Ley Del Orden Publico
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Ley Del Orden Publico
DECRETO NÚMERO 7
LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
DE LA REPUBLICA DE GUATEMALA
CONSIDERANDO:
CONSIDERANDO:
POR TANTO,
DECRETA:
La siguiente
CAPITULO I
Artículo 1º. Esta ley se aplicará en los casos de invasión del territorio nacional, de
perturbación grave de la paz, de calamidad pública o de actividades contra la
seguridad del Estado.
Artículo 2º. (Reformado por el Artículo 1º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). El Presidente de la República, en Consejo de Ministros, calificará las
situaciones previstas en el Artículo anterior y, según su naturaleza o gravedad,
emitirá el decreto que corresponda con las especificaciones y en el grado a que
respectivamente se refieren los Artículos 151 y 153 de la Constitución de la
República.
Artículo 3º. (Suprimido por el Artículo 2º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 4º. (Suprimido por el Artículo 2º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 5º. (Suprimido por el Artículo 2º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 7º. (Suprimido por el Artículo 2º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
CAPITULO II
DEL ESTADO DE PREVENCIÓN
Artículo 8º. (Reformado por el Artículo 3º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). Tal como lo dispone el Artículo 151 de la Constitución de la República,
el Decreto de Estado de Prevención, no necesita de la aprobación del Congreso; su
vigencia no excederá de quince días y durante ella podrá el Ejecutivo, tomar las
medidas siguientes:
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efectuare portando armas u otros elementos de violencia. En tales casos, se
procederá a disolverlas; si los reunidos o manifestantes se negaren a hacerlo,
después de haber sido conminados para ello.
5) Disolver por la fuerza, sin necesidad de conminatoria alguna, cualquier grupo,
reunión o manifestación pública en la que se hiciere uso de armas o se
recurriere a actos de violencia.
6) Prohibir la circulación o estacionamiento de vehículos en lugares, zonas u
horas determinadas, impedir su salida fuera de las poblaciones o someterlos a
registro; y exigir a quienes viajen en el interior de la República, la declaración
del itinerario a seguir.
7) Exigir a los órganos de publicidad o difusión, que eviten todas aquellas
publicaciones que a juicio de la autoridad contribuyan o inciten a la alteración
del orden público. Si la prevención no fuere acatada y sin perjuicio de otras
medidas, se procederá por desobediencia contra los responsables.
Artículo 9º. (Suprimido por el Artículo 4º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 10. (Suprimido por el Artículo 4º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
CAPITULO III
DEL ESTADO DE ALARMA
Artículo 11. (Suprimido por el Artículo 4º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 12. (Suprimido por el Artículo 4º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 13. (Reformado por el artículo 5º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). Cuando el Ejecutivo decida decretar el estado de alarma, señalará el
todo o parte del territorio nacional afectado por él, pudiendo restringir algunas o
todas las garantías señaladas en el artículo 151 de la Constitución y durante su
vigencia, el Ejecutivo podrá adoptar, además de las aplicables al estado de
Prevención, las medidas siguientes:
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2) Exigir los servicios o el auxilio de particulares, cualesquiera que sean el fuero y
condición de las personas, para los efectos de mantener el funcionamiento de
los servicios de utilidad pública o de aquellos cuyo servicio o auxilio se
estimen necesarios.
CAPITULO IV
DEL ESTADO DE CALAMIDAD PÚBLICA
Artículo 14. El Estado de calamidad pública podrá ser decretado por el Ejecutivo para
evitar en lo posible los daños de cualquier calamidad que azote al país o a
determinada región, así como para evitar o reducir sus efectos.
Artículo 15. El Presidente de la República podrá, en estos casos, tomar las medidas
siguientes:
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2) Limitar el derecho de libre locomoción, cambiando o manteniendo la
residencia de las personas, estableciendo cordones sanitarios, limitando la
circulación de vehículos o impidiendo la salida o entrada de personas en la
zona afectada.
CAPITULO V
DEL ESTADO DE SITIO
Artículo 16. (Reformado por el artículo 6º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). El Ejecutivo podrá decretar el Estado de Sitio no sólo con motivo de
actividades terroristas, sediciosas o de rebelión que pretendan cambiar por medios
violentos las Instituciones Públicas o cuando hechos graves pongan en peligro el
orden constitucional o la seguridad del Estado; sino también cuando se registraren o
tuvieren indicios fundados de que han de sucederse actos de sabotaje, incendio,
secuestro o plagio, asesinato, ataques armados contra particulares y autoridades
civiles o militares u otras formas de delincuencia terrorista y subversiva. Para los
efectos del último párrafo del artículo 152 de la Constitución de la República, los
hechos enumerados a los indicios fundados de que pueden sucederse, serán
considerados como constitutivos de guerra civil.
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Artículo 18. Todas las autoridades y entidades estatales, de cualquier naturaleza que
sean, están obligadas a prestar a la autoridad militar el auxilio y cooperación que les
sean requeridos, dentro de la esfera de su competencia.
Artículo 19. (Reformado por el artículo 7º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). En el estado de sitio son aplicables todas las medidas establecidas para
los estados de prevención y alarma, pudiendo además la autoridad militar:
1) Intervenir o disolver sin necesidad de prevención o apercibimiento, cualquier
organización, entidad, asociación o agrupación, tenga o no personalidad
jurídica.
2) Ordenar sin necesidad de mandamiento judicial o apremio, la detención o
confinamiento:
a) de toda persona sospechosa de conspirar contra el gobierno
constituido, de alterar el orden público o de ejecutar o propiciar
acciones tendientes a ello; y
b) de toda persona que pertenezca o haya pertenecido a las
organizaciones o grupos a que se refiere el párrafo segundo del
artículo 64 de la Constitución;
3) Repeler o reprimir por los medios preventivos, defensivos u ofensivos que
fueren adecuados a las circunstancias, cualquier acción, individual o colectiva,
que fuere contraria a las disposiciones, acuerdos u ordenanzas dictadas para
el restablecimiento de la normalidad.
Artículo 20. (Suprimido por el Artículo 8º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 21. (Suprimido por el Artículo 8º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 22. (Suprimido por el Artículo 8º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
CAPITULO VI
DEL ESTADO DE GUERRA
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Artículo 23. El estado de guerra se decretará por el Congreso de la República de
conformidad con el inciso 6º del Artículo 170 de la Constitución, a solicitud del
Ejecutivo, tomándose en cuenta los intereses nacionales y la situación internacional.
Artículo 24. Sin perjuicio de las disposiciones extraordinarias que deben tomarse en
el estado de guerra y de la observancia de las normas y usos internacionales, esta ley
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será aplicable como supletoria en cualquiera de sus estados, para resguardar el orden
interno y la seguridad del Estado.
CAPITULO VII
DE LAS PROVIDENCIAS, RESOLUCIONES Y DISPOSICIONES
Artículo 26. Contra los actos, resoluciones o disposiciones que se dictaren con base
en esta ley, no cabe más recurso que el de responsabilidad, en la forma que dispone
el artículo 154 de la Constitución.
Artículo 27. (Reformado por el Artículo 9º. del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, podrá recurrirse de
amparo, si con motivo de la aplicación de esta ley, se violaren garantías no
comprendidas dentro de aquellas que conforme a la Constitución de la República,
puedan limitarse en su ejercicio, o que hayan sido restringidas en el Decreto
respectivo. Podrá igualmente recurrirse de Abeas Corpus para el solo efecto de
establecer el tratamiento del recurrente y, en su caso, hacer cesar los vejámenes a
que estuviere sujeto. La exhibición podrá efectuarse en el interior de las prisiones si
así lo dispusiere la respectiva autoridad ejecutiva.
CAPITULO VIII
DE LOS DETENIDOS Y DE LAS PENAS
Artículo 28. (Reformado por el Artículo 10 del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). Durante cualquiera de los grados de emergencia, podrá detenerse sin
necesidad de mandamiento judicial o apremio, a toda persona contra quien hubieren
indicios racionales de que actúa como autor, cómplice o encubridor para alterar el
orden público. La detención durará el tiempo indispensable para esclarecer los
hechos y no podrá exceder de veinticuatro horas después de haber cesado en sus
efectos el Decreto de restricción de garantías de que se tratare. Cesada la
emergencia, o antes si fuere posible, se le dejará en libertad pero si de la
investigación resultare culpable de delito la falta, se le consignará a los tribunales
competentes.
Artículo 29. (Reformado por el Artículo 11 del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). Las infracciones contra los reglamentos, acuerdos o medidas de
observancia general no tipificadas como delitos o no sancionadas en otra forma, se
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penarán con multas de cinco a cien quetzales, según la gravedad de la falta y
atendiendo a la situación económica del infractor.
Artículo 30. (Reformado por el Artículo 12 del Decreto 89-70 del Congreso de la
República). Para el pago de las multas, se fijará un plazo no menor de cuarenta y
ocho horas. Durante este término, el afectado puede pedir su reconsideración ante el
funcionario que la hubiere impuesto y éste deberá resolver dentro de los dos días
hábiles siguientes. Si no se hiciere efectiva la multa al vencimiento del plazo, se
compensará con prisión, computada en la forma prescrita por el Código Penal.
CAPITULO IX
DISPOSICIONES GENERALES
Artículo 31. Esta ley no afectará el funcionamiento de los organismos del Estado,
cuyos miembros continuarán gozando de las inmunidades y prerrogativas
reconocidas legalmente.
Artículo 32. Dentro del plazo de un mes, a partir de la fecha en que haya cesado la
vigencia del decreto de restricción de garantías, el Presidente de la República
presentará al Congreso un informe circunstanciado de los hechos ocurridos y de las
medidas tomadas durante la emergencia.
Artículo 34. Los decretos de restricción de garantías, en cualquiera de los grados que
la Constitución establece, así como su prórroga, modificación y la derogatoria de los
mismos, deberán publicarse de inmediato y ampliamente por todos los medios de
difusión. En igual forma se harán del conocimiento público las disposiciones que se
dictaren para su cumplimiento y las informaciones relativas a la emergencia.
Los órganos de publicidad, cualquiera que sea el medio de difusión que utilicen,
están obligados a publicar gratuitamente en su primera edición, los decretos,
disposiciones e informaciones de que se trate tan pronto éstos sean emitidos. El que
no lo hiciere será sancionado con multa de cien a mil quetzales, la primera vez; y en
caso de reincidencia, con multa hasta de cinco mil quetzales.
Artículo 35. Mientras dure cualquiera de los estados de emergencia, los órganos de
publicidad están obligados a evitar las publicaciones que puedan causar confusión o
pánico o agraven la situación. En tales casos así como si comentaren
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tendenciosamente las circunstancias, el director será amonestado por la autoridad
respectiva; y en caso de reincidencia, podrá imponerse censura previa al órgano de
que se trate.
Artículo 36. Toda persona, cualquiera que sea su condición o fuero está obligada a
prestar auxilio cuando le sea requerido por la autoridad, de acuerdo con las
disposiciones de esta ley.
Artículo 40. El Ejecutivo podrá suspender por el tiempo que dure una emergencia, las
actividades políticas y sindicales, así como el funcionamiento de los partidos
políticos, o de cualquiera entidad, agrupación, organización o asociación que coopere
directa o indirectamente a la causa que motiva la aplicación de esta ley.
Artículo 41. (Suprimido por el Artículo 13 del Decreto 89-70 del Congreso de la
República).
Artículo 42. Los funcionarios encargados de la aplicación de esta ley, según el caso,
podrán ordenar el allanamiento del domicilio o cualquier otro lugar cerrado, sin
necesidad de orden escrita de juez competente ni permiso de su dueño en los casos
siguientes:
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La autoridad que penetrare a cualquiera de los lugares citados, deberá presentar
orden escrita del funcionario que dictó la medida y se concretará estrictamente al
cumplimiento de su cometido, evitando causar perjuicios a los moradores, así como
la práctica de diligencias, que no sean conducentes al fin que se persigue.
Para penetrar al domicilio, la autoridad pedirá a sus moradores que se les permita el
acceso. En caso de negativa, penetrará de hecho.
CAPITULO X
DE LAS REFORMAS Y VIGENCIA DE ESTA LEY
Artículo 44. Quedan derogadas todas las disposiciones que se opongan a la presente
ley.
Artículo 45. La vigencia de esta ley se iniciará el día cinco de mayo de mil
novecientos sesenta y seis.
Dado en el Palacio Legislativo: en Guatemala, a los treinta días del mes de noviembre
de mil novecientos sesenta y cinco.
Vicente Díaz Samayoa Presidente; Pedro Díaz Marroquín Secretario; Ramiro Padilla
y Padilla Secretario.
Peralta Azurdia
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