1a Corintios 15 - 1-11 Primera Parte
1a Corintios 15 - 1-11 Primera Parte
1a Corintios 15 - 1-11 Primera Parte
Introducción:
A diferencia de la mayor parte de 1 Corintios, el capítulo 15 está dedicado
completamente a la doctrina, y a una sola doctrina. Pablo nos ofrece la más
amplia reflexión sobre la resurrección que encontramos en las Escrituras. Así
como el corazón bombea la sangre que da vida a cada parte del cuerpo, la
resurrección da vida a cada área de la verdad del evangelio, la resurrección es
el eje alrededor del cual gira todo el cristianismo y sin la cual todas las demás
verdades no podrían sostenerse, sin la resurrección, el cristianismo sería solo
pensamiento nostálgico, que ocuparía un lugar junto a todas las demás
filosofías humanas y especulaciones religiosas.
Si Pablo les proclamó a los corintios el evangelio cuando fue su pastor, ¿por
qué les costaba aceptar la doctrina de la resurrección? Los cristianos de
trasfondo judío aceptaban la doctrina hebrea de que el ser humano es una
unidad de cuerpo y alma, y no les cabía imaginar siquiera la existencia humana
en la forma de un alma sin cuerpo, para ellos el alma y el cuerpo estaban
hechos para ser uno, para el pueblo judío, la enseñanza de la resurrección
física significaba la reintegración de la persona total.
La resurrección era el punto central de todas las otras verdades enseñada por
Cristo, El enseñó a sus discípulos que “le era necesario al HIJO del Hombre
padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales
sacerdótes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días”
(Marcos 8:31) También dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi,
aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25).
Los dos primeros sermones predicados después de Pentecostés se enfocaron
ambos en la resurrección de Cristo, debido a esa verdad los descorazonados
seguidores del crucificado rabí se convirtieron en los testigos valerosos y
mártires que, en unos pocos años, esparcieron el evangelio por todo el Imperio
Romano y más allá, la creencia en la resurrección, la verdad de que esta vida
es solo un preludio a la vida venidera que disfrutarán los que confían en Cristo
Jesús, no la pudieron destruir la burla, la cárcel, la tortura ni siquiera la muerte.
El testimonio de la iglesia.
1Corintios 15:1 Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os
prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, 2 por el
cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que
hayáis creído en vano.
Al dirigirse de nuevo a ellos como hermanos Pablo les asegura a los que está
escribiendo que los reconoce como hermanos en Cristo, el término no solo
expresa su identidad espiritual con ellos, sino también su amor, el apóstol les
dice que lo que está a punto de decirles no es nada nuevo para ellos, sino
sencillamente el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis.
Es hasta los versículos 3-4 donde especifica en qué consiste la esencia del
evangelio: “Que Cristo murió por nuestros pecados... y que fue sepultado, y
que resucitó al tercer día”.
La enseñanza de los dos primeros versículos es que los creyentes corintios
eran ellos mismos una evidencia viva de que esta doctrina era verdadera, el
hecho de que ellos salieron de la ceguera espiritual y la falta de vida del
judaísmo o del paganismo y entraron en la luz y en la vida de Cristo es un
testimonio del poder del evangelio y, por lo tanto, del poder de la resurrección,
también da testimonio de que ellos ya creían en la verdad de la resurrección de
Cristo, lo que él les había predicado había sido el evangelio de la resurrección
de Cristo Jesús que ellos habían recibido, en el cual les asegura que ahora
perseveran y por el cual son salvos y que los libera del poder del pecado y de
la condenación, debido a la realidad de la resurrección de Cristo y a su
confianza en ella, ellos eran ahora parte de su iglesia y, de esa forma, eran una
evidencia del poder de la resurrección.
Muchos tienen una fe que no sirve para nada. “Muchos” dirán, “Señor, Señor”,
en el día del juicio, pero serán excluidos por causa de su fe falsa y vacía, los
que abandonan a Cristo y a su Iglesia demuestran que nunca fueron de verdad
de Él o de su verdadero cuerpo que es la Iglesia, los que permanecen en mi
palabra, dijo Jesús, los que retienen la palabra, son “verdaderamente mis
discípulos” los que de verdad son justificados no solo son salvos por la fe, sino
que continúan “viviendo por fe”, la obediencia y una fidelidad continua son las
marcas de los redimidos.
En Pentecostés Pedro citó el Salmo 16 y luego comentó que David, el autor del
salmo, “viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue
dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción” (Hechos. 2:25-31). Pablo
proclamó delante del rey Agripa: “Pero habiendo obtenido auxilio de Dios,
persevero hasta el día de hoy, dando, testimonio a pequeños y a grandes, no
diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían
de suceder: Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección
de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles” (Hechos. 26:22-
23).
Pablo y los apóstoles sabían que transmitir esta enseñanza a los discípulos era
parte de su llamado a servir a Dios, lo tenían que hacer fielmente, con firmeza y
con autoridad, estaban comprometidos con Dios a pasar este mensaje tanto a
judíos como a gentiles y también estaban llamados a actuar como guardianes
de esta doctrina, los términos recibir y entregar son términos técnicos que
aparecen en contextos judíos y griegos.
Y que fue sepultado, aparte de los escritores de los Evangelios, sólo Pablo
menciona la sepultura de Jesús, hace notar que Jesús fue bajado de la cruz y
puesto en una tumba, la sepultura de Cristo apunta hacia atrás, a la realidad de
la muerte, y hacia adelante, al carácter de la resurrección y de la vida.
Y que al tercer día fue resucitado, según las Escrituras, la voz pasiva fue
resucitado, implica que el agente de la acción es Dios, en sus discursos y
sermones, tanto Pedro como Pablo usan también verbos en voz activa para
decir que Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, la evidencia de la tumba
vacía subraya que la resurrección de Jesús fue física, los cuatro escritores de
los evangelios describen en forma explícita que la tumba estaba vacía.
Leonard Raven Hill un predicador del Siglo pasado dijo lo siguiente acerca de
las confesiones de fe hechas al vapor: