1979 Jaguaribe - Autonomia Periferica y Hegemonia Centrica

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Autonomía periférica y hegemonía céntrica

Author(s): Helio Jaguaribe


Source: Estudios Internacionales, Año 12, No. 46 (Abril-Junio 1979), pp. 91-130
Published by: Instituto de Estudios Internacionales Universidad de Chile
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Helio Jaguaribe

Autonomía periférica y hegemonía


céntrica*

I. INTRODUCCION

Como tuveocasión de poner de relieveen estudiosprecedentes,el cua-


dro internacionalque resultóde la Segunda Guerra Mundial estuvo
marcado por la emergenciade dos superpotências,k>s Estados Unidos
y la Unión Soviética,ambas constituyendoun sistemaimperial. Con-
trariamentea las formacionesimperiales anteriores,los dos nuevos
imperios manifiestanpocas de las característicasostensibles de tal
condición. Formalmente,se presentancomo naciones independientes,
semejantesa las demás y,sin embargo,dotadas de un potencial econó-
mico-tecnológicoy político-militarque excede el nivel de cualquiera
otra nación. Por otro lado, se preservapara todos los finesnominales,
y a veces con apreciable grado de efectividad,la independenciade las
demás naciones, que continúan figurandoen las relaciones interna-
cionales como interlocutoresautónomos y dotados de soberanía pro-
pia.
Un análisis más cuidadoso y realistadel cuadro internacionalreve-
la que los dos sistemasimperialesestableceránun nuevo sistemainter-
nacional, que cabe designarde sistemainterimperial.Este está carac-
terizado,grosso modo, por la división del mundo entre dos áreas de
influenciahegemónica,y algunos espacios geopolíticos-notablemente
en Africa- que son todavía objeto de intensa disputa entre las dos
superpotências.
La estratificacióninternacionalresultantedel nuevo sistemainter-
imperial está caracterizado por la diferenciaciónde cuatro niveles
con decrecientecapacidad de autodeterminación.
El nivel más alto correspondea la primacía general. El nivel que
sigue inmediatamentecorrespondea la primacía regional. A conti-
• Ponenciapresentada
al Seminario "América Latinay el NuevoOrdenEco-
nómicoInternacional",
organizado en Viña del Mar,entrelos días 7 y 11 de
porel cruyel rial.
enerode 1979,

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nuación está el nivel de autonomía. El nivel más bajo es el de la


dependencia.
Durante los dos decenios posterioresa la Segunda Guerra Mundial,
la primacía general fue ocupada exclusivamentepor los Estados Uni-
dos. Tal condición se caracterizapor la combinación de la inexpug-
nabilidad del territoriopropio con el ejerciciode una preponderancia
mundial generalizada,que sólo está contenida en formaefectiva en
las áreas de inmediatahegemoníade una potencia dotada de primacía
regional. A su vez la inexpugnabilidad del territoriopropio está ase-
gurada por la detentaciónde una devastadora capacidad nuclear de
contraataque,o "second strike",que consisteen el hecho de que el
potencial balístico-nucleary los mecanismosde respuesta automática
de que dispone la potencia son de tal suerteque, incluso en el caso de
sufrirun ataque nuclear, continuará con la suficientecapacidad pa-
ra destruircompletamentea cualquier posible agresor.
El desarrollotecnológico-militar de la Unión Soviética,a partirde
finesde la década del 60, se ha acercado a los Estados U nidos en el
nivel de la primacía general.
Fue decisivo el crecimientode la marina soviéticay de su capaci-
dad de ocupación preventivade posiciones estratégicas,como los Es-
tados Unidos en el Líbano, en la década de los 50 y la Unión So-
viética en Angola, en la de los 70.
La primacía regional se caracteriza por la inexpugnabilidad del
territoriopropio, combinada con el ejercicio de una hegemonía sobre
determinadasáreas y una presencia preponderanteen otras, aunque
también restringidasa ciertas áreas. La Unión Soviética ejerció tal
papel a partirde la Segunda Guerra Mundial, manteniendobajo su
hegemonía a Europa Oriental y ejerciendo una influenciapreponde-
rante sobre diversospaíses y subregiones,como la India e Indochina
(hasta la caída de Sukarno), Cuba y ciertospaíses africanos.
Como ya mencioné,el desarrollode la Unión Soviética la ha lle-
vado actualmentea compartircon los Estados Unidos la condición de
primacía general,aunque todavía ostentauna posición mundial rela-
tiva significativamente inferiora la de los Estados Unidos.
Por otro lado, el desarrollode China, apoyado por una política ex-
teriorde cooperación con los Estados Unidos y de contenciónde la
Unión Soviética,permitióa ese país, en la presentedécada, un acceso
a la condiciónde primacíaregional.Tal condiciónpuede ser alcanzada
por la China, a despecho de que ésta todavía no ha logrado una
inexpugnabilidad efectivade su territorio,una vez que el potencial

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nuclear chino adquiera el grado de "second strike capability". El


inmenso poderío militar convencional de China y la relativa invul-
nerabilidad que le confieresu relación de cooperación con Estados
Unidos, operando como un gran Estado tampón para la contención
de la Unión Soviética en Asia, condición que ha sido recientemente
reforzadapor el acuerdo chino-japonés,le permitiríananticipar su
acceso al nivel de primacía regional.
El tercernivel de estratificaciónmundial contemporáneoes el de
autonomía. La condición de autonomía, sin asegurar la inexpugna-
bilidad del territoriopropio, se caracterizapor el hecho de que los
titularesdisponen de medios para imponer severas penalidades, ma-
terialesy morales,a un eventual agresor.
Disponen además de un margen bastante amplio de autodetermi-
nación eii la conducciónde sus negocios internosy de una apreciable
capacidad de actuación internacionalindependiente.En ese nivel se
sitúan los países de Europa Occidental, especialmentelos que perte-
necen a la Comunidad Europea, como también Japón y China; esta
última en el período que precedió a su acceso a la condición de pri-
macía regional.
En el curso de la presentedécada algunos eventos más recientes
están diferenciando,en el plano de la autonomía, una "autonomía
generar*de una "autonomía sectorial". La autonomía regional es
una formade autonomía que permanece restringidaa una determi-
nada regióny que aún no ha adquirido una vigencia mundial. Ejem-
plos de ese caso son Irán, en el Medio Oriente y Brasil, en América
del Sur. La autonomía sectoriales la que se ejerce en el plano econó-
mico, en virtudde determinadasventajas comparativas,como Arabia
Saudita en lo relativo al petróleo.
El nivel de dependencia incluye la gran mayoría de los países del
mundo. En él se encuentranlos países que no disponen de requisitos
para ubicarse en niveles más altos. Tales países, a excepción de al-
gunos remanentescoloniales, poseen nominalmentela condición de
Estados soberanos,dotados de órganos propios de gobierno y acredi-
tados como interlocutoresindependientesante los otros Estados y
organismosinternacionales.A pesar de tal situación, esos países de-
penden, dentro de diversas modalidades de control,de decisiones y
factoresque les son externosy emanan de países que están dotados
de primacía general o regional y, en algunos casos y en forma más
limitada, de potencias medias autónomas.
En el mundo contemporáneo,la preservaciónde la soberanía no-

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minai de los países dependientesestá unida a varios factores.Entre


ellos se destaca el interéspor parte de las superpotênciasde no asu-
mir compromisos,tales como los problemasde administracióninterna
de esos países. A las grandespotenciasinteresaigualmente,con la fic-
ción jurídica de la soberanía de los países dependientes,mantener
dentro de sus respectivasfronterasa los ciudadanos de tales países,
como una reservade nativos,para protegera los países centralesde
movimientosmigratoriosno controlados.
En este cuadro internacionalque se ha descrito sucintamente,se
distinguendos órdenes de relacionamientos.1) las relaciones de las
dos superpotênciasentre sí, que configuranel sistema interimperial
y se caracterizanpor complejas relaciones de cooperación y de con-
flicto,y 2) las relaciones entre el centroy la periferiaen el ámbito
de cada sistema imperial. Dichas relaciones presentancaracterísticas
muy diferentespara cada uno de los dos imperios,pero se destacan
en ambos por una fuerteasimetríaestructuraly las correspondientes
tensionesintraimperiales.
En el imperio americano,las relaciones intraimperialesson extre-
madamentecomplejas. El sistemaes abierto y fluido.
Las relacionesde hegemoníao de preponderanciano son reguladas
formalmentesino que se presentanen una infinidad de maneras de
interrelacionamientoque con frecuencia tienen, aisladamente, un
carácterbastante consensual o espontáneo. Tales relaciones abarcan
todos los planos de la realidad social, de lo económico a lo cultural;
de lo social a lo político,pero en su conjunto se encuentrancondicio-
nadas por una fuerteasimetríaestructural,que privilegia el centro
en detrimentode la periferia.Por eso mismo,es en el ámbito del im-
perio americanodonde se definenmás claramentelos diversosniveles
de estratificacióninternacionaly sus respectivosmatices.Allí ocupan
el plano de autonomía las potencias medias europeas, Canadá,
Australia y Japón, y el plano de autonomía regional lo ocupan
países como Irán o Brasil*. Los países de la oplp gozan de una auto-
nomía sectorialy los demás países se encuentranen una relación de
dependencia que no les es impuesta en formacoercitiva,sino que es
asumida por las élites locales a cambio de diversasventajas de clase.
El imperio soviéticoes monolítico en lo que se refierea la rela-
ción de dominio del centrocon la periferia,pero mucho menos absor-

•Este trabajofueescritocon anterioridad


a los acontecimientos
de Irán,que
podríanentendersecomopartedel preciopagadopor ese país para convertirse
en una potenciaregionalintermedia.
(N. del E.) .

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periférica céntrica
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bente, en el sentidode que múltiplesaspectos de la vida colectiva de


los países dependientesson influenciadospoco o nada por el centro.
El presenteestudio se restringeal análisis del problema de la auto-
nomía periféricaen el ámbito del imperio americano,con eventuales
referenciasmarginales a las condiciones intraimperialesdel sistema
soviético.

El problema de la autonomía periférica

Como ya lo mencioné,el nivel de autonomía en la actual estratifica-


ción internacionalse defineclaramentesólo en el ámbito del imperio
americano. Este, como también lo mencioné, consiste esencialmente
en una compleja red de intereses interrelacionadosdentro de un
encuadramientoprofundamenteasimétrico,que privilegia el centro
en relación con la periferia.
La asimetríaestructuraldel sistemaintraimperial,fundada en una
absoluta superioridad económico-tecnológicay político-militarde
Estados Unidos como país y de sus élites dirigentescomo titulares
de múltiples papeles internacionales,asegura de varias formas el
predominio de los interesesamericanos,públicos y privados, en su»
relacionamientosinternacionales.Tal circunstanciahace posible que
las formasespecíficasde tales interrelaciones,a partir de una situa-
ción ya privilegiada,se revistanen la mayoría de los casos concretos,
de un aspecto consensual inmediato o aparente. En la esfera inter-
nacional, se tratade algo análogo a lo que ocurría típicamentedentro
de la esferaprivada en el ámbito del capitalismo del siglo xix, en lo
relativo a las relaciones que se establecían entre los propietariosde
medios de producción y los trabajadores aislados, quienes, por la
asimetría estructuralde tal relación, se veían obligados a dar su
consenso a condiciones de trabajo altamente expoliativas.
Por las razones ya analizadas, las relaciones centro-periferia
en el
sistema intraimperialamericano son mediatizadas por un grupo de
potencias medias, dotadas de autonomía general. Tal condición, que
fue brevementedescritacon anterioridad,no es cerrada ni se da una
vez por todas. Por un lado, tienen acceso a ella países que, logrando
satisfacerdeterminadosrequisitos,consiguen superar su dependencia
previa,y más directa o frecuentemente, alcanzan su autonomía gene-
ral pasando por la etapa previa de autonomía regional (o sectorial).
Irán y Brasil son dos ejemplos actuales de países que están emer-
giendo de la dependencia y yendo hacia una autonomía regional,
con posibilidades de acceso a la autonomía general. En condiciones

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distintas,la Alemania de Bismarcklogró superarsu propia dependen-


cia relativaa Gran Bretaña y obtener,en el último terciodel siglo xix,
condicionesde paridad con las grandespotenciaseuropeas. Lo mismo
ocurrió con el Japón Meiji y, contemporáneamente, con la recupera-
ción del Japón despuésde la catástrofede la Segunda Guerra Mundial.
Por otro lado, la autonomía no es una conquista estable y per-
manente.Pequeñas potenciaseuropeas como Bélgica, Holanda y otras,
perderán sus condiciones individuales de autonomía y sólo lograrán
mantener tal status en virtud de su integraciónen la Comunidad
Europea. España y Portugal,que fueronlos líderes de la expansión
mercantileuropea en los siglos xv y xvi, se volvieron países depen-
dientes desde fines del siglo xvn y actualmente,para superar tal
xondición, necesitansu admisión en la Comunidad Europea.
En términosestructurales,el acceso a la autonomía depende de
dos condicionesbásicas: la viabilidad nacional y la permisibilidadin-
ternacional.En otros estudios discutí estas categoríasa las cuales me
refieroahora. Por lo tanto,me limitaréa recordarqüe la viabilidad
internacional es una categoría relativa, que varía con las circuns-
tancias históricasy, dentro de ciertos límites,con las circunstancias
socioculturalesde cada país.
En lo fundamental,la viabilidad nacional de un país depende,
para un determinadomomento histórico,de la medida en que dis-
ponga de un mínimocríticode recursoshumanos y naturales,incluida
la capacidad de intercambiointernacional.Cuanto más exigenteslas
condicionesgeneralesde una época, especialmenteen lo que se refiere
a las tecnologíasy a las escalas mínimasde operabilidad que se deriva
de tal tecnología, mayores serán las masas mínimas de recursos
humanos y naturales necesarios,así como sus característicascualita-
tivas.
Ese mínimo crítico de recursoshumanos y naturales, además de
condicionado por las exigencias tecnológicasde cada época, está tam*
bién condicionado por el grado de integraciónsocioculturaldel país
respectivoy por el nivel moral y educacional de su población. Altos
niveles de integraciónsociocultural y altos patrones ético-educacio-
nales actúan como multiplicadoresde la eficacia de los recursos.A
la inversa,en la mismaépoca y con las mismasexigenciastecnológicas,
la masa crítica mínima de recursospara sociedades mal integradas,
que poseen un bajo nivel general de educación y modestospatrones
éticos colectivos,se vuelve apreciablementemayorv

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yhegemonía
periférica

La categoría de permisibilidad internacional es de más difícil


caracterizaciónabstracta. Se refierefundamentalmentea la medida
en que, dada la situacióngeopolíticade un país y sus relacionesinter-
nacionales,este país disponga de condicionespara neutralizarel riesgo
provenientede tercerospaíses, dotados de suficientecapacidad para
ejercersobre él formaseficacesde coacción. Estas condicionespodrían
ser puramenteinternas-como el desarrollode una apropiada capa-
cidad económico-militar, o tambiénexternas,como el establecimiento
de convenientesalianzas defensivas.Estados Unidos, por ejemplo,
que no dispuso de una importantecapacidad militarhasta la segunda
mitad del siglo xix, se benefició de una situación geopolítica
extremadamentefavorable,reforzadapor la implícitaprotecciónnaval
de la marina británica y así tuvo asegurada su permisibilidad
internacionalfrentea las grandes potencias de la época. En forma
diversa Polonia, situada entre Prusia y Rusia, ha sido históricamente
castigada por tan adversa situación geopolítica.
Además de los dos requisitos de carácter estático y estructural
previamentemencionados (viabilidad nacional y permisibilidadinter-
nacional) , la condición de autonomía exige además requisitos de
carácterdinámico y funcional.Esos requisitos se presentanbajo una
formaalternativaen las condiciones contemporáneasy en el ámbito
intraimperialamericano. O bien el país candidato a la autonomía
logra fundarlainternamenteen la autonomía técnico-empresarial, con
su correspondientetasa mínima de endogenia, o bien el país en cues-
tión logra disponer de una relación intraimperialefectivamenteuni-
versal y con términosde intercambioque no sean desfavorables.
Los países de la Comunidad Europea y Japón fundamentansu
autonomía en un alto grado de independencia técnico-empresarial,
el que constituyeel principal indicador de su grado de relativa auto-
nomía. Es interesanteobservar cómo, en lo relativo a este aspecto,
adquiere una menor significaciónel grado comparativode indepen-
dencia político y militarque ostentanlos países de ese grupo. Así, por
ejemplo, en el caso de la Comunidad Europea, es patente el hecho
de que el grado de comparativaindependencia político y militar de
Francia es superior a los demás países del grupo, en relación con
Estados Unidos. No obstante,es igualmentepatente el hecho de que
el grado de autonomíarelativade que disfrutaAlemania Occidental es
significativamente superioral de Francia, a pesar de que actualmente
está dotada de una menor independencia político y militar. Esto
ocurre porque el grado de autonomía técnico-empresarialde Ale-

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mania y su tasa de endogenia relativa es significativamente superior


en relación al resto de Europa.
Por el contrario,los ex dominiosbritánicos:Australia,Nueva Zelan-
dia y Canadá, en una fase más bien modesta de autonomía técnico-
gerencial y político-militar,disfrutandode mayor universalismoen
sus relaciones intraimperiales,a causa de su comunidad étnico y
cultural con Estados Unidos, gozan de un apreciable grado de auto-
nomía.
Si consideramosel mundo en su conjunto,son pocos los países que
disponen de los requisitosestructuralesy funcionalespara la autono-
mía. Es esa la razón por la que la gran mayoría de los países con-
temporáneosse encuentranen una condición de dependencia.

Alternativa de autonomía

La breve discusión precedentepermiteverificarque hay dos órdenes


de condicionesque deben ser tomadasen cuenta por un país, para que
éste logre el acceso al plano de la autonomía. El primer orden de
condiciones es de carácter habilitatorioy se refierea los requisitos
de viabilidad nacional y de permisibilidadinternacional.Los países
dotados de viabilidad nacional y de permisibilidadinternacionalpre-
cisan para ejercer su autonomía, o bien, disponer de suficienteauto-
nomía técnico-empresarial o disfrutarde una relación intraimperial
suficientemente universal.
Los requisitos de carácter habilitatorio son de orden estructural
y constituyenun prius de verificaciónrelativamentefácil. Ellos im-
plican condiciones que, en lo fundamental,son independientesde
las medidas que adopte el país. Esto, sin subestimarel importante
margende variación hasta cierto punto más controlable por decisio-
nes nacionales,determinadapor el grado de integraciónsociocultural
del país y por su nivel ético-educacional.
También es importanteexaminar más de cerca los requisitos de
carácterejercitatorio, que son de orden funcional y que podrán ser
alterados por esfuerzosinternosde los países periféricos,o por modi-
ficacionesen el comportamientointraimperialde los países céntricos.
Como vimos, estos úítimos requisitos son la autonomía técnico-
empresarial o la disponibilidad de una relación intraimperial de
carácter universal.
El problema de autonomizacióntécnico-empresarial para los países
periféricos consiste en el hecho de que, con la crecienteinternaciona-

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yhegemonia
periférica

lización de la economía capitalista y sus estilos de consumo,y con la


correspondienteinterdependenciaeconómica de los países, en parti-
cular en el ámbito del sistema americano, se tornan también terri-
blementealtos los costos de la autonomizacióntécnico-empresarial.
En el período de las sociedades limitadas y de la incipienteemer-
gencia de las anónimas,en el último terciodel siglo xix la Alemania
bismarckianalogróalcanzar una paridad técnico-empresarial con Ingla-
terra,partiendode un nivel científicoy cultural no inferioral britá-
nico. El Japón Meiji logró, antes de la Primera Guerra Mundial y
de la emergenciade las transnacionales,educar a su juventud en el
Occidente, a través de una decisión colectiva de autoemancipación.
También logró reproducirinternamentelos patrones técnico-geren-
ciales importados del exterior. En ambos casos, los esfuerzosnece-
sarios para alcanzar la deseada autonomía técnica y científica se
revelaroncompatiblescon las motivacionesde las masas y las élites
para emprenderlos.
Sin una clara noción de sacrificios,las masas soportaronlas res-
triccionesaduaneras y la práctica imposición de manufacturasde
menor calidad y mayores precios, durante largo tiempo compren-
didas en las políticas desarrollistasde Alemania y de Japón. Además,
durante largo tiempo se identificaron,en mayoro menor grado, con
los beneficios simbólicos vinculados a la formaciónde un parque
industrialautónomo. Los movimientossociales y sindicales alemanes,
sofocadoscon la derrota del Parlamento de Frankfurt,y contenidos
posteriormentepor la legislación represiva del primer período bis-
marckiano,sólo se expresaronde forma más militante con la crea-
ción de la Ha. Internacional,en 1889. En Japón, la situación de la
corrientede adhesiónde las masas,asociada al quantum satis de repre-
sión de los novimientossociales, perduró hasta la derrota en la
Segunda Guerra Mundial.
Ese comportamientode las masas estimuló a las élites a asumir
un camino desarrollistaautónomo. Los empresariosnacionales eran
los héroes del progresoy recogían,además de beneficioseconómicos,
prestigiosocial y político de sus éxitos técnicosy empresariales.Tal
proceso tuvo un efecto circular fuertementemultiplicador.El éxito
empresarialestimuló a las élites intelectualesnacionales a contribuir
científicay técnicamenteal desarrollo industrial,reoperando los fru-
tos de éste en la activaciónde las universidadesy de la investigación.
En el mundo periféricocontemporáneo,las condiciones son com-
pletamente diferentes.Por un lado, la universalizacióny la infor-

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mación instantánea en lo tocante a los estilos de consumo de los


países céntricos,produce formasimitativasincoerciblesen los países
periféricos,que disminuyensu capacidad de inversióny los estimula
al uso de productosy procesos directa o indirectamenteimportados.
Por otro lado, el grado de controlinternacionalde las transnacionales
sobre la innovación tecnológica y los mercados,hace prácticamente
imposible,en sociedades abiertas y no sometidasa un planeamiento
central imperativo,el desarrollo de un esfuerzonacional de autono-
mización técnicay empresarial.
A esas dificultadespsicosomáticas,políticas y técnico-económicas,
se suma un extraordinarioincrementode los niveles mínimos de
masa crítica para una exitosa emancipación técnica y empresarial.
El orden de grandeza de los mercados internos para compensar el
control internacional de factoresy mercado detentado por las em-
presas transnacionales, asume proporciones semicóntinentales,o
requiere mecanismosintegrativosde extraordinariaeficiencia y alto
grado de consensualidad.
Todas esas condiciones son casi imposibles de reunir y mantener
vigentespor un período suficientemente largo. Incluso en países como
Brasil y México, donde las dimensiones nacionales permitiríantal
esfuerzo,las condicionessociales,económicas,y políticas no conducen
a una relación entre las élites y las masas que sea adecuada para
inducir y sustentarsuficientesmotivacionespara la autonomizadón
técnica y empresarial.Las élites y las clases medias, para mantener
sus expectativasde consumo en las condiciones generalesde pobreza
existentes,absorben proporcionesdesmesuradasde la renta nacional,
imponiendo a las masas, con apoyos de medios coíercitivos, patrones
miserables de supervivencia.Así no se generan relaciones de com-
plementaridadque induzcan a la autonomización técnica y empre-
sarial, sino lo opuesto,que son condicionesinternasque incrementan
la dependencia técnica y empresarialy, a travésde éstas, la depen-
dencia internacional.
No presenta un cuadro más favorable la vía alternativade efec-
tiva universalizaciónde las relaciones intraimperiales.Las relaciones
más universalesque se establecieronentre países como Canadá, Aus-
tralia, Nueva Zelandia y Estados Unidos constituyenexcepciones
derivadas de circunstanciashistóricasparticulares.Además esos países
poseen poblaciones muy pequeñas lo que, sumado a la homogeneidad
étnico-cultural,torna posible el relativo universalismode su relación
con el centroimperial.

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periférica céntrica
yhegemonía

El caso general de las relaciones intraimperialesesta marcado por


una profunda simetría. Esa simetría se funda, desde luego en la
discriminaciónétnico-cul turai que históricamentesiempre fue exhi-
bida por los pueblos céntricosen relación con los pueblos periféricos,
de diferentecomposiciónracial y cultural. No es otro el origen del
conceptode bárbaro,desarrolladopor la civilizaciónclásica. Es verdad
que, en el caso de esa civilización,existía una manifiestasuperioridad
científicay técnica de los pueblos clásicos en relación con los bár-
baros (como actualmenteentrelos pueblos céntricosy los periféricos).
Los estudios históricosy arqueológicos están demostrando que los
intervalosque los separaban eran muy inferioresa los asumidos por
el hombreclásico, tal como ocurreactualmenteen el mundo occiden-
tal en las relacionesentreel centroy la periferia.
La asimetría centro-periferia, además de expresar una tendencia
histórico-antropológica de carácter bastante constante está fundada,
en el mundo contemporáneo,en motivacionesegoístasque son extre-
madamenteracionales para sus beneficiarios,aunque, a largo plazo,
produzcan a menudo efectoscontraproducentes.
Desde el punto de vista de las élites céntricas,esa asimetría les
permiteun conjunto de privilegiosadscriptivosque tienen, natural-
ménte,interésen preservar.Tales élites,como los optimata romanos,
además de controlarlos centrosdecisoriosdel imperio, manejan los
escalones superioresde las empresastransnacionalesy gozan de privi-
legios e inmunidades de carácter nobiliárquico en todas las provin-
cias del imperio.
No son solamente las élites céntricas las fuerzas que conspiran
para manteneren el mundo contemporáneola asimetríade las rela-
ciones centro-periferia. Tanto o más que esas élites, las masas de
los páíses céntricos,que están interesadasen preservary en ampliar
los beneficiosdel welfarestate, presionan a favor de medidas y con-
diciones que requieren tal asimetría.Gracias a esa asimetríase man-
tiene -y se tiende a agravar- un enormedesnivelen la productividad
por hora de trabajo del centro en relación a la periferia (en un
orden del 12 por 1) y, de formamás que proporcional,en la remu-
neración del trabajo céntricoen relación con el periférico.
Confrontadoscon esos interesesreales, tanto los llamados a la
solidaridad humana como las consideracionesde equidad universal
y las razones económicasy políticas, que indican que el mundo será
viable a largo plazo solamente para los propios países céntricos,si

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fuera viable para todos los países, no tienen suficientepeso para


corregirla asimetría estructuralde las relaciones centro-periferia.

II. Breve análisis histórico comparativo

Los PrecedentesHistóricos

El sistemainterimperialque discutimosen formasucinta en el capí-


tulo anterior,constituyeuna formade organizaciónmundial de poder
diferentede los precedenteshistóricos.Por primeravez en la historia,
las relaciones internacionales son al mismo tiempo efectivamente
mundiales, comprendiendo a la totalidad de los actores, y están
básicamenteestructuradasen torno a dos grandes imperios.
El carácterefectivamente ecuménicode las relaciones mundiales es
bastantereciente.Proviene de la expansión de la influenciaeuropea,
desde el mercantilismode los siglos xv a xvni y prosigue con las
vicisitudes de la internacionalizaciónde la revolución industrial,
culminando en nuestrosdías. Ese proceso de universalizaciónde las
relaciones internacionales,que en sus inicios estaba contenido en el
dúo hispano-portugués,sólo adquirió más universalizaciónefectiva
cuando pasó a ser controlado por un conjunto de grandes potencias
europeas, después de la revolución industrial.
Por otro lado, el carácter interimperialque ostenta el mundo
contemporáneono es nuevo como tal, sino en el sentido de su ecu-
menismo efectivo. Los imperios del antiguo oriente y del mundo
clásico no lograron jamás comprendertanto al Occidente como al
extremoOriente y, menos aún, el Norte y el Sur.
La singularidad de la situación contemporáneano se deriva de
la concomitancia de la efectiva universalización de las relaciones
internacionalescon su inserción en un sistema interimperial,sino
que más particularmentedel hecho de que la tecnología,en especial
aquélla de las comunicacionesy de los transportes,instauró esa gran
novedad en un mundo que es la concomitanciade las 'cuotidianei-
dades'.
No se trata en realidad del hecho de que vivimos en un solo
mundo. A pesar de los focos de aislamiento que se mantenían en
Asia y en Africa,el siglo xix ya tuvo experiencia de esa universa-
lidad. Sin embargo, ella constituía todavía una vivencia antropo-
cêntricade Europa como centro expansivo dominante. Actualmente,
la conciencia y la experiencia de la universalizaciónson igualmente

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compartidaspor todas las periferias (aunque no por todos los hom-


bres), que participan día a día de las mismas informacionesy de la
misma interacciónmundial.
Sin perjuicio de sus singularidades,el actual sistemainterimperial
presenta muchos aspectos comunes con procesos históricos prece-
dentes de concomitanteexpansión territorialy concentraciónpolí-
tica del poder. Las actuales relaciones centro-periferia
son una inno-
vación en la medida que abarquen realmente la totalidad de los
individuos y estén instrumentalizadaspor una alta tecnología,como
los efectosya mencionados de la 'instantaneización'.Esas relaciones,
entretanto,se mantienenen lo fundamentaldentro del mismo para-
digma de ciertasrelaciones intraimperialesprecedentes.
Los sistemasintraimperialesprecedentesque se encuadran en el
paradigmaigualmenteaplicable al nuestro,son los del mundo clásico:
el Imperio de Alejandro, los Reinos Helénicos y el Imperio Romano.
Además, como veremos más adelante, los procesos de unificación
de ciertos países europeos (además, de otros) como Gran Bretaña,
Francia, España, Alemania, Italia y la propia Rusia, presentancarac-
terísticasanálogas a las contemporáneasen sus relaciones centro-
periferia. Para la comprensión de las actuales relaciones centro-
periferia,reviste una importancia fundamentalel estudio compara-
tivo de las relacionesque tuvieronlugar en el ámbito de los imperios,
y de los procesosde expansión nacional a los que me referíanterior-
mente.
Para los fines de este estudio no es importantela descripciónde
la formaciónde los imperiosclásicos o de los procesosde unificación
de ciertospaíses europeos. Lo que importaes analizar cómo, en tales
procesos,se configuranlas relaciones centro-periferia. Eso es lo que
se intentarárealizar brevementeen los párrafossiguientes.

El ejemplo clásico

La gran aventura de Alejandro no consistióen la conquista del Im-


perio Persa, con sus múltiples dependencias, ni en la extensión de
esa conquista hasta los márgenesdel Indus. Ella consistió también,
y en muchos sentidosprincipalmente,en la formaciónde un sistema
relativamenteintegrado a partir de segmentostan profundamente
diferentescomo el griego y el persa, con el añadido indio. Además,
estaban incluidas en el Imperio Persa culturas tan diferentescomo
la meda, la babilónica, la siria y la egipcia.

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La cortay agitada vida de Alejandro (356-323a.C.) no le permitió


sino esbozar trazos del sistemaimperial que se proponía fundar. Su
idea central era la fusiónde griegosy persas, en la que ya se había
producido la fusión de macedonios y griegos propiamente dichos.
Su prematura muerte en Babilonia interrumpiótales designios, a
cuya ejecución pudo dedicar tan sólo sus dos últimos años de vida.
En la obra de Alejandro, lo extraordinarioes la medida en que, a
pesar de la fragmentaciónde su imperio y de las grandes modifi-
caciones posteriorescon respecto a la relación entre griegos y bár-
baros, se haya mantenidodurante tantossiglos,a travésde los Reinos
Helénicos y luego del Imperio Romano, la articulación entre el
mundo clásico y el oriental.
La fusión de dos mundos, que fue perseguida por Alejandro y
concebida como una "homonoia" básicamente igualitaria, se desen-
vuelve a partir de un proceso de hegemonía griega. En el proceso
de conquista y de formacióndel imperio de Alejandro, predomina
ante todo el elemento macedónico, como vanguardia militar y polí-
tica del rey.En la medida en que la consolidacióndel poder macedó-
nico en Grecia tornó más clara la irreversibilidadde la dependencia
de las ciudades griegas al poder macedónico, se completó la fusión
cultural entre macedonios y griegos.La koine, fundada en el ática,
se convirtióen la lengua universaldel mundo helénico y los Reinos
Helénicos, especialmentelos dos grandes externosa Grecia, el Seleú-
cida y el Ptolomeico, pasaron a disputar emigrantesgriegos para
manejar sus administracionesy sus fuerzas armadas.
El relativo grado de integraciónalcanzado por los Reinos Helé-
nicos se debió inicialmentea los cuadros griegos sobre los cuales se
apoyaban los reyes. La élite de los Reinos Helénicos estaba consti-
tuida, en parte, por miembrosde la aristocracialocal y, en forma
predominante,por los altos dignatariosgriegos.La masa estaba for-
mada por los campesinosy artesanos locales, tradicionalmentehabi-
tuados a trabajar para las élites autóctonas,en un régimen servil y
a nivel de subsistencia,y que mantenían tales hábitos con los nuevos
señores griegos.Entretanto,fueron los cuadros griegos los que ocu-
paron los escalones intermediosde la administracióny el grueso de
las fuerzasarmadas, asegurando de esta formala estabilidad interna
político-militarde los Reinos Helénicos.
El helenismo,como cultura y como estilo de vida, tuvo entretanto
una difusión extraordinaria.La lengua griega general, la koine, la
literaturagriega,en especial el teatro,los hábitos de vida tales como

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el vestuario,la habitación y la práctica del deporte y la gimnasia,


constituyeronelementos que fueron absorbidos ávidamente por las
clases altas y medias de los pueblos de todas las culturas insertasen
los sistemaspolíticos sucesoresdel imperio de Alejandro. Y también
culturas como la judía, cuyo particularismose revestía de carácter
sagrado,fueronafectadasen formadevastadorapor ese filohelenismo,
al punto de que sufrieronel riesgo de perder su identidad propia.
El imperialismo griego, a diferencia de los que lo precedieron
-y de lo que serían los imperialismoseuropeos de los siglos xix y
xx- no fue racista. Se inició a partir de un grupo étnico-cultural
que ya era compuesto, el greco-macedónico.Así como la fusión
en el interiorde ese núcleo inicial se realizó en función de la cul-
tura helénica -en su versión ática- así también el imperialismo
helenístico,en su expansión más amplia, se definió como un imperia-
lismo cultural una vez que estuvo factualmenteasegurado al predo-
minio político y militar de los griegos.
Esa configuraciónculturaldel imperialismohelénico tuvo su efecto
doble y correlativo.Por un lado, desde el punto de vista del centro
dominantesy de sus élites, no discriminóétnicamenteen contra de
los miembrosde los pueblos dominados político-militarmente, sino
que, por el contrario,en la medida que se helenizaban, se incorporó
selectivamentea la administracióny a los niveles superioresde vida
de los Reinos Helénicos. Por otro lado, desde el punto de vista de
la periferia,ejerció una irreversiblefascinaciónsobre todos los pueblos
que estaban bajo su influencia,y condujo a las élites y a las clases
medias locales a la imitacióny a la incorporaciónde los estilosgriegos
de vida.
El llamado del helenismo, entretanto,fue muy selectivo desde
el punto de vista de las clases sociales. Las masas orientales perma-
necieron prácticamenteal margen del proceso de helenización. Al
mismo tiempo,continuaronvinculadas a las formastradicionalesde
producción agraria y a sus costumbrestradicionales, inclusive en
materia de idioma. Las élites se helenizaron casi sin excepción, aun-
que a veces mantuvieronuna doble filiación cultural: la helénica,
como cultura pública, y la autóctona como cultura privada y, fre-
cuentemente,religiosa. Las clases medias fueronpredominantemente
helenizadas. Pero en aquellas clases, sobre todo donde las culturas
anterioreshabían logrado gran estabilidad y altos niveles de desem-
peño (como la egipcia y la judaica) , se manifestaronmovimientosy
tendenciasde base religiosa, pero de alcance político, que resistían

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al helenismoy se apegaban aferradamentea las tradicionesculturales


propias.
Toynbee, tomando en cuenta esta dicotomizaciónen el período
helénico-romano,elaboró los conceptos del "herodianismo" y del
"zelotismo". El herodianismo,que estaba predominantey estrecha-
mente interconectadocon la dominación helénica, asumía la supe-
rioridad del helenismoy la legitimidadde la fusión cosmopolita de
los diversospueblos bajo la égida cultura de aquéllos. El zelotismo,
aunque reconocía la superioridad cultural del helenismo,se aferró
a las tradicionesautóctonas -como más tarde lo hizo Fichte en sus
'Discursos a la Nación Alemana'- y denunció el helenismo como la
pérdida de identidad de las culturas orientales,tratando de resistir
tanto cultural como político-militarmente la helenizacióny más tarde
la romanización.
El Imperio Romano, sucesor de los Reinos Helénicos, fue objeto
de sucesivas fases de helenización. Ese proceso de helenización se
hizo sentirdesde los inicios de la vida romana cuando, bajo la in-
fluencia de las colonias griegas de Italia, además de las influencias
griegas sobre los etruscos,el panteón romano se ajusta al olímpico.
En ese largo proceso de continua incorporación del helenismo, la
lengua griega, que sólo se había cultivado en el círculo de élite de
Escipión, se convirtióen la lengua corrientede la parte oriental del
imperio,donde el uso del latín está restringidoa los actos adminis-
trativos;
Desde la última fase republicana y, de formaestable,en el período
imperial, el Imperio Romano sigue el precedente griego y se con-
figuracomo un imperio cultural multiétnicobajo la hegemonía polí-
tico-militarde Roma. Las élites y las clases medias del imperio,ya
romanizadasy conservandola tradiciónhelénica en la parte oriental,
son incorporadasa la administracióny a los nivelessuperioresde vida
del imperio. Las masas, que permanecían en condición servil, o
próxima a ella, mantienensus regímenestradicionalesde producción
y de vida.
Contrariamentea lo que sucedieraen el mundo helénico,la unidad
del Imperio Romano (mantenidahasta la divisiónentre los imperios
de Occidente y de Oriente,en 364 d. С.) y la estabilidad básica del
sistema,a despecho de las frecuentescrisis de sucesión, conducirán
a los romanos a formasmás graduales, pero también más profundas,
de incorporaciónde los cuadros romanizadosde la periferia.
Tal incorporación,eri el período republicano y a principios del

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imperio,se limitó al ámbito de las provinciasy, más irrestrictamente,


al ejército. Los reyes helénicos, que gobernaban en tierrasconquis-
tadas y geopolíticamentedesvinculados de la matriz griega, necesi-
taban de elementos helenizadores para sus cuadros administrativos^
pero preferíantener mercenariosgriegos en sus tropas. El Imperio
Romano, manteniendo su base romano-itálica,absorbía fácilmente
contingentesromanizados para el servicio militar cuidando, hasta
el bajo Imperio,de situarlosfuerade sus tierrasde origen.
En lo que se refierea la administracióndel imperio, solamente
en el siglo h fueronincorporadaslas élites provincialesa la cúpula
del sistema.La clase de los equitas, que gradualmentesustituyóa la
senatorial en la administracióndel imperio, se fue integrandocada
vez más por miembrosromanizadosde la periferia:hispánica, gálica;
siria, etc., y la propia púrpura imperial fue conferidaa no itálicos, -
como Trajano y Adriano, circunstanciaque se tornaríausual después
de los Antoninos.
De esa larga e interesanteexperienciadel mundo clásico se puede
sacar la conclusióninicial de que, en el sentidode esa gran experiencia
de formaciónde los imperiosecuménicos,las necesidadessistemáticas
de los poderes centralessituados dentro de circunstanciaspropias a
los casos helénico y romano, los conducirán a una relación con la
periferia,fundada en el principio de la incorporaciónpor acultura-
ción. El mundo clásico ejerció una irresistiblefascinaciónsobre las
clases altas y medias de sus periferias,tanto orientales como occi*
dentales.
Esas clases se helenizarony después se romanizaronde formapro-
funda, pero preservandoen el Oriente su tradición helénica. Los
intentoszelotistas,además de poco frecuentessi se considera la am-
plitud espacial y temporal de la vigencia del mundo clásico, care-
cieron siemprede éxito. En el caso más típico,el del zelotismojudai-
co, resalta la importantecontribuciónde éste para la preservación
históricade la identidad cultural básica de los judíos.
Una segura conclusiónimportantepara extraerde esa experiencia,
fue el hecho de que la no aculturaciónde las masas periféricasterminó
acarreandoefectosdesastrosospara el mundo clásico. Su no acultura-
ción, más que indicativa de una supuesta inmutabilidad cultural
de las masas agrarias, fue en verdad ocasionada por el deliberado
desinterésque tenían las clases superiores,tanto metropolitanascom0
periféricas,en difundirla cultura clásica en los estratosinferioresde
la periferia.La contradiccióninterna existenteen el mundo clásico

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entre sus valores humanísticosuniversales y su dependencia de la


mantenciónde la esclavitud,sobre todo agrícola, condujo a excluir
de la cultura clásica a los estratosrurales de la periferia.Las masas
metropolitanasque participaronde esa cultura terminarán,o bien
imponiendo ciertas formasde participación democráticaen el nivel
de la polis, como en muchas ciudades griegas, o bien imponiendo
en compensaciónde su exclusión de la vida pública, su propio sub-
sidio por el Estado. Este es el caso de la plebe romana, a partir de
finesde la República.
La preservaciónde las tradicionesautóctonas de las masas peri-
féricasproporcionóal mundo clásico las correspondientesfacilidades
para mantenerlasen un régimenservil,trabajando en un mero nivel
de subsistencia,produciendo los excedentes económicos en que se
fundó aquel mundo. Con esto, generaronen la periferiaun prole-
tariado externoque se tornó,con la consolidaciónde los Reinos Helé-
nicos en un caso, y del Imperio Romano en otro, en un proletariado
interno.Ese proletariadono tuvo,en los momentosde crisis,solidari-
dad con las empresashelénicas,para participaren la defensa de sus
reinosante la agresiónromana y ese mismoproletariadotampocopue-
de ser movilizado por el Imperio Romano, en su decadencia, para la
preservacióndel mundo clásico. Los siervosruralesdel Imperio Persa
se tornaron,sin solución de continuidad, en siervos rurales de los
Reinos Helénicos,luego del Imperio Romano, y por último,en siervos
de la gleba de los reinos que emergieronde las invasionesbárbaras.
En todas esas grandesfasesde transición,esas masas agrícolas,prisio-
neras de sus tradicionesculturalesy de trabajo, constituyeronun ele-
mento pasivo, que no podía ser convocado o movilizado para la pre-
servaciónde las civilizacionesque se habían nutridode sus excedentes,
pero que nos les habían dado la menor participaciónen su estilo de
vida y en su cultura.

Las unificacionesnacionales europeas

La experiencia histórica de la formaciónde varios países europeos


constituye,entre otros casos, una ilustración también importante
En esta última hipó-
para el estudio de las relacionescentro-periferia.
serán menos aclaratorias,por el
tesis,las relaciones centro-periferia
hecho de que entre los núcleos expansivo-centralizadores, que se
encuentranpor detrás de la formaciónde países como España, In-
glaterra,Francia, Rusia, Italia o Alemania, y esos pueblos que for-

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ibв / Autonomia
periférica céntrica
yhegemonía

marán la periferia de ese proceso, el intervalo étnico-culturalfue


incomparablementemenor que el que existió en la formacióndel
imperio de Alejandro y en sistemasposteriores.
Aunque en circunstanciasde mucho menos heterogeneidad,la
formaciónde los países ya mencionados se realizó por procesos que
estuvieronbasados predominantementeen la fuerza,que conducirá
a los dirigentesde un núcleo central a expandirlo por la incorpora-
ción de territoriosadyacentes,en concomitancia con la sumisión a
su jurisdicción por parte de los dirigentesy pueblos de tales terri-
torios.
No correspondea los propósitosde este estudio el relato sumario
de esos procesosde expansión y centralización.Solamente se registran
para el análisis comparativolas líneas centralesde tales procesos.
En el caso de España, el cuadro básico está dado por la situación
de convivencia conflictivaentre el remanente asturiano del reino
visigodo y el Emirato de Córdova. Al mismo tiempo,la Reconquista
es un proceso largo y discontinuo,desde los siglos x al xv, de recupe-
ración de territoriosque se hallaban bajo el control moro. Hay un
remanejamientode la distribucióndel poder en el área expansiva
bajo dominio cristiano. El reino de Asturias dará crecimiento a
los reinos de León, Castilla, Navarra, Aragón y, más tarde,Portugal.
Aunque con dificultades ocasionales, Portugal mantendrá su inde-
pendencia, expandiéndose hasta el Algarve a costa de los moros.
Los demás reinos sucesoresdel de Asturias,bajo el crecienteliderazgo
de Castilla serán amalgamados por ésta en un sistemaque conducirá
a la unión personal de Castilla con Aragón y terminará,bajo el
predominiode aquélla, formandola España de Felipe n.
Gran Bretaña se formará bajo el liderazgo de Inglaterra, que
absorberá Gales, Irlanda y Escocia en el curso de un largo proceso
que desembocaráen la formacióndel Reino Unido. Francia, bajo el
liderazgo de la casa de valois, y a lo largo de las vicisitudesde la
Guerra de Cien Años y posteriormente de su conflictocon Borgoña,
será unificada a partirde la Isla de Francia, incorporandobretones,
aquitanos, gascones,y vascos, el delfinado,los borgoños y más tarde
el Franco-condado,Lorena y Alsacia. Rusia se configura mediante
la expansión del principado de Moscú, al este, sobre los Kanados de
Kazan y de Astrakan.Al oeste, sobre Novgorod,los pueblos bálticos,
Ukrania, y Polonia. Italia se unifica a partir de la casa de Saboya y
del Piamonte,absorbiendoa Toscana, los Estados Papales y el Reino
de las Dos Sicilias. Alemania, después de la expansión inicial de

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Brandénburgo sobre el este y la formaciónde Prusia, se unifica a


partirďe ésta, con Bismarck,hasta la formacióndel Imperio Alemán
después de la Guerra Franco-Prusiana.
En tòdos esos casos se observa, inicialmente,cómo la expansión
del núcleo centralse realiza a partirdel ejercicio de una hegemonía
político-militar,que por un lado, conduce a la nítida imposicióndel
predominio de un grupo dirigente,históricamentebien configurado,
sobre otros. Por otro lado, aunque en forma matizada en mayor o
menorgrado,el proceso tambiénabarca la afirmaciónde superioridad
de un grupo, o subgrupo étnico-cultural,sobre los demás.
En todos esos casos, con mayoro menor grado de aceptación o de
resistenciapor parte de los pueblos situados en la periferiadel pro-
ceso, el núcleo central impone las líneas básicas de su especificidad
cultural al sistemaque configura.Con frecuencia,la forma cultural
transmitidapor el centro unificadores aceptada por los pueblos pe-
riféricos,o por gran parte de éstos, como un legado común. Así
sucedió ^n las unificacionesmás recientes,con el idioma italiano de
base toscana para el reino de Italia y el alemán para el Imperio
Germánico. Pero también ocurre en las unificacionesque se inician
en la Edád Media, a pesar de las particularidadescultúrales de Es-
cocia y en oposición a las de Irlanda, el inglés para Gran Bretaña.
El francéstambién,sin perjuicio de las particularidadesbretonas o
vascas, se "universalizacon facilidad para el Reino de Francia a fines
de la "Edad Media y en el curso del Renacimiento. Mas solamente
después de la efectivageneralizaciónde la especificidadcultural bási-
ca del núcleo central para todo el país, fuese ésta propia o transmi-
tida, y en cuanto la hegemoníapolítica de tal núcleo está sólidamen-
te implantada comienzan a desaparecer,de hecho, las ostensivaso
sutiles discriminacionesque privilegiaban las cuadros del núcleo
central en relación con los periféricos.
La segunda observaciónimportanterelativa a tales procesos es la
medida sorprendènteen que, hoy en día, después que las nacionali-
dades resultantesestán tan consolidadas, résurgenexigencias cultu-
rales, políticas y otras vinculadas a los antiguos particularismosre-
gionales, llegando a significar,para ciertas regionès o grupos, una
fuerteopción separatista.Entre otros,ese es el caso de las reivindi-
caciones escocesas èn Gran Bretaña, bretonas y vascas en Francia,
vascas y catalanas en España, y, en grado más tenue, bárbaras en
Alemania, o del sur versusel norte en Italia.
Al compararel caso de esas naciones europeas con las del mundo

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ibe / Autonomia
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clásico, se observa cómo en ambos, aunque con una diferencia de


intensidad que parece correspondera las diferenciasde grado de
heterogeneidad,la incorporación de los cuadros periféricosal sis-
tema central se hace por aculturación y depende de ella. Por el
contrario de lo que se verificóen la antigüedad, en las naciones
europeas la aculturación no se limitó a las clases superiores,sino
que permeò a la totalidad de la población. De ahí el alto grado de
unidad político-culturalobtenido por esos países, hasta la época
contemporánea.Por otro lado, en la medida en que en virtudde una
multiplicidad de factores,esa misma unidad político-culturalpasó
a presentaractualmente una significaciónbastante menor para los
miembrosde esas naciones,sus antiguas lealtades regionalesy corres-
pondientes particularismosse revestiránde relevancia y originarán
fuertesdemandasde atención.

III. Nación e Imperio en la actualidad

El problema nacional

Los Estados nacionales modernos constituyenuna forma relativa-


mentenueva de organizaciónde la sociedad, que se diferenciade un
modo general de todos los precedenteshistóricos.La característica
básica del Estado nacional moderno es la combinación,a partir de
un fondo histórico-cultural común que está fundado frecuentemente
en una base étnica también común, de una interrelaciónentre sus
miembros.Esta interrelacióndebe ser de carácterimpersonale indi-
recta,tiende a ser factualmenteprivilegiaday casi exhaustivay, axio-
lógicamentese postula como merecedorade suprema lealtad y dedi-
cación.
El carácter factualmenteprivilegiado y cuasiexhaustivodel inter-
relacionismoentre los miembrosde un mismo Estado nacional, deri-
va de la circunstanciade que el interlocutorcorriente para cada
miembroes otro miembro del mismo Estado nacional,para casi to-
dos los fines de la vida social. El carácteraxiológicamentesupremo
y comprehensivode la condición nacional deriva, para cada miem-
bro, de la socialización entre los miembrosde un sentimientocívico-
patrióticoque generaliza la conciencia del deber de dedicación, para
con la nación y de lealtad para con ésta y para con sus miembros,
en cuanto integrantesde ella. Esa interrelaciónes de carácter im-
personal e indirecta,a causa del gran número y la heterogeneidad

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ELINTERCAMBIO
ENTRE SOCIALES
SUBSISTEMAS

' Subsistemas
Subsistemas^ Imumos
Productos
f' CULTURAL PARTICIPACIONALPOLITICO ECONOMICO ~
1 FFormuladores F~~ F Facilidades
Sancionamicnto de
Divulgadores de valores instalación
y
Creencias
Creyentes operación
У
CULTURALSímbolos

Valores Legitimidad Institucionaliza-


integrativos ción:orientación
científico-tecnoló-
omágico-reli-
gica
giosa
t t t
1 1 -j
Valores internaFacilidades
Defensa de
Actores Defensa
externaConsumo
integrativos
PARTICIPA* Status'
CIONAL
Formuladores Formadores
de Controladores
Divulgadores decisión Gerentes
Creyentes Ejecutores Trabajadores
Gobernados
t t t
1 1 1
dedecisión
Tomadores
Legitimidad Ejecutores Solvencia
Gobernados
POLITICO Comandos

Sancionamicnto
Orden
interno Orden
legal
devalores externa
Defensa Servicios
Públicos
1 t L
i l i
Institucionaliza-
Controladores Orden
legal
ción: Orientación
Gerentes Servicios
Trabajadores
científico-tecnológi- Públicos
cao mágico-religio-
sa
ECONOMICO Utilidades

deinsta-
Facilidades de
Facilidades Solvencia
lación
yoperaciónconsumo
ti t] t__

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yhegemonía

de los miembrosque constituyenun Estado nacional moderno, in-


cluso los de menor dimensión,en lo relativo al espacio de contacto
cara a cara en que se mueve cada miembro.En la medida en que un
miembro anónimo y desconocido del Estado nacional ostente tal
condición pasa a ser tratado como un conciudadano por los demás
miembros,con independencia de cualquiera otra consideración.
La innovación histórica introducida por el Estado nacional mo-
derno proviene de la combinación de sus característicasfactuales y
axiológicas con el modo abstractode interrelaciónde los miembros
y del carácter comprehensivode tal interrelacionamiento.Para el
hombre clásico, la polis era factualmentesu ambiente social pre-
dominantey estaba más valorizada que la nación modernaen lo axio-
lógico. Pero la interrelaciónde los miembrosera de carácterperso-
nal antes que indirecta. Los miembroseran conocidos por sus per-
sonas o por sus países o sus ancestros.Los esclavos no participaban
de la vida social de la polis. En las grandes sociedades de la anti-
güedad, como en los imperios orientales, la solidaridad entre los
miembros tenía carácter étnico, de base familiar unilinealmente a
travésde la lealtad común para con el monarca. En los Reinos He-
lénicos y en el Imperio Romano la solidaridad era cultural y como
tal, excluía a las masas.
Las característicasdel Estado nacional ya enunciadas constituyen
un decisivo factorpolítico-culturalde encuadramientode la sociedad
y de sus subsistemas.La sociedad, como es ampliamente reconocido
y como tuve oportunidadde discutiren otros trabajos, es en lo ana-
lítico un sistema de cuatro subsistemas: participacional, cultural,
económico y político. Cada subsistemadesempeña determinadasma-
crofunciones:el sistema participacional produce actores, papeles y
status; el cultural produce creenciasy símbolos; el económico, utili-
dades; y el político, comandos. Analíticamente,los subsistemasman-
tienen entre sí relaciones de tipo insumo-producto.El subsistema
participacional recibe a cambio de sus productos (actores, papeles,
status) valores integrativos,de lo cultural, orden interno y defensa
externa,de lo político y facilidades de consumo, de lo económico.
Semejante intercambiode productose insumos se verificaen las re-
laciones de los demás subsistemasentre sí. En el cuadro siguientese
presenta ese intercambioen forma gráfica.
Las característicasdel Estado nacional a que se han estado ha-
ciendo referencias,operan como un factorde intensificacióny ace-
leración del intercambiode insumos-productos, dentro de la socie-

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ESTUDIOS INTERNACIONALES

dad que configura.Se formande esta manera, tanto factual como


normativamente,condiciones que superen en parte los particularis-
mos internos,ya sean éstos de carácter regional o local, ya de ca-
rácter social, incentivandoel intercambiode valores entre los sub-
sistemasde esa sociedad. Por esta razón, se intensificanen las socie-
dades encuadradas por un Estado nacional, la unidad y la solidari-
dad internas,así como, de un modo general, la eficiencia de los
intercambiosintrasociales.De ahí proviene una mayor demanda de
legitimidady de legalidad en tales sociedades, que contribuyójunto
con otros factoresa convertirlas monarquías absolutas del siglo xvn
en monarquías o repúblicas constitucionalesen los siglos xvni y xix
y, concomitantemente, en hacer de esos países Estados democráticos
de derecho, con propensióninherente,no obstantefuertesresistencias
conservadoras,a un crecienteigualitarismo.
Sucede, entretanto,por motivos y dentro de circunstanciasque
fueron mencionadas en el primer capítulo de este estudio, que se
hallan en crisislos Estados nacionales que integranel sistemaintra-
imperial americano (lo mismo ocurre con el soviético). Esa crisis
deriva en lo fundamental de las crecientes dificultades con que
actualmentese enfrentanesos Estados nacionales, especialmentelos
de la periferiadel sistema,para alcanzar y ejercer su autonomía.
Ya se tuvo la ocasión de analizar sucintamenteel problema de
la autonomía en las regiones periféricasdel sistema imperial ame-
ricano y los requisitos de que depende. También se analizaron los
precedenteshistóricosde las relaciones centro-periferia, tanto en el
mundo clásico como en la formaciónde algunos países europeos. La
continuaciónde nuestroestudio requiere ahora una breve aclaración
de los efectos que ejerce sobre el Estado nacional, la pérdida de
la autonomía y otras consecuenciasderivadas del actual sistema in-
traimperial.
Fundamentalmente,este hecho se relaciona con el intercambiode
insumos y productos entre los subsistemasde la sociedad nacional.
La dependencia para con el centro imperial es particularmenteasi«
métrica para las sociedades de la periferiadel sistema,y afecta la
interrelaciónde sus subsistemas,porque sustituyepor insumos y
productos externos algunos de los insumos y productos básicos de
los subsistemasculturales y políticos de tales sociedades. La forma
más usual de que se revisteeste sistemapatológico en el sistemaintra-
imperial americano consisteen la crecienteimportancia que asume

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periférica céntrica
yhegemonía

la actuación de las empresas transnacionalesen las sociedades de-


pendientesintegrantesdel sistema.
El cuadro típico es que las más dinámicas actividades económicas
de esas sociedades -en algunos casos, extractivasy en otros,comer-
ciales o industriales- sean asumidas y ejercidas por filialesde las em-
presas transnacionales,bajo el comando central de las respectivas
matrices y el operacional local de los delegados de aquéllas. La
consecuenciamás visible de ese proceso es la adopción de estrategias,
métodos de producción,patentes y marcas, provenientesde las ma-
trices. Al mismo tiempo, se visibiliza en la economía de un país
dependientela presenciade dirigentesy cuadros empresarialesprove-
nientesde países céntricos.En relación con esos aspectosmás aparentes,
con frecuenciase propugnaen la periferia,en formadefensiva,la adop-
ción de medidas que reglamentenel capital extranjero,tales como
los códigos de conducta, la imposición en cada empresa de un mí-
nimo de directoresy cuadros nativos, limitación de las remesas de
utilidades, y otras medidas semejantes. Sin discutir ahora los posi-
bles beneficios de tales medidas para los países dependientes, así
como, en último análisis, su efectivaviabilidad económica o política,
lo que importa es señalar el caráctersuperficialde toda esa proble-
mática.
Realmente, lo que está en juego es algo muy diverso,que afecta
un subsistemaque aparenta no estar muy envuelto en el proceso:
el subsistemacultural.En la medida en que el subsistemaeconómico
pase, en lo que tiene de más dinámico, a ser operado por filiales
extranjeraso esté bajo el control de sus matrices,sus insumos cien-
tífico-tecnológicos pasan también a provenirde los países metropoli-
tanos. Con esto, el principal insumo que el subsistema económico
de una sociedad moderna recibe de su subsistemacultural, pasa a
provenirdel subsistemacultural de otra sociedad, que es la céntrica.
Tal circunstancia afecta profundamentela validez del subsistema
cultural del país dependiente,de forma análoga a aquella en que
el hechicerode un pueblo tribal,y con él los valores culturales au-
tóctonos,se desmoralizan cuando éste es sustituido en una de sus
principalesfunciones,la curativa,por un médico moderno.
La desvalorización funcional del subsistemacultural, al privarlo
de la función dinámica de orientador científico-tecnológico de su
propia sociedad, repercute en forma negativa sobre sus otras fun-
ciones y sus productos correspondientes.Así sucede en lo que res-
pecta a la elaboración de valores legitimantesdel subsistemapolítico.

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ESTUDIOS INTERNACIONALES

y de valores integrativospara el subsistemaparticipacional.Al igual


que en el caso de una célula que pierde algunas de sus funciones
por la infiltraciónde un virus extraño,una sociedad cuyo subsistema
cultural está atrofiado y desvalorizado por la importación directa
del subsistemacultural de la sociedad céntrica,pierde algunas de sus
funcionesbásicas. En efecto,con la atrofiade su subsistemacultural,
esta sociedad comienza a perder igualmente su capacidad para re-
glamentarsus funcionespolíticas y sociales, valorativa y normativa-
mente.
Efectos también patológicos,si bien menos virulentos,inciden en
las sociedades integrantesdel sistema intraimperialque conservan
su vitalidad económica y cultural,como los países europeos afiliados
a la nato. Esto sucede cuando un producto básico de su subsistema
político, tal como la defensa externa, pasa a ser asegurado por el
subsistemapolítico del centro imperial.
La forma nacional de organización de la sociedad está factual y
axiológicamenteorientada para acentuar la autonomía del sistema
y la interdependenciade sus subsistemas.La atrofia del subsistema
cultural a causa de la pérdida de su funciónde orientadorcientífico-
tecnológico,como ocurre en las sociedades periféricas,y también la
atrofia del subsistemapolítico por la pérdida de su función de de-
fensa externa (el caso de la nato) o, adicionalmente,de la función
de su ordenación interna (el caso de muchos países periféricos), sus-
cita una crisis irremediableen los Estados nacionales. La forma na-
cional de organizaciónde la sociedad deja de ser compatible con las
nuevas realidades que caracterizana las sociedades contemporáneas
en el subsistemaintraimperial.
Esa crisis,aunque de formay grado diferentes,afecta tanto a las
sociedades periféricascomo a las céntricas.A las periféricas,en la
medida en que, con la crecientey evidente inviabilidad de su auto-
nomía para casi todas, las estructurasnacionales pierden sentido y
la propia sociedad deja de existir como proyectosocial, para redu«
cirse a un territorioy a un mercado, determinado de fuera hacia
adentro. Por su lado, las sociedades céntricas, con excepción del
propio centro imperial, son afectadas por la obsolecencia de su
respectivosubsistemapolítico, que continúa regulando institucional-
mente sus estructurasnacionales cuando éstas, a semejanza de las
ciudades griegas bajo la hegemonía macedónica o más radicalmente,
de las provincias del imperio en relación a Roma dependen de lo
fundamentalde insumos políticos provenientesdel centro imperial.

[něj

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/ Autonomía céntrica
yhegemonía
periférica

En el mundo contemporáneose definen así dos dimensionesen


la crisis de los Estados nacionales, que tienden a ser concomitantes
para los países periféricos.Una de esas dimensionesafecta el subsis-
tema cultural -por vía de lo económico- al privarlode la capacidad
de orientación científico-tecnológica de la respectiva sociedad. La
atrofia actual del subsistemacultural de esas sociedades afecta tam-
bién la validez de otros productosde ese subsistema,que constituyen
insumosbásicos para los subsistemaspolíticos (la legitimidad) y par-
ticipacionales (valores integrativos).
El efectode ese tipo de crisises la pérdida gradual por parte de
tales sociedades de su sentido de proyectocolectivo, transformándo-
las de un proceso para sí en un proceso en sí, bajo la formade un
mercado territorialque está determinadode fuera para adentro. Los
efectoscorrespondientesa este deterioro de la sociedad son la im-
portacióndesde el centrometropolitanode los valores de legitimidad
e integración,que adquieren un sentido utilitario intransitivo,al
servicio de las élites metropolitanasy de sus agentes locales. Los
gobiernos de esos países, generalmentebajo la forma de dictadores
militaresen el sistemaintra-americano, se conviertenen agentes pre-
torianosde la defensa de los interesesy valores metropolitanos.Los
países conservan,al menos para finesde apariencia y manipulación,
los símbolos de su propia nacionalidad e independencia, y se con-
vierten efectivamenteen una mezcla de mercado provincial y de
campo de concentraciónde nativos.
La otra dimensiónde la crisisde los Estados nacionales que afecta
a los países centros y, en forma acumulativa, a los países depen-
dientes de la periferia,toca el subsistemapolítico en su capacidad
de asegurarla defensaexternade la respectivasociedad. Para las socie-
dades desarrolladasque participan del centro económico-culturaldel
sistemaimperial americano,el efectode tal crisises el de establecer
una contradicción entre el carácter soberano formalmentepreser-
vado por el Estado nacional y el sentido efectivode una adminis-
tración meramenteregional de que se revistetal Estado. Esas socie-
dades conservansu vialidad colectiva, como un sistema de interao
ción humana, dotadas de cultura propia y de autosuficienciaeco-
nómica. Pero se reducen a naciones sólo en un sentido cultural y
ya no en un sentido políticamentesoberano, de forma análoga a lo
que, en relación con la ConfederaciónHelvética, ocurre en sus can-
tones y en sus comunidadesétnico-culturales.
Una de las consecuenciasdel vaciamientomacropolíticode las na-

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dones en referenciaes, precisamente,el resurgimientode los regio-


nalismos allí donde éstos tuvieronexistencia históricapropia y fue-
ron absorbidos y sofocadospor procesosde unificaciónnacional. En
tales países, no se trata básicamentede que el mayor desarrollo de
su sentido democráticotenga asegurado una expansión libre a regio-
nalismos que fueronreprimidosanteriormente.Se trata,sobre todo,
del hecho de que el desaparecimientodel sentido macropolíticode
la nación tornó importantesotra vez las subculturasregionalesy las
lealtades conexas. Al mismo tiempo, dejó de tener sentido el sacri-
ficar tales valores en provecho de la soberanía del Estado nacional
que, efectivamente, dejó de poder ejercertal función.

Limitesy alternativas

Como ya vimos, el sistema intraimperialno es compatible con los


estados nacionales como formaorganizativade la sociedad, tal como
éstos se configuraronen la Europa del siglo xiv al xix y, más tardía-
mente en el resto del mundo, por influencia europea. De hecho y
axiológicamente,el estado nacional postula una autonomía a la que
no logró tener acceso la inmensa mayoría de los países periféricos.
Y también,en relación a los países céntricosque pudieran preservar
el ejercicio de tal autonomía, el sistema intraimperialen que están
insertosinstaura una insoluble contradicciónentre las funcionesde
defensa externa, inherentesa la soberanía de sus Estados y a las
posibilidades efectivas,y a las tarifasde tales Estados, restringidas
a la administracióninterna.
Los conflictosy las contradiccionesentre el sistemaimperial y los
Estados nacionales comportanun cierto número de modelos de ecua-
cionámiento,a lo largo de un espectrode alternativasmás abiertas
o más cerradas para la periferia,y de mayor o menor racionalidad
para el sistema en su conjunto. Más adelante se tendrá la ocasión
de analizar la formapor la cual tienden actualmentea estructurarse
esas relaciones. Para la debida comprensióndel problema, importa
ahora considerarde una formageneral las principales preguntasen
juego y las principales alternativaspara su ecuacionamiento.
Las preguntasen juego se sitúan en funciónde dos vertientesdel
sistema: la externa y la interna. En su vertienteexterna, el sistema
es intraimperial,confrontadopor otra Superpotência que logró en-
trar en la forma de primacía general, aunque con menor universa-
lidad y capacidad. En esa misma vertiente,el sistema también se

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/ Autonomía
periférica céntrica
yhegemonía

confrontacon la emergenciade una nueva primacía regional (China)


y la posibilidad de que se formen otras, como una Comunidad
Europea efectivamenteintegraday, más remotamente,otros sistemas.
En la vertienteinterna,el sistemaes intraimperialy necesita estruc-
turar de formaestable las relaciones centro-periferia.
Esos temas, en cada una de las dos dimensionesreferidas,se en-
cuentran sujetos a ciertos límites críticos que el sistema tiene que
respetar para preservarsu estabilidad. Los temas que se presenten
en el plano de las relaciones interimperialesno comportan, para
Estados Unidos, vías que pongan en riesgo la pérdida de su primacía
generaly, en lo posible, de la condición de primus interpares en ese
plano. De forma equivalente, en la dimensión intraimperial,las
relaciones centro-periferiano pueden ser estructuradasen forma
centrífugapara los Estados Unidos.
Escapa a los propósitosde este estudio el de la dimensión inter-
imperial del sistema,aunque los problemas de esa dimensión se fil-
tran en las otras. Se observa en ésta la existencia de dos tipos de
límites,el primero de los cuales resulta de la problemática inter-
imperialy consisteen la necesidad,para los Estados (Unidos,de asegu-
rarse condiciones que atiendan sus imperativosde defensa externa,
no sólo en el sentido inmediatamentemilitar sino incluyendo tam-
bién los demás elementos esenciales para la mantención de una
apropiada capacidad bélica, tanto en términoseconómico-tecnológicos
como geopolíticos,sociopolíticosy otros. De ahí proviene la nece-
sidad de que el sistema imponga, en sus relaciones intraimperiales,
ciertasrestriccionesa la soberanía política de los Estados insertados
en su ámbito.
El segundo límite críticode Estados Unidos en la dimensiónintra-
imperial se refiere a sus necesidades productivas. Los imperativos
para la mantencióndel sistemaproductivoamericano presentantres
aspectos principales. El primero se refierea la preservacióndel ac-
ceso a las materias primas y otros insumos esenciales para la eco«
nomía americana, que no se encuentranen forma suficienteen el
territoriometropolitano.El segundo se refiere a los mercados ex-
ternospara los productosamericanos,tanto en el sentido de asegu-
rarles una demanda complementariade la doméstica cuanto, sobre
todo, para atender las crecientesexigencias de la balanza de pagos,
en el sentido de generar suficientecapacidad de pago externo. El
terceraspecto concierne al propio proceso productivo interno,que
por razones tanto económicas como sociales y políticas debe man-

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tenerciertas tasas mínimas de crecimientoy preservarel dinamismo


de la economía, inclusive en lo que se refiereal desarrollo y a la
innovación tecnológica. Ese segundo límite crítico en las relaciones
intraimperialesamericanas impone, a semejanza del anterior,ciertas
restricciones,esta vez de orden económico, a la soberanía de los
Estados pertenecientesal sistema.
Tomadas en cuenta esas dos órdenes de límitescríticos,los Estados
Unidos se enfrentancon una ciertagama de opciones en cuanto a los
posibles modelos de organización de sus relaciones intraimperiales.
Ese espectro de opciones presenta,en lo fundamental,tres alterna-
tivasprincipales.
La primera alternativa también surge históricamente,como la
inicial, y es de carácteretnocèntrico.La condición de superpotência
y de centroimperiales alcanzado por los Estados Unidos a travésde su
propio desarrollo nacional. Como una nación en confrontacióncon
otras,en el contextode un balance internacionalde poder, dirigido
inicialmentepor las grandes potencias europeas, las potencias emer-
gentes son conducidas a un juego nacionalista y etnocèntricode
maximizaciónde ventajas.
Ese modelo será seguido espontáneamentepor los Estados Unidos,
a partir de su emergenciacomo potencia media desde mediados del
siglo XIX,y fue bajo su égida, que ingresó en la Primera Guerra
Mundial. Wilson trató de apartarse del modelo, en su concepción
de una paz universalbajo garantíale la Liga de las Naciones, pero
no fue acompañado por la opinión pública. Con el aislacionismo
de entre-guerra, se había restauradoun sentido etnocèntricopara la
expansión imperial americana.
El análisis históricode las relaciones internacionalesamericanas
escapa a los objetivos de este estudio. Sólo se mencionará que la
alternativa etnocèntrica,apoyada, en general, por el conservadoris*
mo republicano y por el populismo democrático,se alternó como
modelo de relacionamientointernacional,y con otras opciones pro-
puestas por los liberales en el curso de este siglo.
Como alternativa,el etnocentrismoes una forma de maximiza-
ción de los interesesdel centrode corto plazo histórico.Los imperios
del antiguo Oriente fueron etnocéntrieos. También lo fueron las
efímerastentativasde hegemonía de las ciudades griegas unas sobre
las otras, e igualmente lo fueron los imperios coloniales europeos.
El etnocentrismopostula la permanentey ostensiva dominación y
expoliación de la periferiapor parte del centro,fundado sólo en la

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ibe / Autonomía
fielioJaguar periférica céntrica
yhegemonía

superioridadde fuerzasen una estrechaconcepción étnica del propio


centro.Así, no genera formasestables de. colaboración_entre la peri-
feria (o sectores de ésta) y el centro, exponiendo a éste perma-
nentementealianzas adversas. Además reoperan en forma negativa
en la calidad de vida de la sociedad céntrica,que se debe,estructurar
como una sociedad corsaria (feniciqs,cartagineses,imperios colonia-
les europeos) o como una «casernamilitar (asirios, espartanos,oto-
manos) .
La segunda alternativaconsiste en la superación del etnocentris-
mo y su sustituciónpor un culturalismocéntricode carácter envol-
vente,que incorpore los pueblos y cuadros que se identifiquencon
la cultura céntrica.Como se vio en este estudio, ésa fue la solución
de los Reinos Helénicos y del Imperio Romano. Se trata de una
opción con enorme potencial de estabilidad, como lo prueba la
extraordinarialongevidad del Imperio Romano. Por el .hecho de
ser una alternativa relativamenteabierta; y que coopta en forma
selectiva los elementos más capaces de la periferia,genera un sis-
tema que se autorrenuevay tiende a mantenersu predominanciay
eficiencia-sobrebases meritocrá ticas. En contrapartida,ese modelo
tiene una propensión oligárquica inherente y, por lo tanto, anti-
popular. Termina generando,un gran proletariado interno, por la
incorporaciónde los externos,y que tiende a ejercerpresionesfuerte-
mente negativas sobre el sistema y contribuye,o determina,su des-
estabilización final.
Estados Unidos de Franklin Roosevelt y de John Kennedy expre-
san momentosde nítida opción por ese modelo. Independientemente
.de las grandes decisiones políticas, el proceso de expansión de las
empresas transnacionalesestá encaminando en forma gradual hacia
esa alternativalas relaciones intraimperialesde Estados Unidos. En
el nivel de una gran firma,no de una nación, la expansión inter-
nacional se inicia bajo forma etnocèntrica.A partir de cierto mo-
mento,todavía los interesesde la empresay de su expansión reciben
un servicio mucho mejor si la dirección opta por el modelo del
culturalismocéntricoomnicomprensivo.Esto fue lo que hicieron las
empresas transnacionalesdesde la década de los 60. Configurarán
un estilo y una técnica de acción de ejecutivo internacional,funda-
dos en el modelo americano de la costa atlántica. Ese ejecutivo in-
ternacionalse está convirtiendoen el equivalente moderno de aque-
llos que fueronlos équités en el Imperio Romano. La expansión de
ese grupo en las administracionesprivadas y públicas tiende a con-

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ESTUDIOS INTERNACIONALES

figurar un cuadro internacional análogo al que aseguró, durante


muchos siglos, la administracióndel imperio bajo el predominio de
Roma.
La tercera alternativaes de tipo ecuménico. En último análisis,
consiste en una deliberada autolimitación, en el tiempo y en el
espacio, de la condición céntrica. Esto se efectúa mediante una
planificada superación gradual del centralismo,por la universaliza-
ción para todos los pueblos, y que tiende a abarcar todas las clases
de los beneficios de la vida social, en una dimensión ecuménica.
Se trata de un modelo ideal que, a diferenciade los otros,no llegó
nunca a tener efectiva aplicación histórica. El proyectode Alejan-
dro, entretanto,pretendía seguir ese modelo. Alejandro no llegó
a detallarseen lo referentea las relacionesentre los pueblos. Mucho
menos llegó a tener siquiera la idea -que estaría en conflictocon
sus experienciasde la realidad oriental- de la medida en que una
"homonoia" étnico-culturalimplica también una "homonoia" social.
No es éste el lugar adecuado para un ejercicio de concepción hi-
potética de lo que sería la conversióndel sistema intraimperialen
un sistemaecuménico,inclusiveen sus correlativossociales. Tuve la
ocasión de estudiar algunos de los aspectos envueltos en tal proceso
en un libro reciente,al que remito a los interesadosen el asunto.
Sólo señalaré el hecho de que una ecumenizaciónplaneada y gradual
del sistema imperial, aunque implique condiciones empíricamente
difíciles de ser realizada, no requiere -como ciertos proyectosde
reformadel mundo- la conversiónprevia de los hombresen santos.
Se trata de algo que, si bien está en conflictocon las visiones de
corto plazo de los interesescéntricosy sus secuencias periféricas,de
hecho optimiza a largo plazo, tanto para el centro como para la
periferia.Es fundamentalpara la comprensiónde ese proceso y para
evaluar su viabilidad, el tener en cuenta su viabilidad en el curso
de un largo plazo. Se trata,en última instancia,de una variante de-
mocráticade la alternativaprecedentea la del culturalismocéntrico.
La principal diferenciaconsisteen la deliberación,por parte del
propio centro y bajo su administración,de proceder en forma gra-
dual a la creación de subcentrosen las diversasregionesdel sistema
y en distribuircrecientesresponsabilidadesa tales subcentros,incre-
mentando en las periferiasla extensión y el grado de consenso de
apoyo al sistema.Este, que evoluciona gradualmentedesde la forma
intraimperialhacia la convivenciaecuménica, tenderá a la organiza-
ción consensual de una autoridad internacional.

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HélioJaguar periférica céntrica
yhegemonía

Tal proceso, como una de sus condiciones previas, requiere un


sustancial incrementode los niveles de renta y educación de los
pueblos periféricos,conducentesa una relativa homogenización de
las condicionesy estilos de vida en las grandes regionesdel mundo,
o de las áreas incluidas en el sistema. Para la ecumenizaciónde un
sistema intraimperial,la otra condición previa se refiere a la di-
mensión interimperialdel mismo. En la medida en que se man-
tengan dentro del sistema importantescentros de poder potencial-
mente adversos a él, los requisitos de defensa del sistema ejercerán
presiones antidemocráticasdifícilmentesuperables en el interiorde
éste, que tenderán a preservarinternamentesu carácter intraimpe-
rial.

La Tendencia actual

El sistemaintraimperialamericanocontinúa siendo un proceso abier-


to. Desde luego, el entendimientode las característicasinter e intra-
imperialesdel sistema es algo que escapa a sus dirigentes,así como
a la mayorpartede los dirigentesde los países insertadosen sus órbitas
-aunque no escapa al entendimientode los soviéticos. La socio-
logía del imperio continúa siendo, en el ámbito de éste, un saber
de los intelectualeso, a la inversa,de los operadoresde los servicios
de inteligencia.
Lo que mantiene abierto este proceso no es propiamentela falta
de comprensiónde éste por parte de sus líderes, sino el hecho de
que el proceso progresa en forma espontánea, y todavía no ha to-
mado de forma irreversibleel curso de ninguna de las alternativas
anteriormentereferidas.
Hecha esta observaciónde orden general, es necesario comprobar
el hecho de que las relaciones intraimperialesamericanas tienden
predominantemente, aunque dé forma ni planeada ni todavía irre-
versible,a encaminarsehacia la segunda de las alternativasya dis-
cutidas, o sea, la del culturalismo céntrico de carácter omnicom-
prensivo.
Como ya fue mencionado,es importanteen ese sentido el hecho
de que las transnacionaleshan adoptado ese modelo en los últimos
quince años. No menos importantees el hecho de que, en los planos
económico y cultural, el "centro" sea más amplio que en el plano
político, e incorpore igualitariamentetanto a las empresas transna-
cionales europeas y japonesas como a las contribucionesculturales

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ESTUDIOS INTERNACIONALES

provenientesde esas mismas fuentes.Añádase a esto el que ese pro-


ceso de incorporación por aculturación (a semejanza del mundo
clásico) , se está abriendo gradualmentehacia la periferia:ejecutivos
latinoamericanosy sudasiáticosincorporadosa los cuadros superiores
de las filiales, intercambiode visiting professorscon universidades
de ésas y de otrasáreas,etc.
No hay duda de que subsistenen los Estados Unidos importantes
tendencias a una opción etnocèntrica.En favor de ello propenden,
como ya se mencionó,tanto los conservadoresmás tradicionalistaso
extremistas como los populistas. Hoy en día, predomina en tales
corrientesun lastre aislacionista, que tiende al mito de la fortress
America, incompatible con el eficaz ejercicio de una actuación im-
perial. En ese sentido,el etnocentrismoamericano se autoneutraliza
como opción imperial. Es importante,además, tomar en cuenta el
hecho de que Estados Unidos tuvo internamentela experiencia
de la inviabilidad social del racismo y están logrando, poco a poco,
superar los obstáculos planteados por esa tradición.El autorraciona-
lismo interno, que pragmáticamentetiende a prevalecer, conduce
también a la superación del etnocentrismointernacional.
En el cuadro precedente, el sistema intraimperial americano
tiende a diferenciardos niveles de centralidad: el político y el eco-
nómico-cultúral.El centro político continúa siendo exclusivamente
ejercido por los Estados Unidos y sus dirigentes.En cambio, el centro
económico-culturalestá compartido parcialmente con otros países
incorporadosa la cúpula del sistemay que disponen de un aprecia-
ble grado de autonomía: los países de la oecd.
Ese centro económico-cultural,fundado en interesescomunes, el
capitalismo corporativointernacional,y en la misma cultura básica,
la occidental universal,comporta un apreciable margen de compe-
tencia externa y de variantes culturales, vinculadas a los orígenes
de los países que lo integran.Tal circunstancia,dentro de la opción
implícita por el culturalismoomnicomprensivo,mantiene ese centro
económico-culturalabierto a la incorporación selectiva de nuevos
miembros,dentro de determinadascondiciones.
Estas condiciones son, de un modo general, las que a partir de
una compatibilidad básica de interesesy de cultura entre los miem-
bros del centroy los eventualescandidatos a la incorporación,mani-
fiestanpor parte de estos últimos un nivel de capacidad económico-
cultural de tal orden que requiere, para la adecuada interrelación
entre tales candidatos y los países céntricos,un grado apreciable de

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ib4 / Autonomía
periférica céntrica
yhegemonía

consenso y de activa coparticipación por parte de esos candidatos.


A partir de la condición preliminarhabilitatoria de compatibilidad
básica de interesesy de cultura se trata,en último término,del hecho
de que determinados países dentro del sistema intraimperial ad-
quieren demasiado peso en determinadomomento para ser tratados
como meramenteperiféricospor los países céntricos. En términos
de costo-beneficioy de técnicas de procedimiento,conviene más en
esos casos darle a los países céntricosuna relativa participación en
las ventajas de la centralidad,a cambio de la activa coparticipación
de tales países en el proceso económico-culturaldel sistema.
Actualmente,los candidatos a la incorporaciónal centro son paí-
ses como Brasil, Irán y Nigeria, que lograron un apreciable margen
de autonomía regional,y ciertospaíses de la opep, como Venezuela
y Arabia Saudita, por su elevado grado de autonomía sectorial.
Esa modalidad de estructuracióna que está propendiendo el sis-
tema intraimperial,la proporciona las ventajas propias al modelo
del culturalismocéntrico omnicomprensivoprecedentementeindica-
do. Por otro lado, acarrea una diferenciación credente entre el
centro (con sus elementoscooptados) y el grueso de la periferia.Co-
mo se vio antes, el modelo en referencia,es oligarquizantey discri-
mina contra los proletariosexternos.
En el imperio americano, tales consecuenciasse pueden observar
en las actuales y tendencialesrelaciones entre el centro y la peri-
feria. Se agravan las diferenciasde nivel de renta y las discrimina-
ciones en las relaciones de intercambioy en la reglamentación,for-
mal o implícita, del movimiento de personas. La periferia opera
cada vez más a nivel de subsistenciapara las grandes masas, y comò
un campo de concentraciónde nativos, en el cual ocasionalmente
se recluta una formade trabajo complementaria.Esto se hace en los
momentosde auge de las economías centrales y cuando decrece la
demanda se devuelve a esos trabajadores a sus países de origen, si®
ninguna protección.
Los efectosnegativosdel culturalismocéntricoa que se hizo una
breve referenciaen abstracto; se hacen sentir cada vez más en el
sistema intraimperial.Tales efectos pueden ser agrupados-en tres
categoríasprincipales.
El efecto negativo más evidente del modelo es el incrementode
las tensiones intraimperiales,con sus repercusiones en las inter-
imperiales.La discriminaciónsistemáticade la periferiay el agrava*
miento continuado, sobre todo en términosrelativos y en lo que

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ESTUDIOS INTERNACIONALES

concierne a las masas, de la asimetría entre las condiciones de ésta


y los dos países céntricos,confiereun crecientecarácterconflictivoa
las relacionesNorte-Sur.Los países céntricostiendena ejerceruna con-
tención represivade los periféricos,en cuanto aumenta en éstos el
potencial de represalia terrorista.Los efectosdesestabilizadorespro-
ducidos pör las tensiones intraimperiales,se propagan a las rela-
ciones interimperiales,creando nuevas condiciones para la expan-
sión de la influenciasoviética,cuando no su directa o indirecta in-
tervenciónmilitar,como en varios lugares de Africa. En consecuen-
cia, aumentan las oportunidades de confrontacionesarmadas entre
fuerzas de los dos imperios, con los consiguientese incalculables
riesgosde generalizaciónde los conflictos.
Un segundo tipo de efectosnegativosocasionados por las actuales
tendencias intraimperiales,en conexión con el precedente, se re-
fiera a la inviolabilidad del establecimientode un orden mundial
confiable y apto para dar soluciones eficacesy equitativas a los gra-
vísimosproblemas que depénden de ella. Además del crucial asunto
de la paz, el mundo se enfrentacon una enorme gama de proble-
mas de lã mayõrseriedad,que no pueden ser resueltospor actos de
los Estados nacionales, en especial con las crisis que los afectan,ni
tampoco por decisiones aisladas de las superpotências.Tales pro-
blemas se relacionan por un lado con la preservaciónde la biósfera
y, en general, del sistema ecológico del planeta. Por el otro, se re-
fieren a los múltiples aspectos que requieren una administración
internacional coordinada, ya se trate de la gestión de recursos na-
turalescolectivos-como los océanos, la atmósfera,etc.-, ya se trate
de interesespoblacionales y humanos de orden general, como los
de la salud, la alimentacióny equivalentes.
'A estos problemas se añade que el curso actual de las relaciones
ihtraimpërialespriva a los países céntricos,por el carácter expolia-
tivo de su posición internacionàly la consiguientefalta de consenso
que los cerca, de la posibilidad de administrarconvenientemente
tales asuntos,inclusive en el ámbito más restringidodel mundo oc-
cidental.
El tercertipo de efectosnegativosderivados de la presentesitua-
ción intraimperial concierne a los propios países céntricos. Esto
ocurre en dos sentidos diferentes.Por un lado, en la medida en
que, a semejanza de lo que sucedió en el mundo antiguo, el pro-
letariado externodel mundo occidental se constituyóen proletariado
interno del. sistema intraimperialen su conjunto. En tales condi-

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HelioJaguartbe
/ Autonomía céntrica
yhegemonía
periférica

ciones,la crecientedesestabilizaciónde las relacionesintraimperiales,


aunque penaliza en forma inmediata a los pueblos periféricos,reo-
pera sobre los céntricosno sólo en función del terrorismoy otra*
formasde violencia, de un modo general,sino por los efectoseconó-
mico-socialesde esa desestabilización.
El otro sentidoen que la crecienteasimetríade las relacionesintra-
imperialesafecta a los países céntricosse refierea sus institucionesy
a sus valores éticos e ideológicos.Gracias al hecho de haber superado
históricamentemuchos de los problemasy conflictosen sus fases ini-
ciales de industrialización,los países céntricosse encuentran en el
proceso de construirinternamentesociedades más consensúales,igua-
litarias y libres. Por eso sus elevados niveles de renta constituyen
una condición previa decisiva. En términosmás inmediatos y apa-
rentes,la asimetríade las relaciones intraimperialesde que se bene-
ficianson un importantefactorde su nivel de prosperidad.En verdad,
la construcciónde sociedades igualitariasy no represivas,además de
adecuadas bases materiales,requiere un serio proyectosocial-huma-
nístico como factoraxiológico de motivación y sustentaciónde tal
tipo de sociedad y ahí intervienen,precisamente,la retroalimentación
negativade la asimetríainternacional.
Ningún proyectosocial-humanistapuede hoy en día preservar?u
validez y su consiguientecapacidad de efectividadsocial si se restringe
a minoríasselectas,ya en términosde clase, dentrode una sociedad,ya
en términosde países, en el ámbito internacional. Si las ventajas
materialesque recogen los países céntricosde la actual división desi-
gual de oportunidades en el mundo les facilitan los prerrequisitos
económicosnecesariospara la edificaciónde una sociedad igualitaria,
libre y no represiva,esa misma inquietud internacional invalida,
por otro lado, ética e ideológicamente,todos esos intentosde desa-
rrollo social.
El desarrollo social de los países céntricoses inextrincablemente
solidario con el desarrollogeneral del mundo y de sus mayoríasperi-
féricas.Y otra vez a semejanzade lo que ocurrecon el mundo antiguo,
las soluciones imperialistas,aunque estén inteligentementemaneja-
das, reoperanen formanegativasobre las propias sociedades céntricas
y sus clases dirigentes.

Conclusiones

La complejidad temática del presenteestudio y la utilización en su


tratamientode una doble perspectiva,la histórica y la sistemático-

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É S'T^UD Га S FN T E Ř N'A С I OK A h E S

analítica, törna reòomeftdablè la explicitaciónfinal de las principales


conclusionesa que condujo dentro del sistema intraimperialameri-
cano, en lo que se refiereal aspecto de la autonomía periférica.
Como se vio, el sistema intraimperialpermiteun apreciable mar-
gen de autonomía a los países que satisfacendeterminadosrequisitos
y se relacionán éconómico-cülturalmente en términoscompatiblescon
los interesesy valores básicos del centroimperial.
Los requisitospara la autonomía son de dos órdenes: habilitatorios
y ejercitatorios.Los habilitatoriosencierrandos condiciones: 1) via-
bilidad nacional y 2) permisibilidadinternacional.Los ejecutoriosim-
ponen una alternativa: a) o bien los países candidatos a la autono-
mía consiguen una satisfactoriaautonomía técnico-empresarial en lo
interno,ob) compensatoriamente,logran disponer de condiciones
favorables,en sus relaciones con el centro imperial, en especial por
identificacionesde orden étnico-cul turai.
Los sistemas imperiales tienden, de un modo general, a relacio-
narse con sus periferiassegún tres principales modelos alternativos:
1) el etnocèntrico,como en el caso de los imperiosorientalesantiguos;
2) el culturalismocéntricode carácteromnicomprensivo, como en el
caso de los Reinos Helénicps y del Imperio Romano, y 3) el ecume-
nismo universalisantee igualizante,que constituyeun modelo ideal,
no experimentadoempíricamente,pero en la dirección en la cual
se encaminaba el imperio de Alejandro.
En el caso del sistema intraimperial americana se observa al
comienzoque éL mismo se revela,incompatiblecon esa formaorgani-
zativa de la sociedad que son los Estados nacionales, tal como se
configuraronen Europa a partirdel siglojuv y más tarde,por influen-
cia,europea, en otrossitios del mundo. En relación con los países que
participande su centroeconómico-cultural, como los de la Comunidad
.Europea y Japón, el .sistema intraimperialrestringeuna de las fun«
dones básicas de sus estados nacionales al asumir su defensa externa
e imponer las restriccionescorrespondientesa su soberanía. Además,
en. lo relativo a los países periféricos,el sistema,a causa del predo-
minio que asumen las empresas transnacionalesen sus economías,
priva a sus subsistemas culturales de la función fundamental de
suplir los insumos técnico-científicos de sus respectivassociedades y,
con la atrofiade los subsistemas, culturalesy políticos de tales países,
los priva del proyectocolectivopropio y los convierteen meros mer-
cados territoriales y campos de concentraciónde nativos:
Con esas limitaciones a los Estados nacionales que lo integran,

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/ Autonomía
HelioJaguaribe céntrica
yhegemonía
periférica

el sistema intraimperialestá manifestandola tendencia si bieir no


deliberada ni irreversiblepero ya claramente discernible,de enca-
minarsehacia la alternativadel culturalismocéntricoomnicompren-
sivo. Para esa tendencia,un importantefactores el hecho de que las
empresas transnacionalesque controlan la economía del sistema ya
se han definido, durante estos últimos quince afíos, en el sentido
del modelo culturalista.
Dentro de una relación centro-periferiaque tiende a estructurarse
de conformidad'con el modelo culturalista,las condiciones de auto-
nomía para los países periféricosse tornan difícilesde atender, pri-
vando a casi todos ellos del acceso a tal situación. En efecto, tan
sólo un número muy restringidode países periféricoslogran satis-
faceren principio,en formaacumulativa,los requisitoshabilitatorios
y ejercitatoriosa que me referíanteriormente.Tampoco logran rela-
cionarse con el centroimperial en términoseconómico-culturalmente
compatiblescon sus interesesy valores básicos.
Entre los países que están dando indicaciones de poder ingresar
pronto en un plano de autonomía general, se encuentran los que
alcanzaronrecientementeun apreciable grado de autonomía regional,
como Irán y Brasil, además de Nigeria, eventualmente.Algunos
países de la opep, en especial Venezuela y Arabia Saudita, que tam-
bién alcanzaron recientementeun importantegrado de autonomía
sectorial,parecen tambiéndotados de posibilidadesde acceso al plano
conclusão
de la autonomía general.
Ante esa conclusión sería importanteanalizar más detenidamente,
en relación a tales países, en qué medida su posible acceso al plano
de la autonomía general exigiría como prerrequisito,un incremento
de su actual economía técnico-empresarial. ¿Se aplicará a esos países
-como en principio sería de suponer- la necesidad de conquistar
primerosuficienteautonomía técnico-empresarial para alcanzar inter-
nacionalmentesu autonomía general? ¿O en este caso, o en algunos
casos, ocurriría alguna forma de compatibilización del predominio
económico de las empresastransnacionalescon la preservaciónde su
integridadsocietaria y la consiguientepreservaciónde la validez de
su propio proyectocolectivo?Ese problema exigiría un análisis deta-
llado, que sobrepasaríalas dimensionesdel presenteestudio pero que
sería interesanteintentar,en formaespecífica,en otra oportunidad.
Para concluir,mencionaréla comprobaciónfinal del presenteestu-
dio en el sentido de que el sistemaintraimperialamericano,a seme-
janza de lo ocurrido con el Mundo clásico, está internalizandosus

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antiguos proletariadosexternosy generando con esto dos graves fac-


toresde su propia desestabilización.Por un lado, el sistemaperpetúa
y agrava las tensiones,con su potencial de terrorismoy de conflictos
generalizables,entre el centroy los componentesno autonomizables
de la periferia,que son casi todos los países que la integran.
Por otro lado, al perpetuar formasdesiguales de relacionamiento
entre el centro y la periferia,y dentro de éstas, especialmente en
relación con las grandesmasas expoliadas, en su intentode construir
sociedades más libres e igualitarias en el centro, el sistema sufre
la retroalimentaciónde los efectosnegativossobre sus valores éticos
e ideológicos,de esas relaciones expoliativas,que él mismo genera y
sobre los cuales se asienta.

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