Olmedo Salar Sobre Pasquali
Olmedo Salar Sobre Pasquali
Olmedo Salar Sobre Pasquali
(2° año)
Carrera: Lic. en Recursos Humanos
Docente: Lic. Fabiana Ruiz
Universidad Católica de Salta
RAZÓN Y PALABRA
Revista Electrónica en América Latina Especializada en Comunicación
Libros Básicos en la Historia del Campo Iberoamericano de Estudios en Comunicación
NÚMERO 75 FEBRERO - ABRIL 2011
AUTOR: Silvia Olmedo Salar 1
Resumen
La obra "Comprender la comunicación" de Antonio Pasquali implica adentrarse, indagar, y
reflexionar sobre la conceptualización multidimensional de la comunicación, es sencillamente
desnudarla para lograr humanizarla. Desde el capítulo I hasta el XI, de los que consta la obra,
Pasquali radiografía la raíz filosófica, social y política de la comunicación, en la reafirmación
natural de la comunicación como necesariamente ligada a la esencia del "hombre conviviente"
en comunidad. En esta obra, se enfrenta a los paradigmas funcionalistas-positivistas
imperantes del momento que bloquean, con la sobredimensionalidad de la importancia de los
medios de comunicación, la esencia de la comunicación como dialoguicidad, ausente en la
información. En su lucha por lograr reconocer los principios de la comunicación en su plenitud y
vinculada a principios antropológicos, hunde sus raíces argumentales en la Escuela de
Frankfurt, haciendo alusiones constantes a Adorno, Horkheimer o Marcuse, a quién dedica un
capítulo completo y al que confronta con Marshall McLuhan. Conceptos como "servicio
público", disritmia cultural, desarrollo-subdesarrollo o categoría comunicacional cobran una
dimensión de primer orden y muestran una plena vigencia en el campo comunicacional actual.
Palabras clave
Comunicación, información, medios de comunicación, comunidad, diálogo, Escuela de
Frankfurt, Antonio Pasquali
1. Síntesis
Capítulo I. Preámbulo político-metodológico: ¿Comprender los medios o la
comunicación?
El comienzo de la obra implica ya un cuestionamiento, que nos hace entrar en la ambigüedad
en la que la comunicación se encuentra instalada y en la que Pasquali persigue darle una
nueva dimensión más humana y cordial huyendo de la funcionalidad y del positivismo.
Bajo el epígrafe de "Pensamiento positivo", el comunicólogo ítalo-venezolano denuncia que se
están produciendo y se está consolidando una tendencia en el plano de la investigación
comunicacional que camina en dirección opuesta a lo que debe ser el principio de la
comunicación y rechazando la reducción del fenómeno de la comunicación humana al
fenómeno medios de comunicación, que a su juicio, constituye "un caso de perversión
intencional de la razón, de tosco artificio ideológico" (p.11).La tesis de que el pensamiento
crítico debe dirigir la mirada a la relación comunicante, sin sucumbir a los medios, guiará el
discurso, que encuentra en el reclamo de una Teoría de la Comunicación una meta desde la
que partir para gestar una reflexión crítica del fenómeno.
-1-
Se hace eco del panorama mediatizado por los medios de comunicación, que han sido
agrupados por la tecnología y están fortaleciendo aún más a los oligopolios.
Consecuentemente, se está aumentando la distancia entre los comunicadores "fuertes" y
"débiles" y se están registrando graves problemas de la comunicación humana, tanto en el
plano personal como en el internacional.
Ante la desesperada situación que evoca, Pasquali sentencia que: El momento es más que
propicio ahora volver a la Comunicación misma, a la sustancia por accidente, a la salud por la
enfermedad. Ahora el pensamiento crítico terapéutico debe dirigir la mirada al en-sí de la
relación comunicante. Más que los medios, el pensamiento debe comprender ahora la
Comunicación (p.15).
Esta sobredimensión del valor comunicativo, como apunta, ha repercutido a escala mundial en
un proceso de desmitificación de la comunicación, produciéndose un replanteo que ha tenido
su visibilización en la gestación de Políticas Nacionales de Comunicación, así como en
establecer un nuevo orden informativo internacional o el momento de las grandes definiciones y
acuerdos sobre acceso y participación al poder comunicacional. De esta forma, menciona el
autor, se dibuja un panorama propicio para un cambio irreversible en el devenir de la
comunicación. Diagnostica que en la coyuntura en la que se encuentra inmersa la
comunicación en ese momento histórico, se tienen los instrumentos conceptuales y los
modelos de aproximación para su análisis discursivo:
La obra mayor de ordenamiento y síntesis racionales, el colligi ad unum, que formule aquellos
principios universales y necesarios, a partir de los cuales una teoría de las Comunicaciones
pueda ramificarse y especializarse en forma distinta a la actual, superando su estado virtual
confuso por existencia y aplicación de un axiomática referencial (p.27).
-2-
Pasquali ubica los medios de comunicación, tanto modernos como los antiguos, en la categoría
de aparatos, que define como "artefacto que amplía, facilita, perfecciona, aumenta, afina y en
suma extiende una preexistente capacidad natural del hombre" (p.37). Además como apoyo de
su argumentación del papel de aparato de los medios, va más allá y le adjudica la función de
"canales artificiales transportadores de mensajes en código pero que, de igual manera, en todo
proceso de comunicación humana hay siempre un canal natural de codificación y
descodificación del mensaje" (p.39). Con esta sentencia, insiste en la idea de que todo proceso
comunicacional requiere la intervención humana, tanto en la emisión del mensaje como ente
que ejerce la función de codificador así como el papel de descodificador para que se produzca
el tránsito de la información.
Sin embargo, el eje vertebral de la dialéctica de Pasquali va estar en los pilares de Kant para
poder aproximarse al origen propio de la comunicación. El autor retoma los cuatro grupos en
los que Kant divide las categorías o conceptos supremos del entendimiento: la Cantidad, la
Cualidad, de la Relación y de la Modalidad, teniendo en cuenta, no obstante, que cuando al ser
humano se le representa algo, el primer paso que se produce es su ubicación en espacio y
tiempo para, posteriormente, proceder a incluirlo en alguna de las cuatro categorías. Pasquali
incidirá sobre todo en la categoría relacional, que está compuesta a su vez por la Inherencia,
Causalidad y Comunidad propuesta por Kant:
Las formas supremas de entender la Relación son, pues, la estricta inherencia de una cosa en
otra (la solidez es inherente a ciertos metales), la causalidad o producción de algo por algo (el
movimiento de los cuerpos celestes responde a la ley de la gravedad), y la comunidad o la
auténtica relación entre iguales, ambos agentes-pacientes (p.47).
En este escenario, el autor enarbola al diálogo como "la relación de comunicación soberana y
por excelencia" (p.48). A partir de esta supremacía de la dialoguicidad, escala en la dimensión
de la información y la comunicación, Pasquali marca los límites de la diferencia entre ambas
conceptualizaciones que quedan definidas de la siguiente forma:
Capítulo III. Por un replanteo del pensamiento relacional como fundamento de una teoría
de la comunicación
Pasquali fuerza a inspeccionar la tesis que ha ido perfilando previamente, apoyado en Kant [y
señalado en el Capítulo II] como es el pensamiento relacional como fundamento de una teoría
de la comunicación. Como empuje de la guía reflexiva, el autor se realiza una serie de
preguntas que va a ir intentando dar luz en el desarrollo de la exposición:
-3-
¿Cúales son, y cómo nombrar, los conceptos supremos que genera la Relación a su paso por
el espesor antropológico de la realidad? ¿Cúales géneros últimos definen todas las formas
posibles de la relación humana, del estar-con-el otro del hombre? ¿Qué categorías son
predicables de todos los modos de la sociabilidad? ¿Interviene la Comunicación en la
constitución de ese grupo categorial que expresa la escala antropológica de la Relación?
(p.68).
Pasquali plantea la ética de las Comunicaciones como un proyecto de gran envergadura y que
sería la espina dorsal del que sería el proyecto supremo que es la creación de una Teoría
General de las Comunicaciones. En este proceso, la filosofía práctica debería formular aquellos
principios supremos que deberían inspirar según Pasquali (p.129) "las normas concretas del
jurista y del político, del comunicador y del usuario".
-4-
Considera que se debe abocar a la gestación de una ética de las Comunicaciones por tres
razones:
• como vía para atesorar la gran riqueza conceptual de muchos aportes extrafilosóficos;
• para evidenciar la necesidad de ordenar y jerarquizar los problemas, en beneficio de
todos, reservando al momento de la reflexión filosófica sólo los aspectos susceptibles
de convertirse en principios prácticos universales de la praxis comunicativa;
• para reconocer que una Ética de las comunicaciones debe convertirse en el objetivo
final de una Teoría general de la Comunicación... (p.130).
El comunicólogo insiste en esta necesidad (de establecer una ética) ante el discurso ético
vigente establecido sobre el uso de los aparatos comunicantes, que nubla la visión de lo que
debe ser el verdadero discurso de la praxis comunicacional que promueva y que canalice una
convivencia más justa. En este intento por subrayar el papel de la ética, insta a que no se
confunda ética con moral ni con deontología, siendo estas últimas como "el más exquisito
invento de un sistema hedonístico-utilitarista, de una moral liberal-burguesa de comerciantes"
(p.134). Por ello, considera necesario que la ética abandone el rol moralista-deontológico que
ha mantenido, y a través del cual ha prolongado el status quo, y colabore con el jurista y el
político en la formulación de un derecho de las comunicaciones y de políticas de comunicación.
Ante este dibujo, se pregunta si es posible una participación del perceptor, que en su ideal
debería asumir las siguientes funciones o atributos (pp.139-140):
a) Ha elegido libremente ser perceptor, sin verse obligado a serlo por imposibilidad de emitir ...
b) Decide libremente sintonizar el mensaje, el canal de su elección ...
c) Descodifica o descifra el mensaje que recibe por los canales aferentes de la sensibilidad, el
oído y tacto ...
d) Se produce en él la comprensión del mensaje como verdadero acto de recepción; ...
e) Puede determinarse por asumir el rol de emisor cada vez que lo considere conveniente
Frente a este estado ideal del perceptor, en un marco de una relación de comunicación
degradada daría el siguiente resultado:
a) El mudo perceptor maximiza el canal aferente y minimiza el eferente, por impedimentos
exógenos de acceder a la emisión (bajo coeficiente de participación)
b) Sólo sintoniza el mensaje que le es impuesto por el emisor, sin alternativas (bajo coeficiente
de acceso)
c) Atrofia su capacidad de comprensión abierta del mensaje, por tendencia del emisor a
mecanizar y condicionar la respuesta (idiotización e instrumentalización del perceptor). (p.140)
Por lo que la ética de las comunicaciones deberá registrar dos aspectos para no caer en la
degradación: el acceso a la relación de la comunicación de los perceptores y a la participación
en la relación de comunicación. Asimismo, una ética de las comunicaciones debe constatar
como mínimo: la situación real del sector: grandes e injustas distorsiones en el acceso y la
participación universales a los procesos de comunicación, generados por factores técnico-
industriales y económicos-políticos; concentración de la capacidad de comunicar alienada por
oligarquías públicas y privadas; imposibilidad creciente de incrementar una participación
popular en los procesos de producción de mensajes; estado de indefensión jurídica y política
de los ciudadanos, comunidades y naciones ante los abusos del poder comunicacional
institucionalizado (p.144).
-5-
Renouvier y la "norma utilitaria" de Croce: "tres maneras de expresar la falta de límites, la
ausencia de autocrítica de negatividad de una razón iluminista y adialéctica" (p.156).
Esto se produce a partir de la premisa asumida por la cual "la dimensión social es el agregado
cultural más importante al concepto de naturaleza humana, y que 'se está-con el- otro (o sea,
se forma estructura social), según el modo de 'saber-del-otro' (es decir, de estar comunicados)"
(p.163).
En su tesis de la unión de ambas dimensiones, Cultura y Comunicación, alude al proceso de
unificación que sufrió las dos subdirecciones generales de Cultura y Comunicación en la
Unesco en 1976, hecho que le sirve de marco para determinar que con la unión de ambos
escenarios da lugar a una segunda macroestructura de problemas, inexplorados en su
mayoría, y que requiere del restablecimiento de un equilibrio comunicacional y un
anexoramiento entre Cultura y Comunicación.
En la relación entre Comunicación y Cultura, Pasquali arroja dos conclusiones definitorias que
materializan su estado de reflexión:
1. La comunicología no maneja conocimientos suficientes para el específico análisis de la
relación entre Medios de Comunicación y culturas nacionales, a pesar de la existencia de
numerosos estudios sobre diversos tópicos sociales.
-6-
2. De los comunicadores dependerán de que tengan éxito o fracasen los intentos de liberación
cultural; el que las nuevas políticas se inclinen hacia la autarquía o el cosmopolitismo; el que
sepan evitar los extremismos y logren ser racionales, ponderadas y democráticas.
Para cambiar este estadio, insinúa que quizás el investigador tenga que asumir el valor de la
reciprocidad como valor indispensable para propiciar con su obra "a la universal conversión del
mensaje autoritario y compulsivo entre culturas, en un diálogo de culturas, donde el término
'diálogo' es adoptado en su pleno sentido dialéctico, comunitario, simétrico y recíproco" (p.175)
-7-
aquellos sectores interesados en producir la interferencia para obstaculizar decisiones
contrarias a sus intereses de grupo;
- Señala el caso particular de ruido endógeno, que es aquel que genera casi
inconscientemente el propio investigador incapaz de seleccionar el canal adecuado o la
correcta direccionalidad del mismo para alcanzar el Centro de Decisión para que pueda
tomar conciencia de un hecho fundamental: el producto de su trabajo es un mensaje
más (pp. 202-203).
Por una parte, Pasquali acusa a McLuhan de un trasfondo pragmático-utilitarista mientras que a
través de Marcuse se suma al "pensamiento negativo" sustentado en los pensadores como
Hegel, Marx, Freud o Weber, y en concordancia a los postulados de la Escuela de Frankfurt.
Con el siguiente símil, Pasquali enfrenta las dos concepciones de forma doméstica e ilustrativa,
pues ambas promueven el logro de fines pero desde órbitas muy diferenciadas: "una en las
barricadas y en la mente de quienes aspiran a una convivencia más justa y racional; la otra
sobre las alfombras de los gerenciales y en los salones de las academias" (p.206).
Le achaca de quedarse en una superficie tierna y frágil que no asume el cuestionamiento de los
principios fundamentales, jugando a una metodología de la apariencia política de las
comunicaciones para realmente ser una "esencia tecnológica-estética" (p.208). Una
introducción perspicaz y ácida da paso a un desgranaje de la obra de McLuhan y aquellos
aspectos de los que el comunicólogo venezolano disiente:
- Desaparición de la fórmula consagrada de los "mass media". Para Pasquali, supone
una hábil operación quirúrgica que deja al medio sin el atributo de masas, sin el
contenido sociológico que le otorga. Su desaparición en la obra de Mcluhan tiene en sí
una intención "al más radical propósito de negarle a 'comunicación' una dimensión
filosófica-social, para convertirla en objeto de una 'descripción pura' en términos de
filosofía analítica" (p.209)
- El medium es el simple aparato o extensión de la subjetividad psicofísica. Hasta ese
momento, el medium de forma tradicional se concebía como el canal o vehículo capaz
de transportar los signos codificados del mensaje, pero cobra con Mcluhan una
dimensión generalizada como "todo lo que esté dotado de una función mediadora o
simbólica cualquiera y que pasa a ser concebido como una extensión del hombre"
(p.211) y que ejemplifica en la conclusión mantenida por Mcluhan de que "el contenido
de un medium sólo puede ser otro medium" (p.211). Pasquali denuncia que el medio
en Mcluhan en lugar de favorecer a la autoconciencia, pierde contacto con la matriz
político-social del que ha sido su inventor. Pasquali le configura a la visión
unidimensional del medio aportado por Mcluhan "una suerte de caricatura" (p.215) con
la tesis que postula Cassier en su obra "Filosofía de las formas simbólicas" en la que
los media "reemplazarían un universo simbólico de auténticas mediaciones y
extensiones racionales del hombre hacia las cosas" (p.215).
-8-
- El mensaje como contenido de un medium no existe. Medium is message. Mcluhan
imprime una visión reduccionista al concebir la identificación de medio y mensaje, por
lo que supondría que lo que manifiesta la tv, la radio o la prensa lo dirían por su mero
acto de presencia. Por ello, el autor llega a ironizar cuando añade "el poder informativo
de los medios está en los medios mismos: es el slogan de una ideología que para
escamotear el efecto de la masificación se ve obligado a eliminar toda distinción
cualitativa basada en valores de contenido" (p.217).
- El medio se posee no se usa. Pasquali sostiene que la tesis de Mcluhan elude
cuestionar el uso de los medios y le responsabiliza de echar "al cesto de los
desperdicios culturales, con su humor sajón, una de las más sólidas concepciones
ético-políticas del pensamiento occidental: la que diferencia entre tenencia y uso"
(p.220). Mcluhan, incide Pasquali, no toma las referencias de Aristóteles, de Kant o
Marx sino que reasume el papel del avaro de Antifón, un contemporáneo de Sócrates
que señalaba en la parábola del avaro que "el que no usa es como si no poseyera"
(p.220). Por lo que se produce una negación de su valor de uso, después de haberse
negado la objetividad del contenido.
Lamenta que la Escuela de Frankfurt haya sido acusada de alta traición por otras escuelas,
pero se vanagloria de ello, pues para Pasquali este hecho revela la originalidad de su
pensamiento y la alza como "una obligada estación de tránsito y reflexión" (p.226) para todos
aquellos que se ocupen de la fundamentación teórica de las comunicaciones. En ese alegato
de querencia, señala algunos de los hitos que sus aportaciones han ido encumbrando en los
argumentos críticos como la obra "Dialéctica del Iluminismo" (1944) de Adorno y Horkheimer,
cuando desnudaron y desenmascararon al pensamiento positivista o la obra "Personalidad
Autoritaria" (1950), en la que se mostraba y se hacía evidente la relación entre Autoridad y el
desarreglo comunicacional.
Pasquali apunta un listado de las "filones" del pensamiento aportados por la Escuela de
Frankfurt, que deben ser aprovechados (pp.226-227):
- La filosofía no ha muerto, le espera especialmente una misión de filosofía crítica de la
sociedad
- Distinción entre razón crítica, negativa y dialéctica y razón instrumental, positiva, "irracional",
degenerada en lógica de dominio
- La filosofía crítica niega lo que es en favor de lo que las cosas deben ser. Recuperación plena
de la dimensión ética y política del pensar crítico
- Recuperación plena de la dimensión utópica del pensamiento transformador y posibilista
como utopía relativa o negativa, antimítica y anti-ideológica
- La industria cultural como máximo exponente e instrumento del pensamiento positivo y del
"eclipse de la razón"
- La intolerancia, el autoritarismo, el instrumentalismo emanados del uso actual de los medios
de comunicación de masas. La necesidad de negarlos y convertirlos en propiciadores de una
convivencia pacificada.
-9-
utopía política y sin duda alguna uno de los textos de filosofía social más importantes del siglo"
(p.228). Sin embargo, deplora que sus fórmulas se hayan convertido en elementos de los que
se ha apoderado la ideología conservadora. Está hecho y su popularización, lo ilustrada con el
eco que se ha producido de Marcuse en "Time" o en las revistas monárquicas europeas.
La utopía marcusiana se postula como posible social, como componente de la vertiente positiva
y alentadora de la utopía. Sin embargo, Pasquali nos ilustra y exhibe la parte de “negatividad”
de la utopía, entendida como "una razón práctica que capta la realidad antagónica e intenta
subvertirla para que devenga lo que realmente es" (p.236), definiéndose la utopía como eje
progresista de la filosofía y como arma para el desarrollo de un trabajo crítico y pertinente del
espectro de los medios de comunicación.
Capítulo X. Sobre el uso instrumental de los medios masivos en América Latina para
fines de dependencia
De Marcuse, su dialéctica y postulados, el autor regresa a Latinoamérica, ahondando en los
diferentes escenarios y realidades que se aúnan y que constituyen el marco de la expansión
pragmática de los medios.
En la contextualización de dicho escenario describe de forma pausada y aguda lo que
denomina la "disritmia cultural latinoamericana" (p.243), en la que se complementan estados
divisorios. Por un lado, se detecta sectores aunados en esferas elitistas – como las asociadas a
las características de ámbitos culturales como la arquitectura o la literatura - en la que la
sinergia es cambiante y dinámica frente a estados estancados en las que se encuentra la
mayor parte de la cultura popular, que ha sucumbido a los procesos industrializadores.
Pasquali lo sintetiza indicando que "la excesiva disritmia entre el potencial básico y la actividad
superior concluye en un profundo divorcio entre la sociedad y el individuo, entre el público y el
artista" (p.244).
Hipótesis:
1. El carácter sociológicamente esencial de la comunicación. Para Pasquali los procesos de
comunicación/información están muy alejados de las formas de la producción debido al
determinismo economicista. Aporta un diagnóstico de la situación en América Latina en la que
la cultura de masas sufre distorsiones "por obra de una autoridad comunicacional pervertida e
institucionalizada" (p.248)
-10-
participación regional en la generación y almacenamiento de informaciones es mínima,
mientras que el acceso al emisor heterodirigido es máxima y altamente redundante"
(p.251).
Indicadas las hipótesis, pasa a proporcionar casos concretos que muestran esta disritmia
cultural:
Inicia sus apuntes con un caso regional atendiendo a la radiodifusión latinoamericana. Pasquali
radiografía el escenario, que presenta aspectos singulares y únicos como que América Latina
es la única región que tiene casi en su totalidad su radiodifusión en manos de la industria
cultural privada, acusándola de ser una radiodifusión "subdesarrollada, contaminante y
antinacionalista" (p.264). Por otra parte, se vanagloria que tenga sus días contados ante la
tendencia en Latinoamérica de la planificación de la comunicación y la concertación entre
radiodifusión e interés público.
Tras este primer episodio, nos remite a un caso nacional: El CONAC venezolano y el "proyecto
RATELVE".
El comunicólogo relata el proceso de la conversión del Instituto Nacional de Cultura y Bellas
Artes (INCIBA) en el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), compromiso electoral que fue
asumido por el que fue presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez.
-11-
grado de contaminación mental, consecuencia fatal de la pura y simple presencia de los medios
masivos ... Con el segundo se llega a lo básico: así como la ecología debe estructurar un
programa de retorno al estado natural (que por eso mismo encuentra sus arquetipos y sus
modelos en el pasado), del mismo modo la ciencia y la política de las comunicaciones
propondrá un retorno a aquella sana e incondicionada "pluralidad de voces" vilipendiada por la
civilización opresiva de los monopolios (p. 276).
Pasquali también retoma y afronta otra de sus preocupaciones, el discurso del desarrollo y del
subdesarrollo indicando que son las dos caras de una misma moneda y que su vinculación
radica en la interdependencia. Para su exposición establece como punto de partida que la
mayoría de los países americanos ocupan la primera posición en el ranking de contaminación
cultural y política en el ámbito de las comunicaciones de masas. Como medidas para atacar
esta situación, Pasquali apuesta por:
a) indagar en el análisis de las dosis de sus principales elementos, más que en el análisis
de contenido, para determinar ante qué tipo de países nos encontramos
(hiperdosificados, subinformados, etc.)
b) de ser consciente de una alienación de la comunicación, especialmente en la periferia
c) la acumulación de "elementos contaminantes en la periferia de la gran industria
cultural" (p.284) como resultado del efecto centrífugo de los efectos de la producción y
dosificación de mensajes.
Como ejemplo de este efecto centrífugo, que está relacionado con el colonialismo cultural,
apunta a la invasión de películas americanas que suponen una carga ideológica, y desvela que
el espectador venezolano "menos informado y educado que el estadounidense (con el europeo
no hay alguna posibilidad de comparación) absorbe más violencia, más evasión y más
estímulos ideológicos heterónomos que aquel que vive en la ciudadela de la industria cultural
hegemónica" (p.286).
-12-
Dado este escenario, el discurrir de Pasquali queda irremediablemente unido a la evolución de
la relación comunicación y desarrollo, imaginario que ha imperado en los paradigmas
latinoamericanos. Carlos M. Arroyo Gonçalves (2005) sostiene que Pasquali ha estado
presente en al menos cuatro momentos en la evolución de la relación de comunicación y
desarrollo (Pereira, Bonilla, Benavides, 1997):
1º El desarrollismo modernizador y comunicación como difusión
2º Teoría de la dependencia y la democratización de la comunicación
3º Los años ochenta: la llamada década perdida, y el alternativismo comunicacional
4º El desarrollo como ciudadanía política y cultural; la comunicación como interacción y red.
-13-
Cabe mencionar que su interés por la Filosofía arranca desde la juventud estimulada por la
relevancia que tenía la Facultad de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela (1950),
motivo para su ingreso que él mismo expone en una entrevista: se debió, pienso, a una mezcla
de inclinación personal con el hecho, público y notorio, que la Escuela de Filosofía de la
Facultad de Filosofía y Letras era en aquel entonces un poderoso faro del saber que descollaba
muy por encima de cuanto la rodeaba. Pudiera hasta decir, sin temor a equivocarme, que fue
por años uno de los tres grandes puntos de referencia intelectual de Latinoamérica ...3
El universo de la filosofía de Pasquali se iría posteriormente consolidando con su formación
europea en la Universidad de La Sorbona de París, donde se doctoró (1957), y la ampliación de
su carrera profesional en Oxford y Florencia, logrando en Pasquali una figura referencial en la
que el discurrir vital/experimental e intelectual se han dado de la mano para ser eternos.
-14-
Este trabajo, que se ha caracterizado por una sólida creencia y lucha incesante por una
ciudadanía libre para la participación y el acceso a la comunicación, ha motivado que Pasquali
se haya consolidado como referente internacional al aportar con sus obra perspectivas
originales y de repercusión en el avance de este área de estudios.
Su análisis de la categoría comunicacional-sociedad, de la imperante necesidad de recuperar la
dialoguicidad, de los imaginarios sociales que recrea (oligarquías, monopolios,
"contaminación", etc.) se ajustan tan perfiladamente a la realidad actual que cada una de las
críticas y situaciones que describe y recoge en "Comprender la comunicación" se están
produciendo en este momento de instantaneidad en París, Barcelona, Maracaibo o en el
municipio mexicano de San Cristóbal de las Casas, de ahí radica su férrea vigencia.
4. Valoración personal
"Comprender la comunicación" de Antonio Pasquali significa ahondar en el presente, partiendo
de un pasado que se ha convertido en una constante de la cotidianidad actual. ¿Por qué
decimos esto? Porque Pasquali se viste de visionario en esta obra, su capacidad de
diagnosticar y pronosticar superan la capacidad del mejor de los prestidigitador, y logra llenar
con sus reflexiones la propia desnudez, vacía y hueca de la realidad actual comunicacional
existente en el modelo imperante en su dimensión global e internacional. Ello, no evita por
preciso y justo, que se reconozcan y aplaudan la existencia de experiencias ejemplarizantes de
decididas apuestas por una comunicación humanizada, donde la categoría relacional de la
comunidad tiene el sello desde el origen, dado en multitud de formas comunicacionales
(comunicación popular, alternativa, comunitaria) 5, pero que no logran ser la partida reinante.
Además, el lector observa de forma sorpresiva como Pasquali, ya en la década de los 70,
vaticinaba el empoderamiento del sector terciario y cuaternario representado por la
Comunicación/Información acompañado de un abandono paulatino al Tercer Mundo del "sector
secundario de la economía (contaminante y problemático)" (p.161), que trae a la memoria
hechos que leemos en el salón de nuestra casa como los abusos del coltán7 en África o la
instalación abusiva y usurpadora de petroleras en territorios latinoamericanos.
Sin embargo, el valor añadido de la obra radica, en la propia figura de Pasquali como ejecutor
en la praxis de lo que predica. "Comprender la comunicación" carecería de contenido si su
creador no hubiera sido el investigador infatigable, con una ética férrea y con una capacidad de
liderazgo para aplicar con convicción y compromiso su concepción humana de la comunicación
y el trasladarlo a los escenarios en los que ha estado presente (UNESCO, CONAC, etc.). El
investigador sin el ejercicio de la práctica de aquella y limitada a la teorización del laboratorio
muere y desvanece por la inconsistencia de la perseverancia de la lucha. El investigador, el
comunicólogo debe su ímpetu al análisis crítico de las dimensiones comunicacionales y dejar
legado teórico, sin obviar la necesaria donación a la praxis. Pasquali lo ha culminado.
Bibliografía.
• Arroyo Gonçálves, C. M. (2005). Escuela Latinoamericana de Comunicación y el
Pensamiento Crítico de Antonio Pasquali. Revista Alaic, Año II, Nº2, enero-junio, pp.
22-30.
• Beltrán, L. R. (2010). Comunicación para la Salud del Pueblo. Una revisión de
conceptos básicos. Estudios sobre las culturas contemporáneas, 31, volumen XVI,
pp.17-65.
-15-
• Beltrán, L. R. (2005). La Comunicación para el Desarrollo en Latinoamérica: Un
recuento de medio siglo. Recuperado el 11 noviembre de 2010
http://www.infoamerica.org/teoria_textos/lrb_com_desarrollo.pdf
• Mattelart, A. & Mattelart, M. (1997). Historia de la teoría de la comunicación. Barcelona:
Paidós.
• Pasquali, A. (1990). Comprender la comunicación (4ª ed.). Caracas, Venezuela: Monte
Avila Latinoamericana.
• Pereira, J.M., Bonilla, J. I. & Benavides, J. E. (1997): La comunicación en contextos de
desarrollo. Balances y Perspectivas. Signo y Pensamiento 32 (XVIII), pp.119-138.
• Pineda, M. (2010). Antonio Pasquali: la vigencia de su pensamiento cuarenta años
después. Revista Chasqui, 109, pp.18-20.
• Schramm, W. (1982). Hombre, Mensaje y Medios. Madrid: Ediciones Forja (versión
española de Alberto Villalba).
-16-