Andrea Caminotti Educar para Sanar, Sanar para Educar.

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Educar para sanar, sanar para educar.

La educación es una acción natural y constante. El Universo se ofrece a cada instante como
Maestro, para que veamos en él y para que nos veamos en él. La educación en la que creemos y
que creamos, favorece la re-conexión con las leyes universales, cuánticas y naturales. Apunta a
reconocernos como parte palpitante del Multiverso y seres creadores de nuestra propia realidad,
unidades sagradas constituyentes del Todo.

En este sentido, vivimos una pedagogía integral y curativa. Concebimos al Ser en sus más
amplios aspectos y en todas sus inteligencias. Reconocemos que somos una unidad de materia
energética conformada por varios cuerpos (Aura) y centros energéticos (Chakras), nuestro objetivo
es reconocer, aprender y sanar todas estas dimensiones, como dice Rudolf Steinner: “La educación
va unida al despertar de la conciencia.”

La base de nuestra didáctica está dada por una experiencia que debe conducir real o
simbólicamente a la siguiente pregunta: ¿qué aprendí con esto? Todas las propuestas parten de lo
vivencial, facilitando la curiosidad y la adquisición del aprendizaje a través de la experimentación y
de la observación de los procesos. Recién ahí, la figura adulta de guía arma el andamiaje para
acceder al contenido, que en cada persona será diferente y al ser compartido se enriquece en lo
comunitario, ya que pensamos a la educación como un proceso fundamentalmente humanizador
que nos permite aprender de y con nuestros pares.

La anterior pregunta es la base de la Pedagooogía 3000, y no se limita sólo a la experiencia


escolar sino que se propone como base de toda vivencia de la vida misma, donde nos suceden
cosas y cada una de ellas trae un aprendizaje, a cada situación que transitamos podemos
preguntarnos: ¿qué aprendí con esto?, enfatizando en el “para qué” y no en el “por qué” sucede.

Nuestra acción educativa trasciende el mero contenido intelectual enjaulado en el aula,


creemos en una educación que va hacia el interior y hacia el exterior, “la educación debería
enseñarnos a mirar hacia adentro.” dice Claudio Naranjo. Así como nos preguntamos sobre
aprendizajes internos, también trabajamos para trascender las paredes de la institución. Para ello,
nuestra acción educativa llega a la familia, los seres queridos y la comunidad, proponiendo un ir y
venir entre ambas partes.
Creemos que la salud es la expresión de coherencia entre el sentir y el pensar, entre lo
comunitario y lo individual. Es por eso que para crear estados saludables o para restablecer la
armonía de los sistemas, creamos instancias de expresión y contención emocional. El espacio
educativo se brinda como un campo propicio para que las emociones faciliten el aprendizaje. Un
ambiente hostil, represivo, adoctrinante, limitante, estresante, va en detrimento de la educación y
la salud. Cuando no se encuentra atendido lo emocional, no se puede aprender ni sanar. Es
fundamental promover un ambiente contenedor, tener el permiso para expresar las emociones y
cualquier tipo de manifestación, sin que haya censuras o correcciones. Para esto último, vuelve a
ser importante el trabajo personal de la figura adulta que está al frente del grupo, ya que si algo
inspira a reprimir o genera malestar, es necesario que tome ese síntoma y lo trabaje
individualmente, para luego poder re-educar-se y elaborar ese aspecto que está haciendo espejo
en el otre. Es esencial la honestidad de parte de las personas adultas para expresar las emociones.
Nos educaron para enmascarar todo, “nos educaron para la ceguera”, dice Claudio Naranjo. Y
para poder acompañar, primero tenemos que acompañarnos, como bien dice Rudolf Steinner:
“Educar el niño es educarse a sí mismo” y “Todo lo que a través de mi trabajo se transforme en mí
mismo, sana, nutre y libera al niño.”, ya que educar se trata de transmitir(se).

La docencia es una profesión de gran compromiso individual y comunitario, requiere de


una revalorización dentro del estatus social, y para eso las personas que estamos al frente de
acciones educativas tenemos el compromiso de crear cada vez más recursos y de conocer más
opciones, trascendiendo también muchos conceptos previos, prejuicios, creencias, etc. Crear la
mejor versión de sí, y transmitir a través de ella, porque solamente habiendo descubierto la misión
y trabajando en la mejor versión, es que se puede ver la mejor versión del otre y ayudarle a
concretar su misión. En palabras de Graciela Croatto desde la Pedagooogía 3000, sería: “Esta
pedagogía espiritual que es tan necesaria para los niños y los jóvenes de hoy, y también para los
educadores, porque nos conecta con nuestras verdaderas raíces. Es una pedagogía que tiene que
atender a tres aspectos: 1) al aspecto del ser, descubrir lo esencial que hay en mí, 2) encontrar mi
talento único y original, qué es lo que yo puedo ofrecer, entregar; y 3) descubrir la esencialidad en
todo lo que nos rodea, descubrir la vida de todo lo que está en nuestro alrededor, y comprender
que todos estamos unidos en un mar cósmico, todos somos interdependientes.”

ANDREA CAMINOTTI- COORDINADORA PEDAGÓGICA DE C.E.T “INTI RAYMI”

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