Vaz Ferreira
Vaz Ferreira
Autor:
Ruben Tani
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Las Obras de Vaz Ferreira editadas en el Homenaje de la Cámara de
Representantes, se citarán en números romanos (tomo) y las páginas en arábigos.
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En referencia al concepto de “lógica de las discusiones”, una contribución original de
Vaz Ferreira, nos ha sido de enorme utilidad la lectura de la tesis de maestría de María Gracia
Núñez: “Aproximaciones a la «Lógica de las discusiones» de Carlos Vaz Ferreira” (FHCE,
2007).
no sólo civilizados por autores que desconocen nuestra realidad. Por esta
razón, sin ser “localistas”, nos basamos en la teoría y la práctica de este autor
uruguayo y no en autores extranjeros, pero evitando caer en la falsa oposición,
que el mismo Vaz Ferreira menciona, consistente en ser unilateralmente y
exclusivamente o bien teóricos “transplantadores” que reproducen lo que otros
piensan o bien teóricos localistas (Vaz Ferreira, XXI:199).
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Vaz Ferreira afirma: “También se le ocurrió a Rousseau que hay en el niño edades
absolutamente separadas, en cada una de las cuales han de cultivarse facultades diferentes:
Así, hasta los doce años, sólo han de educarse en el niño los sentidos (además del ejercicio
físico). De los doce a los quince años, se educará la inteligencia; y de los quince a los veinte el
sentimiento.” Posteriormente, anota que autores modernos como el Dr. Philips sostiene que
“en el desarrollo del niño hay tres períodos: en el primero, que llega hasta la primera dentición,
sólo aprende a coordinar movimientos; en el segundo período, que es el de la segunda
dentición, el niño coordina imágenes; en el tercero, de los doce años a la pubertad, coordina
ideas”. Vaz Ferreira se pregunta “¿No han tenido ideas antes?” Y agrega “Y nos preguntamos
si quienes escriben semejantes cosas en sus libros han tenido hijos o han conversado media
hora con un niño...”(Vaz Ferreira, XXIII:24-25).
orden, y que son susceptibles de ser aplicadas deductivamente con un
resultado infalible (Vaz Ferreira, XVII:187). Afirma que se trata de un caso de
falsa precisión, ilusoriamente simplista en tanto no pueden distinguirse tan
claramente las facultades unas de otras, ni los métodos unos de otros; “ni la
marcha real y efectiva que el espíritu sigue de hecho en la adquisición de los
conocimientos, puede esquematizarse de tal manera; ni, sobre todo, es posible
llegar hasta contar las clases de objetos conocibles, los métodos para conocer”
(Vaz Ferreira, IV:114).
Vaz Ferreira afirma en Lógica viva que la pedagogía ofrece numerosos
ejemplos de falacias de falsa oposición, de falsa sistematización, falsa
precisión, etc. (Vaz Ferreira, XXI:35 y XXIII:22). Dedica su atención a los
efectos que tiene el pensamiento esquemático en la cuestión educativa porque
cree que éste no permite graduar nuestra creencia ya que (a) reduce los
matices de la interpretación de los textos limitando la consideración de sus
efectos pedagógicos, (b) limita la consideración de otras opiniones, formas de
valorar y actuar diferentes de las nuestras4. Las ideas directrices que postula
son coherentes con su creencia filosófica de que la significación de los textos
es compleja y que el lenguaje y el pensamiento no la agotan. De allí, la
importancia de los conceptos de “penetrabilidad” y de “escalonamiento”,
asociados al concepto de “gradación” que permite referirnos al proceso de
aprender a pensar mediante el proceso de interpretación y comprensión de
textos “parcialmente inteligibles”. Por esta razón recomienda la lectura de
textos que no hayan sido simplificados y en el caso de que los textos se
adapten a la edad de los jóvenes y los textos originales se reduzcan en
extensión y se simplifiquen siempre exigirán una interpretación.
El concepto de pensar en forma graduada propuesto en las ideas
directrices se aplica tanto a las discusiones orales como escritas y por lo tanto
resulta de fundamental importancia para entender el concepto de interpretación
de Vaz Ferreira. Dicha interpretación supone un proceso hermenéutico que
partiendo de la lectura literal de un texto se propone lograr la comprensión de
los argumentos, de los significados implícitos pero no ocultos y de los efectos
que el pensamiento que leemos ejerce sobre nuestras creencias. Esta idea nos
permite considerar que en este proceso no existe diferencia entre la lectura, la
interpretación y el acto de pensar (Vaz Ferreira, XVII:53 y XXI:153-154).
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Si bien Vaz Ferreira reconoce que los esquemas son herramientas didácticas de
cierta utilidad no los considera adecuados para propiciar un pensamiento crítico y abierto.
Propone, en cambio, la discusión en el aula. (Vaz Ferreira, XIV:274).
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En “Dos ideas directrices pedagógicas, y su valor respectivo”, Vaz Ferreira se refiere
al “peptonismo” como una forma de simplificación pedagógica excesiva de los textos de lectura
(XVII:87). Considera en tres conferencias o clases, citando y comentando textos, el
exclusivismo pedagógico que opone, por ejemplo, el “hacer descubrir” al “hacer recordar”
(XVII:211), la exageración de una buena idea, comentando textos de Spencer y Le Bon
(XVII:109) y la falsa simplificación o precisión a propósito de la lectura de un libro de Berra
(XVII:187).
Vaz Ferreira entiende que casi toda la enseñanza está afectada de falsa
precisión en tanto los contenidos se conforman en “esquemas simplificados”
(Vaz Ferreira, IV:120). Según Vaz Ferreira, la Filosofía misma y su enseñanza,
ha cometido el error de falsa precisión presentando a la filosofía como
aparentemente precisa; “y además hacerla dogmática” (Vaz Ferreira, XV:79).
Por ejemplo, critica la costumbre de afirmar que existen determinado número
de escuelas: el espiritualismo, el materialismo y el positivismo, cada una con
soluciones para todos los problemas, y a una de las cuales forzosamente ha de
pertenecer todo aquel que estudie filosofía (Vaz Ferreira, XV:82). Su crítica se
centra en que se trata de una concepción estrecha e impropia para comprender
la filosofía en tanto la presenta dividida en un número fijo y limitado de teorías
opuestas e inconciliables lo que termina produciendo intolerancia y
exclusivismo.
Otro ejemplo de error de simplificación en la enseñanza, Vaz Ferreira lo
encuentra cuando se considera que la Metafísica trata solamente problemas
abstractos dejando de lado los problemas “más vitales de todos: los de la
libertad y los del determinismo, el de la existencia de Dios, y el más vital, el
más importante de todos, para nosotros: el de la inmortalidad, el de la
supervivencia de la conciencia” (Vaz Ferreira, XV:71).
Un ejemplo de esta falacia pedagógica la representa el caso del
profesor que en una clase enseñaba la teoría de Hobbes siguiendo el resumen
que de ella hacía un manual. Ocurrió que un estudiante fue al texto original,
leyó la teoría y la expuso en clase; seguidamente el profesor le dijo “ésa no es
la teoría de Hobbes”. “A tal punto lo es –respondió el estudiante– que acabo de
leerla en el mismo Hobbes”. El profesor quedó completamente desconcertado,
pero pronto reaccionó: “Pues, léala en N. Allí está más clara” (Vaz Ferreira,
IV:121).
Lo que Vaz Ferreira deja claro es que, por una parte, el docente
restringe el tratamiento y explicación de la teoría de Hobbes a un manual y,
paralelamente, desestima la iniciativa del alumno que tiene por objetivo adquirir
y compartir conocimientos con sus compañeros.
Para Vaz Ferreira, por el contrario, son fundamentales las instancias
participativas de adquisición de conocimientos y propone valorar positivamente
aquellas conductas del alumno centradas en ampliar su horizonte de
expectativas (educativo, social, político, filosófico) así como los intereses
generados por los temas que el profesor enseña en clase. Asimismo, tiende a
reconocer el desempeño del estudiante realizando lecturas y actividades que
exigen el desarrollo de competencias como: abstraer, interpretar, exponer y
argumentar, en el proceso de interpretación presentado en forma abierta a más
lecturas y opiniones:
En lugar de dejarse creer al estudiante que las cosas son
como las comprende, como se exponen en los textos, debería
impresionarlo tanto como efecto de advertencias expresas y
continuas del profesor, como del espíritu mismo de la enseñanza
que éste diera, una especie de sensación constante de que hay
algo más allá, y de que la realidad es más compleja de lo que se
la hace parecer (Vaz Ferreira, IV:120-121).
Vaz Ferreira critica a toda actitud simplificadora que niega la pluralidad
de interpretaciones considerando que corresponde presentar las teorías en su
justo término y exponiendo la dificultad de las cuestiones que ellas expresan
cuestión que exige un cambio en el “espíritu” de los docentes o encargados en
dictar las clases, Vaz Ferreira considera que:
Y donde se produce muy a menudo una de las formas más
comunes de esos estados de espíritu, inconscientemente
retardatarios, es en las universidades, en las instituciones de
enseñanza, donde se estudia con textos, donde hay clases,
programas, exposiciones, discusiones, exámenes... Los ejercicios
universitarios, y pedagógicos en general, exponer teorías, discutir,
refutar teorías, resolver cuestiones, sostener tesis, producen,
entre otros buenos, dos efectos malos, o, en todo caso, tienden a
producir dos efectos malos: el primero, alejar de la realidad; y, el
segundo, desnaturalizar las mismas teorías, alejando de los libros
originales (Vaz Ferreira, III:163-164).
En oposición a esta actitud simplificadora Vaz Ferreira considera que “la
Filosofía debe ser enseñada con crítica y sinceridad” (Vaz Ferreira, XV:88).
Esto significa que el proceso pedagógico, en primer lugar, demanda una actitud
ética-dialógica que favorezca la adquisición del hábito de reflexión mediante la
expresión sincera de lo que pensamos en una actitud de respeto y búsqueda
del entendimiento entre sujetos diferentes, en segundo lugar, esa actitud es la
que permite crear un espacio de reflexión más adecuado a la acción educativa
fermental que pretende realizar la propuesta educativa de Vaz Ferreira, en la
formación de individuos autónomos e interesados por las cuestiones de interés
colectivo.
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Cuando Vaz Ferreira se interesa por la enseñanza de los idiomas vivos, sostiene que,
además de la gramática, hay que preguntarse para qué, a quién, dónde, y en qué condiciones
se enseña. Para obtener un fin dado, no es forzoso que haya un método único y mejor que los
demás; en tal caso habrá varios métodos buenos o aceptables, que serán aplicados según el
fin práctico que se busca. A propósito de esto afirma: Cabría una preparación para todo lo que
puede surgir: empleos posibles, conversación con extranjeros, viajes, etc.; segundo, facilidades
para cultura general y literario-científica. (Vaz Ferreira, XXI:438-439).
los temas tratados diciendo que “Me siento autorizado para afirmar, así,
basándome en hechos de experiencia, la posibilidad, la eficacia y la bondad de
una acción semejante” (Vaz Ferreira, XIV:178). Algunos ejemplos de su
“método” de pensar con otros, son las lecturas directas y comentadas en
público y luego citadas de varios textos de Nietzsche (Vaz Ferreira, XX:191), la
“discusión” entre Spencer y Guyau (Vaz Ferreira, I:15-97), la lectura crítica de
James (Vaz Ferreira, VIII), de textos de Berra y de Le Bon entre otros (Vaz
Ferreira, XVII). Una fuente interesante sobre las lecturas realizadas en la
Cátedra de conferencias en la Universidad son los informes anuales elevados
por Vaz Ferreira al Rectorado (Vaz Ferreira, XXIII:43-137).
Estamos de acuerdo con Vaz Ferreira en que la práctica de leer y
analizar el pensamiento de un autor mediante el estudio de sus argumentos y
sus ideas, no es sólo una estrategia pedagógica que permite comenzar a
aprender a pensar a través de la lectura asidua de textos; se trata de una
práctica concreta y productiva que realizamos cuando expresamos nuestro
propio pensamiento, sea en forma oral o escrita. Para producir y no meramente
reproducir conocimientos desde el borde de occidente debemos comenzar a
reconocer nuestra tradición filosófica con el fin de comenzar a reflexionar
filosóficamente sobre nuestras propias experiencias culturales.
Hemos tratado de no caer en la falacia de falsa oposición que opone la
influencia negativa que ofrecen los medios de comunicación masivos a la
acción benéfica que imparte el sistema educativo y los docentes. En nuestra
experiencia hemos observado que en general los estudiantes de grado, leen y
están mucho más actualizados, de lo que los docentes suponemos. No resulta
difícil, pues, generar en el sistema reglado un espacio para leer y pensar, que
sea ameno y no aburrido, en el que los estudiantes produzcan escritura y no
tengan que memorizar el legado de toda la Metafísica “Occidental” de Platón al
presente.
Bibliografía