Aspectos en La Adolescencia

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Aspectos psicosociales durante la adolescencia

Los objetivos psicosociales a conseguir durante la adolescencia son: adquirir la


independencia, la aceptación de la imagen corporal, establecer relaciones con los amigos y
lograr la identidad.

Aparte del importante crecimiento y desarrollo, los objetivos psicosociales a conseguir y que
caracterizan todo el desarrollo del adolescente son los siguientes.

Adquisición de la independencia del medio familiar

Durante la fase temprana de la adolescencia, existe un menor interés en las actividades


paternas y un mayor recelo a la hora de aceptar sus consejos o críticas. Se produce un
vacío emocional que puede crear problemas de comportamiento, en ocasiones, manifestado
por una disminución del rendimiento escolar. Hay una búsqueda de otras personas a
quienes amar. El comportamiento y el humor son inestables. En la adolescencia media,
aumentan los conflictos con los padres y se dedica más tiempo a los amigos. Al final de la
adolescencia, el joven se integra de nuevo en la familia y es capaz de apreciar mejor los
consejos y los valores de sus padres. Algunos adolescentes dudan a la hora de aceptar las
responsabilidades de la madurez, tienen dificultades para conseguir la independencia
económica y continúan dependiendo de su familia y amigos.

Toma de conciencia de la imagen corporal y aceptación del cuerpo

Durante la fase temprana, debido a los cambios físicos puberales, el adolescente


experimenta una gran inseguridad sobre sí mismo (se siente extraño dentro del nuevo
cuerpo), lo que le genera preocupación respecto a su apariencia y atractivo y hace que se
pregunte continuamente si es normal. Se compara a menudo con otros jóvenes y
experimenta un creciente interés sobre la anatomía y fisiología sexual. Durante la fase
media, se va produciendo la aceptación de su cuerpo, con intentos de hacerlo más
atractivo. Debido a la influencia social, en esta etapa pueden aparecer trastornos
alimentarios. En la adolescencia tardía, se ha completado el crecimiento y desarrollo
puberal, y los cambios han sido aceptados. La imagen solo preocupa si se ha producido
alguna anomalía.

Relación con amigos y se establecen las parejas

En la fase temprana de la adolescencia, existe un gran interés por los amigos del propio
sexo, cuyas opiniones adquieren gran relevancia, en detrimento de las de los padres. Esto
puede suponer un estímulo positivo (interés por el deporte, lectura…) o negativo (alcohol,
drogas…). Sienten ternura hacia sus iguales, lo que puede llevarles a tener sentimientos,
miedos o relaciones homosexuales. En la adolescencia media, es muy poderoso el papel de
los amigos. Se produce una intensa integración del adolescente en la subcultura de los
amigos, de conformidad con sus valores, reglas y forma de vestir, en un intento de
separarse más de la familia. También, se produce una integración creciente en relaciones
heterosexuales y en clubes (deporte, pandillas…). En la fase tardía de la adolescencia, el
grupo va perdiendo interés. Hay menos exploración y experimentación, y se emplea más
tiempo en establecer relaciones íntimas; se forman las parejas.

Establecimiento de una identidad sexual, vocacional, moral y del yo

En la fase precoz, al mismo tiempo que se producen cambios físicos rápidos, empieza a
mejorar la capacidad cognitiva del adolescente, que evoluciona desde el pensamiento
concreto al pensamiento abstracto flexible, lo que da lugar a un creciente autointerés y
fantasías. Se establecen objetivos vocacionales irreales o ideales (por ejemplo, convertirse
en estrella del rock, modelo, piloto…). Tiene una mayor necesidad de intimidad (escribir su
diario), emergen los sentimientos sexuales, existe una falta de control de impulsos que
puede derivar en desafío a la autoridad y un comportamiento arriesgado. En la adolescencia
media, van aumentando la capacidad intelectual y la creatividad, y amplían el ámbito de los
sentimientos, con una nueva capacidad para examinar los sentimientos de los demás.
Tienen menos aspiraciones idealistas (notan sus limitaciones y pueden sentir baja
autoestima y depresión). También aparecen los sentimientos de omnipotencia e
inmortalidad, que pueden llevar al adolescente a conductas arriesgadas (accidentes,
drogadicción, embarazos, infecciones de transmisión sexual, suicidios…). En la
adolescencia tardía, el pensamiento ya es abstracto y con proyección de futuro, y se
establecen unos objetivos vocacionales prácticos y realistas. Se delimitan los valores
morales, religiosos y sexuales, y se establece la capacidad para comprometerse y
establecer límites. Se produce la independencia económica.

Así como el inicio de la pubertad sucede 1-2 años antes en las mujeres, también los
cambios psicosociales y emocionales acontecen 1-2 años antes que en los varones. Se
debe tener presente que cuando se llega a la adolescencia, las bases del desarrollo ya
están asentadas. Los modelos vinculares que hayan adquirido durante sus experiencias de
primera infancia van a guiar su búsqueda de otros referentes vinculares y afectivos. Existe
un amplio rango de normalidad en la conducta y desarrollo psicosocial del adolescente y se
tendrá en cuenta que lo que es normal en un estadio puede no serlo en otro; así, un
adolescente en la fase tardía, no debería tener dificultades para ser independiente de sus
padres y amigos. La evaluación del joven se realizará examinando su funcionamiento en
casa, escuela, con los amigos y si ha ido adquiriendo sus objetivos con el apoyo del
entorno. Si esto no ha sido así, pueden desarrollarse problemas de personalidad,
comportamiento, depresión, ideas suicidas…

Se debe tener presente que la adolescencia no es una época de “psicopatología normal”;


los problemas psicológicos y del comportamiento de los jóvenes deben ser tratados con la
misma gravedad que los de niños y adultos. El “ya se le pasará, es propio de la edad” no es
una respuesta adecuada por parte de los profesionales sanitarios.

Influencias socioculturales. Factores de riesgo y protección

El adolescente actual no es ni mejor ni peor que en otras épocas pasadas, su


comportamiento es reflejo de la sociedad en la que le ha tocado vivir. Muchos de sus
problemas de salud son prevenibles y su atención no está adecuadamente organizada. Es
necesario prevenir los factores de riesgo y potenciar los factores de protección o resiliencia.

Actualmente, cerca del 80% de los más de 1.500 millones de jóvenes del mundo de entre
10 y 24 años viven en países en desarrollo.

El adolescente es reflejo de la sociedad en que está inmerso y es evidente que el entorno y


la familia han cambiado de forma radical en las sociedades actuales del bienestar. Los
jóvenes son consumidores de moda y tecnología (ropa, cirugía, móviles, vehículos) con
nuevas formas de ocio y entretenimiento (botellón, internet, drogas, explotación de su
cuerpo). La cultura del ocio, el hedonismo y el egocentrismo han sustituido al esfuerzo
personal. Su comportamiento en casa ha cambiado (aislamiento, redes sociales). El tamaño
y la estructura de los hogares se ha modificado: las personas viven más, tienen menos hijos
y más tardíos, se ha reducido el tamaño de las familias, se ha incorporado la madre al
trabajo, los padres son más permisivos, han aumentado las separaciones y aparecen
nuevas formas familiares (monoparentales, unipersonales, parejas sin hijos, homosexuales,
etc). La familia, que es el principal apoyo del joven, es una estructura social y cultural en
crisis. Todo ello conlleva importantes repercusiones para el desarrollo y la salud integral del
adolescente.

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