Periodo Sistematico

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ESCUELA PREPARATORIA NÚMERO CINCO, PUENTE DE IXTLA

FILOSOFIA I

PERIODO SISTEMÁTICO 
 
Este periodo está formado por los dos más grandes filósofos griegos: Platón y Aristóteles.
Viene a ser la síntesis de ambas maneras de filosofar a la naturaleza y la humanidad. 
 
 
PLATON (427 a. de C.- 347 a. de C.) 
 
Platón es un apodo que alude a la amplitud de las espaldas o la frente de este filósofo, su
nombre real era Aristocles. Platón nació en Atenas en el seno de una familia aristocrática,
fue discípulo de Sócrates, cuyo pensamiento dio a conocer, ya que este último no escribió
nada, como habíamos mencionado antes. 
 
Platón escribió los diálogos (poco más de 40) en los cuales el personaje principal es
Sócrates, por boca de él se expresa no solo el pensamiento de este, sino también el
mismo Platón, de ahí la dificultad de distinguir uno de otro.  Suele clasificarse la obra de
Platón en cuatro periodos:  
 
 Los diálogos socráticos o de juventud 
 Los diálogos de transición 
 Los diálogos de madurez 
 Los diálogos críticos o de vejez 
 
Platón fundo la academia en Atenas (centro especializado en la actividad filosófica y
cultural, cuyo nombre responde a que en el lugar donde se estableció existió un templo
dedicado al antiguo héroe llamado Academo), a dicho centro también acudió Aristóteles,
quien fue uno de sus connotados discípulos.  Se sabe que después de la muerte de
Sócrates, Platón abandono la política para dedicarse a la filosofía; sin embargo, aquella
ocupo siempre un lugar fundamental junto con la ética dentro de su teoría filosófica.   La
muerte de Sócrates fue un hecho decisivo en la vida de Platón, la cual ocurrió cuando
este tenía 28 años. 
 
La filosofía platónica concibe como centro del hombre al alma, pues Platón cree que es
esta ultima la que lo distingue de los animales.   El alma es descrita en el dialogo fedro de
manera metafórica como un carro guiado por un cochero que es arrastrado por dos
corceles que vuelan; uno de ellos, de color blanco, tiende a ascender y es símbolo de la
voluntad dirigida al bien, otro, en cambio, de color negro, tiende a descender y es símbolo
de las fuerzas negativas (el mal y las pasiones del cuerpo), el cochero es símbolo de la
razón y se encuentra siempre en tensión entre estas dos fuerzas, tratando de mantener la
armonía.   El alma se compone de razón, pasión (apetitos relacionados con los sentidos o
la corporalidad) y voluntad dirigid al bien.  El hombre tiene un alma racional, es la que le
permite no solo vivir (como los animales), sino entender y ascender al mundo de las
ideas.  Es conocida la teoría platónica de las ideas, en la cual este filósofo nos habla de
dos mundos: el sensible y el inteligible, el primero está asociado a este mundo que
nosotros consideramos real, en el que vivimos, en cambio al segundo solo se tiene
acceso por medio de la razón y es para Platón el verdaderamente real, pues el primero es
solo apariencia. 
 
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FILOSOFIA I
Llama a este segundo mundo el de las ideas y está asociado a lo imperecedero,
inmutable, verdadero; en cambio, el mundo en el que vivimos y que es solo apariencia
está relacionado con lo contrario: lo perecedero, lo cambiante y falso. 
 
Al igual que para Sócrates y después para Aristóteles, la virtud será algo fundamental en
la ética de Platón, pero esta no es entendida como un perfeccionamiento únicamente
personal, sino que realmente tiene sentido en la medida en que contribuye al bien de la
comunidad, ya que el hombre para los griegos es un ser que no se puede concebir sino
integrado en la sociedad, pues como diría Aristóteles es un ser social por naturaleza. 
 
Precisamente porque una preocupación fundamental de la ética y política de Platón es el
bien común, él se preguntara cual es el gobernante ideal y piensa que debe ser alguien
que sea capaz de dominar sus pasiones, es decir, alguien que tenga dominio sobre sí
mismo, solo una persona con tales características será capaz de guiar a los demás.
Platón cree que este tipo de gobernante únicamente puede ser un filósofo, pues este el
verdadero sabio.  En la constitución de este tipo de individuo tendrá una función
fundamental la educación, la cual  de acuerdo con nuestro filósofo tenía que lograr la
armonía entre el cuerpo y el alma.  Es importante destacar que en los diálogos de vejez,
Platón hará una revisión de su filosofía, de esta forma, en el dialogo denominado Las
Leyes de su pueblo, ahí el Estado propuesto será una mezcla de monarquía y
democracia. 
 
ARISTOTELES   (384 a. de C.-  322 a. de C). 
Aristóteles nació en Grecia, en la ciudad de Estagira, y fue discípulo de Platón; fundó su
propia escuela en Atenas: el Liceo, y su obra principal en materia de ética es la
ética nicomaquea. La ética aristotélica es calificada como teleológica. Una ética teológica
es aquella que hace derivar la obligación moral de una acción solamente de sus
consecuencias, Aristóteles concibe lo moralmente bueno como la consecución de un fin,
el cual es el fin de la vida humana y dicho fin es la felicidad.  El estagirita nos propone la
virtud como el medio para alcanzar dicho fin y además nos ofrece un criterio para
determinar si somos virtuosos.  La ética de Aristóteles es una de las teorías más
importantes de la actualidad, quizá precisamente por lograr unir dos conceptos que
normalmente solemos considerar relevante en nuestra vida; la virtud y la felicidad.   La
ética de Aristóteles resulta muy atractiva para nuestro mundo actual, especialmente
porque no se presenta como una ética que conciba al hombre de manera rígida, es decir
cómo ser puramente racional, sino que incorpora las pasiones de los seres humanos
como un dato importante de la acción moral. 
Aristóteles afirma que todas aspiran a un bien y cuando hablamos del bien humano
buscamos el bien supremo el cual es, para este filósofo, la felicidad.  El bien supremo es
un fin final, es decir, no es un medio para conseguir otra cosa, sino que una vez que lo
alcanzamos ya no aspiramos a nada más.  Veamos un ejemplo de lo que queremos decir;
estudiamos para terminar el bachillerato, queremos terminar el bachillerato para ingresar
a la universidad, queremos terminar la universidad para obtener un buen trabajo,
queremos obtener un buen trabajo para poder ganar bien, queremos ganar bien para
comprar una casa, queremos comprar una casa para poder llevar ahí a nuestra familia
para ser felices.  Una vez que alcanzamos la felicidad, dice Aristóteles, sería absurdo
preguntarse: ¿para qué quieres ser feliz?.  Y resulta absurdo porque es el fin último,
mientras que el estudio, el dinero, la casa, la familia, etc., solo son medios para otra cosa,
la felicidad es el fin último al que aspira el hombre. 
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FILOSOFIA I
Aristóteles piensa que todos los seres humanos quieren ser felices y que ese es el fin al
que aspiran, sin embargo, en lo que no hay un acuerdo unánime es en la manera como se
concibe la felicidad, pues esto dependerá de la situación en que se encuentre el individuo,
así, por ejemplo, para un hombre sumido en la pobreza el bien supremo será la riqueza,
para un hombre enfermo, la salud, etcétera. 

La felicidad es, como ya dijimos, algo final (es el fin de cuanto hacemos), pero además es
algo autosuficiente, es decir, que se basta a sí misma, una vez alcanzada no requerimos
de nada más.   Aristóteles define a la felicidad como “cierta especie de actividad del alma
conforme a la virtud”.   Como podemos advertir con base en esta definición, la felicidad
está relacionada con el concepto de virtud.  Aristóteles clasifica las virtudes en dos tipos:
Intelectuales y Morales: “La virtud Intelectual debe sobre todo al magisterio su nacimiento
y desarrollo, por esto requiere experiencia y tiempo, mientras que la virtud Moral es fruto
de la costumbre.” 

Aristóteles piensa que en el alma solo se pueden dar tres cosas; Pasiones Potencias o
Hábitos, por ellos la virtud debe ser alguna de estas tres cosas; pero las virtudes no
pueden ser pasiones, pues estas muchas veces nos ocurren sin que haya una elección de
por medio, por ejemplo, enamorarnos, alegrarnos, enojarnos, etc. en cambio las virtudes y
vicios no se presentan nunca sin elección. A su vez las virtudes no pueden ser potencias,
una potencia es la capacidad de padecer las pasiones, de esta manera, nadie nos alaba o
censura por dicha capacidad ya que esta la tenemos por naturaleza; en cambio; la virtud o
el vicio son objeto de alabanza o censura; además, Aristóteles piensa que no somos
buenos o malos por naturaleza.  Dado que hemos dicho que la virtud no puede ser ni una
pasión ni tampoco una potencia, no queda otra cosa que sea un hábito.
 
Aristóteles define a la virtud de la siguiente manera: “La virtud es un hábito selectivo,
consistente en una posición intermedia para nosotros, determinada por la razón y tal
como la determinaría el hombre prudente.  Posición intermedia entre dos vicios, el uno por
exceso y el otro por defecto.” 

Por un lado, lo primero que tenemos que destacar al caracterizar a la virtud es que es un
hábito, es decir, una acción repetida, entonces para decir que se posee una virtud, no
basta con que realicemos cierta acción una vez en nuestra vida, sino que la debemos
poner en práctica todas las ocasiones en que sea pertinente.
 
Por otro lado, Aristóteles piensa que cuando actuamos podemos incurrir en exceso o
defectos, y actuar de manera virtuosa consistirá precisamente en colocarnos en el justo
medio. Veamos un ejemplo; en el uso del dinero caemos en el exceso cuando lo
despilfarramos, caemos en el defecto cuando somos avaros, de esta forma el justo medio
será la generosidad.  Es importante aclarar que, de acuerdo con el filósofo griego, el justo
medio no es el mismo para todas las personas ni para todas las circunstancias, por lo
cual, este se determina en función de cada quien y de la situación particular en que se
encuentre el individuo.  Podemos saber cuál es el justo medio planteándonos las
siguientes preguntas; ¿a quién?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Por qué?, ¿Cuándo? y ¿en qué
intensidad? Aristóteles considera que no es una tarea fácil ser virtuoso, pues no lo es
determinar el término medio en cada situación, así señala: “Alcanzar el término medio en
cada caso es una faena, como determinar el centro del circulo no es de la competencia de
cualquiera, sino del que sabe.  Airarse es cosa fácil y al alcance de todos, lo mismo que el
dar dinero y el gastarlo; pero con respecto a quién y cuanto y cuándo y por qué y cómo,
ya no es cosa de todos ni nada fácil” 
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Algo importante que hay que destacar es que no toda acción tiene justo medio, pues hay
actos que son reprobables o malos en sí mismos, por ejemplo, el adulterio, aquí ya no
tiene cabida plantearnos las preguntas mencionadas anteriormente, es decir, no tiene
sentido preguntarme si puede ser virtuoso dependiendo de con quién engañe a mi pareja,
con qué frecuencia, cuando o donde, es obvio que resulta absurdo plantearnos estos
cuestionamientos, seguramente podrás pensar en casos similares a este. 

Aristóteles considera también que hay vicios que se acercan más al justo medio, de tal
manera que si queremos alcanzar la virtud, tendremos que acercarnos al extremo o al
vicio que más se le parezca, por ejemplo, pensemos en la virtud de la puntualidad, el
defecto seria el impuntual y el exceso el que llega con la hora de antelación a sus citas,
ambos extremos son malos, pero se acerca más a la virtud el que se excede en
puntualidad que el que incurre en defecto (el impuntual), de esta manera, si queremos
alcanzar la virtud de la puntualidad será preferible llegar una hora antes de lo acordado
con alguien que una hora después, así, poco a poco nos iremos aproximando a la virtud.
 
La prudencia es para Aristóteles la virtud moral principal, pues es la que ayuda a razonar
de manera correcta en la vida diaria, la que permite analizar la situación en la que
nos encontramos para encontrar el justo medio. Dado que es una virtud moral solo es
susceptible de desarrollarse con la práctica. 

Aristóteles piensa que la virtud es una condición necesaria para alcanzar la felicidad, pero
que no es suficiente, pues además se requerirá de la posesión de ciertos bienes externos,
como dinero, belleza, amigos virtuosos, una buena familia, salud, principalmente.  Al
respecto, señala en la ética nicomaquea: Es posible, en efecto, o por lo menos difícil, que
haga bellas acciones el que este desprovisto de recursos… 

No sería precisamente feliz quien tuviese un aspecto repugnante, o fuese de linaje vil, o
solitario sin hijos, y menos aún aquel cuyos hijos o amigos fuesen del todo perversos, o
que siendo buenos viniesen a fallecer.  Por tanto, como hemos dicho, la felicidad
parece exigir un suplemento de prosperidad tal como el que queda descrito. 
Es importante, por último, destacar que Aristóteles señala que la felicidad puede quedar
empañada por situaciones azarosas, pero que el hombre virtuoso sabrá sacar el mayor
provecho de dichas circunstancias, así “no será removido de su felicidad fácilmente, ni por
los infortunios ordinarios, sino por los que sean grandes y muchos” 
 
 

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