Carla Román, Prueba 1 Electivo de Filosofia Antigua

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1.

Si bien, cuando hacemos referencia al tratamiento formal en el que oscila cada uno de los
fundamentos, de extremo a extremo, operados por Aristóteles para construir los compendios de la
Metafísica, podemos entrever el sustancial interés por completar en una sola unidad cuales son los
criterios del saber, y en cuan o mayor medida de aquellos dirigen hacia el mayor grado de sabiduría,
en tanto mayor grado de conocimiento. Ahora bien, en oposición a los eslabones más primarios del
saber (sensación, memoria, experiencia), e incluso a los más complejos de los saberes generales (Arte
y Ciencia), la sabiduría alcanza en todos aquellos un carácter prioritario y omnímodo, y los acompaña
en grado alguno a su saber particular. Si bien, según Aristóteles, de aquel a quien nombramos por
“sabio” lo hacemos en relación a) a quien sabe por medio de uno conocimiento universal, b) a quien
sabe por virtud de la complejidad de su saber (y de esto por ser universal) y que no resultan accesibles
comúnmente, c) sabe en cuanto mayor exactitud adquiere sobre el conocimiento de las causas, y por
conocerlas, es más capaz de enseñar sobre aquellas causas, d) posee un conocimiento buscado por sí
mismo, pues sabiduría es el conocimiento que se desea por sí mismo, y no en vistas de otra cosa, e) y
posee la ciencia más directiva y arquitectónica, que no queda como tal subordinada a ninguna otra
(Vigo, pp. 128). Y así a su vez, se comparte la definición en rasgos similares de “sabiduría”, entendida
esta como ciencia de lo universal; la mas exacta de las ciencias, que le rigen menos principios; y su
búsqueda se ve comprometida al conocimiento por sí mismo, por mor del saber, y por el
reconocimiento de valides de los principios primeros de todas las cosas, y por el propósito de todo lo
producido en lo demás. Es así, que el móvil de la sabiduría es el impulso que la lleva a constituirse en
cuanto ciencia de ciertos principios y causas, que, en estricto rigor, es de los primeros principios y
causas de todas las cosas que son.

La ciencia del ente en cuanto ente pareciera ser ofrecida a partir del contraste que persiste con las
ciencias llamadas particulares. Y es incluso, a partir de los objetos de estudio de aquella primera
ciencia, el que se llegue a comprender como de las ciencias particulares se las denomina solo en
cuanto partes de cuya ciencia primera. Es decir, si la ciencia de lo que es en cuanto que es comprende
la constitución formal de una ciencia que se estudia en tanto sí misma, quiero decir, solo
considerándose sustancialmente a sí, o al objeto de sí misma, y no en atribuciones formales de otras
ciencias, entonces de dicha ciencia podría concluirse un estadio comprensivo y universal de todos los
restantes modos de producir conocimiento. Si la ciencia de lo que es, estudiándose meramente por
aquello que es, y tendiendo a lo uno en cuanto entiende el ser, entonces el resto de ciencias tienden
por objeto las partes múltiples y añadidas de ese ser, no profundizando en el régimen ontológico de su
objeto (es decir, el puesto que este ocupa en el marco de todo ser), contentándose sólo con dar por
sentada su existencia (Giovanni, pp 61). Por lo que es, aquella primera ciencia, la constitución
elaborada de saber todas las cosas por reunir de todas ellas lo uno que las faculta, ya sea por no quedar
restringida a ningún sector particular de objetos, y aspira, por tanto, a la máxima universalidad.
Aristóteles declara: “Lo que es y uno son lo mismo y una naturaleza en la medida en que entre ambos
se da la misma correlación que entre causa y principio” (cf. IV 1003b20-25)

Ahora bien, desde la pretensión de la sabiduría en contemplar las máximas universales en todo lo que
es, a través de una ciencia que profundice en las causas y principios primeros, Aristóteles pareciera
contemplar de aquel sentido de sabiduría un móvil necesario para satisfacer al tratamiento de dicho
objeto. Para ello, Aristóteles provee una nueva caracterización del objeto propio de dicha ciencia: ella
pretende tematizar lo que es en tanto que es y los atributos que le pertenecen por sí mismo, de suerte
que las causas y los principios primeros a los que apunta dicha ciencia serna, en definitiva, las causas
y los principios primeros de lo que es en tanto que es (Vigo, pp. 131). Por lo que, en comparación, no
sería más que la contención de una y otra noción dentro se sí, movilizadas por una misma naturaleza,
y por el mismo sentido universalizaste de ambos elementos.
Por lo que ya hemos declarado, la filosofía primera no queda consideradamente fuera de lugar en tales
descripciones. Es por consiguiente que de la filosofía primera se puntualice también su definición en el
mismo sentido que: “ciencia que estudia las causas y principios primeros, válidos para todo lo que es, y lo
que es en tanto que es”. Sin embargo, Aristóteles en Metafísica VI, logra examinar de aquella noción un
contra punto. En grado sumo, en la caracterización de la filosofía primera, esta intervendría en mayor
sentido a corresponder una ontología direccionada al estudio de la entidad, dando foco también a los
sentidos accidentales del ser, pero siempre dando prioridad a la referencia sostenedora de cuya ciencia a la
entidad, formando un significado primario de ser.
Dado esto ultimo se logra aclarar el centro de una pequeña distinción: pasando de una focalización de la
universalidad en el estudio de los primeros principios que rigen a todas las cosas, y a una universalidad del
ser en todas las cosas que se rigen en la realidad (dado que el ser contiene a todas las cosas que existen), a
una universalidad que al parecer se prescribe en la especificidad de una sustancia, que define la forma
interior de las cosas que son. Por otro lado, eso no descarta el hecho de que se reconozca a todos aquellos
modos de ontología una misma formalidad de ciencia”. Si bien dice, Aristóteles “corresponde, en efecto, a
una única ciencia estudiar, no solamente aquellas cosas que se denominan según un solo significado, sino
también las que se denominan en relación con una sola naturaleza (…) pues es evidente que el estudio de
las cosas que son, en tanto que cosas que son, corresponde también a una sola ciencia” (Met. 1003b10-15).
En definitiva, todas aquellas nominaciones de dicha ontología no son mas que nombres de una misma
ciencia, que en algún sentido se distinguen quizás en términos de especificidad del método, pero sin duda
todas ellas unificadas en un mismo objetivo y sentido.

2. ¿Qué importancia tiene, dentro del proyecto filosófico de Aristóteles a la altura de Met IV, la tesis
según la cual “ente” o “lo que es” se dice de muchas maneras? Incluya, dentro de su explicación, también
una referencia expresa a uno –sólo uno– de los dos siguientes textos: Met. V 7 o Met. VII 1.

2. Sin duda alguna, el problema de la multiplicidad del ser se presenta para Aristóteles como unos de los
grandes conflictos a resolver cuando se tiene por motivación el hacer presente una sostenible unidad
de sentido y de objeto en la ciencia que estudia lo que es en tanto que algo que es. Y es justamente a
causa de la contingencia expresa en la polisemia del ser que no se garantice para Aristóteles una
unidad de un objeto susceptible de tratamiento unitario y coherente. Como plantea muy bien Tomas
Calvo “sin unidad de objeto no hay unidad de ciencia, y sin unidad de noción no hay unidad de
objeto” (Met. Pp. 21). Sin embargo, para Aristóteles se verá predeterminada la concepción de aceptar
la multiplicidad de sentidos en lo que se refiriere al ser en todas las cosas que son, y en consecuencia a
tener que afirmar la imposibilidad de satisfacer a la univocidad de genero de cosas para soslayar a la
unidad de ciencia. Y es esta la operación que tuvo de gran importancia en el proyecto filosófico
aristotélico, en donde, a partir de la constitución de una ciencia de lo que es en cuanto que es, se
reconocerá una cierta unidad en la noción de lo que es basada en la referencia o relación de sus
distintos sentidos a uno y el mismo principio (Calvo, Met. Pp. 168). Es decir, el genero irá siendo
designado en relación a una única idea de lo universal, pero que además predica de una multiplicidad
de sentidos sin ser variado su dignidad sustancial en cada cual caso. Bien así, se genera un carácter
diferenciador entre cada predicación de géneros y sus reducciones particulares de especie, en tales
casos donde las cosas que poseen un mismo nombre, pero la aplicación de su significado y definición
corresponde siempre al mismo, se dirá de una predicación de sinonimia, donde la sustitución de las
palabras no borra el carácter esencial de cuya cosa. Es en este sentido en el que Aristóteles da sustrato
a su sistema de conocimiento, donde la contraposición de significantes referidas a un genero no son
modificas en tanto definición esencial de cuya cosa, por la sustitución de significantes ulteriores o
accidentales a la cosa.
Un gran ejemplo de ello Aristóteles lo demuestra en Metafísica V, capitulo séptimo, donde dice:
“cuando decimos que el hombre es músico y que el músico es hombre, o que el blanco es músico o
que este es blanco, en el último caso lo decimos porque ambas cosas suceden accidentalmente que se
da en el mismo el sujeto” (cf. Met. 1017a15-20). Por último, aquello tiende relación en cada caso de
sus categorías accidentales o predicaciones de genero y especie, a designar a una unidad que en todos
los casos siempre corresponde a la misma, ya que, si ese no fuera el caso, y se designaran de los
elementos del ser por medio de pura homonimia, dicha ciencia acerca de lo que es nunca podría
aterrizar proyecto alguno aplicando predicado de objetos donde existiera disimilitud ente los
diferentes modos de predicarse a sí mismos.

3. En relación a la sustancia ο entidad (οὐσία), escoja dos –sólo dos– de los siguientes cuatro puntos y
explique:
a) a qué se refiere Aristóteles cuando señala que la sustancia sería primera en varios sentidos;
En una pequeña acepción, desde el recorrido que establece Aristóteles a partir de los varios sentidos del
ser, y de las categorías que le determinan consiguientemente, se dice de una de ellas que es la entidad, y en
virtud del argumento aristotélico, que ve en el móvil de la filosofía primera el centro de la indagación de
esta misma, se establece de esta causa una primacía en múltiples sentidos ante las demás. Y es, por tanto,
que la entidad, dentro de las demás categorías, es la que se revela como verdaderamente fundamental y
primera, y esto es en el sentido de que la sustancia está comprometida siempre con la condición de todas
las cosas que son, y ninguna otra categoría presupone ni puede subsistir separada de la sustancia, ya que
son meras determinaciones de la entidad. Es decir, el ser de todas las demás categorías presupone, como
condición, el ser de la primera, o sea la sustancial. Por lo que todas las restantes solo existen en mero
estadio del ser en tanto accidente del mismo y por ende de los modos, cualidades o circunstancias que le
meritan, no así al ser en tanto ser. Por lo que la pregunta acerca de lo que es, o el problema del ser, viene a
reducirse a la pregunta ¿Qué es la entidad? O al problema de la sustancia.
De acuerdo a las distinciones propuestas por Aristóteles, la entidad seria primera fundamentalmente en
cuanto al tiempo, porque solo la entidad es capaz de existencia separada; en cuento a la noción o
definición, porque la noción de las demás está incluida necesariamente la noción de entidad; y en cuanto
al conocimiento, porque de la entidad se corresponde al saber universal y esencial de todas las cosas
(Calvo Met. pp, 27).

b) cómo relaciona Aristóteles la noción de sustancia con la de materia (ὕλη)


Aristóteles entiende como definición de entidad en cuatro sentidos: esencia, universal, género y sustrato.
Pero el deseo de adquirir la forma de la entidad que merezca más el nombre de esta misma, se verá
determinado por la referencia al sustrato primeramente sobre aquello lo que es la esencia. Por lo que
puede considerarse a la entidad en cuanto sustrato en tres sentidos (materia, forma o en ambas). Sin
embargo, el cómo relaciona Aristóteles la noción de sustancia con la de materia se ve referida en la
siguiente argumentación: a) la sustancia es única y predominantemente la materia, ya que, si a las cosas se
les quitan todas las determinaciones según la categoría, solamente queda la materia, lo cual quedaría al
descubierto la esencia; “ya que si se suprimen todas las demás cosas, no parece que quede ningún (otro)
sustrato (…) entidad es, mas bien, aquello en que primeramente se dan las cosas” (Met. 1029a10-20).
Seguidamente, se advertirá que la sustancia ha de tener también estas características: debe ser separable y
algo en cierta manera determinado. La materia posee la característica de que hablábamos antes, pero no
estas dos últimas: por tanto, la forma y el compuesto parecen con mayor razón ser sustancia. A quienes
parten de estas consideraciones les sucede, ciertamente, que la materia en entidad. Pero esto es imposible,
en efecto, el ser incapaz de existencia separada y el ser algo determinado parecen ser en grado sumo a la
entidad”, y al contrario de lo que Aristóteles designa a la materia, siendo este sujeto indeterminado,
“carente de determinación real algo de suyo incognoscible lo cual no cabría ya atribuir como propio,
predicado alguno” (Calvo, 2007, pp.28), y dependiente ya sea por que su naturaleza nos es desconocida a
causa de su indeterminación, ya sea su dependencia por el conocimiento de ella por medio del
conocimiento por analogía. Por lo que esta sería la relación primaria y exclusiva que establecería
Aristóteles para la materia referida a la entidad.

Bibliografía
Aristóteles. Metafísica. (trad. T. Calvo Martínez). Gredos, 2007. 
Reale, Giovanni. Guía de lectura de la 'Metafísica' de Aristóteles, Barcelona, 1999
Alejandro G. Vigo. Aristóteles: una introducción. Instituto de Estudios de la Sociedad, 2007

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