de gestión, por la eficiencia de las agencias
estatales, por la preservación de las esferas de acción individual, se asocian con los
criterios más próximos a las justificaciones “republicanistas”.

La acepción del ciudadano activo e interesado en las políticas públicas, también guarda
alguna relación con las construcciones tradicionales que la democracia he hecho del
concepto de ciudadanía, entendido como un proceso racional de dialogo que como tal
requiere de ciudadanos interesados, instruidos y participantes activos de la vida política y
preocupados por el control de los actos de gobierno.

Las recientes construcciones en el derecho positivo de normas que protegen a los


consumidores aliente la construcción de un nuevo sujeto colectivo social, el de los
consumidores. Estos gozan de los derechos que les otorga su carácter de contratantes, en
su carácter de usuarios, sin embargo esos derechos no van más allá de la exigencia y las
garantías de una buena prestación. Este tipo de sujeto resulta consecuencia de los que
hemos denominado justificación “sistémica”.
Estas categorías analíticas pueden presentar diversas combinaciones que como
consecuencia genere sobrerrepresentación política en las demandas de algunos
segmentos de la población general de un Estado y sub-representación en otros.

Por sobre-representación política debemos considerar los casos en que un mismo sector
social o individuos detentan las calidades de /pueblo o ciudadano/ activo e interesado en la
cosa pública y titular de derechos y obligaciones; /ciudadano/ preocupado por su esfera
/individual/ de acción y /consumidor/ por tener la capacidad económica para serlo.

Por sub-representación debemos entender lo opuesto, aquellos individuos o segmentos


sociales huérfanos de todo tipo de representación que dificultosamente pueden ser
incluidos en algunas de las variables representativas propuestas.

La dimensión representacional no necesariamente va a ser suplida por un proceso de


centralización. Está claro que depende de cual alcance democrático le otorguemos la
descentralización.

/Descentralización y globalización/.

¿Cómo articular los procesos de descentralización con los procesos de integración


supranacional y la globalización? Estos últimos se caracterizan por ser procesos de
centralización política, de concentración económica y de homogeneización cultural.

De un proceso de descentralización se espera lo contrario: descentralización política,


desconcentración económica, brindando recursos a los entes subástateles y respeto a las
heterogeneidades y particularidades culturales.

En definitiva, los procesos de descentralización estarían en las antípodas conceptuales,


teóricas y dinámicas de los procesos de globalización e integración.

La presión ejercida por la cesión de competencias hacia los órganos supranacionales y,


por otro, la presión hacia debajo de los organismos subástateles, que son casi
inacabables, porque en un nivel subestatal se hallan las provincias, como es el caso de los
landers en Alemania o las comunidades autónomas en España. La cesión de
competencias no es infinita y de algún modo se terminaría vaciando de competencias a
algunas de estas estructuras burocráticas que se superponen.

La fuerza centrípeta de la supranacionalidad se vincula a necesidades económicas que


persiguen la eficiencia y funcionalidad de los procesos económicos para lo cual resultan
útiles los ámbitos de decisión centralizados que respondan a criterios de evaluación
economicista y no político. La fuerte competencia comercial impulsa procesos de
centralización en pos de la preservación de la competividad de las económicas nacionales
en el marco de la globalización de los mercados.

La fuerza centrífuga de la descentralización por la que pugnan las regiones subástateles,


busca la preservación de las identidades socioculturales y la participación democrática en
el proceso de toma de decisiones.

Así se produce una fuga de potestades y de poder político para los estados nacionales por
arriba y por abajo. A ello hay que sumarle las presiones comunales y municipales que
presionan a su vez a las entidades subástateles por la importancia de las grandes
ciudades en algunas regiones.

Ambos procesos resultan complejos en su articulación teórica y fáctica.


ZELAZNIK- GOBIERNO

El gobierno constituye el centro desde el cual se ejerce el poder político sobre una


sociedad. Es el núcleo irreducible, el fenómeno político actual.

Tres formas de abordar el análisis de gobierno:

El primero considera al gobierno como conjunto de individuos que ejercen el poder de


autoridad en un sistema político, o sea, las autoridades.
El segundo considera al gobierno como un conjunto de actividades vinculadas al proceso
de toma de decisiones políticas
El tercero hace referencia a las estructuras de toma de decisiones políticas.

El gobierno como conjunto de actores:

Se pone el foco en el conjunto de personas que ejercen el poder político y determinan la


orientacion política de una sociedad. (gobernantes/miembros del poder ejecutivo)
Hoy en dia el P.E. implementa políticas publicas y emana la mayoría de iniciativas
políticas.

1) El gobierno es una “red de funcionarios públicos íntimamente ligados al ejecutivo, que


participan en los procesos de diseño y ejecución de políticas como miembros de dicha red,
y cuya permanencia es inseparable de la del ejecutivo.”
2) El gobierno es el poder de autoridad formalizado en el orden constitucional y legal,
quedando subordinado en su ejercicio, administración y control a ese ordenamiento

El gobierno como conjunto de funciones:

No existe ninguna actividad que haya sido ejecutada exclusivamente por el gobierno. La
dirección política es la función de gobierno.
La función del gobierno es tomar decisiones políticas e implementarlas efectivamente.

El gobierno como conjunto de instituciones:

Forma parte de las estructuras de toma de decisiones que posee el régimen político de un
sistema político dado. Es un elemento constituyente del régimen político. El sistema
político esta compuesto por tres elementos centrales: la comunidad política (ideologías y
valores, personas y grupos activos ) el régimen político (reglas de juego y estructuras de
autoridad)  y las autoridades (titulares de roles con autoridad)

Gobierno en Sentido Amplio: conj. de instituciones encargados de tomar decisiones de


gobierno, entre las cuales se encuentran el PE (los lineamientos políticos, sus decretos
etc.), el PL (a través del tratamiento de las leyes) y en alguna medida el P. Judicial cuando
se trate de arbitrar conflictos de interpretación de las normas surgidas por los poderes
Ejecutivo y Legislativo respectivamente.

Gobierno en Sentido Estricto: únicamente incluimos en esta perspectiva a la institución del


Poder Ejecutivo, los titulares de roles de autoridad del PE, quienes tienen entre sus
funciones principales decidir las políticas del Estado y delimitar con ello las prioridades en
cuanto a las medidas a seguir para la obtención del logro de su plan de gobierno.
Sistema político: es un conjunto de instituciones, grupos y procesos políticos
caracterizados por un cierto grado de interdependencia recíproca. Es un conjunto de
conductas interrelacionadas a partir de las cuales se asignan valores con autoridad en un
sistema social. Sus elementos centrales son la comunidad política, el régimen político y las
autoridades.

Régimen político: conjunto de instituciones k da soporte al sistema político. Sus


elementos constitutivos son un conjunto de estructuras de autoridades encargadas de
tomar e implementar decisiones; un conjunto de normas y procedimientos y reglas del
juego k determinan la forma de elección o designación de las personas k ocupan las
estructuras de autoridad, los mecanismos a través de los que se toman e implementan
decisiones, la forma en la k se interrelacionan distintas estructuras de autoridad, y las
formas en las k se relacionan las formas de autoridad con la comunidad; y la ideología,
valores y creencias institucionalizadas y legitiman al régimen.

Formas de gobierno (SARTORI/ ZELAZNIK)

Según la interrelacion del P.E y P.L surgen 3 formas de gobierno, presidencialismo


parlamentarismo y semipresidencialismo.

Parlamentarismo :

 Mas asociado a la democracia y reg. Políticos constitucionales


 Origen en pase de monarquía constitucional a parlamentarias en Gran Bretaña
 No hay independencia entre poderes ejecutivo y legislativo
 Estructura dualista y colegiada del ejecutivo
 Elección indirecta del jefe de gobierno x el parlamento (responde a él)
 Gobierno no tiene periodo fijo
 Parlamento sobreano elegido directamente por periodo no fijo (única institución con
legimitidad directa
 Primer ministro tiene mayoría parlamentaria
 Elementos institucionales: voto de censura constructivos

Estructura poder ejecutivo: hay distinción entre jefe de gobierno (primer ministro) y jefe

de estado (rey/presidente). Hay dualismo y carácter colegiado. Concentracion de autoridad


en primer ministro.

Eleccion de jefe de gobierno: El primer ministro es elegido de manera indirecta por el


parlamento. (voto de confianza o aceptación tacita) El jefe de estado propone su
desginacion. Despues el primer ministro designa al resto de ministros.
El parlamento puede destituirlo, pero la duración no esta sujeta a plazo.

 
Eleccion del poder legislativo: el parlamento es la única institución con legitimidad
democrática directa, pero no son elegidos por periodo fijo. El primer ministro puede
disolver al parlamento. Los miembros de gabinete suelen ser al mismo tiempo miembros
del parlamento. No hay separación de poderes en el parlamento (hay fusión)

En caso de bipartidismo (gobierno de gabinete) uno alcanza la mayoría y el otro es


opositor. Consecuencias: imposibilidad de censurar al gobierno y poder ejecutivo
monocolor.

En caso de asamblea (alta fragmentación del sistema de partidos) consecuencias: gob


formado por mas de un partido.

Presidencialismo:

 Influenciado por Const. De EEUU


 Presidente y Congreso elegidos directamente x el puebl x periodo fijo. Comparten
legitimidad
 Ejecutivo unipersonal (presi jefe de estado y gobierno)
 División de poderes (no pueden compartir miembros)
 Tiende a la personalización de la política. Forma posible de org. Inst. políticas

El presidente tiene poderes reactivos (poder de veto, iniciativa de leyes) y poderes


proactivos (aprobar legislación q no se trato en el Congreso, legislar mediante decretos)

EEUU: Sistema de balances y contrapesos.

Semiprecidencialismo

 Forma intermedia entre presidencialismo y parlamentarismo


 Distincion jefe de estado (presi) y gobierno (primer ministro)
 Presi elegido x sufragio x tiempo determinado,comparte el poder ejecutivo con un
primer ministro (estructura dual)

“Presidencialismo vs. Parlamentarismo”. Linz .

En los sistemas parlamentarias, la única institución con legitimidad democrática es el


Parlamento, y el gobierno que deriva de su autoridad con la confianza o aprobación del
Parlamento.
Dos cosas sobresalen en los sistemas presidenciales. Una es la clara legitimidad
democrática del Presidente, en muchos casos con un fuerte componente plebiscitario
aunque a veces basado en menos votos que muchos primeros ministros de sistemas
parlamentarios con gabinete en minoría, débilmente legitimado por el electorado. Un
sistema presidencialista, le da al Presidente los atributos del Jefe de Estado, representante
de la nación y los poderes del Ejecutivo.

En un sistema presidencial, los legisladores tienen también legitimidad democrática y es


posible que la mayoría de estos representen a opciones distintas a las del Presidente.

La segunda característica de los sistemas presidenciales es el hecho de que los


Presidentes son electos por un periodo de tiempo, que en circunstancias normales no
puede ser modificado, y a veces debido a cláusulas que prohíben la re-elección, no
pueden ser prolongados. El proceso político se divide entonces en periodos discontinuos y
rígidamente determinados sin posibilidad de reajustes periódicos en la medida en que los
acontecimientos políticos, sociales y económicos lo requieran.

Por otro lado, las constituciones presidencialistas muestran una profunda desconfianza
hacia la personalización del poder. Por lo tanto introducen muchos mecanismos para
limitar el poder que puede convertirse en arbitrario. Si fuésemos a aceptar la tendencia
Latina al personalismo en el carácter y la cultura política de la sociedad, cabría poca duda
de que algunas de esas tendencias son reforzadas por el orden institucional.

/El proceso político en democracias presidencialistas y parlamentarias/.

Algunas de las disposiciones legales en las constituciones presidenciales y alguna de las


reglas no escritas que diferencian ambos tipos de democracias. Debemos discutir otros
temas, por ejemplo, como se estructura la competencia política en un sistema en el cual el
Presidente ha de ser electo directamente por el pueblo, el estilo en el ejercicio de la
autoridad y poder, las relaciones con el Presidente, la clase política y la sociedad, y la
forma en que el poder será ejercido, y los modos de resolución de conflictos.

La sensación de tener un poder independiente, da al Presidente un sentido de misión a


cumplir y de poder que contraste con el peso real del porcentaje que lo elegido.

Las elecciones presidenciales tienen la ventaja de permitir que el pueblo decida quien lo
gobernara por un periodo de tiempo, en lugar de dejar esa decisión a los políticos. El
Presidente tendría un mandato directo del pueblo. Si no se requiere un porcentaje mínimo,
el elegido podría tener un porcentaje muy bajo y sería incapaz de sentir que tiene un
apoyo plebiscitario popular. Normalmente los dos candidatos de los partidos mayoritarios
se turnan en la primera o segunda vuelta. Una de las consecuencias de la confrontación
entre dos candidatos viables, es que previo a la elección es probable que se formen
coaliciones. En un sistema de partidos, estos pueden lograr una importancia desmedida
respecto a su caudal de votos. Esto facilita diferenciar la influencia de los extremistas.

Se puede decir que la mayoría del electorado se encuentra al centro del espectro político y
está de acuerdo con la exclusión de los extremos.

En una elección de una sola vuelta, ninguno de los candidatos más fuertes puede ignorar
la mayoría necesaria.

/Estilo de hacer política en los regímenes presidencialistas/.

Alguna de las más importantes consecuencias de los regímenes Presidencialistas, surgen


de la naturaleza del cargo: los poderes asociados a él y los límites que le imponen. La
presidencia es por naturaleza bidimensional, pues el Presidente representa a toda la
Nación y a una opción política.

Las dimensiones simbólicas son difícilmente reconciliables con su rol político luchando por
implementar su plan de gobierno. No es siempre fácil ser el elegante orador y el
demagogo. Un sistema presidencial en comparación con una monarquía parlamentaria, no
permite la diferenciación de roles.

Un presidente no es como un Primer Ministro, quien como miembro del Parlamento


todavía pertenece a un cuerpo mayor en el cual se tiene que lidiar como un igual. Un
Presidente, por otro lado, dado su rol de Jefe de Estado no tiene que tener esas relaciones
pues tiene la libertad de recibir o no a sus oponentes. Además, el oponente derrotado
ocupa una posición ambigua pues al no tener puesto alguno y no ser parte del parlamento,
no puede actuar con respecto al Presidente del mismo modo que lo hace el líder de la
oposición parlamentaria en Westminster.

Dada la inevitable posición estructural, no es raro que el pueblo piense que tiene más
poder de que tiene o debería tener. La interacción entre un Presidente popular y las masas
puede generar un clima de tensión política y agitar a sus oponentes.

La elección libre por el Presidente con sus colaboradores, la opción de relevarlos cuando
sus posturas le son indeseables, y la incapacidad de ellos de regresar al Parlamento con
una base independiente de poder como representantes, para cuestionar allí y en reuniones
partidarias la política del Primer Ministro, hace que hagan falta personas de carácter firme
en el gabinete presidencial. Un Presidente puede proteger a sus ministros de la crítica,
mucho más de lo que puede hacerlo un Primer Ministro, los cuales pueden ser censurados
por el Parlamento.

/El problema de la continuidad y discontinuidad/.

Las ventajas del régimen presidencial es que asegura la estabilidad del Ejecutivo. La
imagen de inestabilidad de un gobierno parlamentario, se puede ver en la 3ra o 4ta
República francesa. En algunas comparaciones se olvida que las democracias
parlamentarias han sido capaces de producir gobiernos estables. Se desconoce que el
parlamentarismo permite sustituir al Primer Ministro. Puede ser remplazado por su partido
o por una nueva alianza, sin que esto provoque una crisis institucional.

Excepto que la alineación interna del Parlamento haga imposible la formación de un


gobierno, el mismo sería capaz de lograr un nuevo Primer Ministro. En casos de crisis más
serias, la alternativa seria llamar a elecciones.

Los Presidentes son elegidos para el cargo por términos fijos, lo cual le da mayor rigidez al
proceso político en caso de necesitar sustituirlo. Aunque existen los mecanismos para
hacerlo sin violar la Constitución. Esta rigidez no permite vacíos de poder ni interrupciones,
aunque nadie puede asegurar que los votantes han elegido a Vicepresidente para ocupar
el cargo (por ejemplo, las protestas en Brasil frente al impeachment).

La renuncia bajo presión genera una crisis política mucho mayor. Es difícil imaginarse la
sucesión siendo resuelta entre los líderes políticos sin llevar al pueblo el debate y sin usar
la amenaza de instituciones no democráticas como un juicio o la intervención política de
las FFAA. Los conflictos no pueden permanecer ocultos en los pasillos.

La democracia es por definición un gobierno temporal, en el cual el electorado puede


hacer rendir cuentas a los miembros del gobierno. Es probablemente la garantía mayor
contra la omnipotencia y el abuso del poder. Tiene también consecuencias, ya que ningún
gobierno puede asegurar tener tiempo para implementar sus promesas; y todo gobernante
democrático querría asegurarse la continuidad en un largo periodo de tiempo. La
concentración de poder en el Presidente ha conducido a muchos regímenes a limitarlo a
uno o dos mandatos.

/ ¿Si no lo hace el presidencialismo, el parlamentarismo garantizara la estabilidad


democrática?/

Un Primer Ministro fuerte, que pueda garantizar un proceso de toma de decisiones


responsable, fortalecer el papel de los partidos políticos mientras asegura las
oportunidades para una competencia genuina, limita la fragmentación política, por
mencionar solo algunas características deseables.

Un hibrido no es preferible al régimen parlamentario.

Todos los regímenes dependen de la disposición de la sociedad y de la contribución a su


estabilidad de las instituciones y fuerzas sociales más importantes. Dependen también del
consenso para legitimar a la autoridad por vía democrática. Todos los regímenes
dependen de la capacidad de los líderes para gobernar. Depender de las cualidades de un
líder político, puede significar grandes riesgos.

Clase 09/09/2021
“Crisis en el modelo de estratificación social, participación y representación
política”. Bercholc  .

La emergencia permanente del Estado democrático. Crisis en el modelo de


estratificación social, participación y representación .

En Latinoamérica muchos Estados de la región se encuentran en situaciones de crisis que


devienen en procesos de excepcionalidad institucional, jurídica y normativa.

El estado de emergencia se ha transformado en una constante y las normas de


excepcionalidad se derivan a múltiples áreas normativas.

Hay efectos observables, en los clivajes referidos que merecen ser analizados con
detenimiento antes de categorizarlos.

Nos hallamos ante suma emergencia y crisis coyuntural o nos enfrentamos a un proceso
de desestructuración de un modelos político-institucional típico y a la emergencia de uno
nuevo, que transforma en residual todo lo anterior.

Si se corroborara tal hipótesis, la emergencia no sería coyuntural sino que implicaría un


cambio de paradigma, que en las actuales circunstancias se asemeja a un cambio de
época.

Es que no hay clivaje que no esté hoy sujeto a las tensiones de la emergencia
permanente, del cambio de paradigma.

Los conflictos sociales no son los que eran. Una nueva estratificación social irrumpe en la
vida cotidiana. Es un conflicto de ciudadanos que se “desciudadanizan”, en tiempos en que
se consagran bienes jurídicos tutelados de 3ra y 4ta generación.

El poder ejecutivo legisla a través de decretos de necesidad y urgencia que se transforman


en moneda corriente y agencias estatales descentralizadas desarrollan una tarea
normativa en expansión constante y de dificultosa comprensión para la mayoría de los
ciudadanos.

El poder judicial adquiere un marcado activismo y protagonismo en todas sus instancias.

El poder legislativo, cede ante lo que se da en llamar el decisionismo estatal, la delegación


de facultades y la democracia delegativa.

El monopolio del poder de represión del Estado, parece insuficiente en términos


cuantitativos ante los nuevos conflictos de una sociedad de excluidos e incluidos.

Nuevos actores no institucionalizados ganan la calle en busca de dar respuestas que el


Estado de derecho no puede dar. A su vez, las instituciones que deben servir de poleas de
transmisión de demandas muestran su impotencia para canalizar y dar respuestas a las
variadas, contradictorias y excluyentes demanda provenientes de un cuerpo social
altamente fragmentado.

Paralelamente a estos focos de tensión, los cambios tecnológicos resultan de una


magnitud excepcional, que rompen con las estructuras de codificación modernas,
generando nuevas sintaxis y modelos comunicacionales de representación y construcción
simbólica de la realidad y dificultades de comprensión de esos procesos de cambio,
potenciando así la exclusión del sistema educativo y comunicacional.

Estas novedades exponen a las instituciones a nuevos desafíos. Las recurrentes


emergencias generan constantes cambios, adaptaciones y reacomodamientos de los
sistemas jurídicos a ese estado de cosas. Esas adaptaciones se llevan a cabo con poca
prolijidad.

Cuando el funcionamiento del sistema político se desarrolla en un escenario complejo


extendido temporalmente, habrá llegado la hora de examinar el problema de otro modo. Es
posible que existan dificultades estructurales e intrínsecas que les impiden un
funcionamiento eficaz.

Las delegaciones legislativas de emergencia devienen en fenómenos “decisionistas” de


facultades hacia el Ejecutivo en detrimento del Legislativo. De algún modo, deben
reflejarse como actos normativos jurídicamente válidos.

En el marco de la clásica división de poderes, los procesos delegativos tienden a que fluya
al Ejecutivo, cuyo control queda en manos del Judicial vía el ejercicio de la facultad de
control de constitucionalidad.

En este esquema, el Parlamento, queda vaciado de funciones específicas y solo tiende a


legitimar el proceso de toma de decisiones delegado.

Dicho esquema se relaciona con la mimetización del Parlamento con las estrategias
partidarias, más aun si el oficialismo tiene mayoría en una o ambas cámaras. El
Parlamento tiende a transformarse en una institución donde son representados los partidos
políticos, los legisladores deben alimentarse con las necesidades y líneas de acción
partidarias.

Si el Parlamento delega al Ejecutivo la /producción legislativa/ y si la /acción de control/ se


ve inhibida por su cooptación institucional, se dificulta encontrar canales viables para el
desempeño eficiente y conducente de la institución.
La tarea de control queda así en manos del Poder Judicial, con la mera interposición de
una demanda judicial sin otra mediación que la de un abogado que dirija la presentación.

Este proceso entre el Ejecutivo y el Judicial es lo que genera la mencionada


“/judicialización de la política/” o la “/politización de la justicia/”.

Hablamos de doble vía porque esto es impulsado tanto por el Poder Judicial, como por el
Ejecutivo; el primero por su tendencia a restringir su conducta de autolimitación y el
segundo por requerir la legitimación judicial.

Así planteado, el debilitamiento del Parlamento y el reforzamiento de los controles


judiciales, operan como una seria dificultad teórica para las doctrinas “democráticas
parlamentaristas”.

Sobre la participación: estratificación social, expansión de la ciudadanía y nuevos


modos participativos .

En un Estado democrático, la participación política de los ciudadanos requiere ser


canalizada a través de partidos políticos que contengan y transmitan las demandas de la
ciudadanía hacia las instituciones estatales.

El caso de la representación corporativa ha sido útil para la participación democrática, en


particular ante el cambio de las características de los partidos políticos con su
metamorfosis desde los partidos de masas hasta la versión mediática que predomina en la
actualidad, de la mano de los cambios tecnológicos y comunicacionales, y su influencia en
la modificación de las conductas y las pautas culturales, sociales, económicas y políticas
de la población.

Las novedades en el modelo de estratificación social producen modificaciones en los


modos de participación. La relación /incluidos-excluidos/ genera una nueva modalidad de
diferenciación social en el esquema del sistema de dominación. Ahora el dualismo impone
una estratificación exclusiva del sistema para aquellos individuos con escasa calificación
laboral y pobre evolución educacional. Aquel que no tenga las capacidades y saberes
adquiridos vera comprometida su inserción en el mercado laboral, cada vez más exigente
con la formación de los trabajadores.

Los excluidos carecen de representación corporativa y los partidos políticos solo les
ofrecen planes de asistencia social de corto plazo y meramente de subsistencia.

Así aparecen fenómenos de participación política no institucionalizada.

El proceso de desciudadanización es paralelo a un proceso de expansión de la ciudadanía


a partir de la consagración de nuevos derechos, garantizados por los textos
constitucionales, que general una proliferación de ONG’s especializadas en cuestiones
diversas.

A veces partidos políticos mediatizados que asumen la comunicación política vía medios
masivos de comunicación como una de sus tareas esenciales deben adquirir las formas
comunicacionales de los /mass media/, simplificación y reduccionismo de una realidad
compleja y contradictoria, y los mensajes ambiguos que, emitidos a un receptor masivo,
impide a fines estratégicos, la asunción de compromisos explícitos y profundos en sus
enunciados discursivos.
De ello resulta la participación popular que presenta una avalancha de demandas
altamente fragmentadas, que no encuentran en los partidos políticos un canal
institucionalizado eficaz para ser escuchados por el poder político.

Sobre la representación: límites y complejidades de la representación política .

La teoría de la representación se enfrenta a limitaciones y complejidades varias.

El modo de realización de la representación, su control, el ámbito de su realización, las


características y/o dimensiones representables y el proceso de selección de los individuos
que representaran a los titulares de la soberanía política implican distintos niveles de
complejidad y dificultad para eficaz realización de la teoría.

La representación, la reproducción de un objeto a través de un signo, implica “/simulación/”


que, además de reproducir, representar e imitar también puede significar, /fingir engañar,
mentir/.

Los distintos signos que contribuyen a dar significación a un proceso representativo como
medio para representar y reproducir objetos, ideas o sujetos colectivos, resultan el arte de
la simulación, el medio por el cual, también se puede mentir, engañar, fingir o montar una
estratagema.

Desde la existencia de sociedades masivas, con heterogeneidad de intereses que


conviven en ella, se ha ido ampliando la necesidad de la representación política y social en
el seno de las instituciones de gobierno.

Como materializar fiel y eficientemente la idea de que “/el pueblo no delibera ni gobierna,
sino por medio de sus representantes…”/, según el art. 22 de la CN.

Además de la dificultad en el correlato de los intereses en conflicto en las sociedades


modernas, los que se diriman políticamente, habrá que observar cómo se efectivizan los
mandatos, el modo del ejercicio de la voluntad de los representados por parte de los
representantes, y si aquellos cuentan con medios de control de los que hacen en su
nombre.

En esa ardua cuestión, suelen distinguirse tres modelos de ejercicio en la representación


política:

-Delegativa (el representante carece de margen de maniobra, de iniciática y de autonomía;


debe respetar los deseos de los representados).

-Fiduciaria (lo que guía al representante es su interpretación del interés de los


representados de acuerdo a su percepción; el representado delega la interpretación de sus
intereses en el representante);
-Sociológica (se preocupa más por la fiel representación del conjunto social que de los
individuos; un tipo eficaz de esta representación reproduce como un espejo las
características del cuerpo social en la institución representativa).

Estos modelos son “tipos ideales” al estilo weberiano, pero sirven para elaborar hipótesis.

El déficit de las dimensiones representativas en el Parlamento .

Al déficit de representación en el Parlamente lo conforman dimensiones representativas


deficitariamente reflejadas en el Parlamento.
-Escasa correlatividad entre los representantes y los representados como reflejo fiel del
nivel socioeconómico, educativo, de género, cultural y profesional de la sociedad.

-La imagen del Parlamento, relacionada con el ejercicio del debate. Este tipo de
representación simbólica confronta con la representación inicial que imponen como modelo
de representación de la realidad los medio de comunicación audiovisuales.

-Escasa visibilidad y transparencia de quien es el representado.

-Escasa correlación entre el mandato obtenido y las decisiones efectivas que se asumen.

¿A quién representa el parlamento?

La escasa visibilidad y transparencia respecto de quien es el sujeto representado no llevan


a una especie de “/nuevo mandato imperativo/” que le imponenen a los legisladores las
cúpulas partidarias.

A partir de la influencia de las elites diligénciales de los partido, la vida parlamentaria no


refleja la relación entre representante y representado. Ha aparecido el partido político,
quien en realidad es el gran elector que selecciona a los candidatos en procesos poco
transparentes y cupulares.

La tradición parlamentaria anglosajona relaciona al parlamentario con los intereses


generales y en modo alguno con intereses locales o de bloque. Sin embargo, el peso e
influencia de los partidos en el proceso de selección interno, da por tierra dicha ficción.

El Parlamento adopta criterios vinculados a la lógica de las mayorías electorales. Queda


reflejada la dialéctica mayoría/minoría, en detrimento de la tradicional dualidad
Gobierno/Parlamento.

La vida parlamentaria queda así reducida al acompañamiento que estará en condiciones


de imponer el Gobierno a favor de su acción ejecutiva. Incluso obteniendo facultades
delegadas excepcionales.

El Parlamento, cooptado su ámbito representacional por los partidos políticos, reflejara


todas las disfunciones, crisis y transformaciones que aquejan a estos.

Liberalismo y democracia.

El surgimiento del liberalismo en el s. XVII significara la aparición de un nueva forma de


pensar la política, basada centralmente en las libertades individuales. Estos cambios, se
incorporaran a la teoría de la democracia a tal punto que la democracia moderna es una
democracia liberal.

Básicamente centrado en la preocupación de limitar el poder de las autoridades para dejar


espacio al individuo frente al poder del Estado, el liberalismo articula una serie de
conceptos (concepción del sujeto como poseedor de derechos, la representación, el nuevo
concepto de libertad y el gobierno legal y constitucional).

Ya el contractualismo había modificado el concepto de lo social. La sociedad deja de ser


considerada un orden natural para constituirse producto de la voluntad de los hombres
libres e iguales que viviendo en un estado de naturaleza deciden crear la sociedad civil. El
contractualismo significa el origen artificial de lo social.
El individuo es ahora el protagonista de la vida política. La concepción religiosa de la
sociedad es remplazada por la individualista.

En esta sociedad constituida a partir de individuos, la libertad adquiere otro carácter.


Constant bautizara la “libertad de los modernos”, diferenciándola de la de los antiguos.

La necesidad de la participación no constituye un acto de libertad en el mundo moderno.


Para Constant la libertad política radica en la posibilidad de la elección de la participación
en la vida pública, la libertad de elegir y ser elegido. La participación política aparece como
una posibilidad, una opción libre de los ciudadanos a quienes se les debe garantizar la
posibilidad de elegir su participación, no deben interponérsele obstáculos.

Estos individuos libres son considerados sujetos de derecho, poseedores de una serie de
derechos contra los cuales nadie puede actuar (a la vida, a la libertad, a la seguridad, a la
felicidad, etc.). EL Estado debe actuar como garante y protector de los mismos,
defendiéndolos ante cualquier intervención, violación o avasallamiento posible.

De la nueva concepción de lo social, la centralidad del individuo y del concepto de “libertad


negativa”, el gobierno que aparece junto con el liberalismo es el gobierno representativo.
Al rescatar el concepto de representación, el liberalismo dosificara a la democracia porque
incorporara un elemento tradicionalmente no democrático como es la representación. La
dimensión de la política y la democracia deja de ser directa para transformarse en
representativa.

La transformación que experimentaron la teoría y la practica democrática tienen


consecuencias importantes. El gobierno popular ya no debe extenderse a los Estados
pequeños sino que podía hacerlo casi indefinidamente.

El liberalismo entendido como el cuerpo teórico que se fue articulando alrededor del
individuo y sus libertades, se transformó en un elemento constitutivo de la democracia.
Esta última es hoy un producto político de la civilización occidental. Desde mediados del s.
XIX los valores liberales y democráticos se han fusionado llegando a confundirse.

La era de la democracia: la democracia en el pensamiento contemporáneo.

Schumpeter marca un importante punto de ruptura dentro de la teoría democrática. Su


nueva propuesta, constituye el punto de partida de un amplio debate y renovación
conceptual en torno a la democracia y sus problemas.

Tras la Segunda Guerra Mundial las distintas ideologías se apropiaron del término para
calificar como democráticos a regímenes diversos. Esto a desembocado en lo que Sartori
llama una época de democracia confusa. El término nunca había sido tan utilizado, pero
tampoco había estado tan vacío de contenido.

Held en Modelos de Democracia describe de forma similar el panorama de la teoría de la


democracia. Considera que en casi todo el mundo los regímenes dicen ser democráticos;
sin embargo lo que cada uno de estos dice es distinto (la democracia parece darle un aura
de legitimidad a la vida política moderna.

Desde la teoría de la democracia se ha estado intentando establecer bases comunes al


debate a partir de las “definiciones mínimas”. Ya sea consideradas como “aquel conjunto
de normas y procedimientos que resultan de un acuerdo-compromiso para la resolución
pacífica de los conflictos entre los actores sociales y los otros actores institucionales
presentes en el escenario político” o como “conjunto de reglas que establecen quien está
autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo que procedimientos”. Toda práctica
tiene un sentido determinado al interior de los grupos y sociedades; los procedimientos en
sí mismos nada nos dicen del funcionamiento y el significado real de la democracia en
cada comunidad.

La teoría de la democracia se ve nuevamente afectada por la crisis del Estado de


bienestar, la caída de los comunismos reales y las características del nuevo mercado
internacional. El triunfo de la democracia liberal significa la definitiva universalización de
los procedimientos de este modelo.

Una de las grandes transformaciones de la política moderna es el sufragio universal. La


irrupción de las masas en el sistema político y su reconocimiento institucional por medio
del sufragio universal introduce una nueva dinámica que transformara la forma de pensar
la participación, la libertad, las instituciones y la democracia.

Max Weber comprende el hecho de que la transformación de la política de clases en


policía de competencia entre partidos supone un cambio de formas y de contenido. Son el
escepticismo y una percepción sombría del futuro los determinantes de las construcciones
weberianas.

Las sociedades modernas son fundamentalmente sociedades que masas que ahogan
cada vez más la posibilidad de una vida individual, la participación en la vida democrática y
la posibilidad de gozar y ejercer las libertades individuales. La expansión de la burocracia
como cuerpo administrativo de la dominación legal-racional constituye el cerco dentro del
cual queda aprisionado el individuo.

Weber es presa del doble juego entre la necesidad e inevitabilidad de los procedimientos
para garantizar la vida democrática a la vez que el efecto restrictivo de los mismos sobre
las libertades individuales. Weber rescata como una posibilidad, la política, las
instituciones representativas y el líder carismático.

El sufragio universal implica el surgimiento de asociaciones políticas que tienen como


tarea centra organizar al electorado que es heterogéneo y fragmentado por múltiples
intereses, Con el rol que desempeñan los partidos políticos en la vida pública, el liderazgo
es el medio más eficaz para controlar la organización y para atraer al electorado. Weber
describe a la democracia como un mercado.

Los partidos políticos y el liderazgo aparecen como las consecuencias de la masificación


de la vida democrática, así como las garantías para evitar la definitiva dominación
burocrática-administrativa en el Estado.

En la misma línea Schumpeter desarrolla el problema de la relación liderazgo-masas al


interior de la teoría de la democracia. La lógica del nuevo espacio público lleva al autor a
describir a las democracias modernas reales en términos de un método institucional
mediante el cual se elegirá a aquellos que tendrán el poder de decidir en las sociedades
modernas.

Schumpeter rechaza la teoría clásica de la democracia. Este modelo se caracteriza por


estar relacionado con conceptos como voluntad general, y se articula en torno al
protagonismo del pueblo. Se supone que los sujetos son racionales, capaces de discernir
entre su interés personal y el interés general y actuar en beneficio de este último
renunciando al primero. En esta percepción no hay cabida para la nación de partes, por lo
tanto no existe la posibilidad de representación o de mandatos imperativos; se representa
al todo que es el pueblo soberano.

Schumpeter polemiza con esta teorización. Su punto de partida es la desarticulación de la


teoría clásica de corte roussoniano, porque esta está asentada sobre dos supuestos
erróneos. EN primer lugar suponer la existencia de un interés común, y en segundo, la
existencia de una voluntad general que se corresponde con aquel. Para desarticular estos
conceptos Schumpeter debe cuestionar la racionalidad del sujeto protagonista de la teoría
clásica.

Schumpeter retoma a Weber en la noción de la mercantilización de la política al comparar


al funcionamiento del mercado con el del sistema político.

Así, la otra teoría de la democracia es definida como un método para llegar a decisiones
políticas en el que los individuos adquieren poder de decidir por medio de una lucha de
competencia por el voto del pueblo. Se reduce la democracia a un método electivo
mediante el cual el pueblo crea un gobierno eligiendo a un líder. La democracia queda
entonces reducida a la competencia por el liderazgo.

Esta particular construcción producirá dos ejes centrales de debate. Uno es como debe
definirse a la democracia (si a partir de lo que realmente es o de su deber ser) y el otro eje
pasa por definir el rol de los liderazgos en las democracias modernas. Estos ejes han dado
origen a los debates empirismo vs. normativismo y elitismo vs. anti elitismo.

Los estudios sobre la participación y las conductas políticas han corroborado las
afirmaciones de Schumpeter sobre la participación política respecto de la apatía y el
desinterés por lo público y lo alejado de la esfera de directa responsabilidad y la
manipulación de la opinión.

Por otro lado, la teoría económica de la democracia se diferencia de la teoría


schumpeteriana por la racionalidad de las conductas del votante-consumidor. Según esta
escuela la premisa básica es la maximización de la utilidad.

Del tronco schumpeteriano se desprende la teoría pluralista cuyo autor principal el Dahl.


Este entiende a la democracia como la posibilidad de la igualdad de participación y control
de los ciudadanos sobre el gobierno. Pero dado que es imposible el control igualitario de
los gobernantes por parte de los gobernados, no se puede hablar de democracia. Para
Dahl los teóricos del elitismo tienen razón cuando afirman que el poder está en manos de
las minorías. Dado que es imposible una democracia real, lo que existe en realidad es
la poliarquía, es decir la combinación de liderazgos con control de los no líderes sobre los
líderes.

Las características que Dahl describiera se han convertido en los requisitos mínimos de las
democracias reales. Dahl describe poliarquías desde y para sociedades pluralistas, es
decir, reconociendo la dispersión del poder. En esta versión de la democracia el rol de los
liderazgos es atenuado por el concepto de grupos de interés. Estos son los protagonistas
de la vida política.

Otro aspecto que Dahl incorpora es la relación entre los líderes. Estos deben negociar
para mantener la gobernabilidad del sistema. Esta negociación no solo sirve para acordar
políticas en el marco de una sociedad pluralista, sino también como mecanismo de control
entre los propios líderes que se obligan mutuamente a permanecer dentro del sistema,
respetando las reglas del juego. Se establece así un doble control al liderazgo (vertical,
ejercido por los ciudadanos comunes, y horizontal, por los otros líderes).

Dahl y Schumpeter son considerados expositores de los que se ha denominado teoría


empírica de la democracia. La descripción de los que la democracia es
independientemente de los valores y creencias compartidas.

A partir de Schumpeter nuevas visiones de la democracia han bautizado a esta corriente


“teoría elitista de la democracia”. El común denominador resulta el rol central que para
todos ellos juegan las elites en las democracias. Los anti elitistas critican este realismo,
pues al descubrir a la democracia “tal cual es” se está avalando la supremacía de las
elites.

Según diversos autores, el poder esta irremediablemente en manos de las elites.

Muchas críticas han surgido como reacción a estas teorías. Las más importantes van
dirigidas a la ficción de la teoría clásica de Schumpeter.

Varios autores coinciden en sostener el carácter ficcional de la democracia


schumpeteriana y afirman que esta engloba dentro de una construcción toda una gama de
autores muy diversos entre sí. Sostienen también que el primer error de Schumpeter es
considerar a su definición como una alternativa a la democracia clásica. Agregan que el
modelo clásico es, en realidad, una confusa mezcla de la democracia como protección y
democracia como desarrollo.

En términos de Peterman, Schumpeter ha tenido su mayor triunfo en lograr que su teoría


de la democracia haya sido aceptada por la mayoría de los teóricos de la democracia.

Respecto de su descripción empírica de la democracia lo que en verdad hace es reflejar la


acogida a la estructura actual de poder y a las decisiones de la elite de las grandes
sociedades industriales. Esta teoría general pretende estar por sobre las ideologías, pero
en realidad está profundamente enraizada por estas.

Este presunto realismo de la teoría competitiva de la democracia implica la perdida de la


dimensión normativa del concepto democracia.

Para McPherson es un modelo “elitista, pluralista de equilibrio”. Pluralista en el sentido de


que parte del supuesto de que la sociedad a la que debe adaptarse un sistema político
democrático moderno es una sociedad plural; es elitista en el sentido de que asigna el
papel principal en el proceso político a grupos dirigentes que se escogen a sí mismos;
modelo de equilibrio en el sentido de que presenta el proceso democrático como un
sistema que mantiene el equilibrio entre la oferta y la demanda de las mercaderías
políticas.

Esta idea de democracia como equilibrio se origina en la analogía entre mercado


económico y mercado político que realizan los autores de esta corriente.

Las críticas centrales de McPherson tienden a desarticular el supuesto de la soberanía del


consumidor y la falacia de la semejanza entre mercado económico y mercado político. Lo
acertado de la descripción de la democracia como equilibrio depende de tener y considerar
al hombre como un hombre de mercado y a la sociedad como una sociedad de mercado, y
el equilibrio que produce este modelo es un equilibrio de desigualdades.

Los teóricos que critican al elitismo proponen una teoría en la cual se rescata el rol
transformador de los valores y se niega el protagonismo de elites “auto elegidas” en el
centro del sistema político. Esta teoría pone el acento en la participación como valor
central.

Reconociendo su fuente en la teoría clásica, algunos autores afirman que la poca


participación y la desigualdad están íntimamente unidas y hace falta un sistema político
más participativo.

Para los teóricos de la democracia participativa, la democracia vista como un método


donde las elites compiten por el libre voto de los ciudadanos es una visión que desvirtúa lo
que esta es, y está pensada para legitimar la toma de decisiones concentrada en los
grupos de poder. La concepción de la democracia elitista sirve de defensa a la división
entre las elites y las masas.

Paterman recupera el concepto de participación como el núcleo central de la teoría


democrática. La existencia de la democracia representativa no es suficiente para la
democracia: la participación es necesario para garantizar una verdadera democratización.

Baechrach ve a la democracia como el único régimen político que permite el


autodesarrollo, pues el desarrollo del hombre depende su posibilidad de contribuir a los
problemas vinculados con sus propias acciones. La democracia posee una dimensión
ética; implica una concepción amplia de lo político, abarcativa de todos aquellos espacios
en los que se toman decisiones que afectan significativamente los valores sociales. Esta
nueva concepción implica incluir a los grandes grupos privados de poder.

La democracia representativa debe combinarse con directa donde sea posible. Según
McPherson, la democracia participativa puede ser cualificada como un sistema piramidal
con la democracia directa en la base y la democracia delegada en todos los niveles por
encima de esta.

Held propone un modelo de doble democratización, a partir de la integración de distintas


corrientes de pensamiento. Su propuesta parte de las limitaciones de cada uno de los
paradigmas teóricos centrales. Para él, la autonomía connota la capacidad de los seres
humanos de razonar conscientemente, de ser reflexivos y auto determinantes. Implica una
habilidad para deliberar, juzgar, elegir y actual entre los distintos cursos de acción,
posibles en la vida privada al igual que en la pública, y da lugar a los que denomina
principio de autonomía.

Este concepto de autonomía cobra significado a partir de la definición de la política como


la capacidad de los agentes sociales para mantener o transformar el medio.

Esta concepción de la política significa nuevos horizontes para la teoría de la democracia.


Los ciudadanos deben contar con el mismo status político y las mismas oportunidades
para participar en los procesos de la toma de decisiones, Es una cuestión difícil porque la
estructura de la sociedad civil no crea las condiciones para la igualdad de voto, la
participación efectiva,, una comprensión política adecuada y el control por igual de la
agenda política mientras que la estructura del Estado democrático liberal no genera una
fuerza organizativa que pueda regular adecuadamente los centros de poder civil.

Esto impone un nuevo proceso de democratización, considerado como un proceso doble


de dos caras, por un lado la reforma del poder del Estado y por el otro la reestructuración
del poder civil.

Las características de su propuesta sobre la democratización del Estado son: el


reconocimiento del principio de autonomía; una estructura parlamentaria con mecanismos
para asegurar la soberanía del parlamento sobre el Estado; un sistema judicial que incluya
foros especializados para la interpretación de derechos; sistemas competitivos de partidos
basados en la participación directa de ciudadanos; y servicios administrativos centrales
organizados de acuerdo al principio de participación.

Respecto a la democratización de la sociedad civil propone la diversidad en tipos de


familias y en las fuentes de la información; servicios comunitarios (para el cuidado de
niños, en centros de salud y educación, etc.); empresas auto dirigidas; una variedad de
empresas privadas para ayudar a promover la innovación y la diversidad.

Ambas democratizaciones, finalmente, son posibles si existe una disponibilidad de


información para garantizar decisiones informadas, prioridades de inversión, reducción al
mínimo de los centros de poder en la vida pública y privada, manteamiento de un marco
institucional receptivo a los experimentos con las formas organizativas, responsabilidad
colectiva por las tareas mundanas y reducción del trabajo rutinario.

Held no ha desarrollado los lineamientos centrales que ambas reformas deben contener.
Propone una lista de problemas a los que esta doble democratización deberá hacer frente,
entre ellos: la creación de un conjunto mucho más amplio de derechos que incluyan la
igualdad de los derechos para una participación efectiva, derechos económicos y
financieros, el establecimiento de nuevas obligaciones de los ciudadanos entre sim la
centralidad de cuestiones distributivas y de los temas de justicia social.

En Teoría de la democracia de Sartori el autor dice que la democracia está abierta y


depende de la tensión entre hechos y valores, a los que les debe su existencia. Además,
agrega que el ideal democrático no define a la realidad y viceversa, es decir que una
democracia real no puede ni debe ser una democracia ideal y la democracia resulta de la
interacción entre ideales y realidad.

Desconocer el rol de los ideales es impedir cualquier intento de renovación en las


democracias reales. A pesar de este carácter reciproco entre hechos y valores, algunos
autores ponen más énfasis en alguno de los dos aspectos.

De la misma forma que se puede diferenciar dimensiones prescriptivas y descriptivas, se


puede marcar su dimensión vertical y horizontal. La representación es el fenómeno
constitutivo de la dimensión vertical, mientras que la participación (como el sufragio) es
una forma horizontal de la democracia. La forma vertical se legitima en la horizontal. Sin
participación, no hay autoridad política democrática legítima. En las democracias de
masas, la lógica de la competencia lleve a la prominencia de los liderazgos.

Uno de los tópicos más debatidos en torno a la teoría democrática es la cuestión de cuáles
son las condiciones sociales mínimas para que en un país pueda prosperar un régimen
democrático. Distintos autores lo han analizado a cuestiones como los valores y la cultura
política (el identificar una serie de valores constitutivos de la cultura política indispensables
para la democracia) en especial Almond y Verba quienes elaboran una tipología de
culturas políticas, cada una de estas representa a una forma de cómo los ciudadanos se
relacionan con el sistema político. Según estos autores las sociedades democráticas
necesitan para su estabilidad un consenso de valores y normas y que es inevitable una
democracia estable. Esta afirmación implica un determinismo muy fuerte entre valores e
instituciones y sistema político.

Si bien la relación entre cultura política y democracia ha sido atenuada, sigue vigente
dentro de la teoría política moderna. El caso más conocido es el de Sartori, quien afirma
que una cultura política basada en los valores del pluralismo es una condición necesaria
para la vigencia del sistema democrático y que el consenso sobre las cuestiones
fundamentales es una condición que facilita la democracia.

Lijphart construye un nuevo tipo democrático; percibe casos en los cuales se puede hablar
de una democracia estable (Austria, Bélgica, Holanda y Suiza) pero la nota característica
de estos es su fragmentación cultural. Cuatro son las características con las que define a
las democracias: el gobierno de una coalición de líderes de todos los sectores
significativos de la sociedad; el veto mutuo o mando de la “mayoría recurrente”; la
proporcionalidad como norma principal de la representación política; y el alto grado de
autonomía de cada sector para que arregle sus propios asuntos internos.

La estabilidad política debe ser explicada en términos de un factor adicional en vez de


asignarlas a una posición intermedia en la variable interpretativa de la cultura política.
Adoptando la definición schumpeteriana de la democracia, Lipset enumera una serie de
condiciones para la posibilidad de un gobernó democrático. Lipset colombina cultura
política con el desarrollo económico. Así hay dos características que pesan enormemente
en el problema de la democracia estable: el desarrollo económico y la legitimidad son
valoradas en sí mismas y consideradas justas y adecuadas.

Respecto del desarrollo económico, la premisa central sostiene que, cuando más prospera
es una nación, mayor es la posibilidad de que una democracia se mantenga. Mediante la
investigación empírica los datos le dicen a Lipset que en cada caso, el promedio de
riqueza, el grado de industrialización y urbanización y el nivel de educación es mucho más
alto en los países más democráticos. Una vez hechas las mediciones, los distintos
aspectos del desarrollo económico están tan íntimamente relacionados como para
constituir un factor fundamental que posee el correlato político de la democracia. La
estabilidad de cualquier democracia depende, no solamente del desarrollo económico sino,
también de la eficiencia y legitimidad de su sistema político. La eficacia significa verdadera
actuación, el grado en que el sistema satisface las funciones básicas de gobierno tales
como las consideran la mayoría de la población y los grupos. La legitimidad implica la
capacidad del sistema para engendrar y mantener la creencia de que las instituciones
políticas existentes son las más apropiadas para la sociedad.

Dahl idéntica entre las condiciones para la existencia de poliarquías al adoctrinamiento


social (todos los ciudadanos deben compartir una serie de hábitos que definen que usos
del control son legítimos y cuales ilegítimos), al acuerdo básico (es la aceptación de todos
los derechos constitutivos de la democracia por parte de todos los actores políticos), al
pluralismo social (es la existencia de una gran diversidad de organizaciones, por medio de
las cuales se ejerce la participación política), actividad política (que exista en una alto
grado, es necesario para que un régimen poliárquico funcione), la constante renovación de
los liderazgos (las elites deben reclutar nuevos miembros con la finalidad de facilitar la
inclusión y la participación de todos los sectores sociales y asegurar la representación de
intereses y preferencias de distintos grupos) y una sociedad con seguridad psicológica,
limitada disparidad de riqueza y una educación difundida.

El “mundo” de las democracias: cambios y desafíos .

El momento en el cual las democracias florecieron estuvo definido por una serie de
factores que se desarrollaron en forma paralela a ella.

Dentro de los rasgos distintivos de la época es posible encontrar que la democracia ha


tenido siempre como base al Estado-nación. Este anclaje impone dos características.
Primero, el límite territorial al alcance de los mecanismos institucionales para la toma de
decisiones; y en segundo lugar, el Estado-nación es el primer factor definitorio de la
ciudadanía. El primer criterio que determina quienes son ciudadanos es la pertenencia a
una determinada unidad territorial.

Estos dos aspectos están siendo puestos en tela de juicio a partir de dos cuestiones
centrales. En primer lugar, el surgimiento de unidades políticas y económicas que
comprenden a varios Estados (UE, por ejemplo); el otro problema que está socavando la
base territorial del Estado son los grandes movimientos migratorios al interior de los
regímenes democráticos. Conviven ahora distintos tipos de ciudadanos, aquellos que
gozan de una “ciudadanía incompleta” (tienen derechos sociales pero no políticos),
quienes gozan de ser “ciudadanos” en todo el sentido de la palabra y finalmente los que no
gozan de ningún tipo de derecho, que son quienes viven en sociedades democráticas
peros in pertenecer a ella ni gozar de los principios democráticos que se proclaman
universales.
Clase 23/09/2021
“La democracia, una discusión en torno a sus significados”. Respuela  .

La democracia clásica .

El primer antecedente de democracia se remonta a la Grecia clásica en la forma de


gobierno que experimento la polis griega, siendo Atenas el ejemplo más representativo.
Grecia constituye el primer ejemplo de una sociedad que “delibera explícitamente sobre
sus leyes y que a la vez es capaz de poder modificar estas leyes. En este sentido es la
primera comunidad con vida política entendida esta como una actividad colectiva cuyo
objetivo es la institución de la sociedad como tal”. En Grecia la política es autonomía. La
comunidad política es absolutamente soberana, y se fundamenta en la igualdad de todos
los ciudadanos. Esta igualdad se manifiesta en un doble sentido. Es isonomia, igualdad
ante la ley, e isegoria, la posibilidad de todos los ciudadanos de participar y expresarse en
asamblea. En términos de Tucides, el demos se rige por sus propias leyes, posee su
jurisdicción independiente y se gobierna el mismo.

El fundamento de la democracia griega es la participación plena y activa de todos los


ciudadanos. La participación es lo que los constituye como ciudadanos y renunciar a ella
significa renunciar a la ciudadanía, situarse fuera de la polis. La participación en el
gobierno de la polis es un elemento necesario para el desarrollo de la persona humana,
uno de los medios indispensables para que los individuos desarrollen sus capacidades y
facultades mentales.

El lugar fundamental de la participación era la Ecclesia, la Asamblea donde el pueblo


decidía sobre sus propios problemas. En ella todos los ciudadanos tenían el derecho de
tomar la palabra, sus votos tenían el mismo peso y todos podían la obligación moral de
hablar con franqueza. La participación se materializaba también en la posibilidad de todos
los ciudadanos de ocupar los cargos electivos o ser jueces. La democracia era concebida
como una relación inherente a la vida en la polis, una “relación simbiótica”.

Los ideales políticos que sostienen este sistema son la igualdad entre ciudadanos, la
libertad y el respeto por la ley y la justicia. Los individuos se consideran iguales entre si y
se reconocen colectivamente como soberanos capaces de crear leyes y diseñar las
instituciones adecuadas para su autogobierno, basada en la idea del bien común. En este
mundo no existe la división entre lo público y lo privado ni todas las diferenciaciones que
adquiere la vida social del hombre en el mundo moderno.

La democracia griega funcionaba a través de las siguientes instituciones: la Asamblea, el


Consejo de los 500, los Tribunales, los magistrados y el Comité de los 50. La Asamblea
estaba compuesta por toda la ciudadanía y ella trataba sobre los grandes asuntos que
afectaban a la comunidad; el Consejo de los 500 tenía como función central organizar a la
Asamblea (redactar su agenda, hacer borradores de la legislación, recibir iniciativas,
proponer decisiones, etc.). También colaboraba el Comité de los 50 que era más efectivo.
Las funciones de administración de la ciudad eran llevadas a cabo por los magistrados,
quienes duraban en sus cargos un año y eran elegidos por sorteo o elección. Finalmente
los Tribunales, que estaban organizados de manera similar al Consejo. EN todos los
casos, eran ocupados por elección, por sorteo o por rotación. Esto aseguraba que la
participación de un gran número de ciudadanos era tal. Además no había reelección.

Junto a estas instituciones existían otras tendientes a garantizar la participación de los


ciudadanos. Un ciudadano puede acusar a otros de incitar a la Ecclesia a votar una ley
ilegal; de esta manera uno tiene el derecho a proponer absolutamente todo lo que quiera
ante la Ecclecia, pero debe reflexionar cuidadosamente antes de presentar una propuesta
pues puede ser juzgado por ella.

Pero toda esta democracia funcionaba a partir de determinadas características: Ciudad-


Estado pequeña; economía de esclavitud; trabajo doméstico; restricción de ciudadanía a
un número pequeño para evitar la heterogeneidad, para un mejor conocimiento de la
sociedad y para la reunión conjunta, teniendo como fin el gobierno de la ciudad; intereses,
status, religión entre otras cuestiones que debían tener en común los ciudadanos; la
participación debía incluir cuestiones administrativas y en el desempeño de cargos
públicos.

Es necesario tener siempre en cuenta las condiciones enumeradas para subrayar que
estos requisitos se hallan en oposición con las características de las sociedades
modernas, por lo tanto no es posible extrapolar modelos independientemente de los
contextos en los cuales los mismos tuvieron lugar.

Una de las particularidades de la democracia griega es que fue severamente criticada por
los pensadores de la época (Platón y Aristóteles), dado que consideraban a la democracia
como una forma desviada, impura o injusta de gobierno.

En su tipología de regímenes políticos Platón considera una sola forma capaz de realizar
el ideal de justicia, la aristocracia. Para entender la clasificación platónica es necesario
considerar el concepto de justicia. Los hombres tienen aptitudes diferentes (la razón, e
valor o las pasiones). Según que aptitud sea predominante será el tipo de ciudadano; en
quienes predomine la razón, la búsqueda de verdades, alcanzar el mundo de la ideas, son
los filósofos; quienes predomine el valor, serán los guerreros; y finalmente en quienes
predominen los instintos serán artesanos. Estas tres partes se reproducen en la ciudad,
originándose los tres grupos sociales.

Platón deduce el concepto de justicia. Esta consiste en hacer cada uno lo suyo según su
propia naturaleza; es decir, cada cual debe tener en la ciudad una sola ocupación y debe
asegurarse a cada uno la posesión de su propio bien y el ejercicio de la actividad que le es
propia. La ciudad nos parece justa cuando las tres clases de naturaleza que la componen
llenan las funciones que le son propias.

Una ciudad justa es una bien gobernada, en la cual los filósofos gobiernan, los guardianes
defienden la ciudad y los artesanos se ocupan de sus oficios. Esta forma de gobierno
perfecta y justa es la aristocracia. Cualquier modificación dará origen a formas impuras e
injustas, caracterizadas por el desorden y la desorganización desde el momento en que las
naturalezas de los hombres se mezclan y desempeñaban funciones que no se
corresponden con sus almas. Platón establece un proceso de decadencia de la ciudad a
partir de la mezcla de sus clases, desde la justa por excelencia, ña aristocracia, hasta la
más injusta, la tiranía.

Están entonces, la aristocracia de como forma pura y por el otro lado cuatro formas malas
con sus correspondientes tipos de almas individuales (timocracia, oligarquía, democracia y
tiranía). El pasaje entre estas formas se da por la mala combinación de las clases que
componen la ciudad.

La timocracia gobierna el alma donde están la ambición y la cólera. Cuando los


gobernantes son inválidos por un deseo ilimitado de riquezas, se conoce esta forma como
la oligarquía. Este problema de los gobernantes genera a la democracia considerada un
gobierno de los pobres y en el que reina la licencia. La democracia es, a su vez, el origen
de la próxima forma de gobierno, la tiranía que es el deseo inmoderado de libertad que
lleva a los hombres a desear lo opuesto. El exceso de igualdad conduce a la anarquía y
esclavitud. En este gobierno, un caudillo gobernara con poder absoluto, pero será posible
el regreso a una aristocracia.

Aristóteles coincide con Platón en su evaluación contraria a este régimen de gobierno.


Pero el primero distingue las formas de gobierno según sus fines. Un régimen político es la
organización de las magistraturas en las ciudades, como se distribuyen, cual es el
elemento soberano y cual el fin de la comunidad en cada caso. Dentro de cada uno de
estos grupos encontramos subtipos según entre quienes y entre cuantos se distribuyen las
magistraturas.

Así la monarquía, la aristocracia y la república, son las formas de gobierno en las cuales
se gobierna en vistas del bien común.

De todas las formas pervertidas de gobierno, la democracia es la más moderada y la


tiranía la peor. La primera se caracteriza por fundarse en la igualdad. Tanto el modelo
democrático griego como las críticas de sus contemporáneos han trascendido de su mero
mundo para sentar las bases del pensamiento democrático moderno.

El ocaso del pensamiento democrático y el esbozo de la soberanía popular .

Un largo periodo de silencio en torno a la democracia caracterizada al mundo después de


la experiencia griega y todo el apogeo de la época medieval. Podemos agrupar las
razones en dos categorías: el predominio de la visión religiosa y teología del mundo y la
plenitud de la dominación cristiana; mientras que por otro lado, la interrupción del
pensamiento democrático por el surgimiento de los imperios, los Estados poderosos y los
regímenes militares, y luego el advenimiento del mundo feudal de autoridad fragmentada
basada en el poder del señor.

Este dominio desplaza las preocupaciones de cuestiones como el autogobierno. El total


predominio de la religión sobre la vida de los hombres significo que la política dejo de ser
vista como una actividad y construcción humana, el habitante deje de ser considerado un
ciudadano, para convertirse en un hombre de la fe que vive en una sociedad que debe ser
dirigida por aquellos situadas más cerca de Dios. La aparición del cristianismo desplazo la
preocupación sobre la relación gobernantes/gobernados y la legitimidad del poder. Con él
se transformó la problemática de las fuentes de la autoridad y la acción política.

La nueva vida social y política basada ahora en un mundo de verdades dogmáticas y


reveladas, que no admiten discusión sino sometimiento. Ahora lo bueno y lo justo son
valores extra mundanos, verdades inmutables, definidos independientemente de lo social.
La preocupación ya no es la construcción de la ciudad justa a partir de la participación
directa de los ciudadanos sino la construcción de un mundo que respetara los principios
cristianos. La ciudad justa y buena es en la que los hombres pueden vivir en comunidad
con Dios y llevar una vida basada en la fe.

Aquí no hay espacio para interrogantes respecto del derecho de la autoridad para mandar.
La autoridad es la iglesia y sus representantes. En general la sociedad era concebida
como un todo jerárquicamente organizado, en cuya cúspide se encontraban los
representantes de Dios en la tierra.

Respecto a la segunda causa que impidió el pensamiento democrático, según McPherson


en la Edad Media no surgieron teorías de la democracia porque en esa época el poder no
estaba en los órganos electivos, sino que este dependía de la posición social. Pero a pesar
de esto Bobbio reconoce el surgimiento del concepto de “soberanía popular” (entendida
como que el poder emana del pueblo y el delegado en el gobernante) y desde allí su
inspiración en las teorías democráticas modernas.
La tradición republicana y teoría democrática .

El silencio en torno a la democracia fue roto cuando se introdujo el concepto de


“republica”. Puede considerarse a Maquiavelo el iniciador de esta línea de pensamiento.
En El Príncipe se distingue entre las repúblicas y los principados. La noción idealizada de
republica por parte de Maquiavelo se transmitirá hasta la revolución francesa como la
forma de gobierno en la que el poder no está concentrado en las manos de uno solo sino
que está distribuido diversamente en diferentes cuerpos colegiados.

Con Maquiavelo la política vuelve a pertenecer al ámbito de las creaciones humanas. La


política es ahora lucha por el poder. Maquiavelo es uno de los responsables de la creación
de un campo político autónomo. La política es el campo para la “virtud”, el lugar donde los
gobernantes deberían enfrentar la “fortuna”.

Para Dahl el origen de la tradición republicana esta en Aristóteles, pero fue reformulada en
Inglaterra y USA en los s. XVII y XVIII. Entre estas estaban las que el hombre es un animal
político; la necesaria e indispensable asociación política para la realización de las
potencialidades humanas; la relación entre el hombre bueno y el buen ciudadano; la
construcción de un sistema político por buenos ciudadanos; la virtud cívica (entendida
como la inclinación de los hombres a procurar el bien común en los asuntos públicos)
como atributo central de los ciudadano; que la igualdad den ciertos aspectos, ante la ley, la
ausencia de dependencia o jerarquías, da como resultado el mejor sistema político; y la
base de la legitimidad en la participación de todo el pueblo.

La preocupación central del republicanismo es la búsqueda de mecanismos que eviten la


posibilidad de la corrupción de los liderazgos y la corrupción de la virtud cívica. Las
principales amenazas a la virtud cívica provienen desde las facciones y los conflictos
políticos; por ende, la preocupación por el diseño de un orden institucional que permita
equilibrar a las facciones.

Dahl identifica dos versiones del republicanismo, el aristocrático y el democrático. En su


versión aristocrática, dl papel del pueblo es limitado; este no es un sujeto en el que se
pueda confiar totalmente (su función no es gobernar sino elegir a quienes lo hacen). La
característica central de estos gobernantes es su superior calificación respecto de la media
del pueblo. Para el republicanismo más democrático, los elementos aristocráticos y
oligárquicos son más peligrosos que el pueblo. La confianza no radica en los liderazgos
sino en el pueblo. La tarea constitucional consiste en proyectar un sistema que de algún
modo supere la tendencia inevitable a la preponderancia de los pocos o de uno. Los
demócratas van cada vez con mayor recelo la salida institucional de equilibrar con
diferentes instituciones los distintos intereses. La nueva propuesta es la salida enunciada
por Montesquieu: la división de las tres ramas del poder.

“Niveles de Legitimación y expansión de la Democracia en Argentina”. Bercholc   .

Una advertencia crucial .

Una advertencia inicial es que la posibilidad de extensión de la legitimidad democrática


estará vinculada a la percepción de los individuos de su utilidad práctica; a la capacidad
que la democracia logre para resolver los problemas cotidianos que deben afrontar los
individuos comunes. Esta percepción permite un análisis más rico respecto de su
posibilidad de expansión y consolidación y deja confluir dos preguntas que han dividido las
aguas en los debates teóricas, quien y como se denomina.

El paso de una legitimidad tradicional a una legitimidad racional, legal, burocrática requirió


la percepción por los individuos-ciudadanos de la ciencia, como modo de conocimiento
racional que además, es capaz de entregar respuestas practicas a sus problemas
cotidianos. La democracia como modo de organización social sustentado en una
legitimidad racional-legal no puede escapar a esa matriz; dicho de otro modo, la
consolidación y expansión de la democracia, la superación de sus desajustes semióticos,
se relacionara dramáticamente con su capacidad para resolver los problemas de los
individuos.

Análisis por niveles conceptuales .

Estado: Es una organización institucional-jurídico-política que monopoliza el uso de la


fuerza y que estructura a la sociedad. Esto lo hará de acuerdo a una forma de dominación
típica. Dada su definición genérica, este tendrá características diversas que responderán a
la estratificación social y a las instituciones que se originen.

Régimen político : Se entiende por régimen político al modo, el método, para la legalidad,
el dictado, de las normas jurídicas y la modificación de estas; así como para el
reclutamiento, selección y remoción del personal político que ocupa los roles en la
administración estatal, para tomar decisiones políticas y para el control de legalidad de
esas decisiones.

Esta categoría está comprendida en la de Estado por lo que siempre el Régimen Político
será del Estado.

La categoría Régimen Político goza de un importante grado de legitimidad; que por


definición habrá democracia aun como exigencia y umbral mínimo, cualquiera sea la
perspectiva teórica que se utilice y ello sin perjuicio de las posibilidades de expansión y
profundización de la democracia que ofrece el actual Régimen Político argentino.

Gobierno: Personal político que ocupa y desempeña los roles en la administración del


Estado. Es la categoría que menos dificultades de legitimidad presenta, pero también la
más inestable en cuanto a sus grados de consenso. En cada decisión política, podrá haber
caídas o picos de legitimidad. Esta, estará directamente vinculada a su capacidad de
respuesta a las demandas de la ciudadanía.

Un Gobierno con escaso apoyo popular podrá ser reemplazado en las elecciones
siguientes y aun se le podrá llamar la atención en las municipales, provinciales o
legislativas. Va de suyo que gozara de legitimidad de origen o genética.

La ciudadanía debe prestar consenso a la categoría Régimen Político, la que garantiza la


posibilidad de relevo del elenco gubernamental con escaso apoyo y consenso.

El Régimen Político, está funcionando en nuestro país desde 1983 con continuidad
institucional.

En 2001, el sistema dio respuestas a la crisis dentro de una aceptable performance


institucional.

Es posible que las prácticas de un Gobierno elegido democráticamente no sean muy


democráticas; siempre y cuando esas prácticas no arrasen con el nivel del Régimen, esta
garantizara el recambio del personal político y el resguardo del sistema.

Clase política: Son los individuos y organización dedicadas a la política, opinando,


militando, participando en campañas, etc. que se desarrollen dentro de una organización
que puja por el poder.
Los partidos políticos son el ejemplo de organización alrededor de la cual se nuclea la
Clase Política; en algunos casos las ONGs pueden ser consideradas como parte de este
grupo también.

En este nivel están las mayores contradicciones y dificultades a resolver dado el creciente
desprestigio y falta de credibilidad.

Al problema se lo denomina en teoría como “ crisis de la representación” y tiene varios


ingredientes (poca correlatividad entre representantes y representados; escasa visibilidad
y transparencia respecto de actitudes y decisiones políticas; escaso compromiso entre el
mandato obtenido en campaña y el desempeño en funciones) que provocan un
sentimiento de enajenación de alienación de la sociedad con lo público teniendo como
consecuencia la apatía por la política y el desinterés por la cosa pública.

También hay otras cuestiones, mas vinculadas a los cultural-tecnológico-comunicacional,


la nueva característica de los partidos “atrapa todo”, el desplazamiento de los “lugares” de
la política a los espacios mediáticos, la profesionalización de los partidos que los
burocratiza alejándolos aún más de la ciudadanía, la representación de la realidad
simplificada que hacen los medios e impide la comprensión de los problemas complejos, el
vacío de representatividad que generan los medio y, finalmente, la simulación del ejercicio
de la soberanía popular delegada a los representantes.

Sociedad: Son las relaciones entre individuos y los grupos de los que forman parte y las
clases sociales. Este nivel requiere del umbral mínimo de la legitimidad en el nivel
Régimen, lo que se llama consenso político, pero este prestado exige la contraprestación
corporizada de soluciones concretas a las demandas vinculadas a los problemas sociales.

La exclusión social deja a gran cantidad de individuos fuera del circuito productivo, que no
impide su clasificación como excluidos socialmente.

El individuo sin estabilidad laboral sufre un “ proceso de desciudadanización”. Su


marginalidad lo deja fuera de los cánones de la ciudadanía. El debilitamiento de la versión
económica del Estado de Bienestar a través de las recetas keynesianas le impide el goce
de los logros jurídico-político-institucionales del estado de bienestar.

Habrá que focalizar en el consenso social, así como observar los procesos culturales, que
devengaran en un reclamo de mayor participación e interés por la cosa pública o de menor
participación.

Las tendencias que se observen en este nivel presentaran nuevas tensiones y problemas
a la democracia.

La manera en que se puede expandir la democracia en este nivel es con más democracia.

Nuevas tensiones, nuevas dicotomías de legitimidad .

Se ha dicho que durante 50 años existieron en el país ejes de legitimidad contradictorias.

La experiencia de años de crisis de legitimidad y de ejemplos contradictorios de consenso


resultan de relativa validez y aplicación a los fines de la consolidación y expansión de la
democracia en la actualidad.

Los desafíos resultan enormes y novedosos, por lo que las experiencias pasadas deben
ser observadas con prudencia.
Algunos de estos ejes de contradicción emergentes pueden ser Estado nacional/Estado
supranacional; Soberanía nacional/Soberanía compartida; Centralización
política/Descentralización política y así la lista puede continuar.

Igualmente, hay razones para la satisfacción como pueden ser la relativa y apacible
consolidación y legitimación del Régimen así como ciertas posibilidades expansión en
algunos niveles.

La democracia, ¿se puede democratizar?

El nivel régimen político goza de apacible grado de legitimidad prestado por


la sociedad capaz de resolver crisis de consenso y aun practicas poco democráticas en el
nivel gobierno, y ello a persa de dificultades y enigmas a nivel Estado, y de la crisis de
legitimidad observable en el nivel clase política.

También se infiere de lo expuesto que un interrogante respecto a la advertencia crucial


que efectué y la utilidad práctica del Régimen.

La pregunta sobre la posibilidad de expansión democrática en los niveles analizados


puede tratarse de una cuestión de construcción de dicha expansión, lo cual indicaría que la
matriz democrática representativa, liberal, formal y política lo permite.

Conocida es la posición asumida por Bobbio; él se refiere a lo que denomina “las


promesas incumplidas de la democracia”: a) La tecnocracia (la aparición de técnicos en
relación a la cada vez mayor complejidad a resolver); b) La burocracia (multiplicada por la
necesidad de crear aparatos destinados a atender los requerimientos de la sociedad); c)
La oligarquizacion (tanto de los partidos políticos como de la representación de intereses
ante la imposibilidad de generar la prometido voluntad general); d) Las demandas
crecientes (la imposibilidad de dar respuestas al aluvión de demandas de todo tipo y, en
general, siendo estas contradictorias con la legitimidad); e) La información y la cultura de
masas a través de los medios de comunicación masivos (generando sujetos pasivos y que
consumen información masiva desconceptualizada y descontextualizada que impide la
formación de individuos activos).

Este catálogo de falsas promesas de la democracia, son consecuencia de la sociedad


moderna, sus problemas pueden ser intrínsecos de la democracia representativa y solo
pueden ser resueltos con más democracia.

Clase 23/09/2021

“Estado de Bienestar”. Pellicani .

La revolución industrial y la cuestión obrera .

El pasó de un redito per-cápita de subsistencia a uno en continua expansión, el progreso


científico y tecnológico la organización racional del trabajo y la expansión demográfica han
representado discontinuidades en desarrollo económico de Occidente. Estas han
producido lo que Polanyi ha llamado “gran transformación” (la transición de la sociedad
tradicional de base agrícola a la moderna sociedad industrial). El avance del industrialismo
ha erosionado conjuntos de vínculos sociales, políticos y económicos; la gran
transformación ha generado un proceso de movilidad social que ha sido también un radical
proceso de desarraigo.
El mercado autorregulado es inhumano, para él no existen hombres sino mercancías. La
comunidad es sustituida por la sociedad (es decir, por un sistema de relaciones puramente
contractuales). Los trabajadores comprometidos en el ciclo manufacturero fueron
considerados fuerza productiva. Nació, de esta forma, el “proletariado interno” de la
civilización capitalista-burguesa; una masa de individuos despersonalizados. Las raíces de
la cuestión obrera se encuentran en el sentido de abandono que advierten los trabajadores
comprometidos en el ciclo productivo del factory system más que en la penosidad del
trabajo o los bajos salarios. La nueva clase dominante, se desinteresa de la dirección
política de las clases subalternas. Y exige que el estado no corrija las leyes del mercado
puesto que ve en cualquier intervención dictada por consideraciones extraeconómicas un
atentado a la “natural armonía” que se determina a través del libre juego de la oferte y la
demanda. El estado burgués es uno que protege al mercado (y garantiza que las normas
para su funcionamiento no sean violadas). Los costos de esta transformación no son
percibidos por el o son vistos como naturales. En el seno de la sociedad capitalista el
surco entre las clases integradas y las masas proletarias se hace cada vez más agudo al
punto de preceder a una escisión vertical en el cuerpo social. No es causal que tanto Marx
como Disraeli vean la crisis de civilización como el encuentro entre dos ciudades
recíprocamente repulsivas.

La revolución de las expectativas crecientes .

Es un hecho que la condición obrera fue vivida por los trabajadores como una intolerable
degradación de la vida humana. Dos fenómenos concordaron para eso: el aislamiento
moral del proletariado y una transformación de la mentalidad determinada por la difusión
del credo democrático e igualitario. Un papel decisivo fue desempeñado por la revolución
francesa. Las clases inferiores en el s. XIX comenzaron a reinterpretar su condición
existencial a la luz de los nuevos valores proclamados y reclamaron la reorganización de la
sociedad. Se sentían excluidos de la ciudad y por ello pretendían el pleno derecho de
ciudadanía política y moral. Apremiaron a toda la sociedad para obtener un status igual al
de los otros grupos que articulan la comunidad nacional. La protesta obrera nace del
resentimiento colectivo contra la sociedad burguesa. El fenómeno es contagioso.

Del mercado autorregulado al control social de la economía .

La sociedad europea del s. XIX está caracterizada por un conflicto fundamental: por una
parte existe una institución que trata de conquistar la plena autonomía de cualquier
instancia no estrictamente económica; por la otra un valor, que se difunde en todos los
ambientes sociales y que adquiere cada vez más vigor hasta hacerse una fuerza histórica.
Ahora, el mercado y el principio de igualdad tienen exigencias incompatibles entre sí,
puesto que el primero exige la no intervención estatal, mientras que el segundo postula
que el Estado debe asumir la carga de eliminar los obstáculos que objetivamente impiden
a los ciudadanos menos pudientes gozar de los derechos políticos y sociales formalmente
reconocidos. Las luchas de la clase obrera y las alternativas políticas proyectadas por los
pensadores socialistas tienen eso en común: quieren abolir el mercado o someterlo al
control colectivo. La abolición del mismo implica la creación de un sistema distinto: la
economía colectivista; el simple control significa el fin del laissez faire y la creación de una
economía mixta. En Europa occidental no es la solución radical la que prevalece, sino la
moderada, la solución del control social del mercado (el cual no es abolido sino
socializado). De tal modo se verifica el pasaje del capitalismo individual al organizado. EL
estado ya no se limita a desempeñar las funciones de guardián de la propiedad privada,
sino que se hace interprete de valores que el mercado es incapaz de registrar.

Además de la acción de los partidos socialistas, dos fenómenos facilitan el pasaje del
estado liberal al asistencial: el crecimiento de la riqueza y la “revolución keynesiana”. El
primero ha primero ha permitido extender las ventajas materiales del industrialismo a
categorías sociales cada vez más amplias.
La revolución keynesiana, ha conducido a la liquidación de la política del laissez faire y al
nacimiento de una nueva política económica basada esencial mente en la intervención
estatal. A el concierne la tarea de ejercer una función directiva sobre la propensión al
consumo a través del instrumento fiscal, la socialización de las inversiones y la política del
pleno empleo. En este sistema, la iniciativa privada ya no es considerada el motor del
progreso, puesto que el equilibrio del sistema puede ser garantizado solo por una política
orgánica de intervención es estatales dirigidas a conjurar las crisis cíclicas. La obra de
Keynes es considerada hoy como la plataforma científica sobre la que se apoya el
moderno estado de bienestar.

La política del estado de bienestar .

El capitalismo individualista entra en crisis por dos razones principales: su organiza


incapacidad de evitar las crisis económicas y por su insensibilidad frente a las exigencias
de las clases sometidas. Para eliminar estos defectos estructurales del capitalismo la
cultura occidental no ha encontrado otra solución que recurrir a la intervención estatal. De
tal manera se ha verificado espontáneamente el choque entre la economía keynesiana y la
política socializadora de los partidos socialdemócratas europeos.

El moderno estado asistencial brota del compromiso político entre los principios del
mercado y las exigencias de justicia social avanzadas del movimiento obrero europeo. El
encuentro entre los libréales y los socialistas en nuestro siglo se ha realizado a través de
una mezcla de principios que parecían mutuamente excluyentes. El ala social-demócrata
del movimiento obrero ha renunciado a la supresión del mercado, pero al mismo tiempo ha
logrado permanecer la idea de regular la distribución de la riqueza según criterios no
estrictamente económicos. De tal modo, el capitalismo ha sido socializado.

Problemas y perspectivas .

El Walfare State puede ser concebido como la resultante de na verdadera revolución


cultural, de un profundo cambio de las actitudes y las orientaciones ético-políticas de la
opinión publica occidental que se ha manifestado de manera significativa después de la
Gran Depresión. Solo después de la segunda guerra mundial. Los principios del estado de
bienestar se afirman de manera casi irresistible gracias a la programación económica.

Sin embargo, la acción del estado de bienestar es duramente atacada. Para la izquierda la
política del WS es una racionalización del sistema capitalista y un modo para consolidar el
dominio de la burguesía; mientras que para los liberales, el estado asistencial correo en
sus raíces las estructuras y valores de una sociedad libre desarrollando una peligrosa
tendencia hacia la burocratización de la vida colectiva y hacia la reglamentación estatista.
Según estos críticos, toda intervención estatal es una amenaza a la libertad individual.
Además el estado asistentencial reduce la eficiencia del sistema y frena la expansión
económica.

A estas críticas, los partidarios del WS responden recordando que la solución colectivista
impulsada por los marxistas hasta ahora ha llevado al dominio burocrático y totalitario y
que la economía del laissez faire ya ha cumplido su ciclo.

“Bismark o Keynes ¿Quién es el culpable?”. Iusuani .

Aspectos conceptuales e históricos.

El EB consiste en un conjunto de instituciones destinadas a aumentar la calidad de vida de


la fuerza de trabajo y a reducir las diferencias sociales ocasionadas por el funcionamiento
del mercado. Este opera en el terreno de la distribución del ingreso mediante
transferencias monetarias directas (por ej. pensiones, “AUH”) o indirectas (por ej. los
subsidios a productos básicos, “Precios cuidados”), provisión de bienes (bolsones de
comida) y la prestación de servicios (como la educación o la salud).

Las acciones estatales de protección social ya existían en la época medieval pero se


limitaban a dar respuestas a desastres naturales, plagas, hambrunas, etcétera.

El avance del capitalismo implico la progresiva desaparición del concepto de


responsabilidad, por el cual el barón debía proteger al campesino a cambio de trabajo y
lealtad. Las nuevas clases altas impulsan la nación de responsabilidad personal. En base
a estas nuevas orientaciones, la política comienza a enfatizar la creación de un mercado
de trabajo asalariado. De esta forma se explica que la “protección social” se convierte en
instituciones tales que acogerse a ellas constituía una prueba de no inserción en el
mercado laboral.

La maduración delos procesos de industrialización creo las condiciones para que se inicie
una etapa extraordinaria en la política social del Estado: el nacimiento del seguro social.
Por iniciativa del canciller alemán Bismark surgió a fines del s. XIX. Las leyes de pobres
eran discrecionales y estigmatizantes, pero el seguro social estaba dirigido al asalariado
antes que al pobre o miserable.

Las instituciones típicas del seguro social adquirieron una estructura definida antes de la
segunda guerra mundial. La institución central del EB estaba desarrollada con bastante
anterioridad a la segunda posguerra. Claramente, el periodo 1945-1960 fue el de mayor
expansión, pero los comprendidos entre 1925-1930 y 1935-1940 también se caracterizaron
por el fuerte crecimiento de la cobertura.

La lógica de desarrollo del EB obedeció a dos determinantes. Por un lado, a lo que puede
denominarse el mantenimiento del orden social. El surgimiento de la “cuestión social”, esto
es, del movimiento obrero como actor social y político. Por otro lado, las instituciones del
EB también obedecieron a las necesidades de legitimación y apoyo político introducidos
desde fines del siglo XIX en virtud de la extensión del sufragio y de la competencia política.
La necesidad de competir políticamente integro a todas ellas en el esfuerzo de
construcción. Tanto conservadores como liberales y socialistas justificaron la necesidad
del desarrollo del EB.

En definitiva, el conflicto social y la competencia política determinaron el origen y


desarrollo del EB.

En sus comienzos, el EB estuvo más centrado en la idea de seguridad que en la de


igualdad. La protección de trabajadores fue avanzando en forma gradual. Solamente hacia
la década del 40 puede hablarse de un desarrollo de la idea de igualdad promovida por los
sacrificios impuestos por la guerra.

El EK desarrollo sus formas a partir de la Gran Depresión, pero adquirió forma definitiva en
la segunda posguerra y representa un nuevo ciclo de intervención estatal en la economía.

El mercantilismo había expresado una comprensiva intervención de Estado en la vida


económica de las sociedades constituyendo un capitalismo de Estado. Esto significo la
defensa de la producción nacional, el desarrollo fiscal, control del sistema monetario, el
establecimiento de privilegios para impulsar el comercio y la regulación de producción de
determinados bienes.

Simultáneamente al esplendor mercantilista, en UK van consolidándose una clase


capitalista agraria que consumo un cambio en la estructura social. Los procesos de
cercamiento de tierras comunales consolidaron una producción en amplia escala para el
mercado. Esta clase tuvo se primera expresión política en el parlamento. La ideología del
liberalismo fue una herramienta útil para encarar la competencia con las naciones del
continente y obtener un liderazgo económico.

En el continente, el desarrollo de esa clase fue menor. Así, el capitalismo industrial


aparece como surgido a fomento por la intervención estatal. En definitiva, el Estado creo
las condiciones para el fortalecimiento de las distintas burguesías nacionales y solo
cuando este proceso se consolido, puedo instaurarse una etapa de alejamiento estatal del
terreno económico.

La necesidad de regular el ciclo económico fue la causa del nacimiento del EK. Un
elemento diferenciador entre los instrumentos del EB y los del EK es que en los primeros,
al establecer derechos garantizados jurídicamente, son muy rígidos y en consecuencia
difíciles de utilizar anti cíclicamente.

Shonfield señala tres características principales de la etapa de posguerra. Primero, el


crecimiento económico fue extraordinariamente rápido. Segundo, dicho crecimiento fue
más constante que en el pasado. Pero, los beneficios de la prosperidad se difundieron
ampliamente.

Una institución central del EK es el pleno empleo. Está concebido como un mecanismo
que asura una óptima producción y ganancias más que un instrumento de redistribución
del ingreso. No obstante, el pleno empleo y los salarios crecientes son elementos que en
la distribución primaria completar la función legítimamente de la redistribución realizada
por el EB.

Un EB determinado por el proceso general de democratización y un EK originado por la


necesidad de suavizar el ciclo económico responder entonces a lógicas distintas.

Acerca de la crisis.

A partir de los 70s los indicadores económicos comienzan a mostrar una reversión en
materia de producción. Según algunos autores la crisis obedecería a una debilidad del
proceso de inversión o acumulación.

Un factor explicativo seria el nivel adquirido por la inflación y su capacidad de erosionar las
decisiones de inversión. En la raíz de la inflación de los 70, se encuentra el financiamiento
de la guerra de Vietnam, por una política monetaria expansionista durante casi todo el
proceso 1966-1972. El déficit ocasionado por este fenómeno incremento las reservas
monetarias de otros países sin que se redujese la base monetaria norteamericana.

También la crisis petrolera fue un elemento importante que influyo en los procesos
inflacionarios de la década del 70, señalando también el fin de una etapa de fácil acceso a
las materias primas.

Otras hipótesis tienen un carácter sociológico. Una de ellas afirma que la crisis de
acumulación se debió a un proceso de redistribución del capital al trabajo operado en la
posguerra. Esto es, se produjo una reducción del excedente disponible en manos de los
capitalistas que se tradujo en menores recursos para la inversión.

Las características del Estado democrático hizo que los trabajadores encontraran más fácil
promover sus demandas en el terreno político que en el privado. De esta manera, el
salario social fue ocupando una cuota mayor del consumo de los asalariados. Esto podría
apoyar la hipótesis de la redistribución hacia el trabajo. Sin embargo, un punto oscuro es
que quien financio este salario social fueron en gran medida los propios asalariados.
En un ensayo escrito en 1943, Kalecki había advertido sobre la debilidad de la esperanza
keynesiana de obtener un crecimiento estable con pleno empleo. Sostenía que el pleno
empleo podría ser un obstáculo para un crecimiento estable, sado que el efecto
disciplinador del miedo al desempleo caía y esto erosionaba la inclinación a invertir debido
a presiones inflacionarias.

El EK tendría la responsabilidad de haber “subvertido” el poder disciplinador que el


desempleo ejerce sobre comportamientos y expectativas de la fuerza de trabajo. Aunque
menor, el EB también tuvo su cuota de responsabilidad en la crisis. Por una parte
cooperando con la legislación laboral; además, el gasto social posee una resistencia a la
baja y por ende no puede ser utilizado anti cíclicamente.

La estrategia conservadora frente a la crisis .

Una estrategia debería ser fundamentalmente recortar el poder de los asalariados. Esto
sería proceso porque la inflación dejo de ser un mecanismo efectivo para modelar la lucha
distributiva.

En una crisis de las características señalas no parece que el EB este afectando el proceso
de acumulación. EL problema está fundamentalmente en el poder de los asalariados al
interior del mercado del trabajo. Ara volver las cosas por su fuero la estrategia
conservadora debía atacar la institución del pleno empleo.

La resolución de la crisis pasa por el ataque frontal al estado keynesiano y sus


instrumentos. El desempleo, la reducción salarial y la abstinencia en el uso de los
instrumentos de política económica impulsaran la pérdida de poder sindical y de capacidad
estatal para regular el ciclo económico.

El EB ha sido también cuestionado por los conservadores al ser acusado de introducir


rigideces al proceso de inversión y de desestimar la productividad del trabajador. Pero la
crítica que apunta a los efectos económicos negativos de la función redistributiva no
parece tener asidero y por ende no ha tenido más efecto que en el ámbito de las
declaraciones.

Una pista para evaluar la responsabilidad del ED en la crisis es la falta de ataque que ha
recibido el seguro de desempleo. No parece ser necesario realizar una tarea de demolición
del EB; el ajuste puede realizarse sobre el salario directo (por inflación o recesión).

Mientras el auge de las políticas monetaristas señala el fracaso del paradigma keynesiano,
el EB difícilmente podrá ser desmantelado. Puede que sea reducido y experimentar
mudanzas en algunas de sus instituciones, pero no podrá dejar de asegurar un proceso de
distribución.

La ideología conservadora sostiene que la crisis de acumulación ocasionada por la


invención estatal se resuelve mediante un retorno al predominio que las fuerzas del
mercado poseían en el periodo precio a la década del 30. La propuesta conservadora no
es más que una búsqueda en el pasado de la respuesta a la crisis presente. Simplemente
no es posible que la problemática que plantea la complejidad y diversidad de la sociedad
moderna pueda ser resuelta pro instauración de mecanismos de mercado, especialmente
cuando la sociedad moderna no se caracteriza por la difusión del poder económico.

ESTADO DE BIENESTAR (EB) Y ESTADO KEYNESIANO (EK)


ISUANI
ESTADO BENEFACTOR ACTUALIDAD: Conjunto de instituciones públicas destinadas a elevar la
calidad de vida de la fuerza de trabajo o de la población en su conjunto y a reducir las
diferencias sociales ocasionadas por el funcionamiento del mercado. Opera a través de
transferencias monetaria directas (pensiones, prestaciones por desempleo o asignaciones
familiares) o indirectas (subsidios a productos de consumo básico), provisión de bienes y
prestación de servicios.

SURGIMENTO DE LA PROTECCION SOCIAL: La maduración de los procesos de industrialización


y urbanización y el surgimiento de los asalariados como fuerza social crearon las condiciones
para el nacimiento del seguro social. Aquel seguro social estaba dirigido al asalariado y se
basaba en reglas no discriminatorias relativamente automáticas en su aplicación ante el daño
ocasionado, y obligaba a los beneficiarios potenciales a contribuir a su financiamiento. Las
instituciones del seguro social se definen en los años 1914, 1922, 1923 y 1930 como seguros
contra accidentes de trabajo, enfermedad, vejez y desempleo.

DESARROLLO DEL EB: Por un lado surge como mantenimiento del orden social ante el
surgimiento de la “cuestión social”, y por la otra, para obedecer a las necesidades de
legitimación y apoyo político, en virtud de la extensión del sufragio y de la competencia
política. Su desarrollo NO fue por una cuestión económica, sino más bien política y social
(proceso general de democratización social). En sus comienzos se centró en la idea de
SEGURIDAD, recién hacia la década del 40 promovió la igualdad, a consecuencia de los
sacrificios impuestos por la guerra. Sus instrumentos son la redistribución y los derechos
garantizados jurídicamente, y su rigidez hace que sea difícil utilizarlos anticiclicamente.

ESTADO KEYNESIANO: Se desarrolló después del EB, fue a partir de la Gran Depresion y se
definió en la segunda posguerra. La causa de su nacimiento fue por una cuestión económica,
que se da ante la necesidad de regularizar el ciclo económico y evitar así fluctuaciones
dramáticas en el proceso de acumulación de capital. Su instrumento es manejado
anticiclicamenete, y son a política fiscal, monetaria o crediticia. La institución central es el
PLENO EMPLEO, responde a una lógica de producción y rentabilidad económica.

CRISIS: HIPOTESIS DE PROCESOS QUE CONTRIBUYERON A LA CRISIS (DECADA DEL 70)

1) La crisis de la inflación se da por el financiamiento de la guerra de Vietnam mediante la


política monetaria expansionista.
2) Crisis petrolera
3) Hipótesis de carácter sociológico: La crisis de debió a un proceso de redistribución del
capital al trabajo operado en la posguerra. Esta hipótesis el autor la refuta porque “no
parece existir evidencia... ya que las estadísticas disponibles indican más bien una
relativa estabilidad en la distribución funcional del ingreso”.
4) Otra hipótesis de naturaleza sociológica: El debilitamiento de los mecanismos
disciplinadores de la recesión y el desempleo perturbó el proceso de acumulación. El
pleno empleo y las instituciones democráticas elevaron la fuerza social y política de los
asalariados para afrontar amenaza de recesión y desempleo. De esta forma los
asalariados estaban en condiciones de no aceptar el pago del costo de procesos tales
como el deterioro de los términos de intercambio, la devaluación de la moneda, las
perdidas en las ventas de bienes manufacturados o precios crecientes de la energía o
materias primas.
El autor coincide con la CUARTA HIPOTESIS pero agrega que también contribuyo a la crisis
que los empresarios tuvieron dificultades para aceptar políticas recesivas prolongadas que
pusieron en peligro las ventajas tecnológicas adquiridas.

SINTESIS DE LA CRISIS: “La regularización del ciclo económico y el pleno empleo generaron
un creciente poder de la fuerza de trabajo para disputar la distribución del ingreso. En
ausencia de recesión, la inflación fue la respuesta al poder de los trabajadores”.

El EB también fue responsable de la crisis (aunque de menor impacto) porque 1) coopero


con la legislación laboral, 2) el gasto social no puede ser anticiclicamente.

ESTRATEGIA CONSERVADORA: La resolución pasa por el ataque frontal al estado


keynesiano y sus instrumentos (instituciones de pleno empleo), y de la EB mediante la
desvalorización de sus productos. La ideología conservadores sostiene que la crisis de
acumulación se resuelve mediante un retorno al predominio que las “fuerzas del mercado”
poseían en el periodo previo a la década del 30.

El autor critica esta postura porque no explica cómo resolver los problemas ocasionados
por la sociedad de mercado y que llevaron a que la instauración de un periodo de alta
intervención estatal: el keynesiano.

ESTADOS SUPRANACIONALES
BERCHOLC
EFECTOS CENTRÍPETOS: Concentración política, centralización política y
homogeneización.
EFECTOS CENTRIFUGOS: Racismo, xenofobias, separatismo nacionalista,
tradicionalizacion social.
GLOBALIZACIÓN: Proceso histórico de concentración económica, centralización
política y homogeneización cultural. Donde las organizaciones económicas se
imponen a las organizaciones políticas, y la cultura es un producto industrial más.
PERSPECTIVA POLITÓLOGA: El proceso de globalización se define como la
expansión de la actividad económica más allá de las fronteras nacionales a través de
la creciente movilidad de bienes, servicios y factores de producción. La globalización
NO es nueva (inicio en el s XV y XVI con representantes como Maquiavelo, Marx y
Engels) pero su extensión sin embargo, ha cambiado con el tiempo.
PERSPECTIVA ECONOMICISTA: La 1er fase de globalización fue en (s XIX) 1870 a
1913 y se caracterizó por una gran movilidad de los capitales y de la mano de obra,
junto con un auge comercial basado en una dramática reducción de los costos de
trasporte, más que por el libre comercio. La 2da fase fue en 1945 a 1973 y se
caracterizó por el desarrollo de instituciones internacionales de cooperación financiera
y comercial, y por la expansión del comercio de manufacturas entre países
desarrollados, por ultimo también hubo una gran variedad de modelos de organización
económica y una movilidad limitada de mano de obra y capitales. Esta última etapa se
apoya en las nuevas técnicas de comunicación audiovisual y en el poder de los
medios masivos para imponer su lógica estructural y su lenguaje técnico específico.
PROCESO DE COLONIZACIÓN: Con este proceso se aumentó la “Interdependencia
entre los estados nacionales del mundo, producida por el aumento del volumen y la
variedad de los transacciones transfronterizas de bienes y servicios y por los flujos
internacionales de capital”.
CEPAL: Desde el último cuarto del siglo xix hasta comienzos del xx, la expansión del
comercio y la elevada movilidad de los capitales estuvo acompañada por un
incremento de los FLUJOS MIGRATORIOS. Los factores que estimulan la migración
son la desigualdad y la mayor difusión de pautas culturales, patrones de
comportamiento y aspiraciones.
MIGRACIÓN ACTUAL Y PASADA: La pasada estaba vinculada a la ocupación de
regiones despobladas y la actual es la integración de los inmigrantes en la sociedad de
destino y la definición de sus derechos y demandas de ciudanía adquieren una
importancia de primer orden.
CRISIS DEL ESTADO NACIONAL: Sufre la perdida de competencias por la vía
centrípeta de la conformación de las instituciones del estado supranacional y por la vía
centrifuga de los estados regionales o entidades subestatales, ya que las fronteros
jurídico-políticas resultan disfuncionales.
MOTIVOS DEL CRECIMIENTO DE SERVICIOS: En primer lugar las políticas de
deliberación y de privatización de los países en desarrollo estimularon el flujo de IED
en servicios financieros, telecomunicaciones y de infraestructura. En segundo lugar el
surgimiento de nuevos servicios comercializables ha permitido aprovechar ciertas
ventajas de localización.
NUEVA FORMA DE DOMINACIÓN EE.UU: Domina con la expansión y extensión
constante a través de alianzas comerciales y económicas. En este procedimiento se
ignora los límites estrictos de las fronteras políticas de los estados nacionales, y se
amplía los espacios globales con eje en las relaciones económicas. EEUU es un
motor de la globalización porque:
⮚ Se ve a sí mismo como la única potencia con intereses globales.
⮚ Es el país que tiene el nombre de dominio de los “espacios comunes globales”,
que son aquellos espacios que no pertenecen a ningún país pero que posibilita
a quien tenga sobre ellos dominio tecnológico, proyectar un poder insoslayable
sobre el resto de los países.
LOS FUNDAMENTOS IDEOLÓGICOS DE LOS ESTADOS SUPRANACIONALES:
Son de racionalidad “economicista”, operativa, eficiencia, para justificar una estructura
de poder “TECNOCRÁTICA”.

LA GLOBALIZACIÓN Y REGIONALIZACIÓN: Son fuerzas complementarias en el


desarrollo de los mercados privados, ambos están impulsados por los mismo factores.
VIEJO REGIONALISMO: La sustitución de importaciones, barreras proteccionistas,
acuerdos superficiales (dimensión SUR-SUR), falta de mecanismos coercitivos, poca
cooperación regional. NUEVO REGIONALISMO: Liberación del comercio y reformas
estructurales, sin proteccionismo, acuerdos profundos de integración plena, acuerdos
de dimensión Norte-Sur, reglas claras y exigibles para solución de controversias,
cooperación de seguridad, políticas y de infraestructura.
INSTITUCIONES ECONÓMICAS PRINCIPALES: FMI (restablece el multilateralismo
en los pagos de operaciones corrientes y el apoyo financiero en épocas de crisis), La
Organización internacional del Comercio (vela por el desarrollo de principios
comerciales multilaterales) y el Banco Mundial (encargado de facilitar la reconstrucción
de los países devastados por la guerra).
FORTALECIMIENTO DEL MULTILATERALISMO: 1) conformación de bloques
regionales, dentro de los cuales el comercio se intensifico. 2) Recurso generalizado al
proteccionismo en el mundo en desarrollo, expresado en altos aranceles, restricciones
cuantitativas y requisitos de contenido nacional.
OMC: Ha facilitado la resolución de conflictos comerciales y ha contribuido a crear un
marco de reglas comerciales más estables y predecibles.
CREACIÓN DE NORMAS JURÍDICAS HOMOGÉNEAS: Dio paso a la creación de
instituciones supranacionales que imponen los estado miembros pautas normativas
que deben observarse tan pena de su inadmisibilidad en el espacio institucional
supranacional. Ahora la soberanía resulta ser compartida y delegada los órganos
supranacionales. A su vez se producen la presión propia de los estados nacionales ya
sea centralizada o federal, por parte de los estados miembros hacia los órganos
centrales.

UNIÓN EUROPEA: Se ve sometida a dos fuerzas contradictorias, por un lado la


FUERZA CENTRÍPETA de la supranacionalidad, que persigue la eficiencia y la función
de los procesos económicos, y por otro lado la FUERZA CENTRÍFUGA de la
regionalización y descentralización por la que pugnan las regiones subestatales,
buscando la preservación de las identidades socioculturales y la participación
democrática.
DÉFICIT DEMOCRATICO DE LA GLOBALIZACIÓN: Es la limitación de la
participación soberana en el proceso fino de toma de decisiones.
DÉFICIT DE GOBERNABILIDAD GLOBAL: El conflicto es que no existe un
mecanismo de toma de decisiones a nivel mundial que hagan posible una
representación adecuada de los intereses de los países y de los sectores sociales
menos poderosos, por ello “no tiene sentido fomentar la democracia como valor
universal”. Otro problema que se enfrenta también es la incapacidad de dar respuestas
a las demandas en el actual escenario de exclusión social y desciudadanizacion.

LEGITIMACIÓN DE LA SUPRANACIONALIDAD
La supranacionalidad implica déficit democrático pero también desarrolla el proceso de
regionalización, donde a través de ella profundiza las autonomías subestatales para
resguardar espacios de participación democrática y así obtener niveles de
legitimación. Los organismo supranacionales se LEGITIMAN A TRAVÉS DEL
DERECHO, NO del consenso, entendiendo que, además de la legitimación
democrática puede existir otra legitimación basada en el respeto del derecho y de la
eficiencia económica. En este caso es una legitimación solo a nivel de régimen, solo
formal.
ESTRATIFICACIÓN ACTUAL “ STATUS OCUPACIONALES” :No es clasista, sino
que la diferenciación proviene del estado ocupacional adquirido, marginando o
excluyendo socialmente a aquellos que, sin capacidades suficientes para insertarse en
el mercado de trabajo actual, no accedan a los beneficios sociales, legales
institucionales, de los que en teoría deberían gozar.
ESTRATIFICACIÓN SOCIEDAD MODERNA: Las injusticias eran de tipo clasista,
pero aun así era inclusivas porque facilitaba la inserción de los trabajadores, se
generaban puestos d trabajo requerido por los procesos de industrialización.
OPOSITORES DE LA GLOBALIZACIÓN: Son los trabajadores manuales, seguidos
de los empleados ya que en este proceso está en inseguridad su puesto de trabajo.

ESTADO DE BIENESTAR ARGENTINO (TRANSFORMACIONES)


ISUANI
En la última década del siglo XX Argentina tuvo transformaciones drásticas por el
pensamiento neoliberal, en la economía se instalada un sistema caracterizado por la
liberación del comercio exterior, la desregulación del mercado y el traspaso de
monopolios públicos a manos privadas. Y en la sociedad aparece la nueva “Cuestión
Social”, en este caso la exclusión social.
 7% del PBI cae a un 2%, la causa principal es la privatización de empresas
públicas, especialmente en el área de combustible y de servicios.
 El gasto social estaba en su máximo de 8% del PBI en el periodo 1990-94 y cae
al 7% en el último periodo, la causa es las exigencias que imponía la reforma
provisional de 1993.
 El sector educativo y de atención a la salud se mantuvo estable.
 Crisis del 2000-2004 “Estallido del sistema de Covertilidad”: la baja de todas las
finalidades a partir de 2002 se debe fundamentalmente a la caída del gasto
previsional. Esta caída es fruto de la estrategia neoliberal, por lo tanto el EB no
tiene nada que ver.
Todo esto resume que desde la perspectiva del gasto público, no es posible
sostener un achicamiento global del Estado, sino básicamente de sus funciones
económicas.
CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA DEL EB: Los cambios que se van a nombrar NO
afectaron la naturaleza profunda del EB argentino.
 El sistema previsional experimento una semiprivatización con el
surgimiento de un sistema de capitalización individual administrado por
compañías privadas.
 Las obras sociales debieron comenzar a competir entre ellas para atraer
afiliados y se reconvirtieron hacia la creación de acuerdos con entidades
privadas para captar asalariados.
3 MODELOS DE ESPING- ANDERSEN 1990: Estos pueden coexistir en una misma
sociedad.
1) MODELO LIBERAL (residual): Caracteriza la intervención social del Estado en
países sajones (EE.UU. e Inglaterra), en este modelo el mercado es central en la
provisión de bienes sociales. Cuentan con baja tasa de desempleo por su
flexibilidad laboral. Su gasto público es el más bajo de los tres modelos, y su
empleo se caracteriza por precario y de bajos ingresos.
2) MODELO CORPORATIVO (conservador): Permaneció en el contienen europeo
continentales, su gasto público es bajo y está financiado por impuestos basados
en la nómina salarial. Su fuerza de trabajo esta altamente protegida, pero como
es costo laboral es elevado poseen un bajo estímulo a la creación de puestos de
trabajo y un desempleo elevado.
3) MODELO SOCIAL- DEMOCRATA (institucional- estatal): Perteneció a los países
escandinavos y asigna un mayor volumen a los servicios sociales. Son
sociedades con mayor flexibilización laboral y por ende tiene bajo desempleo.
Existe además una alta protección estatal para los ciudadanos, ya sean
desempleados, y otorgan gran énfasis al empleo público orientado a servicios
personales a cargo de mujeres.
Los 3 principios que se van a nombrar fueron usados en Argentina como política
social:
 PRINCIPIO DE LA DISCRECIONALIDAD: “El que otorga el bien no tiene
obligación de darlo y el que recibe no tiene derecho a recibirlo”, este principio
genero las bases de la beneficencia o asistencialismo a partir del siglo XIX. En el
EB argentino seria los programas de asistencia social destinados a poblaciones
de bajos ingresos y los gastos de vivienda.
 PRINCIPIO DE CONTRIBUCION: “Accede al beneficios quien participa en su
financiamiento” bajo este se estructuro el seguro social implementado a lo
largo del siglo X. En el EB argentino seria los programas de seguridad social.
 PRINCIPIO DE LA CIUDADANIA: “Tiene derecho a la política socia todos los
habitantes de un país en su condición de ciudadanos y se financia con los
impuestos”, este surgió en Europa luego de la segunda guerra mundial. En el EB
argentino seria los gatos de salud y educación publica.
ESTRATEGIAS DE REFORMA DEL EB
FOCALIZACION: Su argumento central era que la capacidad de atender a los sectores
más pobres había sido aprovechada por los sectores obreros organizados
sindicalmente y por las clases medias urbanas. En consecuencia debía remodelarse la
política social y la focalización del gasto público. En 1994 el principal organismo de
focalización fue la creación de la Secretaria de Desarrollo social (SDS), los programas
son los que están bajo el principio Discrecionalidad/ Asistencial. La focalización seguía
siento para una pequeña fracción del gasto social, poniendo en evidencia que los
sectores de mayor organización y poder no están dispuestos a ceder recurso alguno.
DESCENTRALIZACION: En 1978 el gobierno militar impulso la descentralización de
establecimientos 1) hospitalarios transfiriéndolos a la Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires y a varios gobiernos provinciales, 2) educativos de los niveles primarios y
secundarios. En la descentralización los que acapararon el crecimiento del gasto
fueron las provincias y en menor media los municipios.
PRIVATIZACION: Apareció como la contracara de la focalización. Se privatizo las
empresas públicas como ENTEL, Obras sanitarias de la Nación, Aerolíneas Argentinas o
Yacimientos Petrolíferos Fiscales, la sociedad estaba de acuerdo con esta privatización,
por ello no hubo oposición.

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